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SEMESTRE : 2022 – I
NIVEL : CUARTO
IQUITOS – PERÚ
2022
Análisis:
El catedrático Monroy nos señala que recursos son aquellos medios impugnatorios
utilizados “exclusivamente para atacar actos procesales contenidos en resoluciones”
(Monroy, 2010: p. 250) y los remedios son medios impugnatorios destinados a atacar actos
procesales no contenidos en resoluciones judiciales. Es así, que el legislador del
mencionado órgano judicial no las consideró un remedio o un recurso.
En ese sentido, nuestro legislador nacional CPC precisó en el Título XIII lo concerniente a la
aclaración de las decisiones judiciales, sin incluirlas en el Título XII en cuanto a las medidas
para solucionar el problema.
Partiendo de esta idea, es que no se les puede considerar dentro de la clase medios
impugnatorios. Dicha explicación que nos brinda el profesor Monroy es que “no es un
recurso, dado que si no se sabe qué expresa no es posible alegar la presencia de agravio y
por la misma razón, tampoco es posible asegurar que se está ante un determinado vicio o
error” (Monroy, 2010: p. 267).
Un gran sector de la doctrina ha considerado que la aclaración es un recurso, otro sector de
la doctrina considera que no es tal; incluso algunos la denominan como “falsa
impugnación” (Ramos, 1997: p. 513). Quienes están a favor de que es un recurso,
consideran que empleando un concepto amplio del mismo y en tanto la aclaración
modifica la sentencia, sí puede ser considerada como tal (Véscovi, 1988: p. 74); de otro
lado, “tiende a la revisión de una resolución judicial y su resultado puede traducirse en una
modificación de ella, participa de la naturaleza de los recursos” (Palacio, 1983: p. 68).
Quienes están en contra van a considerar que teniendo el recurso como finalidad la
rescisión de una resolución y su reemplazo por otra, con la aclaratoria no se aspira a ese
resultado, pues no se altera la volición pronunciada en el pronunciamiento impugnado
(Sentís, 1946, citado por Palacio, 1983: pp. 66-67); o que se busca interpretarla,
subsanando una deficiencia de expresión, no teniendo por objeto la aclaración la rescisión
o sustitución de la sentencia (Couture, 1950: pp. 309-310).
El plazo para interponer una solicitud de aclaración está limitado antes de la entrada en
vigor de la resolución, es decir, no se ha dictado resolución por parte de la autoridad
judicial, o si, tras el recurso de apelación, la solicitud se formula con anterioridad a la
imposición de una nueva sentencia dictada.
Por otro lado, una solicitud de aclaración se refiere solo a órdenes y sentencias, no a
decretos. La razón es que los decretos no resuelven nada, carecen de motivación y solo
ayudan al proceso.
Deberá tenerse en cuenta el plazo señalado en la norma para interponer una solicitud de
aclaración antes de que ésta surta efecto.
TITULO XIV
CONSULTA
Artículo 408°: Consulta
La consulta solo procede contra las siguientes resoluciones de primera instancia que no son
apeladas:
1. La que declara la interdicción y el nombramiento de tutor o curador;
2. La decisión final recaída en proceso donde la parte perdedora estuvo representada por
un curador procesal;
3. Aquella en la que el juez prefiere la norma constitucional a una legal ordinaria; y
4. Las demás que la ley señala.
También procede la consulta contra la resolución de segunda instancia no recurrida en
casación en la que se prefiere la norma constitucional. En este caso es competente la Sala
Constitucional y Social de la Corte Suprema.
Análisis:
Buscando un concepto simple podemos decir que la consulta es la petición de información,
opinión o consejo sobre una materia determinada.
Es un instituto que en sentido estricto no constituye un recurso impugnatorio, pero tiene
efectos procesales semejantes a la apelación.
No todas las audiencias judiciales transmitidas atienden a este interés personal, pero el
Estado puede tener ciertos intereses plasmados en ciertos juicios y ciertas resoluciones
emitidas por el poder judicial, presentados formalmente al superior para decidir sobre la
legitimidad de la consulta.
Con respecto a la técnica procesal utilizada en el CPC, se puede inferir que el legislador del
mencionado órgano judicial no considera la consulta como un remedio o recurso.
En ese orden de ideas, la explicación que brinda el profesor Monroy (2010: p. 268) es que
“la consulta no está dispuesta, como los recursos, para todos los procesos, sino que la ley
regula restrictivamente su uso”.
Ahora bien, tomando una posición sobre el tema tratado, no es correcto enmarcar a la
consulta dentro de los medios impugnatorios, es decir, los recursos. Solo en los casos
taxativamente señalados en la ley es necesario que el expediente se eleve en consulta para
que el proceso concluya.
La consulta procede en los siguientes casos:
I. La que declara la interdicción y el nombramiento de tutor o curador.
II. La decisión final recaída en proceso donde la parte perdedora estuvo representada por un
curador procesal.
III. Aquella en la que el juez prefiere la norma constitucional a una legal ordinaria.
IV. Las demás que la ley señala.
Análisis:
Consultar es elevar una resolución judicial al tribunal superior para su aprobación. Implica
re-examinar por parte del superior.
Como bien sabemos, la consulta es un procedimiento obligatorio por el que tiene que
transitar el proceso para que llegue a su conclusión en los casos expresamente previstos en
la ley (control difuso de constitucionalidad, sobre interdicción, etc.), en los que el interés
en la legalidad del proceso no responde solamente al interés privado de las partes.
Una vez que se presenta uno de los supuestos establecidos en el artículo 408 del CPC, el
expediente deberá ser elevado de oficio al superior jerárquico dentro de cinco días bajo
responsabilidad del auxiliar jurisdiccional. Luego, el plazo para expedir la resolución
definitiva es de cinco días después de la vista de la causa -la audiencia mediante la cual los
magistrados se reúnen para debatir el proceso materia de consulta y dejarlo al voto-. A
diferencia de la apelación, en la consulta los abogados no pueden informar ante la Sala por
estar prohibido expresamente.
La tramitación de la consulta impide que la resolución materia de consulta quede firme
pues los efectos de la resolución quedan suspendidos. Una peculiaridad de la consulta es
que la resolución que resuelve este procedimiento, en su parte resolutiva dispone el
“término aprobar” (Ledesma, 2008: p. 307) o no; lo que a diferencia de la apelación
dispone “confirmar”, “revocar” o “anular”.