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CAPITULO 1

Tema: Bienestar espiritual y resiliencia en personas en duelo.

Palabras claves: bienestar espiritual, religión, resiliencia.

Objetivo general:
Conocer si existe una relación entre el bienestar espiritual y la resiliencia que tienen las personas
durante el proceso de duelo.
Objetivo(s) específicos:
Conocer el nivel de bienestar espiritual de las personas durante el proceso de duelo
Conocer el nivel de resiliencia que tienen las personas durante el proceso de duelo.
Hipótesis:  
Cuanto menor bienestar espiritual existe, mayor complicación durante el proceso del duelo.
Preguntas de investigación:
¿Qué relación hay entre el bienestar espiritual y la resiliencia que tienen las personas durante el
duelo?
¿Cuál es el nivel de bienestar espiritual de las personas durante el proceso de duelo?
¿Cuál es el nivel de resiliencia que tienen las personas durante el proceso de duelo?
Antecedentes

El duelo se conoce como un proceso natural en el que el doliente pasa una serie de fases,
etapas o tareas según el autor que dirige a la superación o adaptación de dicho proceso. Es
importante destacar que no es necesario que cada persona y proceso de duelo experimente
cada una de las fases y que estas fases se cumplan con una secuencia determinada. (Ortego
y Alconero, 2001)
Acinas (2011) destaca los siguientes factores de vulnerabilidad para padecer un duelo patológico o
complicado:  Circunstancias específicas de la muerte. Se consideran más traumáticas las muertes
súbitas inesperadas e inoportunas, las muertes múltiples, las muertes por asesinato o catástrofe y
las muertes por suicidio o autonegligencia. Por otro lado, cuando la muerte se produce tras largas
enfermedades y el cuidador principal ha sido una única persona, el superviviente se siente vacío
tras el fallecimiento. También hay dificultades cuando la pérdida es incierta (Ej. un soldado en acto
de servicio no se sabe si está vivo o muerto) y cuando hay pérdidas múltiples.
https://www.psicociencias.org/pdf_noticias/Duelo_patologico.pdf

En el libro “The Treatment of Grief: Psychological Counseling and Therapy” (1997),


William Worden menciona El duelo como una desviación de la salud y el bienestar, y así
como la curación en el ámbito fisiológico es necesaria para devolver el cuerpo al
equilibrio homeostático, también es necesario que el doliente regrese a su estado
original. un cierto período de tiempo. Equilibrio similar a . Por eso, Engel ve un proceso
de duelo similar al proceso de curación de . [...] Así como los términos salud y
enfermedad se aplican al curso del proceso de curación fisiológica, también pueden
aplicarse al curso del proceso de duelo.
Existen diversas teorías que explican el proceso del duelo, sin embargo, según Montoya
(2008) menciona en su libro “Perdida Aflicción y Luto” 5 etapas del duelo, las cuales son:
Aflicción aguda: tiene una duración aproximada de uno a tres meses con la posibilidad de
extenderse o acortarse. Se produce en el momento de la muerte y se presenta todas las
manifestaciones de un shock emocional. Se caracteriza por la incredulidad, anulación
psíquica, confusión e inquietud, oleadas de angustia aguda, pensamientos obsesivos,
despersonalización-desrealización, síntomas físicos y otras reacciones.
Conciencia de la perdida: tiene una duración de uno a tres meses después de la muerte del
ser querido. Durante esta etapa como el nombre lo dice el doliente esta más consciente de la
muerte y de los recuerdos del fúnebre (ataúd, cementerio, urna, etc.). Existe una
desorganización emocional acompañada de la sensación de estar al borde una crisis
nerviosa, además de un desprendimiento de las personas que acompañan al doliente
(reanudan las actividades). Las características mas importantes son: ansiedad de separación,
estrés prolongado, culpa, rabia, agresividad e intolerancia, comportamiento de búsqueda o
de espera, sintiendo la presencia del muerto, ensoñación y otras reacciones.
Conservación-aislamiento: duración de 8 a 10 meses aproximadamente. Es considerada
como el “peor periodo de todo el proceso del duelo”. Se presenta un desconocimiento
general del proceso del duelo, el doliente es incapaz de relacionar la muerte con la … .La
aflicción se vuelve más severa al punto de desarrollar un trastorno de depresión. Las
características son: aislamiento, impaciencia, repaso obsesivo, apoyo social disminuido,
necesidad de sueño y otras reacciones.
Según Montoya (2008) la primera etapa mencionada anteriormente constituye la “fase
aguda” de la aflicción y posteriormente las últimas dos etapas la “fase crónica” de la
aflicción.
Cicatrización: durante esta etapa surge la aceptación intelectual y emocional de la perdida,
además, de mostrar una percepción más racional con la nueva realidad. El doliente se
permitirá restablecer sus activades, sin embargo, el doliente podrá volver a sentir dolor por
la pérdida, pero será sin tanta angustia como al principio. Las características son:
reconstruir la forma de ser, retomar el control de la propia vida, abandono de roles
anteriores, búsqueda de un significado y cerrando el circulo, perdonando y olvidando y
otras reacciones.
Renovación: es la última etapa donde el doliente encuentra un sentido y estilo de vida, la
autopercepción es mejorada, así como la percepción del mundo se vuelve cada vez más
positiva. Es capaz de sustituir la ausencia de la perdida con activades que le den un sentido
o propósito a su vida, no necesariamente otra persona. Las características son: viviendo
para sí mismo, aprendiendo a vivir solo y reacciones de aniversario.
Es importante resaltar que no todas las personas viven y enfrentan la muerte de la misma manera,
y tampoco quiere decir que todas las personas tengan que pasar por las cinco fases descritas
anteriormente. Estas fases no son estáticas, tampoco normativas, son simplemente posibilidades
de acciones que pueden tener las personas al experimentar dicho proceso.
https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/7897/tesis157.pdf

Hablando un poco de los resultados encontrados en distintas investigaciones acerca del


duelo y su la relación con la espiritualidad se ha encontrado que las creencias religiosas y
la espiritualidad son uno de los mecanismos de afrontamiento más efectivos para
sobrellevar la pérdida de un ser querido. Existe evidencia significativa que sugiere que
las personas usan la religión/espiritualidad para ayudarse a sobrellevar su sufrimiento.
Numerosas investigaciones han demostrado que la relación entre religión/espiritualidad y
la adaptación al duelo es generalmente positiva, y muchas personas adoptan creencias y
prácticas religiosas en respuesta al duelo (Wortmann & Park, 2008).
En una investigación realizada por Yoffe (2015) encontró que el duelo en el budismo es
percibido como un proceso de transformación no un evento terminal dentro del cual se
suelen llevar a cabo meditaciones para florecer la compasión y así eliminar el dolor y el
sufrimiento. Meditar permite entender por qué todos sufrimos: se pone en primer lugar el
respeto ante el sufrimiento del otro y una actitud de ayuda plena y apoyo por parte de la
comunidad para poder disminuir el dolor y encontrar el consuelo y la felicidad nuevamente.
Según una investigación de Tavares (2016) encontró que los cuidadores con duelo no
complicado puntuaban más alto en resiliencia que aquellos con duelo complicado y a su vez
aquellas personas con duelo normal correlacionaban con la capacidad de resiliencia en
estilos de afrontamiento como religión y reevaluación positiva. Uno de sus datos más
relevante compete a la religión, ya que aquellas personas, tanto con duelo complicado como
con duelo normal, aplicaban la religión como método de afrontamiento y recurso en menor
medida en momentos de vulnerabilidad.

Attig (2007) destaca la importancia de las creencias con relación a su influencia en el


afrontamiento de los duelos, ya que éstas producen gran impacto en lo que las personas
sienten, en la evaluación de sus sentimientos, en la elección de la expresión adecuada y en
las elecciones de sus acciones, reacciones e interacciones con los demás. Considera que las
creencias espirituales son los medios principales de afrontamiento cognitivo de la realidad,
ya que las capacidades de la mente y del espíritu orientan a las personas dentro de su
realidad, dando sustento al sentido que prima en su vida.
Crisis religiosa
En el duelo surge una inseguridad respecto a Dios y una disrupción de la práctica religiosa
que se evidencia con sentimientos de enojo, ira y enfado al no tener una respuesta
satisfactoria a preguntas que justifiquen la muerte del ser querido. (Villagómez-Zavala, et.
al, 2020).
El duelo difiere de otros tipos de trauma en algunas formas fundamentales que pueden
hacer que la duda religiosa sea particularmente problemática cuando se trata de lidiar con la
muerte de un ser querido. La muerte es permanente e irrevocable y, por lo tanto, no es
susceptible de afrontarla utilizando estrategias que buscan resolver el problema. La religión
puede ofrecer una forma poderosa de control secundario, buscando adaptarse a las
circunstancias negativas en lugar de tratar de cambiarlas (Hayward y Krause, 2014)
La espiritualidad refiere a la experiencia de sentir que formas parte de algo más grande y profundo
que tú mismo, algo que te conecta a todo y a todos, que te hace ver a todos los seres humanos
como hermanos y al planeta como la casa común que tenemos que cuidar.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14849184006

En palabras de Grof & Grof, la espiritualidad cumple la función de orientar y guiar el


comportamiento en el esfuerzo de construir un sentido vital más amplio e impregnado de
significado personal. (Villagómez-Zavala, et. al, 2020).

Kelley y Chan (2012) afirman que creer en un Dios benevolente y


sensible le da un papel importante al generar resiliencia en el
afrontamiento de una pérdida significativa. Diversos estudios 
(Baldacchino y Buhagiar, 2003; Quiceno y Vinaccia, 2009; citado en
Armando, 2014) remarcan el cambio que se da hacia una intensa vida
espiritual y relación con lo divino en condiciones de salud extremas.
http://bonding.es/la-dimension-espiritual-la-perdida/#6-_Espiritualidad_y_Duelo

A menudo la espiritualidad se confunde con la religiosidad. Las personas


espirituales pueden ser buenos religiosos, pero las personas religiosas
no necesariamente son espirituales. La espiritualidad permite al ser
humano trascender más allá de la mente y el cuerpo, conectando con la
verdadera esencia del Ser: es la responsable del modo cómo se vive y
de la forma de interactuar con la familia humana. El sentido del humor y
la creatividad desplegada por la persona espiritual sirve de preparación
para las pequeñas, medianas y grandes pérdidas con las que la vida nos
reta por el hecho de estar vivos; entre ellas, la pérdida mayor ante una
enfermedad terminal, la muerte de un ser querido o la propia.
https://states.aarp.org/la-muerte-y-la-espiritualidad

La resiliencia comprende al menos dos niveles. En primer lugar está la resistencia o la capacidad de
permanecer integro frente al “golpe”; además, la resiliencia comprende la capacidad de construir
o de realizarse positivamente pese a las dificultades (Vanistendael, 1995).
Planteamiento del problema:
El duelo es una respuesta psicofisiológica la cual se presenta ante una perdida significativa donde
existe unas manifestaciones a nivel cognitivo, comportamientos, emociones y sentimientos.
(Villagómez, Peña y Franco, sf ). Es un proceso único e individual que está en constante
movimiento, es decir, no es un estado estático con secuencias establecidas.
Existe un duelo complicado DC donde se presentan factores de riesgo las cuales alteran el bienestar
psicosocial del doliente. Este tipo de duelo se caracteriza por la prolongación de los síntomas que
usualmente se presentan a las pocas semanas de la muerte del ser querido, sin embargo, el duelo
complicado se caracteriza por que los síntomas perduran a través del tiempo y existe una
disfuncionalidad en la vida del doliente. (Villagómez, Peña y Franco, s.f) Los síntomas que
prevalecen son ansiedad por separación, dolor ante el recuerdo del difunto, dificultad para aceptar la
pérdida, evitación de recuerdos, personas, objetos o lugares relacionados con el fallecido, hay un
sentimiento de vacío o pérdida de sentido, y una sensación de entumecimiento emocional. (Estevan,
2017).
A lo largo de la vida del ser humano está obligado a experimentar ciertos procesos de duelo los
cuales no son percibidos como perdidas, por ejemplo, el divorcio de los padres, cambio de hogar o
de escuela, transición de infancia a la adolescencia, diagnóstico de enfermedades, desempleo, etc.
(Cabodevilla, 2007).
Según varios estudios sobre duelo, Luna (2017) señala que cada muerte puede afectar en promedio
hasta a diez personas, y se estima que alrededor del 10% de los dolientes sufren los problemas de
duelo que están atravesando los tienen graves consecuencias para su salud física y mental.
De acuerdo con el sitio web Worldometers (2020), en el presente año se estima que murieron
22.009.912 personas en todo el mundo, lo que significa que hay más de mil millones de personas
que está pasando por un proceso de duelo.
Según la Instituto Nacional de Geografía e Información Estadística INEGI (2019), en México
fallecieron un total de 722,611 personas, por lo que se puede estimar que más de 7 millones de
personas lloraron ese año y más de 700,000 experimenta un duelo complejo que nos impulsa a
prestar especial atención a este proceso (Luna, 2017).
Yoffe (2013) menciona “En mi investigación se corroboró que los participantes religiosos contaron
con mayores recursos que las personas no religiosas, ya que recibieron - no sólo apoyo social
(práctico, emocional y cognitivo) de familiares y amigos-, sino también apoyo espiritual de clérigos
y maestros y de pares del grupo religioso en el duelo anticipado, en las ceremonias funerarias y a lo
largo de todo su duelo. El apoyo espiritual ayudó en la disminución del malestar, en la promoción
de estados positivos, en las tareas de búsqueda y atribución de sentidos que les permitieron alcanzar
la aceptación de la pérdida del ser amado”. Religión, espiritualidad y psicoterapia en el duelo. |
Laura yoffe - Academia.edu
Justificación:
El interés por investigar esta problemática surgió con el fin de comprobar la importancia de la
espiritualidad durante un hecho tan significativo como la pérdida de un ser querido, y como la
espiritualidad nos ayuda en ser seres resilientes ante momentos tan difíciles. Este proyecto se lleva a
cabo por que según los antecedentes existe una relación entre ambas variables, es así como surge
necesidad de concientizar de como la religión ayuda al proceso de adaptación ante una pérdida.
Es importante mencionar que dicha investigación se llevara a cabo de carácter cuantitativo-
correlacional ya que se medirá el nivel de espiritualidad mediante la Escala de Bienestar Espiritual
(EBE), donde se prende interpretar la relación que hay entre la espiritualidad y la resiliencia durante
el proceso del duelo.
Los resultados que nos arrojará en dicha investigación nos servirán para comprobar que es una
problemática social ya que en la actualidad hablar de luto y muerte sigue siendo un tema tabú.
Normalmente la sociedad no es tolerable, empática o respetuosa con el doliente, y estos son factores
para llevar un proceso sano.
Referencias

1. Cabodevilla, I. (2007). Las pérdidas y sus duelos. Anales del Sistema Sanitario de


Navarra, 30 (3), 163-176. http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-
66272007000600012&lng=es&tlng=es.
2. Lorenzo, R. (2020). Religión y espiritualidad en el ajuste al duelo (Tesis en postgrado).
Universidad de la Laguna. https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/19504/Religion
%20y%20espiritualidad%20en%20el%20ajuste%20al%20duelo.pdf?
sequence=1&isAllowed=
3. Meza, E., Garcia, S., Torres, A., Castillo,L., Sauri, S. y Martinez, B. (2008). El proceso del
duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas emocionales. Revista de
Especialidades Médico-Quirúrgicas, 13 (1), 28-31. https://www.redalyc.org/articulo.oa?
id=47316103007
4. Montoya, J. (2008). Perdida aflicción y luto herramientas para facilitar el proceso de
recuperación tras la perdida de un ser querido. Colombia. Litoservicios.
5. Ortego, M., Lopez, S., Alvarez, M. y Aparicio, M. (s.f). Ciencias psicosociales II. España.
Open Course Ware.
https://ocw.unican.es/pluginfile.php/1575/course/section/2034/tema-11.pdf
6. Villagómez, P., Peña, M., y Franco, S. (s.f). Evaluación del duelo complicado: una reflexión
desde la perspectiva económico-familiar en pacientes tratados con Terapia de Aceptación
y Compromiso en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud. Universidad de
Guadalajara. http://ru.iiec.unam.mx/5156/1/2-057-Villagomez-Pena-Franco.pdf
7. Yoffe, L. (2013). Religión, espiritualidad y psicoterapia en el duelo. Buenos Aires,
https://www.academia.edu/36153879/Religi
%C3%B3n_espiritualidad_y_psicoterapia_en_el_duelo
8. Yoffe, L. (2015). Afrontamiento religioso espiritual de la pérdida de un ser querido.
Av.psicol. 23(2). https://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/psicologia/2015_2/
L.Yoffe.pdf
9.

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