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FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS

EN EL ÁMBITO FAMILIAR

I
ANEXO TEMA 1

CONOCIMIENTOS BÁSICOS
SOBRE LAS DROGAS
ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 3

ÍNDICE

APARTADO PÁGINAS

1. LAS DROGAS EN LA HISTORIA ................................................................................................ 5

2. LAS DROGAS Y SU SIGNIFICADO EN LA CULTURA ........................................................ 9

3. CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE DROGAS ........................................................................... 15

4. LAS SUSTANCIAS ......................................................................................................................... 24

5. RESUMEN DE CONTENIDOS CLAVE .................................................................................... 29

6. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................... 29
ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 5

1. LAS DROGAS EN LA HISTORIA

La humanidad siempre ha convivido con las drogas. Los primeros testimonios sobre
su uso datan de tiempos remotos. Los hongos alucinógenos como la Amanita se usan desde
el paleolítico en las culturas chamánicas de toda Eurasia y América.

Desde hace milenios, el hombre ha conocido y utilizado el poder de las distintas


sustancias naturales con el fin de alterar los estados de conciencia, siempre de forma
minoritaria, y, sobre todo, los varones. Drogas como la ayahuasca, el peyote o el
cornezuelo del centeno eran básicas en los rituales religiosos de muchos pueblos.

En la actualidad, ciertas drogas pueden consumirse como costumbre social (tabaco,


alcohol); como curativas (láudano, morfina); también para aumentar el rendimiento en el
trabajo, como la coca en los entornos hostiles de los altos Andes.

Conscientes a la vez de sus ventajas y de sus riesgos, las distintas sociedades


siempre han aplicado mecanismos de control sobre las drogas, limitando su uso a ciertas
personas o clases, o a determinados momentos. Como puentes con “el otro mundo”,
curas milagrosas o fuentes de placer, el poder de dispensarlas o prohibirlas ha estado
siempre en manos de las clases dominantes.

El vino y la cerveza aparecen en antiquísimos documentos egipcios y


mesopotámicos, y también en el Antiguo Testamento (“cuando terminó el Diluvio, Noé
planto viñas y se emborrachó”); pero los restos arqueológicos nos muestran su uso desde
muchos siglos antes: el alcohol es la droga más antigua.

El cannabis es originario de la zona del mar Negro, y su uso es tan antiguo como el
invento de la agricultura. Desde allí pasó a la India, desde donde se extendería hacia oriente
y el pacífico. Tras avanzar por la cuenca oriental del Mediterráneo, seguirá el curso del Nilo
y se expandirá por África, especialmente, y se convierte en una de las drogas más
populares del mundo árabe.
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Los usos médicos y recreativos del opio se remontan a cinco mil años de
antigüedad. El opio, la planta del deleite sumeria, es originario de la cuenca mediterránea.
Usada por los médicos egipcios, en Roma su precio estaba controlado por el estado, como
el de cualquier artículo de primera necesidad.

En la Edad Media, el opio llega a China y bajo el islam, el uso de la adormidera se


extendió desde el Mediterráneo al Pacífico. Mientras, en la Edad Media europea, la
elaboración del alcohol estaba en manos de la Iglesia, que combatía las demás drogas
considerándolas diabólicas.

En el Renacimiento, la riqueza de la flora americana llegará a Europa con el


descubrimiento de América, pero las drogas exóticas no serán nunca tan populares como
el opio. Cuando Paracelso inventa el láudano o tintura de opio, éste se convierte en la gran
panacea o “curalotodo”, lo mismo para combatir la disentería que para hacer dormir a los
niños: es “la medicina de Dios”.

Desde América llegó una de las drogas con mayor capacidad adictiva: la Herba
Nicotiana, el tabaco, planta ceremonial por excelencia entre los indios, que prenderá en
todo el mundo con la rapidez de una brasa.

En el siglo XVII se extendieron con gran rapidez por Europa excitantes como el té,
originario de China, o el café, de Arabia. Algo parecido sucedió con el tabaco. También
entonces se generaliza la fabricación de licores destilados, que conducirían al alcoholismo a
gran parte de la población europea sin recursos. A lo largo del diecisiete y después de
algunas resistencias iniciales, el tabaco se convierte en floreciente negocio y monopolio
estatal de los imperios que, incapaces de erradicarlo, deciden gravar con impuestos su
comercio, como el del café y los destilados del alcohol, y llenar así sus arcas a costa de
vicios tan extendidos.

En la época colonial, Inglaterra introdujo el cultivo de adormidera en la India, y el


contrabando de opio en Oriente era un comercio muy lucrativo. La resistencia de China al
cultivo de esta droga provocará las Guerras del Opio.
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Cuando, a finales del XIX, China legalizó la producción de opio y amenazó con
abastecer a todo Oriente, desplazando a la Compañía de las Indias Orientales, el
parlamento británico decide que el tráfico de opio a gran escala “es una empresa
moralmente injustificable”.

De la misma manera que había sucedido en la América colonial, las difíciles


condiciones de vida y el desarraigo de la población trabajadora en la Revolución Industrial
les llevaban a abusar del alcohol. La ginebra, inventada en Holanda, invadió Inglaterra. El
alcoholismo se convirtió en el estigma de degeneración de las clases bajas.

El siglo XIX es el gran siglo de las drogas. De los usos rituales mágicos del pasado
queda muy poco. Los progresos en el campo de la química y la medicina favorecieron el
nacimiento de la moderna industria farmacéutica. Los médicos recetan drogas como cura,
pero también están al alcance de cualquiera en boticas y droguerías, y se usan como
evasión, como búsqueda de placer y de sentido de un mundo que está cambiando, quizá
demasiado deprisa.

Los artistas y la burguesía experimentan con opio y cannabis, y comparten con las
clases bajas la pasión por nuevas sustancias: el éter o el óxido nitroso, que los “pobres”
consumen mezclado con alcohol para emborracharse antes.

El primer alcaloide en identificarse, en 1803, es la morfina, a partir del opio,


considerada el mejor medicamento de todos los tiempos. Usada profusamente en medicina,
creó un numeroso colectivo de morfinómanos.

La codeína, la atropina, la cocaína o la heroína, cada nueva droga se presentó como


la panacea, capaz de curarlo todo, y de acabar, de paso, con los problemas de adicción
creados por las sustancias precedentes.

La cocaína se aisló por primera vez en 1859 y se comercializa durante medio siglo
bajo la forma de tónicos curativos y estimulantes, e ignorando su capacidad adictiva.

Sigmund Freud (1856-1939) se convirtió en uno de sus más entusiastas defensores,


recetándola a sus pacientes y contribuyendo a promocionar su uso como anestésico local,
hasta que cambió de opinión tras la muerte de su mentor por sobredosis de esta droga.
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Él mismo utilizó la morfina como sedante terminal una vez que su cáncer de
mandíbula-paladar hizo insoportables los dolores.

La cocaína ha sido utilizada para incrementar el ardor de las tropas en las guerras,
fue consumida por Edison o el Papa León XIII bajo la forma de tónico estimulante. Bajo sus
efectos, Stevenson escribió “El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde” en una semana, una obra modélica
que narra en clave de ficción los pavorosos efectos de la adicción a las drogas sobre una
persona.

A finales de siglo, se sintetizó la diacetilmorfina, también llamada heroína, cuyo


descubrimiento, paralelo a la aspirina, convirtió a su modesto inventor, los laboratorios
Bayer, en un gigante de la química. A finales de siglo se aísla el principio activo del peyote,
la mescalina.

El cloral y los primeros somníferos y barbitúricos aparecen en escena, y hacia el año


1900 todas las drogas conocidas, lo mismo que las jeringuillas hipodérmicas, se encuentran
en farmacias o boticas, se anuncian libremente y pueden, incluso, comprarse por correo.
Son símbolos del progreso en su lucha contra la enfermedad.

Pero una serie de movimientos levantan sus voces contra el uso de drogas,
empujando a gobiernos y organismos internacionales a controlarlas cada vez más. No sólo
la Iglesia, también los movimientos sindicalistas más progresistas, preocupados por las
condiciones de vida de la clase obrera, empezaron a luchar contra las drogas.

No era fácil: lo que había empezado siendo un consumo ritual y esporádico de


sustancias mágicas era ahora un complejo sistema comercial capaz de proporcionar cosas
tan importantes como el placer o la salud a millones de personas. Un inmenso poder para
quienes tuvieran la potestad de prohibir o autorizar. Primero por razones morales, y luego
de salud y orden público, las prohibiciones iban a empezar. Se trataba de llevar a cabo una
cruzada contra el desorden, liderada por Estados Unidos.

A mediados de siglo, aumenta la producción mundial de drogas, amparada en las


crisis internacionales y en los conflictos bélicos. La Segunda Guerra Mundial favorece la
investigación de nuevos fármacos, como la dolantina, el meprobamato, las benzodiacepinas
(los primeros ansiolíticos, como el valium), la tristemente célebre talidomida y por último,
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el LSD 25, una droga semisintética extraída del cornezuelo del centeno que por sus
poderosos efectos, abriría una nueva época en la historia de las drogas.

Es un mundo en crisis, donde las normas las dicta la sociedad de consumo. La


demanda de drogas de todo tipo se dispara, mientras se va produciendo una escalada de
prohibiciones y grandes declaraciones contra su consumo. Hoy las drogas están sometidas
a un control total e indiscriminado. Una estricta normativa mundial que, sin embargo, no
consigue atajar el gran problema: las drogas constituyen un complejo sistema comercial que
permite beneficios multimillonarios, legales e ilegales.

2. LAS DROGAS Y SU SIGNIFICADO EN LA CULTURA

Los usos de las drogas no son nuevos, tienen el mismo recorrido y en paralelo que
la historia de la humanidad. La convivencia con sustancias, algunas de ellas actualmente en
desuso han sido objeto de constante convivencia e intercambio dentro de los pueblos y
entre ellos.

El significado de las drogas ha variado según la cultura y el momento histórico. Los


fines de su uso han sido muy dispares, desde rituales mágicos, religiosos, terapéuticos,
festivos hasta simplemente ociosos. El significado y el sentido que se les atribuía ha
determinado la relación que la persona o el grupo establecía con ellas.

Según el significado atribuido se dignificaba o se despreciaba el uso de algunas


sustancias: periodos en los que se ha legitimado el uso de ciertas sustancias y otros en los
que las mismas han sido prohibidas. Épocas en las que el consumo de ciertas sustancias se
ha extendido de forma masiva en el seno de la sociedad a pesar de las prohibiciones de su
uso. También en alguna de estas etapas el consumo se ha convertido en un problema para
ciertos grupos humanos. Y, por último, en más de una ocasión se ha experimentado
terapéuticamente con una sustancia, se ha venerado su facultad curativa y al poco tiempo
ha sido retirada por sus efectos secundarios y su peligrosidad para, con el tiempo, salir
nuevamente a la luz en su uso con una connotación nueva-droga.
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Las drogas están integradas dentro de las culturas con diversos significados y
funciones. Esta convivencia histórica, da a entender que el uso de drogas no siempre ha
sido exclusivamente disfuncional y disruptivo, sino que también ha tenido un carácter
funcional y benefactor individual y socialmente, en algunos momentos y situaciones
concretas de la historia de las sociedades.

Hablar de la funcionalidad de las drogas en el seno de una sociedad es sumamente


delicado, se puede interpretar fácilmente como la aprobación, el fomento de situaciones de
consumo irresponsable y la banalización de todos los problemas asociados al mismo.

Sin embargo, la convivencia con ciertas drogas se ha dado con la misma naturalidad
que la convivencia con otros objetos de consumo cuyo uso se instrumenta con un sentido
dentro de la comunidad.

Cuando el significado de esa sustancia no estigmatiza ni su uso ni al usuario, aunque


la relación que algunos sujetos pudieran establecer pueda ser problemática, no tiene
trascendencia en la comunidad. Esto no excluye que en otras épocas el consumo de
ciertas sustancias entrañara también riesgos asociados a la vulnerabilidad del sujeto.

No faltan documentos de los que se deduce la preocupación sobre los efectos


indeseables que producía el consumo de ciertas sustancias, donde se remarcaba el límite de
lo tolerable tanto en cantidad, en forma de consumo y comportamiento social con el fin de
que no se produjeran situaciones deplorables tanto para individuos como para grupos.

Lo cierto es que cuando ha aumentado la demanda de ciertas drogas se han


incrementado los riesgos que conlleva el consumo. El origen del incremento de la demanda
puede ser múltiple, pero el hecho de que se popularice el consumo de una sustancia
supone, muy probablemente, la pérdida o banalización del significado original y a su vez la
descontextualización de su uso.
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Si al hecho del riesgo asociado a los efectos que la composición de la sustancia


ejerce sobre el individuo que la consume, se le suma la pérdida del significado original de la
sustancia consumida y la descontextualización del uso, los riesgos de establecer una
relación problemática con esa sustancia aumentan considerablemente. Llegando a su punto
más álgido cuando se extiende el consumo dentro de los distintos estratos sociales y cada
vez es mayor el número de personas potencialmente susceptibles de problemas.

Si en una sociedad se tipifica una sustancia como droga con un valor nocivo, se le
atribuye una peligrosidad, que en cierta medida genera una percepción que actúa como
filtro, el temor y recelo que provoca en algunos grupos sociales disminuye la probabilidad
de que éstos consuman.

Sin embargo, cuando las sustancias forman parte de la idiosincrasia de una cultura, y
están socialmente aceptadas, el uso se vive con tal naturalidad que la percepción de riesgo
queda disminuida hasta tal punto que solo es palpable cuando el problema ya es muy grave.

La convivencia que la sociedad tiene con las drogas socialmente aceptadas y las no
aceptadas generan percepciones parciales y comportamientos muy contradictorios. Los
estragos que han causado las no aceptadas, como por ejemplo la heroína, han disminuido la
percepción del riesgo que conlleva el consumo de las drogas aceptadas dentro de la
cultura. Hasta el punto que éstas, causantes también de un sin fin de malestares
(individuales, familiares y sociosanitarios), carecen de la atribución necesaria para que se
perciba el riesgo que conlleva el consumo.

Otra de las consecuencias de la polarización entre las drogas aceptadas y no


aceptadas es que socavan la estigmatización de un perfil concreto de consumidor/a de
drogas y contribuyen a potenciar la percepción de invulnerabilidad de los/as consumidores
de sustancias socialmente aceptadas.

No obstante, contemplar la importancia que tiene el significado de una sustancia, la


contextualización de su uso, el rol funcional y/o disfuncional que desempeñan según el
momento y la construcción de la percepción social de los riesgos que conlleva consumir
drogas nos permite analizar de una manera más amplia el fenómeno del consumo de drogas
del último tercio del siglo XX.
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 CAMBIOS SOCIOCULTURALES Y CRISIS DE DROGAS

En los momentos de cambio dentro de una sociedad se agudizan las situaciones


problemáticas, se intensifican situaciones que antes tenían solo cierto cariz de potencial
peligrosidad, para convertirse en ese periodo de crisis en uno más de los síntomas del
mismo, en un problema real en el que se exacerban sus consecuencias negativas, como es
el caso de los consumos de drogas.

Por ello, los problemas de drogas nunca aparecen aislados, normalmente se


correlacionan con otros conflictos o ayudan a agravar los problemas. Más que un problema
en sí mismos se producen en un contexto de conflictos.

Las crisis de consumo de drogas que la humanidad ha vivido, tienen un aspecto


común y es que su consumo está asociado a un cambio cultural, en el que se da la
conversión de ciertas drogas en productos de consumo.

Otros elementos que influyen en la génesis actual del problema, además de los
cambios culturales y sociales tan vertiginosos de esta época, ha sido la facilidad de las
comunicaciones y de los intercambios y la progresiva sofisticación del comercio que ha
facilitado el creciente comercio internacional y la creciente complejidad de redes ilícitas de
tráfico.

Otro asunto fundamental es el de la existencia de amplias zonas geográficas en


gravísima situación económica, social e institucional que ha propiciado que extensos
territorios se dediquen al cultivo de productos naturales básicos y a la producción de otras
sustancias con distinto nivel de elaboración.

La influencia de estos aspectos en interacción con otros como los valores


predominantes de un pueblo o país, el grado de bienestar alcanzado, la presencia y
accesibilidad a la/s droga/s, la aceptación social de las mismas, la influencia de los medios de
comunicación, el grado de participación ciudadana, etc, hace que sea inevitable acudir a
una visión sistémica cuando se quieren entender fenómenos como éste, al que no se puede
acceder si no se atiende a la interrelación de los distintos factores que lo conforman y que
la relación entre ellos configura la situación que entendemos como problema.
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Desde este punto de vista, esta última crisis de drogas viene acompañada de una
globalización y homogeneización de los problemas, es decir, la mayoría de los países están
afectados con los mismos problemas, aunque en cada país haya manifestaciones singulares y
concretas.

En estas décadas se ha extendido el consumo de sustancias socialmente no


aceptadas afectando, de alguna manera, a todos los estratos sociales. Ha surgido de forma
creciente un colectivo muy significativo con necesidad de atención sociosanitaria debido al
abuso de drogas. Se han multiplicado los delitos asociados a consumo de drogas o de
personas con problemas de drogas que robaban o agredían en busca de financiación del
consumo. Además, se han expandido enfermedades infectocontagiosas aparejadas a ciertos
patrones de consumo, como el SIDA, que tiene, entre sus vías de transmisión, las prácticas
asociadas al consumo por vía parenteral (no digestiva). Todos ellos han sido problemas de
impacto internacional, con singularidades concretas en cada país, ya sea en la sustancia
principal consumida o el patrón de consumo.

En estos años en la mayoría de los países se han instrumentalizado planes de


actuación en los que se ha contemplado la sensibilización de la población frente al
problema. Sin embargo, el fenómeno del consumo de drogas es dinámico y cambiante. No
sólo han cambiado los patrones de consumo, sino que cada vez hay más oferta de
sustancias para responder a la demanda de cualquier potencial usuario. La diferenciación
entre países productores y consumidores se desdibuja cada vez más, entremezclándose la
producción y el consumo en los mismos espacios.

 OFERTA Y DEMANDA

Se puede entender por oferta de drogas la disponibilidad de sustancias existentes en


una comunidad, y por demanda, el requerimiento de la población hacia esas sustancias para
su consumo.
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La oferta de drogas y los procesos de producción y distribución de las mismas son,


sin duda, elementos básicos para entender la dimensión actual del problema de las
drogodependencias. Sin embargo, a pesar de reconocer la importancia que, en términos
históricos, ha tenido la evolución de la oferta para explicar la aparición del problema de las
drogas y las drogodependencias en el mundo, ésta es sólo una de las dimensiones o caras
que plantea actualmente este fenómeno, ya que la oferta de drogas está íntimamente
vinculada a la demanda. Es difícil explicar una sin la otra.

Tradicionalmente, el control de la oferta de drogas se ha asociado a la producción y


el tráfico de drogas ilícitas. Sin embargo, cada vez se plantea con mayor intensidad la
necesidad de integrar las drogas legales (tabaco, alcohol y psicofármacos) dentro de las
estrategias dirigidas a la reducción de la oferta de drogas. La constatación del papel que
sustancias como el tabaco o el alcohol desempeñan como drogas de inicio en las conductas
de uso y abuso de drogas entre los/as adolescentes y los/as jóvenes, ha llevado a prestar
una mayor atención al control de las mismas.

Actualmente, son numerosos los países europeos que han aprobado diferentes
normas, restringiendo desde el consumo de alcohol y tabaco, hasta su distribución y venta
en determinados espacios y colectivos. Se han desarrollado legislaciones nacionales, y
establecido acuerdos en el seno de la Unión Europea para restringir la publicidad de estos
productos.

Sin embargo, al igual que ocurre con el negocio que representan las drogas ilegales,
son muchos los intereses que dificultan los avances en el campo del control de la oferta de
drogas legales, entre los que se incluyen las presiones de las industrias dedicadas a la
elaboración y transformación de estos productos, los intereses del sector publicitario, el
peso de estas actividades en determinadas economías nacionales, los ingresos obtenidos
por los estados vía impuestos, etc.

Estas dificultades en el control de la oferta nos sugieren que resulta imprescindible y


básico actuar sobre la demanda. El consumo de drogas es un acto voluntario y, por tanto,
susceptible de ser influido por una educación adecuada, tendente a evitar y/o retrasar el
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inicio en el consumo y a aumentar la capacidad de la persona para organizar su propio


consumo sin que llegue a establecer una relación problemática con las drogas.

3. CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE DROGAS


 DROGA

Existen muchas clasificaciones y aproximaciones al concepto de droga, vamos a


señalar algunas de ellas que nos acerquen a su comprensión y mejor contextualización.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) apunta una definición clásicamente


utilizada y admitida:

“Toda sustancia que, introducida en el organismo vivo, puede modificar una


o más funciones de éste, capaz de generar dependencia caracterizada por
la pulsión a tomar la sustancia de un modo continuado o periódico, a fin de
obtener sus efectos y, a veces, de evitar el malestar de su falta”.

En esta definición no se contempla el carácter cultural de muchas sustancias, que


aún cumpliendo con las características expuestas en esta definición y consideradas así por
sus efectos farmacológicos, sin embargo, no se consideraría que las están utilizando como
droga al consumirlas. Es el caso de las drogas legales. El alcohol y el tabaco, el café o el té,
del que muchas personas dependen por su efecto estimulador.

Por ello, Domingo Comas (1985) afirma que “droga pueden ser muchas sustancias,
más solo lo son aquéllas que culturalmente se califican como tales”.

Jaime Funes (1988) define droga como “cualquiera de las múltiples sustancias que el
hombre ha usado, usa o inventará a lo largo de los siglos, con capacidad para modificar las
funciones del organismo vivo que tienen que ver con su conducta, su juicio, su comportamiento, su
percepción o su estado anímico”.
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Por lo tanto, a modo de conclusión, para que una sustancia sea considerada como
droga deben darse las siguientes características, como apuntan Berjano y Musitu (1987):

 Que sea una sustancia consumida voluntariamente.


 Con el propósito de obtener cambios físicos y/o psicológicos.
 Como consecuencia del efecto reforzante por los cambios psíquicos derivados del
consumo, se produce en el/la consumidor/a una necesidad psicológica de seguir
consumiendo la sustancia.
 Su carácter de droga tiene aceptación social, es decir, la comunidad percibe el
producto como capaz de provocar los efectos anteriormente citados.

 ORIGEN DEL CONSUMO DE DROGAS: INDIVIDUO, SUSTANCIA,


CONTEXTO

El origen de las conductas de consumo de drogas es multicausal. Existen tres


grandes bloques de factores o causas a la hora de explicar la etiología del consumo:

 Factores biológicos y psicológicos propios del individuo.


 Factores propios de las sustancias: características de cada sustancia, efectos
farmacológicos y neurológicos y vías de consumo.
 Factores propios del contexto: modelo cultural existente, características
familiares, disponibilidad de sustancias, existencias de recursos, infraestructuras.

PERSONA

CONTEXTO SUSTANCIA
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La opinión de que es la interacción de estos tres grandes grupos de factores lo que


posibilita los consumos de drogas y los usos problemáticos de las mismas, es compartida
por la mayor parte de los investigadores y autores en el campo de las drogodependencias.

No obstante, otras corrientes se inclinan por alguno de los factores de forma


prioritaria, considerando así, que las dependencias de las drogas se explican por las
propiedades farmacológicas de las sustancias; otros investigadores han estimado que es la
personalidad del individuo la que determina los consumos y, por último, hay quien piensa
que son los entornos desfavorables los que predisponen al consumo de drogas.

Nuestra labor no debe consistir en intentar determinar cuál de estos factores cobra
una mayor importancia a la hora de explicar estos consumos, sino en comprender el
fenómeno como una realidad compleja e interrelacionada, donde la situación individual será
la que determine diferencias en el peso de cada uno de estos factores.

Así pues, estos bloques de factores serán los que posteriormente ayudarán a
entender y organizar los factores de riesgo y de protección que posibilitan los consumos
de drogas, como se verá exhaustivamente en el siguiente tema.

 USO/ABUSO/DEPENDENCIA

Son conceptos difíciles de precisar, ya que no sólo dependen de las sustancias sino
del contexto sociocultural.

No obstante, en un intento de delimitación, se puede definir el uso de drogas como


aquella forma de consumo no generadora de consecuencias negativas para la persona.

Es posible utilizar drogas sin que el/la sujeto se convierta necesariamente en


dependiente de las mismas o sin que se den problemas inmediatos, pero el uso inicial de las
sustancias puede dar lugar a situaciones conflictivas, surgiendo entonces un problema de
abuso capaz de comprometer su salud o interferir con su funcionamiento normal.

Hay que tener en cuenta que, en la actualidad, el abuso de sustancias ya no se


identifica sólo con un patrón desmesurado en la administración de las mismas; se
reconocen otras muchas formas de uso indebido:


18 | FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS EN EL ÁMBITO FAMILIAR

 Hay diversas drogas que, por su naturaleza, utilizarlas conlleva tantos riesgos que,
en la práctica, cualquier forma de uso es, en verdad, abuso.
 De igual manera, encontramos sustancias que, al margen de la frecuencia con que se
empleen y de que exista o no dependencia, pueden acarrear importantes
consecuencias: sobredosis, conducción de vehículos bajo efectos del consumo,
consumo en el embarazo, consumo simultáneo de varias sustancias, etc.

La situación de dependencia implica ya una serie de características que no tienen ni


la situación de uso ni la de abuso, por lo tanto, es necesario, delimitar bien estos conceptos
para no incurrir en errores y considerar o etiquetar a alguien como drogodependiente
cuando en realidad está realizando consumos en sus formas de uso o abuso.

 FORMAS DE CONSUMO

Con el fin de comprender y diferenciar las diversas relaciones que los/las


usuarios/as de drogas establecen con éstas, se presenta la siguiente clasificación:

Consumo experimental: corresponde a las situaciones de contacto inicial con


una o varias sustancias, de las cuales puede pasarse al abandono o a la continuidad en los
consumos.

En la práctica totalidad de las realidades culturales es la adolescencia la etapa en que


con mayor frecuencia surgen este tipo de consumos, si bien un alto porcentaje no reincide
en el mismo.

Normalmente definen este tipo de consumo situaciones en las que la persona


desconoce los efectos de la sustancia y su consumo se realiza, generalmente, en el marco
de un grupo que le invita a probarla.

Consumo ocasional: corresponde al uso intermitente de la sustancia, sin ninguna


periodicidad fija y con largos intervalos de abstinencia.
ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 19

La característica general que define este tipo de consumo se centra en que la


persona continúa utilizando la sustancia en grupo. Aunque es capaz de llevar a cabo las
mismas actividades sin necesidad de mediar droga alguna, ya conoce sus efectos y, por este
motivo, la consume.

Consumo habitual: supone una utilización frecuente de la droga. Este tipo de


consumo puede implicar riesgos, dependiendo de la sustancia que se trate, la asiduidad con
que se emplee, las características de la persona, el entorno que le rodea, etc. y, por tanto,
puede ser el paso previo al consumo compulsivo.

Un indicador significativo de esta forma de consumo es que se amplían las


situaciones en las que se recurre a las drogas. Éstas se usan tanto en grupo como de
manera individual y sus efectos son perfectamente conocidos y buscados.

Consumo compulsivo: ya necesita la sustancia y toda su vida gira en torno a ésta,


a pesar de las complicaciones que ello le puede ocasionar.

Algunos indicadores de esta forma de consumo son:

 Utilización de la sustancia en mayor cantidad o por un periodo de tiempo más largo


de lo que el/la consumidor/a pretendía.
 Toma de conciencia sobre la dificultad para controlar el uso de la droga.
 Empleo de gran parte del tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la
sustancia y el consumo de la misma.
 Intoxicación frecuente o síntomas de abstinencia cuando desempeña determinadas
obligaciones.
 Reducción considerable o abandono de actividades sociales, laborales o recreativas.
 Uso continuado de la sustancia a pesar de ser consciente de los problemas que le
está causando.
 Tolerancia frecuente.
 Con asiduidad se recurre a la sustancia para aliviar el malestar provocado por su
falta.
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 PROCESO DE ADICCIÓN

Desde que una persona inicia un contacto con alguna sustancia susceptible de crear
dependencia hasta que la dependencia queda instaurada, pasa por un proceso que se
prolongará en el tiempo, de forma variable.

A la dependencia no se llega de forma repentina, sino que es un proceso en el que


el individuo va dando pasos según los resultados que obtenga en las fases anteriores, es
decir, la drogodependencia es también un aprendizaje que realiza la persona, en el que, por
supuesto y como ya hemos visto, el entorno y las sustancias tienen también una importante
contribución.

Se realizan distintos aprendizajes hasta que se llega a ser dependiente:

 Uso de la sustancia: modo de empleo, vía de administración, dosis, etc.


 Percepción de los efectos: aunque en ocasiones está informado de los efectos
que puede conseguir, es necesario que sepa por la propia experiencia qué
sensación debe sentir. Estos efectos, una vez conocidos, son la base de la
búsqueda de otros consumos.
 Al disfrutar de la experiencia de consumo se derivan una serie de consecuencias
que satisfacen, o no, las expectativas puestas por el individuo en ese consumo. Si
son positivas, es decir, si se satisface la necesidad inicial que motiva el consumo,
se producirá una tendencia a repetirlo; por el contrario, si no es así, lo natural
será esperar que ese consumo no se repita.
 A partir de este momento, si se continúa con ese consumo, se irán produciendo
las fases en las distintas formas de consumo: experimental, ocasional, habitual y
compulsivo. En cada una de éstas se irán realizando distintos aprendizajes:
lugares, personas o situaciones que proporcionen accesibilidad a las sustancias
con mayor estabilidad, nuevo estilo de vida, percepción de sí mismo como
drogadicto, necesidad de cambio y búsqueda de ayuda.
ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 21

En cada una de estas fases, las causas y factores que influyen para avanzar o no en el
proceso de dependencia son muy variadas y tienen que ver con los factores de riesgo:
personales, sociales y de las propias sustancias, que hacen a los individuos más vulnerables
ante los consumos de drogas.

 DEPENDENCIA

La dependencia se caracteriza por una adaptación psicológica, fisiológica y


bioquímica, consecuencia de la exposición reiterada a la droga, haciéndose más necesaria su
utilización para evitar los síntomas adversos que aparecen como consecuencia de su
retirada.

Se ha hablado de dependencia física y psicológica. La primera hace referencia al


estado de adaptación del organismo, caracterizado por la necesidad de lograr determinados
niveles de las sustancias, con el fin de poder mantener la normalidad. Si no se produce esa
administración de la droga, sobreviene el llamado síndrome de abstinencia.

En el caso de la dependencia psicológica, aparece un deseo imperioso de utilizar


repetidamente la sustancia. El sujeto tiene el convencimiento de que necesita la droga y se
ve impulsado a su administración.

Sin embargo, las sustancias no producen únicamente síntomas físicos o síntomas


psicológicos después de haberse consumido de forma compulsiva y ceder en su
administración.

En la mayoría de los casos, los síntomas que aparecen son de ambos tipos, aunque
en ocasiones, con algunas sustancias los efectos físicos estén muy atenuados o sean mucho
menos llamativos que con otras, apareciendo en todos los casos los síntomas psicológicos.
Será, por lo tanto, más apropiado hablar de una única dependencia que se manifiesta a
través de distintos síntomas físicos y psicológicos.

 CODEPENDENCIA

"Se refiere al conjunto de vínculos de naturaleza psíquica que el entorno inmediato del
adicto genera en función de la adicción de éste" (Martí, 2000). La codependencia define la
dinámica de relación que se establece entre el drogodependiente y una o varias personas
22 | FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS EN EL ÁMBITO FAMILIAR

del entorno próximo que actúan como sostenedoras del síntoma, consciente o
inconscientemente, pudiendo llegar incluso a compartir la dependencia.

 TOLERANCIA

Se entiende por tolerancia la disminución progresiva de los efectos de una droga a


medida que se consume de forma reiterada o, en otras palabras, la necesidad de ir
aumentando progresivamente la dosis con el fin de alcanzar los efectos iniciales. La tolerancia es
otra manifestación de la capacidad de adaptación del organismo a la presencia continuada
de una sustancia ajena.

No todas las drogas presentan tolerancia, tampoco el organismo se acostumbra de


igual manera a los distintos tipos de sustancia. Además, la tolerancia generalmente no se
presenta de forma uniforme a los distintos efectos que tienen las drogas. Por ejemplo, los
adictos a heroína pierden con cierta rapidez los efectos euforizantes y placenteros que
experimentan durante los primeros meses. La heroína desarrolla tolerancia con rapidez, sin
embargo, el organismo no se acostumbra con la misma celeridad a otros efectos como la
miosis pupilar y el estreñimiento.

Por otra parte, hay grupos farmacológicos de drogas que presentan tolerancia
cruzada entre sí; de este modo, por ejemplo, cuando se administran tranquilizantes a una
persona alcohólica se necesitan dosis inicialmente superiores para alcanzar los mismos
efectos que se lograrían en un persona abstemia (Camí, 2000).

 SÍNDROME DE ABSTINENCIA

Es el conjunto de síntomas psíquicos y físicos que aparecen al retirar o disminuir el


consumo de una determinada droga, de la que se ha generado dependencia.

Cada sustancia da lugar a un concreto síndrome de abstinencia, con signos


específicos y diferente gravedad. La mayoría de los cuadros son un incentivo, a veces
poderoso, que lleva al consumidor/a a autoadministrarse de nuevo la sustancia para evitar
las molestias que su falta origina.
ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 23

Mención especial merece el denominado síndrome de abstinencia condicionado, el


cual se puede producir al relacionarse el contexto en el que se suele administrar la droga
con los efectos de la misma. Así, tras un proceso de desintoxicación, el/la
drogodependiente puede presentar un nuevo síndrome de abstinencia por el simple hecho
de incorporarse a dicho entorno.

 INTOXICACIÓN

Se produce, bien cuando se toma una cantidad excesiva de una sustancia y el


organismo es incapaz de transformarla y eliminarla, o por una toxicidad de alguno de los
componentes o adulterantes de la sustancia.

La intoxicación aguda exige una intervención sanitaria urgente que será diferente
para cada sustancia teniendo en cuenta las complicaciones propias derivadas de la forma de
consumo (vía de administración).

 SOBREDOSIS

Cantidad de una sustancia administrada mayor que la que el organismo puede


tolerar, pudiéndole conducir a un estado grave o a la muerte.

 REINSERCIÓN

La reinserción social de una persona que ha estado sometido a un proceso de


dependencia es también un proceso largo que comienza cuando el sujeto reconoce la
existencia de un problema de consumo y, por lo tanto, la necesidad de realizar un cambio
en su estilo de vida y de aceptar ayuda profesional.

Este proceso tiene varias fases ya que, aunque en ocasiones se la considera la última
etapa de la fase asistencial, debe estar presente desde el principio del tratamiento y sus
objetivos deben presidir el quehacer de la actividad asistencial. Estas fases consisten en:

 Desintoxicación: superación de los síntomas provocados por la abstinencia de la


droga tras la retirada de la misma. Suele hacer referencia al apoyo médico, y
especialmente farmacológico, utilizado para la superación del síndrome de
abstinencia.
24 | FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS EN EL ÁMBITO FAMILIAR

 Rehabilitación: la persona inicia una etapa de adaptación mediante la


reconstrucción de su vida personal, laboral y social a través de la adquisición de
herramientas personales que le faciliten permanecer en la abstinencia, cambiar su
estilo de vida y conseguir la integración en la sociedad.

La reinserción social debe ser un objetivo necesario para aquellos/as


drogodependientes que necesiten:

 Desarrollar pautas de conducta sociales que le permitan establecer relaciones


ajustadas con su entorno: utilización de recursos, integración en colectivos y
asociaciones, participación comunitaria.
 Establecer patrones de convivencia familiar adaptados.
 Obtener recursos para la búsqueda de empleo y la capacitación laboral.
 Incorporar hábitos adecuados en la utilización del ocio y el tiempo libre.
 Desarrollar nuevas redes sociales.

Es decir, la reinserción social tiene como objetivo final la promoción del desarrollo
de un proceso vital normalizado.

4.. LAS SUSTANCIAS


 CLASIFICACIÓN DE LAS DROGAS

A lo largo del tiempo y dependiendo de la diferente consideración que en cada


momento se ha atribuido a los distintos aspectos de las sustancias (efectos, situación legal o
social, peligrosidad, etc.) han surgido clasificaciones basadas en uno u otro aspecto.

Aquí presentamos una clasificación basada en los efectos que producen las drogas
sobre el sistema nervioso central.

1. Depresoras. Las sustancias depresoras del sistema nervioso central son las que
atenúan o inhiben los mecanismos cerebrales de la vigilia, y pueden producir distintos
grados de inactivación desde la relajación, sedación y somnolencia hasta la hipnosis,
anestesia y coma, dependiendo de la dosis. Algunas drogas, además, tienen unos efectos
ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 25

específicos como la producción de analgesia. Dentro de este grupo estarían drogas como el
alcohol y los opiáceos.

(Puedes visionar todos los vídeos desde el Campus virtual)

1. Alcohol

https://www.youtube.com/watch?v=TFYNoBCE9IM&index=23&list=PL68DFA9E39D6AE8FB

2. Opiáceos

http://www.youtube.com/watch?v=-M3mpciWtEg

3. Benzodiacepina (Tranquilizante)

https://www.youtube.com/watch?v=BSEd6dEeeE4&index=31&list=PL68DFA9E39D6AE8FB

→SI QUIERES PROFUNDIZAR EN EL RESTO DE SUSTANCIAS DEPRESORAS, VE A


MATERIAL COMPLEMENTARIO
26 | FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS EN EL ÁMBITO FAMILIAR

 Estimulantes. Las drogas psicoestimulantes, son sustancias que producen una


euforia que se manifiesta con bienestar y mejoría del humor, aumento de la energía
y del estado de alerta, así como un aumento de la actividad motriz y una
estimulación del sistema cardiovascular, entre otras acciones. Una consecuencia
directa de esta estimulación del sistema nervioso central es la mejora del
rendimiento intelectual, así como la disminución de la sensación subjetiva de fatiga y
apetito. Dentro de este grupo se encuentran drogas como las anfetaminas y la
cocaína.

Tabaco

https://www.youtube.com/watch?v=pfVM2NSql1I&index=20&list=PL68DFA9E39D6AE8FB

Cocaína. (Clorhidrato de cocaína)

https://www.youtube.com/watch?v=WQlhpBJvmrE&list=PL68DFA9E39D6AE8FB&index=11

→SI QUIERES PROFUNDIZAR EN EL RESTO DE SUSTANCIAS ESTIMULANTES,


VE A MATERIAL COMPLEMENTARIO

3. Perturbadoras. Las drogas perturbadoras de la conciencia, llamadas también


alucinógenas, alteran la percepción de la realidad, producen extrañas sensaciones, ilusiones
ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 27

e incluso alucinaciones visuales y auditivas. Los alucinógenos son sustancias que se


encuentran en plantas, en hongos, en animales o son un producto de la síntesis química. En
este grupo se encuentran sustancias como el LSD y la mescalina.

Algunas sustancias son de difícil clasificación debido a que combinan efectos de los
distintos grupos antes descritos. Éste es el caso de las drogas de síntesis que tienen efectos
activadores y perturbadores del sistema nervioso central. También podríamos incluir el
cannabis, cuyos efectos se sitúan a medio camino entre los depresores y los perturbadores.

Cannabinodes

https://www.youtube.com/watch?v=jBfXJWzW1M0&index=3&list=PL68DFA9E39D6AE8FB

Alucinógenos

https://www.youtube.com/watch?v=UrUoyXpnurI&list=PL68DFA9E39D6AE8FB&index=27

Drogas de síntesis:
Éxtasis

https://www.youtube.com/watch?v=9tzl2pzpMTo&list=PL68DFA9E3D6AE8FB&index=42

→Si quieres profundizar en el resto de sustancias perturbadoras, ve a material


complementario
28 | FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS EN EL ÁMBITO FAMILIAR

 ESTADO DE SITUACIÓN EN EL CONSUMO DE DROGAS

Para conocer el estado de situación actual con respecto al consumo de drogas y


su evolución a lo largo de los años, lo más conveniente es acceder a los portales que
pueden aportar una información exhaustiva.

Plan Nacional Sobre Drogas (http://www.mscbs.gob.es/pnd/).

Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías

www.pnsd.mscbs.gob.es/.../unionEuropea/observatorio/home.htm

5.. RESUMEN DE CONTENIDOS CLAVE


ANEXO I TEMA 1 CONOCIMIENTOS BÁSICOS SOBRE LAS DROGAS | 29

 La realidad del consumo de drogas es variable, compleja y multicausal, no explicable


desde una única causa sino desde el conjunto de la interacción de factores de distinta
índole: individuales, del contexto y de las propias sustancias de consumo.

 El hecho de tener un contacto con las drogas no significa que se sea


drogodependiente, ni que necesariamente se vaya a serlo, implica que se ha
establecido una relación concreta con una o varias sustancias, relación que puede
variar y establecerse en diversas formas a lo largo de la vida de una persona. El
consumo de drogas es un proceso, no es algo repentino, que es siempre reversible
desde cualquier punto en el que nos encontremos.

 La dependencia se pone de manifiesto con síntomas físicos y psicológicos. No


obstante, el predominio de los físicos frente a los psicológicos o viceversa está
asociado a las características de la sustancia.

6. BIBLIOGRAFÍA

Becoña, E. (1999). Bases teóricas que sustentan los programas de prevención del consumo de
drogas. Madrid: Ed. Ministerio del Interior, Plan Nacional sobre Drogas.

Berjano E. y Musitu G. (1987). Las drogas: análisis teórico y métodos de intervención. Valencia: Ed.
Nau Llibres.

EDIS (2000). Factores de Riesgo y de Protección de carácter social relacionados con el consumo de
drogas. Madrid: Plan Municipal contra las Drogas.

Elzo Imaz, J.; Megías Quirós, I.; Rodríguez San Julián, E.; Ballesteros Guerra, J.C. y Rodríguez Felipe,
M.A. (2003). Jóvenes y estilos de vida: valores y riesgos en los jóvenes urbanos. Madrid: FAD-
Caja Madrid.

Escohotado, A. (2008). Historia general de las drogas. Barcelona: Espasa.

OEDT (2011). Informe 2011.Situación y tendencias del problema de drogas en España. Madrid:
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Observatorio Europeo de las drogas y las toxicomanías (2013). Informe Europeo sobre Drogas.
Tendencias y Novedades. Luxemburgo: Unión Europea.
30 | FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS EN EL ÁMBITO FAMILIAR

PNSD (2013). Estrategia Nacional sobre drogas 2009-2016. Madrid: Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad.

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