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¿Qué es la Psicopatología?
La complejidad del estudio de la psicopatología
La psicopatología es la disciplina que tiene como
se aprecia cuando se analiza cuál es el objeto de
objeto el estudio de la naturaleza y tipos de
la psicopatología y se descubre que la definición
trastornos, problemas o enfermedades del objeto no resulta nada fácil. No existe un
psicológicas o mentales, así como de las causas acuerdo común sobre cuál es el objeto
(etiología) y factores que influyen en su génesis, específico de análisis de la psicopatología.
mantenimiento y desaparición.
Entorno a lo que sí parece haber un acuerdo es en que desde siempre ha habido un interés por la conducta
anormal y sus causas, aunque la psicopatología como disciplina científica es muy joven (mediados – finales
del XIX).
Se pueden encontrar antecedentes muy lejanos tanto en culturas orientales como occidentales sobre la
locura y de dónde viene esa conducta anormal que parece no estar ligada a la voluntad de la persona. Pero
en la antigüedad no se lograba distinguir la psicopatología de otro tipo de enfermedades biológicas.
Lo característico del campo psicopatológico es que ninguna gran corriente ha tenido la suficiente fuerza
como para eclipsar decididamente a todas las demás aunque alguna de ellas está en retroceso.
Visión sagrada
Las primeras explicaciones precientíficas descansan básicamente sobre una premisa “El comportamiento
extraño está ocasionado por fuerzas externas al propio sujeto que lo padece, que están producidas por
diversos agentes mágicos o divinos”. Usualmente son demonios o espíritus malignos los que se apoderan de
los pacientes.
Fase animista Criaturas o entidades animadas poblaban el mundo y actuaban sobre la gente
debido a sus propios motivos, más o menos incompresibles.
Fase mitológica las criaturas se convirtieron en deidades que actuaban sobre los seres humanos,
de acuerdo con las narración mitológica que las creaba. Se trata de actuaciones caprichosas pero
entendibles dentro de lo posible.
Fase demonológica Las deidades se reducen dentro de un sistema teológico, que ve la acción de
la divinidad sobre el ser humanos en términos diádicos, de lucha entre el bien y el mal. Es el mal el
que produce el padecimiento de estos problemas psicopatológicos, la acción sobre el ser humano se
produce por medios sobrenaturales y mágicos y, en consecuencia, los brujos y sacerdotes tienen un
papel esencial en el tratamiento de las enfermedades, sean mentales o no.
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INDIA CHINA
La medicina india, según Caraka (un texto que data Las explicaciones tiene una raíz filosófica que
del 600 AC), veía la enfermedad como una ruptura utiliza nociones tales el yang, los cinco
del equilibrio, bien entre la mente y el “yo”, bien elementos (oro, madera, agua, fuego y tierra) y
entre los distintos fluidos corporales que llamaba el principio del Tao. Hay menos aportación del
“doshas” pensamiento religioso que en occidente
Grecia
Hipócrates (367 a. C.) es un punto clave a la hora de ver la transición entre la visión sagrada y una
incipiente visión naturalista de los problemas mentales. Es una figura creada fundamentalmente por
Galeno y otros escritores que recogieron lo que supuestamente dijo, se conoce poco de su teoría de
primera mano.
Por primera vez señala el cerebro como origen del pensamiento y las emociones y, por tanto, de los
problemas psicopatológicos.
Algunos autores piensan que su teoría de los humores es una traducción al lenguaje natural de algunas
de las creencias populares, es una forma de delimitar el campo profesional. Muchos desórdenes
nerviosos o mentales, tal como hoy los vemos, tenían su origen en el malfuncionamiento del cerebro
como consecuencia del desequilibrio entre lo frío y cálido o lo húmedo y seco. Asentar las funciones
cognitivas en el cerebro no era unánime en la época, por ejemplo, Aristóteles creía que el corazón tenía
una función esencial.
Una parte de la explicación hipocrática de la conducta se asentaba en los cuatro temperamentos básicos
(colérico, melancólico, sanguíneo y flemático) según el predominio de uno de los cuatro humores (bilis
amarilla, bilis negra, sangre y flema). En el caso de los trastornos psicopatológicos el humor
predominante es la bilis negra, curioso, ya que es una sustancia de difícil identificación hoy en día,
mientras el resto de fluidos sí son identificables.
Su aproximación a los trastornos es empírica, aunque dentro de un esquema axiomático, daba una
importancia esencial a la observación, tanto para el diagnóstico como para la valoración de la acción
terapéutica.
Distinguió de forma bastante precisa algunos padecimientos psicológicos o mentales como el delirium, la
fobia, la histeria, la melancolía y la manía. La histeria es una enfermedad de las mujeres que estaba
causada por la ausencia de relaciones sexuales y la migración del útero (procedente de la medicina
egipcia).
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Platón (347 a. C.) consideraba que la naturaleza humana constaba de dos almas, la racional y la
irracional.
La enfermedad psicológica surgía del predominio del alma irracional, tal como podía verse por
las supersticiones irracionales y las creencias erróneas.
Las emociones podían ser los detonadores para la separación de ambas almas.
El método dialectico era usado para cambiar las cogniciones y creencias de las personas. En
relación con las alteraciones mentales podía ser considerado como un antecesor de la
psicoterapia.
Aristóteles (322 a. C.) creía todavía que era el corazón y no el cerebro la sede del pensamiento y la
emoción.
No creía que existieran enfermedades psicológicas, ya que todas eran físicas.
Articuló una serie de ideas en torno al aprendizaje, siendo precursor del asociacionismo y de la
teoría del refuerzo operante (principio del placer).
Enfatizó la importancia de las experiencias tempranas y la educación en la adquisición de hábitos
y habilidades.
La filosofía estoica y la psicoterapia
De acuerdo con Bennet Simon, la escuela estoica, fundamentalmente desde el siglo I a. C. al 2 d.
C., tal y como se practicaba en Roma con Cicerón, Séneca o Marco Aurelio, desarrolló teorías y
métodos para tratar ciertos padecimientos psicológicos que podrían ser considerados
“problemas de la vida”, que podían producir un malestar psicológico. Estos problemas estaban
asociados normalmente a la “pérdida” de personas, valores o bienes.
La forma de afrontarlo es mediante el arte de “consolar” a la persona afligida, arte para el que se
dan ciertos consejos, tales como la “búsqueda de la relación”, el cambio gradual, discutir el
contexto de la vida, demostrar la irracionalidad de dejarse llevar por la pena, reconducir las
emociones, etc.
Para los estoicos hay un arte para tratar el alma enferma, que no es inferior al arte médico que
trata los cuerpos, aunque algunos padecimientos graves escapaban a su influencia, como la
psicosis.
La filosofía estoica se reconoce claramente como un antecedente de la terapia cognitivo
conductual. Se esboza lo que hoy conocemos como “rapport.
Roma
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El mundo árabe
Después de la caída de Roma, el mundo árabe captó las enseñanzas griegas y romanas en medicina, y,
por ende, en el abordaje naturalista de la enfermedad mental. El Corán, fuente máxima de autoridad en
ese contexto religioso, indica que el hombre que se ha vuelto loco es un elegido por Dios para decir la
verdad (dicho cristiano: solo los niños y los locos dicen la verdad o lo que piensan). Avicena (1307 d. C.)
es la figura más relevante, y dedicó dentro de su “Canon de Medicina” un capítulo entero a describir los
trastornos mentales. Esto es importante ya que fue el texto medico elegido por las universidades
europeas hasta el siglo XV. Avicena fue el que posibilitó la transmisión del conocimiento de Hipócrates y
Galeno. En ese texto abre importantes especulaciones sobre la relación existente entre disfunciones
intelectuales y el ventrículo medio del cerebro, o entre las áreas frontales del cerebro y el sentido común
y el razonamiento.
La Edad Media
El triunfo del cristianismo desterró de la medicina las explicaciones naturalistas y se impuso lentamente
una visión demonológica del trastorno mental (siglo VII). Se vuelve así a la explicación sagrada. Las
sucesivas hambrunas y pestes fueron poco a poco haciendo más intolerantes a la sociedad medieval
frente a los “locos”. Inicialmente los monasterios ofrecieron refugio y tratamiento (exorcismos, contacto
con reliquias, rezos, etc.).
Posteriormente hubo muchos excesos derivados de dos factores: la creencia de que la locura era obra
del demonio y la necesidad de explicar los terribles acontecimientos que estaban sucediendo.
Hay, sin embargo, pensadores escolásticos como Santo Tomás de Aquino que podían tener una visión
más organicista del padecer psíquico, ya que resultaba inconcebible que el alma inmortal pudiera
enfermar. De acuerdo con esta perspectiva, no es extraño que llegaran a proponer tratamientos como
los de Galeno o los propugnados por el mundo árabe. A partir del siglo XV se va produciendo un lento
cambio que anuncia el regreso de una visión más naturalista del ser humano.
El Renacimiento
Paracelso (1541)
Fue un médico que destacó en el ámbito de la Psicopatología, por combatir las creencias
dominantes de que el demonio estaba en la base de la enfermedad mental y criticar los métodos
crueles inquisitoriales.
Estableció una clasificación sistemática de los trastornos mentales: lunáticos (lunatici), locos
(insani), intoxicados (vesani) melancólicos (melancolichi) y otros como los obsesionados con el
demonio (obsessi). Su figura es un elemento que rompe con la visión dominante del momento
ligada a las causas sagradas de los problemas mentales, reconduciéndola a una visión
naturalista.
Empezando por España, en el siglo XV, se extiende por Europa la creación de hospitales mentales. Las
ideas árabes son las que hacen que España sea de las primeras en crear un hospital de este tipo en
Valencia. Se trataba de hospitales ubicados en entornos alejados y tranquilos para evitar situaciones de
estrés
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Aunque con ciertos antecedentes en la fisiognomía (Aristóteles, Giovanni Battista della Porta), que
pretendían derivar características psicológicas del aspecto físico de las personas, los frenólogos no siguieron
ese camino.
Un exponente principal de la frenología fue Franz Gall. Para Gall las funciones mentales estaban en el
cerebro (el cerebro era la mente), y las funciones estaban localizadas en diversas partes del mismo.
Gall concluyó que la intensidad y el carácter de pensamientos y emociones correlacionaría con su tamaño y
forma del cerebro y en consecuencia del cráneo.
Cierta forma de frenología se extendió en la forma de ver las cosas de algunos investigadores serios del S.
XIX como por ejemplo, Broca.
Para Broca y para muchos de su época, la medida del cráneo y de la asimetría hemisferio izquierdo y derecho
se convirtieron en razones para justificar la superioridad del hombre europeo sobre las otras razas, o de los
hombres sobre las mujeres.
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La Frenología pasó pronto a ser una disciplina desacreditada, y entramos en una época de auge de la
medicina clínica, un creciente conocimiento de la anatomía y la fisiología del sistema nervioso central y de
creación de las taxonomías gracias a este impulso naturalista.
Hay una búsqueda de la conexión que existe entre las anormalidades anatómicas o funcionales y las
enfermedades (neurológicas, psiquiátricas) se convierte en la meta de muchos investigadores, que creen que
las alteraciones tienen su sede en el cerebro o el sistema nervioso central.
Una buena parte de los estudios actuales cuando se plantean de forma simplificada en cuanto a la búsqueda
del sustrato cerebral de ciertas funciones, a veces parecen secuelas de esta forma de ver la relación entre el
cerebro y la conducta, una forma supra simplificada en la que se asignan ciertas zonas cerebrales a funciones
psicológicas complejas. Esta ha sido una tarea fracasada, puesto que las funciones psicológicas complejas
suponen la interrelación de áreas cerebrales distintas y distantes entre sí.
Boissier de Sauvages Pensaba que Robert Whytt Junto con Cullen se dedicó a caracterizar las
todas las enfermedades mentales distintas neurosis. Prestó especial atención a los casos menos
tenían su correspondiente alteración graves que dividió en histeria, hipocondrías y agotamiento
anatómica. Se dedicó de forma nervioso, que luego se conoció como neurastenia. Las
importante a la taxonomía y creó uno neurosis se debían a la distinta sensibilidad de los nervios.
de los trastornos mentales que tenía
10 clases. 295 género y 24000 Phillipe Pinel (1825) Fue el exponente máximo de la
especies. escuela francesa, que propone una visión negativa de las
William Cullen Otro importante causas de los trastornos nerviosos, de forma que si hay una
taxonomista que siguió el trabajo de manifestación patológica y no hay una base anatómica para
Sauvages. Creía también que la la misma el trastorno puede considerarse nervioso, pero si
mayoría de los trastornos procedían hay lesión no es neurosis.
del SNC.
Jean Esquirol (1840) Fue un gran reformador junto a
Neurosis según Cullen Son Pinel. Clasificó los trastornos mentales en:
todas las afecciones preternaturales
del sentido y del movimiento, en las Lipemanía (depresión)
que la pirexia, no constituye de ningún Monomanía
modo una parte de la enfermedad Manía
primitiva, y todas las que no dependen Demencia
de una afección local de los órganos, Imbecilidad / idiocia
sino de una afección más general del
sistema nervioso y de las potencias de Johann Christian Heinroth (1843) Fue otro gran
donde dependen más especialmente el taxonomista. Su sistema de clasificación tuvo mucha
sentido y el movimiento. influencia. Su teoría de la mente con tres capas (instintiva,
actividad consciente y consciencia) anticipó a Freud.
James Cowels Prichard (1848) Fue Desarrolló el concepto de paranoia de manera muy amplia,
el precursor del concepto de locura lo que actualmente se asocia con la actividad delirante.
moral: la locura como consecuencia
de un defecto reprensible del carácter Benedict Augustin Morel (1873) Fue un exponente del
que merecía una condena social. Se hereditarismo. Describió por primera vez la demencia
separó en este sentido de la escuela precoz, que él atribuyó a una degeneración producida por
francesa de Pinel y Esquirol. causas hereditarias.
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Karl Ludwig Kahlbaum (1899) Siguió la idea de Esquirol de que la clasificación de los trastornos
debía tener en cuenta el curso y el resultado. Acuñó términos como hebefrenia, catatonía y
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Kraepelin (1926)
Puede describirse como el exponente principal de la Psiquiatría descriptiva, que renuncia a basar la
nosología en la base orgánica, pero la presume. La evolución del trastorno era la mejor seña de identidad del
mismo. Fue el que consolidó la visión moderna de la psicosis maníaco – depresiva (trastorno afectivo
bipolar) y la demencia precoz (esquizofrenia).
Sus Tratados de Psiquiatría han ejercido una influencia determinante en la clasificación psicopatológica
actual.
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La idea de encontrar el sustrato somático de algunos trastornos que se consideraban mentales (epilepsia,
alteraciones producidas por infecciones como la sífilis en la parálisis general progresiva) tiene un éxito muy
limitado.
Se propone un conocimiento exhaustivo de los síntomas de los cuadros clínicos son alteraciones mentales
(conocimiento psicopatológico) con el fin de conocer los fenómenos o enfermedades subyacentes (idea de
Kraepelin). Esta búsqueda incesante de bases neurológicas de cuadros psicopatológicos con límites
desdibujados no es fácil de sistematizar, lo que lleva a un proyecto de investigación con unos resultados muy
limitados.
Se va hacia una visión psicopatológica de carácter nosologista, que espera que los nuevos métodos de
investigación anatómicos y fisiológicos conciertan síndromes en enfermedades.
Visión psicológica
Charcot fue un importante neurólogo que señaló la histeria como una enfermedad que estaba causada
por una débil constitución nerviosa, que hacía a los enfermos susceptibles de ser hipnotizados. Fue el
primero en mostrar el posible tratamiento de la psicopatología mediante la psicología.
Freud gira la causa neurológica (ya que la psicopatología la trataba Charcot mediante la psicología) y
atribuye a la histeria una causa psicológica. La causa viene dada por el conflicto entre diversas partes del
psiquismo (id, ego, superego), producido por la persistencia de las ansiedades y defensas propias de un
estadio evolutivo psico- sexual no resuelto.
Para el psicoanálisis, la taxonomía no tenía interés, y la investigación debía centrarse en el análisis del
caso individual.
La Psicopatología hoy
Hoy en día la psicopatología se percibe como una disciplina médica, hay un resurgir de una visión
kraepeliana fundamentalmente sindrómica y ligada a los conceptos de trastorno y enfermedad, aunque se
proclaman como ateóricas están constantemente reclamando como referencia la presencia de una causa
subyacente que desde el punto de vista médico no puede ser otro que biológico o físico.
Existe cierta insatisfacción con la visión dominante, ya que nos encontramos con:
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Sigue manteniéndose también una visión anti gnoseológica importante del análisis funcional y el estudio del
caso, y es una corriente que hoy en día no ha decrecido, sigue existiendo la idea por una gran parte de la
psicología de que el avance debe venir por el análisis del caso, lo que no lleva a una negación de la
psicopatología sino a la confluencia de visiones aparentemente distantes como la visión conductual y la
fenomenológica. Estas confluencias están ahora en marcha y son un reflejo claro de la insatisfacción con la
visión dominante actual más ampliamente aceptada de los sistemas categoriales como el DSM o CIE.
Por otro lado, se intenta dar más complejidad a las visiones gnoseológicas y no dejarlas en una especie de
conjunto de síndromes o cuadros que tendrán como explicación final el sustrato biológico, se intenta
complejizar introduciendo los factores que determinan la variabilidad fenomenológica que vemos en los
problemas mentales. Lo que nosotros etiquetamos con rótulos diagnósticos presentan una gran variabilidad
interna probablemente determinada no solo por el estadio del trastorno sino por la interrelación entre
factores biológicos, psicológicos y sociales que influyen en la fenomenología.
Esta complejidad intentó captarse en algunos sistemas diagnósticos como el DSM, pero de manera
claramente insatisfactoria. Una aproximación al modelo bio-psico-social es una visión en la que
necesariamente se deben compaginar factores de carácter intergrupal o gnoseológico con elementos de
análisis personal, volvemos a la necesidad del estudio sistemático unida al enfoque centrado en la persona.
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Clases interactivas Son sensibles y pueden reaccionar a las etiquetas y practicas diagnósticas y de esa
manera alterar su presentación y vivencia subjetiva.
Las clases interactivas están en buena parte determinada por fenómenos psicológicos (interés) y sociales
(deseabilidad social)
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activación directa del sistema de recompensa del cerebro que participa en el refuerzo de los
comportamientos y la producción de recuerdos”. Así, a través de un mecanismo que se supone alterado, se
encuentra la base común de las adicciones. Claramente sugiere un trasfondo biológico de la adicción
apuntándolo como causa de lo observado, pero la realidad es que las conductas adictivas se agrupan por su
similaridad fenomenológica, se percibe de forma similar como falta de control o deseo intenso, pero en
ningún caso la conducta adictiva se diagnostica a través del funcionamiento de ningún circuito cerebral, no
sería fiable.
Ninguno de los criterios que veremos a continuación sirve por sí mismo como para tener un sistema infalible
y completamente objetivo para determina qué es normal o anormal. Cuando hablamos de delimitar estos
fenómenos humanos, estamos jugando en un campo de conceptos borrosos con limites indefinidos que no
por ello supone que no podamos tratar sobre el objeto que queremos analizar. Por ejemplo, todos podemos
hablar del concepto de silla, un objeto en el que nos sentamos y tiene 4 patas, pero entonces no estamos
diferenciando silla de banco, taburete, mesa o de una silla de 3 patas. Los conceptos definidos en lenguaje
natural son borrosos, aunque extremadamente útiles, pero sometidos al análisis lógico chocan con la idea de
que el término esté acotado, y los contraejemplos lo demuestran.
Criterio popular
Criterio estadístico
Se considera anormal todo lo que sea infrecuente, entendido como una desviación del eje central de la
curva normal.
No se especifica el número de desviación típica.
No se especifica el sentido.
La insuficiencia de la frecuencia para definir la anormalidad no se arregla introduciendo el criterio
cuantitativo. Es decir la anormalidad no es tanto por su infrecuencia como por ser un exceso o defecto
significativo de la conducta normal.
La anormalidad estadística no significa anormalidad psicopatológica.
Según este criterio se pensó que la conducta anormal es aquella definida como no común, obviamente eso
de no ser común no es que signifique mucho, ¿no ser común es equivalente a tener una conducta anormal?
No, por ejemplo en el caso de la inteligencia con 2,5 desviaciones típicas por encima de la media.
El criterio de anormalidad opera de manera muy insuficiente para excluir la conducta humana como
patológica. No se trata tanto de que la conducta sea poco frecuente, sino además de que su intensidad sea
poco frecuente. Vemos el ejemplo de llevar camisas de rayas todos los días. Pongamos por ejemplo la
intensidad con la que una persona sea sensible ante un determinado contexto, este criterio no añade
información suficiente como para que el concepto anormalidad sea regido por criterios estadísticos, luego
no nos sirve como criterio único.
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Criterio legal
¿Qué es lo que dicen las leyes sobre que es normal y qué no lo es? No dicen nada, aunque es cierto que a
pesar de esto es importante el concepto de normalidad para el código penal; por ejemplo en exentos de
culpa por problemas psíquicos. La ley usa el concepto de imputabilidad, una persona inimputable tiene que
tener una anormalidad psíquica.
El trastorno mental es una causa individual. La persona que es inimputable en primer lugar no debe saber
discriminar entre el bien y el mal, es por tanto un acto ilícito e inconsciente, y en segundo lugar que la
conducta se haya realizado porque el sujeto no sea capaz de controlar ese comportamiento. Se deben reunir
esas dos condiciones.
Consenso social
La anormalidad se define por la coincidencia en la apreciación de los expertos.
De acuerdo con esta visión (que está presente en los sistemas diagnósticos actuales) la “conducta
anormal” es una construcción social.
El consenso está muy determinado por valores sociales en el caso de la psicopatología general. El dato
objetivo es la aceptación o no de algo, como por ejemplo, la homosexualidad, que unos años atrás se trataba
como un trastorno, mientras que a día de hoy está prácticamente aceptada en muchos lugares del mundo.
Adaptabilidad de la conducta
La conducta “anormal” no es adaptativa.
La anormalidad puede ser percibida como un tipo de conducta desviada o diferente que no está
motivada por la ganancia personal o la gratificación y que resulta por lo tanto ininteligible en el
contexto cultural y social donde se produce.
Concepto de un ideal
Todo comportamiento que se aleje del ideal de “salud mental” debería ser considerado patológico.
Por ejemplo, sería patológico todo comportamiento que supusiera una falta de resistencia al estrés,
una pérdida de autonomía, una falta de competencia o una alteración de la percepción de la
realidad.
Según esta idea, los fenómenos psicopatológicos serían aquellos que se alejan al concepto de salud ideal;
cualquier parámetro que se aleje de este concepto, sería un trastorno. ¿Cómo se miden estos parámetros
para saber o no si una persona tiene una conducta patológica relevante? ¿Cuál es la percepción a la realidad
más ajustada?
La adaptabilidad supone que una conducta anormal no es adaptativa, pero esta lógica no funciona si por
adaptativa se entiende la obtención de ganancia social; la desadaptación a veces no es patológica. Todo
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comportamiento que se aleje del ideal de salud mental debería ser considerado patológico, pero esto
plantea problemas, no hay criterios para distinguir de manera clara y además dependen del contexto. Por
ejemplo el estrés es una respuesta adaptativa y normal del organismo, por tanto no sabemos muy bien qué
es lo ideal, en cuanto a la pérdida de autonomía depende claramente del contexto. Los fenómenos
psicopatológicos están ligados a los contextos sociales, por tanto el problema del concepto de ideal es
definido operativamente.
Criterios subjetivos
De acuerdo con este criterio, sería una alteración patológica de la percepción por parte del sujeto de
ansiedad, estrés, tristeza, rabia, etc.
También, de acuerdo con este criterio, no sería patológica lo que el sujeto no percibe como dañino,
estresante o incapacitante.
La idea de que los enfermos mentales son personas que tienen peculiares formas de afrontar la realidad,
que les suponen mayor vulnerabilidad psicológica, mayor volumen de suicidio… desde el punto de vista
psicológico, son personas que sufren. Por lo tanto parece claro que un criterio que podría utilizarse para
definir un enfermo psicológico sería una persona que sufriera, que sintiera dolor por lo que le pasa; a
diferencia de otros campos de la medicina, muchos pacientes son llevados, no van ellos, ya que no tienen
conciencia del trastorno. Sufren no por lo que les pasa a ellos, sino por lo “que los demás les hacen”
El disidente no tiene concepto de daño, es evidente que tiene que haber una conjunción entre otros
criterios y el concepto de daño, pero no sería suficiente porque es bien sabido que algunos trastornos
psicopatológicos alteran el concepto de daño.
Otros criterios
La disfunción dañina es un criterio a medio camino entre el esencialismo y el nominalismo. Una disfunción
dañina es una alteración de un sistema o sistemas seleccionados evolutivamente que genera una visión
social negativa.
El problema de la visión de Wakefield es que puede haber comportamientos a los que pueda atribuirse
cierta disfunción con efectos evolutivos y valoración social negativas que no se consideran trastornos como
las personalidades impulsivas o las personas indolentes.
Criterio biológico
Es el subyacente a uno de los sistemas diagnósticos que se utilizan hoy en día, pero tiene como principal
hándicap que no existen marcadores o indicadores biológicos que determinen la “anormalidad” de una
conducta o de un cuadro psicopatológico.
Algún criterio basado “biológicamente” tal como que los trastornos suponen una desventaja evolutiva o
biológica no parece suficiente, ya que existen comportamientos que suponen esa desventaja (por ejemplo,
ser un mercenario puede suponer mayor riesgo de muerte y por ello una desventaja evolutiva) sin ser
considerados trastornos.
Un trastorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado
cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los
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procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental. Habitualmente los
trastornos mentales van asociados a un estrés significativo o una discapacidad, ya sea social, laboral o de
otras actividades importantes. Una respuesta predecible o culturalmente aceptable ante un estrés usual o
una perdida, tal como la muerte de un ser querido, no constituye un trastorno mental. Un comportamiento
socialmente anómalo (ya sea político, religioso o sexual) y los conflictos existentes principalmente entre el
individuo y la sociedad, no son trastornos mentales salvo que la anomalía o el conflicto sean el resultado de
una disfunción del individuo, como las descritas anteriormente.
El concepto de trastorno mental es inevitablemente un concepto de limites difusos, como muchas otras
ideas de uso corriente como silla, o como la propia definición de ciencia. Forma parte de ese tipo de
conceptos que, según Wittgenstein, puede mejor reconocerse que definirse. De hecho, la caracterización de
los trastornos mentales es mejor siempre en los núcleos de las categorías que en sus límites más específicos.
Es una forma de categorización prototípica.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
En los anteriores temas se ha hecho referencia, de manera implícita o explicita, a los diferentes modelos que
en psicopatología se han venido utilizando desde las primeras valoraciones de la conducta anormal. Hemos
tratado el modelo naturalista, de un modelo más psicologicista y del modelo biopsicosocial.
¿Qué es un modelo?
Los modelos en Psicopatología pueden definirse como patrones o guías, que servidos desde los distintos
enfoques teóricos permiten controlar el proceso de confección de hipótesis teóricas, delimitar las clases de
variables a estudiar y especificar los métodos, técnicas, objetivos y ámbitos de aplicación de la
Psicopatología.
No obstante, no se puede considerar que un modelo es una teoría, ya que carece del necesario grado de
formalización que permita obtener consecuencias comprobables de alcance científico, siendo en la mayoría
de los casos puras indicaciones que controlan el proceso evaluativo.
Modelos biomédicos Empezaremos con aquel que está representado por los sistemas diagnósticos
actuales que, a pesar de considerarse ateóricos, en realidad presentan un enfoque prácticamente
biomédico. Se realiza un análisis cuidadoso de los síntomas y signos que covarían conjuntamente con el
fin de posibilitar el estudio de las causas que, entendemos que se encuentran dentro de la propia
estructura del organismo, y que explicarán el estado psicopatológico con el que nos encontramos.
La variación actual de los RDoC
Modelos psicológicos
Modelos psicodinámicos.
Modelos conductuales.
Modelos cognitivos.
Modelos sociológicos Haremos una breve aproximación a aquellos modelos en los que el foco de
atención a la hora de explicar la etiología de los fenómenos psicopatológicos se pone en los valores y en
los determinantes sociales.
Modelo biopsicosocial El modelo de diátesis del estrés
Modelo transdiagnóstico
El análisis de redes.
Modelo biomédico
La causa necesaria de la conducta anormal es de tipo biológico, hoy en día el modelo biopsicosocial está tan
arraigado que la causa biológica no se considera suficiente, pero sí necesaria. Se trata la conducta anormal
de forma similar a la que podemos encontrar en cualquiera otra área de la medicina, lo cual quiere decir que
el modelo biomédico es muchas veces una mera traslación de una metodología utilizada para enfermedades
de todo tipo.
Dichas alteraciones de tipo biológico pueden ser alteraciones o déficits anatómicos o funcionales del
organismo causadas por factores genéticos, infecciosos, alérgicos, traumáticos, degenerativos, etc. La
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
detección de esa anomalía llevaría a clasificar las enfermedades resultantes como infecciosas, sistémicas y
traumáticas, las mentales serían generalmente sistémicas.
Signo: los elementos objetivos de la enfermedad que pueden ser observados por el clínico.
Síntoma: manifestaciones en el paciente que son transmitidas por su parte al médico de forma clara.
Síndrome: conjunto de signo y síntoma.
Enfermedad: síndrome con una causa etiológica clara y con una evolución y pronostico claros. Requiere
generalmente una hipótesis clara de causación biológica.
El tipo de tratamiento que se deriva desde esta perspectiva es fundamentalmente farmacológico, o bien una
intervención que puede llegar a la neurocirugía, como ahora se está popularizando a la hora de reducir
determinado tipo de síntomas resistentes a la psicofarmacología. En todo caso, siempre se trata de una
aproximación biológica.
Aun así, el modelo biopsicosocial está tan arraigado que los sistemas diagnósticos también beben de él, y
casi nadie mantiene una visión unidimensional que sólo incluya este modelo.
Existen problemas con la heterogeneidad dentro de cada categoría diagnóstica, es decir, que nos podemos
encontrar que dos personas se encuentran en la misma categoría diagnóstica pero que comparten muy
pocos síntomas. Esto, evidentemente, choca con la idea de que en la misma agrupación de síntomas y signos
que se encuentran bajo una misma etiqueta diagnóstica puede tener una etiología común.
Este fenómeno resulta extraño en el ámbito de la medicina biológica, ya que, si dos personas presentan el
mismo diagnóstico de viruela, por ejemplo, se supone que es porque reúnen los fenómenos, tienen más o
menos pequeñas variaciones individuales, pero tienen a grandes rasgos los mismos síntomas y signos que
son reconocibles de forma central en el diagnóstico de la viruela. Y así podríamos ejemplificar con otro tipo
de trastornos, si las diferencias entre los pacientes de una misma categoría pueden ser tan grandes que
compartan muy pocos síntomas, la lógica subyacente a estos sistemas diagnósticos flaquea, y entonces deja
de ser relevante la idea de intentar sistematizar esos grupos en función de sus causas biológicas
subyacentes.
Otros problemas son aquellos que tienen que ver con la comorbilidad, es decir, que lo que estamos
observando es que rara vez una persona con un diagnóstico psicopatológico no tiene probabilidades para ser
etiquetado con otro diagnóstico de otra categoría. Eso es lo que se ha llamado comorbilidad, la presencia de
2 o más trastornos en la misma persona. Hay dos maneras de afrontarla, una es considerar que
efectivamente, las personas tienen más de un trastorno en función de un sustrato etiológico común, y esto
chocaría de nuevo con la idea de que las distintas categorías se basan en la búsqueda de las causas
específicas de cada una de ellas. Ya que resulta que esas causas son comunes a diversos trastornos. La
segunda explicación a esa comorbilidad es aquella en la que se dice que una categoría llama a otra, esto
atacaría menos a los sistemas diagnósticos actuales, por ejemplo, que una persona tuviese un trastorno
incapacitante y a la vez un diagnóstico por depresión.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Otro problema tiene que ver con los sistemas de captación de muestra en las investigaciones. Las
investigaciones que llevan al análisis de las características, evolución, respuesta al tratamiento, selección,
etc. se pueden ver muchas veces como extraordinariamente sesgadas, y esto es un problema porque los
grupos de pacientes que se analizan son en realidad grupos de pacientes reducidos que son “puros” dentro
de la categoría y por tanto no representan a la mayoría de las personas que padecen el trastorno.
Existe otro problema relacionado con la idea de que quizá los actuales sistemas diagnósticos se apoyan
completamente en una idea de enfermedad como una categoría específica que permite pensar de alguna
manera en términos de enfermedad/no enfermedad. Dicho de otra manera, los sistemas diagnósticos
actuales y el enfoque biomédico consideran que el sujeto está enfermo o no, presenta una enfermedad que
es completamente diferente de otras. Esta forma de pensar y categorizar diagnósticamente es poco acorde
con los resultados de la investigación clínica, que habla más de una dimensionalidad, es decir, que las
personas generalmente presentan algún grado de todas las dimensiones, que en función de su intensidad y
variación podemos considerar más o menos perjudicial. En ese grado es donde se encuentra la
dimensionalidad, más acorde con la realidad clínica que la categorización.
Por último, la falta de resultados significativos en la investigación biomédica en los últimos años dentro del
ámbito de la salud mental. Por ejemplo, en la investigación ligada a las causas genéticas hay un problema
gravísimo, porque lo que se ha encontrado es una panoplia enorme de genes candidatos que, de alguna
manera, apuntan a una causalidad múltiple que puede ser casi infinita. Esto probablemente nos indique que
los genes de algún modo influyen en algunas dimensiones comunes a todos los trastornos o categorías, o
puede que ni siquiera estemos entendiendo cuál es la relación entre genes y conducta. Esto se traslada
también al desarrollo y estudio de nuevos fármacos, donde nos encontramos también con graves problemas
de desarrollo, en parte probablemente porque, de nuevo, las categorías y sistemas diagnósticos demuestran
la cierta inespecificidad de los tratamientos. Esto se debe a que en realidad se está atendiendo a las
categorías y no a las manifestaciones sintomáticas.
RDoC es el acrónimo de Research Domain Criteria. Los sistemas diagnósticos actuales pueden ser una
barrera importante para la investigación psicopatológica, por ello hay que replantearse el sistema
diagnóstico y por tanto la propia psicopatología.
Se debe empezar desde 0 poniendo en duda las agrupaciones diagnosticas tal como las conocemos hoy en
día y poniendo en juego aquellos que conocemos (las variables, los métodos de investigación, los
instrumentos…).
Los RDoC están diseñados para servir de modelo para la investigación de los trastornos mentales. No están
pensados para sustituir a los actuales sistemas diagnósticos, entre otras cosas porque aún son un proyecto
para construir un nuevo sistema diagnóstico clínico que funcione. Sin embargo, es inevitable pensar que si se
construyen es porque se considera que el sistema actual de diagnóstico tiene una baja validez.
El propósito explícito de los RDoC es comprender la naturaleza de la salud y los padecimientos mentales en
términos de los diferentes grados de disfunción de los sistemas biológicos y psicológicos generales y aportar
información sobre los procesos biológicos y cognitivos básicos que condicionan la salud y los padecimientos
mentales.
Una característica de los RDoC es que cuando cogemos sus unidades de análisis estamos viendo
neurobiología y psicología experimental modernas. Se tata de volver a analizar cuáles son las unidades
básicas de análisis y retomarlas para poder construir sistemas de evaluación del comportamiento humano
con mayor validez.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Debemos verlos como una forma de atacar algunas ideas básicas de los sistemas actuales, como la
categorización de las patologías o la impresión clínica como un factor esencial.
El sistema RDoC supone una estructura con una matriz de elementos, hay 6 dominios:
Dentro de cada dominio hay diversos constructos que comprenden aspectos diferentes de su campo global
de funciones. Cada constructo es estudiado en su rango total, desde la normalidad a la anormalidad, bajo la
suposición de que su situación en un momento dado está afectada por el contexto ambiental y
neuroevolutivo.
Las mediciones de cada constructo dependen de las llamadas unidades de análisis, que incluyen genes,
moléculas, células, circuitos, fisiología, conducta y autoinformes. Sin embargo, a pesar de la aproximación a
la crítica de los sistemas diagnósticos actuales, no debemos olvidar que su visión básica es naturalista.
Modelos psicológicos
El objeto psicopatológico es dimensional y no categorial, la conducta se mueve dentro de un continuo y ese
continuo que va desde aquella manifestación conductual que podríamos considerar irrelevante desde el
punto de vista psicopatológico, pero informativo para analizar cuáles son las causas determinantes de la
conducta, hasta el otro extremo con las conductas psicopatológicas más exacerbadas. Los modelos
psicológicos no establecen por tanto una diferencia entre la conducta normal y anormal de cualidad, sino de
cuantía, si bien es cierto que una gran diferencia cuantitativa puede llevar a una diferencia cualitativa en lo
relativo al análisis clínico.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
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Un ejemplo de análisis de redes: se observa cómo se relacionan los compañeros, las manifestaciones
conductuales, emocionales, la hiperactividad y la conducta prosocial. Se observa cómo son
interdependientes estos aspectos psicopatológicos. Se trata de un análisis extremadamente simple, que se
podría complejizar muchísimo incluyendo un mayor número de variables.
Se trata de un modelo muy en boga que se está intentando aplicar a múltiples fenómenos psicopatológicos.
Lo más relevante del análisis de redes es la importancia de analizar la interrelación entre las diversas
dimensiones psicopatológicas que a veces parecen ser independientes entre sí, y como esa interrelación
podría explicar de manera convincente la diversidad de los cuadros psicopatológicos sin haber un factor
interno aparente. La complejidad psicopatológica dependería de la complejidad de las redes a raíz de los
múltiples factores que las componen y cómo se interrelacionan entre sí.
Cuestiones básicas
Una clasificación es cualquier procedimiento utilizado para construir agrupaciones o categorías, y para
asignar entidades a dichas categorías, en base a atributos o relaciones comunes. El proceso de asignación
mediante el cual se incluye a un sujeto en una categoría se llama identificación, y en el caso de la
psicopatología se llama diagnóstico. El conjunto de agrupaciones o categorías, así como las reglas y la lógica
que las han formado, se denomina “taxonomía, y en el caso de la Psicopatología nosologías.
Signos: o cambios que pueden observarse y registrarse objetivamente de todo tipo de conductas de
interés clínico. Es difícil encontrar signos en psicopatología, ya que la inmensa mayoría no dependen
únicamente de la observación objetiva del profesional sino de la interpretación del propio sujeto, en el
caso de la pérdida de peso puede deberse a un deseo del paciente por reducir su peso o ser
consecuencia de la conducta catatónica.
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Algunos ejemplos de signos son la reducción del tiempo de reacción medido por un taquistoscopio, la
pérdida de peso, la conducta catatónica, etc.
Síntomas: información subjetiva relativa a experiencias recordadas o de carácter interno, son los más
relevantes en el campo de la psicopatología. Por ejemplo, alucinaciones, delirios, dolor, tristeza, etc.
Síndrome: es la coocurrencia o covariación de signos y síntomas que se repite en diferentes individuos.
Los síndromes no tienen una patología (cambios fisiológicos asociados) o etiología (causa) conocida.
Trastorno: son síndromes cuyos síntomas o signos no pueden ser fácilmente explicados por otras
condiciones, y constituyen por lo tanto una unidad diagnostica suficientemente diferenciada. Es el
término elegido para hablar de las alteraciones psicopatológicas. Por ejemplo, el trastorno obsesivo –
compulsivo.
Enfermedad: trastornos en los que la patología y la etiología están relativamente bien establecidas.
Suele utilizarse el termino de trastorno psicopatológico y no de enfermedad precisamente por la falta de
evidencia para establecer una etiología sólida. Por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer.
Por ejemplo, si decimos que una persona padece un trastorno depresivo mayor estamos diciendo que
sufre un trastorno que se encuadra en el ámbito de los fenómenos no psicóticos y ligado a un transcurso
temporal más o menos conocido con unas características sintomáticas determinadas, etc.
Por tanto no es necesario repetir en cada paciente todas estas especificaciones, y ahí es donde se
encuentra el problema y la principal crítica a las etiquetas psicopatológicas.
Facilitar la comunicación entre investigadores y clínicos mediante una nomenclatura común. También
está relacionado con la economía comunicativa, en principio podría facilitar el desarrollo de una
investigación que vaya directa a los factores etiológicos de los distintos trastornos psicopatológicos, pero
el problema es que la forma en que se organizan los distintos síntomas en categorías tiene que dar como
resultado una mejora en el conocimiento etiológico, y eso no está sucediendo.
Servir de base acumulativa de documentación e información sobre cada categoría clínica.
Facilitar el pronóstico y el tratamiento. Es verdad que las categorías psicopatológicas tienen influencia a
la hora de informar acerca del pronóstico y el tratamiento de los diversos trastornos, pero el nivel de
información que dan es extraordinariamente limitado si no se tienen en cuenta factores ajenos a la
categoría, como el contexto social o la historia personal.
Suministrar conceptos básicos que permitan hacer posteriormente formulaciones teóricas.
Determinar el estatus legal del paciente, en base a su funcionamiento y competencia.
Facilitar el funcionamiento administrativo (seguros) y estadístico (epidemiologia).
Según el DSM V, la utilidad se debe poner de manifiesto en el pronóstico, los planes de tratamiento y
para determinar el resultado de los tratamientos.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Según la ICD 11 (CIE-11), la utilidad se manifiesta en que se facilita la comunicación entre usuarios,
facilita la comprensión y conceptualización de las entidades que se clasifican, en la facilidad con la que se
utiliza por profesionales de salud relevantes, y en la ayuda que presta para seleccionar un tratamiento y
gestionar las distintas condiciones clínicas.
Según el DSM V hay algunos elementos validantes del diagnóstico que deberían cumplirse. Ahora mismo
hay una extensa acumulación, sobre todo a partir del DSM IV, de información que trata de validar los
tratamientos, pero al final la validez que aportan es pequeña. Esto significa que, en gran parte, los sistemas
diagnósticos han sido objetados por parte de reacciones como el sistema RDoC o la aproximación
transdiagnóstica. Estos elementos validantes, fundamentalmente de carácter etiológico, no permiten
asegurar que ninguna de las categorías más relevantes tengan algunos de estos factores como condición
necesaria para que se produzcan.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Proliferación diagnóstica puede ser entendida también como una forma artificial de apresar lo
diverso sometiéndolo a puntos de corte y categorías arbitrarias. El DSM aumenta en cada edición el
número de trastornos reconocibles porque la realidad de los fenómenos psicopatológicos es
extraordinariamente diversa y amplia y se mueve en varias dimensiones. Por ello, es normal que si lo
que se busca es acotar categorialmente estos fenómenos se construyan cada vez más categorías
artificiales.
Reducida validez resultado de un sistema de categorización que no es etiológico. Los trastornos
mentales se deben a la influencia de múltiples factores que se interrelacionan, y no que no son
independientes entre sí. La validez dependerá de lo bien que se conozca como interactúan entre sí los
factores validantes anteriormente mencionados, para producir las formas psicopatológicas que
reconocemos. De ahí que estén proliferando los modelos como el RDoC o transdiagnósticos.
Adopción del modelo
categorial consecuencia
de las preferencias ejercidas
por la psiquiatría y su deseo
de asemejarse a otras áreas
de la medicina. Es una
forma más económica de
comunicar los resultados y
una decisión que elimina
mucha información
significativa desde el punto
de vista clínico.
Tipos de clasificaciones
Modelos taxonómicos
en Psicopatología
En Psicopatología predominan los modelos multiaxiales frente a los jerárquicos. Esto suena raro teniendo en
cuenta que en la última revisión del DSM V se suprime formalmente. En general el modelo multiaxial
buscaba generar diagnósticos en cada uno de los cinco ejes en los que operaba el DSM III. Esto se suprime en
el DSM V, pero no se suprime la idea de la necesidad de valorar distintas dimensiones asociadas y
relacionadas con el propio trastorno mental. Esto es lo que nos referimos cuando decimos que en
psicopatología predominan los modelos multiaxiales, aunque los sistemas diagnósticos no se reconozcan
formalmente como tal.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Predominan unos sistemas complejos en los cuales se tienen en cuenta diferentes dimensiones relacionadas
con los trastornos, de ahí que se diga que son modelos horizontales más que verticales. El que ocupa una
parte superior en la jerarquía no necesariamente engloba las características de aquellos en partes inferiores.
En el modelo multiaxial se utilizan diferentes ámbitos de evaluación, cada uno de ellos representado por un
eje para tener un cuadro más completo del trastorno de cada paciente.
1) ¿Cuáles son los principales síntomas psicopatológicos que muestra la persona evaluada?
2) ¿Cuáles son la frecuencia, intensidad y duración de los síntomas o de la conducta problema?
3) ¿Los síntomas identificados cumplen con los criterios dimensionales señalados para el trastorno en el
DSM V?
4) ¿Se ha realizado una completa evaluación diagnostica con medidas de evaluación que midan la
severidad, el deterioro del funcionamiento o la discapacidad, y otras?
5) ¿Se ha evaluado otra información de apoyo al diagnóstico, tal como los factores ambientales, culturales
y sociales, y se ha valorado que estos aspectos puedan explicar el actual cuadro sintomático?
Historia
En el siglo XIX empezó a haber una intensa actividad clasificatoria. Las primeras clasificaciones surgen de la
necesidad de conocer cuáles pueden ser las diferentes categorías en las que se puede encuadrar a los
enfermos mentales, pero también algunas de carácter extraoficial surgen por la necesidad de cuantificar, de
hacer un estudio epidemiológico de las enfermedades mentales.
En este siglo cada psicopatólogo proponía su propia clasificación, según dice Kendell (1975): “Cada alienista
respetable y cada profesor tenían su propia clasificación”. Zilboorg cita a Berlioz que dijo: “… que después de
que concluían sus estudios, un retórico (licenciado en literatura) escribía una tragedia y un psiquiatra
escribía una clasificación”.
Hay un claro deseo unificador en Kraepelin, que se convirtió en una figura de autoridad clara para la
psiquiatría europea. En América, la reacción anti – kraepeliana y la afluencia de psicoanalistas, produjo un
movimiento antinosológico que llevaría a la Oficina del Censo norteamericana en 1908 a decir que “la
presente condición con respectó a la clasificación de los trastornos mentales es caótica”, por lo que pidió a la
APA de entonces que desarrollara una nosología estándar que facilitara la obtención de estadísticas
nacionales.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
En 1918 se publica el Manual Estadístico para uso de las instituciones con enfermos mentales. Consta de 22
diagnósticos que están especialmente circunscritos a las psicosis con una posible patología neuroquímica.
Esta clasificación no tuvo ningún éxito por las siguientes razones:
Poca utilidad por su limitación en el número y tipo de cuadros psicopatológicos que reconocía. Resultaba
muy difícil encajar a los pacientes en tan pocas categorías.
Demasiados prejuicios antinosológicos en el establishment psiquiátrico. Lo cual llevaba a una bajísima
fiabilidad en el diagnóstico.
Poco interés práctico, por su fin casi exclusivamente estadístico.
CIE-6 Y DSM-I
En 1948, tras la II Guerra Mundial, la OMS puso en marcha, por primera vez, la inclusión de un apartado
sobre trastornos mentales dentro de su ICD 6. Simultáneamente la APA publica el DSM I, que amplía el
número de trastornos que recoge, con respecto a la clasificación previa e incluye trastornos somatoformes,
reacciones al estrés y trastornos de personalidad.
Hasta 1948, las anteriores ICD solo se dedicaban a catalogar enfermedades de tipo médico/orgánico, no
incluían los trastornos mentales. Es un momento claramente explosivo de la psicología americana y mundial,
es el momento de despegue también de la psiquiatría.
La ICD 6 no tuvo mucho éxito, y su aceptación internacional fue limitada. Las causas posibles según Stengel:
sesgos teóricos, escepticismo frente al diagnóstico y criterios de clasificación de naturaleza muy abstracta e
interpretativa que producían confusión. El DSM I tuvo más aceptación en USA, aunque se granjeó fuertes
críticas debido a la poca fiabilidad diagnóstica que generaba.
CIE-8 Y DSM-II
La ICD 8 se aprobó por la OMS en 1966, se cree que el retraso en la aparición de un glosario que especificara
los términos de forma operativa redujo su impacto. En esa misma época, también se produjo una revisión
del DSM, de forma que se hizo compatible con la ICD 8. Esta nueva edición resultó muy insatisfactoria por
una cierta desorganización en su estructura, y por una indefinición en sus criterios. Se mantuvieron los
criterios psicoanalíticos que estaban presentes en el DSM I. La influencia psicodinámica en esta época era
todavía muy importante.
La insatisfacción con las nosologías al uso, llevó a Feighner et al. (1972) a publicar criterios para clasificar,
con una mejor fiabilidad y validez, las 16 alteraciones siguientes: esquizofrenia, depresión, manía, trastornos
afectivos secundarios, neurosis de ansiedad, neurosis obsesivo – compulsiva, neurosis fóbica, histeria,
trastorno de la personalidad antisocial, alcoholismo, dependencia de drogas, retraso mental, síndrome
orgánico cerebral, homosexualidad, transexualismo y anorexia nerviosa. Este grupo de la Universidad de
Washington de St. Louis tenía una orientación principalmente neurobiológica. Se mejoró la fiabilidad de los
resultados mediante la descripción cuidadosa de los criterios de exclusión e inclusión dentro de cada
categoría.
DSM-III
Robert Spitzer lideró un grupo de la APA para poner en marcha una reforma del DSM II. El DSMIII tenía como
novedades:
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Era multiaxial: cinco ejes. El I para los trastornos, el II para los trastornos de personalidad, el III para los
trastornos médicos, el IV para los estresores psicosociales y el V para el nivel de funcionamiento
Se incluyeron criterios específicos para todos los trastornos salvo el esquizoafectivo.
Se incluyeron en cada trastorno una multitud de detalles que lo contextualizaban (p. ej.: edad de
comienzo, curso, complicaciones, etc.)
Se excluyeron todos los términos que pudieran suponer un trasfondo teórico que se quería evitar (p. ej.:
neurosis).
El DSM III consiguió algo que no se había alcanzado hasta ese momento, ser un sistema diagnóstico
ampliamente aceptado en USA, tanto en la clínica como en la investigación. En el caso de la investigación, su
prevalencia puede decirse que es universal. El DSM elimina la palabra enfermedad y se centra en la
caracterización de los trastornos siguiendo una visión ateórica. Siguiendo la estela de Feighner, presta
especial atención a las definiciónes óperativas, y establece el criterió de que lós síndrómes tienen que tener
una especial “significación clínica” para ser llamadós trastórnós.
DSM-V
Características
diagnósticas. Se
describen los
criterios específicos.
Características
asociadas de apoyo
al diagnóstico.
Prevalencia.
Desarrollo y curso.
Factores de riesgo y Cuestiones culturales relacionadas
pronostico. con el diagnóstico.
Modificadores del curso.
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La ICD 9 no cumple aún con los criterios que debe reunir un sistema que se pueda utilizar en
investigación (p. ej.: un conjunto de criterios específicos y explícitos que permitan caracterizar un
trastorno), aunque incluía un glosario que aportaría descripciones más específicas a cada trastorno.
La ICD 10 fue publicada en los años 90, y hay dos versiones, una para clínicos y otra para propósitos de
investigación.
La ICD 11 es la versión más actual, hay una gran similaridad estructural con el DSM V, aunque persisten
pequeñas diferencias.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Ideas básicas
La percepción supone el procesamiento y reconocimiento de la información que llega a la corteza cerebral a
través de los sentidos. No se trata de una mera copia de la realidad, sino que es un proceso constructivo
mediante el que se interpretan los datos sensoriales. La percepción está condicionada por nuestra historia
de aprendizaje, por lo que ante el mismo estímulo dos personas pueden interpretar cosas diferentes.
Clasificación
Distorsiones perceptivas/sensoriales:
Intensidad. Engaños perceptivos:
Cualidad. Alucinaciones.
Tamaño/forma. Pseudoalucinaciones
Ilusiones.
Percepción e imaginación
Se hace en función de
Distorsiones perceptivas/sensoriales
Las distorsiones sólo son posibles mediante el concurso de los órganos de los sentidos. Se producen cuando
una estimulación que está fuera de nosotros es percibida de forma distinta a como cabría esperar dadas sus
características físicas. Esta distorsión puede deberse a anomalías en la percepción de la intensidad, de la
cualidad, del tamaño/forma o ilusiones.
Son distorsiones alteradas de manera cuantitativa. Pueden ocurrir tanto por exceso (hiperestesia) como por
defecto (hipoestesia). Cuando existe una falta de percepción se llama anestesia.
Cuando hablamos de la percepción del dolor diríamos que puede tratarse de hipoalgesia e hiperalgesia, y la
falta de percepción del dolor sería analgesia. En el caso del sonido la distorsión perceptiva se llama
hipoacusia o hiperacusia. La hiperacusia no sólo se manifiesta en depresiones o en alteraciones del estado
de ánimo, sino en situaciones cotidianas, como por ejemplo durante la resaca o las migrañas, que sentimos
que la intensidad del sonido es mayor que cualquier otro día.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Las hiperestesias o hipoestesias visuales se dan en personas que tienen sus percepciones visuales
intensificadas o reducidas, se dan tanto en cuadros neurológicos como en trastornos mentales.
Las anomalías referentes a la intensidad como al dolor son frecuentes en alteraciones neurológicas y
psiquiátricas. En concreto:
La ansiedad y los trastornos depresivos, así como las resacas debidas al alcohol o las migrañas pueden
incrementar la sensibilidad del ruido
La hipomanía, los que tienen auras epilépticas o consumen LSD pueden tener hiperestesia relacionadas
con el color. Esta anomalía también se relaciona con estados emocionales positivos (sentirse
enamorado)
Se describen estados de reducción de la intesidad sensorial auditivas, gustativa u olfativa en la depresión
o en el delirium
Existen dos tipos de anomalías en la percepción del tamaño (dismegalopsias), percibir objetos a escala muy
reducida o muy lejanos respecto a lo que cabría esperar (micropsias) o ver objetos más grandes o más
cercanos de lo normal (macropsias). Cuando estos fenómenos tienen lugar con percepciones sobre nuestro
propio cuerpo hablamos de autometamorfopsias.
Podemos encontrar que, en ocasiones, hay personas que dicen que ven sus manos y pies mucho más
grandes de lo que objetivamente son o mayores de lo que otro observador diría que son. Se trata
frecuentemente de pacientes con lesiones en el lóbulo occipital o con episodios agudos de esquizofrenia,
aunque no son los únicos casos. Las anomalías en la percepción de la forma son llamadas dismorfopsias
Se trata de cambios cualitativos. Este tipo de anomalías van asociadas a las anteriores. Cuando una persona
presenta distorsiones cuantitativas también tiende a tenerlas cualitativas. Estas anomalías se refieren a la
nitidez con la que observamos las cosas, visiones coloreadas, alteraciones de los sabores, etc. Muchas veces
se relaciona con el consumo de drogas como la mestalina. También se observan estas anomalías en
personas con problemas neurológicos que, por ejemplo, afirman que el azúcar sabe a excrementos o que
cuando ven un cuadro lo perciben como completamente negro a pesar de que son capaces de reconocer los
colores.
Aglutinación Diversas modalidades sensoriales se integran en una sola. Un caso particular es la sinestesia
Se producen en lesiones neurológicas con el uso de drogas psicodislépticas y más rara vez en la esquizofrenia
Ilusiones
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Son llamadas así porque representan otro nivel de distorsión de la realidad. Son percepciones equivocadas
de estímulos donde se mezcla el objeto percibido con una “imagen mental”. Reed definió la sensación de
presencia, que consiste en sentir que no estamos solos aunque así sea.
Otro fenómeno ilusorio son las pareidolias, que son anomalías que tienen lugar cuando la persona desvía su
atención ante estímulos poco estructurados como las llamas de una chimenea o las manchas de una pared.
Se mezclan estímulos reales con irreales. Un ejemplo de esto sería la cara de Marte, una supuesta cara
plasmada en el relieve del planeta, que supuso una pelea entre los estudiosos de los OVNIS y los
astrónomos. Estas pareidolias no son patológicas, probablemente lo patológico sería ser incapaz de crearlas.
No se deben confundir con el delirio, ya que las pareidolias pueden ser inducidas de forma voluntaria
mientras que el delirium es involuntario y este último es indistinguible de la realidad.
La imaginación es una experiencia interna en la que no existe conciencia de realidad, sin embargo, hay
personas que dicen tener unas imágenes tan vívidas y detalladas que parecen tener cualidades casi
fotográficas, y a este tipo de fenómeno imaginativo se le llama imaginación eidética.
Las alucinaciones son la percepción de algo que no existe, o también, como decía Ball, percepciones sin
objeto, ver a alguien que no está realmente ahí, sentir que me pellizcan sin que nadie me esté tocando o que
me insultan cuando nadie lo está haciendo. Estas percepciones sin objeto adquieren las mismas cualidades
que cualquier percepción real para la persona que las sufre.
Es una experiencia sensorial perceptiva usual para el paciente. La experiencia alucinatoria es concreta,
tangible, nítida y objetiva, independiente de la voluntad de la persona que la experimenta. Contrasta con la
imaginación o la fantasía, donde uno mismo trae deliberadamente imágenes mentales. “Generalmente” se
localizan en el espacio externo objetivo, quien oye la voz no suele oírla entro de él, sino que la escucha
fuera, como si alguien le hablara. Aunque en ocasiones los pacientes aseguran que les habla su estómago, o
su muslo.
Es importante saber que las alucinaciones tienen relevancia conductual. La alucinación provoca conductas,
emociones y pensamientos graves, molestos y angustiantes para la persona. No obstante, las alucinaciones
no siempre tienen la claridad y nitidez de una percepción “normal”, sino que pueden variar en su grado de
realidad. La persona que ve o escucha el fenómeno que no está ahí y pone en duda su existencia se dice que
sufre una pseudoalucinación, o lo que Griessinger denominaría alucinación pálida. Este fue el primer autor
que distinguió los dos tipos de alucinaciones al hablar con pacientes que habían perdido a un ser querido y
remitían verle sentado en el sofá o escuchar su voz aun sabiendo que esto era imposible. Son fenómenos
alucinatorios donde la persona tiene juicios de realidad (insight).
El insight está menos dañado que en las alucinaciones (conciencia de realidad). Es una distinción que carece
de justificación psicopatológica, aunque se encuentra en los manuales, carece de justificación porque la
presencia de insight no es una cuestión de todo o nada, sino de gradación. Saber que una alucinación no es
real no quiere decir que no sea generadora de sufrimiento. Es difícil distinguir entre alucinación y
pseudoalucinación, ya que en muchas ocasiones incluso los pacientes esquizofrénicos crónicos, con el
tiempo, comienzan a poner en duda la credibilidad y existencia real de las voces que escuchan.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
A veces, las experiencias alucinatorias no se dan en personas con problemas psicopatológicos, sino que están
presentes también en personas “sanas” o sin diagnósticos. Son típicas en el tránsito de la vigilia al sueño,
donde se denominan hipnagógicas, y cuando se producen en la transición del sueño a la vigilia serían
hipnopómpicas.
Complejidad
La mayoría de las alucinaciones pertenecen al boque de las alucinaciones elementales. Sin embargo, cuando
hablamos de trastornos mentales graves como la esquizofrenia se presentan alucinaciones complejas, como
voces. Hay que tener en cuenta un criterio adicional, cuanto menos elaboradas sean las alucinaciones más
probable es que se deban a causas bioquímicas, neurológicas o fisiológicas. Sin embargo, cuanto más
elaboradas sean es más probable que se deban a trastornos mentales graves como la esquizofrenia.
Contenido o tema
Las alucinaciones siempre están relacionadas con la historia del sujeto, con sus conflictos particulares. Los
contenidos de los que están compuestas las alucinaciones no caen del cielo, sino que son una expresión de
los conflictos personales como la culpa, la vergüenza o la soledad. Por otro lado, hay ciertas situaciones que
pueden predisponer a sufrir alucinaciones, como los casos extremos de deprivación sensorial. El contenido
de las alucinaciones está muy relacionado con el contenido de los delirios.
Modalidad sensorial
Pueden presentarse en una modalidad sensorial o más de una, en el segundo caso se habla de alucinaciones
múltiples o mixtas. No hay ninguna modalidad sensorial vinculada a un trastorno concreto, aunque una
alucinación únicamente debería alertarnos de un síndrome orgánico o cerebral, y las auditivas deberían
alertarnos de trastornos mentales como la esquizofrenia. No obstante, esto no siempre es así, hay que
descartar primero un problema orgánico.
Auditivas Son las más frecuentes en todos los campos. Pueden presentarse de manera simple o
compleja. Las más elementales son mucho más frecuentes, tanto en problemas orgánicos como
psicopatológicos, hablamos de ruidos, pitidos, gruñidos, crujir de muebles, zumbidos (acoasmas)… En la
esquizofrenia, a medida que avanza el tiempo se convierten en más complejas. Las alucinaciones
auditivas casi siempre empiezan de forma simple. Las más comunes son las verbales (voces), lo que es
prueba de la influencia e importancia del lenguaje como forma de adaptación al medio. El paciente no
atribuye la proveniencia de las alucinaciones auditivas siempre al exterior, en ocasiones las sitúan en el
propio cuerpo, pueden provenir del estómago, provenir de animales domésticos, a veces se escuchan
solo por un oído durante un periodo muy corto de tiempo…
Existe una variedad increíble en las alucinaciones auditivas. Según sean las características de las
alucinaciones, estas pueden percibirse en segunda persona “mátate” (ejemplo de depresión grave) y se
llaman alucinaciones imperativas. Este tipo de alucinaciones ejercen mucho poder sobre la persona que
las escucha, muchas veces estas personas se ven obligadas a obedecer. En la depresión estas
alucinaciones se vinculan a delirios, la persona se siente arruinada, culpable y siente autodesprecio. En
otras ocasiones las alucinaciones se perciben en tercera persona, a modo de frases o conversaciones que
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
la persona escucha y cuya temática tiene relación con el paciente (propias de la esquizofrenia). A veces,
las voces pueden referir contenidos de pensamientos que la persona acaba de tener, se repite después
de un tiempo un contenido pensado previamente, este tipo de alucinaciones se llaman sonorización del
pensamiento o locución del pensamiento. En otros, casos, las voces reproducen pensamientos que
acaban de tener lugar, y es lo que se conoce como eco del pensamiento, al ocurrir inmediatamente
después. También existe el eco de lectura que ocurre cuando la persona está leyendo. Las alucinaciones
pueden ser amigables o terroríficas, en el consumo de sustancias pueden darse alucinaciones amigables,
pero en trastornos como la esquizofrenia o la depresión son terroríficos. Todos los pacientes cuando
oyen voces se preguntan por su origen
Visuales no son exclusivas de los trastornos orgánicos, pero son más propias de estos que de los
trastornos mentales. Son las segundas más comunes. Pueden ser también elementales o complejas. Con
las elementales hablamos de destellos, flashes de luz… (fotopsias o fotomas).
Pueden ser muy complejas y tratarse de animales, personajes históricos… Cuando son tan complejas se
pueden observar a escala muy reducida o muy lejanos, en cuyo caso hablamos de alucinaciones
liliputienses o a escala muy amplificadas o cercanas, y hablamos de alucinaciones gulliverianas. Este tipo
de fenómenos visuales, especialmente las liliputienses, por lo general son síntoma del síndrome de
Charles Bonet, se trata de ancianos que tienen problemas de causa orgánica, y se dan estas
alucinaciones especialmente al anochecer. Estas visiones en el síndrome de Charles Bonet no llevan
consigo un delirio, la persona simplemente las ve, pero no cree en lo que está viendo.
Olfativas y gustativas Aunque están descritas en los libros tienen una difícil distinción semiológica, no
se puede distinguir si lo que se está teniendo es una alucinación o una percepción delirante. Por lo
general se trata de olores y sabores desagradables o nauseabundos (olores de gas, azufre, sustancias
químicas o pestilentes). En otras ocasiones pueden ser olores agradables (perfumes, olores de esencias o
flores), estos son propios de los delirios de grandeza o la manía bipolar. También se dan olores o sabores
de carácter indefinible, olores y sabores jamás sentidos, misteriosos e inefables, con una carga
emocional de angustia o voluptuosidad. Según la repercusión que tiene sobre el paciente se clasifican
como de carácter: peligroso/agresivo, erótico, repulsivo (putrefacción orgánica: olores fecales, cadáver,
gangrena) y místico. Cuando este tipo de alucinaciones se presentan solas, sin voces ni alucinaciones
visuales deben alentarnos de epilepsia del lóbulo temporal.
Táctiles o hápticas Son alucinaciones somáticas bastante frecuentes en las psicosis. Pueden
presentarse en forma de experiencias táctiles o hápticas, por ejemplo, sensaciones de ser tocado,
pellizcado, estrangulado, manoseado sexualmente… Son sensaciones de roce, presión, tocamientos o
sensaciones subcutáneas muy intensas (descargas eléctricas por dentro, notar insectos circulando bajo la
piel [delirio de formicación], sensaciones viscerales muy fuertes…). Los libros dividen este tipo de
alucinaciones entre activas y pasivas. En las activas es la persona la que toca algo que no existe, mientras
que en las pasivas la persona nota que alguien o algo la toca a ella.
Cinestésicas Son también alucinaciones somáticas referidas al movimiento del cuerpo o partes del
mismo (percepciones álgicas). Son bastante frecuentes en esquizofrenia y otras psicosis. Por ejemplo, en
el párkinson antes de verse el temblor muchas personas experimentan este tipo de alucinaciones
(pródromos), son signos que anticipan el diagnostico.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
En general, los pacientes con alucinaciones debido a alteraciones orgánicas se encuentran aterrorizados por
ellas, y se pueden volver extremadamente suspicaces. La excepción son las alucinaciones liliputienses, que
pueden ser vistas con agrado.
Los pacientes con trastorno depresivo grave pueden tener alucinaciones auditivas que les atacan o que les
indican que se maten. Su efecto no es terrorífico, ya que coinciden con lo que ellos piensan, a veces
Los pacientes con esquizofrenia aguda experimentan normalmente las alucinaciones como amenazantes.
Algunos pacientes esquizofrénicos crónicos, sin embargo, pueden convivir con sus alucinaciones con mayor o
menor indiferencia. Los pacientes psicóticos pueden ocultar sus alucinaciones, ya que saben que es un signo
de anormalidad.
Las alucinaciones suelen ir acompañadas de un informe verbal claro (es decir tiene las características de
precisión de la descripción de una percepción) La presencia de alucinaciones suele conllevar, sobre todo en
su inicio, respuestas emocionales y conductuales.
Delirios y alucinaciones no se dan siempre conjuntamente. Casi todos los que alucinan tienen delirios, pero
sólo un 35% de los que deliran tienen alucinaciones.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Cuanto más complejas y formadas estén las alucinaciones más probable es que se deban a trastornos
funcionales
Arousal inducido por estrés el aumento del Estimulación ambiental se favorecen las
estrés está relacionado con una mayor alucinaciones con estimulación poco
probabilidad de alucinaciones estructurada e intensidad moderada
Factores predisponentes menor capacidad El refuerzo la alucinación como mecanismo
intelectual y más sugestionabilidad de reforzamiento negativo mediante la
reducción de la ansiedad
Las expectativas
Psicosis
Esquizofrenia
Las alucinaciones suelen ser auditivas, aunque también pueden ser visuales, somáticas, olfativas, táctiles
y gustativas.
Las alucinaciones auditivas suelen ser acusadoras, demandantes o imperativas en el comienzo agudo.
Después pueden variar el tono.
1) Comentan las propias acciones del paciente, hablan de ellos en tercera persona
2) El paciente oye sus pensamientos en voz alta. Las alucinaciones visuales suelen ser complejas, se
acompañan de alucinaciones en otras modalidades y relativamente continuas.
Trastornos afectivos
Episodio depresivo
Se dan en el 25% de los casos. Suelen ser auditivas y estar en consonancia con su estado afectivo. Son
acusadoras, culpabilizadoras, que le insultan, etc.
Episodio maníaco
Se dan en el 25% de los casos. También suelen ser auditivas y acordes con el estado de ánimo. Suelen ser
más breves, y no imperativas.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Síndrome orgánico del estado de ánimo Similares a las que se dan en los trastornos del estado de
ánimo. Más frecuentes en fase maníaca que en la depresiva
Deficiencias sensoriales Deficiencias sensoriales en la vejez. Síndrome de Charles Bonnet.
Alteraciones fisiológicas Variaciones fisiológicas extremas: temperatura, líquidos, alimentos, aire, etc.
Enfermedades del SNC Lesiones focales del cerebro. Epilepsia del lóbulo temporal.
Complicaciones quirúrgicas Quetamina. Miembro fantasma. Dolor fantasma.
Teorías dinámicas
De acuerdo con esta perspectiva, las alucinaciones serían el vehículo para aflorar deseos internos
Teoría de L. West Si el arousal cortical se mantiene intacto, y el input sensorial es insuficiente, puede
que la “percepción” se organice con materiales internos más que externos. Las alucinaciones se verían
favorecidas en situaciones de bajo input sensorial (como en la deprivación sensorial)
Teoría de Ch. Frith De acuerdo con esta teoría, la alucinación se produce por un fracaso en el filtrado
de las hipótesis preconscientes de la estimulación visual. Ese fracaso se produciría en los casos en los
que se saturara a la conciencia filtradora, bien cargándola con más trabajo por exceso estimular, o bien
por la presencia de la ambigüedad.
Horowitz. Las alucinaciones surgen de un especial desequilibrio en favor de imágenes mentales muy vívidas,
en circunstancias en las que la información exterior es tenue o ambigua.
Teorías de la subvocalización
Esta teoría es adecuada sólo para las alucinaciones auditivas. El movimiento de los músculos fonatorios
acompaña al pensamiento interno. Es posible entonces que el “habla interna” se malinterpretada como
voces, según Hoffman porque no son reconocidas como propias o “voluntarias”
Las alucinaciones serían el resultado del fracaso de la habilidad metacognitiva para evaluar y/o discriminar
la realidad. De acuerdo con ellos habría ciertos factores que favorecerían ese fallo: Arousal inducido por
estrés, factores predisponentes, estimulación ambiental, el papel del refuerzo y las expectativas
Modelo de Morrison
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Las imágenes hipnagógicas son percepciones que ocurren cuando se está empezando a dormir, mientras que
las hipnopómpicas suceden al despertar.
Se caracterizan por ser percepciones sin objeto que se dan en un momento de reducción del nivel de
conciencia. Pueden ser auditivas (más frecuentes), visuales o táctiles. No indican por sí mismas un trastorno
psicopatológico
Pueden darse conjuntamente con la narcolepsia, la cataplexia y la parálisis del sueño. También son
secundarias a estados tóxicos, producidos por esnifar pegamento, fiebre agudas, estados post-infección y
ansiedad fóbica.
Imágenes mnémicas
Son imágenes de los recuerdos, que son voluntarias y tienen poca viveza y nitidez
Imágenes eidéticas
Son un tipo especial de imágenes mnémicas, de carácter sensorial. Esos “recuerdos sensoriales” son
percibidos “con un carácter espacial, objetivo”, pero son siempre considerados como “no reales” o
producidos internamente. Son más frecuentes en los niños. Un ejemplo sería el déjà vu.
Son las llamadas imágenes negativas producidas por un exceso de estimulación previo a la experiencia
Imágenes parásitas
Son imágenes que aparecen cuando el individuo no fija su atención en ellas, pero desaparecen cuando
centra en ellas su atención. Por ejemplo, “las imágenes obsesivas”
Son subjetivas y autónomas, y el individuo no les da estatuto de realidad. Pueden ser visuales o auditivas. Se
deben normalmente a alteraciones orgánicas como las debidas la fiebre o al consumo de drogas.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Es tan importante la información que nos dan los pacientes como la información no verbal que podemos
intuir a través de la observación. La psicomotricidad es algo a tener en cuenta a la hora de trabajar, a partir
de la observación de los gestos, posturas y forma de moverse de las personas podremos presuponer diversos
rasgos. Es habitual que personas con patologías presenten alteraciones psicomotoras.
Áreas cerebrales
Agitación Psicomotora
Es un estado de marcada inquietud psicomotora en el cual hay un aumento incontenible de la motilidad y
sensación de tensión interna. En casos extremos se manifiesta como furor. El paciente se mueve
constantemente sin objetivo o bien mueve sus miembros sin desplazarse.
Los trastornos mentales orgánicos alteración psicológica de origen orgánico. A menudo se llama
también delirium (alteración del nivel de conciencia), también conocido como síndrome confusional.
De base primaria: se debe a un daño producido directamente en el cerebro.
De base secundaria: deficiencia en otros órganos que producen un daño cerebral.
El consumo de sustancias intoxicación, abstinencia. También hay delirium
Los trastornos psicóticos Síntomas positivos: Son anómalos por su presencia, voces y delirio
Delirio Alteración del pensamiento Cree en algo que no es (el vecino quieres hacer daño).
En medio del delirio, sobre todo si es de persecución, la persona estará agitada.
Los trastornos afectivos puede haber agitación o todo lo contrario, como en las depresiones, y en
otros casos hay únicamente agitación, como en la manía.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Los trastornos de personalidad hay algunos trastornos que cursan más con agitación que otros, como
el trastorno límite de la personalidad, el trastorno antisocial o el trastorno histriónico. Cuando las
personas que sufren estos trastornos están agitadas suele deberse a que se encuentran en situaciones
adversas que no saben manejar.
Las reacciones psicógenas reacciones de agitación ante situaciones adversas como una pérdida o una
separación.
Los estados de disminución psicomotora que cursan con diversas patologías son los siguientes:
Otras alteraciones
Temblor trastorno del movimiento de tipo hipercinético y regular. Son movimientos involuntarios de
oscilación rítmica y regular, más o menos amplia, que afectan a las partes distales de las extremidades.
Manierismo posturas o movimientos voluntarios realizados de forma repetida, cuyo resultado final
resulta extravagante, afectado o idiosincrático.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
El término de “esquizofrenia” fue acuñado por Bleuler. Para este autor la característica principal de la
esquizofrenia sería la falta de asociación entre estímulos, hoy en día los sistemas diagnósticos no se
interesan en esta carencia de relación, sino en la aparición de delirios y alucinaciones. Los trastornos del
pensamiento se clasifican en:
Trastornos Formales
Taquipsiquia vs bradipsiquia cuando el habla de una persona presenta una variedad muy infrecuente de
ideas y temas que pasan por la cabeza con mucha rapidez se habla de pensamiento taquipsíquico, en el polo
opuesto se encontraría la bradipsiquia, lentitud verbal y pobreza de ideas. Por ejemplo, en la manía del
estado bipolar encontraríamos casos de taquipsiquia, y en los casos de depresión mayor se daría la
bradipsiquia.
Perseveración consiste en la repetición de palabras, ideas o temas, el paciente se queda fijo en una idea o
tema y vuelve a él constantemente. Puede estar relacionado con la complejidad del tema que se esté
tratando, cuanto más complejo sea más probabilidad hay de que se produzca perseveración. La
perseveración es típica de trastornos orgánicos o trastornos del espectro autista. Una manifestación de la
perseveración es la prolijidad, pensamiento prolijo o circunstancial, que es la respuesta a preguntas con un
detalle excesivo y no relevante. La persona explora todo tipo de asociaciones y conexiones antes de volver al
hilo principal. Este tipo de personas suelen ser conscientes de su problema y piden disculpas.
Descarrilamiento fuga de ideas y pérdida de asociaciones, las ideas se yuxtaponen sin sentido. Por
ejemplo, un paciente entra en consulta y cuando el psiquiatra le saluda el paciente le dice “¿Ud. se pone
de pie para saludarme, no cree en la pleitesía? Yo depende del tomate que tenga entre manos, el
tomate peninsular es preferible al canario”. En el descarrilamiento no se pierde la sintaxis de las
oraciones.
Incoherencia también conocida como esquizofasia, parapragmatismos o ensalada de palabras. Se
ignoran las leyes de la sintaxis y se mezclan palabras. Por ejemplo, se le pregunta a un paciente qué
piensa de la crisis y este responde “ellos están destruyendo castillos y aceite solo para hacer jabón. Si
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
necesitamos jabón cuando tú puedes saltar a una piscina de agua y entonces cuando tú vas a comprar
gasolina, pero la mejor cosa para obtener es aceite de motor y dinero”. A veces la incoherencia se
muestra en forma de pararrespuestas, son respuestas provocativamente erróneas a las preguntas
formuladas.
Neologismos son palabras inventadas y que no podemos comprender de dónde vienen. Son muy
frecuentes en trastornos mentales como la esquizofrenia o la manía. Ejemplos: mamérica, nacos, opecu,
maustralia.
Habla distraída la persona cambia completamente de tema según los estímulos ambientales. Por
ejemplo: “Dejé San Francisco y me mudé a… ¿Dónde compró esa corbata? Parece como sacada de los años
50… Me gusta el clima cálido de San Diego… ¿Es una concha eso sobre su escritorio? ¿Ha ido alguna vez de
buceo?
Autorreferencia el paciente lleva el tema hacia sí mismo. Ejemplo: alguien pregunta qué hora es y quien
responde dice “las siete, ese es mi problema, que nunca sé qué hora es”.
Tangencialidad la persona responde de manera tangencial a las preguntas que se le hacen. Se diferencia
de las pararrespuestas en que estas son más involuntarias. Por ejemplo, - ¿cuántos años tienes? + Tantos
como las pirámides que se van desintegrando.
Alogia es uno de los llamados síntomas negativos de la esquizofrenia, síntomas que se refieren a déficits
respecto al funcionamiento normal. Se expresa como un empobrecimiento del habla y del contenido.
Pobreza del habla lenguaje vacío y no fluido. Disminución del habla espontanea, respuesta breve y
fragmentada a las preguntas.
Pobreza del contenido del pensamiento el lenguaje es fluido pero vacío, no da a penas información.
Bloqueo o interrupción del pensamiento ruptura súbita del curso del pensamiento sin que haya ningún
estímulo aparentemente distractor. Este suceso varía mucho en personas que padecen problemas
psicopatológicos frente a aquellas que no los presentan. A menudo las personas con psicosis que
experimentan este fenómeno piensan que se trata de un robo, lo que genera un terror enorme en el sujeto.
Delirios
Los delirios son muy complejos y difíciles de definir conceptualmente, pero nos quedamos con las siguientes
definiciones:
Juicios falsos, que se caracterizan porque el individuo los mantiene con gran convicción, que no son
influenciables ni por la experiencia ni por conclusiones irrefutables, y que además su contenido es
imposible. –Jaspers.
Se mantienen con absoluta convicción. Se experimentan como una verdad evidente, con una gran
trascendencia personal. No se dejan modificar por la razón ni la experiencia. Su contenido es a menudo
fantástico o cuanto menos intrínsecamente improbable. Las creencias no son compartidas por otros
miembros del grupo social o cultural. – Mullen.
Forma
La forma que toma el delirio nos permite saber si estamos ante una persona que presenta una psicosis o una
depresión.
Primarios
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
También conocidos como verdaderos, autóctonos o metafísicos. Este tipo de ideas delirantes aparecen
gratuitamente y de forma súbita, con plena convicción y sin aparente relación con los sucesos de la vida del
individuo. A este tipo de delirios se les llama ontológicos, se refieren a creencias que expresan la
preocupación por lo que es real, la persona se pregunta por el sentido de la experiencia. Este tipo de delirios
se dan casi siempre en psicosis como la esquizofrenia.
Atmósfera delirante: también conocida como humor delirante, trema delirante o temple delirante, y
consiste en la experiencia subjetiva de que el mundo ha cambiado de forma extraña y hostil y la persona
se encuentra inquieta.
Intuición delirante: también se llama ocurrencia delirante y es como una corazonada,
fenomenológicamente es indistinguible de una ocurrencia. Por ejemplo, un paciente lleva un tiempo
viviendo en esa atmosfera delirante y notando que algo no va bien, y de repente se da cuenta de que las
iniciales de su nombre se corresponden con un mensaje Emilio Esteban Álvarez Diaz → Eres El Asesino
de Dios. La forma del delirio esquizofrénico se da en forma de
Percepción delirante: consiste en la interpretación injustificada y con un nuevo significado de lo que es
una percepción real. Por ejemplo, el bolígrafo rojo que tienes encima de la mesa significa que te van a
matar.
Recuerdo delirante: algunas ideas delirantes están relacionadas con hechos del pasado, pero se
reinterpretan con un nuevo significado.
La acumulación de todas estas ideas delirantes dan lugar a un sistema delirante que puede ser:
1. Delirios sistematizados: son de marcha lenta y giran en torno a un solo tema. La persona que los sufre
está perfectamente orientada, pero toda su vida gira alrededor de ese delirio.
2. Delirios no sistematizados: son más caóticos y no siguen un hilo argumental. La persona que los sufre
tiene unas ideas muy cambiantes.
Secundarios
Provienen de la necesidad subjetiva de dar explicación a fenómenos o experiencias que tienen lugar en el
propio individuo. Por ejemplo, se crea un delirio como consecuencia de un fenómeno alucinatorio. También
se les llama ideas deliroides. En las depresiones psicóticas o melancólicas se presentan casi siempre este tipo
de delirios.
En psicopatología fenomenológica se les conoce como delirios ónticos o epistemológicos. Son referidos a la
vida de uno mismo, para confirmar ideas que el sujeto ya tenía sobre sí mismo o para explicar alucinaciones
previas.
Contenido o tema
Los temas pueden ser muy variados y no excluyentes, se pueden dar varios temas mezclados.
Delirio de persecución la naturaleza del individuo o del grupo está relacionada con el motivo de la
persecución. Es propio de la esquizofrenia paranoide. El sujeto se siente oprimido, mal considerado, se
muestra desconfiado ante la conducta de su entorno porque percibe que alguien o algo quiere dañarle a
él o a su grupo.
Ejemplos:
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Delirio celotípico relativo a los celos de la pareja sexual por una supuesta infidelidad. Se da mucho
más en hombres que en mujeres, y se observa frecuentemente en personas con alcoholismo. Las
llamadas, los gestos, los movimientos… todo son señales claras que el sujeto celotípico es capaz de
descifrar.
“No hay dudas, disimulan, pero yo lo noto”.
“Los amantes se disfrazan, pero los reconozco”.
Idea delirante de referencia el sujeto piensa que todo tiene un sentido particular para él mismo.
Suele darse en la esquizofrenia.
“La gente murmura al pasar a mi lado, me miran, hablan de mí y me señalan”.
Una mujer está convencida de que los programas de radio van dirigidos a ella; cuando radian recetas
de cocina quiere decir que debe prepararlas para su hijo.
Idea delirante de grandeza también llamados delirios megalomaníacos o de alta cuna, el sujeto se
atribuye un origen ilustre, y se atribuye habilidades o potencias corporales inusuales. Consideran que
muy pocas personas pueden estar a su altura, puede encontrarse en ocasiones en episodios de manía
bipolar y en la esquizofrenia. En la esquizofrenia el sujeto considera que ha recibido un don como
salvador del mundo, y a veces se mezcla con delirios mesiánicos.
“Allí donde voy se me recibe con respeto evidente”.
“Los extraños se quitan el sombrero ante mí”.
“En los desfiles o en el teatro, la música comienza a sonar en cuanto aparezco”.
Idea delirante nihilista gira en torno a la no existencia del yo o de alguna de sus partes. El síndrome
de Cotard es nihilista, el sujeto piensa que le faltan partes del cuerpo o que no existe. El sujeto piensa
que no tiene cerebro, o que no necesita comer porque está vacío…
Idea delirante sexual también es llamado delirio erotomaníaco. El sujeto tiene delirios relacionados
con que está siendo estimulado sexualmente.
Idea delirante corporal a veces se incluyen en las ideas delirantes nihilistas o hipocondríacas.
Idea delirante hipocondríaca la persona cree que va a morirse de cualquier enfermedad. Ocurre a
menudo en las depresiones psicóticas.
Delirio de formicación el paciente cree estar infectado por parásitos.
Delirios místicos: el contenido siempre es de temática religiosa, debe diferenciarse de las ideas
religiosas. Suelen darse en psicosis de base orgánica (epilepsia)
Delirio mesiánico el sujeto cree que debe cumplir misiones encomendadas por Dios.
Delirio de culpa el sujeto se siente responsable de todo tipo de problemas no necesariamente reales.
Son personas con una vida normal y cuando sucede un acontecimiento importante (no siempre
negativo) comienzan a sufrir este tipo de delirios. Es propio de la depresión melancólica.
Delirio de ruina la persona piensa que ha llegado a la ruina económica. Es propio de la depresión
melancólica, hay que prestar atención al riesgo de suicidio.
Delirio de Sosías o síndrome de Capgrás es un síndrome de falsa identificación. El paciente cree que
personas importantes de su vida están siendo usurpadas por un impostor a pesar de tener la misma
apariencia física. Hay un riesgo de agresión a los supuestos usurpadores. Este delirio debe distinguirse
del síndrome de Frégoli.
Síndrome de Frégoli el paciente atribuye la identidad de alguien (generalmente su perseguidor) a
otra persona, se refiere solo a la realidad psicológica, no física.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Delirio de amor o síndrome de Clerembault o Erotomanía el paciente, generalmente una mujer, dice
que un personaje importante (un presentador de televisión, un actor, un príncipe…) está locamente
enamorado de ella. Estas personas acaban hostigando al personaje en cuestión a través de cartas,
llamadas, acudiendo a sus lugares de trabajo, y el síntoma de este delirio es que la negativa de ese
personaje ante la paciente se toma como signo de su amor.
Delirio de control o influencia giran en torno a la idea de que nuestros pensamientos pueden no ser
nuestros. Este tipo de delirios son propios de la esquizofrenia:
Robo del pensamiento: la persona cree que sus ideas de repente han sido robadas de su mente.
Inserción del pensamiento o alienación: creencia de que alguien o algo te pone los pensamientos, los
pensamientos del paciente no son suyos, sino que son depositados en su mente por algo externo.
Transmisión del pensamiento: también se llama difusión del pensamiento. El paciente piensa que las
ideas que él no ha manifestado son conocidas por todos, saben lo que piensa sin que él lo diga.
Ideas Obsesivas
Forma
El término “obsesión” deriva del término latín “obsidio”, que significa asedio. La persona se siente asediada
e invadida por el pensamiento obsesivo. Las obsesiones son mucho más habituales que las ideas delirantes,
pero tienen un significado clínico menos importante. Se trata de pensamientos, imágenes o impulsos muy
persistentes que se introducen en la mente y el sujeto vive como no voluntarias, generándole mucha
ansiedad y lucha interior. En ese sentido, las ideas obsesivas son egodistónicas, el sujeto no sintoniza con la
idea.
El sujeto se ve dominado por la idea, no puede escapar de ella, y precisamente por eso se llevan a cabo
rituales y compulsiones. Las ideas obsesivas son el síntoma de primer orden para el diagnóstico de TOC. La
función que cumplen esos rituales es liberar la ansiedad y la angustia por la idea obsesiva, y los propios
pacientes son conscientes de que sus ideas son un sinsentido, las perciben como absurdas (una clave para el
diagnóstico diferencial con los delirios), sin embargo, no pueden librarse de ellas. A diferencia de las ideas
sobrevaloradas (tipo de idea delirante), las ideas obsesivas no son gratas para el sujeto que las presenta, el
dominio y la resistencia son esenciales en las ideas obsesivas (otra clave para el diagnóstico diferencial con
los delirios).
Las ideas obsesivas se pueden presentar como pensamientos o frases intrusivas que producen malestar en el
sujeto. A veces se presentan como rumiaciones y preocupaciones, otras veces como dudas sobre acciones
llevadas a cabo (¿habré cerrado la puerta?) y en otras ocasiones como impulsos para llevar a cabo actos
agresivos (impulso de lanzarse por la ventana). Estos últimos producen especial malestar, por lo que, en
lugar de generar rituales, generalmente las personas que lo sufren evitan los lugares en los que esos
impulsos aparecen con más frecuencia.
Cuando los impulsos obsesivos generan estas conductas de evitación se les llama fobias obsesivas. La
posibilidad de que se cumplan esos impulsos es 0, la terapia trata de que la persona se permita exponerse a
esas ideas y situaciones para que no se patologice, no hay riesgo para la persona ni para su entorno.
Contenido o tema
Los temas sobre los que versan las obsesiones son muy variados y nunca excluyentes, aunque sí hay algunos
temas dominantes:
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
heces… Marks fue un psicólogo británico que estudio los trastornos de ansiedad, incluyendo el TOC. A
veces la gente teme a cosas raras y cotidianas, como la sopa de pollo o el chocolate. En algunos
pacientes la fobia puede ser muy específica, por ejemplo, temer a la rabia, pero no a otras
enfermedades.
Agresión pensamientos, ideas o impulsos relativos a la expresión física o verbal de la agresividad. Por
ejemplo, sentir impulsos de matar a alguien o arrojarle por la ventana.
Orden una obsesión sobre la colocación y orden de los objetos. Hay fenómenos obsesivos muy
llamativos, no es sólo que se piense que las cosas deban estar en un orden determinado e invariable,
sino que para llevar a cabo las tareas también siguen un orden absolutamente rígido.
Sexo al sujeto le invaden imágenes y pensamientos relacionados con el sexo que el sujeto percibe
como vergonzantes, acciones que él nunca realizaría. Es generador de mucha ansiedad sobre todo
cuando se relaciona con la temática religiosa.
Religión aparecen debates sobre los fundamentos de la fe, si sus creencias son auténticas o no, si es
un verdadero creyente o no… A veces los pacientes refieren ver imágenes tan vívidas que parecen
Pseudoalucinaciones.
Compulsiones
Es poco común encontrar a una persona con ideas obsesivas puras, casi siempre van acompañadas de una
serie de conductas repetitivas estereotipados que el sujeto también percibe como absurdas, pero no puede
resistir realizar. Son conductas repetitivas y sin sentido, ejecutadas de forma estereotipada y con la
imposibilidad de resistirse a su puesta en práctica. También son conocidas como rituales obsesivos. La
compulsión cumple la función de prevenir que tenga lugar un hecho improbable y liberar al sujeto de la
ansiedad.
Limpieza es el más frecuente, más de un 50% de personas con diagnósticos de TOC presentan esta
compulsión, y es más común en mujeres que en hombres. En ocasiones los pacientes evitan los lugares
en los que pueden aparecer situaciones en las que haya falta de limpieza, entonces se habla de fobia.
Habitualmente, por ejemplo, los rituales de lavado de manos se dan con recuentos (por ejemplo lavarse
las manos diez veces durante diez segundos) o extremadamente largos (por ejemplo duchas de una
hora).
“El buzón está sucio. Debo usar guantes y pinzas para coger las cartas, colocarlas en un plástico, que
no toquen la mesa ni la ropa”.
Recuento es también muy frecuente y se da habitualmente con la compulsión de limpieza. Los
rituales se repiten un número fijo de veces.
“Hay números buenos como el 4 y el 7 o malos como el 8”.
“Para beber agua tengo que contar el número de tragos”.
“Tengo que apagar la TV bajando el sonido para no oír la última palabra y evitar preguntarme
cuántas letras tiene, porque si la oigo siento la necesidad de buscar otra palabra con las mismas
letras”.
Comprobación son también muy frecuentes, se dan en todo tipo de acciones, no solo en
comprobaciones como apagar el gas o cerrar la puerta. Son rituales asociados a dudas, por ejemplo,
volver a pasar por la misma calle otra vez para comprobar que no he atropellado al vecino al que he
saludado.
Acumulación la persona que acumula tiene miedo a deshacerse de cosas aparentemente inservibles.
Generalmente sus obsesiones no les parecen absurdas, sino que creen que son completamente lógicas.
Actualmente en el DSM V la acumulación se considera un trastorno aparte del TOC.
Orden también muy frecuentes, después del conteo y la comprobación.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Las personas con TOC incorporan a su familia a sus compulsiones y rituales, por lo que su trastorno no les
afecta solo a ellos, sino también a su alrededor. En terapia se trata de impedir la acomodación familiar a las
compulsiones.
Uno de los resultados más evidentes del TOC, especialmente cuando se cronifica, es el enlentecimiento
conductual en algunos aspectos concretos, los pacientes no son capaces de concluir ciertas tareas. El
enlentecimiento es selectivo, y la mayoría de las personas que derivan en él son hombres.
Definiremos la memoria como la capacidad para adquirir, retener y utilizar secundariamente una
experiencia vivida.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Motivación cuantas más motivación mayor activación y por tanto mejor recuerdo. Zeigarnik
estudió la memoria porque le resultó curioso que un camarero recordase largas listas de pedidos
pero se le olvidaran los de la mesa que acababa de atender
Tonalidad afectiva recordamos mejor aquello que tiene una tonalidad afectiva positiva sobre
los acontecimientos negativos.
Trastornos de la memoria
En la práctica clínica, los trastornos de la memoria y las quejas amnésicas son hechos habituales que se
presentan en los distintos trastornos psicológicos o aparecen como consecuencia o efecto adverso de
algunos tratamientos médicos (ej. terapia electroconvulsiva).
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Es un estado de amnesia que es reversible que impide a la persona recordar experiencias y acontecimientos
de carácter autobiográfico (memoria episódica). Suelen aparecer después de un componente traumático o
estresor fuerte. Suele olvidar sobre todo las cosas posteriores al trauma, presentando Amnesia anterógrada.
También puede verse afectada la memoria retrógrada y por tanto olvidar todo lo anterior al hecho
traumático y presentando por tanto Amnesia retrógrada.
Estado de Fuga Desplazamiento repentino lejos de su entorno, aparece en otro sitio y con
confusión de identidad. Suelen ser aislados, breves y se producen comúnmente en adultos.
Personalidad Múltiple Conviven en el mismo organismo, diferentes personalidades. Asimetría de
la memoria entre las diferentes personalidades.
Pseudodemencia o Inhibición depresiva grave Estado depresivo que presenta un inhibición grave, que
debida al nivel de inhibición que presenta tiene cierto parecido con los estados de demencia. Deterioro
persistente de la memoria de carácter psicológico. Se ven afectados los procesos controlados los que
requieren un esfuerzo para recuperar la información
Este modelo entiende la emoción como una red de diversos componentes. Cada emoción está relacionada
con determinados sentimientos, recuerdos, reacciones… cuando se activa alguno de esos componentes se
van activando los demás, dependiendo del grado de interconexión entre ellos. Por ello, los estados de ánimo
influyen en los pensamientos y recuerdos que se activan, los estados de ánimo negativos tienden a activar
recuerdos negativos.
La demencia es una pérdida progresiva de la memoria que afecta sobre todo a la huella de memoria más
inestable, la más reciente. El fenómeno llamado ley de Ribot se refiere a una pérdida progresiva de los
recuerdos, desde los más recientes a los más antiguos. En los traumas craneales la amnesia suele sobrevenir
a la pérdida de conocimiento que se produce. Distinguimos dos tipos de amnesias: retrógrada y anterógrada.
Traumas craneales pierde el conocimiento y durante esa pérdida se origina una amnesia la cual es más
prolongada al estado de inconsciencia
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Paramnesias
Las paramnesias son distorsiones de la memoria. Esto significa que la persona incluye en sus recuerdos
detalles que son falsos, emociones erróneas, recuerdos descontextualizados… Los problemas de las
paramnesias pueden ocurrir en población “normal”, pero también se dan en psicosis, síndrome de Korsakoff,
estados confusionales o delirium.
Paramnesias del reconocimiento: deja vu y jamais vu. El primero es una paramnesia que provoca una
sensación de haber vivido el acontecimiento actual antes. El jamais vu es lo contrario, la sensación de
jamás haber visto u oído un hecho concreto a pesar de haberlo experimentado muchas veces. Estas
paramnesias se pueden dar en cuadros epilépticos, estados de hipnosis… El falso reconocimiento puede
deberse a que la persona identifique erróneamente a alguien como conocido cuando es la primera vez
que lo ve o al revés.
Paramnesias del recuerdo: son falsos recuerdos, el fenómeno más común es la invención o falsificación
de un recuerdo, la confabulación. Destaca el síndrome de Korsakoff. Es un síndrome que suele
producirse en personas alcohólicas. Se caracteriza por un déficit de la Vitamina B1 (Tiamina).
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En los cuadros confusionales o delirium se aprecia una afectación tanto de la MCP como de la MLP. A su vez,
en los trastornos afectivos y de ansiedad se detectan déficits de tipo cognoscitivo que están principalmente
relacionados con el propio estado de ansiedad o depresión.
¿Qué es la conciencia?
La definición o el significado de conciencia varía en función de la teoría o el autor, distinguiéndose dos
conceptos: la existencia de la conciencia per se y los contenidos de la conciencia.
Para Fish la conciencia es un estado que implica conocimiento tanto del medio como de uno mismo. Es decir,
conciencia como cualidad no puede ser separada de uno mismo (ser consciente de, tener conciencia de).
Desde la visión clínica, donde la idea central es la subjetividad en contraposición a la categorización objetiva
de los hechos que ocurren se habla de 3 características o elementos de la conciencia:
Un término que suele usarse para hablar de conciencia es apercibimiento, un fenómeno biológico que
consiste en adquirir o apercibir experiencias personales y ambientales. Este apercibimiento consiste en darse
cuenta de los propios pensamientos, sentimientos y emociones (contenidos en la conciencia):
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Todo ello exige algún tipo de computación. Cuando hablamos de conciencia, utilizar metáforas propias de las
teorías computacionales es algo habitual, son enfoques que tratan de explicar la forma en que procesamos
la información. La computación es un proceso en sí mismo que se refiere a las herramientas (habilidades
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cognitivas como la atención, percepción o razonamiento) que necesitamos para llevar a cabo ese
procesamiento.
Desde un punto de vista evolutivo los estudios morfológicos dicen que para el surgimiento de la conciencia
ha habido un aumento de la complejidad neuronal y no sólo del número de neuronas. Esto ha corrido
paralelo a una mayor vascularización cerebral, mayor irrigación sanguínea con más oxígeno y nutrientes.
También el aumento del córtex prefrontal ha jugado un papel crucial (10 veces mayor que en primates
superiores).
Damasio afirma “la conciencia es una película en el cerebro (una composición integrada y unificada de
diversas imágenes sensoriales, visuales, auditivas, táctiles, etc.) que constituyen un espectáculo multimedia”.
Es decir, todo lo que sabemos, conocemos, vivimos… se integra en forma de película en nuestro cerebro, y
vamos componiéndola a medida que recibimos las escenas que la conforman (experiencias subjetivas).
Además, todos somos conscientes de que la tenemos, se produce una generación automática de un sentido
de propiedad de “esa película cerebral”.
Damasio también nos dice que las células del cerebro se han diseñado para operar sobre otras cosas y
quehaceres, nacieron para ser “cartógrafos de la geografía de un organismo y de los sucesos que acontecen
en esa geografía”. El cerebro utiliza sus estructuras de representación del organismo y de los objetos
externos para crear una nueva representación de segundo orden, que también es cartografiada por el
cerebro. Lo que viene a decir es que vamos haciendo cartografías de nosotros mismos y del entorno, de las
cuales a su vez hacemos varias más. Esas cartografías se componen de uno o varios mapas que vamos
integrando para componer una imagen general de nosotros mismos y de lo que nos rodea.
Gazzaniga define la conciencia como un instinto como todos los demás, pero que está determinada por la
aparición de un módulo “intérprete” que:
Contrariamente a esto, se vio cómo pacientes con graves lesiones de gran tamaño (en diferentes lóbulos o
hemisferios) mantenían la conciencia estable. A partir de estos datos, se empezó a pensar en la posibilidad
de que existiera una localización específica para la conciencia.
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Se ha visto que, en condiciones y estados normales de reposo y también de vigilia, el cerebro humano
genera cambios de actividad eléctrica desde el polo rostral al caudal (cada 12ms se produce un cambio de
40Hz). Estos cambios coinciden con la actividad cerebral existente entre el córtex y el tálamo.
Dimensiones de la conciencia
Cuando hablamos de conciencia
podemos hacer referencia a tres
dimensiones distintas que son la
vigilancia, la lucidez y la
autoconciencia.
Cada una de estas tres dimensiones se expresan en un continuo que va desde un nivel de conciencia normal
hasta un déficit en el extremo opuesto y que es diferente para cada dimensión.
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Todas esas facultades se suelen aislar para explorarlas, ya que cuando una de ellas se encuentra alterada,
afectada o mermada puede dar lugar a alteraciones de la conciencia muy específicas, de modo que cuando
hablamos de alteraciones o déficits de conciencia nos referimos a la alteración de sus facultades, y no de sus
componentes.
Vigilancia
La vigilancia es un continuo que va desde el estado normal de alerta o de total conciencia (polo +), pasa por
la somnolencia (estado de menor déficit de vigilancia), hasta el sueño profundo (déficit más profundo, polo
-).
Entendemos por vigilancia la capacidad para permanecer alerta de manera deliberada. Es un estado
fluctuante, no se mantiene estable todo el tiempo y está fuertemente influida por los estados afectivos del
individuo, por variables ambientales y por la forma en que percibimos la realidad. La vigilancia permite una
mayor riqueza perceptiva de las experiencias que tiene un individuo, dentro de su contexto.
La adolescencia.
Crisis emocionales, sociales o
religiosas.
Conversión religiosa.
Suerte inesperada.
Drogas.
Fases maníacas.
También existen factores externos como la situación o las características del entorno que van a influir en el
nivel de riqueza perceptiva. Concretamente, el nivel de alerta se va a ver favorecido por aspectos intrínsecos
al sujeto como:
Mientras que la aparición de somnolencia se verá favorecida por la presencia de factores como:
Por tanto, existen factores internos y externos que facilitan o dificultan los niveles de alerta – sueño. Dentro
del nivel de alerta también se pueden encontrar diferencias cualitativas en cuanto al grado de vigilancia. Por
ejemplo, el nivel de activación de una persona que pilota un avión es distinto al de una persona que escucha
música.
Por orden del grado de alteración (de menor a mayor) que presentan, los déficits que pueden aparecer son:
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Lucidez
El estado de déficit más grave es el coma, los estados más leves son:
Estados confusionales o delirium: son estados que implican disminuciones del nivel de conciencia,
donde se ve alterada la claridad de pensamiento. Son muy utilizados por algunos psiquiatras, pero no se
dan de manera tan habitual como antes. Se distinguen 3 tipos:
Estado oniroide (sueño o ensoñación) es un estado de éxtasis o relax. La persona parece estar
extasiada con una especie de riqueza visual alucinatoria, ante la cual muestra una actitud
contemplativa y apacible, como quien ve una película.
Estado(s) crepuscular(es) se dan muy frecuentemente en personas con epilepsia. Se trata de un
estado de ausencia transitorio que suele desaparecer días después, aunque su duración es variable.
Es una ausencia ligera de lucidez, en la que la persona no parece estar dormida ni somnolencia, pero
tampoco completamente despierta, se muestra lenta y perseverante en sus conductas.
Estado de torpor es un estado transitorio caracterizado por la lentitud de reflejos, el
embotamiento del pensamiento y de la acción. La persona parece estar muy torpe.
Cuando el sensorium se encuentra alterado, es complicado salir de ese estado confusional, pero a
medida que el nivel de alteración aumenta se complica más todavía. Para intentar sacar al paciente del
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estado confusional normalmente se intenta con estímulos motores y auditivos. Si se consigue, la persona
suele estar confusa, irritada o excitada, somnolienta o desorientada (temporal y espacialmente), junto
con otras alteraciones de las capacidades cognitivas. A nivel cognitivo muestran confusión y a nivel
neurológico lentitud o agitación.
El delirium puede aparecer en demencias, psicosis orgánicas, trastornos orgánicos agudos, sobredosis de
drogas depresoras del SNC.
Cuando la persona se encuentra en este estado, sacarla de él es muy complicado, ya que la estimulación
que necesitamos para ello es más potente, repetida e intensa, se debe hacer de manera brusca.
Sopor o letargia se trata de un estado letárgico similar al estado de somnolencia, sin embargo, la
diferencia es que en el sopor la persona no experimenta una sensación subjetiva de sueño, aunque
puede parecerse a ello por una alteración del sensorium. Se caracteriza por la presencia de:
Problemas para mantener la atención a los estímulos (aun cuando haga un esfuerzo por ello).
Desorientación espacial y temporal.
Problemas de memoria.
Dificultades para mantener el estado de conciencia.
Coma es el más grave estado de alteración de la lucidez. Es la ausencia total de claridad del
pensamiento. La persona manifiesta ausencia de actividad motora, no responde ante estímulos intensos,
aunque dependiendo del grado de coma que presente su capacidad refleja puede variar.
Autoconciencia
La autoconciencia es la capacidad introspectiva que se presenta como un continuo donde uno de los polos es
el estado de autoconciencia y capacidad retrospectiva del yo (normalidad) y el otro es el estado de
inconsciencia (mayor déficit). En un punto intermedio encontraríamos distintos estados en función del nivel
de gravedad de la alteración o déficit. Se trata de una dimensión muy común en la psicopatología clásica, ya
que sus cuadros psicopatológicos son muy peculiares. La autoconciencia comprende 3 elementos
fundamentales que pueden estar alterados en diferentes trastornos:
Experiencia del yo
Se refiere a la conciencia que se tiene de uno mismo (conciencia del yo), de las propias experiencias y sobre
todo de los procesos y estados mentales propios (introspección, metacognición), pero también implica la
conciencia de los estados mentales de los demás (teoría de la mente).
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La introspección suele entenderse como la capacidad de dirigir nuestra atención a una tarea o a otra, pero
también de pasar de unas ideas o pensamientos a otros.
La teoría de la mente se refiere a la capacidad para inferir, predecir y comprender las conductas de otras
personas, lo que piensan, sienten, etc. En resumen, es la capacidad para entender sus estados mentales,
está muy relacionada con la comprensión y reconocimiento de las emociones de otras personas, y suele ser
un gran marcador o factor de riesgo de trastornos psicóticos (sobre todo en esquizofrenia), ya que conllevan
la pérdida de esta capacidad (no reconocen las emociones de los demás). Incluso en personas con riesgo de
padecer esquizofrenia, esta capacidad es deficitaria (antes del primer brote psicótico, sobre todo en
adolescentes, aparece esta problemática).
Existen algunas tareas de identificación o reconocimiento de emociones como puede ser la de presentar
diferentes imágenes de caras expresando emociones básicas (son seis) diferentes y de diferente intensidad,
en las que el paciente sólo tendrá que reconocer la valencia de la emoción, por ejemplo, el CANTAB. En las
tareas de procesamiento controlado, la diferencia radica en el tipo de respuesta que se espera del paciente,
que es el etiquetado de la emoción.
Es frecuente encontrar alterada la experiencia del yo en personas con autismo, esquizofrenia con
sintomatología negativa (procesos mentales funcionando por debajo de lo normal), psicopatía…
Trastornos del Yo
La autoconciencia puede verse alterada en personas normales, produciendo la aparición de estos trastornos
como consecuencia de estados de agotamiento extremos, de hambre o sed, éxtasis, al verse expuestas a
situaciones de estrés agudo (ansiedad aguda), durante momentos de excitación, por una gran falta de sueño
(durante los estados hipnagógicos y/o hipnopómpicos, entre la vigilia y el sueño y viceversa).
Es común que ocurra entre buceadores o pilotos, quienes hayan estado expuestos a efectos de presión o
gravedad. También tras experiencias de deprivación sensorial, hipnosis y consumo de drogas como
antidepresivos tricíclicos, cannabis, mescalina, LSD, PCP.
Vamos a ver algunos de las experiencias subjetivas anómalas del yo, las cuales se presentan en algunos
trastornos.
Jaspers definió la autoconciencia como la conciencia de ser o existir, la cual es necesaria para poder
diferenciar el yo de lo que no es yo. Cuando esta conciencia se altera pueden aparecer delirios nihilistas o
episodios de despersonalización.
Delirios nihilistas (delirios depresivos) son delirios de negación o depresivos algo agresivos, donde la
persona piensa que todo ha dejado de existir. Un ejemplo característico es el Síndrome de Cotard, la
persona manifiesta la sensación de estar muerta o sentir como sus órganos internos se pudren, como su
sistema digestivo-excretor no funciona.
Despersonalización puede aparecer asociado a diferentes trastornos o patologías, siendo muy común
en crisis de pánico o de ansiedad agudas. Se puede definir como la extrañeza hacia uno mismo y hacia el
entorno. Es una de las experiencias que más miedo y preocupación generan a la persona, miedo a
volverse loco. Se suele describir como una pérdida de sentido de la realidad interna y externa, como
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sentirse separado de uno mismo “Se que vivo aquí, que estoy viva, pero es extraño”. Hay quien dice ver
las cosas como si se tratase de una película, como un observador externo de su vida, la cual observa con
extrañeza.
Se refiere al hecho de ser consciente de la acción de uno mismo “Hago cosas y soy consciente de ello, dirijo
mis actos y movimientos”. Puede verse alterado en algunos trastornos, de distintas formas:
En el caso de la percepción, cuando esta se ve alterada los pacientes pueden describirla como la de un
muerto “Mis ojos miran, pero son como los ojos de un muerto”, común en pacientes depresivos. Cuando la
conciencia de movimiento está alterada, dejan de ser conscientes de sus propios movimientos, de que son
ellos mismos quienes mueven la pierna, el brazo… alguien se la está moviendo. La del sentir, cuando se ve
alterada es a nivel de sensación y emoción. La persona puede dejar de sentir emociones que sabe que están
ahí pero no las encuentra “Se que quiero a mi marido, pero ya no puedo sentir esa emoción”, lo viven como
una pérdida de las emociones.
La persona refiere:” Sé que soy yo, que soy único”. En trances inducidos por la medicación, hay pacientes
que dicen verse a sí mismos realizando conductas como si fuera otra persona a quien observan. Algunos
trastornos de esta conciencia del yo:
Autoscopia o imagen del fantasma en el espejo el paciente sabe que se refleja en el espejo, pero no
siente familiaridad o no se identifica plenamente con la persona que ve. Pierde la sensación de
familiaridad con su imagen.
Síndrome de Capgras el paciente piensa que uno o varios de sus familiares han sido reemplazados
por impostores, es típico de algunas demencias.
Trastorno disociativo de la identidad o Personalidad múltiple implica una pérdida de conciencia o de
identidad. Consiste en la existencia de dos o más personalidades, cada una con sus propias experiencias,
conductas, emociones, recuerdos y problemas médicos propios y distintos. Suele haber una más
dominante que el resto.
Entre estos trastornos el requisito es que se dé una continuidad de la identidad, es decir, la persona ha sido
la misma todo el tiempo. Deben tener una mínima idea acerca de la distinción entre lo que es yo y yo no
(identidad de uno mismo clara e intacta).
Licantropía: en la versión clínica (que difiere de la mitológica) las personas creen haberse transformado
en un animal y se comportan de acuerdo con ello.
Fenómeno de posesión.
Fenómeno de trance.
Cambios de identidad.
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A veces los límites del yo se pierden debido a una alteración de conciencia provocada por ciertas
circunstancias. Por ejemplo, el consumo de ciertas drogas psicoactivas hacen que se pierda el sentido de
dónde se sitúan los límites entre uno mismo y el mundo externo.
Esquema corporal
El segundo elemento es el esquema corporal, entendido como la conciencia de nuestro propio cuerpo. Esta
conciencia se solapa con la conciencia del yo, ya que, en cierta medida, tener conciencia de una cosa implica
tenerla de la otra → La experiencia del yo fagocita el esquema corporal.
El esquema corporal se configura a partir de sensaciones, pudiendo ser en ocasiones sensaciones anómalas
que provocan una percepción distorsionada del cuerpo como ocurre en los casos de amputación (miembro
fantasma). Otras veces no se dan estas sensaciones físicas anómalas, pero existe aun así una distorsión de la
imagen corporal debidas a otro tipo de factores, por ejemplo, en la hipocondría la persona exagera síntomas
ausentes. El caso de la disforia de genero no sería una distorsión, sino un rechazo hacia el propio cuerpo por
un conflicto entre el esquema corporal y el yo.
La configuración del esquema corporal puede verse alterada por un aumento en la percepción (se percibe la
silueta y forma o bien ciertas partes del cuerpo más anchas de lo normal), por una disminución (ver la
imagen global o ciertas partes más pequeñas de lo que son) o por distorsión (ver una parte del cuerpo o el
conjunto completo extraño).
El miembro fantasma es un claro ejemplo de distorsión del esquema corporal causado por la percepción
de sensaciones anómalas. Es la experiencia perceptiva del miembro que ha sido amputado, la persona
sigue sintiendo que tiene esa parte del cuerpo y en ocasiones puede llegar a sentir incluso dolor. Existen
ciertos factores que pueden determinar la aparición de esta experiencia como:
La sorpresa de la amputación: perder un miembro de un día para otro es un factor de alto riesgo.
Nos referimos al hecho de perder el miembro de forma repentina, si en lugar de esto es un proceso
lento como ocurre en los leprosos hay menos probabilidades de que se dé este trastorno. Cuando
ocurre rápidamente el esquema corporal de ese miembro sigue activo a nivel de sistema nervioso y
mental, no ha dado tiempo a desconfigurarlo de la imagen del yo.
La edad de la persona. No es lo mismo nacer sin un miembro por no haberlo desarrollado por un
defecto congénito durante la gestación que perderlo. Aquellas personas que nacen sin uno de sus
miembros no sufren este fenómeno porque nunca han configurado la imagen del miembro unida a
su imagen corporal ni han formado conexiones. Para que se dé este fenómeno es necesario que
exista una integración previa a la pérdida de ese miembro al esquema corporal general.
Dismorfofobia o Trastorno Dismórfico Corporal Su característica principal es la preocupación
excesiva que experimenta la persona por algún rasgo físico que ella misma considera un defecto físico, el
cual puede ser real magnificado o imaginario. Es decir, puede ser que su defecto exista realmente pero
que lo exagere (se centra en ese aspecto durante un periodo de tiempo excesivo, es una preocupación
desproporcionada en magnitud y en tiempo) o que por el contrario el rasgo que considera un defecto no
lo sea realmente. Estas preocupaciones suelen estar relacionadas con aspectos de la cara o la cabeza
(me estoy quedando calvo, tengo el pelo demasiado fino, mi nariz es muy rara/grande/pequeña, tengo
la cara asimétrica…), aunque puede darse en relación a cualquier parte del cuerpo e incluso puede
centrarse en varias partes a la vez. es también muy frecuente, que los defectos estén relacionados con
falta de simetría (parpado caído). Cuando se les pregunta a los pacientes como experimentan todo eso,
suelen referir una gran angustia ya que esas preocupaciones les causan mucho dolor.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
ese defecto). Este trastorno puede llegar a tener importantes consecuencias sobre la persona y su vida
diaria, puesto que se ven sumamente limitadas funcionalmente y es que, cuando el grado de
preocupación alcanza extremos tan altos, las comprobaciones frente al espejo, con luces distintas (para
comprobar con que luz y ángulo esos defectos se ven más o menos) … se hacen tan largas y constantes
que suponen un impedimento para llevar a cabo el día a día de forma normal. También es frecuente que
empiecen a limitar sus salidas y actividades (dejan de salir de casa, de asistir a clases, a trabajar… por
esos defectos). En ocasiones esa angustia puede llegar a ser en parte peligrosa, ya que consume tanto la
atención y el tiempo de la persona, que esta puede centrarse exclusivamente en esos aspectos
desatendiendo actividades que esté llevando a cabo, lo cual puede llegar a adquirir cierto grado de
peligrosidad.
La negligencia unilateral es un tipo de trastorno relacionado con el esquema corporal, producida sobre
todo por lesiones en uno de los hemisferios cerebrales causado por algún tipo de DCA (Daño Cerebral
Adquirido) como, por ejemplo, un ACV (ictus o apoplejía). Esto provoca que la persona sea capaz de
experimentar sensaciones en la parte del cuerpo contralateral a esa lesión (parte contraria al hemisferio
lesionado).
En resumen, la lesión se localiza normalmente en el lóbulo parietal derecho (lesión) con lo cual la parte
izquierda del cuerpo se ve afectada (no se atiende a ella, no se tiene en cuenta a menos que llames la
atención sobre ella, porque la persona no se acuerda de él). Se trata de un trastorno perceptivo causado
por un problema de reconocimiento por fallos en la capacidad atencional.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
En versiones anteriores al DSM-5 los trastornos del esquema corporal se conocían como Trastornos
Somatomorfos. Esta denominación hace referencia a la presencia de síntomas físicos (enfermedad física) que
sugieren una enfermedad médica o un problema físico, pero que no pueden ser explicados por la presencia
de una enfermedad ni por consumo de sustancias o por ansiedad. Son somatomorfos, forma de síntomas
físicos. Ahora se llaman Trastornos somáticos y relacionados, aunque a veces se sigue usando el término
antiguo.
Los trastornos de síntomas somáticos y relacionados (se habla de un espectro, trastornos que cursan con
esos síntomas). Dentro de estos encontramos:
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
La afectividad es el conjunto de experiencias que definen y delimitan la vida emocional del individuo.
La emoción es una respuesta afectiva que generalmente va acompañada se síntomas somáticos. Son
importantes en psicopatología
porque la emoción se vive como algo
motivado (una emoción motivada
por…).
El sentimiento constituye la
experiencia subjetiva de la emoción,
tiene una duración mayor y no
presenta síntomas vegetativos.
El humor o estado de ánimo
(Thymos) es el estado basal del
sujeto, se refiere a un estado
emocional más generalizado y
persistente.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Elevado también llamado hipertimia, se trata de un afecto exagerado de bienestar, alegría y euforia. Es
propio de los episodios de manía
Expansivo es un estado de ánimo tendente al descontrol, el sujeto tiene una ausencia total de control
sobre la expansividad de sus sentimientos, y esta va unida a la tendencia a la desinhibición. Es propio de los
episodios de manía.
Neotímia hace referencia a un sentimiento de nueva aparición, un estado jamás vivido por el sujeto. Son
estados cualitativamente distintos de todo lo vivido anteriormente, puede darse en el polo de la alegría o de
la tristeza, de la ira… Es propio también de los episodios de manía.
Irritable se refiere a un estado anímico con propensión a la colera y al enfado, se da en diversos cuadros
psicopatológicos, pero no únicamente en ellos. Muchas veces va unido a la disforia
Trastornos de la Afectividad
Aplanamiento afectivo se le da muchos nombres, entre ellos empobrecimiento o embotamiento afectivo.
Se refiere a la carencia o pérdida de la capacidad para presentar respuestas afectivas y para presentar cierta
flexibilidad de las emociones. Se observa en muchísimos cuadros, como la esquizofrenia negativa o la
depresión.
Paratimia (incongruencia afectiva) las respuestas son incongruentes con las situaciones, por ejemplo, la
carcajada cuando se está viviendo una situación dramática. Se observa en la esquizofrenia y en trastornos
orgánicos cerebrales.
Alexitimia es la incapacidad para discriminar o identificar los afectos y elaborar fantasías, el pensamiento
del alexitímico es literal y pragmático. No son capaces de verbalizar sus sentimientos. Los sujetos con
alexitimia carecen de empatía.
Cuando los cambios de humor son muy marcados en una persona y esta muestra mucha sensibilidad ante
los acontecimientos se designa labilidad emocional o afectiva. Es frecuente en los niños y aparece de nuevo
en los ancianos. Se trata de cambios muy rápidos de humor y que duran muy poco tiempo, está presente en
muchos problemas psicopatológicos como las depresiones o la manía bipolar.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Incontinencia o incongruencia afectiva se refiere a la falta de control sobre las propias emociones. Se
trata de estados afectivos que surgen muy rápido y alcanzan una intensidad excesiva, el sujeto siente que no
puede controlarlos.
La aparición conjunta de labilidad emocional y de incontinencia afectiva suele ser signo de epilepsia o
demencia.
Moria no hay que confundirla con la incongruencia afectiva. Es característica de los tumores cerebrales
con afectación frontal. Designa una sonrisa absurda con tendencia al chiste perpetuo, la sonrisa no tiene
contenido afectivo, y va acompañada de un comportamiento pueril e infantil.
“Me siento separado de todas las personas, como un paria en un mundo sombrío. Ya no puedo
participar en la vida”.
Desrealización experiencias de irrealidad o distanciamiento respecto al entorno (p. ej. las personas o los
objetos se experimentan como irreales, como en un sueño, nebulosos, sin vida o visualmente
distorsionados).
“Todo lo que me rodea parece lejano, turbio y de alguna manera irreal, como en un sueño extraño”.
Fenomenología de la depresión
El estado depresivo se caracteriza porque el cuerpo vivido sufre una constricción, un congelamiento y una
pérdida de sintonía. Esto da lugar a una sensación general de segregación, el sujeto se siente separado y
distinto de los demás. El cuerpo se convierte en algo pesado, que se resiste al movimiento fluido. Esto se
puede observar en afirmaciones como “siento que llevo puesta una especie de armadura”, “parece que llevo
un neumático alrededor del pecho que me impide respirar”. El cuerpo pasa a un primer plano, se tiene plena
consciencia de él y produce dolor.
Es similar a lo que se siente cuando se tiene por ejemplo gripe, que no dejas de sentir los dolores provocados
por la enfermedad.
Fenomenología de la manía
Es la antítesis de la depresión. Todos los síntomas del cuerpo vivido son contrarios a los de la depresión. El
cuerpo se caracteriza por una especie de expansión centrífuga, el cuerpo huye del centro y lo invade todo.
Hay una sensación general de omnipotencia, ligereza corporal, desinhibición y aceleración. El estado anímico
durante la depresión no es de felicidad o alegría, sino de euforia vital, una sensación de caminar sin presión
con el suelo, como si se pudiese volar. No se trata de grandiosidad narcisista, sino que hay un exceso de
impulso y energía sin inhibición interna, no hay resistencias. La euforia maníaca a veces se convierte en
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
disforia rápidamente, se irritan cuando alguien se confronta a su expansividad, puede llegar a haber
tendencia a la agresividad.
Recorrido histórico
El término “depresión” procede del vocablo latino “de primere”, cuyo significado es empujar hacia abajo,
apretar, oprimir. Richard Blackmore fue el primero en utilizar el término depresión en Inglaterra (1725), y
calificó el estar deprimido como sufrir una profunda tristeza y melancolía.
Robert Burton (1621) en su libro “Anatomía de la melancolía”: «En mi concepto, la melancolía es afección
más importante y digna de estudio que las demás. Es un mal propio de ambos sexos, aunque más frecuente
en los hombres. En la mujer causa, sin embargo, trastornos mucho más violentos y graves. De las estaciones
del año, el otoño es la más propicia para la melancolía».
La culminación nosológica del término viene de la mano de Kraepelin, un psiquiatra alemán que distinguió
entre la demencia precoz (posteriormente esquizofrenia) y la enfermedad maníaco – depresiva, y dejó que el
término melancolía se utilizase únicamente para las depresiones de la senectud. Decía este autor que el
trastorno bipolar estaba causado por factores innatos. A partir de ese momento se comienzan a estudiar
estos trastornos. Kart Leonhard (1957) diferenció entre trastornos bipolares (personas con trastornos
maniacodepresivos) y trastornos monopolares (personas con un trastorno únicamente de depresión o
manía).
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
En las clasificaciones actuales el trastorno bipolar son aquellos casos en los que el sujeto curse o haya
cursado un síndrome de manía o hipomanía (DSM V). Se distingue entre:
Bipolar I: sujetos en los que habría existido algún episodio de manía (sin necesidad de que haya habido
un episodio de depresión).
Bipolar II: sujetos en los que habrían existido episodios de hipomanía (versión leve de la manía) y algún
episodio de depresión.
La Era de la Depresión
Hoy por hoy la depresión es el diagnóstico clínico más prevalente, y crece anualmente hasta el punto de que
podemos hablar de una “era de la depresión”. Tiene una prevalencia del 9 – 20%, presentándose el doble en
mujeres que en hombres, salvo en el TBP I que es igual. Esta diferencia de ratio mujer-hombre se observa
especialmente en la edad media de la vida, no se aprecia en la infancia y en la ancianidad desaparece. La
edad de comienzo de los cuadros depresivos es cada vez más temprana, se estima que entre los 15 y 19
años. Hay manifestaciones distintas en ambos sexos, las mujeres recuerdan con precisión los síntomas,
mientras que los hombres refieren menos síntomas o se olvidan de ellos. La depresión está estrechamente
relacionada con la conducta suicida, no siempre con una consumación del suicidio, pero sí con intentos.
La Tiranía de la Felicidad
Se propone que la felicidad ya está al alcance de cualquiera, el “don’t worry, be happy” es el mantra de la
actualidad. No es casualidad que esta era de la felicidad sea también la época de la depresión, la ansiedad y
la soledad. ¿Cómo es que los jóvenes de ahora son más seguros, positivos, y a la vez se sienten más
insatisfechos que nunca? La felicidad ha entrado de lleno en el seno de la ciencia de la mano de la psicología
positiva, la cual deja mucho que desear como ciencia, y tras su aparente estilo inocente no deja de tener un
lado oscuro. Lo que aporta la psicología positiva no son más que tautologías y tampoco está nada claro si las
promesas que formula responden a la ciencia o al negocio.
Además, la paradoja de la felicidad se trata de que cuanto más se persigue, más se aleja, alcanzar niveles
cada vez mayores de optimismo y automejora derivan en nuevas formas de sufrimiento. La psicología no
puede ser ni positiva ni negativa, es psicología. Hay problemas en la vida, como pérdidas, conflictos,
decepciones, crisis, estrés… y su evitación es desencadenante de trastornos psicológicos.
Trastornos depresivos
Trastorno depresivo mayor (episodio único).
Trastorno depresivo mayor (recidivante).
Trastorno distímico.
Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo etiqueta que se asigna a niños que
tienen rabietas recurrentes con una intensidad desproporcionada. Los accesos de ira se deben dar
como mínimo 3 veces por semana. El primer diagnóstico no debería hacerse antes de los 6 años.
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PSICOPATOLOGÍA GENERAL |
Trastorno disfórico premenstrual los cambios de humor que a veces aparecen entorno a la
menstruación ahora tienen una etiqueta diagnostica.
Trastornos bipolares
Trastorno Bipolar I únicamente episodios de manía.
Trastorno Bipolar II episodios de manía y depresión.
Trastorno Ciclotímico es un cuadro que dura 2 años o más en el que la persona presenta de forma
cíclica sintomatología de depresión (sub sindrómica, no cumple los criterios para el diagnóstico de
depresión) y de hipomanía (sub sindrómico).
Trastorno Bipolar No Especificado.
Trastornos anímicos debidos a condición médica.
Trastornos anímicos inducidos por sustancias.
Trastorno Anímico No Especificado.
Síntomas de la depresión
Afectivos o anímicos la tristeza es el síntoma anímico por excelencia de la depresión, es la queja
principal del 50% de los pacientes (pesadumbre, abatimiento, infelicidad…). En ocasiones, se presenta la
queja como la irritabilidad, especialmente durante la infancia, en adultos también se presenta como una
sensación de vacío o nerviosismo. En la práctica hay que estar atento, porque los pacientes pueden
llegar a negar la tristeza, se sienten incapaces de llorar y no son capaces de experimentar los
sentimientos de forma normal → mayor gravedad de la depresión, con posible riesgo de suicidio. Otro
síntoma importante es la reducción de emociones positivas → anhedonia.
Conductuales retirada de actividades sociales, reducción de conductas habituales como la limpieza, la
higiene propia… Lentitud al andar y al hablar, agitación motora y actitud desganada. Se puede dar un
estado de inhibición conductual (retardo psicomotor y estupor depresivo) o un estado de
agitación/inquietud psicomotriz.
Físicos se manifiestan sobre todo en cuanto al apetito (anorexia/ hiperfagia/apetencia por alimentos
concretos), al sueño (insomnio inicial, insomnio medio o insomnio terminal), la falta de energía y otras
molestias como dolores de espalda y de cabeza, vómitos… Se producen cambios en la apariencia física
del sujeto, fatiga y una disminución de la actividad y el deseo sexual.
Cognitivos lo primero a destacar son los pensamientos negativos de sí mismo, del mundo y del futuro,
la baja autoestima y la desesperanza. En la depresión también se puede vivenciar el remordimiento y la
incapacidad para pensar y volitiva, se da a menudo la pobreza y la ausencia de ideas. Una persona
deprimida pierde el interés por sí misma y por el entorno.
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Niveles de Gravedad
Leve pocos o ningún síntoma más que los necesarios para cumplir los criterios diagnósticos.
Moderado síntomas e intensidad entre leve y grave.
Grave no psicótico el número de síntomas supera notablemente a los necesarios para hacer el
diagnostico.
Con características psicóticas presencia de delirios y/o alucinaciones.
En remisión parcial los síntomas del episodio de depresión mayor inmediatamente anterior están
presentes, pero no se cumplen todos los criterios, o cuando se acaba un episodio existe un periodo que
dura menos de dos meses sin ningún síntoma significativo de un episodio de depresión mayor.
En remisión total durante los últimos dos meses no ha habido signos o síntomas significativos del
trastorno.
1. Inmovilidad motora que puede manifestarse por catalepsia (incluida la flexibilidad cérea) o por estupor.
2. Actividad motora excesiva (que aparentemente carece de propósito y no está influida por estímulos
externos).
3. Negativismo extremo (resistencia aparentemente inmotivada a cualquier tipo de órdenes, o
mantenimiento de una postura rígida contra todo intento de ser movido).
4. Peculiaridades del movimiento voluntario que pueden manifestarse en la postura (adopción voluntaria
de posturas extrañas o inapropiadas), movimientos estereotipados, manierismos patentes o
gesticulación exagerada.
5. Ecolalia o ecopraxia.
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Dos tipos:
TDM de episodio único: para casos en los que el episodio actual sea el primero que han tenido en su vida
TDM de episodio recurrente: para casos en los que ha habido por lo menos algún otro episodio
depresivo mayor en la vida.
El curso del trastorno depresivo mayor es variable inter e intra-individualmente, siendo su cronificación más
probable en aquellos sujetos que tardan en buscar tratamiento. La edad avanzada junto con un nivel
socioeconómico bajo tienen un peor pronóstico del trastorno.
Cuanto más temprano es el inicio, mayor es la recurrencia. Cuanto mayor es la persona que presenta el
trastorno, más probabilidad de suicidio, siendo la tasa un 15%. Los trastornos más comórbidos de las
depresiones son los trastornos de ansiedad, los TCA (especialmente la anorexia), el abuso de sustancias y el
TLP (trastorno límite de personalidad).
A. Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día de la mayoría de los días, durante al menos 2 años.
B. Dos (o más) de los siguientes síntomas:
1. Poco apetito o sobrealimentación.
2. Insomnio o hipersomnia.
3. Poca energía o fatiga.
4. Baja autoestima.
5. Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones.
6. Sentimientos de desesperanza.
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NOTA Especificar si es de inicio temprano (antes de los 21 años) o tardío (después de los 21).
No se podría diagnosticar distimia si una persona sufre un episodio depresivo y arrastra los síntomas, sería
un TDM en remisión.
Los datos de recuperación son, en general, peores que los de la depresión. A pesar de que se recuperan
antes que los pacientes que únicamente padecen depresión, sus recaídas son mucho más rápidas. Hay un 3%
de probabilidades de presentar distimia en algún momento de la vida. La tasa de recuperación de los
pacientes que sufren este trastorno es del 40%. Es más frecuente en grupos de mayor edad:
Episodio maníaco
La manía, en sus manifestaciones más leves (hipomanía) es el polo contrario de la depresión. Sin embargo,
cuando comienza a agravarse ya no es precisamente el polo opuesto, sino que se mezcla con la actividad
frenética y la irritabilidad (incluso en momentos de pesadumbre o abatimiento). La característica principal es
la expansividad anímica y cognitiva.
Los días felices duran poco, hasta convertirse en un pensamiento atropellado, sin objetivo. Las ideas se
arremolinan, pero no acaban de salir, aumenta el nivel de energía de la sexualidad y se deteriora el
razonamiento. Se caracteriza por enormes pérdidas (de trabajo, de dinero, de pareja, etc.) asociadas a nunca
acabar los proyectos propuestos.
A. Período bien definido de estado de ánimo persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dura al
menos 1 semana (o cualquier duración si requiere hospitalización).
B. Tres de los síntomas siguientes (o 4 si el estado de ánimo es sólo irritable):
1. Autoestima exagerada o grandiosidad.
2. Disminución de la necesidad de dormir.
3. Verborrea o más hablador de lo habitual.
4. Taquipsiquia o fuga de ideas.
5. Distraibilidad.
6. Aumento de la actividad intencionada o agitación psicomotora.
7. Implicación excesiva en actividades de alto riesgo potencial (compras irrefrenables con grandes
gastos, indiscreciones sexuales, negocios absurdos, etc.)
C. Problemas en el funcionamiento cotidiano, o requiere hospitalización para evitar daño a sí mismo o a
otros, por existir síntomas psicóticos.
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D. Los síntomas no obedecen a los efectos fisiológicos directos de una sustancia ni una enfermedad médica
general (por ejemplo, hipotiroidismo).
El cuadro maníaco es egosintónico, no sufre por los síntomas que sufre, sino que sintoniza perfectamente
con ellos, los considera normales, parte de su personalidad. En ocasiones, aparecen también neotimias
(sentimientos de nueva exposición), y no es rara la presencia de disforia, sobre todo al inicio. Los pacientes
maníacos suelen presentar poca atención al estado físico, por lo que es frecuente que estén poco aseados.
Su tono de voz es elevado y exagerado, y su lenguaje tangencial, circunstancial y en ocasiones descarrilado e
incoherente.
Son frecuentes los trastornos del sueño-vigilia, lo cual puede ser muy relevante. Los patrones alimentarios
son completamente irregulares, pueden no comer durante días y luego darse atracones. Es común la “lengua
saborreica”, blanca, gorda y cansada por la falta de energía y de descanso.
Episodio hipomaníaco
A. Período de estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dura al
menos 4 días consecutivos y está presente la mayor parte del día, casi todos los días.
B. Tres de los síntomas siguientes (o 4 si el estado de ánimo es sólo irritable):
1. Autoestima exagerada o grandiosidad.
2. Disminución de la necesidad de dormir.
3. Verborrea o más hablador de lo habitual.
4. Taquipsiquia o fuga de ideas.
5. Distraibilidad.
6. Aumento de la actividad intencionada o agitación psicomotora.
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7. Implicación excesiva en actividades de alto riesgo potencial (compras irrefrenables con grandes
gastos, indiscreciones sexuales, negocios absurdos, etc.)
C. Cambio inequívoco del funcionamiento habitual de la persona.
D. Cambios anímicos/conductuales apreciables por otros.
E. El episodio NO es tan grave como para crear problemas cotidianos o requerir hospitalización. Si hay
características psicóticas, el episodio es maníaco por definición.
F. Los síntomas no obedecen a los efectos fisiológicos directos de una sustancia ni a una enfermedad
médica general (por ejemplo, hipotiroidismo).
Trastorno bipolar I
A. Se han cumplido los criterios al menos para un episodio maníaco (Criterios A – D en “episodio maníaco).
B. La aparición del episodio(s) maníaco(s) no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo,
esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante u otro trastorno del espectro de la
esquizofrenia y otros trastornos psicóticos especificados o no especificados. Los síntomas provocan
malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral, etc.
Trastorno bipolar II
A. Se han cumplido los criterios al menos para un episodio hipomaníaco y al menos para un episodio de
depresión mayor.
B. Nunca ha habido un episodio maníaco.
C. La aparición del episodio(s) hipomaníaco(s) y de depresión mayor no se explica mejor por un trastorno
esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante u otro trastorno
del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos especificados o no especificados.
D. Los síntomas de depresión o de incertidumbre causados por la alternancia frecuente de periodos de
depresión e hipomanía provocan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento.
Epidemiología de la bipolaridad
La prevalencia del TBP I es del 0’5-1’6%. Incluyendo las formas TBP II y ciclotimia podría alcanzar el 3-5% de
la población. Existe un riesgo aumentado de HTA (hipertensión arterial), obesidad, tabaquismo, diabetes,
trastornos cardiovasculares, enfermedades pulmonares, infección por VIH y suicidio (el doble que en
esquizofrenia).
Complicaciones
Suicidio: entre un 15-20% de los pacientes bipolares acaban suicidándose. Junto con la depresión
unipolar, es el trastorno con mayor riesgo suicida.
Ciclación rápida: se relaciona con el mal uso de los antidepresivos.
Cronificación: persistencia constante en depresión o manía.
Abuso de sustancias: muchas veces como autoterapia.
Rupturas, conflictividad familiar y aislamiento.
Pérdidas económicas (ruina), deterioro laboral (despidos)…
Trastorno ciclotímico
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→ Psicofarmacología: problema de la pobre adherencia terapéutica (más del 50% de los pacientes no sigue
adecuadamente el tratamiento).
Tratamiento farmacológico
Si se está tomando un antidepresivo y se produce manía, debe retirarse. La manía aguda debe tratarse con
antipsicóticos (olanzapina, risperidona, quetiapina), litio y/o valproato (este último no se debe usar en
mujeres embarazadas o en edad fértil). Si se venía tomando ya litio y antipsicóticos, se deben revisar con
regularidad las dosis. En los episodios mixtos se ha de tratar al paciente como en los episodios agudos,
evitando los antidepresivos. En caso de agitación se dan antipsicóticos + benzodiazepinas.
En la depresión bipolar se deben evitar los antidepresivos como tratamiento único, y para minimizar el
riesgo de viraje, se deben evitar los antidepresivos en cicladores rápidos (con más de 4 episodios anuales), si
hay síntomas mixtos o hipomanía reciente. En cicladores rápidos se combina el litio y el valproato,
recomendándose introducir olanzapina (antipsicótico).
Tratamiento psicológico
Se debe apostar por los tratamientos combinados, ya que un buen abordaje psicológico permite reducir las
recaídas y su duración, mejora la adherencia a la medicación, el funcionamiento familiar y psicosocial y la
aceptación de los síntomas. Es conveniente introducir estrategias que contribuyan a reducir y manejar el
estrés, como la resolución de problemas o la mejora del funcionamiento psicosocial. En general, los
tratamientos psicológicos clásicos en el TB incluyen abordajes basados en el modelo médico, con gran
componente informativo y educativo sobre el paciente y sus familiares.
El momento oportuno para el inicio del tratamiento es cuando la sintomatología es leve o moderada. Los
tratamientos bien establecidos son: psicoeducación, programas de adherencia terapéutica, terapia marital y
familiar y TCC. Los tratamientos en fase experimental son: terapia interpersonal y de ritmo social.
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La TCC se centra en el manejo de reforzadores (según el estado anímico sobre el que se interviene) y en el
manejo de contingencias. Resolución de problemas, habilidades sociales, técnicas de relajación, manejo del
estrés, técnicas de autocontrol, autorrefuerzo, reestructuración cognitiva…
El término “esquizofrenia” fue acuñado en 1911 por Bleuler y significa “mente dividida”. Su estudio tiene dos
enfoques escindidos: el enfoque psicológico (trastorno del yo) y el enfoque neurológico (trastorno del
cerebro).
Ambos enfoques se han dado en paralelo pendularmente durante muchos años, aunque últimamente el
péndulo se encuentra de parte del enfoque neurobiológico. Sin embargo, no hay ningún enfoque que tenga
más conocimiento que el otro sobre la esquizofrenia, el supuesto progreso es una ilusión plagada de mitos.
Desde el enfoque neurobiológico, representado por Kraepelin se entiende que la esquizofrenia se explica
por:
Factores pre y perinatales: complicaciones obstétricas, exposiciones de las madres a agentes infecciosos
y agresiones ambientales al feto aumentan el riesgo de trastorno esquizofrénico.
Alteraciones en los neurotransmisores: el más estudiado es la dopamina, aunque también se ha
analizado la influencia de la serotonina, glutamato y GABA.
Alteraciones estructurales: ensanchamiento ventricular, reducción o atrofia de la corteza cerebral.
Alta heredabilidad.
Volumen del cerebro reducido.
Espacios del ventrículo tercero y lateral aumentados en los pacientes con esquizofrenia.
Aunque estos hechos son consistentes, ninguno de ellos puede considerarse un aspecto necesario y
suficiente de esta enfermedad, ya que alteraciones similares o idénticas se encuentran en muchos otros
trastornos psiquiátricos.
Desde el enfoque psicológico, representado por Bleuler, se hacen dos importantes distinciones, entre
síntomas fundamentales y accesorios:
Síntomas fundamentales:
Asociación: asociaciones laxas. Se interrumpe el hilo que guía el pensamiento.
Descarrilamiento
Afectividad: aplanamiento afectivo. Ansiedad, tristeza, euforia, irritabilidad, hipersensibilidad.
Ambivalencia: valorativa (algo positivo y negativo a la vez); afectiva (agrado y desagrado); de la
voluntad (querer y no querer); intelectual (es y no es).
Autismo: mundo propio, desapego de la realidad y predominio de la vida interior.
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Síntomas accesorios:
Alucinaciones.
Delirios.
Perturbación de la memoria y el lenguaje.
Despersonalización.
Síntomas somáticos.
Síntomas catatónicos (estupor, manierismos, estereotipias…)
Síntomas agudos (estados melancólicos, maníacos…)
Esta clasificación no es válida a día de hoy, se han invertido los síntomas por parte de Schneider:
Sin embargo, en la actualidad los diagnósticos de esquizofrenia se realizan mediante recuentos, tener x
síntomas, prima la fiabilidad frente a la validez.
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TEMA 13
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