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TEMA 1.

LA DIVERSIDAD DEL
TERRITORIO ESPAÑOL
1. SITUACION GEOGRÁFICA

La Península Ibérica es una vasta superficie trapezoidal de aspecto rectilíneo y


macizo. Que se encuentra en el extremo suroccidental de Europa y entre
distintas masas de agua (impacto en las temperaturas).

Además, se sitúa entre los paralelos 36º y 44ºN, y los meridianos 4ºE – 10ºW.
Además, cuenta con una altura media de 660m.

De esta península destaca la Meseta con casi 400.000km2 (10km2 = 2.000


campos de futbol). Y está levemente basculada hacia el Atlántico, rodeada por
un cinturón montañoso. Este hecho acentúa sus rasgos de continentalidad
(reducida influencia marítima).

Por tanto, tiene como consecuencias unos contrastes térmicos acusados y una
“reducción” de las precipitaciones (lluvias orográficas – efecto Föhn). Además,
dispone de manifestaciones alpinas, como por ejemplo los montes de Toledo y
Cordillera Central.

En la Península Ibérica encontramos tres países: Andorra, España y Portugal.


Esta tiene 2 entradas principales a través de los Pirineos, las cuales resultaban
bastante inaccesibles antes del transporte aéreo.

Contrastes a nivel físico: Litorales planos, depresiones interiores, sistemas


montañosos elevados repartidos por el territorio.

Distribución territorio español:

Islas Canarias, Islas Baleares, península y ciudades autónomas de Ceuta y


Melilla + islotes en el Mediterráneo (isla del Perejil, peñón de Vélez de la Gomera,
peñón de Alhucemas, isla de las Nubes, isla de Alborán, islas Chafarinas, isla
Isabel I, isla Congreso, isla del Rey…)

España no siempre ha sido igual: coronas de Aragón y Castilla, colonias en


Sudamérica y Oceanía, Al-Andalus vs reinos cristianos del Norte en Asturias
Galicia y País Vasco
2. CONFIGURACIÓN TERRITORIAL

El turismo es una de las actividades humanas que se asienta en el territorio, pero


no es la más importante.

El proceso de configuración territorial de cualquier Estado depende de 3


condicionantes básicos:

1) Conformación natural (medio físico).

2) Fundamentos históricos

3) Decisiones políticas (administrativas)

2.1. CONFORMACIÓN NATURAL (MEDIO FÍSICO)


El medio físico es el soporte de la actividad humana. Ésta lo utiliza y/o lo modifica
para lograr sus fines e intereses.

Los rasgos naturales básicos que influyen en la organización territorial son:

• La situación geográfica (HN y latitudes medias).

• La configuración peninsular (trapezoide compacto).

• La extensión superficial.

• Las distancias (más en tiempo que en km).

• La topografía compleja (altitudes, disposición a los vientos, insolación, etc.)

• Los contrastes climáticos.

• La disponibilidad de suelo fértil (agricultura) y de recursos energéticos


(industria)

Se ha de tener en cuenta que los condicionantes naturales son importantes en


la organización territorial, pero ésta depende de cómo se desarrolla la ocupación
del espacio y su uso:

- El sistema urbano (asentamiento y localización de las ciudades).

- Las infraestructuras de transporte, comunicación y telecomunicaciones.

- Muchas aldeas, pueblos y ciudades presentan antecedentes antiguos:


Santiago de Compostela, Toledo, Granada, etc. Y, además, han desta-
cado siempre por su interés comercial, industrial, ganadero…
Un sistema urbano bien articulado (conectado) y jerarquizado (ordenado según
funciones) requiere de buenas y numerosas infraestructuras. Éstas empiezan a
aparecer realmente a partir de la segunda ½ del siglo XIX y han seguido diversas
fases de desarrollo. En cada fase, se ha avanzado más en unos sistema que en
otros:
1) Lineales: caminos, carreteras, autopistas, ferrocarriles, tendidos eléctricos…
2) Puntuales: puertos, aeropuertos, zonas logísticas, minas, canteras…

No ha habido un desarrollo espacial y temporal homogéneo. Lo que conlleva


desequilibrios en la organización y vertebración territorial.

La primera línea de alta velocidad en España fue Madrid Sevilla debido a la expo
de 1992: Coherencia política = Gobierno del PSOE trata de satisfacer a su prin-
cipal fuente de votantes, más que seguir una lógica económica o geográfica.

Además, el proceso de ocupación y uso suele estar dirigido y estipulado. Se


suelen contar con distintas leyes, ordenanzas, etc., que condicionan la localiza-
ción de actividades y estas normativas suelen cambiar o evolucionar con el
tiempo
2.2. FUNDAMENTOS HISTÓRICOS
Hasta la Constitución Española de 1978 la historia del modelo territorial español
es compleja (y cambiante). La situación territorial actual es resultado de:
• Herencias históricas gestadas durante la Edad Media.
• Otras resultantes de la Edad Moderna y Contemporánea.
• Otras más recientes, resultado del actual sistema adm. constitucional.
Por ejemplo, los actuales municipios, provincias y comunidades autóno-
mas resultan de divisiones anteriores a la configuración del Estado-Na-
ción Español.
Un hito clave fue cuando en 1833 se implanta la división provincial base de la
actual (por Javier de Burgos) donde se constituyen 49 provincias (50 en 1927
con la división en dos de las Islas Canarias).
2.3. DECISIONES POLÍTICAS (ADMINISTRATIVAS)
En la Constitución Española de 1978 se constituyen 17 Comunidades Autóno-
mas, 50 provincias y 2 ciudades autónomas (Ceuta y Melilla). Aparte se garantiza
la “unidad de la nación española”.

Esto permite un amplio grado de descentralización política. Es decir, las CCAA


disponen de Gobierno, Parlamento y Tribunal Superior de Justicia propios. Ade-
más, tienen competencias plenas de gestionar ciertas materias para Provincias
y Municipios y posibilidad de unirse entre sí para favorecer la gestión de ciertos
aspectos.

Según el artículo 3 se reconoce los siguientes tipos de demarcaciones:


▪ Entidades de ámbito submunicipal reconocidas o instituidas por las CCAA.
▪ Comarcas y otras agrupaciones de municipios reconocidas (“)
▪ Áreas metropolitanas (“)
▪ Mancomunidades creadas por agrupación voluntaria de varios municipios.
Estas se crearon en 1978 y se diferencian de las comarcas porque estas no
tienen relación histórica.
3. OCUPACIÓN Y PROCESOS TERRITORIALES

El estudio de la población española se basa en:

• Densidad (hab/km2). Se mide la distribución de los habitantes en el espacio.


Resulta evidente el contraste entre el litoral y el interior (a excepción de
Madrid).

• El crecimiento urbano mediante transformaciones internas y de sus


periferias.

Durante el siglo XX se ha duplicado la cantidad de población. De 18.500.000 en


1900 a 44.100.000 en 2006.

Además, ha cambiado su posición y sus tendencias migratorias. Ha pasado de


ser un país emisor (emigrante) a ser ahora un país inmigrante. Asimismo, pasa
de ser un país con gran número de familias numerosas a registrar las tasas más
bajas de natalidad, lo cual favorece el envejecimiento. Esto se debe a cambios
sociales, educativos, culturales, económicos, políticos…

Podemos, asimismo, apreciar cambios visibles con facilidad en la evolución de


la población urbana. A inicios del siglo XX el 70% de la población rural, en 2006
tan solo era del 20%.

Además, también hay cambios en la evolución de la población ocupada. A


inicios del siglo XX, 2/3 de los ocupados trabajaban en el sector primario, en
cambio, a finales del XX, 2/3 trabajan en el sector servicios (actividad turística).

Esta evolución socioeconómica ha modificado los paisajes.

El tránsito de una economía agraria a otra industrial favorece la concentración


en las ciudades (mercados, mano de obra, I+D, etc.) y en torno a ellas aparecen
nuevas infraestructuras y equipamientos con el fin de satisfacer nuevas
necesidades y demandas (comerciales, ocio, trabajo, etc.).
Un buen ejemplo de todo este cambio es la “artificialización del suelo”. En este
proceso, el cual se ha disparado en los últimos años, la superficie natural es
transformada para acoger nuevos usos (residencia, comercio, industria…). Se
ha generalizado para el conjunto español, pero es más evidente en la costa
levantina y el área madrileña.

Este proceso se explica no tanto por una necesidad real de la población (o


crecimiento de ésta) sino, más bien por las dinámicas económicas que buscan
generar plusvalías rápidamente. Además, conlleva el auge de la construcción y
la burbuja inmobiliaria. Esta actividad está estrechamente ligada con el turismo
de litoral.

EVOLUCIÓN DEL SISTEMA URBANO ESPAÑOL


El sistema urbano español, como la población, también evoluciona. El proceso
de urbanización en España comienza antes de los romanos. Estos fundan
numerosas ciudades (Tarraco, Saguntum, Emerita Augusta…) aunque muchas
de las que existen en la actualidad derivan del período de la Reconquista
musulmana por la importante cultura urbana de los musulmanes. Evidentemente
en muchas ciudades no sólo por su plano (enrevesado, caótico…), sino también
por su nombre (toponimia): Alzira.

En la Edad Media cambia la fisionomía de las ciudades mediante la construcción


de murallas + plaza + arrabales exteriores. Asimismo, hay rasgos “intactos” hasta
finales del XIX, periodo de la revolución industrial.
En la Edad Moderna se produce una densificación (saturación) de los Centros
Históricos, lo que conlleva un aumento del número de edificios, su altura, su
volumetría y dificultad de acceso.

Como soluciones se crean ensanches (burgueses) y planes de reforma interior


(Calle la Paz). Paralelamente, se crean también suburbios para acoger a los
emigrantes del campo y la ciudad se fragmenta socialmente (ricos VS pobres).

En la mitad del siglo XX se produce el éxodo rural. En este proceso observamos


como la ciudad crece sin ningún tipo de control, sin planificación y en condiciones
precarias. Surgen entonces ordenanzas municipales que son ineficaces para
resolver los problemas: insalubridad, caos urbano, destrucción de patrimonio…

Surge la Política de Vivienda para dar alojamiento a los grupos más pobres y
aparecen así los barrios obreros / infraviviendas. Estos normalmente se
encuentran en la periferia de las ciudades o en las principales vías de acceso.

Hitos claves en la segunda mitad del siglo XX:

• Difusión automóvil particular.

• Extensión vivienda en propiedad.

• Consolidación del modelo de la ciudad funcional (fragmentada) a partir de la


proliferación de polígonos de viviendas con bloques y torres que se dirigen
hacia los municipios cercanos a la ciudad (áreas metropolitanas).

• Tipología de vivienda más compleja: urbanizaciones, nuevos usos...


Aspectos negativos de esta evolución:

• Modelo de ocupación urbana se ha caracterizado por su dispersión.

• Agrava la vulnerabilidad y los problemas ambientales ya existentes.

• Consumo de suelo, energía, agua…

• Generación de contaminación.

• Aumento de las distancias a recorrer conlleva un mayor gasto de recursos,


tiempo y dinero para salvarlas.

• Aumento de la dependencia del automóvil particular.

• La burbuja inmobiliaria dificulta el acceso a la vivienda de grupos en riesgo


de exclusión (jóvenes, inmigrantes, viejos…)

• Monocultivo económico difícil de revertir antes los beneficios que genera a


corto plazo

• Pérdida de biodiversidad.

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