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¿Cómo hacer un huerto urbano?

Tener un rincón de cultivos ecológicos en casa es más fácil de lo que parece, solo es necesario
destinar un sitio de tu jardín o terraza, y poner a volar tu creatividad. El resultado será un
huerto urbano personalizado y libre de pesticidas.

1. Elige el sitio para tu huerto urbano

Lo más recomendable es que hagamos el huerto urbano en un lugar amplio, como un jardín o
un patio, ya que así tendremos más variedad y podremos manipular las plantaciones con
facilidad. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, también es posible colocarlo en una
terraza o balcón, especialmente si vivimos en departamento.

Para saber si el lugar es óptimo, debemos considerar algunos aspectos. Por ejemplo, es
importante que dicha zona esté expuesta al sol de 6 a 8 horas al día. De lo contrario, nuestros
cultivos podrían no crecer fuertes ni llevar a cabo de forma eficiente su proceso de
fotosíntesis, muy importante para la liberación de oxígeno.

2. Determina el tipo de huerto

Una vez revisado esto, hay que verificar qué tipo de huerto podemos construir en dicho
espacio. Es decir ¿pueden sembrarse en el suelo?, ¿es más conveniente un huerto vertical?, ¿es
mejor sembrar nuestras semillas en cajas o macetas? Responder estas preguntas es esencial
para determinar los materiales que vamos a necesitar.

Si tenemos suelo donde plantar, la recomendación para principiantes es destinar un cajón de


1 m² directo en la tierra; de lo contrario, podemos usar cajones elevados, que tienen la ventaja
de ser más cómodos y evitar con mayor facilidad las plagas. Otra alternativa son los cajones
pequeños y portátiles, que son muy prácticos para tener en balcones o en un área de la
cocina, apoyándonos de una mesa.

En cuanto a los huertos verticales, estos se instalan en una pared interior o exterior. Lo más
rápido y sencillo es colocar unos cajones sobre otros hasta alcanzar la altura deseada, y
recargarlos en la superficie. Ahora que, si queremos crear un ecosistema más diverso y jugar
con la distribución, el uso de macetas es la alternativa. La variedad de recipientes de barro y
arcilla se adaptan muy bien a los diferentes espacios.

3. Selecciona las plantas y semillas preferidas

La manera más fácil de escoger nuestros cultivos es ubicar los alimentos que más
consumimos. Pueden ser lechuga, manzanilla, perejil, cilantro, entre otras. Así tendremos
especies que realmente nos sean útiles en el día a día. Entre las opciones están adquirir
plantas ya maduras o plántulas (planta bebé), o sembrar semillas. La ventaja de las primeras
es que podemos usarlas de inmediato, mientras que las semillas tardan de 10 a 20 días en
germinar, según la especie.

Para sembrar nuestras semillas, debemos hacer


uso de semilleros. Estos son pequeños recipientes que permiten controlar y optimizar la
cantidad de semillas aptas para el cultivo y asegurarnos de que empiecen a crecer. En cuanto
aparecen las primeras hojas, es momento de trasplantar a los cajones y esperar a que
alcancen su madurez para comenzar a consumir de ellas.

Ahora bien, hay algunas plantas o semillas más fáciles de cultivar que otras, por lo que si
somos principiantes conviene iniciar con estas: jitomate, zanahoria, espinaca, cebolla y rábano.
Lo mejor es que son alimentos clave en la mayoría de los platillos, así que podremos
disfrutarlos mucho.

También podemos crear un huerto urbano de plantas medicinales y aromáticas, las cuales
suelen tener propiedades antimicrobianas, antifúngicas y antioxidantes, así como cualidades
relajantes.

4. ¡Hora de plantar o sembrar los cultivos!

Para empezar a sembrar o plantar, hay que conseguir algunos materiales básicos. Entre ellos
están unos guantes, un juego de herramientas de jardín, que incluya cuchara, cultivador,
trasplantador y azadón, los semilleros y una pistola de riego. Y ahora sí ¡es momento de
comenzar!

Plantas maduras o plántulas


Si vamos a plantar especies ya maduras, entonces hay que excavar en la tierra, con ayuda de
la cuchara, a una profundidad similar a la base de la planta. El estándar son unos 7 o 15 cm,
dado que las raíces no necesitan mucho espacio. Lo mismo se debe hacer si se planta en
macetas o cajones de madera.

Posteriormente, se recomienda colocar una cama de tierra de composta, ya que esta le dará
los nutrientes necesarios a la planta y mejorar la retención de agua. La podemos preparar
directo en casa usando residuos orgánicos (huesos, cáscaras, carne, lácteos, etc.) o
comprar composta ya preparada.

Finalmente, cubrimos nuevamente con tierra y regamos.

Semillas

En caso de inclinarnos por semillas, hay que hacer un orificio en la tierra del doble de su
tamaño y colocar hasta 3 semillas. Es por eso que convienen mucho los semilleros, ya que
tienen la proporción ideal. Posteriormente, habrá que cubrirlas otra vez con tierra sin apretar
mucho. Es importante que la tierra no esté compactada para que la planta se sienta libre y
empiece a crecer.

Una vez que las semillas germinen, es momento de trasplantarlas a su nuevo hogar (suelo,
cajón o maceta). Para hacer el cambio, primero hay que labrar un poco la tierra alrededor para
que se vaya soltando y delicadamente introducir el trasplantador o los dedos hasta el fondo
para sujetar firmemente la raíz y lograr el movimiento.

Para saber que la planta ya está lista para ser trasplantada debemos apreciar un tallo y sus
primeras hojas bebé, a lo que se le da el nombre de plántula.

5. Cuidados generales para el crecimiento del


huerto urbano

• Cuando ya están trasplantados, hay que regar diariamente. Lo recomendable es muy


al atardecer o antes de que salga el sol, para que la tierra quede bien hidratada y el sol
no evapore el agua tan rápido.
• Antes de trasplantar, hay que fertilizar o abonar la tierra. Posteriormente, hay que
hacerlo cada tres o cuatro semanas, aunque esto dependerá del tipo de cultivo. La
recomendación es que contengan nitrógeno, fósforo y potasio y que sea de liberación
rápida, ya que cuando están en crecimiento necesitan alimentarse más rápido.
• También hay que cosechar con frecuencia. Esto significa que en cuanto haya suficiente
alimento, hay que retirarlo, ya que la planta gasta mucha energía manteniéndolo
fresco.
• En cuanto al clima, lo importante es proteger el huerto del frío, la lluvia o el viento
intenso; y esto se puede hacer con plástico, periódico o cartones.
• Finalmente, hay que cuidar las plagas y enfermedades. Para las primeras, podemos
usar insecticidas naturales o retirarlas con la mano.
Ahora que sabemos cómo hacer un huerto urbano en casa, solo queda elegir los alimentos
que más consumimos, adquirir las semillas para sembrar y crear nuestro propio espacio.

Lo mejor es que no solo tendremos un lugar de productos naturales, sino que también la
oportunidad de acercarnos más a la naturaleza.

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