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Jean Piaget (1896 – 1980) fue un psicólogo, biólogo y epistemólogo suizo. Desarrolló sus
tesis en torno al estudio del desarrollo psicológico en la infancia y la teoría constructivista del
desarrollo de la inteligencia. De ahí surgió lo que conocemos como la Teoría del Aprendizaje
de Piaget.
Jean Piaget es uno de los más conocidos psicólogos del enfoque constructivista, una corriente
que bebe directamente de las teorías del aprendizaje de autores como Lev Vygotsky o David
Ausubel.
Los padres, maestros y miembros de la comunidad son, según estos autores, facilitadores del
cambio que se está operando en la mente del aprendiz, pero no la pieza principal. Esto es así
porque, para los constructivistas, las personas no interpretan literalmente lo que les llega del
entorno, ya sea a través de la propia naturaleza o a través de las explicaciones de maestros y
tutores. La teoría constructivista del conocimiento nos habla de una percepción de las propias
vivencias que siempre está sujeta a los marcos de interpretación del “aprendiz”.
Es decir: somos incapaces de analizar objetivamente las experiencias que vivimos en cada
momento, porque siempre las interpretaremos a la luz de nuestros conocimientos previos. El
aprendizaje no es la simple asimilación de paquetes de información que nos llegan desde fuera,
sino que se explica por una dinámica en la que existe un encaje entre las informaciones nuevas
y nuestras viejas estructuras de ideas. De esta manera, lo que sabemos está siendo
construido permanentemente.
El aprendizaje como reorganización
¿Por qué se dice que Piaget es constructivista? En términos generales, porque este autor
entiende el aprendizaje como una reorganización de las estructuras cognitivas existentes en
cada momento. Es decir: para él, los cambios en nuestro conocimiento, esos saltos cualitativos
que nos llevan a interiorizar nuevos conocimientos a partir de nuestra experiencia, se explican
por una recombinación que actúa sobre los esquemas mentales que tenemos a mano tal como
nos muestra la Teoría del Aprendizaje de Piaget.
Al igual que un edificio no se construye transformando un ladrillo en un cuerpo más grande, sino
que se erige sobre una estructura (o, lo que es lo mismo, una colocación determinada de unas
piezas con otras), el aprendizaje, entendido como proceso de cambio que se va construyendo,
nos hace pasar por diferentes etapas no porque nuestra mente cambie de naturaleza de manera
espontánea con el paso del tiempo, sino porque ciertos esquemas mentales van variando en su
relaciones, se van organizando de manera distinta a medida que crecemos y vamos
interactuando con el entorno. Son las relaciones establecidas entre nuestras ideas, y no el
contenido de estas, las que transforman nuestra mente; a su vez, las relaciones establecidas
entre nuestras ideas hacen cambiar el contenido de estas.
Pongamos un ejemplo. Puede que, para un niño de 11 años, la idea de familia equivalga a su
representación mental de su padre y su madre. Sin embargo, llega un punto en el que sus
padres se divorcian y al cabo de un tiempo se ve viviendo con su madre y otra persona que no
conoce. El hecho de que los componentes (padre y madre del niño) hayan alterado sus
relaciones pone en duda la idea más abstracta en la que se adscriben (familia).
Con el tiempo, es posible que esta reorganización afecte al contenido de la idea “familia” y lo
vuelva un concepto aún más abstracto que antes en el que pueda tener cabida la nueva pareja
de la madre. Así pues, gracias a una experiencia (la separación de los padres y la incorporación
a la vida cotidiana de una nueva persona) vista a la luz de las ideas y estructuras cognitivas
disponibles (la idea de que la familia son los padres biológicos en interacción con muchos otros
esquemas de pensamiento) el “aprendiz” ha visto cómo su nivel de conocimiento en lo relativo a
las relaciones personales y la idea de familia ha dado un salto cualitativo.
El concepto de 'esquema'
Jean Piaget sostiene que un esquema es una estructura mental concreta que puede ser
transportada y sistematizada. Un esquema puede generarse en muchos grados diferentes de
abstracción. En las primeras etapas de la niñez, uno de los primeros esquemas es el del ‘objeto
permanente’, que permite al niño hacer referencia a objetos que no se encuentran dentro de su
alcance perceptivo en ese momento. Tiempo más tarde, el niño alcanza el esquema de ‘tipos de
objetos’, mediante el cual es capaz de agrupar los distintos objetos en base a diferentes
“clases”, así como comprender la relación que tienen estas clases con otras.
Una de las ideas fundamentales para la Teoría del Aprendizaje de Piaget es el concepto
de inteligencia humana como un proceso de naturaleza biológica. El suizo sostiene que el
hombre es un organismo vivo que se presenta a un entorno físico ya dotado de una herencia
biológica y genética que influye en el procesamiento de la información proveniente del exterior.
Las estructuras biológicas determinan aquello que somos capaces de percibir o comprender,
pero a la vez son las que hacen posible nuestro aprendizaje.
Con un marcado influjo de las ideas asociadas al darwinismo, Jean Piaget construye, con su
Teoría del Aprendizaje, un modelo que resultaría fuertemente controvertido. Así, describe la
mente de los organismos humanos como el resultado de dos “funciones estables”:
la organización, cuyos principios ya hemos visto, y la adaptación, que es el proceso de ajuste
por el cual el conocimiento del individuo y la información que le llega del entorno se adaptan el
uno al otro. A su vez, dentro de la dinámica de adaptación operan dos procesos: la asimilación y
la acomodación.
1. Asimilación
En otras palabras, la asimilación hace que una experiencia sea percibida bajo la luz de una
“estructura mental” organizada con anterioridad. Por ejemplo, una persona con baja
autoestima puede atribuir una felicitación por su trabajo a una forma de manifestar lástima por
él.
2. Acomodación
3. Equilibración
El proceso de equilibración
A pesar de que la asimilación y la acomodación son funciones estables en tanto que se dan a lo
largo del proceso evolutivo del ser humano, la relación que mantienen entre ellas sí varía. De
este modo, la evolución cognoscitiva e intelectual mantiene una estrecha vinculación con la
evolución de la relación asimilación-acomodación.
1. El equilibrio se establece en base a los esquemas del sujeto y los estímulos del entorno.
2. El equilibrio se establece entre los propios esquemas de la persona.
3. El equilibrio se convierte en una integración jerárquica de esquemas distintos.
Como señala Piaget dentro de su Teoría del Aprendizaje, en este caso se produce un conflicto
cognitivo, y en este momento es cuando se quiebra el equilibro cognitivo previo. El ser humano,
que constantemente persigue la consecución de un equilibrio, trata de hallar respuestas,
planteándose cada vez más interrogantes e investigando por su cuenta, hasta que alcanza el
punto de conocimiento que lo restablece.
TÓPICOS
Los aportes de Jean Piaget al estudio de la infancia, además de su teoría constructivista del desarrollo de la
inteligencia, lo posicionaron como una de las figuras más importantes en el mundo de la teoría pedagógica.
Uno de sus principales estudios fue el de la Teoría Cognoscitiva a partir de la cual planteó que el desarrollo
cognitivo, es una construcción continua del ser humano, marcada por varias etapas, necesidades y acciones.
Piaget divide esas etapas en periodos de tiempo y define el momento y el tipo de habilidad intelectual que
un niño desarrolla según la fase cognitiva en la que se encuentra. Estas etapas son: la sensoriomotriz (0 a 2
años), la preoperacional (2 a 7 años), la etapa de operaciones concretas (7 a 12 años) y la de operaciones
formales (12 años en adelante). En términos más sencillos, lo que planteó Piaget es que tal como lo hace el
cuerpo, en los primeros años de vida, nuestras capacidades mentales también evolucionan en fases que son
cualitativamente diferentes entre sí. Es clave entender que estas etapas de desarrollo, para Piaget, no son
acumulativas, sino que cada una de éstas va reconfigurando la siguiente, lo que permite una expansión
hacia varios ámbitos del conocimiento. A continuación, hacemos una breve explicación de cada una de
ellas:
La Teoría del Aprendizaje Significativo de David Ausubel
Este psicólogo y pedagogo desarrolló una interesante teoría sobre la asimilación de conocimientos.
A menudo se critica al sistema educativo por poner mucho énfasis en materias que se consideran poco
relevantes y a la vez omitir contenidos esenciales. Por ejemplo, se puede pensar que las novelas que son de
obligada lectura en los institutos no logran conectar bien con los jóvenes alumnos, al ser antiguos y no estar
ambientados en el presente.
Este tipo de críticas conectan con una de las teorías más importantes de la psicología constructivista: la
Teoría del Aprendizaje Significativo de David Ausubel.
David Paul Ausubel fue un psicólogo y pedagogo nacido en el año 1918 que llegó a convertirse en uno de
los grandes referentes de la psicología constructivista. Como tal, ponía mucho énfasis en elaborar la
enseñanza a partir de los conocimientos que tiene el alumno.
Es decir, que el primer paso en la tarea de enseñar debía ser averiguar lo que sabe el estudiante para así
conocer la lógica que hay detrás de su modo de pensar y actuar en consecuencia.
De este modo, para Ausuel la enseñanza era un proceso por el cual se ayuda al estudiante a que siga
aumentando y perfeccionando el conocimiento que ya tiene, en vez de imponerle un temario que debe
ser memorizado. La educación no podía ser una transmisión de datos unilateral.
El aprendizaje significativo
La idea de aprendizaje significativo con la que trabajó Ausubel es la siguiente: el conocimiento verdadero
solo puede nacer cuando los nuevos contenidos tienen un significado a la luz de los conocimientos que ya
se tienen.
Es decir, que aprender significa que los nuevos aprendizajes conectan con los anteriores; no porque sean lo
mismo, sino porque tienen que ver con estos de un modo que se crea un nuevo significado.
Por eso el conocimiento nuevo encaja en el conocimiento viejo, pero este último, a la vez, se ve
reconfigurado por el primero. Es decir, que ni el nuevo aprendizaje es asimilado del modo literal en el
que consta en los planes de estudio, ni el viejo conocimiento queda inalterado. A su vez, la nueva
información asimilada hace que los conocimientos previos sean más estables y completos.
La Teoría de la Asimilación
La Teoría de la Asimilación permite entender el pilar fundamental del aprendizaje significativo: cómo los
nuevos conocimientos se integran en los viejos.
La asimilación ocurre cuando una nueva información es integrada en una estructura cognitiva más general,
de modo que hay una continuidad entre ellas y la una sirve como expansión de la otra.
Por ejemplo, si se conoce la Teoría de Lamarck, de modo que ya se entiende un modelo de la evolución,
luego es más fácil entender la Teoría de la Evolución Biológica heredera del darwinismo.
La asimilación obliteradora
Pero el proceso del aprendizaje significativo no termina ahí. Al principio, cada vez que se quiera recordar
la información nueva, se podrá hacer como si esta fuese una entidad separada del marco cognitivo más
general en el que se encuentra integrada. Sin embargo, con el paso del tiempo ambos contenidos se
funden en uno solo, de modo que ya no se puede evocar solamente uno entendiéndolo como una entidad
separada de la otra.
En cierto modo, el conocimiento nuevo que se aprendió al principio queda olvidado como tal, y en su lugar
aparece un conjunto de informaciones que es cualitativamente diferente. Este proceso de olvido es
llamado por Ausubel “asimilación obliteradora”.
Para entender mejor el concepto de aprendizaje significativo de David Ausubel, puede ayudar saber en qué
consiste u versión opuesta: el aprendizaje mecánico, también llamado aprendizaje memorístico por este
mismo investigador.
Se trata de un concepto muy vinculado al aprendizaje pasivo, que muchas veces se produce incluso de
manera no intencionada a causa de la simple exposición a conceptos repetidos que van dejando su marca en
nuestro cerebro.
El aprendizaje memorístico
En el aprendizaje memorístico, los nuevos contenidos se van acumulando en la memoria sin quedar
vinculados a los viejos conocimientos por medio de la significación.
Esta clase de aprendizaje se diferencia del aprendizaje significativo no solo porque no ayude a expandir el
conocimiento real, sino porque además la nueva información es más volátil y fácil de olvidar.
Por ejemplo, aprenderse los nombres de las Comunidades Autónomas de España memorizando las palabras
que hay en una lista es un ejemplo de aprendizaje memorístico.
Sin embargo, el aprendizaje mecánico no es inútil el todo, sino que tiene cierto sentido en ciertas etapas
de desarrollo para aprender ciertos datos. Sin embargo, es insuficiente para llegar a generar conocimiento
complejo y elaborado.
El aprendizaje significativo se opone al tipo anterior, fundamentalmente, porque para que se produzca es
necesario buscar de forma activa una vinculación personal entre los contenidos que aprendemos y aquellos
que ya habíamos aprendido. Ahora bien, en este proceso hay espacio para encontrar diferentes
matices. David Ausubel distingue entre tres clases de aprendizaje significativo:
Aprendizaje de representaciones
Se trata de la forma más básica de aprendizaje. En ella, la persona otorga significado a símbolos
asociándolos a aquella parte concreta y objetiva de la realidad a la que hacen referencia, recurriendo a
conceptos fácilmente disponibles.
Aprendizaje de conceptos
Este tipo de aprendizaje significativo es parecido al anterior y se apoya en él para existir, de modo que
ambos se complementan y "encajan" entre sí. Sin embargo, hay una diferencia entre ambos.
Por ejemplo, para llegar a interiorizar la idea de lo que es una hiena es necesario desarrollar una idea de
“hienidad” que permita diferenciar a estos animales de los perros, los leones, etc. Si con anterioridad
hemos visto una hiena en un documental pero no la pudimos diferenciar de un perro grande, ese concepto
no existirá, mientras que una persona familiarizada con los perros probablemente sí se dará cuenta de esas
diferencias anatómicas y comportamentales significativas y será capaz de crear ese concepto como una
categoría aparte de la de los perros.
Aprendizaje de proposiciones
Lev Vygotski (o Vygotsky, lo podéis encontrar escrito de diversas formas) era un psicólogo ruso que vivió
en tiempos de la Unión Soviética y que era de origen judío. Aquí os dejo una interesante biografía escrita
por su hija Gita. A pesar de su prematura muerte, su obra fue muy extensa y es considerada de crucial
importancia dentro de la Psicología del Desarrollo y de la Educación.
Para Vygotski, el desarrollo sigue al aprendizaje y no viceversa. Es decir, para que haya desarrollo, las
personas tenemos que aprender primero. Y el aprendizaje se produce en situaciones sociales
significativas en las que se producen procesos de mediación. Desde este punto de vista, todo avance en el
desarrollo de una persona se produce primero fuera, en un entorno de interacción social, para después
internalizarse y convertirse en pensamiento «individual». Esto es a lo que Vygotski llama ley de la doble
formación de los procesos psicológicos superiores, según la cuál «en el desarrollo cultural del niño, toda
función aparece dos veces: primero, a nivel social, y mas tarde, a nivel individual; primero entre personas
(interpsicológica), y después en el interior del propio niño (intrapsicologica).» (Vigotski, 1979, p. 94 de la
ed. cast., citado por Coll, 1985).
Se entiende por procesos psicológicos superiores, por tanto, a aquellos procesos de pensamiento que tienen
su origen en la interacción de los procesos naturales con la cultura en el marco de actividades histórica y
socialmente situadas. Fijaos que, en este sentido, la mente, de acuerdo con la teoría vygotskiana, tiene un
origen cultural, histórico y social, además del origen biológico que le corresponde por derecho propio. El
ser humano nace dotado de unos procesos de pensamiento básicos, que se van a desarrollar en contacto con
su grupo social de referencia y en respuesta a las necesidades específicas de aprendizaje y desarrollo de ese
grupo en concreto.
Por ejemplo, en las sociedades occidentales y letradas, es de gran importancia el aprendizaje de la lengua
escrita. Hemos desarrollado instituciones sociales, como la escuela, para asegurar la transmisión de
conocimientos que consideramos básicos para cualquier ciudadano/a y hemos desarrollado todo un ideario
social sobre la importancia de la estimulación temprana a niños y niñas pre-escolares. El aprendizaje y el
desarrollo en estas sociedades está absolutamente normativizado, e incluso existen etiquetas de dificultades
de aprendizaje, como la dislexia, la discalculia o el TDHA, que serían absolutamente irrelevantes en una
sociedad oral y que careciese de una institución escolar. Sin embargo, no existe una etiqueta que refleje,
por ejemplo, las dificultades en la adquisición de la notación musical (aunque hay evidencias de que estas
existen), ya que en nuestra sociedad (al menos en nuestro país), no hay una educación musical universal y
sistematizada: muy pocas personas aprenden lenguaje musical y a usarlo para interpretar música.
Desarrollamos el proceso psicológico superior de la escritura de manera generalizada, pero solo unos pocos
desarrollan los procesos psicológicos superiores vinculados a la música, que suponen ser capaces de leer
música, interpretar música y crear música. Esto es diferente en ciertos países, como en Polonia, en los que
la educación musical es crucial desde la enseñanza básica.
Por tanto, la mente, desde la teoría vytotskiana, no es una mente universal, como se plantea desde otros
paradigmas teóricos, sino una mente situada y que se construye en un entorno histórico, cultural y social
concreto para desempeñar funciones relevantes en este entorno. De esta manera, es este entorno el que
define cuáles son las metas de aprendizaje y desarrollo y cuáles las dificultades y discapacidades de las
personas que nacen y se desarrollan en estos grupos.
Desde esta perspectiva, cobra gran importancia la teorización sobre las estrategias educativas que
desarrollan los grupos humanos y sus individuos para facilitar y propiciar el aprendizaje adecuado dentro
de estos grupos. Vygotski habla de mediación refiriéndose a las herramientas de las que la cultura dota a
sus miembros para actuar en su entorno (lenguaje tanto oral como escrito y otras herramientas simbólicas o
materiales que inciden en nuestros procesos de pensamiento y en nuestras formas de actuar en el mundo,
como la notación matemática, los ordenadores, los móviles o una simple agenda) así como la acción
educativa que los miembros del grupo más capaces ejercen sobre los aprendices o menos capaces.
Nótese que en una teoría en la que el aprendizaje es el motor del desarrollo, las formas de influencia
educativa deben ser tenidas en cuenta como un elemento crucial dentro de la misma. En una teoría en la
que el desarrollo se produce en primer lugar en las situaciones sociales en las que participan las personas,
se debe definir claramente qué ocurre en estas situaciones sociales para que se produzca el aprendizaje.
Vygotski acuña, para este fin, uno de sus conceptos más importantes: el de Zona de Desarrollo Próximo,
entendiendo esta como la zona que comprende aquellos comportamientos, conductas o competencias que la
persona es capaz de realizar con ayuda de otra persona más capaz. Es en esta zona en la que se produce el
aprendizaje y en la que hay que evaluar e intervenir para propiciarlo. Desde este punto de vista, lo que la
persona ya sabe hacer sola, lo que forma parte de su Zona de Desarrollo Actual, son las competencias
adquiridas y todo aquello que la persona ya ha interiorizado.
Fijáos que, desde este punto de vista, la insistencia de la escuela tradicional en evaluar lo que las niñas y
los niños ya saben hacer es un tanto absurda desde esta teoría. Lo verdaderamente interesante desde un
punto de vista educativo es evaluar lo que no saben hacer, para implementar los apoyos y ayudas
necesarias para encaminar su desarrollo hacia la realización autónoma de las tareas. Estos apoyos se
van retirando a medida que la persona va interiorizándolos y va adquiriendo responsabilidad sobre su
propia conducta.
En conclusión, la teoría de Vygotski, que ha sido desarrollada ampliamente por gran cantidad de autores
(Brunner, Rogoff, Wersch, Valsiner, etc.), apunta a una forma de conceptualizar el aprendizaje y el
desarrollo que tiene una influencia transformadora decisiva en los sistemas de enseñanza que imperan en el
imaginario occidental, de corte conductista y centrados en la estructura del contenido que se enseña más
que en las personas que aprenden y en el aprendizaje como algo situado en grupos humanos cultural e
históricamente definidos.