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RECESIÓN: LA RESILIENCIA

INVISIBLE. Infancia, inclusión social


y tutores de vida.

Realizado por:
Rocío Fernández Ribera

“El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los


lugares rotos.” –Ernest Hemingway-

Pedagogía Familiar
Profesora: Paz Cánovas Leonhardt
4º Pedagogía
Curso 2017- 2018

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Índice

1. Ficha bibliográfica……………………………………………………….pág. 3

2. Resumen…………………………………………………………………..pág. 3

3. Análisis crítico (aportando citas del autor)…………………………….pág. 6

4. Conclusiones……………………………………………………………..pág. 9

5. Bibliografía………………………………………………………………pág. 9

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1. Ficha bibliográfica
a. Título: La resiliencia invisible. Infancia, inclusión social y tutores de

vida.

b. Autoras: Isabel Martínez Torralba y Ana Vásquez-Bronfman

c. Editorial: Gedisa

d. Lugar, fecha edición: Barcelona, abril de 2006.

2. Resumen

El presente libro está escrito por dos autoras quienes han realizado una investigación
conjunta en dos ciudades diferentes: París y Barcelona, lugares donde cada una de las
autoras se desenvuelve profesionalmente.

Para entender mejor las investigaciones que han realizado dichas autoras, se plantea
una mirada hacia su vida profesional en la cual, Isabel Martínez Torralba, logopeda y
lingüista vive en Barcelona y es directora del Área de Proyectos Sociales y Educativos de
la Fundación “La Caixa”. Y, Ana Vásquez-Bronfman, por el contrario, es una autora
chilena y exiliada en París desde 1974. Es en esta ciudad donde trabaja, en el Centro de
Investigaciones Científicas. Además, su investigación está centrada sobre las relaciones
entre hijos de inmigrantes y las sociedades que los acogen.

El libro La Resiliencia invisible. Infancia, inclusión social y tutores de vida gira


entorno a un trabajo que ambas autoras mencionadas han realizado con niños sordos
en Barcelona y con niños cuya familia ha tenido que exiliarse en otros países, -en
este caso-, en París concretamente, debido a la pobreza y/o la violencia que acarreaban
sus países de origen (países latinoamericanos). El libro está centrado en los propios
niños y en cómo estos superan las adversidades y problemas que se les van
planteando en su vida diaria, dentro y fuera del contexto escolar, es decir, también
dentro del contexto familiar. Así pues, las autoras en primer lugar realizan un estudio

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comparativo de la cultura escolar en diferentes países (París y Barcelona),
seguidamente hacen una investigación sobre cómo los niños se integran en el sistema
educativo, qué agentes intervienen en dicha integración y cómo son las relaciones
entre los niños, los compañeros de la escuela y los agentes educativos. Finalmente, el
tema central en el que se desarrolla el libro, las perspectivas de la resiliencia en cada
uno de los casos que narran e investigan.

Así pues, lo que ambas autoras expresan en el libro son contenidos diversos y
variados que presentan relación entre ellos; la resiliencia de los sujetos que describen.
Dichas autoras conciben la resiliencia como un tejido que se teje con varios hilos a la
vez, mediante los “tutores de resiliencia” (de los que se hablará a lo largo del presente
trabajo), que son las personas que encarnan en ellas mismas figuras acogedoras y
protectoras para sostener al niño y conseguir que supere las dificultades y obstáculos
que se le van presentando en el transcurso de su vida.

En un primer momento, las autoras hablan del estudio de casos que van a realizar,
una en París y otra en Barcelona como se ha mencionado, dando importancia a todos
los contextos que envuelven el caso que se investiga, puesto que siempre aportará
información relevante a tener en cuenta en dicha investigación. De este modo, ponen
en conocimiento del lector el ámbito de trabajo de la logopeda Isabel y la psicóloga
Ana para entender mejor los casos específicos que plantean.
Además, las autoras definen “la resiliencia” tal y como indica el nombre del libro,
como “la palabra resiliencia designa la capacidad del acero para recuperar su forma
inicial a pesar de los golpes que pueda recibir y a pesar de los esfuerzos que puedan
hacerse para deformarlo. La palabra proviene del latín resalire, “saltar y volver a
saltar”, “recomenzar” (p.30).
Así pues, se inicia el estudio de diferentes casos por las autoras. Hablando del
caso de Andreu, este, es un niño sordo de Barcelona, quién acude a un centro
especializado debido a su déficit sensorial. Allí conoce a Rafael, otro niño con
características muy similares a las de este primero. Se inicia aquí un proceso de
enseñanza-aprendizaje con los dos niños sordos a la par (son estos, de clases
sociales bien diferenciadas, uno de clase social alta y el otro, baja. Lo cual dará
importancia a su proceso de integración), introduciéndoles aparatos auditivos,
enseñándoles a leer y finalmente introduciéndolos en una escuela ordinaria y

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común. Esto último es un aspecto relevante e importante, puesto que las escuelas
en muchas ocasiones excluyen al alumnado con algún tipo de diversidad
funcional, aunque no nos vamos a detener en esto ahora mismo. Como iba
diciendo, se integran a estos dos alumnos dentro de la escuela común. Aunque es
un proceso duradero y costoso se consigue, además se consigue que estos dos
niños tengan un aprendizaje significativo y que logren progresar en la adquisición
de aprendizajes.
Andreu y Rafael van juntos a escuela, a la misma clase, logran integrarse con sus
compañeros, con el profesorado… son un apoyo mutuo el uno del otro puesto que
avanzan “de la mano”. Aunque, las adversidades y circunstancias los separan
durante un año, siguen progresando.

Los casos posteriores son menos extensos que éste primero, pero igual de
importantes. Se trata de otro punto de vista y otro contexto totalmente distinto. El
de Manolo en París. Manolo es un niño latinoamericano quién se ha tenido que
exiliar con parte de su familia en París, porque la situación de su país de origen
así lo requería. Se narra cómo Manolo se adapta a la cultura francesa, siendo
bastante distinta a la cultura latinoamericana. Además, este menor debe hacer
frente a varias adversidades que se le van planteando en el transcurso de su vida
diaria, cómo aprender el idioma francés, cuidar de sus hermanas, realizar tareas
domésticas puesto que su madre se descuida de ello, llevar sus estudios al día…
Por otro lado, en su cultura de origen el hombre es visto como un ser dominante,
superior a la mujer. El hombre debe proteger en todo momento a las mujeres más
cercanas. En cambio, en París, Manolo debe adaptarse a estos cambios totalmente
nuevos y desconocidos para él. Aparece entonces la idea, de qué “roles” tienen
hombres y mujeres en estos países bien distintos.

Finalmente, se habla de Fernando y Julián. También ambos casos con dos


perspectivas diferentes. El primero de ellos, como Manolo, exiliado en París, y el
segundo, Julián de Barcelona un niño sordo que logra integrarse en la escuela
común. Introduciendo conceptos relevantes sobre los papeles que juegan los
padres cuando tienen varios hijos y alguno de ellos tiene algún tipo de diversidad
funcional, tema que trataremos en líneas posteriores.

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3. Análisis crítico aportando citas textuales del autor

“Se puede plantear la hipótesis de que un “tutor de resiliencia invisible” es una


persona que no establece este lazo abiertamente pero que, por una u otra razón, entra en
contacto con un niño (o un adolescente) que tiene necesidad de esa relación” (Martínez y
Vásquez, 2006, p. 133).
Tutores de resiliencia, no son más que las personas que generan una capacidad de
reponerse a la otra persona, quién va pasando por diferentes contextos y circunstancias a
las que se debe de hacer frente en la vida. Estos tutores o personas, son especiales y
esenciales en el desarrollo de cada una de las personas, puesto que son pilares
fundamentales de apoyo, de guía y acompañamiento que nos hacen prosperar,
construirnos y conseguir el desarrollo integral como personas.
En cada uno de los casos descritos por las autoras del libro del que venimos hablando,
cada menor tiene un tutor de resiliencia “invisible”, que no se aprecia pero que sin su
apoyo no hubiese sido posible la consecución de las muchas actividades conseguidas por
cada uno de estos menores.
Me gustaría en primer lugar, tratar sobre el caso de los niños sordos de Barcelona
(Andreu y Rafael), quienes son integrados dentro de la escuela común. El libro leído
es, un libro bastante antiguo, véase que los niños cursaban la antigua Educación General
Básica (EGB), y es importante el hecho de que se logren integrar dentro de esta escuela
aún con un déficit auditivo como el que presentan. Las autoras (Martínez y Vásquez,
2006, p.66) por primera vez, logran integrar a unos alumnos en la escuela común, quienes
en un futuro serán totalmente independientes y autónomos y podrán llevar una vida
“normal”, como las personas que no poseen ningún tipo de déficit.
Es importante que no se excluya a alumnos y alumnas de la educación común por el
simple hecho de tener una determinada diversidad funcional, sino que, se debe incluir a
la escuela con el resto de sus compañeros, adaptándole los materiales y haciendo una
atención individualizada, en la que colaboren, participen e interactúen con sus
compañeros y con los docentes, lo que se conoce como educación inclusiva.

En segundo lugar, otro de los aspectos importantes es el hecho del establecimiento de


normas y reglas, así como su cumplimiento. En el caso de Manolo (quién se exilió en
París) pasó por una fase bastante tensa de adaptación a una nueva cultura y a unos nuevos

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modelos. La institución escolar establece normas que se deben cumplir, así como las
normas sociales y ciudadanas. Pero, adentrándonos en la cultura, se observa que la cultura
de la que proviene este menor (Manolo) es bastante diferente a la del país en el que se
exilian, esto es, París. Tal y como nombran las autoras “la institución funciona con
normas pedagógicas que son también culturales” (Martínez y Vásquez, 2006, p.104).
Siguiendo esta cita, cada institución se ajustará a normas que tendrán relación con el
contexto donde se sitúe dicha institución. A modo de ejemplo, podemos señalar las
normas de las que se trata en el presente libro, sobre las costumbres en el comedor de la
escuela a la que acude Manolo. Tanto él como otros niños extranjeros se extrañaban
mucho de las normas que se debían seguir en el comedor del colegio a la hora de la
comida, pues primero se comían los quesos, ya que son muy típicos en el país francés y
esta norma dejaba “descolocados” a los niños asiáticos y latinoamericanos. (Martínez y
Vásquez, 2006, p.104).

Por otro lado, y en lo que más me gustaría destacar es la integración de todos los
menores que se trata en la obra. Puesto que es de gran relevancia que no se excluya al
alumnado en las instituciones escolares, sino que, se integren e incluyan en cada uno
de los contextos que se dan en las escuelas. Así pues, estas cuentan con profesionales
adecuados, como son los pedagogos/as, psicopedagogos/as quienes pueden y deben
ayudar a estos niños a integrarse e incluirse dentro de la escuela ordinaria y dentro de un
grupo-clase en concreto, mediante la utilización de estrategias y técnicas para ello, cómo
enseñar normas de convivencia, de habilidades sociales, socialización, aprender el
idioma, conocer la cultura…

Además, cabe decir que los tutores de resiliencia son muy importantes en cada una de
nuestras vidas. Como se observa en el libro analizado, cada uno de los casos que se narran
(Andreu y Rafael, Manolo, Fernando, Julián…) tienen un tutor, una persona en la que se
apoyan y logran “salir adelante”, superar los obstáculos que la vida les plantea, por unas
u otras circunstancias.
Pero, no hemos de olvidarnos de qué, la familia es con quién el menor entra en
contacto en un primer momento. La familia es el núcleo central en los primeros años de
desarrollo, educación y evolución del menor, por lo que deben prestarle la atención
necesaria en todo momento, atendiendo a las necesidades que todos los menores
presentan. Aunque, no se debe dejar de lado, a un hijo normal (sin intención de despreciar)

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por darle más importancia al menor que presenta más necesidades. Todos los menores
presentan necesidades, aunque unas supongan más atención que otras se debe atender a
los menores en todas sus potencialidades.
Como ejemplo de este tema, podemos mencionar una frase que dice: “los padres han
de darse cuenta de que tienen otros hijos además del hijo sordo y que tienen que
apreciarlos en sus particularidades, interesarse por ellos tanto como se interesan por el
niño con discapacidad”. (Martínez y Vásquez, 2006, p. 144). Es entonces necesario, que
los padres posean unas competencias parentales que atiendan a las necesidades de los
menores y que se creen así lazos afectivos seguros entre el menor y sus progenitores y
que estos sirvan de apoyo y ayuda para las adversidades que se presenten al menor.

En suma, considero que los padres deben adquirir competencias adecuadas para el
desarrollo integral del menor, aunque en ocasiones, los menores se apoyen, encuentren
como tutores visibles o invisibles a otras personas cercanas a ellos. En caso de no disponer
de “tutores de resiliencia”, los padres de los menores pueden acudir a orientaciones con
profesionales (pedagogos y psicólogos) quienes orienten y faciliten técnicas para que el
menor disponga de apoyos y logre integrarse tanto en la sociedad como en la comunidad
educativa.

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4. Conclusión

La resiliencia invisible. Infancia, inclusión social y tutores de vida es una obra muy
interesante, como su título indica. Concede esta gran importancia a la historia de vida de
cada historia contada, puesto que es un factor primario en la evolución de cada menor.
El contexto en el que se desarrolle cualquier situación siempre hay que tenerlo en
cuenta porque determinará unas situaciones u otras.

Recordemos que la resiliencia es la capacidad que le permite al ser humano


mantenerse fuerte y presente frente a las adversidades, superarlas y fortalecerse a partir
de ellas. Además, es importante que los niños y las niñas que presentan dificultades de
aprendizaje y atención posean esta habilidad para enfrentarse a todo aquello que la vida
les va a poner al frente. Ya que, la resiliencia se encuentra vinculada con el ambiente,
dónde el menor pasa mayor parte de su tiempo, es decir, en la escuela, con sus
progenitores y con sus amigos. Estos agentes facilitaran el proceso de superación de
adversidades y de responsabilidad social, promovida mediante la participación de los
mismos. Por lo tanto, la resiliencia favorece el desarrollo humano, dando importancia a
su potencial, específico de cada cultura y recayendo parte de responsabilidad en los
agentes más cercanos al menor.

5. Referencias bibliográficas

Martínez, I. y Vásquez, A. (2006). La resiliencia invisible. Infancia, inclusión social y


tutores de vida. Barcelona: Gedisa.

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