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Las mini verduras o mini vegetales son un super alimento, ahora enseguida les contamos por qué.

Pero lo más importante es que, aunque tengamos muy poquito lugar, aunque inclusive no tengamos
patio, no tengamos jardín, podemos también tener una huerta de mini vegetales, la podemos tener
en un invernadero, he incluso tenerla en una ventana luminosa en el comedor de la casa. Y eso es lo
que hace a este proceso de cultivar tan especial e importante. Si estas en la ciudad y sobre todo
donde no hay muchos espacios con tierra, te va a venir de diez.

Algo fantástico es que estos mini vegetales se pueden producir todo el año. Toda la cantidad de
micro vegetales que te puedas imaginar, se pueden producir durante todo el año, invertís poco
tiempo de cuidado y poco esfuerzo. Llevan una mínima inversión y tiene múltiples beneficios
nutricionales para la salud.

Las semillas más grandes, antes de sembrarlas las dejamos reposar en agua (como las arvejas,
lentejas, garbanzos, poroto mung y zapallo anco entre otros). Los vas a poder comer crudos o
cocinados, tienen una fuente mucho más rica de antioxidantes, vitaminas y minerales que en sus
respectivas hojas o semillas maduras. Otra cosa fantástica es que son súper rápidas de producir,
crecen entre 7 y 14 días y ya tenés tus mini vegetales, depende de la especie que estés cultivando.
Son de tu propia producción, así que te asegurás que sean orgánicos, no van a tener pesticidas y
¿qué mejor que uno mismo para saber qué es lo que estoy produciendo y qué es lo que voy a llevar
a mi comida? Y encima lo logramos en muy poco espacio. Lo maravilloso también de todo esto es
que vamos a poder optimizar este proceso si tenemos una huerta o un pequeño lugar donde cultivar
nuestras propias semillas. Ya que con que tengas una planta de cada una de las cosas que vas a
producir de la cual vas a poder sacar semillas, ya sería majestuoso.

Recordá que, si bien la cantidad que vas a comer es menor en proporción a lo que comerías de una
lechuga de hoja grande, vos acá tenés multiplicados los nutrientes y no sólo eso, sino que son mucho
más digeribles. Es como comer un alimento super potenciado ya que lo que estaríamos comiendo
son sus tallos, cotiledones y sus primeras hojitas verdaderas, y van a estar listos dependiendo de la
variedad de especies que cultiven, entre 7 y 20 días.

Ahora les contamos cómo los preparamos, primero buscamos una bandeja (como las del baño de los
gatos), le colocamos primero un poco de agua, y vamos a poner siempre primero el agua, dejamos
que cubra bien toda la bandeja, aproximadamente un centímetro, luego le agregamos el sustrato (la
tierra) hasta 1cm antes del borde, y esto lo que va a hacer, es que el agua se absorba de abajo hacia
arriba y va a evitar que tengamos después problemas con hongos o con moho, que es como una
telaraña que se le hace a cada semilla y nos perjudica la germinación. Luego podemos usar cualquier
sustrato de germinación, como por ejemplo en uno de nuestros casos utilizamos tierra abonada con
compost, que es una tierra sin costo ya que el compost también lo hacemos nosotros (ver apartado
“compost”). Luego colocamos otra bandeja arriba que calce para apretar y emparejar un poco el
sustrato, una vez realizada esta acción podríamos utilizar semillas chiquitas (no es necesario dejarlas
reposar previamente en agua) por ejemplo semillas de chía o de lino, que solemos comprar para
agregar a nuestras comidas, entonces resultan muy económicas ya que después nos dan un brote de
calidad. Luego las esparcimos a lo largo y ancho de toda nuestra bandeja, no amontonadas sino
esparcidas, la idea es que queden separaditas (1 o 2 mm) pero que también generen una densidad al
crecer. Lo bueno de que no genere hongos y moho es que luego cuando lo cosechamos no vamos a
necesitar, siquiera lavarlos. Lo otro que vamos a hacer es que vamos a dejar aproximadamente 1cm
sin completar de tierra para que luego sea mejor el corte al cosecharlos, siempre vamos a cortar al
ras, siempre necesitamos tener 1cm de distancia a la tierra en lo que vamos a cortar y la bandeja nos
servirá de tope de medida para ir cosechándolos.
Luego que pusimos las semillas vamos a pulverizar con agua, nada más que con agua. Colocamos
otra bandeja arriba (tener en cuenta que las bandejas tienen que ser todas del mismo tamaño, para
ir apilando hasta cinco) y vamos a hacer el mismo procedimiento, primero el agua, luego el sustrato,
después aplastamos levemente, luego esparcimos las semillas, pulverizamos, y repetimos esta
secuencia hasta terminar, sólo que a la última la dejaremos vacía y le apoyaremos un peso esparcido
sobre ella, que pueden ser uno o dos ladrillos dependiendo del tamaño de las bandejas a utilizar.
Esto va a hacer que los brotes tengan que hacer más fuerza, generen más energía y estén más sanos
y fuertes.

Estas bandejas se llevan a la sombra o las podemos poner adentro de la casa en un lugar oscuro,
fresco y dependiendo de la semilla que hayamos puesto va a ser el tiempo de germinación, pero son
aproximadamente entre 3 y 5 días, que vamos a ir chequeando. Luego lo que hacemos es, al otro día
sacar el peso, levantar la bandeja y pulverizar, una a una cada bandeja apilada, una vez por día.
Volvemos a dejarlas apiladas con el peso arriba, hasta que germinen. Cuando ya germina el brote y
larga sus primeras dos hojitas, los cotiledones, ya podríamos llevarlos a la luz, pero siempre hay que
cuidar las temperaturas, porque si la temperatura ambiente levanta a más de 28° ya se arriesga la
producción. Así que hay que procurar siempre tener una temperatura ambiente entre 23° y 25° o
menos. Una forma fácil de saber cual es la temperatura ideal para tus brotes, es que es la misma
temperatura ideal que sentimos nosotros en nuestro cuerpo. Así como cuando nosotros decimos
que nos pasamos de los 25° y ya empezamos a sentir calor, entonces los brotes no van a poder
progresar si se pasan demasiado de esos grados. Y lo mismo con el frio, nosotros a menos de 20° ya
empezamos a sentir frio, los brotes más allá de que se van a seguir reproduciendo, va a hacer que se
lentifique su proceso de desarrollo.

Recordemos que una vez que vamos pulverizando estamos chequeando y cuando vemos que
aparecen sus primeras hojitas, sus cotiledones, tenemos que llevarlos a la luz natural para que
empiece a producirse la clorofila y se pongan verdes. Los dejamos crecer hasta que se pongan de un
tamaño de 5cm, que es el tamaño ideal para poder cosecharlos y comenzar a consumirlos. Siempre
al cosecharlos lo haremos cortando a 1cm aprox. desde de la tierra hacia arriba. Y lo más práctico es
que podemos ir cosechando lo que vamos a ir consumiendo, teniendo siempre alimentos frescos en
nuestras preparaciones, teniendo la posibilidad de consumirlos enseguida, o cosechar más cantidad
para consumirlos entre 3 o 4 días ya que se podrán mantener frescos en la heladera, por esos cortos
periodos de tiempo. Mientras tanto, seguirán produciéndose nuestros brotes sin ningún problema.

Dato curioso, en el caso de utilizar las semillas grandes como de lentejas, garbanzos, porotos, luego
de dejarlas en remojo de un día para el otro, antes de tirar el agua excedente, a ésta la podemos
reservar para nuestro riego ya que toda esta agua es muy rica en nutrientes y sirve como fertilizante
para nuestros cultivos.

Ahora vamos a compartir como hacer brotes, y en esta oportunidad experimentar con brotes de
arvejas y por qué consumirlos, por qué están importante consumirlos y qué deliciosos que son.

Primero vamos a colocar las arvejas que deseamos germinar, en un recipiente en remojo por 24 hs.
Al día siguiente colamos el agua (recordá que podemos reutilizar el agua del remojo para el riego de
nuestras plantas y cultivos). Luego colocamos, en un recipiente como tupper o bandejas de comidas
plásticas que hemos decidido utilizar, la tierra o sustrato levemente húmedo, no mojado, una buena
capa de aproximadamente 3 o 4cm. Esparcimos sobre ella las semillas remojadas y cuando cubrimos
todo le agregaremos por encima unas 3 o 4 capas de papel higiénico, esto es sólo para los primeros
días hasta que aparezcan los primeros brotes, pulverizamos bien con agua humedeciendo muy bien
el papel. Luego cubrimos bien con un repasador haciendo un leve peso sobre las semillas, para que
crezcan con más fuerza y cuidando que no les de la luz por dos días. Destapamos las bandejitas,
pulverizamos con agua y volvemos a tapar. Al 5to día las destapamos, pulverizamos con agua y ya no
las volvemos a tapar y las dejamos que les de un poquito de sol (regamos todos los días de la misma
manera). Al día 8 ya vamos a observar los cotiledones de color verde como van creciendo y ya para
el día 10 vamos a poder disfrutar de la cosecha, los vamos a cortar y los podemos comer en
ensaladas tienen el sabor parecido al de las arvejas frescas crudas que es un manjar. Si lo dejan
crecer un poco más, aproximadamente 15 0 20 cm los pueden usar como si fueran verduras, de hoja
más grande, en preparaciones como salteados, con fideos o en un relleno o una tarta, como se les
ocurra y todo ello con el cultivo de nuestros riquísimos brotes de arvejas.

Es muy importante que los hagamos y ¿por qué germinados? Porque son super alimentos, son
alimentos vivos, son mucho más digeribles y superiores a nivel nutricional. Son alimentos vivos que
contienen altas cantidades de enzimas, de clorofila, de aminoácidos, minerales, vitaminas y
oligoelementos. Entonces contribuyen a corregir las carencias de la alimentación. Son super buenos
para personas con estómagos sensibles o delicados, se convierten en alimentos fáciles de asimilar,
porque liberan todos los nutrientes que tienen encapsulados. Los brotes especialmente de
legumbres, como es el caso de la arveja y la lenteja, aportan al organismo proteínas completas que
se transforman en los 8 aminoácidos esenciales de fácil absorción. Todo esto lo contamos porque
muchas veces se nos dice que es mejor dejar crecer la planta de arvejas y nos comemos un montón
de arvejas en vez de que sólo nos comamos un brote por semilla. Pero la verdad es que muchas
veces consumimos arvejas o lentejas, que son semillas cocidas que también aportan mucho, cuando
también podemos potenciarlo haciendo germinados y tener una opción viva y fácil de asimilar y fácil
absorción con muchísimos nutrientes y que se puede hacer unos días.

Ahora que sabemos lo nutritivos que son los germinados y los brotes te vamos a decir si te has
hecho esta pregunta alguna vez ¿Es posible sembrar en agua y sin tierra? Y tenemos la respuesta. En
esta ocasión experimentamos germinados de arvejas y lentejas en frascos de vidrio. Lo que vamos a
utilizar son simplemente frascos bien limpios, semillas que pueden ser de arvejas, lentejas,
garbanzos, lino, chía entre otras, gasa hidrolizada, banditas élasticas y por su puesto agua.

El germinado es una semilla recién nacida a la vida, esta semilla está cargada con todos los
nutrientes que necesita para formar una planta, incluidas las enzimas y las proteínas. Al consumir el
germinado ingerimos un alimento vivo que es perfectamente absorbido por nuestro organismo que
recibe la vida de la semilla. Se estima que hay cien veces más enzimas en los germinados que en las
frutas y verduras crudas. Las enzimas son proteínas que son capaces de poner en funcionamiento
todas las funciones de nuestro organismo. Ellas hacen que los nutrientes de los alimentos sean
aprovechados por nuestro cuerpo. La cantidad de vitaminas se incrementa de forma considerable en
los germinados, especialmente en los casos de las vitaminas A, complejo B, C y D. En algunos casos el
incremento puede ser 20 veces mayor comparado con su forma original.

Hemos llegado al final, y no hay excusa para que no puedan cultivar sus propios alimentos y que
sean sanos, sean orgánicos y con un mínimo lugar ya pueden comenzar probando con dos o tres
cultivos. Les recomendamos arrancar con la lenteja, el Pak Choi, la lechuga que son cultivos muy
fáciles, germinan muy bien e ir incorporándolos a sus ensaladas, comerlos crudos y si los prefieren
cocinar hacerlos salteados que es la manera en que más conservan los nutrientes. Esperamos que les
haya gustado este Proyecto tanto como a nosotros
Durante el presente ciclo lectivo se ha decidido dar continuidad a un Proyecto nacido en
época de Pandemia, y sumar a los saberes adquiridos, nuevos desafíos que implican
nuevas experiencias. En esta oportunidad la problemática surgió luego de analizar algunas
respuestas a interrogantes como ¿todos pudieron hacer su huerta? La mayoría respondió
que sí, pero otros dijeron no y por motivos como la “falta de espacio o la falta de tiempo”
¿qué elementos son necesarios para cultivar nuestros propios alimentos? ¿Se pueden
cultivar alimentos sin tierra?

De las problemáticas encontradas, se decidió hacer una pregunta global y para ello fue
necesario analizar nuevas opciones que permitan dar soluciones a todas ellas.

La problemática quedó así ¿Cómo cultivar nuestros propios alimentos de forma sencilla, sin
espacio, sin tierra y sin necesidad de comprar semillas?

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