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INTERVENCIÓN FEDERAL (Art. 6, 75.31 y 99.

20 de la Constitución Nacional)

Por Leonardo Limanski

La intervención federal y la autonomía de las provincias.

El artículo 6 de la Constitución Nacional, cuya redacción definitiva se impuso en el texto de 1860,


prevé un supuesto excepcional, para casos de extrema gravedad, en los que el Gobierno Federal
estará habilitado para afectar en forma casi absoluta la autonomía provincial. Cabe recordar que la
autonomía provincial, tal como hoy la concebimos, no era tal en la época en que la Constitución
fue sancionada. Basta mencionar a título ejemplificativo que la Constitución de 1853, en su texto
original, disponía en su artículo 5 que “Las constituciones provinciales serán revisadas por el
Congreso antes de su promulgación” o el artículo 97 cuyo texto establecía la competencia de la
Corte Suprema y los Tribunales Inferiores de entender en “los conflictos entre los diferentes
poderes públicos de una misma provincia”. Entonces, cabe decir preliminarmente que la
intervención federal es un instrumento excepcional porque entra en tensión con la autonomía
provincial, una de las bases con las que fue concebida la Constitución Nacional y muy
especialmente desde la reforma de la Constitución ocurrida en 1860.

En sentido similar, la intervención federal afecta las instituciones de la Provincia intervenida por
cuanto habilita al Gobierno Federal a la remoción de las autoridades democráticamente elegidas
por el pueblo de cada Provincia, imponiendo un interventor federal designado en forma directa
por el Gobierno Federal.

Por tales razones es que los supuestos de intervención federal deberán ser interpretados en forma
restrictiva y excepcional y el Gobierno Federal deberá tender a afectar en la menor medida posible
la autonomía de las provincias.

Intervenciones federales en la historia argentina

El instituto de la intervención federal ha sido utilizado con demasiada laxitud, observándose una
gran cantidad de declaraciones de intervención federal. Así, desde el año 1854 se han declarado
171 intervenciones federales, de las cuales 116 han sido declaradas por decreto del Poder
Ejecutivo Nacional y tan sólo 55 han sido declaradas por Ley del Congreso.1

A continuación se puede apreciar un cuadro con las intervenciones federales declaradas desde el
regreso de la democracia. Cabe destacar que desde el año 1983 el instituto de la intervención se
ha comenzado a utilizar con menor frecuencia y, especialmente, a partir de la reforma de 1994 se
limitaron las intervenciones declaradas por el Poder Ejecutivo Nacional.

Provincia Instrumento legal Plazo2 Poderes Causal

1
Serrafero, Mario D., La intervención federal en argentina. Experiencia y jurisprudencia. Disponible en
http://www.forumfed.org/libdocs/Misc/Arg8_Serrafero%20paper%20Esp.pdf, último acceso 07/12/2015-
2
No se contemplan casos de prórrogas sino que se tienen en cuenta los plazos previstos en los instrumentos
legales.
intervenidos
Santiago del Ley 25.881 180 días Los 3 poderes Forma republicana
Estero de gobierno
Corrientes Ley 25.236 180 días Los 3 poderes Forma republicana
de gobierno
Santiago del Ley 24.306 Se deberá Los 3 poderes Forma republicana
Estero convocar a de gobierno
elecciones
dentro del plazo
de 150 días a
partir del inicio
de la
intervención
Corrientes Decretos 241/92 y No prevé Poder Administración de
1447/92 Ejecutivo y Justicia
Poder Judicial
Catamarca Decretos 566/91; No prevé Los 3 poderes3 Forma republicana
572/91 y 712/91 de gobierno
Tucumán Decreto 103/91 No prevé Los 3 poderes Forma republicana
de gobierno
Fuente: Elaboración propia

El gobierno federal como garante y las causales de intervención

La norma bajo análisis contiene una garantía del Gobierno Federal hacia los ciudadanos de las
Provincias, en la que éste se compromete a garantizarles la plena vigencia del sistema republicano.
Recordemos que el sistema republicano tiene como principales características la división de los
poderes, la publicidad de los actos de gobierno, la responsabilidad de los gobernantes, la
soberanía del pueblo, la igualdad ante la ley y la periodicidad de los mandatos.

Asimismo, el artículo 5 de la Constitución le impone condiciones a las Provincias bajo las cuales, el
Gobierno Federal le garantiza a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones. Por tanto,
existe una clara interrelación entre las condiciones impuestas en el artículo 5 y la consecuencia
prevista en el artículo 6. Ahora bien, la tarea consiste en determinar cuándo podríamos considerar
que estamos frente a un supuesto que habilita la intervención federal de una provincia.

La causal de intervención más alegada para declarar intervenciones federales es la violación al


régimen republicano. Sin embargo, cabe hacer mención a diversos casos para comprender que es
lo que la jurisprudencia entendió sobre violación al régimen republicano. En primer lugar, la Corte
entendió que es doctrina generalmente aceptada que la dilucidación de la compatibilidad de las
instituciones provinciales con lo dispuesto en el art. 5° de la Constitución nacional —forma

3
Por decreto 566/91 se intervino únicamente el Poder Judicial y luego fueron intervenidos el resto de los
poderes. En los fundamentos del decreto 712/91 se aclara que “Que en un principio fue intención del
Gobierno Federal, respetuoso de las autonomías provinciales, limitar el remedio federal al Poder Judicial
local.”
republicana de gobierno; división de poderes; delegación de los mismos— envuelve una cuestión
de naturaleza política, y está, como tal, vedada a los tribunales de justicia4. Tampoco consideró la
Corte una afectación al artículo 5 de la Constitución en la circunstancia de que la creación del
régimen impositivo municipal de la Ciudad de Tucumán y el presupuesto de gastos, debió ser
materia de una ordenanza municipal y no de una ley provincial.5

En el año 1991, la Corte ha intervenido en cuestiones electorales de la Provincia de Corrientes,


luego de producirse un empate en el colegio electoral. En el caso la Corte afirmó que “la Corte
tiene la delicada misión de –por un lado- no interferir en las autonomías provinciales y -por el
otro- evitar que las arbitrarias decisiones de poder jurisdiccional local, lesionen instituciones
fundamentales de los ordenamientos provinciales que hacen al sistema representativo y
republicano que las provincias se han obligado a asegurar (art. 5º de la Constitución Nacional)”6

Siguiendo un sinuoso camino, la Corte ha afirmado que la cuestión referente a si un tribunal local
ha ejercido en una causa su ministerio de conformidad con las normas que gobiernan la
administración de justicia en el ámbito provincial es un punto cuya decisión no le incumbe a la
Corte Suprema.7 Por último, y en materia de reelección de poderes provinciales la Corte afirmó
que “desde esta comprensión del doble régimen de poderes y de la recíproca independencia en el
ejercicio de ellos en los términos señalados, el sistema establecido en el art. 64 de la Constitución
de la Provincia de Santa Fe no vulnera ninguno de los principios institucionales -relacionados
anteriormente- que hacen a la estructura del sistema adoptado por la Constitución Nacional, ni las
garantías individuales, ni los derechos políticos que reconocen a los ciudadanos esta Ley
Fundamental y los tratados y convenciones sobre derechos humanos que, con igual jerarquía,
incorpora a la Carta Magna el art. 75, inc. 22, de la reforma introducida en 1994, pues la forma
republicana de gobierno -susceptible, de por sí, de una amplia gama de alternativas justificadas
por razones sociales, culturales, institucionales, etc.- no exige necesariamente el reconocimiento
del derecho de los gobernantes a ser nuevamente electos.”8

Recientemente la Corte ha tenido oportunidad de pronunciarse en el caso Colegio de Abogados de


Tucumán c/ Honorable Convención Constituyente de Tucumán y otro, en el que se ponían en tela
de juicio los procedimientos constitucionales de reforma. Allí afirmó que en situaciones “en las
que se denuncia que han sido lesionadas expresas disposiciones constitucionales que hacen a la
esencia de la forma republicana de gobierno, poniendo en jaque los pilares de la arquitectura de la
organización del poder diagramada en la Ley Fundamental la simple condición de ciudadano
resultaría suficiente para tener por demostrada la existencia de un interés "especial o "directo””.
Es decir que aquí encontramos un ejemplo de aquello que, según la Corte, lesionaría el sistema
republicano: la falta de respeto de los procedimientos de reforma constitucional a nivel local.

4
Fallos 187:79 y 154:192
5
Fallos 237:221
6
Fallos 314:1915
7
Fallos 261:103
8
Fallos 317:1195
Resulta muy compleja la tarea de realizar un catálogo de situaciones en las que al Corte consideró
violación al sistema republicano de conformidad con el artículo 5 de la Constitución Nacional.

El órgano competente para declarar la intervención federal

Si bien parece de toda lógica que la decisión de mayor gravedad institucional para con la
autonomía de las Provincia debiera ser una decisión adoptada por el órgano deliberativo por
excelencia –el Congreso-, la Constitución carecía de una previsión expresa en este sentido y la
historia argentina demuestra que la gran mayoría de las intervenciones federales se hicieron a
espaldas del Congreso.

El 8 de noviembre de 1901, el Ministro de! Interior doctor Joaquín V. González fundamenta la


posición del Poder Ejecutivo de negarse a intervenir la provincia de Santa Fe sin la decisión previa
del Congreso afirmando que “resolver la intervención en el territorio de una provincia
corresponde preferentemente al Congreso, porque, aun cuando la Constitución no determina el
poder que debe intervenir, está hecha la jurisprudencia en las Cortes americanas y en nuestro
mismo país, reconociendo que corresponde de preferencia al Honorable Congreso, cuando éste
está en sesiones. Cumple, pues, el Poder Ejecutivo con un deber elemental, si bien es también juez
subsidiario desde que, si el Honorable Congreso dicta la Ley de Intervención, debe ejecutar con
toda la amplitud de facultades que la Constitución le concede para hacerla cumplir como Ley de la
Nación”9

Posteriormente, en el año 1929, en el conocido caso Orfila10, la Corte Suprema tuvo oportunidad
de afirmar que “este poder del gobierno federal para intervenir en el territorio de las provincias ha
sido implícitamente conferido al Congreso. Es a éste a quien le corresponde decidir qué género de
gobierno es el establecido en el estado, si es republicano o no, según las normas de la
constitución, si está asegurada o bastardeada la administración de justicia, si existe régimen
municipal, si se imparte la educación primaria para enunciar todas las condiciones generales y
especiales expresadas en el art. 5°.”

Esta cuestión fue definitivamente saldada por la reforma constitucional de 1994 que estableció en
el inciso 31 del artículo 75 (competencias del Congreso) el siguiente texto “Disponer la
intervención federal a una provincia o a la ciudad de Buenos Aires.”11 También debemos decir que
la reforma constitucional previó en el inciso 20 del artículo 99 (atribuciones del Poder Ejecutivo) la
facultad de decretar “la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Buenos Aires en caso
de receso del Congreso, y debe convocarlo simultáneamente para su tratamiento.”

9
Joaquín V. González: Debates constitucionales. La Plata, 1964, tomo I, pág. 133 citado por Becerra Ferrer,
Guillermo “La intervención Federal en las provincias en el Derecho Constitucional Argentino” publicado en
dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2075036.pdf, último acceso 21/11/2015.
10
Fallos 154:192
11
La previsión se encontraba incorporada dentro del “Núcleo de Coincidencias Básicas” previsto en el art. 2
de la Ley que declaró la necesidad de la reforma constitucional n° 24.309
A partir de dicha redacción constitucional se declaró la intervención federal a las Provincias de
Corrientes y Santiago del Estero. En el caso de la Provincia de Corrientes12, el Poder Ejecutivo
Nacional remitió un proyecto de ley al Congreso a fin de tratar la intervención federal a la
Provincia, entre otros temas para los cuales se había convocado a sesiones extraordinarias. Sin
entrar en consideraciones políticas sobre la intervención, resulta adecuado que el Poder Ejecutivo
haya decidido la convocatoria a sesiones extraordinarias y haya utilizado su facultad de iniciativa
legislativa para que sea el órgano constitucionalmente habilitado el que declarara la intervención
federal de la Provincia. Por su parte, la intervención federal a la Provincia de Santiago del Estero
fue declarada por ley 25.881 y ha sido iniciativa del Poder Ejecutivo Nacional, esta vez, durante las
sesiones ordinarias del Congreso.

Es decir que, en ambas intervenciones federales ocurridas post reforma de 1994 ha sido el
Congreso el órgano que ha declarado la intervención federal de las Provincias, aún fuera del
período de sesiones ordinarias, modificándose entonces una práctica constitucional muy arraigada
en nuestra historia.

Ahora bien, también vale decir que si bien es el Congreso el órgano competente para declarar la
intervención federal, y la Constitución nada establece sobre el procedimiento posterior a la
intervención, históricamente se le ha delegado al Poder Ejecutivo la facultad de designar el
interventor federal. Por tal razón es que cabe decir que el Presidente también tiene un rol
fundamental en el proceso de intervención federal por ser el órgano que –históricamente- ha
designado al interventor. En relación al procedimiento, sus plazos, la posibilidad de intervenir
parcialmente los poderes provinciales y la revisión judicial de intervenciones declaradas por el
Presidente haremos mención más abajo.

El caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

El estatus de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es muy discutido. En tal sentido se ha afirmado
que se trata de un “ente autárquico”, “una ciudad autónoma”, “una ciudad estado”, “ciudad
estado de nivel provincial”, “semiprovincia”, “ciudad con status jurídico excepcional”, “un distrito
autónomo, con una situación intermedia entre un municipio y una provincia”, una entidad “sui
generis”, “una persona de derecho público de existencia necesaria”, “un municipio federado”,
“una ciudad constitucional federada”13. Luego de la reforma de 1994 el texto constitucional no
deja dudas acerca de que su intervención federal es posible. Sin perjuicio que el artículo 6 sólo
menciona a las “provincias” y la Corte Suprema ha afirmado en reiteradas oportunidades que la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires no es una provincia14, el artículo 75.31 dispone expresamente
que el Congreso tiene competencia para “Disponer la intervención federal a una provincia o a la
ciudad de Buenos Aires”

12
Declarada por Ley 25.236
13
Abalos, María Gabriela. “Buenos Aires luego de la reforma: ¿Nuevo sujeto del Federalismo?”, en Bidart
Campos, Germán J. y Gil Dominguez, Andrés (Directores)“Instituciones de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires” Ed. La Ley, Buenos Aires, 2001, pág 8.
14
Fallos (322:2856); (323:3991); (327:5254) ; (329:2316), entre otros.
El plazo de la intervención federal

La intervención federal, tratándose de una medida excepcional y que afecta la autonomía de las
Provincias no puede ser ilimitada en su duración15 sino más bien todo lo contrario: la intervención
debe durar el tiempo estrictamente necesario para cumplir con la finalidad que le fue asignada.
Sin embargo se puede apreciar en nuestra historia intervenciones federales de distinta duración.
Así, dentro de intervenciones de escasa duración se puede mencionar las intervenciones de Salta
(en 1928) que duró 7 días; Buenos Aires (en 1935) que duró 1 días; Catamarca (en 1928) que duró
25 días. En intervenciones prolongadas se puede mencionar el caso de Córdoba (1974-1976) de 2
años de duración.16

Las últimas intervenciones declaradas por el Congreso, como los proyectos de intervención federal
presentados ante el Congreso Nacional suelen contemplar un plazo de 180 días con posibilidad de
prórroga.

Las intervenciones parciales y la llamada puesta en comisión.

Como se ha podido apreciar en distintas intervenciones declaradas, y considerando la


interpretación restrictiva con que debe considerarse la facultad de intervenir federalmente una
provincia, es constitucionalmente posible intervenir sólo algunos de los poderes constituídos y no
necesariamente afectar el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. 17

En relación a la caducidad de los mandatos del Poder Judicial la Corte tuvo oportunidad de
pronunciarse en el caso Moreno Postigo en el que se alegaba que la sentencia dictada por un juez
de la justicia ordinaria de la Provincia de San Juan, después de promulgada la ley nacional de
intervención número 11.323, es nula a causa de que la susodicha ley comportaba la caducidad de
todos los poderes del estado intervenido.18 En el caso, la Corte Suprema afirmó que mientras el
Poder Ejecutivo no haga uso de su facultad reglamentaria (art. 86, inc. 2º de la Constitución –
actualmente artículo 99 de la Constitución Nacional) removiendo total o parcialmente a los
funcionarios que integran el Poder Judicial del estado intervenido, debe reconocerse plena validez
a los actos otorgados por ellos.

En textos posteriores, la denominada caducidad de los mandatos del poder judicial19 fue
reemplazada por la “puesta en comisión” de los miembros del Poder Judicial, solución que implica

15
En sentido similar, Badeni, Gregorio “Intervención Federal a las Provincias” en Revista Lecciones y Ensayos
n° 56, Departamento de Publicaciones Facultad de Derecho, UBA, 1992.
16
Sagues, Néstor. Manual de Derecho Constitucional, Editorial Astrea, Buenos Aires, 2007.
17
Así por ejemplo, se han presentado proyectos para declarar la intervención federal de la Provincia de
Santa Cruz al solo efecto de dar cumplimiento a la sentencia dictada por la Corte Suprema de Justicia de la -
Nación el 14 de septiembre de 2010 en autos "Sosa, Eduardo Emilio c. Provincia de Santa Cruz" (Expte: 6772-
D-2010; 6780-D-2010 y 6784-D-2010)
18
Fallos 148:303
19
La Corte ha dicho que “En tal sentido debe interpretarse la ley de intervención federal, en cuanto dispone
respecto de los miembros del Poder Judicial la mera "declaración en comisión" ello en contraste con la
inmediata caducidad de los mandatos del Poder Ejecutivo y de los miembros del Poder Legislativo",
precisamente quitarle la estabilidad y dejarlos sujetos a la remoción por parte del interventor
federal. Sin perjuicio de ello, continúan en funciones hasta tanto sean efectivamente removidos y
designados sus reemplazantes. Cabe destacar que la “puesta en comisión” puede ser ejecutada
únicamente por el interventor federal y no así una vez finalizada la intervención. Luego de los 2
intervenciones a la Provincia de Santiago del Estero desde el retorno de la democracia y habiendo
las leyes 24.306 y 25.881 dispuesto la puesta en comisión de los miembros del poder judicial, los
Gobernadores que reasumieron sus funciones dictaron decretos disponiendo el cese automático
en el ejercicio de sus funciones de todos los miembros del poder judicial que habían sido puestos
en comisión20. Basaban su accionar precisamente en que la declaración en comisión de los
integrantes del poder judicial había hecho desaparecer el presupuesto necesario de la garantían
de inamovilidad. La Corte, con remisión al dictamen del Procurador General, entendió que la
facultad de remover a los miembros del poder judicial, a raíz de la puesta en comisión, le
corresponde en forma exclusiva a la autoridad federal afirmando que al disponer la reorganización
del poder judicial provincial, el poder ejecutivo local que asumió una vez restauradas las
instituciones hizo uso de una atribución que le era ajena.21

Por tales razones es que actualmente las normas que disponen la intervención federal prevén la
caducidad de los mandatos del Poder Ejecutivo y del Legislativo y la puesta en comisión de los
miembros del Poder Judicial.

El control judicial

En este aspecto debemos diferenciar el control judicial de la declaración de intervención federal


del control judicial de los actos del interventor. Estos últimos se encuentran sujetos al control
judicial federal o provincial según el carácter que le sea asignado a sus actos, como se verá en el
siguiente apartado.

En relación al control judicial de la declaración de intervención nuestra Corte se pronunció en el


famoso caso Cullen c Llerena en el que afirmó que la intervención es del resorte de los poderes
políticos y sus decisiones, al respecto, no pueden ser controvertidas por el departamento

diferencia que no puede ser obviada a la luz de la inveterada doctrina conforme a la cual ~la primera pauta
de interpretación de la ley es dar pleno efecto a la voluntad del legislador, cuya –primera fuente es la letra
de la ley" (Fallos: 321:2594; 313:1149).” Ver Fallos CSJN Lindow de Anguio, Isabel e/ Gobierno de la
Provincia de Santiago del Estero s/ recurso contencioso administrativo del 03/03/2015 y Castro de Pujol,
Maria del Huerto el Gobierno de la Provincia de Santiago del Estero (Decreto Serie A n° 646/95) s/ acción de
amparo del 03/03/2015.
20
Distinto sería el caso del cese de aquellos miembros del poder judicial que hubieran sido designados por el
interventor federal. Diversas constituciones provinciales establecen el cese de los magistrados, funcionarios
y empleados nombrados por una intervención federal (Ver Art. 5 Constitución de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires; Art. 14 Constitución de Santiago del Estero; Art. 13 Constitución de San Juan)
21
Fallos CSJN Lindow de Anguio, Isabel e/ Gobierno de la Provincia de Santiago del Estero s/ recurso
contencioso administrativo del 03/03/2015 y Castro de Pujol, Maria del Huerto el Gobierno de la Provincia
de Santiago del Estero (Decreto Serie A n° 646/95) s/ acción de amparo del 03/03/2015.
judicial.22 En la misma línea se ha pronunciado la Corte en el año 1962 al afirmar que La
intervención de una provincia por órgano competente es un acto político no justiciable, que se
resuelve y ejecuta por los poderes políticos, esto es, por el Congreso y el Poder Ejecutivo.23

Posteriormente, la Corte ha evitado intervenir en forma cautelar para evitar la ampliación de la


intervención federal –por vía de un decreto- a los poderes legislativo y judicial de la Provincia de
Corrientes. En el caso la Corte declaró abstracta la medida cautelar solicitada por cuanto, al
momento de dictarse la sentencia, el Poder Ejecutivo ya había dispuesto la ampliación de la
intervención con el dictado del decreto 1447/9224. La disidencia consideró que existía mérito
suficiente para la intervención de la Corte Suprema y evitar, así, que se consumara una ampliación
de la intervención federal sin una ley del Congreso, reafirmando lo mencionado sobre este punto
en el caso Orfila. Asimismo, los jueces en disidencia consideraron que la no justiciabilidad de las
cuestiones atinentes a la intervención federal se limita a la imposibilidad de los órganos judiciales
de revisar los motivos que hubiesen llevado al Gobierno Federal a declarar una medida de tal
magnitud pero que resulta totalmente justiciable la cuestión cuando lo que se discute es el órgano
competente para declararla y no sus motivos.

En sentido similar se resolvió la cuestión en el caso Presidente del Superior Tribunal de Justicia de
la Pcia. de Corrientes s/deduce acción de amparo25. La mayoría desestimó el caso por defectos
formales26 sin considerar el planteo por el cual se impugnaba la facultad del Presidente de la
Nación para ampliar la intervención federal.

Es decir que en aquellos casos en los que la Corte ha tenido oportunidad ha declarado el tema
como una cuestión política no justiciable la cuestión o bien, ha evitado entrar en la resolución de
fondo.

El carácter de los actos del interventor federal

El interventor federal es un funcionario designado por el Presidente de la Nación con la finalidad


de normalizar la Provincia intervenida, cumpliendo con los cometidos y haciendo uso de las
competencias fijadas en la norma que dispone la intervención. Sin perjuicio de ello, resulta
relevante determinar cuál es el carácter de los actos del interventor federal a fin de determinar

22
Fallos: 53:420: “La intervención nacional en las provincias -dice- en todos los casos en que la Constitución
la permite o prescribe, es, como queda dicho un acto político por su naturaleza, cuya verificación
corresponde exclusivamente a los poderes políticos de la Nación; y así está reconocido en nuestros
numerosos precedentes al respecto, sin contestación ni oposición de ningún género: todos los casos de
intervención a las provincias han sido resueltos y ejecutados por el poder político, esto es, por el Congreso y
el Poder Ejecutivo sin ninguna participación del Poder Judicial” y Gelli, M. A., Constitución de la Nación
Argentina Comentada y Concordada, La Ley, Buenos Aires, 2007.
23
Fallos: 252:293
24
Fallos 315:2074
25
Fallos 315:1673
26
Se acompañó copia simple del acuerdo extraordinario del Superior Tribunal de la Provincia de Corrientes,
habiendo sólo reproducido dos de las cinco firmas.
cuestiones como la competencia de los jueces para resolver impugnaciones a sus actos y la
responsabilidad del estado provincial o federal en caso de daños y perjuicios.

En diversos casos la Corte Suprema ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre este tema y ha
afirmado que la actuación de los interventores federales, en el orden local, no pierde ese carácter
por razón de invocarse el origen de su investidura. En consecuencia, la impugnación de los actos
del interventor como contrarios a normas locales es ajena a la competencia originaria de la justicia
federal.27 Sin embargo la Corte en su jurisprudencia más reciente ha accedido en forma originaria
a una pretensión cautelar contra actos del interventor federal afirmando que el interventor
federal tiene un doble carácter, y, en consecuencia, también lo tienen los actos que realiza.
Representa al gobierno federal, pero es también un representante promiscuo y necesario de la
provincia hasta tanto sean reorganizados los poderes locales. Es decir que actúa con una doble
personalidad y realiza actos que gozan de una u otra naturaleza y que pueden ser calificados de
diversa manera.28 En dicho caso, la Corte consideró que la declaración de necesidad de reforma de
una Constitución provincial, es un acto de naturaleza federal y no local y suspendió cautelarmente
el llamado a elecciones para convencionales constituyentes, dispuesto por la ley local 6667.29

En forma posterior y en sentido similar, la Corte desestimó una queja contra una sentencia que
condenó al Estado Nacional a pagar los daños y perjuicios derivados de la conducta imputada al
interventor federal30. El reclamo se fundaba en las declaraciones realizadas por la interventora a
los diarios "Época" y "El Litoral" entre el 13 y el 15 de agosto de 1992 (en las que manifestó
públicamente que la justicia local se hallaba integrada por magistrados y funcionarios venales y
que su tarea como interventora consistiría en la moralización del Poder Judicial, por lo que éstos
habrían de ser removidos. Se alegaba entonces que la remoción posterior había concretado la
difamación, que daba origen a un posible reclamo por daños y perjuicios.

La sentencia que la Corte dejó firme hacía responsable al Estado Nacional por los actos de la
interventora federal31, considerando entonces que su actuación comprometía el patrimonio del
Gobierno Federal y no de la Provincia.

¿Ley orgánica de la intervención federal?

La Constitución Nacional, luego de aclarar las causales de intervención, los sujetos pasivos de la
intervención y el órgano competente para declararla, nada más dice sobre la cuestión. Es entonces
que podríamos preguntarnos: ¿cuánto debe o puede durar una intervención? ¿Quién debe
designar al interventor? ¿Qué facultades tiene el interventor federal? ¿Qué tipos de intervención
27
Fallos 257:229; 270:346; 314:1857; 316:336; 326:1344; 327:5897
28
Fallos 327:3852
29
La cuestión de fondo fue finalmente declarada abstracta en la sentencia CSJN. Zavalía, José Luis c/
Santiago del Estero, Provincia de y Estado Nacional s/ amparo del 23/05/2006 por haber cesado la
intervención.
30
Fallos: 330:345
31
Sin perjuicio que la Corte aclaró que “el art. 90 de la Ley de Contabilidad como el art. 130 de la ley 24.156
de Administración Financiera establecen claramente que todo funcionario que, por su dolo, culpa o
negligencia, cause un daño al Estado está obligado a reparar a éste los perjuicios de tal modo ocasionados.”
pueden existir? A lo largo de la historia constitucional argentina se han intentado sancionar leyes
que regularan las intervenciones federales, sin éxito alguno. Es decir que todas estas cuestiones se
definieron en forma distinta en cada intervención federal que fue declarada.

Desde el comienzo de la existencia de nuestra República se ha intentado avanzar en una ley


reglamentaria de la intervención federal. Así se ha sancionado la ley número 318, del 25 de agosto
de 1869, vetada por el Poder Ejecutivo el 2 de septiembre del mismo año; otros, contaron con
despacho favorable de la Comisión de Negocios Constitucionales, como el Proyecto de José Nicolás
Matienzo de 3 de mayo de 1932, y hasta media sanción del Senado Nacional el 24 de septiembre
del mismo año32. Luego de la reforma constitucional la cantidad de intervenciones federales ha
disminuido en forma notable y así también el interés en sancionar una ley que reglamente el
artículo 6 de la Constitución Nacional. Si bien se han presentado proyectos de Ley33, ninguno ha
tenido tratamiento en las Cámaras del Congreso.

32
Becerra Ferrer, Guillermo. Ob. Cit.
33
Expediente 5531-D-2015; 173-D-2013; 6313-D-2010; 4072-D-2010; 0607-S-2009; 2989-D-2008; 1004-D-
2007; 1349-D-2006; 1071-D-2006

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