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ANÁLISIS CULTURAL DEL CUENTO

Nombre del cuento: La curiosa

Tema: En las noches cuando llegaba el surazo, aparecía el diablo buscando a las personas
que muy curiosas, espiaban desde sus ventanales

Nombre del personaje principal: Mercedes

Costumbres del personaje: Mirar por la ventana, y curiosear las actividades que se
desarrollan en la calle

Norma consuetudinaria: A altas horas de la noche, las señoritas deben estar en sus
habitaciones descansando sin buscar a quien mirar

Época del cuento: Siglo XIX

Lugar del cuento: Santa Cruz

Sanción recibida: El cura confesó y dio la comunión a Mercedes y le dio como penitencia
rezar y nunca más importarse por la vida de la gente

Consecuencias de la sanción: Mercedes cumplió al pie de la letra la sanción impuesta por


el cursa, con miedo de que el diablo vuelva y se la lleve.

Semejanza del tema con nuestro tiempo: Esta leyenda se perdió en el tiempo y ya no es
contada, sin embargo actualmente, las personas tienen más cuidado con inmiscuirse en la
vida e otras, se creado un sentimiento de respeto y aceptación; aunque esto se ha vuelto
más difícil desde el uso de las redes sociales que ponen en el ojo público la vida personal
de quienes usan estos medios
LA CURIOSA

Dicen que una noche, que anunciaba un fuerte surazo, Mercedes no podía dormir y como
su dormitorio tenía una ventana que daba a la calle escucho voces como si se tratara de
una procesión

- ¡Qué raro!- pensó y levantándose como un resorte, abrió la ventana de su cuarto. En la


oscuridad sólo veía siluetas, no distinguía las caras. De pronto se paró frente a ella un
señor alto y delgado quien le dijo: “Señorita, ¿me puede guardar estas dos velas y fue a
colocarlas a un rincón del cuarto, cuando se volvió para preguntarle a que santo era
dedicada la procesión, el individuo había desaparecido. Ella pensó “Mañana le pregunto”.

Al día siguiente la mamá muy preocupada por que la joven no se levantaba, fue a
despertarla, Mercedes le explicó que se quedó dormida por que se desveló con la
procesión. “¿Qué procesión?”, preguntó su mamá. Mercedes le relató todo lo ocurrido. Y
para que su mamá le crea fue a traer las velas que el señor le había dejado. ¡Qué sorpresa
la que se llevó! En vez de velas, lo que había era un par de huesos de tibias y peronés.
“¿Vez?”, dijo su mamá. “Eso te pasa por curiosa” ¿Cómo vas abrir tu ventana para tarde
por la noche? ¡Era el diablo!

Muy asustadas, la madre e hija fueron donde el cura a contarle lo ocurrido. Éste les
recomendó que esa noche, cuando el extraño vuelva a recoger “sus velas”, la mamá se las
entregue y al mismo tiempo, Mercedes y sus hermanas recen el rosario. Luego confesó y
dio la comunión a Mercedes y le dio como penitencia rezar y nunca más importarse por la
vida de la gente. Cosa que Mercedes cumplió al pie de la letra con miedo de que el diablo
vuelva y se la lleve.

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