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“Tratado de Derecho Administrativo”, 2006, Rodolfo Carlos Barra, Tomo 3 pág. 870, (Editorial Ábaco
de Rodolfo Depalma, Buenos Aires)
Alfredo Gustavo Puig 1
Profesor Asociado Regular
Universidad Nacional de Salta
Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales
del derecho constitucional. El objetivo del estado de derecho es erradicar la
arbitrariedad en el ejercicio del poder.
Desde ya, en el contexto de nuestro sistema constitucional, el más alto nivel de
control corresponde al Congreso de la Nación (las legislaturas en el caso de las
Provincias), en tanto una manifestación más de las funciones de los órganos
parlamentarios de fiscalización del gobierno y de los poderes públicos (conf. Art. 85
ante último párrafo Constitución Nacional.; art. 169.III Constitución de Salta).
Moreno2, con cita de otro autor, afirma que el Control Público “…constituye una
institución fundamental del Estado Democrático de Derecho. Adquiere su total
dimensión y sentido dentro de un régimen de libertades y democracia, donde el ejercicio
del poder público está a cargo de diferentes órganos que constituyen la estructura
fundamental del estado y que se controlan entre sí, de acuerdo con las competencias que
les asigna respectivamente la constitución”, por lo que entiende que, para su mejor
entendimiento, necesariamente debe analizarse el complejo conjunto de actividades
estatales y la relación entre funciones políticas y administrativas.
A su vez, Balbín afirma que, en el marco de los modelos de control estatal es
posible distinguir entre: control de legalidad y oportunidad de las conductas estatales; el
control sobre los aspectos legales, económicos, financieros, presupuestarios y de gestión
del estado y, el control de las conductas de los agentes públicos presuntamente
irregulares o delictivas3.
Entre los principios esenciales que se originan en el derecho constitucional, se
destacan dos: el control de legalidad y el llamado control de eficacia:
- El control de legalidad, consagrado en la noción de estado de derecho, que alude a
la sujeción de los poderes públicos a la Constitución y al resto del ordenamiento
jurídico, refiere, en cuanto a la actividad del Estado, a la verificación de la
adecuación presupuestaria de la gestión económica objeto de la fiscalización.
- El control de eficacia, al analizar el costo de funcionamiento y el rendimiento o
utilidad de los respectivos servicios o inversiones, se orienta a la racionalidad y
conveniencia del gasto realizado, y a la gestión del ente o empresa objeto de la
fiscalización. Ello así pues se entiende que, para actuar, el sistema político debe ser
eficaz, es decir, debe contar con medios para resolver los problemas con los que se
enfrenta la comunidad asegurando que su utilización conduzca a la satisfacción de
los propósitos o fines para los cuales se emplean.
Conforme a Dromi4, el principio de legalidad opera en el quehacer de la
administración pública –no siempre estatal-, imponiendo una determinada modalidad de
obrar ajustada a reglas jurídicas y políticas de legitimidad o juridicidad estricta, y de
oportunidad o conveniencia (en este aspecto, legalidad comprende tanto la legitimidad
como la oportunidad).
La administración está sometida al derecho y debe conformarse a él, tanto en sus
relaciones externas como en el aspecto de su organización interna, pues la actividad
pública está regulada jurídicamente. Estas limitaciones son las que aseguran, a los
administrados, distintas vías y remedios para poder fiscalizar y controlar su
funcionamiento.
La legalidad impone al Estado sujeción a la normatividad y a los principios de
prelación o jerarquía jurídica normativa, de igualdad y razonabilidad y de
responsabilidad y control. Ello es la consecuencia natural de lo que conocemos como
2
Moreno, Sergio, 2014, “Control Público y Gubernamental”, pág. 17 (Edit. Osmar D. Buyatti, Librería Editorial,
C.A.B.A.)
3
Balbín, Carlos F., 2015, Manual de Derecho Administrativo, pág. 337 (3ra Edición actualizada). (Editorial Thomson
Reuters La Ley)
4
Derecho Administrativo Económico, 1979, José Roberto Dromi, Tº 2, Edit. ASTREA.
Alfredo Gustavo Puig 2
Profesor Asociado Regular
Universidad Nacional de Salta
Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales
Estado de Derecho, que es el modelo adoptado para la organización pública por nuestra
Constitución.
La importancia de la función de control (sea “política o de gestión” o “jurídica o
de legalidad”) ha motivado y justificado la creación de un complejo aparato
administrativo, al que se le han encomendado tales cometidos. La función
administrativa de control es una especie dentro de la variedad de operaciones de la
actividad administrativa (recordemos la clásica distinción entre administración activa,
consultiva, de control, colegiada, etc.).
Los requerimientos de probidad administrativa, rectitud y moralidad en el obrar
que se le exigen a la administración, deben ser afianzados por procedimientos de
control interno y externo, y por órganos a los que se les encomiende su ejercicio.
Al respecto, debe recordarse aquí la vigencia tanto de la Convención Interameri-
cana contra la Corrupción (ley 24.759), como de la Convención de las Naciones Unidas
contra la Corrupción (ley 26.097), cuyos principios resultan plenamente operativos y vi-
gentes para el derecho interno nacional, provincial y municipal.
El poder jurídico de control es un “poder-deber”, estructurado sobre la idea de
tutela, cuidado y salvaguarda del orden jurídico, y adquiere importancia fundamental en
el Estado de Derecho. Ello es así desde que administrar supone en sí, para el derecho,
subordinación, que es una dependencia de tipo jurídico impuesta por el soberano (el
pueblo) a quién administra. A su vez, el que administra debe “dar cuenta”, dado que lo
hace siempre por otro o sobre las cosas de otro.
El concepto de administrar, desde el punto de vista público, es más estricto que
el privado. En la actividad privada se puede hacer todo lo que no está prohibido; en la
actividad administrativa, solo es posible hacer lo que está normativamente permitido o
habilitado. La administración de lo público está siempre originada en la ley y sujeta a
ella.
Hay que recordar que cualquier regulación normativa destinada al ámbito de lo
público, es, por definición, una habilitación para obrar y, a la vez, una delimitación de la
frontera más allá de la cual el funcionario no debe actuar.
La estructura política estatal, como fiel reflejo de la sociedad, está dividida entre
“los que mandan” y “los que obedecen”, sinónimo de: gobernantes y gobernados, poder
y derecho, prerrogativa y garantía, autoridad y libertad, respectivamente.
El control público constituye, entonces, un principio natural de la estructura
misma del poder estatal, pues “no hay poder sin control” o, al menos, no debe haberlo,
pues ello es un predicado republicano que exige su instauración y regulación. A mayor
poder, mayor control.
El control se impone para asegurar la sujeción del obrar público a reglas y
principios de derecho y buena administración, donde debe imperar, inexcusablemente,
la perspectiva finalista del bien común.
El control asegura fundamentalmente la correspondencia entre “medios” y
“fines”, pues las tentaciones que el ejercicio del poder ofrece podrían provocar, ante su
inexistencia, la arbitrariedad y el falseamiento de los valores en desmedro del fin
primero y último del Estado: el bien común.
Pareciera entonces que “gobierno y control”, es la fórmula orgánica de la
estructura del poder; para que a los que mandan no “les falte poder” y para que a los que
obedezcan, no “les falte libertad”.
No debe nunca olvidarse que quién tiene poder llega, por lo común, hasta donde
encuentra límites y, en el caso del poder administrativo, los límites fijados por el
derecho los termina determinando, de ordinario, el juez, a posteriori. En la concepción
liberal clásica se alude al aforismo de que “el poder detiene al poder” (Montesquieu),
En cuanto a los órganos de control, cabe diferenciar lo que sucede en el ámbito nacional
del provincial y municipal; aunque, a partir de la reforma de la Constitución de Salta, en
Basta leer el título que se le ha impuesto a esta ley para entender claramente su
objeto y materia de regulación.
Su art. 2º, establece que la administración financiera comprende el conjunto de
sistemas, órganos, normas y procedimientos administrativos que hacen posible la
obtención de los recursos públicos y su aplicación para el cumplimiento de los objetivos
del Estado.
A su vez, los sistemas de control comprenden las estructuras de control interno
y externo del sector público nacional, y el régimen de responsabilidad de los
funcionarios que se asienta –tal como dice el art. 3º-, “en la obligación de... rendir
cuentas de su gestión”.
El art. 4º fija una serie de principios y objetivos que deben tenerse presente en su
interpretación y reglamentación. Al respecto incorpora referencias de la materia
financiera y tributaria, como las de regularidad financiera, legalidad, economicidad,
eficiencia, entre otros.
Esta ley tiene capítulos que refieren tanto a la organización, normas y
organismos responsables de la ejecución de la administración financiera, como al
control interno y externo. En tal sentido, y en lo que hace a la organización y a los
órganos a los que se les confiere la responsabilidad de llevar adelante la administración
financiera, el art. 5º establece que esta se integra por los sistemas: presupuestario, de
crédito público, de tesorería y de contabilidad, cada uno a cargo de un órgano rector
subordinado al que coordine a todos ellos.
El art. 8º prevé que la ley alcanza a todo el sector público nacional, y comprende
tanto la administración central como los organismos descentralizados, empresas y
sociedades del estado y cualquier organización empresaria en que el Estado tenga
participación mayoritaria, en el capital o en la formación de decisiones sociales.
Incluye, también, a la actividad de todos los poderes del Estado.
El sistema presupuestario a cargo de la Oficina Nacional de Presupuesto, está
regulado en los arts. 11 al 55 de la ley y contempla, no solo aspectos de la organización
de dicho ente, sino también pautas relativas a los conceptos que integran el presupuesto;
formas en que debe ser confeccionado; la emisión de normas técnicas destinadas a la
formulación, programación y control de la ejecución presupuestaria; la estructura que
debe tener el presupuesto general como el de las entidades descentralizadas;
5.- Los Entes Reguladores de Servicios Públicos del orden nacional y provincial.
Entes nacionales
Constituyen notas esenciales del ente regulador, aquellas que son
imprescindibles para el efectivo cumplimiento de su misión constitucional y legal, esto
es: independencia funcional, especialidad y carácter participativo.
Aunque mantengan algún grado de autonomía, en la realidad, el régimen legal
vigente desconoce la naturaleza de la independencia plena del organismo de control que
fuera diseñada por la Constitución, privándolo en los hechos de su real eficacia. La
independencia debiera serlo no solo de los intereses del concesionario, sino también de
la autoridad administrativa concedente, suscriptora del contrato de concesión (conf.
Gordillo, que afirma que “el que concede no debe controlar”).
En la Nación se siguió el criterio de crear un ente específico, para cada una de
las actividades de servicio público privatizada o concesionada, con lo cual no existe un
sistema unificador de competencias y cometidos. Así, entre otras empresas y
actividades, han sido instalados los siguientes órganos regulatorios:
a) Ente Nacional Regulador de la Electricidad – ENRE (ley 24.065 – Régimen de
la Energía Eléctrica, y decretos reglamentarios);
b) Ente Nacional Regulador del Gas - ENARGAS (ley 24.076 – Regulación y
Transporte del Gas Natural, y decretos reglamentarios);
c) Autoridad Regulatoria Nuclear – ARN (ley 24.804 – Ley Nacional de la
Actividad Nuclear y decretos reglamentarios);
d) Ente Regulador de Agua y Saneamiento y Agencia de Planificación,
dependencia tripartita constituida por convenio entre el Gobierno Nacional, el
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gobierno de la Provincia
de Buenos Aires (ley 26.221 de 2007);
e) Ente Nacional de Comunicaciones – ENCOM (Leyes 26.522 y 27.078 y
Decretos reglamentarios);
f) Comisión Nacional de Regulación del Transporte (Decreto Nº 1388/96 y
Decreto Nº 110/2015);
g) Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos – ORSNA (Decreto
375/97, Decisión Administrativa Nº 2/2002 de Jefatura Gabinete);
h) Órgano de Concesión de Concesiones Viales – ONCOVI (Decreto Nº 87/2001 y
normas reglamentarias).
Cada actividad privatizada o sujeta a regulación, tiene, como fue dicho, un
respectivo marco regulador y un complejo de normas vinculado al específico servicio de
que se trata.
Para tener una idea de la envergadura de las transferencias que fueron
consecuencia de la llamada “Reforma del Estado, por privatización o concesión, que se
concretaron en el ámbito nacional, es adecuado traer a colación un trabajo realizado, en
1991, por el ingeniero Vittorio Orsi, prominente empresario nacional (Techint), quién
allí señalaba que, entre las actividades y empresas cuya privatización o desregulación
encaró el gobierno nacional, debe incluirse a: ferrocarriles (Rosario-Bahía Blanca,
Urquiza, Mitre y san Martín, Delta-Borges, Metropolitano y Belgrano); ELMA; algunos
5
Rousseau decía del sistema inglés: “El pueblo ingles piensa que es libre; pero se equivoca porque no lo es más que
al elegir a los miembros del parlamento; tan pronto como son elegidos, el pueblo es esclavo, no es nada. Durante los
breves instantes de su libertad, el uso que hace de la misma, bien merece que la pierda”.
BIBLIOGRAFÍA:
Administración de In-
C (cont.) I (cont.)
fraestructuras Ferro-
viarias Consejo Nacional de Instituto Geográfico
Investigaciones Nacional (Argenti-
Administración de Par- Científicas y Técni- na)
ques Nacionales cas (Argentina)
Instituto Leloir
Administración Fede- Coordinación Ecoló-
ral de Ingresos Públi- gica Área Metropoli- Instituto Nacional
cos tana Sociedad del contra la Discrimi-
Estado nación, la Xenofo-
Administración Nacio- bia y el Racismo
nal de la Seguridad So- Corporación de Em-
cial presas Nacionales Instituto Nacional
de Estadística y
Administración Nacio- Censos (Argentina)
nal de Laboratorios e D
Institutos de Salud Instituto Nacional
Dioxitek S.A.
de Tecnología
Administración Nacio- Agropecuaria
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de Aduanas (Argen-
Alimentos y Tecnolo- Instituto Nacional
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Dirección General dustrial
Agencia Nacional de
de los Recursos de la
Seguridad Vial Inteligencia de la
Seguridad Social
(Argentina) Gendarmería Na-
Agrupación Aérea Pre- cional Argentina
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Dirección General
INVAP
Agua y Energía Eléc- Impositiva (Argenti-
trica na)
J
Agua y Saneamientos Dirección Nacional
de Protección de Da- Junta de Investiga-
Argentinos
tos Personales ciones de Acciden-
Archivo General de la tes de Aviación Ci-
Nación (Argentina) Dirección Nacional vil
de Vialidad
Autoridad Federal de Junta Nacional de
Servicios de Comuni- Dirección Provincial Carnes
cación Audiovisual de Vialidad del Neu-
quén Junta Nacional de
Granos
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Banco Central de la L
República Argentina Empresa Líneas Ma-
rítimas Argentinas Lotería Nacional
Banco Ciudad de Bue- (Argentina)
Instituto de Vivienda Y
de Corrientes
Yacimientos Carbo-
níferos Fiscales
Ramal Ferro-Indus-
trial de Río Turbio
Yacimientos Petro-
líferos Fiscales