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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Guía de Estudio
Historia del
Derecho

Unidad I: B) Comunidad Primitiva


Gordon Childe: “Los Orígenes de la Civilización”

Capitulo 4: Recolectores de alimentos


La aparición del hombre sobre la tierra ha quedado señalada por los utensilios que fabrico. El
hombre necesita utensilios para llenar las deficiencias de sus aprestos, asegurándose alimento y abrigo.
Es de presumir que los primeros utensilios fueron trozos de madera, hueso o piedra, toscamente
afilados o acomodados a la mano, rompiéndolos o astillándolos.
En los comienzos del pleistoceno, existieron ciertos “hombres” que fabricaron inconfundibles
implementos de piedra y también controlaron el fuego.

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Las pieles y cueros se han empleado mucho como “vestidos”, y los salvajes contemporáneos
utilizan una variedad de instrumentos para aderezarlos y servirse de ellos como abrigos y refugios. Algunos
de los utensilios empleados así para raspar cueros, son muy similares a los pedernales primitivos.
La designación implica que los hombres no solo fabricaban los utensilios, sino que los empleaban
para preparar las pieles de sus vestidos; pero, desde luego, la validez de esta deducción tácita no ha sido
demostrada.
Lo más probable es que los primeros utensilios hayan servido para una multitud de propósitos. El
hombre primitivo tuvo que aprender por experiencia el hecho de que las piedras son más adecuadas para la
fabricación de instrumentos, lo mismo que el tallarlas correctamente.
En el curso de la producción de sus instrumentos, las comunidades primitivas tuvieron que edificar
una tradición científica, anotando y transmitiendo cuales eran las piedras mejores, en donde se los podía
hallar y como debían ser manipuladas Solo después de haber dominado la técnica de fabricación pudo el
hombre empezar a elaborar, con éxito, herramientas especificas para cada ocasión particular. Los hechos
comprobados son la fabricación de utensilios y el control del fuego.
El control del fuego fue, el primer gran pasó en la emancipación del hombre respecto de la
servidumbre a su medio ambiente. Calentado por las ascuas, el hombre pudo soportar las noches frías y
pudo penetrar en las regiones templadas y a un en las árticas. Las llamas le dieron luz en la noche y le
permitieron explorar los lugares recónditos de las cavernas que le daban abrigo. El fuego ahuyento a otras
bestias salvajes. Por el cocimiento, se hicieron comestibles sustancias que no lo eran en su estado natural.
El hombre ya no tuvo que limitar sus movimientos a un tipo restringido de clima, y sus actividades no
quedaron determinadas necesariamente por la luz del sol.
Al controlar el fuego, el hombre dominó una fuerza física poderosa y un destacado agente químico.
Pero, alimentando y apagando el fuego, transportándolo y utilizándolo, el hombre se debió
revolucionariamente de la conducta de los otros animales.
El hombre aprovechó y mantuvo los fuegos que ya encontraba encendidos, producidos por el rayo o
por otros agentes naturales. Aun esto supone alguna ciencia: observación y comparación de experiencias.
El hombre tuvo que aprender cuales eran los efectos del fuego.
Los pueblos salvajes producen el fuego por la chispa que resulta al golpear el pedernal contra un
trozo de pirita de hierro o de hematites, por la fricción entre dos pedazos de madera, o por el calor generado
al comprimir aire en un tubo de bambú. La primera forma ya era empleada en Europa durante la última edad
de hielo.
La variedad de procedimientos para encender el fuego indica, tal vez que el descubrimiento es
relativamente tardío en la historia humana, cuando nuestra especie ya se había desperdigado en grupos
aislados.
El hombre pudo, a partir de entonces, no solo controlar, sino también iniciar el enigmático proceso
de la combustión, el grande y misterioso poder del calor.
Se supone que los hombres mas primitivos tendían trampas y cazaban animales salvajes y aves;
atrapaban peces y lagartos, recolectaban frutas silvestres, moluscos y huevos, y extraían raíces y larvas.
También se supone que se hacían sacos de piel. Algunos se refugiaban, con seguridad, en las cavernas y
otros, deben haber levantado refugios rudimentarios de ramas. El éxito en la caza solo se pudo lograr por
una observación prolongada y cuidadosa de los hábitos de las presas; los resultados deben haber formado
una tradición colectiva de conocimientos sobre cacería. La distinción entre plantas nutritivas y venenosas,
es de creer que también fue aprendida por experiencia.
El hombre debe haber aprendido cuales eran las épocas propicias para la cacería de las diversas
presas y para recolectar las distintas especies de huevos y de frutas. Para hacerlo con éxito, debe haber
descifrado el calendario del cielo; pudo haber observado las fases de la luna y la ascensión de los astros.
Para tener éxito en la vida, aun el hombre más primitivo necesitaba tener un conjunto considerable de
conocimientos astronómicos, botánicos, geológicos y zoológicos.
Se puede inferir que los hombres aprendieron a actuar en compañía y cooperando unos con otros,
en la adquisición de su subsistencia.
Cerca de la ultima edad de hielo, se hicieron prominentes los hombres del llamado tipo
musteriense. Como vivían habitualmente en cavernas, para escapar del intenso frío se conocen más
detalles sobre sus vidas que respecto a los grupos anteriores. Industrialmente los musterienses seguían la
tradición de las lascas, aun cuando algunos aprendieron también a hacer utensilios de núcleos. Desde el
punto de vista biológico, pertenecieron a la especie de neandertal, ahora extinta. Caminaban arrastrando
los pies y no podían sostener erguida su cabeza. Su mandíbula carecia de barba, tenían una enorme
protuberancia ósea sobre los ojos y la frente inclinada hacia atrás, lo cual daba a su rostro un aspecto
bestial.
Económicamente los musterienses fueron cazadores y se especializaron en atrapar los grandes
mamíferos árticos. Naturalmente estas grandes bestias no podían ser perseguidas por individuos aislados o

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pequeñas familias; la cacería del mamut es ocupación de una comunidad social mayor, cuyos miembros
cooperan con propósitos económicos.
El hecho más notable acerca de los musterienses, es el cuidado que ponían en el arreglo de los
muertos. En general procuraban proteger el cuerpo.
En algunos casos la cabeza descansa sobre una almohadilla de piedras encima y alrededor para
aliviar el peso de la tierra. Los muertos no solo eran enterrados cuidadosamente; ademas, sus tumbas eran
colocadas cerca del hogar; como si dieran calor a sus ocupantes. El muerto era provisto de utensilios y de
comida.
Todo este ceremonial testimonia la actividad del pensamiento humano en sentidos inesperados y no
económicos. Enfrentados ante el aterrador hecho de la muerte debe haberse iniciado el pensamiento
imaginativo entre los musterienses de aspecto bestial. No creyendo en cese completo de la vida terrena se
imaginaron oscuramente alguna forma de continuación de ella, en la cual el muerto tendría necesidad de
aliento material y de utensilios. El patético y vano cuidado de los muertos testimoniando en forma precoz, se
convertiría después en un arraigado hábito de la conducta humana, el cual había de inspirar maravillas
arquitectónicas como las pirámides egipcias y el TAJ-mahal.
Habían observado correctamente que existe una asociación entre la vida y el calor. Pudieron inferir
que el calor era una causa de la vida: la muerte se debería a un déficit de calor.
El fervor de la fe humana en los remedios mágicos es proporcional a su sentimiento de impotencia
ante crisis tales como la muerte. Sintiéndose impotente, el hombre no se atreve a dejar que lo abandone la
esperanza.
Al propio tiempo la magia ofrece un procedimiento abreviado de obtener poder.
Aborreciendo el pensamiento, el hombre acepta la explicación que encuentra más a la mano y se
aferra desesperadamente a ella.
Algunos milenios después, el clima glacial de Europa se mejoro ligeramente por un tiempo. Durante
este intervalo mas calido, aparecieron por primera vez los hombres de nuestra propia especie, en los
testimonios arqueológicos en Europa, el norte de África y en el cercano oriente. El “hombre” de Neandertal
desapareció bruscamente; su lugar fue ocupado por los hombres modernos, cuyos cuerpos difícilmente
provocarían comentarios en un depósito de cadáveres actual.
Todos los grupos del paleolítico superior se encontraban mejor equipados, para luchar con el medio
ambiente, que cualquier otro grupo anterior. Incluso fabricaban herramientas para hacer herramientas.
Trabajaban el hueso y el marfil con l misma habilidad que el pedernal; incluso, inventaron algunos artefactos
mecánicos simples, como el arco y el lanzador de venablos, para aumentar la fuerza muscular humana al
arrojar las armas.
A pesar del intenso frío, el medio ambiente en Europa era altamente favorable para los cazadores
equipados con medios de enfrentarse a el. Las llanuras de Rusia y Europa central, eran tundras
descubiertas o estepas. Durante el verano soplaban fuertes vientos de los glaciares y las laminas de hielo,
cubriendo estas llanuras con una capa de polvo fino, a través del cual brotaba la hierba tierna en la
primavera.
La carne solo se podía obtener por la cooperación efectiva de un número importante de individuos y
por el conocimiento detallado de los hábitos de las manadas.
En el centro de Francia, las mesetas de piedra caliza eran estepas en las cuales pastaban los
mamuts, renos, bisontes, toros, almizcleros, caballos y otros animales comestibles. El salmón invadía todos
los años las aguas del Dordoña, del Vezére y de otros ríos, en forma tan abundante como en la Colombia
británica en la actualidad.
Los profundos depósitos en las cavernas y la multitud de utensilios que pueden recogerse sugieren
el incremento de la población en el paleolítico superior. El número de esqueletos del paleolítico superior
encontrados tan solo en Francia excede al de todos los esqueletos anteriores juntos.
Con una caza tan abundante como para garantizar su seguridad y aun su comodidad, los
auriñacienses fueron capaces de formar una variada vida cultural, sobre las tradiciones heredadas de
ancestros desconocidos. En el aspecto material, su rasgo más notable es la posesión de maquinas: el
lanzador de venablos y el arco.
Estos pueblos deben haber vivido en grandes comunidades suficientes para cazar con éxito
grandes presas, como el mamut y el bisonte. Se desconoce, desde luego, el modo en que estaban
organizados.
Económicamente, cada grupo era autosuficiente. Pero la autosuficiencia no significa aislamiento.
El comercio no constituía una parte fundamental en la economía de estos grupos. Esta se basaba
en la caza y la recolección y, por lo menos en la época magdaleniense, en la pesca.
El aspecto más sorprendente y notable de las culturas del paleolítico superior es la actividad
artística de los cazadores. Tallaron figuras redondeadas en piedra o en marfil, modelaron animales en
arcilla, decoraron con sus armas con dibujos representativos y formales, ejecutaron bajorrelieves en las
paredes de roca de las cavernas en que se guarnecían y grabaron o pintaron escenas en los techos de las
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cuevas. Por supuesto, tendría que trabajar con una confusa luz artificial: se han hallado realmente lámparas
de piedra; podemos suponer que el combustible era la gras animal y que el musgo servia de mecha. Las
pinturas son casi exclusivamente, retratos muy fieles de animales individuales.
Otras producciones del arte paleolítico pueden ser consideradas también como mágicas, solo que
en sentidos mas bien distintos. . Generalmente, los cuerpos son excesivamente gruesos y están exagerados
los rasgos sexuales, pero tienen el rostro casi sin tallar. Se supone que estas figuras eran amuletos de la
fertilidad. El poder generador de la mujer seria inherente a ellas y a través de ellas se encauzaría al
suministro de alimentos para la tribu, asegurando la fertilidad de la caza y la vegetación.
Después de la edad de hielo, llegaron una serie de representaciones enteramente convencionales.
El artista ya no trato de retratar a un ciervo vivo individual; se contento con dibujar el menor número posible
de trazos, para indicar los atributos esenciales por los cuales se puede reconocer a un ciervo. Por otro lado
se acostumbro a pensar en forma abstracta. Llegó a entender la idea de ciervo, en contraste con este o
aquel ciervo, y lo simbolizo en la forma más generalizada, omitiendo todas las peculiaridades individuales
que distinguen un ciervo de otro o al mismo ciervo en momentos diferentes.
Al terminar la edad de hielo, cuando los bosques invadieron las antiguas estepas y la tundra,
desalojando las manadas de mamuts, bisontes, caballos y renos de Francia, decayó la cultura basada en la
caza de animales. Otros pueblos crearon la nueva economía de productores de alimentos. De hecho, es
concebible que, desde la época de los cazadores auriñacienses y magdalenienses en Europa, ya existían
tribus en otros continentes que habían comenzado a cultivar plantas y crear animales.

Capítulo 5: La revolución Neolítica


El hombre no introdujo cambio fundamental alguno en su actitud hacia la naturaleza exterior. Pero
apenas terminada la edad de hielo la actitud del hombre hacia su medio ambiente, sufrió un cambio radical,
preñado de consecuencias revolucionarias para la especie entera.
En la última vigésima parte de su historia, el hombre ha empezado a controlar la naturaleza o, por lo
menos ha logrado ejercer su control cooperando con ella.
La primera revolución que transformo la economía humana dio al hombre el control sobre su propio
abastecimiento de alimentos. El hombre comenzó a sembrar, a cultivar y a mejorar por selección algunas
yerbas, raíces y arbustos comestibles. Logró domesticar y unir firmemente a su persona a ciertas especies
de animales.
Se estima que mientras algunos grupos humanos comenzaron por el cultivo de las plantas, otros
grupos empezaron domesticando animales.
En las civilizaciones que han contribuido de manera más directa y generosa a formar la herencia
cultural de la cual gozamos, son el trigo y la cebada. Estos dos cereales ofrecen ventajas excepcionales. El
alimento que producen es muy nutritivo: los granos se pueden almacenar con facilidad, el rendimiento es
relativamente elevado y, sobre todo, el trabajo requerido para su cultivo no es demasiado absorbente.
El cultivador de grano goza de lapsos importantes de ocio, durante los cuales se puede dedicar a
otras ocupaciones. En cambio, el cultivador de arroz no dispone de tales treguas.
Tomando en cuenta que las civilizaciones históricas de la cuenca del Mediterráneo, del Cercano
Oriente y de la India, se edificaron sobre cereales, debemos concentrar nuestra atención sobre las
economías basadas en el trigo y en la cebada.
La introducción de una economía productora de alimentos afecto, como una revolución a las vidas
de todos los involucrados en ella lo bastante para reflejarse en la curva de la población.
No debe confundirse la adopción de la agricultura con la adopción de una vida sedentaria. Es
costumbre contrastar la vida asentada del agricultor con la existencia nómada del cazador sin hogar. Para
muchos campesinos de Asia, África y América del sur, todavía en la actualidad, la agricultura significa
despejar un lugar de monte bajo o de matorrales, escarbarlo con una azada o con una estaca, sembrarlo, y
luego recoger la cosecha.
Sus enseres domestico son bastante simples como para ser transportados fácilmente. Las casas
mismas son chozas endebles, probablemente inmundas por la prolongada ocupación.
LA naturaleza planteo pronto un problema a los agricultores: el problema del agotamiento del suelo.
El modo más sencillo de entendérselas con el problema fue eludirlo, trasladándose a otro sitio.
El cultivo nómada hortense es la fortuna mas primitiva de la agricultura, no por ello es la mas simple,
ni tampoco la mas antigua.
Los hadendoa en el oriente de Sudán esparcen las semillas de mijo sobre el fango húmedo
depositado por la avenida del Nilo cada otoño y esperan que broten las plantas. Cada vez que se abate una
tempestad sobre el monte Sinaí provocando una avenida del Wady el arish, los árabes del desierto se
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apresuran a sembrar los granos de cebada en el sedimento acabado de depositar y recogen una grata
cosecha.
Los recolectores de alimentos deben haber utilizados los granos de trigo y cebada silvestres como
alimento antes de haberlos empezado a cultivar.
Respecto a Europa, es muy probable que la idea del cultivo y los cereales cultivados fueran
introducidos por vez primera por los agricultores de azada que se extendieron por el occidente de Europa,
desde el norte de África y por otros que emigraron desde la cuenca del danubio hacia Bélgica y Alemania.
Por otra parte la agricultura en Egipto no era una cosa tan simple. En su estado natural, el valle del
Nilo debe haber estado formado por una sucesión de ciénagas, ahogadas por espesos cañaverales, en los
cuales se guarecerían los hipopótamos y otras bestias molestas. Para hacerlas cultivables, la ciénagas
debieron ser drenadas y despejadas, ahuyentando a sus peligrosos habitantes. Tal empresa solo era posible
para una comunidad de cierta magnitud y equipada con instrumentos eficaces.
Es infructuoso especular acerca de cómo, cuando y en donde se inició el cultivo de cereales. Tal vez
es algo más útil indagar como la forma primaria de producir alimentos se integró y se convirtió en agricultura
mixta.
Esta economía característica de la etapa neolítica, en todos los lugares en los cuales existió. Los
animales domésticos para alimentación no eran muy variados. Pocas especies se han agregado a las
granjas en los periodos subsecuentes en otros países.
Una vez almacenados los granos, el agricultor pudo tolerar que los musmones o los bueyes muertos
de hambre invadieran sus parcelas cultivadas. Las bestias, por su parte, deben haber crecido mansamente
y se acostumbraron a la proximidad del hombre.
En las condiciones de la desecación incipiente, el agricultor tuvo oportunidad de agregar a su
familia no solo cachorros aislados, sino los restos de rebaños o manadas completas, comprendiendo
animales de ambos sexos y de todas las edades. Se dio cuenta, entonces de la ventaja de tener un grupo
de estas bestias medio mansas rondando en las cercanías de su vivienda, como una reserva de caza que
podía coger con facilidad, pudo encontrarse en la vía de la domesticación.
En un principio, es de presumir que las bestias mansas o domesticadas únicamente eran
consideradas como una fuente potencial de abastecimiento de carne. Mas tarde deben hacerse descubierto
otras maneras de servirse de ellas. Se pudo advertir que los cultivos se desarrollaban mejor en las parcelas
que habían servido de pastura. Por ultimo se dieron cuenta del valor del estiércol como fertilizante.
En las tierras del mediterráneo, en el verano existen buenos pastos en las montañas que se cubren
de nieve durante el invierno. Así, las ovejas y las vacas son llevadas hasta los pastos de la montaña durante
la primavera. Los pastores debían llevar consigo, provisión de granos y otros aprestos. En algunos casos, la
fracción de la comunidad que emigraba con sus parejos a los pastos de verano era bastante pequeña.
Esto no se encuentra muy alejado de una economía pastoril, en la cual la agricultura juega un papel
insignificante.
Los pueblos pastores no son muy afectos a dejar muchos vestigios que puedan servir a los
arqueólogos para reconocer su presencia. Tienden a emplear vasijas de cuero y cestas en lugar de objetos
de cerámica; a v vivir en tiendas, en lugar de refugios excavados, de chozas sostenidas por sólidos postes
de madera o por muros de piedra o tabique.
Cualquiera que haya sido su origen, la cría de ganado dio al hombre control sobre su propio
abastecimiento alimenticio, tal como lo hizo también la agricultura. En la agricultura mixta, la ganadería
asumió una función equiparable a la del cultivo, dentro de la economía productora de alimentos. Sin
embargo, del mismo modo que el termino “agricultura” incluye muchos modos distintos de obtener la
subsistencia asimismo la frase “agricultura mixta” señala igual disparidad y diversidad. Los varios modos
diferentes de cultivo de pueden combinar, en diversos grados, con distintas actitudes hacia la cría de
ganado.
También debemos recordar que la producción de alimentos no desalojó a la recolección de
alimentos.
La pesca es una gran industria que contribuye directamente a la dieta de todos. En un principio, la
montería, la volatería, la pesca, la recolección de frutas, caracoles y larvas siguieron siendo las actividades
esenciales para la obtención de alimentos de cualquier grupo productor de alimentos.
El grano y la leche se introdujeron como meros complementos de una dieta de caza, pescado,
hayas, nueces y huevecillos de insectos. Probablemente, la agricultura comenzó como una actividad
incidental de las mujeres, mientras sus maridos están dedicados a la actividad verdaderamente seria de la
montería. Solo de una manera lenta llego a conquistar la posición de una industria independiente y
finalmente predominante.
Hay dos aspectos de la simple economía productora de alimentos que merecen atención. En primer
lugar, la producción de alimentos, aun en su forma más simple, proporciona una oportunidad y un motivo
para la acumulación de un sobrante. Una planta cultivada no debe ser consumida tan pronto como se la

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cosecha. Los granos deben conservarse y escatimarse de modo que duren hasta la siguiente cosecha, por
un año entero.
En segundo lugar, la economía es enteramente autosuficiente. La simple comunidad productora de
alimentos no depende, para ninguna de sus necesidades vitales, del trueque o del intercambio con otro
grupo.
Esta autosuficiencia económica no significa necesariamente el aislamiento. Las variaciones ya
indicadas en la simple productora de alimentos, la practica simultanea de diversos métodos para obtener la
subsistencia, por grupos diferentes, obligan a las distintas comunidades a entrar en contacto reciproco. Al
conducir sus rebaños a los pastos de verano, los pastores de una población tienen la oportunidad de
reunirse con los pastoriles de otro poblado. Al realizar expediciones de cacería a través del desierto, los
cazadores de un oasis pueden efectuar partidas comunes con los cazadores de otro oasis. Lejos de
constituida una dispersión de unidades discontinuas, el mundo neolítico debe ser considerado como una
cadena continua de comunidades. Cada una de ellas estaba enlazada a todos sus vecinos por contactos
recurrentes, así fueran poco frecuentes o irregulares.
El arte de la alfarería ya era complicado aun en su forma más tosca y corriente. Implicaba la
apreciación de varios procesos distintos y la aplicación de todo un conjunto de descubrimientos.
Entre las ruinas de las poblaciones neolíticas primitivas de Egipto y del Cercano Oriente,
encontramos los primeros indicios de la industria textil. Prendas de vestir fabricadas con tejidos de lino y
después de lana, empiezan a competir con los vestidos de piel o las faldas de hojas, en la proteccion contra
el frío y el sol. En primer lugar se tuvo que disponer de un material apropiado, una substancia fibrosa que
produjera fibras largas. Los pobladores neolíticos del lago fayum ya empleaban el lino. Debieron
seleccionarlo entre otras plantas y empezar a cultivarlo deliberadamente, ademas de los cereales cultivados
Entre las invenciones previas que son necesarias es importante el torno de hilar. Los pequeños
discos de piedra o arcilla cocida usados como contrapesos de la rueca, que sirven para dar peso al extremo
del huso, como una especie de volante en miniatura. Solo en condiciones verdaderamente excepcionales
se pueden conservar los propios productos textiles o los instrumentos de madera empleados en su
fabricación.
De dichos instrumentos, el fundamental es el telar. En realidad, es posible producir cierto tipo de tela
con la ayuda de un marco y por medio de un proceso de trama mezclada, semejante al que se emplea para
tejer esteras.
El telar es una pieza de maquinaria muy complicada. Su uso no es menos complicado. La invención
del telar ha sido uno de los grandes triunfos del ingenio humano. Sus inventores son anónimos, e hicieron
una contribución esencial al patrimonio del conocimiento humano, proporcionándole una aplicación científica
que solamente a un insensato le parecerá demasiado trivial como para merecer tal nombre.
Todas las industrias requieren para su operación de una destreza técnica que únicamente se puede
adquirir por el entrenamiento y la practica.
Todas las industrias, desde la agricultura hortense hasta los tejidos llegaron ha ser posibles solo por
la acumulación de experiencias y por la aplicación de deducciones extraídas de ellas.
Cada una de las operaciones realizadas en un oficio, debía acompañarse con los hechizos
apropiados y con los actos rituales que se consideraban de rigor. Todo este conjunto de reglas, prácticas y
mágicas, formaba parte de la tradición del oficio. El padre la transmitía al hijo por medio del ejemplo y del
precepto. La hija ayudaba a la madre a fabricar vasijas, la observaba atentamente, la imitaba y recibía de
sus labios orientaciones verbales, advertencias y consejos. Las ciencias aplicadas eran transmitidas, en el
periodo neolítico por lo que actualmente podemos llamar un período d aprendizaje.
Hemos presentado los oficios neolíticos como industrias domesticas. Sin embargo, las tradiciones
artesanas no son individuales, sino colectivas. Constantemente están contribuyendo a ellas la experiencia y
el saber de todos los miembros de la comunidad. En un a población moderna de África las amas de casa no
se separan para fabricar y cocer sus vasijas. Todas las mujeres del poblado trabajan juntas, conversando
sobre sus observaciones y comparándolas. La ocupación es pública; las reglas que se aplican son el
resultado de la experiencia común. Llevan el sello de una poderosa tradición colectiva, más bien que un
carácter individual.
Por lo demás, la economía neolítica en su conjunto no hubiera podido existir sin el esfuerzo
cooperativo. El pesado trabajo de desmontar parcelas en el bosque o de drenar un pantano, debe ser una
empresa colectiva. La excavación de tajeas, la defensa del poblado contra las bestias salvajes o las
inundaciones también constituyen responsabilidades comunes. Se ha comprobado que en las poblaciones
neolíticas, tanto en Egipto como en el oeste de Europa, las casas están dispuestas siguiendo un orden
regular y no esparcidas sin discriminación alguna. Todo esto implica la existencia de cierta organización
social, para coordinar y controlar las actividades de la comunidad. Cual haya sido esta organización, es
cosa que nunca sabremos con exactitud. Con todo esto parece plausible hace una aseveración.
Sin duda alguna las actividades cooperativas contenidas en la vida neolítica, encontraban expresión
visible en las instituciones sociales y políticas. Tampoco cabe duda de que dichas instituciones se
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consolidaban y fortalecían a través de sanciones mágico religiosas, de un sistema mas o menos coherente
de creencias y supersticiones y de lo que los marxistas llamarían una ideología.
Es increíble que hayan existido tales cosas. La revolución neolítica no fue una catástrofe sino un
proceso. Sus diversas etapas fueron modificando, indudablemente, las instituciones sociales y las ideas
mágico religiosas de los recolectores de alimentos y de los cazadores.
Las instituciones firmemente establecidas y las supersticiones mantenidas con pasión son
notablemente hostiles a la transformación de la sociedad y a los avances científicos que la hacen necesaria.
Aun después de la primera revolución, la vida siguió siendo muy precaria para el pequeño grupo de
campesinos autosuficientes. Una sequía, una granizada o una plaga, podían traer consigo el hambre. Estos
campesinos no tenían un mercado mundial que permitiese compensar las deficiencias de la cosecha en una
región, con los excedentes de otra. Solamente se disponía de una reducida variedad de fuentes de
abastecimiento alimenticio. Una comunidad autosuficiente tiene plena conciencia, en forma inevitable, de su
dependencia inmediata respecto de las fuerzas que atraen la lluvia y el sol, la tempestad y el huracán. Pero
estas fuerzas actúan de manera caprichosa y terrible. Entonces, es necesario obligarlas, halagarlas y
propiciarlas.
En el valle del Nilo se han encontrado testimonios indirectos de la supervivencia de un sistema de
clanes totémicos. Parece ser que los poblados neolíticos mas recientes sirvieron de morada a tales clanes.
Posteriormente, en la época histórica, cuando dichas poblaciones se convirtieron en capitales de provincias,
conservaron sus nombres, como Elefantina y Villa del Halcón, aparentemente tomados del tótem del clan
local, el elefante y el halcón. Los estandartes de las capitales eran los emblemas del clan y, aun en la época
prehistórica, estos emblemas figuran en los vasos. Este sistema de clan no es raro entre los simples
productores de alimentos actuales, y puede ser una autentica supervivencia de los periodos neolíticos. Sin
embargo, n o se puede afirmar que todas las comunidades neolíticas estuvieran organizadas como clanes
totémicos.
En los cementerios o poblados neolíticos primitivos, no se ha encontrado algún testimonio definitivo
de la existencia del caudillismo. Es decir, no se han hallado tumbas notablemente más ricas, que hubieran
pertenecido evidentemente a una persona de jerarquía, ni casas que pudieran pasar por palacios. Las
tumbas formadas con grandes piedras, que han sido consideradas como dignas de príncipes, pertenecen a
una época en la cual se estaban difundiendo las ideas propias de la segunda revolución y, probablemente
se inspiraron en ella.
En cuanto a las nociones mágico-religiosas sostenidas por las comunidades neolíticas en general,
podemos aventurar algunas conjeturas. La asistencia a los muertos, cuyo origen se remonta a la edad
paleolítica, debe haber adquirido una significación mas profunda en la edad neolítica. En el caso de varios
grupos neolíticos, en realidad no se ha descubierto entierro alguno. Pero, en general, los muertos eran
sepultados cuidadosamente en tumbas edificadas o excavadas, ya sea agrupada en cementerios próximos
a los poblados o cavadas cerca de las casas individuales.
En la época histórica, estas figuras fueron trasladadas a los muros de las tumbas, añadiéndoseles
leyendas, las cuales muestran que tenían por objeto asegurar al muerto el goce continuo de los servicios
representados por ellas.
Tal asistencia denota una actitud hacia los espíritus de los antepasados, que se remonta hasta los
periodos más antiguos. Los espíritus de los antepasados deben haber sido considerados, seguramente,
como cooperadores en la germinación de las plantas cultivadas.
El culto a la fertilidad, los ritos mágicos practicados para ayudar u obligar a las fuerzas de la
reproducción, deben haberse hecho más importantes que antes, en los periodos neolíticos.
En los campos de la edad paleolítica se han encontrado pequeñas figurillas, talladas en piedra o en
marfil, con los caracteres sexuales muy acusados. Con frecuencia se les llama “Diosas de la fecundidad”.

Capítulo 6: Preludio a la Segunda Revolución


Luego, una segunda revolución convirtió algunos pequeños poblados de campesinos
autosuficientes, en ciudades propulsoras, alimentadas por industrias secundarias y por el comercio, y
organizadas regularmente en forma de estados.
Esta transformación puede ser considerada por la prehistoria.
Entre los años 6000 y 3000 a.C., el hombre aprendió a aprovechar la fuerza del toro y la del viento,
inventó el arado, el carro de ruedas y el bote de vela, descubrió procesos químicos y las propiedades físicas
de los metales y empezó a elaborar un calendario solar. De este modo se encontraba habilitado para la vida
urbana y tenia abierto el camino hacia la civilización, lo cual requiere de la escritura y del uso de los
patrones fijos de las medidas, como una nueva forma de transmitir el conocimiento. En ningún otro periodo
de la historia los descubrimientos de gran alcance y el progreso fueron tan grandes. La revolución neolítica.
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Abarcó la región que se extiende desde el Nilo y el mediterráneo oriental, incluyendo Siria e Irak, hasta la
meseta iraní y el valle del indo en el cual se habían desparramado las comunidades neolíticas. También
había otros grupos de horticultores inmigrantes y de pastores nómades propio de comunidades
preneolíticas. Las neolíticas son fundamentalmente sedentarias, se ubicaron cerca del agua, para que sus
animales pudieran pastar, realizaron tareas de mejoramiento y las tierras habitables y cultivables tuvieron
que ser ampliadas con sangre y sudor. El suelo se constituyó en una herencia sagrada.
Esta acumulación fue una condición previa para el crecimiento del poblado, hasta convertirse en
una ciudad, conquistando cada mayor extensión del territorio circundante de pantanos y desiertos.
Incidentalmente las condiciones de vida en el valle de un rió ponen en manos de una sociedad un
poder coercitivo excepcional respecto a sus miembros; en la comunidad les puede negar el anhelado
acceso al agua que riega sus campos. Los canales que ha construido el hombre se les puede retirar al
injusto y dar al justo.
La solidaridad social es un requisito fundamental. Los miembros jóvenes no pueden escapar a la
autoridad de los mayores y deben fundar poblados aunque sea en los desiertos sin agua. En estas
ocasiones cuando la voluntad social llega a expresarse a través de un caudillo o monarca este no solo es
investido simplemente con autoridad moral, sino también con un poder coercitivo: puede aplicar sanciones a
los desobedientes.
Un tercer factor de estabilización en el cercano oriente fue el enriquecimiento de la dieta de los
agricultores, ya que a la cebada y al trigo se le añadieron los dátiles, los higos, las aceitunas y otros frutos.
Al principio los deben haber tomado de los árboles silvestres. Una palmar silvestre en Súmer y un bosque
de higueras en Siria debe haber elevado el valor y aun determinado la selección del sitio para establecer un
poblado. Estos producen año tras año pero no son transportables. Para aprovechar sus frutos es necesario
vivir en la vecindad. Los árboles frutales y las vides fueron cultivados. Lo cual implico que el hombre debió
aprender los secretos de la poda, del injerto y de la fertilización.
El poseedor de un huerto se encuentra profundamente enraizado al suelo. Esto favoreció a la vida
sedentaria, que mejoro las comodidades de las habitaciones y de las casas en general. Los protosumerios
habitaron en casas parecidas a túneles hechas en los cañaverales. Luego aparecieron las primeras
construcciones de ladrillo que copiaban la forma de las chozas. Las comunidades agrícolas produjeron más
granos que el que consumían. Esto les llevo a compartir el sobrante, cambiándole por pescado, presas de
caza o productos del pastoreo. Los nomades que eran más pobres deben haber permutado con gusto,
produciéndose así una interdependencia entre las poblaciones agrícolas y los grupos de pescadores y
cazadores.
El testimonio del intercambio con distintas comunidades lo ofrece la abundancia de materiales
importados que aparecen en las tumbas.
La piedra tallada se convirtió en un sello. Cuando tenía estampado el sello la masa de arcilla
colocada en la boca de una jarra se convertía en el guardián mágico de su contenido. De esta manera el
sello se transformó en un medio para asegurar la posesión y de proclamar la propiedad. Cuando se inventó
la escritura, la firma tomo ese lugar.
El surgimiento de los metales llevó al surgimiento de la metalurgia, lo cual fue un factor dominante
en la segunda revolución. El trabajo de los metales implica dos grupos o conjuntos de descubrimientos: Que
el cobre cuando es calentado se funde y puede vaciarse en cualquier modo deseado y al enfriarse se hace
tan duro como una piedra a la que se le puede sacar filo. Igual que la piedra y el hueso. El que trabaja con
el metal, el forjador, debe disponer de conocimientos industriales adquiridos a través de una larga
experiencia. La transmisión de este saber era parecida a la del arte de la cerámica, aunque este era más
complicado. El uso industrial del metal debe ser considerado como una especialización del trabajo y un
grado superior del hecho de la provisión alimenticia de una comunidad. La extracción del metal fue un oficio
mas especializado que la del forjador. A los mineros nunca les deben haber faltado alimentos porque los
recibían en pago de sus metales.
El aprovechamiento de la fuerza de los bueyes y la del viento fue el primer ensayo para lograr que
las fuerzas naturales trabajaran para él. Tal vez el toro fue el primer animal al que se lo puso a tirar al arado.
Este fue heraldo de la revolución agrícola, ya que, con dos bueyes y un arado un hombre pudo cultivar en
un día una superficie mucho mayor de la que podía cultivar la mujer con la azada. Así la parcela dio lugar al
campo y esto tradujo mayores cultivos, más alimento y más población y el hombre reemplazó a la mujer con
la azada.
La rueda fue la conquista culminante de la carpintería prehistórica, y así la narria paso a ser una
carreta o un furgón.
Los datos de cómo se construyó la rueda son difíciles de obtener, excepto por los dibujos que se
han encontrado, ya que los hechos en madera se han destruido. La rueda no solo revoluciono al transporte,
sino también a la industria manufacturera. Con ella el alfarero podía dar forma en un par de minutos a una
vasija que le llevaría días hacerla a mano. La fabricación de vasijas fue la primera industria mecanizada
donde se aplicó la rueda.
8
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En Europa la introducción de los carros con ruedas tirados por bueyes y otras bestias acelero las
comunicaciones y simplifico el transporte. Las mercancías se pueden cargar directamente en el lomo de las
bestias y a su vez el hombre montarse en ellas. El asno y el caballo domesticado favorecieron la velocidad
de las comunicaciones. Paralelo a las importantes mejoras en los medios de transportes se desarrollo
también la navegación. Los pescadores deben haber usado piraguas y canoas de cuero antes de la primera
revolución. Para ello el hombre debió adquirir conocimientos topográficos y astronómicos para poder utilizar
los caminos del mar.
Para sobrevivir los desastres que amenazaban la vida del hombre eran considerados misteriosos y
a su vez incalculables. Generalmente se consideraba que había fuerzas sobrenaturales que intervenían
como un castigo.
Cuando una tribu de inmigrantes llegaba traía nuevas costumbres, nuevas ideologías, etc. Entraban
en competencia, y esto suponía una conquista de uno hacia otro y los que conquistaban se convertían se
convertían en una especie de aristocracia a la que los otros campesinos debían pagarle tributos.
La conquista militar fue uno de los medios para asegurar la acumulación de un excedente de
riqueza.
Cuando en el emplazamiento de una aldea encontramos otra cuya arquitectura es distinta, quiere
decir que un pueblo dominó a otro por medio de la fuerza y de la guerra. Por eso se supone que en la
segunda revolución debe haber habido una especie de guerra. No es fácil distinguir entre las armas de
guerra y los de cacería, por eso no se lo pueden afirmar.
La guerra ayudó a hacer un gran descubrimiento: que el hombre podía ser domesticado igual que
los animales. En lugar de matar al enemigo este podía ser reducido a la esclavitud; como recompensa a la
gracia de la vida se le podía obligar a desempeñar un trabajo. Este descubrimiento es comparable con la
domesticación de animales. La esclavitud se convirtió en un instrumento poderoso para la acumulación del
capital. La guerra no fue el único medio de obtener esclavos, sino también el brindar proteccion. Los
exiliados de otras comunidades podían ser aceptados en las mismas condiciones. El hambre también fue un
agente de reclutamiento. Las grandes obras públicas ocupaban gran cantidad de mano de obra, que no
sabemos en que medida era libre y en cual era esclava. Si reconocemos la presencia de esclavos tenemos
que pensar que había caudillos, y consecuentemente la existencia de una clase privilegiada a la que estos
pertenecían. El hechicero debe haber sido el primer artesano independiente, que con su varita mágica, igual
que el cetro de un rey, obtuvo sus alimentos, sin contribuir en la producción de los mismos con su esfuerzo
físico. Las fuerzas descontroladas de la naturaleza hicieron que el hombre común recurriera a los hechizos
para tratar de controlarlas. Eso lo llevó a armar una especie de calendario formado por meses lunares,
tratando de conciliar el año lunar con el año solar.

Capitulo 7: La Revolución Urbana


Hacia el año 4000 a.C. las tierras que bordean el mediterráneo oriental estaban pobladas por gran
cantidad de comunidades con diversidad de economía: cazadores, pescadores agricultores, nomades y
sedentarios. A su lado había otras tribus dispersas. Entre ellas las técnicas, las ciencias y las creencias se
habían incrementado.
Posteriormente alrededor del año 3000 sobre las comunidades de simples agricultores aparecen
otras con distintas profesiones y clases. El primer plano esta ocupado por sacerdotes, príncipes, escribas y
funcionarios, todos ellos distintos de la tarea de producir alimentos. Los objetos que se desentierran, ya no
son instrumentos de la agricultura, sino ornamentos de los templos, armas bajillas y joyas. Esto traduce la
transformación en la economía. Los sacerdotes, funcionarios, mercaderes y artesanos representan nuevas
clases, lo que significa una multiplicación de la población. Las tumbas de esta época son monumentales y
están reservadas a personas reales y funcionarios.
Los agricultores neolíticos eran enterrados descansando, en la tercera fase eran enterrados en
cuclillas, otros encorvados en actitud de dormir y otros supuestamente personajes reales descansan
rodeados en tumbas monumentales rodeados de victimas humanas.
Los hechiceros se convertían a veces en caudillos reales y una dinastía muchas veces se iniciaba al
haber vencido a un rey rival.
La segunda revolución se propagó por medio de la violencia y fue impuesta por la fuerza del
imperialismo. Algunas comunidades estaban demasiado atrasadas y eran poco emprendedoras para
apreciar las ventajas de una nueva economía. Los nomades que cazaban no se dejaron seducir por los
cereales que les ofrecían los egipcios a cambio del cobre de su suelo. Las minas eran explotadas por
trabajadores enviados desde Egipto y el ejército real tenia que protegerlos contra los nomades.
En ninibe la fundación del templo ishtar se transformó en una revolución económica, ya que como
en Súmer el templo se convirtió en el centro permanente para la acumulación de la riqueza y el desarrollo
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de la industria. Su erección y ornamentación implicó el consumo de un excedente para mantener a un
proletariado prolífico en situación de servidumbre.
Hacia el año 2500 los habitantes de creta Vivian de la industria y el comercio, con ello
aprovechaban el excedente de riqueza de Egipto y de Siria, llegando a levantar una ciudad en una pequeña
isla carente de tierra cultivable, pero poderosa por que tenía un puerto conveniente. Este pueblo adoptó el
sello como artificio para marcar las tinajas, luego usaron la escritura pictográfica. Supieron fundir y trabajar
los metales. Utilizaron carros con ruedas. Los helenos de Grecia continental tuvieron un desarrollo posterior
e inferior a estos cretenses.
Pero poco a poco la influencia de los cretenses se fue extendiendo.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Lawrence Krader y Rosi: “Antropología Política”

Las Funciones Políticas en las Sociedades con y sin Estado


Las funciones políticas en las sociedades preestatales
Introducción
Las estrategias y las actividades dirigidas a resolver estos conflictos relativos a las fuentes básicas
se denominan funciones políticas. La tarea de la antropología política consiste en determinar la naturaleza
de las funciones políticas de las distintas sociedades y el tipo de estructuras que llevan a cabo tales
funciones. Por estructuras políticas entendemos las normas y los principios con arreglo a los cuales se
resuelven estos conflictos y las personas que supervisan el cumplimiento de las normas y principios

¿Cuáles son las funciones políticas?


¿Tienen sistema político todas las sociedades? ¿Cuál es la relación política; el gobierno y el
estado? ¿Tienen las sociedades sin Estado alguna forma de control político predominante o bien funcionan
basándose en el parentesco o en el paradigma del parentesco y en las obligaciones? Las respuestas
dependen en buena medida de lo que el antropólogo entienda por comportamiento político, gobierno y
estado.
Algunos antropólogos definen los procesos políticos como mecanismos colectivos mediante los
cuales se definen los derechos y obligaciones públicos y se resuelven los conflictos. Se sostiene que estos
mecanismos de control constituyen el “colectivo” que regula las acciones dirigidas a la consecución de
“objetos públicos”, siendo un objeto “publico” el que afecta al bienestar de grupo en cuanto conjunto y solo
puede alcanzarse mediante el consenso y la cooperación de todo el grupo. La naturaleza “publica” de las
actividades, derechos, obligaciones y objetivos distingue a las “actividades políticas” de las “actividades
domesticas”, puesto que las ultimas se refieren a los derechos, obligaciones y conflictos que afectan a las
relaciones entre los individuos dentro de las unidades de parentesco.
Otros antropólogos sostienen que en las sociedades cazadoras-recolectoras, como la de los
aborígenes australianos o los bosquimanos de África, no existe diferencia entre las esferas pública y privada
de las actividades sociales.
Algunos de estos antropólogos sostienen que en tales sociedades la política es simplemente un
aspecto social, puesto que tienen lugar todas las actividades dentro de las estructuras de parentesco o
cuasi parentesco.
Solo en las sociedades con estado realizan las funciones políticas diferenciadas de las estructuras
de parentesco. En las sociedades sin estado, todas las actividades de importancia crítica están socialmente
integradas; como no se ha creado ninguna división del trabajo no existe gran división de las funciones
sociales ni diferencia entre las esferas pública y privada de la actividad social. No obstante, las funciones
políticas están claramente presentes en estas sociedades.
La resolución de conflictos entre grupos de parentesco se denomina funciones políticas.
Otros antropólogos han utilizado los términos “gobierno” y “estado” como sinónimos, definiendo al
estado como el gobierno que tiene autoridad sobre un territorio, y han sostenido que no todas las
sociedades tienen gobierno. En este contexto “autoridad” indica una autoridad por encima del parentesco,
que es externa a las unidades de parentesco y que puede coaccionarlas a la consecución de determinados
objetivos y al mantenimiento de determinadas formas de conducta. Solo las sociedades con estado tienen
gobierno político; definen el “gobierno político” como “autoridad centralizada, administración territorial e
instituciones judiciales”.
Radeliffe Brown define a esta como “el mantenimiento de un orden social, dentro de un entramado
territorial, mediante el ejercicio organizado de una autoridad coactiva a través del uso, o de la posibilidad del
uso, de la fuerza física”. Resulta difícil entender como las organizaciones políticas así definidas puedan
atribuirse a sociedades sin Estado.
Es fácil entender la naturaleza de las funciones políticas de las sociedades sin estado si las
comparamos con las de las sociedades con Estado, ya que estas últimas nos resultan familiares.

Funciones Políticas en las sociedades sin y con estado

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Por sociedades sin estado entendemos aquellas sociedades que no tienen un territorio claramente
delimitado y fijo ni funcionarios de dedicación exclusiva, ni derecho, entendido este como un corpus
sistemático de normas escritas a cuyo cumplimiento pueda obligar una burocracia centralizada.
No obstante, las funciones políticas de todas las sociedades sin estado se basan en principios
informales de control social incrustados en las estructuras de parentesco y, por tanto se diferencian
tajantemente de las funciones políticas de las sociedades con estado, que realizan estructuras políticas
distintas de las estructuras de parentesco.

Funciones Políticas en las sociedades sin y con estado


Característica
s Sociales y Sociedades Con Estado Sociedades Sin Estado
políticas
Fijo y Bien Delimitado: Solo con el Poco definido y cambiante: Las
advenimiento de los estados sociedades simples, sobre todo
encontramos una clara delimitación y las que viven de la caza de
Territorio una propiedad exclusiva de las tierras animales y de la recolección, no
que se corresponde con el reclutamiento, tienen limites territoriales
la elaboración de censos, la recolección exactamente trazados ni
de impuestos y la determinación constantes dentro de los cuales
territorial de la ciudadanía y soberanía. estén determinadas las
fidelidades y obligaciones de los
habitantes.
Multiplicidad y heterogeneidad de Grupos escasos homogéneos.
grupos, comunidades, clases, regiones. Todo el mundo trabaja para si o
Composición Algunas personas trabajan para otras para su grupo inmediato: No hay
Social que no trabajan pero mandan. gran división del trabajo ni
Separación entre la ciudad y el campo. variedad con distintas
tradiciones históricas. Estos
pueblos comparten las mismas
creencias, costumbres, valores,
herramientas y técnicas, y los
mismos rituales religiosos.
Localización Jerárquico, centralizado y burocratizado. Autonomía de las comunidades
El estado esta representado por una o de los grupos de parientes o
del Control persona. solidaridades.
Los funcionarios políticos ocupan una No hay otras posiciones que las
posición claramente distinta de las de parentesco con las
posiciones económicas y de parentesco cualidades de ser permanentes
y se dice que ocupan un cargo. y constantes.
La autoridad centralizada ya no Todos los ancianos toman las
representa la tradición común, ni los decisiones por procedimientos
intereses de todos los individuos, puesto democráticos y colectivos,
que la sociedad con estado esta dividida mediante el consejo de
entre quienes y quienes explotan a los ancianos.
trabajadores entre los gobernantes y El liderazgo es situacional
gobernados porque unas personas son
mejores en determinadas tareas
y otras personas en otras
actividades. Como las
actividades no son demasiado
técnicas, la mayor parte de las
personas tienen bastantes
posibilidades de sobresalir en
alguna de ellas y sustituir al
dirigente previamente
establecido. El dirigente general
tiene que revalidar su papel
haciendo regalos mayores de
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

los que recibe.


El papel del jefe consiste en
coordinar la redistribución de la
riqueza.
Autoridad centralizada; ley escrita; Influencia de los dirigentes; la
coerción física costumbre, sanciones informales
Naturaleza
del Control

Ley vs. Costumbre


Para el antropólogo norteamericano E.A Hoebel el elemento esencial de la ley no consiste en la
existencia de tribunales sino en el legítimo uso de la fuerza.
Para Radcliffe Brown, leyes son aquellas normas de comportamiento que se mantienen mediante la
sistemática aplicación de la fuerza por parte de la autoridad políticamente organizada. Este reserva el
término costumbre para todas las demás sanciones que no impone la autoridad constituida.
Todas las demás definiciones de la ley propuestas por los antropólogos parecen implicar que la ley
no es posible sin la presencia de especialistas con dedicación exclusiva y constante, sean jueces o
autoridades políticas. Definida de esta manera, la ley no es evidentemente una característica universal de
las sociedades humanas.
Las sociedades primitivas se caracterizan por la homogeneidad social y cultural, lo que significa que
las personas que viven en sociedades simples y preliterarias están de acuerdo en las creencias y valores
comunes y, consiguientemente, se adaptan a las convenciones y costumbres sociales.
El “Principio de Reciprocidad” de Malinowsky constituye el principio básico del orden social y del
control social en las sociedades primitivas. Las personas se adaptan a las normas sociales para cumplir las
expectativas sociales porque saben que esta es la única manera de hacer que las otras personas se
adecuen a las expectativas de uno. Por esta razón, las normas sociales de una sociedad preliteraria se
denominan propiamente folkways, mores y costumbres mejor que leyes, puesto que esta ultima noción
implica, la idea de coacción física aplicada por la autoridad política mediante sanciones legales en las
sociedades gobernadas por un aparato estatal.
En las sociedades preliterarias hay abundancia de “sanciones negativas no organizadas”, como el
ostracismo, basadas en creencias de brujería y hechicería así como en la obligación de compensar las
perdidas materiales y los trastornos sociales. No obstante, la clave para entender la naturaleza de las
funciones políticas en las sociedades sin Estado radica en el carácter profundamente religioso y moral de
las relaciones sociales. Por relaciones morales entendemos que las personas actúan porque se sienten
impulsadas por obligaciones reciprocas y sentimientos personalizados de manera religiosa y parental.

Niveles de integración sociocultural en las sociedades sin estado y sus procesos característicos
Los antropólogos han clasificado las sociedades humanas según los niveles o estadios de
tecnología y complejidad social.
La mayoría de las sociedades recolectoras son sociedades de subsistencia; es decir producen
tantos alimentos como se necesitan para la subsistencia, pero no trabajan de forma compulsiva, de manera
que habitualmente no es posible que se produzcan diferencias en cuanto a la acumulación de riqueza. En la
producción de alimentos, se necesitan para el consumo inmediato y entonces se acumula un excedente.
La distinción entre sociedades recolectoras y productoras es una clasificación fundada en técnicas
de subsistencia que prevalecen.
Service distingue cinco niveles de integración sociocultural: la banda, la tribu, la jefatura, el estado
primitivo y la civilización arcaica. Estos niveles se conciben constituyendo una secuencia evolutiva, en el
sentido de que algunas sociedades de banda se transforman en sociedades tribales, algunas sociedades
tribales en jefaturas, y así sucesivamente.

Procesos políticos en las sociedades de banda


Antes de la domesticación de las plantas y los animales, todas las sociedades se procuraban los
alimentos mediante la caza y la recolección de una gran variedad de flora y fauna.
Las bandas son grupos compuestos de 30 a 100 personas que se desplazan parra cazar y recoger
alimentos silvestres y que en ocasiones se reúnen para hacer expediciones cooperativas o para las
ceremonias grupales. Ejemplos bien conocidos de sociedades de bandase encuentran entre los esquimales,
los aborígenes australianos, los onas y los yaganaes de América del sur, los isleños andaman y los
bosquimanos de África. La característica distintiva del nivel de integración sociocultural correspondiente a la

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banda no es el tamaño de la población, sino las normas culturales que integran a las familias mediante el
intercambio de regalos y socios matrimoniales y la cooperación en actividades colectivas, como las
ceremonias religiosas, las expediciones bélicas y las grandes expediciones de caza y pesca.
Solo cuando un grupo de familias están unidas por normas de exogamia y de residencia matrimonial
puede hablarse de banda. Puesto que estas dos normas crean reglas matrimoniales precisas y la formación
de grupos residenciales de familias que cooperan; transforman la mera aglomeración de familias
yuxtapuestas en grupos integrados.

Las sociedades de banda deben cumplir al menos tres funciones políticas:

Imponer la conformidad para prescribir el comportamiento y sancionar las desviaciones.


Coordinar las actividades colectivas y publicas
Mediar en los conflictos y resolverlos

La primera función se ejerce a través del proceso de aculturación, puesto que de hecho las
costumbres se interiorizan por su “carácter moral” y su profunda cualidad gratificante. La sanción del
comportamiento desviado se produce en la mayoría de los casos mediante sanciones informales y el
principio de reciprocidad. La coordinación la llevan a cabo los dirigentes cuyo carácter carismático, de
acuerdo a su carácter carismático, rotativo y situacional.
Los conflictos y las peleas son inevitables donde hay seres humanos. Las venganzas de sangre
pueden comenzar como ofensas reales o imaginarias. Las bandas constituyen sociedades igualitarias y por
regla general funcionan basándose en decisiones unánimes y no en la regla de la mayoría.
La rapidez, la exactitud y la fuerza de movimientos determinan la cantidad de aplausos. El perdedor
debe dejarse herir hasta que el vencedor quede finalmente satisfecho. Otra forma de debate no letal es el
“duelo a golpes de pecho” que utilizan los yanomano de Venezuela para decidir las disputas de poca
importancia y reducir las hostilidades entre grupos enfrentados, Se elige un hombre de cada uno de los
grupos en litigio y se van turnando en golpearse el uno al otro en el pecho hasta que uno de ellos cae
derribado.
La solución de las disputas entre dos bandas o entre cierto numero de distintas comunidades es una
cuestión mas compleja y peligrosa que entre individuos. Puesto que las bandas son grupos cerrados de
parentesco, cualquier ofensa contra un miembro de la banda ofrece una respuesta comunitaria.
La guerra es un serio problema en todas las sociedades; en las sociedades cazadoras recolectoras
puede ser aun mas serio, pues dado su pequeño tamaño cualquier perdida de población constituye una
amenaza directa a los recursos económicos y defensivos de todo el grupo. En realidad, guerras entre
bandas ocurren muy rara vez, pues la organización social y económica opera contra la viabilidad de las
guerras totales prolongadas. Por algo no hay autoridad centralizada, sin la que son imposibles las
actividades bélicas prolongadas. Ademas, la economía recolectora cazadora impide la acumulación de
alimentos y, por tanto limita las posibilidades de una guerra dilatada. Sobre todo en las sociedades de banda
carece de sentido la expansión o la conquista territorial. En las sociedades tribales ni siquiera parecen
conocerse las ideas de expansión e incursiones que deben considerarse inventos culturales de las
sociedades civilizadas.

Los procesos políticos en las sociedades tribales


La producción de alimentos se extiende rápidamente a partir de los primeros centros de
domesticación de animales y cultivo de plantas que capacitan a las sociedades productoras para expulsar y
aislar a las bandas cazadoras recolectoras o bien convertirlas en sociedades productoras de alimentos.
Las tribus son grupos más numerosos que las bandas; están compuestas de grupos de paren2teso
locales vinculados por alianzas matrimoniales y principios de filiación unilineal que proporcionan una
justificación de las alianzas políticas provisionales.
Las diferenciaciones que se establecieron, cualquiera que fuese su mínimo grado de integración, se
debían al contacto con las sociedades con Estado. Nos interesan mucho mas los mecanismos políticos
necesarios para mantener unidos a grupos que, después de la producción de alimentos, crecen de tamaño y
crean asentamientos permanentes. El aumento del tamaño de la población significa la proliferación de
grupos de parentesco y residenciales, que pueden no quedar efectivamente integrados solo mediante las
normas de residencia matrimonial y la exogamia.
Las bandas son asociaciones de familias, mientras que las tribus son asociaciones de grupos de
parientes, compuestos a su vez de familias. En otras palabras, la tribu es una fusión de grupos
plurifamiliares cada uno de ellos del orden de una banda. La tribu es una sociedad segmentaría, una
sociedad compuesta de muchos segmentos , siendo el segmento el grupo plurifamiliar mínimo que explota
colectivamente una zona de los recursos tribales y constituye una entidad residencial todo el año o la mayor
parte del mismo. Mas allá de esta definición inmediata, los limites, y por tanto la definición de la tribu,
14
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

pueden determinarse mediante los limites lingüísticos; los limites del matrimonio preferencial y el
sentimiento subjetivo de los limites. La tribu se compone de sistemas políticos pluricentricos que se integran
cuando surge la amenaza de presiones exteriores y recuperan la autonomía en cuanto pasa la crisis. Los
sistemas políticos pluricentricos se organizan según la localización de la autoridad; pueden ejercerla:
Los grupos de filiación unilineal
Los grandes hombres
Asociaciones y sociedades concretas
Los grupos de edad
Consejos o asociaciones de pueblos y grupos territoriales

Los grupos locales que componen la tribu tienen un dirigente que puede ser el portavoz del grupo
y/o presidir las ceremonias.
Puesto que el poblado necesita un portavoz y un director de ceremonias, la posición del dirigente
puede mantenerse y suele ser cubierta por uno de sus descendientes o bien por el hombre más anciano. El
dirigente ha sido denominado cabecilla para indicar que tiene más autoridad simbólica que real, propia de
un cargo permanente.
En determinadas sociedades tribales, junto al cabecilla existe una categoría mas influyente de
dirigentes denominados “grandes hombres”, que sacan su prestigio de su habilidad personal, su fuerza pode
de persuasión y generosidad.
Los grandes hombres gozan de una influencia especial siempre que las tareas cooperativas
importantes y las amenazas exteriores exigen la movilización y coordinación de los recursos de todo el
grupo. Básicamente su liderazgo es situacional.
No obstante, el liderazgo situacional o simbólico y otros mecanismos indirectos de control no bastan
para integrar a las tribus grandes y mucho menos para resolver los conflictos entre las grandes tribus.
Los ejemplos clásicos de sistemas de linajes segmentarios se encuentran entre los nuer, un pueblo
linotico, y los tivi en África. Lo peculiar de estos dos sistemas tribales es que, aunque están compuestos de
segmentos autónomos como otras tribus, pueden expansionarse territorialmente desalojando a otras gentes
anteriormente establecidas.
Por ejemplo los antepasados de dos linajes fueron hermanos y por tanto sus dos linajes pertenecen
a uno mas amplio; el antepasado de otro linaje amplio- Esta estructura jerárquica compuesta de lazos
genealógicos aporta unidad al conjunto de la tribu, y en consecuencia, esta puede actuar como una entidad
corporativa contra los enemigos exteriores.
Los segmentos primarios del sistema de linajes segmentarios están conectados por el mecanismo
de la oposición complementaria y la estabilidad estructural.
Las asociaciones pantribales constituyen el mecanismo más típico y universal de integración tribal.
Una sociedad no es una tribu por el mero hecho de constar de cierto número de bandas yuxtapuestas, sino
porque tiene un mecanismo integrador, que engloba la creciente diferenciación y fragmentación de la
sociedad. Todos los segmentos tribales comparten una base residencial o proximidad física con excepción
de las parentelas y los linajes, cuyos miembros no necesariamente viven juntos.
La proximidad física de los grupos residenciales es el resultado de los lazos genealógicos, los
factores ecológicos y las necesidades económicas y defensivas, y no necesariamente el resultado de sus
funciones explicitas. Ejemplos de asociaciones pantribales son las sociedades secretas, las sociedades de
grupos de edad, etc. Las asociaciones por grupos de edad comprenden a todos los hombres de una
determinada edad que, juntos, van pasando por los distintos grupos de edad, como los jóvenes guerreros,
los guerreros adultos, los ancianos jóvenes, etc.
Un importante vinculo pantribal es el clan. Un clan puede abarcar gran cantidad de personas

Procesos políticos de las jefaturas


Jefaturas o sociedades jerarquizadas con autoridad central se encuentran en polinesia, en
melanesia, en América central, etc.
Según algunos antropólogos, otro factor que puede haber contribuido a originar la dirección
centralizada es la creencia en la transmisión de la fuerza y el carácter de los padres a hijos. Por tanto, ha
generado tal vez jefes hereditarios. Esta hipótesis no parece absolutamente improbable si tenemos en
cuenta que la ley de la primogenitura se encuentra en casi todas las jefaturas. Esta explicación mixta de los
orígenes de la jefatura en nombre de factores ecológicos y creencias demuestra la complementariedad, más
bien que el carácter conflictivo, de las explicaciones ecológicas y simbólicas.
El redistribuidor tiene poder y alto rango, porque es quien ocupa el cargo y pueden concentrar poder
en sus manos reservándose una parte de los excedentes para si, para sus esposas y sus criados, y para
desarrollar artesanías especiales.
El éxito de las sociedades con jefatura en los proyectos de regadío, en la guerra y en otros empeños
colectivos debe catalogarse entre los factores que posiblemente favorecen sus orígenes y su perpetuación.
15
De hecho, tanto los cargos sacerdotales como los seculares los desempeña la familia del jefe, y en
algunas ocasiones, los papeles de jefe y de supremo sacerdote recaen en el mismo individuo. La jefatura es
una estructura teocratita y jerárquica que con frecuencia proyecta su modelo sobre lo sobrenatural, donde
las deidades se clasifican según las líneas del sistema de grupos jerarquizados por el parentesco.
En las jefaturas, el rango se fundamenta en la distancia genealógica respecto al jefe, cuanto mas
estrechamente se esté emparentado con el jefe mayor es el rango del individuo.

2. La Sociedad Política y la Economía Política


Sociedad primitiva versus sociedad política
Las sociedades humanas se han clasificado según su hábitat natural, fuera del desierto, las
montañas, la selva tropical o el litoral; según su tecnología, entre las que tenían instrumentos de piedra o
metal o poseían el motor de vapor; según sus prácticas religiosas y sus sistemas de parentesco.
En la sociedad sin estado los individuos solo trabajan ara sus familias y para ellos mismos, o bien
para los bienes comunes del grupo inmediato, vecinos, parientes o ambos simultáneamente; no cultivan
para quienes están fuera de esta esfera. En las sociedades políticas están quienes trabajan o cultivan para
otros, pero este trabajo no tiene reciprocidad.
Desde el punto de vista de los individuos de la sociedad política sus relaciones entre si y su
vinculación al grupo social quedan transmitidas; el cambio resulta para ellos mas maravilloso que la obra de
la varita mágica.
En la sociedad primitiva no hay diferencia entre las esferas pública y privada, no existe ni vida
publica ni vida privada, pues estas sociedades suelen ser más simples en cuanto a organización y
demasiado pequeñas para garantizar tal separación. Desde luego existen secretos de clan, secretos dentro
del sexo femenino que no se comparten con los varones, y a su vez secretos que los varones ocultan a las
mujeres en las sociedades primitivas. E
La sociedad política es algo más que la mera suma de estas comunidades: consta de un centro de
gobierno con el que están relacionadas las distintas unidades de producción. Este es otro de los sentidos en
que esta dividida la sociedad política; se trata de la separación entre la ciudad y el campo. Pero para tener
una sociedad estas divisiones deben superarse.
Los medios para superar las separaciones y las divisiones de la sociedad política son públicos y
formales; el gobierno actúa mediante la legislación, la fuerza y la amenaza de la fuerza. Las fuerzas
informales de la unidad de la vida social, que encontramos en las sociedades primitivas dejan paso en la
sociedad política a las fuerzas formales, públicas y oficialmente reguladas de la ley el orden.
La sociedad se convierte en una sociedad dividida: la economía de la sociedad política es la
economía política.

El principio organizativo de la sociedad política: el estado


Como consecuencia de las relaciones de trabajo social, la sociedad política es una sociedad
dividida; al mismo tiempo esta unificada, pero de una forma nueva, por la imposición de la autoridad
centralizada que actúa desde afuera. El monopolio de la autoridad radica fuera de los grupos locales y
constituye una tenaza o imperfección exterior que recae sobre ellos. La división ya no es entre grupos
locales, sino que atraviesa toda la sociedad política e integra los grupos locales de manera distinta a como
se integraban antes.
Uno de los estratos sociales de los grupos locales, aldeas y comunidades esta compuesto por
aquellos que cultivan directamente la naturaleza; el otro es ese estrato social de la sociedad política que se
beneficia del trabajo.
La sociedad política es una sociedad con estado; el estado es el principio central organizativo de al
sociedad política y de ninguna otra; y no hay ningún otro principio organizador de la sociedad política que no
sea el estado. La sociedad política es algo concreto, experimental y especial. Tiene una economía política o
vinculación del trabajo social, tiene una función militar, una función religiosa etc. La sociedad política, como
cualquier otra, tiene miembros. El estado es el principio de organización que opera a todo lo ancho de la
sociedad política; es el principio abstracto del monopolio de la autoridad central en la sociedad política.
El estado esta constituido de ley, esta constituido por y a través de la ley y constituye la ley su
vertiente publica. El estado es el principio formal de la organización de la vertiente pública de toda sociedad
política; esa organización tiene localización central o gobierno central, que se convirtió en otro principio de la
sociedad política.
El estado es el principio de autoridad central alude un grupo formal sobre el conjunto de la sociedad
política y sobre todos los demás grupos que existen en su interior.

16
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La sociedad política, al ser una sociedad dividida, es necesariamente una sociedad compleja. Tiene
el mismo sentido que sociedad civilizada. Las sociedades no civilizadas, suelen resultar complejas, por sus
sistemas de parentesco o por su culto religioso, pero no lo son en cuanto a la organización y las relaciones
de su economía política y de su sociedad.

17
Sir Leonard Woodley;
“Los Comienzos de la civilización”

Capitulo 3: Estructura Social


Especialización de ocupaciones y profesiones
El proceso de urbanización, o sea, el paso de la aldea a la villa, y de la villa a la ciudad, es causado
por un cambio en la vida de los hombres, y lo que antes había sido una aglomeración de familias
independientes se funde en una sociedad organizada, en la que cada ciudadano tiene una función
especializada, beneficiándose con la cooperación y ligado a ellos por un derecho consuetudinario. Este
hombre que había vivido en relativo aislamiento, cuando se unió con otros para hacer una aldea descubrió
que necesitaba colaborar y competir con ellos. Si bien la agricultura continuará siendo el factor más
importante en la economía del estado, su cuidado será confiado a mano de obra contratada, o a un
arrendatario que participara en el producto. El ciudadano ordinario fue un artesano, herrero, alfarero,
carpintero, tendero y al aumentar el campo de los negocios un mercader.
Con respecto a la guerra podemos decir que en la mayoría de los países no había ejercito
permanente y ella significaba la leva de ciudadanos y se haría únicamente después de recogida la cosecha,
en la estación en que los reyes van a la guerra. En los primeros tiempos, al menos, la milicia no era una
profesión, sin embargo hubo necesidad de un cadre de oficiales regulares y el rey estaría rodeado por una
guardia personal, con el resultado de que existió una clase militar En un estado teocrático, el sacerdocio
estaba destinado a figurar mucho. El ritual de culto era asunto del gobierno. El mismo rey podía ser el dios,
representar al dios o ser el alto sacerdote.
La escritura fue una invención del templo, y, que por consiguiente, fueron los sacerdotes los
primeros en aplicarla y los primeros en enseñarla. Surgió una clase regular de escribas, notarios públicos y
redactores de cartas, cuyos talentos literarios los acreditarían aun mas para puestos subalternos en el
gobierno.
Diferentes ocupaciones suponen una división vertical de los ciudadanos, las categorías así
formadas no estarían todas ella en el mismo nivel social; había también una división horizontal. Los oficiales
del ejército y los sacerdotes al frente de los templos serian llevados por sus funciones a un contacto mas
estrecho con el rey y de este modo, tanto por reputación, como por autoridad, estarían por encima de la ley
común.
Esta estratificación de la sociedad tiene evidentemente sus comienzos en la forma más sencilla de
vida comunal. Un tipo de trabajo pretenderá superioridad sobre otro. Pero este cambio social recibió un
enorme ímpetu con la urbanización que trajo la distinción adicional de que las clases superiores se
congregaran en las villas, mientras que el grueso de las clases inferiores, incluidas todos los trabajadores de
la tierra quedaban en la oscuridad cultural exterior de la existencia rural.
En cualquier cultura urbana se hallara una clase dominante, una clase media distinguida por la
profesión, la técnica o la riqueza y una clase inferior o trabajadora.

La esclavitud en mesopotamia y anatolia


Desde el mismo comienzo lo probable fue que cualquier Estado triunfador tuviera en sus manos
prisioneros de guerra a los que naturalmente se haría trabajar en provecho de los conquistadores. Resulta
manifiesto, que la ley hitita reconocía este derecho absoluto por una exhortación en la que se utiliza la
relación entre amo y esclavo para ilustrar la existente entre el hombre y dios.
El amo tiene un derecho ilimitado, incluido el poder de vida y muerte, para hacer con su esclavo lo
que le parezca. El esclavo de los hititas era mero ganado que podía ser comprado y vendido y sus faltas
suponían la pena de muerte para el y cuantos a el pertenecieran.
En mesopotamia por el esclavo es por un lado no un “hombre” sino una “cosa”, con la cabeza
afeitada y marcado a fuego sin que se haga constar nunca el nombre del padre porque se trata de un ser
menos que humanos, pero es por otro lado, una persona que disfruta de derechos propios y de cierto grado
de proteccion del Estado.
Las leyes sumerias y babilónicas reconocían y estimulaban la esclavitud como institución, pero los
esclavos formaban parte del estado social, una parte claramente valiosa, y no podían ser por tanto dejados
totalmente a merced del ciudadano-dueño individual; ademas, la condición de esclavo era accidental y no

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

necesariamente permanente: el esclavo era en potencia un hombre libre. Escaparse era para un esclavo,
teóricamente un delito de pena capital, su amo se limitaba a encadenarlo para impedir una segunda fuga;
por otra parte, ser cómplice en la fuga de un esclavo era un crimen contra el Estado que merecía la muerte:
el amo sin embargo, no podía matar al esclavo.
Los esclavos podían ser prisioneros de guerra. En los primeros tiempos de Súmer, cuando las
guerras se libraban las mas veces entre ciudades vecinas, cualesquiera cautivos que se tomaran eran sin
dudas ciudadanos de un Estado hostil, pero hombres de la misma raza que sus aprehensores. Pero el
esclavo podía ser también un ciudadano libre de nacimiento. Un quebrado podía ser esclavizado por deudas
o, como era más común, podía vender a su mujer, su hijo o su hija como esclavos, con objeto de adquirir
capital para liquidar sus debitos, o simplemente entregarlos como pago a su acreedor. Si un hijo, o un hijo
adoptivo, renegaba de sus padres podían ser expulsado y esclavizado; existen también casos en los que
un hombre había sido reducido a la esclavitud porque pego a su madre o hirió a su hermano mayor. Los
desdichados que se convertían en esclavos por deudas podían ser rescatados en cualquier momento y, en
todo caso, su servidumbre era por ley solo temporal. Si uno de ellos muriese como consecuencia de los
malos tratos de su amo transitorio el hijo de este seria muerto en castigo.
El esclavo babilónico, por lo menos en el primer milenio a.c. podía como el esclavo hitita, poseer
bienes y dedicarse a los negocios, Según el código de Hammurabi, podía casarse con una mujer libre, y
entonces los hijos serian libres, pero si bien en el caso de que fuera atacado y lesionado por un tercero, el
agresor era castigado con una multa, el dinero no iba a manos de el, sino a las de su amo.
Es evidente que la ley babilónica trata a expensas de la lógica establecer una transacción entre la
rigurosa definición de la esclavitud que haría del esclavo una mera partida de los bienes y el reconocimiento
en él de una persona con derecho a la proteccion del estado.

La esclavitud entre los hebreos


El código hebreo nos confirma que esta noción mixta de la esclavitud fue más o menos típica del
Medio Oriente hasta el término del segundo milenio a.c. No se discute la propiedad absoluta que el amo
tenia sobre su esclavo, si un hombre castiga a su criado con una vara y lo mata en el acto, debe ser
castigado, pero, si la victima muere no sea castigado, porque es su dinero, es decir, la perdida pecuniaria es
ya castigo bastante. Análogamente, si un esclavo es corneado por el buey conocido como salvaje del
vecino, el dueño del animal tiene que pagar una indemnización, pero el dinero será, no para el esclavo
herido, sino para su amo.
En el caso de los hebreos, todos estos ciudadanos fueron de condición igual; hubo “notables” y
“jefes de congregación que disfrutaron de cierta superioridad moral y fueron los guardianes de la tradición,
pero legalmente no hubo distinciones sociales, viendo que todos en la congregación son santos, cada uno
de ellos: los accidentes de la riqueza y la pobreza, excepto cuando las deudas podían reducir a un hombre a
temporal servidumbre, no influyeron en la condición del ciudadano individual.

Las clases en mesopotamia


En El código de Hammurabi, se establece constantemente la distinción entre el señor, el hombre
pobre y el esclavo. Los términos usados, awlium, o a amelu, usualmente traducidos como noble o patricio y
mushkenu, semilibre o plebeyo, indican una oligarquía gobernante con dominio sobre la masa de la
población, pero no fue este, desde luego, el carácter de la política sumeria o babilónica. El mushkenu
formaba una clase separada; se distinguía claramente de los esclavos y el mismo podía poseer esclavos;
difería del amelu en que los castigos que se le infringían por crímenes de violencia eran menos severos que
aquellos en que el amelu incurría y, del mismo modo, la indemnización que se le pagaba por lesiones que
le hubieran causado era solamente la mitad de la debida a los nobles, aunque mucho mayor que la debida
al esclavo; sin embargo, la mayoría de las cláusulas del código parecen aplicarse por igual a los amelu y al
mushkenu y en algunas de ellas la igualdad queda expresada directamente.
Sin embargo los mushkenu no podían ser elegidos para cargos públicos, es probable, que no
pudieran poseer tierra en feudo simple, sino únicamente como usufructuarios a los que el gobierno ha
adjudicado tierras en retribución de determinados servicios. Rara vez se les permitía llevar armas, ya que
sus deberes estaban limitados a los de acompañantes de la fuerza y los del cuerpo de servicios auxiliares.
Probablemente eran descendientes de viejas estirpes que habían sido sumergidas por sucesivas invasiones
de mesopotamia.
El término amelu es un término amplio y se aplica a todos los ciudadanos libres: inclusive una
variedad de grados sociales.
El rey que era el representante de dios en la tierra y el clero, que naturalmente estaba bajo el rey de
un modo directo formaban la clase dominante.
Dentro de este grupo estaba el grueso de la población libre. Todos ellos estaban obligados al
servicio militar y esta obligación era de hecho la garantía de su plena ciudadanía.

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Parece que los oficiales reclutadores vivían en sus casas y cultivaban sus tierras. Se les concedían
feudos del estado que debían cultivar y mantener en buena condición y que eran inalienables; las tierras no
podían ser vendidas ni gravadas, pero por otro lado, no podían ser sometidas a contribuciones ni quitadas al
dueño por resolución del os tribunales o acto del gobernador de la provincia. Los privilegios que se atribuyan
a un hombre son totalmente incompatibles con la condición de plebeyo, no eran sin embargo, privilegios de
riqueza: los cuadrilleros no eran hombres ricos, como se deduce claramente de las cláusulas del código, y
sus feudos eran muy pequeños; por consiguiente, la distinción entre amelu y mushkenu, no es una
distinción entre ricos y pobres, sino entre ciudadano libre pleno y semilibre. A causa de la rivalidad secular
entre las ciudades estado sumerias el ejercito era después del culto del dios local, la institución mas
importante de la sociedad y por consiguiente, los términos ciudadano y soldado eran virtualmente
intercambiables. Pero el ciudadano soldado era también un fabricante, un artesano, podían ser hombres
libres del estado. Buena parte del código de Hammurabi estaba destinada a la proteccion de la clase media,
que era financieramente tan vulnerable, pero que desde el punto de vista legislativo, estaba casi, pero no
del todo, a la altura de la nobleza.

El ejercito
Se ha aludido constantemente a la influencia directa o indirecta del ejército en la historia del avance
del hombre en la civilización. El triunfo en la guerra y la resultante captura de prisioneros eran una de las
principales fuentes de trabajadores esclavos, los cuales eran en muchas las primeras comunidades
esenciales para el progreso y que la estabilidad económica y administrativa de los gobiernos ha estado
siempre condicionada por el apoyo militar a su disposición.
El origen del ejercito es, la “nación en armas”, la levée en masse de los miembros varones de la
comunidad con fines de defensa o ataque. El pueblo hebreo no paso de esta fase primitiva hasta los días
del Reino; cada hombre era un combatiente cuando hacia falta, llamado y mandado por el reconocido jefe
de su clan.
Los comienzos fueron, necesariamente parecidos, la levée en masse de una comunidad aldeana
amenazada por un ataque; pero como el delta llego a estar más rigurosamente parcelado en ciudades
estado que debían fidelidad a diferentes dioses patronos, el hambre de tierra, y todavía más, los celos
respecto a los suministros de agua se tradujeron en guerras endémicas. El jefe permanente y el mando de
las fuerzas de la ciudad era una de sus principales funciones; en un lugar donde esas fuerzas estaban tan
constantemente en acción.
El ejército babilónico estuvo basado en un sistema de conscripción; se guardaban los registros del
estado, las listas de todos los sujetos al servicio militar. En algún modo, estaba sujeta a el toda la población.
Se reclutaba a los mushkenu, pero solo como auxiliares y hasta los hombres alistados podían ser
exceptuados si las circunstancias lo justificaban: por ejemplo, donde se reclutaba a dos hermanos, uno de
ellos podía ser dejado libre, si los asuntos familiares así lo exigían y un pastor o un panadero podía ser
devuelto.
No se alistaba ni a esclavos ni a extranjeros. En la medida de lo posible, se tomaba a los hijos de
veteranos y esta profesión hereditaria significo la creación de una costa militar y de un espíritu de cuerpo de
valor incalculable. La disciplina era necesariamente estricta, pero el soldado de filas estaba protegido contra
la dureza o el trato injusto de sus jefes y parece que estuvo bien alimentado y razonablemente pagado. Los
gobiernos locales tenían que proporcionar raciones para los soldados que estuvieran en sus respectivas
comarcas y ademas se recaudaban impuestos especiales para las pagas, al parecer entre los ciudadanos
individuales.
El principal atractivo de la vida militar fue la donación de tierras. El rey daba a cada soldado una
parcela sobre una base feudal; suponía el deber de servir, pero inalienable y hereditaria; durante su
ausencia en campaña el soldado podía arrendar la tierra o tomar un socio, pero a su regreso , antes de
transcurridos tras años, podía reclamarla para si; estaba sin embargo obligado a cultivar y cosechar en su
tierra; si no lo hacia durante mas d e tres años y algún otro entendía el descuidado campo, entonces, solo
entonces, perdía el feudatario la posesión, una subordinación muy adecuada de la propiedad privada del
bien publico.
Otro privilegio atribuido al soldado babilónico consistía en que si era tomado prisionero por el
enemigo y no podía pagar su rescate, este seria pagado por el templo de su villa natal o, en su defecto por
el rey. El hecho de que el ejercito babilónico degenerara como lo hizo después de los tempos de la primera
dinastía de babilonia fue debido en parte, parecería, a la creciente riqueza comercial del país, que
empequeñeció los privilegios del militar e hizo impopular el servicio en el ejercito; pero también en parte, a la
introducción del carro de guerra tirado por caballos, que revolucionó la táctica e hizo anticuado al ejercito de
los babilonios.
Los hititas parecen haber sido la primera potencia del Asia occidental que hizo un uso regular del
caballo. El carro llego a Anatolia no después del fin del tercer milenio a.c. y muy pronto constituyo el arma
más importante de la fuerza combatiente hitita.
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Derecho
Ninguna comunidad puede mantenerse unida sin que ciertas reglas referentes a las relaciones entre
los miembros de la unidad social sean reconocidas como obligatorias para todos y cada uno. Tales reglas
pueden haber sido originalmente impuestas por la arbitraria voluntad del miembro más fuerte de la unidad o
pueden representar concesiones mutuas por las que el individuo se somete a un régimen tendiente al bien
común. Tan esenciales son para la misma existencia de la sociedad que, al cristalizarse la costumbre, en
precedente, tienden a adquirir una autoridad propia que es independiente de las opiniones de los
miembros vivos de la comunidad; lejos de imaginarse al estado como hacedor de las leyes, los hombres
tienden a suponer que es la ley la hacedora del Estado. A medida que el gobierno amplia su campo de
acción y fortalezca su autoridad, tendera a incluir en su esfera mucho de lo que en los antiguos tiempos
había sido dejado a la jurisdicción del consejo de aldea o del pater familias e insistirá en que un sistema
uniforme reemplace a las diversas costumbres de las antes dependientes unidades.
Se hace deseable una revisión de la ley, una modificación de los antiguos precedentes para
ponerlos en armonía con las cambiadas condiciones de la sociedad, pero, como es peligroso meterse con la
ley, lo probable es que cualquier cambio sea promulgado, no por el Estado en general, sino por algún
individuo cuya indiscutida autoridad asegure la obediencia general.
La verdadera naturaleza del derecho solo puede ser comprendida por la presencia formal de sus
dogmas en la forma de un código.
No eran realmente códigos en el pleno sentido moderno de la palabra, no eran una codificación de
las leyes del país, sino redacciones parciales basadas en la práctica. El legislador no intenta presentar un
corpus iuris. Esta publicando una serie de enmiendas a cláusulas de compilaciones anteriores. Son
casuísticas, en algún modo, teóricas; Hammurabi, por ejemplo, no hace ningún intento de buscar principios
jurídicos, su finalidad es dar instrucciones al juez y sus cláusulas no son testimonios de decisiones
comúnmente tomadas, sino modelos para decisiones q han de tomarse en lo futuro. Hammurabi estaba
poniendo al día un corpus de derecho consuetudinario, que ya había sido codificado hacia tiempo por livit-
ishtar de Ising, por ibisias y Ur-Nammu de ur y por otros y todavía anteriores monarcas de Súmer.
Análogamente en el código hitita la versión primera tuvo que tener en cuenta las distintas opiniones sobre el
crimen y el castigo que prevalecían entre los distintos estados miembros de la confederación hitita, mientras
que las versiones posteriores, trataron de insistir en la uniformidad para todo el imperio. Las cláusulas del
código de Urnamu pueden considerarse parecidas a las de Hammurabi, pero no idénticas. La diferencia
radica en que solo se sabe de dos clases sociales: El hombre libre y el esclavo y no tiene en cuenta a
ningún grupo correspondiente a los mushkenu del código de Hammurabi. En el derecho de Ising los hijos
nacidos de esclavas y un padre libre no tienen participación en la herencia paterna, la ley babilónica
concede al padre la facultad de legitimar a tales hijos con la simple declaración: “Vosotros sois mis hijos”.
El principio de la ley del Talión en Hammurabi es mas importante que en los anteriores. Tal vez sea
el resultado de un gobierno más fuerte y más centralmente organizado. En una sociedad primitiva la lex
taionis responde a los instintos naturales del hombre; es el individuo el dañado y el individuo que trata de
hacer a otro lo que el otro le ha hecho. Pero, como, la venganza violenta, por justificada que este lleva a
nuevas violencias y es antisocial en sus efectos, la comunidad primitiva desea que se haga la paz entre las
dos partes y el mejor modo de lograrlo es sobre la base financiera; las familias se reúnen bajo la presidencia
del jefe de la tribu, calculan el daño y arreglan el pago por parte del perjudicador. Pero, con el desarrollo de
un gobierno centralizado, lo que ha sido un desafuero civil se convierte en crimen contra el estado, cuyo
bienestar se ve por el amenazado. El estado tiene que defenderse y cuanto mas atroz sea el desaguisado,
mas severa debe ser la sanción; el Talión ocupa el lugar del arreglo. El hecho de que en la mayoría de los
casos en que Hammurabi incluye la pena de muerte, se trata de atentados contra la clase superior de
ciudadanos, o sea, de quienes tienen mas importancia para el estado, puede ser alegado como
demostración de que la mayor severidad del código de este legislador es una condición de progreso social
mas que un retorno a lo arcaico.
El hecho de que estos legisladores revisaran códigos anteriores es porque estos no eran
considerados sacrosantos. Es cierto que todo el derecho sumerio era nominalmente la palabra del dios de
la ciudad, pero esto se debe simplemente a que la ciudad estado sumeria era una teocracia y urukagina era
el Ensi, o sea, el representante humano del dios, hablaba en nombre de este; análogamente en los templos
se ventilaban causas legales con los sacerdotes como jueces, porque el dios era dueño de la ciudad y los
ministros del dios eran los ministros del estado. Hammurabi encabezó su edicto con una talla en relieve, que
lo muestra de pie ante el dios sol, que tiene en la mano la vara de medir y la línea, símbolo de la justicia y el
recto proceder. Esto significa que están basadas en los principios de la justicia y al formularlas ha buscado
la inspiración del dios. La ley humana no es más que una aproximación de la divina. El antiguo código había
sido un intento de legislar conforme a la voluntad del cielo, que podía ser ampliada de acuerdo con la
opinión que tuvieran de ella los hombres. Por eso podría ser posible una revisión.

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Los egipcios y los hebreos tuvieron una opinión muy diferente de la ley. En la época de la XVIII
dinastía hallamos una alusión a los otros, como un código en el reino medio, que es como un corpus de
derecho y que no es ninguna revisión de la ley primitiva. El derecho egipcio se mantuvo relativamente
estático a través de toda su histórica. Como el faraón era un dios podía, desde luego emitir la orden que le
agradara, y esta orden no tendría menos autoridad que la ley tradicional.
Los hebreos con moisés no inventaron arbitrariamente un código, sino que codificaron una lista de
leyes tradicionales que debían ser observadas. Algunas fueron peculiares del clan patriarcal del que los
hebreos pretendían descender. Así la ley referente al toro que cornea fue tomada directamente de la ley
sumeria que iba a reaparecer como cláusula 251 del código de Hammurabi.
La situación de los hebreos era muy peculiar, formaban una horda de nomades, sin un gobierno
reconocido para hacer cumplir la ley. El mismo moisés fue desde luego un jefe, pero no un miembro de una
dinastía reinante y su ascendiente fue puramente moral y personal, sin que procurara garantía de que sus
decretos serian respetados después de su muerte en aquella sociedad imperfecta. La administración de la
ley tenia que ser dejada en parte a los cabezas de familia. La única sanción eficaz para el código mosaico
era la sanción de Dios. En ese código hay cláusulas puramente religiosas que se unen a cláusulas sociales
y penales y están representados como mandamientos emitidos por Jehová en persona. Fue un derecho
divino y por lo tanto debía perdurar eternamente. Entre los sistemas antiguos, el hebreo es el único en hacer
de la religión la base del derecho y en establecer de este modo un código moral.
Los aspectos sociales de la ley mosaica se ajustaron tan bien a las condiciones hebreas que
pudieron ser asimiladas fácilmente por las tribus bárbaras y con esta aceptación vino el reconocimiento de
la base moral de la ley. El código hebreo fue el primero en el que se estableció que el derecho es algo más
que un compromiso, que asegura los intereses del individuo y del gobierno y que depende, no del
precedente histórico sino de la moral última.
La costumbre de las enemistades de sangre, conforme a la que el pariente más cercano se venga
por sus propias manos, estaba demasiado arraigada para ser cambiada, y por eso Hammurabi nada dice de
ella, aunque al legislar sobre el homicidio, confina esas enemistades dentro de límites razonables.
Análogamente los códigos hititas se refieren únicamente a casos excepcionales de matrimonio y guardan
completo silencio sobre la adopción, la herencia y los contratos. No legislaron sobre esos asuntos porque
estaban ya convenientemente regulados por el derecho consuetudinario del pueblo.
La motivación básica de toda ley era evidentemente mantener la autoridad del estado y preservar el
organismo social y para este ultimo propósito la familia, como unidad ultima de la sociedad, exigía una
proteccion especial. Los delitos pueden por tanto, ser clasificados como cometidos contra los dioses, contra
el estado o contra el individuo, se establecen normas para todos los asuntos de familia, como el matrimonio,
la adopción y la herencia, en relación con las cuales pueden producirse fácilmente riñas familiares; ademas
para evitar disputas se fijan por ley condiciones de comercio, cargas de arriendo, salarios y tipos de interés.
Las cláusulas económicas explican realmente el carácter del código. Es inimaginable que se quisiera que
fueran validas de un modo general, porque las tarifas variaban con la ley de la oferta y la demanda.
Los delitos mas graves eran los cometidos contra el estado y contra los dioses, que de acuerdo con
la opinión antigua eran una sola y misma cosa.
En el código de Hammurabi, el ladrón que roba en el templo o el palacio y el receptador de tales
bienes robados son condenados a muerte. Según el derecho hitita, la rebelión contra el rey supone la
muerte de toda la familia del rebelde; el robo de la lanza de bronce, puesta en el palacio era un delito que se
castigaba con la pena capital.
La practica de la magia negra también era un crimen castigado; porque no solamente es un delito
contra los dioses, sino porque ademas elude al estado y frustra a la ley; la rebelión es como el pecado de
brujería y merece la muerte; esto sucede tanto en Hammurabi como en Morse. En el hitita la sentencia de
muerte se reemplazo con una multa en el caso que fuera un hombre libre.
En los casos civiles los castigos por delito contra la persona se basan en la lex talionis, que era la
tradición común de todos los pueblos de medio oriente. El código mosaico confirma la tradición ojo por ojo,
diente por diente y Hammurabi hace lo mismo cuando la victima es de una clase superior: un amelu; pero
dispone la indemnización monetaria cuando es de clase inferior: un mushkenu o un esclavo, mientras el
código hebreo concede la libertad al esclavo que haya perdido un ojo o un diente por la violencia del amo.
En el caso de homicidio ambos códigos mantienen la regla de que la venganza por asesinato es el deber de
los parientes más cercanos del muerto y no del estado, y el vengador no es culpable ante los ojos de la ley.
Según la ley babilónica se puede escapar con una indemnización monetaria. Los crímenes de violencia
contra la persona son sacados de la esfera de la venganza privada y puestos dentro de la competencia del
estado.

Los tribunales

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La eficacia de los códigos dependía de la administración de la justicia, del sistema de los tribunales
y de su modo de funcionar y esto no fue uniforme en los diversos países del medio oriente.

Los hebreos
El sistema de los tribunales no existió porque no había gobierno central y no existía la posibilidad de
una regulación del estado. Los llamados jueces eran en sus mayoría jefes guerrilleros que apoyados en
pasadas proezas ejercían su dominio sobre una comarca. La tarea de mantener vivo el código mosaico de
la ley dependía de las cabezas de familia.

Súmer y Babilonia
En Súmer la administración de la justicia la hacia el clero. Cada una de las ciudades estado era
gobernada por un rey, que era el representante terrenal del dios patrono de la ciudad o por un patesí (Ensi),
un príncipe y sacerdote y los tribunales no eran mas que un departamento del gobierno divino, que estaban
dirigidos por los servidores del dios. Cuando Súmer fue unificado por los poderosos reyes de la tercera
dinastía de Ur, la autoridad del Ensi, declinó de modo inevitable. Los jueces siguieron siendo en su mayoría
miembros de la clase sacerdotal y constituyeron una rama especializada de ella, el Mashkim, que bajo la
tercera dinastía de Ur estaba presente en todos los juicios y respondía del procedimiento judicial. Eran como
un juez, un árbitro, un perito, etc.
Antes del hundimiento de la tercera dinastía de Ur, se habían creado tribunales provinciales de
justicia presididos por un civil, el alcalde de la localidad (rabianu), con quien colaboraba una asamblea de
notables (shibuti). Posteriormente, el alcalde se hizo más poderoso y más aún bajo Hammurabi de
Babilonia, y es durante su reinado cuando vemos por primera vez jueces seglares dotados de plena
autoridad. De a poco los jueces civiles reemplazaron a los sacerdotes. En el juicio las dos partes tenían que
presentar los documentos escritos referentes al caso; seguidamente primero el demandante y luego el
demandado formulaban sus exposiciones, a continuación los testigos juraban por el dios local y por el rey y
prestaban testimonio, tras lo cual los jueces dictaban su decisión. Ambas partes tenían derecho a apelar a
un tribunal superior (los jueces de babilonia) y si aún no quedaban satisfechas al mismo rey. Si bien hay un
deseo manifiesto de hacer justicia en un juicio de pulcros procedimientos, también hay una impresionante
barbarie en las sentencias que la ley prescribe, por ejemplo, los hombres libres, podían ser vendidos como
esclavos por deudas y en casos graves la pena podía ser la mutilación o la muerte por inmersión o la
quema.

El derecho internacional
En el progreso de la civilización debemos atender a los contactos que existieron entre los distintos
pueblos, la difusión de las nuevas ideas y técnicas y con el intercambio de productos regionales aumentaron
los recursos del mundo moderno.
La guerra para un provecho de larga duración exige organización y disciplina y reclama algo
parecido al derecho internacional.
La guerra era un asunto de los dioses y era el dios del propio país quien declaraba la guerra al dios
del otro. El rey no era más que el agente mortal, el instrumento de la voluntad divina; sus victorias eran las
victorias del dios y si era derrotado, se debía a que en el consejo de los dioses, el propio dios patrono había
aceptado la dirección general. La victoria de la guerra significaba que el vencedor imponía su soberanía
sobre el conquistado u obligaría al príncipe ex enemigo a firmar un tratado reconociendo su vasallaje.

Vasallaje
La posición de un príncipe vasallo estaba claramente definida por la regla. Tenía que pagar un
tributo anual. Todas las cuestiones de política exterior quedaban reservadas para este. El vasallo estaba
obligado a ayudar a su señor con cuantas fuerzas armadas tuviera en cualquier operación militar ofensiva o
defensiva.

Los estados independientes


Las relaciones entre monarcas independientes tenían dos objetivos principales: la seguridad y el
comercio. Cuando no estaban en guerra las relaciones estaban normalmente aseguradas por una red formal
de tratados de alianza, como en el derecho privado el internacional un contrato tenia que ser por escrito y
tenia que ser jurado por las partes interesadas en presencia de testigos divinos. La ratificación era una
función solemne iniciada por el sacrificio, por ejemplo el toque de la garganta en los babilonios y sirios,

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cuando se procedía al sacrificio de la victima el rey se pasaba la mano sobre la garganta dando a entender
que estaba dispuesto a morir de la misma manera si faltaba a su palabra.
El tratado más completo y detallado es el concluido entre Ramses II y Atusilis. De el procede la
sanción mencionada antes.
La alianza defensiva era de hecho la mas usual entre monarcas independientes, pero en ocasiones
también se concluya entre iguales la alianza ofensiva, que era obligatoria cuando se trataba de vasallos
(será el amigo de mi amigo y el enemigo de mi enemigo); en circunstancias especiales se introducía una
cláusula de neutralidad como cuando ambas partes convenían mantenerse al margen de una disputa entre
otros estados en la que una intervención significaría situarse en bandos opuestos.
Se concedía mucha importancia al derecho de extradición. Debían ser devueltos al país no
solamente los criminales sino los delincuentes políticos y los fugitivos de todas clases.
En Egipto hay amnistía para el fugitivo entregado, con subordinación de la conveniencia política a la
conciencia y es quizás la única en las relaciones internacionales del mundo antiguo. Se establecen normas
especiales para el arresto y la devolución de esclavos huidos. Los bandidos que hacían incursiones a través
de la frontera debían ser detenidos por las autoridades del país así invadido y debían ser devueltos a su
país de origen.
Si viajaban frecuentemente mensajeros especiales, con cartas o regalos, yendo y viniendo entre
reyes aliados, había también embajadores residentes. Se trataba de hombres de alto rango a los que cabía
confiar una actuación discrecional en la mayoría de las negociaciones con el monarca ante el que estaban
acreditados.
La guerra abierta, la tensión política y la debilidad del gobierno central podían cerrar los caminos
tanto a los mercaderes como a los mensajeros, sin embargo, el interés común cuidaba de que se
mantuvieran los contactos comerciales y políticos entre los estados. Egipto, Siria, anatolia y mesopotamia
ofrecían un mosaico de reinos grandes y pequeños, con todas sus diferencias de culturas y credos, con sus
celos y ambiciones, la tolerancia que hizo posible el comercio y la diplomacia internacional es sorprendente.
Si bien no estaba expresamente formulado solo hubo convenciones reconocidas cuyo origen debe ser
buscado en las leyes internas de babilonia. Los antiguos imperios acadio y sumerio se convirtieron en un
precedente muy importante. El idioma akadio escrito en escritura cuneiforme fue el lenguaje diplomático que
empleo inclusive la chancillería de Egipto, los reinos independientes adoptaron las normas que gobernaron
al comercio sumerio. Podemos decir que sobre ellas se erigió un sistema diplomático que anticipan en parte
al del mundo moderno

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

C) Mesopotamia Antigua: Transición Al Estado

Hartmut Schmökel: “El País de los Sumerios”

La Sociedad Sumeria
Los centros religiosos naturales de sus distritos alcanzan en la época sumeria una importancia
mucho mayor que en las sociedades presumerias, pues su papel en el culto, que no puede estimarse
excesivo tratándose de un pueblo de notable religiosidad. De esta forma el santuario se convierte, con
exclusividad, en núcleo de toda la vida de la ciudad y su distrito, en centro de la administración de tierras y
del sistema de riego inseparable de ella, así como del comercio. La morada del dios de la ciudad y de su
equivalente femenino viene a ser el lugar de culto, sacrificios y oráculos, palacio, casa del tesoro, tribunal,
notaria, bolsa, oficina de bienes, depósito de provisiones, etc.
La cosmovisión rígidamente teocrática consideraba como propiedad de los dioses al país y a sus
habitantes nativos, convertidos en ciervos, y a los nuevos pobladores, junto con su caza mayor, ganado y
producto de la cosecha.
El dios es “el rey de la ciudad”. Se consideraba al sumo sacerdote como guía dado por Dios incluso
en los asuntos civiles. Y se hizo llegar el beneficio del trabajo a su divino propietario.
Los dos cometidos mas destacados del templo eran y culto y la economía. En el aparecían
cuidadosamente separados los locales destinados a fines de culto de los que servían a la administración del
templo.
Un almacén común suministraba herramientas y materias primas y cada oficio manual tenía en el
templo igualmente su centro, como en el caso de los agricultores y pastores del llano, y de este modo la
central, competente para todos, a la vez que servía para cumplir los deberes religiosos, era también lazo de
unión de todas las profesiones. A disposición del dios y de su representante, el sacerdote-rey, estaban los
productos de los campos, los rebaños de ganado mayor y menor y sus crías, el botín de la pesca y de la
casa y los frutos del múltiple trabajo manual. Todo esto servía para el mantenimiento de los sacerdotes,
escribas, funcionarios, soldados y el mismo pueblo se empleaba para la exportación beneficiosa o el pago
de la importación necesaria; proveía al fondo para la construcción de edificios sagrados; y por ultimo,
ingresaba como excedente en la caja del templo.
En el templo se almacenaban los granos, se traían los animales para el sacrificio, se entregaban la
leche y el queso, se distribuían las herramientas necesarias; Allí los escribas anotaban la labor diaria de los
trabajadores, repartían las raciones de harina, cerveza, etc., distribuían las ropas;
Cada templo poseía su biblioteca, que servía de archivo para las listas de la actividad económica
del templo y para los documentos del movimiento comercial en general.
Ciudadanos y labriegos iban al templo con múltiples negocios profanos.
En el templo se desarrollaban desde el servicio de ofrendas, las oraciones, la recepción de oráculos,
los ritos para los conjuros y las fiestas de culto hasta la administración de justicia. También en el estaba la
residencia de la escuela y la educación: Entonces aparecerá clara la posición central y sobresaliente del
santuario en el Estado sumerio y comprensible el tamaño de los edificios para el culto ya que en la época
clásica de Súmer, “Iglesia y Estado” se separaron temporalmente, la supremacía permaneció en el templo,
porque, ademas de tener el carácter de “propietario supremo” de todo el país, el santuario era aún
propietario directo de grandes bienes, que eran cultivados y utilizados por la administración del templo y
aseguraban a los sacerdotes continuamente ricas entradas.
Para los Sumerios la encarnación visible de este orden era el Ens., sacerdote príncipe, titulo que
otrora se leyó patesi o isag y cuya traducción mejor es la de “Sacerdote-Príncipe”.
Las inscripciones indican los nombres de los ensis de las ciudades de todo el país y muchas de sus
estatuas se han conservado en virtud de una extraña costumbre de su culto; los príncipes mandaban
colocar en estrados, junto a las paredes laterales del lugar de culto estatuillas sacras que los representaban
en actitud de oración.
Otras representaciones, en relieves y sellos cilíndricos, los muestran en el banquete ritual, que
representa, ante todo, las sagradas nupcias.
No solamente el Ensi, sino toda su familia desempeñaban un papel de importancia. Su esposa tenía
a veces a su cargo la administración del templo o era incluso la suma sacerdotisa y sus hijos
desempeñaban funciones en el templo como sacerdotes de los hijos del dios principal.

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La actividad del Ens. Se eleva sobre la esfera del común de los mortales, pues el príncipe se había
convertido en lugar, titulo que traducimos como “rey”, exaltación que se realizaba mediante las nupcias
sagradas que el rey, como representante de su dios, celebraba en la fiesta de año nuevo con la suma
sacerdotisa en representación de la diosa de su ciudad.
Convertido en Dumuzi, dios de la vegetación y de la resurrección, cuidador y protector de los
rebaños, el Ens. Era el dios-hombre y su actividad tenía significación simbólica y salutífera. Tan solo en
tiempos posteriores el cargo de Ens. Baja a la categoría de administrados y aun parece que, en tal caso, no
era ni siquiera hereditario siempre.
Todo esto aparece como un ensayo de un culto estatal, semejante al de la Roma Imperial.
El Ensi y su esposa recibían ambos sepultura en un lugar profundo abovedado bajo tierra, se
entregaban al difunto sus armas, su yelmo y su sello.
No resulta difícil conocer como se componía en sus orígenes la población agrupada alrededor del
templo. Allí vivían los sacerdotes del dios y de la diosa, la familia del príncipe y su sequito, empleados y
escribas, comerciantes, obreros, capataces de los esclavos, trabajadores industriales y soldados, los
pastores de los rebaños del templo, los labradores de sus posesiones y, finalmente los esclavos que eran
propiedad de los nombrados. Por consiguiente, el número de habitantes de una tal “ciudad” primitiva debió
ser pequeño al principio. En el cursos del natural desarrollo político y comercial se cambió y acrecentó de tal
manera que algunas metrópolis llegaron a ser ciudades populosas, como la muestran las excavaciones.
Dejando a un a un lado el templo y el palacio, tres clases deben de haberse disputado la
supremacía dentro de los muros de la ciudad: los comerciantes y los artesanos y los soldados, los
labradores probablemente no gozaban de mayor consideración.
Toda operación comercial obtenía validez solamente después de su legalización y sellado por lo que
el derecho del sello desempeñó un papel decisivo en el desarrollo de la situación de los comerciantes. Al
depositar el documento en el archivo del templo, el dios, por así decirlo, asumía la defensa jurídica del
negocio realizado, ya se tratara solo de una oveja, ya de una gran operación comercial con metales nobles,
Una especial aptitud parece haber predestinado al sumerio al ejercicio de la actividad comercial y la vasta
extensión y las múltiples manifestaciones del comercio de la babilonia posterior elogiadas por Ezequiel y
otros escritores de la Biblia.
En aquel entonces se abrieron los grandes caminos para las caravanas, por los que habría de
desenvolverse el comercio durante milenios.
El creciente bienestar de Súmer había d e atribuirse y por cierto no en ultimo lugar, al activo y
emprendedor sector de comerciantes.
Los comerciantes sumerios encontraron y fijaron los caminos, pero también dieron impulso a la
navegación comercial a través del golfo pérsico a Arabia meridional y la costa africana oriental, de donde se
traían la tan solicitada diorita y muchas otras preciosidades.
En cambio, el país destinaba a la exportación además de los productos agropecuarios,
especialmente lana, los frutos de la artesanía, que elaboraba las materias primas importadas como madera,
piedras, metales, etc.
El segundo sector urbano de artesanos, era, por tanto el grupo productor primero en la sociedad
sumeria primitiva.
La clase de los artesanos albergaba en su medio también a los artistas, que en el antiguo Cercano
Oriente fueron siempre anónimos. El número de oficios de la artesanía correspondía al estado propio de una
civilización formada.
Madera, cuero, piedra, cobre y bronce constituían el material para la preparación de los pertrechos
de guerra destinados al reclutamiento general y también al ejército permanente. La Falange de la estela de
los buitres, uno de cuyos fragmentos muestra cuatro filas de seis soldados cada una con las lanzas tendidas
hacia delante listas para el ataque.
Frente a los habitantes de la ciudad se hallaba la extensa clase de los moradores del campo,
quienes, llevaban una vida laboriosa fuera de las murallas en calidad de agricultores, jardineros, pastores,
cazadores y pescadores.
El pescador arrojaba el anzuelo y extendía sus redes en los ríos de abundante pesca y en los
innumerables canales. Lo hacia como hombre libre, pero, acá, estaba obligado a entregar cada mes una
determinada cantidad de pescado. Los atrasos debían subsanarse posteriormente y solo entonces se
rompía la tablilla de deudas.
El pastor llevaba al ganado menor a la llanura en busca de pastos verdes.
Al jardinero, como al labrador correspondía la importante ocupación del mantenimiento, limpieza y
cuidado de los canales de riego, mientras que las vías de navegación se hallaban bajo la vigilancia de
funcionarios especiales, como lo demuestran innumerables documentos.
Al labrador le aguardaba el campo al que había de hacer producir frutos oleaginosos, cebada y
trigo. Tenía a su disposición el arado y algunos artefactos para la siembra

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En el cultivo de la tierra el labrador se servia de bueyes y asnos. Era reducido el número de las
unidades de ganado mayor por falta de campos y pastoreo.
Las esclavas tenían a su cuidado el engorde de los cerdos.
En tiempos de paz el labrador, pese a la alta cuota de entrega podía vivir satisfecho. En tiempos de
guerra, en cambio, perdía su propiedad y el hambre pronto llamaba a su puerta.
La capa inferior de la población la constituían los esclavos, a los que se consideraba no como cosas
sino como personas. Como esclavos usaban un solo nombre, al que no se agregaba el del padre.
Se los reconocía por su cabello corto o la cabeza rapada y una señal de esclavitud. Los más
grandes poseedores de esclavos eran los santuarios y el palacio.
La joven esclava, como concubina de su señor y madre de hijos que este reconocía como suyos
alcanzaba una posición mejor y circunstancialmente también la libertad. Pero en general, la suerte de los
esclavos era naturalmente difícil. No eran punibles las lesiones por malos tratos. Los gigantescos edificios
sumerios son obra de los esclavos.
La provisión de esclavos se mantenía gracias a los prisioneros de guerra o a los bárbaros
importados, comprados o raptados del extranjero. Entre ellos gozaban de especial preferencia los nórdicos
de piel clara.
Los esclavos que lograban fugarse, si eran apresados, debían llevar, según parece, cadenas en los
pies para impedir nuevas tentativas de fuga.
Como es natural, se trataba de aprovechar al máximo su capacidad de trabajo, y sin duda era
penosa suerte de los esclavos contratados que el tratante alquilaba a los dueños de posesiones para la
labranza y la cosecha. Sin embargo el esclavo gozaba de una especie de derecho de reclamación para con
su amo, derecho que exigía averiguación judicial. Existía también una ley sumeria de la cual se puede
colegir que el esclavo podía cambiar de amo si hallaba un protector:
“En caso de que a un hombre, en una ciudad, se le escape un esclavo o una esclava y se compruebe que el
esclavo permaneció durante un mes en casa de otro hombre, este debe entregar esclavo por esclavo, y si no tiene
ningún esclavo, ha de pagar veinticinco ciclos de plata.”

Ya el derecho familiar otorgaba autoridad extraordinaria al pater familias, entre otros, el extraño
poder de vender como esclavos a los propios hijos. La Leyes sumerias muestran la posición dominante del
marido respecto de la mujer:
“En caso de que una esposa diga a su marido, al que odia: “Tu no eres mi marido”, se la arrojará al río.
En caso de que el marido diga a su mujer “Tu no eres mi esposa”, deberá el marido pagar la mitad de una
mina de plata”

Sin embargo la mujer estaba protegida contra la ingratitud de los hijos:

“En caso de que un hijo diga a su madre: “tu no eres mi madre”, se le cortara el cabello en señal de
esclavitud, se lo conducirá a través de la ciudad y luego se lo arrojara de su casa”

De un documento judicial podemos deducir que también en vida del marido la oposición de la
esposa y madre bastaba para anular la promesa de matrimonio del hijo.
En recientes excavaciones se hallo un interesante documento judicial de la época post-sumeria, que
refleja indudablemente la practica jurídica de Súmer.
Habla de un asesinato y de su castigo. Tres hombres habían dado muerte a un empleado del
templo, cuya mujer, a quien ellos narraron el hecho guardo silencio sobre el homicidio.
Los tres asesinos fueron condenados a muerte, con la especificación de que debían ser ajusticiados
delante del domicilio del interfecto, mientras que la mujer, según parece, fue absuelta.
Igualmente procede de la época sumeria tardía, el código sumerio, cuyas disposiciones estaban en
rigor, al parecer, en la ultima época sumeria. Dicho código es mas breve que el código de Hammurabi, pero
es semejante a el en su redacción y en muchas otras cosas. La parte conservada y legible presenta
disposiciones sobre jardinería, delitos contra las plantas, responsabilidad en el escalamiento de una casa a
causa de las malas condiciones de las paredes, encubrimiento de esclavos, perdida de posesiones,
legislación sobre el matrimonio la herencia, y la responsabilidad del empleador de un niño.
Es seguro que Súmer poseía códigos mucho más antiguos, que aun no llegaron a nuestro
conocimiento.
Ya los tres códigos por ahora conocidos nos permiten saber cuan extraordinaria e intensamente
compenetrada por las normas jurídicas, según la voluntad de los dioses, estaba la vida cotidiana del antiguo
Súmer.
Los sacerdotes, los escribas, los jueces, los empleados de la administración, los médicos y los
comerciantes tenían necesidad de un extenso saber para estar en condiciones de cumplir con sus múltiples

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obligaciones. Tales conocimientos los adquirían en las escuelas que existían en los templos para todas las
profesiones.
El escolar sumerio se llamaba, según parece, “Hijo de la casa de las tablillas” y gozaba de
considerable ascendiente, ya que la escritura era todavía un arte difícil y había príncipes y reyes entre los
discípulos.
Siguiendo la evolución general, en los últimos tiempos de Súmer, los establecimientos de
enseñanza de las ciencias no teológicas se separaron de su centro de otrora, el templo, centro a la vez de
toda la vida económica y social y se acogieron a la sombra de la corte real, que a allí formo una nueva
generación de empleados.
A pesar de la fidelidad a las tradiciones y de una postura general conscientemente conservadora, no
se pudo impedir que la historia sumeria, que abarca todo un milenio, cambiara sus formas de vida y
modificara la imagen de su sociedad, tanto mas cuanto que no faltó la sangre extranjera que fluía
incesantemente en las montañas del norte.
La primitiva coexistencia simultanea de ciudades-estados vecinos, a causa de su expansión y a
medida que midieron sus fuerzas entre si, acabó adquiriendo necesariamente la forma de una federación,
en la cual un soberano gobernaba sobre varios príncipes de ciudades. Esto trajo como consecuencia el
frecuente debilitamiento de las relaciones del soberano con el dios de su ciudad, pues los sacerdotes de las
ciudades subordinadas rivalizaban en el empeño de investir de títulos y dignidades al gobernante que casi
nunca dejaba de cumplir con la reverencia debida a su dios. En efecto, estos sacerdotes cortejaban al
soberano valiéndose de todos los medios.
La ascendencia espiritual del Ensi se debilitó frente a la pretensión del sumo sacerdote; la
abundancia de la corte debió ser, a menudo, superada por la riqueza del templo.
En otras palabras, el desarrollo político, económico y social de Súmer llevó a una disolución de la
unidad templo-corte real, iglesia y estado.
Como punto final del desarrollo aparece una federación de estados debilitada, que conserva con
grandes esfuerzos, las formas externas de un pasado grandioso, pero que no puede ocultar su debilidad
interna y su inconsistencia, no obstante los pomposos títulos y los soberanos con aires de césares.
Tan solo bajo el gobierno del gran restaurador y pacificador Hammurabi de Babilonia pudo gozar
nuevamente de la dicha, seguridad y bienestar propios de una sociedad organizada.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Liberan Mario “Historia De Oriente Antiguo”

Hammurabi de Babilonia
La Unificación de la mesopotamia
Hacia 1820 A.C. la Baja Mesopotamia aun esta dividida en los reinos de Babilonia, Isin, Larsa, Uruk
y otros mas pequeños.
La hegemonía la tienen Larsa en sur y Babilonia en el norte, y los reyes babilonios cultivan sus
relaciones con Uruk que, pese a su aislamiento, es un buen punto de apoyo contra Larsa.
Un primer proceso de concentración es obra de un personaje con dotes políticas fuera de lo común,
Rim-Sin de Larsa.
Con Rim-Sin dio inicio la política de expansión, que conocemos sobre todo a partir de las formulas a
datación de este larguísimo reinado: victoria sobre una coalición de Uruk e Isin con el apoyo e Babilonia;
destrucción y anexión de Der; conquista de Uruk y conquista Isin
Este ultimo acontecimiento gozo de tanto prestigio que los años posteriores se facharon a partir de
el. En efecto, con la conquista de Isin todo el país de Súmer quedó unificado bajo el dominio de Rim-Sin,
aunque seguía teniendo vecinos belicosos como Ela, Eshunna y Babilonia, que aislaron a larsa de los
grandes contactos y las grandes maniobras de la época de Mari.
Rim-Sin se dedico a la labor de consolidación interior. Promovió la construcción y restauración de
murallas, la excavación de canales, enriqueció los templos según la tradición sumeria.
Rim- Sin fue el primer rev de Larsa que promulgó medidas de desgravación fiscal. Cancelación de deudas y de la
esclavitud por deudas que en el norte se conocían con la formula de “restablecer la justicia en el país. Los textos
administrativos y jurídicos del tiempo de Rim -Sin reflejan la especial atención que dedico el rey de larsa a la
reorganización de la gestión de tierras publicas y el auge del comercio en el golfo.
Pero el año inmediatamente posterior a la conquista de Isin Hammurabi subió al trono de Babilonia, y se
revelo como un rival de Rim-Sin mucho más aguerrido que su padre, Sim-muballit. Toda la segunda mitad del reinado
de Rim-Sin estuvo marcada por la ascensión de Babilonia.
Desde un observatorio bastante apartado, como es el archivo real de Mari asistimos a una sucesión de guerras
cruzadas entre el frente del Eúfrates y el frente del Tigris. La zona de mayor tensión es la frontera entre Babilonia y
Eshnunna, porque ambas ciudades están muy próximas. Pero su posición es Sólida, de modo que los principales
movimientos tienen como escenario la Alta Mesopotamia, sin que ninguno de los contendientes tenga fuerzas
suficientes para aventurarse a un ataque frontal.
Solo en la fase final de su reinado, Hammurabi puede recoger los frutos de su progresiva ascensión y
consolidación. En cinco años Hammurabi Conquista y se anexiona a Larsa, hace to mismo con Eshnunna, derrota a
Mari y luego la destruye a raíz de una rebelión.
La unificación de Mesopotamia por parte de Hammurabi tuvo sus limitaciones tanto de tiempo como de
extensión. En el tiempo, la unificación tuvo una duración muy corta. Hammurabi logro sus objetivos solo al final de su
reinado y con sus sucesores no tardo en producirse una disgregación. En cuanto a la extensión, gran parte de los
territorios que se habían visto implicados en la política de movimiento Y confrontación de la edad de Mari quedaron
fuera del alcance de Hammurabi.

La Organización Sociopolítica
Los reinados de Rim-sin en larsa y de Hammurabi en Babilonia, suponen una consolidación de la
posición del estado, como consecuencia normal de la especial atención dedicada por estos soberanos
fuertes a la organización del reino y de su creciente capacidad para influir en el Orden de la sociedad. La
centralización del palacio se hace en perjuicio de la esfera familiar. Pero también de la esfera del templo
que pierde parte de sus prerrogativas, por ejemplo, el comercio que la tendencia a la privatización había
sustraído en gran parte a la gestión del templo, se vuelve a centralizar bajo control real. O la a
administración de la justicia, que antes era ejercida por jueces de los templos, y ahora es ejercida por jueces
del rey.
Por ultimo, la creciente actividad bélica v las importantes conquistas de Hammurabi, que
desembocan en la unificación de Mesopotamia, conllevan un volumen considerable de asignaciones de
tierras a soldados y veteranos las provincias conquistadas.
De todas maneras, es razonable pensar que las asignaciones masivas do parcelas a miembros de
una clase social bastante desposeída debieron servir para frenar el proceso de empobrecimiento y
esclavización., y seguramente proporcionaron mano de obra mas dispuesta a trabajar en el campo, donde
había crecientes dificultades debido al abandono, saturación y decadencia.

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De momento, la intervención real, con creación de infraestructura y una extensa colonización mitiga
las dificultades por las que es ta pasando el país de Babilonia.
Al tiempo que surgen dificultades económicas se produce una reestructuración de las relaciones
sociales, siguiendo las líneas esbozadas en la época de Isin y Larsa. Hay dos tendencias fundamentales,
una hacia la independencia económica de los grupos privilegiados y otra hacia la servidumbre de los grupos
más vulnerables. Los dos procesos provocan un verdadero vuelco de las relaciones sociales y las jerarquías
económicas. Los privilegiados (escribas, sacerdotes, mercaderes, administradores y terratenientes de
origen diverso se “privatizan” y tratan de escapar del control real.
Frente a estos nuevos dependientes de bajo rango, el monarca representa un panel de rey justo,
buen pastor y padre solicito.
El famoso código nos proporciona una visón global de la sociedad bajo el reinado de Hammurabi.
Su original se encontraba en una estela de diorita erigida en el templo de Shamash, en Sippar (o en la
propia Babilonia), pero ha sido hallado en Susa, a donde fue llevado como botín por el rey elamita Shutruk-
Nakhurte hacia 1200.
En el código aparecen tres “clases” o condiciones sociales: la del awilum “hombre libre”, la del
muskenum o “dependiente” y la del Wardum o “esclavo”. La tercera categoría no tiene nada en particular,
ya que los esclavos están profusamente documentados en toda la historia mesopotámica, y se caracterizan
por pertenecer a otra persona, que posee sobre ellos un derecho absoluto. Los esclavos se adquieren como
botín de guerra o se compran en países extranjeros; en cambio, los conciudadanos no pueden ser esclavos,
pero si sometidos a servidumbre durante periodos mas o menos prolongados, pero sin que se pierda la
noción de su estatus original.
Los «libres» tienen autonomía económica, tanto si son libres terratenientes en el sentido tradicional,
como funcionarios altos o medios del templo o del palacio que han adquirido en forma permanente tierras y
prebendas derivadas de su servicio. Las categorías que el código reúne bajo la denominación de
muskenum se encuentran en una posición distinta. Dependen del estado para su sustento, de modo que
son “semilibres”. Pero no en el Sentido jurídico, sino mis bien en sentido económico, ya que no poseen
medios de producción. Por el código y otros documentos de la época sabemos que gozan de menos
prestigio que los libres, y mantienen un vínculo de proteccion y subordinación al rey.
En el campo penal se ha resaltado mucho la aparición de la ley del taliona es decir, una
reglamentación de las penas corporales como forma atenuada y cuantificada de la venganza y se ha
atribuido esta practica a la llegada de los amorristas frente al arraigado principio de la compensación
pecuniaria de la cultura sumeria y acadia.
En el campo civil el código supone la consagración definitiva de la importancia que han alcanzado
en la vida económica del país las tendencias a la privatización y por consiguiente de la necesidad de regular
las formas y competencias de los distintos tiempos de aparcería, trabajo asalariado, alquiler, participación
financiera, etc.
El código no introduce nada nuevo, y se limita a reseñar los usos y costumbres, normalizando las
tarifas que se aplican habitualmente, pero dándoles un aval regio que tendría su valor para los litigantes y
jueves.
Los códigos mesopotámicos no tienen ni pretenden tener valor normativo, y no dejan rastro en la
práctica judicial, ni tampoco la determinan. Basta con leer el código de Hammurabi entero, con prologo y
epilogo, para darse cuenta de que se trata de una demostración analítica.

La Reforma Religiosa
La época de Hammurabi supone un giro importante en el ámbito teológico. El giro se debe a la
nueva situación política, de unificación definitiva del país y aparición en escena de las ambiciones
ciudadanas.
La nueva estructuración del panteón tiende a situar en el vértice al dios de Babilonia Marduk. La
operación no es sencilla, porque se trata de una divinidad meramente local, bastante modesta a escala
regional, que encaja mal en las viejas teologías. El proceso comienza con Hammurabi, pero solo culminara
en la época casita. Entre los procedimientos utilizados para situar a Marduk en una posición prominente
uno de ellos es convertirlo en hijo de Ea y caracterizarlo como dios de las artes mágicas.
Otro procedimiento es situar a Marduk en el centro del mundo cosmológico, sustituyendo a Enlit,
que ya esta en decadencia, y asimilándolo parcialmente a el. La culminación de este proceso será el poema
religioso llamado Enuma elis, que se recitaba en un momento crucial de la fiesta de año nuevo babilónico.
El rey, por su parte, en vez de buscar la legitimación de su poder en la filiación divina, la busca, de
acuerdo con la sensibilidad gentilicia de las etnias occidentales en largas genealogías de antepasados
tribales.

La Disgregación del Imperio

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Ni larsa, ni Eshunna aceptaron con resignación la pérdida de su independencia y el sucesor de


Hammurabi, Samsu-iluna tuvo que emplearse a fondo contra las rebeliones desde los primeros años de su
reinado. En larsa se proclamo rey Rim-Sin II, nieto de Rim-Sin I. En Eshunna un tal Iluni, que en sus
inscripciones lleva el titulo de gobernador y por lo tanto estaba formalmente sometido a babilonia. Samsu
iluna pudo sofocar fácilmente y de raíz la primera de las rebeliones, pero en el sur estalló una nueva
sublevación. La rebelión de Eshunna también tuvo una larga historia, hasta la captura y ejecución del
rebelde.
El sur permaneció independiente, cortando a Babilonia el acceso al mar.
En el noroeste Samsu-iluna parece que trato, por todos los medios, de mantener el control sobre el
Eúfrates medio y el “país alto” pero con escaso éxito.
La toma de Babilonia y el saqueo del templo de Marduk fue un golpe mortífero para la dinastía
babilonia. Los hititas se retiraron tan rápida e inesperadamente como habían llegado, pero el reinado de
Samsu ditana quedo muy afectado. De ello sacaron provecho los casitas. No se sabe como tomaron el
poder en babilonia, aunque probablemente fue por un violento golpe de mano de carácter militar.

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Luis Díaz Molano: “El Sistema Jurídico en Tiempos de
Hammurabi”
Múltiples documentos de la época parecen confirmar la dependencia total del pueblo hacia su Rey,
el. Ilimitado poder de los gobernantes, la total sumisión de los gobernados.
Podemos recordar en el Epilogo del Código de Hammurabi:

"...Yo. Hammurabi, he sido un Rey perfecto para los cabezas negras de los que Enlil me hizo
presente de los que Marduk me dio el cavado de pastor. .. . He dado la luz a los hombres." "Los
grandes dioses me eligieron y soy el, pastor que trae la salad..." "...mi sombra benefactora se
extendía sobre la ciudad..."

Esta presunta dependencia de todos los habitantes del reino hacia el Soberano, incluyendo obviamente
a los awilum (hombres libres)' esta pre sente en el art. 129 del Código de Hammurabi en el caso de adulterio de
la mujer.

“Si una casada es sorprendida yaciendo con otro hombre, se los atara y se los arrojara al agua. Si el
marido deja vivir la esposa, el Rey dejara vivir a su servidor

Por distintas razones ese aparentemente inmenso poder de Hammurabi no era tal y la grandilocuencia
empleada en algunos documentos no se correspondía con la realidad.
Tal vez la primera limitación a ese poder real, la encontramos en la existen cia de poderes locales.
Entre las ciudades que dependieron de Babilonia en el tiempo de Hammurabi, hay antiguas y famosas como
Nippur, Uruk, Larsa, Der, Lagash, Isin. Girsu, Sippar, Ur y otras mas: son ciudades con capacidad para constituir por si
mismas, centros suficientemente autónomos, no solo de administración y de vida económica propias, sino de
tradiciones culturales propias, y tienen posibilidades de ser centros de oposici6n y de hostilidad mutua.
En esas ciudades subordinadas existían Gobernadores y también funcionaba la Asamblea de
Ancianos (pujrum) que tenía como función ordinaria aconsejar a1 detentador del poder, es decir al
gobernante local.
La tarea de la Asamblea No era puramente consultiva como lo demuestran los documentos que
hacen referencia a choques, conflictos entre la pujrum y el Príncipe de la ciudad.
La Asamblea de Ancianos podía deponer al Gobernador y el documento que hace referencia a esa
posibilidad emplea el mismo verbo nasahum que se utiliza para indicar el caso en que el Rey dispone el
cese de un oficial, establece que la Asamblea podía deponer al Príncipe e instituir un contra-poder aunque
sea para casos excepcionales'.'°
Una segunda limitación al poder real podría encontrarse en la inestabilidad de los reinados.
Un ejemplo significativo de la preocupación real por evitar o reprimir las conjuras y complots parece
encontrarse en el Art. 109 del C6digo de Hammurabi:

"Si se reúnen rebeldes en casa de una comerciante de vino de dátiles con sésamo y esta no
los toma y conduce al Palacio, será muerta."'.

Es necesario mencionar como Limitación al poder real lo que hoy llamaríamos la opinión pública
descontenta, a la cual se refieren numerosos documentos con expresiones como "el espíritu público
decaerá”.
En el plano histórico-político podemos arriesgar una conclusión: el poder de los soberanos
mesopotámicos del segundo milenio. Y Hammurabi no
fue una excepción, tenía una serie de limitaciones, no era exactamente el "despotismo oriental" que había
caracterizado Wittfogel
Lo que hemos venido llamando "Código de Hammurabi” a un texto que no es tal cosa que no tuvo
valor normativo directo. No se trata de un conjunto de normas jurídicas destinadas a ser aplicadas por los
tribunales en los casos futuros. Se trata de una compilación de sentencias dictadas por el propio Rey o por
los tribunales reales, que fueron consideradas ejemplares par los escribas del palacio que tuvieron a su
cargo la compilación.
Hay en la compilación de sentencias tradicionalmente llamada "C6digo de Hammurabi", un proceso
de abstracción y de construcción científica. Se eliminan los nombres de las partes, los datos

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

circunstanciales y concretos y se formula la decisión en términos de consecuencia que debe seguir a una
proposición condicional.
Si bien los babilonios no elaboraban principios generales fue pudieran luego ser aplicados
deductivamente a los casos concretos, realizaron una interesante tarea de elaboraci6n científica.
En el llamado "Código de Hammurabi" se abstraen los datos concretos del caso y se presenta una
proposición condicional seguida de la consecuencia deseada por los escribas.
Coherente con su época el llamado "Código de Hammurabi" es una recopilación de sentencias
judiciales. No supera el casuismo pero ha sido objeto de una elaboración científica acorde con su tiempo.
En todo sistema jurídico se pueden distinguir reglas primarias y reglas secundarias. Las primeras
contienen obligaciones y prohibiciones para los gobernados; las segundas no se refieren a la conducta de
los gobernados sino que tratan acerca de las reglas primarias. La más útil para nuestra indagaci6n es la
regla secundaria del reconocimiento.
La regla de reconocimiento de una sociedad, especifica las características que debe reunir una
regla primaria para ser considerada válida y obligatoria para quienes allí viven.
Aplicando la noción de regla de reconocimiento a la sociedad paleo babilónica podemos formular
una segunda suposici6n sobre el sistema jurídico en la Babilonia de Hammurabi: las disposiciones
normativas mas abundantes y más presente en la vida cotidiana surgen de la costumbre, con palabras de
Hart son reglas primarias que "se caracterizan por su larga vigencia consuetudinaria"
Bajo el reinado de Hammurabi se reconoce la costumbre como la principal fuente de Derecho, que
implica tener presente, por un lado, que las arraigadas tradiciones sumero-acadias han recibido la influencia
de las prácticas de los nómades y por otro, la incorporaci6n al reino de Babilonia de importantes ciudades
con tradiciones culturales propias que conservaron formas autónomas de gobierno, especialmente las
puhrum judiciales, debe llevarnos a reconocer que junto a las costumbres comunes a todo el reino también
se incorporaron normas provenientes de los nómades y se toleran numerosas costumbres regionales.
Al lado de In costumbre había un mecanismo normativo en manos del Rey que le permitía introducir
innovaciones en el sistema jurídico: los Edictos del Rey.
En conclusión, bajo el reinado del autoproclamado “Rey de Justicia” el llamado “Código de
Hammurabi” no aparece aplicado por los tribunales como fundamento de ninguna sentencia y tampoco
aparece fundamentando los documentos públicos ni los contratos privados.
Muestra también que la fuente predominante en la producción de normas jurídicas fue la costumbre.
No solo aquella que se observaba en todo el reino, sino también las costumbres locales.
Finalmente podemos agregar que la forma empleada por el Rey para introducir modificaciones que
no alteran ese ancho telón de fondo que fue el derecho consuetudinario, estuvo representada por edictos
reales y decisiones oficiales.

33
Finley M.: “Grecia primitiva: La edad de Bronce y la Era
Arcaica”

Las Islas:
Creta
Creta, la otra gran isla del Mediterráneo oriental, tuvo una evolución muy diferente.
En la antigüedad las partes central y oriental de Creta tenían merecido renombre a causa de sus
praderas y tierras altas de pastoreo, sus olivares y sus viñas, sus robles y cipreses y sus playas
resguardadas sobre las costas del norte y del este.
No obstante a diferencia de Chipre, Creta era pobre en minerales y su ubicación era menos
favorable con respecto al tráfico marítimo con Asia Menor, Siria y Egipto.
Durante mas de 3.000 años, Creta no dio muestras de lo que iba a llegar a ser en la Edad de
Bronce.
Las primeras poblaciones neolíticas se remontan al 6000 A.C., aproximadamente y están
localizadas en su mayor parte en las cavernas montañosas que tanto abundan en la isla.
Los metales hicieron su aparición más tarde que en el continente y no se los utilizo en abundancia
hasta el 2500 o 2300 a.c. Para esa época la gente ya había abandonado las cavernas, aumentando en
cantidad y hecho grandes adelantos en materia de tecnología.
El paso de la edad de piedra a la de Bronce no se conoce con claridad. Lo cierto es que constituyo
un largo periodo de transición.
Creta, al igual que Grecia no tenía una cultura uniforme y monolítica en esta época. El minoico
primitivo fue el producto de una evolución directa y no de un cambio en la cultura neolítica tardía.
Los excavadores han encontrado grandes cantidades de piezas de cerámica. Algunas de ellas
tienen conexión con depósitos contemporáneos de otros lugares de creta, pero otras no. Resulta más
interesante aún el hecho de que se hayan exhumado masas de arcilla volantes de rueca de piedra y pesas
de telar, así como muy pocos metales y algunos cientos de cuchillos de obsidiana de Melos.
El descubrimiento de un “centro textil” en un lugar apartado de la costa sur se presta a una gran
variedad de especulaciones. Se observa el predominio de las herramientas de piedra y arcilla en una época
muy posterior a la introducción de la metalurgia por la falta de útiles de metal para la agricultura y la
desproporción de la cantidad de dagas en el conjunto de objetos de metal.
Esto tiene relación con el desarrollo de una estructura social mas diversificada y con la
especialización del trabajo. Era fundamental la división entre la ciudad y el campo, cosa que deducimos por
la ausencia de implementos agrícolas en las viviendas urbanas y en las tumbas.
Debe de haber existido también una tendencia hacia la especialización, como la que había entre las
comunidades: de otro modo, un centro textil no puede admitirse. Las raíces de este importante desarrollo se
encuentran en la Era Neolítica Tardía, dentro de la misma Creta, aun cuando hoy resultan invisibles para
nosotros. Es decir que a pesar de que Creta emergió de su prolongado aislamiento para ingresar en el
complejo egeo de la Edad de Bronce, recibiendo influencias de Grecia y Macedonia.
Los signos de originalidad creativa son cuantiosos e inequívocos.
Con seguridad aprendieron de las cicladas las técnicas básicas de la metalúrgica, incluso el empleo
del arsénico como aleación para endurecer el cobre a falta de estaño.
Durante el transcurso de este periodo apareció en forma embrionaria el único estilo arquitectónico
cretense: una estructura aglutinada formando celdillas que iba a culminar siglos mas tardes en el palacio de
Cnosos, cuyos patios cubren alrededor de dos hectáreas de terreno.
Hacia fines del minoico primitivo, la tecnología cretense había progresado tanto como podría
haberlo hecho en toda la edad de Bronce. El período Minoico medio subsiguiente, la época dorada de creta,
entre el 2000 y el 1600 o 1550, estuvo jalonado por formidables avances en otras esferas en el poder
político, en la riqueza y en el arte.
Asimismo alcanzaron su máxima expresión las artes menores que, por su estilo y espíritu, su
sutileza y su sentido tan delicado del movimiento, permiten al punto identificarse como minoicas sin dar
lugar a confusión.
Es probable que la manifestación mas destacada de la originalidad cretense se encuentre en el
campo de la escritura. Cuando consideramos que poco son los sistemas de escritura que se han inventado
en el mundo en cualquier época de su historia podemos menos que reconocer que la contribución de creta,
un periodo relativamente breve, resulta incomprensible. Primero aparece un tipo de escritura pictórica
34
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

modificada que evans denominó jeroglífica por su analogía con la escritura egipcia. Luego en los primeros
siglos del Minoico Medio aparece una escritura mas elaborada, a la que evans le da el nombre de Lineal A,
cuyos signos representan en su mayor parte silabas. El Lineal A se difundió ampliamente en la isla y se ha
encontrado en el palacio de Hagia Triada y en Kato Zakro. Con el tiempo esta escritura cedió su lugar en
Cnosos al Lineal B, forma más complicada derivada del lineal A.
A pesar de que el Lineal B, a diferencia del Lineal A, su utilizaba también en Grecia continental, pero
por el momento no se han encontrado exponentes, de este en otro lugar que no sea en creta.
En el análisis de 25 jarras se han encontrado desde materias primas hasta productos elaborados.
En muchas tablillas hay datos sobre ovejas y lanas. Se registra un censo anual de rebaños y esquilas y de
los pastores. La cantidad de animales era de 100.000. El palacio de Cnosos ejercía un monopolio sobre las
ovejas y lanas.
Una Pregunta es como pagaban los cretenses el cobre, el oro y el marfil que debían importar.
Indudablemente que con la lana.
Las tablillas no pueden regular el mecanismo del comercio exterior. Hubo al parecer una
colonización minoica en algunas islas cercanas (talasocracia minoica).
No hubo un vasto imperio minoico.
En la gran cantidad de leyendas griegas que existen acerca de Creta Prehistórica, el énfasis recae
en puntos religiosos. La historia de Teseo y Minotauro constituye una excepción notable que merece
considerarse: El rey Minos estaba casado con Pasifae, hija del sol, quien sintió una pasión antinatural por un
toro proveniente del mar, ella apeló a Dédalo, que era un artesano divino, quien le ideó un artefacto para
tener relaciones con el toro, de ella dio a luz a un monstruo, mitad hombre y mitad toro, llamado el
minotauro, por orden del rey, dedalo construyó un laberinto para encerrar el monstruo. Los atenienses que
eran súbditos de Minos, debían ofrecerle siete mancebos y siete doncellas para alimentarlo. Teseo, hijo del
rey de Atenas logró que su padre lo incluyera en el grupo de victimas. Cuando llego a Creta, se enamoró de
Ariadna, hija de Minos y con su ayuda mató al minotauro. La pareja huyo a la isla de Naxos, allí Teseo
abandonó a Ariadna y la encontró el Rey Dionisos, quien se casó con ella. Esta leyenda refleja la sujeción
de Atenas a la supremacía Cretense durante la edad de bronce y su posterior emancipación. Este tipo de
monstruo, mitad hombre y mitad animal son corrientes y en las piedras o en los sellos de piedra aparecen
con aspecto inofensivo. El toro aparece como un elemento importante dentro de la religión, como animal de
sacrificio o en las escenas comunes de “salto del toro”, las que probablemente representen algún ritual en
vez de un mero deporte. Por lo tanto para dar una explicación de la leyenda del Minotauro podría decirse
que se trata de una historia posterior inventada para explicar alguna ceremonia, relacionada con el culto del
rey Dionisos.
Otra característica es el aspecto desguarnecido de la ciudad, a diferencia de las ciudades
fortificadas del continente. La nota que prevalece es la paz.
De la lectura de las tablillas se deduce que el palacio regía toda la sociedad. Allí se organizaba toda
la economía interna. Esta sociedad que gira en torno al palacio tiene parecido con Ugarit en Siria, pero sus
valores eran distintos.
Los gobernantes Babilonios, egipcios e hititas llenaron su territorio de monumentos, como
demostración de su poder y del de sus dioses.
En creta los gobernantes no hicieron nada de eso, ni en los palacios ni en las tumbas, se destaca la
decoración de las paredes. El trono no es ostentoso. No existe un solo cuadro que represente un
acontecimiento histórico o que muestre la actividad administrativa o judicial o cualquier otra manifestación
política.
En cuanto a los dioses parece que fueron muchos, se los veneraba en santuarios familiares, en
lugares sagrados al aire libre y en unas 25 cavernas distribuidas por la isla. En las ceremonias el aspecto
más importante era el de la epifanía, o sea la aparición temporaria de una divinidad en respuesta a la
oración, al sacrificio o a la danza ritual. El motivo central de las escenas es el éxtasis de los fieles y no en la
persona de Dios. Otro testimonio religioso lo es el hacha doble y los cuernos de la consagración, cuya
interpretación es muy discutida. En las cavernas se han encontrado cenizas y huesos de victimas de
sacrificios, como toros, ovejas, cerdos, perros y otros animales.
Posteriormente en las tumbas se imitan los modelos continentales. Más o menos en los alrededores
del 1400 a.C. se supone que un terremoto asoló la isla. La vida continuó en Creta, pero la época del poder y
los palacios terminó para siempre. De ahí en mas comienza la supremacía del continente, por las cerámicas
q se han encontrado en el egeo, esto coincide con el fin de la edad de bronce en el continente.

35
Vernant, “Los Orígenes del pensamiento Griego”

Capitulo 3: La monarquía Micénica


La vida social aparece centrada en torno del palacio, cuya función es religiosa, política militar,
administrativa y económica a la vez. En este sistema de economía que se denominaba palatina, el rey
concentra y reúne en su persona todos los elementos del poder, todos los aspectos de la soberanía. Por
intermedio de sus escribas, que constituyen una clase profesional enraizada en la tradición, merced a un a
jerarquía compleja de dignatarios de palacio y de inspectores reales, el rey controla y reglamenta
minuciosamente todos los sectores de la vida económica, todos los dominios de la actividad social.
Los escribas contabilizan en sus archivos lo concerniente al ganado y a la agricultura, la tenencia de
las tierras, evaluadas en medidas de cereales, la mano de obra, disponible u ocupada, las contribuciones de
toda índole impuestas por el palacio a los individuos y a las colectividades, los bienes ya entregados, los
que quedan por percibir, la composición, los comandos, el movimiento de las unidades militares, los
sacrificios a los dioses, las tasas previstas para las ofrendas.
En una economía de esta clase no parece haber lugar para el comercio privado. Si existen términos
que significan adquirir o ceder, no se encuentra testimonio de forma alguna de pago en oro o en plata o de
una equivalencia establecida entre mercancías y metales preciosos. Aparentemente, la administración real
reglamentaba la distribución y el intercambio, así como la producción de los bienes. Por intermedio del
palacio, que, en el centro de la red ejerce el contralor del doble circuito de prestaciones y pagos, circulan y
se intercambian los productos, los trabajos, los servicios, igualmente codificados y contabilizados, ligando
entre si los distintos elementos del país.
Este régimen se ha podido denominar monarquía burocrática. El término que tiene resonancias
demasiado modernas, subraya uno de los aspectos del sistema, pues su lógica lo lleva a un control cada
vez más riguroso, cada vez más amplio, hasta detalles que hoy nos parecen insignificantes. Se lo debe
comparar con los grandes Estados fluviales del cercano oriente, cuya organización parece responder, en
parte al menos, a la necesidad de coordinar en una vasta escala los trabajos de desecamiento, irrigación y
conservación de canales indispensables para la vida agrícola.
La economía rural de la Grecia antigua aparece dispersada en la escala de la aldea; la coordinación
de los trabajos no va más allá del grupo de los vecinos.
No solo en el dominio de la agricultura se distingue el mundo micénico de las civilizaciones fluviales
del Cercano Oriente. Aun reconociendo la función del palacio como eje de la vida social.

Alrededor del rey, la gran familia hitita agrupa los personajes más próximos al soberano, son
dignatarios del palacio, cuyos títulos destacan sus elevadas funciones administrativas pero que ejercen
también comandos militares. Junto con los combatientes que están bajo sus ordenes forman el pankus,
asamblea que representa a la comunidad hitita, es decir que agrupa el conjunto de los guerreros con
exclusión del resto del pueblo, según el esquema que contrapone, en las sociedades indoeuropeas, el
guerrero al hombre de la aldea, pastor o agricultor. En esta nobleza guerrera constituida en clase separada
y, por lo menos en lo que a lo más grandes concierne, alimentada en sus feudos por paisanos afincados en
las tierras, se reclutan los surigas, fuerza principal del ejército hitita. La institución del pankus puede haber
dispuesto, en su origen, de poderes más amplios: La monarquía habría comenzado por ser electiva;
posteriormente, a fin de evitar la crisis de sucesión, se habría sustraído a la asamblea de los guerreros la
calificación del nuevo rey.
Finalmente, el pankus, del que se habla por ultima vez en una proclama del rey telepino de fines del
siglo XVI habría caído en desuso; la monarquía hitita se habría aproximado así al modelo de las monarquías
absolutas orientales, apoyándose en menos en una clase de nobles cuyos servicios militares fundaban sus
prerrogativas políticas, que en una jerarquía de administradores directamente dependientes del rey.
En efecto, en todos los peldaños de la administración palatina hay un vínculo personal de sumisión
que una a los distintos dignatarios del palacio con el rey: estos no son funcionarios al servicio del estado
sino servidores del rey, encargados de manifestar, dondequiera que su confianza los haya colocado, aquel
poder absoluto de mando que se encarna en el monarca. Se comprueba también, dentro del cuadro de la
economía palatina, junto a una división a menudo muy detallada de las tareas y a una especialización
funcional con una verdadera catarata de vigilantes y supervigilantes, cierta fluctuación en las atribuciones
administrativas que se superponen unas a otras, ejerciendo cada representante del rey, por delegación y en
su propio nivel, una autoridad cuyo principio cubre sin limites todo el campo de la vida social.

36
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

El problema no está, pues, en oponer el concepto de monarquía burocrática al de monarquía feudal,


sino en señalar, por detrás de los elementos comunes al conjunto de las sociedades de economía palatina,
los rasgos que definen mas precisamente el caso micénico tal vez expliquen por qué ese tipo de soberanía
no sobrevivió en Grecia a la caída de las dinastías aqueas.
Los de Creta, dédalos de habitaciones dispuestas en aparente desorden en derredor de un patio
central, están edificados en el mismo plano que la tierra circundante sobre la que se abren sin defensa por
medio de amplias calles que terminan en el palacio.
La mansión micénica, con el megaron y la sala del trono en el centro, es una fortaleza rodeada de
muros, una guarida de jefes, que domina y vigila el llano que se extiende a sus pies. Construida para resistir
un asedio, esta fortaleza resguarda, junto a la residencia principesca y sus dependencias, las casas de los
familiares del rey, jefes militares y dignatarios palatinos.
Constituyen la materia de un comercio generoso que desborda ampliamente las fronteras del reino.
Objeto de dádivas y contra dádivas, sellan alianzas matrimoniales y políticas; son también objeto de
competición y de conflicto: como se los recibe de regalo, se los conquista también armas en mano; se
organiza una expedición guerrera o se destruye una ciudad para apoderarse del tesoro.
Finalmente se prestan a una apropiación individual que podrá perpetuarse más allá de la muerte:
colocadas al lado del cadáver como “pertenencias” del difunto, lo seguirán a su tumba.
En la cima de la organización social, el rey lleva el título de Wa-na-ka, anax. Su autoridad parece
ejercerse en todos los niveles de la vida militar: es el palacio el que reglamenta los comandos de armas el
equipamiento de los carros, las levas, la subordinación, composición y movimiento de las unidades.
El anax gobierna también la vida religiosa: ordena con precisión su calendario, vela por la
observancia del ritual y la celebración de las fiestas en honor a distintos dioses.
Cabe pensar que si el poderío real se ejerce así en todos los dominios, es porque el soberano,
como tal, se encuentra especialmente en relación con el mundo religioso asociado a una clase sacerdotal
que se presenta numerosa y potente. . En apoyo de esta hipótesis, nótese que en Grecia se ha perpetuado
el recuerdo de una función religiosa de los reyes, y que ese recuerdo ha sobrevivido bajo una forma mítica,
la del rey divino, mágico, señor del tiempo, dispensador de la fertilidad. A la leyenda cretense de Minos, que
se somete cada nueve años en la caverna del Ida a la prueba que tiene que renovar mediante un contacto
con Zeus, su poder real, responde en Esparta la ordalía que cada nueve años imponen los eforos a sus dos
reyes, escrutando el cielo en el secreto de la noche, para leer en el si los soberanos no habrán cometido tal
vez alguna falta que los descalifique para el ejercicio de la función real.
Al lado del Wa-na-ka, el segundo personaje del reino, el la-Wa-ge-tas, representa al jefe del laós, propiamente
el pueblo en armas, el grupo de los guerreros. Los e-qe-ta, hepetai, son, como la gran familia hitita, dignatarios del
palacio que constituyen el sequito del rey, al mismo tiempo que jefes puestos al frente de una okha, de una unidad
militar u oficiales que aseguran las relaciones de la corte con los comandos locales.
El témenos designa en la epopeya, en la cual es el único de todos los términos del vocabulario micénico
relativo a bienes raíces que se ha mantenido, una tierra, de labrantío o vitícola, ofrecida con los campesinos que la
ocupan, al rey, a los dioses o algún personaje importante, en recompensa de sus servicios excepcionales o de sus
hazañas bélicas.
La tenencia del suelo se presenta como un sistema complejo, que hace más oscura aun la ambigüedad de
muchas expresiones. La plena posesión de una tierra, así como su usufructo, parece haber implicado, como
contrapartida, servicios y prestaciones múltiples. Es a menudo difícil resolver si un término tiene una significación
puramente técnica, o si designa un ordenamiento social. Sin embargo, se perfila claramente una oposición entre dos
tipos de tenencia de las tierras que designan las dos formas diferentes que puede tener una ko-to-na, tierras privadas
con propietarios, a diferencia de las Ke-Ke-Me-Na Ko-to-na, adscriptas al damos, tierras comunales de los demos
aldeanos, propiedades colectivas del grupo rural, cultivadas según el sistema del open-fiel y que tal vez son objeto de
una redistribución periódica.
La del hombre del servicio feudal, el guerrero, depende directamente del palacio y retorna a este cuando se
interrumpe el servicio. Por el contrario, los “hombres de las herramientas”, esto es los artesanos, disponen de una tierra
llamada “de la aldea” que la colectividad rural les conceda durante un tiempo y que recupera cuando ellos se van.
La posesión individual, como el barón micénico es el hombre de la ki-ti-me-na ko-to-na de la tierra de propiedad
individual, en contraposición a la tierra comunal de la aldea. En consecuencia, las dos formas diferentes de tendencia
del suelo responderían, en la sociedad micénica, a una polaridad fundamental: frente al palacio, a la corte, a todos los
que de el depende, se entrevé un mundo rural, organizado en villorrios con vida propia. Esos “demos” aldeanos
disponen de una parte de las tierras en las cuales se asientan; reglamentan, de conformidad con las tradiciones y las
jerarquías locales, los problemas que plantean, en su nivel, los trabajos agrícolas, las actividades pastoriles, y las
relaciones de vecindad. Es en ese cuadro provincial donde aparece inesperadamente, el personaje que lleva el titulo
que normalmente hubiésemos traducido por rey, el pa-si-re-u, el basileus homérico. N o es precisamente el rey en su
palacio, sino un simple señor, dueño de un dominio rural y vasallo del anax.
Este vinculo de vasallaje, en un sistema que vigila la distribución de las asignaciones en bronce destinada a los
herreros que trabajaban para el palacio. El mismo contribuye, con otros ricos señores a esos suministros de metal.
Junto al basileus, un consejo de Ancianos, confirma la relativa autonomía de la comunidad aldeana. En esta asamblea
interviene la comunidad aldeana. En esta asamblea intervienen los jefes de las casas más poderosas. Los simples

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villanos, hombres del damos en sentido propio, que proveen de peonaje al ejercito y que, para adoptar la formula
homérica.
Al basileus, aparece como una suerte de perfecto. Cabria preguntarse si esta dualidad de direcciones en el
nivel local no corresponde a la que hemos comprobado en el cuadro del palacio. Como el anax, el basileus, tendría
prerrogativas principalmente religiosas; el ko-re-te como el la-wa-ge-tas ejercería una función militar.
Habría que relacionar el término con koiros, tropa armada; tendría el sentido del kotranos homérico. Casi
armada; tendría el sentido del Koiranos homérico, casi sinónimo de hegemón, pero que, asociado a basileus parece
indicar, si no una oposición, por lo menos una popularidad, una diferencia de planos.

Es necesario extraer algunas conclusiones generales referentes a los rasgos característicos de las monarquías
micénicas:

Ante todo, su aspecto belicoso. El anax se apoya en una aristocracia guerrera, los aurigas, sometidos a su
autoridad, pero que constituyen, dentro del cuerpo social y del la organización militar del reino, un grupo
privilegiado con su organización particular, su modo de vida propio
Las comunidades rurales no están, respecto del palacio, en una dependencia tan absoluta que no puede subsistir
sin el. Suprimido el contralor real, el damos continuaría trabajando las mismas tierras con las mismas técnicas.
Como en el pasado, pero en un marco en adelante ya puramente aldeano, tendría que alimentar a los reyes y
a los ricos señores del lugar por medio de entregas, obsequios y prestaciones más o menos obligatorias.
La organización del palacio, con su personal administrativo, su reglamentación estricta de la vida económica y
social, presenta un carácter de limitación. Todo el sistema reposa sobre el empleo de la escritura y la
constitución de archivos. Son los escribas cretenses, pasados al servicio de las dinastías micénicas, quienes
transformando la escritura lineal usada en el palacio de Cnosos (lineal A) a fin de adaptarla al dialecto de los
nuevos señores (lineal B), les han aportado los medios de implantar en la Grecia continental los métodos
administrativos propios de la economía palatina.
Para los monarcas de Grecia, el sistema palatino representaba un notable instrumento de poder. Daba
la posibilidad de establecer un control riguroso del Estado sobre un extenso territorio. Absorbía y les permitía
acumular toda la riqueza del país y concentraba, bajo una dirección única, recursos y fuerzas militares importantes.
Posibilitaba también las grandes aventuras en países lejanos, para establecerse en tierras nuevas para ir a buscar,
los mares, el metal y los productos que faltaban en el continente griego. Se advierte una estrecha relación entre el
sistema de la economía palatina, la expansión micénica a través del mediterráneo y el desarrollo en Grecia misma,
junto a la vida agrícola, de una artesanía, ya muy especializada, organizada en gremios según el modelo oriental.
La invasión dórica destruye todo este conjunto. Rompe, por muchos siglos, los vínculos de Grecia con Oriente
para convertirse en una barrera.
Desconoce las múltiples corporaciones de “hombres de las herramientas”, agrupadas en las cercanías del
palacio o situadas en las aldeas para ejecutar allí las ordenes reales. Al caer el imperio micénico, el sistema
palatino se derrumbó por completo.
Para designar la función real, la palabra basileus, cuyo valor estrictamente local hemos visto y que, mas que
una persona única que concentre en si todas las formas del poder, designa, empleada en plural, una categoría de
grandes que se sitúan, tanto unos como otros, en la cúspide de la jerarquía social. Suprimido el reinado de anax, no
se encuentran huellas ya de un control organizado por el rey, de un aparato administrativo ni de una clase de
escribas.
La escritura misma desaparece como arrastrada por el derrumbe de los palacios.
Cuando los griegos vuelven a descubrirla, a fines del siglo IX, tomándola esta vez de los fenicios, no será solo
una escritura de otro tipo, fonética, sino producto de una civilización radicalmente distinta.
La escritura no tendrá ya por objeto la creación de archivos para uso del rey en el secreto de un palacio, sino
que responderá en adelante a una función de publicidad; va a permitir divulgar, colocar por igual ante los ojos de
todos, los diversos aspectos de la vida social y la política.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Bosquejo de Instituciones Jurídicas contenidas en el


articulado del código de Hammurabi
A. Derecho Civil:
i. Sujetos de derecho:
Libres: Amelu o Awilum: Diferentes Jerarquías Sociales. Integrantes de las comunidades.
Semilibres: Muskenum…… Arts. 15 y 16: Cierta Igualdad con Los Libres
Esclavos: Arts. 15 y 16
- Causas: Art. 280-281-256-117-115-116-141
- Características: Arts. 116-117-205-282
- Derechos: Art. 175

ii. Familia:
1. Matrimonio (Arts. 128, 151 y 152) y concubinato
2. Adulterio (art. 129 a 132; 155 y 158)
3. Violación (art. 130)
4. Deber de fidelidad-estado de necesidad (arts. 133 a 136)
5. Repudiación. Distintos casos (arts. 137 a 143)
6. Segundas nupcias (141 y 148)
7. Procreación (144 a 147)
8. Prohibición del incesto (154, 156, 157)
9. Adopción (185 a 193)
10. Reconocimiento de Hijos (170)
11. Emancipación (1659)
12. Herencia o sucesiones: Hijos herederos (art. 165 a 171) - Viuda (excepción) (171 Bis)
13. Desheredación (167 y 168)

iii. Propiedad:
1. Régimen de tenencia:
Sobre las tierras (arts. 26 a 66)
Sobre las personas – esclavitud (arts. 15 a 20; 32; 116 a 119; 141 y 280-281)

iv. Contratos:
Capitulaciones matrimoniales (art. 128, 151)
Adopción (185 a 193).

B. Derecho Comercial:
i. Contratos:
Locación:
De servicios (253 a 267 y 273 a 275)
De inmuebles urbanos (78)
De Predios Rústicos (44)
De tierras de cultivo ejs: (42,43,45,46,53 a 56)
De cosas o animales (242 a 249 y 268 a 272)
Compraventa (arts. 9 a 13).Objeto de la compraventa. Derecho de
rescisión o rescate.
Sociedad (arts. 60, 61 y 99)
Comisión (arts. 100 a 107)
Transporte (art. 112)
Mutuo (préstamo de dinero). Usura. Intereses. Pesas y medidas (arts.
89 a 96)
Garantías:
Pesas y medidas (arts. 89 a 96)
Prenda (114, 115 y siguientes)

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Hipoteca (52 y 49)
Anticresis (50)
8. Deposito (arts. 120 a 125)

C. Derecho penal:
Principios Fundamentales
Tipos de Delitos
Tipos de Penas
Sistemas Penales

D. Administración de Justicia (Art. 5. y SS)


E. Derecho Procesal (arts. 2 a 4; etc.; 206 a 208)

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Schmidt Wernil: “Introducción al Antiguo Testamento”


Épocas de la Historia de Israel
El Antiguo Testamento se formó en el devenir de la historia y hace referencia en la mayor parte de
sus textos a los acontecimientos históricos. Pero su narración es un testimonio de fe que no busca
conservar la tradición en su figura originaria, “puramente histórica”, sino que la vincula con la actualidad,
modificándola al mismo tiempo.
Por eso el historiador debe desentrañar críticamente la historia de Israel partiendo del material del
Antiguo Testamento.
Esta reconstrucción tiene tres pasos metodológicos:
Análisis de las fuentes, con inclusión del material oral contenido en las mismas.
Búsqueda y evaluación del material extrabíblico del Antiguo Oriente
Conclusiones sobre los hechos históricos.

La tradición escrita se inicia en Israel al comienzo de la época de los reyes; los recuerdos de épocas
anteriores se transmitían oralmente, en forma de leyendas. El estado de las fuentes, hace que los
resultados obtenidos en el área de la prehistoria y de la historia primitiva de Israel sean bastante dudosos.
Israel solo se configura como realidad histórica después de su inmigración a Canán; pero su conciencia
como pueblo se funda en tradiciones nacidas en época anterior al asentamiento en este país.
Partiendo de este hecho se puede dividir la historia de Israel en cinco o seis épocas:
I) Prehistoria Nómada (S. XV-XIII)
II) Epoca primitiva preestatal (S. XII-XI)
III) Época de los Reyes (100-587)
IV) Exilio (587-539)
V) Postexilio (desde 539)
VI) Era del Helenismo (desde 333)

La Prehistoria Nómade
Cuando Israel ingresó en el espacio histórico, los pueblos orientales antiguos tenían detrás de si un
largo pasado en el que Israel se había insertado. Los verdaderos antecesores eran grupos de población
aramea, que al pasar a la vida sedentaria adoptaron el hebreo, hasta el nombre de Yahvé es arameo (yo
estoy contigo).
Aproximadamente en la segunda mitad del segundo milenio a.c. se formaron tres tradiciones
fundamentales para la conciencia del futuro pueblo de Israel:
La Promesa a los patriarcas
La liberación de la Servidumbre en Egipto
La manifestación del Sinaí
Estas tres tradiciones están ligadas en una línea histórica continua: los padres Abraham, Isaac y
Jacob se hallan en una secuencia de generaciones y moisés constituye la figura de enlace en la serie de
acontecimientos que abarca un amplio espacio de tiempo, desde la opresión en Egipto, pasando por la
permanencia en el Sinaí, hasta la migración hacia el Este del Jordán. La fe entiende el pasado como la
acción de un dios sobre un pueblo que es conducido colectivamente a la tierra prometida y configura la
historia desde este punto final, en un sentido más unitario del que se descubre la mirada científica.
Originariamente dichas tradiciones no hablaban de la totalidad del pueblo. Las leyendas del libro de los
jueces describen aún la época posterior en términos más objetivos, como historia de las tribus.
Concretamente sobre la religión de los antepasados, solo cabe hacer conjeturas. Se detectó al comienzo
una religión familiar o tribal, que encajaba bien en la forma de vida de los nómades: la fe en el dios de los
padres.
Según el Génesis los patriarcas hacían un alto en sus migraciones y allí gozaban de las
manifestaciones divinas. Los grupos patriarcales se asentaron en los alrededores de estos lugares:
Abraham en Hebrón, Isaac en Berseba, Jacob al este del Jordán. Estos grupos vivieron inicialmente
separados inicialmente unos de otros, pero luego se fundieron en un estado. A través del comercio, de la
búsqueda de pastos o por la visita a los santuarios, al hacerse sedentarios, los seminómadas toparon con
los cananeos nativos e identificaron los dioses de estos con los de la tierra fértil.
La religión se presenta como el cumplimiento de una promesa y la liberación de Egipto se
convirtieron para Israel en su creencia fundamental. La tradición contiene un núcleo seguro: Algunos
antepasados de Israel se vieron obligados a emigrar a Egipto por la amenaza del hambre y tuvieron que
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trabajar allí en las construcciones de ciudades. El grupo de trabajo huyó y fue perseguido, pero se puso a
salvo, quizá gracias a una catástrofe. Esto se pone de manifiesto en los signos donde se reclama la
intervención de Dios para librarlos de los peligros-
El nombre de Dios va ligado inicialmente al Sinaí.
El legado primitivo comprende sin duda la teofanía y muy probablemente el encuentro con Dios, que
da lugar a unas relaciones permanentes que solo mucho después se designaran como alianza.

El Período Primitivo Preestatal (La toma de Canán y el tiempo de los Jueces)


En una época en que el imperio hitita de Asia Menor caminaba a su ocaso y los imperios de la
mesopotamia experimentaban una decadencia de su poder los antepasados seminómadas de Israel
penetraron en Palestina y se organizaron en tribus. Este proceso de inmigración que se lo llama “toma de la
tierra” fue paulatino, se hizo bajo la guía de un jefe común, durante largo tiempo, que realizó un transito
lento a la vida sedentaria. La migración se hizo desde diversas direcciones, así se formaron cuatro zonas de
asentamiento poco vinculadas entre sí: Los dos centros: Casa de José en Palestina Central y Judá al sur y
los dos territorios mas marginales al norte de Galilea al este del Jordán.
A la “toma de la tierra” le siguió una progresiva organización del país, caracterizada por
confrontamientos bélicos que redujeron a los cananeos. Yahvé guiaba a este pueblo y se impondría a los
dioses de los conquistados.
Estas doce tribus desparramadas tuvieron usos comunes y a su vez una organización colectiva y de
a poco hace que se funden estados nacionales.

El Período Monárquico
En la llanura costera surgió una nueva potencia: Los Filisteos, que no eran semitas, estos eran una
población marítima nacida de una migración dórica, que obligó a Israel a organizarse bajo una monarquía y
un estado único. Así el reinado de Saúl fracasó ante la amenaza de los filisteos, que solo logró consumar un
modo definitivo. David fue ungido como rey, primero para la casa de Judá y luego para todas las tribus. Este
no solo reinó sobre las tribus meridionales y septentrionales, sino que incorporó también a las ciudades
cananeas independientes y sometió a pueblos vecinos como los filisteos. Conquistó la ciudad de Jerusalén,
y la convirtió en el centro cultural de la Fe Yahvista. Salomón fue nombrado sucesor por decisión de David.
Las relaciones comerciales que entabló a nivel intencional le procuraron riquezas. El templo en estrecha
conexión con el palacio real adquirió la dignidad de un santuario estatal.

Época de los Reinos separados


El reino creado por David se fragmentó en tiempos de Salomón. El antiguo enfrentamiento entre el
norte y el sur renació y terminó con la división del reino, así quedó Judá en el sur con la capital en Jerusalén
e Israel en el norte mantuvieron su independencia política como estados soberanos.
El movimiento profético contribuyo a la formación de dinastías, porque muchas veces eran ellos los
que designaban a los nuevos soberanos.
En política interior, el desarrollo de este estado estuvo determinado por la amplia participación de la
población cananea con sus propios esquemas políticos, jurídicos, sociales y religiosos. En política exterior
su principal preocupación consistió en mantener el expansionismo de Judá. Entre los doce estados solo
ocasionalmente hubo relaciones amistosas.
El estado arameo de Damasco fue muy peligroso y tuvo luchas fronterizas con Israel. Estas terminaron
cuando los asirios lo debilitaron.
En el año 722 A.C. cayó Samaría, antiguo núcleo de la fe Yahvista.

Época del Reino Meridional de Judá


Los asirios lograron someter alrededor del 670 a Egipto, durante su predominio el culto se despojo
de elementos extraños y Jerusalén fue considerada el único santuario.
En los años 614 y 612 cayeron Asúr y Nínibe. Nabucodonosor hizo sitiar Jerusalén. Posteriormente tras
la conquista su hijo debió marcharse al exilio.
Nabucodonosor trato a Jerusalén con clemencia y puso como regente a un nuevo miembro de la
dinastía Davídica: Sedecías. Posteriormente, la ciudad fue sitiada y tomada por los babilonios que actuaron
esta vez con dureza y con crueldad.
Este fue el fin de la monarquía davídica, con ella se produjo la destrucción del templo, del palacio y
de la ciudad, la expulsión de la tierra prometida, la deportación de la nobleza superviviente. Así se
cumplieron las amenazas proféticas, pero la historia del pueblo de Dios siguió su curso.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

El período del Exilio y el Post-Exilio


Los babilonios no impusieron a Palestina una nobleza extranjera, no introdujeron cultos religiosos
extraños, permitieron a los deportados vivir juntos y la mayoría de la población se quedó en Palestina. El
judaísmo vivió en dos territorios: en Palestina y en la Gola (exilio o Diáspora). Las comunidades de la
Diáspora no surgieron solo en babilonia, sino también en Egipto.
Con la llegada del rey persa Ciro, se da la orden de la reconstrucción de Jerusalén y se restituyen
los objetos sagrados que se habían transportado a Babilonia.
Muchos de los hebreos permanecieron en el extranjero y otros regresaron.
Posteriormente, tras la época del dominio persa, se inauguro la era helenista con Alejandro Magno.
En el año 64 Palestina cayó bajo el dominio romano. En el 70 d.c Jerusalén junto con el templo fue
destruida por segunda vez.

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Breves nociones de derecho Hebreo
Las fuentes que tendremos en cuenta son dos: La Biblia y el Talmud.

Sujetos de Derecho
Dos situaciones merecen especial atención: La de los esclavos y la de los extranjeros:
Esclavos: Existe una marcada diferencia entre el esclavo hebreo y el extranjero esclavo. El hebreo puede
ser esclavo por:
venta hecha por el padre de un hijo
Por condena Judicial
Por venderse el mismo por pobreza
El esclavo hebreo no podía ser vendido y recuperaba su libertad al año del jubileo, cada 50 años.
Los esclavos extranjeros pueden ser comprados y vendidos libremente y su propiedad se transmite
hereditariamente, no recuperan la libertad el año del jubileo.
Extranjeros: Los extranjeros libres tenían los derechos civiles. Al no participar del culto oficial no tenían los
derechos políticos y no gozaban de lo que hoy llamaríamos la ciudadanía. Existía una situación singular que
hoy llamaríamos extranjero naturalizado, son los llamados extranjeros de justicia, que se debían presentar
delante de los jueces de Israel y expresar sus deseos de asociarse a ese pueblo, se le practicaba la
circuncisión: era bautizado y debía ofrecer el sacrificio de un cuadrúpedo o de una paloma. Desde ese
momento adquiría los derechos de un nativo de Israel.

Familia
Matrimonio: aparecen contemplados distintos matrimonios, algunos considerados excepcionales y
otros considerados normales:
Matrimonio Monogámico: tiene por finalidad la procreación y comprende tres fases: la promesa de
matrimonio, la ceremonia en si y la convención escrita.
Matrimonio poligámico: hay varias referencias a la unión con varias mujeres.
Matrimonio por captura: En el período de conquista y ocupación efectiva de Canáan, Palestina, se narra
la toma de varias ciudades cananeas y se describe luego el Botín tomado, así en el Deuteronomio
dice que cuando encontraras alguna cautiva que te gustara la llevaras a tu casa y podrás ser su
marido y ella tu mujer y si no te agradara la dejaras en libertad y no la venderás y no la tendrás en
libertad.
Matrimonio Sábico: consiste en la unión de mujeres pequeñas casi niñas, que permanecían viviendo con
sus padres y si tenían hijos estos se integraban a la familia de los padres de ella

Disolución del Matrimonio


Las causas pueden ser:
Muerte de uno de los esposos
Incesto
Enfermedad Grave o Contagiosa
Impotencia
Adulterio de la mujer
Repudiación (cuando alguien tomara una mujer y se encontrara que hay alguna cosa indecente, le escribirá
su carta de repudiación y se la dará en la mano y la despedirá)

Levirato
Es una institución que también aparece en la india y consiste en lo siguiente: si muere un hombre
casado sin haber dejado descendencia el hermano varón deberá casarse con la viuda y el primer hijo varón
de esta segunda unión llevará el nombre del hermano muerto.

Patria Potestad
El poder del hombre es muy grande, podía vender a los hijos por necesidad económica. Podía
castigarlos, para matarlo era necesario que estuviera de acuerdo la madre y con el correr del tiempo debía
llevarlo junto a los ancianos de la ciudad, manifestar la falta grave cometida y estos le autorizaban o no la
muerte.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La autoridad paterna concluye con la mayoría de edad, para el Varón a los 13 años y para la mujer a los
12 años y 6 meses y si se casa pasa bajo la autoridad del marido.

Adopción
Entre los hebreos la adopción esta permitida, dentro de un circulo cercano, se pueden adoptar
nietos para mejorar su situación en el momento de heredar, hijos de la esclava (especie de legitimación) y
también hijos de otros esclavos por agradecimiento al amo (una forma de manunición y legitimación a la
vez).

Propiedad
La tierra será dada por Dios y durante 7 años se podrá trabajar y obtener sus frutos, en el séptimo
año la tierra tendrá descanso y luego volverás a ella. La tierra es mía y no se venderá, dice Yahvé.

Contratos
El desarrollo del comercio fue muy importante entre los hebreos. Inicialmente los contratos no tienen
formalidades. La forma escrita tardo en aparecer y el modo inicial de prueba fueron los testigos.
Aparecen las mismas figuras contractuales que en el Código de Hammurabi, indicando semejanzas
en las necesidades, que resolvía el comercio: la locacion, el depósito, la prenda, el préstamo y la represión
de la usura. Las formas de garantía en Hammurabi son siempre reales: prenda con desplazamiento, y una
especie de anticresis sobre inmuebles, mientras que los hebreos conocieron y crearon la fianza.

Herencia
En el Talmud aparece un orden sucesorio estructurado: en primer lugar hereda el varón mayor, si no
hay hijos varones, las hijas. Si no hay descendientes, los hermanos del muerto (primero los hermanos
varones, después también se admite a las hermanas). Los ascendientes no heredan. En la Biblia la viuda no
hereda. La jurisprudencia posterior recogida en el Talmud le da derecho a heredar. También el Talmud
consagra la libertad de testar modificando el criterio rígido de la transmisión intestada.

Derecho Penal
El derecho hebreo consagra la igualdad de todos ante la ley. No hay diferencias en el castigo, según
la personalidad la condición social o religión (diferencia con el código de Hammurabi).
Los delitos mas severamente reprimidos son los cometidos contra Dios, La moral y la familia. Los
primeros se vinculan con el intento de imponer el monoteísmo.
Siguiendo los textos bíblicos en los primeros tiempos se desarrollan formas de venganza privada y
luego aparece el criterio talional, que supone una proporción entre el daño y el castigo.
Finalmente en el Talmud, aparece la composición en lugar de la venganza del talión: se puede
ganar la paz con una compensación pecuniaria y los ofendidos renuncian a la venganza.
Entre los hebreos existieron distintas penas: La muerte, el suplicio, los azotes, la prisión, el ruego,
varias formas de sanción pecuniaria, una especie de muerte civil que colocaba fuera de la sociedad y una
curiosa clase de destierro asilo que permitía al autor de un domicilio involuntario marcharse de la ciudad de
donde había cometido el hecho y refugiarse en otra ciudad.

Derecho Procesal
Existieron tres clases de tribunales:
Ordinario: hoy diríamos que es la justicia de paz. Funcionaba en las puertas de las ciudades. Estaba
integrado por tres miembros. Cada parte elegía uno y el tercero era elegido por los dos miembros.
Entendían los juicios civiles de poca monta, en los delitos leves y en los atentados contra las costumbres.
Podía indicar penas pecuniarias y también corporales. Cada parte presentaba sus argumentos y se resolvía
cuando había dos votos en un sentido por lo menos.
Pequeño Consejo de Ancianos de la Ciudad: Es de primera instancia, se ocupan de los delitos y de
cuestiones civiles de poca monta. Estaba compuesto por 23 ancianos, once de los cuales debían tener
profesiones diferentes para que pudieran conocer de todo.

Gran Sanedrín o Gran Consejo de la Nación: Estaba compuesto por 23 miembros. Su función era la de
un tribunal supremo: y ademas podía hacer interpretaciones autenticas de las leyes (civiles, penales y
morales, y por ese camino creaban normas jurídicas).

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En los distintos tribunales los miembros no cobraban, seguían con sus actividades habituales y debían
acudir dos veces a la semana a escuchar a los litigantes

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Unidad II: Hacia Las Sociedades Esclavistas-


Instituciones Políticas y Jurídicas del Mundo
Greco-Romano
A) Grecia: La Construcción de la Polis Clásica
Martín S. Rui Pérez; Antonio Tovar: “Historia de
Grecia”

Capítulo 1: La Época Arcaica

Primeras Relaciones Comerciales


Ya a fines del Siglo IX apuntaba un incipiente comercio interregional, que sería el precursor de
cambios más profundos en la vida económica del país.
Este incipiente comercio señaló dos de los caminos por los que se busco remedio al agobiante
problema de la superpoblación en la Grecia peninsular: la colonización de dilatadas fajas del litoral
mediterráneo y la industrialización.
Los mercaderes, pudieron guiar a los colonos hacia nuevos campos de labor en otras costas, y
orientaron y estimularon el desarrollo de una industria de exportación.
La guerra de conquista de nuevas tierras solo fue aplicado por una ciudad estado de características
particularísimas: Esparta.

La colonización
Hay pruebas arqueológicas de que la era de colonización fue precedida del desarrollo de un comercio
que amplió el horizonte geográfico de los griegos y que dio a conocer las tierras, a las que luego se dirigiría
la corriente colonizadora. Intereses comerciales fueron a veces el móvil de la colonización, por encima de
todo, y especialmente en su fase inicial, la causa actuante fue la necesidad de ocupar tierras de cultivo en
las que asentar el excedente humano de una Grecia superpoblada.
Encontraban tierras cultivables para su sustento, de las que no podían disponer en su país natal.
Fueron las luchas políticas internas las que obligaban a emigrar las gentes de una facción.
La salida de emigrantes se canalizó naturalmente por los grandes puertos comerciales, que podían
orientar, guiar y transportar colonos en sus naves, notablemente perfeccionadas por entonces.
Excepcionalmente, un grupo étnico tomó parte directa en una empresa colonizadora; pero también
excepcionalmente el nombre de la fundación fue el mismo de la estirpe: locros.
Al frente de cada grupo de emigrantes se colocaba un miembro de la aristocracia de la ciudad de
donde partía la expedición, el cual ostentaba el titulo de oikistes, y recibía, después de muerto, honores de
héroe. A las nuevas tierras colonizadas se transplantó la unidad política que en la Grecia peninsular estaba
llegando a su completa madurez, la polis.
La vinculación entre la colonia y la metrópoli se manifiesta especialmente en el dominio religioso y
cultural: nombres de las tribus, divinidad protectora, calendario, alfabeto.
La dirección de las principales corrientes colonizadoras estuvo determinada, no solo por las
condiciones geográficas y económicas del litoral mediterráneo, sino también por la situación política de los
países ribereños. La existencia del entonces pujante imperio asirio desvió del mediterráneo oriental la
expansión griega. En occidente, faltaba un poder político organizado, que, en Italia, en el sur de Francia, en
Iberia o en el norte de África, pudiese constituir un obstáculo al establecimiento de colonos griegos, a lo que
se unía otro factor importante: los etruscos y las estirpes itálicas habían mostrado ya su gusto por los
productos del arte griego y debieron adoptar, en principio, una buena disposición hacia los primeros
llegados. La colonización de las costas del mar Negro no tropezó tampoco con entidades políticas; y seguía
ademas una ruta ya explorada por los griegos del último período micénico.
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La Colonización de Magna Grecia
Con total exclusión de todo móvil comercial, la ocupación griega del litoral de Italia meridional
obedeció a la necesidad de tierras de labor que sentían principalmente aquellas estirpes griegas expuestas
más directamente a la presión de tesalios y beocios y que precisamente se veían, empujadas en dirección a
aquellas regiones de occidente. Se trata de los habitantes de las dos costas del golfo de Corinto: locros y
aqueos.
Hacia el año 700, los espartanos fundan Tarento, que vivió casi ininterrumpida prosperidad hasta su
caída en poder de los romanos. Colonia de los tarentinos fue Heraclea, a poca distancia de la metrópoli,
importante por sus riquísimos trigales.
El helenismo arraigó profundamente en la Italia meridional, donde todavía hoy se conserva vivo un
dialecto griego, que se remonta a la primera ocupación griega de estas tierras. Megále Hellás, esto es,
Magna Grecia, las llamaron los colonizadores, tal vez, con la intención de poner de relieve su contraste con
la escasa extensión de las regiones de donde procedían. En el S. VI solo Jonia supera a la Magna Grecia
en cuanto a la importancia y trascendencia de sus aportaciones a la historia del desarrollo cultural de los
helenos.

La Colonización Focense
El control del estrecho de Mesina por los calcidios pretendía cerrar el lucrativo mercado etrusco a
los demás griegos, con la excepción de Samos y sus aliados, entre los cuales se contaba precisamente
Focea. Esta libre navegación a través del estrecho permitió a los navegantes de Samos el conocimiento del
extremo occidental del Mediterráneo, mientras Calcis consumía sus energías en la agotadora guerra
lelántica contra Eretria.
En la isla de Córcega los focenses fundaron Alalía, en la costa oriental, frente a Etruria, como puerto
de escala a medio camino entre Mesina y Marsella. A Alalía llegaron nuevos contingentes de colonos
cuando en 540 la metrópoli, Focea, fue sitiada por los persas.
Hacia 535, se libre frente a este puerto una batalla naval a consecuencia de la cual se hizo
insostenible la situación de la colonia. Los habitantes se embarcaron y se establecieron en Elea, al sur del
golfo de Nápoles. A partir de este momento se paraliza la expansión griega en Occidente; Casi
incomunicadas con el resto del mundo griego, Marsella y sus colonias llevaron una existencia
independiente, protegida por los alpes de los etruscos y por buena parte de la península Ibérica de la
amenaza cartaginesa.

El Imperio Corintio
Para proteger el comercio con Italia, que era la base de la prosperidad de Corinto, los tiranos de
esta gran ciudad trataron de controlar la ruta de Occidente mediante la fundación de colonias a lo largo de
ella, a las que mantuvieron dependientes contra lo que fue norma en todo el mundo griego. La parte mas
importante de este programa fue la colonización del No. De Grecia.
Corcira, la floreciente colonia corintia del S. VIII, hobo ahora de someterse a Corinto, aunque por un
poco tiempo, ciertamente. La política de expansión comercial de los tiranos no olvido el Egeo; en la
península Calcídica, potidea era una colonia corintia que, todavía al comienzo de la guerra del Peloponeso,
la metrópoli envidiaba un epidamiurgós.

La colonización del Mar Negro


La colonización de las costas de Ponto Euxino o Mar Negro, precedida, de la Propóntide o Mar de
Mármara, fue obra de Mileto.
Después de una primera fase de fundaciones a mediados del siglo VII Mileto recomienza la
empresa colonizadora en la primera mitad del siglo siguiente con la segunda fundación de Cízico, en el año
676.
Mileto pudo establecer más de noventa colonias en las costas de estos mares.
Todo el mar negro se vio coronado por florecientes colonias, verdaderas avanzadas del helenismo
en medio de pueblos bárbaros, y al mismo tiempo puentes de un comercio activo con el interior de Rusia y
el Caucaso, de donde llegaron, a cambio dice productos industriales griegos ámbar del báltico, trigo y lana
de Ucrania, hierro del Caucaso y esclavos escitas.

Colonización del Norte de África


En el norte de África, solo pudieron establecerse los griegos. En Egipto, Psammético I, que había
logrado expulsar a los asirios, permitió a los mercaderes milesios que se establecieran en una posición
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

fortificada en uno de los brazos del delta del Nilo, Naucratis importante factoría comercial milesia que
permitió un activo intercambio colonial con Egipto.
Hacia 630, colonos de Tera se establecieron en la Costa Líbica fundando Cirene, que en el siglo
siguiente fundo a su vez en la misma región otras colonias.
Cirene, experimentó un rápido auge gracias sobre todo a su ganadería, y pudo mantener su
independencia frente a la amenaza de imperios vecinos.

Fin de la Era de la Colonización


La amenaza cartaginesa en el Occidente puso una barrera a la expansión griega por esa parte del
mediterráneo, mientras que, en el egeo, el imperio persa ponia en peligro la misma existencia de las
metrópolis griegas. Dos siglos de intensa actividad colonizadora habían llevado al helenismo a toda la
cuenca del Mediterráneo.

Panhelenismo
La llamada segunda colonización contribuyó a la formación de la conciencia de la nación helénica.
Al entrar en contacto con los pueblos extraños de las tierras donde se asentaban, los griegos adquirieron
conciencia de su unidad nacional, cultural y lingüística, por encima de las pequeñas diferencias que los
separaban, y que se exageraban en las limitadas perspectivas de la Grecia peninsular.
Este sentimiento de unidad panhelénica, al que también contribuyeron los juegos olímpicos y la
actividad del oráculo délfico, se refleja en la cerámica.
En la época precedente, las gentes no viajaban. Desde ahora los hombres y las cosas se mueven
por todas partes. Por otro lado, esta época agitada de arriesgadas aventuras ultramarinas, se desvincula de
las tradiciones patrias e intensifica el individualismo, que se manifiesta vigorosamente en la poesía lírica y
que precipitará en la transformación política y social.

El desarrollo de la Ciudad Estado


La evolución social y económica contribuyó al desarrollo de este nuevo tipo de agrupación política,
que la segunda colonización difundió por todo el mediterráneo. Los campesinos sin tierras y sin trabajo fijo
acudían a las ciudades, en las que el comercio y la incipiente industria proporcionaban medios de vida mas
seguros y ellos se encontraban mejor protegidos de la arbitrariedad de los poderosos.
El proceso mediante el cual un grupo de pobladores llegaban a constituir una polis, se conocía en
Grecia con el nombre de Synoikismós, sinecismo. En su sentido estricto, designa el abandono de las aldeas
por las comunidades que las habitan para establecerse en un nuevo lugar, en torno a una ciudadela. En otro
sentido, más amplio, por sinecismo se entiende no la concentración de varias comunidades rurales, sino la
unificación de las mismas en una entidad política superior, de la que los hombres de esas comunidades
forman parte con los mismos derechos. Tal es el caso de Atenas,
De un modo u otro se constituyeron las ciudades-estados, en las que se basó toda la vida griega
hasta la época de Alejandro Magno.
Los escenarios en que se desarrolló la intensa acción de la historia griega eran ciertamente
reducidos.

Entidades políticas regionales


Cada ciudad tenía una personalidad, y cuanto mayor desarrollo alcanzaba y mayor conciencia
cobraba de su propia independencia, tanto menos estaba dispuesta a entrar en una federación que
significase siquiera una renuncia parcial a esa personalidad.
En las regiones más atrasadas de Grecia, donde las estirpes eran todavía la base de la vida política:
una vida política ciertamente pobre, pues les faltaba la rígida organización y la disciplinada subordinación de
todos a la voluntad de los dirigentes que se dan en la polis.
En Tesalia, se mantuvo firme durante mucho tiempo la existencia de algunas poleis, emplazadas
como verdaderas ciudadelas en alturas que dominaban la llanura, no impidió, dado su carácter retardatario,
la constitución de una federación.
En ella, las ciudades se agrupaban en cuatro “tétradas” o cantones, con un tetrarca electivo a la
cabeza de cada una. El conjunto de las cuatro “tétradas” formaban el koinón o confederación tesalia, cuyo
jefe militar era el tagós, designado por elección entre los ciudadanos de todas las ciudades miembros.

Las Anfictionías
Las anfictionías eran ligas de estados surgidas en torno a un culto, que a la misma organización se
encargaba de mantener.

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La gestión de la anfictionía no se reducía a los asuntos puramente religiosos. Un antiguo juramento
anfictiónico prohibía que los miembros de la liga se destruyesen ciudades y se cortasen el agua unos a
otros.
Entre los griegos de Asia Menor existían organizaciones político-religiosas semejantes. Las regiones
jónicas constituyeron una anfictionía, ya en el siglo VIII, con un jefe militar electivo a su frente; el centro
religioso de la organización era el santuario de Posidón Heliconio en Mícale. Las comunidades de la Dóride
se agruparon en torno al santuario de Apolo, junto a Conido, y es probable que las de la Eólide lo hicieran
en Gryneion, también en el santuario de Apolo.

La Aristocracia
El gobierno de las ciudades griegas había pasado a las manos de las familias de nobles
terratenientes, y ello por evolución pacífica, como resulta del hecho de que la tradición griega no atacó
nunca a la realeza. Donde esta se mantuvo, sus poderes fueron en todo caso limitados, e incluso donde la
aristocracia se impuso totalmente, el rey no fue eliminado, sino que conservó las funciones religiosas, que
en época anterior le correspondían en cuanto jefe de la comunidad, había de velar por las buenas
relaciones del reino con los dioses.
No obstante, las atribuciones casi religiosas de la administración de la justicia pasaron a la nobleza.
Frente a los atropellos de los jueces aristócratas, los hombres de las clases inferiores solo podían
invocar el castigo de Zeus, protector de la justicia.
Es probable, pero no seguro, que en algunas ciudades el gobierno de la aristocracia fuese
precedido de un estado intermedio en el que el rey era elegido para un cierto número de años. La nueva
forma de gobierno, con los arcontes o magistrados supremos, no s es conocida principalmente en Atenas.
La nobleza basaba su poder en la riqueza, derivada de sus grandes propiedades, aumentadas sin
cesar a costa de los más humildes y podía dedicarse a sus aficiones favoritas en duro contraste con las
míseras condiciones de las otras clases sociales.
Solo la nobleza contaba, porque era la única clase que podía sostener una tropa a caballo en una
época en que, tras abandonarse el carro de guerra micénico a comienzos del I milenio, la táctica guerrera
exigía el uso de la caballería. Las clases aristocráticas de las distintas partes de Grecia anudaban
relaciones familiares entre si, contribuyendo de esta manera a la formación de alianzas y rivalidades en la
política interregional de Grecia, pero también al fortalecimiento de la naciente conciencia helénica. A los
juegos de Olimpia y, después a los demás grandes certámenes deportivos, concurría la nobleza de todas
las partes del mundo griego.

La industrialización
Junto a la emigración masiva que en gran parte fue la segunda colonización, la industrialización fue
otro de los remedios aplicados para aliviar la presión demográfica que sufría Grecia en la época arcaica. Ya
que las técnicas agrícolas rudimentarias no permitían un incremento de las únicas fuentes de riqueza
tradicionales en el país, la agricultura y la ganadería, ese incremento, necesario para el sostenimiento de la
creciente población, hubo de buscarse en la exportación de productos industriales.
Que ya en el Siglo VIII existía un comercio de exportación y una industria capaz de alimentar ese
comercio, esta demostrado por las grandes cantidades de cerámica griega que desde entonces se
encuentran en Italia.
Corinto era la ciudad industrial y comercial más importante de la Grecia peninsular, debido
principalmente a su situación privilegiada.
La producción de cerámica estaba determinada por las necesidades de estandarización que impone
toda fabricación y todo comercio organizado. La forma y la decoración de un vaso eran como una marca de
fábrica que garantizaba la calidad e incluso la capacidad del recipiente. La repentina generalización de un
nuevo estilo se explica por la buena aceptación que tiene un nuevo tipo de vaso, fabricado en seguida serie.

La Introducción de la Moneda
Decisiva para el desarrollo del comercio e importante como factor perturbador de la economía fue la
introducción de la moneda en Grecia, desde las costas de Asia Menor.
El origen de la moneda hay que buscarlo en el comercio de metales preciosos, fundidos en lingotes
de forma y tamaño manejable, y contrastados con un sello como garantía de calidad.
El inconveniente de las primeras monedas de oro y de electrón era su mucho valor que les hacia
inutilizables en un pequeño intercambio cotidiano.
La introducción del dinero alteró la naturaleza de la riqueza, que ya podía existir
independientemente de la propiedad rústica. De este modo se minaron las bases económicas del poder
político de los nobles terratenientes y se preparó el terreno para la evolución hacia la democracia.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Esparta comprendió el peligro que la economía monetaria significaba para su sistema de castas
apoyada en la riqueza territorial de los ciudadanos: los espartanos se mantuvieron alejados del comercio y
prohibieron la entrada de cualquier clase de moneda dentro de las fronteras de su Estado.

La clase media y el proletariado industrial


La exigencia de mano de obra de las industrias atraía hacia los grandes centros industriales a los
míseros jornaleros y a los campesinos entrampados y desposeídos de sus tierras, que encontraban en las
ciudades un sustento, aunque escaso, al menos al seguro de las malas cosechas y del paro estacional. Es
el éxodo del campo a la ciudad de de que nos hablará Teognis a propósito de Mégara, cuando se queja de
que esta haya sido invadida por gente que antes no eran sino gañanes.
La industrialización y el consiguiente desarrollo del comercio en los centros urbanos determinaron
en ellos la aparición de una pequeña burguesía y la creación del proletariado, seguramente no bien tratado
por intermediarios y patronos. Con ello, la aristocracia llegaba a su fin y se aceleraba la evolución política
del estado-ciudad.

El Ejército de ciudadanos
Otro de los factores que contribuyeron a la liquidación del poder de la nobleza fue el cambio en la
táctica guerrera que se realizó, lo más tarde, a mediados del S. VII. La guerra lelántica, que en la primera
mitad de dicho siglo sostuvieron por la posesión del valle del Lelanto las dos grandes ciudades comerciales
e industriales de la isla de Eubea, Calcis, y Eretria, fue todavía una guerra aristocrática a la antigua usanza
caballeresca, que mostró bien las conexiones interregionales de las familias aristocráticas. La batalla era
decidida en los combates singulares de los nobles a caballo, ávidos de botín y de gloria personal. La
transformación consistió en la introducción de la falange de hoplitas, esto es, de la formación compacta de
combatientes a pie, provistos de lanza y espada, escudo manejable, casco, y rodilleras, armamento que el
desarrollo de la metalurgia permitía fabricar en cantidad necesaria. En la nueva táctica, la fuerza no era la
del individuo, sino la del conjunto, lo que hacia tanto mas necesaria una disciplina rigurosa que mantuviera a
cada cual en su puesto, y un cuidadoso entrenamiento; frente a los hoplitas los caballeros podían poco.
Esparta fue el primer gran estado griego que adoptó la nueva táctica y que hizo de ella el instrumento militar
de su predominio.
La táctica política requirió la participación en las tareas bélicas de un gran número de hombres
libres.
En adelante, la aristocracia se vio desbordada por una masa de ciudadanos, que, por su
participación decisiva en la guerra, adquirieron plenos derechos políticos. Por debajo quedaba aún la clase
de los hombres libres sin medios para costearse un equipo. Tal es el fundamento económico de la
timocracia: en un principio no se trata de una limitación del derecho de voto y de los demás derechos
políticos, sino una limitación de la obligación del servicio militar, según la capacidad económica de cada
miembro de la polis. Solo secundariamente, ello condujo a una diferenciación de los derechos políticos
según la fortuna personal.

La Codificación del derecho


El homicida podía llegar a un acuerdo con la familia de la victima para pago de una indemnización,
si esta renunciaba a la venganza sangrienta; si el homicida moría sin pagar, la obligación pesaba sobre sus
descendientes: de ahí el concepto de la culpa hereditaria expresada en mitos como el de Edipo. Las partes
podían someterse a un arbitraje prestigioso. Solo si una de las partes consideraba inaceptable la resolución
de los árbitros, recurría al rey, quien, como representante inmediato de Zeus, zanjaba la disputa.
En la época aristocrática, con el poder omnímodo de los nobles la administración de justicia se
convirtió en una exhibición de poder con atropello de las clases inferiores. De ahí que estas, cuando,
portados sus derechos políticos, lucharan por la fijación de la ley por escrito, para poner fin a la arbitrariedad
de los jueces.
El derecho codificado era sustancialmente el derecho consuetudinario, con modificaciones más o
menos importantes de los legisladores, verdaderos precursores de la teoría política de los siglos V y VI. Que
por el momento solo se aspiraba a la fijación por escrito de las leyes usuales, lo muestra la increíble dureza
de los preceptos que condenaban la esclavitud al deudor moroso y a toda su familia. Asimismo en materia
penal, el robo era castigado con la pena de muerte.
La administración de la justicia es, a partir de ahora, de la exclusiva competencia del Estado y que
se concentra donde reside el gobierno, esto es, en la polis. Se ha dicho con razón que la idea suprema de la
polis es la concepción del derecho como algo trascendente, que esta por encima de la voluntad de los
gobernantes y gobernados.

51
En esparta, que no llegó a ser una verdadera polis y que se mantuvo aferrada a estadios políticos
mas primitivos, no se llegó a ninguna codificación del derecho.

La Tiranía
De la efervescencia política producida por la exasperación de los campesinos y del proletariado en
lo que fue una verdadera revolución industrial, surge la tiranía. La palabra griega “tirano” no envolvía el
sentido peyorativo que le dio la historiografía posterior bajo la influencia de la propaganda adversa de los
regímenes que siguieron.
La tiranía, verdadera dictadura del proletariado, fue un estado intermedio entre la oligarquía
aristocrática y la democracia.
El tirano era un aristócrata, generalmente reñido con los suyos, que con un golpe de estado se
apoderaba del poder y luego buscaba su proteccion con una guardia personal.
Se comprende también que fuese en las ciudades económicamente más adelantadas donde la
tiranía encontrase el suelo mejor abonado.
En su política interior, los tiranos hubieron de satisfacer las necesidades del proletariado, mejorando
sus condiciones de vida. Mediante grandes obras públicas, proporcionaban trabajo al pueblo, al que, por
otra parte ofrecían nuevas ocasiones de diversión con nuevas fiestas religiosas. Se comprende que los
tiranos fomentasen el culto de Dioniso, dios popular y agrario.
En las fiestas dionisíacas que se establecieron en su honor, surgió la tragedia, concebida sin duda
como un instrumento de educación popular.
En Atenas, no obstante, la tiranía se instauró con cien años de retraso respecto a Corinto. El Ática,
en realidad, era aun en el siglo VII una región fundamentalmente agraria; su primer desarrollo industrial data
de la primera mitad del S.VI; entonces es cuando se dan los supuestos económicos y sociales que explican
el fenómeno de la tiranía. En esparta, que, según hemos visto, se mantuvo alejada del desarrollo industrial y
comercial, no hubo nunca tiranía.
A pesar de sus esfuerzos por tener contento al demos, los tiranos acabaron por hacerse
impopulares. Las arbitrariedades anejas a todo poder personal, resultaron insoportables para las nuevas
generaciones que no habían conocido el poder despótico de la oligarquía aristocrática que procedió a la
tiranía. Por otra parte, la industrialización y el comercio habían producido una clase media, cada vez más
consciente de su fuerza política. Incluso los aristócratas habían aprendido la lección; algunos eran
empresarios en el comercio y en la industria.
En suma, llegó un momento en que los tiranos se encontraron sin apoyo alguno y fueron
derrocados. La tiranía había cumplido su papel: el servir de transición entre la dura oligarquía de la nobleza
y el régimen republicano, unas veces en la forma de una aristocracia moderada, como en corinto, otras en la
de una democracia que llegaría a los mas radicales extremismos como en Atenas.

Capitulo 3:
El estado Espartano

LA conquista de mesenia
Esparta buscó un remedio diferente del de la colonización: la conquista militar de las fértiles llanuras
de mesenia con el valle del Pámiso como núcleo principal, realizada en el último tercio del siglo VIII.
Con la conquista de Mesenia, Esparta se convirtió en el estado más importante del Peloponeso, y
dio origen a su única colonia: Tarento.
El precio que hubo de pagar esparta por e la Consolidación de su dominio sobre Mesenia fue
exorbitante, pues, para tener esclavizados a los mésennos como siervos de la gleba, los espartanos
hubieron de someterse ellos mismos a la durísima disciplina de una absorbente vida militar.

La Constitución Política
La crisis provocada por la segunda guerra mesenia debió empezar por un descontento popular, a
raíz de los reveses sufridos en aquella, con agitación y reclamaciones de una redistribución de la tierra.
Pero en lugar de dar paso a la tiranía, la solución espartana, consistió en una serie escalonada de
profundas reformas políticas, militares y sociales, que la tradición ha compendiado presentándolas como la
obra de un legislador legendario, esto es, la llamada constitución de Licurgo.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

El colegio de los cinco éforos, elegidos anualmente, surgió de los esfuerzos de la aristocracia por
limitar el poder real.
La conservación del carácter hereditario de la monarquía espartana fue un hecho sin paralelo, que
hizo a los reyes rivales de los éforos y les redujo a comandantes del ejército en expedición fuera de Esparta.
Pero en esa dualidad, los éforos fueron el órgano ejecutivo del estado.
El consejo de los ancianos, constituido por treinta miembros vitalicios, incluyendo a los dos reyes,
tenia como función la de presentar propuestas a la asamblea del pueblo, sobre cuyas decisiones poseía,
ademas, el derecho de veto. La asamblea popular era soberana, ya que por votación de sus miembros se
tomaban las decisiones sobre todos los asuntos importantes. Los componentes de esta asamblea eran solo
los espartiatas, hoplitas, que ascendían a varios militares y que eran llamados "los iguales”, designación que
por si misma muestra que, con anterioridad a estas reformas, había habido desigualdad entre los
ciudadanos dorios. Es probable que para dar la debida base económica a esa igualdad de los ciudadanos,
hubiese, en la época a que nos referimos, un reparto de tierras. Al menos todavía en el S. IV se distinguía
entre tierras inalienables, por proceder del reparto original, de aquellas otras que legalmente podían ser
vendidas aunque esta practica estuviese mal vista.
La importancia de esta igualdad económica entre los ciudadanos reside en el hecho de que la
condición primaria del espartiata era el poder contribuir en especie las comidas en común y dedicar todo su
tiempo al ejercicio de las armas. La venta de las tierras propias hubiera privado a esparta de ciudadanos y
soldados.

Educación Espartana
Las comidas colectivas, el adiestramiento de los jóvenes y la separación de los sexos son las
características mas salientes del sistema espartano de educación, en el cual se encuentran elementos
propios de estados primitivos en general, otros, que coinciden con instituciones cretenses y otros que es
lógico suponer fueron introducidos, para mayor rigidez del sistema, en las reformas que siguieron a la gran
crisis de la segunda guerra mesenia.
El estado se hacia cargo de los muchachos a los 7 años y de los 14 a los 25 entraban en
agrupaciones diferenciadas por la edad, en las que recibían rigurosa instrucción militar. Los hombres adultos
hacían, como hemos visto mas arriba, las comidas en común. La vida familiar era, pues prácticamente
inexistente, lo que confería a la mujer espartana una independencia y unas posibilidades de desarrollo de su
personalidad desconocidas en otras partes de Grecia. El matrimonio y la familia servían únicamente para la
procreación de los hijos. Se comprende así la enorme importancia que tuvo esparta en el amor a los efebos.

La organización Militar
En lo que se refiere a la organización militar, se mantenía la antigua división del ejército en tres
regimientos, correspondientes a las tres antiguas tribus dorias.
Esta organización primitiva dio paso, a otra en la que el ejército tenía cinco unidades llamadas
lóchoi, correspondientes a cinco aldeas.
Se trata de una estructura local del ejército de acuerdo con las características administrativas del
estado. Las formaciones de hoplitas de los lóchoi combatían apoyadas por unidades de arqueros periecos,
los habitantes libres, pero sin derecho de ciudadanía, de las otras aldeas de Laconia.
Todavía a fines del siglo V, el ejercito espartano sufrió una reorganización, que lo dividió en seis
unidades llamadas morai integradas por ciudadanos y periecos.

Gestación del carácter espartano


En la Grecia de la época clásica los espartanos se distinguían no solo por su disciplina militar y
social y por su respeto a la autoridad, a la edad y a la tradición, sino también por la frugalidad de sus
comidas y la austeridad de sus vidas, sin concesiones al lujo.
Esparta se mantuvo apartada de la revolución económica que provocó la aparición de la moneda: su
acuñación estaba prohibida y solo se mantuvieron en uso los rudos y arcaicos asadores de bronce, que
habían procedido en muchas partes a la moneda propiamente dicha.
La constitución de Licurgo, que no dejaba fuera de sus regulaciones prácticamente ningún aspecto
de la vida espartana, no fue, obra de una pieza de un reformador, sino el resultado de una serie de reformas
sucesivas por las que esparta se adaptaba a las inexorables consecuencias de la política de conquista. Las
primeras fases, hicieron de Esparta la primera democracia del mundo griego, impuesta por el ejército de
hoplitas. Pero en sus últimos pasos la rigidez del sistema petrificó instituciones que, contrastaban
visiblemente por su arcaísmo con las más modernas y evolucionadas de Atenas y otros estados en Grecia.

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Lo más probable es suponer que en aquella época Licurgo no era más que un nombre y que los
sucesivos reformadores presentaban sus reformas como restauraciones de leyes olvidadas, dictadas en
tiempos míticos por esa figura prestigiosa.

Capitulo 4:
El estado Ateniense
Evolución Política
Atenas era, en el Siglo VII, un estado notablemente aristocrático. Todos los cargos políticos y
religiosos están en manos de grandes familias nobles: los Alcmeónidas, los Eterbútadas, los Medóntidas.
Los licómidas, los Filaidas, etc.
El colegio de los arcontes significó, en Atenas como en otras ciudades, la primera limitación del
poder real. En un principio, los arcontes eran tres: el linaje real de los Medóntidas conservó en principio, con
carácter hereditario, el cargo de basileus, al que se agregaban el polemarco y el arconte propiamente dicho.
En el siglo VIII, los tres arcontes eran elegidos cada diez años y desde principios del siglo VII, anualmente.
Poco después, el colegio fue elevado a nueve miembros por la inclusión de loss seis thésmothétai,
encargados de asuntos de justicia. Por encima del basileus y del polermarco estaba el arconte, llamado
epónimo porque los años designaban por su nombre cuyas atribuciones eran con mucho las más amplias.

La Intentona de Cilón
En 636-632 se produjo la primera tentativa de instaurar una tiranía en Atenas. Cilón, vencedor en los
juegos olímpicos y casado con una hija de Teágenes, tirano de Mégara, ocupó la acrópolis con la ayuda de
los megarenses. Pero el pueblo no se sublevó conforme a los planes de aquél, sino que apoyó el gobierno
aristocrático del arconte Megacles, de la familia de los Alcmeónidas. Ciclón logró escapar; pero sus
partidarios, refugiados en los altares, fueron sacados por la fuerza y asesinados por orden del propio
Megacles, que con ello atrajo sobre su linaje y sobre Arenas una impureza hereditaria de increíble
trascendencia política.

La codificación del Derecho: Dracón


La codificación de Dragón, que es muy dudoso contuviera una auténtica constitución política. La
fijación por escrito de la ley hay que situarla en la línea general de la codificación del derecho, como
consecuencia de las protestas del pueblo contra la arbitrariedad de los jueces de la nobleza. La dureza de
las penas en las leyes de Dragón se ha hecho proverbial y, en todo caso, es evidente, por la situación con
que Solón hubo de enfrentarse, que en materia de deudas el peso de la ley cargaba con todo su rigor sobre
los deudores pobres.
A fin de cuentas, lo que se codificó fue un derecho consuetudinario aristocrático, atento a la defensa
a ultranza de la propiedad.

La lucha por los mercados


Atenas llevó a cabo una vigorosa política exterior, comenzando por la conquista temporal de la isla
de Salamina, que, por pertenecer a Mégara y por estar frente a los puertos de Atenas, constituía el
obstáculo para el desarrollo de un comercio marítimo. La actividad naval de los atenienses se dirige
inmediatamente a la región de los Dardanelos.
Manifiestamente, la política ateniense no era ya la de una región atrasada que se resignase a vivir
sola dentro d e sus fronteras.

Conflictos Internos
En el interior, la situación política y social era de gran desasosiego. El Ática sufría la misma presión
demográfica que otras regiones de Grecia habían resuelto, en parte con la colonización. La industrialización
de Atenas era solo incipiente. Los ciudadanos indigentes eran muy numerosos en una región en la que las
tierras productivas no eran muchas y las grandes propiedades rústicas estaban en manos de la aristocracia
tradicional.
El campesino ya no podía trocar sus productos, sino venderlos por dinero, porque con dinero es con
lo que había de tomarlo en prestamos de los ricos terratenientes, que gracias a la moneda, podían ya

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

acumular riquezas en un grado que era imposible mientras la riqueza consistía principalmente en fincas y
cabeza de ganado. El estado, controlado por los ricos, protegía con rigor extremado los derechos del
acreedor frente al deudor, que cuando era un pequeño labrador apenas si podía ofrecer otra garantía que
su tierra, su persona y su familia.
Las tierras hipotecadas, en el caso frecuente de impago, mediante una venta onerosa para el si
lograba devolver el importe de la deuda. De hecho, se había llegado a una expropiación generalizada de las
tierras de los pequeños labradores. En la otra forma de garantía, el campesino hipotecaba su trabajo: de
pequeño propietario pasaba a ser una especie de esclavo que trabajaba para el acreedor. Esta condición es
la reflejada en el término hektémoros, que, en la interpretación mas favorable, designaba a los aparceros
que pagaban al propietario cinco sextos de la cosecha y retenían el sexto restante para sus propias
necesidades, incluyendo la semilla para el año siguiente. Pero ademas de esta institución, el acreedor podía
imponer la condición de que, si la deuda no era pagada, el deudor y toda su familia se convertirían en sus
esclavos, que podían incluso ser vendidos en el extranjero.
Este estado de cosas explica bien el descontento de la masa de los atenienses. Las mismas gentes
que treinta años antes habían acudido a defender el orden aristocrático establecido frente a la intentona de
Cilón, abrigaban ahora propósitos revolucionarios.

Solón, mediador, Reformas económicas


Solón era de familia noble y propietario de alguna fortuna, interesado en asuntos comerciales y
políticos, en los que se había distinguido por su ponderación y su falta de ambición personal.
La primera medida política de Solón al comenzar su mandato estuvo enderezada a reformar la ley
que regía en materia de créditos y a corregir la situación a que esa ley había conducido. Declaró nulas las
deudas existentes, con lo que los pequeños labradores se vieron libres de las hipotecas que pesaban sobre
sus tierras; abolió la condición de los hektémoroi: decretó la libertad de todos los deudores que habían sido
reducidos a la esclavitud; rescató probablemente otros que habían sido ya vendidos en el extranjero y, con
vistas al futuro, prohibió los prestamos que se hicieran sobre la libertad personal del deudor y su familia.

Política Comercial: El monocultivo


Con otras medidas Solón trató de robustecer la posición económica de Atenas, acelerando la
transformación de un sistema agrario autárquico en otro de producción especializada, industrial y agrícola,
con vistas a un comercio de exportación que permitiera importar víveres y materias primas. Un pedazo de
tierra del Ática podría sostener mas personas si, en lugar de producir cereales para el consumo propio,
fuese convertido en un viñedo o en un olivar, cuyos productos pudieran ser cambiados con ventaja por
cereales cultivados en Ucrania, en Sicilia o en Egipto.
Gracias a Solón, Atenas a lo largo del Siglo VII eliminó la competencia de otros centros industriales
en el mercado de alfarería, y conquistó amplios mercados en un momento en que cartagineses y etruscos
ponían fin a la expansión colonizadora de otras ciudades griegas en busca de tierras de cultivo: de esta
manera, los campos de trigo del sur de Rusia, Egipto y Sicilia, los rebaños de ovejas de Asia Menor, las
minas de Etruria y de la Península Ibérica entraron en la órbita económica de Atenas.
Al mismo tiempo Solón apoyó, la inmigración de artesanos, entre los que se cuentan alfareros
corintios, y completó estas medidas con una reforma monetaria, consistente en crear un sistema ático
propio, diferente del Eginay similar en lo fundamental al de Corinto, potencia comercial e industrial a la que
Atenas trataba de hacer una competencia victoriosa.

La Reforma Constitucional
Solón acometió la reforma de la estructura política de Atenas con objeto de privar a la aristocracia
del monopolio del poder.
Solón innovó estableciendo una división de los ciudadanos atenienses en cuatro clases, según los
ingresos en especie de trigo y aceite que cada uno tenía. La clase más rica eran los pentakosiomédimnoi,
con quinientos medimnos de trigo.
Las otras tres clases llevaban designaciones procedentes de la organización militar: los hippeîs
“caballeros”, los zeugîtai, sinónimo de hoplitas y los thêtes “obreros a sueldo”, que constituían la mayor
parte de la población, incapaz de costearse ni siquiera un equipo hoplita.
En el fondo, de esta clasificación timocrática esta la concepción de la asamblea del ejército; la
posición económica es tenida en cuenta en la medida en que capacita a cada uno para su participación en
la guerra.
La clase inferior, los thêtes, recibió sólo el derecho de voto en la asamblea de los ciudadanos,
(ekklesia) que podía también reunirse con capacidad judicial, como tribunal de apelación en esta época,

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aspecto de la mayor importancia, pues significaba que Solón había sustraído la administración de la justicia
del monopolio de la aristocracia, pasándola a las manos del cuerpo entero de los ciudadanos atenienses.
Solón dio una periodicidad fija a las reuniones de la asamblea, mientras que en tiempos
precedentes el pueblo era convocado raras veces y ello solo para refrendar las decisiones ya tomadas por
el colegio de arcontes. A partir de las reformas solonianas la legislación y todas las cuestiones de interés
eran tratadas en la asamblea.
Para el buen funcionamiento de la Ekklesia se necesitaba un organismo probuleutico que
presentase a la asamblea los proyectos de ley. Existía desde antiguo el consejo de ancianos del Areópago;
pero Solón decidió prescindir de el, porque todos sus componentes eran aristócratas que obstaculizarían las
reformas proyectadas por el mediador. El areópago constituido en adelante con carácter vitalicio por los
ciudadanos que habían sido arcontes y presidido por el arconte basileús, fue relegado por Solón a la función
de ser guardián de la nueva constitución y de castigar a los homicidas cuando los particulares no habían
emprendido acción alguna ante los tribunales públicos.
En su lugar, como cuerpo deliberativo, Solón creó un nuevo consejo, integrado por cuatrocientos
miembros pertenecientes a las tres clases superiores.
El poder ejecutivo siguió en manos del colegio de arcontes, que desde un siglo antes estaba
compuesto por nueve miembros renovados cada año. En la constitución soloniana, los nueve arcontes y el
secretario eran elegidos por votación de la asamblea, solo entre los individuos de las dos clases superiores
del centro timocrático.
La legislación soloniana se completaba con una serie de leyes civiles y penales, enderezadas a
modernizar el derecho ateniense en materia de herencia, proteccion de esclavos, limitación de la
fastuosidad de los funerales, etc. Las leyes penales fijaban incluso la pena para cada figura del delito. La
codificación de Solón fue el cuerpo legislativo sobre el que se construyó todo el derecho ático de los dos
siglos siguientes. Con razón era un patrimonio de todos los atenienses: por eso las leyes estaban
guardadas en los famosos áxones, custodiados en el pritaneo y expuestas al público en pilares llamados
kyrbeis.

Balance de las reformas Solonianas


La aristocracia perdió la exclusividad en el ejercicio del poder y vio reducida su fuerza económica;
pero todavía las dos clases superiores eran las únicas que tenían acceso al arcontado.
Fueron los propietarios que constituían la segunda clase los principales beneficiarios de la reforma
de Solón, pues obtuvieron la entrada a los mas altos cargos en un plano de igualdad con la aristocracia.
Los zeugitas, la masa de pequeños burgueses y pequeños propietarios rústicos, sacaron, al menos,
el ser admitidos en cargos menores. El resto, los componentes del dêmos, que solo habían recibido el
derecho de voto en la asamblea pensaban que el legislador no había ido en sus reformas todo lo lejos que
era necesario. De estas críticas de las dos clases extremas se hace eco Solón en los poemas que escribió
después de sus reformas. El demos había esperado de él medidas propias de un tirano: eliminar
violentamente a los nobles y repartir sus tierras entre los proletarios. El equilibrio conseguido en las
reformas solonianas contenía, por consiguiente, el germen de revoluciones ulteriores.
Por lo que hace a la oposición aristocrática, los años inmediatos al del arconato de Solón fueron de
lucha entre la nobleza de nacimiento y los nuevos ricos que, gracias a la reforma, eran equiparados a
aquellos.
En las listas de arcontes atenienses, aparece la mención anarchía, que indica la falta de arconte epónimo
cuya autoridad fuera reconocida.

La primera guerra sagrada


El creciente desarrollo económico de Atenas y los períodos de tranquilidad política interna dieron
nuevos bríos a la política exterior.
La primera guerra sagrada, originada por una disputa entre Delfos y Crisa, dio ocasión a los
atenienses para hacer acto de presencia, ganar influencia en Grecia central y aumentar su prestigio entre
los mismos jonios.
Los delfios, que cuidaban del culto de Apolo, apelaron ante la afictonía de Antela contra Crisa, que
les cortaba la salida al mar. La acusacion concreta era que los criseos cobraban una exacción a todos los
peregrinos que acudían al santuario.
En 596-590 Crisa fue obligada a rendirse y fue destruida. Su territorio fue dedicado a Apolo de
Delfos, que en adelante sería la se de la anfictionía. Por su ayuda pronta, los atenienses obtuvieron uno de
los dos votos de que disponían los junios en el consejo de la liga.

Los Tres Partidos


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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La lucha entre dos partidos organizados, cuya fuerza se había ya manifestado precisamente con
ocasión del arreglo que siguió a la caída de Demasías.
El partido de la llanura dirigido por Licurgo y el de la costa, cuyo jefe era Megacles, hijo de Alcmeón,
aristócratas que se encontraban aparte de los demás de su clase por su propia ambición y por la mancha
que pesaba sobre ellos desde el asesinato de los partidarios de Cilón.
Pisístrato, que se había destacado ya por la conquista de Nisea, organizó un tercer partido, que
unas fuentes designan con el término hyperákrioi “los que están más allá de las alturas”, y otras con el de
Diákrioi “los de la región montañosa”.
El partido de Licurgo era el de los oligarcas de la antigua nobleza de terratenientes, cuyas fincas
radicarían principalmente en la llanura; el de Megacles, el de los comerciantes y pescadores de la costa
junto con los pequeños burgueses de la ciudad surgidos del desarrollo industrial y comercial; los seguidores
de Pisístrato serian los campesinos humildes del interior, que hacían causa común con el demos de la
ciudad, el proletariado industrial. Un rasgo interesante es que los tres partidos estaban dirigidos por nobles
fuera de los medios aristocráticos a que pertenecían, personalidades movidas por la ambición personal
aceptaban sin escrúpulos el apoyo que les brindaban las clases medias y proletarias; éstas por su parte,
necesitaban la inteligencia y la experiencia política de esos aristócratas y sabían que, gracias al voto
popular establecido en la constitución de Solón, podían prescindir de su caudillaje en cuanto los resultados
de su política no les pareciesen satisfactorios.

La Conquista del poder por Pisístrato


El primer paso de Pisístrato para la conquista del poder fue obtener de la asamblea una escolta
personal armada con porras, con el pretexto de que había sido agredido y herido por sus enemigos, lo que
muy bien pudo ser preparado por el mismo. Pisístrato dio un golpe de estado en 561-560 ocupando la
Acrópolis. Pero antes de consolidar su tiranía, fue expulsado por una coalición de los otros dos partidos, que
arreglaron sus diferencias para obligarle a salir de Atenas y, tal vez, refugiarse en la Diacria.
Una vez que el tercer partido no constituía un problema se resucitaron las discordias entre Licurgo
y Megacles, hasta el punto de que éste hizo volver a Pisístrato a Atenas, para ocupar el poder de nuevo al
año de su expulsión. La alianza política entre los partidos de la costa y de la montaña fue robustecida por el
matrimonio de Pisístrato con la hija de Megacles; pero la ruptura entre los dos jefes políticos no tardó en
producirse.
El resultado fue que Pisístrato hubo de abandonar de nuevo el poder y salir del Ática con su familia
en 556a.c.
Los diez años que duró su destierro Pisístrato los dedicó a construir unas bases sólidas para la
implantación de la tiranía. Pisístrato se granjeó de simpatías y ayudas de Tebas y de Argos, así como de un
aventurero naxio llamado Lígdamis, al que con el tiempo él mismo ayudaría a instaurar la tiranía en Naxos.
Finalmente, hacia 546 los preparativos estaban listos para desembarcar en la costa ática cerca de
Maratón, donde sus partidarios atenienses acudieron en su ayuda. Las tropas que desde Atenas salieron a
su encuentro hicieron poca resistencia en la batalla de Palene, y Pisístrato se construyó por tercera vez y
con carácter definitivo en el tirano de Atenas por derecho de conquista. Los arqueros escitas de sus tropas
mercenarias se convirtieron en su escolta personal. Sus enemigos huyeron, y los hijos de los que resultaban
sospechosos de ser tales, fueron tomados como rehenes y deportados a la isla de Naxos.

Política Interior
Písitrato tuvo la ventaja de encontrar resuelto el problema de los privilegios aristocráticos y de
disponer de órganos eficaces para el gobierno, todo ello gracias a las reformas de Solón, Así, Pisístrato
pudo permitirse no tocar las leyes ni las instituciones. Para mantenerse y hacer su política, le bastaba con
procurar que los elegidos para las magistraturas le fuesen afectos y con tener contento a su partido. Pero
precisamente los nobles terratenientes eran sus enemigos derrotados, muertos o desterrados, de modo que
le fue a Pisístrato fácil confiscar sus tierras y repartirlas entre sus seguidores, que no habían tenido nada
que ganar con las medidas de Solón, y que ahora veían cumplidas las promesas de reforma agraria que
Pisístrato les había hecho.
Aristóteles encontró digno de admiración el tacto con que Pisístrato supo conciliarse la simpatía de
todas las clases sociales, evitando el sistema de la represión universal para mantenerse en el poder,
inspirando respeto a sus súbditos, tratando con diplomacia a las clases superiores y atrayéndose con
métodos demagógicos a las inferiores.

Política Exterior

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La política exterior de Pisístrato estuvo inspirada por la propia experiencia de su conquista de poder:
le importaba impedir que los desterrados políticos pudiesen encontrar apoyo de otras ciudades para
organizar una expedición contra el. Por eso su política fue de paz y amistad con todos.
Pero no por ello renuncio a proseguir, en el norte del Egeo, la misma política iniciada ya antes de
Solón y las empresas mineras que el mismo había acometido durante su exilio. Así reconquistó Sigeo la
importancia de esta posición en la orilla sur del helesponto para el tráfico comercial de Atenas, que
dependía cada vez más del aprovisionamiento de trigo del Mar Negro a causa del continuo aumento de
población y de la intensificación del monocultivo del olivo y de la vid.

Política económica
La tiranía de Pisístrato proporcionó a Atenas una era de paz y de prosperidad, que nada pone mejor
de manifiesto que la progresiva transformación de campos de cereales en olivares, pues el plantar un olivo,
que tarda tanto en crecer y producir y que con tanta facilidad es victima de devastaciones en las guerras,
requiere paz y confianza por parte de los campesinos.
A la reforma agraria de Pisístrato hay que atribuir en buena parte que cien años mas tarde el Ática
fuese todavía una región de pequeños labradores, cuya prosperidad no desmerecía al lado de las clases
comerciantes e industriales. Creó ciertamente, un impuesto sobre los productos agrícolas, que no debió
parecer exagerado a los que por primera vez se veían dueños de una tierra; pero con el instituyó un fono de
prestamos a los labradores. Consta que él mismo hacia visitas de inspección y que creó la institución de los
jueces ambulantes para resolver pleitos de poca cuantía, dando uniformidad a la administración de justicia,
evitando a los campesinos el tener que desplazarse a Atenas y robusteciendo al mismo tiempo la autoridad
central.
La industria ateniense prospero de un modo que todavía podemos apreciar en la calidad de la
fabricación y en la exportación de la cerámica. Los productores salidos de los talleres de alfarería y de las
manos de los decoradores atenienses desbancaron definitivamente de todos los mercados los artículos
fabricados por las demás ciudades. Los productos salidos de los talleres de alfarería y de las manos de los
decoradores atenienses desbancaron definitivamente de todos los mercados los artículos fabricados por las
demás ciudades.
Con grandiosas obras públicas, la tiranía dio ocupación a la mano de obra ciudadana, que constituía la
masa de sus partidarios. Pisístrato construyó el templo de Atena en Parhénos, la columnata que servía de
acceso a la acrópolis; el recinto de Apolo Pítico; la fuente Enneákrunos, “la de los nueve caños”; dejó
empezado el gran templo de Zeus Olímpico, que no se concluiría hasta el S. II d.c. El perfeccionamiento de
la escultura se manifiesta ya en las encantadoras Kórai “muchachas” encontradas en la Acrópolis.

Política religiosa
La política religiosa de Pisístrato estuvo enderezada a superar los particularismos locales que
podían manifestarse en una región tan extensa con carácter nacional, dando mayor esplendor a las
Panateneas, en las que reguló las recitaciones épicas de los rapsodos, y construyendo en la acrópolis el
templo ya mencionado.
Aun mayor importancia tuvo la organización en Atenas de un culto oficial de Dioniso, con la
institución de las grandes fiestas dionisiacas de la primavera. La imagen y culto fueron llevados desde
Eleuteras y establecidos en una capilla en la ladera sur de la Acrópolis, donde en 535-534 se representó la
primera tragedia como parte del ritual del culto.

La Sucesión de Pisístrato
A la muerte del tirano en 528-527, el poder pasó a sus hijos Hipias e Hiparco, no sin ciertas
concesiones a la oposición aristocrática.
En los cinco primeros años después de la muerte de Pisístrato, el arcontado estuvo desempeñado
primero por el tirano en persona; luego por los representantes de dos o tres familias significadas y
finalmente, cuando las pretensiones de estas habían sido satisfechas, por el hijo del tirano, que iniciaba así
una carrera política sin continuación. Evidentemente los Pisistrátidas, con éstos y otros favores, trataron de
atraerse la simpatía o, al menos, la tolerancia de las grandes familias, para con ello reducir la oposición y
hacer más variable la propia tiranía.
De los dos hermanos se suele estar de acuerdo en admitir que Hipias era la cabeza política que
logró mantener incólume su poder durante más de diez años.

Asesinato de Hiparco

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En el año 514 surgió una conspiración contra los tiranos, dirigida por un grupo de jóvenes
atenienses que, según las fuentes, pretendían solo vengar una ofensa personal.
En las Panateneas de dicho año Hiparco fue muerto por los conspiradores: Harmodio pereció en el
atentado y Aristogitón fue apresado y ejecutado después. La tradición popular y la propaganda democrática
del periodo subsiguiente convierten a Hiparco en el tirano y glorifican a los asesinos como tiranicidas y
mártires de la libertas. Aunque Hipias endureció su dictadura, la tiranía ateniense estaba herida de muerte

La liga del Peloponeso y la intervención espartana


Para derrocar las dictaduras en los estados vecinos, sin duda, porque la existencia de tales
regímenes revolucionarios era sentida como una amenaza para la solución que esparta había dado a esos
mismos problemas.
Esparta había tratado de establecer una liga de estados peloponésicos, vinculados a ella, pero libre
entre si, que asegurase la inviolabilidad de sus fronteras y la no intervención a favor de los ilotas mésennos,
a cambio del respeto de las suyas, que Esparta otorgaba a sus aliados.
La Atenas de Hipias era amiga de Argos, y eso bastó para decidir la intervención espartana fuera del
Peloponeso. Primero el oráculo de Delfos incitó a los espartanos a rescindir el antiguo con trato de
hospitalidad con los Pisistrátidas.
Al año siguiente, el propio rey espartano Cleómenes I dirigió el ejército que, marchó contra Atenas.
Hipias, abandonado de los suyos se refugió en la Acrópolis; más hubo de capitular y de buscar refugio en
Sigeo.

Atenas después de la tiranía


La caída de la tiranía por intervención espartana dejó frente a frente, en el escenario político
ateniense, a los dos partidos que la reacción contra el régimen anterior había puesto en el primer plano. Uno
era el de la aristocracia, dirigido por Iságoras; el otro era el de los Alcmeónidas, que vieron incrementada su
popularidad por la actividad que habían desarrollado para el derrocamiento de la tiranía.
Pero cuando, para afirmar su poder, los oligarcas intentaron cambiar el consejo de los cuatrocientos,
tropezaron con una valiente resistencia, que terminó con el asedio y capitulación de la Acrópolis.
Clístenes, que fue inmediatamente llamado a Atenas junto con los suyos, no perdió el tiempo para
poner en marcha sus profundas reformas constitucionales.

Las reformas de Clístenes


La finalidad principal que perseguía Clístenes con sus reformas estaba dictada por la experiencia
política de los últimos tiempos. Se trataba de evitar la formación de grupos clasistas que pudiesen atentar
contra la democracia para imponer la tiranía o la oligarquía.
Clístenes procedió a una nueva división territorial del Ática, que se basa en las mas pequeñas
unidades administrativas, los demos o aldeas, estimados en un centenar para la época que nos ocupa. En
el nuevo sistema tribal, los demos fueron reunidos en tres zonas, según su situación geográfica: la zona de
la ciudad de Atenas, la de la costa y la del interior. Cada una de estas tres zonas fue dividida en diez
distritos, lo que hacia un total de treinta; la combinación de un distrito de cada una de las tres zonas formaba
una tribu, sin que para ello se tuviese en cuenta la situación geográfica de cada distrito.
Las diez tribus formadas y tomando cada una su nombre de un héroe eran unidades administrativas
que sustituyeron a las antiguas cuatro tribus jónicas de Atenas, que eran unidades gentilicias. Cada una de
ellas comprendía tres distritos y doce naukraríai. La reorganización de Clístenes supuso en este punto el
aniquilamiento de la ascendencia de las familias aristocráticas, la supresión de los tres partidos clasistas
anteriores y la perfecta fusión del pueblo.
Los nuevos distritos eran entes ideales sin función alguna, hasta el punto de que, de no haberse
descubierto la constituciones de Atenas de Aristóteles, no tendríamos noticia de su existencia. Las tribus o
phylai, por el contrario, eran unidades administrativas con función bien definida. Cada una de ellas
contribuía al ejército con una falange de infantería, al mando de un estratego electivo, y ademas, con un
escuadrón de caballería.

La bulé, o consejo soloniano de los cuatrocientos, fue incrementada hasta comprender quinientos
miembros, ciudadanos, cualesquiera que no necesitaban pertenecer a las clases superiores de la división
timocrática de Solón. Cada una de las diez tribus elegía cincuenta consejeros de entre los demos de que
constaba, proporcionalmente al numero de ciudadanos. Los cincuenta consejeros de cada tribu en la bule
formaban una pritania, que, por riguroso turno entre las diez tribus, constituía una especie de comisión
directiva de la bule durante la décima parte del año.

59
Los pritanes se reunían en la tholos, próxima al bouleterion o sede de la bule; allí comían a
expensas del estado y elegían cada día por sorteo un presidente, que también presidía la bule y la tholos.
Incumbía a los pritanes convocar la Buele y también la ekklesia o asamblea de los ciudadanos, la cual
siempre trataba de asuntos previamente discutidos en la bulé.
Para impedir la instauración de cualquier tipo de poder personal, Clístenes instituyo el llamado
ostracismo o votación sobre ostrakon. Cada año en la sexta pritania, se planteaba en la asamblea popular la
cuestión de si habría lugar a un ostracismo; en caso afirmativo, la votación tendría lugar en la octava
pritania, poniendo cada ciudadano el nombre del personaje peligroso en un ostrakon.
Pero la solidez de las instituciones democráticas creadas por Clístenes se prueba en el hecho de que
durante veinte años no hubo necesidad de ninguna medida preventiva.
Las fundamentales reformas de Clístenes se aplicaron todas simultáneamente.

Nuevas ingerencias espartanas


Se produjeron dos nuevos intentos de Esparta con el propósito de derribar a Clístenes y su nueva
democracia. Para prevenir la primera, parece claro que Clístenes buscó alianza con Persia por medio de un
tratado que sus embajadores gestionaron con el sátrapa de Sardes. Pero los atenienses lograron el éxito
frente a la temible alianza de los peloponesios, tebanos y calcidios. En 504 aprox., Cleómenes propuso una
nueva intervención en Atenas para reinstaurar a Hipias; pero la proposición espartana no encontró ningún
apoyo por parte de las oligarquías de la liga peloponesica, que naturalmente, no podían mirar son simpatía
la figura del tirano.
Clístenes pudo, al fin, respirar tranquilo. Uno de los enigmas más curiosos de su biografía es la
oscuridad que envuelve los últimos años de su vida.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Austin, M; Vidal maquet, P: “Economía y sociedad en la


antigua Grecia”

Capitulo 2:
El Mundo Homérico
El mundo Micénico
La historia de los griegos en la antigüedad conoció dos grandes fases bien diferenciadas: la historia
de Grecia en las ciudades, que comienza al final de la era oscura al final de la época arcaica y la historia de
Grecia, que estuvo precedida por la de la Grecia micénica, es la historia de los reinos minúsculos
centralizadores y burocráticos, en cierta medida modelados según las civilizaciones coetáneas de oriente
próximo. Fundamentalmente, la conocemos, por una parte, gracias a los descubrimientos arqueológicos
inaugurados por Heinrich Schlemann y continuados posteriormente. Dichos descubrimientos sacaron a la
luz los grandes palacios de Micenas, Tirente, Pilos y otros yacimientos. Otro trabajo arqueológico descifro
las tablillas de escritura silábica llamada Lineal B, procedentes de Cnosos, Micenas y Pilos, desciframiento
que reveló en detalle el funcionamiento de los grandes palacios centralizadores, que contabilizaban con
extraordinaria minuciosidad toda la actividad económica. Este mundo micénico desapareció a lo largo del
siglo XII. Con el desapareció de la historia de Grecia el tipo de estructura social que representaba y todo lo
que con el se relacionaba, en el terreno de las instituciones y en el de los hechos de civilización.

Los poemas Homéricos como fuente histórica


El primer testimonio histórico que nos ha llegado después de la caída del mundo micénico, y la
primera obra literaria de la historia de Grecia, son los poemas homéricos de la Iliada y la Odisea. Estos
poemas se presentan como una evocación de sucesos que tuvieron lugar en el mundo micénico durante la
Edad de Bronce.
Para algunos los poemas homéricos constituirían simplemente una representación más o menos fiel
del desaparecido mundo micénico: habría que colocar a homero, junto a los descubrimientos arqueológicos
y los del lineal B, como principal testimonio de la historia de Grecia durante la Edad de Bronce.
Los poemas homéricos prenden ser, una descripción de este mundo desaparecido.
Asimismo, existen en ellos una serie de anacronismos que no encajan en el marco del mundo
micénico, sino que pertenecen, efectivamente, a la época inmediatamente posterior.
Los palacios micénicos, con su minuciosa burocracia, se hallan abismalmente separados de
aquellos de los reyes homéricos, infinitamente menos complejos en su organización y en los que no existe
la escritura, hecho determinante en el mundo micénico.
Han podido extraerse rasgos descriptivos que probablemente pertenecen al mundo en el que viviera
el poeta, merced a los cuales ha podido señalarse la vinculación entre la odisea y los comienzos de la
civilización occidental, que se sitúa en la segunda mitad del siglo VIII. De este modo casi nada dice de los
dorios, cuyo asentamiento en Grecia siguió a la caída de los palacios micénicos, ni de la migración griega a
Asia Menor durante la Edad Oscura.
Probablemente lo que describe no era ni el mundo micénico ni su propia época, sino un mundo
intermedio en el tiempo entre ambos, el mundo griego de la edad oscura de los siglos X y IX, posterior a la
caída de los palacios micénicos, pero anterior al desarrollo de la polis en el siglo VIII.
Existen tres niveles históricos en Homero: el mundo micénico que el poeta trata de evocar, la edad
oscura y la época en que vivió el poeta; y no siempre resultará fácil distinguir con claridad lo que pertenece
a uno u otro nivel.
Homero era consciente del hecho de que el desaparecido mundo micénico era más rico y poderoso
que aquel en el que él vivía.
Recrea ese mundo tal como él se lo representaba, y para ello exagera voluntariamente la riqueza de
sus reyes. La precisión de los datos estadísticos es solo aparente y no debe confundirnos como la gran
casa de Ulises en Itaca.
Tal como lo revelan las excavaciones, la imagen del mundo griego de esa época es mucho más
opaca: empobrecimiento de la civilización material, abandono de numerosos emplazamientos e interrupción

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de las relaciones con el extranjero. Lentamente el mundo griego logró restablecerse y consolidarse,
superadas las vicisitudes que marcaron el final de la época micénica.
Por otro lado, la sociedad homérica es demasiado uniforme en sus instituciones: no da ninguna
sensación de diversidad entre las distintas regiones del mundo griego de la época. Resulta difícil ser que en
la realidad ocurriera lo mismo. Lo que en casi todas las épocas caracterizó a Grecia fue la desigualdad de
desarrollo habida entre las distintas regiones del mundo griego. Pero para la época en la que se situaría
grosso modo la sociedad homérica, faltan los medios de control: la imagen del mundo homérico deberá
guardar cierto grado de abstracción.
En realidad no existe una sociedad homérica, sino dos sociedades; de la Ilíada y de la Odisea. En
primer lugar hay una diferencia de edad: la Ilíada refleja un mundo más arcaico y menos abierto que la
Odisea. Existe también una diferencia de tema: La Ilíada muestra una sociedad en guerra, en la que la
aristocracia guerrera desempeña un papel esencial por la supremacía militar que ostenta, y en la que el
papel de las clases inferiores queda más desdibujado, pues ni en la guerra ni en el consejo cuentan. La
Odisea, en cambio, da una imagen mucho más detallada de la sociedad y de lo que nosotros llamamos
economía. Sobre todo presta mayor atención al individuo; los humildes, cuyo papel en la Iliada resulta muy
restringido, tienen mayor protagonismo y el poeta se interesa mucho más por su suerte.
Resultaría difícil intentar trazar un cuadro de la sociedad de la Ilíada.

Características del mundo homérico


La primera característica es la inexistencia de la polis en el sentido clásico. En homero se
encuentran referencias a la ciudad en sentido de aglomeración urbana, con un centro en el que se reúne la
gente. Ademas esas ciudades son el único tipo de asentamiento humano conocido por el poeta.
Pero, tanto en lo interno como en lo externo, las ciudades homéricas no son poleis, al menos si se
las imagina como comunidades que agrupan a todos los ciudadanos y que forman asociados.
El sentimiento comunitario existe ya en homero, pero sufre aun la fuerte competencia del poder del
oikos aristocrático.
No se encuentra en Homero, la noción, posteriormente fundamental de ciudadanía, de los derechos
y deberes del ciudadano, de extraño a la comunidad política. La antítesis entre hombre libre y esclavo, en
cambio, existe ya en cierta medida, aunque igualmente tampoco resulte clara. En el mundo homérico
existen esclavos, como los habrá en todas las épocas de la historia de Grecia, y la esclavitud como
institución es presentad por el poeta como algo natural. Pero la antítesis libre/esclavo, si es que se da, no
tiene la claridad que adquirirá en la ciudad clásica del tipo ateniense.
El papel principal en el mundo homérico lo desempeña el oikos aristocrático. Los grandes héroes
ocupan el primer plano de la escena y actúan, por lo general, autónomamente, como si no existiera la
comunidad. Sin embargo se vislumbra, por ejemplo, en la odisea, la existencia de cierto sentimiento
comunitario a veces en conflicto latente con las aspiraciones de los héroes.
¿Qué es un oikos? Un oikos, incluso desde el punto de vista estrictamente humano, es más que una
familia en nuestra acepción actual.
En su aspecto puramente humano, el oikos tendrá un grupo familiar más o menos extenso en su centro.
Pero incluirá simultáneamente, a todas las personas, libres o esclavas, que dependen directamente del jefe
del oikos, es decir, a todos los servidores dedicados a las numerosas tareas necesarias para la vida
económica del oikos. Naturalmente, cuanto más grande y más poderoso sea l oikos, tantos más servidores
tendrá. No es una institución puramente fundamentada estrictamente en el parentesco.
Pero la noción de oikos se refiere a algo más que un simple grupo humano. Engloba toda clase de
bienes, muebles e inmuebles, inseparables en la práctica del grupo humano, puesto que son ellos los que
aseguran su existencia material. Por consiguiente, forman parte de las tierras, los edificios, el ganado, las
reservas de todas las clases, el material, etc. Fundamentalmente el ideal del oikos es la autarquía; el oikos
debe bastarse a si mismo en la mayor medida posible, debe producir en su seno todo lo que necesita para
su existencia. En su interior no caben los intercambios: toda la producción se concentra en manos del jefe
del oikos que luego la reparte según su criterio. Por lo tanto, es a la vez una unidad de producción y de
consumo, y la mayor parte de sus necesidades materiales se satisfacen al margen de cualquier contacto
con el mundo exterior y de cualquier intercambio comercial.
¿En que consistía la riqueza material de un oikos aristocrático?
En primer lugar, en tierras: los nobles guerreros eran ante todo terratenientes. La tierra es explotada
en todas sus formas. La riqueza de los grandes jefes se medía sobre todo por el número de sus cabezas de
ganado, principalmente de bueyes, que tenían en sus territorios. Junto a la propiedad de las tierras, de los
rebaños debe estabilizarse el tesoro acumulado, que se guardaba en una habitación especial en el centro
del palacio. Hallaremos en el reservas de alimentos, trigo, vasijas de vino y aceite y también telas preciosas,
metales, corrientes y raros, en lingotes o en forma de armas, trípodes, calderos. La posesión de un tesoro lo
mas cuantioso posible no obedecía solo a imperativos estrictamente utilitarios, sino que también responde a

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

consideraciones de prestigio. El poderío del noble guerrero se medirá entre otros patrones, por la magnitud
de su tesoro y por la magnificencia de los regalos que puede ofrecer a los huéspedes de su mismo rango.
Entre las comodidades esenciales que el oikos no estaba en condiciones de proporcionar se
hallaban ante todo los metales y los esclavos: por lo tanto, era imposible permanecer sin contactos con el
mundo exterior. Los mecanismos a los que recurrían los héroes para subvenir a estas necesidades vitales,
resultan reveladores de la mentalidad y de los valores del mundo homérico.
Las incursiones organizadas con la intención de saquear no son nada excepcional, antes bien, los
héroes homéricos se jactarán tranquilamente de sus hazañas.
El botín que se toma al enemigo se repartirá luego entre los participantes en la expedición, y el jefe
tendrá derecho a una parte especial.
Sin embargo, la guerra no podía constituir el único medio de adquisición. Generalmente, para
obtener metales y objetos preciosos debía recurrirse al intercambio, ya que la guerra a veces comportaba
demasiados riesgos.
El mundo homérico, en efecto, aunque otorga un importante papel a la violencia, también conoce un
amplio código de relaciones con el extranjero, al menos en la odisea, mediante el cual pueden organizarse
los intercambios sin renuncia a la ética aristocrática.
Se hallan en la odisea numerosos ejemplos de una determinada técnica de intercambio, basado en
el regalo y en el regalo por correspondencia, bien conocida en numerosas sociedades primitivas. En el
mundo homérico, al igual que en numerosas sociedades arcaicas, no existen donaciones desinteresadas.
No se da simplemente para hacer un favor, sino porque así se asegura, en plazo más o menos largo, un
regalo o un servicio de vuelta. Este principio se halla tan admitido en el mundo homérico que nunca se
discute: es una práctica que el poeta sobrentiende que es natural. El regalo establece la obligación del
regalo de correspondencia. De ese modo un héroe recibirá a sus huéspedes y se afanará en darles regalos,
y esperara sin falta que le sea devuelto en especie o en servicios que le compensen.
Así, este estilo de correspondencia logra inscribirse de manera aceptable en el marco de la ética
aristocrática. Veremos a los héroes homéricos emprender, en persona, viajes para procurarse a través de
los intercambios lo que le falta al oikos.
Homero no tiene un término técnico para definir a los comerciantes; para él son simples prekteres,
agentes.
La palabra emporos, no tiene otra acepción que la de pasajero. Los únicos y auténticos
especialistas de comercio son extranjeros, en particular los fenicios. Aparecen poco en la Iliada, y mucho
más frecuentemente en la odisea. Llegada la ocasión pueden convertirse con facilidad en piratas y vender
como esclavos a sus pasajeros. S reputación no deja en ningún momento de ser mala: se aceptan sus
mercancías, pero se desconfía de ellos. No contribuirán a una valorización positiva del comercio, sino todo
lo contrario. El lugar que ocupa el comercio en la escala de valores homérica es bien claro.

Las Clases sociales bajas en homero


La condición de un hombre no se define en abstracto, sino referente a su pertenencia o no a un
grupo, y en el mundo homérico la unidad básica es el oikos aristocrático y no la polis. Por consiguiente, se
dice que la situación inferior no es la de esclavo, sino la de thes, el hombre libre que no posee nada,
viéndose, pues obligado a vender sus servicios a otro, quedando bajo su dependencia sin tener ni siquiera
la seguridad de alcanzar el salario estipulado.
Por otra parte, es cierto que la condición del esclavo podía ser muy variable. La distinción entre libre
y esclavo no pasa por la naturaleza del trabajo que realizan. La condición del esclavo en el interior del oikos
es variable; entre los esclavos, hombres y mujeres, que forman parte del oikos de Ulises se distinguen dos
grupos, Junto a los esclavos corrientes que solo están para ejecutar lo que se les ordena, existe un grupo
de privilegiados que gozan de la confianza y la estima de sus amos, participando en la gestión el oikos.
Eumeo recibió de Ulises un pedazo de tierra y una mujer, y ademas pudo comprarse un esclavo. No había
sido liberado, pero era como si lo hubiera sido. El rango de Eumeo podía parecer superior al de ciertos
hombres libres.
Esta es, a grandes rasgos, la sociedad de la odisea. La distancia que separa este mundo de la polis
clásica es evidentemente grande: no hay que insistir más en ello. Es mas interesante hacer hincapié sobre
las continuidades y parecidos entre este mundo y el de los siglos posteriores.
Hesiodo difiere de homero, en un punto capital: rechaza totalmente la violencia y la guerra. Pero
guardando las debidas distancias, su ideal de independencia no es básicamente distinto al del oikos de
homero, y la ética del regalo y su correspondencia no le resulta extraña. La concepción homérica del
comercio se halla singularmente cercana a las consideraciones que Aristóteles haría algunos siglos mas
tarde: el comercio es vil, por cuanto busca el provecho y ha de ser esencialmente obra de extranjeros; solo
son admirables los intercambios de carácter no comercial que aseguran la autarquía. La ambición de los
héroes homéricos consiste en adquirir por sus hazañas una gloria imperecedera: este mismo ideal se halla

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nuevamente, pero trasladado a la escala cívica y en el marco de las luchas entre ciudades griegas,
expresado por Pericles en los discursos de Tucídides.
Contrariamente, en Feacia, las mujeres se reparten entre si las diversas funciones, y, ademas, esa
especialización de las funciones se correlaciona con la habilidad marinera de los Feacios. En dicha utopía
se anuncia intuitivamente y con varios siglos de antelación el perfil de la Atenas clásica, lo cual sugiere, que
el modelo ateniense no es en absoluto ninguna innovación, hecho que había comprendido perfectamente
Tucídides, cuando su arqueología lo remonta al pasado.
A pesar de todo, los Reacios, a los que se considera sus antecesores, no son los héroes de la
odisea. Incluso en la época de las primeras aventuras marineras y coloniales, Homero se convierte en el
cantor de un mundo que vive tierra adentro.

Capítulo III:
La Época Arcaica (Siglos VIII-VI)

El desarrollo de la “polis”
La época arcaica es probablemente el periodo más importante de la historia de Grecia.
En el plano de las instituciones la mayor novedad es el desarrollo de la polis, que será durante
varios siglos el marco esencial para el desarrollo de la civilización griega hasta la época helenística.
El nacimiento de la polis resulta oscuro. Intentar señalar un principio absoluto es verdaderamente
difícil: la polis representa un tipo ideal, y todo dependerá del criterio que se adopte.
La unificación entre la ciudad y el campo, característica fundamental de la ciudad arcaica y clásica,
todavía no se había realizado: desde su aldea de Ascra, hesíodo ve la ciudad de Tespías como un mundo
lejano y hostil en el que reinan los reyes “devoradores de presentes”.
Los textos literarios verdaderamente explícitos no se remontan más allá de la segunda mitad del
siglo VII.
La mayor evidencia de los comienzo de la polis la proporciona la colonización, iniciada,
aproximadamente, a mediados del siglo VIII.
Las colonias implantadas en Sicilia, en el sur de Italia y en otras zonas, con excepción de ciertos
emporios, son todas, desde un principio, poleis, que imitan las instituciones de sus metrópolis, prueba
evidente de la existencia de la polis desde los comienzos de la colonización.
No se conocen muy bien las causas del desarrollo de la polis. Por lo general se hace intervenir al
factor geográfico: el fraccionamiento físico de Grecia habría tenido como resultado su fraccionamiento
político. Cierto es que la polis se inscribe con frecuencia en un marco geográfico característico de Grecia.
El asentamiento urbano se establece al pie de una acrópolis que sirve de refugio a sus habitantes. Cerca del
asentamiento urbano se encuentra la tierra de la ciudad, propiedad de los individuos, constituida por una o
varias llanuras fértiles.
El asentamiento urbano se halla generalmente situado cerca del mar, pero no suele encontrarse en
sus orillas: si la ciudad posee un puerto, generalmente éste no formará parte del asentamiento urbano.
La polis se constituyó primero en Asia menor, en la Grecia de la costa oriental y en la Grecia central,
en las islas del Egeo y en Creta.
Algunas de estas primeras ciudades se habrían formado alrededor de antiguas ciudadelas
micénicas, que habrían servido de refugio; la continuidad en la ocupación no prueba nada por si misma.
Aquí la polis existe y es el grupo restringido o amplio de ciudadanos el que pasa a constituirse en
grupo dirigente; este grupo choca con las realidades materiales de la época y las transforma.
Hagamos un simple esbozo de las principales conquistas de la época arcaica en este terreno. En
primer lugar y a partir del siglo VIII, la codificación de las leyes, con frecuencia por obra de un legislador,
personaje con funciones a la vez profanas y publicas: se definen las normas que rigen a la ciudad; así, al
ser sustraídas a la arbitrariedad de los poderosos, la justicia se convierte en un asunto público. Se pasa de
de un estado de prederecho a uno de derecho.
En general, mejora la situación económica y social de los ciudadanos. Un rasgo fundamental en el
desarrollo del sentimiento comunitario, lo constituye la reforma de los hoplitas, que tiene lugar a lo largo del
siglo VII: el soldado ciudadano que combate en grupo se convierte en el reflejo militar de la ciudad.
Paralelamente a la noción de ciudadano se desarrollan las nociones de no ciudadano, la de
extranjero dentro de la comunidad política, y sobre todo la del esclavo, el extranjero total, privado de
libertad, y que en teoría carece de todo derecho: la noción de ciudadano es inclusiva y exclusiva. La relación
entre el desarrollo de estas dos nociones extremas y contrapuestas, la de ciudadano libre y la del esclavo,
es más que una simple relación teórica. La época arcaica conoció simultáneamente el desarrollo de la

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

noción de comunidad y la llegada de los ciudadanos al interior de la ciudad, a la par que el desarrollo de la
esclavitud –mercancía en una escala considerable. El trabajo servil en una forma u otra no es desde luego,
ninguna primicia de la época arcaica: homero ya habla de esclavitud. Por otro lado, los griegos conocieron
otras formas de sometimiento más arcaicas que la esclavitud-mercancía, ante todo el ilotismo.
Pero la institución de la esclavitud mercancía y su difusión constituyen efectivamente una novedad
de la época arcaica. La esclavitud-mercancía de la que se conservan en ateneo buena cantidad de citas.
Resulta interesante ver que los habitantes de Quíos pasaban por haber sido los primeros en comprar
esclavos extranjeros: pues bien, uno de los testimonios más precoces de la evolución hacia la democracia
procede precisamente de Quios. Los dos procesos se hallan vinculados: mas tarde se expondrá un ejemplo
concreto acerca de las reformas de Solón.

Los disturbios de la época arcaica


La época arcaica esta llena de crisis cuyas causas deben aclararse y ver asimismo las soluciones
que se les pudo ir dando.
Una teoría obra de los historiadores alemanes, proponía que le causa de muchas de las tensiones
del periodo arcaico eran debidas a su desarrollo económico y social. Según esta teoría habría habido una
revolución económica a partir del siglo VIII, con la aparición de la producción artesanal, de la manufactura y
el comercio. Hay quien postula que la colonización seria la consecuencia de tal proceso y que su finalidad
seria la consecuencia de tal proceso, y que su finalidad seria, en parte, la búsqueda de nuevas salidas para
una producción que se habría convertido en excedente; otros afirman que al menos habría estimulado su
evolución. La consecuencia social de la revolución económica seria el nacimiento de una nueva clase,
formada por industriales y comerciantes enriquecidos, que seguidamente reclamarían la igualdad de
derechos políticos ante la vieja aristocracia terrateniente. Un signo del desarrollo de la producción y de los
intercambios seria la invención de la moneda, que había beneficiado a los ricos a la vez que agravaba las
dificultades del campesino humilde, al facilitar su endeudamiento. Los tiranos de los siglos VII-VI habrían
sido muchas veces los campeones de las nuevas clases sociales, gracias a los cuales habrían obtenido la
igualdad política frente a la antigua aristocracia.
No cabe duda de que la época arcaica conoció un desarrollo considerable del comercio y de la
artesanía.
A partir del siglo VII el comercio marítimo se convierte en una actividad propia: el emporos, en el
sentido de comerciante marítimo, hace su aparición, mientras que en Homero esta palabra no tenía aun su
significado técnico.
Es cierto que en la época arcaica nace un demos urbano basado en la actividad artesanal. En
general existen numerosos datos para pensar en una creciente prosperidad del mundo griego. Los restos
arqueológicos son mas ricos y variados que durante el periodo anterior. Se desarrolla la arquitectura, las
ofrendas en los santuarios dan testimonio de una nueva prosperidad y de los intercambios económicos con
el extranjero, entre las clases acomodadas se extiende el gusto por el lujo. Es posible que, en cierto modo,
contribuyera a ello el desarrollo de la artesanía y del comercio. Se conocen los casos de algunos
comerciantes con suerte que hicieron fortuna en la época arcaica: sin duda solo son casos excepcionales,
pero al menos ya era posible vivir de otra cosa que no fuera la tierra. Por lo demás, el desarrollo del
comercio debió contribuir indirectamente a la prosperidad de los estados, al permitirles conseguir ingresos
por medio de tasas sobre la actividad económica.
Las fuentes no hacen mención alguna a la llegada de una nueva clase social basada
económicamente en el comercio y la industria. Por lo que se sabe, las aristocracias de la época arcaica,
incluida la de los Baquíadas, son esencialmente aristocracias terratenientes y no aristocracias del dinero.
Solón quiso establecer unas clases censitarias para repartir el poder político, el único criterio de
riqueza que reconoció fue el proveniente de la producción agrícola, y por lo tanto, el de la propiedad de la
tierra. Con frecuencia las fuentes serán poco explicitas respecto al fondo socioeconómico de los conflictos
de la época.
Es erróneo extraer conclusiones de donde faltan datos precisos. Pero cada vez que las fuentes son
un poco mas explicitas, parece que los conflictos económicos, si es que los había, se relacionaban más o
menos estrechamente con la tierra.

Los Orígenes de la moneda


Usualmente se suponía que desde un principio la moneda había tenido la función económica de
patrón de valor que facilitara los intercambios. Así, la conclusión mas natural era que la invención de la
moneda hubiera tenido precisamente esa finalidad y que constituyera, un testimonio decisivo del desarrollo
de los intercambios en la época arcaica y de los comienzos de una economía monetaria.

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Aristóteles, quien conocía muy bien la explicación puramente económica de la invención de la
moneda, al parecer también guardaba, al menos el concepto de una explicación ética del papel q había
tenido. Sería conveniente volver a situar la moneda en el marco del desarrollo de las relaciones sociales y
de la definición de los valores, tendencia fundamental de la época arcaica, en la que se codifican y publican
leyes para acabar con la arbitrariedad en su interpretación. La vida de la comunidad ciudadana no se
concibe sin la existencia ni la aplicación de normas conocidas por todos; es en este aspecto donde debería
encuadrarse la invención de la moneda.
De la ausencia de denominaciones menudas en la acuñación que realizan numerosas ciudades se
deduce que la invención de la moneda no tuvo como finalidad la agilización del comercio local. A su vez, el
comercio de amplio radio no habría sido un factor importante en el momento de la creación de la moneda.
Esta regla tiene dos excepciones: Atenas y las ciudades de la costa tracia y de Macedonia. Puede
constatarse que sus monedas fueron ampliamente exportadas al extranjero, sobre todo a Levante y a
Egipto.
¿A qué responde la invención de la moneda?
Es primordial encartar el desarrollo de la conciencia cívica: en la historia de las ciudades griegas la
moneda prevalecerá siempre como un emblema cívico. Acuñar moneda con las armas de la ciudad
constituye una orgullosa proclamación de su independencia política. Cuando en el siglo V Atenas intente
prohibir las monedas de plata de sus aliados e imponerles las suyas, el significado quizás sea ante todo
político: se trataría de demostrar así el poderío de Atenas. La rápida expansión de la acuácion a lo largo del
siglo VI, fenómeno en su origen puramente griego, ha de ponerse en relación con el fenómeno social que
significa el desarrollo de las ciudades y de los sentimientos cívicos.

Aspectos agrarios de la crisis


Parece que, cuando se insinúan las causas económicas de las crisis de la época arcaica se vinculan
directa o indirectamente con la tierra, que será el eco principal de las reivindicaciones económicas de ese
momento, como posteriormente ocurrirá con otras en la historia de Grecia.
A partir del siglo VIII, numerosas regiones del mundo griego dan la impresión de haber sufrido una
superoblación que, desde luego, era mas relativa que absoluta, y que corrobora en si misma una
disminución en la tasa de mortalidad. Los inconvenientes que acarreara se vieron agravados por una
explotación insuficiente del suelo, una repartición desigual de las tierras, y la practica de la división del
patrimonio entre los herederos. Tales repartimientos desfavorecían a los pequeños propietarios, que no
podían dividir indefinidamente sus tierras sin verse reducidos a la miseria.
Hesíodo se lamenta de la rapacidad de la aristocracia de Tespias, reyes “devoradores de
presentes”, que emiten “sentencias torcidas” y violan la justicia por amor al lucro. El mundo que describe
este poeta campesino en la misma lengua que Homero, codificador de los trabajos del campo junto con las
genealogías divinas, este mundo de la “raza de hierro”, condenada al trabajo, es duro, complejo y
contradictorio, y resulta difícil distinguir en él lo que es descripción de la realidad y lo que es propuesta de
norma a los propietarios pequeños y medianos. El poeta no se dirige a un publico miserable cuando, por
ejemplo dice: “Manda a tus criados aventar el sagrado grano de Deméter cuando por primera vez aparezca
el forzudo Orión, en una era redonda y un lugar aireado. Con la medida distribúyelo bien en jarras; y a
continuación, una vez que hayas colocado ordenadamente todo el alimento dentro de casa, te aconsejo que
contrates un bracero sin casa y busques una sirvienta sin hijos: una sirvienta que es madre resulta molesta.
Cría un perro de afilados dientes y no le raciones la comida, no sea que alguna vez robe tu hacienda un
hombre de los que duermen de día. Procúrate forraje y achadura para que tus bueyes y mulos la tengan en
abundancia. Luego por fin, deja que los esclavos relajen sus piernas y suelta los bueyes.”
Hesiodo puede dar a su hermano este doble y contradictorio consejo: “Procura tener un solo hijo
para conservar intacto tu patrimonio; pues así la riqueza crecerá dentro de tu casa y ojala que te mueras
viejo si dejas otro hijo. Para muchos hijos Zeus podría conceder fácil mente una envidiable fortuna; a mas
hijos, mayor cuidado y también mayor rendimiento”
El testimonio de Solón, un siglo más tarde, es radicalmente distinto. No es que sea muy claro, a
pesar de contar con sus propios versos, o mejor dicho, las citas que han sobrevivido al paso del tiempo. La
época de Solón es la del comienzo de una guerra civil en la que él ejercerá de arbitro. Los Zeus y los
dioses prevalecen como los supremos árbitros invocados por Hesíodo, pero se han encarnado en las
instituciones de la ciudad de un modo que con el paso del tiempo nos parece bastante dramático. Suele
suponerse que el problema esencial era el del endeudamiento: la masa de atenienses se habría endeudado
de una forma u otra frente a los ricos, viéndose rebajada a la condición de hectémoro, es decir “aparceros
al sexto” obligados a entregar la sexta parte de su cosecha a sus prestamistas. En caso de insolvencia,
podían ser vendidos como esclavos, circunstancia que se producía en muchos casos: hasta Solón los
préstamos se hacían con garantía sobre las personas.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Por otro lado había una masa de atenienses cuyas deudas los habían llevado a la esclavitud. La
deuda y no la insolvencia posiblemente haya sido la causa directa de su esclavitud. Así lo hacen suponer
ciertos paralelismos extraídos de otras sociedades: Los campesinos humildes se colocaban bajo la
dependencia de los grandes propietarios para asegurarse la existencia, y estos últimos intentaban aumentar
de ese modo su mano de obra. La deuda o el préstamo, simplemente habría sido para ambas partes un
medio en la transacción y no un fin de si mismo.

Las distintas soluciones a la crisis: La Colonización


Una de las grandes características fundamentales de la época arcaica es la colonización, iniciada
hacia mediados del siglo VIII para prolongarse hasta finales del VI.
La colonización se halla vinculada a los problemas que padecía en aquella época el mundo griego.
Con frecuencia se ha discutido la colonización según la disyuntiva de si su finalidad era la búsqueda
de nuevas tierras o meramente comercial.
En primer lugar, es necesaria una distinción fundamental entre la colonia típica, la apoikia, fundada
con el objetivo de convertirse en una ciudad independiente y el asentamiento estrictamente comercial o
emporio, de los que se conocen varios ejemplos de época arcaica.
Los griegos de época clásica afirman, en principio, que la colonización tiene el efecto de actuar
como válvula de seguridad demográfica.
El objetivo fundamental de la empresa era la búsqueda de nuevas tierras en el extranjero.
Los emplazamientos de numerosas colonias fueron evidentemente elegidos en función de la calidad
del territorio circundante; así ocurre con las colonias de Sicilia y del sur de Italia. La búsqueda de nuevas
tierras fue la causa principal de la colonización arcaica. Sobre el régimen de propiedad del suelo instituido
en las nuevas colonias no se sabe mucho, pues las condiciones debieron variar de una colonia a otra.
Se ignora hasta que punto se consideraban igualitarios los repartos de tierras y en que medida se
consideraban inalienables las tierras repartidas. De todas formas, cualquiera que fuera la situación de
partida, pronto se empezaron a producir numerosas desigualdades.
Algunas colonias se implantaban con gran vigor e intentaban ensanchar su territorio a expensas de
los indígenas; otras, en cambio, alcanzaban rápidamente el límite de su expansión. Pero de todas maneras
las colonias agrarias controlaban un territorio mucho más importante que los asentamientos comerciales.
Las colonias típicas eran comunidades agrarias autónomas fundadas bajo la égida de una metrópoli
que nombraba al oikistes y también era la que procuraba lasa naves, técnicos, etc. Necesarios para fundar
la nueva colonia. La colonización testimonia la amplitud de las crisis de superoblación que afecto a gran
parte del mundo griego. Numerosas ciudades participaron, en mayor o menor medida, directamente en
ella. Otras lo hicieron indirectamente, pues queda bien atestiguado que aunque se promoviera una
fundación bajo la égida de una determinada ciudad, era frecuente que otras se añadieran a la empresa.
Entre estas colonias típicas hay que hacer una distinción suplementaria entre colonias
estrictamente autarquías, cuya existencia solo dependía de la explotación de su territorio por los propios
colonos, y las que recurrían total o parcialmente a la mano de obra bárbara, las poblaciones indígenas
sometidas a los griegos, tras su llegada y obligada a trabajar la tierra para ellos.
Este tipo de sometimiento de pueblos indígenas, representa una institución bastante arcaica, bien
distinta de la esclavitud mercancía clásica, institución que ya existía en algunas regiones del mundo griego
antes del comienzo de la colonización. En esta categoría hay que situar a los ilotas de Esparta, a los
Klarotai de creta, a los Woikitai de la Lócride oriental y a los Penestai de Tesalia. Tal vez también los
hubiera en otras partes.
Existe poca información acerca de la amplitud y el número de las colonias que utilizaban el trabajo
de los indígenas reducidos a la condición de dependientes.
Tales son las funciones agrarias típicas de la época arcaica pero la búsqueda de nuevas tierras no
fue objetivo único en las empresas marítimas de los griegos de esa época. Queda fuera de dudas que la
búsqueda de ciertas materias indispensables condujo a los griegos a establecerse en el extranjero para
comerciar con las poblaciones bárbaras: ya se ha visto como los héroes homéricos no menospreciaban el
viajar en persona para realizar algunos intercambios fundamentales. Parece probable que esos
asentamientos comerciales en ocasiones precedieron a la partida de la colonización propiamente dicha a
mediados del siglo VIII. La arqueología ha revelado un ejemplo de ello: se trata del establecimiento
semigriego y semilevantino de la desembocadura del Orontes, al norte de Siria, en el lugar llamado Al
Mina, donde la presencia griega quizá se remonte a finales del siglo IX. La cerámica hallada atestigua con
gran probabilidad que los griegos comerciaban en él: hasta finales del siglo VIII se trataba
mayoritariamente de eubeos de Calcis y Eritrea, que según parece, venían en busca de metales. Asimismo
serán los eubeos quienes funden un poco mas tarde las primeras colonias en occidente, en Ischia y
Cumas. Es posible que también fuera el comercio de metales con los etruscos uno de los objetivos de
dichos asentamientos; pero esta vez ya no eran colonias puramente comerciales, sino que Vivian del

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territorio que ocupaban y formaban comunidades cívicas autónomas, mientras que Al mina no parece que
fuera una autentica polis, sino simplemente un lugar de encuentro entre griegos y no griegos con la
finalidad de realizar intercambios.
Náuucratis constituye el caso mejor conocido de esta época de lo que Kart Polanyi llamó el port of
trade, asentamiento puramente económico, en el que se organizan y controlan los intercambios entre las
sociedades de diferente tipo económico. Lo que se sabe de Naucratis resulta instructivo: el asentamiento
griego dependía del Faraón, quien ejercía el control mediante una vigilancia estricta. Así, todo el comercio
entre Egipto y el mundo friego se canalizaba y controlaba por medio de este puerto. En Naucratis el barrio
griego se hallaba netamente separado del egipcio, y los matrimonios que unieran a griegos con egipcios
estaban propiamente prohibidos.

Reparto de Tierras y mejora de la condición de los campesinos


La emigración colonial fue una de las soluciones que se ofrecían para resolver el problema de
superoblación relativa en Grecia. Pero ¿Qué pasaba con todos los que se quedaban en sus patrias o no
podían marcharse? La tendencia general de la época es bien clara; con el desarrollo de la polis entra en
juego todo el sentimiento comunitario. La noción de ciudadano implica el desarrollo de nuevas aspiraciones
y de nuevas reivindicaciones y anteriormente se ha hecho alusión al papel de los legisladores y a la
codificación de las leyes. Igualmente durante el siglo VII, entra en la escena de la historia de Grecia el
papel del tirano. Las causas de la tiranía varían de un lugar a otro, pero lo mas frecuente es que tenga un
carácter antiaristocratico: se trata de eliminar las peleas de las facciones aristocráticas, de reprimir la
rapacidad y la ostentación aristócrata y de favorecer el acceso a la polis de las clases inferiores en las que
se apoya el tirano.
Los tiranos contribuyen a desarrollar el sentimiento ciudadano; tanto mas notable es el hecho de
que los tiranos se sitúen siempre mas o menos al margen de la ciudad; su poder es un poder de hecho,
que no puede inscribirse de manera aceptable en el marco de las instituciones de la ciudad: en cierto
modo, los tiranos se hallan al lado de la polis.
La reforma de Solón constituye, estrictamente hablando, un asunto entre atenienses, no tiene nada
que ver con los extranjeros que viven en Atenas, sean esclavos o no. La solución de Solón fue radical:
suprimió para siempre la condición de hectémoro, hizo volver a los atenienses que habían sido vendidos
como esclavos al extranjero, suprimió las deudas existentes y prohibió en adelante la obligación a pagar
con el propio cuerpo. Ya no había en Atenas más atenienses sometidos. Sin embargo Solón se guardo
mucho de redistribuir el suelo, a lo que se animaban anhelantes numerosos atenientes de las clases
inferiores: para él el reparto de tierras constituía una medida tiránica. Con frecuencia se ha atribuido a
Pisístrato el reparto de tierras al que Solón se había negado. Pero parece poco probable: mientras la
tradición sobre la tiranía resulta bastante rica, el silencio de las fuentes parece decisivo a este respecto.
Resulta dudoso que de haberse verificado un reparto de tierras en gran escala, este no hubiera dejado
huellas en la tradición.
¿Cómo puede explicarse la conocida importancia de la mediana y pequeña propiedad durante la época
clásica? Para ello ha de recurrirse a las hipótesis. Una de ellas seria que la liberación llevada a cabo por
Solón de los hektémoros y de los esclavos por deudas hubiera traído consigo su automática transformación
en pequeños propietarios libre: no era el reparto de tierras, que tantos reclamaban, pero ya era algo
considerable.
Subrayemos el alcance de las reformas en Solón. En ellas se proclamaba que ningún ateniense
volvería a ser esclavo en Atenas: allí no volverá a haber más población interna sometida. Atenas será en la
época clásica la ciudad en la que el ciudadano habrá visto un mayor desarrollo de sus derechos y su poder,
por encima de cualquier otra ciudad griega, pero al mismo tiempo será aquella en la que la esclavitud
mercancía tuvo su máxima difusión. En ello solo hay una coincidencia: por un lado el desarrollo de la
noción de ciudadano libre y la eliminación de la población sometida, encuadrado con el desarrollo de otro
tipo de servidumbre, el de la esclavitud mercancía importad del extranjero. Con todo, en el paso de la
época arcaica a los tiempos clásicos, sigue habiendo un denominador común: la necesidad de población
sometida.

Capitulo IV:
Esparta y las ciudades arcaicas
Tipología de los estados griegos

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Hay que hacer una primera distinción entre el ethnos y la polis, términos que pueden traducirse
por Estado sin centro urbano y Estado con centro urbano. Atenas es en este sentido un Estado polis,
perfectamente típico: su territorio engloba toda el ática, pero la ciudad de Atenas es su centro político.
Contrariamente en el Estado-ethnos vive una extensión más o menos grande diseminada por numerosas
aldeas. Los vínculos políticos que le unen podrán ser bastante laxos y con frecuencia el Estado no tendrá
más que una existencia un tanto desdibujada. Por lo general, será la extensión geográfica el factor que
decidirá su falta de centralización haciendo difícil su transformación en poleis autenticas con un único centro
urbano. El Estado ethnos representa un estado mucho mas atrasado respecto a la polis y es
cronológicamente anterior a ella. En efecto será en aquellas regiones en las que la polis tuvo un desarrollo
insignificante donde encontremos al tennos, es decir las regiones occidental y septentrional de Grecia,
regiones que no conocían la civilización micénica. En ellos la unidad de grupo pudo mantenerse, en
diferentes grados, durante mucho tiempo.
Podía incluso haber tensiones entre el ethnos unitario y las polis separatistas, como aconteció en
tesalia en la época clásica.
Se trata principalmente de los etolios y los aqueos, que van a desarrollar Estados federales, y sobre
todo de Macedonia, caso bastante singular, debido al hecho de la supervivencia en ella de una monarquía
hereditaria desde tiempos inmemoriales.
El estado moderno será siempre una polis, mientras que por el contrario el arcaico podrá ser o una
polis o un tennos. El criterio básico que distingue los Estados modernos de los tipos mas arcaicos es el
grado de claridad con el que se definen las nociones de ciudadano y de hombre libre por oposición al
esclavo. Las nociones son bien claras y las categorías intermedias están eliminadas. Por un lado están los
ciudadanos, que, salvo algunas excepciones, tienen todos la misma condición y por otro los extranjeros,
divididos en hombres libres y esclavos, sin que ni unos ni otros tengan participación alguna en la comunidad
política. Pero no todos los Estados griegos alcanzaron este estadio: en los Estados arcaicos las nociones
de ciudadano y de hombre libre quedan desdibujadas, las categorías están menos diferenciadas y la
existencia de grados intermedios entre ellos hace aun más imprecisos los límites. Tanto si se trata de poleis
como si son ethne, todas son en esencia comunidades rurales, que viven más o menos alejadas del mundo
exterior y de las grandes vías de comunicación, incluso voluntariamente xenófobas, como esparta. Los
extranjeros solo tienen en ellas un papel secundario, mientras que en Estados del tipo ateniense
constituyen uno de los elementos más característicos. Su lugar lo ocupa una población interna sometida,
sobre la que reina una aristocracia de guerreros sometida, sobre la que reina una aristocracia de guerreros
que la dirige.

Las principales categorías de población en Esparta


La población de Esparta se dividía principalmente en tres categorías: los ciudadanos espartanos de
pleno derecho, los periecos, comunidades de hombres libres sometidos a Esparta y los Ilitas, población libre
que pertenecía al Estado espartano. Estas tres categorías no se parecen en nada a las tres categorías
legales atenienses. Al contrario de Atenas, en Esparta se conoce una gran proliferación de las categorías
intermedias que terminan por oscurecer la nitidez de las divisiones entre las categorías principales: mas
adelante se vera como se diferencia en esto del tipo ateniense.

Los “Homoioi” (los iguales)


Situados en lo mas alto de la escala, se halla a los espartanos propiamente dichos, ciudadanos de
pleno derecho que fueron siempre una minoría de privilegiados en medio del resto de la población que los
sobrepasaba con mucho en cantidad.
Los espartanos representan el tipo mas extremado de contraactividad económica que se conozca
en el mundo griego. Les esta rigurosamente prohibida cualquier actividad económica; dependen para sus
necesidades económicas de las demás clases, de los periecos y sobre todo de los ilotas. Los espartanos
son dueños de la tierra: se reservaron las mejores, primero en Laconia y luego en Mesenia, pero no las
cultivan ellos. Para esta labor recurren al trabajo de los ilotas, vinculado a la tierra y obligados a pagar una
parte del producto a sus dueños.
El estado organiza sus vidas con este objetivo único, a saber, hacer de ellos unos soldados diestros
en el combate de grupo acostumbrados a la obediencia de sus jefes y mayores; los espartanos eran los
mejores especialistas del combate de hoplitas. Conscientemente se sacrifica e incluso se desprecia todo lo
demás para dejar sitio a esta única exigencia. El sistema espartano representa de hecho una reacción
contra la tradición del oikos: los valores familiares se ven combatidos y aplastados. La vida familiar se
reduce voluntariamente al mínimo. A la edad de 7 años el joven espartano es alejado de la familia y será el
Estado quien se encarga de su educación. Desde ese momento irá a vivir y a ejercitarse con los jóvenes de
su misma edad, agrupados en una serie de grupos de edades a las que se denomina con sendos nombres

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técnicos a fin de canalizar la lealtad del espartano a sus camaradas e inculcarles la obediencia a sus
mayores.
A los 20 años termina su educación y el joven espartano entra en la categoría de los hombres. En
este momento esta obligado a casarse, pero la ceremonia del matrimonio tiene un carácter triste y furtivo, y
no va a señalar el comienzo de una vida de familia normal, como ocurrirá en el resto de Grecia. Hasta los
30 años el espartano seguirá viviendo con sus compañeros, y solo visitara a su esposa en breves
intervalos. Incluso después de esa edad, el espartano continuara comiendo con sus compañeros; la
posesión de los plenos derechos cívicos depende de la posibilidad de contribuir a las syssitiai y de la
regularidad de su presencia. La vida de familia queda así desvalorizada de punta a cabo: su única finalidad
es la de producir ciudadanos vigorosos que se conviertan en buenos soldados. Con este fin exclusivamente
reproductor pueden darse serias divergencias con el principio de la monogamia respetado en todas las
demás regiones de Grecia.
Entre los espartanos el ideal era el de la igualdad, reflejada incluso en el nombre que se daban a si
mismos: los iguales. Se ejercitaban juntos, compartían la misma vida y la misma mesa y combatían en
común. Pero de hecho entre el ideal y la realidad hubo siempre cierta distancia, que no dejo d e
ensancharse hasta ser una de las causas primordiales de la decadencia de Esparta.
Entre los iguales había, dos personas automáticamente privilegiada, y dicha preferencia se debía
tan solo a su nacimiento y no a sus meritos personales. Por otro lado, es evidente que había una
aristocracia dentro del grupo de los iguales que sobrepasaba en riqueza e influencia existiera desde la
formación de la esparta clásica. La pertenencia al grupo de los iguales dependía de la posibilidad de aportar
regularmente la propia contribución a las syssitiai: si no se cumplía con esta obligación se descendía, según
parece, a una clase mas baja, la de los hypomeiones o inferiores, lo que significaba la perdida de los plenos
derechos de la ciudadanía. En general, el espíritu competitivo que animaba a los iguales y regulaba toda su
vida propiciaba la formación de elites, implicando al mismo tiempo la existencia de una mayoría menos
afortunada. De este modo se constituían las elites entre los iguales. Aparte de los inferiores, había también
los tresantes esto es los que habían temblado en la guerra y consecuentemente eran victimas del
ostracismo, perdiendo una parte de sus derechos cívicos. Queda claro que la igualdad de los espartanos
nunca fue mas que un ideal imposible y la realidad iría alejándose cada vez mas de el.

Los Periecos
Formaban pequeñas comunidades independientes sobre todo en Laconia, pero también en
Mesenia. A pesar de gozar de cierta autonomía local, estaban completamente subordinados al gobierno de
Esparta en lo concerniente a la guerra y cualquier aspecto de la política exterior. Estas comunidades
debieron ser reducidas por Esparta a la condición de dependientes en épocas muy antiguas.
Existía una profunda diferencia entre el Estado arcaico y el de tipo ateniense, es que aunque
carecían de voz en las decisiones de gobierno en Esparta, estos periecos formaban igualmente parte del
Estado. Por consiguiente, eran algo más que simples aliados o súbditos de Esparta. En efecto, la
designación oficial del Estado espartano no es “los espartanos”, como cabria esperar según la analogía del
Estado ateniense, sino los Lacedomononios, término que incluye expresamente a todos los periecos, que
en cierta medida eran ciudadanos de segunda. Pero al mismo tiempo que formaban parte del estado, los
periecos eran también ciudadanos cada uno de su propia comunidad. Así pues, se observa que la noción de
ciudadano en Esparta era mucho mas difusa que en Atenas.
Las pequeñas comunidades homogéneas de periecos poseían sus propias tierras. De nuevo en este punto
se encuentra una diferencia fundamental respecto a los metecos atenienses, de orígenes diversos y
totalmente privados del derecho a la propiedad de la tierra, privilegio exclusivo de los ciudadanos, y a
diferencia también de los Ilotas, los periecos tampoco pagaban rentas regulares a los ciudadanos
espartanos aunque cada uno de los reyes de Esparta detentaba el derecho a un temenos tomado de entre
las tierras cultivadas por los periecos. Estos eran reclutados regularmente para el ejército espartano. Hasta
las guerras médicas estuvieron en contingentes separados, pero luego, durante la guerra del Peloponeso,
se mezclan con los espartanos.
Aunque sirvieran en el ejército, los periecos no estaban obligados a la ética aristocrática y guerrera
de los espartanos. Se dedicaban a todas las actividades económicas a las que aquellos se negaban.
Cultivaban sus tierras y se dedicaban a la artesanía; Así pues, aun privados de poder político los periecos
gozaban de una situación relativamente envidiable: el sistema espartano les garantizaba una seguridad de
la que gozaron durante tanto tiempo pocos Estados griegos. Muy raramente y excepcionalmente se
encontraran entre ellos actitudes de desafecto a los espartanos. En general fueron uno de los elementos
básicos para la estabilidad de Esparta.

Los Ilotas

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Los griegos de la época clásica generalmente denominaban esclavos a los ilotas, incluso en los
textos oficiales.
Pero no hay que equivocarse: entre los esclavos de tipo ateniense, esclavos mercancía importados
del extranjero y comprados en el mercado y los grupos de ilotas existió una diferencia fundamental.
Efectivamente, fueron dos tipos de sometimiento muy diferentes, cada uno con su propia historia y un
origen bien distinto. Asimismo constituyen dos estadios de una misma evolución: la esclavitud de tipo
ateniense fue una institución más moderna, mientras que el ilotismo representa otra de tipo más arcaico.
Lo que caracteriza a los grupos de tipo Ílota por oposición a los esclavos de tipo ateniense es, ante
todo, su homogeneidad: todos son pueblos indígenas, que hablan la misma lengua, de quienes gusta decir
que fueron reducidos a la condición de dependientes por la conquista, acaecida a la llegad de los que luego
se convertirían en sus dueños y formarían una aristocracia guerrera.
Por el contrario, los esclavos de tipo ateniense, cuyo Orión fue muy variado, no pueden ser
designados con un nombre de conjunto: carecían de identidad común, mientras que los grupos de tipo ilota
en cierta medida la tuvieron. Como poblaciones homogéneas, estos grupos se reprodujeron en su propio
seno: los ilotas no se compraban en el mercado de esclavos, en tanto que el esclavo ateniense
normalmente era de importancia y se compraba como mercancía.
En Atenas, raramente se reclutaban esclavos para el servicio militar; los casos son muy poco
frecuentes y corresponden siempre a situaciones de emergencia. Por lo demás, cuando se recurre a los
esclavos para la guerra, se empieza por liberarlos. En Esparta, en cambio, es normal servirse de los ilotas
para la guerra; y la liberación se produce muchas veces después del periodo de servicio. En teoría, los
ilotas no forman parte del Estado: el termino “los lacedemonios” abarca a espartanos y periecos, pero
excluye a los ilotas.
La situación ateniense es bien distinta: el esclavo liberado deviene meteco, su condición personal
mejora, pero no le acerca al Estado ateniense. En Atenas, el meteco prescindiendo de las evidentes
ventajas de que gozaba, sigue siendo tan extraño a la comunidad política como el esclavo.
Las rebeliones ilotas subrayan a su vez las diferencias entre los dos tipos de población sometida. A
pesar del elevado número de esclavos atenienses, apenas hay autenticas rebeliones de esclavos en la
Atenas de la época clásica. La situación en esparta es completamente distinta: las rebeliones de ilotas
son un dato permanente de su historia. Estas rebeliones tuvieron su foco principal en Mesenia, pues a este
respecto se ha de distinguir entre dos grupos de ilotas, los de Laconia y los de Mesenia. Estos últimos
fueron conquistados en época relativamente reciente y mantendrán clara conciencia de su identidad de
origen, conciencia que los ilotas de laconia parece que habrían perdido.
El caso de las rebeliones de ilotas en Esparta es el mejor conocido, pero da toda la impresión de
ser un fenómeno típico en esta guerra de grupos.
Otra característica de los ilotas es que se halla atestiguado el empleo de pensestas y de
mariandinios para la guerra.
Es interesante extenderse un poco mas acerca de los matrimonios que no fueran estrictamente
entre espartanos, pues ilustran muy bien la diferencia entre las sociedades arcaicas y las modernas. En
Atenas, los únicos matrimonios conocidos legalmente son los que se realizan entre atenienses, de modo
que solo será ateniense el que descienda de padre y madre atenienses, mientras que antes bastaba con
que solo lo fuera el padre.
La situación es totalmente distinta en las sociedades arcaicas. Las leyes de gortina prevén la
eventualidad de matrimonios entre ambas categorías. En esparta las uniones entre Iguales e ilotas podían
tener como resultado hijos que poseyeran o pudieran reivindicar algún tipo de ciudadanía. Ya se ha hecho
alusión a la posibilidad del “poder femenino” en Esparta y en las sociedades arcaicas por la vía de las
uniones entre mujeres espartanas e ilotas, cuyos hijos reivindicaban el poder político. Un grupo especial en
Esparta era el constituido por los mothakes, de quienes no se conoce su composición exacta, debido a la
poca claridad que al respecto ofrecen las fuentes. Dicho grupo incluía tanto a esclavos nacidos en casa,
como a ilotas que participaban en la educación de los jóvenes espartanos, ejerciendo en cierta manera de
sustitutos de estos, a los que el estado otorgaba la libertad.

La originalidad de Esparta
No hay que perder de vista ciertas particularidades de Esparta que hacen de ella un estado único
en la historia de Grecia. Como el hecho de que sposeyera un territorio bastante superior extensión y
calidad al de los demás estados griegos, lo que le permitía materializar gradualmente el ideal de autarquía,
reduciendo al mínimo los contactos con el exterior.
Obsérvese asimismo una particularidad institucional como la doble realeza. Señalemos también el
hecho singular de que Esparta, si bien era considerada por los demás Estados griegos una polis y aunque
su historia se vincula a la de la polis en general, era atípica en relación con las demás poleis, dado que no
tenia un verdadero centro urbano mas de no existir fortificaciones, pues los únicos que habían de defender
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la ciudad eran los hombres, ni siquiera tenían una acrópolis fortificada, tal como se conoce en muchísimos
centro cívicos.
Los espartanos Vivian diseminados en cinco aldeas. Estudiados aisladamente, pocos son los
elementos de la sociedad espartana que carezcan de parangón en el resto del mundo griego: todo el
aspecto ritual y arcaico de Esparta – la existencia de las clases de edad y supervivencia de numeroso ritos
de pasaje como la crypteia, que resultan mas llamativos en Esparta que en los demás sitios-.
Lo que dio mayor originalidad a esparta y lo que constituyo el punto de arranque del espejismo
espartano, espejismo que ha tenido una larga historia desde la antigüedad hasta nuestros días, es la
manera en que se hallaban combinados entre si los diversos elementos de la sociedad espartana para
converger en una sola finalidad y como el Estado organizaba con toda conciencia la educación de los
iguales para inculcarles su propio ideal de virtud guerrera y obediencia. Nos encontramos ante el único
ejemplo de un Estado griego que se atribuye deliberadamente el papel de de educador de sus miembros,
por considerar que sin subordinarlos a un único fin no seria posible su supervivencia. El estado espartano,
militar pero en realidad no militarista no pretendía la victoria sobre los extranjeros y la conquista por la
fuerza, aunque estos móviles existieron en un estadio anterior de la historia de esparta.

Capítulo V:
La Atenas Clásica
Características del tipo Ateniense
Las características del estado ateniense son: eliminación completa de la población interna
sometida, y logro de una situación de igualdad jurídica y política de todos los ciudadanos. Exceptuando el
hecho de que ciertas magistraturas quedan reservada para la primera clase del censo, no hay diferentes
grados de participación en el Estado como ocurre en Esparta; En Atenas se es ciudadano y se participa
ecuánimemente en el Estado o no se es y por consiguiente se es extraño a la comunidad política, lo mismo
si se es libre que si se es esclavo.
En Atenas se ve claramente la separación entre las distintas categorías legales: la distinción entre
hombre libre y esclavo, lo mismo que entre ciudadano y no ciudadano, es bien nítida y quedan eliminadas
las categorías intermedias. A medida que desaparece la población interna sometida, va adquiriendo mayor
importancia el papel de los extranjeros, hallándose ambos procesos enlazados.
Por otro lado, mientras que la condición de los atenienses se igualaba y continuaban los avances
en el progreso hacia la democracia, el grupo de los ciudadanos se volvía totalmente exclusivo y cerrado
para los extranjeros. Hasta la ley de Pericles para llegar a ser ciudadano bastaba descender de padre
ateniense: existen varios casos de miembros de la aristocracia ateniense que tuvieron madre extranjera.
Estas alianzas “internacionales” entre familias aristocráticas son características de la época arcaica.
Después vino la ley de Pericles: a partir de ese momento solo serian ciudadanos los hijos nacidos de padre
y madre ciudadanos atenienses. Esta ley no fue aplicada con todo el rigor, pero se consideraba fundamental
el principio que implicaba: en efecto, una de las medidas de la restauración de la democracia fue reafirmar
la ley de Pericles en los mismos términos que antes.
La concesión del derecho de ciudadanía a extranjeros constituyo siempre y en principio un
privilegio, a veces otorgado a individuos y muy raramente a grupos; la actitud de la restauración de la
democracia es significativa: cabria esperar que Atenas dispensara con generosidad el derecho de
ciudadanía, en parte para recompensar a todos los metecos que habían luchado al lado de los demócratas
y en parte para reconstruir el cuerpo cívico tan debilitado tras la guerra del Peloponeso y la guerra civil de
404-403.
Constituían la población ateniense tres categorías legales: los ciudadanos, los metecos y los
esclavos.

Los ciudadanos
La única distinción económica autentica que separa a los ciudadanos de los no ciudadanos,
concierne a la propiedad del suelo: el derecho a adquirir, poseer y enajenar una finca en el ática es
privilegio exclusivo de los ciudadanos. Este vinculo con la tierra cultivada queda fuertemente señalado.
En el caso de que los no ciudadanos se vean favorecidos con este derecho, se tratara siempre de
un privilegio especial, de una excepción y nunca de una regla. Nadie en Atenas llegara a proponer la
abolición pura y simple de la restricción del derecho a la propiedad del suelo.

72
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Cualquier comunidad griega de la época clásica será una comunidad de propietarios agrícolas,
aunque paralelamente luego se desarrollen fortunas mobiliarias.
En la práctica este vínculo entre la tierra y el ciudadano tendrá varias consecuencias. Por un lado,
numerosos estados griegos permitían que los derechos cívicos dependieran de alguna manera de la
propiedad inmobiliaria. Atenas se distinguía de otros estados griegos en que los ciudadanos sin propiedad
inmobiliaria fueron admitidos a la plena participación en los derechos políticos.
El vínculo existente entre la tierra y el ciudadano podía actuar en sentido contrario: el ciudadano
quería ser terrateniente y su calidad de ciudadano le valía el titulo para el derecho a la propiedad de la
tierra. Como este era el único campo en el que había una clara distinción económica entre ciudadanos y no
ciudadanos, los primeros remitirán sus reivindicaciones económicas a temas que conciernan a la tierra:
como se ha podido observar en la época arcaica y volverá a constatarse en el siglo IV.
Siguiendo con este razonamiento, como Atenas era entonces la ciudad donde la artesanía y el
comercio habían alcanzado el mayor desarrollo de todo el mundo griego, resulta verosímil que en otras
ciudades la proporción de ciudadanos que participaran de la propiedad del suelo hubiera de ser aun más
elevada.
La elite intelectual y social de Atenas estará compuesta mayoritariamente por terratenientes, al
menos hasta la guerra del Peloponeso, cuando apunta a una nueva evolución. Hasta esa fecha la
aristocracia dirigente esta formada por los grandes terratenientes del ática.
Hasta el comienzo de la guerra del Peloponeso no s apunta cambio alguno y hasta entonces no se
vieron nuevos ricos, cuya fortuna no se debiera a la propiedad del suelo y que pretendieran conducir al
pueblo como lo habían hecho Pericles y sus predecesores.
El verdadero cambio consistió en el desarrollo de las fortunas mobiliarias, evolución que continuara
durante el siglo IV.
Se ha sostenido que la propiedad del suelo en el ática había sido inalienable hasta la guerra del
Peloponeso y que entonces desapareció la restricción debido a los disturbios causados por la guerra.
Expresada en términos extremos, la teoría no es aceptable. Resulta totalmente increíble que la tierra haya
permanecido en el ática literalmente inalienable durante siglos, incluso desde el primer asentamiento de los
griegos en el ática.
Es bien cierto que la guerra afecto al régimen inmobiliario en el ática, y la tierra es, desde luego,
perfectamente enajenable en el siglo IV, pero el hecho es que disponemos de fuentes mucho mas
numerosas en el siglo IV que antes. Sin embargo, no basta con decir que al tierra era enajenable:
enajenación no significa necesariamente comercialización, y veremos como en el siglo IV cuando la tierra
cambia de manos no es considerada un valor de compraventa. No se puede hablar de enajenación de la
tierra en abstracto: hay que definir las diferentes formas y las diversas condiciones en las que podía
realizarse la enajenación, situándola, siempre en el marco institucional, social y económico de la sociedad
en cuestión.

Los Metecos
Los metecos eran hombres libres, griegos y no griegos, domiciliados en Atenas o en el Ática.
Parece que, pasado un determinado plazo de permanencia, el extranjero de paso por Atenas debía
inscribirse obligatoriamente como meteco, si no, se le podía vender como esclavo; uno podía convertirse en
meteco automáticamente. Los metecos se hallaban sometidos a diversas obligaciones: tenían que pagar el
metoikion, sin duda no muy elevado, pero que simbolizaba su condición de inferioridad respecto a los
ciudadanos. Estos no pagaban impuesto alguno sobre las personas, solamente sobre los bienes, y esto ni
siquiera con regularidad. La falta de pago también importaba la venta como esclavo. Por lo demás, los
metecos quizá tuvieran que pagar ciertos impuestos sobre los extranjeros, similares a la tasa para tener
derecho a comerciar en el ágora. Sin embargo podía darse el caso que se concediera a un meteco la
isotelia, con lo cual se situaba al mismo nivel que los ciudadanos en todas las obligaciones financieras y le
dispensaba del metoikion. Ademas cada meteco tenia que procurarse un prostates, ciudadano ateniense
que se encargara de representarlo ante la justicia. Cual era el papel del prostates no es muy bien conocido;
puede que a lo largo del siglo IV, quedara más desdibujado, si bien desde el siglo V los extranjeros podían
recurrir a los tribunales sin el concurso de un próstatas. La sanción impuesta para quien no cumplía esta
obligación era de nuevo la venta como esclavo. Los metecos tenían asimismo que inscribirse y domiciliarse
en alguno de los demos del ática, pero no formaban parte de los demos con el mismo titulo que los
ciudadanos. La distinción queda bien clara en las inscripciones: los nombres de los ciudadanos van
seguidos del demótico, los de los metecos solo de la mención “domiciliado en tal demo”.
Finalmente, los metecos estaban obligados, a los mismos deberes financieros que los ciudadanos.
En el ejército servían en contingentes separados, pero generalmente no participaban de las expediciones
que se realizaban lejos del ática.

73
Aunque sus obligaciones no fueran particularmente onerosas, la condición de meteco padecía, sin
embargo, ciertas restricciones frente al ciudadano. El meteco no tenía ningún derecho político: no podía
tomar parte en la asamblea ni en el consejo, ni ejercer magistratura
Alguna. No existía ningún proceso automático de naturalización, ninguna epigamia con los ciudadanos y,
por lo tanto, no tenía ninguna esperanza de acceder a la condición de ciudadano. Aunque el meteco era
protegido por la ley, su personalidad jurídica era inferior a la de un ciudadano: así, el asesinato de un
meteco se asimilaba a un asesinato involuntario. Desde el punto de vista económico le afecta una limitación
mas grande, la incapacidad de adquirir tierras y casas en el ática, excepto por privilegio especial. Un
meteco no podrá contratar un préstamo con la garantía de las tierras.
Al estar excluidos del acceso a la propiedad inmueble, los metecos se vuelcan, consecuentemente
en la practica de cualquier actividad económica distinta de la agricultura, es decir, la artesanía, el comercio,
la actividad bancaria, etc. El mundo del dinero, se desarrolla junto al de la tierra y esos dos mundos
coexisten en dos planos diferentes sin fundirse nunca en uno solo.
Resulta difícil escribir una historia verdadera de los metecos atenienses anterior a las postrimerías
del siglo V, pues solo a partir de esa fecha y mayormente para el siglo IV se dispone de fuentes suficientes,
¿Por qué había todos esos extranjeros en Atenas y cabria añadir en tantas otras ciudades griegas?
No es exclusivo de ella y se ve atestiguado en otras muchas ciudades griegas. Ya sean filósofos,
hombres de Estado o simples particulares los que la den, la respuesta no ofrece dudas: la ciudad necesita
metecos, debido a todos los servicios económicos que le proporcionan, a causa de los ingresos que
reportan al estado sin costarle nada y debido a su utilidad en la marina y el ejercito.
Los filósofos admitirán la presencia de extranjeros en la ciudad, ya que estos son necesarios para
que su vida económica funciones, a pesar de que desconfíen, por principio, de las nefastas influencias que
podrían derivarse del contacto con el mundo exterior.
La presencia de los metecos no solo es tolerada, sino incluso incentivada activamente por el
estado. Aunque los metecos resultan indispensables para la vida económica de la ciudad, pese a todo no
forman realmente parte de la ciudad, puesto que se hallan excluidos de todos los derechos políticos. En
esta cuestión teoría y práctica coinciden: la polis de los ciudadanos no puede existir sin la presencia de
extranjeros.

Los Esclavos
Los esclavos carecen en teoría de cualquier derecho: son una propiedad de su dueño de la que
este puede disponer a su antojo. En la práctica, sin embargo, los esclavos gozaban de algunas
protecciones legales: no se podía maltratar ni quitar la vida de un esclavo impunemente. El esclavo no
obstante, carece de personalidad jurídica, excepto algunos grupos privilegiados, los esclavos en general no
pueden presentarse a los tribunales por su propia cuenta. Dependen directamente de su amo. Su testimonio
no se acepta, por lo general, más que bajo tortura.
Sobre las funciones que realizaban en Atenas los esclavos puede establecerse el principio de que
no había prácticamente ninguna actividad específicamente servil, y que los esclavos hacían lo mismo que
cualquier hombre libre de Atenas.
Los esclavos no tienen ningún derecho político; el esclavo ateniense a diferencia del ilota
espartano, normalmente no toma parte en la guerra. Fuera de estas excepciones, encontraremos esclavos
casi en todos los ramos de la actividad ateniense y haciendo el mismo trabajo que los hombres libres.
Solo el trabajo en las minas era considerado una actividad más bien propia de esclavos, debido a
las condiciones especialmente duras en que se realizaba, con que, a pesar de que encontremos a hombres
libres trabajando en ellas, no cabe duda de que la mano de obra servil los superaba ampliamente. Pero, por
lo general, no había prácticamente distinción real alguna entre el tipo de trabajo realizado. El hombre libre
trabajaba por su propia cuenta, mientras que la mayoría de los esclavos trabajaba por cuenta ajena. La
organización de la actividad artesanal ilustra bien los efectos de esta manera de ver las cosas.
El artesano libre querrá trabajar por cuenta propia por interés de seguir siendo independiente; las
empresas que empleen únicamente hombres libres serán siempre pequeños negocios familiares. Las
misma constatación puede hacerse para el trabajo en las minas; los prospectores libres trabajaran
aisladamente, mientras que los grupos que trabajen para otros estarán compuestos únicamente por
esclavos.

Las Categorías legales no se corresponden con las clases sociales


Las tres categorías legales se encuentran claramente definidas: cualquier movimiento, tanto en
sentido ascendente como descendente, se efectuara directamente de una categoría a otra sin pasar por
estadios intermedios. Todo ciudadano cuyos derechos civiles sean puestos en entredicho y declarados
ilegales, será degradado a la categoría de meteco. Un meteco que no cumpla con sus obligaciones podrá

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

ser vendido como esclavo. Por el contrario, el esclavo liberado tendrá una condición semejante a la de
meteco, y el privilegio mas alto al que se puede aspirar un meteco es la obtención de los derechos de
ciudadanía ateniense. Pero si bien las categorías están claras desde el punto de vista legal, no hay que
imaginarlas como tres clases sociales bien definidas.
De estas categorías legales, el grupo de los ciudadanos es, con mucha diferencia el más
homogéneo. Los ciudadanos forman más o menos una sola unidad: la gran mayoría de los ciudadanos es
indígena, y entre ellos solamente un pequeño grupo adquirirían el derecho de ciudadanía ateniense siendo
extranjeros. Esta homogeneidad étnica se habría visto reforzada por la ley de Pericles sobre la ciudadanía.
Pero socialmente los atenienses no forman una única clase. Las diferencias de fortuna son considerables:
en la cúspide una pequeña minoría muy rica, y en la base una mayoría pobre que no posee ninguna tierra
o muy escasa en cantidad de ella, sin que por lo demás sea posible trazar una idea más nítida entre ricos y
pobres.
La democracia no se apoyaba tan solo en los ciudadanos más pobres, como gustaban repetir su enemigos,
sino que gozaba asimismo de una fuerte adhesión por parte de las clases acomodadas que, por otro lado,
le proporcionaron la mayoría de sus jefes políticos a lo largo de su historia.
No existe una homogeneidad comparable en las otras dos categorías. Los orígenes de los metecos
resultan muy confusos. En el siglo V los metecos atenienses son por lo general griegos y la mayoría de las
veces vienen a establecerse en Atenas de manera más o menos permanente; en el plano social estos
metecos podían llegar a alcanzar un alto grado de asimilación de la comunidad. Cuando se establecen en
Atenas, mantiene su identidad de origen; ademas con mucha frecuencia estos metecos bárbaros no se
instalan en Atenas definitivamente. La categoría de los metecos conoció la mayor variedad étnica
imaginable.
¿Qué pensaban los ciudadanos de los petecos? En algunos autores se encuentran indicios de
hostilidad hacia ellos; se trata generalmente de fuentes de tendencias antidemocráticas y xenófobas que se
lamentan de la libertad concedida a los extranjeros y a los esclavos en Atenas. En los abogados del siglo IV
constataremos también a veces un toque de atención a la xenofobia de los jueces en procesos contra
metecos. Fuera de estos casos nadie ponia en tela de juicio la necesidad de los metecos para el
funcionamiento de la ciudad: incluso l pseudo-jenofonte la admite.
Como revela el pseudo-jenofonte, podía darse, en su época, una uniformización del pueblo bajo: en
Atenas llego a no distinguirse entre el ciudadano pobre, el meteco y el esclavo. La hostilidad hacia los
metecos que a veces se manifiesta que a veces se manifiesta se debe al sentimiento xenofóbico y a los
prejuicios sociales, no es debida a ningún tipo de rivalidad económica entre ciudadanos y metecos. Los
atenienses nunca tuvieron la sensación de que los metecos pudieran competir con ellos en ese terreno.
En su actitud respecto a la democracia ateniense los metecos no formaron un grupo distinto, ni
siquiera antagonista, del de los ciudadanos, con un programa propio y unas reivindicaciones personales. A
pesar de que hubo algunos metecos comprometidos en el asunto de los Hermes de 415, es evidente que
una gran parte de ellos no deseaba un derrocamiento de la democracia ni una revolución política.
La mayoría de los metecos aceptaban simplemente el estado de las cosas existente’ que les
permitía prosperar en paz y beneficiarse del poderío y la riqueza de Atenas.
Puede hacerse una serie de puntualizaciones parecidas acerca de los esclavos atenienses. No
tienen ninguna unidad de origen: los frigios y los tracios son bastante numerosos.
Entre los esclavos atenienses había griegos, pero en realidad predominaban los bárbaros, sobre
todo en el siglo IV, al igual que entre los metecos. Como ocurría con estos, es una categoría social en la que
existían grandes diferencias. Algunos gozaban de una situación casi privilegiada, como los esclavos
públicos o los esclavos que vivían aparte, que de hecho casi eran libres y cuya situación no difería mucho
de la de los pequeños artesanos libres. Los esclavos domésticos podían esperar ser liberados a más o
menos largo plazo; por el contrario la suerte de los que trabajaban en las minas del Laurion, en condiciones
lamentables, era totalmente miserable, sin que se les ofreciera ninguna esperanza de libertad. Dadas todas
estas diferencias de situación y de origen, resultaría fácilmente comprensible por que a pesar del número
elevado de sus esclavos, Atenas nunca conoció rebeliones de esclavos, a diferencia de Esparta y de los
Estados arcaicos donde las rebeliones de ilotas estaban a la orden del día. Los esclavos atenienses no
formaban una clase social y al igual que los metecos, los ciudadanos no les consideraron como potenciales
competidores en la actividad económica. Se ha dicho con frecuencia que el incremento de la oferta del
trabajo servil agravo la situación de los ciudadanos pobres y produjo una competitiva tensión entre ellos y
los esclavos.
Sobre todos no se trata de una competencia general entre el trabajo libre y el servil, y en cualquier
caso, Jenofonte refuta la objeción después de haberla planteado. No parece que el ciudadano pobre
hubiera visto en el esclavo un posible rival, por el contrario, lo considera como un “compañero de trabajo”.
Los esclavos estaban para completar, y en el mejor de los casos, reemplazar, el trabajo de los hombres
libres: entre ambos grupos no había una autentica competencia económica. Las inscripciones sobre las
construcciones de templos resumen muy bien esta falta de competitividad económica, entre las distintas
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categorías legales: en ellas se encuentra a ciudadanos; metecos y esclavos que trabajan juntos en la
misma obra, realizando las mismas tarea y recibiendo el mismo salario.

La eficacia económica del tipo ateniense


Las diferencias sociales y económicas del Estado de corte “moderno” respecto del estado de corte “arcaico”
son muy considerables, pero ¿en que medida intento y logro el estado de corte moderno aportar una eficacia
económica mayor que su rival?
Es muy evidente que en Atenas hallamos un estado de corte y de espíritu muy diferente al de esparta en lo
concerniente a la actividad económica en general. Se combatieron eficazmente una serie de juicios aristocráticos en
contra del trabajo. Existía en Atenas una ley atribuida a Solón contra el ocio, conminando a los ciudadanos a enseñar a
sus hijos un oficio. Otra ley prohibía reprochar a otro su pobreza o el oficio que ejercía. Así, el ejercicio de la artesanía
no impedía a los ciudadanos disfrutar de los derechos políticos y se podían encontrar en la asamblea muchos
ciudadanos artesanos, tenderos, trabajadores y comerciantes. En Atenas el ciudadano ya no estaba obligado a ser
propietario de tierras: aunque la mayoría de los atenienses poseía de hecho alguna finca, se había realizado ya una
innovación de principio. Se constata en la literatura ateniense del siglo V cierta evolución en las ideas: los juicios
tradicionales sobre la riqueza y la pobreza y las cualidades morales que se consideraban vinculadas a ellas, a veces
son cuestionadas.
En la Atenas del siglo V, la técnica no solo es aceptada, sino incluso, en cierta medida honrada: para los
atenienses, lo mismo que para sus adversarios. Atenas era la ciudad de la techne por excelencia. Este nuevo estado
del espíritu influyó en la evolución económica de la ciudad: Atenas durante el siglo V es la ciudad griega mas
desarrollada, desde el punto de vista económico y el verdadero centro comercial.
Por un lado puede hacerse notar que la legislación que favorecía el trabajo y la actividad económica no
hubiera sido necesaria si no hubieran existido atenienses hostiles a ellos. Y sin embargo se encuentran algunos indicios
que hacen pensar que estos sentimientos se seguían expresando libremente a pesar de las leyes: recordemos los
sarcasmos de los poetas cómicos de la mitad del siglo V contra los vulgares demagogos, culpables de ejercer oficios
tan innobles como los de curtidor, vendedor de lámparas o fabricante de liras.
La ley sobre el ocio no se refería a este como tal, sino solo al ocio de los pobres que no hacían nada para
ganarse la vida y se daban a la mendicidad: el ocio de las clases acomodadas que no tenían que trabajar para vivir
seguía siendo envidiable y digno de consideración. En cuanto a la valoración de la techne, podemos constatar que no
se extendía por igual a todos los campos y aspectos de la técnica; la techne que celebran corintios y atenienses en
Tulcídides es la militar y la política. Los grandes maestros de la techne, los sofistas, se limitan de hecho a ciertas
technai, especialmente la retórica y la política. Lo que les interesa es el arte de actuar sobre los hombres, no sobre la
materia. Para ello la techne del artesano no accede al rango de un verdadero saber, de modo que los sofistas la
desatenderán.
Durante la época clásica no vemos ninguna renovación de las técnicas, que hubiera podido acompañar el
nacimiento de una nueva mentalidad.
La urbanización comportaba cierta división del trabajo, pero desde el punto de vista psicológico esta división
reforzaba la dependencia del trabajador con respecto a los demás; el único que mantenía más o menos su autonomía
personal era el agricultor.
La aportación de Atenas en el terreno económico fue mas limitada de lo que hubiera podido creerse, resultado
esencialmente negativa. Consistió en combatir algunas actitudes hostiles a la actividad económica y esto, sin éxito
completo.
Existían hermandades que agrupaban a todos los miembros de una misma profesión, como ocurrirá luego en
las ciudades medievales. Atenas no intento crear todo un nuevo sistema de valores, entre los cuales habría habido
opción a la actividad económica, con el que sustituir a los aristocráticos. Los verdaderos valores de Atenas no se
referían a la técnica o a la actividad económica, sino que se situaban en otros terrenos.

Solón: liberación de la tierra y de los hombres


La Atenas solónica veía como se planteaban dramáticamente dos problemas capitales: el de la
tierra y el de la situación de dependencia, y otros maniatados por los préstamos que no podían devolver se
veían reducidos con sus mujeres e hijo a la esclavitud, en la propia Atenas o en el extranjero. Según narra
Aristóteles el conflicto duro mucho tiempo. El arcontado de Solón no debió solventar totalmente la situación,
ya que la tradición antigua griega afirma unánimemente que Solón no solucionó más que el problema de los
hombres, mientras que el de la tierra solo lo arregló metafóricamente, o al menos parcialmente, al arrancar
los mojones que señalaban las deudas adquiridas por los hombres. Estos, aliviados por la supresión de las
deudas, se vieron también liberados por la doble abolición sobre la que en esencia se basaba la reforma de
Solón: supresión de la condición social y jurídica del campesino y supresión del embargo de los hombres, o
con mayor exactitud de los atenienses.
Excepcionalmente la tradición empieza con el propio Solón. Los versos de Solón no revelan por que
los campesinos del ática encontraron de pronto la fuerza necesaria para amenazar con la ruina a la polis
aristocrática, ni por que el noble Solón logro convencer al resto de sus compañeros de clase en numero
suficiente como para implantar su arbitraje, pero al menos exponen con la mayor claridad la ideología de
una polis, arbitro supremo en los conflictos entre ciudadanos, ideología cuyas consecuencias aun pueden
percibirse hoy día.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Rechazo al reparto de Tierras


Los que vinieron a hacer rapiña tenían una gran esperanza y cada uno de ellos creía que lograría
muchas riquezas y que yo después de mis palabras moderadas, descubriría ya mis planes de violencia.
Frívolas esperanzas se hicieron entonces y ahora, irritados conmigo, me miran todos de través como a un
enemigo, sin tener derecho a ello, pues mis promesas las cumplí, con ayuda de los dioses, y fuera de ellas
no cometí locuras ni me place obrar por medio de la violencia de la tiranía, ni que los buenos posean igual
porción de nuestra fértil tierra patria que los malvados.
Solón, Fragmento 23 citado por
Aristóteles, constitución de los atenienses.

La abolición de las deudas y de la dependencia rural


Mas yo, para cuantas cosas reuní al pueblo, ¿de quien desistí antes de lograrlas? Podría poner
como testimonio de esto en el tribunal del tiempo a la gran madre de los dioses olímpicos, la excelente, la
Tierra negra de la cual antaño yo arranque los mojones en muchas partes ahincados. A Atenas devolví
muchos hombres que habían sido vendidos, sea justa o injustamente, ya otros que se exiliaron por su
apremiante pobreza; de haber rodado por tantos sitio, ya no hablaban el dialecto ático. A otros, que aquí
mismo sufrían humillante esclavitud, temblando ante el semblante de los amos los hice libres.
Juntando la fuerza y la justicia tomo estas medidas y llego hasta el final, como lo había prometido.
Por otro lado escribió leyes, tanto para el hombre del pueblo como para el rico, reglamentando para ambos
una recta justicia. Un malvado ambicioso que hubiere tomado en sus manos el aguijón, no habría contenido
al pueblo en sus limites; pues de haber claudicado ante las peticiones de los rebeldes, o bien lo que
planeaban contra estos lo del otro bando, Atenas hubiera enviudado de muchos ciudadanos.

Solón y los artesanos


La actitud de Solón ante el problema de la tierra es verificada por testimonios directos, aunque no
tan precisos como seria de desear. No ocurre lo mismo con su legislación, o mas bien la incitación que se le
de a la agricultura, para dirigirlos a la artesanía o el comercio; no figura ni en los poemas de Solón, ni
siquiera en el relato de Aristóteles.
Este ultimo afirma que después de Solón, se realizo un reparto de poder entre cinco arcontes
Eupártidas, tres del campo y dos artesanos, pero esta indicación se presume, y con razón, bastante
sospechosa.
Es probable que la reforma soloniana abriera al campesinado liberado la vía hacia la artesanía,
pues las pequeñas dimensiones y la mediocridad de sus tierras lo mantenían bajo la amenaza de recaer en
las mismas dificultades.
“La mayor parte del terreno era ingrato y estéril y la gente de mar nada solía aportar a quienes nada
tenían que darles a cambio, inclinó a los ciudadanos al ejercicio de las artes, y promulgó una ley según la
cual el hijo al que no se hubiera enseñado un oficio no estuviese obligado a alimentar a su padre.
Solón acomodando antes las leyes a las cosas que éstas a las leyes, como observase que por su
calidad el territorio apenas bastaba para proveer lo necesario a sus cultivadores, lejos de que pudiese
mantener a una muchedumbre ociosa y desocupada, concedió estimación a las artes y encargó el
Areópago que velase sobre el modo con que cada uno ganaba su vida y castigara a los holgazanes.”
Plutarco, Solón XXII

Los Tiranos grandes y pequeños


El tirano, la mayoría de las veces llevado al poder por el demos, se enfrenta al poder político de los
nobles y los ricos y resuelve en parte las dificultades económicas y sociales que precisamente provocaron
su aparición. Pero el problema político sigue intacto, el demos es utilizado por la fuerza física que
representa, pero se le mantiene al margen de cualquier actividad propiamente política. Este doble aspecto
de la tiranía lo evoca la saga que se formara en torno a las figuras de ciertos tiranos.

Pisístrato y los campesinos


Pisístrato gobernaba los asuntos de la ciudad moderadamente y mas como ciudadano que como
tirano. En general, era humano, suave e indulgente con los que le faltaban, y, ademas, a los pobres les
prestaba dinero para sus trabajos, de manera que pudieran sostenerse cultivando la tierra. Hacia esto por
dos motivos, para que no pasaran el tiempo en la ciudad, sino que permanecieran dispersos por el campo, y
para que, disfrutando de una prosperidad moderada y dedicados a sus cosas, no desearan ni tuvieran
tiempo de ocuparse de los comunes. Ademas consiguió que sus rentas se incrementaran al intensificarse el
77
cultivo de la tierra. Por esta razón también estableció los jueces por demos, y él mismo salía muchas veces
al campo a inspeccionar y conciliar a los que estaban en discordia, para que no descuidasen sus trabajos
por bajar a la ciudad.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Jean Pierre Vernant: “Los Orígenes del pensamiento


Griego”
Capitulo 4:
El universo espiritual de la polis
La aparición de la polis constituye en la historia del pensamiento griego un acontecimiento decisivo.
Por ella la vida social y las relaciones entre los hombres adquieren una forma nueva y original.
El sistema de la polis implica sobre todo una extraordinaria preeminencia de la palabra sobre todos
los otros instrumentos de poder. Esta es la que permite la discusión, el debate y la argumentación. Todas
las cuestiones de interés general están sometidas a la oratoria y deberán solucionarse al término de un
debate. El arte político es, en lo esencial, un ejercicio del lenguaje, que permiten la victoria en las luchas de
la asamblea y el tribunal.
Un segundo rasgo de la polis es el carácter de plena publicidad que se da a las manifestaciones de
la vida social. Se distingue un sector de interés común contrapuesto a los asuntos privados; practicas
abiertas establecidas a plena luz del día en contraposición a procedimientos secretos. La palabra permite el
conocimiento de los valores que con las técnicas mentales son llevados a la plaza pública y sometidos a la
critica. La comunidad es la que constantemente supervisa el juego intelectual de la palabra.
En el terreno de la religión se desarrollan asociaciones basadas en el secreto, paralelas al culto
público, con ceremonias de iniciación que tiene la finalidad de seleccionar una minoría de elegidos. Esto es
una forma de salvación personal que aspira a transformar el individuo. Las enseñanzas de los sabios
pretenden transformar al hombre desde adentro y elevarlo a una condición superior.
Surgen así la Sofía y la Filosofía que actúan como una senda de investigación a través de las
técnicas de la discusión y la argumentación pretenden elevar al hombre.
Los filósofos podrán integrarse plenamente en la vida pública y se presentaran como una
preparación para el ejercicio del poder en la ciudad, en el caso de los sofistas estos lo harán cobrándolo.
El filosofo oscilara entre dos posiciones: se presentara como un sabio, único calificado para dirigir el
estado, y otras veces se retirara al mundo privado agrupando a su alrededor a unos cuantos discípulos,
renunciando a la vida publica, buscando su salvación en el conocimiento y en la contemplación.
Los que componen la ciudad y que participan en ellas serán definidos como Homoioi (semejantes) y
mas adelante como Isoi (iguales). Posteriormente aparecerá un nuevo concepto, el de la isonomía, que es
la participación de todos los individuos por igual en el reino de la ciudad.
En el plano institucional servirá para inspirar reformas como las de Clístenes. Los términos de
Isonomía e isocratía se contraponen al de monarkía y tyranía, regímenes oligárquicos en el que la arqué o
el gobierno de la ciudad se reserva para un pequeño grupo, con exclusión de la masa.
En la polis el estado de soldado coincide con el de ciudadano. La democratización de la función
militar implica una renovación completa de la ética del guerrero. El héroe homérico, el buen conductor de
carros ya no tiene nada en común con el hoplita, pesadamente armado, que combate en fila y en formación
cerrada. El valor militar se afirmaba en forma de una aristeia, de una superioridad enteramente personal. La
audacia le permitía al guerrero realizar acciones brillantes, donde hay un pleno dominio de sí, una gran
sangre fría que le permite someterse a una disciplina. La falange hace al hoplita como la ciudad es para el
ciudadano. Ambas son complementarias.
En todos los planos de la vida social se rechazan las conductas tradicionales de la aristocracia
tendiente a exaltar el prestigio y a reforzar el poder de los individuos y de los Géne, se condenan la riqueza,
el lujo en el vestir, las manifestaciones excesivas de dolor y el comportamiento llamativo de las mujeres.
Todas estas practicas son en adelante rechazadas porque acusan desigualdades sociales, porque provocan
envidia y porque dividen la ciudad. Lo que se valora es un ideal austero de vida, que hace desaparecer las
diferencias entre los individuos, ya que los aproxima los unos a los otros, los trata de unir en una sola
familia.
En esparta fue el factor militar, la que amalgamó su espíritu. Esta ciudad se repliega sobre si misma
y se dedica a actividades que la consagran eternamente a la guerra. No solo repudia la ostentación de la
riqueza, sino que también se cierra al intercambio con el extranjero.
El régimen en Esparta con su doble monarquía, la apella, los eforoi y la gerusía logra un equilibrio
entre elementos sociales que representan funciones opuestas. Una entidad controla la otra y se convierte
en su límite. En esparta la sociedad no es una pirámide cuya cúspide ocupa el rey. El orden social no

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aparece. El orden es anterior a la relación del poder. El corazón de su vida es la guerra, aquí la palabra no
es una herramienta política, ni tampoco la discusión ni la argumentación ni la refutación ni la persuasión. El
poder y el temor es lo que doblega a todos los ciudadanos a la obediencia. Se jactan de discursos breves y
concretos.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

B) Roma: Lo Público y lo Privado en la


Producción Jurídica del Mundo Romano

Perry Anderson: “Transiciones de la Antigüedad al


Feudalismo”

Primera Parte:
La Antigüedad Clásica.

4. Roma
La evolución constitucional de la ciudad conservó el poder político aristocrático hasta la misma fase
clásica de su civilización urbana.
Roma nunca conoció las sacudidas del gobierno de los tiranos. Una nobleza hereditaria mantuvo
intacto su poder por medio de una constitución civil extremadamente compleja que sufrió importantes
modificaciones populares en el transcurso de una prolongada y feroz lucha social dentro de la ciudad, pero
que nunca fue abrogada ni sustituida. La república estuvo dominada por el Senado, que estuvo controlado
durante los primeros siglos de su existencia por un pequeño grupo de clanes patricios. La pertenencia al
senado era vitalicia. Los magistrados anuales eran elegidos por las asambleas del pueblo, que comprendían
a todos los ciudadanos de roma, aunque organizados en unidades “centuriadas” de peso desigual para
garantizar una mayoría de las clases poseedoras. Los consulados eran los cargos ejecutivos supremos del
estado y estuvieron legalmente monopolizados por el orden cerrado de los patricios.
Los plebeyos recién enriquecidos obligaron a la nobleza “patricia” a concederles el acceso a uno de
los dos consulados anuales.
Este cambio lento condujo a una ampliación en la composición del mismo senado. El resultado de
ello fue la formación social de una amplia nobleza que incluía tanto a familias “patricias” como a “plebeyas” y
no el derrocamiento del sistema de gobierno aristocrático.
En la república tuvo lugar una lucha de las clases más pobres para conseguir mayores derechos
dentro de ella.
La presión de estas clases desembocó en la creación del tribunado de la plebe, representación
corporativa de las masas populares de los ciudadanos. Los tribunos eran elegidos todos los años por una
asamblea de “Tribus” que, a diferencia de la asamblea “centuriada” fue en principio genuinamente
igualitaria.
El tribunado formaba un organismo ejecutivo secundario y paralelo, destinado a proteger a los
pobres contra la opresión de los ricos. Finalmente a principios del siglo III, las asambleas tribales que
elegían a los tribunos obtuvieron derechos legislativos, y los mismos tribunos consiguieron el derecho
nominal del veto sobre los actos de los cónsules y decretos del senado.
El tribunado y la asamblea tribal se añadieron simplemente a las instituciones centrales ya
existentes del senado, los consulados y la asamblea centuriada.
Los tribunos, que normalmente eran hombres de considerable fortuna, se convertían así durante
largos períodos en instrumentos dóciles del Senado.
El tribunado y la asamblea tribal se añadieron simplemente a las instituciones centrales ya
existentes del Senado, los consulados y la asamblea centuriada.
Los tribunos, que normalmente eran hombres de considerable fortuna, se convertían así durante
largos período en instrumentos dóciles del Senado.
La República romana mantuvo, pues, el dominio oligárquico tradicional, por medio de una compleja
constitución, hasta la época clásica de su historia.

81
La nobleza patricia había luchado desde muy pronto para concentrar en sus manos la propiedad de
la tierra.
La tendencia a reducir al campesinado por medio de la servidumbre por deudas, a la condición de
arrendatarios dependientes fue detenida, aunque persistiera el problema de las deudas, pero no lo fue la
expropiación del ager publicus ni la depresión de los pequeños y medianos agricultores. Para estabilizar la
propiedad rural de los ciudadanos ordinarios de Roma no se produjo ninguna insurrección económica o
política.
En la república romana nunca tuvo lugar una reforma agraria duradera o sustancial.
La creciente monopolización de la tierra por la aristocracia se tradujo en un continuo descenso del
número de assidui y en un inexorable aumento en la extensión de la clase de los proletarii. El
expansionismo militar de Roma también tendió a reducir las filas de los assidui.
A consecuencia de todo esto, a hacia finales del siglo III a.c. los proletarii ya constituían
probablemente la mayoría absoluta de los ciudadanos y fue preciso llamarlos para contener la amenaza de
la invasión de Italia por Aníbal.
Mientras el campo se llenaba de grandes dominios nobiliarios, la ciudad se poblaba de una masa
proletarizada, desprovista de tierras o de cualquier otra propiedad. Esta amplia y desesperada subclase,
una vez completamente urbanizada perdió toda voluntad de retornar a la condición de pequeño propietario y
pudo ser manipulada con frecuencia por las camarillas aristocráticas contra los proyectos de reforma agraria
apoyados por los agricultores assidui.
Para la oligarquía senatorial que controlaba la República era preferible un proletariado pasivo y
consumista a un campesino recalcitrante y productivo.
Roma exigió a sus aliados soldados para sus ejércitos y no dinero para su tesoro, fue capaz de
conseguir que estos aliados se integraran en su propio sistema político de una forma a la que nunca pudo
aspirar ninguna ciudad griega.
Lo que permitió este hecho fue la peculiar estructura social de Roma.
La constitución romana no era sólo formalmente oligárquica, sino que su contenido era mucho más
profundamente aristocrático. Las ciudades italianas se rebelaron finalmente contra Roma. El objetivo de su
guerra fue un estado peninsular italiano con una capital y un senado. En consciente imitación del orden
unitario romano y no una vuelta a las dispersas independencias municipales.
La república romana fue la primera que unió a la gran propiedad agraria el trabajo de esclavos en el
campo a gran escala.
Roma quedó sistematizada por una aristocracia urbana que gozaba ya del dominio social y
económico de la ciudad. El resultado de ello fue la nueva institución rural del gran latifundio esclavista. La
mano de obra utilizada en estas enormes propiedades que surgieron a partir de finales del siglo III fue
suministrada por la espectacular serie de campañas que dieron a Roma el dominio del mundo mediterráneo.
La continua situación de guerra entrañaba una movilización sin fin. Los assidui, llamados años tras
año a la legión. Caían a millares bajo sus banderas mientras los supervivientes eran incapaces de conservar
sus tierras, absorbidas de forma creciente por la nobleza.
Las guerras victoriosas proporcionaban más esclavos para enviar a las ciudades y fincas de Italia.
El resultado final fue la aparición de unas propiedades agrarias, de una inmensidad hasta entonces
desconocida, cultivadas por esclavos.
Los latifundios no formaban necesaria e invariablemente bloques compactos de tierras cultivados
como unidades singulares.
El militarismo depredador de la República romana fue su principal palanca de acumulación
económica. La guerra aportó tierras, tributos y esclavos; los esclavos, los tributos y las tierras
proporcionaban el material para la guerra.
El poderío de Roma integró el Mediterráneo occidental y a su hinterland del norte en el mundo
clásico. Esta fue la decisiva realización de la República que, a diferencia de sus cautelas diplomáticas en
oriente, dirigió desde el principio su fuerza anexionista fundamentalmente hacia occidente.
La expansión colonial romana en el mediterráneo occidental tuvo un contexto y un carácter
básicamente distinto.
En esta época fue cuando se registro probablemente el mayor avance de la antigüedad clásica en el
ámbito de la tecnología agraria: el descubrimiento del molino giratorio para moler el grano. El éxito en la
organización de la producción agrícola a gran escala por mano de obra esclava fue la condición previa de la
conquista y colonización permanentes de los grandes hinterlands del oeste y el norte.
La misma creación de una economía rural y esclavista dependía de la implantación de una próspera
red de ciudades que representaran los puntos terminales de sus excedentes y su principio estructural de
articulación y control.
Roma se percató de las enormes riquezas que estaban disponibles en oriente. Pero los regímenes
republicanos administraron generalmente las rentables provincias asiáticas, que sus generales arrebataban
ahora a sus soberanos helenísticos, con un mínimo de cambio social o interferencia política, declarando
82
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

haberlas liberado de sus déspotas y contentándose con los exuberantes ingresos fiscales de la región. En el
mediterráneo oriental no se introdujo la esclavitud agraria a gran escala y los numerosos prisioneros de
guerra hechos esclavos eran embarcados hacia occidente para ser empleados en la misma Italia.
El derecho civil romano apareció en toda su unidad y singularidad. El sistema legal romano se
preocupó esencialmente de regular las relaciones informales de contrato e intercambio entre ciudadanos
privados. Su orientación fundamental se basaba en las transacciones económicas y en sus concomitantes
de tipo familiar, matrimonial o testamentario.
Lo que constituyó el terreno peculiar de su notable avance no fue el derecho público o criminal sino
el derecho civil que regía los pleitos sobre la propiedad entre las partes en litigio. El desarrollo de una teoría
legal de carácter general era completamente nuevo en la antigüedad. Ese desarrollo fue una creación de
juristas especializados y aristocráticos que permanecían al margen del proceso de litigación y aportaban
opiniones sobre cuestiones de principio legal más que de asuntos de hecho a la judicatura que veía los
casos reales.
El desarrollo económico del intercambio mercantil encontró su reflejo jurídico a finales de la
República en la creación de un derecho comercial sin precedentes. La decisiva y gran hazaña del nuevo
derecho romano fue, su descubrimiento del concepto de propiedad absoluta. Ningún sistema legal anterior
había conocido nunca la noción de una propiedad privada sin restricciones.
La civilización romana fue la primera en separar el color puro de la propiedad del espectro
económico de la posesión opaca e indeterminada que la había precedido.
La República había conquistado para Roma un imperio, pero sus propias victorias la hicieron
anacrónica. La oligarquía de una sola ciudad no podía mantener unido al mediterráneo en un solo sistema
político. El ultimo siglo de conquistas republicanas fue acompañado de vertiginosas tensiones sociales
dentro de la propia sociedad romana. La agitación campesina en demanda de tierras reaparecía ahora
dentro del propio ejército. La aristocracia senatorial se había beneficiado enormemente del saqueo
financiero del mediterráneo, pero no tuvo ninguna preocupación por proporcionar ni si quiera una módica
compensación a la tropa, cuyas batallas le habían procurado esas inauditas riquezas. Los legionarios
recibían una humilde paga y eran licenciados sin contemplaciones y sin ninguna recompensa por los largos
periodos de servicio en los que arriesgaban sus vidas y sus propiedades.
El resultado fue la creación de una tendencia inherente a los ejércitos del último período de la
república a retirar su lealtad militar al estado y dirigirla hacia los generales victoriosos que podían garantizar
a sus soldados, por su poder personal, botines o donativos. El vínculo entre el legionario y el jefe militar se
hizo cada vez mas parecido al que existía entre patrón y cliente en la vida civil.
La consecuencia inmediata habría de ser la aparición de las grandes guerras civiles.
La difícil situación de las masas urbanas agudizó enormemente la crisis del poder senatorial.
En los últimos años de la república su disposición de ánimo se hizo cada vez más amenazadora y
hostil hacia el orden político tradicional.
Tras la muerte de César, fue una vez mas el tumulto popular en las calles de Roma ante la ausencia
de su heredero lo que obligó al Senado a pedir a Augusto que aceptara la renovación de los poderes
consulares y dictatoriales, época del definitivo entierro de la república.
Es significativo que cada una de las tres guerras civiles que determinaron el destino de la república
siguieran la misma pauta geográfica: todas fueron ganadas por el bando que controlaba occidente y
perdidas por el partido asentado en Oriente, a pesar de su superior riqueza y recursos.
El centro dinámico del sistema imperial romano estaba en el Mediterráneo occidental.
El nuevo Augusto recogió el poder supremo uniendo tras de si a las múltiples fuerzas del
descontento y la desintegración existentes en la república de la última época. Augusto se apoyó en los
terratenientes de la provincia italiana que buscaban su participación en los cargos y los honores del sistema
que habían ayudado a construir. De Accio surgió una monarquía estable y universal, porque solo ella podía
superar el estrecho municipalismo de la oligarquía senatorial de Roma.
El difícil paso de la ciudad-Estado al imperio universal se realizó con un éxito notable bajo el
principado.
Las tensiones más peligrosas del último período republicano fueron reducidas gracias a una serie
de medidas políticas astutas. Augusto concedió parcelas de tierra a los miles de soldados desmovilizados
después de las guerras civiles, pagando a muchos de ellos con su fortuna personal.
Se hicieron en su mayoría a costa de otros pequeños propietarios, que fueron desalojados para
dejar sitio a los veteranos que volvían a sus casas y por lo tanto no sirvieron para mejorar mucho la
situación social del campesinado ni para transformar el modelo general de la propiedad agrícola en Italia. Si
sirvieron para calmar las demandas de la importante minoría del campesinado en armas, que constituía el
sector clave de la población rural.
A partir del año 6 d.c recibieron una prima en metálico al licenciarse que equivalía al salario de
trece años y se pagaba con cargo a una tesorería militar creada especialmente para ello y financiada por
pequeños impuestos sobre las ventas y la herencia con que se gravó a las clases poseedoras de Italia.
83
En la capital, el proletariado urbano fue aplacado con distribuciones de trigo, se puso en práctica un
ambicioso programa de construcciones, que ofreció a los plebeyos considerables oportunidades de empleo,
y se mejoraron notablemente los servicios municipales de la ciudad con la creación de un cuerpo de
bomberos y abastecimiento de agua. Las cohortes pretorianas y la policía urbana se estacionaron
permanentemente en roma para sofocar los tumultos.
En las provincias se estableció un sistema fiscal uniforme que se componía de un impuesto sobre
la tierra y una capitación y basado en censos muy exactos. A consecuencia de ello aumentaron los ingresos
del Estado central. Los gobernadores provinciales recibieron a partir de entonces salarios regulares. El
sistema judicial fue reestructurado con objeto de ampliar las posibilidades de recurrir contra las decisiones
arbitrarias. Se creo un sistema regular de comunicaciones a todas las diversas provincias del imperio.
La llegada del principado significó la promoción de las familias municipales italianas a las filas del
orden senatorial y a la alta administración.
El senado dejó de ser la autoridad central del estado romano. A partir de entonces se convirtió en
instrumento obediente y subordinado de los sucesivos emperadores. El orden senatorial continuó siendo la
clase dirigente del imperio y dominando la maquinaria imperial del estado.
En Roma no existió ningún conflicto social entre la literatura y la política: el poder y la cultura
estaban concentrados, bajo la república y el Imperio, en una aristocracia muy sólida.
El estado imperial romano se basaba en un sistema de leyes civiles y no en el mero capricho real, y
su administración pública nunca interfirió gravemente en el marco legal básico establecido por la república.
El principado elevó por primera vez a los juristas romanos a posiciones oficiales dentro del Estado y confirió
autoridad imperial a sus interpretaciones de la ley. Los mismos emperadores tuvieron que legislar a partir de
entonces por medio de edictos, adjudicaciones y rescriptos para responder a las cuestiones o a las
peticiones de sus súbditos. El desarrollo de un derecho público autocrático a través de los decretos
imperiales hizo a la legalidad romana mucho más compleja y complicada de lo que había sido durante la
República.
Los preceptos establecidos durante la república continuaron protegiendo jurídicamente la propiedad
de las clases poseedoras.
El principado conservó el clásico sistema legal de Roma, aunque le superpuso los nuevos poderes
innovadores del emperador en el ámbito del derecho público.
La historia posterior del principado fue, en buna medida la de una creciente provincialización del
poder central dentro del imperio. Una vez roto el monopolio de los cargos políticos centrales, poseído hasta
entonces por la aristocracia romana, un proceso gradual de difusión integró en el sistema imperial a un
sector cada vez más amplio de las clases terratenientes occidentales residentes fuera de Italia.
El decreto de caracalla de 212 por el cual se le concedía la ciudadanía romana a casi todos los
habitantes libres del imperio. La unificación política y administrativa fue acompañada de la seguridad
exterior y la prosperidad económica. Las técnicas agrícolas y artesanales mejoraron un poco: la producción
del aceite; las máquinas amasadoras facilitaron la manufactura del pan y se hizo general el método de
soplado del vidrio. La nueva pax romana fue acompañada de una espléndida oleada de rivalidad municipal y
de construcciones urbana en casi todas las provincias del imperio, que explotaron el descubrimiento
arquitectónico romano del arco y la bóveda.
El modo de producción esclavista de la antigüedad no disponía de ningún mecanismo natural e
interno de autor reproducción, porque su fuerza de trabajo nunca podía estabilizarse homeósticamente
dentro del sistema. La oferta de esclavos dependía de las conquistas extranjeras, ya que probablemente los
prisioneros de guerra siempre representaron la principal fuente de trabajo servil en la antigüedad. Con el
cierre final de las fronteras imperiales, el manantial de cautivos de guerra se secó de forma inevitable. El
comercio de esclavos no pudo suplir la escasez resultante. La periferia bárbara que rodeaba a todo el
imperio continuó suministrando esclavos, pero no en cantidades suficientes para resolver el problema de la
oferta en situaciones de paz.
Los precios comenzaron a subir drásticamente. La renovación de la mano de obra servil exigía una
fuerte inversión.
Los esclavos agrícolas vivían en condiciones muy cercanas a las de las prisiones rurales. Las
mujeres esclavas eran muy pocas, ya que generalmente resultaban improductivas para los propietarios. De
ahí que la composición sexual de la población esclava rural siempre estuviera radicalmente desequilibrada
y se caracterizara por la ausencia virtual de conyugalidad. El resultado quizá haya sido un índice
habitualmente bajo de reproducción que puede haber disminuido el volumen de la mano de obra de
generación en generación.
Los terratenientes practicaron la crianza de esclavos de forma creciente al final del principado,
concediendo premios a las esclavas por tener hijos. Este recurso no pudo aportar una solución a largo
plazo.
El decreciente volumen de la mano de obra no podía ser compensado tampoco con los aumentos
en su productividad.
84
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La supervisión de los trabajadores esclavos era notablemente difícil en los extensos campos de
cereales. El modo de producción esclavista no estuvo privado en lo absoluto de progresos técnicos.
El modo de producción esclavista poseía muy poca tendencia objetiva al avance tecnológico, ya que
su tipo de crecimiento por adición de trabajo constituyó un campo estructural resistente, en último término, a
las innovaciones tecnológicas, aunque en principio no las excluyera.
Los límites de la economía agrícola romana se alcanzaron muy pronto y se mantuvieron
rígidamente.
Los dos inventos más importantes ocurridos durante el principado fueron el molino de agua y la
máquina segadora.
El imperio no hizo un uso general del invento, que fue prácticamente ignorado durante el principado.
La cosechadora con ruedas nunca fue aceptada fuera de la Galia. La falta de interés era el reflejo de una
incapacidad más general para cambiar los métodos de la agricultura mediterránea.
Para la enfermedad del campo no existía ninguna salvación urbana.
Una población compuesta en su mayoría por campesinos míseros, trabajadores esclavos y pobres
urbanos reducía los mercados de consumo a una escala muy pequeña.
El estado era el mayor consumidor del imperio y el único verdadero foco para la producción masiva
de artículos de primera necesidad que podría haber creado un dinámico sector manufacturero.
Durante toda la antigüedad clásica las obras públicas ordinarias eran realizadas por trabajadores
esclavos.
Una vez cesada la expansión exterior, ya no se produjo ningún aumento de la producción en la
agricultura ni en la industria dentro de las fronteras imperiales que pudiera detener la silenciosa decadencia
de su mano de obra servil.
El resultado fue una incipiente crisis en el sistema económico y social que muy pronto se transformó
en un colapso general del orden político en medio de violentos ataques contra el imperio. La repentina
escasez de fuentes hace muy difícil trazar retrospectivamente su rumbo o sus mecanismos exactos.
La presión germana sobre las fronteras del Danubio había desembocado en las largas guerras
contra los marcomanos.
A mediados del siglo III se produjo un colapso completo de la moneda de plata, que redujo el
denarius al 5% de su valor tradicional. La estabilidad política degeneró al mismo ritmo que la estabilidad
monetaria.
Entre 235 y 284 hubo 18 emperadores y el imperio se vio acechado por una serie de invasiones y
ataques extranjeros.
Los francos y otras tribus germánicas llegaron con sus saqueos hasta Hispania; los alamanes y los
yutungos marcharon sobre Italia; los carpos invadieron la Dacia y la Mesia; los hérulos asaltaron Tracia y
Grecia.
Roma tuvo que ser nuevamente fortificada. El torbellino político interior y las invasiones extranjeras
trajeron muy pronto consigo sucesivas epidemias que debilitaron y redujeron las poblaciones del imperio,
disminuidas ya con las destrucciones de la guerra. Las tierras fueron abandonadas, aumentó la escasez de
suministros. El sistema de impuestos se desintegró con la depreciación de la moneda y los pagos fiscales
retrocedieron a entregas en especie. La construcción urbana sufrió una repentina parálisis.
A fines del siglo III y principios del IV se produjo una transformación y recuperación del Estado
Imperial. La seguridad militar fue gradualmente restablecida por una serie marcial de generales danubianos
y balcánicos que tomaron sucesivamente la púrpura.
Diocleciano, hizo posible el precario resurgimiento de los cien años siguientes. Aumentó
radicalmente los ejércitos imperiales por medio de la reimplantación del reclutamiento obligatorio. Un gran
número de voluntarios bárbaros se incorporaron al ejército. La aristocracia senatorial fue desplazada de su
posición central del sistema político a medida que el supremo poder imperial pasaba cada vez más al
cuerpo de oficiales profesionales del ejército. Diocleciano cerró sistemáticamente a los senadores el acceso
a la administración civil.
Se estableció un nuevo sistema fiscal que fundió los principios del impuesto sobre la tierra y la
capitación en una sola unidad, calculada sobre la base de censos nuevos y exhaustivos. Por vez primera en
el mundo antiguo se introdujeron los cálculos presupuestarios anuales, que pudieron ajustar los niveles de
impuestos a los gastos corrientes.
El principado dio paso al dominado cuando los emperadores, a partir de Aureliano se
autodenominaron dominus et deus e impusieron la ceremonia oriental de la postración de cuerpo entero
ante la presencia real.
El carácter político del dominado se ha interpretado frecuentemente como un desplazamiento del
centro de gravedad del sistema imperial romano hacia el mediterráneo oriental. La crisis del modo de
producción esclavista tardío afectó con mas fuerza a occidente, donde estaba mucho mas profundamente
arraigado y lo dejo en una situación comparativamente peor, al no poseer ya un dinamismo autóctono que le

85
permitiera contrarrestar la tradicional riqueza de Oriente, con lo que comenzó a hundirse como la parte más
pobre del mediterráneo.
El cristianismo había nacido en Oriente y allí se extendió progresivamente durante todo el siglo III,
mientras occidente permanecía relativamente inmune en comparación.
La razón más obvia del auge de los gobernantes panonios e ilirios radica en el papel desempeñado
por las provincias danubianas y balcánicas en el suministro de soldados para el ejército: ambas zonas eran
ya entonces una reserva tradicional de soldados y oficiales profesionales para las legiones.
Panonia y Dalmacia actuaron siempre como el puente estratégico central que unía a las dos
mitades del territorio imperial.
En un estudio sobre el Imperio a finales del siglo IV se describe a panonia como importante
exportador de esclavos. La crisis de la agricultura esclavista no fue tan temprana o tan radical.
La unificación política del Mediterráneo trajo consigo una vez más la división social en el seno de las
clases dominantes. La aristocracia senatorial ahora estaba separada del aparato del mando militar, que era
la fuente del poder político imperial, el cual había pasado frecuentemente a oficiales arribistas procedentes
de los empobrecidos.
El senado fue ampliado y en su seno se creo una nueva élite patricia. Al mismo tiempo, la
composición de la aristocracia en toda la extensión del imperio se transformó radicalmente debido al gran
cambio institucional del reinado de Constantino: la cristianización del Estado después de la conversión del
emperador. La nueva religión oriental solo conquistó el imperio cuando fue adoptada por un césar en
Occidente.
El establecimiento del cristianismo como Iglesia oficial del imperio añadió a partir de entonces una
enorme burocracia clerical al ya tremendo peso del aparato secular del estado.
El imperio romano de los siglos IV y V se vio gravado con un vasto y exagerado aumento de sus
superestructuras militar, política e ideológica.
En los niveles sociales más bajos, los pequeños artesanos abandonaban las ciudades en busca de
seguridad y de trabajo en las fincas de los grandes magnates del campo. Se crearon dos sistemas
monetarios separados, evidencia palmaria de la polarización social del imperio tardío.
La crisis final de la Antigüedad tuvo su origen en el propio campo. En la economía rural tuvieron
lugar cambios trascendentales que presagiaban la transición hacia otro modo distinto de producción.
Un cambio decisivo se produjo cuando la curva del precio de los esclavos subió de forma
interrumpida durante los primeros doscientos años del principado, debido a la escasez de la oferta, los
propietarios dejaron de preocuparse por el mantenimiento de muchos de sus esclavos y, con objeto de que
se cuidaran de si mismos, los establecieron en pequeñas parcelas, cuyo plusproducto recogían. Las
grandes fincas tendieron a dividirse en reservas señoriales centrales, trabajadas todavía por esclavos,
rodeadas por una gran masa de tenencias campesinas, cultivadas por siervos. Es posible que con este
cambio la productividad se incrementara marginalmente, aunque no el producto total, dado el descenso
global de la mano de obra en el campo. Las aldeas de los pequeños propietarios y de los arrendatarios
libres cayeron bajo el patrocinio de los grandes magnates rurales en su búsqueda de protección contra las
exacciones fiscales y el reclutamiento forzoso por el estado y llegaron a ocupar unas posiciones económicas
muy similares a las de los antiguos esclavos.
El resultado de este proceso fue la aparición y el predominio final del colonus, esto es, el
arrendatario campesino dependiente que estaba vinculado a la finca de su señor y le pagaba por su parcela
rentas en especie o en dinero, o la cultivaba bajo un acuerdo de reparto de la cosecha. Las ventajas
económicas que la clase explotadora obtenía con este nuevo sistema de trabajo se pusieron brutalmente de
manifiesto cuando los terratenientes se mostraron dispuestos a pagar más del precio de mercado de un
esclavo para evitar la llamada a filas de un colonus. Los poderes jurídicos de los terratenientes sobre los
coloni aumentaron ininterrumpidamente durante los siglos IV y V. Los esclavos agrícolas dejaron de ser
gradualmente mercancías.
Valentiniano I prohibió formalmente su venta separados de la tierra que trabajaban. Se formó en el
imperio tardío una clase social de productores rurales dependientes jurídica y económicamente distintos de
los esclavos y de los arrendatarios libres o de los pequeños propietarios. La aparición de estos colonos
alivió los problemas de la dirección y supervisión de las grandes fincas, un aumento global en las
dimensiones de las fincas de la aristocracia romana.
La esclavitud no desapareció en absoluto. Los esclavos proporcionaban en todas partes un lujoso
servicio domestico a las clases poseedoras. Continuaron siendo relativamente numerosos en el campo,
trabajando los latifundios de los terratenientes de las provincias.
Una abrumadora carga de impuestos cayó incansable e insoportablemente sobre el campesinado.
A finales del imperio, el volumen de los impuestos sobre la tierra era probablemente tres veces
superior al de la república tardía y el estado absorbía entre un cuarto y un tercio del producto agrícola bruto.
La iglesia establecida añadía una nueva carga parasitaria a la agricultura, de la que exigía el 90%
de sus rentas. El lujo ostentoso de la Iglesia y la implacable avaricia del Estado se vieron acompañados por
86
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

una drástica concentración de la propiedad privada rural, ya que los grandes magnates de la nobleza
adquirieron las fincas de los terratenientes menores y se apropiaron las tierras de los antiguos campesinos
libres.
El imperio estaba desgarrado por las crecientes dificultades económicas y la polarizacion social
cuando transcurrían los últimos años del siglo IV. Estos procesos solo llegaron a su fin en Occidente con el
colapso de todo el sistema imperial ante los invasores bárbaros.
La creencia de que la debilidad interna del imperio no pudo haber sido un factor importante de su
decadencia es claramente insostenible. En occidente se implantó prácticamente virgen la economía
esclavista republicana. Aquí fue donde se fundaron la inmensa mayoría de las ciudades romanas. Allí
siempre residió el grueso de la clase dirigente de las provincias que se elevó al poder con el principado.
En oriente, la conquista romana únicamente se superpuso y coordino una civilización helenística
avanzada. El modo de producción esclavista se estableció principalmente en occidente, por lo que su
colapso afectó principalmente a esta parte del imperio. Los síntomas fueron más extremos allí donde el
medio era más puro.
El descenso de población a partir del siglo III afectó con mas rigor a occidente que a Oriente, por
estar el primero mucho menos densamente habitado.
El sistema del colonato procedía de Oriente, pero su transformación en un importante sistema rural
fue en occidente, donde llegó a predominar en un grado mucho mayor que en la agricultura helenística del
Mediterráneo oriental.
En oriente las aldeas libres conservaron a menudo sus propios concejos autónomos y su
independencia como comunidades rurales, la pequeña propiedad campesina subsistió en un grado mucho
mayor que en occidente. La carga impositiva imperial también parece haber sido relativamente más ligera
en oriente.
Ambas regiones estuvieron dominadas por unas clases poseedoras significativamente diferentes.
En oriente, los propietarios rurales constituían una nobleza media, basada en las ciudades y acostumbrada
a estar excluida del poder político central.
No hubo en oriente ninguna guerra civil, mientras occidente fue asolado por las repetidas
usurpaciones y las luchas internas en el seno de la clase de los magnates.
Ningún emperador de occidente intentó nunca frenar la expansión del patrocinium, a pesar de que
sustraía grandes áreas territoriales a la vigilancia de los agentes del estado; sin embargo, los sucesivos
emperadores de oriente legislaron repetidamente contra él durante el siglo IV.
A lo largo del siglo III, la clase senatorial había perdido sus mandos militares y buena parte de su
influencia política, pero nunca fue privada de sus tierras y nunca olvidó sus tradiciones.
El orden senatorial de occidente era no solo el sector económica y políticamente más poderoso de
la nobleza rural del Imperio, sino también el reducto ideológico del paganismo tradicional y potencialmente
el mas hostil a las innovaciones religiosas de Constantino.
Los emperadores que sucedieron a Constantino fueron con frecuencia oficiales militares de baja
extracción social.
La diferencia con Oriente es impresionante: allí, las mismas funciones burocráticas eran ocupadas
por plebeyos. La maquinaria militar del Imperio de Occidente se mantuvo fuera del centro de la red
aristocrática occidental.
La evasión fiscal y la negativa al reclutamiento forzoso habían sido males endémicos entre la clase
terrateniente occidental. Su carácter civil recibió un nuevo impulso con el paso de los mandos militares de
occidente a los generales germanos, que eran étnicamente incapaces de asumir la dignidad imperial.
A comienzos del siglo V y en medio de la insoportable presión de los impuestos y las rentas y de la
destrucción e inseguridad de las fronteras las insurrecciones de los bagaudes explotaron con una nueva y
superior intensidad. En la zona rebelde central de la Armónica, que se extendía hacia el norte desde el valle
del Loira, los insurgentes campesinos crearon un Estado prácticamente independiente, expulsando a los
funcionarios, expropiando a los terratenientes, castigando con la esclavitud a los propietarios de esclavos y
creando su propio ejercito y sistema judicial. La polarización social de occidente acabó en un doble y
sombrío final en el que el imperio fue desgarrado desde arriba y desde abajo por fuerzas del interior antes
de que otras fuerzas del exterior le dieran el golpe de gracia.

87
Mario C. Russomanno:
Breve Historia del Derecho Romano

Capítulo I:
Nociones Introductorias

Concepto y Contenido del Derecho Romano


Se denomina derecho romano al que estuvo vigente en el mundo romano desde la fundación de
roma hasta mediados del siglo VI d.c, época en la cual el emperador Justiniano completó la codificación que
se conoce como Corpus Iuris Civile.

Evolución y Fases del Desarrollo del derecho Romano


Pietro Bonfante divide la historia del Derecho Romano en tres etapas:

De la comuna de roma y el derecho quiritario. ( 753 a.c. - 200 a.c)


2. Del Estado romano-itálico y del derecho de gentes ( 200 a.c 235 d.c)
Del derecho romano helénico o heleno- oriental ( 235 d.c - 565 d.c)

Época de la comuna de Roma o del Derecho quiritario


Las características del derecho quiritario son:

i. Paralelismo del derecho privado y el derecho público.


ii. Inexistencia de la representación en los actos jurídicos
iii. Oralidad y formalismo en tales actos.

El derecho privado romano fue organizado en torno a la familia y que esta es un órgano idéntico a la
primitiva ciudad - estado (civitas).
Así como el estado tiene un jefe político-religioso, lo mismo ocurre en la familia con su jefe único
que es el pater familias.
Además, la semejanza entre las facultades del rey con relación a sus súbditos y las del pater
familias con respecto a los filii familias es innegable; y por otra parte, así como el estado tiene su territorio, la
familia primitiva tiene su heredium.
La distinción del jus populi o publicum y del ius privatum, de las respublica y la res privata o
familiares, no podía ser en los orígenes sino una distinción de esferas diversas, pero jamás de esencias
diversas.
En cuanto a la inexistencia de la representación en los negocios jurídicos del derecho quiritario, por
no admitirse que los efectos de aquellos pudiesen recaer sobre personas que no hubiesen intervenido en su
celebración.
Lo que caracteriza notablemente al derecho quiritario es el formalismo y la Oralidad de los antiguos
negocios jurídicos. Así se realizaban, por ejemplo, los testamentos, las constituciones y transmisiones de
derechos en general, y los actos procesales.

B) Época del Estado romano-itálico y del derecho de Gentes


En cuanto al derecho privado se aprecia la modificación del antiguo derecho civil por influencia del
derecho de gentes (ius gentium) y mediante el derecho honorario la jurisprudencia y las decisiones de los
emperadores.
El grupo familiar se debilita, remplazándolo la sociedad doméstica o familia en sentido moderno.
La característica de esta época es la influencia del derecho honorario que suaviza el antiguo
derecho quiritario, privándolo de los contrastes y la rigidez de sus preceptos.

88
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En este período adquieren valor de derecho positivo las respuestas de los jurisconsultos, que
constituyen la denominada jurisprudencia clásica.

C) Época del Derecho Romano-helénico o Romano Oriental


Los grandes cambios que se producen tanto en el derecho privado como en el derecho público
tienen como antecedente la llamada constitución antoniniana o Edicto de Caracalla, por la cual se concedió
la ciudadanía a todos los habitantes libres del imperio, con lo que se amplió notablemente el campo de
aplicación del Derecho Romano.
Después de la división del imperio decae la importancia del de occidente, a la par que cobra
paulatino auge el de oriente.
El espíritu helénico influye en el derecho posterior. La destrucción de la familia romana se acelera.
El derecho romano se convierte desde entonces en ley de orden general, bajo la cual se convierte desde
entonces en ley de orden general, bajo la cual se afirman o intentan afirmarse las instituciones especiales
de cada región.
Ese derecho se consolida en la compilación de Justiniano que, en parte, refleja la influencia del
cristianismo en algunas instituciones, como las fundaciones piae causae y la esclavitud.

Capítulo II:
Época del derecho Quiritario y del Derecho de Gentes.

Los Orígenes de Roma: La ciudad estado


Según la leyenda y la tradición, Roma fue fundada a mediados del siglo VIII a.c por un grupo de
latinos cuyo jefe era Rómulo. Sin embargo, las investigaciones han desvirtuado en gran medida esa
creencia.
En el lacio entonces había abundantes lluvias y profusión de corrientes de Agua. Al ir
desapareciendo paulatinamente los bosques que allí había, el terreno debió ser útil a la agricultura, sobre
todo para cultivos no profundos.
Esa región, enmarcada por los Apeninos, el mar, el curso inferior del Tiber y los montes Albanos
resultaba defendible contra invasores foráneos.
El Lacio estaba habitado por grupos étnicos latinos que vivían en caseríos llamados “pagos”, al par
que en algunas colinas vecinas residían grupos de sabinos.
Pero ninguno de esos caseríos constituyó una ciudad-estado en el sentido de “agrupación de
hombres libres instalados sobre un pequeño territorio como propietarios y soberanos, todos ellos dispuestos
a defenderlo contra cualquier ingerencia extranjera y conjuntamente partícipes, con mayor o menor
intensidad, en las deliberaciones sobre medidas a adoptar en interés común”.
Esta categoría de ciudad-estado fue introducida en Italia por los etruscos, quienes fundaron la
primera en el lugar donde existe actualmente Toscana.
Tal circunstancia da base a la opinión de Arangio Ruiz según la cual roma habría sido fundada por
los etruscos, posiblemente entre los años 754 y 752 a.c. como lo sostiene una inveterada tradición. Esa
opinión se robustece si se advierte que el propio nombre de Roma proviene del antiguo nombre etrusco del
río Tiber: Rumon.
Otros autores, aún reconociendo que los etruscos tuvieron una notable influencia en la Roma
primitiva, opinan que esta es preexistente a la invasión etrusca en el Lacio.
Lo cierto es que, entre los siglos VIII y VII a.c aparece en la historia de la humanidad Roma, como
ciudad-estado, cuya superficie se reducía a una pequeña región denominada Septimontium, comprendida
entre las tres simas del monte Palatino, agregándose después las tres cimas del monte Esquilino y el monte
Celio.
El sustrato social de Roma, antes de su fundación por los etruscos, era latino. En cambio, al norte,
frente al septimontium, en la colina Quirinal, habitaban los sabinos, quienes se incorporaron a las civitas
como lo demuestra el antiquísimo camino que unía esa colina con la Roma primitiva, denominado vía sacra.
Con la fusión de los elementos étnicos de latinos, sabinos y etruscos puede aseverarse que los
primitivos romanos estuvieron dedicados a la agricultura y la ganadería. Es posible que la ubicación de la
ciudad a orillas del Tiber y al lado del antiquísimo “camino de la sal” favoreciera el desarrollo comercial e
industrial.

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Constitución Social Primitiva: Familia y Gens
La cédula social básica fue la familia. La finalidad de todo grupo primitivo es el orden y la defensa,
por lo cual es dable afirmar que toda sociedad primigenia tiene la misma función que el estado y puede ser
considerada como organismo político.
La familia primitiva era un organismo político más amplio que la familia de la época clásica.
Cuando hablamos de la familia primitiva, nos referimos a tres grupos políticos que en la época
clásica se denominaban familia propio jure, familia communi jure, es la que integraban quienes dependían
de un pater familias común, manteniéndose unidos después de muerto este.
El consortium era el que integraban los miembros de una familia después de la muerte de su pater
común, mientras mantenían indiviso el patrimonio de este.
Cada una de tales “familias” tenía algunos rasgos que unían entre si a sus miembros,
distinguiéndolos de los de otras familias, e impidiendo su disgregación. Entre otros, tales elementos eran:
los vínculos de sangre, el culto a los antepasados y los ritos religiosos comunes.
Por el exiguo numero de sus miembros, debieron subsanar su debilidad integrando organismos mas
numerosos y, por consiguiente, mas fuertes, con asentamientos territoriales mas extensos: las “gentes”. En
otras palabras: varias familias se unían formando una gens.
Cada gens era un complejo de familias, cuyo vínculo era un nombre común, indicativo, de ser todos
sus miembros descendientes de un antepasado común.
Los cultos constituían los sacra, que se denominaron sacra privata para distinguirlos de los sacra
pública.
Los miembros de una misma Gens tenían vestidos y costumbres (mores) particulares e, inclusive,
se cree que cada gens tenía un ordenamiento político y leyes (decreta) propios.
Otro elemento esencial era su territorio, que sus integrantes cultivaban y disfrutaban en común. Ese
territorio no obstaba a que cada familia tuviese su heredium en propiedad exclusiva.
Ademas se cree que cada gens tenía un jefe (pater gentis), entre cuyas funciones estaba la de
presidir los sacra gentilitia y ejercer el mando en operaciones militares.

Patricios y Plebeyos
En la generalidad de los pueblos de la antigüedad y, en particular, en todos los pueblos itálicos
coexistían una clase social superior dominante y opresora, con otra clase inferior, dominada y oprimida.
En roma se denominaban, respectivamente, patriciado (patres) y plebe (plebs) y sus miembros eran,
los patricios (patricii) y los plebeyos (plebeii)
Las teorías formuladas con respecto al origen de estas castas pueden dividirse en tres grupos:

A. Teorías Étnico-Raciales:
Según estas teorías la división entre patricios y plebeyos proviene de la diferencia entre un pueblo
dominador y el sojuzgado por este, ademas de los inmigrantes incorporados a Roma después de su
fundación.
Estas teorías no son aceptables porque las poblaciones del Lacio y de la Italia central se han
formado a través de una serie de inmigraciones y de superposiciones que no han permitido que se
conservara una neta distinción étnica.

Teorías económico-sociales
Encuentran el origen de la diferencia en factores económicos y sociales por la desigual distribución de la
riqueza; los primitivos terratenientes dieron origen a la clase de los patricios, los artesanos campesinos y
comerciantes fueron plebeyos.

Teorías Mixtas
Los partidarios de este grupo consideran que su origen provino de diversos motivos políticos y
económicos.
El senado de Rómulo se componía de los nobles, a quienes tanto el rey distinguió que los quiso
llamar patres y a sus hijos patricios.
Generalmente se ha admitido que los patricios fueron los descendientes de los fundadores de
Roma, o de los primeros senadores o de los primeros senadores, o de las “gentes” más antiguas y
poderosas.
El resto de la población constituía la plebe. “el pueblo” se componía de todos los órdenes de la
ciudad; la plebe, plebs, era el pueblo menos las familias patricias.

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Entre las diversas causas del origen de la plebe pueden mencionarse:


Residuos de poblaciones humanas que quedaron dentro de Roma al extenderse el territorio de esta.
Operarios, pequeños comerciantes y artífices inmigrantes.
3. “Clientes”, desvinculados de la gens, al debilitarse y extinguirse esta.
Ambas clases sociales, en la época primitiva eran verdaderas “castas”, siendo el patriciado la que
disfrutaba de todos los derechos civiles y políticos de muchos de los cuales estaba privada la plebe.
Patricios como plebeyos eran ciudadanos, por lo que unos y otros prestaban servicio militar y
votaban en los comicios; pero las magistraturas y el senado estaban reservados a los patricios, al igual que
los cargos sacerdotales.
Solo los patricios gozaban del connubium, lo cual importaba que no pudiera haber incorporación de
un plebeyo o una plebeya a una familia patricia.
Solo los patricios eran latifundistas y poseedores de las tierras públicas (ager publicus); los plebeyos
eran contratados para cultivar esas tierras para aquellos, y solo desde el advenimiento de la monarquía
etrusca se concedieron a los plebeyos pequeñas parcelas de tierra para su cultivo.
Los plebeyos fueron mejorando su situación socio-política y, mediante sucesivas conquistas,
accedieron a las magistraturas, llegando inclusive al pontificado máximo.

La Clientela
Fue una antiquísima institución que existió entre los distintos pueblos itálicos. La tradición atribuía
su creación al mítico fundador de Roma, Rómulo.
Se trata de una institución análoga: en la antigua Roma había un vinculo recíproco entre los
patronos y los clientes.
El patrono brindaba protección y auxilio al cliente y su familia. Así, debía asesorarlos y defenderlos
en los litigios, cuidar de sus intereses y negocios, etc.
Los clientes debían obediencia y asistencia a sus patronos, tenían deber de contribuir
pecuniariamente para los gastos del matrimonio de las hijas de sus patronos, para pagar recate del
cautiverio de ellos o de sus hijos o para el pago de las costas de juicios perdidos, etc.
Existían deberes recíprocos de patronos y clientes: no ser acusadores el uno del otro, no ser
testigos uno contra otro, apoyarse con su voto, etc.
El incumplimiento de esos deberes provocaba la declaración de impuro (sacer), lo cual, además, de
la total desestima social, podía acarrear la pena de muerte en sacrificio de los dioses o bien ser
impunemente muertos por cualquier ciudadano de acuerdo con un precepto de la ley de las XII Tablas.
El incumplimiento de los deberes del patrono en su época provocaba la tacha de infamia, lo que
importaba una profunda desestima social.
Las fuentes de la clientela fueron:

a. El sometimiento a la gens de los vencidos en guerra rendidos a discreción (deditio)


b. La adscripción voluntaria de los inmigrantes extranjeros a una gens (ius applicationis)
c. La manumisión de esclavos, se cree que producía la incorporación del manumitido como
cliente de la gens del manumisor; lo cual, posteriormente fue sustituido por el patronato.

La clientela, durante el período monárquico, fue decayendo paulatinamente, transformándose los


clientes en plebeyos. Tal proceso se completó en la época republicana.

Organización Política de las Civitas


Su gobierno debió constar de tres órganos básicos: uno o más jefes, un consejo asesor y una
asamblea del pueblo.
Desde su fundación Roma fue una monarquía.

El Rey
Era el jefe político, religioso, militar y judicial de la comunidad. El Rex Romanorum no era un
monarca absoluto ni un déspota: simplemente era el representante de la comunidad, era el ciudadano al
cual su pueblo había conferido el poder de representarle y dirigirle.
El rey era un magistrado único, vitalicio e irresponsable. Es dudoso si el cargo era hereditario o no.
En cuanto al nombramiento del rey, la opinión generalizada es que era elegido por su antecesor,
previa revelación divina por medio de presagios, principalmente por el vuelo de las aves.

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Como jefe religioso, el rey tenía la dirección del culto público, pudiendo dictar e interpretar normas al
respecto y sancionar las infracciones a las mismas. Los diversos sacerdotes eran auxiliares dependientes
del rey.
Como jefe político correspondía dirigir la vida de la comunidad, establecer sus leyes, guiar a su
ejército y organizar su defensa. Tenía poder disciplinario (coercitio) sobre sus súbditos, creyéndose que
llegase hasta el derecho de vida y muerte, como el pater familias primitivo.
Tenía además facultades jurisdiccionales que emanaban de su condición de sumo sacerdote,
correspondiéndole la iniciativa de la represión penal y la facultad de intervenir para regular la defensa
privada probablemente imponiendo a los litigantes la solución de sus pleitos por árbitros.

Tribus y Curias
En la época monárquica roma estaba dividida en tres “tribus”: ramnes, tities y luceres. Son etruscos
los vocablos que designan a las tres tribus.
Parece razonable admitir que las tribus eran comunas federales preexistentes a la civitas y que,
posteriormente, constituyeron cuarteles o zonas de la primitiva Roma, a los que se agrego el campo
contiguo.
La antigua división de la población romana en tres tribus fue de carácter político militar. En efecto:
en ramnes, tities y luceres, se dividían las primeras centurias de caballeros del ejército romano y, asimismo,
en esa remota época histórica, la división tribal era la base de formación de las curias, según la tradición,
cada tribu estaba dividida en diez curias.
Las curias eran subdivisiones político administrativas y religiosas de la ciudadanía. Tenían gran
importancia en la primitiva civitas. En punto al derecho constitucional, los comicios de ciudadanos estaban
organizados en curias. En cuanto a la religión los ritos de culto político estaban a cargo de las curias.
También revestían las curias interés militar, en ellas se efectuaban las levas para la integración del ejércitos.
Estas agrupaciones no eran propias de Roma, sino que se las encuentra en otras poblaciones
itálicas.

Comicios Centuriados
En la época monárquica las asambleas cívicas de los ciudadanos eran los comicios en los cuales
aquellos se agrupaban en las curias, por lo que, se denominaban “comicios curiados”.
Los votos se contaban por curias, no por los ciudadanos votantes en estas.
Se reunían para consultar los auspicios para elegir el rey y para investir a este de sus importantes
poderes, mediante la lex curiata del imperio. Con el nombre de “comicios calados” autorizaban a las
adopciones de personas sui juris, es decir, no dependientes de una potestad familiar e intervenían en el
otorgamiento de testamentos.
La doctrina mas autorizada niega que tuvieran otras funciones y, en especial, que tuviesen otras
funciones y en especial, que tuvieran funciones legislativas.

El Senado en la Época Monárquica


Un cuerpo consultivo, la asamblea de los patres y que, después tomó el nombre de “senado”.
El senado estuvo originariamente, formado por los jefes de las gentes (patres gentium) y, después,
su número se aumentó a 300, incorporándose los ancianos de las familias patricias probablemente elegidos
por el rey.
Los patres compartían el poder real, en caso de vacancia, se turnaban cada cinco días en el
ejercicio de las funciones del interés hasta la designación del nuevo monarca.
Incumbía al senado monárquico:

Asesorar al rey y a los magistrados superiores


Confirmar los acuerdos votados en los comicios

Reformas de Servio tulio: Comicios Centuriados y Comicios por Tribus


Los monarcas etruscos modificaron esas estructuras, principalmente por obra de Servio Tulio, fue el
autor de reformas fundamentales en relación con el ejército, los comicios y las finanzas del Estado.
La base de tales fue la división de los ciudadanos militarmente útiles en centurias. Tales centurias
fueron agrupadas en cinco clases distintas, teniendo en cuenta para ello la fortuna inmobiliaria de sus
miembros, según la cantidad de “yugadas” de tierra que poseía cada uno.
Es creencia que los impuestos recaían en proporción a sus respectivas fortunas,

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Comicios Centuriados
Con base en esa misma organización y sin desplazar a los comicios curiados y por tribus
aparecieron los comicios Centuriados, con competencia para votar leyes y elegir a los magistrados
superiores. Tenían como unidad de votación las centurias.
Se consideraban primero los votos de las centurias de caballeros y, después, de las centurias de las
distintas clases en orden sucesivo.
Los pobres no tenían ningún poder en los comicios que, eran los de la aristocracia de fortuna.

Comicios por tribus


Estos comicios tribados del período monárquico tuvieron facultades electorales, porque en ellos se
designaban los magistrados inferiores y judiciales, porque ante ellos se sustanciaban las apelaciones de
penas de multas.
Para la constitución de los comicios por tribus se efectuó una división territorial de la ciudad de
Roma en 4 tribus urbanas, y los territorios adyacentes en 17 tribus rurales.

Los Colegios Sacerdotales: Pontífices, augures y feciales.


En la primitiva Roma, el derecho sagrado tenía ingerencia tanto en el derecho público y relaciones
internacionales como en el derecho privado.
El jefe supremo del culto y quien presidía todos los actos públicos, era el rey; pero, desde los
orígenes de Roma, le encontramos siempre asistido por sacerdotes, que vigilaban la realización de las
ceremonias y sacrificios, o interpretaban los auspicios y presagios.
Los principales órganos relativos al derecho sacro fueron los colegios de Pontífices, Augures y
Feciales.
El colegio de Pontífices estuvo originariamente integrado por cuatro miembros, aumentando
paulatinamente hasta llegar a quince.
El colegio estaba presidido por uno de sus integrantes, con la denominación de Pontífice máximo y
su principal misión fue la de velar por la correcta aplicación del derecho sagrado.
El Pontífice Máximo tenía el deber de anotar los principales acontecimientos de cada año de su
pontificado, en una tabla blanca, que estaba expuesta en su casa.
Eran sacerdotes, no de un determinado dios, sino de todos y por ello eran mediadores entre los
dioses y los hombres.
Eran los expertos en el derecho sacro, asesoraban a los particulares y también a los magistrados de
la época republicana.
El colegio de los augures según la leyenda, Rómulo y Remo eran Augures. Estuvo integrado en un
comienzo por tres miembros.
Su función consistía en consultar los auspicios para conocer la voluntad de los dioses, con relación
a importantes asuntos públicos.
El colegio de los Feciales, también de los primeros tiempos de Roma, estaba integrado por veinte
miembros, de los cuales uno tenía el carácter de jefe.
Debían intervenir en la celebración de los tratados o alianzas y en la declaración de la guerra.
Debían realizar ceremonias y ritos especiales indispensables.

La Costumbre y Las Leyes Regias


Todas las naciones en su etapa primitiva, se rigieron por costumbres, es decir, por usos practicados
reiteradamente por el pueblo con la convicción de su obligatoriedad.
El derecho romano de todo el período monárquico fue consuetudinario, no legislativo.
Tales costumbres primitivas se creía que provenían de los dioses y por ello estaban teñidas de
religiosidad y confiadas especialmente a la custodia del colegio de los pontífices.
El rey juzgaba y castigaba, desarrollándose así el derecho privado.
La primera ley en sentido estricto, fue la ley de las XII tablas.
La tradición nos habla de la existencia de “leyes regias indican que tales leyes habían sido
recopiladas por papiro en la época de expulsión de los reyes.
Son todas prescripciones de orden religioso, establecidas por la jurisprudencia pontificial e
impuestas por los distintos reyes. Por ende, no se trata de verdaderas leyes, porque es sabido que los
comicios curiados nunca tuvieron intervención en disposiciones religiosas.

Capítulo III:
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Época Clásica del Derecho Romano - itálico
La República
El último rey del estado romano, fue Tarquino el Soberbio, quien habría sido violentamente
destituido por una sedición de los patricios.
Se considera probable que en 509 a.c. se produjese la sustitución del rey por dos cónsules, como
resultado de un lento y progresivo debilitamiento de la monarquía, al cercenarse las funciones del rey
mediante la creación de diversas magistraturas, de modo tal que las atribuciones del monarca quedaron
reducidas a cuestiones religiosas.
El año 509 a.c marca el comienzo de la vigencia de un nuevo régimen de gobierno de Roma; la
República.
El nuevo régimen introdujo un gobierno democrático como resultado de una larga lucha por la
igualdad entre patricios y plebeyos; pero en la última fase de la República, la democracia degeneró en
demagogia y ello produjo el retorno al sistema monárquico que, se conoce como Imperio.

Las Magistraturas. Sus Caracteres.


Estos fueron cargos políticos en virtud de los cuales sus titulares tuvieron la facultad y el
correspondiente deber, propios y originales, de ejercer en nombre de la “res pública” romana una serie de
funciones y de realizar una serie de actos igualmente eficaces respecto de todos los ciudadanos.
Son características de las magistraturas:

La colegialidad
la temporalidad
3. la responsabilidad
la gratuidad
la efectividad

La colegialidad importa que cada cargo debía estar cubierto por varias personas dotadas de las
mismas atribuciones; cada magistrado gozaba de todo el poder inherente al cargo y las diferencias se
solucionaban mediante el veto.
El mismo poder de veto tenía cada magistrado contra las disposiciones de otro magistrado de rango
inferior.
La colegialidad sólo es característica de las magistraturas ordinarias.
La temporalidad constituía una característica común a todas las magistraturas. No se permitía la
reelección sin intervalo.
La responsabilidad: los magistrados podían ser llamados a rendir cuentas de los actos cumplidos en
el ejercicio de sus cargos siendo responsables civil y penalmente.
La gratuidad: las magistraturas eran gratuitas porque eran consideradas honores a los ciudadanos,
aunque les producían generalmente grandes gastos.
En cuanto a la efectividad sólo caracteriza a las magistraturas en época avanzada del período
republicano. A comienzos de la república el magistrado designaba a su sucesor.

El “Cursus Honorum”
Para ser magistrado se debía ser ingenuo (haber nacido y haber sido siempre libre), gozar del pleno
ejercicio de la ciudadanía, ser patricio o plebeyo según lo requiriese la magistratura en cuestión, y tener la
edad necesaria para votar y formar parte del ejército.
Paulatinamente fueron introduciéndose otros requisitos, llegándose a establecer un determinado
orden que constituye el Cursus Honorum, es decir, el “curso de los honores”.
En el año 180 a.c, la ley Villia Annalis dispuso:

Que entre dos magistraturas debía mediar un lapso de dos años


Que para ser pretor era menester haber sido cuestor y que para ser cónsul se requería haber sido
pretor.
Que para ser magistrado un ciudadano debía haber cumplido sus obligaciones militares, haber estado
bajo las armas diez años, con lo que se imponía una edad mínima de 27 años porque los deberes
militares comenzaban a los 17.

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Mas adelante en el año 81 a.c una ley Cornelia abolió el servicio militar para los ciudadanos y estableció
edades mínimas para las magistraturas: 30 años para el cuestor, 40 para ser pretor y 43 para ser cónsul.

Facultades de los Magistrados “Imperium”, “Potestas”, “Ius Edi Cendi”


Imperium era el poder soberano que en la monarquía ejercía el rey y que con la república se
atribuyó a los cónsules y pretores, así como a las magistraturas extraordinarias; las demás magistraturas
eran sine Imperium o cum potestate.
El Imperium consistía en un fuerte poder de ejecución, ampliamente discrecional. Ése poder de
ejecución se materializa mediante la coercitio (coerción) que podían utilizar los magistrados cum imperio.
Potestas es un término ambiguo que a veces era sinónimo de Imperium, otras veces se contraponía
a Imperium; asimismo se usó como designación genérica de las facultades del magistrado. Todos los
magistrados tenían Potestas; aunque no todos gozaban de Imperium.
Los magistrados tenían el jus edicendi, es decir, el derecho de establecer disposiciones obligatorias
para el pueblo, durante el período de ejercicio de sus cargos.

Clasificaciones de las Magistraturas


Pueden hacerse diversas clasificaciones:

Cum imperio y sine imperio


Ordinarias y extraordinarias. Ordinarias eran las magistraturas que integraban la estructura normal de
las civitas; extraordinarias eran aquellas a las que se recurría en circunstancias excepcionales.
Las magistraturas ordinarias eran, únicamente, el consulado, la pretura, la edilidad curul y la cuestura.
Las demás magistraturas, fuera de las 4 mencionadas, eran extraordinarias.
Magistraturas Curules y no Curules. Los magistrados Curules eran los que podían usar “silla curul” y
que, además, vestían la toga praetexta, y calzaban una sandalia especial; de esos magistrados, los
que tenían poder de imperio militar vestían un traje especial de paño.
Curules eran, el cónsul, el pretor, el censor, el edil patricio, el interrex, los dicenviros y el
prefecto de la ciudad; los demás eran no Curules.
Magistraturas Mayores y Menores. Esta clasificación tomaba en consideración la mayor o menor
amplitud del derecho a consultar los auspicios. Mayores eran, el consulado, la pretura y la dictadura, las
demás eran menores.

El Consulado
Los cónsules concentraron todo el Imperium de paz o de guerra. No adquirieron la dignidad
sacerdotal del rey, la cual fue atribuida al jefe del colegio de pontífices, tuvieron la jefatura del ejército y del
poder ejecutivo, así como las funciones judiciales, que fueron limitadas con la creación de la pretura.
Asimismo dispusieron del derecho de vetar las decisiones de cualquier otro magistrado, de la facultad de
convocar al pueblo a comicios y de proponer leyes, y de convocar e interrogar al senado.
Cuando el poderío romano se extendió fuera de Italia, tras cumplir el año de ejercicio pasó a
desempeñarse con similar poder al frente de la provincia, concediéndosele así el que se llamó “poder
proconsular”.
El Imperium del cónsul estuvo limitado cuando imponía pena capital o corporal, en roma y hasta una
milla alrededor de ésta, a un ciudadano porque éste podía apelar al pueblo.
Para situaciones críticas, los cónsules tuvieron facultades de nombrar en su reemplazo a un
dictador, magistrado extraordinario, por un lapso no mayor de seis meses, durante el cual cesaban todas las
magistraturas ordinarias.

La Pretura
En razón de que los cónsules debían atender principalmente sus funciones militares, se creó un
cargo de pretor para administrar justicia entre los ciudadanos.
En 242 a.c se creó otro cargo de pretor, al que se designó “peregrino”, para administrar justicia en
los litigios entre peregrinos o entre estos y ciudadanos.

La Edilidad
La edilidad constituyo un cargo sacerdotal plebeyo unipersonal.

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Cuando se creó el tribunado de la plebe, el edil pasó a ser un lugarteniente del tribuno. Fue creada
una magistratura patricia: la edilidad curul.
Se nombraron dos ediles Curules, patricios, con duración de un año, que tuvieron a su cargo la
vigilancia de las asociaciones, organización de los grandes juegos de la ciudad, supervisión de los graneros
y almacenes de la república, conservación de los edificios públicos, caminos y mercados, el abastecimiento
de la ciudad y el orden y seguridad públicos.
La edilidad curul fue accesible a los plebeyos a solo dos años de su creación.

La Cuestura
Los cuestiones no eran verdaderos magistrados, sino oficiales auxiliares de los cónsules en el
ejercito romano; y posteriormente pasaron a ser magistrados menores, que carecían del poder de mando
militar (imperium).
Tuvieron funciones judiciales en asuntos penales y en la administración del Tesoro público.

El Tribunado
En el siglo V a.c los plebeyos se rebelaron contra las arbitrariedades del patriciado. Tal situación
pudo superarse mediante una especie de tratado entre ambas partes, por el cual los patricios mantuvieron
su poder político, pero los plebeyos obtuvieron para defensa de sus derechos una suerte de magistratura
propia: el tribunado de la plebe. Los tribunos fueron “sacrosantos”, lo que implicaba que quienquiera que
atentara contra la vida de alguno de ellos era considerado impuro y pasible de ser muerto impunemente por
cualquier ciudadano.
Tuvieron la facultad de convocar y presidir los concilios de plebeyos y actuaron como árbitros en los
litigios entre plebeyos, pero su primordial atribución fue el poder de veto mediante el cual podían enervar las
decisiones de cualquier magistrado o de otro tribuno. Eran auxiliados por los ediles plebeyos.
Al principio se les permitía asistir a las sesiones del Senado, pero más tarde se les dio la facultad de
convocar y presidir ese cuerpo.

Las Magistraturas Extraordinarias


a. El dictador: en circunstancias excepcionales, el Senado puede requerir al cónsul que nombre un
dictador, en quién por un lapso de seis meses, como máximo, se concentran todos los poderes
de los magistrados. Las decisiones del dictador eran inapelables.
El jefe de la Caballería o del Pueblo: es el asistente o auxiliar del dictador y es nombrado por este.
Era asimismo, el jefe de la caballería.
Los dicenviros: Estos habrían codificado el derecho en diez tablas. Años después se agregaron
otras disposiciones en dos tablas mas, completando así la que fue la ley fundamental del pueblo
romano, conocida como la ley de las XII tablas.
El “interrex” y el “prefectus urbi” son magistraturas extraordinarias. El interrex en la república duraba
cinco años en el cargo y su finalidad era hacer elegir al pueblo los nuevos cónsules.
El praefectus urbi era un delegado del cónsul para reemplazarlo cuando abandonaba el recinto de la
ciudad, pero carecía de poderes propios.

La Censura
Los romanos llevaron un censo de ciudadanos que era un registro en el cual cada jefe de familia
tenía el deber de hacerse inscribir, anotando las personas que integraban su familia, los bienes que poseía y
su justiprecio correcto.
Las tareas censales las realizaban primitivamente dos de los tribunos militares pero posteriormente
se crearon dos censores que debían realizarlas en el plazo máximo de 18 meses.
Eran elegidos por los comicios centuriados, tenían la facultad de revisar y juzgar las inscripciones
en el censo, pudiendo por ello aminorar la dignidad social de los ciudadanos, privándolos del servicio militar
y del sufragio.
Esta magistratura era asequible a patricios y plebeyos y confería gran dignidad.
Gozaban de potestad, pero carecían de imperium, por lo cual eran magistrados menores.

El Senado
El cuerpo lo formaban ex magistrados y ciudadanos prominentes, correspondiendo su elección a los
censores, aunque después bastó haber ejercido una magistratura para tener acceso al Senado sin esperar
la designación.
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El cuerpo era presidido por un cónsul, quien interrogaba a los senadores según el siguiente orden:
4) ex censores
ex cónsules
ex pretores
5) ex ediles
ex tribunos
ex cuestores

El senado fue el cuerpo consultivo de los magistrados. Esta asamblea de ancianos tuvo durante
siglos la efectiva dirección del estado, constituyéndose en el organismo de más autoridad. Así ocurrió
porque no solo en él se acumulaban la experiencia y jerarquía social y cultural de los ciudadanos más
preclaros, sino porque en medio de las periódicas renovaciones de los magistrados, el cuerpo constituía el
único factor de estabilidad de la vida constitucional romana durante la República.

Ley de las XII Tablas


La ley de las XII tablas constituye La primera sistematización esquemática escrita del derecho,
exclusivamente consuetudinario, vigente hasta entonces.
Las normas contenidas en las XII tablas, son estructuralmente muy simples y de gran concisión,
escritas en un latín primitivo.
Las tres primeras tablas tratan del procedimiento, legislando, al lado de uno rígidamente formalista
y ceremonioso.
Las tablas IV y V, legislan sobre la familia. Esta organizada en torno a la figura relevante del pater
familias, la herencia y los gentiles, la tutela y curatela.
La tabla VIII legisla sobre delitos y penas; la tabla IX sobre cuestiones de derecho público; y la X
sobre el derecho sacro, es decir el relativo a las ceremonias funerarias como, por ejemplo, la prohibición de
sepultar o cremar cadáveres dentro de la ciudad.
Las dos últimas Tablas son suplementarias de las anteriores, entre otras disposiciones contiene la
que prohibía el matrimonio entre patricios y plebeyos.

El Derecho Honorario. El edicto del Pretor


El derecho honorario era el ordenamiento jurídico establecido por los pretores y demás magistrados
que gozaban del derecho de publicar edictos.
Los magistrados asumieron el poder de aplicar el derecho vigente, creando norma que suplieron y
modificaron el antiguo derecho.
La importancia de la actividad pretoria, se incrementó con la creación de la pretura peregrina y con
la modificación del sistema procesal que creó el procedimiento formulario.
En ese nuevo procedimiento, los procesos se sustanciaban en dos etapas: la primera ante el pretor
y la segunda ante un juez privado. La primera concluía con la entrega del pretor a las partes, de una
relación escrita de la causa que expedía aquél, para ser presentada, al juez. Tal relación escrita en la cual el
magistrado instruía al juez acerca del modo de fallar, era la fórmula.
Al comienzo de cada año, cada nuevo pretor, publicaba un edicto en que se exponía los principios a
los que se atendería en los litigios. Generalmente cada pretor al comenzar el ejercicio de su magistratura
confirmaba el edicto de su predecesor, aunque a veces introducía modificaciones.
La evolución del derecho mediante el derecho honorario, se produjo paulatinamente, por obra de los
sucesivos pretores, al introducir modificaciones o nuevas fórmulas en sus edictos anuales.
En cuanto a los medios empleados por los pretores, estos fueron:
3. La denegación de acción
Las excepciones
4. La creación de nuevas acciones
Los remedios pretorios emergentes del imperium.

La denegación de la acción: El pretor podía rehusarse a designar juez y a otorgar la fórmula


correspondiente, con lo cual la acción intentada por el actor no podía progresar.
La excepción era el medio del que podía valerse el demandado para detener la acción instaurada en
su contra, cuando la admisión de ésta consagrase una injusticia en un determinado juicio.
La creación de nuevas acciones: Eran acciones que no estando admitidas por el jus Civile, tenían su
fundamento en el edicto del pretor para brindar protección a derechos anteriormente no tutelados.

97
Eran los remedios emergentes del “imperium” del pretor. Son los que el pretor aplica en virtud de su
imperium, que era el poder de imponer sus decisiones.
La estipulación era un contrato verbal consistente en una pregunta y una respuesta congruente
formuladas en el mismo acto.
El pretor tenía la facultad de emitir algún edicto referido a cuestiones imprevistas; este se denominó
edicto repentino. Tanto el anual como el repentino se exhibían en el foro impresos en tablas de madera
pintadas en blanco con títulos en rojo.

El Edicto Perpetuo de Salvio Juliano


El emperador Adriano encomendó al jurista y al pretor Salvio Juliano la codificación del edicto del
pretor, la cual fue impuesta como de aplicación obligatoria por un senado consulto.
El edicto perpetuo, según la reconstrucción de Lenel habría sido articulado en títulos, dispuestos en
cuatro partes: la primera se refería a la primera parte del proceso ante el magistrado y a la calumnia, la
restitución integral, el compromiso y la satisfatio; la segunda y la tercera respectivamente, a los procesos
ordinarios y especiales, la cuarta al procedimiento ejecutivo y a los recursos para anulación de las
sentencias.

La ley
Ley pública es un estatuto que emana directa o indirectamente del pueblo y se impone a la
observancia del pueblo.
La ley podía ser dada o rogada: la primera es la que emana del senado o de algún magistrado por
delegación del pueblo; ley rogada es la que emana directamente del pueblo reunido en codicio centuriado.
Los ordenamientos votados en los concilios de la plebe, aunque eran de aplicación general, se
denominaban técnicamente plebiscitos.
Muchas llamadas “leyes” fueron, en realidad plesbicitos.
Durante la República, solo podían proponer leyes los cónsules, los pretores, y los tribunos, y según
el proponente se denominaban, respectivamente, leyes consulares, pretorias o tribunicias.

Formación de las leyes


Un proyecto de ley era, antes de que tomara estado público, discutido en el senado; después se
sometía a la consideración exhibiéndolo escrito en tablas durante un lapso mínimo de 24 días antes de la
reunión del comicio o concilio pertinente; tal publicación era la promulgatio que era el primer paso para la
formación de la ley.
Ante el comicio o concilio, el magistrado proponente impetraba la aprobación de su proyecto, se
procedía a la votación, al principio fue verbal y después escrita. Acto continuo el magistrado proponente
realizaba el escrutinio y proclamaba el resultado, con lo cual el proyecto quedaba convertido en ley, que
regía sin otro trámite.

Partes de la ley
Las leyes tenían tres partes:

1. La praescriptio: contenía el nombre del o los proponentes. Se acostumbraba agregar un titulo que
reseñaba el contenido de la ley.
La rogatio es el texto de la ley.
La sanctio establece las penalidades que acarreaba la violación de la ley.

Los Jurisconsultos Republicanos


Los primeros intérpretes del derecho fueron los pontífices. Con respecto al derecho privado los
primeros intérpretes laicos aparecieron en el siglo II a.c, aunque continuaron siendo los más importantes los
pontífices.
Los juristas laicos pueden diferenciarse en tres grupos.
Un primer grupo es el que aparece en el siglo II a.c proveniente de la misma clase social que los
pontífices: la nobleza, formada por quienes habían alcanzado las más importantes magistraturas.
El segundo grupo esta formado por jurisconsultos especializados en su tarea y, por ello, alejados de
la política.
Un tercer grupo lo integran juristas poco conocidos y de oscuro origen.
98
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Se cree que, a diferencia de los integrantes de otros grupos, estos jurisconsultos exigían y recibían
remuneración por sus servicios legales. Del mero conocimiento del derecho se pasa a una ciencia del
derecho en el sentido estricto de la palabra.
La actividad de los juristas republicanos se comprendía en las palabras cavere, agüere y
responaere. El cavere consistía en la preparación de los esquemas o modelos para la celebración de los
negocios jurídicos.
Agüere eran los oradores, que aconsejaban la acción a instaurar e indicar los modelos procesales
convenientes a los intereses de sus consultantes.
El respondere fue la función principal de los jurisconsultos, ya que consistía en opinar sobre las
cuestiones jurídicas y judiciales que les consultaban tanto particulares, como magistrados o jueces.

Capítulo IV:
Época Clásica. El Principado

La Crisis de la República
La expansión de Roma, con la anexión de territorios conquistados, puso en poder del estado tierras
cultivables que pasaron a integrar el ager publicus.
Los terratenientes habitaban en Roma y demás ciudades importantes de la península. Roma se
convirtió en una potencia comercial y resultaba mas barato recibir cereales por vía marítima que de campos
ubicados en la península itálica que, debían remitirse por vía terrestre.
Roma pasó a ser el más importante mercado de capitales, apareciendo una nueva aristocracia
formada por comerciantes, financistas y nuevos ricos, que integraron la clase de los caballeros.
Muchos habitantes de los territorios conquistados trasladaban su domicilio a Roma. La ciudad desde
el siglo II a.c padeció los problemas de la superpoblación y de un elevado y creciente número de proletarios,
existiendo por un lado fuerzas activas que formaban los terratenientes y los capitalistas-caballeros, y por
otro la turbulenta clase de los proletarios, se produjeron graves disturbios sociales que condujeron al
naufragio de la república.
Se produjo una guerra civil o social que duró tres años.
Tras el asesinato de Julio cesar y la guerra entre Octavio y Marco Antonio, se llega a la época
imperial en el año 27 a.c con el advenimiento al poder de Octavio, que adquiere el nombre de Augusto e
inaugura una nueva forma constitucional sustitutiva de la República: el Principado.

El Principado de Augusto
Octavio concentró en él todo el poder militar siendo nombrado por el ejercito Imperator. La guerra
contra Antonio la llevó como princeps del Senado, por lo cual su prestigio en este cuerpo aumentó
sensiblemente, siendo nombrado cónsul año tras año, el derecho de apelar ante el pueblo fue reemplazado
por el Senado por la provocación al princeps y se le confirió el derecho de crear patricios; la potestad
censoria vitalicia y el poder proconsular por diez años.
El senado le otorga el título de Augusto y le renueva el de princeps por diez años.
Si bien en el año 23 a.c renunció al consulado, con lo que debilito su autoridad en pro del senado,
por otra parte la aumentó en las provincias por el poder proconsular.
En 19 o 18 a.c el senado le acordó la censura perpetua.
Augusto logró mayor auctoritas que los demás magistrados. De ese período iniciado por Augusto,
denominado del Alto Imperio o del Principado se habló de diarquía o “época diárquica”, el poder estaba
dividido en dos órganos: el Príncipe y el Senado.
Las provincias fueron divididas en imperiales y senatoriales, y las áreas estatales eran dos: el fisco,
perteneciente al príncipe y el Erario perteneciente al Populus Romanus.
Por una parte estaban los comicios, concilios y magistrados y por otra parte los funcionarios del
príncipe.
Pero realmente por un lado estaban los órganos de la república protegidos y por otra parte estaba el
Príncipe protector, lo que demuestra que el poder pertenecía totalmente a este, que se constituyó en un
verdadero monarca.

La Burocracia Imperial
99
La expansión de Roma provocó que fueran necesarios servicios que los pesados órganos
republicanos no podían atender, como, por ejemplo, una policía de la ciudad, el servicio de incendios, un
correo estatal.
Con el advenimiento del principado tales servicios estuvieron a cargo del Príncipe, siendo dirigidos y
administrados por funcionarios nombrados por él.
Tales cargos ya no fueron gratuitos u honorarios, sino bien remunerados con altos salarios y no
fueron de duración sino ilimitada, dependiendo su elección y remoción de la exclusiva voluntad del príncipe.
El poder del príncipe se consolidó fuertemente, porque distribuyó astutamente las más importantes
funciones entre los caballeros y la nobleza.

Los Comicios y el Senado en el Alto Imperio


La constitución republicana tuvo como base esencial los comicios y el senado, siendo los
magistrados los órganos ejecutivos de las normas comiciales y senatoriales.
Desde la última etapa de la república, comenzó el debilitamiento de los comicios primero y del
senado después, lo que se acentuó bajo el principado. Ello se debió a que el constante aumento del
número de ciudadanos impedía la participación masiva directa del pueblo en las asambleas, las que se
transformaron en reuniones de los representantes populares y, en cuanto al senado, la creciente
importancia del príncipe y de los funcionarios, hizo que aquel cuerpo pasara a ser eminentemente
consultivo.

Las Fuentes del Derecho


A fines del reinado de augusto ya era muy rara la reunión de comicios los que desaparecieron a
fines del siglo I d.c.
En cuanto al senado, durante el Principado mantuvo la función de emitir “senadoconsultos”, los
magistrados consultantes acostumbraban referir sus decisiones directamente a las indicaciones del Senado,
éstas fueron paulatinamente constituyéndose en fuentes de derecho. En el siglo II a.c el senado dictaba
directamente normas jurídicas con fuerza de ley.
El senado llegó poco a poco a convertirse en un mero instrumento del príncipe, siendo este quien,
mediante mensajes proponía los senadoconsultos.
Al margen de las leyes, plebiscitos y senadoconsultos, hubo también normas directamente
emanadas del emperador: las constituciones imperiales.
Las constituciones imperiales fueron de cuatro clases distintas: edictos, decretos, rescriptos y
mandatos.
Los edictos regían en todo el imperio y durante la vida del emperador.
Los decretos eran verdaderas sentencias. En un principio solo regían en caso concreto, pero
paulatinamente tuvieron valor para todos los casos análogos.
Los rescriptos eran respuestas a consultas de magistrados o de particulares y revestían el carácter
obligatorio. Difieren de los edictos y decretos en que no eran decisiones directas del emperador, sino
respuestas de aplicación obligatoria para los magistrados que eran quienes decidían.
Los mandatos eran las instrucciones que el emperador daba a sus funcionarios, comprendían
normas singulares de tipo procesal y material y especialmente de derecho penal, siendo de aplicación
imperativa para todos los particulares.

Los Jurisconsultos Clásicos


La obra de los jurisconsultos alcanzó su apogeo en la época comprendida entre los reinados de
Augusto y Alejandro Severo. Tal auge se debió a dos causas: 1) que la ciencia del derecho se enriqueció
entonces con una pléyade de notables jurisperitos; y 2) porque tales más importantes jurisconsultos fueron
dotados por el poder público del ius publicae, el privilegio de emitir dictámenes, en nombre del emperador.
Los jurisconsultos dotados del jus respondendi adquirieron gran prestigio social y político.
Los juristas integraban el consejo imperial, lo que les confirió fuerte influencia en la administración
de justicia y en la política judicial de los sucesivos emperadores.
No solo en roma hubo jurisconsultos dotados de jus publice respondendi, también los hubo en las
demás ciudades itálicas y en las provincias.

La Producción Jurídica de los Jurisconsultos Clásicos


Desde el período republicano la actividad de los juristas fue eminentemente práctica. De ahí que su
producción escrita fuese eminentemente casuística, sus opiniones tendían a resolver casos prácticos, reales

100
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

o imaginarios, con estilo y lenguaje de tal concisión y pureza, que constituyen la expresión característica de
la literatura jurídica de entonces y la diferencian de la demás producción literaria de la época.
Una de las formas usuales fue la publicación de sus propias opiniones, otra fue la exposición de sus
opiniones en respuesta a supuestos ficticios; ademas, los jurisconsultos mas prestigiosos produjeron
comentarios sobre temas jurídicos, que se denominaron “digestos” e incluían la obra total de sus autores.
Algunos juristas produjeron manuales sintéticos de enseñanza del derecho, que se denominaron
“instituciones”.
Existieron comentarios y monografías, casi todos relativos al derecho privado.

Sabinianos y Proculeyanos
Bajo Augusto, vivieron dos juristas que tuvieron especial relevancia, por haber sido los principales
exponentes de dos tendencias jurídicas distintas.
Labeon, pese a ser de familia noble, en el cursus honorum no pasó de la pretura, dedicándose a su
actividad jurídica, llegando a escribir 400 libros.
Capiton progresó más en la carrera de las magistraturas, ya que llegó al consulado, pero fue menos
importante como jurista, versando su obra específicamente sobre los ritos del derecho pontificio.
Dichas “escuelas” no lo eran de enseñanza, sino agrupaciones de juristas divididos según el origen
jurídico formativo de ellos.
El mayor esplendor de la jurisprudencia clásica ocurre en el siglo II de nuestra era. Esa época, en el
aspecto de la labor de los jurisconsultos, se caracteriza por el detallado análisis y estudio de cada caso
considerado.

Capítulo V:
Época Posclásica. El Bajo Imperio o Dominado

Situación económico-Social del Imperio en el Siglo III D.C


Después de la famosa constitución de Caracalla que concedió la ciudadanía a todos los habitantes
libres del Imperio, la posición jurídica de los dominadores era semejante a la de los dominados. Perdieron
su significado político el senado y las magistraturas.
Luego advino una monarquía basada en el poderío militar. En todo aspecto, hasta el cultural la
romanidad se vio sustituida por la extranjería. Italia había perdido su preeminencia económica y la propia
Roma dejó de ser un importante centro económico, para convertirse en uno de inmenso de consumo.
La Pax Romana produjo primero el auge cultural y económico del imperio, al que sucedió una
cómoda inmovilidad y un posterior decaimiento en todos los aspectos.
En lo económico, amplios sectores vivían de sus rentas o del trabajo de sus esclavos y colonos:
decayó la producción cultural. Los inmensos tributos y estipendios recaudados en las provincias no
alcanzaban a cubrir los gastos del Estado, producidos por la tremenda burocracia estatal y el extraordinario
costo del ejército.
Se crearon muchos impuestos que grababan a los municipios llevándolos a verdaderos colapsos
financieros. Esos municipios debieron ser intervenidos por el estado romano, perdiendo sus autonomías.
Esto hizo que los ciudadanos rehuyesen los viejos cargos honoríficos, provocando la sustitución de
éstos por cargas públicas de desempeño obligatorio.
Otra de las causas de los grandes cambios fue el advenimiento del cristianismo en el imperio
romano.
Los cristianos despreciaban las funciones mundanas, porque perseguían el Reino de Dios
perturbando así las relaciones de los individuos con el estado. La universalidad de la nueva religión
trastornaba las ideas antiguas que ubicaban a sus deidades en confines territoriales.
Esas ideas de altruismo y universalidad provocaron que los paladines más fanáticos exhortaran a
los fieles a no desempeñarse en funciones públicas y a rehusar el servicio militar.
El paulatino crecimiento de la nueva fe hizo que los emperadores emprendieran persecuciones
contra los cristianos. Al cristianismo, luego triunfante, le fue conferida la aureola de martirio.
A esto se suma el desmembramiento de la raza itálica que produjo la desaparición del antiguo
patriotismo, llegándose a eximir de la milicia a los ciudadanos de Italia, con lo cual el ejército se formó con
provincianos y con bárbaros mercenarios.

101
Esa nueva clase militar sostenida por los emperadores, llegó a convertirse en el principal factor de
poder, produciendo sucesivas revoluciones y nombrando a los emperadores de entre sus filas.
La situación provocó el tremendo cambio político-social comenzado por Diocleciano, iniciador del
nuevo orden estatal que por algún tiempo logró estabilidad: el dominado, bajo imperio o Imperio Tardío.

La Monarquía Absoluta o Dominado


La ruina del Alto Imperio se produjo en un lapso de solo medio siglo, a partir del asesinato del
emperador Alejandro Severo con el advenimiento de Diocleciano al trono terminó el período de anarquía
militar.
Durante ese lapso de casi medio siglo hubo veintiséis emperadores, de los cuales sólo uno murió de
muerte natural.
La nueva constitución política del Estado fue obra principalmente de Diocleciano y su fundamento
fue la instauración del despotismo como forma de gobierno.

Diocleciano y el Nuevo Orden Político del Imperio


El orden político que instituye Diocleciano y consolida después Constantino, era una monarquía
absoluta, que estableció una organización administrativa burocrática y que supeditó las libertades
individuales a los requerimientos del estado.
En esta monarquía tiránica, los ciudadanos pasan a ser simples súbditos, el emperador se
transforma de primer ciudadano a señor y dios, superior a todos porque su personalidad es de naturaleza
divina y no simplemente humana como la de los demás.
Todo el gobierno en sus manos, todo órgano deriva de él, es la única fuente de derecho porque su
voluntad es la ley y la ley emana solo de su voluntad.
En las leyes del emperador es mencionado como “nuestra clemencia”, “nuestro númen”, “nuestra
majestad”, “nuestra serenidad”, “nuestra tranquilidad”, “nuestra mansedumbre” y frases análogas. Todas las
cosas relacionadas con el monarca son cosas sagradas o divinas.
El primer problema que enfrentó Diocleciano fue el ejército, que estaba dividido a causa de que
muchos de sus líderes aspiraban al trono imperial. Solucionó la cuestión creando un gran ejército móvil,
integrado por bárbaros, en su mayoría germanos.
Otros problemas consistían en cómo gobernar un imperio tan extenso, sin debilitamiento del poder
imperial y cómo asegurar la sucesión al trono y evitar que hubiese anarquía tras la muerte de cada
emperador.
Para resolverlos transformó la división en provincias autónomas, entonces existente, en otra en la
cual varias provincias de poca extensión se unían formando diócesis e integrando varias diócesis una
prefectura. Distribuyó el imperio en cuatro prefecturas: las Galias, Italia, Ilírica y Oriente.
Instituyo la corregencia como regente en occidente a otro jefe ilirio. Ambos regentes tenían el título
de Augustos, pero la supremacía de Diocleciano se manifestaba en el origen divino que se atribuyó.
Para asegurar la sucesión al trono imperial, nombró para cada parte del imperio, a un César. Cada
César debió casarse con una hija de cada Augusto.
La sucesión quedaba teóricamente asegurada por razones políticas y por fundamentos jurídicos. La
realidad desvirtuó a la teoría y las previsiones resultaron infructuosas.

La Administración Pública
Al frente de la administración central estaban los oficios de palacio, que eran el ministro de justicia,
el encargado de la correspondencia con los funcionarios judiciales, el ministro de la hacienda pública, y el
ministro de hacienda privada del emperador. Estos altos funcionarios y otros de menor jerarquía
dependientes de ellos formaban el consejo o consistorio del emperador.
Al frente de las prefecturas estaban los “prefectos del pretorio”. Representaban al emperador en el
ámbito del derecho y administraban los impuestos, pero no tuvieron, como antes, funciones militares.
A la cabeza de la administración militar estaban los magistri militum. Se conservaron las antiguas
magistraturas y el Senado. Los magistrados y los senadores eran nombrados y removidos por el emperador,
siendo el Senado un simple consejo consultivo y receptor de las leyes que le eran enviadas por el monarca
para su aprobación.

Constantino y el Edicto de Milán


Antes de abdicar, Diocleciano y Maximiano nombraron nuevos Césares, apartando a quienes, por
derecho sucesorio aspiraban a heredar el trono.

102
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Constantino se proclamó Augusto, después de graves guerras intestinas. Luego de duras batallas
Constantino y Liciano se proclaman como augustos de oriente y occidente respectivamente. Ambos
augustos sancionan en Milán un edicto, por el cual deciden la aplicación en todo el imperio del edicto de
tolerancia de Galerio que confería la libertad de cultos, con lo que se favoreció al cristianismo, que hasta
entonces era objeto de terribles persecuciones. Años mas tardes ambos augustos se enfrentan en terribles
guerras, hasta que Licinio es vencido definitivamente en Crisópolis, quedando entonces Constantino como
único emperador de todo el dilatado imperio.
Constantino mantuvo las divisiones administrativas concéntricas de Diocleciano, de provincias
agrupadas en diócesis, y de éstas englobadas en prefecturas.
El edicto de Milán constituyo el reconocimiento de un hecho consumado: la mayoría de los
habitantes del imperio había abrazado la fe cristiana. Así, Constantino el Grande logró establecer la paz
entre el Estado y la Iglesia de Cristo.
El emperador por su parte, se convierte en el defensor y en casi un apóstol de la Iglesia cristiana.
Con Constantino el Grande, se consolida la orientalización del imperio

El Derecho desde Diocleciano. Códigos Gregoriano y Hermogeniano


Durante el dominado, las constituciones imperiales eran denominadas leges y todo el derecho
anterior no modificado por las constituciones imperiales es designado como ius o su plural iura.
Durante el Bajo Imperio decaen los “decretos” y los “mandatos” y las constituciones o leyes
generales son los “edictos” o leyes edictales. Las ordenanzas administrativas en cambio, se denominaban
“pragmáticas”.
El gran número de constituciones imperiales existentes creó la necesidad de agruparlas en
compilaciones o códigos. Las principales compilaciones durante el Dominado fueron tres: los códigos
Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano.
El código Gregoriano fue una recopilación privada efectuada por un ignoto jurista oriental, que
contenía exclusivamente los rescriptos imperiales a partir del año 196, bajo Septimio Severo y hasta el año
295.
Otra colección privada, también oriental, fue el código Hermogeniano, que contiene gran cantidad
de constituciones de Diocleciano.
Se cree que fue un complemento del código Gregoriano y también tuvo gran suceso.

El Código Teodosiano
El joven emperador de Oriente, Teodosio II, encomendó la recopilación a ejemplo de los códigos
Gregoriano y Hermogeniano, de las constituciones generales o ediciales sancionadas desde el
advenimiento al trono de constantino, ordenándolas por materia y cronológicamente.
Fue publicada el 15 de febrero de 438, y tras su reconocimiento por el emperador de Occidente,
Vialentiniano III comenzó a regir en ambos imperios.
Mantenía vigentes los códigos Gregoriano y Hermogeniano. Dejando establecido que las demás no
incluidas en la recopilación quedaban derogadas.
Los jueves en caso de discordancia entre las opiniones de esos juristas acerca de las cuestiones a
resolver, debían aplicar la mayoritaria.
En caso de no haber, debían consultarse y aplicarse las opiniones de otros jurisconsultos.

La Enseñanza del Derecho durante el Dominado


La necesidad de difundir el Derecho Romano a todo el imperio y la ausencia de grandes juristas
desde los comienzos del siglo IV, hicieron necesaria la creación de escuelas de Derecho.
La Enseñanza consistía en el estudio e interpretación de los textos clásicos.

Las Compilaciones Romano-Bárbaras.


A fines del siglo V, tras diversas y sucesivas invasiones de pueblos bárbaros, todo el imperio romano
de occidente, había caído en poder de reyes germánicos.
La población romana siguió aplicando el Derecho Romano, en tanto que los invasores se servían
del Derecho Germánico. De tal manera, recobró importancia el sistema de personalidad del derecho.
La coexistencia del rudimentario Derecho Germánico con el refinado y complejo Derecho Romano,
unido a la circunstancia de que la única recopilación oficial de éste aún vigente era primordialmente a las
relaciones de derecho público, hizo que los jefes de los diversos pueblos invasores sancionaron breves y
simples compilaciones del Derecho Romano vigente, para su aplicación en los tribunales de justicia. Esas
complicaciones son las que se conocen como “leyes romano-bárbaras”.
103
Sin embargo, la primera de esas leyes se denominaba “dicto” y no “ley”; es la conocida como
“Edicto de Teodorico”.
El Edicto Teodorico constaba sólo de 154 artículos de los cuales no se indican sus fuentes, aunque
se los considera tomados de los códigos Gregoriano, Hermogeniano y Teodosianos.
Otra compilación de la misma época fue la ley romana de los Borgoñones que ocupaban el este de
Francia. Estaba dirigida solo a los habitantes romanos, comprendía 46 títulos, era una interpretación libre de
principios tomados de las mismas fuentes de las demás leyes romano-bárbaras y contenía algunas normas
del derecho borgoñés.
Para el imperio visigodo su rey Alarico sancionó la más importante de las leyes romano-bárbaras: la
lex Romana Visigothorum.

Capítulo VI:
La Compilación Justinianea
Justiniano Y su Obra
Justiniano advino al trono del imperio Romano de Oriente en 527 y reinó por casi 40 años.
Su principal objetivo fue recuperar los territorios ocupados por los bárbaros y unificar el imperio.
Para él, la unidad religiosa era el fundamento de la unidad política. En materia legislativa, Justiniano
se propuso y logró, la codificación de la legislación y la doctrina jurídica, adaptadas a las necesidades de su
época.
Supo coordinar su amor a la jurisprudencia clásica y su respeto por el Derecho con las innovaciones
que los tiempos exigían. Su obra ha servido de fundamento para el sistema del Derecho Positivo hoy
vigente.
La labor codificadora de Justiniano resulto favorecida por dos circunstancias: el progreso de la
ciencia jurídica alcanzado por las escuelas de derecho de Berito y Constantinopla; y por la colaboración de
Triboniano, quien dada su inapreciable actuación fue elevado por el emperador a la dignidad de Ministro de
Justicia.

El Código
La primera empresa fue la recopilación de las leyes que Justiniano ordenó en su constitución. Se
encomienda a una comisión, la misión de recopilar todas las constituciones imperiales contenidas en los
códigos Gregoriano, Hermogeniano, y Teodosiano, las novelas post-teodosianas y las posteriores a estas.
Quedaron derogadas todas las constituciones no incluidas en dicho Codex, así como todos los
códigos anteriores.
El Codex Iustinianus muy pronto resultó anticuando porque el emperador promulgó muchas
constituciones resolviendo importantes controversias, por lo cual se hizo una recopilación oficial de
cincuenta de esas constituciones, que se denominó quinquaginta decisiones.
Nació entonces la necesidad de reformar el código de 529, por lo cual Justiniano dispuso que se
redactara otro. Por lo que el código de 529 es conocido actualmente como “Codex vetus” (código viejo)
mientras que el que lo remplazó es nombrado como Codex Novas (Código nuevo).
Las disposiciones del código se citan generalmente así, por ejemplo: C. 6, 3,1 (Código, Libro 6,
Titulo 3. constitución 1ª.

El Digesto (o Pandectas)
Una vez concluido el primer código, Justiniano encomendó a su cuestor Triboniano que formara una
comisión de juristas como colaboradores suyos, con la finalidad de recopilar en un solo cuerpo y
enmendarla, toda la doctrina jurídica anterior.
Los compiladores fueron expresamente facultados para retocar y modificar los textos que eligieran
para concordarlos con el derecho entonces vigente.
Por la misma constitución Deo Auctore se prohibió que se hicieran comentarios del Digesto.
El digesto se completó en tres años y la constitución Tanta, le confirió fuerza de ley. Consta de
cincuenta libros, divididos en títulos precedidos por sendas “rúbricas” que indican sus respectivos
contenidos, y cada título contiene los fragmentos seleccionados, cada uno de los cuales tiene una inscriptio.

Las Instituciones (“Instituta”)


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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Justiniano encomendó a Triboniano, Teófilo y Doroteo que redactaran un manual elemental de


derecho, para su uso en las escuelas, con base y forma similar a otras obras de igual finalidad. Tal obra
denominada instituciones tuvo fuerza de ley y comenzó su vigencia junto con el Digesto.
La obra esta dividida en cuatro libros, el primero sobre las personas, el segundo y tercero, de las
cosas y el cuarto de las acciones. Cada libro esta dividido en títulos y estos en parágrafos.

Las Novelas (“Novellae”)


Cuando Justiniano aprobó el nuevo código anunció que las constituciones que promulgara
posteriormente serían también recopiladas en otro código posterior.
Tales nuevas constituciones fueron incluidas en colecciones privadas, de las que se conocen las
siguientes:

3. El epitome Julián contiene 124 novelas de los años 535 a 555


4. La recopilación que se conoce como Authenticum desde el siglo XII en que se utilizaba como texto
oficial. Contiene 134 novelas dictadas entre 535 y 556.
5. La llamada “colección griega de las novelas”, que no fue conocida en occidente hasta el siglo XVI
por obra de los humanistas, contiene 168 novelas, aunque tres de ellas no son verdaderamente
tales sino normas o reglas de prefectos del pretorio.

La colección griega, sin duda la más importante conocida hasta ahora, así como los Edicta Iustiniani,
están incluidas en la edición del Corpus Juris Civilis de Krueger, Mommsen, Schoell y Kroll.

El Corpus Civilis. Ediciones.


Con la invención de la imprenta a partir del siglo XV, comienzan las ediciones de las diversas obras
manuscritas.
El orden de las partes del Corpus Juris Civilis es el siguiente:

4. Instituciones
5. Digesto
6. Código
7. Novelas

La Paráfrasis de Teofilo y las “Basílicas”


Si los romanistas ponen como límite extremo de su tarea específica la fecha de la muerte de
Justiniano, lo hacen por varias razones: porque la legislación de Justiniano es la última que se basa
directamente sobre fuentes romanas clásicas y posclásicas; porque la legislación de Justiniano intenta
realmente ponerse como fase conclusiva de la evolución jurídica basada sobre fuentes romanas y como
punto de partida de una evolución jurídica nuevo de estas fuentes.
La paráfrasis de las “instituciones”, escrita en griego y atribuida a “Teófilo” no se trata de una simple
traducción al griego de las “instituciones”, sino de una explicación de esa obra, de la cual a menudo se
aparta y se refiere a las Institutas de Gayo.
Las basílicas constituyen un reordenamiento y refundición de las distintas partes de la compilación
justinianea, y no fueron hechas directamente con esa finalidad, sino que resulto de la aplicación de índices
del siglo VI y luego su texto fue ampliado con una serie de escolios, es decir, comentarios, muchos de ellos
inferidos de trabajos de juristas de la época de Justiniano.

105
Vincenzo Arangio Ruiz:
Instituciones del Derecho Romano

Los Sujetos de Derecho:

Comienzo y Extinción de la Persona Física


Para que un hombre exista es necesaria la completa separación de su cuerpo del cuerpo materno.
Es además necesario que el hombre nazca vivo; la prueba de vida debe ser suministrada por quien tenga
interés en ello, debía ser producida, según la doctrina proculeyana, demostrando que el recién nacido
hubiese emitido un vagido. Los sabinianos en cambio consideraron que era suficiente cualquier signo, en
particular el movimiento o respiración. No se considera nacido vivo al aborto, ni si quiera si es ya capaz de
respirar, lo que se conoce como el requisito de la vitalidad.
Al feto todavía nacido no corresponden derechos y obligaciones, ni otros pueden pretender adquirir
derechos por conducto de un ser que vivió solamente una vida intrauterina.
Al concebido le quedan reservados derechos que se fijaran en él cuando nazca, y que a este fin se
puede nombrar, también, un administrador especial llamado curator ventris; y, por otra parte, que muchas
veces, para regular el status del individuo ya nacido, se toman en cuenta presupuesto que existían al tiempo
de la concepción y no al del nacimiento.
En cuanto a la muerte del hombre, la prueba incumbe a quien tenga interés en acreditarla.
Si varias personas, emparentadas entre si muriesen en el mismo siniestro, sin que se pueda
establecer cuál falleció primero, el derecho clásico las considera muertas en el mismo instante.
El derecho romano no conoce actas de estado civil: las declaraciones de nacimiento presentadas a
la autoridad pública tienen para los provinciales el fin de asegurar, para el tiempo en que se cumpla la edad
prescrita, la sujeción del individuo al impuesto llamado capitatio., o la pertenencia a diversas agrupaciones,
y para los romanos residentes, la de evitar la indebida asunción de la ciudadanía por parte de quienes no
tengan derecho a ella.

El “Status Libertatis”: Libres y Esclavos


La esclavitud no tuvo gran relieve en los orígenes de Roma: no solo los esclavos faltaban en la
familia plebeya, cuyos miembros libres bastaban para ayudar al pater familias en el cultivo del fundo, sino
que también el antiquísimo patriciado había recurrido con preferencia a los servicios de clientes, es decir, de
plebeyos que se hacían conceder por las grandes familias la posesión precaria de tierras. Como
consecuencia de las guerras victoriosas, la cautividad de guerra, que fue siempre la fuente principal de la
esclavitud, introdujo en la familia romana este elemento nuevo con tanta frecuencia como para sentirse la
necesidad de dar a los hijos de familia, para distinguirlos, el nombre de liberi.
Desde el punto de vista del derecho, el esclavo es considerado como objeto de dominio y
contrataciones entre los libres; y lo encontramos, con el nombre de homo, en las ejemplificaciones de las
distintas categorías de las cosas.
El esclavo puede realizar válidamente actos de adquisición del dominio o de derechos reales, con el
efecto de adquirirlos para el patrón; puede ser instituido heredero por un extraño, con el efecto de que el
patrimonio hereditario vaya, por su intermedio, al patrón; puede obtener del patrón mismo la asignación de
un pequeño patrimonio, que solo de hecho es suyo, pero que da lugar a la obligación del patrón de
responder, dentro de los limites de la asignación, por las deudas que el esclavo contraiga ante terceros.
Los esclavos eran destinatarios de normas penales, capaz de cometer delitos públicos y, como tal,
sujeto a pena pública.
A la idea de esclavo no es indispensable la de un amo actual, tratándose de una condicio personae,
la esclavitud subsiste desde el momento en que se verificó la causa que la provoca hasta la muerte o hasta
que una declaración de voluntad del patrón u otro presupuesto determina su cesación.
El esclavo manumitido no se distingue de los actos libres, está, sin embargo, socialmente, y en
parte también jurídicamente, en una posición especial: ingenuos son los que han nacido libres y

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permanecido siempre como tales; libertinos los que nacieron esclavos o de cualquier manera sufrieron una
iusta servitus, de la que fueron liberados
La inferioridad de la posición de los libertinos actúa sobre todo en el campo del derecho público, en
el sentido de exclusión de determinados cargos, de distribución en pocas tribus para hacer menos efectivo
su voto político, etc.
Pero también en instituciones del derecho privado se hace sentir a veces, como por ejemplo las
leyes augusteas sobre el matrimonio.
El libertino permanece en cierto modo ligado al antiguo patrón.

El “Status Civitatis”
Además de la libertad, la ciudadanía es, condición para ser sujeto de derecho; el principio sufre
muchas atenuaciones y es diversamente aplicado; pero formalmente puede considerársele vigente en todas
las épocas del derecho romano.
Ciudadanos de pleno derecho eran, los habitantes de la ciudad, los de las tribus rústicas.
Una posición intermedia entre ciudadanos y peregrinos es ocupada por los latini, a los cuales las
fuentes distinguen entres clases: prisci (antiguos habitantes del lacio), coloniarii (pertenecientes a las
colonias latinas), iuniani (libertinos que, habían sido manumitidos en forma no solemne, son considerados
por la lex iunia norbana como libres, pero privados del status Civitatis.

El “Status Familiae”
La plena capacidad jurídica patrimonial está condicionada por el hecho de que el sujeto sea jefe de
familia, no sometido a la potestad de otro.
Los habitantes de las civitas libertasque se distinguen en personas sui iuris y alienae potestati
subiectae.
Sui iuris es el que no tiene ascendentes legítimos, o que ha sido liberado por el ascendiente de quien
dependía: se les llama también patres familiarum, independientemente del hecho de que tengan o no hijos
u oras personas sometidas, como también sin consideración a la edad, que puede hasta ser infantil.
Alienae potestati subietus es el diluís familiae, descendiente legítimo o adoptivo de un pater que
vive, sin ningún limite de edad.
La s consecuencias de la pertenencia a la familia en calidad de persona alieni iuris son opuestas a
aquellas a que conduce la falta de la civitas: mientras el no ciudadano es favorecido lo mas posible en las
relaciones de derecho privado, pero rigurosamente excluido de todo derecho público, los hijos de familia y
los hombres in causa mancipii son equiparados a los patres en el ius suffragii y en el ius honorum, y están,
en cambio, privados de capacidad jurídica patrimonial.
Toda adquisición del sujeto a potestad entra automáticamente en el patrimonio del pater; todo
contrato del sujeto a potestad crea, para él, una obligación simplemente natural y solo en casos particulares
es concedida al tercero una acción contra el pater.
Mientras con relación al esclavo estas reglas han permanecido en vigor en todas las fases del
desarrollo del derecho romano, respecto de los sujetos a potestad libres se han ido modificando.
Hacia fines de la República, se llegó a considerar al hijo de familia como posible deudor de
obligaciones civiles, salvo que éstas solo se hacían exigibles a la muerte del padre o cuando, de otra
manera, el hijo se hiciera sui iuris.

Causas de disminución de la capacidad jurídica


1. Infames: Con la infamia se suelen vincular la pena que en las XII tablas se establece contra quien,
habiendo actuado como testigo en un negocio jurídico se rehúsa a testimoniar en el momento de
eventual controversia cuanto ha ocurrido bajo la acción de su vista: la sanción esta expresada con
las palabras improbus intestabilisque, y en ellas se suele ver ademas de la incapacidad para testar y
para actuar como testigo una exposición al público desprecio como hombre malvado. Se vinculan
con el concepto de infamia los casos en que un ciudadano es alcanzado por la nota censoria; es
decir, aquellos en que, en el acto del censo, el magistrado lo excluye de la lista de los senadores o
lo traslada de los equites a los pedites, de una clase más elevada a otra inferior.
Sin embargo, no tiene lugar, en estos casos, una limitación propiamente dicha de la capacidad
jurídica, y menos en el terreno del derecho privado.
Solo Justiniano, trasladando al Digesto la cláusula edictal qui pro allis ne postulent, ha llamado
infames a los alcanzados por las sanciones pretorias.

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2. Addicti y nexi: En la categoría de addicti caen los deydires contra quienes se ha iniciado el
procedimiento de la manus iniectio.
Los addicti y los nexi son libres y ciudadanos, pero sufren las limitaciones de la libertad que derivan
de la disponibilidad concedida al acreedor sobre su persona.

3. Auctorati: son los hombres libres que han alquilado sus servicios a un empresario de combates de
gladiadores, están en situación cuasi servil.

4. Redemptus ab hostibus: es el ciudadano a quien otro ha rescatado de la prisión de guerra, quien


esta obligado a servir al redemptor hasta cubrir el importe de la suma pagada en rescate o por cinco
años.

5. La religión como causa de disminución de la capacidad: los ciudadanos que por motivos
religiosos son colocados en condiciones inferiores se distinguen en tres grupos: los paganos y
hebreos; los apostatas y heréticos, y por último, mas gravemente perseguidos los maniqueos. Los
paganos y hebreos son atacados sobre todo en derechos políticos, en cuanto se los excluye, en
general de los cargos y oficios; los hebreos no pueden tener esclavos cristianos ni contraer
matrimonio con personas de esta religión. Los apostatas y heréticos, a la exclusión de los cargos se
agregó la incapacidad para testar y donar. El maniqueísmo es castigado como delito: aparte de la
capacidad para donar y testar, se les quitó a los secuaces de esta herejía también la de recibir
herencias y legados y de contratar a cualquier título y respecto de los esclavos se consideró hecho
lícito abandonarlos para servir a un patrón ortodoxo.

6. La pertenencia a determinadas clases o estados o profesiones da también lugar a múltiples


consecuencias en materia de capacidad.

En materia de derecho privado se presentan como privilegiados o como sujetos a particulares


restricciones, los senadores, los magistrados provinciales y su séquito, los militares. A los primeros les
esta prohibido poseer naves; se les impone invertir en fundos itálicos por lo menos una cuarta parte del
patrimonio y se les prohíben las nupcias con libertinas, etc. A los segundos se les prohíbe manumitir a
los propios esclavos en la provincia, tomar allí mujer, recibir obsequios o adquirir inmuebles en el lugar.
Un verdadero régimen de castas se pone en práctica en el derecho romano-helénico. Se forman
corporaciones hereditarias de oficios, de las cuales el particular no puede salir sin incurrir en graves penas;
y sobre todo los obreros afectados a las oficinas del estado están en condición semiservil.
La expresión más notable del fenómeno señalado está en la institución del colonato o servidumbre
de la gleba. Parece que a esta institución se hubiera llegado a través de fases que varían según las
provincias.
El vinculo del colono con la gleba se afirma decididamente bajo constantino, a través de una
constitución del 322 que prohíbe al colono abandonar el fundo al que esta afectado.
No les falta a los colonos el status Libertatis; en consecuencia pueden contraer matrimonio, tener
hijos legítimos, contratar y testar; pueden tener patrimonio propio, salvo que la enajenación de los bienes
este sujeta al consentimiento previo del patrón.

7. Limitaciones en razón del sexo: La mujer no puede en el derecho clásico adoptar hijos o ser
tutora de impúberes; esta limitada en la capacidad de suceder; no puede contraer obligaciones en
favor de otros

Relaciones Jurídicas de Familia

Capítulo XX:
Familia y Parentesco
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La palabra familia tiene diversos significados en el derecho Romano.


En el centro de estas diversas acepciones está la personalidad del pater familias y la férrea
concepción de su potestas, que quita a los descendientes toda capacidad de poseer y adquirir, y nivela, en
cierto modo, a hijos y esclavos, hombres y cosas, en la uniforme sumisión a la voluntad del jefe.
Bajo la denominación de familia comprende al jefe de la casa y a las personas libres eventualmente
sujetas a su potestad; tales son los descendientes, inmediatos y mediatos, como también la mujer, las
nueras y las mujeres de los nietos cuando estén sujetas a la manus.
De la persona sujeta a potestad de otra se dice que es alieni iuris; del jefe de familia se dice que es
sui iuris.
En el sentido últimamente analizado, la familia es un organismo de breve duración; en efecto,
quienes a la muerte del pater familias con sus descendientes inmediatos se hacen, a su vez, jefes de
familia, de manera que la familia paterna se fracciona en varias familias nuevas e independientes.
Los componentes de la familia son, unos respecto de otros, agnati y la relación de parentesco que
hay entre ellos se llama agnatio; fundada sobre una potestad, la agnación subsiste entre los que
descienden de un común antepasado varón a través de otros varones.
Se acostumbra a computar el vínculo de agnación por grados considerando a las distintas
generaciones como dispuestas en forma de escalera en cuya parte superior está el antepasado común.
Entre ascendientes y descendientes el grado esta dado por el número de generaciones. En la línea colateral
el grado se computa subiendo de generación en generación desde uno de los dos agnados hasta el primer
antepasado común, y descendiendo luego hasta el otro agnado.
La denominación de familia se extiende fuera del círculo de las relaciones de agnación hasta
abrazar toda una estirpe.
La pertenencia a la familia así entendida no produce consecuencias de relieve; es un vínculo social
que adquiere importancia política cuando sirve para distinguir del resto de la población a la nobilitas de la
época republicana avanzada, pero que no tiene ninguna influencia sobre el derecho privado.
Distinto es el caso para el patriciado de la antiquísima Roma. Aquí los descendientes de un
antepasado común, real o supuesto, constituían una gens; y esta era un verdadero organismo jurídico.
La mujer no puede tener hijos, ni como madre está ligada a la prole por agnación; solo ficticiamente
es considerada agnada de sus vástagos cuando ella misma este bajo la potestad del marido o de quien
ejerza potestad sobre él; pero en el matrimonio sine manu, que no hace salir a la mujer de la familia
originaria, es una extraña para los hijos. Tanto más son extraños entre si los descendientes de una común
antepasada, o también de un antepasado varón si en el orden de las generaciones por las cuales están
vinculados a aquél entra una mujer; así los hijos de la misma madre y de padres distintos, los nietos del
mismo abuelo ex filio y ex filia pertenecen a distintas familiae, y el derecho de las XII Tablas excluye a su
respecto la sucesión y la tutela legítima.
El parentesco materno, al que los romanos llaman cognatio, se presenta en la edad histórica como
un vínculo potente, reconocido en todas las relaciones sociales y ha tenido siempre reflejos jurídicos muy
notables.
Decimos de las distintas potestades la autoridad del jefe de la familia igualase originariamente bajo
sí misma a todos los sometidos a ella. La palabra manus debió expresar, en un primer momento, toda forma
de poder sobre personas y cosas; lo demuestra el nombre de la manumissio, acto con el cual el dueño o
cuasi dueño libera al esclavo y expresa el señorío sobre las personas y sobre las cosas mas preciosas.

Capítulo XXI:
El Matrimonio

El Matrimonio como Relación personal


El matrimonio del mas antiguo derecho romano es un acto o hecho jurídico en virtud del cual una
mujer sale de la familia de origen y entra en una nueva familia, en condición de sometida y con la particular
función de procrear al jefe de familia o a uno de sus súbditos libres una descendencia legítima.
Los actos predispuestos a tal fin son dos: confarreatio y coëmptio. La primera es una ceremonia
religiosa con la intervención de diez testigos. La segunda consiste en una venta que quien ejerce la patria
potestad sobre la mujer hace de ella o que la mujer hace de si misma al futuro marido o a quien ejerce la
potestad sobre él.
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La conventio in manum hace que la mujer pierda toda relación de dependencia y de parentesco civil
con la familia de origen, que quede sustraída a la tutela de los agnados, que cese toda expectativa sobre su
herencia.
Si era mujer sui iuris, y como tal, titular de un patrimonio propio, se produce en beneficio de quien
adquiere la potestad una sucesión a título universal.
Surge así el matrimonium sine manu y desde los últimos siglos de la República ocupa un lugar tan
predominante que puede ser considerado como el matrimonio típico del derecho romano.
En la época clásica los modos que servían para contraer el matrimonio cum manu se nos describen como
fuera de uso o excepcionales. El uso está del todo abolido por las mores, por evidente cesación de su
función histórica.
Nacido como situación de mero hecho, que solamente con la continuación ininterrumpida por cierto
tiempo se podía convertir en relación jurídica, el matrimonio sine manu ha conservado una estructura
conforme a sus orígenes.
El matrimonio romano ha sido comparado con la posesión; por mas que el matrimonio sea una
relación jurídica y la posesión una simple situación de hecho, las dos instituciones tienen de común el hecho
de apoyarse sobre dos elementos de duración: uno de hecho y externo; el otro, moral e interno. Pero
mientras en la posesión el elemento material de la disponibilidad de la cosa sobresale tanto que deja en las
sombras al animus rem sibi bendi, aquí es el elemento moral el que domina, de manera que en general, por
lo que se refiere a la continuación del estado conyugal ya iniciado, el elemento material se reduce en la
práctica a una conducta de la cual resulte unívocamente la affectio maritalis.
Para dar vida al matrimonio debe concurrir un hecho que inicie ostensiblemente la vida conyugal,
puesto que con el simple acuerdo no se contraen nupcias.
Era necesario que los desposados partieran juntos para la residencia del marido, lo que era
significativo del cambio de vida.
En los últimos siglos de la república y bajo el principado, ni la guerra ni otra causa de ausencia por
prolongada que fuera hacía cesar el matrimonio.
Todas las relaciones jurídicas del prisionero de guerra vuelven a tomar vida en el acto de su regreso
a la patria, como si nunca se hubiesen extinguido por su caída en esclavitud del enemigo, con excepción del
matrimonio y de la posesión, que no reviven sino que solo pueden restablecerse con la reintegración de los
elementos constitutivos.
Nada impide al padre volver a tomar a la hija cuando lo crea conveniente, disolviendo el vínculo
matrimonial.
La concepción del matrimonio como sacramento que liga indisolublemente a los copartícipes por
efecto de la voluntad trascendente que los une, se ha afirmado tarde; y en el imperio cristiano las
ceremonias religiosas pudieron acompañar al matrimonio civil sin alterar su estructura.
La recíproca capacidad matrimonial (connubium) es requisito esencial para un matrimonio válido.
Para tenerla es necesaria la edad púber, el connubium falta a los castrados.
Falta también a los esclavos, a quién esta ya unido en otro matrimonio. En los primeros siglos del
Imperio se prohíbe tomar mujer a los militares en servicio; lo remedian teniendo en su casa concubinas,
pero los nacidos de semejantes uniones no son hijos legítimos ni están sujetos a potestad. Este
impedimento fue eliminado por Séptimo Severo.
El parentesco adoptivo es, en cualquier grado, impedimento para las nupcias; en línea colateral, en
cambio el impedimento subsiste solamente entre hermano y hermana adoptivos, y cesa cuando uno de los
dos sale mediante emancipación de la familia adoptiva. El derecho clásico prohíbe las nupcias entre los que
nosotros llamamos cuñados.
El connubium puede faltar también por razones de ciudadanía; por lo que estaba excluido el
matrimonio mixto, no sólo entre romanos y extranjeros, sino también entre patricios y plebeyos.
El matrimonio sine manu no modificaba el status Civitatis: la extranjera que desposa a un romano
sigue siendo extranjera, los hijos nacidos de un romano y de una extranjera serán romanos.
Se prohibía el matrimonio entre el cónyuge adúltero y el cómplice del adulterio; estaban prohibidas
las segundas nupcias a la liberta que, casada con el patrono se hubiese divorciado. También se prohibía a
los senadores y descendientes de senadores el matrimonio con libertinas y a todos los ingenuos el
matrimonio con prostitutas o alcahuetas o con mujeres sorprendidas en adulterio, prohibido el matrimonio
de personas en edad nupcial con quien hubiese superado tal edad. Los mandatos imperiales prohibían a
los gobernadores de las provincias desposar mujeres de la provincia administrada y se prohibió el
matrimonio entre la pupila y el tutor que no hubiese presentado aun la rendición de cuentas. Se prohíben las
nupcias entre raptor y raptada.
Otro requisito del matrimonio es el consentimiento de quienes ejercen la potestad sobre los
contrayentes; para el derecho antiguo el matrimonio depende más de la voluntad de aquellos que de la de
los cónyuges mismos.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Además deben constar todos los ascendientes intermedios entre el jefe de familia y el esposo,
porque de otra manera a la muerte de dicho jefe caerían bajo su potestad, descendientes no deseados.
A los hombres desde los 25 hasta los 60 años, a las mujeres desde los 20 hasta los 50, se les
impone el deber de contraer matrimonio con personas que estén dentro de los respectivos límites de edad;
el matrimonio tardío es considerado como inexistente.
Como sanción del deber matrimonial y como estímulo a la procreación se imponen notables
pérdidas patrimoniales a los célibes y orbi, y se conceden ventajas a los matrimonios fecundos, sobre todo
si la prole es numerosa.
El derecho clásico no podía ser hostil a las segundas nupcias; se ha visto que las leyes hacían de
ellas una obligación, transcurrido cierto intervalo, para las mujeres. Se imponía a la viuda un período de diez
meses, dentro del cual las nupcias le estaban prohibidas; ese período estaba destinado a evitar la
incertidumbre sobre la paternidad legítima. Sanción de esta prohibición era la infamia con sus diversas
consecuencias.
El derecho posclásico extiende al caso de divorcio la obligación de no volver a tomar marido dentro
de cierto tiempo, eleva el término a un año.
En esta época las segundas nupcias son tratadas desfavorablemente aunque sean contraídas por
la viuda después de transcurrido el tiempo prescrito, o por el viudo.

Los Esponsales y las “Arrhae Sponsaliciae”


La mujer era objeto de obligación entre el jefe de familia originario y aquel bajo cuya potestad debía
caer.
La obligación se contraía mediante sponsio; de aquí el nombre de sponsalia, que la promesa de
matrimonio conservó aún en la época histórica y conserva todavía entre nosotros. Era también natural que
fuese perseguible en la época antiquísima a que corresponde la compraventa real de la mujer; la antítesis,
que en los textos jurídicos no se haya establecida entre esponsales de derecho latino perseguibles por vía
de acción y esponsales de de derecho romano, no perseguibles, puede derivar de una mayor persistencia
de la antigua norma en las ciudades del foedus latinum, o quizá también de haberse conservado
casualmente el recuerdo de antiguas tradiciones relativas a una u otra ciudad del lacio.
De todos modos, se abrió camino, con el progreso del tiempo la idea de que la elección de la mujer
para si o para el sometido a potestad, y el juicio sobre la conveniencia de la colocación de la propia
descendiente, debiesen estar libres hasta último momento de todo vínculo.
El derecho posclásico tiende nuevamente a considerar los esponsales como el principio de una fase
preparatoria para las nupcias, durante la cual se aplica a los futuros cónyuges buena parte de las normas
jurídicas relativas al matrimonio.
Se ejercía sobre los esposos una coacción indirecta mediante las arrhae sponsaliciae.
Su origen se encuentra en oriente. Allí los esponsales consistían en la dación de una seña de
garantía, es decir el pago anticipado de una parte del precio prometido a quien ejercía la potestad sobre la
mujer. En consecuencia, si se rompía el compromiso por culpa del prometido o de su familia, las arras
fuesen retenidas por quien las había recibido y siéndolo por culpa de la prometida o de los suyos, debiesen
ser restituidas en el doble.
Las arras y las reglas a ellas relativas se construyeron sobre el principio romano de los esponsales
contraídos mediante declaración no solemne; hasta estuvo en vigor durante cierto tiempo la norma de la
restitución de las arras in quadruplum, que dio lugar a la de la retención o restitución in duplum. Las
penalidades con que se castiga a los sponsi perjuros se evitan solo cuando el desistimiento es motivado por
razones graves, como el mal comportamiento de la prometida o la impotencia del prometido.

Disolución del Matrimonio. El Divorcio


Respecto a la primera serie de causas de disolución del matrimonio corresponde distinguir según el
grado de la incapacidad y, en consecuencia, de la invalidez que viene a afectar el matrimonio.
Puesto que entre esclavos no se concibe relación matrimonial las causas productoras de capitis
deminutio máxima disuelven siempre el matrimonio.
De producirse en cambio una capitis deminutio media, matrimonium se hace iniustum, y por
consiguiente los hijos concebidos con posterioridad no caen bajo la potestad del padre; pero permanece
válido el iure gentium y en caso de readquisición de la ciudadanía es restituido en su plena validez en el
derecho civil.
En cuanto a la capitis deminutio mínima, que cambio a el status familiae, debió se causa de
disolución solamente en el matrimonio cum manu, o mas bien cuando no se podía contraer matrimonio sin
manus. Pero después del advenimiento del matrimonio sine manum, la salida de uno de los cónyuges de la
familia extinguiese sólo la manus, sin disolver el matrimonio.
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En el derecho clásico, el matrimonio se disolvía si por vía de adopción los cónyuges vienen a
hallarse en una relación de parentesco que resulte obstáculo para las nupcias, como si el suegro adopta al
yerno o a la nuera. La regla se mantiene en el derecho justinianeo sólo para la adoptio plena, no ya para la
minus plena.
En fin, el matrimonio puede disolverse por voluntad de ambos cónyuges o de uno de ellos. Para el
antiguo matrimonio cum manu es necesario distinguir entre la confarreatio y la coëmptio. El primero no
puede disolverse sino con una ceremonia religiosa correspondiente llamada diffareatio; la manus adquirida
mediante coëmptio es renunciable, o sea mediante remancipatio al padre de familia originario, sea mediante
emancipatio. Lo que equivale a decir que en la época primitiva la voluntad de los conyuges como tales en el
sentido de permanecer unidos en matrimonio, carecía de eficacia frente a los respectivos patres.
Para el matrimonio libre, así como el acto solemne que crea o transmite la potestad es sustituido
por el establecimiento de la unión conyugal, también el acto solemne que destruye la potestad es sustituido
por la desaparición de la affectio maritatis; el nombre divortium describe plásticamente el hecho de que los
cónyuges, después de haber recorrido juntos un trecho de la existencia se alejan por distintas vías.
El divorcio se produce toda vez que en ambos conyuges o en uno de ellos desaparece la affectio
maritales. En la época republicana, este estado de ánimo encontraba su expresión en la separación
material, acompañada por lo común con la declaración de uno u otro de los conyuges de querer romper con
ella el vínculo conyugal.
La falta de toda formalidad en tal declaración daba lugar a cuestiones complejas, y hasta ponia en
peligro el principio fundamental de la monogamia, pudiéndose con algún artificio interpretar el segundo
matrimonio como señal de la affectio correspondiente al primero.
En los orígenes el divorcio era visto desfavorablemente por la costumbre; el repudio no justificado
por graves razones fue castigado por el fas con la consagración de una parte de los bienes del repudiante a
Ceres, después por los censores con su nota.
La degeneración de las costumbres, rápidamente desarrollada en los últimos siglos antes de cristo,
hizo extraordinariamente frecuentes los divorcios, manteniéndose igualmente durante toda la época clásica.
La materia fue nuevamente sometida a examen varias veces en el tiempo transcurrido desde
Constantino hasta Justiniano.
Son favorecidos por el ordenamiento jurídico los divorcios bona gratia y ex iusta causa. Bona gratia
es el divorcio dispuesto por razones que nos son moralmente imputables a ninguno de los conyuges, pero
que hacen imposible la consecución de los fines normales del matrimonio.
En cambio es ex iusta causa el repudio por hecho imputable al repudiado; como el adulterio a la
mujer.
En esta hipótesis el repudiado incurre en sanciones pecuniarias, como la perdida de la dote o de la
donación nupcial o de una cuarta parte del patrimonio y puede ser forzado a recluirse en un convento.

Relaciones Patrimoniales Entre Cónyuges. La Dote y la Donación “Propter Nuptias”


El mas antiguo régimen del matrimonio romano, y especialmente la institución característica de la
coëmptio, muestra que en roma hubo un período primitivo en el cual la adquisición de una mujer en
matrimonio era considerada como una mera ventaja para la familia que la recibía, ventaja que debía
comprarse con dinero.
Había un caso en el cual la compra de la mujer llevaba consigo una adquisición patrimonial. Era el
de la mujer sui iuris, cuya conventio in manum hacía que el marido o quien ejerciese la potestad sobre él le
sucediese en todas las relaciones jurídicas transmisibles.
Cuando la idea de la mujer vendida y comprada como instrumento de procreación cedió su lugar a
la de cooperación económica entre los cónyuges en la vida económica y moral de la familia se difundió la
costumbre de que la mujer alieni iuris que, en virtud de la conventio in manum perdía toda expectativa de
sucesión respecto de la familia de que se separaba, entrase en la nueva acompañada por cierta cantidad de
bienes, que por una parte la indemnizase de la expectativa perdida y por otra representase su contribución
y la de los suyos en los gastos de la vida conyugal.
A estos bienes se los llamó dote.
Los derechos sucesorios de la mujer permanecían intactos, pero por costumbre el jefe de familia,
que había dotado a la hija, la excluía en su testamento de la herencia en provecho de los otros
descendientes, reproduciendo la situación del régimen de la coëmptio.
La obligación social de dotar se transforma en jurídica en el mundo posclásico, y mientras que
primeramente pesaba solo sobre el ascendiente paterno, ahora se extiende, de conformidad con la nueva
estructura económica de la familia, también a la madre pudiente.
La constitución de la dote no es un negocio jurídico en si, sino un fin económico que puede lograrse
con diversos tipos de negocios.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En el derecho justinianeo, la dote se puede prometer mediante convención no solemne, y es


admitida asimismo la reconstitución tácita, en un segundo matrimonio, de la dote ya constituida a favor del
primer marido y luego restituida a la mujer.
La dote puede ser constituida tanto antes del matrimonio, como al comienzo de la vida conyugal o
durante el matrimonio: en la primera hipótesis se entiende que la promesa o la transferencia de los bienes
tiene eficacia definitiva sólo cuando el matrimonio se realiza, considerándose este acontecimiento como
condición suspensiva si ha tenido lugar una promesa, resolutoria en caso de efectiva dación.
Según quien la constituya se distingue en profecticia y adventicia. La primera proviene del
ascendiente que tiene la potestad sobre la mujer; la segunda de cualquier otro, comprendida la mujer
misma.
Con respecto a la obligación general de restitución a la disolución del matrimonio, al principio, esta
nacía solamente si al negocio constitutivo de la dote se le agregaba una estipulación mediante la cual el
marido se comprometía a restituirla; surgía, en tal caso, a favor del constituyente, como de cualquier otro
acreedor por estipulación, una actio ex stipulatu
A esta hipótesis se aproximó mucho mas tarde el pacto de restitución, concluido entre las partes en
el momento de la datio dotis; el derecho posclásico ofrece en estas circunstancias al constituyente la acción
que tutela los contratos innominados. Pero ya en los últimos siglos de la república el concepto de que la
dote se hace propia del marido solo cuando pesan sobre él las cargas del matrimonio llevó a reconocer a la
mujer, cuando el matrimonio se disolviese por divorcio, un hecho a la restitución, y con este fin se creó una
acción rei uxoriae, cuyo juez debía estimar caso por caso; por ello, tal acción fue equiparada con mucha
frecuencia a los bonae fidei iudicia, y hasta bajo ciertos aspectos incluida en esta categoría.
La acción corresponde a la misma mujer si es sui iuris y siempre que la dote sea adventicia o el
padre haya muerto; de otra manera, es requerida por el padre, pero con el consentimiento de la hija. El
derecho a la restitución es personalísimo y la acción no puede, en consecuencia, ser intentada por los
herederos de la mujer.
La restitución, que debe ser inmediata para las cosas no fungibles que no han sido estimadas, se
hace, en cambio, en tres cuotas anuales, si se trata de dinero o de otras cosas fungibles o de dos
aestimata.
Mientras de esta manera se precisaba el contenido de la actio rei uxoriae, se ampliaba su
aplicación. Surgida solo para la hipótesis del divorcio y como dirigida exclusivamente contra el marido, se la
aplicó también al matrimonio disuelto por muerte del marido mismo; intentándose contra los herederos de
éste; y para la dos profecticia se admitió que el pater familias pudiese obrar rei uxoriae también después de
la muerte de la hija.
La restitución debe hacerse en general inmediatamente para las cosas fungibles no estimadas y
para las cosas no fungibles o aestimatae dentro del año.
El refuerzo de los derechos de la mujer sobre la dote se manifiesta también en la rei vindicatio utilis
que el derecho posclásico le concede para perseguir las cosas dotales contra el marido o contra cualquier
tercero, y en la hipoteca general que en la misma época le es atribuida sobre los bienes del marido, en
garantía de la buena administración y de la exacta restitución.
Los bienes de la mujer sui iuris no constituidos en dote continúan en el matrimonio sine manu, en su
propiedad, y puede disponer de ellos en los límites y formas permitidos por los principios generales.
El extremo cuidado con que el derecho Justinianeo regula la institución de la dote, y el hecho de
que esta regulación no sea prácticamente muy distinta a la del derecho clásico, hace poco visible un
desarrollo que ha transformado profundamente el régimen de las relaciones patrimoniales entre cónyuges.
La institución sobre la cual se afirma la reforma y que tiene en la compilación un lugar inadecuado a
su importancia practica, es la donación del marido o por otro por cuenta suya a la mujer, a la que antes de
Justiniano se daba el nombre de donatio ante nupcias y después el de donatio propter nupcias.
La diversidad de las costumbres locales produjo una serie de disposiciones algo heterogéneas. Un
punto de vista en el cual la legislación imperial parece mantenerse firme, es el de la conexión entre
donación nupcial y dote, en el sentido de que, así como la segunda es restituida a la mujer en caso de
prefallecimiento del marido, la primera es restituida al marido en caso de prefallecimiento de la mujer.
Mientras la dote, destinada ad onera matrimonii ferenda, es normalmente entregada en el acto del
matrimonio, la donación nupcial revela su fin de garantizar el porvenir de la mujer en el hecho de que a
menudo consiste en una deuda que él contrae para la fecha de la disolución del matrimonio.
Mas tarde, primero solo para la hipótesis de segundas nupcias y después con carácter general se
dispuso que a la muerte del marido la mujer adquiriese la propiedad de la donación nupcial solamente si del
matrimonio no hubieran nacido hijos, y que en el caso opuesto adquiriese solamente el usufructo,
correspondiendo la propiedad a los hijos.
Bajo este aspecto, donación y dote pueden considerarse instituciones concurrentes al fin único de
garantir la prosperidad de la familia. Otro fin que tenía esta dote era afirmar enérgicamente la paridad de los
cónyuges frente a las cargas del matrimonio.
113
La misma paridad se quiso ver observada en los llamados lucros nupciales, cuotas de la donatio
garantidas en propiedad a la mujer aunque del matrimonio estuviesen por nacer hijos, o cuotas de la dote
sustraídas a la obligación normal de restitución y de esta manera garantizadas al marido.
El mismo nombre de donatio propter nupcias precede apenas en algunos años al reinado de
Justiniano y corresponde al tiempo en que el gran legislador hacía sus pruebas al lado de su tío y antecesor
Justino I.
El sistema de los dos aportes iguales, que pueden absorber también todos los bienes de los
cónyuges, demuestra una orientación del derecho romano último en sentido opuesto al principio de la
separación de los patrimonios vigente en derecho clásico.
Hasta que punto el nuevo sistema se ha aproximado prácticamente a la comunidad de bienes, es
un problema que sólo podría resolverse cuando se pudiera establecer para gran número de casos que parte
del patrimonio de los esposos era donada propter nupcias y constituida en dote, cuántas veces el
patrimonio de uno servía para integrar o sustituir la concesión del otro, cómo las diferentes provincias
anticiparon, desarrollaron o, eventualmente, rechazaron la tendencia de que en la legislación justinianea se
recoge el esbozo.

Concubinato y Contubernio
Se llama concubinato a la unión permanente entre personas de distinto sexo, sin la intención de
considerarse marido y mujer. Semejantes uniones tuvieron en el mundo romano gran difusión, por las
prohibiciones que el ordenamiento jurídico decretaba contra ciertos matrimonios, sobre todo de senadores
con libertinas, de cualquier ciudadano con prostitutas, de gobernadores de provincia con mujeres de la
misma provincia, de los militares, etc. Cuando tales disposiciones prohibitivas no se fundaban sobre una
grave exigencia moral, la jurisprudencia no consideraba las uniones en cuestión como reprobables, sino
como perfectamente lícitas con la salvedad de que no producían los efectos del matrimonio.
Solamente en la época posclásica la legislación interviene en esta materia, sea para regular en
alguna parte la posición recíproca de los concubinos, sea para evitar las consecuencias perjudiciales para la
prole. Este último camino es decididamente comprendido por Justiniano: los hijos de la concubina (liberi
naturales) se distinguen de los vulgo concepti, se hacen capaces de legitimación, adquieren también sin ella
algún limitado derecho de sucesión. Por otra parte, queda permitido tener en concubinato también a una
mujer honesta con tal que esto sea solemnemente declarado y la mujer se resigne a sufrir una disminución
en la existimatio, y se prohíbe a la liberta concubina abandonar al patrón.
Algún relieve tiene también, desde la época clásica, el contubernium, es decir, la unión permanente
entre esclavos, que en la práctica no sólo tolerada, sino con frecuencia favorecida por los patrones.
Como en materia de obligaciones el régimen de obligaciones el régimen de las deudas y créditos
entre los libres se reproduce entre los esclavos en las llamadas naturales obligaciones, también aquí se
forman, bajo la égida del patrón, verdaderas familias serviles, y, es especialmente a los hijos de estas cuasi
familias que el derecho clásico da el nombre de liberi naturales; desde constantino en adelante la legislación
tiende a impedir, en las enajenaciones y en las divisiones de herencia, que las familias serviles sean
separadas. Contubernium es también la relación entre amo y esclava, y también los hijos nacidos de ésta
son liberi naturales.
El parentesco natural que procede de contubernio es, en materia de impedimentos matrimoniales,
semejante, por lo menos por el lado materno, al parentesco propiamente dicho; y en el derecho justinianeo
deriva también de él, si padres e hijos adquieren la libertad, un derecho de sucesión de éstos con relación a
aquellos.

Capítulo XXI:
La “Patria Potestas”

Como Se adquiere la Patria Potestad


Entre los modos de adquisición de la potestad prevalece en mucho el representado por la
procreación de hijos ex iustis nuptiis, ya desciendan inmediatamente del pater familias mismo o de sus
descendientes de grado ulterior.
Como integración de esta adquisición, eventualmente defectuosa por falta de connubium entre los
cónyuges, pueden considerarse las causae probaciones, en las aplicaciones ya señaladas.
La potestad se adquiere por el ascendiente también con posterioridad al nacimiento del
descendiente, por efecto de la desaparición de la potestad que pesaba sobre si mismo.
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En la hipótesis de la muerte del jefe de familia, el efecto en examen se produce inevitablemente; en


cambio, en caso de emancipación, puede evitarse con la expresa declaración de que los descendientes del
emancipado permanecerán bajo la potestad del emancipante.
El nombre de adopción deriva del uno de los dos actos, de estructura profundamente diversa, que
el derecho romano conoce; y precisamente de la adoptio, que es el traslado de un filius de una familia a
otra. En el mundo antiguo la importancia de la adoptio era superada por la de la adrogatio, con la cual un
pater familias se hacia súbdito de otra familia.
La adrogatio sirve para crearse artificialmente un heredero, y es, uno de los nombres del primitivo
testamentum calatis comitiis; fue admitida exclusivamente a favor de los patres familiarum.
La adoptio tuvo, en cambió la mas modesta función de facilitar el desplazamiento de las fuerzas
laborables, exuberantes en un grupo, hacia otro grupo donde faltasen; y fue, en consecuencia, un acto
meramente privado, que se cumplía entre los dos padres de familia interesados, como cualquier otro acto
del género, y sin que en él tuviese lugar la voluntad del adoptado.
De la adrogatio se ha dicho ya que se hacía originariamente en el comicio, y precisamente en el
comicio curiado, que es la mas antigua de las asambleas populares romanas; a propósito del testamentum
calatiis comitiis, que ya hemos dicho es la misma cosa, se ha comprobado que la asamblea de las curias
era convocada con este fin dos veces al año. El nombre se refiere a la interrogación que el presidente del
comicio dirigía al pueblo, para que manifestase si aprobaba el sometimiento de un ciudadano a la potestad
de otro.
La separación de la adrogatio del testamento y la supresión de su carácter legislativo dependieron
de dos circunstancias: por una parte, el desarrollo de nuevas instituciones, destinadas a disponer del
patrimonio para después de la muerte sin el artificio de llamar hijo al beneficiario; por la otra, la paulatina
desaparición de los comicios curiados frente a las nuevas asambleas, centuriada y tributa. Ya en los últimos
siglos de la república, el comicio curiado estaba simbolizado, para la adrogación, por los treinta lictores,
cuyo consentimiento, si todavía se manifestaba, no podía ser más que una formalidad sin importancia.
La adrogatio per populum no podía hacerse en las provincias.
El derecho antiguo organiza para la adoptio propiamente dicha un ceremonial complejo, cuya
primera fase sirve para extinguir la potestad del padre natural, y se desarrolla en la acostumbrada forma de
la emancipatio, mientras que la segunda es una reivindicación ficticia de la potestad por parte del adoptante.
Con relación a los requisitos, el derecho antiguo no exigía sustancialmente más que uno, que
consistía en que el arrogante o adoptante fuese varón y sui iuris; otras exigencias encontraron algún
reconocimiento a través de la autoridad de los pontífices que presidían el acto de la adrogatio y del
magistrado ante el cual se cumplía la adoptio, pero manteniendo firme la diferencia entre las dos
instituciones. En la adoptio se requirió, siempre con mayor insistencia, una diferencia tal de edad entre
adoptante y adoptado, que hiciese plausible la relación ficticia que se establecía; en cambio, se manifestó
mayor amplitud al admitir que fuesen objeto de ella las mujeres y los impúberes, y que aun a las familias
con prole numerosa se agregaran nuevos miembros por esta vía. En cambio, la función originaria de la
adrogatio llevaba a una práctica opuesta que consistió en considerar indiferente la respectiva edad de las
partes.
En excluir, por lo menos normalmente, la adrogación por parte de quien tuviese o pudiese encontrar
o esperar prole legítima.
El derecho posclásico sustituye a las conocidas tendencias jurisprudenciales un sistema de
verdaderos requisitos de la adopción, comunes a la adoptio y a la adrogatio. La nueva máxima según la
cual adoptio naturam imitatur hace que entre las edades del adoptante y el adoptado deba existir una
diferencia de tantas veces dieciocho años cuantos sean los grados de parentesco en línea recta que se
quieren establecer.
Se deroga el requisito fundamental de que el adoptante sea varón, admitiendo que la viuda privada
de hijos pueda adoptar por rescripto in solatium filiorum amissor um; a su vez las mujeres pueden ser tanto
adoptadas como adrogadas. La presencia de hijos no tiene ya para el adoptante varón ninguna importancia.
Desde el punto de vista de los efectos y solo en el campo de la adoptio propiamente dicha, una
constitución de Justiniano ha distinguido entre una adoptio plena, que hace adquirir al adoptante la patria
potestad y elimina todo derecho sucesorio del adoptado con relación a la familia originaria y una adoptio
minus plena, por la cual los vínculos del parentesco y las expectativas sucesorias frente a la familia de
origen permanecen intactas y solo se le agregan las nuevas con relación a los ascendientes por adopción.
La adoptio plena tiene lugar solamente si un descendiente es adoptado por un ascendiente; pero la
plenitud de los efectos en el campo sucesorio se tiene también cuando el abuelo paterno de en adopción un
nieto que por la presencia de su padre no tenga expectativa de sucesión.
El derecho último crea un nuevo modo de adquisición de la potestad: la legitimación, consistente en
colocar en la posición de hijos legítimos a los liberi naturales nacidos de concubinato. Parece que primero
Constantino hubiera permitido a los que vivían en concubinato considerar como legítimos a los hijos ya
nacidos, a condición de contraer matrimonio dentro de cierto término, y siempre que no tuviesen hijos de
115
precedentes nupcias; la concesión fue varias veces renovada por otros emperadores, hasta que dentro del
mismo siglo IV se transformo en institución estable la legitimatio por subsequens matrimonium.
Mientras tanto se había afirmado, con fines fiscales, la institución de la legitimación per oblationem
curiae. Puesto que los senados de las ciudades sobre los cuales pesaban enormes cargas financieras, eran
abandonados con cualquier excusa por aquellos que como ricos habrían debido formar parte de ellos, entre
los recursos arbitrados para mantener su eficiencia figuró el de conceder a los progenitores el derecho de
legitimar a los hijos naturales mediante la donación de un patrimonio suficiente para la admisión en las
funciones de decurión, y a las hijas mediante la constitución de una dote tal que permitiera hacer elegible al
marido para las mismas funciones. Esta forma de legitimación tiene sin embargo una eficacia mucho más
limitada que la precedente, en el sentido de que establece el parentesco y las relaciones correlativas
solamente entre el legitimante y el hijo; frente a cualquier otro pariente del progenitor, el legitimado
permanece extraño.

Como cesa la potestad


La causa principal de cesación de la patria potestad es la muerte del jefe a quien ella pertenece; a
la muerte están equiparadas todas las capitis deminutiones, con la salvedad de la reintegración que se
opera de pleno derecho como consecuencia del postliminium.
Para los sometidos a la potestad que se extingue, los efectos son diversos: la liberación de toda
potestad si el jefe de familia que muere o pierde la potestad es el ascendiente inmediato; en caso contrario,
la sumisión a una nueva potestad, que surge por derecho propio en el padre después de la muerte del
abuelo, o en el padre que es emancipado por el abuelo conjuntamente con la descendencia, o con el
extraño por quien el padre se ha hecho adrogar.
La potestad cesa también si el sujeto a ella pierde la libertad o la ciudadanía, o si es recibido en el
colegio de los flámines o en el de las vestales; en el derecho justinianeo, también por la asunción de los
cargos y dignidades de cónsul, prefecto del pretorio, obispo y semejantes.
Al primer fin tiende la exposición de los niños, amplísimamente practicada en la edad primitiva y
floreciente aún en la época clásica, especialmente en las clases bajas de la sociedad y en perjuicio de las
mujeres; al segundo fin la emancipatio.
La disposición de las XII Tablas que habla de tres ventas, menciona, como se ha visto, solamente al
filius; por eso se consideró suficiente para la emancipación de la hija y de los nietos una sola venta con
sucesiva remacipatio y manumisión.
La emancipación está en toda época remitida a la libertad de acción del padre: sólo los que han
sido adrogados siendo impúberes pueden, al alcanzar la pubertad, requerir y obtener, mediante un
procedimiento extra ordinem, la emancipación coactiva; y en el derecho justinianeo una coacción semejante
puede ser ejercida sobre cualquier pater, cuando la emancipación de los hijos es impuesta como condición
en una disposición testamentaria en su favor.

Contenido y Defensa de la “Patria Potestas”


Este poder es formalmente idéntico al dominio sobre las cosas corporales; y mas aún la potestad
sobre los esclavos, que tiene de común con la que se ejerce sobre los hijos, la indefinida posibilidad de
aplicaciones que le dan las aptitudes físicas y espirituales del objeto.
En el derecho justinianeo, la insistencia en afirmar el vigor de la patria potestas es mas bien un
obsequio a la tradición que la expresión del derecho vigente; la potestad justinianea se identifica mas bien
con la función del progenitor de educar y proteger a la prole, a la que todavía hoy damos el mismo nombre
con el cual los antiguos designaban el férreo poder del pater.
Personalmente, falta al hijo de familia toda libertad de acción; no hay acto jurídicamente lícito que el
padre no pueda imponerle o prohibirle. Sin embargo esta norma, establecida en tutela de la organización y
del patrimonio familiar, encuentra su límite en el derecho público, frente al cual el filiius familias, cuando
concurren los requisitos generales de sexo y de edad, totalmente equiparado al pater, con la consecuencia
de que puede participar en el comicio y presentarse como candidato a las magistraturas, sin que la potestad
a que permanece sujeto le cree impedimento alguno.
Las primeras restricciones al ejercicio de las recordadas facultades del pater familias son impuestas
por la costumbre, que prohíbe al pater matar al hijo si no ha sido declarado culpable por un tribunal de
parientes próximos, le impone proveer a la ejecución de la sentencia de muerte en formas respetuosas de la
libertad del condenado, restringe dentro de determinados límites la facultad de exponer a los recién nacidos
prohíbe la venta del hijo que ya se ha unido en matrimonio.
Desde el punto de vista patrimonial, el hijo de familia no puede en los orígenes ser titular de
derechos pues es solamente un instrumento de adquisición en provecho del pater. Cualquier cosa corporal,

116
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

derecho real, crédito, herencia, de que el hijo haga acto de adquisición, se entiende adquirido para el padre;
y el padre se hace por derecho civil propietario de la cosa o titular del derecho.
Por el contrario, la enajenación hecha por el hijo, la deuda por él contraída, estaban desprovistas de
efecto jurídico para el padre, salvo los casos que daban lugar a las acciones adiecticiae qualitatis. Es
verdad que por lo menos en la época imperial se admitió que el hijo se obligase por contrato y que la acción
fuese intentada por el acreedor contra él: pero no se podía proceder a la ejecución de la sentencia
condenatoria mientras durase la potestad.
Las consecuencias de la incapacidad de derechos fueron mitigadas, mediante la institución del
peculium. Es en este un conjunto de bienes que el padre asigna al hijo, toda vez que por razones
comerciales o de residencia o de dignidad, crea oportuno concederle cierta libertad económica: la
costumbre exigen que de él formen parte integrante las herencias y los legados atribuidos al hijo y la dote
que le hubiere llevado a la mujer.
El peculio era, en la consideración social, un patrimonio del filius familias, dentro de cuyo círculo las
adquisiciones y las pérdidas se operaban con plena eficacia por actos de disposición suyos propios,
mientras que las deudas por él contraídas en los límites del activo del peculio eran exigibles intentando
contra el padre la especial actio de peculio.
Es probable que desde la época republicana los padres acostumbrasen considerar como parte del
peculio lo que el hijo adquiría en el servicio militar, a titulo de sueldo, de donativo o de participación en el
botín. Pero en la crisis de la república y en los comienzos del imperio, el desarrollo de los donativos y la
transformación del servicio militar en obligación de todo ciudadano en oficio retribuido, hicieron sentir la
oportunidad de sustraer la suerte de los bienes en cuestión al arbitrio de los padres; y, por otra parte, la
siempre creciente entrada de elementos provinciales en el ejército obligó a tener en cuenta la concepción
difundidísima en Oriente, de que el hijo de familia pudiese tener un patrimonio propio.
El régimen se extiende, siguiendo la extensión que en él asume el concepto de militia; son así
equiparados al peculio castrense los bienes adquiridos en las dignidades o en los servicios de corte, en los
oficios imperiales, en la abogacía, en el sacerdocio, cuando tales actividades no llevan directamente
consigo la extinción de la potestad.
Todas estas entradas se distinguen con el nombre de peculium quasi castrense.
El concepto del peculio castrense y del cuasi castrense se extiende también por otra vía, en cuanto
se comprenden en él además de los bienes adquiridos a causa del servicio, también los provenientes de
donaciones hechas al hijo de familia cuando ha estado enrolado u ocupado en el servicio público y, por
efecto de una constitución de Adriano, a la herencia de la mujer.
Pero la reforma mas grande en la situación de todos los filii familiarum esta en la institución a que
se dio el nombre de adventicium. A partir de Constantino formaron parte de él los bona materna,
provenientes de la herencia testamentaria o legítima de la madre; posteriormente los bona materni generis,
provenientes de los ascendientes maternos.
De estos bienes es propietario el hijo de familia, y con la emancipación que es de uso al
cumplimiento de la mayoría de edad adquiere el goce de ellos con la facultad de testar; el padre es su
usufructuario, con facultad de pagar las deudas conexas con la adquisición de los mismos bienes de
vender las cosas perecederas, pero con la obligación de sustituir en el usufructo las cosas vendidas por su
precio y de rendir cuentas de la administración. Sin embargo, también el usufructo es negado al padre si él
ha rehusado su concurso en la adquisición, o si los bienes fueron donados al hijo bajo la condición de que el
padre no tenga su goce, o si, finalmente, proceden de la herencia de otro hijo, dividida entre el padre y los
hermanos supérstites.
Un desarrollo paralelo se produjo con relación a la capacidad del hijo de familia para ser actor en
causa propia. Mientras el ius civile le negaba esta capacidad, el pretor admitió, con una cláusula especial
del edicto, que él pudiese intentar la acción de injurias cuando la ofensa recibida no pudiese ser vengada ni
por el pater por hallarse éste ausente, ni por un procurador del padre mismo.
En la cognitio extra ordinem los hijos de familia fueron admitidos con mayor amplitud; y el
predominio del sistema de las cognitiones concurrió con los nuevos criterios sobre el ordenamiento de la
familia a determinar la tendencia del derecho posclásico y justinianeo de conceder al filius familias toda
suerte de acciones, cuando circunstancias graves impidieran al padre obrar en tutela de sus intereses.
El ejercicio de la potestad puede se turbado, ora por la actividad de extraños que se comporten con
relación al hijo de otro como si fueran los titulares de la potestad. De la primera hipótesis no se ocupa el
ordenamiento jurídico; corresponde al padre llamar al orden o buscar al hijo, comprobar su culpa y
castigarlo. La segunda, en cambio, daba lugar, desde la época más antigua, a un proceso que, por la
analogía que los antiguos veían entre propiedad y potestad, se desarrollaba en las formas de la actio
sacramenti in rem, y también en un primer estadio de la época del procedimiento formulario se consideró
aplicable a esta relación la rei vindicatio.

117
Sucesiones y Donaciones
La Herencia.

El Testamento
El mas antiguo testamento, el calatis comitiis, es la adopción de un pater familias (adrogatio),
cumplida en persona de los comicios curiados, convocados a este fin por el pontífice máximo dos veces al
año.
Parece que los romanos hubieran conocido medios destinados a determinar, en la inminencia de un
grave riesgo, la suerte eventual de uno u otro objeto en propiedad individual. A este fin parece haber servido
el llamado testamentum in procinctu, realizado durante la guerra, inmediatamente después de consultados
los auspicios para la batalla, y destinado a que el ciudadano soldado pudiese disponer de sus armas y de
otros objetos queridos.
En un momento posterior, el fin de asegurar a determinadas personas, bienes particulares, se
alcanzó mediante un gestum per aes et libram, que tomó el nombre de mancipatio familiae. El disponente
vendía su patrimonio, en bloque y con la inteligencia de que la venta debiese tener efecto después de la
muerte, a un hombre de confianza; y le indicaba a este, de viva voz o en un escrito que le entregaba, los
destinatarios de los diversos bienes.
El típico testamento romano, nació solamente cuando el antiguo acto de nombramiento del
heredero se fundió con la mancipatio familiae. En este nuevo y complejo negocio jurídico, que lleva el
nombre de testamentum per aes et libram, el familiae emptor es un figurante que, aparte de no adquirir
nada de la herencia, no toma ingerencia siquiera en la ejecución de las disposiciones; en la declaración que
pronuncia cuando hace acto de adquisición del patrimonio, el alcance de esta aserción está limitado por las
palabras endo mandatelam team custodelamque meam, y mas todavía por la explícita observación de ser
ésta una mera formalidad.
Solo excepcionalmente la redacción misma del testamento ocurría en presencia de los testigos, del
libripens y del familiae emptor, recogiéndose por otra persona de confianza las últimas voluntades del
testador.
Estas operaciones fueron minuciosamente reguladas en la época de Nerón, sobre todo con el fin de
evitar las falsificaciones. El testamento debía contener al principio la institución de uno varios herederos, en
la forma L. Titius heres esto o L. Titius C. Seius, etc. Heredes sunto, a la cual podían agregarse
desheredaciones, legados, nombramientos de tutores, manumisiones.
Entre las formalidades descritas, externas e internas, la conciencia social fue estableciendo una
jerarquía, según la mayor o menor importancia sustancial. Por eso el pretor confirió la bonorum possesio
secundum tabulas a quien hubiese sido instituido heredero en un documento sellado por siete testigos: en
ese sentido se habla de testamentum praetorium.
De la observancia de las referidas solemnidades estuvieron exentos, por privilegio, los militares, a
los cuales una disposición autorizó para hacer testamento en la forma que mejor les pareciese: no solo
respecto de la forma externa, sino también del principio que imponía la institución de heredero en la cabeza
del testamento, y del que prohibía la concurrencia entre la delación legítima y testamentaria, y de cuantos
otros limitaban con normas inderogables la libertad de testar de los burgueses.
En la época posclásica, la oposición entre testamento civil y pretorio adquiere un sentido totalmente
nuevo.
El testamento civil solo se consideraba balido si era ológrafo, es decir, únicamente extendido de
puño y letra del testador.
Por su parte, la legislación imperial introduce la obligación de las suscripciones del testador y de los
testigos, que deben indicar por lo menos la naturaleza del acto; si el testador es analfabeto o está impedido
para escribir es necesario que alguien suscriba por él.
En los tiempos de Justiniano lo redactaba un notario de profesión, quien daba forma jurídica a las
declaraciones hechas por el testador en presencia de los testigos; las suscripciones de estos ya no servían
para la sola garantía de la autenticidad de las tabulae, sino que hacían fe de la correspondencia de las
cláusulas escritas con las declaraciones verbales.
Testamentos especiales son: el del ciego, en el cual la intervención del tabularius se hace necesaria
bajo pena de nulidad; el tempore pestis conditum, que renuncia al principio de la unitas actus permitiendo a
los testigos ir a suscribirlo separadamente; el ruri conditum, para el cual los testigos pueden ser analfabetos,
siempre que después de la muerte del testador juren que su voluntad fue exactamente reproducida.
Testamento extraordinario se ha hecho ahora también el antiguo testamentum militis, permitido a los

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

militares solamente durante la guerra y, por el contrario, extendido también a los no militares que siguen al
ejército.
Al formalismo externo se agrega el interno, que tiene mucha importancia con respecto a la heredis
institutio.
La persona del heredero debe estar indicada claramente y de modo que corresponda a la efectiva
voluntad del testador; no es, sin embargo necesario que sea llamado por el nombre; basta con una
circunlocución que designe netamente a una persona cierta y en la época posclásica también a una pesona
jurídica.
El heredero puede ser instituido bajo condición suspensiva, con tal que esta no se reduzca a remitir
la institución al mero arbitrio de un tercero; no puede ser instituido ni bajo condición resolutoria ni bajo
término porque esto representaría una derogación a la regla semen heres semper heres, vestigio de la
estructura primitiva de la herencia.
Si no se ha hecho asignación de partes, rige la regla concursu partes fiunt, que implica igualdad de
cuotas entre los aceptantes.
El derecho justinianeo considera a los instituidos ex re certa como herederos en partes iguales
respecto al patrimonio, beneficiados además con legados en cuanto a las res certae mencionadas.
Si se trataba, sin embargo, de dos conjuntos patrimoniales enteramente distintos, también los
créditos y deudas relativos accedían a las cosas corporales que en ellos estaban comprendidas.
Del principio nemo pro parte testatus pro parte intestatus decedere potest, deriva el ius
adscrescendi. Consiste en que, desapareciendo uno de los instituidos, su porción vaya a aumentar
proporcionalmente las cuotas de los coherederos que pueden y quieren aceptar.
Las reglas del ius adcrescendi fueron temporariamente subvertidas por la legislación matrimonial de
Augusto, que para castigar a los célibes y a los cónyuges sin prole y para beneficiar a las familias fecundas,
impedía a los primeros la adquisición en todo o en parte de las cuotas hereditarias que se les atribuyese en
el testamento de un extraño o pariente lejano, y reducía los legados entre marido y mujer cuando
excediesen cierta medida, asignando los bienes que quedaban vacantes a los casados con prole que
hubiesen sido contemplados en el mismo testamento, aunque fuera como legatarios.
La institución de uno o varios herederos puede perseguida por sustituciones, es decir por
disposiciones que llaman en segundo lugar a la herencia o a sus cuotas a otras personas.
El derecho clásico conoce dos tipos de sustitución, que solamente tienen de común entre si los
pocos rasgos genéricos hasta ahora fijados: la vulgar y la pupilar.
La sustitución se llama vulgar cuando el segundo heredero es llamado para la eventualidad de que
el primero no pueda o no quiera aceptar la herencia, y va por lo común acompañada por un término
impuesto al llamado en primer lugar para la aceptación solemne.
Puede haber también sustituciones de grado ulterior, en el sentido de que al llamado en segundo
lugar lo reemplace un tercero, y así sucesivamente.
En la sustitución pupilar se encuentran en su más clara expresión aquellas tendencias místicas que
hacen del causante y del heredero familiar una sola persona. Se produce la sustitución pupilar cuando el
padre nombra un heredero al suus impúber, para el caso de que muera antes de la pubertad. Dada la
estructura de esta sustitución, no es ni siquiera necesario que ella esté comprendida en el testamento en
que el pater dispone de los propios bienes; por el contrario, el puede redactar dos documentos separados,
uno para su herencia y otro para la del filius, y esta costumbre es en la época clásica tan dominante que la
sustitución pupilar se indica también con el nombre de secundae tabulae.
Es Justiniano quien introduce un tercer tipo de sustitución, la cuasi pupilar o ejemplar, consistente
en el nombramiento de un heredero al descendiente enfermo mental para el caso de que muera en tal
estado. Esta sustitución no exige el requisito de la potestad sobre el demente, y puede, en consecuencia,
ser dispuesta por cualquier ascendiente, varón o mujer. Presupone que el furiosus haya sido instituido, y
parece que, en consecuencia, el sustituto solamente pudiera recoger la cuota asignada al enfermo mental.
Hay varias categorías de personas que aunque partícipes de la testamenti factio en cuanto pueden
ser instituidas herederas, son por una u otra razón incapaces de testar. En esta categoría están
comprendidos, para el antiguo derecho, por ejemplo, los esclavos, los hijos de familia, los impúberes, etc.
Diversas situaciones fueron luego atenuadas: así, a los servi publici se les permitió testar por la
mitad del peculio, a los hijos de familia por el peculio castrense y cuasi castrense, y por el derecho
justinianeo pueden testar también los locos en los intervalos de lucidez y los sordos y mudos que observen
formalidades especiales. En cuanto a las mujeres solo podían testar con la auctoritas del tutor legítimo.
Incapaces de ser instituidos son, las mujeres, respecto de los ciudadanos de censo superior a los
cien mil ases.
La prohibición de instituir a los liberi naturales, sancionada por constantino, fue reducida pocos
decenios después a una simple limitación de la cuota de que se podía disponer en su favor.

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Al lado de esos qui heredes institui non possunt están los que, aun pudiendo ser instituidos, no
pueden hacer propios los bienes hereditarios, y aquellos a quienes la herencia ya adquirida se les retira a
causa de indignidad.
En la concepción romana como en la actual, el testamento es un acto esencialmente revocable: los
romanos observaron con energía el principio que quiere al testador libre de cambiar las disposiciones hasta
el último momento.
La revocación del testamento no es, en el sistema romano, un negocio jurídico autónomo; por el
contrario, un testamento solo puede ser revocado por otro testamento, y la revocación se produce aún sin o
contra la voluntad del testador, cada vez que el nuevo testamento sobrevenga.
A las consecuencias de esta revocación obvió el pretor concediendo, en las hipótesis de apertura,
cancelación o destrucción voluntaria del testamento por parte del testador, la bonorum possessio sine
tabulis a las personas a quienes la ley o su propio edicto hubiera llamado ab intestato y defendiendo a los
bonorum posesores así investidos contra los herederos instituidos en el testamento destruido.
En el derecho justinianeo subsistió la máxima de la incompatibilidad de los testamentos sucesivos.
Solamente la herencia de un militar podía desde la época clásica ser deferida sobre la base de varios
testamentos si, siendo las disposiciones compatibles entre si, resultaba la intención del testador en el
sentido de que fueran simultáneamente aplicados.
El testamento clásico, que era generalmente escrito y sellado, exigía un ceremonial de apertura. En
el acto de la apertura tenían facultad para intervenir, aparte de los parientes más próximos, aquellos a
quienes el depositario del testamento había indicado en el acto de entregar el documento a la statio, como
probables heredes scripti; tenían la obligación de intervenir en él los testigos, para reconocer los propios
sellos.

La Sucesión Intestada
La antigua costumbre no conocía otros herederos que los sui: tales son los hijos que han
permanecido bajo la potestad del causante hasta su muerte, la mujer in manu que es loco filiae y todos los
descendientes de grado ulterior, comprendidas las nueras y esposas in manu de los nietos, que por el
prefallecimiento o emancipación de los ascendientes intermedios se hacen sui iuris a la muerte del
causante. Entre los hijos la herencia se divide por cabezas; si uno o mas de los varones que han
prefallecido ha dejado descendientes, se divide por estirpes, en el sentido de que se hacen tantas partes
cuantos hijos o estirpes filiales concurran, y dentro de cada estirpe filial tantas partes como nietos o estirpes
de nietos concurran, cualquiera que sea en cada estirpe el número de los nietos y biznietos.
Es éste el criterio que la legislación moderna, que lo adopta, da el nombre de “representación”
Cuando faltase el heres suus, y el difunto no hubiese creado artificialmente uno mediante la
adrogatio-testamento, la costumbre primitiva debía estar bajo el influjo de varias tendencias: las tierras de
las gentes patricias, de las cuales cada gentil gozaba a título precario, volvían a confundirse con el
patrimonio colectivo de la gens; en los consortia plebeyos, la cuota perteneciente a cada uno de los
hermanos o primos iba a acrecentar las cuotas de los supérstites; de otra manera se aplicaba la regla según
la cual los bienes que quedaban sin titular eran res nullius, ocupables por cualquiera.
Todos los agnados del mismo grado eran llamados a la herencia por cabezas, cualquiera que fuese
el tipo de parentesco. Ninguna diferencia parece que hicieran las XII tablas con relación al sexo; pero la
jurisprudencia, elaborando la norma decenviral según el criterio inspirador de la lex voconia.
Entre agnados del mismo grado ulterior están excluidos por los de grado anterior, aunque éstos no
acepten la herencia, y que la existencia de un agnado excluye definitivamente a los gentiles. Entre agnados
del mismo grado, las cuotas son distribuidas no sobre la base del número de los existentes sino sobre la del
número de los aceptantes: también aquí, como entre coherederos testamentarios, concursu partes fiunt.
Esto vale para la sucesión de los ingenui; la herencia de los libertini corresponde a los heredes sui,
pero el puesto de los agnados es ocupado por el patrono o no en caso de prefallecimiento, por sus
descendientes varones.
Lo mismo que a los libertinos, estas reglas también se aplican a los manumissi ex causa mancipii, y,
en consecuencia, el padre sucede al hijo emancipado que muera sin descendientes e intestado; es ésta la
única hipótesis en que el antiguo derecho romano tiene lugar la sucesión intestada del ascendiente varón al
descendiente.
Distinto es el caso del libertino ex lege Iunia Norbana, cuyos bienes son devueltos al patrono como
si hubiese continuado siendo esclavo; no basta, para equipararlo a los otros libertinos, la eventual
adquisición posterior de la ciudadanía, sino que es necesario, por lo menos por regla, que la haya obtenido
con el consentimiento del patrono.
Hacia fines de la República este sistema parecía bajo muchos aspectos repugnante;

120
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Las correcciones mas urgentes las llevó a cabo el pretor con el sistema de la bonorum possessio
sine tabulis. A ella son llamados, en primer lugar, los liberi, en cuya categoría están comprendidos
conjuntamente con los sui también los descendientes que han salido de la potestad del causante, con tal de
que en el momento de su muerte no formen parte de otra familia. Aplicándose también a esta bonorum
possessio el principio de la representación, el nieto emancipado quedaba excluido por su padre que había
permanecido en potestad.
Los pretores republicanos habían ya previsto y evitado otra iniquidad. Por lo común, era fin de la
emancipación la autonomía económica del descendiente; mientras por esta vía podía formarse un
patrimonio propio, esto era impedido a los descendientes que quedaban bajo potestad, que continuaban
adquiriendo para el pater y que ahora corrían el riesgo de perder una parte del fruto de sus fatigas.
A falta de liberi, el pretor llamaba a la bonorum possessio a los legitimi, es decir los agnados; a falta
de agnados, a los cognati, es decir los parientes por vía femenina hasta el sexto grado inclusive, y junto con
ellos a los ex agnados salidos de la familia por emancipación; a falta de cognados, al cónyuge supérstite.
En este sistema lo que todavía sorprende es el ínfimo lugar ocupado por la sucesión entre madre e
hijo, reducida en los limites de la bonorum possessio unde cognati. Pero la exclusión se mantenía firme por
aquel gran poder de la familia originaria de la mujer, de que se ha hablado a propósito de la tutela de las
mujeres.
La sucesión de los hijos a la madre fue regulada por el senadoconsulto Orficiano, con preferencia a
los citados senadoconsultos, son heredes del liberto no fueran descendientes propiamente dichos sino
adoptivos o mujeres in manu, sea en el sentido de una mas adecuada valoración de las diversas
situaciones a que la manumisión podía dar lugar.
En reemplazo de los hijos premuertos, son llamados a la sucesión de la abuela los nietos, según el
principio de la representación, pero con una deducción a favor de los hijos inmediatos supérstites o de los
agnados, que solo Justiniano deroga.
Sin embargo, en las grandes compilaciones justinianeas la equiparación entre parentesco civil y
parentesco de sangre, entre agnados y cognados, esta todavía en estado de tendencia, plenamente
actuada en un primer orden de colaterales: los hermanos y hermanas con sus descendientes.
Con la novela 118 de Justiniano se tuvo una reforma radical. Según estas disposiciones, tanto a los
hombres como a las mujeres suceden a los parientes de la sangre, sin distinción entre línea paterna y
materna, entre miembros de la familia communi iure en el sentido antiguo y miembros que salieron de ella
por capitis deminutio. De los parientes, que son ahora todos cognati, hace Justiniano cuatro clases:
pertenecen a la primera los descendientes que suceden por estirpes. A la segunda, los ascendientes que
suceden por ramas y conjuntamente los hermanos y hermanas germanos y sus descendientes, que
suceden por estirpes; dividiéndose la herencia en tantas cuotas como sea la suma de las ramas
ascendientes y de las estirpes fraternas concurrentes; a la tercera, los hermanos y hermanas
consanguíneos, siempre llamados por estirpes con sus descendencias; a la cuarta todos los otros parientes,
que suceden en orden de grado y en el mismo grado por cabezas.
Para asegurar la paridad del testamento entre los descendientes, la novela 118 sistematiza
definitivamente también la institución de la collatio, que ya se había afirmado en constituciones de
precedentes emperadores con el mismo nombre pero con el mismo nombre pero con una función
totalmente distinta que la de la collatio pretoria.
Quedan sujetas a colación la dote, la donatio propter nupcias, la suma entregada por el padre para
adquirir un cargo para su hijo; las donaciones menores solo deben colacionarse frente a quien, por su parte,
colaciona alguna de las donaciones indicadas. La colación tiene lugar llevando directamente los bienes a la
masa hereditaria o por imputación, es decir, descontándose su valor en el acto de la división.

La Sucesión Contra el Testamento


Aparte de la influencia que sobre la posición del problema pudo tener antiguamente la concepción
familiar de la propiedad, también en tiempos posteriores dos tendencias se oponen o se concilian; el
respeto por la última voluntad del testador, y la exigencia de asegurar las mejores condiciones de vida a sus
parientes mas próximos, sobre todo a aquellos frente a los cuales él ha asumido, al procrearlos, las mas
graves responsabilidades.
Del principio originario, que excluía el nombramiento de un heres habiendo hijos, derecho romano
pasó, en una época no determinable pero indudablemente anterior a la redacción de las más antiguas obras
jurídicas, a una absoluta libertad de testar. Fenómeno que puede parecer singular solo a quien quiera
sobreponer al espíritu formalista de los antiguos las diversas exigencias del pensamiento moderno, y no
tenga en cuenta la gran función moderadora de la costumbre.
El puente de paso de la antigua a la nueva concepción esta en la exheredatio. Esta fue quizá
primero un acto solemne y autónomo de desposesión de la cualidad de heredero, cumplido por el padre
para castigo del hijo indigno y como necesaria preparación a la adopción de un extraño: pero se transformó

121
después, con la separación de las dos ideas de filius y de heres, en una simple declaración testamentaria
que excluía a ciertos descendientes de la herencia. Surgió así el principio sui aut instituendi sunt aut ex
heredando, que impuso al testador la obligación alternativa de instituir a los descendientes inmediatos bajo
potestad o bien de hacer seguir al nombramiento de los herederos la expresa desheredación de los
descendientes excluidos.
Los modos de la desheredación y las consecuencias de la eventual preterición son diversos según
que el suus (existente o póstumo) sea un hijo o bien una hija o descendiente de grado ulterior. Para el hijo la
desheredación debe hacerse nominatim con expresiones que designen netamente a la persona; mientras
que para la hija y para los descendientes ulteriores basta la llamada exheredatio Inter. Ceteros. En cuanto a
las consecuencias, la preterición de un hijo quita al testamento todo su vigor, de manera que caen todas las
instituciones en él contenidas y las libertades y los legados, abriéndose la sucesión legítima; en cambio, si
se han omitido las hijas o los descendientes de grado ulterior, el testamento conserva su eficacia, salvo que
los preteridos concurren con los herederos testamentarios por una cuota calculada sobre el número total de
las estirpes concurrentes, si los instituidos son otros sui, o por la mitad del patrimonio si son extraños.
En una sola hipótesis el pretor crea, bajo el mismo nombre de bonorum possessio contra tabulas,
una sucesión necesaria material; es la de patrono y de sus descendientes, a quienes se deja a salvo contra
toda disposición testamentaria, y sin facultad de desheredación, la mitad del patrimonio del liberto que
hubiese muerto sin hijos o desheredando a los hijos.
Pero entre el fin de la República y el principio del imperio y probablemente como consecuencia de
los testamentos escandalosos que la corrupción de las costumbres llevaba consigo, se ofreció finalmente a
los mas próximos parientes, como medio de ataque contra la injusta desheredación, la querela inofficiosi
testamenti.
El procedimiento ordinario se reveló en muchos casos inadecuado, y la querela pudo deducirse en
forma de cognitio extra ordinem, en la cual el magistrado mismo o un juez, por el delegado, decidía la suerte
del testamento.
En el derecho justinianeo, que tiene la más perfecta expresión en la novela 115 del año 542, los
resultados prácticos a que el derecho clásico tendía se precisan en el sentido de crear una verdadera
sucesión necesaria material.
La pars legítima corresponde a los descendientes, a los ascendientes y también a los hermanos y
hermanas cuando son excluidos en beneficio de una persona torpe.
Los descendientes tienen derecho a la institución como herederos, pero en la estimación de lo que
a cada uno se le ha asignado se computan también los legados, las donaciones mortis causa, las
donaciones recibidas en vida.
El cambio en la concepción de la institución se hace patente en los medios concedidos al
legitimario. La querela inofficiosi testamenti se presenta en las compilaciones como una institución vigente,
pero ya no es un ataque contra el acto de última voluntad viciado por injusta ira o por reprobable odio
familiar, sino el ejercicio judicial de un derecho del legitimario a esa determinada parte de la herencia. La
querela conserva su antiguo nombre, y es también una forma de petituio hereditatis, si ha sido
insuficientemente beneficiado, se habla de acto ad suplendam legitimam. En todo caso la acción triunfante
del legitimario no elimina el testamento, pero sustituye por el actor a los instituidos en la medida en que
estos habían tomado su lugar, dejando intacta toda otra disposición.
La desheredación es admitida cuando no solo se hace nominatim, sino que está justificada por
motivos expresos y plausibles, cuya correspondencia con la verdad puede ponerla siempre en discusión el
legitimario.

122
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Unidad III: Hacia La Formación de la Sociedad


Feudal En Europa Occidental
A) Los Pueblos germanos

Perry Anderson: Transiciones de la Antigüedad al


feudalismo.

Primera Parte:
II: La Transición

El Marco Germánico
En tiempos de César, las legiones romanas tropezaron por vez primera con las tribus germanas,
eran agricultores sedentarios con una economía predominantemente pastoril. Imperaba un modo de
producción primitivo y comunal. La propiedad privada de la tierra era desconocida y todos los años los jefes
de las tribus decidían que parte del suelo común habría de ser arada y asignaban las diversas porciones a
los clanes respectivos.
Las redistribuciones periódicas impedían grandes diferencias de riqueza entre clanes y familias, los
rebaños eran propiedad privada y constituían la riqueza de los principales guerreros; los jefes militares de
carácter excepcional se elegían en tiempo de guerra. Muchos clanes eran todavía matrilineales. Esta
estructura social se modificó muy pronto con la llegada de los romanos.
Para comprar los artículos romanos, los jefes guerreros de las tribus vendían ganado o asaltaban a
otras tribus para capturar esclavos con objeto de exportarlos a los mercados romanos. En tiempos de
táctitos, la tierra ya había dejado de ser asignada a los clanes y era distribuida directamente a personas
concretas, mientras disminuía la frecuencia de las redistribuciones. El cultivo era muy cambiante, las tribus
carecían de una gran fijeza territorial. Este sistema agrario favorecía la guerra estacional y permitía
movimientos migratorios. Una aristocracia hereditaria, con riquezas acumuladas formaba un consejo
permanente que ejercía el poder estratégico en la tribu, aunque una asamblea general de guerreros libres
todavía podía rechazar sus propuestas.
Económica y políticamente, por medio del intercambio comercial y de la intervención diplomática, la
presión romana aceleró la diferenciación social y la desintegración de los modos de producción comunales
en los bosques germánicos.
Sus técnicas agrícolas eran más avanzadas y eran en su mayoría labradores con algunas
artesanías rurales y un alfabeto rudimentario. La economía visigoda dependía tanto del comercio
transdanubiano con Europa.
La asamblea general de los guerreros había desaparecido por completo. Un consejo confederado
de optimates ejercía ahora la autoridad política central sobre unas aldeas obedientes. Los optimates
formaban una clase poseedora, con fincas, séquitos y esclavos.
Mientras tanto y dentro del propio imperio romano los ejércitos imperiales utilizaban en sus filas a
un número creciente de guerreros germanos. Los aliados o clientes que conservaban su independencia
fuera de las fronteras romas, defendían los intereses romanos dentro del mundo bárbaro a cambio de
subvenciones financieras, apoyo político y protección militar.
Muchos guerreros germánicos libres se alistaban como voluntarios en los regimientos de roma,
atraídos por la paga y la promoción dentro del sistema militar del imperio. Había cierta mezcla de elementos
romanos y germánicos dentro del propio aparato del Estado Imperial.

123
Cuando toda Germania sufrió la conmoción provocada por la presión de los hunos y las tribus
comenzaron a lanzarse a través de las fronteras romanas, una nobleza con séquito solidificada y la riqueza
individual de la tierra había suplantado casi por doquier a la tosca igualdad originaria de los clanes.
De la colisión y fusión de ambas en su cataclismo final habría de surgir, en último término, el
feudalismo.

Las Invasiones
La unidad militar, política y económica del imperio de occidente quedó irreversiblemente
destrozada.
Ahogada o a la deriva su administración tradicional, las provincias cayeron en el desorden y la
confusión endémicos; el bandidaje y la rebelión social se adueñaron de grandes zonas; las culturas locales,
arcaicas y enterradas, resurgían a medida que la pátina romana se agrietaba en las regiones más remotas.
En la primera mitad del siglo V, el orden imperial había sido asolado por la irrupción de los bárbaros en todo
el occidente.
Las tribus germánicas que hicieron pedazos al imperio occidental no eran capaces de sustituirlo por
un orden político nuevo o coherente.
Los pueblos bárbaros eran todavía unas comunidades extremadamente primitivas. Ninguno de ellos
había conocido jamás un Estado territorial duradero; en lo religioso, todos eran ancestralmente paganos;
carecían de escritura. No hubo en ningún caso de una comunidad bárbara que se limitara a ocupar las
tierras romanas directamente contiguas a su originaria región de residencia. Los primeros estados bárbaros
reflejaban relativa debilidad y aislamiento. Se apoyaban fuertemente en las preexistentes estructuras
imperiales, que de forma paradójica conservaron, siempre que fue subjetivamente posible, en combinación
con sus equivalentes germánicos para formar un sistemático dualismo institucional.
El primero y más trascendental problema fue el de la disposición económica de la tierra. La solución
fue un modelo similar al de las anteriores prácticas romanas, particularmente familiares a los soldados
germanos, y, una ruptura radical con el pasado tribal, orientándose hacia un futuro social claramente
diferenciado.
La distribución de tierras bajo el sistema de hospitalidad probablemente afectó muy poco a la
estructura de la sociedad romana local: dado el pequeño número de conquistadores bárbaros, las sortes o
parcelas que se les asignaban nunca abarcaron más que una parte de los territorios situados bajo su
dominio.
En todos los pactos entre romanos y bárbaros sobre las divisiones de las tierras que han llegado
hasta nosotros intervienen únicamente dos personas: el terrateniente provincial y un germano.
Al cabo de una generación, aproximadamente, ya se había consolidado sobre la tierra una
aristocracia germánica, con un campesinado dependiente situado por debajo de ella e incluso en algunos
casos con esclavos indígenas.
La evolución política de los pueblos germánicos después de las invasiones confirmó y reflejó esos
cambios económicos. La formación del estado era ahora ineluctable.
Así como el proyecto económico de los primeros asentamientos germánicos se basaba en un
reparto formal de las tierras romanas, así también la forma política y jurídica de los nuevos estados
germánicos estaba fundada en un dualismo oficial que administraba y legalmente dividía el reino en dos
órdenes distintos.
Los reinos germánicos característicos de esta fase eran todavía monarquías rudimentarias, con
inseguras normas sucesorias.
La comunidad romana conservó normalmente su estructura administrativa, con sus unidades y
funcionarios condales, y su propio sistema jurídico, desempeñados ambos por la clase terrateniente de las
provincias.
Normalmente, subsistieron dos códigos legales diferentes, respectivamente aplicables a cada
población: un derecho germánico derivado de las tradiciones consuetudinarias y un derecho romano que se
mantuvo prácticamente sin cambios desde el imperio.
La organización social tribal era inseparable de la religión tribal.
La iglesia católica ignoró o desdeñó a los recién llegados al imperio. Los invasores adoptaron
unánimemente el arrianismo, y no la ortodoxia católica, y aseguraron en consecuencia su distinta identidad
religiosa dentro del común universo del cristianismo. La consecuencia fue una Iglesia germánica paralela a
la Iglesia Romana en todos los primeros reinos bárbaros.
El arrianismo germánico no fue ni fortuito ni agresivo; fue, por el contrario, un símbolo de
separación dentro de una cierta unidad aceptada.

124
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La mayoría de los dirigentes germanos se afanaron por restaurar la mayor parte posible de los
edificios romanos que inicialmente habían derribado.
Se mantuvo la esclavitud agrícola en gran escala junto con las otras instituciones rurales básicas
del imperio de occidente, incluyendo el colonato.
En el occidente mediterráneo la esclavitud rural continuó siendo un importante fenómeno
económico.
Mientras las ciudades continuaban su decadencia, el campo salio casi indemne de la primera ola de
invasiones; ninguna región del occidente romano fue lingüísticamente germanizada por ninguno de estos
primeros conquistadores.
La vida de estos primero estados bárbaros no fue muy duradera.
La siguiente oleada de migraciones germánicas fue la que determinó, de forma profunda y
permanente, el definitivo mapa del feudalismo occidental.
Estas migraciones fueron muy diferentes porque en todos los casos representaron una extensión
relativamente modesta y lineal desde una base geográfica de partida adyacente.
La sedimentación cultural de la segunda ola de conquistas fue mucho más profunda y duradera que
la primera.
La primera ola ya había barrido completamente toda resistencia organizada por el sistema imperial
en occidente.
Gradualmente tuvo lugar un lento proceso de difusión que integró a elementos germánicos y
romanos en una nueva síntesis que habría de sustituir a ambos. El mas importante de estos
acontecimientos es desafortunadamente el que ofrece una luz más débil a la historiografía posterior.
Ya no se hacía uso del sistema de hospitalitas. Se impuso un modelo dual y más amorfo de
asentamiento. Por una parte, los dirigentes francos y lombardos se limitaron a confiscar en gran escala los
latifundios locales.
El cambio de manos de la gran propiedad agraria fue probablemente mucho mayor en la segunda
ola de invasiones que en la primera.
La masa demográfica de las últimas migraciones fue considerablemente superior al de las primeras.
El derrumbe del dominio romano socavó la estabilidad del instrumento básico de la colonización
rural latina, el sistema de villae.
El modelo de los asentamientos rurales anglosajones contrastaba notablemente con el de la
agricultura romana que le había precedido y prefiguraba algunos de los más importantes cambios de la
posterior agricultura feudal.
Esta segunda ola de invasiones, a la vez que producía por doquier una aristocracia germánica
dotada de fincas mas extensas que nunca, pobló también el campo con duraderas comunidades aldeanas y
con núcleos de pequeña propiedad campesina.
Políticamente, la segunda oleada marcó o presagió el fin de las administraciones y los derechos
dualistas con la desaparición del legado jurídico romano. Los lombardos promulgaron un nuevo código legal
basado en las normas tradicionales germánicas, pero que muy pronto predominó sobre el derecho romano.
El derecho germánico pasó a ser gradualmente el dominante.
El separatismo religioso germánico comenzó a desaparecer. Los francos adoptaron directamente el
catolicismo. El reino lombardo aceptó el catolicismo. Con estos cambios se produjo un constante
intercambio matrimonial y un proceso de asimilación de las dos clases terratenientes, la romana y la
germana, allí donde coexistían.
La mezcla similar de las ramas romana y germánica en la iglesia exigió mucho más tiempo.
Es posible que las mejoras climáticas del siglo VII se plasmaron en un ciclo de tiempo algo más
cálido y seco, y el aumento en el crecimiento demográfico beneficiaran a la economía rural. Las monedas
de oro desaparecieron después del año 650,
Ni la simple yuxtaposición ni una tosca mezcla podían dar origen a un nuevo modo de producción
general, capaz de salir del callejón sin salida de la esclavitud y el colonato, y con él un nuevo orden social
internamente coherente. Únicamente una auténtica síntesis podía conseguir esto.

Hacia La Síntesis.
La colisión catastrófica de los dos modos anteriores de producción en disolución produjo finalmente,
el orden feudal que se extendió por toda la Europa medieval. El feudalismo occidental fue el resultado
específico de una fusión de los legados romano y germánico.
El mundo romano fue conquistado gradualmente desde dentro por los germanos, que habían
penetrado en él pacíficamente.

125
Heinrich Brunner:
Historia del Derecho Germánico

El Período Germánico

La vida Económica
Practicaban la caza; pero la ganadería constituía el punto central de su vida económica. El ganado
era dinero. Las penas pecuniarias se pagaban en cabezas de ganado. Su posesión, y no la posesión
territorial, era la base principal de la riqueza.
Por el tiempo de César no existía sobre los inmuebles ni propiedad privada ni disfrute separado. La
tierra se asignaba anualmente. En tiempo de tácito se encuentra ya en propiedad separada del particular
por lo menos la casa y el huerto. Nadie tenía interés en recibir más de lo que podía cultivar.
El derecho de los comarcanos sobre el suelo, el derecho a la casa y huerto, a la tierra laborable y a
la marca común, se resume como unidad económica en la expresión hufe.

La Sippe (Parentesco y Genealogía)


La condición jurídica y social de los habitantes libres enraíza en su Sippe.
La palabra Sippe tiene una doble significación. En un sentido el círculo total de los parientes de
sangre de una determinada persona, masculinos y femeninos; la comunidad de sangre puede transmitirse
por los varones o por las mujeres.
Los parientes masculinos del tronco masculino integran magen de la espada o de la lanza, y los
parientes femeninos y los varones de la línea femenina el magen del huso o de la rueca.
Sippe se llama también la asociación por razón del sexo y en este sentido tiene la sippe una
significación de derecho público. Su organización era de tipo agnaticio y a la vez asociativo sobre la base
jurídico paterna comprendía las personas descendientes en línea masculina de un tronco paterno común.
La estructura de la asociación de la sippe descansa en la igualdad de derechos de sus miembros.
La sippe desempeñaba ciertas funciones jurídicas de carácter público. Constituyó la asociación de
paz más antigua, excluía toda hostilidad o enemistad entre sus individuos. Si se daba muerte a un miembro
de la sippe venían obligados los demás a procurar la venganza de la sangre o a reclamar.
La sippe presta también ayuda a sus miembros en la administración de la justicia.
El deber de proteccion se exterioriza en medida mas elevada en relación a los menores y a las
mujeres a quienes faltare el poder tutelar del padre o del marido.
Unos y otras se encuentran bajo la tutela conjunta de la sippe.
Si un miembro caía en la indigencia, la sippe estaba obligada a su mantenimiento, y si moría, a
procurar una dotación de una cuantía tradicional.
La significación de la sippe como una asociación agraria, militar y religiosa desaparece
tempranamente.
Por grande que fuera la importancia de la sippe, sin embargo, no llegó a constituir un Estado dentro
del Estado.
Estaba permitido el abandono voluntario de la sippe. A su vez esta podía excluir al miembro para
quien no deseara existir abjurando de él en forma pública.
La asunción de derechos y deberes, tal como tenía lugar entre hermanos, se realizó entre hombres
no emparentados, en virtud de la fraternidad artificial creada por juramento y mezcla simbólica de la sangre,
institución a la que se reconduce el origen de corporaciones especiales, las gildas.

La Condición de las Personas


La población se estructura en libres, lites y siervos. El estado de los libres se divide en dos clases:
los libres comunes que formaban el núcleo del pueblo y los nobles, miembros de la estirpe dominante de
hecho, que gozaban de la más alta consideración y que solían suministrar al pueblo los reyes, los príncipes
y los eclesiásticos.
El siervo carece de derechos, es tenido por cosa y equiparado a los animales domésticos. Había
siervos asentados que vivían al modo de colonos y otros que servían como criados de la casa. Los liten
126
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

ocupan un grado medio entre los libres y los siervos, estado de semilibres que deben su nacimiento a la
sumisión voluntaria al vencedor.
El lite es sujeto de derecho, pero carece de libertad de domicilio y por la razón misma de su
nacimiento viene obligado a prestar servicios a su señor. El siervo pude ser promovido a la condición
semilibre mediante la manumisión o franqueamiento, sin que faltaran formas de manumitir privilegiadas que
determinan la libertad plena.

El Derecho y la formación del Derecho


El derecho era entendido como el ordenamiento de la paz general; no está escrito y
predominantemente es Derecho consuetudinario. Íntimamente fundido con la religión y los usos sociales, se
desenvuelve y perfecciona por la inmediata aplicación de las normas jurídicas en la vida del derecho. El
hombre libre conoce el Derecho en razón de la parte que obligadamente toma en la jurisprudencia pública.
Como sujeto de derecho sólo se cuentan los miembros libres del pueblo. El siervo y el extraño
carecen de derecho. El derecho es diverso en los diferentes grupos de pueblos.

La organización política
El antiguo estado germánico se ofrece como una corporación para la guerra y para el derecho de
los miembros libres del pueblo; descansa sobre bases democráticas, si al afirmarlo se prescinde del dato de
que carece de derecho la parte de la población que vivía en servidumbre.
La civitas es una comunidad de población singular, cerrada y con sustantividad política. El gau es
una subdivisión, una asociación territorial, que presumiblemente procede del asentamiento de una Villena.
Las gentes del gau se encuentran ordenadas en las centenas que sirven a los fines del ejército y de la
administración judicial.
El centro político de la civitas descansa en la asamblea del país. Se reúne en épocas determinadas
abriéndose y clausurándose con actos religiosos. Los miembros del pueblo acuden armados.
El concilium es asamblea del ejército. Decide sobre la guerra y la paz.
Es en el concilium donde se arma a los jóvenes y se recibe a los manumitidos como asociados de
pleno derecho. También es asamblea electoral donde tiene lugar la elección y reconocimiento del rey.
Actúa como asamblea judicial y juzga especialmente sobre delitos políticos y militares, traición a la
patria, deserción al enemigo y cobardía.
En todas partes, la dirección de la civitas compete a una o a varias estirpes dominantes.
De tiempo en tiempo, dentro de una misma Nación se truecan recíprocamente realeza y principado.
Los príncipes actúan como jueces en el pagus, acaudillan en la guerra la sección del ejército de su distrito y,
en su conjunto, forman un consejo de la civitas al que incumbe resolver los asuntos ordinarios y preparar los
de mayor importancia que correspondían al concillium Civitatis. A causa de que los Estados constituidos en
principado carecían de una autoridad suprema permanente, se hizo indispensable elegir un duque para al
dirección del ejército en caso de guerra y la necesidad de la representación sacral de toda la civitas condujo
a la formación de una especial jerarquía eclesiástica territorial. El rey es el jefe del ejército y sumo sacerdote
de la Nación y tiene la cualidad de juez presidente en el concilium. Bajo él se encuentran como virreyes los
principales de cada distrito.
Los reyes se hacen conceder las dignidades y los títulos de las magistraturas de Roma o Bizancio.
La población romana conserva su libertad, su derecho y sus bienes y sólo tiene lugar una
distribución de la tierra basada en el sistema romano por cuarteles. Cada possessor romano tuvo que
ceder una parte de su fundo al germano que le había sido atribuido por sorteo, siempre con el fin de
asentamiento permanente y no para un acuartelamiento transitorio. A causa de que esta clase de
asentamiento distribuía espacialmente los nuevos moradores entre los provinciales romanos, quedó
facilitada en grado sumo la rápida fusión de ambas nacionalidades.

El Ejército y la administración de la justicia


La necesidades de la comunidad eran cubiertas por las prestaciones personales de los habitantes.
Todo hombre libre presta gratuitamente el servicio militar. El ejército era el pueblo en armas. La religión
tenía un corte bélico, toda la materia de la guerra se desenvuelve bajo representaciones religiosas. El
servicio de la guerra era servicio a los dioses nacionales.
Se mantenía la disciplina del ejército se castigaban los delitos militares. La muerte gloriosa en la
batalla es tenida por el destino supremo a que puede aspirar el hombre.
La principal fuerza bélica de los germanos descansaba en los peones, que solían atacar ordenados
en batalla en forma de cuña.

127
Hombres libres armados se dedican como gente de acompañamiento al servicio del rey, o de los
príncipes. Juran fidelidad y reciben protección, manutención y armamento, acompañándole en la paz como
en la guerra.
A causa de que la gente de acompañamiento vivía en la casa de su señor; su número sólo pudo
haber sido relativamente pequeño.
La declaración del derecho tenía lugar en la asamblea judicial pública. Todo habitante libre estaba
obligado a frecuentar la asamblea y a participar en la administración de la justicia. La apertura de la
asamblea se iniciaba por las preguntas solemnes.
La sentencia no se adoptaba por el juez, que era solo interrogador del derecho, sino que se
acuerda por la asamblea reunida, a base de una propuesta de sentencia que originariamente pudo solicitar
el juez de cada uno de los miembros de la asamblea presentes.
Si la propuesta encontraba el asentimiento y conformidad de los circunstantes, el juez dictaba un
mandamiento de derecho correspondiente a la sentencia.

El delito y sus consecuencias.


El derecho penal germánico descansa en la idea de que quien rompe la paz se sitúa el mismo fuera
de la paz.
El malhechor no es protegido por la comunidad ante la sippe contra la que ha hecho roto la paz,
queda expuesto a la enemistad y a la venganza del contrario, si éste no prefiere exigir el wergeld o multa.
El derecho a la enemistad y a la venganza existe en los casos relativos a delitos de sangre o contra el
honor. La muerte dada, ha de manifestarse públicamente; de no obrar así se considera como una muerte
ilícita. En casos leyes está prohibido el derecho de venganza y existe solo una pretensión judicial a la
reconciliación.
Si la multa y el wergeld eran exigidos judicialmente, el culpable tenía que pagar al pode público o a
la comunidad una cuota del total de la compositio.
En los delitos graves el delincuente incurre en la pérdida de la paz. No sólo queda excluido de la
comunidad de paz y de la comunidad de derecho, sino que puede y debe ser muerto por cualquiera.
Es tenido en la condición de animal dañino en libertad. Como consecuencia jurídica inmediata
pierde su cualidad de miembro de genealogía de marido y de padre. Ni la sippe, ni los parientes más
próximos pueden protegerle o albergarle. Su patrimonio queda sujeto a la destrucción o a la confiscación.
Su casa es derruida o quemada y se destruye la obra de sus manos.
Se comete delito por la producción antijurídica de un mal. Presupone, pues, un resultado dañoso.
La responsabilidad penal es responsabilidad por el resultado, no responsabilidad por culpa. El derecho
penal se atiende al hecho. La tentativa no se castiga, los castigos se miden en su gradación punitiva según
el resultado del acto.
Las circunstancias externas del hecho deciden sobre la naturaleza del delito. Así la muerte violenta
se caracteriza como asesinato si el autor procura borrar las huellas del delito.

El Derecho Procesal
El procedimiento público y oral, y descansaba por entero en el principio acusatorio, estaban
abandonadas a las partes la iniciación y la continuación del proceso.
La autoridad del tribunal era muy limitad y, en parte, venía a quedar sustituida por coacción jurídica
del formalismo. El proceso se iniciaba por el convenio litigioso en que las partes se obligaban a ventilar su
contienda ante el tribunal. El demandante podía citar en forma de pleito a su contrario. A la parte con plena
capacidad jurídica no le estaba permitido litigar por medio de representante. El demandante interpone su
propuesta de demanda con palabras solemnes y bajo la invocación de los dioses. El demandado jura
contestar la demanda.
Quien quedara descontento de la sentencia podía impugnarla, interponer una querella contra el
juzgador por causa de sentencia injusta.
A causa de que no era posible un contrato de reconciliación, solo cabía pronunciarse en la
sentencia a favor o en contra de la proscripción o de la muerte, despectivamente.
Las partes concluyen ante el tribunal un contrato en que se promete la práctica de la prueba. Los
medios de prueba eran de naturaleza formal. Incumbía por lo regular al demandado la carga probatoria.
Jura este unipersonalmente o con un número determinado de cojuradores que declaran que el juramento es
pureo y sin perjurio.
El concepto de los testigos era más limitado. Se tenían por tales los hombres que en la celebración
y los vecinos que declaraban sobre las circunstancias y los sucesos de la comunidad.

128
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Si ambas partes presentaban testigos llevaban precedencia, los del demandado. Subsidiariamente
tienen aplicación como medios de prueba los juicios de Dios. Como tales se conocían las ordalías del fuego
del agua, la ordalía de la suerte y el duelo.
El demandado que no comparece a la citación del tribunal incurre en una multa, salvo que pueda
disculpar su ausencia por un verdadero caso de necesidad.
La contumacia del demandado en su desobediencia le conducía finalmente a la pérdida de la paz.
Contra la parte que se negara a prometer el cumplimiento de la sentencia no se disponía de más
recurso que la pérdida de la paz, que no sólo comprendía la persona sino también el patrimonio de quien
perdió la paz.

El Período Franco
1. Historia General del Derecho
El Reino franco
El reino somete a todas las demás naciones de Alemania y estructura la serie de estados que han
erigido los pueblos germánicos sobre el continente romano. En la fundación del reino franco se conjugan las
conquistas de los núcleos de población románicos y germánicos, la iglesia católica favorece intensamente la
expansión del reino franco bajo Clodoveo y sus hijos.
Carlomagno convirtió el reino franco en una monarquía universal romano germánica, el Papa le
coronó emperador y como tal fue adorado, hecho que llevaba en germen la disolución del imperio franco.
La fuerza del imperio había menguado los asuntos interiores y los enemigos del exterior no le
dejaron subsistir, y, finalmente, se desmembró en cinco pequeños reinos.
La separación entre los francos del oeste y los francos del Este, en cuya unión había descansado la
esencia de la monarquía universal franca.

Los Fundamentos económicos y sociales de la formación del derecho


La vida económica viene a ocupar el punto central de la vida productiva.
El contacto con la cultura romana, la recepción del cristianismo, la conquista del territorio romano, el
robustecimiento del poder real y los efectos de la distribución de los terrenos de cultivo determinaron
profundas modificaciones en las relaciones económicas del pueblo. Desaparece la uniformidad media en las
relaciones de posesión inmobiliaria.
Solo el rey llegó a ser inicialmente gran propietario territorial al hacer suyos los bienes del fisco
romano y la tierra que había pertenecido a los soberanos vencidos de los troncos alemanes incorporados.
Los nobles se destacaban de los libres comunes por sus grandes posesiones. La iglesia consolidó
también esta posición en los territorios alemanes.
De una parte nacía una gran posesión territorial, de otra se reducía la posesión normal porque con
frecuencia no podía soportar las cargas públicas que la afectaban y el poseedor caía muchas veces por
empobrecimiento o por la violencia, bajo la dependencia de los señores territoriales. La gran posesión
inmobiliaria, forma un complejo territorial cerrado y la llamada propiedad dispersa compuesta de cortes
dependientes se reducía a veces a una unidad de explotación, a la llamada villicación. Constituía el punto
central de esta unidad de explotación del señorío territorial, la corte señorial, habitada por el señor o por un
administrador suyo y en la que se rendían los tributos debidos o los servicios de las cortes dependientes.
La gran posesión territorial fue el nacimiento de numerosas relaciones de precaria. Los grandes
señores territoriales reservan sólo una parte de sus propiedades.
La tierra dada a precarium reviste dos formas fundamentales.
Una es la tierra acensuada que consiste en una relación de precarium libre que no perjudica la
independencia económica y personal del prestatario.
La otra forma es el feudo, una relación de precarium de orden superior que debe su nacimiento a
fines del derecho público y que trae consigo servicios jurídicos públicos del feudatario, en particular
servicios militares.
La moneda germánica se conexiona inicialmente con la romana. Poco después de la conquista de
las Galias tiene lugar entre los francos una nueva ordenación.
Las funciones jurídicas de la sippe ya no corresponden a la asociación de genealogía agnaticia,
sino el parentesco de sangre, y por este tiempo de fortalecimiento del poder estatal sufren una importante
debilitación.
En varios pueblos llegó a desaparecer ya en este período la responsabilidad de la sippe por el
wergeld.

129
La tutela de la sippe viene a quedar reducida por los derechos del tutor nato a una situación de alta
vigilancia tutelar, asume el poder del Estado.
La iglesia pone en vigor una amplia prohibición de matrimonios entre parientes.
Dentro del círculo de los libres nacen relaciones personales y reales de protección y dependencia.
Los libres menesterosos de defensa se entregaban como hombres sub tuitio al dominio tutelar de un
poderoso que debía protegerles. Pagaban la protección en censos fijos o servicios y dejaban de contarse
entre los plenamente libres. Nació en el vasallaje una relación de protección y servicio de orden superior.
El contraste entre libres y no libres sufre también una debilitación gradual ya que en general, se
hace partícipes a los siervos obtienen una capacidad jurídica limitada y algunas clases de siervos obtienen
una condición próxima a la semilibertad, o bien ingresan directamente en el estado de los semilibres.
Los menestrales del rey y los servicasati del fisco alcanzan el wergeld y la posición de los
semilibres.
También tienen privilegios generales los siervos de la iglesia.
Los no libres podían ser enajenados como bienes muebles.

La formación del Derecho


Dentro del reino franco se conserva la especialidad del Derecho por nacionalidades y troncos.
Se desarrolló el principio de la personalidad del derecho, en cuya virtud cada uno era juzgado
según la lex originis, es decir, en la que hubiese nacido. Principios especiales regían la decisión del
problema acerca del derecho competente cuando en una relación jurídica intervenían personas con
diferentes derechos de origen. Por razón del matrimonio, la mujer adquiere el derecho del tronco en que
viva su marido. La iglesia era juzgada según el derecho romano.
Donde era más densa la población romana se vivía según el derecho romano.
Las instituciones germánicas penetran también en el Derecho de la población romana,
especialmente en materia de familia y contratos.
El lenguaje de la legislación y de los documentos esta tomado generalmente del romano.
Pese a los comienzos de una unificación del derecho construida sobre bases jurídicas
predominantemente francas, el desarrollo del derecho dentro del reino franco frustra las tentativas de
superar los contrastes entre los derechos de los diversos troncos.
El desarrollo jurídico se produce en parte por vía consuetudinaria y en parte por el derecho
estatuido. Llamamos Derecho popular al que debe su nacimiento a la participación inmediata del pueblo en
la jurisprudencia y en la producción jurídica.
Mediante la práctica administrativa y las ordenaciones reales se producen nuevas normas e
instituciones jurídicas que con el auxilio del poder público judicial consiguen aplicación en los tribunales
populares. Las novedades que tienen punto de partida en el poder del rey, suele designarse en la literatura
con la expresión de Derecho real, para diferenciarlo del Derecho popular.

Los Monumentos Jurídicos


Durante este período brotan Abundantes fuentes del derecho escrito. Por doquier
descubren las nuevas relaciones de vida la necesidad del nuevo derecho y de fijar al derecho
consuetudinario existente.

1. Las Leges
Están destinadas a recibir el derecho del tronco respectivo.
El contenido de las leges es en gran parte de la naturaleza jurídico penal y procesal.
En la mayoría de los troncos el contenido de la Lex redactada originariamente recibe adiciones y
sufre enmiendas con posterioridad por nuevos actos legislativos.
La lex salica interesa como el más primitivo y de mayor antigüedad de todos los derechos populares
alemanes. Solo que la estructura fundamental ostensible en los textos mas antiguos conservados,
únicamente puede haberla recibido la lex de un tiempo en que los francos estuvieran ya cristianizados en
parte, de forma que el cristianismo y el paganismo, ignorados por igual en las normas jurídicas mantuvieran
aún recíprocamente el equilibrio en la masa del pueblo, de un tiempo en que el reino franco se encontraba
ya bajo la soberanía de un rey, limitaba con el reino de los visigodos y había sobrepasado el Loira, y luego
de una modificación del sistema monetario sucedida poco antes, según la cual cuarenta denarios
componían un sueldo.
Algunos pasajes y normas jurídicas de la lex tienen por base la utilización de las leyes del rey
visigodo Eurico. El contenido de la lex, prescindiendo de la transformación jurídico consuetudinaria del

130
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

antiguo derecho salio fue modificado numerosas veces por nuevos actos legislativos de los que varios
fueron dictados sólo para alguno de los reinos fraccionarios merovingios.
La lex ribuaria, el derecho popular de los francos ribuarios, solo ha sido transmitida en un texto que
procede de la época carolingia, probablemente del siglo VIII, en todo caso antes del 803. Ha sido elaborada
con utilización de la lex salica y contiene también referencias a la Lex Burgundionum.
La redacción mas antigua transmitida del Derecho popular de los alamanos es el llamado pactus
que solo ha llegado a nosotros en cinco fragmentos. Trátese de Derecho estatuido que emplea las
expresiones jurídicas específicas de los francos salios y que probablemente nace en la primera mitad del
siglo VII, al parece bajo Dagoberto I.
Un derecho estatuido más extenso y mejor ordenado recibe el tronco de los alamanos por la lex
Alamannorum, de la que solo poseemos una redacción.
El derecho popular bávaro, la Lex Baiuwariorum fue redactado con fuerte utilización de aquellas
leyes del rey visigodo Eurico que habían permanecido vigente en los territorios de las Galias abandonados
por los visigodos después de la caída de Alarico II.
Presumiblemente dictó Carlomagno la Capitulatio de Parlibus Saxoniae en cierto modo una ley
sobre la condición de las personas llamada a procurar mediante penas severísimas la dominación de los
francos y del cristianismo.
Aproximadamente al mismo tiempo aparece la Lex Thuringurum, llamada en una de las dos formas
del texto que conocemos Lex Angliorum et Werinorum, hoc est thuringorum. Es una constitución de Derecho
para el tronco de los anglos establecido en Turingia, que vivía en el territorio de Unstrut y de los varinos sus
vecinos orientales. Esta basada en la lex ribuaria y en algunos pasajes utiliza también la Lex Saxonum.
La llamada Lex Frisionum no se ofrece como una Lex sino como una compilación de materiales de
diverso carácter y también de diferente tiempo de origen. En parte, contiene normas jurídicas que
presuponen la práctica del cristianismo y, en parte, otras indicativas de la supervivencia local del
paganismo.

2. Los Capitulares
La producción regia del derecho de la época merovingia lleva los nombres de edictum preceptio,
decretum, decretio, auctoritas. En la época Carolingia llegó a ser denominación técnica de aquella actividad
la palabra capitulares. Capitulum quiere decir una sección del documento donde se estatuye el Derecho. El
conjunto de los capítulos nacidos y escriturados simultáneamente fue llamado capitulares o capitula. La
forma de reducirlos a documento esta emparentada con la usual en los concilios eclesiásticos o laicos, los
capitulares se dividían en Capítula eclesiástica y Capítula mundana. Sin embargo, hay algunos que podrían
llamarse Capítula mixta, es decir, que regulan materias tanto eclesiásticas como seculares.
Hay tres clases típicas de capitulares:

1. Los capitula legi bus addenda, que debían tener igual fuerza legal que el derecho popular. En ellos
se crea bien derecho del tronco, y por tanto, derecho personal de los pertenecientes a un tronco
singular, o bien un derecho común para los pertenecientes a diversos troncos, según que debieran
adicionarse a una determinada Lex o a todas las Leges. Donde la jurisprudencia fue cosa de los
tribunales comunales, los capitula legi bus addenada requerían fundamentalmente el asentimiento del
pueblo.
2. Los capitula per se scribenda: ordenaciones propias que creaban derecho territorial del imperio o
del país.
3. Los capitula missorum, capitulares dirigidos a los missi reales. Por lo común les eran entregados al
partir para su distrito, fuera como instrucciones para sus actividades de funcionarios o bien para ser
publicados por ellos con el fin de observancia general.

3. Las Colecciones de Fórmulas y los Documentos


En el imperio franco se compusieron numerosas colecciones de fórmulas al objeto de ofrecer
formularios para la redacción de documentos. Son trabajos jurídicos privados que dominan la diplomática
durante siglos, como puede comprobarse en ejemplos concretos. De tales condiciones las más importantes
son:

1. Las formulae Andecavenses: presumiblemente el libro de fórmulas de un escribiente de la curia


municipal o de un actuario del tribunal de la ciudad de Angers, a principios del siglo VII.
2. Las Formulae marculfi: ofrece en un primer libro muestras para cartae regales y en el segundo un
formulario para documentos privados, cartae pagenses.

131
3. Las Formulae Turonenses: más modernas que las de Marculfo, pero pertenecientes a la época
merovingia.
4. Las Collectio Flaviniacensis: reelaboración de las fórmulas de Marculfo y de las turonenses, que
aparece en el claustro burgundio de Flavigny en la segunda mitad del siglo VIII y contiene algunos
fragmentos propios importantes.
5. Las Formulae Senonenses: también inadecuadamente Appendix marculfi, probablemente el libro
formulario de un escribano del conde de Sens.
6. Las Formulae Biluricenses: compilación extraordinariamente desordenada de elementos de
varias épocas y que con probabilidad fueron recogidas en Bourges hacia los últimos tiempos del reinado
de Carlomagno.
7. Las Formulae Bignonianae: aparecidas antes de 775 en territorio jurídico de los salios.
8. Una colección de fórmulas francas occidentales: que ha publicado por primera vez Merkel,
redactadas primeramente en la época carolingia y en un lugar con densa población salia, pero
completadas por el año 775.
9. Las Formulae Salicae Lindenbrogianae.
10. Colección Pithoucense: recopilación de más de cien fórmulas o fragmentos de fórmulas para
negocios de Derecho privado que estaba contenida en un manuscrito desaparecido.
11. Las Fórmulas imperiales: Fórmulas para los documentos imperiales reunidas.
12. Las Formulae Augienses: tres colecciones aparecidas en el claustro de Reichenau.
13. El llamado formulario del obispo Salomón III de Constanza: reunió en San Gall el monje Notker
el Tartamudo, a fines del siglo IX.
14. Los fragmentos de San Emmeram: restos de una gran compilación que recibe las fórmulas
Lindenbrogianae y una reelaboración de las fórmulas de Marculfo.

Los documentos se dividen en documentos reales y documentos privados. Sólo los documentos
reales, de los cuales los diplomata, capitularia, plácita e indiculi son los más valiosos como monumentos
jurídicos. Son Públicos, es decir, hacen prueba por si mismos, porque son documentos irrefragables. A
diferencia de los documentos privados, podían crecer de testigos, característica que comparten con ellos los
documentos judiciales longobardos. Los documentos privados se dividen en Cartae y notitiae.
La carta es documento constitutivo, documento del negocio. El negocio jurídico que incorpora no
queda simplemente probado en el documento sino que se celebra en él. El documento se libra por la parte
contraria del destinarlo, es decir, del que debe recibirlo. Constituye la forma del negocio jurídico concluido
por carta el acto documental al que es de esencia la traditio cartae, la entrega del documento de mano de
su librador a la del destinatario.

Los monumentos Jurídicos de los visigodos, de los burgundios y de los longobardos.


En el reino visigodo la legislación fue al principio, distinta y con posterioridad común para los godos
y para los romanos. Los godos reciben ya un código del rey Eurico. El codex Euricianus nació
probablemente hacia el año 475 y debía valer no solo para los litigios entre los godos sino también para los
habidos entre estos y los romanos.
En conexión con las leyes de Eurico apareció hacia el 510 una redacción jurídica que también se
relaciona con el derecho ostrogodo.
Las leyes procedentes del código de Leovigildo llevan el sobretítulo de Antigua. Las más modernas,
siguiendo el modelo de las colecciones de Constituciones romanas, llevan en cabeza como inscripción el
nombre del legislador. El rey Ervigio publicó una nueva redacción que modificaba por adiciones una gran
parte de las antiguas leyes.
En contraste a la legislación se recibe muchas veces un Derecho consuetudinario gótico divergente
de aquella, que se nos ofrece en los antiguos fueros españoles y que por su parentesco con los derechos
nórdicos acusa su origen germánico puro. En la primera mitad del siglo VII aparece en el reino visigodo una
colección de fórmulas para documentos privados y escritos procesales, que en gran parte estaban
destinadas para los negocios y el tráfico jurídico de ambas nacionalidades.
El código de los burgundios es en mayor parte obra del rey Gundobado. Pronto se hizo sentir la
necesidad de Novelas. Y así, se dictaron por Gundobado mismo por sus sucesores, incluyéndose o
agregándolas en los lugares pertinentes de la Lex.
Ofrecen la creación más destacada en el ámbito de la legislación germana de la época de los
derechos populares las fuentes del Derecho longobardo.
Sobre el edictos longobardorum se compuso, de un libro de derecho para uso del duque y
margrave, que reúne las leyes de los diversos reyes referentes al mismo objeto, siendo por ello el llamado
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

concordancia de singulis causis. A base del edicto, de los capitulares y de leyes reales posteriores se
desarrolla en Italia una intensa actividad jurídica que tuvo su punto de partida en la Escuela de derecho de
Pavia.
Para la práctica de los tribunales se redactó poco después un extenso comentario al liber papiensis.
El libro recibió antes de 1100 una nueva forma, la llamada lombarda, que ordenó sistemáticamente y a su
vez glosó los materiales jurídicos y que fue comentado en el siglo XII. De entre las demás fuentes del
derecho longobardo hay que destacar el Cartularium Langobardicum. Es una colección de fórmulas
procedentes del siglo XI probablemente de Pavia, observadas en la traditio cartae por el librador o su
prolocutor y en las declaraciones verbales que precedían a la redacción de notitiae judiciales.

Los Libros de Derecho Romano


Mientras las leges germánicas debían remediar la carencia de derecho escrito, las fuentes romanas
de derecho tuvieron por razón de existencia en los reinos germánicos, el exceso de materiales jurídicos
transmitidos en cuyo manejo se encontraba importante la práctica jurídica. Olvidada la supremacía espiritual
de las fuentes del derecho romano, se hicieron necesarias colecciones jurídicas selectas y breves.
Como una pieza de la lex gundobada aparece en Borgoña bajo el rey Gundobado para los
provinciales romanos, la lex romana Burgundionum. Esta elaborada de modo que reúne de las fuentes
jurídicas romanas los lugares paralelos pertinentes de la Lex Gundobada. Como la lex Romana
Burgundionum no excluyó la aplicación de las demás fuentes de derecho romano logró en Borgoá un uso
tan preponderante la Lex Romana Visigothorum que terminó por desplazarla.
En el reino de los ostrogodos fue inicialmente común la legislación para la población germana y
para la romana. Las leyes de los monarcas ostrogodos se llamaban Edictos, no leges. Pues si bien los
reyes ostrogodos se atribuyen el ius edicendi que un día poseyeran los magistrados romanos, siguen,
empero, considerando la legislación propiamente dicha como un derecho privativo de los emperadores
romanos de Oriente.
Además estuvo vigente para los ostrogodos el Derecho godo consuetudinario que como Derecho
personal de los restos de la población romana ostrogoda se mencionan todavía en profesiones iuris y en
fórmulas del Carlutarium Langobardicum. Al edicto siguieron disposiciones aisladas de Teodórico y de su
sucesor Atalarico. También conservamos una ordenación de Odoacro, predecesor de Teodorico, de
contenido eclesiástico.

El Derecho Político y Administrativo.

La Monarquía
La monarquía nacional germánica queda desplazada en el reino franco por otra de nueva
concepción, cuyas conquistas acrecentaron su poder en tal medida que reunió en sus manos la plenitud de
la soberanía estatal. En la población galorromana predominó una clase de súbditos habituados a una
dominación ilimitada.
Los carolingios prepararon inicialmente el camino hacia un fortalecimiento del poder real por la
expansión y desarrollo del germen del feudalismo y por la estrecha amalgama de la iglesia y el Estado. Pero
por obra y gracia de tales inspiraciones, que provocaron aquel robustecimiento sin acertar a mantenerlo
durante largo tiempo, el reino inició una decadencia incontenible.
Probablemente inspirado en un modelo anglosajón, agregó Carlomagno al título de rey la fórmula
reverencial del Gratia Dei. En la época carolingia se añaden la corona, la espada y la cruz.
Solo tiene derecho a la sucesión el tronco masculino de la casa real merovingia, sin distinción por
nacimiento con derecho a la sucesión, se divide entre ellos la administración del reino a partes y derechos
iguales, así que ninguno de los gobernadores parciales posee sobre los demás derechos de soberanía
como un rey de rango superior.
La llegada de Pepino al trono lo fue también de su casa a la estirpe real franca. Bajo los carolingios
se dividía la administración del reino en partes iguales con iguales derechos.
Los hijos del rey habidos fuera del matrimonio no tienen derecho alguno al trono frente a los in
matrimonium. En oposición al principio tradicional de la división, exigía la idea del imperio, por presuponer la
monarquía universal, que se introdujese la sucesión individual. La ordinatio imperio que ensayó un término
medio entre aquellos extremos mediante una división en partes y derechos desiguales, resultó impracticable
y, tras una serie de contiendas sin éxito, tuvo que ser repuesto en vigor el antiguo principio de división y así
se hizo el tratado de Verdun.
133
El reino pasa también al vástago real menor de edad. El derecho político franco, al igual que el bajo
derecho romano no tiene en cuenta la edad de la cabeza suprema del estado.
El acceso al gobierno fue, entre los merovingios, un acto estrictamente laico.
Desde Pepino y por influencia anglosajona se hizo usual la unción eclesiástica. En el siglo IX seguía
a la unción la coronación del rey, consistente en un acto eclesiástico o laico, pero que al igual de la unción
carece de significación jurídico-pública para la obtención de la dignidad real.
El rey tiene frente a todos los súbditos el poder del coto regio, es decir, el derecho de mandar y
prohibir bajo pena. Coto se llama a una orden de esa índole y a las consecuencias de su trasgresión.
Los súbditos deben al rey fidelidad: en la época merovingia, llamándose leudes u homines del rey y
fortalecen su obligación de fidelidad con un juramento de fidelidad. De otro lado todos los súbditos están
bajo la protección del rey. La paz general se ofrece como paz regia. La pérdida de la paz por orden del rey
se llama en las fuentes extra sermonem regis ponere.
El rey tiene potestad sobre el ejército, determina en cada caso la medida en que deben contribuir al
servicio militar los obligados a formar en el ejército. Es el órgano supremo de la conservación de la paz. El
rey tiene derecho a intervenir en los asuntos eclesiásticos, especialmente el derecho a la convocatoria de
sínodos y a la provisión de las dignidades episcopales.
El rey vivió en el período merovingio según el derecho salio y conforme al ribuario en la época
carolingia. La palabra real goza de alta veracidad. Su testimonio no puede impugnarse en el procedimiento,
bajo pena de muerte. Interpuesta acción en nombre del rey, su representante está desligado de la
obligación de fortalecer la demanda por un juramento previo.

La Corte del Rey y la administración del reino


El derecho estatal de la monarquía franca fue primordialmente derecho administrativo.
La administración suprema del reino se lleva por el rey mismo. Ni en la época merovingia ni en la
carolingia tuvo una residencia permanente. El rey tiene una corte variable en los palacios que eran
patrimonio real en las diferentes partes del reino. En los últimos años de Carlomagno y durante Luis I,
disfrutó Aquisgrán del carácter propio de sede regia.
De las personas que formaban parte de la corte aulici, palalini, solo algunos tenían un cargo
determinado. Los restantes estaban a disposición del rey. Entre aquellos se encuentran los titulares de los
cuatro cargos domésticos germánicos, provistos aquí en personas de condición libre, con frecuencia en los
más significados del séquito.
El camarero se llama en la época merovingia thesaurarius o cabicularius: en la carolingia
camerarius. El mariscal recibe ahora el título romano de3 comes stabuli. No está llamado a los negocios del
Estado, propiamente dichos, y tampoco el escanciador supremo, princeps pincernarum bulicularius. Entre
los carolingios funciona como maestro de ceremonias un summus ostiarius, y como maestro aposentador
de la corte un mansionarius.
El mayor domus, mayordomo, cargo que también encontramos entre los ostrogodos, burgundios,
vándalos longobardos y anglosajones, tenía en la corte real franca, con probabilidad desde el principio y sin
duda a partir del año 600 aproximadamente, la dirección del séquito real, de los llamados antrustiones.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

B) La sociedad Feudal

Perry Anderson: Transiciones de la Antigüedad al


Feudalismo

Segunda Parte.
Europa Occidental.

El Modo de Producción Feudal


El feudalismo fue un modo de producción dominado por la tierra y por la economía natural, en el
que ni el trabajo ni los productos del trabajo eran mercancías.
Los campesinos que ocupaban y cultivaban la tierra no eran sus propietarios. La propiedad agrícola
estaba controlada privadamente por una clase de señores feudales, que extraían un plusproducto del
campesinado por medio de relaciones de compulsión político-legales.
El señor recibía tierras en calidad de feudo. A su vez el señor era frecuentemente vasallo de un
superior feudal y la cadena de esas tenencias dependientes vinculadas al servicio militar se extendía hacia
arriba hasta llegar al punto más alto del sistema, de quien en su última instancia, toda la tierra podía ser en
principio dominio eminente.
Tres características estructurales del feudalismo son:
En primer lugar la supervivencia de las tierras comunales de las aldeas y de los alodios de los
campesinos.
En segundo lugar la parcelación de soberanías produjo en Europa occidental el fenómeno de al
ciudad medieval.
La oposición dinámica entre ciudad y campo solo fue posible en el modo de producción feudal:
oposición entre una economía urbana de creciente intercambio mercantil y una economía rural de
intercambio natural, controlada por nobles y organizada en señoríos y parcelas, con enclaves campesinos
comunales e individuales.
El modo de producción feudal fue agrícola. Sus leyes de movimiento estaban regidas por la
compleja unidad de sus diferentes zonas y no por el simple predominio del señorío.
Por último, en el vértice de toda la jerarquía de dependencias feudales siempre hubo una oscilación
y una ambigüedad intrínsecas.
El monarca era un soberano feudal de sus vasallos, a quienes estaba ligado por vínculos recíprocos
de fidelidad, y no un soberano supremo situado por encima de sus súbditos.
No tenía acceso político directo al conjunto de la población.
El monarca solo era señor de sus propios dominios; en el resto era en gran medida una figura
ceremonial.
El modo de producción feudal de occidente se caracterizó por una tensión y contradicción
dinámicas dentro del Estado centrífugo que produjo y reprodujo orgánicamente.
La iglesia se convirtió en una institución eminentemente autónoma dentro del sistema político
feudal. Su dominio sobre las creencias y los valores de las masas fue inmenso.
La justicia era la modalidad central del poder político especificada como tal por la misma naturaleza
del sistema político feudal. La jerarquía feudal pura excluía toda forma de ejecutivo, ya que la parcelación
de la soberanía lo hacía innecesario e imposible. Tampoco lo hacía innecesario e imposible. Tampoco había
espacio para un legislativo, debido a que el orden feudal no poseía ningún concepto general de innovación
política por medio de la creación de nuevas leyes. Los monarcas cumplían su función conservando las leyes
tradicionales, pero no inventando otras nuevas. Así durante cierto tiempo, el poder político llegó a estar
prácticamente identificado con la sola función judicial.

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Ante la falta de una burocracia pública, la coerción y administración locales se añadieron
inevitablemente a la función judicial.
La justicia medieval incluía un abanico mucho más amplio de actividades que la justicia moderna,
ocupaba estructuralmente una posición mucho más central dentro del sistema político global. La justicia era
el nombre ordinario del poder.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Mac Bloch:
“La Sociedad Feudal”

Parte Primera
Capítulo V: Los Fundamentos del Derecho

El Imperio de la Costumbre
¿Cómo debía dictar sentencia un juez en la Europa prefeudal de principios del siglo IX? Su primer
deber era interrogar los textos: compilaciones romanas, si el proceso tenía que ser decidido por las leyes de
Roma; costumbres de los pueblos germánicos, edictos legislativos, que los soberanos bárbaros
promulgaron en gran número.
Fracciones enteras de la vida social estaban reguladas en los textos con mucha imperfección o no
lo estaban en absoluto. Por ello, junto al derecho escrito, existía ya una razón de tradición puramente oral.
En Francia, la última capitular es del 884; en Alemania, la fuente parece agotada desde el
desmembramiento del imperio.
En esta pobreza se ha creído a veces reconocer un efecto de la debilidad en que había caído el
poder monárquico. Pero esta explicación, que se podría admitir para Francia, evidentemente no vale para
Alemania, donde los soberanos eran mucho más fuertes. Incluso eso emperadores sajones o salios que, al
norte de los Alpes, siempre trataban casos individuales en sus diplomas, en sus Estados de Italia se hacían
legisladores, aunque en ellos no poseían una fuerza superior a la que tenían en Alemania.
En el curso del siglo X, las leyes bárbaras, como las ordenanzas carolingias, cesan poco a poco de
ser transcritas o mencionadas como no sea mediante ligeras alusiones. Las citas de leyes romanas que
puede hacer algún notario son, en la mayoría de los casos vulgaridades o, bien, carecen en absoluto de
sentido.
Las relaciones estrechas que unen así, en Francia y en Alemania, la decadencia de los antiguos
derechos con la de la educación entre los laicos resaltan, por otra parte, con claridad por algunas
experiencias en sentido inverso.
En la Inglaterra anglosajona, en la que la lengua de las leyes era la de todo el mundo, los jueces
que no sabían leer podían hacer que otra persona les leyera los manuscritos y comprenderlos, los príncipes
hasta canuto, se ocuparon en codificar las costumbres o en completarlas, y hasta en modificarlas
expresamente mediante sus edictos.
Allí donde el derecho cesó de fundarse sobre lo escrito, multitud de reglas antiguas de diversas
procedencias, se conservaban, no obstante, por tradición oral. Inversamente, en los países que continuaban
conociendo y respetando los antiguos textos, las necesidades sociales hicieron surgir a su lado,
completándolos o suplantándolos, un gran número de nuevos usos.
En las provincias continentales de la antigua Romania, ocupada por los bárbaros, mas tarde en la
Germania, conquistada por los francos, la presencia, unos junto a otros, de hombres que pertenecían por su
nacimiento a pueblos distintos, provocó, en un principio, la mas singular mezcolanza que pueda soñar, en
sus pesadillas un profesor de derecho.
A partir del siglo IX, nadie podía poner en duda que, régimen tal se hizo en exceso molesto y que
cada vez se adaptaba menos a las condiciones de una sociedad en la que la fusión de los elementos
étnicos estaba casi realizada.
La monarquía visigoda lo eliminó conscientemente desde el año 654. Pero cuando estos derechos
particulares estaban fijados por escrito, su fuerza de resistencia era grande. Es significativo que el país
donde se mantuvo mas tiempo esta multiplicidad de obediencias jurídicas fue la sabia Italia.
Su derecho agrario obedece a las costumbres particulares de su comunidad. Entre las cargas que
recaen sobre ellos, unas, que soportan en tanto que ocupantes del suelo, están fijadas por la costumbre del
señorío, cuyos límites casi nunca coinciden con los del terruño de la aldea; otras que, si son de condición
servil, alcanzan a sus personas, se regulan por la ley del grupo, en general mas restringido, que componen
los siervos de un mismo señor, habitando el mismo lugar.
Entre las reglas practicadas en el interior de distintos grupos de una determinada región, reinaba de
ordinario una gran semejanza; a menudo, incluso, este parecido se extendía mas lejos. Algunas ideas
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colectivas, sólidas y simples, dominaron el Derecho de la era feudal, una veces propias de tal o cual
sociedad europea, y otras, comunes a toda Europa.

Los Caracteres del derecho Consuetudinario


El sistema jurídico de la primera edad feudal reposaba sobre la idea de que lo que fue, tiene
derecho, por ello, a seguir siendo; no sin algunas reservas, inspiradas por una moral, mas elevada.
Una costumbre parecía condenable, sobre todo, cuando era demasiado reciente. Tanto si se trata
de la reforma de la iglesia como de un proceso entre dios señores vecinos, el prestigio del pasado no podía
ser discutido mas que oponiéndole otro pasado más venerable todavía.
Este derecho fue uno de los más sujetos a variaciones que nunca se ha visto falto, ante todo, de
hallarse en los documentos de la práctica como bajo la forma de leyes, estabilizado por la escritura.
En los contratos, las voluntades se ligaban, esencialmente por medio de gestos y, a veces, de
frases consagradas, en una palabra, mediante un formulismo propio para impresionar las imaginaciones
poco sensibles a lo abstracto. Si en Italia se veía al documento escrito intervenir en el intercambio de
voluntades, era simplemente como un elemento ritual: para significar la cesión de una tierra se pasaba de
las manos de un contratante a las del otro, como se hubiese hecho con un terrón o una paja en otros
lugares.
Todo reposaba en el testimonio, lo mismo si se usó la tinta negra, que si se prescindió de su uso.
Como el recuerdo prometía evidentemente ser más durable cuanto más tiempo vivieran los testigos, los
contratantes con frecuencia llevaban niños consigo.
Ya se tratase de de transacciones particulares o de reglas generales de uso, la tradición no tenía
apenas otras garantías que la memoria. Pero la memoria humana es un maravilloso útil de eliminación y de
transformación: en especial, lo que llamamos memoria colectiva y que, no siendo, en realidad, mas que una
transmisión de generación, en generación, añade, si está privada de lo escrito, a los errores de la
observación en cada cerebro individual los malos entendimientos de la palabra.
La jurisprudencia expresaba menos unos conocimientos que unas necesidades. Creyendo perdurar
la primera edad feudal cambió muy rápida y muy profundamente, porque, en su esfuerzo por imitar el
pasado, no disponía más que de espejos infieles.
Todo acto, una vez realizado, o repetido tres o cuatro veces, podía convertirse en precedente,
incluso si en su origen fue excepcional, o hasta abusivo.
Una renta que dejaba de ser pagada durante un cierto número de años o un rito de sumisión que
dejaba de ser renovado, se perdían, casi fatalmente, por prescripción. De suerte que se introdujo la
costumbre, en número creciente de establecer estos curiosos documentos que los versados en diplomática
llaman “cartas de no perjuicio”
Una consecuencia de la concepción consuetudinaria fue el legitimar la brutalidad y haciéndola
provechosa, propagar su empleo.
Este respeto para con el hecho antaño consumado, actuó con una fuerza particular sobre el sistema
de los derechos reales. Durante toda la época feudal, es raro que se hable de la propiedad, ya que una
tierra, ya de un poder de mando, y mucho más raro aun que se lleve a cabo un proceso sobre esta
propiedad . Lo que las partes reivindican, casi de manera uniforme, es la “posesión”.
Asimismo, por otras razones todavía, la palabra propiedad, aplicada a un inmueble, hubiera estado
casi vacía de sentido. O, al menos, se habría tenido que decir propiedad o posesión de tal o cual derecho
sobre el fundo. Sobre casi toda la tierra, en efecto, y sobre muchos hombres, pesaban, en esta época, una
multiplicidad de derechos, diversos por su naturaleza, pero cada uno de los cuales parecía igualmente
digno de respeto en su esfera.
Este embrollo jerarquizado de las relaciones entre el hombre y la tierra se fundaba sin duda en
orígenes muy antiguos.

Renovación de los derechos Escritos


Hacia fines del siglo XI verdaderas multitudes se apretujaban para escuchar las lecciones dadas por
equipos de maestros, en mayor número y mejor organizados. De manera simultánea, la materia enseñada
sufrió profundas transformaciones. Hasta entonces desdeñadas con frecuencia en provecho de mediocres
compendios. Las fuentes originales volvieron a tomar el primer lugar; en especial, el Digesto, que casi había
caído en el olvido, abre a partir de ahora el acceso a la reflexión jurídica latina en lo que ella tenía de más
refinado.
Los grandes señores empezaban a sentir el deseo de ayudarse con las opiniones de jurisperitos
profesionales: a partir del 1096 aproximadamente, entre los jueces se ce aparecer personajes que se titulan
“doctos en las leyes”.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

El impulso llegó de Italia, favorecida por una vida de relaciones más intensa que la de antaño, la
acción del grupo boloñés se propagó por sus enseñanzas, abiertas a los auditores extranjeros, por el escrito
y por la emigración, en fin, de muchos de sus maestros.
Esta penetración no dejó de suscitar vivas oposiciones. De esencia secular, inquietaba, por su
paganismo latente, a muchos hombres de iglesia.
Los teólogos lo acusaban de suplantar las únicas especulaciones que les parecían dignas de los
eclesiásticos. Los propios reyes de Francia o sus consejeros parecen haberse mostrado inquietos por las
justificaciones que proporcionaba con facilidad a los teóricos de la hegemonía imperial.
En el mediodía de Francia, donde la tradición consuetudinaria conservó con fuerza la huella
romana, los esfuerzos de los juristas, permitiendo el acceso a los textos originales, tuvieron por resultado
elevar el Derecho escrito a la categoría de una especie de Derecho común, que se aplicaba a falta de usos
expresamente contrarios.
En otras partes, la acción fue menos directa, incluso allí donde encontraba un terreno favorable las
leyes ancestrales estaban enraizadas con demasiada solidez en la “memoria de los hombres” y demasiado
estrechamente ligadas a la estructura social, muy diferente de la antigua Roma, para tolerar ser
trastornadas por la voluntad aislada de algunos profesores de leyes.
Si en los siglos XII y XIII se ve a algunos notarios luchar para expresar, en el vocabulario de los
códigos, la realidad de su tiempo, estas torpes tentativas no tocaban al fondo de las relaciones humanas.
Enfrentados con los preceptos puramente tradicionales que hasta entonces gobernaron la sociedad,
la actitud de los hombres formados en la escuela del derecho romano debía ser necesariamente la de
trabajar para borrar sus contradicciones y sus incertidumbres.
La reagrupación de los elementos sociales en grandes Estados o principados favorecía no sólo el
renacimiento de la legislación sino también, en vastos territorios, la extensión de una jurisprudencia
unificadora.
Existen escritores que, sin misión oficial y para comodidad de los prácticos, se dedican a poner por
escrito las normas jurídicas en vigor en sus regiones.
Durante las generaciones siguientes, la obra debía proseguirse con actividad; tanto que, para
comprender una estructura social imperfectamente descrita antes del siglo XIII y de la que a pesar de
graves transformaciones, muchos rasgos subsistían todavía en la Europa de las grandes monarquías, es
forzoso referirse con frecuencia, con todas las precauciones necesarias a estas obras relativamente tardías,
pero en las que se refleja la claridad organizadora propia de la edad de las catedrales y de las sumas.
¿Pero este Derecho que a partir de ahora, estaba fijado en parte, y que, en su totalidad, se
ens1eñaba y escribía, no perdería mucho de su plasticidad y diversidad? Es cierto que nada en absoluto le
impedía evolucionar, y eso fue lo que hizo. No obstante, se modificaba más conscientemente y, por
consiguiente, más raramente, pues reflexionar sobre un cambio es siempre exponerse a renunciar a él. A un
período singularmente inconstante, a una edad oscura y profunda gestación, va a suceder, a partir de la
segunda mitad del siglo XII, una era en que la sociedad tendrá tendencia a organizar las relaciones
humanas con mas rigor, a establecer unos límites más claros entre las clases, a barrer muchas variedades
locales y a no admitir, en fin, mas que transformaciones muy lentas.

Parte Segunda: Los vínculos de Hombre a Hombre


Libro Primero. Los Vinculos de Sangre
Capítulo Primero: La Solidaridad del Linaje

Los “Amigos Carnales”


Los vínculos fundados en la comunidad de la sangre continuaron jugando, en el propio seno de la
nueva estructura, un papel demasiado considerable para que sea posible excluirlos de su imagen.
Está en la misma naturaleza de las relaciones entre próximos parientes el prescindir de escritos,
que para los pocos casos en que se usaban se han perdido por completo, al menos por lo que se refiere a
fechas anteriores al siglo XIII.
Las instituciones de parentesco eran para cada uno de los grupos de orígenes diversos que su
destino llevó a vivir unos junto a otros el legado singularmente tenaz de su pasado particular.
En toda la Europa feudal existen grupos consanguíneos. Los nombres que sirven para designarlos
son bastante vagos: en Francia, de ordinario, parentesco o linajes. Por el contrario, los vínculos así
establecidos tienen fama de ser un vigor extremo. En Francia, para hablar de los parientes, se dice,
simplemente, los amigos, y, en Alemania, Freunde.
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Solo por un deseo de exactitud poco frecuente a veces se precisa “amigos carnales”, como si en
realidad no existiese verdadera amistad más que entre las personas unidas por la sangre.
El héroe mejor servido es aquel cuyos guerreros le están vinculados por la nueva relación
propiamente feudal del vasallazgo o por la antigua relación del parentesco; ambas ligaduras se ponen de
ordinario en el mismo plano, porque, igualmente absorbentes, parecen tener prioridad sobre todas las
demás.
La adhesión llega a su máximo fervor cuando las dos solidaridades se confunden.
Llevado ante un tribunal, el hombre encontraba en sus parientes una ayuda natural. Los
cojuradores, cuyo juramento colectivo bastaba para librar al que había sido objeto de una acusación o para
confirmar la demanda de un litigante, allí donde este antiguo procedimiento germánico continuaba en uso se
tomaba entre los amigos carnales, ya por prescripción o por conveniencia.
En principio éste tenía que ser reclamado por una de las partes; aunque generalmente con dos
excepciones: es lícito al vasallo ligio pedir el combate por su señor y todo hombre puede hacerlo cuando
está en entredicho alguien de su linaje.
Así vemos, en el Roland, a la parentela de los Ganelon delegar en uno de los suyos para entrar en
la liza contra el que había acusado al traidor. Por otra parte en la Chanson la solidaridad se extiende mucho
más lejos todavía. Después de la derrota de su campeón, los treinta del mismo linaje que lo afianzaron
serán colgados en racimo en el árbol del bosque maldito. No hay duda de que estamos ante una
exageración.
Pero estas invenciones no podían esperar el éxito si no lisonjeaban el sentimiento común. Lo que
muestra hasta que punto individuo y grupo parecían inseparables.
Tanto como un apoyo, el linaje era un juez. Hacia él iba el pensamiento del caballero en el
momento del peligro.
El honor o el deshonor de uno de sus miembros se refleja sobre la pequeña colectividad por entero.
Era sin embargo, sobre todo, en la venganza donde los vínculos de la sangre se manifestaban en
toda su fuerza.

La Venganza
La Edad Media, y en particular la era feudal, vivieron bajo el signo de la venganza privada. Esta
incumbía ante todo como el más sagrado de los deberes, al individuo ofendido.
El hombre aislado no podía hacer mucho, y, además, con frecuencia lo que había que expiar era
una muerte. Entonces, entraba en liza el grupo familiar y se veía nacer la faire, según la vieja palabra
germánica que se extendió por toda Europa.
“la venganza de los parientes que llamamos faide”, dice un canonista alemán. Ninguna obligación
moral parecía más sagrada que esta.
Entre los frisones, el mismo cadáver reclamaba la venganza; guardado en la casa, se consumía,
hasta el día en que los parientes, cumplida la faide, tenían por fin derecho a enterrarlo.
Todo el linaje, agrupado de ordinario bajo las órdenes de un “jefe de guerra”, tomaba las armas para
castigar la muerte o solamente la injuria inferida a uno de los suyos. Pero no sólo contra el autor de la
ofensa, pues a la solidaridad activa respondía una solidaridad pasiva. En Frisia, la muerte del asesino no
era absolutamente necesaria para que el cadáver, ya aplacado, fuese bajado a la tumba; bastaba la de un
miembro de su familia.
Entre estas venganzas, las crónicas han retenido en especial las luchas entre los grandes linajes
caballerescos.
En todas las capas sociales triunfaban las mismas costumbres. Sin duda cuando en el siglo XIII la
nobleza se constituyó definitivamente en cuerpo hereditario, tendió a reservarse, como un timbre de honor,
todas las formas del recurso de las armas.
La renunciación a toda venganza, que no era ni posible en la práctica, ni moralmente concebible
imponerla a una casta guerrera, era más fácil obtenerla del resto de la población. Así la violencia se
convirtió en un privilegio de casta; al menos en principio. Pues incluso algunos autores estiman que “solo
los gentilhombres pueden guerrear” no disimulan la ineficacia real de esta regla.
Si las primeras constituciones urbanas tuvieron la paz como principal motivo de preocupación: si
aparecieron, en esencia, según el nombre que ellas mismas se daban a veces, como documentos de paz,
fue, en especial, porque entre muchas otras causas de desórdenes, las burguesías nacientes estaban
desgarradas.
Estos sentimientos no eran únicos, sino que chocaban con otras fuerzas mentales: el horror ante la
sangre vertida que enseñaba la iglesia; la noción tradicional de paz pública y sobre todo, la necesidad de
que esta paz no fuese alterada.
Los “odios mortales” que sin cesar engendraban los vínculos del linaje eran indiscutiblemente una
de las causas principales del ambiente de desorden. Pero solo algunos utopistas podían soñar en conseguir

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

su total abolición, pues formaban parte integrante de un código moral al que, en lo secreto de sus
corazones, los más ardientes apóstoles del orden continuaban fieles.
En su mayor parte, los poderes públicos no actuaron de otro modo; se dedicaron a proteger a los
inocentes contra los más injustos abusos de la solidaridad colectiva y fijaron plazos para prevenirse; se
dedicaron a distinguir las represalias autorizadas de los simples bandidajes, emprendidos con la excusa de
una expiación.
Salvo en Inglaterra la desaparición de todo derecho legal de venganza fue uno de los aspectos de
la tiranía real. Tanto mas que los propios procedimientos judiciales, cuando por casualidad la parte
lesionada los prefería a la acción directa, no eran otra cosa que venganzas regularizadas.
La facultad de querellarse correspondía casi siempre de manera exclusiva a los parientes y aun en
el siglo XIII en las ciudades y principados mejor organizados el homicida no podía ser perdonado por el
soberano o por los jueces si antes no se conciliaba con la familia de la victima.
Según usos muy antiguos, la reconciliación se hacía, de ordinario mediante la entrega de una
indemnización.
A decir verdad, las tarifas de composición que poco antes la leyes bárbaras elaboraron con tanta
minucia y en particular en caso de muerte, el sabio escalonamiento de los precios del hombre ya no se
mantenía y aún muy retocada, mas que en algunos lugares.
Los viejos derechos étnicos habían sido sustituidos por costumbres de grupo, comunes a
poblaciones de tradiciones penales opuestas. Los poderes públicos, en otros tiempos interesados en el
estricto pago de las sumas prescritas, por que en ellas tenían una parte, perdieron durante la anarquía de
los siglos X y XI la fuerza de reclamar nada.
Como la venganza, el pago que le ponía fin interesaba a grupos enteros, si bien parece que
cuando se trataba de una simple ofensa se estableció el uso de limitar la compensación al individuo
ofendido. Cuando se trataba de una muerte o de una mutilación, era la familia de la victima la que, en todo o
en parte, cobraba el precio del hombre.
De ordinario, el pago de la indemnización no bastaba para sellar el trato: era necesario, ademas, un
rito de satisfacción o más bien de sumisión para con la victima o los suyos. Con frecuencia al menos entre
personas de una categoría relativamente distinguida, revestía la forma del gestote subordinación de más
grave sentido que se conocía entonces: el del homenaje de boca y de manos. Incluso en este acto,
contaban más los grupos q los individuos.

La Solidaridad Económica
El occidente feudal reconocía, de manera unánime, la legitimidad de la posesión individual, pero en
la práctica, la solidaridad del linaje se prolongaba, con frecuencia, en sociedad de bienes. Por todas partes,
en los campos, numerosas hermandades agrupaban alrededor de un mismo fuego, de un mismo puchero y
en la misma tierra indivisa a varias familias emparentadas. El señor, muchas veces, animaba o imponía
estas compañías, pues juzgaba ventajoso el tener a sus miembros, de buen o mal grado, como solidarios
del pago de censos.
Sin duda estas costumbres eran menos generales en las clases más elevadas, porque el
fraccionamiento se hace más fácil a medida que la riqueza aumenta.
Multitud de pequeños señores practicaban como los campesinos, la indivisión explotando en común
el patrimonio y viviendo todos juntos en el castillo ancestral.
Incluso, consideraron como indiviso el gobierno general del feudo, y usaban todos, de manera
uniforme, el mismo título de conde o príncipe de toda Provenza.
Cuando, por otra parte, la posesión era francamente individual tampoco escapaba por ello de toda
traba familiar. Entre dos términos que nosotros juzgaríamos antinómicos, esta edad de participación jurídica
no veía ninguna contradicción.
¿Ocurre que algún pariente no habiendo sido consultado en la ocasión, pretende, a veces después de
muchos años argüir la nulidad del acto? Los beneficiarios claman la injusticia o la impiedad, y algunas veces
llevan el asunto ante un tribunal y ganan la causa.
Sin embargo, después del siglo XII, a estas costumbres a menudo inciertas, pero sometidas a
algunas grandes ideas colectivas, las substituyó poco a poco un Derecho mas lleno de rigor y de claridad.
Por otra parte, las transformaciones de la economía hacían cada vez menos soportables las dificultades
opuestas a los cambios. Hasta poco antes las ventas inmobiliarias habían sido bastante raras: incluso su
legitimidad, ante la opinión común, parecía discutible, si no tenían por excusa una gran pobreza. Cuando el
comprador era una iglesia se disfrazaban bajo el nombre de limosnas.
A partir de ahora, la pura venta, por el contrario, va a convertirse en una operación frecuente y que
se declara con franqueza. Ciertamente, para hacerla libre en absoluto, fue necesario, en sociedades de tipo
excepcional, el espíritu comercial y la audacia de algunas grandes burguesías.

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Se aspiraba en principio a que, antes de cualquier enajenación a título oneroso, el bien fuese objeto
de una oferta previa a los parientes, al menos si provenía de una herencia; restricción grave que debía
hacerse duradera. Después, a partir de principios del siglo XIII se reconoció a los miembros de la familia, en
un radio y según un orden dados, la facultad, una vez hecha la venta, de sustituir al comprador mediante la
entrega del mismo precio pagado por este. En la sociedad medieval, no hubo institución más universal que
este “retracto de linaje”.
Así, a través de los tiempos, se perpetuaba bajo formas a la vez menos fluctuantes y más
atenuadas, el imperio económico del linaje.

Libro Segundo. El Vasallaje y el Feudo


Capítulo Primero: El Homenaje del Vasallo
El Hombre de Otro Hombre
El conde era el hombre del rey, como el siervo era el de su señor rural.
El equivoco no sorprendía en absoluto porque, a pesar del abismo que existía en la gradación
social, la idea se refería al elemento fundamental común: la subordinación de un individuo a otro.
Añádanse, de país a país, buen numero de divergencias. Ser acomodo tomar, como hilo conductor,
una de las más significativas entre estas relaciones de dependencia: el vínculo de vasallaje.

El Homenaje en la Era Feudal


He aquí, frente a frente, a dos hombres: uno quiere servir, el otro acepta o desea ser jefe. El
primero, junta las manos y las coloca, así unidas, en las manos del segundo: claro símbolo de sumisión,
cuyo sentido se acentuaba, a veces, con una genuflexión. Al propio tiempo, el personaje de las manos
cerradas pronuncia algunas palabras, muy breves, por las que se reconoce el hombre del que tiene en
frente. Después, jefe y subordinado se besan en la boca: símbolo de conciliación y amistad.
Tales eran los actos que servían para anudar uno de los Vinculos sociales más fuertes que conoció
la era feudal. La ceremonia recibía el nombre de homenaje. Para designar al superior que creaba, ninguna
otra palabra mas general que señor. Con frecuencia, el subordinado es llamado, sin más el hombre de este
señor. Pero también se emplean palabras más especializadas: vasallo o hasta principios del siglo XII,
encomendado.
En el período carolingio, un segundo rito, propiamente religioso, se le superpuso: con la mano
extendida sobre los evangelios o sobre las reliquias, el nuevo vasallo juraba ser fiel a su amo. Era lo que se
llamaba la fe. El ceremonial estaba dividido en dos fases que, sin embargo, no tenían ni con mucho el
mismo valor.
En una sociedad revuelta, en la que la desconfianza era la regla, al propio tiempo que el
llamamiento a las sanciones divinas parecía uno de los raros frenos más o menos eficaces, el juramento de
fidelidad tenía mil razones de ser exigido con frecuencia. Los oficiales reales o señoriales de todas las
categorías lo prestaban a su entrada en el servicio.
A diferencia del homenaje que, obligando de una vez al hombre por entero, pasaba por incapaz de
ser renovado, esta promesa, casi trivial, podía ser discutida en muchas ocasiones con respecto a la misma
persona. Existían muchos actos de fe sin homenaje: en cambio, no conocemos homenajes sin fe. Cuando
los dos ritos se realizaban juntos la preeminencia del homenaje quedaba patente por su lugar en la
ceremonia: siempre se llevaba a cabo en primer lugar. Era, por otra parte, el único que hacia intervenir, en
estrecha unión, a los dos hombres; la fe del vasallo constituía una promesa unilateral, a la que en muy
pocas ocasiones correspondía un juramento paralelo por parte del señor.
El homenaje era el verdadero creador de la relación de vasallaje, bajo su doble aspecto de
dependencia y de protección.
En principio, el vinculo así establecido duraba tanto como las dos vidas que relacionaba. Mas, en
seguida que la muerte ponía fin a una o a otra, se deshacía por si mismo. Pero veremos como en la práctica
el vasallaje se transformó con rapidez en una condición hereditaria, aunque este estado de hecho dejó,
hasta el fin subsistir intacta la regla jurídica.
El deber general de ayuda y obediencia que se imponía al vasallo, le era común con cualquiera que
se hiciese hombre de otro hombre.
Los vasallos no se reclutaban indiferentemente entre todas las clases sociales. El vasallaje era la
forma de dependencia propia de las clases superiores, que distinguían, ante todo, la vocación guerrera y la
de mando.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La Génesis de las Relaciones de Dependencia Personal


Ni el estado ni el linaje ofrecían ya garantía suficiente; la comunidad rural no tenia fuerza mas que
para su organización interna. La comunidad urbana casi era inexistente. En todas partes, el deil sentía la
necesidad de lanzarse en brazos de uno más poderoso que él. El poderoso, a su vez, no podía mantener su
prestigio o su fortuna, ni aún garantizar su seguridad, más que procurándose, por la persuasión o por la
violencia, el apoyo de inferiores obligados a ayudarle.
Y como las nociones de debilidad y de poder siempre son relativas, se veía muchos casos a un
mismo hombre hacerse simultáneamente dependiente de otro más fuerte y protector de otros más
humildes. Así empezó a edificarse un vasto sistema de relaciones personales, cuyos hilos entrecruzados
corrían de un piso a otro del edificio social.
Entre los débiles que se buscaban un defensor, los más miserables se hacían simplemente
esclavos, obligando, con ellos mismos, a su descendencia. Sin embargo, muchos otros, incluso entre los
humildes, procuraban preservar su condición de hombres libres.
En esa poca en que los vínculos personales todavía o habían ahogado las instituciones públicas,
disfrutar de lo que se llamaba libertad era esencialmente pertenecer, en cualidad de miembro de pleno
derecho, pueblo gobernado por los monarcas merovingios: al Populus rancorum, se decía corrientemente,
confundiendo bajo el mismo nombre a conquistadores y vencidos,
Ahora bien, para un jefe rodearse de dependientes provistos e los privilegios judiciales y militares
que caracterizaban al hombre libre era más ventajoso que disponer de una horda servil.
En especial, en la Galia, se implantaron con facilidad porque concordaban con as costumbres s de
las poblaciones sometidas.
En todo caso, en l imperio entero, los disturbio de los últimos tiempos hicieron mas necesario que
nunca el recurrir a las autoridades mas próximas y mas eficaces que las instituciones de Derecho público.
En toda la gradación de la sociedad, cualquiera que, en los siglos IV o V, deseaba prevenirse contra las
duras vigencias de los agentes fiscales, inclinar a su favor la benevolencia de los jueces o tan solo
asegurarse un porvenir honorable, no hallaba nada mejor que vincularse, aun siendo libre, y a veces de
categoría distinguida, a un personaje mejor situado.
Estos vínculos no eran legales y, sin embargo constituían una de las bases más poderosas de la
estructura social.
En verdad, la antigua palabra clientela, dejando de lado las reminiscencias literarias, cayó en
desuso desde los últimos siglos del imperio. Por tanto en la Galia merovingia como en Roma, se
continuaba diciendo del jefe que “tomaba a cargo” al subordinado, del que se constituía, por ello en
“patrono”; del subordinad, se decía que se “encomendaba” a su defensor. Las obligaciones así aceptadas
eran en general calificadas de “servicio”. Poco antes la palabra habría causado horror a un hombre libre,
pues en latín clásico no se conocía más que como sinónimo de servidumbre: los únicos deberes qe eran
compatibles con la libertad eran los officia.
Las relaciones de subordinación privada escapaban al principio de las leyes étnicas, porque se
mantenían aun al margen de todos los derechos.
Por el hecho de no estar reglamentadas se mostraban capaces de adaptarse con facilidad a las
situaciones más diversas.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo VIII, los documentos empiezan a mencionar el
rito de la colocación de las manos en las manos. El primer ejemplo nos lo muestra empleado en principio
solo entre personajes de alto rango: el protegido es un príncipe extranjero: el protector, el rey de los francos.
Pero este prejuicio de los cronistas no debe engañarnos.
El acto servia para establecer contratos de proteccion de naturaleza variable y complugo o
descuidado, no parecía indispensable para ninguno. Una institución exige una terminología sin demasiada
ambigüedad y un ritual relativamente estable; pero, en el mundo merovingio las relaciones personales no
eran todavía más que una práctica.

Guerreros domésticos
Sin embargo, ya desde entonces existía un grupo de personas en dependencia, distinto por sus
condiciones de vida. Era el que integraban, alrededor de cada poderoso y del propio rey, sus guerreros
domésticos. Pues el más urgente de los problemas que se imponían entonces a las clases dirigentes era
mucho menos el administrar, durante la paz, el estado o las fortunas particulares, que procurarse los medios
de combatir. Pública o privada, emprendida como diversión o con el fin de defender los bienes y la
existencia, la guerra tenía que aparecer, durante muchos siglos, como la trama cotidiana de toda la vida de
un jefe y la razón de ser profunda de todo poder del mando.

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Todo hombre libre era un guerrero. El estado franco, bajo sus dos dinastías sucesivas, mantuvo el
principio de la leva general que, por otra parte, tenía que mantenerse durante toda la edad feudal y aun
sobrevivirle. Las ordenanzas reales se esfuerzan en vano para regular esta obligación proporcionalmente a
los medios de fortuna, intentando reunir a las gentes más pobres en pequeños grupos, cada uno de los
cuales debería proporcionar un soldado.
Ocupado por los ciudadanos de una agricultura mas estabilizada, el germano común, en la época
de las migraciones, guerrero mas que campesino se convertía poco a poco en campesino mas que
guerrero.
En cambio, en el estado franco, aparte las guardias que rodeaban al rey y a los grandes, no existían
otras tropas permanentes, y por tanto, tampoco instrucción regular de los reclutas. Falta de diligencia y de
experiencia y dificultades de armamento. Estos defectos pesaron sin duda desde un principio en el sistema
militar del período merovingio.
En cuanto al combate, la carga a caballo se convirtió en una de sus formas más frecuentes, pero no
la única. Cuando las condiciones del terreno lo exigían, los guerreros desmontaban y provisionalmente, se
convertían en soldados a pie.
Todo conspiraba en la Galia franca, para hacer cada vez más necesaria la presencia de guerreros
profesionales, educados por una tradición de grupo y que fuesen, ante todo, jinetes.
En medio del desorden de la época merovingia, el empleo de semejantes sequitos armados debía
imponerse más que nunca. El rey tenía su guardia, a la que se llamaba truste y que, en gran parte, estaba
formada por jinetes. También la tenían sus principales súbditos, ya fuesen francos o de origen romano.
Estos gladiadores formaban cuadrillas bastante mezcladas, en las que no faltaban aventureros de
la peor calaña. Los amos no dudaban en enrolar a ellas a los más vigorosos de sus esclavos; sin embargo,
parece que los hombres libres eran en mayor número.
No obstante, de manera progresiva cedió lugar a un nombre indígena: el de vasallo, destinado a
tener una gran expansión. Esta nueva denominación no era de origen romano, sino celta.
El sentido de vasallo en el momento de su paso al latín vulgar, era mucho más humilde: muchacho
joven y también por un deslizamiento semántico análogo al que sufrió el latín puer esclavo domestico. ¿A
los que el amo tiene siempre a su alrededor no los llama con naturalidad sus muchachos? Este segundo
valor es el que continúan dando a la expresión en la Galia Franca diversos textos escalonados entre los
siglos VI y VIII.
Los otros miembros de esta cohorte, sin ser esclavos, Vivian también en la vivienda del amo,
llamados a servirle de mil maneras y a recibir directamente sus órdenes. Ellos eran sus muchachos, por lo
que se les incluyó, junto con sus camaradas de nacimiento servil, bajo el nombre de vasallos, desde
entonces especializado en su significación de seguidores de armas.
Por último, la denominación que hasta entonces había sido común, evocadora de familiaridad, fue
reservada para los hombres libres de la tropa.
Los vínculos que unían a estos camaradas de guerra con su jefe eran uno de esos contratos de
fidelidad libremente consentidos propios de las situaciones sociales mas respetables. El nuevo recluta
enrolado en esta tropa juraba fidelidad, a cambio de lo cual el rey se comprometía a socorrerlo. Estos eran
los principios en que se basaba toda encomienda; sin duda, los poderosos y sus gasindi o vasallos
intercambiaban promesas análogas.
A medida que, en la descomposición del Estado, todo gobernante tenía que buscar sus ayudas de
una forma mas exclusiva entre los hombres que estaban directamente agregados, y que, en la decadencia
de las viejas costumbres militares, el llamamiento al guerrero profesional se hacia cada día mas necesario y
mas admirada la función de todos los que eran portadores de armas, quedó evidente que, entre todas las
formas de subordinación entre individuos, la mas elevada consistía en servir con la espada, la lanza y el
caballo a un señor al que se declaraba solemnemente la fidelidad.
Pero ya empezaba a vislumbrarse una influencia que, actuando profundamente sobre la institución
del vasallaje, debía de manera amplia, hacerla desviar de su primera orientación.

El Vasallaje Carolingio
De la política de los carolingios se puede decir que estuvo dominada por hábitos adquiridos y por
principios. Salidos de la aristocracia, llegados al poder como consecuencia de un largo esfuerzo contra la
monarquía tradicional, los primeros de la raza se hicieron, poco a poco, amos del pueblo franco, agrupando
a su alrededor un ejército de guerreros domésticos e imponiendo su patronazgo a otros jefes.
Deseaban que reinase el orden y la paz cristiana en sus reinos, y querían soldados para extender a
lo lejos su dominación y llevar contra los infieles la guerra santa, generadora de poder y fructuosa para las
almas.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

La monarquía solo disponía de un pequeño número de agentes, ademas poco seguros y


desprovistos de tradición y cultura profesionales. Además las condiciones económicas impedían la
institución de una vasta red de funcionarios asalariados.
La principal dificultad con que chocaba la administración central era el legar hasta los individuos
para exigirles los servicios debidos y ejercer sobre ellos las sanciones necesarias. Por este motivo, surgió la
idea de utilizar para los fines de gobierno el sistema de relaciones de subordinación ya constituidos de una
manera tan firme; el señor, en todos los grados de la jerarquía, convirtiéndose en responsable de su
hombre, estaría encargado de mantenerlo en el deber.
En este orden de ideas, la mas urgente de las medidas a tomar era evidentemente la integración en
la ley de las relaciones de vasallaje y al propio tiempo, darles una estabilidad sin la cual no podían ser un
firme apoyo. Desde muy pronto, sin duda, los encomendados de categoría inferir habían comprometido su
vida.
Pero si desde hacía mucho tiempo, por haberlo expresamente prometido o porque la costumbre o
sus intereses los obligaran, se había visto, en la práctica a muchos compañeros de guerra servir a su señor
hasta la muerte.
En España, el derecho visigodo nunca dejó de reconocer a los soldados privados la facultad de
cambiar de dueño: pues, decía la ley “el hombre libre conserva siempre el poder sobre su persona”. En
cambio los carolingios, en varios edictos reales o imperiales, se preocuparon de determinar con precisión
las faltas que, cometidas por el señor, justificaban la ruptura del contrato por parte del vasallo. Era lo mismo
que decidir que, a excepción de estos casos o de una separación por consentimiento mutuo, el círculo era
indisoluble durante toda la vida.
El señor fue encargado oficialmente, bajo su responsabilidad, de asegurar la comparecencia del
vasallo ante los tribunales o en el ejército. Sus vasallos combatían bajo sus órdenes y solo en su ausencia,
pasaban a ser mandados directamente por el representante del rey: el conde.
¿Pero, como pretender servirse de los señores para tener sujetos a los vasallos, si estos señores,
a su vez, no estaban solidamente vinculados al soberano? Fue esforzándose en realizar esta indispensable
condición de un gran intento, como los carolingios contribuyeron a extender hasta el extremo las
aplicaciones sociales del vasallaje.
Instalados en el poder, tuvieron que recompensar a sus hombres y les distribuyeron tierras.
Además, mayordomos de palacio, después reyes, para procurarse los apoyos necesarios y, sobre todo,
para formarse un ejército, se vieron obligados, muchas veces también mediante donaciones de tierras, a
atraer bajo su dependencia a una multitud de personajes, en su mayor parte de alta categoría. Los antiguos
miembros del séquito militar, establecidos en los bienes concedidos por el príncipe, no dejaron de ser
tenidos por vasallos suyos.
Pero, como tenían que vivir la mayor parte del tiempo lejos de él, sus condiciones de vida eran por
completo, distintas de las de los guerreros domésticos de poco antes. Como compensación, por ser cada
uno punto central de un grupo mas o menos extendido de sometidos se esperaba de ellos que mantuviesen
a estas gentes en el orden; y si era necesario, incluso que ejercieran sobre sus vecinos una vigilancia
análoga. Así se distinguió entre las poblaciones del inmenso imperio, una clase muy numerosa de “vasallos
del señor”.
Es mas, este vinculo de fidelidad, quisieron emplearlo los carolingios para asegurarse la fidelidad
eternamente vacilante de sus funcionarios. Siempre se concibió a estos como colocados bajo la protección
especial del soberano, al cual prestaban juramento.
Poco a poco, esta práctica se generalizó. Al menos a partir del reinado de Luis el Piadoso, no
existió oficio palatino ni jefatura de tropas, en particular condado, cuyo titular si no lo era ya, no debiera
hacerse, juntando las manos, vasallo del monarca. Incluso los príncipes extranjeros si reconocen el
protectorado franco, se les exige desde mediados del siglo VIII que se sometan a esta ceremonia y se les
llama, a su vez, vasallos del rey o del emperador.
Señores y subordinados no podían dejar de ir naturalmente hacia una forma de contrato, que en
adelante, iba a estar provista de sanciones legales.

Proceso de Formación del Vasallaje Clásico


Llegó el hundimiento del estado carolingio. Se abrió entonces un largo período de disturbios y, al
propio tiempo, de gestación: en su transcurso, el vasallaje tenía que precisar sus rangos de manera
definitiva.
En el estado de guerra permanente en que vivió Europa a partir de este momento, más que nunca
el hombre buscaba un jefe y los jefes buscaban hombres. Pero la extensión de estas relaciones de
protección dejo de hacerse en provecho de los reyes. Alrededor de los castillos los señores, que en su
propio nombre o en el de alguien más poderoso que ellos, dirigen estas fortalezas, se esfuerzan en reclutar
vasallos encargados de asegurar su custodia.

145
Este homenaje servil se oponía al de los vasallos por un contraste decisivo: no tenia necesidad de
ser renovado de generación en generación. Pues se llegaron a distinguir dos maneras de estar ligado a un
jefe. Una es hereditaria, y esta marcada por toda clase de obligaciones que son tenidas como de naturaleza
bastante baja. Sobre todo, porque excluye toda elección en la sujeción, ella constituye todo lo contrario de
lo que ahora se llama libertad. La mayor parte de encomendados de orden inferior cayeron en la
servidumbre.
La otra relación que se llama vasallaje, dura de derecho, si no de hecho, únicamente hasta el día en
que terminará una u otra de las dos vidas atadas. Por esta misma nota distintiva, que le ahorra el ofensivo
aspecto de una obligación heredada con la sangre, se acomoda al honorable servicio de la espada, pues la
forma de ayuda que comporta es esencialmente guerrera. El vasallaje militar representaba su aspecto mas
elevado.

Capítulo II: El Feudo


“Beneficio” y Feudo: La “Tenure Salario”
Entre los encomendados de la época franca, la mayor parte no esperaban solo protección por parte
de su nuevo amo. Pedían que les ayudase a vivir.
El señor no tiene como única ambición dominar a las personas: a través de ellas, con frecuencia se
esforzaba en llegar a los bienes. En una palabra desde su origen, las relaciones de dependencia tuvieron su
aspecto económico.
Al jefe de un grupo de vasallos, como a todo patrono, las condiciones generales de la economía no
le dejaban elegir más que entre dos sistemas de remuneración. Podía retener al hombre en su vivienda,
alimentarlo, vestirlo y equiparlo a su costa. O bien, atribuyéndole una tierra o al menos unas rentas fijas
sacadas del suelo, dejarle a su propio cuidado: a lo que se llamaba chaser en los países de lengua
francesa. O sea, dotarle de su vivienda particular.
La simple donación, sin cláusula que aboliese o limitase la heredabilidad, parece que fue en épocas
antiguas practicada con bastante frecuencia.
No transmitiéndose el vasallaje por la sangre, la remuneración del vasallo no podía tampoco
revestir un carácter hereditario.
La etiqueta de beneficio, por contrario, a la vez más vaga y más honorable, puesto que no sugería
la idea de una súplica, se aplicó con preferencia a las liberalidades provisionales, consentidas, mediante un
servicio a favor de personas afectas a las casas señoriales, y, en especial, a los vasallos.
El uso de esta ultima palabra para designar las tierras concedidas a cambio de un servicio y, en
particular, de un servicio de vasallaje, tenia que perpetuarse, en el latín de las chancillerías y de los
cronistas, hasta muy adelantado el siglo XII.
Esta era llamada el feus de dicho hombre. Después como la tierra se convirtió poco a poco en el
salario normal del vasallo, fue a esta forma de retribución, con exclusión de toda otra, a la que finalmente el
viejo nombre, salido de una significación opuesta por completo quedó reservado.
En su forma popular no cesó de aplicarse para designar toda clase de concesiones de tierras.
Hasta tal punto es cierto que las palabras tomadas de otra lengua se acomodan con más facilidad que las
demás a un valor técnico nuevo y preciso.
Beneficio, feudo, lehn: lo que estos diversos sinónimos pretendían explicar era una noción muy
clara en su esencia de orden económico. Quien decía feudo, decía bien concedido a cambio de
obligaciones de hacer. Más precisamente, para que hubiese feudo no bastaba que los servicios
constituyesen la carga principal del bien, sino que era necesario que comportasen un elemento muy claro
de especialización profesional y también de individualización.
La Tenure, así obligada a servicios de una naturaleza muy particular, que, en cada caso fijaba una
convención o una tradición diferente, se definía ante todo por su carácter de remuneración, o sea, como una
tenare-salario. Se le llamaba feudo. Esto cuando se trataba de un modesto obrero sin que fuese pedida la
prestación de homenaje.
Existía entre los dos grupos de vasallos y en provecho de los detentadores de feudo, una
desproporción que, después fue creciendo.
Durante la primera edad feudal constituía una ardua empresa querer abastecer regularmente a un
grupo poco extenso.
En la época carolingia, la extensión de las relaciones de vasallaje, no solo en número sino también
en altura estuvo acompañada de una inmensa distribución de beneficios.
Seria formarse una imagen muy imperfecta de la multiplicación de las relaciones feudales, el pensar
que en el origen de todos los feudos existía una concesión del señor al vasallo. Muchos nacieron de una
donación hecha por el vasallo al señor. El hombre que buscaba un protector debía comprar esta protección.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

El poderoso que forzaba a uno más débil a vincularse a él, exigía que las cosas le estuviesen sometidas
como las personas. Los inferiores ofrecían con sus propias personas, sus tierras al jefe. Este, una vez
contraído el vinculo de subordinación personal, restituía al nuevo sometido los bienes cedidos pero no sin
haberlos ligados a su derecho superior, lo que se expresaba por el peso de cargas diversas. Este gran
movimiento de entrega del suelo se prosignó, durante la época franca y la primera edad feudal, de arriba
debajo de la sociedad. Pero las formas eran muy distintas, según la categoría del encomendado.
Al rústico, su fondo le era devuelto cargado de censos, en especie o en dinero y de prestaciones
personales agrícolas. El personaje de condición más elevada y de costumbres agrícolas. El personaje de
condición más elevada y de costumbres guerreras, después de haber prestado homenaje recuperaba su
antiguo patrimonio en calidad de honorable feudo de vasallaje. Entonces acabo de marcarse la oposición
entre las dos grandes clases de derechos reales: por un lado, las modestas tenores en villanía, que
obedecían a las costumbres colectivas de los señoríos y por el otro, exentos de toda dependencia, los
alodios.
Un poseedor de alodio puede con facilidad tener por debajo suyo a feudatarios, cuyos derechos de
disfrute del suelo, en la practica, con frecuencia hereditarios, limiten imperiosamente el suyo. En otras
palabras, el alodio no es forzosamente hacia abajo un derecho absoluto; pero lo es hacia arriba.
La anarquía que acompaño y siguió al desmoronamiento del Estado Carolingio ofreció a bastantes
feudatarios la ocasión de apropiarse pura y simplemente de los feudos que recibieran en concesión
condicional, en particular cuando el que había concedido era un iglesia o el rey. He aquí por ejemplo, con
treinta y ocho años de diferencia, dos documentos de limoges.
Como el sistema feudal, que se definía esencialmente bajo la forma de una red de dependencias,
no alcanzó jamás, ni aun en las regiones donde había nacido, el estado de un régimen perfecto, siempre
subsistieron alodios. Pero, muy abundantes todavía bajo los primeros carolingios, su numero, a partir del
siglo X, fue decreciendo con inusitada rapidez, mientras que el de los feudos aumentaba sin cesar. El suelo
entra en sujeción junto con los hombres.
Fuese cual fuese la procedencia real del feudo de vasallaje se presentaba oficialmente como
concedido al señor. La intervención de un acto ceremonial, concebido según las formas comunes entonces
a todas las tradiciones de derechos reales, que recibía el nombre de investidura. El señor entregaba al
vasallo un objeto que simbolizaba el bien, contentándose con frecuencia con un simple bastoncillo.
Los juristas bordaron poco a poco una multitud de distinciones, variables según los países. Cuando
la donación era entregada a un nuevo vasallo, la investidura tenia lugar inmediatamente después del
homenaje y la fe; nunca antes.
En principio, cualquier bien podía ser feudo. En la práctica la condición social de los beneficiarios
cuando se trataba de feudos de vasallaje imponía ciertos límites.
En una palabra, la mayor parte de los feudos de vasallaje eran señoríos grandes o pequeños.
Otros, sin embargo consistían en rentas que, dejando por igual a sus poseedores el privilegio de una noble
ociosidad, no incluían salvo a titulo accesorio, poderes sobre los otros dependientes.
Estos feudos de cámara tenían amplias ventajas.
Sueldo de un encomendado, la concesión en feudo tenía por duración natural la del vínculo humano
que era su razón de ser.
El beneficio o feudo fue en adelante considerado como debiendo ser detentado por el vasallo hasta
su muerte o la de su señor y solo hasta ahí.

Capítulo VI: Vasallo y Señor

Ayuda y Protección
Ayudar y proteger: con estas palabras de los mas antiguos textos resumían las obligaciones
recíprocas del fiel armado y de su jede.
Era fatal que se sintiese de manera creciente, la necesidad de precisar las consecuencias jurídicas
del contrato de homenaje: en particular, en cuanto a las cargas del subordinado.
Los juristas profesionales no tuvieron más que un papel tardío y, en suma mediocremente eficaz.
Pero, aunque interesante como síntoma de la penetración del Derecho culto en un terreno que
hasta entonces había sido extraño, esta tentativa consiguió elevarse por encima de una escolástica
bastante vacía. La acción decisiva, en todas partes, correspondió a la costumbre, alimentada por los
precedentes y cristalizada por la jurisprudencia.
Después se tomo la costumbre cada vez con más frecuencia de hacer pasar estas estipulaciones
antes puramente tradicionales, al propio acuerdo. El juramento de fe que se podía alargar a voluntad, se
prestaba a su minucia mejor que las pocas palabras con que se acompañaba el homenaje. La sumisión del
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hombre fue reemplazada por un contrato prudentemente detallado. Un exceso de precaución, que nos dice
mucho sobre la debilitación del vínculo, el vasallo no prometió solo ayudar, sino que también se
comprometió a no perjudicar.
Por definición, el deber primordial era la ayuda de guerra. El hombre de boca y de mano debe servir
en persona a caballo y con su arnés completo. Sin embargo, raramente comparece solo. Ademas de sus
propios vasallos, si los posee, que se agruparan bajo su bandera, su comodidad, su prestigio y la costumbre
le obligan a hacerse seguir por uno o dos escuderos como mínimo.
Con frecuencia el vasallo es asimismo obligado a tener g guarnición en el castillo señorial.
Cuando el mismo posee una casa fuerte, deberá abrirla su señor.
Poco a poco, las diferencias de rango y de poder, la formación de tradiciones necesariamente
divergentes, los acuerdos particulares, e incluso los abusos transformados en derechos introdujeron en
estas obligaciones innumerables variantes.
Un grave problema nacía de la Jerarquización de los homenajes. Al propio súbdito y señor, más de
un vasallo disponía a su vez, de vasallos. El deber, que le mandaba ayudar a su señor con todas sus
fuerzas, parece que le debía obligar a presentarse en la hueste señorial rodeado por todos sus
dependientes. La costumbre, no obstante, le autorizó muy pronto a no llevar más que una cantidad de
servidores.
Esta progresiva reducción hacia arriba de la obligación militar fue sin duda, una de las principales
causas de la ineficacia final del sistema de vasallaje, como medio de defensa o de conquista en manos de
los poderes públicos.
Los vasallos, grandes y pequeños, asociaban ante todo a no se retenidos en el servicio de manera
indefinida.
Por el contrario, los viejos derechos germánico usaron con amplitud de una especie de plazo tipo,
fijado en cuarenta días.
La legislación militar franca lo adoptó como límite del tiempo de reposo a que tenían derecho los
llamados a las armas entre dos convocatorias. Esta cita tradicional, que acudían naturalmente al espíritu
proporciono desde fines del siglo XIl, la norma ordinaria de la obligación impuesta a los vasallos. Una vez
transcurrido el plazo, eran libres de volver a sus casas, lo más a menudo para el resto del año.
Pero, entonces, debían ser pagados por el señor. El feudo, antaño salario del satélite armado había
dejado de cumplir su primera misión hasta tal punto que era preciso suplirla con otra remuneración.
El señor no se limitaba a llamar a sus vasallos solo para el combate. En tiempo de paz, formaban
su corte, que en fechas más o menos regulares, coincidiendo de ordinario, con las principales fiestas
litúrgicas, convocaba con gran aparato: era al mismo tiempo tribunal, consejo que la moral política de la
época imponía al señor en todas las circunstancias graves, así como también servicio de honor.
El señor, por la costumbre y por el interés distribuía a sus hombres los regalos de caballos, de
armas y de vestidos, que eran a la vez la prenda de su fidelidad y el signo de su subordinación: y, por
ultimo, que la presencia de los vasallos no dejo nunca de ser exigida con exactitud.
La fe imponía al vasallo ayudar a su señor en todas las cosas. Desde luego, con su espada y con
su consejo: a lo que mas tarde se añadió: con la bolsa también.
En los principios se entreve una simple practica de regalos, excepcionales y mas o menos
benévolos.
La ayuda para la cruzada, o también, la que el señor cobraba cuando sus superiores lo callaban a
el mismo. De esta forma, el elemento dinero se introducía poco a poco entre las viejas relaciones hechas de
fidelidad y de hechos.
Todavía debía introducirse por otro camino. Forzosamente, el servicio de guerra dejaba por
momentos de ser cumplido. Entonces el señor reclamaba una multa o indemnización: en ocasiones, el
vasallo ya la ofrecía por adelantado.
A partir del siglo XIII el deber militar se hizo simplemente cada vez menos apremiante sin tasa de
sustitución.
El deber de proteccion se prestaba menos que el de servicios a semejantes precisiones. El hombre
será defendido por su señor contra toda criatura que viva o que muere. Sobre todo en su integridad física:
también en sus bienes y mas particularmente en sus feudos. De este protector convertido en juez surge una
buena y pronta justicia.
Primitivamente, como retribución del servicio: el feudo había restablecido el equilibrio. A medida
que, transformado en la práctica en bien patrimonial, su función primitiva cayó en el olvido, la desigualdad
de las cargas pareció más evidente y mas vivo, por consiguiente fue el deseo de limitar su carga entre
aquellos a los que perjudicaba.

El vasallaje substituyendo al Linaje.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

El hombre que no tiene señor, si su parentela no toma su suerte en sus manos, es, según el
derecho anglosajón del siglo X, un ser fuera de la ley. El vasallo, frente al señor y este, frente a su sometido,
quedó durante mucho tiempo como un pariente suplementario.
La originalidad del mundo feudal es haber concebido la relación desde abajo hacia arriba. Las
obligaciones de dependencia y de gratitud así contraídas eran muy fuertes. Por el contrario, del señor para
con el vasallo los derechos se hicieron mucho mas precisos.
A pesar del relajamiento progresivo del vínculo de vasallaje no pudo escapar a este peligro, cuya
sombra acecha a casi todo régimen de protección personal: transformarse en un mecanismo de explotación
del débil por el fuerte.

Reciprocidad y Rupturas
El contrato de vasallaje unía dos hombres que por definición, no eran del mismo rango. Pero fuese
cual fuese cual fuese el desequilibrio entre las cargas exigidas de una y otra parte no dejaban de formar un
todo indisoluble, la obediencia del vasallo tenía como condición la obligación del señor de cumplir sus
promesas.
El hombre debe a su señor fe y lealtad en razón de su homenaje como este debe a su hombre.
Pero en la inmensa mayoría de los casos el vínculo personal se unía a uno material. Cuando la falta
incumbía al vasallo no había dificultad: el bien volvió al señor ofendido. Era lo que se llamaba el comiso.
Cuando la responsabilidad de la ruptura corresponde al señor el problema es más delicado. El
feudo, remuneración de los servicios que se dejaban de prestar, perdía su razón de ser.
La Jerarquización de las fidelidades permitió salir de esta dificultad. Los derechos del señor indigno
pasaban a su propio señor: igual que si habiendo saltado un eslabón la cadena se cerrase por encima del
vacío.
La legislación carolingia definió los agravios que, a sus ojos justificaban el abandono del señor por
el vasallo.
En primer lugar, el tribunal señorial, formado por los propios vasallos, a los que se tenía por jueces
naturales de los procesos entre el señor y el hombre de este, su igual: después, en el grado superior del
jefe al que el señor a su vez, había prestado el homenaje.
Pero el gran defecto del feudalismo fue precisamente su ineptitud para constituir un sistema judicial
verdaderamente coherente y eficaz.

Libro III. Los Vinculos de Dependencia en las clases


inferiores
Capítulo Primero: El Señorío
La Tierra Señorial
En el señorío el aspecto económico era primordial. Un señorío es ante todo una tierra, pero una
tierra habitada, y por gentes sometidas.
El espacio así delimitado se divide en dos facciones: el dominio, también llamado reserva, de la que
el señor recoge directamente los frutos. Por la otra, las tenures, explotaciones pequeñas o medianas que,
en número más o menos considerable se agrupaban alrededor de la corte dominical.
El señor tiene el derecho a la percepción de tasas y de servicios. Estos consistían en su mayor
parte, en prestaciones personales agrícolas ejecutadas en la reserva.
No todos los señoríos eran de iguales dimensiones. Los mayores cubrían todo el territorio de una
aldea.
Para remunerar a sus vasallos, más de un jefe tuvo que dividir sus tierras.
Los agricultores cuyas casas se elevaban unas junto a otras y cuyos campos se entremezclaban
dentro de unos mismos límites, estaban forzosamente unidos por toda clase de lazos de interés común,
incluso por la obediencia de las mismas servidumbres agrícolas.

Conquistas del Señorío


Los Señores cuidaban de no despojar al hombre de su tierra, pues el suelo sin brazos valía muy
poco. Lo que deseaban era someter a los humildes con sus campos.
Cualquiera que escapase a toda autoridad señorial dependía directamente del rey, lo que equivalía
a decir de sus funcionarios.

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Lo seguro es que de los súbditos libres, confiados a su custodia, los oficiales reales no tardaron
mucho en exigir por su propia cuenta, mas de una tasa o de una prestación de trabajo.
Con el nombre honorable de regalo o servicio benévolo, pero pronto, el abuso se convertía en
costumbre.
La inmunidad fortificaba el poder señorial.
Muchos pequeños bienes independientes fueron, sin ninguna clase de proceso sumados a los
señoríos.
Los señores se extendieron por otro procedimiento, a fuerza de contratos.
Seguramente existen muchos medios para imponer la protección a uno mas débil aunque no sea
mas que empezando por perseguirlo.
No por ello debemos pensar que la situación del hombre sin señor era envidiable. Aquel campesino
que transformaba su alodío en censo, bajo la condición de ser en adelante “guardado, defendido y
garantizado”. En ocasiones era una aldea en bloque la que se colocaba bajo la protección de un poderoso.
No todas las conquistas de los señores fueron rurales: el régimen de la Tenure con sus cargas
ordinarias se introdujo hasta en las antiguas ciudades romanas.
El señorío era una aglomeración de pequeñas fincas sometidas y el propietario alodial, al
convertirse en colono, aunque asumía obligaciones nuevas no cambiaba las condiciones de su explotación.

Señor y Poseedores de la tierra


Las relaciones del señor con los colonos no tenía otra ley que la “costumbre de la tierra”.
Nada más variable, según los lugares y los señoríos y nada más diverso que las cargas del
cultivador durante la primera edad feudal.
Los muros o los fosos del castillo son reparados con la fuerza de los brazos de los campesinos.
Cuando el amo recibe a forasteros, el campesino despoja a su propio lecho para proporcionar a los
huéspedes la ropa de caza necesaria. En ocasión de las grandes partidas de caza, debe alimentar a la
jauría. Cuando estalla la guerra se improvisa soldado a pie o escudero.
La dependencia frente a un señor se reflejaba por el pago de una especie de alquiler de la tierra.
Un número bastante grande de pagos acabaron por fundirse en una renta rústica única.
El problema de la herencia no tuvo casi ninguna importancia. De manera casi universal, los
campesinos se sucedían de generación en generación sobre el mismo suelo.
Siempre el derecho de los descendientes debía ser respetado.
Las reglas sucesorias solo estaban fijadas por las viejas costumbres regionales sin otra intervención
por parte de los señores.
El señor obligaba a los campesinos a moler en su molino, cocer el pan en su horno y prensar la uva
en su prensa.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Unidad IV: Transición del Feudalismo Al


Capitalismo
Pierre Vilar: Transición del Feudalismo al Capitalismo

Todo elemento contrario al principio del modo de producción feudal prepara su destrucción. Este
principio es la propiedad de las tierras en diferentes grados y la propiedad limitada de las personas, de
donde resultaba un circuito casi totalmente cerrado entre el producto agrícola y el consumo conjugado de
las clases campesinas y las clases feudales.
Que los intercambios exteriores perturban ese circuito, que la circulación monetaria se desarrolla,
que la propiedad absoluta progresa ante la propiedad feudal, que los hombres libres son cada vez mas
numerosos que aquellos que están vinculados a las relaciones feudales, que la ciudad adquiere una gran
importancia al lado de los campos, que se constituyen fortunas mobiliarias, que los impuesto del estado
vienen a competir con los tributos señoriales: todos estos hechos son amenazas a la pureza del régimen
feudal y preparan su disgregación.
Estos esbozos aislados retroceden en seguida y no se puede hablar de verdadero paso al
capitalismo más que cuando regiones suficientemente extensas viven bajo un régimen feudal francamente
nuevo. El paso solo es decisivo cuando las revoluciones políticas sancionan jurídicamente los cambios de
estructuras y cuando nuevas clases dominan el estado. Por eso la evolución dura varios siglos. Al final se
acelera por la acción consciente de la burguesía. Por tanto, la instalación del capitalismo será al final más
rápida que la del feudalismo, igual que la del socialismo, más consciente aún, tiene la posibilidad de ser aún
más rápida.

La Formación de la Burguesía y el tránsito del feudalismo al


capitalismo

B) El Renacimiento de las ciudades: Burguesías mercantiles y corporaciones


En el occidente europeo el minimum de la actividad urbana se sitúa tras el siglo III d.c., cuando las
ciudades romanas se rodean de murallas y, sin desaparecer, comienzan a vivir mediocremente. El carácter
esencialmente rural de la vida económica y social corresponde a todo el período de implantación del modo
de producción feudal, es decir, de los siglos IV al X.
En determinados frentes de contacto, entre la España musulmana y la cristiana, por ejemplo, las
ciudades desempeñaron también un papel bastante considerable a la vez militar y ya comercial, por la
redistribución de los objetos preciosos o las monedas adquiridas en las “razzias” y la venta de esclavos.
Solo a partir del siglo XI se generalizó el gran comercio. Su penetración se combinó, ademas, con el
crecimiento de la producción local destinada al mercado, con la progresiva sustitución de los talleres
confiados a los siervos en la reserva señorial para la fabricación de los objetos corrientes por los talleres
urbanos. Este primer paso hacia la especulación se halla en el origen del enfrentamiento campo-ciudad,
que tan importante papela ha tenido en la historia.
Las ciudades dependían de los señores. Pero fueron más fuertes que las aldeas para discutir con
sus amos, rebelarse, obtener o imponer “cartas de franquicia”. Colectivamente seguían vinculadas al
sistema feudal, ya que reconocían soberanos y poseían ellas mismas señoríos. Pero en su territorio y sobre
todo en el recinto amurallado, los habitantes eran libres y participaban de la organización colectiva.
Esta rápida floración de ciudades solo tiene un alcance limitado, porque no modifica el modo y las
relaciones de producción de la casi totalidad de la población que sigue siendo campesina.
Pero, no obstante, tiene una influencia directa no despreciable:

1. Por el ejemplo que dan a muchas comunas rurales que se liberan también;
2. Por el asilo que ofrecen a los siervos fugitivos, otra fuente de libertad.

En el interior de las ciudades, los nobles, los mercaderes, las corporaciones artesanas se disputan
el poder municipal, se eliminan recíprocamente o firman compromisos.

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En efecto, vemos que si la crisis general del feudalismo, en los siglos XIV y XV que se mantengan a
flote algunas ilustres prosperidades urbanas, algunas brillantes fortunas mercantiles, resulta que esta
impresión es mas una apariencia que una realidad. Es el tiempo del lujo de las grandes construcciones del
mecenazgo artístico. Pero no es, en cambio, el auge productivo. Las grandes burguesías enriquecidas viven
en lo sucesivo de rentas, o compran tierras feudales; imitan a los grandes señores.
En el interior de las comunidades, las luchas de clase se agravan y los sistemas representativos,
que siempre habían sido oligárquicos, se transforman en “tiranías”.
Por ultimo, las ciudades que habían realizado las mas importantes repúblicas mercaderes, las del
mediterráneo, caen en una decadencia al menos relativa por el hecho de la conquista de oriente por los
turcos y ante el próximo triunfo de las rutas comerciales del Atlántico.
La primera etapa de la formación del capitalismo, tras la crisis de los siglos XIV y XV, no podía
basarse más que en un salto delante de las fuerzas productivas: este tuvo lugar entre mediados del siglo
XV y mediados del XVI.

Siglos XV-XVI. Las fuerzas productivas: invenciones y descubrimientos


El uso de la artillería obliga a impulsar la producción del metal. El primer alto horno data del siglo
XV. La difusión del pensamiento humano, con la invención de la imprenta, el progreso de la ciencia de la
navegación, desempeñan un papel no menos importantes.
Es el comienzo de un proceso que situara a la industria en primer plano del progreso. En
agricultura, los procedimientos hortícola y quizá la viticultura conocen algunas mejoras. Pero el rendimiento
de los granos no progresará en forma decisiva antes del siglo XVIII y las cosechas seguirán siendo
irregulares con carestías periódicas. Como contrapartida, el reclamo comercial de la industria pañera hace
que en Inglaterra y en Castilla la cría de ganado lanar compita con la agricultura y despueble los campos.
Es una especialización que va en sentido del capitalismo.
En otros lugares las tierras abandonadas cuando las hambres del siglo XIV y durante las guerras se
recuperan a partir de los años 1460-1470 y esto desempeña durante un cierto tiempo el papel de un
progreso de las fuerzas de producción.
Este impulso interno fue al fin sostenido a partir de los últimos años del siglo XV, por una inyección
de riqueza exterior debida a la expansión marítima y colonial.
Las circunnavegación de África, el descubrimiento de la ruta de las Indias por Vasco de Gama, el de
América por Colón y la vuelta al mundo de Magallanes elevaron el nivel científico y ampliaron la concepción
del mundo en Europa.
Pero al mismo tiempo el gran comercio de esclavos y metales preciosos volvía a encontrar un
mercado abierto y extraordinariamente ampliado.

La acumulación primitiva de Capital


Marx demostró magistralmente que si el capital moderno se reproduce y se acumula solamente por
el libre juego de las fuerzas económicas fue preciso, sin embargo que su acumulación primitiva se hiciera
gracias a las crisis, las violencias, los desequilibrios, los acaparamientos y las usuras que marcaron el fin
del régimen feudal y expansión de los europeos a través del mundo. Hay que señalar aquí sus principales
modalidades, modalidades que todavía hoy la historia económica europea deforma en muchos casos, pero
sobre las cuales las investigaciones históricas mas reposadas no dejan de aportar complementos y
confirmaciones de los geniales esbozos que Marx trazó confirmaciones que ni siquiera los historiadores
honestos se preocupan en todos los casos de sacar a la luz.

Expropiación Agraria y proletarización de las masas rurales


En Inglaterra, la pequeña propiedad y el disfrute de los derechos habían contribuido a desarrollar a
partir del siglo XIV una clase rural precozmente comprometida en la producción artesanal y en la
comercialización de los productos.
La despoblación, el empobrecimiento de los campos, son descritos entonces de forma dramática
por sus contemporáneos. Tomas Moro en su Utopía habla del país “donde los corderos se comen a los
hombres”. La legislación fue impotente contra ese movimiento. Y la ley acabó volviendo sus armas contra
los pobres, desocupados y vagabundos.
Expropiación proletarización: son los dos términos de la “acumulación primitiva” en el estado puro,
la perfecta separación, mediante la violencia legalizada del productor y de su medio de producción. Por eso
Marx, eligió el ejemplo ingles de los siglos XV y XVI como símbolo.
En Rusia, por ejemplo, Lenin, describe el movimiento de expropiación-proletarización como
consecuencia de la liberación de los siervos en 1861.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Saqueo y Explotación Colonial. Diversos Aspectos de Sus Consecuencias


La colonización europea a escala mundial determino otro aspecto de la acumulación primitiva. La
lleva a cabo por mecanismos muy variados.

• Los Saqueos: delicadas alhajas arrebatadas a los indios de las islas, inmensos tesoros, de los príncipes
mejicanos e incas: todo fue directamente transferido a Europa.
Esta claro que de todas formas una economía no puede basarse durante mucho tiempo en el
simple y puro saqueo.
Además, desde el tiempo de Isabel, una de las grandes fuentes de enriquecimiento en la corte real
inglesa había sido la piratería, el pillaje directo de los cargamentos españoles

• Explotación Colonial y alza de precios en Europa: Se produce en Europa en el siglo XVI una llegada
masiva de oro y sobre todo de plata; esto desencadena una “Revolución en los precios”; el precio de los
productos europeos sube, a veces, en una proporción de 1 a 4. Como los salarios suben mucho menos se
produce una “Inflación de beneficios”, y el primer gran episodio de creación capitalista.

El esquema no es falso y Marx fue el primero en describirlo en el año 1847 en trabajo asalariado y
capital.
“En el Siglo XVI, la cantidad de oro y plata en circulación en Europa aumentó a consecuencia
del descubrimiento de las minas americanas, mas ricas y fáciles de explotar. El resultado fue que el
valor del oro y de la plata la disminuyo con relación al de otros artículos de consumo. A los
trabajadores se les continuaba pagando los mismos salarios por su fuerza de trabajo. Su salario-
dinero se mantuvo estable, pero su salario disminuyó porque a cambio de la misma cantidad de
dinero recibían una cantidad menor de bienes. Este fue uno de los factores que favoreció el
crecimiento del capital y el ascenso de la burguesía en el siglo XVI”.

No dice como Keynes y sus discípulos: la llegada del oro americano, el alza de los precios, el trazo
relativo de los salarios son la causa del empuje productivo del siglo XVI. No dice: 1º porque en el siglo XVI
la casi totalidad de la producción no se obtenía bajo el régimen de asalariado; lo que favorece precisamente
el alza de precios es la instalación del asalariado; nos encontramos en la fase preparatoria del capitalismo,
en la acumulación “primitiva. 2º, el beneficio capitalista se facilita, pero es mensurado por el desnivel que
se produce entre precios y salarios, depende en efecto del tiempo de trabajo incorporado con el tiempo
trabajo incorporado en el salario del trabajador que lo producido; pero ese tiempo de trabajo depende de
condiciones muy complejas y no solamente de las variaciones monetarias. 3º, por ultimo, ademas, los
precios europeos no suben del siglo XVI porque el oro y la plata fueron “mas abundantes”; suben porque el
precio de coste del oro y la plata había disminuido; por tanto, las ganancias se extraían aún mas del trabajo
de los mineros americanos que de la explotación creciente de los trabajadores europeos.
Los beneficios se obtenían entonces con menos facilidad y en el siglo XVII la acumulación primitiva
de capital fue menos intensa que en el siglo XVI; volvió a subir en el siglo XVIII, cuando el ascenso
demográfico y la explotación colonial reorganizada permitieron de nuevo que disminuyeran los precios de
los costes de extracción minera: de este modo vemos que la intensidad de la acumulación monetaria en
Europa, condición para la instalación del capitalismo, dependió del grado de explotación del trabajador
americano. Esto no vale solo para las minas. La acumulación primitiva del capital europeo dependió tanto
del esclavo cubano como del minero de los andes.

• El papel del capital usurario y del capital mercantil:


1º el préstamo usurario para el consumo: en el nivel mas bajo, en cada aldea, el hombre que tiene
disponibilidades monetarias puede prestar con un interés muy elevado al campesino que no tiene con que
vivir, lo necesario para comprar la simiente o una herramienta, o para pagar el impuesto; en el nivel mas
alto, los grandes mercaderes o banqueros prestan a los grandes señores o a los príncipes; es mas
peligroso porque puede haber quiebra, confiscaciones, pero también es mas remunerador. 2º La
especulación con la escasez es otro modo de acumulación: las carestías son frecuentes y aquellos que
pueden acumular el grano lo venden en el momento oportuno, al que mas ofrece; esos “acaparadores”, son
detestados, pero se enriquecen; 3º La especulación Comercial a partir de los productos valiosos es la que
alimenta al capital mercantil propiamente dicho; poniendo en relación puntos del globo en los que las
condiciones de producción son completamente distintas y monopolizando pequeñas cantidades de
productos de gran valor, el mercader de la Edad Media realizaba operaciones aventureras, pero que le
compensaban con creces.

153
Fue el primer contacto entre condiciones coloniales y condiciones europeas el que impulsó primero
el alza de los precios.
Todos los mercaderes del continente afluyeron a las ferias de la Península Ibérica. Fue el mayor
boom histórico del capital mercantil.
Pero un movimiento de tal envergadura llevaba en si su propia contradicción: en primer lugar,
aquellos países en donde los precios subieron demasiado fueron eliminados por competencia.
Por otra parte, cuanto más dinero circula, mas difícil es exigir intereses usurarios; la usura no murió
por las inútiles condenas lanzadas por la iglesia; murió debido a la circulación del dinero. Por último, a
medida que la navegación hacía progresos, el mercado mundial pasaba a ser una realidad cotidiana y, por
tanto, desaparecieron cada vez más las ocasiones para la gran especulación comercial. Los precios
tendieron a igualarse.

Las Etapas Finales de la Transformación


Primer Control del Capital Mercantil sobre la producción industrial
A lo largo del siglo XVII los mercaderes, aprovechando las dificultades del artesanado corporativo y
el exceso de mano de obra existente en el campo se pusieron a distribuir primero materias primas y luego
instrumentos de producción, bien a domicilio entre los campesinos, o bien a los grandes talleres, por lo
general privilegiados del Estado. Es la época de la “manufactura”, importante etapa hacia el capitalismo: 1º
porque realiza, en la industria, la separación entre productor y medio de producción; 2º Porque compite
mortalmente con el artesanado corporativo y 3º porque organiza la división del trabajo, que aumenta
masivamente la productividad del trabajo individual.

Papel de los primeros estados nacionales y acumulación primitiva.


El dominio del capital mercantil corresponde, en Europa occidental, a una nueva estructura del
Estado.
Los impuestos, cuya importancia aumenta, son percibidos generalmente mediante el sistema de
“fermes”, es decir, por compañía de financieros privados, que aguardan para si una gran parte de esa
cantidad recaudada a partir del producto nacional.
La organización del crédito, la aparición de los primeros bancos estatales, aunque no son factores
que hacen disminuir la tasa de los intereses usurarios, movilizan como contrapartida el dinero de los
“rentistas” entre las manos de los grupos restringidos y poderosos. Por último, el Estado protege a la
producción nacional mediante las aduanas y la marina nacional con las “actas de navegación”. El fin de
todas estas medidas es expresado a menudo por los economistas “mercantilistas, que representaban, como
Marx señalo ya perfectamente, la forma primitiva, ingenua, del capitalismo: el fin de cualquier actividad es
“hacer dinero”; la nación es rica si tiene un saldo positivo de metales preciosos; poco importa como se
distribuya ese saldo: se confunde interés nacional e interés de los comerciantes.
El país más característico de esta fase es la Inglaterra de finales del siglo XVII. La evolución que
sufrió desde el siglo XV le permitió superar definitivamente a los países de los primeros descubrimientos.

El siglo XVIII y el nuevo salto de las fuerzas de producción: producción


industrial en Masa y agricultura nueva.
También será en Inglaterra donde aparecerán a lo largo del siglo XVIII las novedades que
caracterizan de forma decisiva a la nueva Era, la era capitalista.

• La aparición del maquinismo: a partir de 1730 se suceden una serie de invenciones que van a sustituir la
manufactura por la maquinofactura, es decir, al tiempo que se multiplica la productividad del trabajo
humano, reducir ese mismo trabajo a un mecanismo cada vez mas abstracto cada vez menos unido al
objeto productivo, y por ultimo permitir utilizar una mano de obra de fuerza menor: es la movilización masiva
del trabajo de mujeres y niños. Estas invenciones son las que afectan a la metalurgia y, por ultimo, la
maquina de vapor. Este salto hacia delante de las fuerzas productivas era necesario para trastocar las
estructuras económicas y sociales. En lo sucesivo, la producción industrial masiva será la fuente esencial
del capital, por la distancia que se establece entre el valor producido por el obrero y el valor que le es
restituido bajo forma de salario por aquellos que disponen de enormes medios de producción nuevo.
• La explotación cada vez mas acentuada del trabajo humano es su consecuencia y su precio: el siglo XVII
es un siglo de alza general de los precios debido a la fuente colonial de este fenómeno: es aun el siglo de
las grandes fortunas edificadas sobre el oro de brasil, la plata mexicana, el azúcar y el ron de las islas, el
algodón de América y de la india, todo ello extraído de los pueblos colonizados.
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Se constata, sin embargo, que el siglo XVII, especialmente en los países mas avanzados como
Inglaterra, ve desaparecer ya que no la carestía y la crisis de falta de pan, si al menos las hambres
mortales.
Se debe en primer lugar a que los obreros trabajan aun más y las mujeres y los niños son puestos a
trabajar. El salario familiar aumenta hasta el mínimo de subsistencia, pero en relación a una cantidad de
trabajo extraordinariamente aumentada.
• La revolución agrícola y la libertad del comercio de granos, que permite que sean alimentados con un
mayor número de hombres y con mayor regularidad; en los países más avanzados se suprime el barbecho
y se utilizan más las leguminosas y los tubérculos. Esto hace que disminuyan los beneficios de
especulación de antaño, cuando, se aprovechaban las crisis alimenticias.
El capital industrial, cada vez que puede disminuir el contenido-valor de la alimentación
mínima del obrero, se asegura un beneficio siempre en aumento. Se ve con claridad de qué modo, en lo
sucesivo, el capitalismo industrial, que, en este caso, merece simplemente el nombre de capitalismo,
sustituye a las modalidades primitivas de la formación del capital. Pero siempre en los países mas
avanzados como Inglaterra, la agricultura misma en manos de los granjeros empresarios se adapta a la
producción en masa para la venta, es decir, también al capitalismo.
No todos los países entran, ya desde el siglo XVIII en esta fase decisiva. Por muchas
características Francia se encuentra muy retrasada con respecto a Inglaterra.
Solamente en el siglo XIX se propagará al capitalismo industrial tal y como había nacido en
Inglaterra a partir de 1760.
A cada modo de producción corresponde no solo un sistema de relaciones sociales de producción,
sino también un sistema de derecho de instituciones y de formas de pensamiento.
Un régimen social en decadencia se sirve precisamente de ese derecho, de esas instituciones y de
esos pensamientos ya adquiridos, para oponerse con todas sus fuerzas a las innovaciones que amenazan
su existencia. Esto provoca la lucha de las nuevas clases, de las clases ascendientes, contra las clases
dirigentes que se hallan aun en el poder y determina el carácter revolucionario de la acción y el
pensamiento que animan estas luchas.
El régimen feudal no murió sin defenderse. Y el ataque que se llevó contra él no comenzó solo con
las formas mas desarrolladas de los nuevos modos de producción. Estas formas, en efecto, no pudieron
triunfar más que cuando ya se habían librado de los inconvenientes, de las trabas que las instituciones de
tipo feudal les oponían necesariamente. Es la historia de las revoluciones burguesas.

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Reyna Pastor de Tognery:
Historia del Movimiento Obrero

Artesanos y Campesinos en Crisis

En medio de las crisis que azotan a Europa durante el siglo XIV el mundo feudal se derrumba y con
el los modos de producción que le son propios: el trabajo que en el campo el siervo o semisiervo realizaba
en beneficio de su señor: las rígidas corporaciones artesanales, monopolizadoras del trabajo y del mercado.
Las viejas formas entran en un período de crisis o mientras surgen otras nuevas, como el trabajo rural
domiciliado, el que desde el campo se realiza para las industrias.
En la Europa del siglo XI al XV los campesinos constituyen el 95% de la población.
Se transforman las viejas industrias como la textil o se desarrollan otras como la minera; se amplían
los mercados.
Las industrias rurales domiciliadas serán una forma de transición y la que va a iniciar
transformaciones en el campesinado que lo preparan para la revolución industrial, ya que lo alejan de la
tierra, lo despojan de sus medios de producción, lo obligan al trabajo rutinario realizado en largas jornadas,
lo van convirtiendo en asalariado.
Entre los siglos XIV y XVII los trabajadores rurales, lo mismo que los artesanos, llevarán adelante
frecuentemente acciones de protesta y de rebelión. Estas rebeliones son motivadas por las razones, más
diversas, incluso las religiosas y muchas veces se mezclan en ellas grupos sociales cuyos intereses
económicos son muy diferentes.

El Surgimiento y la organización de los Gremios Artesanales


Al mismo tiempo que comenzaron a practicarse las actividades artesanales surgieron las
agrupaciones de quines practicaban una misma actividad. Tenían que ocuparse organizar la defensa y
debían luchar por obtener franquicias para el ejercicio de su arte. Contrataban gentes para que los
defendieran, se asociaban, a su vez, los que practicaban un oficio necesitaban ayudantes y debían enseñar
a los jóvenes. Todas estas razones hacen que vayan surgiendo, como asociaciones de ayuda mutua, las
corporaciones gremiales: primero las de los mercaderes: mas tarde las de los artesanos.
Nadie podía ejercer el oficio si no pertenecía a la corporación. En Inglaterra no existió la libertad de
oficio hasta el siglo XVII y en Francia hasta la revolución de 1789.
El gremio controlaba la calidad y numero de las mercaderías de su ramo.
Las corporaciones ejercían el monopolio del mercado urbano y de la práctica de los oficios.
Los que trabajaban en el taller se dividían en tres categorías: maestro, oficiales y aprendices. En un
principio, teóricamente los aprendices podían llegar a oficiales y los oficiales a maestros. Pero en la práctica
no fue así, se fueron estableciendo condiciones cada vez más rígidas para pasar de un grado a otro,
condiciones que no dependían de la habilidad en el oficio.
Para ser admitido en el gremio se exigían ciertas condiciones: no ser “extranjero”, no tener origen
servil, ser hijo legítimo: no haber pertenecido a alguno de los gremios considerados “de mala fama”. Estas
exigencias regían también para la mujer del candidato.
Para llegar a la maestranza se imponían ciertas condiciones de carácter técnico: realizar un
aprendizaje de siete años; emigrar durante un cierto lapso a otra ciudad para aprender nuevas cosas; dar
una especie de examen final: realizar una obra maestra.
La maestría llegó a ser hereditaria. Para los pequeños gremios la organización gremial no alcanzó
jamás los estrechos límites mencionados. Se desarrolló la tendencia a la exclusividad y al monopolio. Y esto
es lo que caracterizó a las corporaciones.
Las herramientas, es decir “los medios de producción” pertenecían generalmente al operario. Los
aprendices solo recibían un salario, en el mejor de los casos, al final de sus años de aprendizaje. El maestro
los alojaba y los alimentaba en su casa mientras duraba el aprendizaje. Este, la casa y la comida eran el
pago por el trabajo.
Las jornadas de trabajo eran largas. En las artesanías el trabajo era duro y continuo de 14 a 16
horas. Pero los días de fiesta eran frecuentes, y cuando ya se había cumplido con la cuota impuesta por la
corporación se dejaba de trabajar. Los gremios textiles trabajaban durante todo el año. Os oficiales y los
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

aprendices ponen su fuerza de trabajo al servicio del capital de los dueños de los talleres: los maestros. En
otros casos contrataban el trabajo de todo el taller incluidos los maestros, proporcionaban las materias
primas, pagaban y retiraban las mercaderías. El taller se transformará en una dependencia productora de
los mercaderes ricos.
Las corporaciones de mercaderes y de artesanos se rigieron por estatutos que muchas veces se
fueron modificando a favor de los maestros.
Las corporaciones eran dueñas de una caja común, de una casa donde se reunían sus miembros;
poseían distintivos propios y un santo protector; realizaban fiestas especiales y protegían a las viudas y
huérfanos de sus afiliados.

Las Zonas de desarrollo artesanal e industrial. Florencia


En Florencia, hacia fines del siglo XIII las artes, o sea, los gremios, se dividían en artes mayores y
artes menores. Las mayores eran:

1. Las de jueces y notarios


2. La de los mercaderes de Colímala
3. La de los cambistas
4. La de la lana
5. la de los mercaderes de la puerta de Santa María
6. La de los médicos y especieros
7. La de los peloteros

La segunda se ocupaba de la importación de los tejidos de la lana.


Los que se ocupaban de las otras artesanías, aquellos que atendían al consumo diario de la ciudad,
estaban agremiados en las llamadas artes menores.
La mayor parte de los talleres de tejidos están dominados por los mercaderes que comercian las
telas y que han transformado en sus asalariados a los pequeños maestros como a sus oficiales y
aprendices.
Por debajo del artesanado se ha formado una capa de trabajadores urbanos, no calificados, recién
incorporados a la ciudad, y por lo tanto ni agremiados, ni protegidos por alguna institución.
Hacia fines del siglo XIV las industrias florentinas especialmente las textiles, entraron en crisis.
Esto era consecuencia de graves problemas en el mercado europeo. Algunos mercados fueron casi
totalmente clausurados.
La crisis debilito al movimiento obrero, lo dispersó. Surgieron nuevos tipos de industria.
Durante los siglos XIII y XIV se suceden las convulsiones y los obreros reciben la influencia de las
herejías comunizantes de la época.

La “Crisis del Siglo XIV” y sus Consecuencias


Las dos zonas artesanales, norte y centro de Italia y Flandes sufren grandes cambios a partir de la
segunda mitad del siglo XIV.
La población europea fue diezmada por la insuficiencia de la producción y por una serie de
importantes hambrunas seguidas de mortíferas pestes.
La “peste negra” o bubónica y los brotes epidémicos redujeron la población europea en un tercio. A
consecuencia de esto comenzó a faltar mano de obra para la agricultura.
La guerra de los Cien Años completó el cuadro de muertes y depredaciones.
La sociedad feudal sufrió un rudo golpe.
Los señores feudales perdieron la exclusividad en el uso de las armas y con ello su carisma, la
justificación de su poder. Pero continuaron siendo los dueños de la tierra y ejerciendo la coacción.
Esta situación de dependencia comenzó a cambiar entre fines del siglo XIV y principios del
siguiente.
Las principales casas de banqueros florentinos quiebran al promediar el siglo XIV. La gran
burguesía acompaña en la crisis al feudalismo.
Muchos talleres urbanos se cerraron; el comercio tradicional de las ferias de Champagne se
interrumpió e Inglaterra cerró las puertas de embarque de lana.
En Inglaterra se producen cambios fundamentales. En primer lugar aumenta mucho la explotación
del ganado ovino.
El rey de Inglaterra, Eduardo III decreta la restricción de la salida de lana y fomenta el consumo
interno.

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En el país se tejía la lana por el sistema artesanal, pero hacia fines del siglo XIV se había cumplido
en Inglaterra el proceso por el cual los mercaderes pañeros habían obtenido el monopolio de la
comercialización y los artesanos habían sido sometidos a su presión económica.

Las Rebeliones Campesinas


La peste, la gran mortandad, provocan la escasez de mano de obra y la consiguiente suba en los
salarios.
En Francia, se aprobaron Estatutos de trabajadores en que establecían para la ciudad y el campo
un salario máximo por pieza y por día.
La caída en la producción crea situaciones críticas. El hambres se extiende sobre todo en las zonas
rurales. Esto y los desastres iniciales de las armas francesas en la guerra de los cien años hacen que los
campesinos se levanten en diversos lugares. Incendian castillos, matan propietarios nobles.
Cien mil hombres en armas arrasan el país feudal. Las huestes militares los encierran en Moux y
allí los derrotan. Veinte mil campesinos, hombres, mujeres y niños son colgados y sus aldeas arrasadas.
Su protesta se dirigía frontalmente contra los que detentaban el poder. La burguesía comercial, que
se había plegado a los campesinos, los abandona en los momentos decisivos y cuando son aplastado pasa
a respaldar al poder señorial.
Los campesinos emprenden una marcha sobre Londres.
Gracias al apoyo de un sector de la burguesía, entran en la ciudad. Le exigen al monarca una carta
de libertades, la abolición del villanaje, la conmutación de las prestaciones personales, el perdón general
para todos los rebeldes etc.
Los nobles se reorganizan, se arman e inician el avance sobre la ciudad, cuyas puertas le son
abiertas por la burguesía que traiciona ahora a los campesinos. Estos deben huir y son perseguidos
implacablemente. La matanza se generaliza.
Los campesinos eran apoyados por las clases menos pudientes de las ciudades que les abren sus
puertas, realizan y ganan varias batallas, pero terminan perdiendo la guerra. Son exterminados después de
esa labor de exterminio los nobles, caballeros y monjes pudieron recuperar la tranquilidad y el poder.
Aunque todas las revueltas campesinas terminan en el fracaso, la descomposición del mundo
feudal era inevitable. Y mientras se producía este proceso, la burguesía fue adquiriendo preeminencia.

Los Cambios en la industria textil


Los mercados compradores alemanes, polacos, españoles etc. Tomaron el lugar de los franceses y
el cambio de la calidad de los paños dio origen al incremento de un nuevo tipo de elaboración de los
mismos, en parte rural, en parte urbana.
El algodón era originario de Calabria, Sicilia, Malta y África del norte y se trabajaba en Toscana y en
Lombardía. El tejido se realizaba hasta la primera mitad del siglo XIV, mediante el sistema rural a domicilio.
Un mercader distribuía la materia prima en las casas campesinas. Allí los campesinos realizaban el proceso
del tejido. El mercader retiraba las telas que pagaba a destajo y a muy bajo precio. Este procedimiento
permitió enriquecerse a muchos contratistas. Pero durante la segunda mitad del siglo XIV, debido a la crisis
demográfica provocada por las pestes y hambrunas, la escasez de mano de obra impidió la explotación de
los campesinos tejedores. Esto motivó el encarecimiento de las telas y la reducción de los mercados.
LA industria lanera se extiende tanto que, hace que muchos campesinos abandonen los trabajos
agrícolas. La magnitud de la demanda de lino hace que extensas zonas se dediquen a su cultivo.
Francia tardó más en desarrollar la industria de las telas.
La fabricación de tejidos de seda demandaba grandes inversiones en útiles y herramientas y el
trabajo exigía mayor especialización y cuidado. Es por estas razones que en la industria de la seda se dan
las primeras formas capitalistas de producción. Son verdaderas manufacturas, pues requieren gran
inversión de capitales y mano de obra concentrada en talleres y pagada en salario.
La producción de tejidos de seda cambia su localización geográfica, pero no su modo de
producción.

La Industria rural domiciliada y las artesanías en la edad moderna.


Durante el siglo XIV que se produce el paso del sistema artesanal al rural domiciliado.
En General, los procesos de acabado siguieron realizándose en la ciudad, como también los de
confección.
Esta división del trabajo entre la ciudad y el campo dio origen a serias disputas entre los diferentes
grupos de trabajadores.
En general, triunfaron los que se hallaban al final del proceso de producción porque eran los que
estaban mas en contacto con el mercado.
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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Este tipo de producción mixta trajo diversos cambios en el seno de los gremios artesanales. Lleva a
los maestros artesanos a convertirse en empresarios del trabajo domiciliado.
Son frecuentes las luchas de gremios entre si o fusión de gremios para entenderse de los
mercaderes.
El gran mercader será la figura dominante de este período.
El trabajo rural a domicilio es propio de la etapa de transición hacia el modo de producción
capitalista.
Un negociante distribuía la materia prima entre los campesinos y adquiría con ello parte de su
fuerza de trabajo. La familia campesina continuaba realizando tareas de campo al mismo tiempo que las del
tejido. Pero pronto el patrón monopoliza toda la fuerza de trabajo del campesino. Las deudas que contrae
este con el patrón o distribuidor hacen que termine trabajando solo para el.
Mediante este sistema el campesino se convierte en un obrero industrial a domicilio que produce
para el mercado y que vende al empresario parte de su fuerza de trabajo.
En algunos lugares de Inglaterra familias enteras de campesinos pasaron a vivir exclusivamente de
su trabajo artesanal y abandonaron las tareas rurales.
Este sistema permitió que se formaran nuevas ramas industriales o dio un gran impulso a otras
industrias.
En ciertas épocas, la mano de obra urbana se traslada al campo.
Otra ventaja del trabajo ingles provenía de mano de obra femenina, factor que duplicaba la
producción.
Hacia el siglo XV se inventó el molino cardador, lo que significó un enorme ahorro de mano de obra.
El invento de las maquinas de hilar, de la lanzadera volante y de la maquina de tejer harán que los
campesinos-obreros se trasladen a la ciudad, donde formen el primer proletariado.
Parte de la mano de obra vacante fue absorbida por las industrias textiles domiciliadas, parte por
las mismas, explotadas mediante el mismo sistema y por los astilleros.
En las regiones donde se había impuesto el mayorazgo, el cual determinaba que solo el hijo mayor
heredara los bienes paternos, los demás hermanos debieron buscar otras fuentes de trabajo.
En las regiones en donde la población creció mucho se fue subdividiendo. Los predios eran
insuficientes para alimentar a las familias y esto hacia que se buscara una entrada complementaria, la cual
fue proporcionada por el trabajo industrial domiciliario.
Se perfiló una clase de trabajadores rurales que se fue desprendiendo cada vez más de las tareas
del campo para pasar a las textiles o las mineras.
En Francia, como en Inglaterra, llegó a haber campesinos que vivían casi exclusivamente de su
trabajo industrial. Las guerras religiosas provocaron en ellos emigraciones de tal importancia que se
produjeron verdaderos cambios en la producción de tejidos, e incluso hay zonas que se arruinaron por la
huida de la mayor parte de la mano de obra.
Entre los ríos Mosa y Sambre se produjo un gran desarrollo de la metalurgia. Los empresarios
proveían la materia prima y luego pagaban por pieza realizada.
La región de Lleja fue, entre los siglos XIV y XV, el centro más importante en la extracción de
carbón.
También hay que destacar la fabricación del vidrio.

El Desarrollo de la Industria Minera


En el curso del siglo XCI la industria minera y la metalúrgica adquieren gran importancia.
Se formaron las sociedades de explotación capitalista y se organizó un comercio de metales de tipo
especulativo.
Las técnicas de explotación minera se habían perfeccionado mucho, y esto fue lo que originó la
aparición de grandes empresarios porque esas técnicas exigían la inversión de grandes capitales y la
concentración de los mismos.
Se formó una nueva clase de asalariados mineros a los que les pagaba por semana.
La situación de los obreros mineros era penosa. Además de tener graves dificultades de
alojamiento debían soportar las consecuencias del sistema, que los obligaba a comprar al empresario
artículos alimenticios y vestimentas.
Los salarios insuficientes y la cantidad de horas de trabajo fueron motivo de quejas y huelgas.
La explotación minera comenzó a realizarse mediante lo que se llamó la “minería libre”.
Siempre que hubiera espacio desocupado era posible obtener el derecho de explotación. En las
primeras épocas se trato de mantener la igualdad entre los miembros de la comunidad.
Luego vino el sistema tributario, mediante el cual se permitió a los poseedores de una concesión el
subarrendamiento de la mina a un grupo de trabajadores o a algún pequeño explotador, a cambio de una
parte del producto.

159
Desde el siglo XIV ciertos factores comienzan a actuar con el fin de despojar a los explotadores
libres de sus beneficios. El más importante lo constituyen las ventajas de que gozaban los fundidores, los
traficantes en metal y los compradores de estaño y que llevarán al trabajadores de la mina a una situación
cada vez mas dependiente.
Los estañeros pobres y los tributarios fueron quedando en situación de dependencia frente a los
estañeros provenientes de la clase señorial y a los intermediarios.
Los estañeros pobres y los tributarios comenzaron a recibir subsidios, con los que se endeudaron
más y cayeron en la situación de dependencia.
El pago en trueque empeoró más su situación y su ingreso termino reducido a un mero salario.
Se estableció con respecto al estaño el monopolio de la compra del metal.
Los precios que recibían los productores bajaron.
Los mineros pedían la venta libre del estaño; los estañeros ricos se oponían a sus demandas.
Hacia 1700 los propietarios de las fundiciones empleaban directamente a mineros por un salario a
destajo.

Conclusiones Sobre Las industrias rurales domiciliadas


El florecimiento de estas industrias estuvo íntimamente ligado a la existencia de determinadas
condiciones geográficas: también tuvo mucha importancia la organización política de cada región.
Los señores querían controlar el mercado por razones fiscales y por ellos les resultaba más
conveniente la concentración urbana que la dispersión rural.
En Inglaterra, los lazos feudales se debilitaron mas rápidamente, la dispersión geográfica de las
industrias rurales domiciliadas fue fácilmente aceptada y la importancia del sistema llegó a ser enorme.
En esta forma de trabajo, característica del transito entre el modo de producción feudal y el
capitalista, los protagonistas son dos tipos sociales: el empresario domiciliado y el campesino semi
propietario.
El empresario es quien, junto con los mercaderes elabora las técnicas empresarias que provocan la
aparición del moderno capitalista.
Los campesinos-artesanos constituían una mano de obra menos especializada que la de las
ciudades, pero mucho más barata y sobre todo, no organizada en gremios, lo que permitía que fuera
explotada con más intensidad por los empresarios.
El trabajo domiciliado dio ocupación a muchos campesinos, que aunque se redujeran a la condición
de simples asalariados pudieron así sobrevivir.
Hubo diferencias y oposiciones entre trabajadores domiciliados.
El trabajo domiciliado preparó una mano de obra apta, destinada a constituir, junto con la
proveniente de las manufacturas, el primer proletariado de la industria capitalista. Alejó al campesino de la
tierra, lo separo de sus medios de producción, lo divorció de sus fuentes fundamentales de subsistencia. El
campesino-artesano acostumbrado al salario, al trabajo a destajo y a trabajar largas horas endeudado con
el empresario, desconectado del proceso de producción, fue con su mujer y sus hijos presa fácil de la
ciudad industrial y de los empresarios capitalistas.
La industria rural domiciliada por un lado absorbió, aunque irregularmente el crecimiento
demográfico dando ocupación a una población que la agricultura, insuficientemente desarrollada, no podía
absorber.
Por otro lado la producción de estas industrias engendró otras industrias, como las de disponer de
mas materias primas.

El Declinar de las Artesanías


Las Artesanías progresaban, pero los gremios morían.
En Inglaterra las corporaciones perdieron todo su poder en el siglo XVII.
Si bien en algunos lugares de Europa el número de artesanos aumentó a lo largo de los siglos
modernos, las corporaciones gremiales fueron perdiendo su poder. Ciertas actividades que habían
comenzado en el taller artesanal se transformaron en actividades manufactureras que se realizaban en
talleres más grandes en los cuales el proceso de producción se separó en más etapas especializadas de
las que se daban en la artesanía.

Caracteres de las Rebeliones populares de los siglos XVI y XVII


En los campesinos trabajadores de la industria rural se cruzaban dos tipos de situación: la que los
ligaba a los señores de la tierra en la que se hallaban asentados en carácter dependiente por lazos de
origen feudal y por otro lado la que los ligaba al empresario de la industria campesina. Podían rebelarse en

160
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

uno u otro sentido, contra unos o contra otros, y así lo hicieron, pero aisladamente, por lugares, por
regiones. Otras veces hubo levantamientos generales.
Son raras las rebeliones cuyo objetivo sea obtener mejores salarios. La conciencia de la necesidad
de defender el salario no es todavía clara. El descontento se manifiesta más a nivel del consumo que a nivel
del salario.
Estas crisis de subsistencia son en la casi totalidad de los casos el trasfondo de las revueltas
sociales.
A veces, los obreros de las industrias rurales se rebelan en defensa de sus empresarios porque a
estos el rey a través de los impuestos les privaba de capital y con ello les impedía dar trabajo a sus obreros.
Entre las clases populares de los siglos XVI y XVII solo hubo solidaridades parciales y que muy
esporádicamente se dio una verdadera conciencia de clase.

161
Michael ·E. Tigar y Madeleine R. Levy:
El Derecho y el Ascenso del Capitalismo al Poder

El Telón de Fondo de las nuevas Instituciones Jurídicas.


Los sistemas jurídicos del siglo XVIII toman elementos de seis diferentes cuerpos de pensamiento
jurídico y en ellos buscan el respaldo de su autoridad:

1. El derecho Romano: revivido de diversas maneras y dotado de la autoridad de una civilización


cuya expansión militar imperial dejó sus huellas por todo el mundo occidental. El pensamiento jurídico
romano había desarrollado formas de relaciones legales destinadas a regir y fomentar el comercio con
todas las regiones del imperio.
2. El derecho Feudal o señorial: Las normas que definían las relaciones de vasallaje, dominación,
explotación y protección, que caracterizaban el vinculo feudal personal entre el señor y sus vasallos.
3. El Derecho Canónico: las normas legales de la Iglesia católica romana de Occidente, que imponía
un control de grado variable pero siempre considerable sobre un negocio tan secular como era el mercantil.
4. El Derecho real: normas que ponen de manifiesto la influencia crecientemente consolidada de
quienes impusieron la creación de los primeros Estados modernos, y de quienes la burguesía fue una aliada
temprana, aunque voluble.
5. El Derecho Mercantil: normas derivadas del derecho romano pero adaptadas a lo largo de los
siglos a las necesidades de aquellos cuyo negocio eran los negocios.
6. El Derecho natural: la pretensión burguesa, desarrollada plenamente en el siglo XVII aunque
anticipada antes, de que la combinación de normas que mejor sirviera al libre comercio era una verdad
eterna, conforme con el plan de Dios, y evidentemente sabia.
Estas seis categorías de derecho reflejan modelos reales de poder. Las relaciones de poder
feudales estaban fragmentadas y eran una manera de retazos, con numerosos señores temporales y
espirituales en lucha y forcejeos por el derecho de explotar cada trozo de tierra árabe o habitable, y a la
gente que hubiera en él. La puja se hacia particularmente encarnizada cuando se trataba de fijar quien
tendría el derecho de jugar y de establecer tribunales, porque las costas y los gastos del juicio estaban
entre las fuentes mas lucrativas de ingreso efectivo.

Derecho Romano
Las gentes de Europa occidental seguían transitando por las vías construidas en tiempos de
Augusto. El mercader y su abogado, personas instruidas, habían aprendido que tras la conquista romana
habían llegado las leyes romanas y el comercio romano, que incluían la libertad de comprar y vender por
medio de contratos susceptibles de ejecución forzada.
Para la iglesia, y para los señores temporales que también aspiraban al dominio universal, el
imperio romano presentaba un modelo organizativo consciente.
La sociedad romana había sido la primera que estuvo regulada por el derecho en el sentido de un
sistema de normas respaldado por el poder del estado.
Pero Roma, a diferencia de las sociedades anteriores, había dejado detrás de si una literatura
jurídica variada y rica. El comercio romano había generado leyes que los mercaderes de la Edad Media y
sus abogados encontraban fundamentales. Y el derecho romano, llegó a obtener el respaldo espiritual y
temporal del papado.
Los jurisconsultos romanos aparentaban que todos los principios legales de importancia se
derivaban de las XII Tablas.
Las XII Tablas estipulan únicamente los más simples principios legales referentes a la propiedad, el
derecho de familia y la ciudadanía y se caracterizan por su confianza en la magia y el ritual como medios
para generar obligaciones.
En las XII Tablas vemos por primera vez el surgimiento de ideas jurídicas sobre el crédito, el
contrato y el perjuicio civil.
El nexum era la obligación creada entre el deudor y el acreedor por la promesa del primero de
someterse al segundo hasta tanto se cumpliera el pago de la deuda.
162
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

El vínculo subsistió en todo su vigor originario mucho tiempo después que los deudores hubieron
olvidado los orígenes de la ley que ligaba a sus acreedores.
El procedimiento romano primitivo para la ejecución en los litigios también estaba cargado de
formalismo. El actor debía plantear su demanda empleando una fórmula precisa y pronunciar las palabras
requeridas exactamente dirigiéndose al magistrado.
La colonización de las costas del mediterráneo en los siglos III y II a.c originó una gran expansión
del comercio y generó la necesidad, con ello, de un sistema jurídico mas general. Un sistema legal que sólo
diera derechos a los romanos no podría servir para el comercio con los no romanos.
Para los mercaderes romanos se creó una nueva magistratura, la de los pretores, en 367 a.c, con
facultades para dictar edictos anuales que establecían las acciones que los tribunales habrían de admitir en
litigios entre romanos.
En 243 a.c. se designó un praetor peregrinus para supervisar los litigios que involucraban a no
romanos.
El antiguo pretor tomó el nombre de praetor urbanus, y sus edictos se basaban en la ley vigente, el
jus civile; según las palabras de Gayo el jus civile era “la ley que un pueblo dicta para si mismo como
peculiar de él… como el derecho especial de la civitas”.
Este derecho de todos los pueblos no era un puro engendro de los juristas romanos, impuesto por
el poder de Roma: presenta rastros de las civilizaciones de occidente que fueron las primeras con que los
romanos comerciaron y las primeras que colonizaron.
Para Gayo la razón natural significaba mas presumiblemente aquellas costumbres que habían sido
usadas por muchos pueblos a lo largo del tiempo, y que las clases comerciantes y legisladoras habían
encontrado razonables.
Los cambios introducidos por el praetor peregrinus ratificaban y permitían la expansión de la
creciente hegemonía comercial de Roma, mientras que la coexistencia del Jus Civile y el jus gentium
condujo a modificaciones sutiles y profundas del primero en lo relativo al derecho de las obligaciones, de la
compraventa, de la propiedad y del procedimiento.
Hacia el tiempo en que se creo el cargo de praetor peregrinus el derecho romano ya reconocía los
compromisos obligatorios unilaterales: X podía prometer a Y entregarle determinados bienes cierto día, y la
ley ofrecía remedios para el quebrantamiento de tal promesa. Un contrato que obliga a hacer algo en el
futuro se llama ejecutorio, y su existencia es un presupuesto de todas las transacciones comerciales
modernas.
El jus gentium ratificó y elaboró contratos referentes a la compraventa, el arriendo, el depósito y la
sociedad, así como conceptos comerciales de vinculación fiduciaria.
La obligación unilateral se creaba por la persona que asumía la obligación. Si el obligado no
cumplía, el beneficiario de la promesa podía demandarlo para ejecutar el compromiso o para exigir
indemnización por el incumplimiento. Un contrato así rara vez puede reflejar siquiera la realidad de la
transacción comercial mas sencilla, pues por lo general una de las partes promete entregar y la otra
promete pagar bajo la condición de que los bienes lleguen y se reciban en condiciones satisfactorias.
A los romanos les debían los juristas medievales la noción de la sociedad como persona artificial
ficticia, facultada para comprar, vender y ejecutar sus demandas ante los tribunales.
La diferencia era la siguiente: una asociación simple, formada por el acuerdo de sus integrantes,
seguía siendo ante los ojos de la ley una amalgama de derechos y deberes individuales. Para demandar a
la asociación y obtener un fallo que pudiera ejecutarse en los capitales de sus miembros, había que llevar a
todos los asociados ante el tribunal. Y si era la asociación la que recurría a la justicia, por lo general, debía
litigar a nombre individual de sus miembros. Una sociedad, en cambio, engloba las identidades de sus
participes-propietarios en su propia personalidad común y artificial y demanda y es demandada, posee
derechos y obligaciones por su propia cuenta.
El carácter de personas jurídicas de instituciones tan diversas como una compañía de mercaderes,
una ciudad medieval y toda la iglesia católica romana, hizo que las palabras de Ulpiano llegaran a ser acaso
las más comentadas de toda la jurisprudencia romana.
El jus gentium también dio a los tribunales romanos, y específicamente al praetor peregrinus, la
facultad de dirimir litigios racionalmente al dictar sentencia sobre demandas y contrademandas originadas
en la misma acción.
Hacia 150 d.c. comenzó la prolífica producción de textos jurídicos romanos que habría de
convertirse en la base del conocimiento medieval del derecho romano. Esas obras, de emperadores y
sabios abogados, fueron haciéndose cada vez más áridas y decadentes a medida que el imperio romano de
occidente se acercaba a su fin. Periódicamente aquellos grandes torrentes se codificaban, se condensaban
y se clasificaban por materias.
La codificación mas conocida fue el corpus iuris Civilis compilado bajo la dirección del emperador
Justiniano en el siglo VI d.c. Se compone de tres partes: el código propiamente dicho, una colección de
edictos imperiales desde los tiempos de Adriano hasta 533 d.c.; el digesto, una obra similar, pero que
163
consiste en las opiniones de los principales jurisconsultos de la Roma Imperial, todos los cuales vivieron
entre los siglos I y III d.c. y las Institutas, una sinopsis del Código y del Digesto para estudiantes de derecho.
Los monasterios siguieron siendo centros de derecho romano y de estudio latino. A la vez, no cabe
duda de que con la muerte de la vida mercantil concomitante con la caída del imperio de occidente en 476
d.c, los preceptos técnicos y hábilmente construidos del derecho romano clásico y la estructura de su
aplicación cayeron en desuso.

Derecho Feudal
La caída del imperio de occidente en 476 no fue más que el acto final de un proceso de
desintegración.
La necesidad de sobrevivir y de lograr defensa militar, la falta de una presencia gubernamental
Romana y de las legiones de Roma, hicieron posible y forzoso un sistema señorial en que se encuentran los
orígenes de lo que los autores posteriores habrían de llamar feudalismo.
Poseedores de solares de diverso tamaño se vieron absorbidos por el sistema feudal por la
necesidad de proteccion o por la fuerza. Europa era un campo de batalla, escenario de sucesivas
invasiones: de los húngaros por el este, de los moros por el sur y de los escandinavos por el norte.
En la parte de Europa antes dominada por Roma el feudalismo representaba la retirada a los
señoríos y aldeas, de una clase dominante privada de protección por el gobierno imperial en decadencia y
extinción. En las restantes regiones, se trataba del cambio de una existencia pastoril y nómada, centrada en
la guerra por una vida agrícola más estable.
La esencia de la relación feudal residía en este vínculo personal, originariamente destinado a durar
la vida del vasallo y más tarde extendido a los sucesores del vasallo en línea hereditaria masculina.
La muerte y la mutilación eran frecuentes en la sociedad feudal y la retribución era rápida y
vengativa.
El comercio se contrajo a un mínimo tráfico de artículos de lujo. Los feudos eran entidades
autosuficientes y el comercio era predominantemente local. En el interior del feudo, la calidad de la vida
estaba regulada por los administradores del señor y por su corte. El poder del señor y el de su corte, lo
incluían todo respecto de sus vasallos.
El derecho aplicado por los tribunales feudales se fundaba en lo esencial en dos principios a veces
inconciliables: el carácter personal del derecho y las normas consuetudinarias aplicables a determinado
territorio.
El principio de la personalidad de las leyes no sobrevivió, salvo en casos aislados, sino que dio
paso a la aplicación uniforme a todas las personas comprendidas en un mismo territorio, de una misma ley
dictada por el señor y fundada en su mayor parte en la costumbre o el uso memorial, salvo en casos
aislados, sino que dio paso a la aplicación uniforme a todas las personas comprendidas en un mismo
territorio, de una misma ley dictada por el señor y fundada en su mayor parte en la costumbre o el uso
inmemorial.
La noción de un derecho “personal” sobrevivió solo para aquellos que tenían un estatus especial y
que habían luchado para que les fuera reconocido.
El procedimiento ante los tribunales feudales seculares era uniformemente lento, arbitrario e injusto
con los sectores más bajos de la sociedad. Se caracterizaba por la confianza en una tradición oral de
costumbres conservada por el señor y sus funcionarios y jueces. Podía disponerse la realización de una
encuesta para determinar el contenido del derecho consuetudinario, por una especie de jurado cuyos
integrantes se llamaban inquestors en ingles o coutumiers o turbiers en Francia.
El sistema jurídico era un mundo aparte, regido por individuos que hablaban moult bele: en latín, y
que conocían palabras, como dice una recopilación francesa, que la gente ordinaria no comprendía aunque
fueran dichas en frances.
Semejante sistema social no tenía necesidad de un derecho mercantil. El comercio entre los años
500 y 1000 consistía en bienes para la clase dominante: sedas, especias, joyas y otros objetos livianos que
permitieran a una pequeña caravana transportar mercancías de alto valor total por vías terrestres desde el
oriente.
La clase nobiliaria comenzó de mala gana a admitir algunas prácticas mercantiles, por lo menos
cuando el señor feudal pudiera lograr con ellas dinero por medio de impuestos y peajes.
La redacción escrita de las costumbres originariamente autorizada por una ordenanza de San Luis
en el siglo XIII pero comprendida sistemáticamente mucho después, marco la consolidación del dominio
feudal y el surgimiento de un rey o príncipe al frente de la jerarquía feudal en una región determinada.

El Derecho Canónico y La Iglesia Católica Romana

164
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

A comienzos del Siglo V el papado estaba manteniendo unido lo que quedaba del imperio
desmembrado.
Había transcurrido poco más de un siglo desde que el catolicismo fuera legalizado por el imperio
mediante el Edicto de Milán.
La Iglesia reflejaba ideológicamente y desde el punto de vista organizativo la sociedad feudal,
exigiendo fidelidad de sus incontables dominios soberanos, y a la vez proporcionándoles sus fundamentos
ideológicos.
El derecho de la iglesia invocaba una jurisdicción tan extensa como sus intereses. Los tribunales
eclesiásticos aspiraban a conocer en todos los litigios en que estuviera en juego el bienestar de las almas,
y apremiaban a los tribunales seculares a que también aplicaran a esos pleitos el derecho canónico.
También por estipulación contractual podía optarse por los tribunales de la iglesia para la
dilucidación de litigios puramente seculares.
LA iglesia, tras la caída de Roma, había sido victima de las mismas fuerzas centrifugas que las
demás instituciones de Europa: la primacía de la sede romana era metafórica, las comunicaciones con los
obispados remotos no existían. A pesar de ello, los tribunales eclesiásticos no dejaban de funcionar y la
Iglesia tenía centros de poder fuera de Roma.
Y la Iglesia tenía poder, incluso cuando no disponía de tropas para imponer su voluntad. Era un
señor feudal: desde los comienzos de la época feudal, los prelados aceptaron el homenaje de los
campesinos, caballeros y pequeños nobles, y aumentaban su fortuna con las propiedades que dejaban los
ricos y piadosos. La centralización y la autoridad temporal de la iglesia alcanzaron su culminación durante
las ciudades.
Los eruditos del derecho interno propio de la iglesia recopilaron las leyes, decretos, dictámenes y
sentencias de la autoridad eclesiástica. Alrededor de 1140 Graciano publicó su Concordancia Discortantium
Canonum. Constituyó la primera sección del Corpus Juris Canonici de 1528, que hasta el siglo XIX siguió
siendo el documento fundamental del derecho canónico y fue por cierto la base de toda la codificación
ulterior del derecho eclesiástico. A partir de este comienzo, el derecho canónico se desarrolló por decretos
papales, interpretaciones oficiales y por el proceso litigioso ante las cortes eclesiásticas.
El derecho romano era propicio a los intereses de los mercaderes. Para los canonistas constituía
un problema central la conciliación de los textos romanos con las enseñanzas morales de la iglesia. Una
religión que había comenzado por ser la fe de las victimas perseguidas por la civilización comercial romana
había sostenido durante siglos que ser mercader era sospechoso, si no inmoral.
El dilema no se resolvió sino en el siglo XII. Para entonces, el renacimiento del derecho romano se
había convertido en un elemento importante en la consolidación de la autoridad secular y eclesiástica por la
iglesia, y esta dejó de lado cualquier pretensión de creas una comunidad apostólica de los creyentes.
La iglesia sostenía que se ocupaba de las almas y definió sobre esa base su pretensión de poder
temporal así como sus decisiones sobre casos individuales.
El proceso ante los tribunales de derecho canónico era mas regular y de resultados mejor
predecibles que ante los arbitrarios tribunales feudales. Las demandas y defensas escritas se hicieron
práctica corriente mucho antes que en los tribunales seculares, y del mismo modo el registro escrito de
testimonios y sentencias era más común en las cortes eclesiásticas.
Después de haber considerado durante siglos que el juramento era sacrilegio y blasfemia, la iglesia
admitió en el siglo XI la idea de que el testimonio prestado bajo juramento constituía el medio más eficaz
para la averiguación de la verdad.
El derecho canónico adoptó en gran medida el derecho romano en materia de contratación, también
aquí poniendo fuerte acento en los elementos morales del negocio.
LA clase mercantil que surgía era bastante débil y estaba bastante acosada sin necesidad de
exponerse a la condenación eterna, que en aquel tiempo se miraba como cosa muy real.
La iglesia tenía la facultad de excomulgar, así como el poder de hacer quemar en la hoguera, pero
la hoguera estaba reservada para los herejes; las desviaciones doctrinarias de los mercaderes se
manejaban bastante más suavemente.
Con el abandono de la legislación personal aplicaba sus propias normas. No era raro que un
litigante pudiera esperar un derecho más favorable y un procedimiento más propicio en un tribunal que en
otro.
Todos los bienes y derechos posesorios que tuviera un vasallo estaban ligados por el vínculo feudal
de fidelidad. Los señores feudales aspiraban a aplicar su poder jurisdiccional a todas las controversias que
implicaran reclamos contra cualquiera de sus vasallos. Esto se debía a que cualquier orden dictada contra
un demandado para que pagara una suma o hiciera otra cosa amenazaría directa e inmediatamente el
interés predominante del señor sobre los bienes y servicios del vasallo, ya fuera este un simple campesino
o un noble subalterno demandado en la corte de su señor.
Estas ambiciones de jurisdicción estaban en el fondo de los conflictos entre los tribunales
eclesiásticos, señoriales y reales durante los siglos que transcurrieron antes que la burguesía derribara los
165
regímenes monárquico-feudales y pusiera fin al poder de los tribunales eclesiásticos. El negocio judicial
también significaba ingresos para la clase de los funcionarios judiciales que una clase dominante cada vez
mas prospera respaldaba.
En los tribunales seculares, la norma es que A debe demandar a B ante la corte del señor B. Ni A ni
el señor de A tolerarían que el señor de B faltara en una demanda contra A que B pretendiera introducir en
el mismo litigio.
En los tribunales cristianos la pretensión de la iglesia de ejercer jurisdicción sobre todos los fieles, al
menos en ciertas materias, hacia posible admitir contrademandas, aunque no sin alguna resistencia de los
señores seculares.
La iglesia era una fuerza omnipresente en el desarrollo financiero y jurídico europeo. Como el
mayor de todos los terratenientes de Europa, la iglesia estaba interesada en la defensa del feudalismo y con
toda su autoridad ayudó en la supresión de las revueltas campesinas que surgieron por toda Europa.
La iglesia tradujo la razón natural romana haciendo de ella el “derecho natural”, y colocó a Dios, en
lugar del consenso común de la humanidad, como arbitro de ese derecho.
La iglesia exigía buena fe y equidad en los negocios; los capitalistas adoptaron estos términos y
adujeron que se referían a la buena fe y equidad que un mercader manifestaría conforme a los usos del
mercado.
La iglesia solamente toleraba el precio justo y exigía el pago del salario justo; pero si los vínculos
feudales se destruían o se debilitaban, y entraban en juego las fuerzas del mercado, entonces “justo” podría
muy fácilmente pasar a significar “lo que el mercado pueda soportar”.

El Derecho Real
La idea del poder real y en particular la del poder absoluto de dictar leyes y ejecutarlas, comenzó a
desarrollarse en el siglo XI. Durante el transcurso de ese lapso las relaciones entre la monarquía y los
mercaderes fueron cordiales las más de las veces, debido a que la misma política de consolidación servía
para los intereses de ambos.
Los mercaderes y artesanos de las ciudades también tenían que luchar por su derecho de ejercer
sus oficios y dedicarse al comercio. Sus levantamientos contra los señores locales les dieron fama de ser
muy poderosos en las armas.
No es extraño, entonces, que sea esta clase de comerciantes llegara a confiar en grandes señores
y protectores poderosos. Las ciudades italianas podían amasar fortunas y armar buques suficientemente
grandes para arrancarle a los árabes el control de las rutas comerciales del Mediterráneo.
Los reyes unieron a sus nobles subordinados mediante las Cruzadas y obtuvieron el control de
importantes centros comerciales del Mediterráneo oriental. El poder de legislar, caído en desuso desde el
siglo IX, se revivió a fin de establecer sistemas jurídicos y judiciales nacionales. La legislación real prohibió
las guerras privadas, con variado éxito pero con invariable determinación. Las ciudades, en sus orígenes un
producto de la rebelión burguesa y de las concesiones nobiliarias, se pusieron bajo control y patrocinio del
rey. Las transacciones mercantiles se reglamentaron a fin de proteger a los ciudadanos de la competencia
de los extranjeros y para aumentar los ingresos provenientes del intercambio internacional; la política
exterior de los monarcas incluía el establecimiento de consulados en el extranjero para proteger a los
comerciantes.
Para el rey el mercader podía ser un importante medio de obtener dinero, y de asegurar superávit
de oro en la balanza de pagos internacional.
Existe una diferencia fundamental entre el poder real unificado y el sistema feudal que al comienzo
encabezó y luego ayudó a quebrar. La relación feudal se fundaba en el vasallaje personal, y combinaba en
un mismo individuo o institución los papeles de propietario y terrateniente, principal defensor militar y
legislador. Este señorío feudal con su posesión personal o inmediata de la tierra, contrasta con la noción del
Estado como entidad separada.
En el siglo XIII los juristas empezaron a llamar a los reyes en sus obras “soberano”, y a atribuirles la
autoridad que el derecho romano asignaba a los emperadores. La máxima de Ulpiano “lo que place al rey
debe tomarse por ley”, aparece en Beaumanoir como un aforismo de derecho consuetudinario y el análisis
que Beaumanoir hace de la soberanía esta entre los primeros reconocimientos registrados en Francia de
una nueva especie de poder estatal.
Es en Inglaterra, sin embargo, donde encontramos la idea clara de la noción fundamental del
derecho real y su relación con las demandas de la clase mercantil en ascenso.
Con el poder de gobernar, reforzado de inmediato por la exigencia de que todos los nobles
pronunciaran un juramento sometiéndose al rey como su señor, en cuyo nombre poseían sus tierras vino
también la facultad de dictar leyes para el gobierno de todo el reino. Para imponer esas leyes, los
funcionarios reales desplazaron a los funcionarios feudales locales comenzando con ello la separación
entre el poder de los terratenientes y el poder estatal.

166
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Durante un periodo de siglos los burgueses de las ciudades se establecieron en tierras que
nominalmente pertenecían a barones feudales, pero que en realidad se controlaban cada vez más por la
Corona y sus funcionarios. En el siglo XIII se consideraba que una ciudad consistía en todos sus habitantes,
con similar estatus; pero después la concentración de riqueza y poder en manos de unos pocos mercaderes
y empleados condujo a la separación entre la ciudad y la totalidad de sus moradores.
Los principios básicos del derecho marítimo y mercantil hicieron grandes incursiones en el common
law, aunque la toma del poder no se perfecciono hasta los sangrientos levantamientos del siglo XVII.
El modelo ingles se repitió en otros lugares: una alianza entre la Corona y los mercaderes, con
estos respaldando los poderes legislativos y jurisdiccionales de aquella a fin de obtener leyes uniformes
favorable al tráfico comercial en los territorios extensos. El mercader retribuía esto pagando impuestos y
derechos de aduana y en muchos casos haciendo fuertes prestamos a la Corona para llevar a cabo su
política militar en el exterior.
La importancia económica de las ciudades fue reconocida en una serie de decretos reales que les
concedían el gobierno autónomo y un monopolio sobre la exportación de bienes, y que a su vez extraía de
ellas impuestos y derechos de aduana. Las ciudades fueron reconocidas en el parlamento escocés, y en el
siglo XV sus representantes tenían la misma posición que los barones feudales.
Escocia desarrolló un sistema jurídico independiente del ingles. Tuvo una alianza con Francia desde
1295; esta auld alliance trajo consigo la ciencia jurídica francesa, y las obras escocesas de derecho
muestran, tanto en los textos escritos por juristas escoceses como en las leyes del parlamento de Escocia,
una gran familiaridad con el derecho romano y canónico.
Lo que aquí observamos es que las aspiraciones reales de control territorial coincidían con la
necesidad que tenían los mercaderes, de un área comercial unificada. La alianza resultante fue un factor
decisivo tanto para la legislación de una clase burguesa en ascenso como en el avance de una economía
mercantil a otra industrial.
Los nobles tenían derechos exclusivos; los religiosos tenían su propio conjunto de privilegios.
No debe sorprendernos que los comerciantes tuvieran un derecho propio, reimplantando en Europa
con el renacimiento del comercio. El derecho mercantil era una forma de ley internacional cuyos elementos
fundamentales eran la facilidad con que permitía la celebración de contratos obligatorios, el acento puesto
en la seguridad de los contratos y la diversidad de mecanismos que preveía para la concesión, transmisión
y recepción del crédito.
Para el comerciante internacional, la ley mercantil era imprescindible. La ley mercantil, al menos en
teoría, se aplicaba uniformemente a los negocios entre los mercaderes de todos los países. Como tal,
fomentaba la conciencia del burgués, de que era integrante de una clase.
Tal vez la analogía más cercana sea la que ofrece el derecho actual en las causas de almirantazgo.
Si un buque ingles y otro holandés chocan en alta mar y de ello resulta un litigio, cualquier tribunal aplicará
las mismas normas, un cuerpo de derecho internacional que es consuetudinario salvo en cuanto lo
modifiquen los tratados.
La propia universalidad de este derecho estimula el requerimiento de los litigios marítimos a
tribunales especiales de arbitraje y no a cortes cuyos jueces pueden ser o no expertos en las complejidades
del derecho marítimo. Algunos países tienen tribunales especiales para causas de almirantazgo.
En 1622 las cortes inglesas estaban dispuesta a convocar a comerciantes para que testimoniasen
acerca de sus costumbres y ayudaran al tribunal a dirimir un litigio.

El Derecho Natural
La idea de que el derecho natural pudiera significar algo diferente de la pretensión de la iglesia
católica, de que sus propias leyes estaban dotadas de respaldo divino, se remonta a los levantamientos
comunales urbanos de los siglos XI y XII. Invocando el nombre de Dios, se comprometieron a permanecer
unidos como un solo cuerpo. Esta pretensión rudimentaria de apoyo divino es el comienzo del ideal de un
derecho natural burgués, por oposición al de la iglesia y de la jerarquía feudal.
En los siglos XVII y XVIII, una serie de autores unió estas formas de derecho natural con los
principios del derecho comercial romano.
Aspiraban a la liquidación de los vínculos feudales y a la creación de sociedades civiles basadas en
la libertad de contratación y de propiedad.
La combinación de historia con ideología era evidente y poderosa; la clase cuyos intereses
representaban estos autores se proponía tomar el poder, y ya estaba convencida de la necesidad histórica
de que lo hiciera. Pero esa combinación refleja también la verdad de que las revoluciones no eliminan
totalmente las viejas instituciones, sino que conservan dos clases de reglas derivadas del pasado: las que
representan concesiones arrancadas por la clase derrotada del antiguo régimen, y aquellas que dan
seguridades a las masas de que no ha sucedido nada demasiado drástico. Una vez que el pueblo ha
cumplido su misión expulsando por la fuerza de las armas al antiguo régimen, el nuevo necesita reglas que

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obliguen al pueblo a volver a sus hogares y dejar de pelear antes que la revolución ponga en peligro los
intereses de la nueva clase dominante. La reacción cromwelliana contra los igualitarios y el terror blanco de
la Revolución francesa son ejemplos de esto.

Los Mercaderes En Busca de un Sitio en el Orden Feudal


Introducción
Las cruzadas, que invocaron el poder marítimo de las ciudades-estado italianas, abrieron una
nueva fase en el comercio europeo occidental.
Este comercio se llevaba a cabo en mercados y ferias, los mas importantes de los cuales se
efectuaban en champaña a 200 kilómetros de Paris. Cuatro pequeñas ciudades celebraban ferias
comerciales sucesivas a lo largo del año.
Junto con el crecimiento del comercio se produjo un renacimiento del derecho comercial, en las
formas del derecho romano redescubierto y del derecho mercantil aplicado en ferias y mercados.
En el campo de la agricultura y de otras actividades económicas primarias, el periodo comprendido
entre 1000 y 1200 correspondió a grandes aumentos de la producción absoluta y de la productividad
individual.
Las minas y bosques comenzaron a ser explotados sistemáticamente. Estas actividades producían
un excedente respecto de las necesidades del consumo local, y alimentaban el crecimiento del comercio en
dos sentidos importantes.
La difusión del comercio y la separación de la actividad artesanal de la agropecuaria dieron impulso
a las exigencias de artesanos y comerciantes por un estatus jurídico especial; ni el de los señores ni el de
los vasallos.
Las ciudades en que la burguesía había logrado cierto grado de libertad de las limitaciones feudales
se convirtieron en puntos vitales de las rutas de comercio. Siguieron siendo también focos de descontento
contra el derecho feudal.
En esta etapa temprana, la ideología burguesa estaba compelida por las técnicas de producción a
buscar un lugar para las empresas corporativas de pequeña escala, y para métodos comerciales
relativamente simples. Los burgueses procuraban el reconocimiento de una clase teóricamente homogénea
de trabajadores propietarios, vendedores y compradores que por lo general deseaban rehacer más que
destruir la sociedad feudal.

Las Cruzadas: La ocupación de Rutas Comerciales y La Difusión de la Ideología


Burguesa
Comenzó en 1095 cuando el papa Urbano empezó a predicar la primera cruzada y terminó el último
bastión de avanzada cristiano en acre cayo en manos del sultán Qalawun. Las cruzadas combinaban dos
propósitos valiosos con un valioso medio de lograrlos: el de sacar del camino a una clase ingobernable,
violenta y socialmente improductiva de soldados, caballeros y pequeños nobles, cada vez mas numerosa.
La tierra santa tenia que hacerse asequible para los comerciantes occidentales.
También hubo razones religiosas para emprender una cruzada, ya que el control selyukida de los
sanitarios cristianos en los Santos Lugares fue acompañado por la intolerancia hacia el cristianismo y los
peregrinos cristianos.
El ejército cruzado se reclutó en el sector de la clase feudal dominante que mas activamente había
combatido a los mercaderes.
El incautar bienes de mercaderes viajeros se había vuelto una práctica corriente de la nobleza.
Las cruzadas representaban un medio para desviar las guerras privadas a un territorio diferente a la
vez que prometían una solución a los problemas de la nobleza mas empobrecida y de sus caballeros
subordinados. Uno de esos problemas era el de la distribución de las herencias según el principio de
primogenitura.
Una vez instaurada la primogenitura, los segundones entraban al servicio de otro señor como
caballeros vasallos, o ingresaban en órdenes sagradas, o bien recibían en pensión algún pequeño predio
por unos cuantos campesinos para cultivarlo.
Los tributos que se imponían a los mercaderes por el derecho atravesar las tierras del señor
representaban otra fuente de enriquecimiento; y muchos señores descubrieron que un castillo
proporcionaba un útil cuartel para una banda de caballeros asaltantes.
Las cruzadas ofrecieron a esta clase la salvación personal y una oportunidad de ejercitarse en el
deber caballeresco de la lucha a la vez que la de ganar tesoros y obtener feudos en la Tierra Santa.
168
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Sus consecuencias pueden verse en la plena imposición del régimen feudal establecido en
palestina por los segundones, ávidos de tierras, de la nobleza.
El control político de las cruzadas comenzó en manos de la nobleza feudal, frenado por los
esfuerzos del papado por incitar a unos grupos contra otros.
Hacia 1098 los cruzados habían logrado considerables avances territoriales en Palestina y Siria.
Génova procuró entonces sus concesiones en Antioquia. Luego Venecia trató de aumentar el poder que ya
tenía establecido en el Mediterráneo oriental, construido como parte de su larga asociación con el imperio
bizantino.
Muy pronto, Pisa y Génova estaban comerciando activamente en las áreas cristianas, celebrando
acuerdos con diferentes señores feudales. El comercio oriental, efectuado casi enteramente por mar, estaba
en sus manos. Las demás ciudades italianas competían con la posición privilegiada de Venecia en
Constantinopla, y desarrollaban el comercio entre Italia y el delta del Nilo, asegurando el aprovisionamiento
de productos provenientes de las tres rutas del Mediterráneo oriental hacia occidente.
Los príncipes feudales cristianos occidentales, sin embargo, fracasaron en el empeño de conservar
sus dominios en Palestina.
Las cruzadas representaban, pues, una oportunidad económica independientemente por completo
de cual resultara el bando victorioso militarmente.
En 1099, los principales mercaderes y capitalistas de la ciudad fundaron una organización, la
compagna, dirigida por un jefe electo. La compagna no era una organización de negocios; era más bien
algo parecido a una corporación, dotada de personalidad ficticia y sus miembros se vinculaban con la
organización por términos breves, acaso por un año. Pronto la compagna logró el poder político y se instaló
como comuna de Génova.
Encontramos por esta época la mención a un nuevo grupo de profesionales, identificado con los
grandes mercaderes, pero que trabajaban también con, y para, empresarios menores, y hasta algunas
veces con los campesinos. Eran los abogados. Hay distingos en sus títulos formales: los notarios
generalmente redactaban contratos y otros papeles de negocios mientras que los abogados propiamente
dichos litigaban en los tribunales.
Hacia 1100 la mayoría de los contratos se redactaba en el norte de Italia por abogados preparados.
Comenzando en Génova en la época de las cruzadas y difundiéndose por el litoral mediterráneo y
hacia el norte por las rutas comerciales, fue entrando en uso gradualmente un nuevo derecho adaptado
especialmente a las necesidades de los comerciantes. Este derecho requería la presencia de personas
versadas en la redacción de los contratos, y los abogados van apareciendo e identificándose como tales.
Como prueba del mejoramiento de la instrucción formal de los nuevos notarios, sus contratos
aparecen redactados en un latín mucho mas refinado, preciso y coherente que antes.
Otros cambio mas significativos se manifestaron en esta época: modos de asociación que permitían
la combinación de capitales de varios participantes; métodos para el traslado de créditos de un puerto a
otro, antecesores de las cartas de crédito y de las letras de cambio del comercio internacional; un
refinamiento del derecho contractual y la elaboración de métodos de venta y de cambio; las técnicas de la
banca, que permitían el agrupamiento de miles de pequeñas sumas de capital en manos de un inversor, el
mercader banquero.
Génova desarrolló la societas maris, similar a otros mecanismos empleados en otras ciudades bajo
nombres diversos por la misma época. Un socio adelantaba desde las dos terceras partes hasta la totalidad
del capital necesario para un viaje marítimo redondo desde Génova. Si el viaje fracasaba, cada parte
soportaría su propia pérdida. Si tenía existo, los beneficios se distribuirían según una proporción
predeterminada, que aseguraba una tasa de beneficio que podía llegar a 150%. Este tipo de contrato era en
realidad una variedad modificada de préstamo o deposito. Lleva claramente la marca de su origen romano,
específicamente del contrato romano de mandato, pero se asemeja más estrechamente a la concepción
bizantina de esta clase de convenios.
Con la aparición de grandes navíos, y la necesidad simultanea de volcar al comercio los ahorros
líquidos de muchas personas, la división en acciones constituía un desarrollo natural.
A menudo se agrupaban muchas sumas pequeñas de dinero para adquirir una participación. El
control del capital por los patrocinadores era característico del contrato marítimo de sociedad.
En las ciudades interiores de Lombardía se desarrollaron formas mas generalizadas de
concentración de capital. Se reunían sumas grandes y pequeñas de dinero de gentes de todas las clases y
se las entregaba a un mercader banquero, que a su vez financiaba viajes de compra y venta en las ferias y
mercados. La entrega de dinero en esta forma tenía una estrecha similitud con el contrato romano de
depósito.
El contrato de venta adquiere importancia como fuente de derechos más que como mero accesorio
de la posesión. En el ambiente incierto de la sociedad feudal, la posesión de los bienes era la esencia de la
propiedad; los derechos que solo existieran en el papel eran inútiles en un sistema que no asegurara su
reconocimiento rápido y cierto.
169
Hacia fines del siglo XI la idea jurídica mas importante que surgió es la del contrato como acuerdo
de voluntades, reflejando en compromisos de una, dos o mas personas que, por virtud de un sistema
jurídico que existe para ejecutarlos, resultan obligatorios sin necesidad de otras formalidades.
Este contrato obliga al vendedor a entregar el bien comprometido, y al comprador a entregar su
precio. Esta es la esencia del contrato de compraventa del derecho romano, que era bilateral y se fundaba
en la buena fe y separaba totalmente el contrato de la entrega de la cosa y del pago del precio; el acuerdo
destinado a hacer tales cosas constituía lo esencial.
El contrato de compraventa crea también la posibilidad de relaciones comerciales continuadas.
Como la propiedad no se transfiere con la firma del contrato, las partes pueden convenir en la venta de
cosas futuras: los frutos de la próxima cosecha, la carga de un buque que no ha llegado. La venta puede
incluir cosas aun mas intangibles: es posible convenir en comprarle a otro toda su producción de cierto
lapso, o en adquirir las existencias que determinado mercader o compañía de mercaderes tenga de ciertas
mercancías.
Otro indicio de la presencia de los precedentes romanos en las instituciones burguesas nacientes,
es la nueva conciencia de los abogados acerca de las posibilidades de proteccion contra el fraude y la
coacción en las ventas, permutas y donaciones.
Algunos de estos contratos estipulan que las ventas tienen por objeto financiar un viaje al Santo
Sepulcro; son constancias del comienzo de una peregrinación, o de que un campesino ha de seguir como
soldado de infantería el ejemplo de algún señor poderoso de la vecindad.
Sabemos que los abogados habían empezado a evocar las disposiciones del derecho romano que
tendían a la protección de las partes más débiles, porque en el siglo XII esas disposiciones comienzan a
enumerarse en los contratos. Sin embargo, la enunciación de los derechos de la parte mas débil es casi
siempre el preludio de una cláusula contractual de renuncia de esos derechos; se desiste de la protección
de los menores de edad; se renuncia a los derechos fundados en el sexo; el vendedor se obliga a no objetar
la entrega de la cosa bajo el pretexto de no haber recibido la totalidad del precio, o de que el precio pagado
es totalmente inadecuado; o bien el vendedor declara que si el valor de la tierra que enajena fuera mayor
que el precio que recibe, realiza una libre donación de la diferencia al comprador.
Podemos reconstruir tres efectos de las cruzadas partiendo de los contratos y registros
conservados. En primer lugar, los mercaderes de las ciudades-estado italianas comenzaron a luchar por el
poder gubernamental o por la protección que les permitiera comerciar. En segundo término, ese poder se
emplea, para validar mecanismos, tales como la societas maris de Génova, que permitían la explotación de
las oportunidades financieras abiertas por el aumento del comercio con Oriente. En tercer lugar, los
principios del derecho romano sobre la contratación y la propiedad reaparecen para proporcionar un marco
a las relaciones mercantiles en expansión.
A comienzos del siglo XII apareció un libro titulado Exceptiones Petri: El plan del petrus presenta
una mayor similitud con la codificación de Justiniano que con las compilaciones de origen occidental.
Durante el siglo XII apareció en Provenza el libro práctico Lo Codi. Sus consejos concuerdan en la
mayoría de los detalles con contratos conservados de aquella época. Lo Codi opta por las soluciones del
derecho romano para los problemas e ignora las restricciones feudales.
A comienzos del siglo XII, como hemos observado, Génova y Pisa habían desarrollado versacion en
el derecho romano y una clase de personas destinada a aplicarlo. El derecho romano llegó mas tarde a
aquellas ciudades donde el ritmo del comercio solo empezó a acelerarse con el progreso de la primera
Cruzada.
Arles, una ciudad que nunca había quedado totalmente abandonada durante la alta Edad Media,
presenta un crecimiento de población, un aumento del comercio y un resurgimiento del derecho romano,
una docena de años después que la región de Marsella.
El derecho romano apareció después, con la difusión del comercio sistemático y de gran alcance
geográfico. Llegó como respuesta a sus claras necesidades de normas para la concentración de capitales y
para aquellos grupos económicos y políticos que disponían del capital necesario para fundar centros de
estudio y preparación de acólitos de sus misterios.
Existe una aguda polémica acerca del lugar donde comenzó el resurgimiento del derecho romano
en el siglo XII. El derecho romano empezó por surgir a lo largo de las rutas mercantiles, y que el estudio
académico de los textos conservados fue estimulado entonces y financiado por los poderes políticos y
económicos.
Los comerciantes que volvían de Oriente trajeron consigo el derecho romano, también, o por lo
menos una versión mas sistemática y aprovechable comercialmente que la que hubiera sobrevivido en
parte en occidente.
El derecho que rápidamente comenzó a imponerse en el siglo XII contiene no solamente elementos
del derecho comercial romano según existía cuando Constantino dejó Roma, sino también referencias
expresas a disposiciones promulgadas por Justiniano en Constantinopla, modificando normas romanas
anteriores.
170
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En las décadas iniciales de las Cruzadas, la fricción entre Bizancio y Occidente no existía. Bizancio
era una aliada temprana y útil, sino entusiasta, de los cruzados; y no hubo resistencia de parte de los
occidentales a los conocimientos de origen bizantino. Cuando el rompimiento entre ambos se estableció
clara y firmemente en el siglo XIII, el crecimiento económico de occidente había permitido ya la implantación
de instituciones para salvaguardar y ampliar la base jurídica de orden económico.
Los árabes también conocían, tal vez por medio de las tradiciones mediterráneas que se
remontaban a la culminación del Imperio romano, las ideas de asociación con agrupación de capitales, de
venta a crédito y de letras de cambio.
En 1095, la cruzada se llamaba guerra santa; y la apoyaban elementos de la nobleza como medio
para resolver problemas sociales acuciantes y violentos dentro del régimen feudal.
Los beneficiarios que obtuvieron provecho más significativo y permanente fueron los mercaderes de
occidente, que establecieron puestos mercantiles de avanzada que podían sobrevivir y en efecto
sobrevivieron, a los cambios militares y políticos. Esos puestos eran provechosos para cualquiera que
gobernara la región, porque generaban derechos, impuestos y tributos.
Los mercaderes y banqueros se beneficiaron financieramente y aprendieron nuevas técnicas de
comercio y nuevas formas institucionales y jurídicas. Su comercio subsistió provechosamente hasta que el
mediterráneo quedó desplazado como principal ruta del tráfico mercantil por los viajes alrededor de África y
a los continentes americanos. Las fuerzas económicas alimentadas por las cruzadas aceleraron la ruina de
las mismas instituciones feudales podrían ayudar a salvar.

El Ascenso de la Burguesía
Introducción
Influidas por el aflujo de oro plata y productos primarios del Nuevo Mundo, las economías de
Europa occidental sufrieron una profunda alteración.
Los principios fundamentales del derecho privado burgués, del derecho relativo a las relaciones
interpersonales en la contratación, la propiedad, etc. Habían remplazado, para 1600 las relaciones
personales feudales.
En el campo del comercio se instauro una nueva estructura de relaciones económicas.
Hacia 1500, los cambios en las relaciones económicas habían asestado un duro golpe y este
sistema legal había comenzado a despedazarse.
Hubo ciudades, y hasta ligas de ciudades, que se vieron incapaces de sobrevivir; la defensa militar
y la generación de capitales suficientes determinaban que únicamente una nación-estado resultara la forma
económica social y política adecuada para la época histórica siguiente. La ilusión de la iglesia católica de
una cristiandad unificada se desvaneció con la Reforma.
Con la caída de Constantinopla Italia perdió sus fuentes de aprovisionamiento en Oriente. El banco
Medici quebró en 1494. La burguesía y la nobleza rica de Italia se mostraban incapaces de alcanzar la
unidad política necesaria para formar una burguesía nacional y un mercado nacional de bienes y de trabajo.
Un orden jurídico adecuado a su propio desarrollo tuvo lugar a partir de 1500 casi exclusivamente
en Francia e Inglaterra.
Hasta 1400 el mercader era un artesano con base local, o bien un aventurero internacional. Entre
1400 y 1600 el predominio de la manufactura involucra la coordinación y sistematización de la producción
artesanal.
El mercader antiguo tenía una vinculación puramente “externa” con el modo de producción,
comprándoles al productor y trastornando los bienes al lugar donde encontraran el precio mas elevado. Los
mercaderes comenzaron a invertir directamente en la producción, la producción sobre una base capitalista
libre de las restricciones de los gremios.
El comienzo de la marcha hacia el capitalismo industrial, la participación mediante el derecho, la
conquista del Nuevo mundo, la preservación de una balanza comercial que hiciera ingresar en el país mas
riquezas que las que de el salían se lograban a un alto costo.

La Reestructuración de la Legislación Inmobiliaria


La tenencia constituye la característica decisiva del derecho agrario feudal.
El señor quedaba habilitado para ciertos servicios y beneficios: en su origen esos servicios eran
militares, pero más tarde consistieron principalmente en trabajo, en una porción de la cosecha, un pago en
el momento de de entrar en posesión un heredero, y el pupilaje de los herederos menores.
Esta idea corría pareja con la de no exclusividad: la tierra podía poseerse en común.

171
El derecho de propiedad, dominium, es el poder jurídico global de una persona sobre un objeto
tangible. Por lo que toca al objeto, la propiedad es una institución universal: todos los bienes corpóreos,
incluso la tierra. La propiedad es igualmente universal respecto del sujeto.
La institución de la propiedad sitúa a una persona y una cosa ligadas por una norma jurídica
llamada propiedad o dominio. La sociedad humana se descompone en individuos aislados, y el mundo de
las cosas se disgrega en artículos separados.
Los feudalistas tenían una ventaja inicial. Gran parte de los recursos de la corona se derivaban de
servicios feudales. Estos recursos podían emplearse para el pago de impuestos directos en dinero convino
someterse a este tributo a cambio de una participación creciente en el gobierno y de concesiones reales en
la reestructuración de la legislación.
Solo en 1660 por una ratificación legislativa de la revolución inglesa se llegó a incluir toda la tierra
de Inglaterra en un régimen de similar grado de transmisibilidad por testamento y por compraventa.
La burguesía tenia sus propios tribunales tanto de distrito como mercantiles.
La tensión entre las fuerzas burguesas y feudales se manifiesta muchas veces a medida que los
tribunales de derecho común fueron remodelando el derecho agrario.
La admisión de que ciertas relaciones feudales no servían a ningún propósito social exigía el
replanteo de la separación por el derecho inmobiliario frances entre el “dominio directo” y el “dominio útil”, el
derecho de explotar la tierra bajo cualquier forma de posesión.
Las adquisiciones de tierras nobiliarias por burgueses en el campo, que crecieron durante el siglo
XVI eran de dos clases: una atacaba directamente la división entre dominio directo y dominio útil y la otra
tendía a preservarla.
En el primer caso el comprador burgués adquiriría ambas especies del dominio, ya fuera por dinero
efectivo o por una renta perpetua.
En el segundo caso, el burgués se limitaba a adquirir el “dominio directo”, por dinero efectivo o por
una renta perpetua y algunas veces compraba a la vez hasta el propio titulo de señor: una enajenación de
esta clase colocaba al burgués en la posición del señor dentro del sistema feudal.
En Inglaterra, la modificación de las relaciones jurídicas respecto de la tierra fue más dramática y
constituye una clave de importancia para comprender por que el capitalismo industrial se desenvolvió antes
en Inglaterra que en Francia. Mientras los juristas franceses elaboraban teorías sobre la monarquía
absoluta, los príncipes Tudor, eran efectivamente tales monarcas.
Bajo los Tudor, la unificación del país se realizó a expensas de los señoríos locales de la clase que
seguía fastidiando a los reyes franceses.
La única manera de enfrentar los problemas de escasez de tierras consiste en emprender la
incautación y redistribución global. Una confiscación suficientemente amplia puede afectar de tal modo el
mercado de tierras que se altere todo el sistema de relaciones inmobiliarias.
Pero la explotación eficiente de estas propiedades para propósitos comerciales exigía reunir la
producción de lana en bruto con la manufactura textil; esto a su vez implicaba el cercamiento de las tierras
comunes y la transformación de los aldeanos en obreros asalariados.

Los Contratos: Un Estudio del Derecho y de la Realidad Social


La evolución del derecho contractual en Inglaterra y en la Europa continental revela las limitaciones
de la reforma jurídica en cuanto medio para la realización de un cambio social fundamental.
Como dijo Henry Maine la institución jurídica del contrato era la fuerza motriz de la revolución
burguesa.
El derecho contractual no surgió a la vida ni se estableció sobre la base de la justicia intrínseca
evidente de sus principios. El campo de operación de los contratos esta limitado por el sistema de
relaciones económicas y este sistema a su vez esta determinado por el nivel técnico, por la fuerza de las
clases contrapuestas y por el grado de evolución de las fuerzas productivas.
No había modo de crear un “mercado común nacional” unificado, regulado por principios coherentes
de derecho mercantil.
En los casos en que la familia Medici tenían intereses no solo bancarios la forma de la vinculación
social también era contractual. Los Medici adquirían lana en bruto y empleaban agentes para coordinar el
proceso de su elaboración textil por numerosos artesanos.
Los hiladores y tejedores trabajaban a domicilio. Los elementos de su relación laboral con el Medici
propietario de la empresa textil eran fundamentalmente contractuales.
El pago se efectuaba, en las operaciones contractuales de los Medici, no por “horas de labor” sino
por piezas de lana tejida.
La Francia de los siglos XV y XVI como relativamente estancada, la teoría de los contratos era
objeto de estudios considerables y de elevado nivel.

172
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Las riquezas derivadas por la corona francesa y por la burguesía del comercio con España tras la
apertura del Nuevo Mundo permitieron efectuar inversiones en las artes y ciencias y en las universidades.
Cujas y sus discípulos iniciaron el reestudio sistemático del derecho romano desde una perspectiva
humanista del renacimiento. Volviendo a los textos romanos discutidos y desvirtuados por los glosadores y
por generaciones de abogados prácticos.
Ni la burguesía en cuanto clase ni sus aliados en la estructura real disponían de semejante poder.
La competencia de los tribunales reales se incrementó en detrimento de las cortes señoriales, y de que a
los señores feudales se les prohibió a comienzos del siglo XII actuar en tribunales por si mismos y se los
obligo a emplear a jueces profesionales.
En Francia, Francisco I llegó a crear una oficina para la venta de cargos. En 1567 la corona
reconoció y aprobó el otorgamiento real de la nobleza de toga, nueva especie nobiliaria reservada a los
juristas. Los nobles de toga solo fueron superados por los financistas en las compras de tierras alrededor de
la ciudad, que habían pertenecido a pequeños propietarios.
En síntesis, la presencia en Francia e Italia de grupos importantes de personas con formación
jurídica al servicio de la burguesía no producía efecto alguno sin un mercado nacional unificado y un
aparato estatal fuertemente ligado a los intereses de aquella.
Este proceso se cumplió sin violencia abierta contra la clase terrateniente, cuyos intereses
quedaron nominalmente amparados, en espera de tratados con mayor dureza en algún futuro ulterior.

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Unidad V: La Formación de los Estados
Nacionales en Europa

Luis Díaz Molano: Las Monarquías Absolutas

Las Monarquías Absolutas


En los siglos XIV y XV el régimen feudal ha dejado de ser favorable a desarrollo de las fuerzas
productivas. Hambres, epidemias se suceden con un ritmo rápido. La “peste negra” y su resultado:
numerosas aldeas despobladas, numerosas tierras abandonadas.
Grandes levantamientos campesinos, la revuelta de los trabajadores del campo en Inglaterra fueron
la causa de la caída del régimen feudal.
La concentración de poderes no había hecho en Alemania al nivel de los príncipes: decretaban
impuestos cuando les venía en gana, la pequeña nobleza de los castillos, arruinada por la evolución de la
técnica militar, se esforzaba a su vez por apropiar al campesino utilizando al máximo los antiguos derechos
feudales.
Eran atacados los tradicionales derechos campesinos sobre las tierras comunales.
La pequeña nobleza de los castillos acentuaba sus exigencias (mayor parte de la cosecha
campesina les debía ser entregada, mas días a la semana debían trabajar cada campesino en las tierras de
su señor, disminuyendo el tiempo que dedicaba a sus propias tierras); todo ello alimentaba las revueltas
campesinas.
Las ciudades habían ido creciendo en poder económico y en libertad política.
Para lograr la concentración del poder los Monarcas absolutos se valieron además del instrumento
jurídico proporcionado por el derecho romano Justinianeo, del ejército, la burocracia, los impuestos, el
comercio y la diplomacia. Estos ejércitos no constituían un ejército nacional, sino una tropa mixta en la que
los mercenarios extranjeros desempeñaban un papel constante y central.
La razón social del fenómeno mercenario fue la negativa de los nobles a armar a sus campesinos;
ademas podía conferirse en estas tropas, desconocedores de la lengua local para que actuarían frente a los
levantamientos campesinos.
Los estados absolutistas eran maquinas construidas especialmente para el campo de batalla.
La burocracia fue importante elemento de unificación política. Los cargos en la administración eran
vendidos y desempeñados por nobles y también por comerciantes.
Las monarquías absolutas marcan la presencia de dos fuerzas: los feudales reagrupados y la
burguesía urbana.
En el plano jurídico el absolutismo se expresa en la recepción decisiva del derecho romano.
La máxima de Ulpiano: “la voluntad del príncipe tiene fuerza de ley” se convirtió en ideal de las
monarquías renacentistas o absolutas.
Aparecen las embajadas establecidas en el extranjero. El mecanismo de la diplomacia era el
matrimonio entre casas reales, tratando de lograr por vía pacifica los resultados de expansión y hegemonía
que se lograban con la guerra.

El Poder Judicial Estatal


Durante la edad media la administración de justicia estaba en manos de los señores. Los conflictos
eran resueltos por el “Castellano” de la zona. Los pleitos entre feudales se resolvían por las armas.
Las monarquías absolutas disputaran a la nobleza la adminsitración de justicia.
Los germanos tenían en materia procesal características muy diversas a las del derecho romano; en
primer lugar no hay acción pública, es decir, no hay nadie que represente a la sociedad. El procedimiento
será una ritualizacion de la lucha entre dos individuos o dos familias, no se trata de buscar la verdad, sino
de llevar adelante un combate judicial. Se puede concluir con un pacto por el cual el autor de la ofensa paga
una suma de dinero y evita con ello la venganza.
El derecho medieval se basó en el germánicos. Este sistema no era una manera de probar la
verdad sino la fuerza.

174
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

En la época de las monarquías absolutas las partes debían someterse a un poder exterior a los
señores, el poder judicial estatal.
Cada vez que se comete un delito interviene el procurador del rey. El autor del delito además del
daño a la victima ha ofendido al Soberano, ha infringido la ley, el orden, el poder político. El delincuente
debe ser castigado, le reclame o no el particular afectado. Los delitos pasan a ser acción pública, dejan de
depender de la acción de la víctima.
Al considerar que el delincuente daño también al rey, el castigo pasara a ser no solo una
satisfacción a la victima, también debe significar una reparación al soberano: las multas y las confiscaciones
de bienes.
El proceso judicial de la época de las monarquías absolutas supone la existencia de jueces
designados por los monarcas, encargados de dictar sentencias que pongan fin a los pleitos, basando sus
decisiones en la verdad.

175
Eric Hobsbawn: La Era de la Revolución

Capítulo II: La Revolución Industrial


Las repercusiones de esta revolución no se hicieron sentir de manera inequívoca hasta muy
avanzado ya este período; seguramente no antes de 1830, probablemente no antes de 1840.
El mismo nombre de revolución industrial refleja su impacto relativamente tardío en Europa. La cosa
existía en Inglaterra antes que el nombre. Hacia 1820, los socialistas ingleses y franceses lo inventaron
probablemente por analogía con la revolución política de Francia.
Un día entre 1780 y 1790, y por primera vez en la historia humana, se liberó de sus cadenas al
poder productivo de las sociedades humanas, que desde entonces se hicieron capaces de una constante,
rápida y hasta el presente ilimitada multiplicación de hombres, bienes y servicios.
La revolución industrial no fue un episodio con principio y fin. Preguntar cuando se completó es
absurdo, pues su esencia era que, en adelante, nuevos cambios revolucionarios constituyeran su norma.
Podemos afirmar que concluyó con la construcción del ferrocarril y la creación de una fuerte
industria pesada en Inglaterra en la década de 1840.
Fue probablemente el acontecimiento más importante de la historia del mundo desde la invención
de la agricultura y las ciudades. Y lo inició Inglaterra. Lo cual no fue fortuito.
El adelanto británico no se debía a una superioridad científica y técnica.
Los franceses realizaban inventos más originales y construían mejores barcos. La educación inglesa
era una broma de dudoso gusto. Incluso algunas familias aristocráticas que deseaban que sus hijos
adquiriesen una buena educación, los confiaban a preceptores o los enviaban a Universidades escocesas.
Los temores sociales frustraban la educación de los pobres.
Por fortuna eran necesarios pocos refinamientos intelectuales para hacer la revolución industrial.
Sus inventos técnicos fueron sumamente modestos.
La lanzadera volante, la maquina para hilar, el huso mecánico. Hasta su maquina mas científica.
Dadas las condiciones legales, las innovaciones técnicas de la revolución industrial se hicieron
realmente a si mismas, excepto en la industria química.
Un puñado de terratenientes de mentalidad comercial monopolizaba casi la tierra, que era cultivada
por arrendatarios que a su vez empleaban a gentes sin tierras o propietarios de pequeñísimos parcelas.
Los arrendamientos rústicos eran numerosísimos y los productos de las granjas dominaban los
mercados; la manufactura se había difundido hacia tiempo por el campo no feudal. La agricultura estaba
preparada para cumplir sus tres funciones fundamentales en una era de industrialización: aumentar la
producción y la productividad para alimentar a una población no agraria en rápido y creciente aumento;
proporcionar un vasto y ascendente cupo de potenciales reclutas para las ciudades y las industrias, y
suministrar un mecanismo para la acumulación de capital utilizable por los sectores mas modernos de la
economía.
El dinero no sólo hablaba, sino que gobernaba. Todo lo que un industrial necesitaba adquirir para
ser admitido entre los regidores de la sociedad era bastante dinero.
El hombre de negocios estaba en un proceso de ganar más dinero, la mayor parte del siglo XVIII fue
para casi toda Europa un período de prosperidad y de cómoda expansión económica.
La rama de la construcción o las numerosas industrias menores que producían utensilios
domésticos de metal alcanzaron gran expansión, pero siempre en función de un mercado existente.
Las primeras manifestaciones de la revolución industrial ocurrieron en una situación histórica
especial, en la que el crecimiento económico surgía de las decisiones entrecruzadas de innumerables
empresarios privados e inversores, regidos por el principal imperativo de la época: comprar en el mercado
mas barato para vender en el más caro.
Se requerían dos cosas: una industria que ya ofrecía excepcionales retribuciones para el fabricante
que pudiera aumentar rápidamente su producción total y un mercado mundial ampliamente monopolizado
por la producción de una sola nación.
Se pusieron a la cabeza del crecimiento industrial los fabricantes de mercancías de consumo de
masas porque ya existía el gran mercado para tales mercancías y los negociantes pudieron ver con claridad
sus posibilidades de expansión.
El existo británico demostró lo que podía conseguirse: la técnica británica se podía imitar, e
importarse la habilidad y los capitales ingleses.
Entre 1789 y 1848 Europa y América se vieron inundadas de expertos, maquinas de vapor,
maquinaria algodonera e inversiones de capital, todo ello británico.
176
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Tenía una economía lo bastante fuerte y un estado lo bastante agresivo para apoderarse de los
mercados de sus competidores.
Las guerras de 1793-1815 eliminaron virtualmente a todos los rivales en el mundo extraeuropeo,
con la excepción de los jóvenes Estados Unidos. Inglaterra poseía una industria admirablemente equiparada
para acauillar la revolución industrial en las circunstancias capitalistas, y una coyuntura económica que se lo
permitía: la industria algodonera y la expansión colonial.
La industria británica tuvo su origen como un subproducto del comercio ultramarino que producía su
material crudo y los artículos de algodón indio o indianas, que ganaron los mercados, de los que los
fabricantes europeos intentarían apoderarse con sus imitaciones.
Por fortuna, los antiguos y poderosos magnates del comercio del anas conseguían periódicamente
la prohibición de importar los calicoes o indianas.
La esclavitud y el algodón marcharon juntos.
Las plantaciones de las Indias occidentales, a donde los esclavos eran llevados, proporcionaban la
cantidad de algodón en bruto suficiente para la industria británica, y en compensación los plantadores
compraban grandes cantidades de Algodón elaborado en Manchester.
Entre 1750 y 1769, la exportación de algodones británicos aumentó más de diez veces. Las
ganancias para el hombre que llegara primero al mercado con sus remesas de algodón eran astronómicas y
compensaban los riesgos inherentes a las aventuras técnicas. Pero el mercado ultramarino, y
especialmente el de las pobres zonas subdesarrolladas se extendía constantemente sin limites. En términos
mercantiles, la revolución industrial puede considerarse como el triunfo del mercado exterior sobre el
interior.
La industria británica había establecido un monopolio a causa de la guerra, las revoluciones de otros
países y su propio gobierno imperial.
Hispanoamérica vino a depender virtualmente casi por completo de las importaciones británicas
durante las guerras napoleónicas y después de su ruptura con España y Portugal se convirtió casi por
completo en una dependencia económica de Inglaterra, aislada de cualquier interferencia política de los
posibles competidores de este último país.
Las indias Orientales habían sido el exportador tradicional de mercancías de algodón. Pero cuando
los nuevos intereses industriales predominaron en Inglaterra, los intereses mercantiles de las Indias
Orientales se vinieron abajo. La India fue sistemáticamente desindustrializada y se convirtió a su vez en un
mercado para los algodones del Lancashire.
Solamente la conservadora y autárquica China se negaba a comprar lo que occidente o las
economías controladas por occidente ofrecían.
Los nuevos inventos que lo revolucionaron eran relativamente sencillos y baratos y compensaban
enseguida sus gastos de instalación con una altísima producción.
Pero la fabricación del algodón tenía otras ventajas. Toda la materia prima venía de fuera, su
abastecimiento podía aumentarse con los drásticos procedimientos utilizados por los blancos en las
colonias, más que con los lentísimos procedimientos de la agricultura europea.
La industria algodonera británica encontró su suministro en los recién abiertos Estados del Sur de
los Estados Unidos. El algodón padeció las consecuencia de una merma de trabajo barato y eficiente,
viéndose impulsado a la mecanización total.
El camino evidente de la expansión industrial en el siglo XVIII era no construir talleres, sino extender
el sistema llamado domestico, en el que los trabajadores elaboraban el material en bruto en sus casas, con
sus utensilios propios o alquilados, recibiéndolo de y entregándole nuevo a los mercaderes, que estaban a
punto de convertirse en empresarios.
El tejer se mecanizó al cabo de una generación y en todas partes los tejedores manuales murieron
lentamente, a veces rebelándose contra su terrible destino, cuando ya la industria no los necesitaba para
nada.
La opinión tradicional que ha visto en el algodón el primer paso de la revolución industrial inglesa es
acertada. El algodón fue la primera industria revolucionada. La algodonera era la única en la que
predominaba el taller o hilandería.
La producción fabril en las otras ramas textiles se desenvolvió lentamente y en las demás
manufacturas era casi insignificante.
Las palabras industria y fabrica en su sentido moderno se aplicaban casi exclusivamente a las
manufacturas del algodón en el Reino Unido.
Los esfuerzos realizados en otras ramas de la producción sobre todo en las textiles de la
alimentación y bebidas, en la construcción de utensilios domésticos, muy estimuladas por el rápido
crecimiento de las ciudades.
En primer lugar, todas ellas empleaban a muy poca gente.
En segundo lugar, su poder de transformación era mucho más pequeño: la industria cervecera,
escasamente afectó a la economía general.
177
En tercer lugar, la expansión de la industria algodonera fue tan grande y su peso en el comercio
exterior británico tan decisivo, que dominó los movimientos de la economía total del país.
Las manufacturas de algodón representaron entre el 40 y el 50 por ciento del valor de todas las
exportaciones inglesas entre 1816 y 1848. Si el algodón prosperaba, prosperaba la economía; si decaía,
languidecía esa economía.
Su progreso distaba mucho de ser uniforme y en la década de 1830-1840 suscitó los mayores
problemas de crecimiento. Estos primeros tropiezos de la economía industrial capitalista se reflejaron en
una marcada lentitud en el crecimiento, esta primera crisis general capitalista no fue un fenómeno
puramente ingles.
Sus más graves consecuencias fueron sociales: la transición a la nueva economía creo miseria y
descontento, la revolución social estalló en la forma de levantamientos espontáneos de los pobres en las
zonas urbanas e industriales dio origen a las revoluciones de 1848 en el continente y al vasto movimiento
cartista en Inglaterra. El descontento no se limitaba a los trabajadores pobres.
Los trabajadores sencillos e incultos reaccionaron frente al nuevo sistema destrozándolas maquinas
que consideraban responsables de sus dificultades; pero también una cantidad de pequeños patronos y
granjeros simpatizaron abiertamente con esas actitudes destructoras por considerarse también victimas de
una diabólica minoría de innovadores egoístas. La explotación del trabajo que mantenía las rentas del
obrero a un nivel de subsistencia suscitaba el antagonismo del proletariado.
El hombre medio era quien sufría y quien en todas partes y en todas las épocas del siglo XIX
solicitaba, sin obtenerlos un fácil crédito y una flexibilidad financiera. Los obreros y los pequeños burgueses
descontentos mostraban el mismo descontento, que les uniría en los movimientos de masas del
“radicalismo”, la democracia, el “republicanismo”.
Los tres fallos más evidentes fueron el ciclo comercial de alza y baja, la tendencia de la ganancia a
declinar y la disminución de las oportunidades de inversiones provechosas.
Las crisis periódicas de la economía que conducían al paro, a la baja de producción a la bancarrota,
etc. eran bien conocidas.
La industria del algodón inicialmente disfrutaba de inmensas ventajas. La mecanización aumentó
mucho la productividad al reducir el costo por unidad producida de los trabajadores, muy mal pagados en
todo caso, y en gran parte mujeres y niños. Y la construcción de fábricas era relativamente barata: el mayor
costo fue drásticamente rebajado por la rápida expansión del cultivo del algodón en los Estados del Sur de
Norteamérica.
Después de 1815 estas ventajas se vieron cada vez mas neutralizadas por la reducción del margen
de ganancias. La revolución industrial y la competencia causaron una constante y dramática baja en el
precio del artículo terminado, pero no en los costos de la producción.
Las ganancias padecían una ligera baja, la situación general en toda la industria británica no era del
todo trágica.
Como las ventas totales seguían ascendiendo, el total de ingresos ascendía también, aunque la
unidad de ganancias fuera menor.
Sin embargo parecía que el retroceso de las ganancias tenía que detenerse o al menos atenuarse.
Esto solo podía lograrse reduciendo los costos. Y de todos los costos, el de los jornales era el que mas se
podía comprimir.
Solo si el costo de la vida descendía, p odian descender más allá de ese punto los jornales. Los
fabricantes opinaban que ese costo se mantenía artificialmente elevado por el monopolio de los intereses de
los hacendados.
Manchester se convirtió en el centro de una desesperada y creciente oposición militante al
terratenientismo en general.
La industria se veía obligada a mecanizarse a racionalizarse y a aumentar su producción y sus
ventas, el aumento efectivo en producción y exportación fue gigantesco; también lo fue la mecanización de
los oficios hasta entonces manuales o parcialmente mecanizados, sobre todo el de tejedor. La industria
algodonera británica se estabilizó tecnológicamente en 1830.
La siguiente fase del desarrollo industrial fue la construcción de una industria básica de bienes de
producción.
Ninguna economía industrial puede desenvolverse mas allá de cierto punto hasta que posee una
adecuada capacidad de bienes de producción.
En las condiciones de la empresa privada, la inversión de capital necesario para ese
desenvolvimiento no pude hacerse fácilmente.
El problema es como encontrar con rapidez buenos y vastos mercados al alcance de los
fabricantes. Semejantes mercados no existen, por ejemplo para la industria pesada del hierro, pues solo
empiezan a existir en el transcurso de una revolución industrial, por lo que aquellos que emplean su dinero
en las grandes inversiones requeridas, incluso para montar fundiciones modestas, antes de que ese dinero
sea visible, mas parecen especuladores, aventureros o soñadores que verdaderos hombres de negocios.
178
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Estas desventajas concernían particularmente a la metalurgia, sobre todo a la del hierro. Su


capacidad aumentó, gracias a innovación, como la pudelación y el laminado. Desde luego no era lo bastante
grande para convertir a Inglaterra en un país que descollara en la producción de hierro.
La participación inglesa en la producción mundial de hierro tendería a disminuir en las próximas
décadas.
No ocurría lo mismo con la minería, que era principalmente la del carbón. El carbón era la mayor
fuente de poderío industrial del siglo XIX, sino también el más importante combustible doméstico.
A principios del siglo XVIII era sustancialmente una primitiva industria moderna. Sus innovaciones
fueron bien mejoras que verdaderas que verdaderas transformaciones en la producción. Pero su capacidad
era ya inmensa, y, a escala mundial, astronómica.
Esta inmensa industria era los suficientemente amplia para estimular la invención que iba a
transformar a las principales industrias de mercancías: el ferrocarril. Las minas requerían eficientes medios
de transporte para trasladar las grandes cantidades de carbón.
El ferrocarril es el hijo de la mina y especialmente de las minas de carbón del Norte de Inglaterra.
Ninguna de las innovaciones de la revolución industrial encendería las imaginaciones como el
ferrocarril. Apenas se demostró en Inglaterra que era factible y útil se hicieron proyectos para construirlo en
casi todo el mundo occidental.
Ningún otro invento revelaba tan dramáticamente al hombre profano la fuerza y la velocidad de la
nueva época.
El ferrocarril constituía el gran triunfo del hombre por medio de la técnica desde un punto de vista
económico, su gran coste era su principal ventaja. Su capacidad para abrir caminos hacia países antes
separados del comercio mundial, el gran aumento en la velocidad, iban a ser a la larga de la mayor
importancia.
Inversiones tan descomunales parecen irrazonables. LA mayor parte proporcionaban modestos
beneficios y algunos absolutamente ninguno. Los promotores, especuladores, etc., obtenían beneficios
mucho mayores, pero el inversionista corriente no pasadaza de ese pequeño tanto por ciento. Y, sin
embargo, se habían invertido ilusionadamente 28 millones de libras en ferrocarriles.
¿Por Qué? Las clases ricas acumularon rentas tan de prisa y en tan grandes cantidades que
excedían que excedían a toda posibilidad de gastarlas e invertidas. Las sociedades feudal y aristocrática se
lanzaron a malgastar una gran parte de esas rentas en una vida de libertinajes, lujosísimas construcciones
y otras actividades antieconómicas. Pero el conjunto de la clase media, que formaba el núcleo principal de
inversionistas, era ahorrativo, más bien que derrochador.
Virtualmente libres de impuestos, las clases medias continuaban acumulando riqueza en medio de
una población hambrienta.
Las inversiones en el extranjero eran una magnifica posibilidad.
A diferencia de las minas y los empréstitos extranjeros, no podían gastarse o desvalorizarse
absolutamente.
Los ferrocarriles les lograron resolver virtualmente y de una vez todos los problemas del crecimiento
económico.
Para estudiar la movilización y el despliegue de los recursos económicos, es necesario estudiar la
adaptación de la economía y la sociedad exigida para mantener la nueva y revolucionaria ruta.
El primer factor fue el trabajo, pues una economía industrial significa una violenta y proporcionada
disminución en la población agrícola y un aumento paralelo en la no agrícola.
El gran crecimiento de las ciudades y los pueblos no agrícolas en Inglaterra havia estimulado
naturalmente mucho la agricultura.
Este cambio agrícola había precedido a la revolución industrial haciendo posibles los primeros
pasos del rápido aumento de población, por lo que el impulso siguió adelante, aunque el campo británico
padeciera mucho con la baja que se produjo en los precios.
Todo ellos se logro por una transformación social más bien que técnica.
Inglaterra un país de escasos grandes terratenientes, de un moderado número de arrendatarios
rurales y de muchos labradores jornaleros se opusieran no solo las desdichas clases pobres del campo,
sino también la tradicionalista clase media rural.
En términos de productividad económica, esta transformación social fue un éxito inmenso; en
términos de sufrimiento humano, una tragedia.
Desde el punto de vista de la industrialización también tuvo consecuencia deseables, pues una
economía industrial necesita trabajadores, y ¿de donde podría obtenerlos sino del sector antes no
industrial?
Una cosa era adquirir un número suficiente de trabajadores, y otra adquirir una mano de obra
experta y eficaz. Este problema es tan crucial como difícil de resolver. En primer lugar todo trabajador tiene
que aprender a trabajar de una manera conveniente para la industria.

179
También tiene que aprender a adaptarse a los estímulos pecuniarios. Los patronos ingleses se
quejaban constantemente de la indolencia del trabajador o de su tendencia a trabajar hasta alcanzar el
tradicional salario semanal y luego detenerse. La solución se encontró estableciendo una disciplina laboral
draconiana pero sobre todo en retribuir tan escasamente al trabajador que este necesitaba trabajar
intensamente toda la semana para alcanzar unos salarios mínimos. Se consideró a veces mas conveniente
el empleo de mujeres y niños, mas dúctiles y baratos que los hombres.
Otro procedimiento para asegurar la disciplina. Fue el subcontrato o la practica de hacer de los
trabajadores expertos los verdaderos patronos de sus inexpertos auxiliares.
El subpatrono tenía desde luego un interés financiero directo en que sus operarios alquilados no
flaqueasen.
Era difícil reclutar o entrenar a un numero suficiente de obreros expertos o preparados
técnicamente, pues pocos de los procedimientos preindustriales eran utilizados en la moderna industria.
La industrialización británica descansó sobre aquella inesperada aportación de los grandes
expertos, con los que no contaba el industrialismo continental. Lo cual explica el sorprendente desdén
británico por la educación general y técnica, que habría de pagar caro mas tarde.
Junto a tales problemas de provisión de mano de obra, el de la provisión de capital carecía de
importancia. La gran dificultad consistía en que la mayo parte de quienes poseían riquezas eran reacios a
invertirlas en las nuevas industrias, que por eso empezaron a menudo con pequeños ahorros o préstamos.
Lo exiguo del capital local hizo a los primeros industriales mas duros, tacaños y codiciosos, y, por tanto, mas
explotados a sus obreros.
Las leyes e instituciones financieras o comerciales de Inglaterra eran torpes y parecían dictadas
mas para dificultar que para favorecer el desarrollo económico.
La revolución francesa proporcionó a los franceses una maquinaria legal mas racional y efectiva
para tales finalidades, En la practica los inglese se las arreglaban perfectamente bien y con frecuencia
mucho mejor que sus rivales.
De esta manera casual, improvisada y empírica se formó la primera gran economía industrial.
Su comercio era el doble que el de Francia, su más próxima competidora.
Inglaterra era “El taller del mundo”.
La revolución industrial cuya única ley era comprar en el mercado mas barato y vender sin
restricción en el más caro, estaba transformando al mundo.

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Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Ficha De Cátedra:
Revolución Industrial
A. Concepto
Se cambió el método de producción, remplazando la mano del hombre por la maquina. La incorporación
de la máquina, provocó la revolución industrial y esta a su vez trajo modificaciones en las condiciones
de trabajo, y transformaciones en el orden político y social.

B. Causas
Los grandes inventos mecánicos se producen en Inglaterra porque era por ese entonces el centro
comercial del mundo, y necesitaba aumentar la producción para satisfacer las demandas.
Las primeras manifestaciones fueron:

1. La lanzadera volante
2. El telar
3. La Maquina de Hilar
4. Las Cortadoras y peinadoras mecánicas.

Los progreso mas importantes en materia de fueraza motriz se dieron con la máquina a vapor de
Watt, permitiendo entre otras cosas la creación del ferrocarril.

C. Modificaciones Técnicas
El maquinismo necesitó amplias instalaciones, maquinas costosas, legiones de obreros y enormes
capitales. Esto trajo aparejadas diversas consecuencias.
La producción no queda dividida solamente entre distintas profesiones, sino que dentro de cada una de
ellas, aparecen distintas especialidades: los oficios. Esta división del trabajo hace del obrero un especialista.
Se examina también el cansancio como un factor que impide mantener el ritmo de trabajo. Especialistas se
ocupan des estudiar métodos necesarios para hacer rendir al máximo posible al operario. Se pueden
resumir las modificaciones así:

1. Producción en serie
2. Producción en gran escala.
3. División del trabajo.

D. Modificaciones Económicas
Se concentran en pocas manos inmensos capitales. Por otro lado una inmensa cantidad de obreros
que no tienen más que su fuerza de trabajo. Se desarrollará una nueva forma de explotación conocida como
capitalismo industrial.
Se hizo necesario adoptar un régimen de mayor libertad, más favorable al espíritu de la empresa.
Surge así el liberalismo económico, sostenido por la revolución Francesa, que tendrá su principal
manifestación en la libre competencia.
Como consecuencia de las grandes concentraciones obreras, se despueblan las zonas rurales. El
aglutinamiento de los trabajadores en las ciudades que pasaran a convertirse en grandes y pujantes centros
urbanos.

E. Modificaciones sociales:
La necesidad de producir en gran escala y al menor costo posible llevó a los empresarios a emplear
gran cantidad de obreros a los que se imponía jornadas agobiantes.
Esto provocó que se agrupasen para la defensa de sus derechos y obtención de las mejoras en las
condiciones de trabajo. Surgían así las primeras asociaciones o sindicatos y la huelga como método típico y
eficaz de los movimientos obreros.
181
Las luchas entabladas entre la burguesía y el proletariado configura la llamada “cuestión social”.
Es la fisura de la sociedad en dos clases antagónicas separadas por su papel económico: a una le
corresponde la dirección, y a la otra, la ejecución.
Los burgueses se convierten en grandes financistas, grandes industriales, grandes comerciantes,
con aspiraciones de nobleza.
Los obreros viven agobiados. Su salario es insuficiente, y su alimentación apenas se compone de
pan y papas.

F. Modificaciones Políticas.
Siguiendo los pasos de la Revolución Francesa que proclamó la igualdad de todos los hombres, el
pueblo reclamaría fundamentalmente el sufragio universal.
De este modo se producen diversos movimientos a lo largo del siglo XIX, entre los cuales:
1. La revolución de 1830 en Francia: La burguesía aprovechó las fuerzas populares para derrocar a la
monarquía
2. Revolución de 1848 en Francia: proporcionó grandes amenazas a la clase obrera.
Surgen en Europa nuevas corrientes de pensamiento político, las que fundamentalmente se orientaron
a buscar soluciones a la miseria de la clase trabajadora.
Se las conoce como doctrinas socialistas. Dentro de ellas cabe hacer una distinción según sus
fundamentos:

a. Socialismo utópico: denuncia la injusticia de la desigualdad social, considerándolo como una


afrenta a la moral. Esta inspirada en el espíritu de caridad. Los primeros socialistas fueron los
cristianos que aconsejan la ayuda al prójimo.
b. Socialismo Reformista: es un socialismo atemperado. Considera que el oportunismo es el mejor
medio para conseguir las reformas sociales mas urgentes. Fortalecer los sindicatos y fomentar la
cooperación y el mutualismo
c. Socialismo Científico: La teoría política elaborada por Carlos Marx. Denuncia la desigualdad
social, pero considera que ella es una consecuencia de la apropiación privada de los medios de
producción y de la explotación del hombre por el hombre. Esto determina una desigualdad
económica, y en consecuencia la desigualdad entonos los órdenes de la vida. Contrariamente al
socialismo utópico, que hace un llamado a los sentimientos humanitarios, Marx, estudia concreta y
minuciosamente la realidad económica. Sostiene que no es la conciencia humana la que determina
su ser, sino que es al revés, su ser social, lo que determina su conciencia. Marx sostuvo asimismo
que la historia no es más que la historia de la lucha de clases y que las masas explotadas marchan
desde los comienzos de la historia, en forma lenta pero inexorable hacia su liberación.

Doctrina Social de la Iglesia.


La iglesia católica tampoco permaneció ajena, también elaboro su teoría. Se ubica en la posición
opuesta al Socialismo marxista y en lugar de la lucha de clases, propone la colaboración de las mismas.
Basada en la justicia y en la claridad. Insiste en la necesidad de reformar las condiciones laborales, de
acuerdo con la justicia y la caridad.

Movimiento Sindical
Como consecuencia de las pésimas condiciones de trabajo, de la insensibilidad de los gobernantes,
y de la decepción que ello trae aparejada, la clase obrera se organiza. Las coaliciones obreras para
defender sus derechos sufrieron esta evolución: primero fueron terminantemente prohibidas, luego
toleradas, y por ultimo admitidas, como uno de los fundamentales derechos obreros; el de asociación
profesional o sindicatos.
La evolución de la asociación de los obreros se produjo así:

1. Asociaciones por profesión: primero los obreros de una misma fabrica y después todos los obreros
de una misma actividad en todo el país.
2. Asociaciones nacionales: Luego se nuclear a los distintas asociaciones y se hace resaltar la
solidaridad que debe existir entre la clase obrera.
3. Federaciones internacionales: la clase obrera no tiene fronteras, porque su condición es idéntica en
cualquier parte del mundo. Así los asalariados se reúnen mediante representantes en la Primera

182
Guía de Estudio - Historia del Derecho - AGRUPACIÓN UTOPÍA

Asociación Obrera Internacional. Esta asociación de inspiración netamente marxista, propuso


suprimir el proletariado.

183
Ficha de Cátedra: La Rev. Industrial (2)
A fines del siglo XV la expansión europea hace que en poco más de medio Siglo América y Asia se
incorporen fundamentalmente como productores de materia prima, al circuito de la economía europea, que,
amplía y desarrolla sus mercados. Surge la necesidad de una mayor productividad. Comienza la producción
de excedentes para colocar en esos nuevos mercados. Se aclara el proceso de disolución de las estructuras
sociales y económicas del mundo feudal, cambia la organización de la producción: se disuelve el taller
artesanal característico de ese momento y se afirma y generaliza el trabajo manufacturero. El régimen de
trabajo asalariado es el rasgo masivo que va a definir a una clase obrera en crecimiento, y que aparecerá
como sector diferenciado y determinante en los años de la revolución industrial.
El taller artesanal en extinción funcionaba sobre la base del maestro artesano, que sabe el oficio,
aprendices y algunos obreros que realizan las tareas pesadas. Se fabricaban plazas únicas y completas,
una por una. La obra de arte o de maestría caracteriza a esta forma de trabajo. Se produce para un
mercado muy restringido, por encargo. Las corporaciones, integradas por maestros de cada oficio, procuran
evitar la apertura de nuevos talleres y monopolizan la producción.
La ampliación del mercado producirá la disolución del taller artesanal y su reemplazo por la
manufactura, pero antes aparecerá una forma de transición: el trabajo domiciliado.
La principal diferencia entre el trabajo a domicilio y el taller medieval consiste en la realización de
una parte solamente de la obra final, la continuidad esta dada por la persistencia de la estructura interna del
taller. La manufactura supone la reunión de un número relativamente grande de obreros en un taller de
propiedad de un empresario capitalista. La materia prima y las herramientas son provistas y los trabajadores
son asalariados. Estamos en una forma de producción capitalista.
La reunión de los trabajadores en un mismo establecimiento es otra de las características de la
manufactura que permite el aumento de la fuerza productiva. Las dos maneras como surge la manufactura
históricamente son:

a. La reunión en un taller de obreros de oficina diversos, relacionados en la elaboración de un


producto final. Cada uno seguirá con su oficio dentro de la manufactura. Pronto se introduce
la división del trabajo adentro de cada oficio y cada operación se convierte en función
exclusiva de un obrero que se especializa en ella. Los oficios se desintegran, cada obrero
pasa a trabajar en operaciones parciales y entrelazadas dentro de un proceso de
producción colectiva.
b. La reunión en un mismo taller de obreros que ejecutan el mismo trabajo. En un primer
momento, cada operario realiza el trabajo en su totalidad, Mas tarde las distintas
operaciones son separadas y entregadas a distintos obreros. Especializando ese cada uno
en una operación, obteniendo mayor producción en el mismo tiempo, ahorro considerable
de energía, mayor destreza del trabajador para su tarea parcial, etc.

Las manufacturas conducen al mismo resultado: disolución de los oficios, división del trabajo,
especialización de la tarea de cada trabajador, aumento de la producción, creación de las condiciones
técnicas que harán posible la incorporación de las maquinas y con ellas la Revolución Industrial.
La manufactura requiere obreros parciales, que realizan operaciones manuales simples, que las
ejecuten lo más automáticamente posible, la manufactura puede ser definida como una maquina cuyas
piezas son los hombres.
Producirá un aumento vertiginoso en el ritmo de acumulación del capital y también la concentración
del mismo en pocas manos.
Mano de obra disponible, acumulación capitalista, descubrimientos científicos, innovaciones
tecnológicas, son algunas de las bases de la revolución industrial. La incorporación de la maquina a la
producción cambiara decisivamente la vida de los hombres, la estructura social, las ideas prevalecientes y
con ella aparecerá o se modificaran las llamadas “ciencias Sociales”.

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