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Sandra Ximena Hernández Salomé

Mtra. Gilda Vela Capdevila


Historiografía del discurso contemporáneo
26 de enero 2021

La violencia como signo de libertad en la Revolución francesa

Con la filosofía de la ilustración como mayor influencia y en reacción a las

condiciones económicas desfavorables de la población de Francia, sucedió lo que marcaría

el inicio de la edad contemporánea, la cual sería inaugurada con las bases de la democracia

moderna: La Revolución francesa, donde la principal batalla fue la rigidez de la monarquía

en contra de un mundo cambiante.

Sucedieron varios actos y eventos violentos que demuestran la rabia del pueblo por

la indiferencia del Rey Luis XVI y el poder feudal; ya que estos, desde un punto de vista de

los ciudadanos, los de la realeza y aristocracia solo se dedicaban a vivir una vida de

excesivos lujos, mientras que ellos carecían de lo esencial. Además de hundir al país en

deudas provocando el constante aumento de impuestos para el resto de la población.

Por supuesto que se inició con quejas en papel, pidiendo que la nobleza y el clero

pagasen los impuestos, incluso el Tercer Estado tuvo varias victorias en papel, mayormente

por Robespierre, pero ninguna se había llevado a cabo. Por consecuencia, en julio de 1789

sucedió el asalto a las armerías y la toma de la Bastilla, el símbolo del despotismo

monárquico y el horror para los franceses, para que los revolucionarios pudieran conseguir

armas y pólvora para defenderse del ejército.

En medio de las revueltas y el despido de Jacques Necker, el pueblo decide que solo

se puede conseguir un cambio mediante la sublevación. Así las cabezas decapitadas y


clavadas en una lanza se convertirían en el primer símbolo de la revolución. Además, la

aceptación política de estos actos desencadenaría la sangrienta conducta que afectaría el

desarrollo de la revolución.

Esta conducta provocaría la guerra contra Austria, atacar antes de que ellos lo

hagan; después vendría la matanza de los prisioneros (enemigos de la revolución);

Robespierre toma las riendas de la revolución y se decide enjuiciar al Rey, como dijo el

mismo Robespierre “para que la revolución pueda vivir hay que matar al rey, si está bien

que haya un rey entonces algo va mal en la revolución”, con la llegada de la guillotina, Luis

XVI es condenado a muerte por traición. Este evento representa la mayor victoria

revolucionaria.

Ocho meses más tarde, entre las ejecuciones de supuestos traicioneros gracias al

periodismo radical de Marat, se le condena a muerte a la última reina de Francia, María

Antonieta, el símbolo de la desastrosa alianza austriaca, la corrupción monárquica y la vida

de excesos en Versalles.

En conclusión, esta desesperación del pueblo para salvar la nación y tomar por

primera vez las riendas para cambiar su destino, utiliza las muertes como símbolo de

liberación ya que, en todas las ocasiones anteriormente mencionadas, después de años de

opresión, se demuestra por primera vez un cambio, convirtiendo a la muerte en una efectiva

solución. Este gran evento histórico me hace cuestionar: en nuestro contexto actual ¿se

puede lograr un cambio pacífico con la misma magnitud? ¿cuál sería el límite de sangre

derramada?
Referencia:

History Channel. “La Revolución Francesa.” YouTube, uploaded by Jorge Aranda,

26 Apr. 2013, www.youtube.com/watch?v=UA65uWBWdrE.

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