Está en la página 1de 11

Clasificación de los Documentos Pontificios

(Documentos del Papa)

Los Documentos Pontificios son todos importantes ya que todos tienen


como autor al Papa. La importancia del documento no se deduce tanto de
su clasificación (Encíclica, Constitución Apóstolica, etc.) como de su
contenido.

o Cartas Encíclicas
o Epístola Encíclica
o Constitución Apostólica
o Exhortación Apostólica
o Cartas Apostólicas
o Bulas y Breves
o Motu Proprio

-Como verificar si un documento es oficial:


-Si es oficial aparece en el Acta Apostolicae Sedis. Si no se tiene
acceso a esta acta, se puede verificar en el periódico del Vaticano:
L'Osservatore Romano o en la página de Internet del Vaticano
-El lenguaje oficial y la versión típica para todos los documentos
eclesiales es el latín.

Cartas Encíclicas
Del Latín Literae encyclicae, que literalmente significa "cartas circulares". Las
encíclicas son cartas públicas y formales del Sumo Pontífice que expresan su
enseñanza en materia de gran importancia. Pablo VI definió la encíclica como "un
documento, en la forma de carta, enviado por el Papa a los obispos del mundo
entero".

Las encíclicas se proponen:

 Enseñar sobre algún tema doctrinal o moral


 Avivar la devoción
 Condenar errores
 Informar a los fieles sobre peligros para la fe procedentes de corrientes
culturales, amenazas del gobierno, etc.

Por definición, las cartas encíclicas formalmente tienen el valor de enseñanza


dirigida a la Iglesia Universal. Sin embargo, cuando tratan con cuestiones sociales,
económicas o políticas, son dirigidas comúnmente no solo a los católicos, sino a
todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Esta práctica la inició el Papa Juan
XXIII con su encíclica Pacem in terris (1963). En algunos casos, como el de la
encíclica Veritatis splendor (1993) de Juan Pablo II, el Papa solo incluye en su
saludo de apertura, a los Obispos, aunque él pretenda la doctrina de la encíclica
para la instrucción de todos los fieles. Esto tiene su razón de ser en el hecho de que
los Obispos son los Pastores que deben enseñar a los fieles la doctrina.

Debido al peso y la verdad que contienen, todo fiel debe concederle a las encíclicas
asentimiento, obediencia y respeto. El Papa Pío XII observó que las encíclicas,

1
aunque no son la forma usual de promulgar pronunciamientos infalibles, si reflejan
el Magisterio Ordinario de la Iglesia y merece ese respeto de parte de los fieles
(Humani generis, 1950)

El título que se le da a la encíclica se deriva de sus primeras palabras en latín. Por


ejemplo la encíclica del Papa Pablo VI sobre la inmoralidad de la contracepción, se
tituló Humanae vitae, (Vida Humana).

Breve Historia:

La encíclica es una forma muy antigua de correspondencia eclesiástica, que denota


de forma particular la comunión de fe y caridad que existe entre las varias
"iglesias", esto es, entre las varias comunidades que forman la Iglesia.

A principios de la Iglesia, los obispos frecuentemente enviaban cartas a otros


obispos para asegurar la unidad en la doctrina y vida eclesial.

-Benedicto XIV (1740-1758), revivió la costumbre, enviando "cartas circulares" a


otros obispos. Estas cartas papales tocaban temas de doctrina, moral o disciplina,
afectando a toda la Iglesia.

-Con Gregorio XVI (1831-1846), el término "encíclica" se hizo de uso general.

-León XIII (1878-1903), excedió por más del doble el número de encíclicas escritas
de su predecesor Pío IX (1846-1878), con 75 encíclicas en total. León XIII también
cambió el énfasis del tono de las encíclicas, el cual había sido preeminentemente
condenatorio. El comenzó a esbozar una idea rápida, de forma positiva, de como la
Iglesia debía responder a los problemas concretos, especialmente en el orden ético-
social. El acercamiento innovador de León XIII, popularizó las encíclicas como
puntos de referencia, no solo para la doctrina Católica pero también, para muchos
programas de acción.

-El Papa Juan Pablo II ha escrito hasta hoy (1999) 13 encíclicas, todas ellas unas
joyas que iluminan las doctrinas y valores morales más importantes.

En los Pontificados del siglo XX, el número de encíclicas publicadas ha


variado ampliamente:

Papa Número de
Encíclicas

San Pío X 16
(1903-1914)

Benedicto XV 30
(1914-1922)

Pío XI 41
(1922-1939)

Pío XII 8
(1939-1958)

2
Juan XXIII 7
(1958-1963)

Pablo VI 9
(1963-1978)

Juan Pablo II 14
(1978-2005)

Tipos de Encíclicas

De acuerdo a la materia de que tratan, las encíclicas pueden ser:

1. Encíclicas Doctrinales

Desarrollan extensamente la doctrina que el Papa propone en la misma. Muchas de


estas han marcado significativamente la vida de la Iglesia. Entre las más recientes
están:

 Mistici corporis Christi (1943), del Papa Pío XII, sobre la Iglesia como el
Cuerpo Místico de Cristo.
 Divino afflante Spiritu (1943), del Papa Pío XII, promoviendo los Estudios
Bíblicos.
 Mediator Dei (1947), del Papa Pío XII, sobre la Sagrada Liturgia.
 Mysterium fidei (1965), del Papa Pablo VI, sobre la Eucaristía.
 Redemptor hóminis (1979), del Papa Juan Pablo II, sobre la redención y la
dignidad del hombre.
 Dives in misericordie (1980), del Papa Juan Pablo II, sobre la Divina
Misericordia.
 Dominum et vivifiantem (1986), del Papa Juan Pablo II, sobre el Espíritu
Santo en la vida de la Iglesia y del mundo.

Algunas buscan clarificar opiniones teológicas erróneas explicando el error y


enseñando la doctrina ortodoxa:

-Humani generis (1950), del Papa Pío XII, lidió con falsas opiniones que
amenazaban socavar los fundamentos de la doctrina Católica.

-Humanae vitae (1968), del Papa Pablo VI, reafirmó la enseñanza de la Iglesia
sobre la contracepción.

-Vertatis splendor (1993), del Papa Juan Pablo II, trata sobre las cuestiones
fundamentales de la teología moral, advirtiendo sobre los peligros presentados por
las teorías morales del consecuencialismo y el proporcionalismo. Para combatir
estas opiniones, del Papa Juan Pablo II, enfatizó la enseñanza tradicional de que
algunos actos, en sí mismos, son "intrínsecamente malos".

-Evangelium vitae (1995), del Papa Juan Pablo II, profundizó sobre la enseñanza de
la Iglesia acerca de la defensa y dignidad de la vida humana.

Otros documentos del magisterio ordinario que han tenido un gran impacto en la
vida de la Iglesia son las llamadas "encíclicas sociales". Desde el final del siglo
XIX, los Papas han formulado una doctrina social que ha enriquecido la tradición de

3
la Iglesia. Mientras que son articuladas en diferentes maneras y aplicadas a varios
problemas, el corazón de las enseñanzas de los Papas ha sido la defensa de la
persona humana creada a imagen y semejanza de Dios.

Las encíclicas sociales:

Encíclica Papa

Rerum novarum León XIII


(1891), sobre los
problemas del capital y
el trabajo.

Quadragésimo anno Pío XI


(1931), sobre la
reconstrucción del
orden social.

Mater et magistra Juan XXIII


(1961), sobre el
Cristianismo y el
progreso social.

Populorum progresio Pablo VI


(1967), sobre el
desarrollo de los
pueblos.

Laboren exercens Juan Pablo II


(1981),sobre el trabajo
humano.

Sollicitudo rei socialis Juan Pablo II


(1987), sobre la
preocupación social de
la Iglesia.

Centesimus annus Juan Pablo II


(1991), sobre varias
cuestiones de la
doctrina social.

2. Encíclicas Exhortatorias

Algunas encíclicas tratan específicamente sobre temas más espirituales. Su


propósito principal es ayudar a los católicos en su vida sacramental y devocional. Al
no estar enmarcadas en vista a una controversia doctrinal o teológica, estas
encíclicas expanden la dimensión del misterio Cristiano, como una ayuda para la
Piedad.

Ejemplos de éstas encíclicas son:

4
 Haurietis aquas (1956) del Papa Pío XII, sobre la devoción al Sagrado
Corazón
 Redemptoris mater (1987)del Papa Juan Pablo II, sobre el papel de la Virgen
María en la vida de la Iglesia peregrina.

3. Encíclicas Disciplinares

De vez en cuando, hay encíclicas que tratan cuestiones particulares disciplinarias o


prácticas.

Ejemplos de estas son:

 Fidei donum (1957) del Papa Pío XII, esta comenzó la transferencia de
muchos sacerdotes a las tierras de misión.
 Sacerdotalis caelibatus (1967) del Papa Pablo VI, que reafirmó la tradición
latina del celibato sacerdotal.

Epístolas Encíclicas
Difiere muy poco de las cartas encíclicas. Las epístolas son poco frecuentes y se
dirigen primariamente a dar instrucciones en referencia a alguna devoción o
necesidad especial de la Santa Sede. Por ejemplo: algún evento especial, como el
Año Santo.

Constitución Apostólica
Estos documentos son la forma más común en la que el Papa ejerce su autoridad
"Petrina". A través de estas, el Papa promulga leyes concernientes a los fieles.
Tratan de la mayoría de los asuntos doctrinales, disciplinares y administrativos. La
erección de una nueva diócesis, por ejemplo, se hace por medio de una
Constitución Apostólica.

Mientras que al principio, dichas constituciones enunciaban normas legales y


continúan siendo principalmente documentos legislativos, tienen ahora
frecuentemente un fuerte componente doctrinal. Pertenecen al magisterio
ordinario del Papa.

Ejemplos:

 Sacrae disciplinae (1983), del Papa Juan Pablo II, en la promulgación del
nuevo Código de Derecho Canónico.
 Pastor bonus (1988), del Papa Juan Pablo II sobre el ministerio y
organización de la curia romana.
 Fidei depositum (1992), del Papa Juan Pablo II, en la promulgación del
Catecismo Universal de la Iglesia Católica.

Exhortación Apostólica
Estos documentos generalmente se promulgan después de la reunión de un Sínodo
de Obispos o por otras razones. Son parte del magisterio de la Iglesia.

Exhortaciones apostólicas post-sinodales son:

5
 Evangelli nuntiandi (1975) del Papa Pablo VI, sobre la Evangelización del
mundo moderno.
 Catechesi tradendae (1979) del Papa Juan Pablo II, sobre la catequesis.
 Familiaris consortio (1984) del Papa Juan Pablo II, sobre el papel de la
familia cristiana.
 Reconciliatio et paenitentia (1984) del Papa Juan Pablo II, sobre la
reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia.
 Redemptoris custos (1989)del Papa Juan Pablo II, en la persona y misión de
San José en la vida de Cristo y la Iglesia.

Carta Apostólica
Estos documentos son cartas dirigidas a grupos específicos de personas. Estas
también pertenecen al Magisterio Ordinario.

Cartas Apostólicas son:

 Carta apostólica a los jóvenes del Mundo, Juan Pablo II (1985).


 Carta Apostólica a las Mujeres, Mulieris dignitatem, Juan Pablo II (1988).
 Carta Apostólica a las familias, Juan Pablo II (1994).
 Carta Apostólica Tertio milenio adveniente, Juan Pablo II (1994), sobre la
preparación del Jubileo del año 2000.
 Carta Apostólica Dies Domini, Juan Pablo II (1998), sobre el Día del Señor.

Bula
Historia:
Desde el siglo sexto en adelante, la cancillería papal usó un sello de plomo o de
cera para autentificar sus documentos. La bula era inicialmente un tipo de plato
redondo que se aplicaba a los sellos metálicos que acompañaban ciertos
documentos papales o reales.

Alrededor del siglo XIII, empezó a significar no solo el sello en sí mismo, sino el
documento per-se. Desde ahí hasta el siglo XV, la bula era un término amplio que
designaba la mayoría de los documentos papales.

Durante el pontificado del Papa Eugenio IV (1431) comenzó un cambio. Ya existía


una delineación de documentos papales, por ejemplo, en el 1265 el Papa Clemente
IV escribió a un sobrino y usó, no una bula sino un sello de cera que tenía la
impresión del anillo del pescador.

El Papa Eugenio IV, efectuó cambios administrativos para remplazar el sistema de


bulas con una variedad de documentos, siendo el más notable el "breve
apostólico".

Las bulas continuaron siendo utilizadas, sin embargo, en ciertos momentos en


conjunción con los breves. Un ejemplo de este caso fue bajo el pontificado del Papa
Julio II (1503-1513), quien primero otorgó un breve concediendo la dispensación al
Rey Enrique VIII de Inglaterra para casarse con Catalina de Aragón y luego otorgó
una bula.

Por costumbre la bula tiene una inscripción en la cual el Papa utiliza el título
Episcopus Servus Servorum Dei (El Siervo de los Siervos de Dios). Este título fue
adoptado por el Papa San Gregorio I (Magno; 590-604). Se popularizó su uso en el
1800.

6
Una colección de bulas es llamada "bullarium".

Algunos documentos papales reciben el nombre de bula de forma equivocada. Un


ejemplo es la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus (1950), promulgada
por el Papa Pío XII cuando definió el Dogma de la Asunción de la Santísima Virgen a
los Cielos. Este documento es llamado frecuentemente con el nombre de "bula".

Motu Proprio
Son documentos papales que contienen las palabras "Motu proprio et certa
scientia". Significa que dichos documentos son escritos por la iniciativa personal del
Santo Padre y con su propia autoridad.

Ejemplos:

 Carta Apostólica dada en forma de Motu Proprio Ad tuendam fidem (1998)


de Juan Pablo II, con la cual se introducen algunas normas en el Código de
Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales.

Es conveniente notar que solamente la enseñanza dirigida a toda la Iglesia


Universal expresa el Magisterio Ordinario en su sentido pleno. Los discursos
Ad limina, dados a los obispos de una región particular y los discursos dados
durante las visitas a los diferentes países, no pertenecen, en el mismo grado, al
Magisterio Ordinario como aquellos discursos dirigidos a la Iglesia Universal. Sin
embargo hay que notar que cuando el Papa enseña, aunque sea a una región
particular, frecuentemente se refiere a verdades que con anterioridad pertenecen al
magisterio.

El Papa, con mucha frecuencia, trata cuestiones sociales, económicas y


políticas específicas con el propósito de derramar sobre las mismas la luz
del Evangelio. Aparte de enseñar ciertos principios morales, también usualmente
recomiendan formas de acción práctica. Estas últimas proposiciones merecen
respetuosa consideración, pero no llaman al ejercicio del asentimiento religioso de
la misma manera que lo exige la enseñanza en fe y moral. Los católicos son libres
para presentar soluciones prácticas alternativas, siempre y cuando acepten los
principios morales expuestos por el Papa. En todo caso la autoridad del Papa
merece profundo respeto.

Por ejemplo, el apoyo de su S.S. Juan Pablo II para que se de una compensación
financiera a las madres que se quedan en el hogar cuidando de los hijos que sea
igual a la de otros tipos de trabajos realizados por las mujeres, o su petición de que
se cancele la deuda externa de los países del Tercer Mundo, como una forma de
aliviar su pobreza masiva, caen dentro de esta categoría. Lamentablemente,
muchos católicos abusan la libertad para rechazar el magisterio. Hay corazones que
sólo buscan reducir al mínimo lo que tienen obligación de asentir y no se abren a
toda la sabiduría que Dios otorga a través del Papa. Al final de ese camino, aun lo
esencial se va secando y abandonando.

Como saber el nivel de autoridad de una enseñanza de la Iglesia.


Los católicos obedecemos al magisterio porque es la auténtica interpretación de la
Palabra de Dios encomendada por Jesucristo al Papa y a los obispos en comunión
con el. Jesús dijo: "El que a vosotros oye, a Mí me oye" (Lc 10,16). Todas las

7
enseñanzas del magisterio son importantes y dignas de ser recibidas con
obediencia.

Es cierto que las enseñanzas de la Iglesia están ordenadas en una jerarquía que
nos ayuda a entender mejor el significado de cada una. El Papa y los obispos no
ejercen el mismo grado de autoridad en todas las enseñanzas. Pero esto no debe
ser pretexto para despreciar ninguna de sus enseñanzas. El Papa Pío XII (Humani
generis, 12-14) advierte de este peligro:

Hay algunos que, de propósito y habitualmente, desconocen todo cuanto los


Romanos Pontífices han expuesto en las Encíclicas sobre el carácter y la
constitución de la Iglesia; y ello, para hacer prevalecer un concepto vago que ellos
profesan y dicen haber sacado de los antiguos Padres, especialmente de los
griegos. Y, pues los Sumos Pontífices, dicen ellos, no quieren determinar nada en
las opiniones disputadas entre los teólogos, se ha de volver a las fuentes primitivas,
y con los escritos de los antiguos se han de explicar las constituciones y decretos
del Magisterio. Afirmaciones éstas, revestidas tal vez de un estilo elegante, pero
que no carecen de falacia. Pues es verdad que los Romanos Pontífices, en general,
conceden libertad a los teólogos en las cuestiones disputadas -en distintos
sentidos- entre los más acreditados doctores; pero la historia enseña que muchas
cuestiones que algún tiempo fueron objeto de libre discusión no pueden ya ser
discutidas. Ni puede afirmarse que las enseñanzas de las encíclicas no exijan de por
sí nuestro asentimiento, pretextando que los Romanos Pontífices no ejercen en
ellas la suprema majestad de su Magisterio. Pues son enseñanzas del Magisterio
ordinario, para las cuales valen también aquellas palabras: `El que a vosotros oye,
a Mí me oye` (Lc 10:16); y la mayor parte de las veces, lo que se propone e
inculca en las Encíclicas pertenece ya -por otras razones- al patrimonio de la
doctrina católica. Y si los Sumos Pontífices, en sus constituciones, de propósito
pronuncian una sentencia en materia hasta aquí disputada, es evidente que, según
la intención y voluntad de los mismos Pontífices, esa cuestión ya no se puede tener
como de libre discusión entre los teólogos.

Llamamos "doctrina" a toda verdad enseñada por la Iglesia como necesaria de


creer. Toda doctrina cabe en una de las siguientes categorías:

1-Es revelación divina (Ej.: la Presencia Real Eucarística) 2-Es una conclusión
teológica de la verdad revelada (Ej.: la canonización de un santo) 3-Es parte de la
ley natural (Ej.: la pecaminosidad de los anticonceptivos). Ver También: Humanae
Vitae and Infallibility

Doctrinas "de fe"

Las verdades que la Iglesia enseña como "de fe" son aquellas sobre las que se tiene
la certeza de que son infalibles (sin posibilidad de error) porque están amparadas
por las promesas de Cristo: `El que a vosotros oye, a Mí me oye`(Lc 10,16).
La promesa de Cristo no puede fallar. Estas verdades requieren de los católicos el
asentimiento de la fe. Es decir, la virtud sobrenatural de la fe, porque tenemos
fe en Cristo y su promesa de enseñar por medio de la Iglesia. Estas verdades
obligan a los católicos bajo pena de romper nuestra comunión con la fe verdadera.

¿Como podemos saber si una enseñanza es "de fe"? Es "de fe" si se encuentra en
los tres primeros niveles del magisterio:

Primer nivel de magisterio: Una definición infalible del Papa.

8
"El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio Episcopal, goza de esta infalibilidad en
virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles
que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina
en cuestiones de fe y moral..." -Catecismo 891

1) "como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la


fe a sus hermanos". (Si habla en calidad de persona privada, o si se dirige solo a
un grupo y no a la Iglesia universal, no goza de infalibilidad).

2) "proclama por un acto definitivo la doctrina". (Cuando el Papa claramente


expresa que la doctrina es definitiva, no puede cambiar y es infalible)

3) "en cuestiones de fe y moral"

Al ejercicio especial y explícito de infalibilidad Papal se le llama un pronunciamiento


ex-cathedra. Cuando el Sumo Pontífice habla desde su silla (cathedra) de
autoridad, como cabeza visible de todos los cristianos, sus enseñanzas no
dependen del consentimiento de la Iglesia y son irreformables.

Aunque la mayoría de las proclamaciones infalibles del Papa han sido en


colegialidad (en consulta con los obispos), esta no es requisito. El Papa puede
definir un dogma aun sin los obispos. Concilio Vat. II (Lumen Gentium, 25): "sus
definiciones por sí y no por el consentimiento de la Iglesia son irreformables,
puesto que han sido proclamadas bajo la asistencia del Espíritu Santo prometida a
él en San Pedro, y así no necesitan de ninguna aprobación de otros ni admiten
tampoco la apelación a ningún otro tribunal. Porque en esos casos el Romano
Pontífice no da una sentencia como persona privada, sino que en calidad de
maestro supremo de la Iglesia universal, en quien singularmente reside el carisma
de la infalibilidad de la Iglesia misma, expone o defiende la doctrina de la fe
católica."

Segundo nivel: La enseñanza del magisterio episcopal en comunión con el


Papa.

Esto ocurre:
1- Cuando los obispos enseñan verdades definitivas de la fe y moral en
comunión con el Papa.

2- de manera especial, cuando se reúnen en Concilio.

"La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal


cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro, sobre todo en
un concilio ecuménico. Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio
supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" y como
enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe".
Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina." -Catecismo 891.

Lumen Gentium 25: "Aunque cada uno de los prelados por sí no posea la
prerrogativa de la infalibilidad, sin embargo, si todos ellos, aun estando dispersos
por el mundo, pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el Sucesor
de Pedro, convienen en un mismo parecer como maestros auténticos que exponen
como definitiva una doctrina en las cosas de fe y de costumbres, en ese caso
enuncian infaliblemente la doctrina de Cristo."

9
Una definición solemne no requiere una fórmula especial. Se sabe que es
una enseñanza infalible porque el mismo documento del magisterio claramente
hace saber que la enseñanza es definitiva. Un ejemplo es el Concilio de Trento (DS
1520) que "estrictamente prohíbe que se crea o predique o enseñe diferente de lo
que se ha establecido y explicado en el presente decreto". Por lo tanto es un
decreto infalible.

Los concilios han usado la fórmula: "Si alguien dice…. Sea anatema". ("Si quis
dixerit. . . anathema sit."). Pero esa fórmula por si sola no es determinante de
infalibilidad ya que también se ha utilizado en materia disciplinaria.

Para saber si la Iglesia tiene la intención de enseñar infaliblemente en este segundo


nivel, se debe observar el lenguaje y la intención. Si hace ver que es una verdad
definitiva, entonces es infalible.

Tercer nivel: El magisterio ordinario del Papa, cuando este expresamente


ejerce un juicio definitivo en materia de fe o moral que era antes debatida.

En ese caso lo que el Papa enseña está amparado por las promesas de Cristo en Lc.
10:16 y por lo tanto es infalible porque su promesa no puede fallar. Estos juicios
definitivos pueden darse en una encíclica u otro tipo de documento pontificio.

Cuarto Nivel - pronunciamientos que no son infalibles. No requieren el


asentimiento de la fe pero sí una sumisión religiosa de la voluntad y del
entendimiento (Cf. Canon 752 de la nueva Ley Canónica).

"Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento, de modo


particular se debe al magisterio auténtico del Romano Pontífice, aun
cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su
magisterio supremo y con sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según
la mente y voluntad que haya manifestado él mismo y que se descubre
principalmente, ya sea por la índole del documento, ya sea por la insistencia con
que repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas." -
Lumen Gentium, 25; Cf: Canon 752

La enseñanzas que no son definitivas no entran en la virtud de la fe. Más bien se


trata de materia que Lumen Gentium 25 y la ley canónica llaman "sumisión
religiosa de la voluntad y el entendimiento".

¿Que requiere esta sumisión? Prohíbe que se contradigan estas enseñanzas


públicamente.

También requiere asentimiento de la mente, aunque no requiere el asentimiento de


la fe.

¿Como podemos dar asentimiento mental sin certeza absoluta? Lo hacemos por
confianza en la fuente. Lo cierto es que todos damos asentimiento a diario en
cuestiones seculares sobre las que no podemos tener absoluta certeza. Por
ejemplo, cuando tomamos un vuelo, confiamos nuestra vida en el piloto sin la
certeza de que sea buen piloto. Cuando vamos a un restaurante, confiamos que no
nos van a envenenar.... Nuestra creencia de que no nos engañan en esos casos
toma en cuenta que hay una pequeña probabilidad de error pero arriesgamos
nuestra vida por confianza en la empresa. No podríamos vivir sin este tipo de
asentimiento. En la corte se trata de encontrar la verdad y probarla más allá de
dudas razonables. No se exige ni se puede pedir más.

10
Nuestro asentimiento a las enseñanzas del magisterio del cuarto nivel no es de fe,
no contiene la certeza absoluta de los primeros tres niveles, pero si es un
asentimiento confiado en la guía del Espíritu Santo sobre la Iglesia. Las
posibilidades de error en este tipo de asentimiento son aun mucho menores que en
el caso del avión o el restaurante. Además, si erramos por ser asentir a alguna
enseñanza de la Iglesia que no es de fe, cuando estemos ante el Juez Divino, este
nos felicitará. Pero si erramos por romper con la Iglesia pensando que sabemos
más que ella, caemos en serio riesgo de ser acusados por lo menos de orgullosos.

Algunos objetan que por obedecer a las autoridades de la Iglesia se cometieron


injusticias en el pasado. Respuesta: Hay que distinguir entre las enseñanzas del
magisterio y la autoridad temporal de la Iglesia en cuestiones de gobierno o de
juicios sobre personas ejercida en el pasado, que no es el ámbito del magisterio.

Con frecuencia el Papa enseña con la ayuda de las Congregaciones de la


Curia Romana. Las declaraciones publicadas estas Congregaciones no pretenden
enseñar doctrinas nuevas sino reafirmar o sintetizar la doctrina de la fe católica
definida o enseñada en anteriores documentos del Magisterio de la Iglesia,
indicando su recta interpretación frente a los errores y ambigüedades doctrinales
actuales. Un documento doctrinal de una Congregación de la Curia es formalmente
promulgado cuando es expresamente aprobado por el Sumo Pontífice y por lo tanto
tiene naturaleza magisterial universal porque lleva la autoridad del mismo Papa.

11

También podría gustarte