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INTRODUCCION
Sabemos que cada uno de los componentes que forman la PNIE es capaz de
interrelacionarse con otro o bien actuar sobre sí mismo (automodulación) mediante
todos los idiomas PNIE. Así, ningún mensajero es propio de un sistema sino que todos
son "vehículos de información" psico-neuro-inmuno-endócrinos.
Se trata de la interrelación entre los sistemas de comunicaciones que utilizan las
distintas partes del organismo, conceptualizados en una red de trabajo interrelacionada
(network) que deben funcionar armónicamente como un todo y en permanente
interconexión con el medio en que se desarrollan.
Huelga aclarar que lo psicológico no se agota en el Sistema Nervioso. La mente excede
al cerebro aunque es producto de este. Defiendo el concepto de que lo “psicológico” es
producto de la acción de nuestro cerebro con el medio ambiente y la cultura en
permanente interrelación. Somos y hacemos nuestra cultura, Soy e interactúo. Siento,
pienso, me expreso, me muevo con circuitos neuronales que me lo permiten y que se
modifican en forma permanente conllevando nuevos aprendizajes. Todo lo que hago me
modifica, pero también todo lo que siento lo hace. Tanto lo que percibo y recibo como
lo que expreso me provocan cambios permanentes. Parafraseando a Heráclito, nunca
nos bañamos dos veces en el mismo río y nunca usamos dos veces el mismo cerebro.
Cada experiencia es un aprendizaje y cada conducta es un nuevo estimulo para aprender
y enseñar. Nunca soy el mismo ya que el remodelado de mi cerebro me hace diferente.
Es tanta la plasticidad neuronal (y glial) de nuestro cerebro que si cambiamos el cerebro
cambiamos la mente pero si cambiamos la mente también cambiamos el cerebro. Este
último concepto es la base de la acción efectiva de la psicoterapia como aprendizaje.
Aclarado el concepto del fin de la dualidad cartesiana, pasaremos a revisar los
principales conceptos de la PNIE
NEUROBIOLOGIA
El sistema PNIE está constituido por distintos subsistemas con bases anatómicas y
funcionales propias e interrelacionadas. Describiremos a cada uno de ellos como base
teórica con algunas viñetas de sus alteraciones y sus implicancias en algunos procesos y
sus enfermedades.
I. Psicológico
II. Neurológico
Se expresa por el SNC y SNP, fundamentalmente mediante neurotransmisores y
neurorreguladores. Los neurorreguladores se encuentran en mayor número que los
neurotransmisores e incluyen, entre otros, a los péptidos hipotalámicos, las
enterohormonas y las citoquinas.
Recordemos que la glia es fundamental como componente del SNC y que se encarga de
funciones de crecimiento, de soporte, de conducción, de producción de factores de
crecimiento neurales y de fenómenos de neuroplasticidad. Hoy se considera que la
unidad funcional del SNC no es la neurona sino la sinapsis donde la glia cumple un
papel modulador
Conferimos a la misma, un papel primordial ya que la diferenciación, sobrevida y
maduración de cada neurona depende de la misma. Hoy se estudia la alteración glial en
todas las enfermedades. Me gusta trasmitir la imagen metafórica de los árboles y las
lianas y el bosque. Sin lianas no hay bosque, aunque haya árboles. Sin glía no hay SNC
III. Endocrinológico
El Hipotálamo, como principal estructura neuroendócrina está conformado por la
región cerebral que rodea el sector inferior del tercer ventrículo, extendiéndose desde el
quiasma óptico a los cuerpos mamilares. Se encuentra conectado entre sí, con la
neocorteza, con las otras áreas cerebrales y con el sistema inmune. Sabemos que
produce factores peptídicos o glucopeptídicos uni o multifuncionales que regulan en
forma inhibitoria o estimulatoria la liberación de hormonas hipofisarias, las que a su vez
regulan a las hormonas periféricas. De esta forma, se vinculan y regulan las conductas
efectoras (endócrinas) con los estímulos viscerales y/o emocionales.
Es tan importante la modulación del sistema cortical y límbico sobre el hipotálamo que
hace años que propongo neoconceptualizar cada eje endócrino de forma completa,
nombrándolos como ejes córtico-límbico-hipotálamo-hipófiso-periféricos.
Excede la idea de este capitulo describir cada eje en particular lo cual puede consultarse
en la bibliografía sugerida donde hay claros ejemplos de las alteraciones adrenales,
tiroideas, somatotróficas, gonadales, prolactínicas y otras en las patologías psiquiátricas
más conocidas.
IV. Inmunológico
El sistema inmune (= exento de) posee como principal función la discriminación entre
lo propio y lo ajeno. Comparte esta función con el SNC además de ser los dos únicos
sistemas del organismo con capacidad de memoria y de aprendizaje. Ambos tienen
regulación por maduración y apoptosis, es decir, comparten características afines, no
habituales para otros sistemas (una célula parietal gástrica no discrimina si el ácido lo
produjo su medio o proviene de un alimento, el SNC si diferencia lo propio y el sistema
inmune tampoco debiera cometer dos veces el mismo error salvo en las enfermedades
auto-inmunes).
Sabemos que, mediante los cinco sentidos clásicos informamos al SNC de nuestra
interacción con el medio donde nos desarrollamos. De esta forma, adquirimos la
familiaridad de los aconteceres del medio, y a su vez una individualidad en nuestras
respuestas a dicha interacción. Podríamos entonces, siguiendo este pensamiento,
interpretar a la inmunidad como un sentido especializado perteneciente al SNC (dado su
control sobre la función inmune); proponiendo considerarlo como el sexto sentido
sensorial. Es la inmunidad quien informa mediante los diferentes mecanismos efectores
(desde la periferia hacia las estructuras superiores) sobre los fenómenos antigénicos
(aquellos no reconocidos como propios) tanto internos como externos. El sistema
inmune logra de este modo evitar la pérdida de la identidad biológica frente a eventos
amenazantes.
Sus células efectoras se dividen en distintos tipos de subpoblaciones de linfocitos según
sus CD o clusters de diferenciación; son grupos de anticuerpos monoclonales utilizados
como marcadores de maduración o de activación linfocitaria. Son fundamentales en el
sistema inmune los procesos de comunicación mediados por sustancias llamadas
citoquinas. Dentro de las citoquinas están las linfoquinas con actividad
predominantemente linfocitaria y dentro de estas las interleuquinas. Tradicionalmente se
denominaron interleuquinas a los mediadores leucocitarios que no habían recibido un
nombre anterior de acuerdo con sus funciones (como ya lo habían recibido otras
interleuquinas como los factores de crecimiento, los interferones y los factores de
necrosis tumoral).
Todas las citoquinas son plurifuncionales y actúan siempre en forma complementaria.
Para poder conceptualizarlo mejor pensemos que cada una de ellas es una palabra en
una frase de citoquinas que será parte del mensaje producido; el resto del sistema
inmune y de sus sistemas relacionados sólo escucha y responde al mensaje final.
En corto, las interleuquinas:
Son unidades de información producidas en una célula de diferentes tipos celulares
que ejercen su acción sobre otras células de la misma o de diferente estirpe
(pleiotrofismo).
Son inmunotransmisores que vehiculizan información en el sistema PNIE.
Componen sistemas de regulación autócrina, parácrina y endócrina.
Sus funciones son la resultante de las acciones sumadas, potenciadas, modificadas o
inhibidas de unas sobre las otras (complementariedad plurifuncional).
Son producidas durante fases tanto de inmunidad inespecífica como específica.
La regulación ejercida es breve y autolimitada.
Determinan diferentes efectos sobre una misma célula blanco (target).
Sus acciones son a menudo redundantes.
La acción de una está influenciada por otras.
Poseen señales específicas para regular la expresión de muchos de sus receptores.
La mayoría de sus respuestas celulares requieren síntesis de ARNm y proteínas.
Actúan regulando la división de muchas células blanco (ej: GF).
Sus funciones comprenden diferentes mecanismos, que pueden ser:
Mediadores de inmunidad natural o inespecífica (IFN, TNF, IL-1, IL-6);
Reguladores de activación, diferenciación y crecimiento de linfocitos ( IL-2, IL-4 )
Reguladores de mediación inflamatoria (IFN , IL-10, IL-5, IL-12, MIF);
Estimuladores de crecimiento y maduración de leucocitos inmaduros (IL-3, IL-7,
IL-9, IL-11, GM-CSF, M-CSF).
INTERRELACION PNIE
Ya dijimos que la relación entre los cuatro sistemas se objetiva en la expresión recíproca
de receptores a sustancias comunes en células de cada uno. Es así que citoquinas,
hormonas, neurotransmisores y neuropéptidos encontrarán sus receptores específicos
distribuidos en todos los tejidos. A modo de ejemplo citamos al linfocito que expresa
receptores a corticoides, VIP, insulina, estradiol, prolactina, testosterona, ACTH,
agentes adrenérgicos, sustancia P, somatostatina, encefalinas y endorfinas. Podríamos
pensar que los linfocitos se comportan como verdaderas hipófisis periféricas circulantes.
La gran mayoría de estos factores son sintetizados in situ, ya que estas células no tienen
capacidad de almacenamiento y su liberación es mediada por estímulos antigénicos. A
modo de ejemplo diremos que la ACTH hipofisaria se produce, almacena y libera en
cantidades suficientes, pero debe viajar por el torrente sanguíneo para ejercer su acción
sobre la suprarrenal; los linfocitos, en cambio, producen cantidades mínimas pero
infinidad de ellos la secretan frente a la glándula produciendo la misma acción en
función del tiempo (así un estado infeccioso puede tener la misma manifestación de
astenia y déficit sistémicos que la depresión endógena).
Todos los sistemas están en permanente relación, y la modificación en uno dará
indefectiblemente cambio en el otro. En el siguiente gráfico damos ejemplo de ello.
VIVENCIAS TEMPRANAS Y ENFERMEDAD
Fenotipo vulnerable
- Depresión
- Ansiedad
PNIE y PATOLOGIA
Sobre este biotipo vulnerable, las situaciones de estrés cotidianas llevan a distintas
patologías
Nadie duda que una situación emocional pueda influir sobre el cuerpo y determinar o
modificar una enfermedad, ni tampoco que una enfermedad pueda modificar la reacción
psicológica del individuo hacia los demás y hacia el medio.
La desregulación del sistema PNIE produce enfermedad que puede manifestarse en el
plano físico o psicológico. Hay muchos ejemplos de este axioma, mostrando cómo
algún factor emocional puede producir, provocar, gatillar o perpetuar una enfermedad
física (o clásicamente descripta como física). En varios estudios se evalúa que el
aislamiento afectivo es un factor de riesgo metabólico tanto o más importante que el
tabaquismo, la hipertensión arterial o la obesidad. En otros se muestra como la
depresión es el factor predisponente más importante para enfermedad cardiovascular,
por sobre la obesidad, el sedentarismo y el uso de drogas.
Queda claro que cualquier patología se expresa primordialmente en un sistema pero
conlleva, indefectiblemente, a una alteración en todo el resto del circuito. Sin embargo
la repercusión psicológica o emocional excede a la orgánica. No respondemos todos del
mismo modo al mismo estrés. Sabemos que la respuesta multimodal al estresor no
depende de la calidad del mismo sino de la evaluación cognitiva individual que cada
uno hace, de acuerdo con el bagaje socio-genético-cultural que arrastra.
La PNIE nos enseña lo errado del concepto de equilibrio. Lo normal es la adaptación
circadiana, metabólica, endócrina y psicológica a cambios permanentes. La fluctuación
y la adaptabilidad definen la salud. La pérdida de esta capacidad es la enfermedad.
Ya dejamos claro que no todos los individuos respondemos del mismo modo a la misma
noxa. Respondemos con nuestros mecanismos adaptativos psicobiológicos que
dependen del bagaje bio/psico/socio/espíritu/cultural que cada uno de nosotros tiene y
va gestando en forma permanente, ya que cada nueva vivencia o cada nuevo estímulo
vuelve a modificarlo suscitando nuevas adaptaciones. En resumen, la PNIE pretende
estudiar a la enfermedad como el resultado de la ruptura de una interrelación de
sistemas en permanente cambio.
PNIE y EVOLUCION
Dije en la primera edición de esta obra que la PNIE es el sentido de las sensaciones, los
sentimientos y la sensatez.
Recordemos que las sensaciones se perciben con alguno de los cinco sentidos conocidos
o por el sistema inmune, conceptualizado como el sexto sentido y son procesadas en
centros nerviosos primitivos, como son las cortezas de mielinización temprana y el
sistema límbico. Los sentimientos se producen por la valorización y la jerarquización de
las sensaciones y su vinculación mediante centros nerviosos medios, como el sistema
paralímbico, que incorpora las cortezas asociativas. La sensatez debiera ser la respuesta
conductual al estímulo. Desde este marco conceptual, lo arcaico es la sensación,
evolutivamente superior es el sentimiento, y el modo más relevante de responder sería
con una conducta sensata. Así, responder sensatamente, en mayor o menor medida,
implica una respuesta total, más allá del intelecto o de lo motor. Implica una respuesta
mental sensata.
Repito que la mente no debe ser interpretada solamente como la función o el producto
del cerebro, sino como la reacción motivacional de un cuerpo entero (cuyo máximo
exponente evolutivo es la mente misma) a un estímulo intero o exteroceptivo. La
posición actual sobre la dualidad cartesiana se basa en que el cerebro humano y el resto
del cuerpo constituyen un organismo indisociable, indivisible e integrado mediante
circuitos electrofisiológicos y bioquímicos mutuamente interactivos (que son la base de
la PNIE) y que el organismo interactúa con el entorno como un conjunto. Pero, como
dijimos, la mayor complejidad de esta interacción radica en el hecho de que el entorno
puede ser parcialmente producto de la actividad misma del organismo.
CONCLUSIONES