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Tocar el tema de la religión, bueno, el de las religiones en general, como todo aquello que
tiene que ver con la fe en lo sobrenatural, es realmente un tema complicado y además muy
controversial por lo sensible del mismo. Sensible en cuento lo religioso está vinculado con
afectivo, lo emocional de las personas; porque está en relación directa con todo nuestro
proceso histórico y quehacer diario, lo cual se manifiesta en la subjetividad de los individuos
que conforman nuestra sociedad.
La historia demuestra que los hombres a través del tiempo han tratado de explicar todo
aquello que les es extraño (el universo, la naturaleza, la vida, el hombre, etc.), para lo cual
elaboraron respuestas muy diversas, unas sustentadas en la razón y otras en la imaginación y
la fantasía, respuestas que van desde los mitos (se define como una respuesta fantasiosa e
irracional, pero que tiene como punto de partida problemas reales, racionales e inteligentes),
las visiones panteísta, el animatismo, el animismo, el espiritualismo, el totemismo, etc. Las
creencias en fuerzas sobrenaturales que originaron las diversas visiones religiosas: las visiones
politeístas como la astrolatría, visiones zoomórficas, zooantropomórficas, antropomórficas; y
luego las visiones monoteístas en todas sus variantes. Todo esto se contrapone a la visión
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)
dialéctica materialista del mundo en sus diversos niveles de desarrollo. Vemos que la historia
de la humanidad está llena de diversas y peculiares maneras de creer (llena de divinidades,
todas ellas diferentes), lo cual con claridad meridiana nos hacer ver que en la historia no existe
una sola religión ni tampoco una sola forma de creer, hay muchas y muy variadas y que ello
corresponde a cada época, cada condición concreta de vida, a cada nivel de desarrollo,
etcétera.
El tema que nos preocupa en este trabajo, que sabemos es muy polémico, nos lleva a revisar la
relación que existe entre la filosofía y la religión: ¿quién es más general?, ¿quién determina a
quién?, ¿quién explica a quién?, ¿quién utiliza a quién?, ¿son lo mismo?
Encontramos que la concepción del mundo (cosmovisión) es más general que la filosofía en
cuanto es la manera que tiene cada individuo de interpretar la realidad, mientras que dentro
de cada concepción del mundo se desarrollan diversas filosofías:
Dentro de casa tendencia se desarrollan diversas escuelas filosóficas; por ejemplo, dentro del
idealismo subjetivo: existencialismo, fenomenología, pragmatismo, positivismo,
posmodernismo, etcétera.
Debe quedar claro que la filosofía es más general que la religión (para los creyentes radicales
no es así); esto significa que la comprensión de las dos grandes concepciones del mundo
permite la comprensión de las diversas filosofías que se han presentado en la historia de la
humanidad, y a su vez la filosofía permite la comprensión de los fundamentos de la religión en
todas sus variantes (recordemos que un pensador, un hombre y sus ideas son hijos de su
época y sus condiciones de vida).
Debe quedar claro que la religión, la cual es una concepción del mundo (una respuesta dentro
del idealismo), no es filosofía, pero utiliza a la filosofía para sustentar sus puntos de vista, para
argumentarse, explicarse (se basa en uno posición filosófica que la sustenta: el idealismo
objetivo: “la realidad existe independientemente de los hombres, se mueve, se transforma,
pero es creación de un ser supremo, un demiurgo, primer motor, idea absoluta, de un dios,
etc.”).
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)
que debe ser a la inversa: sus criterios y puntos de vistas deben ser explicados, verificados en
la realidad1.
Filosofía Religión
1. Racional: en cuanto parte de la 1. Irracionalidad: no toma en cuenta la
realidad, pero se elabora, procesa realidad, en cuanto se sustenta en la
racionalmente. fe, lo cual es creer sin saber (es
2. Radical: trata de explicar el dogmática).
fundamento de todo lo existente, 2. Todo lo reduce a la fe, Dios lo explica
busca las primeras causas y todo, es la única causa.
principios de todo lo existente. 3. No es problemática: en cuanto todo
3. Problemática: pregunta por todo lo se explica a partir de Dios. No acepta
existente, a todo le busca una críticas ni cuestionamientos.
explicación, interroga por todo lo 4. No especula: todo está dicho y
existente. predeterminado.
4. Especulativa: interpretativa y 5. No es trascendental: todo se reduce
plantea alternativas de solución a los a la fe, a Dios. Fuera de él no hay
problemas del mundo. más.
5. Trascendental: va más allá de lo 6. Se les acepta como verdaderas sin
conocido, trata de explicar la esencia discusión, es dogmática.
de todo lo existente.
6. Hipotético: sus afirmaciones deben
ser corroboradas por las demás
ciencias, para ser aceptadas como
verdaderas.
Elaboración del autor
Vemos mucha incertidumbre (y por qué no decir temor) en el afán de explicar la religión y lo
religioso, en cuanto los hombres en cierta etapa de su desarrollo al no encontrar una
respuesta satisfactoria a todo aquello que le es extraño en el mundo, responden de maneras
muy diversas, encuadradas sus respuestas, claro está, dentro de las dos concepciones del
mundo, respuestas que presentan muchas variantes siendo las más comunes las religiosas y la
científica materialista (dialéctica materialista), un simple vistazo al mundo actual nos permite
ver que la gran mayoría de hombres son creyentes y religiosos, de una u otra manera.
El tratar de analizar el problema religioso nos lleva a una verdadera confrontación de ideas, en
cuanto la pugna entre las dos concepciones del mundo es realmente antagónica e
irreconciliable. Además, la pugna, la confrontación entre las mismas religiones o sectores
dentro de ellas, llega a niveles de antagonismo que deben ser tocados, estudiados de manera
objetiva, coherente, racional; pero es algo que los creyentes quieren obviar en cuanto es
peligroso, pues desenmascara su real posición y situación.
El estudiar el problema religioso desde una perspectiva diferente nos lleva a lo que es la
creencia y lo que es religión, aclarar lo que nosotros consideramos dos concepciones
diferentes, pero que en la vida cotidiana se usan como sinónimo, y que llevan a
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Esto lo vemos con gran preocupación, de manera muy marcada, en los diversos grupos sectarios
dentro del cristianismo: pentecostés, bautistas, testigos de Jehová, adventistas, mormones, israelitas de
nuevo pacto universal, etc.; los cuales son intolerantes y excluyentes; lo mismo en mayor grado se da en
las demás religiones monoteístas autoritarias: judaísmo y el islamismo, etcétera.
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)
El hombre puede creer individualmente en aquello (sujeto, objeto o fenómeno) que satisfaga
ciertas necesidades de carácter espiritual o también material, que le permita explicar lo que
no entiende: puede ser una piedra, un animal o un ser sobrenatural con forma humana, etc.
Se debe marcar la diferencia entre religión y creencia, en cuanto los hombres son y serán
creyentes de una u otra manera, pero la religión es la institucionalización e
instrumentalización de las creencias por un grupo determinado, con una finalidad concreta,
sujetos a un definido código de vida.
Mito y religión
Los mitos son respuestas fantasiosas, producto de la imaginación del hombre para explicar lo
que no entiende en la realidad, pero debe quedar claro que los mitos parten de una exigencia
real y racional; parten de problemas reales, pero su explicación, respuesta es irracional, en
cuanto el precario nivel de desarrollo no es permite explicarlo racional y coherentemente.
Los hombres de las civilizaciones antiguas de una u otra manera dieron una explicación a
aquello que no entendían. La falta de explicaciones racionales ante los fenómenos de la
realidad (e impulsados por la necesidad de tener una respuesta), los llevó a dar muy
peculiaridades respuestas: en primer lugar, las encuadradas dentro del animismo y el
espiritualismo (atribuirles vida a los fenómenos de la naturaleza). Luego vemos que como sus
respuestas no explicaban convenientemente el problema que les aquejaba, dieron la respuesta
más simple a saber: que un Dios o dioses los determinaban, era la causa “real” de que las cosas
sean de una u otra manera, lo cual determina el surgimiento de la religión.
La etapa de la deificación (identificar los fenómenos con entes sobrenaturales: dioses); todo
esto no es más que mitología (fantasía, producto de un bajo nivel de desarrollo). Las
sociedades de la antigüedad no solo se plantearon los problemas, sino que trataron de dar una
respuesta adecuada a estos. Lo podemos ver en los libros sagrados de diversas culturas en la
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)
Si revisamos los libros fundamentales de casa una de las religiones monoteístas existentes,
como también los documentos históricos de los pueblos politeístas, encontraremos que están
inundados de mitos que se convierten en su base, su fundamento (leyendas) en cuanto por sí
solos no son demostración ni explicación racional de lo quieren sustentar.
El desarrollo del conocimiento y la ciencia han llevado a que desaparezcan la mayoría de mitos,
los pocos que quedan están contenidos en las religiones, en todas sus formas (ya que los mitos
son su fundamento), como también están contenidos en las creencias de las comunidades
primitivas que existen aún en el mundo (África, Amazonía y otros pueblos), como en las
comunidades campesinas de nuestra patria.
Ciencia y religión
Tanto la religión como la ciencia son fenómenos culturales, productos histórico-sociales que
han estado presentes a lo largo de la historia desde la más remota antigüedad. A veces se
corre el peligro de suponer que la ciencia empieza con la ciencia moderna del Renacimiento,
olvidando todos los aportes y desarrollos anteriores 2. Esto es un grave error, ya que el
nacimiento de la misma ciencia moderna no puede entenderse sin el desarrollo científico o
precientífico, como lo llaman los especialistas.
La reflexión filosófica es imprescindible para establecer las relaciones entre ciencia y religión
como formas de conocimiento. Fe y experiencia religiosa forman el fundamento del
conocimiento religioso que se formaliza en la teología, mientras el conocimiento científico está
formado por un marco formal de leyes y teorías, relacionadas con una base empírica de
experimentos, observaciones y experiencia. Establecer claramente la naturaleza y los límites
de estos dos tipos de conocimiento es fundamental para poder establecer correctamente la
relación entre ambos.
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Igual pasa con la filosofía, cuando los tradicionalistas piensan que la filosofía comenzó en Grecia,
obviando el aporte de los pueblos anteriores a los griegos (China, India, Egipto, etc.).
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)
porque entiende y comprende lo que sabe, tiene pruebas, de ahí que cree en lo que sabe,
porque entiende lo que cree, sabe por qué cree, por qué es así).
Aunque las religiones pueden modificar algunos aspectos en el tiempo, pero su naturaleza
revelada, dogmática les impide evolucionar, en esencia cambiar. Los dogmas religiosos se
autoproclaman verdades eternas que se resisten a ser refutadas.
Mientras que la religión se basa en la fe (creer en algo sin necesidad de pruebas, sin necesidad
de saber); en ciencia, el dudar es un valor central que motiva e impulsa al descubrimiento, al
cambio: para aceptar algo se requieren necesariamente pruebas convincentes (por ello el
conocimiento científico se define como conocimiento verdadero). Por ello, una educación
científica, que fomenta la reflexión, el pensamiento científico, el constante cuestionar y
corroborar, colisiona con la formación religiosa, que valora y promueve la fe (creer sin saber).
La ciencia por su esencia no solo es diferente a la religión, sino que son antagónicas, dice San
Agustín, uno de los más famosos padres de la iglesia cristiana: “Quien aumenta el
conocimiento aumenta el dolor”; lo cual es contrario al carácter del conocimiento científico; el
conocimiento científico es contrario totalmente a la religión, en cuanto su base es el reflejo de
las leyes del mundo objetivo en el cerebro del hombre en forma de conceptos, es un conjunto
de conocimientos verdaderos verificados en la realidad; mientras que la religión es una forma
de conciencia social que se expresa como la creencia en fuerzas sobrenaturales, en dioses; es
la creencia en lo desconocido (la esperanza en lo que no se conoce: representación fantasiosa
del mundo en la cabeza del hombre). La ciencia difiere de la religión en cuanto la ciencia es
producto racional elaborado a partir de lo obtenido en la realidad a través de los sentidos y
verificados en la misma realidad; mientras que la religión se funda en la fe (creer sin saber), su
base es el dogma, la fe, la irracionalidad.
A través del tiempo las religiones en sus diversas manifestaciones han tratado de utilizar las
ciencias con el fin de sustentar sus criterios y hallar argumentos a sus planteamientos: la
matemática y la astronomía en Egipto, China, Persia, Grecia, Roma, etc. Pero donde se ve con
mayor claridad la utilización es con el surgimiento del cristianismo (tanto el catolicismo como
algunas sectas protestante), quienes tratan de acomodar el avance de las ciencias a sus teorías
(para ello usan falacias y trampas del razonamiento), según ellas con el fin de fortalecerse, sin
darse cuenta de que ello es una muestra de la debilidad de sus planteamientos, los cuales con
el transcurrir del tiempo y el vertiginoso desarrollo de la ciencia van perdiendo sustento; por lo
cual la religión al acomodarse al desarrollo de la ciencia trata de encontrar salida, un salvavidas
para sobrevivir (ahí tenemos el creacionismo metodológico del catolicismo); pero ello
significaría a la larga su desaparición (recordemos que la iglesia cristiana católica tiene su
“Academia de Ciencias” formada por científicos en todos los campos), en el cual tratan, buscan
compatibilizar ciencia y religión, claro está dirigida a sus intereses.
Debe quedar claro que a través de la historia la religión ha entorpecido e incluso paralizado el
avance de la ciencia, en nombre del bienestar de las almas de los creyentes; al mismo tiempo
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)
el avance de la ciencia hace retroceder a la iglesia, corroyéndola y obligándola a ceder cada vez
más terreno.
Con relación a la verdad: la ciencia busca la verdad, en cuanto saber que ella se
descubre en la realidad; mientras que la religión asume que ya conoce la verdad, que
ellos son dueños de la verdad.
Respecto al conocimiento: para la ciencia el hombre se vincula con la realidad y puede
descubrir el mundo, explicarlo, descubrir sus leyes, no hay verdad absoluta, no hay
eterno excepto el cambio; mientras que para la religión todo está preestablecido por
dios, nada cambia porque es revelación divina o fruto de la infalibilidad de los padres
de la iglesia, existe la verdad absoluta (es dios).
La ciencia busca pruebas, explicaciones, argumentos objetivos: observa, experimenta,
pregunta y busca las respuestas. La religión se basa en verdades, dogmas que no se
pueden comprobar, se sujetan a la fe (religiosa).
La ciencia crea hipótesis (supuestos) que luego trata de probar recurriendo a diversos
métodos de investigación, preguntas, observaciones y experimentos, hasta que
consigue pruebas sobre esas suposiciones. La religión exige a sus fieles que sin
probarles nada tengan fe, es decir, que crean lo que les digan, porque así lo quiere un
ser superior llamado dios.
En relación con el avance y desarrollo de la humanidad, de las sociedades: la ciencia
colabora e impulsa el progreso, el desarrollo; en el tiempo los avances científicos han
impulsado el cambio del hombre, de la humanidad, de las sociedades. En cambio, la
religión no avanza, no se modifican sus sistemas, buscan aprovechar todo lo que la
ciencia aporta, no produce mejora alguna, solo se modifica en lo mínimo para poder
sobrevivir, buscan adecuarse a la modernidad, en cuanto sus fundamentos son
obsoletos.
Respecto al avance del conocimiento científico y de la ciencia: la ciencia ante una idea,
hipótesis o resultado de una investigación se pone a trabajar para conseguir que
desde allí se puedan alcanzar nuevos conocimientos. Mientras que la religión y sus
instituciones que la representan, hacen lo contrario, o sea si la hipótesis, la teoría, la
información o nuevo dato científico no coinciden con su doctrina, lo condenan
automáticamente, lo combat en.
Por ello es por lo que al realizar un análisis comparativo entre ciencia y religión encontramos
diferencias, contradicciones irreconciliables, que las hacen esencialmente diferentes, opuestas.
“Los sueños son mitos privados y los mitos son sueños compartidos”.
Joseph Campbell
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)
“La incompatibilidad entre ciencia y religión es simplemente esta: un científico no creerá nada
hasta que lo vea; un hombre religioso no verá nada hasta que no crea en ello”.
“Ciencia es lo que sabes, filosofía lo que anhelas saber, y religión lo que solo puedes creer”.
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Solís Acosta, Luis Ermel (2017). Reflexiones desde la Filosofía. Cuando la verdad es incómoda. Lima: Fondo Editorial
de la Universidad de Ciencias y Humanidades. Fragmento del Capítulo III: Filosofía, ciencia y religión (183-203 pp.)