Está en la página 1de 7

Artículo publicado en Revista TOPIA, Agosto de 2013

El campo de la salud colectiva: deudas, deseos


y demandas
Graciela Zaldúa
La exigibilidad de derecho a la salud

La salud-enfermedad-cuidado es un proceso singular y colectivo, e implica un


entramado de dimensiones: socio-económicas y políticas, de tradiciones científicas de
interpretación e intervención técnica, de significaciones y representaciones en relación con
el cuerpo y sus afectaciones, de producción socio histórica de subjetividades, géneros y sus
relaciones; y, prácticas sociales y de la cotidianeidad.

El campo de la salud colectiva, en sus relaciones históricas incorpora los sentidos y


significados que las sociedades y colectivos otorgan a los procesos de salud y sus
instituciones, así como también la irrupción de prácticas emancipadoras y deseantes
desafiantes a las lógicas dominantes del orden capitalista patriarcal dominante. La
producción del campo de la salud supone escenarios, instituciones, necesidades y actores en
disputa por la hegemonía sobre los discursos y las prácticas. Polifonías, tensiones, dilemas
con centralidad en la realización de los derechos humanos se despliega en un proceso de
cooperación para comprender problemas, diseñar acciones y evaluar los efectos a partir de
una praxis colectiva como objeto multidimensional, complejo y dialécticamente
determinado propicia la innovación de categorías epistémicas, de operaciones
metodológicas y la transformación de proyecciones practicas y las relaciones de fuerzas
sociales movilizadas (Breilh 2011). Reflexividad impensable sin contemplar las relaciones
entre estructura social y modo de vida, lo colectivo y lo singular atravesado por las
categorías de poder, clases sociales, géneros, interculturalidad en los procesos subjetivantes.
La capacidad colectiva de exigibilidad de derechos, promueve, según Fleury (2012),
procesos de “subjetivación”. Por un lado, ello implica el desarrollo de nuevas identidades
singulares y colectivas que rompan con las identidades subordinadas y alienadas; mientras
que por otro, supone procesos de singularización y construcción de una estrategia de
transformación social y ruptura de las relaciones percibidas como opresivas. El movimiento
latinoamericano de salud colectiva desde hace más de cuatro décadas apuesta a una
construcción crítica, contrahegemónica a la salud pública tradicional, diversa e instituyente
de Otra Salud es posible.
Discriminación, inequidad y justiciabilidad

En América Latina y en nuestro país, las brechas de desigualdad, inequidad e injusticia


social expresan la deuda con sectores poblacionales por la precarización de la ciudadanía
social y son nudos críticos para la producción de actos asistenciales, preventivos y
promocionales de salud. A manera de analizadores escogimos tres escenarios de demanda
de exigibilidad y de justiciabilidad: la situación de pueblos originarios, las cuestiones de
género, y las personas con sufrimiento mental. Partimos del supuesto de que los
mecanismos de estigmatización y discriminación -invisibilizados y naturalizados- operan
obstaculizando la exigibilidad, la justiciabilidad y la equidad en salud, y en las prácticas y
las concepciones dominantes en salud.

A) Las poblaciones originarias tienen los peores indicadores de morbilidad y mortalidad


vinculados a sus condiciones de vida y problemas en la accesibilidad y calidad de servicios
de salud. Los pueblos Qom(tobas) son visibilizados, entre otros, por sus demandas
históricas. Afectados por la apropiación de sus tierras, sin recursos materiales y con
programas y servicios frecuentemente con ajenidad intercultural, presentan evidencias
epidemiológicas de altas tasas de mortalidad infantil y materna, Chagas, leishmaniasis y
tuberculosis, marcadores claves de la exclusión y desprotección. Amnistía Internacional
reclamó por la comunidad Qom y las represiones del gobernador Gildo Insfrán, en alianza
con terratenientes sojeros, señalando la vinculación de los intereses económicos, los
proyectos agropecuarios y las industrias extractivas en todo el territorio nacional. Afirma
que la cesión de tierras indígenas a particulares o instituciones, la ocupación por familias y
la creación de parques nacionales, constituyen políticas de expulsión. E informó que los
pueblos originarios en Argentina sufren bajos niveles de desarrollo económico y social
especialmente en las provincias con los mayores niveles de Necesidades Básicas
Insatisfechas: Formosa (74,9%), Chaco (66,5%) y Salta (57,4%).

La no audibilidad de sus voces y la invisibilidad de sus cuerpos frente al reclamo al


gobierno de sus territorios ancestrales y de sus derechos conculcados, exige no solo
solidaridad, sino en términos de Slavoj Zizek, la sobreidentificación con ellos. El sistema y
la ideología dominante queda expuesta en su esencia fantasmática represora El gesto
político izquierdista por excelencia, dice, consiste en cuestionar el orden universal concreto,
en nombre de su síntoma, de la parte que, aunque inherente al orden universal existente, no
tiene ningún lugar propio. Identificación con el síntoma, con la excepción/exclusión. La
escena pública de los Qom acompañados por algunos organismos de Derechos Humanos y
movimientos sociales y políticos, frustra la eficacia del discurso de inclusión del Otro.
Muestra así el “estado de excepción” para los Qom y su no-igualdad de ciudadanía.

B) En América Latina existen deudas en materia de género: educación, salud, acceso a la


justicia, decisión sobre la maternidad, empleo, y otros. Derechos invisibilizados y
transgredidos a través de estrategias negadoras o de justificación del maltrato o de
situaciones de violencias. En Argentina, el Observatorio de Casa del Encuentro ha
registrado los femicidios en los últimos años, advirtiendo sobre los vínculos cercanos, las
modalidades de destrucción y las acciones institucionales fallidas. La matriz fundante del
patriarcado opera como ideología dominante sobre las existencias. Y es necesario
deconstruir las relaciones de género que la sostienen a través de discursos y prácticas
sociales sobre el cuerpo sexuado, el poder, las rutinas, las morales, las diferencias.

El patriarcado es una institución -sistema que se sustenta en el control de los cuerpos. La


dominación sexual tiene como rasgo conjurar el control no solo físico sino también moral
de las víctimas y sus asociados (Segato, 2008). Las mujeres devenidas para el placer erótico
o función reproductiva, “son” para los otros.

Hay emergentes altamente significativos: las jóvenes desaparecidas por la Trata,


simbólicamente representada en Marita Verón, la mortalidad de mujeres vinculadas a la
decisión sobre la interrupción de la gestación de manera voluntaria y el femicidio y las
violencias . La resolución de la cuestión de las mujeres a decidir sobre nuestros derechos
sexuales y reproductivos se sintetiza en la consigna de la Campaña Nacional por la
legalización del aborto “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y
aborto legal para no morir”. La llamada mortalidad materna sigue siendo un desafío
sanitario, la tasa se mantiene en el país en los últimos años, no pudiendo alcanzar las metas
propuestas en los Objetivos del Milenio. Es sintomático que las causas sean por abortos
clandestinos sépticos y por complicaciones de la salud de la mujer, entre ellas las múltiples
cesáreas. Las políticas públicas de capacitación nacional sobre salud sexual y reproductiva y
la elegibilidad de métodos anticonceptivos, en ocasiones tienen fuertes resistencias locales
de tipo ideológico y de corporaciones médicas y no solo médicas, que argumentan falsos
dilemas éticos o amenazas a sus identidades profesionales.

A su vez, se considera un avance de las demandas del movimiento de mujeres la


promulgación en 2010 de la Ley Nacional 26.485 de Protección integral para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos que se desarrollan sus
relaciones interpersonales, que sin embargo muestra insuficiencias presupuestarias en
relación a la magnitud del problema, así como las dificultades de coordinación
intersectorial, cuestiones claves a revertir para una prevención y atención integral de la
salud de las mujeres. Algunas experiencias del Observatorio de la Violencia contra las
mujeres se motorizan a través de la articulación estatal nación- provincias- sociedad civil
mediante capacitaciones interdisciplinarias en el primer nivel de atención. La posibilidad
de diseminación y sostenibilidad de propuestas de planificación y monitoreo estratégico y
participativo y articulaciones intersectoriales pueden posibilitar operatorias preventivas y
promocionales que empoderen a las mujeres y limiten las violencias impuestas.

C) La centralidad de los derechos humanos de las personas con padecimientos mentales y


con uso problemático de drogas legales e ilegales es el eje de la Ley Nacional de Salud
Mental y Adicciones 26.657, promulgada recientemente. Implica un paradigma alternativo
al manicomial. Promueve abordajes interdisciplinarios e intersectoriales y la modalidad de
gratuidad, equidad e igualdad frente a las desigualdades sociales. Se garantiza la asistencia
legal gratuita, la revisión y excepcionalidad de las internaciones prolongadas y el
consentimiento informado, así como el derecho a tomar decisiones vinculadas al
tratamiento y la rehabilitación e integración en la comunidad.

Pero los recientes episodios de represión en el Hospital Borda para garantizar el avance de
proyectos de rentabilidad urbana, se presentan como un ejemplo de no-producción de salud
y cultura, sino de apropiación de bienes de uso público. Otros sucesos escandalosos
ocurrieron en el Hospital Neuropsiquiátrico de Córdoba y en otras provincias como muestra
de la deshumanización del locus manicomial. Es evidente que la existencia normativa no
alcanza. Para su implementación, se requerirá profundizar los procesos participativos con
los actores sociales del sector que superen los obstáculos político-financieros, técnico-
corporativos y las representaciones y significaciones sociales tradicionales vinculadas a las
problemáticas del campo de la salud mental. Pues se advierten tensiones entre la
hegemonía de las representaciones y prácticas heterónomas tutelares y la posibilidad de
generar escenarios de autonomía y garantía de derechos. A su vez, la integralidad de las
propuestas se enfrenta a la fragmentación y desfinanciamiento de espacios alternativos y la
pugna intersectorial y corporativa.

Políticas de Salud: Derechos y justiciabilidad

Cuando nos referimos a justiciabilidad en el campo de la salud colectiva, rescatamos dos


aspectos: en primer lugar, el actuar con sentido preventivo profundo ahorrando sufrimiento
humano y destrucción de la naturaleza, es decir, se trata de un imperativo ético y no, de una
opción técnica. En segundo lugar, para cumplir ese imperativo ético, es necesario ampliar la
noción convencional de la bioética a la noción integral de la ética de la salud (Breilh, 2011).
Los sectores en situación de vulnerabilidad son afectados por procesos destituyentes de
derechos, con mayores dificultades de acceso a las redes de defensa y que en muchos casos
cuentan con niveles limitados de alfabetización jurídica. Propiciar estrategias de
empoderamiento es constitutivo de subjetividades con mayores niveles de autonomía,
reconocimiento de sí y de los otros.

Los debates actuales en el campo de la Salud Mental ponen en cuestión los alcances de las
Leyes, en particular la de Salud Mental Nacional 26.657 y la 448 de la CABA, por sus
límites y obstáculos de implementación. Castoriadis nos advertía sobre la diferencia entre la
democracia como procedimiento y como régimen. Es en esta última dimensión donde puede
advenir la Ley que posibilite condiciones de libertad y autonomía. Define a la Política como
la actividad lúcida que implica la instauración de instituciones deseables y la Democracia
como el régimen de auto institución explicita que depende de la actividad colectiva: “Es un
movimiento que no aspira a una sociedad perfecta sino tan libre o justa como sea posible.
Es un proyecto de una sociedad autónoma y democrática”. Para ello, la primera condición
es Participar en la Formación de la Ley: “Solo puedo ser libre bajo una ley si puedo decir
que esa ley es mía, si tuve la posibilidad de participar en su formación y en su posición. Mi
propia libertad en su realización efectiva es función de la libertad efectiva de los otros. La
noción de igualdad y libertad son reciprocas”.
La Constitución Nacional otorga jerarquía constitucional a tratados internacionales de
integralidad de derechos humanos Sin embargo, deudas sanitarias persisten y así lo
atestigua el documento de 22 puntos por la Salud de la República Argentina en el
Bicentenario del Foro Social de Salud y Medio Ambiente, elaborado por organizaciones
sociales, gremiales, políticas, universitarias, etc. Se propone una serie de ideas fuerza que
permitirían orientar el necesario e impostergable debate sobre una reforma del sistema de
salud y las políticas vinculadas al proceso salud-enfermedad y sus determinaciones sociales,
con el propósito de garantizar efectivamente el derecho a la salud para todas y todos en
nuestro país. La participación popular y el modelo de gestión en salud son enunciados
propiciatorios para intervenir activamente en el diseño, gestión, evaluación y control de las
políticas públicas para imaginar que Otra Salud es posible.

Desde construcciones dialógicas y polifónicas interpelamos los dispositivos de cuidado, los


sentidos y enunciados reproductivos o alternativos propiciando la resignificación de
cuestiones de género, etnicidad, encuadres en temas de salud mental y el ethos de cuidado
de sí y de los otros, discriminaciones y racismos encubiertos. A su vez nos preguntamos si
¿son considerados estos problemas en la formación de profesionales de la salud? La
revisión de las currículas profesionales son también deudas a amortizar desde una apuesta a
otras relevancias de sentido, descentradas de la hegemonía de la transmisión académica,
descontextuada y banalizada en la ruta única, y habilitar otros agenciamientos
transformadores con la coparticipación de la Universidad pública.

Graciela Zaldúa

Psicóloga

Prof Titular Consulta UBA

gracielazaldua@gmail.com

Bibliografía
BREILH, J (2011). “Una perspectiva emancipadora de la investigación e incidencia basada
en la determinación social de la salud”. En Eibenschutz, C., Tamez González, S. y González
Guzmán (Comp.). ¿Determinación social o determinantes sociales de la salud?,
Universidad Autónoma Metropolitana, México.
CASTORIADIS, C. (2000). Ciudadanos sin brújula, Ediciones Coyoacán, México.
FLEURI, S., BICUDO, V. y RANGEL, C. (2013). “Reacciones a la violencia institucional:
estrategias de los pacientes frente al contraderecho a la salud en Brasil”. Salud Colectiva 9,
Buenos Aires.
SEGATO, R. (2008). “La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad
Juárez”. En Debate feminista Vol. 37 (abril), Año 19, 78-102.
ZALDUA, G., BOTTINELLI , TIESERA, A., et al. (2011). “Cuestiones y desafíos en la
viabilidad de la Ley de Salud Mental”. En Actas de las IX Jornadas Nacionales de debate
interdisciplinario en salud y población, CD.
ZALDUA, G., PAWLOWICZ MP., LONGO, R., MOSCHELLA (2011). “Derechos
sexuales y reproductivos de las mujeres de CABA. Obstáculos y resistencias”. En XVII
Anuario de Investigaciones de la Facultad de Psicología - UBA. Buenos Aires.
ZIZEK, S. (2001). El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología política. Ed.
Paidós, Bs. As.

También podría gustarte