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Unidad 2.

El Coaching como actividad de


desarrollo. Fundamentos.

Introducción:

El Coaching se construye sobre tres fundamentos, tres interpretaciones acerca de la


realidad que facilitan al coach acercarse a la visión que tiene su coachee acerca del
mundo.

Son tres interpretaciones poderosas que amplían nuestra perspectiva y nos ayudan en
el proceso de Coaching.

En la primera de ellas aprendemos el tipo de respuesta que podemos dar a las cosas
que vivimos. En la segunda obtenemos una forma particular y poderosa de entender al
ser humano. Y por último, reflexionamos acerca de cómo aprendemos las personas.

Objetivos:

Al terminar esta unidad del curso, los alumnos podrán:

! Reconocer hasta qué punto asumen la responsabilidad acerca de los


resultados que obtienen en sus vidas.

! Modificar el tipo de respuesta que dan a los acontecimientos con los que se
enfrentan, si no están obteniendo los resultados que desean.

! Explicar el comportamiento humano desde una nueva perspectiva de


Coaching.

! Reconocer los conceptos que permiten realizar un aprendizaje profundo.


Contenidos:

1. Responsabilidad.

1.1. Respuestas Víctima.


1.2. Respuestas Responsables.
1.3. Locus de Control.

2. Persona.

2.1. Corporalidad.
2.2. Lenguaje.
2.3. Emoción.

3. Aprendizaje.

3.1. La zona de confort.


3.2. Aprendizaje de doble bucle.
3.3. El ciclo del aprendizaje continuo.
Resumen:

El Coaching se construye sobre tres fundamentos que facilitan al coach comprender la


visión que tiene su coachee acerca del mundo y trabajar para modificarla.

El primero de ellos nos habla acerca del tipo de respuestas que aporta el coachee
para explicar aquello que le acontece en la vida. Cuando el coachee da explicaciones
víctima, está colocando el énfasis fuera de él. Por el contrario, cuando las
interpretaciones son de responsabilidad, se hace cargo de los resultados que obtiene,
pudiendo entonces modificar sus actuaciones para conseguir cosas distintas.

El segundo fundamento se refiere a la manera como se interpreta el ser humano


desde una perspectiva de Coaching. En este punto hemos trabajado con tres variables
que nos describen, y que además aportan valiosa información y sirven, a su vez, de
palanca para el cambio. Estas tres variables son la corporalidad, las emociones y el
lenguaje, constituyéndose éste último en el principal recurso del Coaching.

Y por último, nos hemos acercado al concepto de aprendizaje para ver que existen
diferentes maneras de cambiar, en función de la profundidad de la transformación que
se persiga.
1. Responsabilidad.

La inmensa mayoría de los seres vivos viven sus vidas de forma “no responsable”,
dejándose llevar por lo que el destino tiene reservado para ellos. Podemos interpretar
que estos seres vivos no disponen de la capacidad para hacerse cargo de su
existencia.

Un claro ejemplo de ello son los animales. Una cebra, en la sabana africana, se
preocupará básicamente por comer y mantener su supervivencia hasta poder
reproducirse, garantizando con ello que su material genético se transmitirá a la
siguiente generación. Vivirá en función de lo que va encontrando en su vida. Si
necesita comida, se moverá junto con su manada a un nuevo lugar donde pueda
encontrar pasto. Si un depredador amenaza su vida, huirá para salvarse.

La cebra de nuestro ejemplo reacciona a las situaciones, no toma partido en ellas, no


decide qué es lo que va a hacer con su vida. Tampoco se plantea si lo que está
obteniendo de su existencia es aquello que quiere o desea.

Los seres humanos no tenemos porque hacer esto, aunque en ocasiones


encontremos casos flagrantes de que ello es así. Los seres humanos podemos elegir
tener responsabilidad sobre nuestras vidas.

Según algunas corrientes filosóficas, el ser humano está destinado a ser libre y a
escoger sus acciones. Por ejemplo, el filósofo alemán Martin Heidegger afirmaba que
el ser humano tiene que hacerse cargo de su ser, y la forma en que lo haga influirá en
toda su existencia.

En contraste con las aportaciones de Descartes, que describía a un ser humano


encerrado en sí mismo y enfrentado a un mundo totalmente ajeno, Heidegger propone
que el ser humano se define por su relación con el mundo.

Haz un experimento: coge un bolígrafo o un lápiz en tu mano. Ahora abre la mano, el


bolígrafo o lo que hayas utilizado caerá. ¿Por qué ha caído? Hay dos posibles
explicaciones para este hecho:

! El bolígrafo ha caído por la ley de la gravedad. Si no existiera una fuerza que


atrae los objetos hacia el centro de la Tierra, el bolígrafo hubiera quedado
flotando en el aire cuando has abierto la mano.

! El bolígrafo ha caído porque has abierto la mano. Si no hubieras abierto tu


mano, el objeto no habría caído.

Este ejercicio no es banal, como tampoco lo es la respuesta que hayas escogido para
explicar el resultado. Ante cualquier acontecimiento, podemos responder de dos
maneras que tendrán consecuencias muy diferentes en nuestras vidas.

Con la primera explicación, ponemos la responsabilidad fuera de nosotros. Con la


segunda asumimos la responsabilidad del acto, que no la culpa. La primera
explicación es tranquilizadora, la segunda es generativa. Cada una de ellas provocará
respuestas y acciones claramente distintas, que determinarán lo que podemos obtener
en nuestra vida.
Un ejemplo de ambos tipos de respuestas se dio en el famoso accidente de aviación
ocurrido en los Andes en 1972.

*Vídeo: Milagro en los Andes. Documental del Canal Historia.


http://www.youtube.com/watch?v=3SVcDZf-0NU

El equipo de rugby uruguayo Old Christians, formado por alumnos del colegio Stella
Maris, alquiló un avión de la Fuerza Aérea de su país para acudir a jugar un partido
contra un equipo chileno. En el avión viajaban 45 personas, entre los componentes del
equipo y acompañantes, y los miembros de la tripulación.

El viernes 13 de octubre de 1972, cuando cruzaban la cordillera de los Andes entre


Argentina y Chile, se produjo el accidente. Al primer impacto del avión con las
montañas sobrevivieron 27 pasajeros, y entre ellos se dieron los dos tipos de
respuestas.

Algunos de los supervivientes esperaron legítimamente que les rescataran.


Presuponían que, una vez la torre de control del aeropuerto perdió su pista, iniciaría el
protocolo de rescate.

Este es un ejemplo de respuesta víctima, porque ponía el control de la situación fuera


de ellos. Las expresiones que acompañan a este ejemplo son: “no os preocupéis,
vendrán a rescatarnos”, “ellos se harán cargo de encontrarnos y sacarnos de aquí”.

El drama se intensificó cuando, unos días después del accidente, escucharon por
radio que se habían suspendido las labores de búsqueda porque las autoridades
presuponían que nadie podía sobrevivir a un impacto en los Andes, ni tampoco a las
duras condiciones climatológicas de la cordillera.

Otros supervivientes respondieron de manera responsable, tomando la iniciativa sobre


su destino. Concretamente Nando Parrado y Roberto Canesa, quienes cruzaron los
Andes a pie en búsqueda de ayuda para sus compañeros y ellos mismos. La aventura
les salió bien, lo mismo que podía haber acabado en tragedia. Sin embargo, se
hicieron responsables de sus vidas.

En el fragmento de vídeo que se incluye en este ejemplo, Nando Parrado pronuncia


una frase vital para lo que estamos explicando. Cuando oyeron que les daban por
muertos, él pensó “yo sabía que moriría, pero moriría intentándolo”.

Afortunadamente para la mayoría de nosotros las circunstancias de nuestra vida no


son tan trágicas, pero igualmente podemos instalarnos en cualquiera de los dos tipos
de respuesta. Podemos hacernos responsables de los resultados que obtenemos en
nuestras vidas, o podemos ser víctimas de las circunstancias.

1.1. Respuestas Víctima.

Las respuestas víctima son explicaciones tranquilizadoras que nos damos a nosotros
mismos, en relación con las circunstancias de nuestra vida. No son tranquilizadoras
porque solucionen nada, sino porque con ellas nos declaramos inocentes y ponemos
la responsabilidad de lo que nos sucede fuera de nosotros.
Este tipo de respuestas se reconocen por comentarios tales como “si no fuera por… la
culpa es de… yo soy así…”

Explicamos lo que nos pasa y los resultados que obtenemos por causas ajenas a
nosotros. De alguna manera, nos declaramos incapaces de hacer nada por variar la
situación.

Es importante darnos cuenta de que, con este tipo de explicaciones, el Coaching no es


posible. ¿Cómo vamos a desplegar nuestro potencial, si los resultados que estamos
obteniendo son responsabilidad de personas o situaciones que están fuera de
nosotros y de nuestro control?

Este tipo de explicaciones se ve facilitado por la idea de determinismo. El


determinismo es la teoría que afirma que todos los acontecimientos están
determinados por algún motivo, lo cual quiere decir que la realidad es consecuencia
directa de alguna causa, siendo esta causa mayoritariamente ajena a nosotros.

Nuestra sociedad y nuestra cultura, a través del aprendizaje en la escuela o en casa,


nos inculca de una manera u otra algún tipo de determinismo.

! Determinismo genético.

Fue propuesto por Charles Darwin, a partir de su teoría acerca de la evolución


de las especies. Podríamos decir que somos como somos, y obtenemos los
resultados que tenemos, a causa de nuestra herencia genética.

Los genes de nuestros antepasados, transmitidos de generación en


generación, determinan cómo somos en la actualidad. De esta manera, la
responsabilidad de lo que obtenemos es de nuestra configuración genética.

! Determinismo ambiental.

En este caso, el determinismo ambiental fue propuesto por Sigmund Freud, a


partir de sus aportaciones al psicoanálisis. Somos como somos como
consecuencia de la forma en que nuestros padres nos educaron.

El ambiente en el que pasamos los primeros años de nuestra vida determinan


cómo somos en la actualidad.

! Determinismo social.

Por último, el determinismo social proviene de las hipótesis de Karl Marx


acerca de la lucha de clases. Somos como somos por la sociedad en la que
vivimos.

El sistema social y económico en el que nos desenvolvemos son los


responsables de los resultados que obtenemos.

Con estas explicaciones, siempre habrá un motivo externo a nosotros que nos libre de
tener responsabilidad en lo que nos pasa, pero eso también impedirá que podamos
tener responsabilidad en la solución.
Este tipo de respuestas nos colocan en el rol de víctima, porque nos declaramos no
responsables, pero también impotentes e incompetentes para dar una respuesta.

En definitiva, estas respuestas cierran posibilidades de acción. El Coaching consiste


precisamente en abrir posibilidades de acción en nuestros clientes, con lo cual
debemos primero advertir qué tipo de respuestas ofrecen ante lo que obtienen con sus
vidas, para poder modificarlas a responsables en el caso de que sea necesario.

1.2. Respuestas Responsables.

Tal como hemos visto hasta ahora, las respuestas responsables son explicaciones
generativas que nos damos a nosotros mismos, en relación con las circunstancias de
nuestra vida.

En este caso es importante repetir que responsabilidad no implica culpabilidad. No


necesariamente lo que ocurre en nuestra vida es consecuencia directa de nuestras
acciones, pero si damos una explicación responsable nos hacemos cargo de la posible
solución.

Esto es, precisamente, lo que podíamos observar mediante el ejemplo que hemos
trabajado antes acerca del accidente de aviación de los Andes. Los pasajeros del
avión no fueron culpables del desastre, ellos no pilotaban el avión. Sin embargo, si
podían sentirse y hacerse responsables de salir de la situación en la que se
encontraban.

Cuando damos explicaciones responsables o generativas, podemos asumir el poder


que tenemos para buscar respuestas y soluciones, que por poco que sea, siempre
será alguno. Nos abren posibilidades de acción, de responder a una situación, y nos
transforman en protagonistas, al contrario de lo que ocurre con las explicaciones
víctimas.

1.3. Locus de Control.

Ambos conceptos: víctima versus responsable, coinciden con el concepto psicológico


de Locus de Control.

Este constructo asume que existen diferentes tipos de personas, en función de donde
colocan el control de sus vidas.
Las personas con Locus de Control Interno colocan el control de sus vidas en su
interior. Son responsables. Consideran que su comportamiento y acciones son sobre
todo lo que determina muchos de los acontecimientos que se dan en su existencia.

Por supuesto, nadie es responsable al 100% de los resultados que obtiene en su vida,
pero mantener una visión como esta de la realidad nos ayuda a modificar nuestro
comportamiento para acercarnos a aquello que queremos.

Las personas con Locus de Control Externo colocan el control de sus vidas en el
exterior. No son responsables. Consideran que lo que les ocurre se debe al azar, la
suerte, otras personas o el destino.

Mantener una visión como esta hace que la persona pierda el control sobre su vida. Si
no todo es responsabilidad nuestra, esto también se entiende desde el punto de vista
contrario, con lo cual no todo es responsabilidad de lo que está fuera de nuestra
capacidad de actuación.

Todos nosotros podemos colocarnos en algún punto del continuo, entre los extremos
Interno y Externo.

*Cuestionario Locus de Control. Utiliza la siguiente escala para valorar la medida en


que estás de acuerdo con cada una de estas preguntas:

1. Fuertemente en desacuerdo.
2. En desacuerdo.
3. Ligeramente en desacuerdo.
4. Ni en acuerdo ni en desacuerdo.
5. Ligeramente de acuerdo.
6. De acuerdo.
7. Fuertemente de acuerdo.

Por lo general, cuando consigo lo que quiero es porque me he


1.
esforzado para lograrlo.

Cuando hago planes, estoy casi seguro que conseguiré que lleguen a
2.
buen término.

Prefiero los juegos que dependen de la suerte a los que sólo


3.
requieren habilidad.

4. Si me lo propongo, puedo aprender casi cualquier cosa.

Mis mayores logros se deben más que nada a mi trabajo duro y a mi


5.
capacidad.
Por lo general no me fijo metas porque se me hace muy difícil hacer
6.
lo necesario para alcanzarlas.

7. La competencia desanima la excelencia.

8. Las personas a menudo salen adelante por pura suerte.


En cualquier tipo de prueba o examen me gusta comparar mi
9.
puntuación con las de los demás.

Pienso que no tiene sentido empeñarme en conseguir algo que es


10.
demasiado difícil para mí.
Adaptado de Burguer, J.M., Personality. Therory and Reserch, Wadsworth, Belmont,
California (1996).

Para conocer tu puntuación, invierte los valores que hayas escogido para las
preguntas 3, 6, 7, 8 y 10. Por ejemplo, si en algún caso has puntuado con 1, tienes
que convertir esa puntuación en 7, y así sucesivamente.

Suma la puntuación, una vez invertidas las preguntas anteriores. La puntuación


promedio es de 52 puntos. Cuanto más alta sea tu puntuación, tanto mayor es tu
grado de Locus de Control Interno. Las puntuaciones bajas se asocian con alto Locus
de Control Externo.

El coach preguntará a su coachee qué tipo de historia elige contar: la de víctima o la


responsable. Con la primera no puede haber Coaching, porque el coachee debe tener
capacidad de actuar: responsabilidad.

Si hay historia de víctima, es probable que se deba a que el coachee no sea capaz de
ver por sí mismo qué vías de acción tiene ante una determinada situación. Entonces
será tarea del coach ayudarle a abrir nuevas posibilidades.

El proceso de Coaching es un proceso de asunción de responsabilidad.

Viktor Frankl (1905-1997) fue un psiquiatra vienés y judío. Sobrevivió desde 1942
hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, como Auschwitz y Dachau. A
partir de estas experiencias límite en su vida, creó una terapia conocida como
Logoterapia.

La Logoterapia propone que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser


humano. Según esta orientación psicológica, las personas no nos movemos por la
búsqueda del placer o el poder, sino por encontrar un sentido a nuestra vida. El ser
humano es un ser en busca de sentido.

Precisamente, en su libro El hombre en busca de sentido, Viktor Frankl dice:

“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las
libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de
circunstancias, para decidir su propio camino.

Aún cuando condiciones tales como la falta de sueño, la alimentación


insuficiente y las diversas tensiones mentales pueden llevar a creer que los
reclusos se veían obligados a reaccionar de cierto modo, en un análisis
último se hacía patente que el tipo de persona en que se convertía un
prisionero era el resultado de una decisión íntima y no únicamente
producto de la influencia del campo”.
2. Persona.

Empezamos a hablar del fundamento de persona mediante la noción de que los seres
humanos no tenemos acceso a la realidad tal cual es, sino que la interpretamos.

Primero, porque somos incapaces de captar la realidad tal cual es. Nuestros sentidos,
por su estructura, no pueden percibir toda la gama de estímulos que se dan en la
naturaleza. Por ejemplo, no podemos ver los colores infrarrojos, ni los ultravioleta, así
como tampoco podemos oír los ultrasonidos.

En segundo lugar, porque interpretamos los datos a los que tenemos acceso. No
sabemos cómo son las cosas realmente, sólo sabemos cómo las interpretamos. La
forma como damos sentido a nuestra realidad nos dice cómo es la persona.

Por ejemplo, si vamos a pasear por la playa de noche y miramos hacia el cielo, vemos
un montón de estrellas. Imagina que acudes al mismo paisaje al día siguiente, con un
amigo que sea astrólogo, en el mismo cielo verá la constelación de Aries, la de
Capricornio, la de Cáncer… Y por último, si en un tercer día vamos a la misma playa
con una amiga astróloga, nos enseñará la Vía Láctea, la Osa Mayor, Venus, Júpiter,
Saturno…

El cielo es el mismo, las estrellas también, pero las interpretaciones varían en función
de los conocimientos del observador. ¿Qué interpretación es la correcta? ¿Cuál es la
acertada? Todas.

Así pues, no podemos decir que una única interpretación de la realidad sea la
acertada y el resto sean incorrectas. Pero esta noción nos da la clave acerca de
comprender las visiones que puedan tener diferentes observadores.

La interpretación que hacemos de la realidad se construye a través de múltiples


variables como:

! Las experiencias personales que tenemos cada uno de nosotros.

! Nuestra cultura y los conocimientos que hemos adquirido a lo largo de los


años.

! Las expectativas que mantenemos acerca de lo que nos deparará cualquier


situación.

! El entorno en el que nos hemos criado, la familia en la que hemos crecido y


sus tradiciones y costumbres.

! Incluso el momento personal por el que estamos pasando.

El conjunto de estas variables es lo que denominamos la “mochila” personal que todos


nosotros llevamos cargada a la espalda.

Además de lo indicado, desde una perspectiva de Coaching se interpreta al ser


humano como compuesto por tres variables o dominios diferentes, pero sistémicos, es
decir, relacionados entre sí.
El hecho de que sean sistémicos implica que están interrelacionados, de manera que
cuando se modifica uno de ellos, los demás también cambian.

! Lo que ocurre en el dominio del lenguaje se refleja en las emociones y en el


cuerpo.

! Lo que ocurre en el dominio de las emociones, se refleja en el lenguaje y en el


cuerpo.

! Lo que ocurre en el dominio del cuerpo se refleja en el lenguaje y las


emociones.

Esto nos permite una primera aproximación al cambio, dentro del proceso de
Coaching: modificando uno o dos de estos dominios, accedemos al tercero. Podemos
cambiar nuestras emociones a través de nuestra corporalidad y nuestro lenguaje. De
hecho, uno de los cambios más rápidos y efectivos que podemos llevar a cabo, es a
través de nuestra corporalidad.

2.1. Corporalidad.

Nuestro cuerpo, la postura que mostramos, y la forma que tenemos de movernos, es


una forma de comunicación hacia los demás y hacia nosotros mismos. Tal como
hemos visto, nuestra corporalidad afecta a nuestras emociones, y por consiguiente,
también a nuestro lenguaje.

Sólo tenemos que ver cómo es nuestra postura corporal en momentos determinados,
como cuando estamos tristes o contentos. En el primero de los casos, mantenemos la
cabeza baja, los hombros echados hacia delante, caminamos más lentamente y
arrastramos los pies. En el segundo supuesto, la cabeza está erguida, los hombros
hacia atrás, la espalda recta, y nos movemos con energía y determinación.

No podemos afirmar con rotundidad qué es lo que provoca qué: ¿nuestra corporalidad
es así porque nos sentimos de una manera determinada (tristes/contentos)?, ¿o nos
sentimos tristes o contentos porque nuestra corporalidad es de una manera
determinada? Pero esta reflexión nos permite emplear nuestra postura corporal para
cambiar nuestras emociones.

*Vídeo del Canal Historia: Los secretos del lenguaje corporal.


https://www.youtube.com/watch?v=DzHQKi_zY0c
Los seres humanos actuamos de acuerdo a cómo somos. Por ejemplo, las personas
que son tímidas actúan en función de cómo son. Las personas atrevidas actúan de
manera atrevida. Y así para cualquier manera de ser que se nos pueda ocurrir. Pero
esta función es “reversible”, es decir, que podemos actuar de forma diferente, para
llegar a ser personas diferentes.

Así pues, podemos decir que los seres humanos no sólo actuamos de acuerdo a cómo
somos, sino que también podemos ser de acuerdo con cómo actuamos.

Esta es una premisa fundamental para hacer Coaching: la factibilidad del cambio. Para
hacer posible el cambio hay que orientarse al futuro. Orientarse al futuro conlleva
liviandad, posibilidad de hacer cosas nuevas, mientras que centrarse en el pasado es
“pesado”, nos ancla en lo que siempre hemos hecho, no nos da posibilidades de hacer
cosas nuevas.

El pasado sólo describe lo que hemos hecho o conseguido hasta el momento, no tiene
por qué determinar lo que somos capaces de hacer o conseguir en el futuro. Cuando
nos damos cuenta de esta premisa, se abre ante nosotros un amplio abanico de
posibilidades.

2.2. Lenguaje.

Durante mucho tiempo se ha considerado al lenguaje como un instrumento descriptivo


y, por lo tanto, pasivo. Primero existe la realidad, y el lenguaje se utiliza para
describirla.

Un nuevo acercamiento al lenguaje nos permite verlo como activo y generativo. A


través del lenguaje tenemos la capacidad de generar nuevas realidades que antes no
existían.

Por ejemplo, cuando planeamos unas vacaciones utilizamos el lenguaje para crear
una nueva realidad. No estamos describiendo nada, porque las vacaciones aún no se
han producido.

Otro ejemplo es cuando saludamos a un conocido por la calle. En esta situación,


tampoco estamos describiendo nada. Lo que hacemos es construir la relación que
mantenemos con esa persona.

Por este motivo, la principal herramienta del Coaching es el lenguaje: aprovecha la


capacidad que tiene para generar un nuevo mundo para el coachee, un mundo de
posibilidades en contraposición con el mundo limitado que tiene ahora mismo.

2.2.1. Los actos lingüísticos.

Los seres humanos, hablemos en el idioma que hablemos, siempre hacemos cinco
cosas con el lenguaje, los llamados actos lingüísticos.
La identificación de estos actos lingüísticos en el discurso del coachee, y el
conocimiento acerca de cómo modificarlos para abrir posibilidades de acción, son
herramientas que permiten al coach conseguir cambios consistentes en el
comportamiento de sus clientes.

! Afirmaciones.

Las afirmaciones son descripciones de la realidad. Son actos lingüísticos con


los cuales narramos lo que percibimos. Se basan en datos empíricos
observables, medibles, confirmables y compartidos consensuadamente por los
miembros de una misma comunidad.

Por ejemplo, si decimos “hoy hace un buen día”, no estamos describiendo


nada, sólo damos nuestra opinión acerca del tiempo. En cambio si decimos “la
temperatura de hoy es de 24º”, esto sí será una afirmación, porque estamos
basándonos en datos observables y medibles. Cualquier otra persona puede
ver un termómetro y confirmar si lo que estamos diciendo es verdadero o falso.

Son afirmaciones tanto las descripciones que hacemos sobre hechos del
presente, como en el ejemplo anterior, como otras descripciones que podemos
realizar acerca de hechos pasados o futuros, que igualmente puedan ser
medibles y confirmables. Por ejemplo, cuando decimos que el muro de Berlín
fue de derruido el 15 de agosto de 1989, estamos haciendo una afirmación
(aunque falsa, porque la fecha real de su destrucción fue el 9 de noviembre de
1989).

! Declaraciones.

Mediante las declaraciones no hablamos del mundo, no describimos nada, sino


que generamos un mundo nuevo.

Por ejemplo, cuando decimos “me voy a ir de vacaciones”, “quiero cambiar de


trabajo”, “quiero tener un hijo”, “voy a estudiar”…

Las declaraciones implican una decisión que nos permite construir nuevas
posibilidades. Conllevan un doble compromiso, por un lado el tener la autoridad
para hacer la declaración, y por otro, el mantener un comportamiento
consistente con lo declarado.

Las declaraciones no son verdaderas o falsas, sino que son válidas o inválidas,
según el poder y la autoridad de la persona que las realiza. En este sentido,
distinguimos tres tipos de poder, relacionados con las declaraciones que
formulamos:

o Un poder relacionado con la autoridad formal, que es el que tienen


los jueces, los árbitros, los jefes, etc.

o Un poder relacionado con la autoridad informal, como el que mostró


Gandhi al declarar que la India iba a ser libre.

o Un poder relacionado con la fuerza, como el que exhibió George W.


Bush al declarar la guerra a Irak.
El inicio de un proceso de Coaching, el quiebre, también es una declaración.
Mediante el quiebre, el coachee declara que hay algo en su vida que quiere
cambiar.

! Pedidos, Ofertas y Promesas.

Los tres últimos actos lingüísticos son los que nos permiten coordinar acciones
con los demás, abarcando más posibilidades de acción de lo que podríamos
por nosotros mismos.

Cualquiera de los tres, pedidos, ofertas o promesas, deben seguir un patrón


para que sean efectivos:

Yo te (pido/ofrezco/prometo) X, en un tiempo Y, con unas condiciones de


satisfacción Z.

Esta fórmula estándar contiene los tres elementos fundamentales para que un
pedido, una oferta o una promesa sean efectivos:

o El objeto del pedido, oferta o promesa. Es importante concretar,


sobre todo cuando nos estamos refiriendo a abstracciones. Cuando
le pedimos a alguien su apoyo, confianza o implicación, nosotros
tendremos una imagen mental exacta de lo que estamos diciendo,
pero es muy probable que la imagen que tenga la otra persona sea
diferente. Si no concretamos, probablemente daremos lugar a malos
entendidos.

o El tiempo que vamos a emplear en hacer algo, o en el que


necesitamos que algo esté hecho.

o Y por último, el elemento más olvidado, que son las condiciones de


satisfacción. Es fundamental concretar qué necesitamos y para qué
lo necesitamos.

2.2.2. Afirmaciones versus Juicios.

! Juan mide 1,90 cm. ! Juan es alto

! Sandra siempre sale tarde de


! Sandra está muy motivada
trabajar

! Carlos se lleva bien con todo el


! Carlos es buen líder
mundo

En todos estos ejemplos, ambas frases reflejan cosas parecidas, pero en realidad no
son iguales. Las primeras son afirmaciones, y las segundas son juicios.

Los juicios son una forma de declaración. Expresan nuestras opiniones y reflejan la
forma como interpretamos la realidad.
Ni afirmaciones ni juicios son buenos o malos en sí mismos. Las afirmaciones pueden
ser ciertas o falsas, mientras que los juicios pueden ser fundados o infundados.

El problema surge cuando confundimos un juicio con una afirmación. En algunos


casos, esta confusión no tendrá más relevancia, pero en otros puede abrirnos o
cerrarnos posibilidades de acción de manera dramática.

La siguiente metáfora extraída del libro Déjame que te cuente de Jorge Bucay, nos lo
muestra:

“Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me


gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la
atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal
preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala
de su peso, un tamaño y una fuerza descomunales… Pero después de su
actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre
permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una
cadena que aprisionaba una de sus patas.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas


enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y
poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de
cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por


qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los


mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el
misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se
escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: “Si está amaestrado, ¿por qué lo


encadenan?”.

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo,


olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me
encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna
vez.

Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo
suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca


parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la


estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y
sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió,
porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y
al otro día, y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el
animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque,


pobre, cree que no puede.

Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de


nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.

Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza…

Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo
atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando
que “no podemos” hacer montones de cosas, simplemente porque una
vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo
conseguimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en
nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.

Nuestros juicios, en muchas ocasiones, actúan igual que la estaca lo hace con el
elefante. En el Coaching, uno de los momentos más transformadores, es cuando
hacemos consciente al coachee de los juicios limitadores que mantiene.

Una manera de cuestionar los juicios es fundamentándolos, lo cual podemos hacer de


la siguiente manera:

! Buscar ejemplos concretos que apoyen el juicio.

Es conveniente huir de las generalizaciones (siempre/nunca). Y también es


muy importante buscar ejemplos concretos que vayan en contra de nuestra
opinión.

! Concretar los estándares.

Un juicio no se hace en el vacío, siempre se compara con algo. Cuando


pensamos que no somos buenos en algo, nos estamos comparando
consciente o inconscientemente, con la actuación de otra persona en el mismo
dominio. Por ejemplo, si alguien dice: “no soy bueno en matemáticas”,
podríamos averiguar con qué persona se está comparando.

! Definir el dominio concreto.

Los juicios también se enmarcan en un contexto determinado. Si decimos que


alguien es impuntual, ¿a qué dominio nos estamos refiriendo? ¿Es impuntual
en el trabajo? ¿Cuándo queda con sus amigos? ¿El día de su boda?

Desarrollar los tres pasos anteriores para fundamentar un juicio nos permite saber si el
juicio es limitante, si nos está ayudando a conseguir nuestros objetivos, o si es
relevante.
2.2.3. Metamodelo del lenguaje.

El Metamodelo es una herramienta de la Programación Neurolingüística (PNL).

La palabra “meta” proviene del griego, y significa más allá, o a un nivel diferente. En
este caso, el Metamodelo está compuesto por una serie de preguntas que nos
permiten comprender lo que significan las palabras. Es la utilización del lenguaje para
clarificar el lenguaje.

En general, cuando hablamos hacemos tres tipos de cosas: omisiones,


generalizaciones y distorsiones.

*Búsqueda del tesoro. Averigua, a través de Internet, qué es la PNL y cómo funciona
el Metamodelo.

Para ello, sigue las siguientes pistas:

! Para saber más acerca de la PNL: Wikipedia.


! Para saber más acerca del Metamodelo y sus preguntas:
http://www.javiermalonda.com/ehc/el-metamodelo-del-lenguaje/
http://books.google.es/books?id=L84Cee6CtEUC&pg=PA135&dq=metamodelo
+lenguaje&hl=ca&sa=X&ei=j58SVK7PL4PfaKv7gcAP&ved=0CG4Q6AEwCQ#v
=onepage&q=metamodelo%20lenguaje&f=false (páginas 136 y 137).

Profundizaremos en la PNL y sus herramientas en la siguiente Unidad Formativa del


curso.

2.3. Emoción.

Los seres humanos somos seres emocionales, nuestros sentimientos están mucho
más presentes en nuestra vida de lo que somos conscientes. Y ello es debido a la
forma como funciona nuestro cerebro.

El modelo de evolución del cerebro propuesto por MacLean, también denominado


cerebro triúnico, propone que este ha ido creciendo desde dentro hacia afuera,
conformando la estructura:

! Lo que denomina "cerebro reptiliano" se refiere al tronco encefálico y el


cerebelo; es la parte más primitiva, regula las funciones vitales básicas:
respiración, metabolismo, músculos y equilibrio y reacciones automáticas, o
instintivas.

! El sistema límbico es el responsable de nuestras emociones, también de la


memoria y las relaciones sociales. Este sistema incluye la amígdala, el
hipotálamo y el hipocampo. Necesita funcionar junto con el neocórtex para
procesar las emociones.

! El neocórtex, o corteza cerebral, es la parte más evolucionada, la que nos hace


propiamente humanos. Nos permite pensar, razonar, hacer planes y manejar
nuestra parte más instintiva.
Mediante nuestro cerebro racional es como tenemos conciencia emocional, es decir, la
capacidad para reconocer las emociones y sus efectos, tanto en nosotros mismos
como en los demás.

Hay diferentes estilos de personas en cuanto a la forma de atender o tratar con sus
emociones:

! Las personas conscientes de sí mismas, que disfrutan de una vida emocional


desarrollada. Su atención les ayuda a controlar sus emociones.

! Las personas atrapadas en sus emociones, que sienten que no pueden


controlar su vida emocional y no tratan de escapar de los estados de ánimo
negativos.

! Las personas que aceptan resignadamente las emociones, suelen percibir con
claridad lo que están sintiendo, pero tienden a aceptar pasivamente sus
estados de ánimo y no tratan de cambiarlos.

Para conseguir una adecuada conciencia emocional, una distinción a incorporar es la


diferencia entre emociones y estados de ánimo.

EMOCIONES ESTADOS DE ÁNIMO

Reactivas, suceden como consecuencia Predisponen para la acción y definen el


de alguna cosa espacio de acciones posibles

Podemos identificar qué las dispara Son contagiosos

Temporalidad corta Temporalidad larga

Los estados de ánimo definen cómo somos a nivel de sentimientos. Estados de ánimo
positivos definen espacios de acciones más amplios que estados de ánimo apáticos o
tristes.

Otra de sus características es que son contagiosos. Cuando nos rodeamos de


personas positivas, éstas nos transmiten de alguna manera sus emociones. Y lo
mismo sucede cuando nos rodeamos de personas negativas, pero en este caso los
efectos son también negativos.

Los estados de ánimo son más difíciles de modificar que las emociones, requieren de
más tiempo, por eso consideramos que es mejor centrarse en modificar las
emociones.

Las emociones son más cambiantes que los estados de ánimo, y siempre son
consecuencia de algo, ya sea un estímulo del exterior o un pensamiento propio. Esta
característica permite que podamos identificar qué estímulo concreto dispara cada una
de nuestras emociones.

Cuando identificamos qué aspectos concretos de nuestra realidad nos provoca


emociones positivas, podemos de alguna manera colocar esas cosas activamente en
nuestra vida. No se trata de estar siempre felices y contentos, pero sí de cambiar
nuestras emociones si éstas no son las más apropiadas para conseguir nuestros
objetivos.

Por ejemplo, si tenemos una reunión importante en el trabajo y estamos alicaídos,


podemos escuchar música para prepararnos emocionalmente. Todos tenemos alguna
canción que nos anima de forma automática. Y la música es un estímulo muy
poderoso para cambiar emociones de forma rápida y eficaz.

Lo importante es ser conscientes de que no somos responsables de nuestras


emociones, porque vienen determinadas por lo que vivimos, pero sí somos
responsables de permanecer en ellas.

De la misma manera, el coach debe ser capaz de identificar qué emoción está
viviendo su coachee, para facilitarle herramientas de cambio.

3. Aprendizaje.

El último de los fundamentos del Coaching es el aprendizaje. Los seres humanos


tenemos la capacidad de aprender nuevas formas de actuar, que pueden convertirnos
en personas diferentes.

El coach es un socio facilitador del aprendizaje que acompaña a su coachee en una


búsqueda de su capacidad de aprender, para generar nuevas respuestas a las
situaciones que enfrenta en su vida.

3.1. La zona de confort.

Aprender no es sólo tener información. Aprender es expandir nuestra capacidad de


acción efectiva. Por lo tanto, el aprendizaje requiere que nos movamos de nuestra
zona de confort a la zona de expansión, sin llegar a entrar en la zona de pánico.
! Zona de confort:

o Funcionamos en modo “piloto automático”, realizando las acciones sin


tener que pensar excesivamente en ellas.

o Se va expandiendo a medida que incrementamos nuestro aprendizaje.


Cada nueva experiencia amplía nuestra zona de confort.

o El conocimiento adquirido que se encuadra en esta zona nos permite


operar con mayor efectividad, menos estrés y derroche de energía.

! Zona de expansión:

o Es donde se produce el aprendizaje.

o El aprendizaje es un proceso que nos mueve de la zona de confort, de


lo conocido, a la zona de desconfort, es decir, a lo desconocido.

o En esta zona, al aprender, expandimos nuestra capacidad de acción y


ampliamos nuestra zona de confort.

o Reconocer que hay algo que no sabemos, implica humildad como


requisito previo para aprender.

! Zona de pánico:

o En esta zona es prácticamente imposible aprender.

o Cuando tenemos miedo, lo que queremos es mantener el statu quo, no


exponernos.

Para que haya aprendizaje es necesario, como hemos visto, salir de la zona de confort
y adentrarnos en la zona de expansión, sin llegar a la zona de pánico. Cada uno de
nosotros tenemos distintas áreas para cada superficie.

Podemos presuponer que a las personas a las que les cuesta más salir de su zona de
confort para realizar aprendizajes nuevos, es porque su zona de confort es grande y
su zona de expansión pequeña. De esta manera, cada nuevo aprendizaje corre el
riesgo de hacer pasar a esa persona directamente a la zona de pánico.

*Vídeo. La zona de confort: http://www.youtube.com/watch?v=RSUykLfEmVE

3.2. Aprendizaje de doble bucle.

El modelo de aprendizaje del Coaching implica no sólo adquisición de nuevos


conocimientos, sino también transformación personal.

Las personas obtenemos una serie de resultados, mediante la ejecución de ciertas


acciones. Cuando queremos obtener resultados diferentes, podemos modificar las
acciones que llevamos a cabo, o podemos modificar el tipo de observador que somos,
el modo en que interpretamos la realidad.
Por ejemplo, para aprender a gestionar el estrés, podemos llevar a cabo dos
estrategias distintas:

! Aprender técnicas de relajación y a gestionar el tiempo, lo que supondría un


aprendizaje de primer orden o de bucle simple.

! Realizar un cambio en nuestros valores, practicar la asertividad, aumentar la


autoestima y eliminar interpretaciones inadecuadas, lo que sería un
aprendizaje de segundo orden o de doble bucle.

Los seres humanos, cuando cambiamos en alguno de nuestros modos de actuar,


modificamos también como personas. Este es el tipo de cambio que pretende el
Coaching.

El aprendizaje de doble bucle pretende modificar nuestra interpretación de la realidad.


De esta manera, siendo personas diferentes, actuaremos de forma diferente. Si sólo
actuáramos a nivel de un aprendizaje de bucle simple, estaríamos proporcionando
soluciones concretas. Y como hemos visto ya, el Coaching busca un aprendizaje más
profundo.

3.3. El ciclo del aprendizaje profundo.

Podemos explicar el aprendizaje también desde otro modelo, conocido como el ciclo
del aprendizaje profundo.

Como resultado de la autoevaluación y del feedback externo recibido, tomamos


conciencia de una oportunidad de mejora. Esto nos promueve el deseo de cambiar, y
a partir de este deseo, buscamos experiencias de aprendizaje, que luego pondremos
en práctica con nuevos comportamientos y pensamientos. Y de esta manera,
volvemos al principio para seguir aprendiendo y creciendo, tanto personal como
profesionalmente.
! Fase 1. Conciencia de una oportunidad de mejora.

Para cambiar es imprescindible conocerse, comprenderse, identificar los


propios recursos y carencias, además de saber qué nos motiva.

Para ello nos pueden servir diversas herramientas de diagnóstico tanto


personales como profesionales.

En relación con las herramientas de diagnóstico personal, tenemos por ejemplo


test de personalidad o de competencias, u otros ejercicios, como la Rueda de
la Vida.

En el entorno profesional existe una herramienta muy completa, llamada


Feedback 360º, en donde los jefes, colegas y colaboradores aportan su opinión
en relación con el desempeño en el puesto de trabajo.

! Fase 2. Deseo de cambiar.

El cambio sólo surge desde dentro. No podemos cambiar a otros. Sólo


podemos actuar como catalizadores que despierten su motivación para
cambiar y su confianza en que tienen capacidad para hacerlo.

! Fase 3. Experiencias de aprendizaje.

Una vez que nos hacemos conscientes de que existen cosas que debemos
aprender, y reconocemos la necesidad de cambiar, es cuando estamos en
condiciones de utilizar las distintas herramientas para facilitar el aprendizaje, en
función de los estilos y preferencias de cada uno. Por ejemplo: lecturas, vídeos,
acciones de formación, desarrollo guiado por un coach, etc.

! Fase 4. Práctica de nuevos pensamientos y comportamientos.

El cambio profundo implica la transformación de nuestros modos habituales de


percibir y pensar, la generación de una nueva interpretación de la realidad, y la
posibilidad de tener nuevos horizontes para la acción.

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