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Alexis Emmanuel Calixto Briseño

“La cultura y la sociedad tabacalera en el siglo XIX”


Historia e historiografía del umbral de la historia científica.
07 de noviembre del 2022

¿Cuál fue el impacto social y cultural que provocó el tabaco en


el siglo XIX en la sociedad europea?

Investigación realizada para descubrir las afectaciones sociales y culturales en base de lo


aprendido en la asignatura.
Índice

Introducción 3

Marco histórico3

El tabaco en las guerras del siglo XIX 8

El arte y el tabaco en el siglo XIX 11

Campañas anti-tabaco en el siglo XIX……………………………………………………………………………………………………..13

Conclusión………………………………………………………………………………………………………………………………………………14

Referencias………………………………………………………………………………………………………………………………………..…..15

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Introducción

El tabaco, un producto nocivo para la salud normalizado para su consumo en masa, hoy
en día no tiene el mismo impacto en la sociedad como hace dos siglos atrás, a mediados del siglo
XVIII y en todo siglo XIX, el tabaco representaba elegancia, poder, un estatus social alto, pero
actualmente solo un signo de enfermedad, ansiedad, muerte; no hay un estatus social que el
cigarrillo lo demuestre.

Quise adentrarme en este tema ya que a lo largo del curso íbamos descubriendo acerca de
los cambios que transcurrieron en este siglo, algunos de esos aspectos fueron la publicidad, la
industrialización, diferencias de clases; por lo que decidí investigar si el tabaco en todas sus
presentaciones tuvo una gran influencia en el siglo, quise enfocarme en la sociedad europea por
que fue aquí donde se tuvo una gran presencia en cuanto a la industrialización.

Mi objetivo con este trabajo es el de informar y conocer las conductas que existían en el
siglo XIX y principios del siglo XX acerca del tabaco, como saber si sabían sobre los daños hacia
el cuerpo, si había propagandas contra el tabaco, sobre quiénes eran los mayores consumidores,
como se trabajaba en las grandes empresas tabacaleras o sobre el impacto del tabaco en el arte,
todo esto englobándolo en la pregunta de ¿cuál fue el impacto social y cultural que provocó el
tabaco en el siglo XIX en la sociedad europea?

Para esta investigación he usado varias fuentes pero me he basado por ejemplo, en el libro
“La diva nicotina: historia del tabaco” escrito por Iain Gately, ya que el aborda la historia del
tabaco desde su descubrimiento y sus usos hasta la época actual a base de una forma más casual y
sencilla, otro recurso que utilice fue el de “Ashes to ashes: The history of smoking and health”
este libro me puede aportar sobre el movimiento anti-tabaco en el siglo XIX y ver qué tanto
impacto tuvo este movimiento en la sociedad.

Marco histórico

El tabaco es una planta de origen americano, en mayor medida consumida por los mayas,
que antes de la llegada de los europeos, los nativos lo usaban para hacer rituales, ceremonias,
para relajarse y hasta incluso usos medicinales en un sentido espiritual como se muestra en el
códice Borbónico, donde se aprecia a Oxomoco desgranando una mazorca mientras que
Cipactonal sostiene una pipa con tabaco encendida.

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El tabaco fue comerciado por los mayas junto con el cacao y el henequén por todo el
golfo de México, llegando a una difusión de esta misma por gran parte de América y lo que
facilitó aún más su extensa transmisión, fueron los supuestos usos medicinales, por lo que todas
estas partes del continente tenían en común el tabaco llamándolo “cikar” que en maya significa
fumar como lo menciona Becoña (2004).

Ilustración 1. Azulejo dedicado a Rodrigo de Xerez en la calle Rodrigo de Xeres en Ayamonte, Huelva, España.

Al llegar Colón a Cuba en su primera expedición a la India, mando a dos de sus hombres
a explorar los alrededores, cuando uno de ellos llamado Rodrigo de Xerez, descubrió a los
habitantes de la zona fumando tabaco y él también lo probó, de esta manera convirtiéndose en la
primera persona europea en probar la planta, relatando esto en el libro de Casas (1877).

Al llevar este descubrimiento a España, Xerez no fue bien recibido en Ayamonte,


su localidad, ya que el expulsar humo de la boca y de la nariz solo se le podía atribuir a un ser
demoniaco, condenándolo desde tres a siete años en el calabozo, pero por otro lado en Sevilla,
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esta práctica se empezó a difundir por todas partes, hasta creyendo que tenía propiedades
curativas por lo que las practicas espirituales que originalmente se iban practicando se fueron
degradando usándolo mayormente para la relajación y ver un potencial económico en esta planta.

Como ya lo había comentado, en Sevilla el hábito de fumar se popularizó a grandes


escalas, una de las personas que fue participe de esta difusión fue el medico Nicolás Monardes
quien llevó a cabo la aclimatación de la planta asegurando que podía curar hasta 65 enfermedades
(Pascual y Vicéns, 2004, p. 15) como la artritis, el dolor de estómago, el mal aliento, entre otras
cosas como se nos habla en la segunda parte del libro de “Historia medicinal de las cosas que se
traen de nuestras Indias occidentales que sirven en medicina” de Nicolás Monardes.

Durante el siglo XVI, el fumar había sido adquirido por todo tipo de clases sociales. La
forma más habitual de uso era molido en polvo y aspirado, como estornutatorio y, en menor proporción,
como rollo de hojas con una cubierta de hoja de maíz. El tabaco de mascar era más propio de la gente de
mar, por el peligro de incendio del barco; y de los albañiles, por tener siempre las manos ocupadas (Peña y
Moreno, 2004, p. 10).

Con la expansión del tabaco en España, muchos países europeos como Francia, Inglaterra
y Portugal se empezaron a interesar en la planta, Portugal siendo el primero de estos países en
recibir este producto y fue hasta que Jean Nicot lo introdujera en Francia dándole en su honor el
nombre genérico de la planta nicotiana tabacum (Pascual y Vicéns, 2004, p. 16).

En Inglaterra se les atribuye a John Hawkins, Francis Drake y a Walter Raleigh la


introducción del tabaco en su país, ya que en sus expediciones hacia el nuevo continente sus
tripulaciones veían esta conducta de fumar de los nativos por lo que no tardaron mucho tiempo en
imitar estas acciones (Gately, 2003, p. 51), pero con la diferencia de que los nativos fumaban
tabaco pero en pipa porque el tabaco que se plantaba en el norte de América es más amarga y
fuerte en sabor, por lo que era desagradable fumarlo en su propia hoja, por lo que mientras que en
Inglaterra la pipa era la forma preferida para fumar, que al contrario de España en donde se
fumaba con cigarrillo, se debe a la primera interacción de esta planta en sus respectivas
expediciones.

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Ilustración 2. Pipa Tomahawk hecha por los Sioux en Dakota, Estados Unidos
El tabaco se extendía rápidamente por toda Europa, por lo que se convirtió en un hábito
que se consumiera, todas las personas empezaron a consumirlas, pero dejando en claro que
aquellos que fumaban en pipa eran personas pertenecientes a la clase alta, mientras que la clase
popular lo consumía con sus limitantes, usando la misma hoja del tabaco para su disfrute.

Al pasar los años, el país consumidor por excelencia en el siglo XVII de toda Europa era
Inglaterra, tanto así que ningún consumidor podía dejar de fumarlo, poniendo en excusa que
padecían algún tumor o por receta de algún médico, durante todo ese siglo la influencia de este
producto era gigante, aunque no libre de opositores que odiaban esta práctica, aunque claramente
a pesar de tener oposición tambien tenía defensores.

A pesar de que en los conventos se guardaban plantas de tabaco para usos medicinales, es
verdad que no era suficiente para el consumo diario del tabaco, por lo que las colonias
americanas fueron los lugares perfectos para cultivar en masa esta planta, procesándola y
exportándola al antiguo continente, convirtiéndose en un nuevo producto de comercio incluso en
Holanda fue un sistema de moneda viable ya que toda Europa buscaba esta planta (Gately, 2003,
p. 93). Otra manera que hubo para extender el tabaco fue con las exploraciones a lugares no
visitados, pero gracias a la ilustración ya se habían hecho algunos estudios de que introducir
objetos que no se encontraban en esa región podía ser dañino para los nativos como lo puede ser
el alcohol, pero nunca se habló nada del tabaco.

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Las colonias de España, Inglaterra y Portugal fueron las principales productoras de tabaco
mundialmente, Virginia de Inglaterra, Venezuela y Cuba de España y Brasil de Portugal como las
más importantes, en el caso de Inglaterra y Portugal optaban por usar esclavos africanos para el
cultivo mientras que España prefería usar a los nativos. (Gately, 2003, p. 113 – 118). Toda la
mercancía que se enviaba de las colonias españolas a las nuevas fábricas de tabaco de Sevilla y
de Cádiz llamadas “La real fábrica de tabacos” eran convertidas en tabacos o en rapé, el rapé
como una derivación de los tabacos pero esta se inhalaba por la nariz (Pascual y Vicéns, 2004, p.
17).

Ilustración 3. Anteriormente fue la Real fábrica de tabaco de Sevilla, actualmente Universidad de Sevilla.

Iniciado el siglo XVIII las cosas no parecían ir bien en cuanto a salud, ya que se
empezaban a notar las primeras deficiencias a la salud personal a causa del tabaco, como tumores
en la nariz a causa del rapé o cáncer en los labios a causa del uso de la pipa para fumar, pero
económicamente el tabaco hizo una gran alza en la economía haciendo que las grandes potencias
hicieran caso omiso a los problemas de salud.

En Francia el rapé era lo más consumido en el siglo XVII compitiendo incluso con el rapé
español, pero no fue hasta la primera revolución francesa que el rapé fue en decaída ya que esta
se asociaba a la realeza por lo que si se detectaba a alguna persona inhalando tabaco, iba a parar a

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la guillotina, por lo que en los primeros años de la república francesa el tabaco era consumido en
forma de cigarrillo y siendo libre de impuestos.

A Francia no le resultaba factible seguir sin cobrar un impuesto al tabaco ya que después
de la abolición de la monarquía, se le entrego al pueblo una Francia en bancarrota por lo que la
asamblea nacional propuso un impuesto patriótico que casi nadie pagó hasta que Napoleón
Bonaparte llegó a convertirse en cónsul, poniendo un impuesto al tabaco logrando que la
economía nacional se recuperara.

El tabaco en las guerras del siglo XIX

En el siglo XIX las guerras napoleónicas estaban en movimiento y el mercado del tabaco
estaba en juego con casi todo el territorio europeo conquistado por Napoleón, el tabaco hizo un
papel importante en esta guerra ya que los soldados necesitaban fumar como estimulante, para
quitar los nervios y temblores producidos por las batallas.

Napoleón tenía a la vista a lo que es el reino de Gran Bretaña y quería cortarle toda
relación comercial para así debilitarlo y conquistarlo, por lo que una de las formas de darle un
gran golpe fue mandar de candidato a la corona a su hermano José Bonaparte cuando España
empezó a tener problemas con su mandato y así conseguir el control comercial español,
consiguiéndolo paulatinamente.

Cuando Francia tomó el poder de España y para conseguir una sublevación de parte de los
españoles, estableciendo una base militar en Andalucía, donde podían gozar de la fábrica real de
tabacos de Sevilla y de la gran variedad de productos derivados del tabaco que se habían creado,
como el tabaco picado, donde prácticamente, se usaba para “forjar” los diferentes cigarros que
había en la época, como los cigarros pequeños, más económicos y decorados con hilo blanco, los
cigarros medianos decorados con un hilo rojo conocidos como “papantes” y los cigarros puros,
los más caros y finos del mercado que solo los grandes magnates podían permitirse fumar,
inclusive Fernando VII era un fumador de cigarros puros frecuente (Gately, 2003, p. 149).

En la sociedad española de bajos recursos, el tabaco picado era lo que se podía aspirar
como fumador, por lo que lo que se hacía era que ellos mismos usarán un papel para crear sus
propios cigarros introduciendo el tabaco en el papelote y luego enrollándolo, asiéndolos de la
forma que ellos quisieran, con el grosor que deseaban, al final no tenía un límite, pero fue hasta

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1801 cuando el gobierno español no vio al papelote de buena manera, por lo cual impuso una ley
que prohibía el uso de este material con años de cárcel.

Ilustración 4. Fragmento de la pintura de “La cometa” de Francisco de Goya donde se puede apreciar a un hombre fumando un

cigarro hecho con papelote

El contrabando de tabaco en España era inevitable, era un recurso indispensable para la


población española por lo que a pesar de los impedimentos impuestos por la ley, los mismos
trabajadores de las fábricas robaban parte de tabaco llenando viseras de ternero con esta planta e
insertándoselos por el recto para asi evitar la revisión por parte de la seguridad de la fábrica
conociéndolos coloquialmente como “tarugos”.

Hasta este punto se pudo apreciar que aunque pasaron los siglos, desde el siglo XVI hasta
el siglo XIX se crea una gran dependencia del tabaco tanto así que la sociedad hiciera cualquier
cosa solo para poder fumar un cigarro tranquilamente, donde el tabaco no solo había afectado a la
clase obrera sino que tambien afectó a la clase alta haciendo que parte de las ganancias del país se
centrara en como el tabaco se iba comercializando.

Hubo participación en contra del régimen francés en España con los bandoleros, que
saqueaban navíos centrándose en hurtar tabaco y oro, eran alabados por la clase obrera
dedicándole canciones y poesías, héroes del pueblo que lo hacían por una causa “justa” teniendo

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sus propios apodos impuestos por sus hazañas, odiados por el gobierno y las empresas que
perdían dinero a costa de los hurtos.

Aproximadamente en 1830, la real fábrica de tabaco de Sevilla se seguía llevando hasta el


límite la producción de cigarros, pero los obreros hombres eran muy torpes para esta tarea por lo
delicado que era la hoja, por lo que la empresa decidió contratar a mujeres siendo explotadas de
la misma manera que a los hombres pero con menor sueldo, siendo hasta a veces el único
sustento para sus familias.

Las mujeres cigarreras trabajaban arduamente pero en las temporadas calurosas, las
trabajadoras tendían a quitarse prendas, siendo un atractivo para los franceses llevando a varios
franceses a visitar ese lugar solo por morbosidad, logrando que se empezara a asociar al cigarro
con el sexo porque las obreras tendían a fumar mientras trabajaban en ropa interior (después se
sustituiría la mano de obra por maquinaria ya que las maquinas podían producir hasta 10 veces
más cigarrillos que una cigarrera) .

Durante la intervención de Inglaterra en España para sacar a los franceses del territorio
español, se creó una gran disputa haciendo que el tabaco volviera a tener un papel un poco
relevante, los ingleses durante las batallas al detectar el olor del tabaco podían detectar la
proximidad del enemigo ya que los franceses no paraban de fumar sus puros, mientras que en el
lado británico, los españoles les ofrecían cigarros y aparte de que tambien Inglaterra les mandaba
en los suministros una cantidad considerable de tabaco (Gately, 2003, p. 153).

En Inglaterra, el rapé seguía predominando en las clases altas aunque empezaban a


retomar el hábito de fumar aunque en las mujeres era más común el inhalar rapé ya que fumar era
muy mal visto en una dama, mientras que en las clases bajas nunca se había dejado de fumar, en
palabras de Gately (2003) demostrar los sentimientos era mal visto en Inglaterra usando el rapé
como una excusa para no entablar conversaciones.

Con el paso del tiempo llegaría el que cambiaría el modo de inhalar el rapé a una forma
más limpia y cuidadosa, Beau Brummel, un hombre con la mejor higiene de Inglaterra, el cuidaba
su imagen y fue un impulsor de la moda de la época, logrando tener una gran influencia en la
sociedad y siendo un ejemplo a seguir para los hombres convirtiendo a la mayoría de la burguesía
en dandis y la reina Carlota siendo el modelo para las mujeres de esa nación.

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El arte y el tabaco en el siglo XIX

Los movimientos artísticos no dejaron atrás al tabaco, muchos de los escritos de estilo
romántico como el poema de “El cigarro” de Pedro Antonio de Alarcón o como el poeta Lord
Byron con el poema de “sublime tobaco” enalteciendo la práctica de fumar esta planta viéndolo
como una actividad sin fronteras.

“El cigarro”

Lío tabaco en un papel; agarro

lumbre y lo enciendo, arde ya medida

que arde, muere; muere y enseguida

tiro la punta, bárrenla... Y al carro!

Un alma envuelve Dios en frágil barro,

y la enciende en la lumbre de la vida,

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chupa el tiempo y resulta en la partida

un cadáver. El hombre es un cigarro.

La ceniza que cae es su ventura;

el humo que se eleva su esperanza;

lo que arderá después su loco anhelo.

Cigarro tras cigarro el tiempo apura;

colilla tras colilla al hoyo lanza,

pero el aroma... ¡Piérdese en el cielo!

En cuanto al realismo tenemos a un pintor como Honoré Daumier, un pintor con un estilo
realista donde tenemos la pintura por excelencia de a lo que se refiere el impacto del tabaco
titulado “los fumadores” en donde se muestran a dos personas medianamente de edad uno de
ellos se nota afligido mientras que el otro está encendiendo su pipa.

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Como ya lo había comentado, en Sevilla había un atractivo para los franceses y uno de
ellos fue Prosper Merimeé, escritor de la obra de Carmen donde se describe a una gitana ladrona
y coqueta que años después serviría para el libreto de la ópera del mismo nombre escrito por
Geroge Bizet.

Otra manifestación del arte son la publicidad, que mostraban algo que fuera del agrado del
consumidor le entre esa sensación de comprar cigarrillos, poniendo personas atractivas, usando
colores llamativos, una muestra descarada del producto que en este caso son los cigarrillos entre
otras cosas que llamen a comprar el producto.

Ilustración 6. Ilustración de la opera de "Carmen" escrita por Bizet puesta en la revista amusant
Ilustración 7. Poster publicitario de un concierto en un club exclusivamente para fumar
(1875)

Campañas anti-tabaco en el siglo XIX

Justamente en Inglaterra alrededor de 1850 se empezaron a hacer observaciones médicas


y científicas sobre las consecuencias del abuso del tabaco, donde seguido se fundó la “asociación
británica anti – tabaco” influidas por el daño moral hacia la sociedad (Hilton y Nightingale,

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1988), en donde era normal ver un joven menor de 16 años fumando por los barrios de la clase
baja.

Estos movimientos anti – tabaco eran muy pequeños a comparación de varios de los
movimientos que se estaban presentando en el siglo, asi como la asociación británica anti –
alcohol o la asociación en contra de los productos nocivos, pero a pesar de eso, el anti –
tabaquismo persistió con la ayuda de la iglesia y varios grupos científicos.

Tardaron demasiado tiempo en tener un reconocimiento, pero gracias a ese movimiento se


empezaban a ver los daños que causaban en el ser humano, como la divulgación de cáncer a
finales del siglo o la prohibición de la venta de tabaco a jóvenes menores de 16 años a inicios del
siglo XX, ya que a esta edad no se era consciente de los daños que este podría ocasionar.

El clero estaba a favor de este movimiento por la creencia conservadora de que el tabaco
solo era una planta dañina traída por un demonio y aunque la religión en este periodo hubiese
perdido fuerza, había mucha gente en la sociedad en la que confiaba en la palabra de esta
institución y siendo aparte respaldada por el ámbito científico empezó a tener un gran arranque.

Las revistas y periódicos tuvieron un gran desempeño en la difusión de esta asociación ya


que se publicaban artículos por ejemplo en “The times” que estaban en contra del consumo del
tabaco pero se hacía estricto énfasis en el consumo de menores de edad y de cómo podría
perjudicarles con el tiempo (Hilton y Nightingale, 1988, 61).

Conclusión

El siglo XIX es una época llena de varios avances, ideologías, costumbres que algunos
prevalecen hasta hoy, en los impactos sociales noté esa diferencia que hubo al momento de
consumir el tabaco, como en Inglaterra la clase alta fumaba en pipa mientras que la clase baja
fumaba cigarrillos, en España donde el tabaco picado y el papelote era la mejor forma de fumar
tabaco para la clase obrera mientras que los burgueses fumaban cigarros puros.

En cuanto a cultura se creó un arte para fumar, el tabaco era mencionado en pinturas,
poesías, entre la misma burguesía se pudo ver como Beau Brummel influencio el cómo injerir el
rapé para que sea más limpio y elegante o del otro lado de la moneda donde se empezaban a
formar actividades en contra del tabaco donde ponían primero la salud de la sociedad antes que
los intereses económicos.
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Referencias

Barba, B. (2004, Octubre). Antropología del tabaco. Ciencia - Academia Mexicana de

Ciencias, 55,16.

https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/55_4/antropologia.tabaco.pdf

Casas, B. D. (1877). Historia de las Indias. 236 https://archive.org/details/las-casas-


bartolome-de.-historia-de-las-indias-t.-1-ocr-1986/page/236/mode/2up

Gately, I. (2003). La diva nicotina: historia del tabaco. Ediciones B.


https://archive.org/details/ladivanicotinahi0000gate/mode/2up

Hilton, M., & Nightingale, S. (1998). "A microbe of the Devil's own make": Religion
Science in the British anti - tobacco movement, 1853 - 1908. In Ashes to ashes: The
history of smoking and health (pp. 41 - 55). Brill Rodopi.
https://archive.org/details/ashestoasheshist0000unse/mode/2up

Infante, G. C. (1997). Holy smoke. Overlook Press.

https://archive.org/details/holysmoke00cabr/mode/2up

Monardes, N. (1574). Historia medicinal de las Cosas, Que se traen de nuestras Indias
occidentales Que sirven en Medicina.
https://archive.org/details/primeraysegunda01monagoog/page/n92/mode/2up

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Museo de antropología. Códice Borbónico. Lamina 21. México.
https://www.researchgate.net/figure/Figura-20-Codice-Borbonico-lams-21-22-Oxomoco-
y-Cipactonal-ocupan-la-parte-central-de_fig14_330976574

Pascual, F., & Vicéns, S. (2004). Aspectos históricos, sociales y económicos. Adicciones,
16, 13 - 22. https://www.infodrogas.org/files/Monografia_tabaco.pdf

Peña, S., & Moreno, B. (2004). Historia y epidemilogía del tabaquismo. Monografias


NEUMOMADRID, 7, 9 - 37.
https://www.neumomadrid.org/wp-content/uploads/monog_neumomadrid vii.pdf

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