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Coordenadas geográficas: Sistema de líneas imaginarias (paralelos y meridianos) que

permiten ubicar un lugar en la superficie terrestre.

Escala de un mapa: Relación entre una longitud medida sobre el mapa y la


correspondiente en la realidad. Las escalas más habituales son la escala grafica (línea recta
dividida en segmentos, que indica la longitud real en kilómetros o metros) y la escala
numérica (fracción que expresa la relación entre la longitud del mapa y la realidad).

Globalización: La globalización es un proceso económico, social, político, tecnológico y


cultural a escala planetaria, caracterizado por una progresiva integración e interacción entre
los países, las personas y las instituciones.

Latitud geográfica: Distancia angular existente entre un punto cualquiera de la superficie


terrestre y el ecuador.

Longitud geográfica: Distancia angular expresada en grados, minutos y segundos entre


cualquier punto de la superficie de la tierra y el meridiano 0º o de Greenwich. Hablamos de
longitud este si dicho punto se encuentra al este del meridiano de Greenwich, y de longitud
oeste, si se encuentra al oeste del mismo

Mapa temático: Un mapa temático es aquél que está diseñado para mostrar características
o conceptos particulares. En el uso convencional de los mapas, este término excluye los
mapas topográficos

Mapa topográfico: Representación precisa de la localización, forma, clase y dimensiones


de los accidentes de la superficie terrestre, así como de los objetos que se sitúan deforma
permanente sobre ella. Sólo se considera auténticos mapas topográficos los que tienen una
escala comprendida entre 1/10000 y 1/1000000. Los mapas topográficos son una
representación del relieve de la tierra a una escala determinada. A diferencia de los planos
topográficos, se refieren a áreas extensas del territorio (una zona, una región, un país, el
mundo). En ellos se grafican las curvas de nivel, lo que permite interpretar la forma de la
superficie de la Tierra. La utilización de colores según la altura de las curvas de nivel y otros
grafismos, permite reconocer las montañas, valles, ríos, riscos y demás cualidades del
terreno. Así mismo, también incluyen información sobre todo aquello construido por el
hombre, como poblaciones, carreteras, presas, líneas eléctricas, plantaciones, etc. En los
planos topográficos se deben ver las dimensiones del terreno, se debe resaltar la flecha del
norte e indicar la dirección de la construcción. Es el mapa que describe minuciosamente y
con gran precisión porciones reducidas de terreno. Se construyen utilizando el sistema de
curvas de nivel.

Meridiano: Cada una de las líneas imaginarias que se suponen alrededor de la tierra y que
unen los polos. Sirven de referencia para determinar la longitud de cualquier punto de la
superficie terrestre tomando como referencia el meridiano 0, también llamado de
Greenwich.

Meridional: Todo lo referente al sur geográfico

Occidental: Todo lo referente al oeste geográfico


Ordenación del territorio: Análisis de los recursos naturales y humanos con que cuenta un
espacio geográfico para maximizar sus rendimientos y paliar deficiencias.

Oriental: Todo lo referente al este geográfico

Paisaje geográfico: El paisaje geográfico o espacio geográfico es toda región de la


superficie del planeta que presenta rasgos constitutivos similares, es decir, que presenta
una descripción geográfica más o menos uniforme. Puede haber, por lo tanto, muchos tipos
de paisaje geográfico, dependiendo de los criterios que se utilicen para su estudio. En todos
los casos, se trata de una manera de mirar y comprender el paisaje terrestre; una mirada
construida por los seres humanos.

Paralelo: Círculos imaginarios perpendiculares al eje terrestre y paralelos entre sí. Están
trazados de este a oeste alrededor de la tierra. Todos miden 360º. El principal paralelo es el
Ecuador, siendo también el de mayor tamaño.

Septentrional: Todo lo referente al norte geográfico.


España es un país con una larga historia y una geografía diversa que ha influido en su
unidad y diversidad. Su geografía, caracterizada por contrastes geográficos, favorece las
diferencias más que las uniformidades. La historia de España como encrucijada geográfica
ha llevado a la influencia de diversas culturas y pueblos, contribuyendo a su riqueza cultural
pero también a la falta de cohesión.

La organización territorial de España ha evolucionado a lo largo de la historia, desde las


divisiones romanas hasta la compleja situación durante la invasión musulmana. La idea de
la unidad de España se matiza, ya que cada reino conservó sus propias instituciones
incluso después de los Reyes Católicos. Los Borbones introdujeron un modelo centralizado
con los decretos de Nueva Planta en el siglo XVIII.

La unidad territorial no se logró completamente hasta 1833 con la creación de la actual


división provincial. Finalmente, en 1978, se inició la reordenación territorial que condujo al
diseño autonómico actual, con algunas modificaciones en las regiones y la creación de
comunidades autónomas.

En resumen, la historia y la geografía de España han contribuido a su diversidad y a la


evolución de su estructura territorial a lo largo del tiempo, desde las divisiones romanas
hasta el diseño autonómico actual.

La Constitución de España establece la estructura de Comunidades Autónomas, que son


entidades territoriales con autonomía legislativa y competencias ejecutivas. Tienen la
facultad de administrarse a través de sus propios representantes.

Desde mediados del siglo XIX, se buscó descentralizar el poder central en España,
considerando opciones como el federalismo y la autonomía. A finales del siglo XIX,
surgieron movimientos regionalistas y nacionalistas en regiones como Galicia, País Vasco,
Cataluña y Andalucía. Estos movimientos defendían la autonomía regional y mitificaban su
historia, leyes, costumbres y lengua.

Los nacionalismos inicialmente propusieron la autonomía regional y la posibilidad de que las


provincias se mancomunaran. Sin embargo, la dictadura de Primo de Rivera detuvo este
proceso.

Durante la Segunda República, se reconoció el derecho a la autonomía, pero el proceso fue


lento. Se presentaron proyectos de estatutos de autonomía, pero solo se aprobaron el
catalán y el vasco.

La dictadura de Franco eliminó cualquier posibilidad de autonomía regional, pero con la


transición democrática, surgió nuevamente el debate sobre la estructura de España. La
Constitución de 1978 definió a España como un Estado plurinacional y reconoció el derecho
a la autonomía de las regiones. Se establecieron dos vías para constituirse en comunidad
autónoma: la vía rápida y la vía lenta.

La Constitución otorga a las comunidades autónomas competencias exclusivas en áreas


como políticas, económicas, infraestructuras, ordenación del territorio, sociales, sanitarias,
culturales y deportivas.
La creación de las autonomías llevó a una revalorización de las comarcas en el interior de
cada comunidad autónoma, y algunas de ellas adquirieron poder administrativo, mientras
que en otras se consideran zonas geográficas con características físicas comunes.

3.1. Contrastes regionales La estructura de Comunidades Autónomas en España muestra


grandes contrastes, con comunidades muy pequeñas y otras que superan en tamaño a
Portugal, como Castilla-León. Las comunidades autónomas litorales, con mejores
condiciones geográficas y recursos, han experimentado un desarrollo económico más fuerte
en comparación con las comunidades interiores, que presentan condiciones naturales
menos favorables.

3.2. Desequilibrios demográficos La distribución de la población en España es muy


desigual. La densidad media varía significativamente entre comunidades y provincias,
desde más de 750 habitantes por kilómetro cuadrado en Madrid hasta 25 en Castilla-La
Mancha. Casi la mitad de la población se concentra en solo 4 comunidades autónomas:
Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia, mientras que las zonas interiores tienen bajas
densidades. Además, los comportamientos demográficos difieren, con un crecimiento
positivo en algunas regiones y crecimiento negativo en otras.

3.3. Desequilibrios económicos y sociales Los desequilibrios económicos entre las


regiones españolas se remontan al siglo XIX, cuando la industrialización se centró en
algunas áreas como Cataluña, País Vasco, Asturias y Madrid. Estas disparidades se
agravaron con el segundo proceso industrial y el turismo en los años sesenta del siglo XX.

Un indicador clave de desigualdad es la contribución al PIB, donde Cataluña, Madrid,


Andalucía y la Comunidad Valenciana lideran con casi el 60%. La renta per cápita, que
relaciona el PIB con la población, muestra que Cataluña y Madrid son las más
desarrolladas, mientras que Ceuta, Melilla, Extremadura y otras tienen rentas per cápita
más bajas. El desarrollo económico se asocia con la importancia de los sectores secundario
y terciario, mientras que las regiones menos desarrolladas mantienen un sector primario
significativo.

En cuanto a la población activa, la distribución por sectores varía, con un predominio del
terciario en algunas comunidades, como Madrid y Baleares, y un mayor peso del sector
primario en otras, como Galicia y Extremadura. Esto refleja las diferencias en la estructura
económica y el desarrollo entre las comunidades autónomas.

4.1. Las políticas regionales en España Las políticas regionales en España para abordar
los desequilibrios territoriales comenzaron en la década de los sesenta con los Planes de
Desarrollo, centrados en la industrialización. Se fomentaron las instalaciones industriales en
áreas menos desarrolladas a través de Polos de Promoción y Desarrollo. Con la
Constitución de 1978, estas políticas pasaron a depender en gran medida de las
administraciones autonómicas y provinciales, enfocándose en el desarrollo regional
equilibrado y el fomento del desarrollo endógeno.

Hasta 1988, las políticas regionales se centraron en las Zonas de Urgente


Reindustrialización y los incentivos regionales. Luego, se introdujo el Fondo de
Compensación Interterritorial (FCI), dirigido a las comunidades con renta per cápita inferior
a la media.
4.2. Las políticas regionales de la U.E. España forma parte de la Unión Europea (UE) y,
por lo tanto, se beneficia de la política regional europea que busca abordar los
desequilibrios territoriales, económicos y sociales. Los fondos estructurales, los fondos de
cohesión y las iniciativas comunitarias son los pilares de esta política.

Los fondos estructurales, como el FEDER y el FSE, se destinan a regiones con ingresos
inferiores al 75% de la media comunitaria y a la reconversión socioeconómica de áreas en
crisis. Los fondos de cohesión financian proyectos de transporte y medio ambiente en los
países menos desarrollados de la UE.

Las iniciativas comunitarias son programas especiales de la Comisión Europea que abordan
problemas graves en toda la UE, con financiamiento de los fondos estructurales y los
estados miembros.

En España, estas políticas regionales de la UE han contribuido a reducir los desequilibrios


entre las comunidades autónomas, especialmente en aquellas por debajo de la media
europea. Sin embargo, la adhesión de países de Europa del Este con ingresos más bajos
ha reducido las ayudas recibidas por España.

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