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PSICONEUROINMUNOENDOCRINOLOGÍA

Todo tiene que ver con todo


y el todo es más que la suma de las partes

ANDREA MARQUEZ LOPEZ MATO

INTRODUCCION

Esta vieja-nueva ciencia que es la psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) comprende


el estudio de la relación de los mecanismos regulatorios y de control del organismo.
La comunicación entre sus componentes es determinada por diferentes tipos de
señalización molecular, conformando así distintos subsistemas en permanente
interrelación. Hace más de dos décadas que las hemos divido, con fines didácticos en:

 Un subsistema psíquico-neurológico dado por los neurotransmisores,


neuromediadores y neuromoduladores.
 Un subsistema inmunológico, dado por las interleuquinas e inmunomediadores.
 Un subsistema endocrinológico dado por hormonas y péptidos.

Sabemos que cada uno de los componentes que forman la PNIE es capaz de
interrelacionarse con otro o bien actuar sobre sí mismo (automodulación) mediante
todos los idiomas PNIE. Así, ningún mensajero es propio de un sistema sino que todos
son "vehículos de información" psico-neuro-inmuno-endócrinos.
Se trata de la interrelación entre los sistemas de comunicaciones que utilizan las
distintas partes del organismo, conceptualizados en una red de trabajo interrelacionada
(network) que deben funcionar armónicamente como un todo y en permanente
interconexión con el medio en que se desarrollan.
Huelga aclarar que lo psicológico no se agota en el Sistema Nervioso. La mente excede
al cerebro aunque es producto de este. Defiendo el concepto de que lo “psicológico” es
producto de la acción de nuestro cerebro con el medio ambiente y la cultura en
permanente interrelación. Somos y hacemos nuestra cultura, Soy e interactúo. Siento,
pienso, me expreso, me muevo con circuitos neuronales que me lo permiten y que se
modifican en forma permanente conllevando nuevos aprendizajes. Todo lo que hago me
modifica, pero también todo lo que siento lo hace. Tanto lo que percibo y recibo como
lo que expreso me provocan cambios permanentes. Parafraseando a Heráclito, nunca
nos bañamos dos veces en el mismo río y nunca usamos dos veces el mismo cerebro.
Cada experiencia es un aprendizaje y cada conducta es un nuevo estimulo para aprender
y enseñar. Nunca soy el mismo ya que el remodelado de mi cerebro me hace diferente.
Es tanta la plasticidad neuronal (y glial) de nuestro cerebro que si cambiamos el cerebro
cambiamos la mente pero si cambiamos la mente también cambiamos el cerebro. Este
último concepto es la base de la acción efectiva de la psicoterapia como aprendizaje.
Aclarado el concepto del fin de la dualidad cartesiana, pasaremos a revisar los
principales conceptos de la PNIE

NEUROBIOLOGIA

El sistema PNIE está constituido por distintos subsistemas con bases anatómicas y
funcionales propias e interrelacionadas. Describiremos a cada uno de ellos como base
teórica con algunas viñetas de sus alteraciones y sus implicancias en algunos procesos y
sus enfermedades.
I. Psicológico

Este nivel se encuentra expresado fundamentalmente por los circuitos límbico,


paralímbico y pineal. Estas estructuras son las encargadas de la exteriorización de las
conductas ante el procesamiento de las emociones.

a) Circuito Límbico: es el circuito de lo vital, de lo propioceptivo, de lo primigenio, de


lo visceral y de lo ancestral. Es una red de circuitos neuronales pero lo simplificaremos
describiendo varios centros fundamentales:
- Hipocampo: es el responsable de las memorias propias y de las memorias
genéticas o instintos. Es el sitio de mayor interacción PNIE, con receptores para
esteroides y otras sustancias dependiendo de esta estructura la modulación de varios ejes
gonadales (principalmente en el estrés homeostático y en el distrés). Su alteración
fisiológica y su reducción anatómica se observa en enfermedades que cursan con
hipercortisolemia (depresión endógena, distrés o estrés crónico) o hipocortisolemia
(depresión atípica, síndrome de fatiga crónica, síndrome de estrés postraumático)
- Amígdala: es la responsable de la autopreservación y de las vivencias de
familiaridad y procesador del disparo conductual de "fight, flight, faint y freeze" en
respuesta a alguna amenaza. Sus centros mediobasales son más antiguos y conectan con
el resto del sistema límbico, sus núcleos corticolaterales son más nuevos y conectan con
el telencéfalo.
- Septum: es el responsable de la preservación de la especie. Los mecanismos de
moderación septohipocampales son fundamentales en la génesis de la ansiedad.
- Comisura anterior: es la responsable de la conexión de fibras blancas límbicas
de ambos hemisferios. Es al sistema límbico lo que el cuerpo calloso es al telencéfalo.
Ambos presentan más fibras de asociación en cerebros femeninos que masculinos.
- Ganglios basales límbicos, accumbens y fundus striati: son los encargados de
darle estabilidad a las conductas instintivas (al igual que el estriado extrapiramidal lo
hace con el movimiento). El estriado ventral es psiquiátrico, describiéndose alteraciones
funcionales en desordenes afectivos y psicosis.
De este modo, este sistema límbico nos conecta con lo más primitivo, lo más arcaico o
ancestral de nuestras emociones y conductas. En corto, me permite la vinculación de mi
persona conmigo mismo.

b) Circuito Paralímbico: es el circuito de lo valorativo, del dar importancia, de


jerarquizar y está compuesto por:
- Cortezas tempobasolateropolar y entorrinal: son las encargadas de conectar lo
sensorial con lo protopático y lo emocional. Dan sentimiento a las sensaciones.
Recordemos que en las alteraciones del neurodesarrollo, descriptas en la génesis de las
psicosis, se describen fallas en la migración en las capas basales con falta de
maduración de sus células.
- Corteza orbitaria: es la sede del "yo social". Actúa como la corteza de la
censura, evitando actos pulsionales en aras de un bien común; es una de las cortezas que
más nos diferencia de nuestros primos primates. Su disfunción está descripta en
psicópatas impulsivos y su hiperactividad en melancólicos inhibidos graves.
- Corteza prefrontal: es la que cumple una función cognitiva y de
intelectualización de las vivencias. Es la corteza del razonamiento y sus conatos
emocionales, disminuyendo su función en los estados de deterioro cognitivo. Su
componente dorso lateral es responsable de la función ejecutiva, que se pierde en las
psicosis y en las enfermedades mentales crónicas.
- Cortezas asociativas: son las que vinculan los centros sensoriales primarios
que recepcionan la señal sensorial con el reconocimiento y el procesamiento de la
misma. Valga como ejemplo que con la corteza visual 17 vemos forma y dimensión,
con la 18 obtenemos mejor definición y reconocimiento, pero solo con la 19 logramos el
reconocimiento físico y emocional de un objeto o sujeto.
- Cerebelo: es considerado como un adaptador conductual que regula el tono de
respuesta fina del equilibrio motor, sensorial y conductual. Este órgano del SNC estuvo
mudo (o mejor dicho, nosotros fuimos sordos a él) durante mucho tiempo en que solo lo
vinculábamos al movimiento motor. Hoy sabemos que alteraciones funcionales en su
conexión con circuitos fronto-talámicos forman parte de la etiopatogenia de varias
psicosis de aparición temprana.
Así, este sistema paralímbico, filo y ontogenéticamente más nuevo que el límbico, me
permite relacionarme con los otros, mis congéneres.

c) Circuito Pineal: es el responsable de la traducción de las señales lumínicas en


químicas permitiendo la sincronización de los ritmos biológicos endógenos (ritmos
circadianos) con los ritmos externos. Iniciándose en las células ganglionares retinales,
se integra en el núcleo supraquiasmático hipotalámico (marcapasos endógeno) y termina
en la glándula pineal. Esta produce al menos veinte sustancias diferentes que actúan
como sincronizadores de distintos ritmos biológicos. Entre las más importantes
podemos mencionar a la melatonina, la arginina, la vasopresina y el factor inhibidor de
la secreción de gonadotrofinas (GIF). El sistema permitirá la sincronización de los
ritmos internos hipotalámicos con los ritmos exógenos dados por los llamados
zeitgebers o “dadores de tiempo” como el ciclo luz-oscuridad, la disponibilidad de
alimento y la estacionalidad, entre otros conocidos hace tiempo. Lo más nuevo y
llamativo es entender que las relaciones sociales positivas pueden actuar de zeitgeber.
El concepto novedoso de zeitstores o “disruptores de tiempo” también involucra a las
relaciones humanas vivenciadas como catastróficas, con vital interés en los vínculos
diádicos tempranos.
Así este sistema me permite vincularme con el mundo que me rodea y prever y anticipar
probables cambios en el medio ambiente. El conocimiento de este sistema cobra cada
vez mayor importancia en cuanto es el que maneja la más temprana de nuestra
interrelación, como es la adaptación al medio. Hoy se considera a la depresión endógena
una ritmopatía ya que en ella están alterados los ritmos biológicos circadianos. Se hallan
desfasados con avance de fase en lo endógeno respecto de si y de la adaptación al
mundo. Obviamente la depresión presenta además otras disfunciones biológicas y
alteraciones cognitivas y emocionales que sobrepasan el concepto de alteración
circadiana

Concluimos entonces que todo mensaje o estímulo externo se recibe en el telencéfalo


(cerebro nuevo o neocortezas o hemisferios), se discrimina y se ordena
protopáticamente en el diencéfalo (el cerebro animal o medial) y se responde con
conducta motora mediada por neurotransmisores o conducta autonómica o conducta
emocional mediada por otros neuromediadores.

II. Neurológico
Se expresa por el SNC y SNP, fundamentalmente mediante neurotransmisores y
neurorreguladores. Los neurorreguladores se encuentran en mayor número que los
neurotransmisores e incluyen, entre otros, a los péptidos hipotalámicos, las
enterohormonas y las citoquinas.
Recordemos que la glia es fundamental como componente del SNC y que se encarga de
funciones de crecimiento, de soporte, de conducción, de producción de factores de
crecimiento neurales y de fenómenos de neuroplasticidad. Hoy se considera que la
unidad funcional del SNC no es la neurona sino la sinapsis donde la glia cumple un
papel modulador
Conferimos a la misma, un papel primordial ya que la diferenciación, sobrevida y
maduración de cada neurona depende de la misma. Hoy se estudia la alteración glial en
todas las enfermedades. Me gusta trasmitir la imagen metafórica de los árboles y las
lianas y el bosque. Sin lianas no hay bosque, aunque haya árboles. Sin glía no hay SNC

III. Endocrinológico
El Hipotálamo, como principal estructura neuroendócrina está conformado por la
región cerebral que rodea el sector inferior del tercer ventrículo, extendiéndose desde el
quiasma óptico a los cuerpos mamilares. Se encuentra conectado entre sí, con la
neocorteza, con las otras áreas cerebrales y con el sistema inmune. Sabemos que
produce factores peptídicos o glucopeptídicos uni o multifuncionales que regulan en
forma inhibitoria o estimulatoria la liberación de hormonas hipofisarias, las que a su vez
regulan a las hormonas periféricas. De esta forma, se vinculan y regulan las conductas
efectoras (endócrinas) con los estímulos viscerales y/o emocionales.
Es tan importante la modulación del sistema cortical y límbico sobre el hipotálamo que
hace años que propongo neoconceptualizar cada eje endócrino de forma completa,
nombrándolos como ejes córtico-límbico-hipotálamo-hipófiso-periféricos.
Excede la idea de este capitulo describir cada eje en particular lo cual puede consultarse
en la bibliografía sugerida donde hay claros ejemplos de las alteraciones adrenales,
tiroideas, somatotróficas, gonadales, prolactínicas y otras en las patologías psiquiátricas
más conocidas.

IV. Inmunológico
El sistema inmune (= exento de) posee como principal función la discriminación entre
lo propio y lo ajeno. Comparte esta función con el SNC además de ser los dos únicos
sistemas del organismo con capacidad de memoria y de aprendizaje. Ambos tienen
regulación por maduración y apoptosis, es decir, comparten características afines, no
habituales para otros sistemas (una célula parietal gástrica no discrimina si el ácido lo
produjo su medio o proviene de un alimento, el SNC si diferencia lo propio y el sistema
inmune tampoco debiera cometer dos veces el mismo error salvo en las enfermedades
auto-inmunes).
Sabemos que, mediante los cinco sentidos clásicos informamos al SNC de nuestra
interacción con el medio donde nos desarrollamos. De esta forma, adquirimos la
familiaridad de los aconteceres del medio, y a su vez una individualidad en nuestras
respuestas a dicha interacción. Podríamos entonces, siguiendo este pensamiento,
interpretar a la inmunidad como un sentido especializado perteneciente al SNC (dado su
control sobre la función inmune); proponiendo considerarlo como el sexto sentido
sensorial. Es la inmunidad quien informa mediante los diferentes mecanismos efectores
(desde la periferia hacia las estructuras superiores) sobre los fenómenos antigénicos
(aquellos no reconocidos como propios) tanto internos como externos. El sistema
inmune logra de este modo evitar la pérdida de la identidad biológica frente a eventos
amenazantes.
Sus células efectoras se dividen en distintos tipos de subpoblaciones de linfocitos según
sus CD o clusters de diferenciación; son grupos de anticuerpos monoclonales utilizados
como marcadores de maduración o de activación linfocitaria. Son fundamentales en el
sistema inmune los procesos de comunicación mediados por sustancias llamadas
citoquinas. Dentro de las citoquinas están las linfoquinas con actividad
predominantemente linfocitaria y dentro de estas las interleuquinas. Tradicionalmente se
denominaron interleuquinas a los mediadores leucocitarios que no habían recibido un
nombre anterior de acuerdo con sus funciones (como ya lo habían recibido otras
interleuquinas como los factores de crecimiento, los interferones y los factores de
necrosis tumoral).
Todas las citoquinas son plurifuncionales y actúan siempre en forma complementaria.
Para poder conceptualizarlo mejor pensemos que cada una de ellas es una palabra en
una frase de citoquinas que será parte del mensaje producido; el resto del sistema
inmune y de sus sistemas relacionados sólo escucha y responde al mensaje final.
En corto, las interleuquinas:
 Son unidades de información producidas en una célula de diferentes tipos celulares
que ejercen su acción sobre otras células de la misma o de diferente estirpe
(pleiotrofismo).
 Son inmunotransmisores que vehiculizan información en el sistema PNIE.
 Componen sistemas de regulación autócrina, parácrina y endócrina.
 Sus funciones son la resultante de las acciones sumadas, potenciadas, modificadas o
inhibidas de unas sobre las otras (complementariedad plurifuncional).
 Son producidas durante fases tanto de inmunidad inespecífica como específica.
 La regulación ejercida es breve y autolimitada.
 Determinan diferentes efectos sobre una misma célula blanco (target).
 Sus acciones son a menudo redundantes.
 La acción de una está influenciada por otras.
 Poseen señales específicas para regular la expresión de muchos de sus receptores.
 La mayoría de sus respuestas celulares requieren síntesis de ARNm y proteínas.
 Actúan regulando la división de muchas células blanco (ej: GF).
Sus funciones comprenden diferentes mecanismos, que pueden ser:
 Mediadores de inmunidad natural o inespecífica (IFN, TNF, IL-1, IL-6);
 Reguladores de activación, diferenciación y crecimiento de linfocitos ( IL-2, IL-4 )
 Reguladores de mediación inflamatoria (IFN , IL-10, IL-5, IL-12, MIF);
 Estimuladores de crecimiento y maduración de leucocitos inmaduros (IL-3, IL-7,
IL-9, IL-11, GM-CSF, M-CSF).

Compartiremos algunos ejemplos del involucramiento del sistema inmunológico en la


patología neuropsiquiátrica.
Muller realiza hace pocos años una síntesis excesiva, planteando la influencia del estrés
sobre el sistema inmune relacionando la actividad psicomotora y el sueño con IL-1, el
deterioro cognitivo y las dificultades de memoria con IL-2, la esquizofrenia con IL-2 y
la depresión con IL-6. Aclara que no hay una citoquina para cada enfermedad sino que
es siempre un conjunto de efectos citoquinicos quienes producen los cambios
observables.
En la depresión endógena, varios trabajos demuestran la elevación plasmática o en
cultivos estimulados de IL 1, IL 6, y TNF en pacientes, generalmente correlacionada
con la hiperactivación del eje adrenal. Hay aumento en la relación CD4 / CD8. Es
interesante que las alteraciones inmunitarias sean mayores en los pacientes con pobre
respuesta al tratamiento. Los depresivos presentan aumento de citoquinas
proinflamatorias lo cual los lleva a ser más proclives al desarrollo de enfermedades
infecciosas, sistémicas y oncológicas (esto último es motivo de controversia)
En la esquizofrenia hay alteraciones de IL 2, lo cual se relaciona con las alteraciones
indolicas de estas psicosis. Los esquizofrénicos tienen la inmunidad “hacia arriba” lo
cual les confiere una protección inesperada a las enfermedades infecciosas comunes.
Por esto es frecuente verlos comer sustancias no comestibles o en descomposición sin
hacer diarreas o vivir sucios y sin abrigo sin engriparse

INTERRELACION PNIE

Ya dijimos que la relación entre los cuatro sistemas se objetiva en la expresión recíproca
de receptores a sustancias comunes en células de cada uno. Es así que citoquinas,
hormonas, neurotransmisores y neuropéptidos encontrarán sus receptores específicos
distribuidos en todos los tejidos. A modo de ejemplo citamos al linfocito que expresa
receptores a corticoides, VIP, insulina, estradiol, prolactina, testosterona, ACTH,
agentes  adrenérgicos, sustancia P, somatostatina, encefalinas y endorfinas. Podríamos
pensar que los linfocitos se comportan como verdaderas hipófisis periféricas circulantes.
La gran mayoría de estos factores son sintetizados in situ, ya que estas células no tienen
capacidad de almacenamiento y su liberación es mediada por estímulos antigénicos. A
modo de ejemplo diremos que la ACTH hipofisaria se produce, almacena y libera en
cantidades suficientes, pero debe viajar por el torrente sanguíneo para ejercer su acción
sobre la suprarrenal; los linfocitos, en cambio, producen cantidades mínimas pero
infinidad de ellos la secretan frente a la glándula produciendo la misma acción en
función del tiempo (así un estado infeccioso puede tener la misma manifestación de
astenia y déficit sistémicos que la depresión endógena).
Todos los sistemas están en permanente relación, y la modificación en uno dará
indefectiblemente cambio en el otro. En el siguiente gráfico damos ejemplo de ello.
VIVENCIAS TEMPRANAS Y ENFERMEDAD

Para ejemplificar la importancia del sistema PNIE en la génesis de la enfermedad


psiquiátrica temprana explicaremos cómo las vivencias infantiles producen rupturas de
equilibrio iniciales que se expresan en discapacidades de por vida.
Los factores estresantes influyen en el desarrollo y la modelación de todas las respuestas
psiconeuroinmunoendócrinas. Así, el rol de las llamadas "situaciones traumáticas" sobre
los procesos del neurodesarrollo ha sido, en los últimos años, un tema con gran número
de investigaciones, las cuales muestran cada vez con mayor contundencia el papel
determinante de las mismas tanto en la vida tanto pre como post natal.
La comprensión de este fenómeno se basa en el conocimiento actual de que muchas
regiones del cerebro continúan con neurogénesis en la vida postnatal dado que se
encuentran en estados pre-mitóticos; entre ellas podemos mencionar al bulbo olfatorio,
el hipocampo y el cerebelo. De igual forma también continúan postnatalmente ciertos
procesos de gliogénesis cerebral.
Se irá dando, entonces, en forma permanente una remodelación (“troquelado” en el
sentido de Lorenz) de las estructuras y las funciones del SNC. Debemos entonces
aceptar que aquellas experiencias vitales, fundamentalmente tempranas, vividas como
factores estresantes, ya sean de carácter real y objetivable (afecciones sistémicas, mal
nutrición, catástrofes, etc.) o vivenciales menos objetivables (traumas psicológicos,
conflictos fantaseados, etc.), se traducirán en alteraciones biológicas, y sin importar el
tipo, mientras estas experiencias sean evaluadas por el individuo como estresantes,
mostrarán una interacción con otros factores concomitantes (genéticos, biológicos,
ambientales, psicológicos, socio-culturales). De esta forma, el procesamiento individual
ante los estímulos estará íntimamente relacionado con dichas trazas biológicas, dando
como resultante diferentes patrones de afrontamiento al estrés.
Son ya clásicos los trabajos de pacientes con abuso o maltrato infantil (incluyendo aquí
no sólo la agresión sino también el abandono) que muestran mayor vulnerabilidad a la
depresión, a los trastornos de ansiedad y una menor capacidad de respuesta a factores
estresantes en la edad adulta. Esto muestra claramente la influencia de las experiencias
tempranas sobre las respuestas conductuales futuras, tanto normales como patológicas.
A nuestro criterio, este gráfico que corresponde a Hein y Nemeroff es el correlato
psiconeuroinmunoendócrino de las series complementarias freudianas.
Predisposición genética Eventos adversos tempranos

Fenotipo vulnerable

Hiperactividad eje CL HHPA


Hiperactividad NA
Disminucion neurogénesis
Aumento neurotoxicidad

Vulnerabilidad al Stress ante


Eventos Vitales
Eventos Vitales o
Traumas de
Adultez
Cambios Conductuales
Alteraciones Biológicas
y Emocionales

- Depresión
- Ansiedad

El fenotipo vulnerable tiene entonces hiperactividad límbico-hipotálamo-hipófiso-


adrenal, hipertono noradrenérgico, aumento de los fenómenos de neurotoxicidad y
disminución de los fenómenos de neurogénesis.
A su vez, por la íntima interrelación entre todos los sistemas, este aumento de CRH
llevará a una hipofunción tiroidea y somatotrófica (consecuencia del aumento de
somatostatinas) con modificaciones prolactínicas y alteraciones en el eje gonadal
(consecuencia del aumento de - endorfinas). Es asimismo importante la
inmunosupresión que se produce. Todas estas alteraciones se gatillan ante vivencias
traumáticas y condicionan respuestas adaptativas patológicas que pueden perdurar de
por vida.
Así, recalquemos que toda experiencia conflictiva o traumática puede producir cambios
orgánicos. Un hecho traumático externo puede quedar grabado en tres tipos de
memoria: la sensorial corta, la límbico-temporal larga o la inmunoendócrina, que es
eterna.
Sabemos que el cerebro humano y el resto del cuerpo constituyen un organismo
indisociable, indivisible e integrado mediante circuitos regulatorios neurales y
bioquímicos mutuamente interactivos (que son la base de la PNIE.) y que el organismo
interactúa con el entorno como un conjunto. La mayor complejidad de esta interacción
radica en el hecho que el entorno (“o las circunstancias”) es (o son) parcialmente
producto de la actividad misma del organismo. Evolutivamente, la mente surge como
parte del cuerpo para poder integrar lo que siento y pienso con como actúo desde y
hacia el medio ambiente con el cual interacciono

PNIE y PATOLOGIA

Sobre este biotipo vulnerable, las situaciones de estrés cotidianas llevan a distintas
patologías
Nadie duda que una situación emocional pueda influir sobre el cuerpo y determinar o
modificar una enfermedad, ni tampoco que una enfermedad pueda modificar la reacción
psicológica del individuo hacia los demás y hacia el medio.
La desregulación del sistema PNIE produce enfermedad que puede manifestarse en el
plano físico o psicológico. Hay muchos ejemplos de este axioma, mostrando cómo
algún factor emocional puede producir, provocar, gatillar o perpetuar una enfermedad
física (o clásicamente descripta como física). En varios estudios se evalúa que el
aislamiento afectivo es un factor de riesgo metabólico tanto o más importante que el
tabaquismo, la hipertensión arterial o la obesidad. En otros se muestra como la
depresión es el factor predisponente más importante para enfermedad cardiovascular,
por sobre la obesidad, el sedentarismo y el uso de drogas.
Queda claro que cualquier patología se expresa primordialmente en un sistema pero
conlleva, indefectiblemente, a una alteración en todo el resto del circuito. Sin embargo
la repercusión psicológica o emocional excede a la orgánica. No respondemos todos del
mismo modo al mismo estrés. Sabemos que la respuesta multimodal al estresor no
depende de la calidad del mismo sino de la evaluación cognitiva individual que cada
uno hace, de acuerdo con el bagaje socio-genético-cultural que arrastra.
La PNIE nos enseña lo errado del concepto de equilibrio. Lo normal es la adaptación
circadiana, metabólica, endócrina y psicológica a cambios permanentes. La fluctuación
y la adaptabilidad definen la salud. La pérdida de esta capacidad es la enfermedad.
Ya dejamos claro que no todos los individuos respondemos del mismo modo a la misma
noxa. Respondemos con nuestros mecanismos adaptativos psicobiológicos que
dependen del bagaje bio/psico/socio/espíritu/cultural que cada uno de nosotros tiene y
va gestando en forma permanente, ya que cada nueva vivencia o cada nuevo estímulo
vuelve a modificarlo suscitando nuevas adaptaciones. En resumen, la PNIE pretende
estudiar a la enfermedad como el resultado de la ruptura de una interrelación de
sistemas en permanente cambio.

PNIE y EVOLUCION

La PNIE, ya claramente incorporada al acervo científico, viene a intentar el rescate de la


unificación del organismo humano como un sistema holístico con constantes cambios
adaptativos y en permanente interacción consigo mismo, con sus congéneres, con las
otras especies y con el medio circundante. Por un lado, echa luz sobre siglos de
divisiones lineales y simplistas de la medicina, jerarquizando el sentido del hombre
como una totalidad inasequible por métodos científicos cartesianos; por el otro, nos
vuelve a hincar frente a la naturaleza al hacernos sentir sólo parte, y tal vez ni siquiera la
más importante, del desarrollo evolutivo.
La evolución implica un progreso biológico. Esto se manifiesta por un aumento en la
complejidad y en la maduración, un incremento en la capacidad para obtener y procesar
la información acerca del medio ambiente, en el desarrollo de una organización social y,
en los últimos eslabones de ella, en la adquisición de la inteligencia. En este punto,
estamos representados como especie.
Debemos respetar nuestro puesto en la escala evolutiva. Los genes seguirán su camino,
absolutamente indiferentes al hecho de que actualmente hayamos descifrado nuestro
genoma. Probablemente lo hagan hacia nuevos desarrollos que lleven a la aparición de
formas biológicas nuevas con las cuales deberíamos convivir. Hasta que esto ocurra,
defendamos todo nuestro ecosistema. Recordemos que la evolución no terminará con el
hombre (en realidad, para la religión, después de Adán, fue creada Eva).
Sostengo que en la carrera evolutiva, el fin no siempre justifica los medios.
Más aún, no es tan importante la meta final (que generalmente desconocemos) como la
trayectoria hacia la misma. La especie humana es sólo parte de esa trayectoria.
PNIE, SENSACIONES, SENTIMIENTOS Y SENSATEZ

Dije en la primera edición de esta obra que la PNIE es el sentido de las sensaciones, los
sentimientos y la sensatez.
Recordemos que las sensaciones se perciben con alguno de los cinco sentidos conocidos
o por el sistema inmune, conceptualizado como el sexto sentido y son procesadas en
centros nerviosos primitivos, como son las cortezas de mielinización temprana y el
sistema límbico. Los sentimientos se producen por la valorización y la jerarquización de
las sensaciones y su vinculación mediante centros nerviosos medios, como el sistema
paralímbico, que incorpora las cortezas asociativas. La sensatez debiera ser la respuesta
conductual al estímulo. Desde este marco conceptual, lo arcaico es la sensación,
evolutivamente superior es el sentimiento, y el modo más relevante de responder sería
con una conducta sensata. Así, responder sensatamente, en mayor o menor medida,
implica una respuesta total, más allá del intelecto o de lo motor. Implica una respuesta
mental sensata.
Repito que la mente no debe ser interpretada solamente como la función o el producto
del cerebro, sino como la reacción motivacional de un cuerpo entero (cuyo máximo
exponente evolutivo es la mente misma) a un estímulo intero o exteroceptivo. La
posición actual sobre la dualidad cartesiana se basa en que el cerebro humano y el resto
del cuerpo constituyen un organismo indisociable, indivisible e integrado mediante
circuitos electrofisiológicos y bioquímicos mutuamente interactivos (que son la base de
la PNIE) y que el organismo interactúa con el entorno como un conjunto. Pero, como
dijimos, la mayor complejidad de esta interacción radica en el hecho de que el entorno
puede ser parcialmente producto de la actividad misma del organismo.

¿CUERPO, MENTE, ESPÍRITU?

Superada la cuestión mente-cuerpo, la PNIE se pregunta por la existencia del espíritu.


Con éste, tomamos conciencia de nuestra complejidad, fragilidad, finitud y unicidad. El
espíritu o la energía vital para otras concepciones es, a mi entender, un producto que
trasciende esta integración. Para algunos, es solamente un producto de la mente para
tratar de aprehender lo no comprensible de los fenómenos que nos circundan; para otros,
es un ente más allá de nuestra existencia, que proviene del ecosistema que nos circunda
y además, según muchos pensadores, nos trasciende en la eternidad cósmica. Cuerpo,
mente, espíritu, en el orden que cada uno quiera darles acorde con su sistema de
creencias, están indisolublemente integrados en la persona como ser único e irrepetible.
Yo soy persona por lo que siento, por lo que pienso, por lo que actúo y por lo que creo o
dejo de creer. ¿Llegará el día en que podamos con la PNIE estudiar la integración
mente, cuerpo, espíritu? ¿Es el sentido espiritual solamente una sensación, como lo
demuestran experiencias recientes de activación del gyrus angular, donde se logra en
individuos sanos la producción de experiencias místicas? ¿Es un sentimiento
culturalmente inducido por la vivencia de finitud? ¿Es una respuesta sensata a la
pregunta de la trascendencia de nuestro ser biológico?

CONCLUSIONES

En resumen, la PNIE pretende estudiar la enfermedad como el resultado de la ruptura de


un sistema. El ser humano es una complejidad de sistemas en los que nosotros lo
dividimos para entenderlo, pero no debemos perder el concepto de que el todo es más
que la suma de las partes. La preservación de la especie y la autopreservación son
siempre influenciadas por la interacción con el medio. La PNIE recupera, entonces, la
versión holística de la medicina hipocrática, pero sin olvidar la singularidad de cada ser.
Sólo en la interacción del hombre biológico, psicológico y social con su medio se
entiende que no hay enfermedades sino enfermos.
La PNIE debe inclinarse hacia la demostración de hechos verificables, cuantificables y
reproducibles, como ostentan la ciencia y el pensamiento racional cartesiano (sensatez),
pero sin dejar de lado otras formas intuitivo-simbólicas (sensación y sentimientos) de
percepción de la realidad. Consignemos que en toda integración de “saberes”, el todo es
más que la suma de las partes, sobre todo, cuando nuestro objetivo básico es llegar a
una mejor comprensión del ser humano y de su modo de enfermar. Sólo en la
integración aceptaremos las diferencias e intentaremos, racional e intuitivamente,
acercarnos a las verdades siempre cambiantes y siempre posibles de ser repensadas.
De integrar y de repensar relacionando permanentemente las partes con el todo y el todo
con las partes se trata la psiconeuroinmunoendocrinología. Entendiendo que en los
sistemas complejos las variables no son siempre previsibles.
La PNIE desafía la biología previsible clásica (físico-químico-matemática) y basa sus
cambiantes postulados en la teoría del caos de Prigogine, en la teoría de la
incertidumbre de Heissenberg y en la paradoja de Schrödinger.
Así se comprende que todo tiene que ver con todo, que el todo es mucho más que la
suma de las partes y que cada parte tiene variables no condicionadas que modifican ese
todo.

Andrea Marquez Lopez Mato


Médica (Univ. del Salvador) Medica Psiquiatra (UBA)
Directora Instituto de Psiquiatría Biológica Integral (ipbi)
Profesora de Psiconeuroinmunoendocrinología. Master en Neuropsicofarmacología.
Universidad Barcelo.
Secretaria Cientifica Asociación Argentina de Psiquiatría Biológica

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