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CONTROL DE LECTURA N° 1
Profesor: Integrantes:
Hugo Isaias Egocheaga Casas Albani Segovia Méndez - U21207887
María Quispe Torres - U19304214
Rodrigo Cuya Sacramento - U19208085
Gloria Izázia Piscoya - U20239672
Con ello, el Tribunal Constitucional pretende regular específicamente la modalidad precisa para
el ingreso a la administración pública bajo el régimen de la actividad privada, es decir para
aquellas entidades reguladas por el Decreto legislativo 728 (por ejemplo: SBS, FONCODES,
INDECOPI, CONGRESO DE LA REPÚBLICA, TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, etc); en
este sentido, no se aplica a los trabajadores de entidades estatales sujetas únicamente a regímenes
laborales públicos (magisterio, ministerios, etc.) ni a los trabajadores del sector privado, ni a las
que se acogen a la ley de la carrera administrativa (D. Leg. N° 276 – magisterio, ministerios, etc)
o cualquier otro régimen laboral público, o de los basados en la Ley 24041 (que prohíbe el
despido injustificado de servidores públicos con más de un año de contratación).
Otro punto resaltante a toda vista es que los efectos de la sentencia emitida son vinculantes desde
el día siguiente de su publicación y tiene plenos efectos retroactivos, incluso para los procesos en
trámite que no sean precisamente por acciones de amparo y en el que los demandantes pretendan
su reposición. Dicho ello, si bien se denota una adecuada intención por parte de los miembros del
Tribunal constitucional que por mayoría aprobaron la misma, a fin de regular desde ya el
procedimiento formal de acceso a la administración pública basado en los tres parámetros antes
dichos, ello no es óbice para dejar de reconocer que se han rebasado criterios constitucionales y
jurisprudenciales ya debidamente implementados e incluso reconocidos en su momento por el
propio TC y la Corte suprema de justicia, lo que hace absurdo su adecuación obligatoria por
decir lo menos a los casos ya en trámite.
En este sentido es irrazonable, sin embargo, que la sanción por no realizar dichos concursos, o
prever las plazas respectivas y el carácter indeterminado de sus contratos, recaiga sobre el
trabajador y no sobre el Estado cuando es éste quién habitualmente actúa de este modo para
violar los derechos laborales de sus trabajadores, y más grave, que se deniegue un recurso
efectivo contra esta lesión al derecho humano al trabajo, privando de efectos restitutivos a los
recursos intentados por las víctimas, concluyendo que el precedente Huatuco impone una
condición discriminatoriamente disminuida a estos trabajadores respecto de sus pares en el sector
privado, que si pueden acceder a la reparación restitutiva que la ley prevé para quienes prueban,
en base al principio de primacía de la realidad, que sus contratos fueron desnaturalizados y
fueron despedidos sin una causa justa.
Así mismo el precedente Huatuco genera desprotección para los empleados públicos que están
en esta condición, porque en el momento en que sean separados, no tendrán derecho a la
reposición, protegida válidamente en el Protocolo de San Salvador, el cual el Perú está obligado
a respetar.
Conclusiones: