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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

Universidad Nacional de la Amazonía Peruana

Facultad de Derecho y Ciencia Política

CURSO : DERECHO PROCESAL CIVIL III

SEMESTRE : 2022 – I

NIVEL : CUARTO

TEMA : “Análisis de los Art. 406-406 del CPC”

ALUMNO : INGA INUMA, PETER GABRIEL

FECHA DE ENTREGA : 15/ 08/ 2022

IQUITOS – PERÚ
2022

“Análisis de los Art. 406-406 del CPC”


TITULO XIII
ACLARACIÓN Y CORRECCIÓN
DE RESOLUCIONES

Artículo 406°: Aclaración


El juez no puede alterar las resoluciones después de notificadas. Sin embargo, antes que la
resolución cause ejecutoria, de oficio o a pedido de parte, puede aclarar algún concepto
oscuro o dudoso expresado en la parte decisoria de la resolución o que influya en ella. La
aclaración no puede alterar el contenido sustancial de la decisión.
El pedido de aclaración será resuelto sin dar trámite. La resolución que lo rechaza es
inimpugnable.

Análisis:
El catedrático Monroy nos señala que recursos son aquellos medios impugnatorios
utilizados “exclusivamente para atacar actos procesales contenidos en resoluciones”
(Monroy, 2010: p. 250) y los remedios son medios impugnatorios destinados a atacar actos
procesales no contenidos en resoluciones judiciales. Es así, que el legislador del
mencionado órgano judicial no las consideró un remedio o un recurso.
En ese sentido, nuestro legislador nacional CPC precisó en el Título XIII lo concerniente a la
aclaración de las decisiones judiciales, sin incluirlas en el Título XII en cuanto a las medidas
para solucionar el problema.
Partiendo de esta idea, es que no se les puede considerar dentro de la clase medios
impugnatorios. Dicha explicación que nos brinda el profesor Monroy es que “no es un
recurso, dado que si no se sabe qué expresa no es posible alegar la presencia de agravio y
por la misma razón, tampoco es posible asegurar que se está ante un determinado vicio o
error” (Monroy, 2010: p. 267).
Un gran sector de la doctrina ha considerado que la aclaración es un recurso, otro sector de
la doctrina considera que no es tal; incluso algunos la denominan como “falsa
impugnación” (Ramos, 1997: p. 513). Quienes están a favor de que es un recurso,
consideran que empleando un concepto amplio del mismo y en tanto la aclaración
modifica la sentencia, sí puede ser considerada como tal (Véscovi, 1988: p. 74); de otro
lado, “tiende a la revisión de una resolución judicial y su resultado puede traducirse en una
modificación de ella, participa de la naturaleza de los recursos” (Palacio, 1983: p. 68).
Quienes están en contra van a considerar que teniendo el recurso como finalidad la
rescisión de una resolución y su reemplazo por otra, con la aclaratoria no se aspira a ese
resultado, pues no se altera la volición pronunciada en el pronunciamiento impugnado
(Sentís, 1946, citado por Palacio, 1983: pp. 66-67); o que se busca interpretarla,
subsanando una deficiencia de expresión, no teniendo por objeto la aclaración la rescisión
o sustitución de la sentencia (Couture, 1950: pp. 309-310).

Tomando una posición sobre el tema, enmarcamos que la aclaración no se encuentra


dentro de los medios impugnatorios. Digamos que no es un recurso, toda vez que la
finalidad de aquel es: i) anular -eliminar los efectos de una decisión- o, ii) revocar -se
sustituye al órgano que ha emitido la resolución impugnada y expide nuevo
pronunciamiento-, dichas características que no posee la aclaración pues esta busca
esclarecer el sentido de la resolución judicial. También podemos decir que no es un
remedio, toda vez que consideramos que el CPC ha regulado eminentemente al recurso,
tanto es así que las disposiciones generales de los medios impugnatorios son aplicables al
recurso y no al remedio.
En ese sentido, consideramos a la aclaración como un poder -cuando es invocada por el
juez- pues esta se define como aquella “situación en la que alguien está en condición de
producir ciertos efectos jurídicos con un acto propio: ‘en otros términos, está en condición
de crear, o bien de modificar o extinguir, deberes y poderes’” (Irti, 2003: p. 96).

El plazo para interponer una solicitud de aclaración está limitado antes de la entrada en
vigor de la resolución, es decir, no se ha dictado resolución por parte de la autoridad
judicial, o si, tras el recurso de apelación, la solicitud se formula con anterioridad a la
imposición de una nueva sentencia dictada.
Por otro lado, una solicitud de aclaración se refiere solo a órdenes y sentencias, no a
decretos. La razón es que los decretos no resuelven nada, carecen de motivación y solo
ayudan al proceso.
Deberá tenerse en cuenta el plazo señalado en la norma para interponer una solicitud de
aclaración antes de que ésta surta efecto.

Artículo 407°: Corrección


Antes que la resolución cause ejecutoria, el juez puede, de oficio o a pedido de parte y sin
trámite alguno, corregir cualquier error material evidente que contenga. Los errores
numéricos y ortográficos pueden corregirse incluso durante la ejecución de la resolución.
Mediante la corrección las partes también piden al juez que complete la resolución
respecto de puntos controvertidos, pero no resueltos. La resolución que desestima la
corrección solicitada es inimpugnable.
Análisis:
De acuerdo al lenguaje podemos decir que la corrección es la modificación que se hace en
una cosa o a una persona para corregir sus faltas, errores, defectos o imperfecciones.
En el presente articulado nuestro legislador del CPC ha regulado en el Título XIII lo atinente
a la corrección de las resoluciones judiciales, no incluyéndolos dentro del Título XII referido
a medios impugnatorios.
Teniendo lo pertinente, es que no se le puede considerar a la corrección dentro de la clase
medios impugnatorios. La explicación que brinda el profesor Monroy es que “no es un
recurso porque puede ser utilizado de oficio y, además, porque no comparte la naturaleza
jurídica del error procesal, sino más bien del defecto formal en la redacción, es el caso del
error numérico o el ortográfico” (Monroy, 2010: p. 268).
La discusión en cuanto a su naturaleza es similar a la abordada en cuanto a la aclaración de
resoluciones judiciales.
Ahora, tomando una posición sobre el tema estudiado, enmarcamos a la corrección fuera
de los medios impugnatorios. No es un recurso, puesto que la finalidad de aquel es: i) anula
-busca eliminar los efectos de una decisión- o, ii) revocar - sustituye al órgano que ha
emitido la resolución impugnada y expide nuevo pronunciamiento-, características que no
posee la corrección pues esta busca enmendar un error material o completar algún punto
controvertido incurrido en la resolución judicial. Tampoco es un remedio, pues
consideramos que el CPC ha regulado eminentemente al recurso, tanto es así que las
disposiciones generales de los medios impugnatorios son aplicables al recurso y no al
remedio.
Entonces, consideramos a la corrección apenas como un mecanismo interno del proceso
que puede ser un pedido o solicitud -derecho subjetivo—formulado por las partes y
terceros legitimados; y un poder, si es el mismo juez, ex officio, quien la invoca, a fin de
corregir algún error material que contenga cualquier tipo de resolución (decreto, auto y
sentencia); o completar algún punto controvertido no resuelto en esta.
El plazo para la interposición del pedido de corrección tiene como límite antes de que la
resolución cause ejecutoria, es decir, que la resolución judicial no haya sido consentida, o si
habiéndose interpuesto recurso alguno se efectúa el pedido antes de que se emita el
nuevo pronunciamiento.
De otro lado, el pedido de corrección tiene por objeto -a diferencia de la aclaración- a los
autos, sentencias y también a los decretos. La razón para incluir a los decretos es que estos
también son susceptibles de contener errores materiales, siendo irrelevante que tengan o
no motivación, v. gr.: en un decreto, en el que se provee un apersonamiento respecto de
cual se consigna de manera errónea los datos del apersonado. Así pues, para el pedido de
aclaración sí exige que las resoluciones tengan motivación, por lo que los decretos no
pueden ser susceptibles de ser aclarados.
De igual manera, deberá tenerse en cuenta los plazos establecidos en el código para
interponer el pedido de corrección antes de que esta cause ejecutoria.

TITULO XIV
CONSULTA
Artículo 408°: Consulta
La consulta solo procede contra las siguientes resoluciones de primera instancia que no son
apeladas:
1. La que declara la interdicción y el nombramiento de tutor o curador;
2. La decisión final recaída en proceso donde la parte perdedora estuvo representada por
un curador procesal;
3. Aquella en la que el juez prefiere la norma constitucional a una legal ordinaria; y
4. Las demás que la ley señala.
También procede la consulta contra la resolución de segunda instancia no recurrida en
casación en la que se prefiere la norma constitucional. En este caso es competente la Sala
Constitucional y Social de la Corte Suprema.

Análisis:
Buscando un concepto simple podemos decir que la consulta es la petición de información,
opinión o consejo sobre una materia determinada.
Es un instituto que en sentido estricto no constituye un recurso impugnatorio, pero tiene
efectos procesales semejantes a la apelación.
No todas las audiencias judiciales transmitidas atienden a este interés personal, pero el
Estado puede tener ciertos intereses plasmados en ciertos juicios y ciertas resoluciones
emitidas por el poder judicial, presentados formalmente al superior para decidir sobre la
legitimidad de la consulta.
Con respecto a la técnica procesal utilizada en el CPC, se puede inferir que el legislador del
mencionado órgano judicial no considera la consulta como un remedio o recurso.
En ese orden de ideas, la explicación que brinda el profesor Monroy (2010: p. 268) es que
“la consulta no está dispuesta, como los recursos, para todos los procesos, sino que la ley
regula restrictivamente su uso”.
Ahora bien, tomando una posición sobre el tema tratado, no es correcto enmarcar a la
consulta dentro de los medios impugnatorios, es decir, los recursos. Solo en los casos
taxativamente señalados en la ley es necesario que el expediente se eleve en consulta para
que el proceso concluya.
La consulta procede en los siguientes casos:
I. La que declara la interdicción y el nombramiento de tutor o curador.
II. La decisión final recaída en proceso donde la parte perdedora estuvo representada por un
curador procesal.
III. Aquella en la que el juez prefiere la norma constitucional a una legal ordinaria.
IV. Las demás que la ley señala.

Artículo 409°: Trámite de la Consulta


Cuando proceda la consulta, el expediente es elevado de oficio.
El auxiliar jurisdiccional enviará el expediente al superior dentro de cinco días, bajo
responsabilidad.
La resolución definitiva se expedirá dentro de los cinco días siguientes a la vista de la causa.
No procede el pedido de informe oral.
Durante la tramitación de la consulta, los efectos de la resolución quedan suspendidos.

Análisis:
Consultar es elevar una resolución judicial al tribunal superior para su aprobación. Implica
re-examinar por parte del superior.
Como bien sabemos, la consulta es un procedimiento obligatorio por el que tiene que
transitar el proceso para que llegue a su conclusión en los casos expresamente previstos en
la ley (control difuso de constitucionalidad, sobre interdicción, etc.), en los que el interés
en la legalidad del proceso no responde solamente al interés privado de las partes.
Una vez que se presenta uno de los supuestos establecidos en el artículo 408 del CPC, el
expediente deberá ser elevado de oficio al superior jerárquico dentro de cinco días bajo
responsabilidad del auxiliar jurisdiccional. Luego, el plazo para expedir la resolución
definitiva es de cinco días después de la vista de la causa -la audiencia mediante la cual los
magistrados se reúnen para debatir el proceso materia de consulta y dejarlo al voto-. A
diferencia de la apelación, en la consulta los abogados no pueden informar ante la Sala por
estar prohibido expresamente.
La tramitación de la consulta impide que la resolución materia de consulta quede firme
pues los efectos de la resolución quedan suspendidos. Una peculiaridad de la consulta es
que la resolución que resuelve este procedimiento, en su parte resolutiva dispone el
“término aprobar” (Ledesma, 2008: p. 307) o no; lo que a diferencia de la apelación
dispone “confirmar”, “revocar” o “anular”.

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