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1. HABILIDADES PSICOMOTORAS..

1.1. Definición.

La motricidad tiene una dependencia básica con las funciones


musculares, articulatorias y del sistema nervioso central.

Ajuariaguerra (citado por Gonzales, 2005) sostiene que existe una


interrelación armónica y coordinada entre el sistema piramidal (controla
el movimiento involuntario), el sistema extrapiramidal (motricidad
automática) y el sistema cerebeloso (regula el movimiento da lugar a la
función motriz)

La parte psicológica de la motricidad permite que se conozca acerca de


los aspectos causales y las variables intervinientes en los procesos de
equilibración en los cuales se van estructurando la inteligencia y los
procesos de diferenciación del cuerpo y la consciencia de sí mismo, lo
que convierte al niño en un ser más autónomo.

Por eso se mantiene que las características de la articulación y la


expresión de los procesos psicomotores estan regidos por la historia y las
experiencias que determinan lo individual y propio de cada sujeto.

Es así que la psicología da cuenta de los aspectos cualitativos de la


estructura psicomotriz.

Entonces, el cuerpo de la persona es un lugar particular de integración


estructural entre lo neurofisiológico y lo psíquico, llegando a
configurarse como una unidad relacional de la especie humana

Aiken (2003) define las habilidades psicomotoras como la habilidad que


requiere el sujeto para coordinar la información sensorial que percibe y la
respuesta muscular que requiere para realizar determinada tarea.

En este proceso está involucrado el control muscular gestionado por el


cerebro y las vías neuronales motoras, sin embargo, para que su
movimiento sea útil requiere de práctica.

2. CARACTERÍSTICAS

Las habilidades psicomotoras corresponden a un proceso fisiológico en el cual


los estímulos son percibidos a través de los órganos sensoriales (tacto, gusto,
oído, vista, olfato como fuentes externas, y propiocepción como fuente interna)
y son transmitidos a traves del sistema nervioso periférico hacia los centros
superiores donde son integrados produciendo potenciales de acción que son
llevados por las neuronas motoras hacia los músculos esqueléticos donde se
produce la contracción muscular coordinada necesaria para generar
movimientos voluntarios.
3. DESARROLLO.

Para analizar el desarrollo del movimiento respecto al cuerpo en el niño, se


tomarán en cuenta los criterios de Letizia Gonzáles (2005):

3.1. Cuerpo tónico.

El Desarrollo de la percepción del cuerpo propio en lo seres humanos se da a


partir de la diferenciación del cuerpo del otro, por ello en el momento del
nacimiento, se da una ruptura entre la adecuación natural en la que el bebé se
encontraba dentro del vientre materno, y una apertura a la disposición adaptativa
al nuevo ámbito.

En esta primera etapa, el niño sabe de sí a través del cuerpo de la madre, quien
en su presencia le da sentido a cada una de sus producciones corporales. El
cuerpo de la madre da un orden y una respuesta a cada uno de los estados que
presenta el niño.

En este sentido la mirada de la madre tiene un sentido muy grande, puesto que
significan verdaderos encuentros, de diálogos preverbales, significativos que se
presentaran en tanto el bebé tenga la posibilidad de captar la mirada de otro y
dejarse captar.

El cuerpo del niño comienza a producir miradas, sonidos, manipulaciones,


contactos, movimientos que van revelando a nuevos y propios códigos, aquellas
formas de la relación con el otro y con el propio cuerpo que en un principio se
desarrollaban a través de la organización tónico postural y en ese diálogo.

4. TIPOS DE HABILIDADES PSICOMOTORAS.

Desde el punto de vista de la fisiología motora, encontramos la siguiente


clasificación de las habilidades psicomotoras:

4.1. Habilidad psicomotora gruesa.


Relacionada a los movimientos corporales amplios, como, por ejemplo:
saltar, mantener el equilibrio en un solo pie, correr, mover los brazos en
círculos.

4.2. Habilidad psicomotora fina.


Relacionada a los movimientos coordinados entre ojo y mano, lo cual
permite una manipulación perfeccionada de objetos que tienen piezas
pequeñas, por ejemplo, enhebrar un hilo en la aguja.

4.3. Habilidad psicomotora mixta.

Referida al uso de las habilidades psicomotoras gruesa y fina al mismo


tiempo, por ejemplo, un juego donde el niño deba llevar con ambas
manos una pelota hasta que este encaje en un lugar pequeño. Los
movimientos pueden ser realizado de manera unilateral, es decir, que
solo una mano o un pie realicen el movimiento y la acción, o pueden ser
bilaterales, cuando ambas manos o ambos pies estén involucrados.

4.4. Coordinación visomotora.

Es la ejecución de movimientos coordinados a partir de lo que se percibe


a través del sentido de la vista y la decisión de qué tipo de movimiento se
deberá realizar. Esta coordinación debe estimularse con diferentes
juegos, por ejemplo, aquellos en los cuales el niño pueda decidir qué
movimiento utilizará para introducir un triángulo en una cajita con
diferentes ranuras.

La coordinación visomotora requiere de la percepción visual de las


formas de los objetos con los que se interactuará, la relación con el
espacio, la orientación y la expresión motora de lo percibido.

Es por eso que la observación y la atención son imprescindibles en el


desarrollo de esta habilidad psicomotora.

Esta habilidad es muy importante para el desarrollo de la lateralidad, y


para corregir la torpeza motriz.

5. PSICOMOTRICIDAD.

Esta disciplina ha dado mucho que hablar en los últimos tiempos, puesto que a
raíz del desarrollo de las neurociencias se ha establecido la relación cada vez
más profunda entre el movimiento y el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Sin embargo, se ha utilizado la palabra psicomotricidad para denominar a los


ejercicios que realizan los niños en preescolar, colegio, sin tomar en cuenta la
significación psicológica del movimiento.

5.1. Definición.
García, el año 2021 la define como la actividad que confiere una
significación psicológica al movimiento, en donde cada nueva habilidad
se desarrolla a partir de otra menos organizada que permite integrar y
coordinar las funciones de la vida psíquica con el movimiento,
convirtiéndose en un elemento básico, en el aprendizaje, porque
promueve el eficiente proceso cognoscitivo. La psicomotricidad es una
actividad que facilita el desarrollo integral del niño.

5.2. La importancia de la sensibilidad y las sensaciones en el movimiento.

Para María Rebollo (1996), la sensibilidad puede ser, según su origen:

a. Exteroceptiva: que es la relacionada a la piel, por lo tanto, permite


captar las sensaciones de contacto, temperatura y dolor.

b. Propioceptiva: originados por los receptores que se encuentran en la


parte profunda de la piel, los músculos, tendones, las aponeurosis y
las articulaciones, que nos envían información de la posición corporal
y del movimiento del cuerpo en el espacio.

c. Interoceptiva: es la relacionada a los organos internos del cuerpo.

5.3. El balanceo en el desarrollo de los niños.

Los niños suelen balancearse de manera planificada, puesto que cuando


descubre este movimiento, lo puede llegar a repetir infinidad de veces.
Este movimiento puede llegar a mantenerse hasta adultos, por ejemplo, el
balancearse en las patas traseras de la silla.

Este movimiento se caracteriza por un vaivén en el espacio que se lo


puede realizar en diversas posturas y en diferentes direcciones. Esto
permite que el niño experimente con su cuerpo en relación con el
espacio, balanceándose de arriba hacia abajo, de derecha a izquierda,
incluso combinando estas direcciones, esto permite que se ejercite la
tonicidad corporal en las diferentes posturas que adquiere el cuerpo.

Lo más interesante es que la postura corporal cambia en el ejercicio de


estos movimientos, también la amplitud del mismo. Esto genera
diferentes reacciones, desde verbalizaciones hasta una distensión
muscular.

Estos balanceos pueden ser activos y voluntarios cuando el niño lo hace


por sí mismo, o puede ser involuntario cunado es balanceado por otro o
por un objeto, por ejemplo, en un columpio.
El niño también puede practicar la alternancia entre lo voluntario e
involuntario del balanceo, lo que le permite alternar entre la rigidez y la
flexibilidad corporal mientras que determinados segmentos del cuerpo se
van activando alternadamente.

El balanceo está muy relacionado al ritmo, porque cada balanceo tiene


una frecuencia, una velocidad y una amplitud configurando así el ritmo.
Es así que el niño puede modificar la periodicidad del movimiento al
frenarlo o acelerarlo, darle impulso o dejarse llevar.

El balanceo tiene su contraparte psicológica, pesto que responde a


diferentes situaciones, por ello es importante tomar en cuenta el contexto
en el que se da y la historia de cada niño. Sin embargo, una de las
emociones que más sienten son las placenteras:

- Placer de sentir el movimiento en su propio cuerpo, porque le


producen sensaciones kinestésicas, vestibulares, visuales y
táctiles.

- Placer de controlar cada vez más el movimiento, y el niño siente


motivado por la sensación de logro para seguir mejorando su
movimiento.

- Placer de perder el miedo, sobre todo cuando el niño se balancea


con movimientos de gran amplitud, esto sucede porque existe la
necesidad de controlar el miedo. Lo que se debe evitar en este
caso es no llegar a que el juego se convierta en angustiante para
el niño, por eso no debemos llevarlo al límite.

- Placer al socializar esta actividad motriz con otros niños o con


adultos que compartan o intercalen la actividad de balanceo.

5.4. Movimientos giratorios.

Los movimientos giratorios aparecen más tarde que los movimientos de


balanceo, porque requieren de una maduración del tono muscular, el
equilibrio y el control postural.

Bergés (1988) denomina movimientos giratorios a las volteretas


completas o a giros continuos de pie, no cuenta los cambios de dirección
de izquierda a derecha.
Estos movimientos giratorios incluyen movimientos localizados y
también los movimientos amplios.
Las características del movimiento giratorio dependen en gran medida de
dónde se encuentre el eje del movimiento, que puede estar en el propio
cuerpo o puede estar en un objeto exterior al cuerpo, como un pivote, lo
que permite que se amplifiquen los movimientos, este puede ser un
poste.

Los movimientos giratorios también pueden ser socializados al


compartirlos con otras personas, por ejemplo, hacer rondas, el pato-pato-
ganso.

Estos movimientos también se pueden realizar en diferentes direcciones,


y suelen producir grandes cambios en la orientación del cuerpo en el
espacio.

Si no se los hace con cuidado y con límite pueden tener un resultado de


vértigo, aturdimiento o pérdida de equilibrio, sobre todo cuando se da la
supresión de la vista, lo que provoca alteraciones de equilibrio, para que
esto no suceda lo más importante es lograr una percepción estable del
entorno para que actúe como punto de referencia.

Las implicaciones psicológicas de estos juegos con movimientos


giratorios también están relacionadas a la sensación de logro al mantener
el control del movimiento del cuerpo y no caerse, al mismo tiempo que
mientras más control gana el niño, menos miedo siente a los
movimientos.

Otro factor importante es que al girar el niño tiene la sensación de que el


mundo se fragmenta y se deshace, y al parar recupera la visión íntegra
del mundo que lo rodea, entonces tiene la sensación de destruir para
reconstruir una imagen del mundo.

En cuanto a la importancia de las rondas para la cohesión de grupo radica


en que se da la posibilidad del centramiento en uno mismo al mismo
tiempo que tiene la sensación de pertenencia a un grupo que realiza la
misma actividad.

5.5. Importancia de los juegos con prevalencia motora.

En la actualidad, la mayoría de los juegos propuestos en las instituciones


educativas marginan el movimiento, siendo esto contraproducente,
porque no exploran nuevas habilidades psicomotoras del niño. Al
realizar los juegos motrices el niño aprende a fomentar y jerarquizar el
control corporal y compartir las sensaciones con un grupo dentro de la
socialización con sus compañeros.

El rol principal de estas actividades es fomentar el desarrollo motriz, el


equilibrio, la lateralización, la consciencia de sí mismo, la liberación de
imágenes, la respuesta tónico emocional, establecer las relaciones con
otros niños.

A nivel psicológico permiten una mayor distensión ante las situaciones


estresantes, estimulación de la confianza en sí mismo puesto que podrá
superar el miedo en los movimientos, sensación de logro que repercute
en su nivel de autoestima, descarga ante la frustración, expresión de
pensamientos, sentimientos y emociones diversas y fomenta la
socialización, la capacidad de compartir, de colaborar, de respetar los
turnos y aprender las reglas de juego.

5.6. Juegos de representación.

Los juegos representativos son un lenguaje de imágenes y movimientos,


a diferencia de los juegos de reglas que se presentan como una
organización abstracta en la cal penetra el niño. Por otra parte, es
importante tener en cuenta que todo juego se expresa por la imagen y el
gesto, incluso cuando se trata de los juegos de reglas más complejo
(Gutton, 1972).

5.6.1. Juego simbólico.

Dentro de los juegos de representación se encuentran los juegos


simbólicos, muy trabajados por Piaget, Elkonin y Vigotsky, donde el
niño evocará una acción al contexto presente, para lograrlo el niño
deberá tener una representación de su propio cuerpo, de la ubicación que
éste tiene respecto al espacio y tiempo, ademas de un manejo de la
memoria para recordar las situaciones u objetos que traerá al presente.

En cuanto al movimiento, estos juegos requieren el manejo y control del


cuerpo, para lograr las representaciones que deberá hacer con él. A nivel
social permite la interacción y puesta en acuerdo con los otros
compañeros de juego, también la sensación de colaboración y
compromiso con el papel que desarrolle. A nivel psicológico, permite
que el niño represente la realidad que lo rodea sin sentirse intimidado, y
pueda expresar emociones o situaciones que no le resultan agradable en
la realidad, sin sentirse avergonzado, señalado por lo que puede estar
viviendo.

A nivel cognitivo y de aprendizaje estos juegos permiten que el niño


ensaye combinaciones de conductas, interacciones con objetivos,
dominio del espacio y control de tiempo de ejecución de movimientos.
También permite el desarrollo de la creatividad al recrear situaciones que
no se dan en el momento nie l lugar presentes, o dar a un objeto una
función determinada, por ejemplo convertir una caja en una nave
espacial.
En relación al lenguaje, el juego simbólico es clave, ya que el niño
necesitará de las palabras para denominar los objetos, para transferirle
significados diferentes a los que tienen en la vida cotidiana, por eso la
palabra que el niño escoja para denominar al objeto determinará la
función del mismo.

5.6.2. Juego de construcción.

Son las actividades en las cuales el niño manipula, estructura y


representa por medio de materiales concretos.

Maldonado (2016) plantea que a través del juego manipulativo –


exploratorio el niño busca experimentar por el tacto, por ejemplo le
gusta tocar superficies diferentes, juntar objetos y luego separarlos, y
suele realizar preguntas en el proceso.

Este tipo de juego estimula la curiosidad y la adquisición de


conocimientos que incrementan por la acumulación de experiencias
diversas que tiene el niño. Es en este momento en el que el niño deja
de interesarse por el objeto en sí y lo que desea es asignarle a estas
propiedades diferentes.

La imaginación también se estimula también puesto que le dará


funciones diferentes al os objetos y también al momento de elaborar
la historia que precede a la construcción con los mismos y el
desarrollo de la acción de construcción en sí.

Este tipo de juego tiene relación con el desarrollo del pensamiento


lógico matemático, con criterios como decir que un objeto tienen la
misma altura que otro, que un objeto es diferente a otro, que necesita
tres almohadones para hacer el techo dela casa que construye en el
comedor. El conocimiento en este sentido, no lo adquiere del objeto
mismo sino de la acción que ejerce sobre los mismos.

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