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Problemática psicológica resumen

1- El sujeto hablante y sexuado, dividido por su pérdida, busca una satisfacción.

2- El modelo pulsional que organiza esta búsqueda.

3- En la búsqueda, el sujeto no halla su objeto, pero en su camino civiliza su pérdida.

 Las formaciones del inconsciente, como los actos fallidos y los sueños darán
cuenta del funcionamiento del inconsciente y sus mecanismos de operación en
el discurso.
 Los textos referidos a la concepción del Psicoanálisis sobre la sexualidad
humana apuntalan la comprensión de procesos constitutivos como el complejo
de Edipo y el complejo de castración y sus consecuencias en la vida humana.
 “Tótem y Tabú” es imprescindible para un hipótesis del origen de la Humanidad
y la razón de la prescripción y prohibición del acceso a la satisfacción, por lo
tanto la función del Padre y su prohibición: el incesto.
 “El malestar en la cultura” se refiere a la necesidad del síntoma y su malestar
en la singularidad de cada sujeto al que la vida de grupo transformará en
individuo, en el intento de suturar su división, pone a trabajar a su fantasma en
el anhelo de alcanzar la Felicidad como Bien Supremo.

UNIDAD I.
El discurso del Psicoanálisis. Dos tesis freudianas: lo inconsciente y la pulsión.
Aparato psíquico y represión. Lo inconsciente como sistema de leyes. a) La
dimensión simbólica de la palabra. El sujeto del inconsciente produce formaciones
(olvidos, lapsus, sueños, chistes, síntomas) que se manifiestan en el discurso
efectivamente hablado, al modo de una escritura jeroglífica.

Presentación autobiográfica – Freud


- Freud estudia derecho por Darwin.

- Freud ejercía la medicina en un hospital mientras hacía escritos y ensayos del Psicoanálisis.

- Escribió sobre parálisis encefálicas unilaterales y bilaterales.

- Plantea la histeria en un varón, antes se lo tomaba como sinónimo de útero. Algo que les
ocurría a las mujeres.

- En París se utilizaba la hipnosis como método para crear y volver a cancelar síntomas en los
enfermos.

- En los primeros años de la actividad médica de Freud la hipnosis fue su medio principal de
trabajo.
- No se conseguía hipnotizar a todos los enfermos y no se podría poner al paciente en un estado
de hipnosis muy profunda

- Existía la posibilidad de la existencia de unos potentes procesos anímicos que permanecían


ocultos para la conciencia del ser humano.

- Al principio el realizaba la hipnosis también para poder explorar al enfermo en relación a la


historia genética de su síntoma, a menudo no se podía comunicar esto estando despierto.

- El desarrollo del psicoanálisis le costó la amistad con breuer

- Cuenta la historia de una paciente que presenta histeria luego de cuidar a su padre enfermo

- Freud pretendía iluminar el origen de los síntomas dados en la hipnosis.

PARTE I
“Nací el 6 de mayo de 1856 en Freiberg," Moravia, un pequeño poblado de
lo que hoy es Checoslovaquia. Mis padres eran judíos, y yo lo he seguido siendo“.

4 años de edad:

“A la edad de cuatro años llegué a Viena (sus padres lo trajeron desde Lituania,
pasando por Galitzia) donde realicé todos mis estudios. En el «Gymnasium»"
fui el primero de la clase durante siete años; tenía una posición de
preferencia, y apenas si alguna vez se me tomó examen. Aunque vivíamos en
condiciones muy modestas, mi padre me exhortó a guiarme exclusivamente por
mis inclinaciones en la elección de una carrera”.

1873, ingresa a la universidad de medicina.

“La universidad, a la que ingresé en 1873, me deparó al comienzo algunos


sensibles desengaños. Sobre todo me dolió la insinuación de que debería
sentirme inferior y extranjero por ser judío. Desautoricé lo primero con total
decisión. Nunca he concebido que debiera avergonzarme por mi linaje o,
como se empezaba a decir, por mi raza; y renuncié sin lamentarlo mucho a la
nacionalidad que se me rehusaba”.

Como estudiante de medicina Freud trabajó en el laboratorio de fisiología de


Ernst Brücke (profesor en fisiología). Allí conococió a su amigo Ernst Fieischl von
Marxow (asistente de Brucke). Entre 1876 y 1882 trabajé “con breves
interrupciones, en ese instituto, y era opinión general que se me designaría
asistente tan pronto ese puesto quedara vacante. No me atraían las disciplinas
realmente médicas, con excepción de la psiquiatría. Fui muy negligente en la
prosecución de mis estudios médicos, y sólo en 1881, o sea con bastante demora,
me doctoré en medicina“.“Fui muy negligente en la prosecución de mis estudios
médicos, y sólo en 1881, o sea con bastante demora, me doctoré en medicina”. “No
me atraían las disciplinas realmente médicas, con excepción de la psiquiatría”.
Acontece un giro en 1882.

Brücke le aconseja abandonar el laboratorio de fisiología (por la mala


economía de Freud). Freud abandona e ingresa en el Hospital General (el hospital
más importante de Viena)”. En el Hospital estudia Anatomía del Cerebro. Escribe
algunos trabajos sobre ese estudio

(1885, 1886).

Es promocionado en el Instituto del Hospital a médico interno, trabaja con


Meynert (célebre profesor de neuroanatomía). Este le propone consagrarse en
el estudio de anatomía de encéfalo. Freud se niega. En cambio de ésto, Freud
inicia el estudio de las enfermedades nerviosas.

En la lejanía destellaba el gran nombre de Charcot,"- y así concebí el plan poder


después completar mi formación en París (con Charcot)”.

A comienzos de 1885 recibí el cargo de docente adscrito en neuropatología en


mérito a mis trabajos histológicos y clínicos (en el Hospital). Poco después, tras una
cálida recomendación de Brücke, se me adjudicó una beca: viajar a Paris para
estudiar con Charcot. “Ingresé como alumno en la Salpétriére. “Un día oí a
Charcot lamentar que el traductor de sus conferencias al alemán no hubiera dado
señales de vida … Yo me ofrecí por escrito a hacerlo … Charcot me aceptó, me
introdujo en su círculo privado y a partir de entonces tuve participación plena
en todo cuanto ocurría en la Clínica“.

Dice Freud -mientras escribe la presentación bibliográfica- que recibe


periódicos que hablan que: “leo que aproveché mi estadía en París para
familiarizarme con las doctrinas de Pierre Janet, y emprender luego la huida con
el fruto de mi robo. Por eso quiero dejar expresamente consignado que el nombre
de Janet nunca se mencionó durante mi permanencia en la Salpétriére“
(comentario de Diego: tuvo de hecho una disputa donde Janet acusó a Freud de
ponerle otro nombre a sus ideas y hacerlas parecer como nuevas)”.

“De todo lo que vi junto a Charcot (a partir de 1885) lo que me causó la máxima
impresión fueron las demostraciones del carácter genuino de los fenómenos
histéricos: “la producción de parálisis y contracturas histéricas mediante sugestión
hipnótica, la conclusión de que estos productos artificiales mostraban los mismos
caracteres que los accidentes provocados por traumas“.

Según Freud… Charcot, “no tenía particular preferencia por ahondar en la


psicología de la neurosis. Es que venía de la anatomía patológica“.

“En el otoño de 1886 regresé de París a Viena y me instalé en Viena como


médico y contraje matrimonio con la muchacha que durante más de cuatro
años me había estado esperando en una Ciudad distante“.
1889:

“Con el propósito de perfeccionar mi técnica hipnótica viajé en el verano de


1889 a Nancy, donde me quedé varias semanas… Pensando que sería instructivo,
había convencido a una de mis pacientes para que me siguiera a Nancy. Era una
histérica destacada, de dotes geniales, que me había sido encomendada porque
nadie sabía qué hacer con ella. Mediante influjo hipnótico yo le había
posibilitado una existencia humana, y pude rescatarla poco a poco de sus estados
miserables. Pero cada vez se producía, trascurrido cierto tiempo, una recaída, hecho
que en mi ignorancia de entonces yo atribuía a que su hipnosis nunca había
alcanzado el grado de sonambulismo con amnesia. Pues bien; Bernheim intentó
con ella varias veces, pero no obtuvo más. Me confesó llanamente que él
alcanzaba los grandes éxitos terapéuticos mediante la sugestión sólo en su práctica
hospitalaria, no con sus pacientes privados. Mantuve con él varios diálogos
incitantes, y me comprometí a traducir al alemán sus dos obras acerca de la
sugestión y sus efectos terapéuticos.

“En el lapso de 1886 a 1891 realicé pocos trabajos científicos y apenas si publiqué
algo”. En 1891 apareció el primero de los trabajos sobre las parálisis cerebrales de
los niños, redactado en colaboración con mi amigo y asistente, el doctor Oskar
Rie. Ese mismo año, un encargo de colaboración para un manual de medicina
me movió a elucidar la doctrina de la afasia, en ese tiempo dominada por los
puntos de vista de Wernicke y Lichtheim, que se centraban puramente en la
localización. El fruto de ese empeño fue un pequeño libro crítico-especulativo, “La
concepción de las afasias [1891]”.

PARTE II
“Ya antes de que yo viajara a París (a estudiar con Charcot) Breuer me había
informado acerca de un caso de histeria tratado por él entre 1880 y 1882 de un
modo particular, que le permitió echar una profunda mirada sobre la causación y la
significatividad de los síntomas histéricos”.

De regreso en Viena (1886) volví sobre la observación de Breuer y le pedí me


refiriera más acerca de ella. La paciente había sido una muchacha de cultura y dotes
poco comunes, que había enfermado mientras cuidaba a su padre tiernamente
amado. Cuando Breuer la tomó a su cargo, presentaba un variado cuadro de
parálisis con contracturas, inhibiciones y estados de confusión psíquica. Una
observación casual permitió al médico discernir que era posible liberarla de esa
perturbación de la conciencia si se la movía a expresar con palabras la fantasía
afectiva que en ese momento la dominaba. De esta experiencia, Breuer obtuvo
un método de tratamiento. La ponía en estado de hipnosis profunda y hacía
que le contara cada vez lo que oprimía su ánimo. Tras superar de esa manera
los ataques de confusión depresiva, aplicó el mismo procedimiento a cancelar sus
inhibiciones y perturbaciones corporales. En estado de vigilia, la muchacha no sabía
más que otros enfermos acerca del modo en que se habían generado sus síntomas, y
no hallaba lazo alguno entre ellos e impresiones cualesquiera de su vida. En la
hipnosis descubría enseguida la conexión buscada. Resultó que todos sus síntomas
se remontaban a vivencias impresionantes que tuvo mientras cuidaba a su padre
enfermo; vale decir, tenían un sentido y correspondían a restos o reminiscencias de
esas situaciones afectivas“.

“La enferma se restableció y quedó sana en lo sucesivo, y aun se volvió capaz de


significativos logros”. “Por eso empecé a repetir las indagaciones de Breuer con mis
pacientes, y terminé por no hacer otra cosa, en particular luego de que mi visita a
Bernheim en 1889, que me demostró las restricciones de la operatividad de la
sugestión hipnótica (Mío: recordemos que Bernheim no pudo hacer nada con la
paciente histérica que le llevó Freud en el año 1889)”. Berheim soluciona el
problema de la histeria a su modo y cree que todos los fenómenos histéricos son
simples sucesos normales exagerados, por "autosugestión".

"Los hechos reales (por ejemplo de accidentes ferroviarios) —señalaba Charcot—


dejan, sin embargo, imágenes penosas que se mantienen en el fondo de la
conciencia, y aun cuando parecen olvidados, esos recuerdos provocan y alimentan
temores, angustias o parálisis, según que las imágenes estén cargadas de emoción o
de movimiento." A estas imágenes Janet las llamó "recuerdos traumáticos".

Breuer y Freud en 1893 publican una comunicación preliminar, «Sobre el


mecanismo psíquico de fenómenos histéricos», a la que siguió, en 1895, el libro
“Estudios sobre la histeria”. En esa misma época Janet, haciendo investigaciones
sobre el hipnotismo, llegó a valorar los recuerdos traumáticos inconscientes y dijo:
"Estos residuos mentales representan grupos de ideas, de imágenes productoras de
movimientos de una considerable capacidad plástica, que quedan fuera del dominio
de la personalidad consciente (disociados) a causa del obstáculo que crean a la vida
cotidiana." P. Janet: “los histéricos tienen una incapacidad constitucional para la
unificación coherente de sus contenidos psíquicos“.

-“Breuer llamó catártico a nuestro procedimiento; se indicaba que su propósito


terapéutico era guiar el monto de afecto aplicado a la conservación del síntoma —y
que había caído en vías falsas, quedando ahí por así decir estrangulado— por los
caminos normales, donde pudiera alcanzar la descarga (abreacción). El éxito
práctico del método catártico era notable. Los defectos que se le notaron más tarde
eran los de cualquier tratamiento hipnótico (mío: reaparecían al tiempo los
síntomas)”.

HISTERIA

Primera etapa: Breuer-Freud:

Lo sexual no adquiere un papel preponderante en relación a la histeria. Si en


cambio adquiere preponderancia el plano psicológico: “se habla de ideas, estados
oniroides - 1895, el libro “Estudios sobre la histeria”). Hasta ese momento las
relaciones entre los dos autores habían sido cordiales.

Segunda etapa:

Aparece en forma destacada el conflicto sexual unido al concepto psíquico de la


histeria, y es entonces cuando Breuer no lo soporta y Freud queda solo. Para Breuer,
el proceso era el siguiente: durante un estado especial del sujeto se había producido
una situación traumática anulada, que quedaba enquistada, no pudiendo tomar
contacto con las otras. La teoría, en realidad, no era muy ilógica; pero Freud se
oponía a ella, pues si bien al principio trató de conciliar sus ideas con las de Breuer,
veía que había otros elementos que tenían suma importancia, por ejemplo, el factor
emocional; y que existían —lo sospechaba por lo menos— inclinaciones, deseos e
impulsos directos que eran muy semejantes a los de la vida diaria. Freud sostenía, y
quería persuadir de ello a Breuer, que lo que actuaba y hacía aparecer esa
disociación era, en realidad, el resultado de un proceso de repulsa, que primero
llamó mecanismo de defensa y luego represión. Esto producía las disociaciones, las
amnesias y los demás síntomas.

ACONTECIÓ QUE:

1) Freud renuncia al método catártico e hipnótico (sus condiciones de hipnotizador


eran mediocres; no conseguía sumir en sueño a todos los pacientes. Además,
comprobó que los resultados exitosos que se obtenían con los enfermos,
desaparecían si la relación médico-paciense te perturbaba. Es decir, si había una
falla transferencial. Resultándole imposible controlar y estudiar esa situación
transferencial por el mecanismo mismo de la hipnosis.).

2) Usa otro método: Usó la persuasión y a la sugestión, colocando la mano sobre la


frente del paciente y asegurándole que, si pensaba insistentemente, podía recordar lo
que había ocurrido. Así fue, por lo que Freud utilizó el método hasta
aproximadamente el fin del siglo.

3) Crea otro método: la asociación libre. La modificación siguiente consistió en el


uso de la asociación libre, que descubre el inconsciente mientras la conciencia sigue
actuando. En esa época fue cuando adquirió importancia el análisis de los sueños a
través de las asociaciones libres que hace el paciente, lo cual permite al
psicoterapeuta enterarse de todo lo que piensa éste e ir encontrando el elemento o la
cadena asociativa que ha de llevarlo a lo nuclear. Con este procedimiento el yo sigue
existiendo, no se anula, como en la hipnosis, permitiendo el estudio de los
mecanismos defensivos del mismo, como así también de la transferencia.

1904, en su obra “El método Psicoanalítico”

Freud dice que la oposición entre la técnica psicoanalítica y la de los otros métodos
de psicoterapia es máxima. La técnica apunta a elucidar la causa de la patología y
del síntoma: “la terapéutica analítica se propone quitar o extraer algo. Con ese fin
investiga el origen, la génesis de los síntomas y sus conexiones con la vida patógena
que quiere hacer desaparecer."

1903, fundo una mesa redonda que se reunía generalmente los miércoles por la
noche y resultó ser el núcleo de la futura Asociación Psicoanalítica Internacional.

1908, en la ciudad de Salzsburgo, se realizó el primer Congreso de Psicoanálisis.

FREUD, OBRA: PSICOANÁLISIS Y LIBIDO

“Psicoanálisis es el nombre: 1) de un procedimiento que sirve para indagar procesos


anímicos difícilmente accesibles por otras vías; 2) de un método de tratamiento de
perturbaciones neuróticas, fundado en esa indagación, y 3) de una serie de
intelecciones psicológicas, ganadas por ese camino, que poco a poco se han ido
coligando en una nueva disciplina científica“. Tras Freud renunciar al uso del
método catártico, la hipnosis y los métodos de persuasión y sugestión, crea el
método de la asociación libre: “que es la regla técnica fundamental".

“La regla fundamental:

El tratamiento se inicia exhortando al paciente a que se ponga en la situación de un


atento y desapasionado observador de sí mismo, a que espigue únicamente en la
superficie de su conciencia y se obligue, por una parte, a la sinceridad más total, y
por la otra a no excluir de la comunicación ocurrencia alguna, por más que: 1) la
sienta asaz desagradable, 2) no pueda menos que juzgarla disparatada, 3) la
considere demasiado nimia, o 4) piense que no viene al caso respecto de lo que se
busca. Por lo general, se revela que justamente aquellas ocurrencias que provocan
las censuras que acabamos de mencionar poseen particular valor para el
descubrimiento de lo olvidado“.

El psicoanálisis como arte de interpretación.

“La nueva técnica modificó tanto el aspecto del tratamiento, introdujo al médico en
vínculos tan nuevos con el enfermo... El psicoanálisis es un arte, el arte de la
interpretación, y se proponía la tarea de ahondar en el saber, que los síntomas
neuróticos son un sustituto, pleno de sentido, de otros actos anímicos que han sido
interrumpidos. Importaba ahora concebir el material brindado por las ocurrencias de
los pacientes como si apuntase a un sentido oculto, a fin de colegir a partir de él este
sentido. La experiencia mostró pronto que la conducta más adecuada para el médico
que debía realizar el análisis era que él mismo se entregase, con una atención
parejamente flotante, a su propia actividad mental inconciente, evitase en lo posible
la reflexión y la formación de expectativas concientes, y no pretendiese fijar
particularmente en su memoria nada de lo escuchado; así capturaría lo inconciente
del paciente con su propio inconciente“.

La interpretación de las operaciones fallidas y de las acciones casuales:


“Fue un triunfo para el arte interpretativo del psicoanálisis el que lograra demostrar
que ciertos actos anímicos ... el olvido temporario de palabras y nombres por lo
demás bien conocidos, el olvido de designios, los tan frecuentes deslices en el habla,
en la lectura, en la escritura, la pérdida y el extravío de objetos ... debían
comprenderse de igual modo que los síntomas de los neuróticos; vale decir: poseían
un sentido que la persona no conocía y que fácilmente podía hallarse mediante un
empeño analítico.

La interpretación de los sueños. “Un nuevo acceso a lo profundo de la vida anímica


se abrió al aplicarse la técnica de la asociación libre a los sueños, los propios o los
de pacientes en análisis“. Así, al sueño recordado como contenido onirico
manifiesto se contraponen los pensamientos oníricos latentes hallados por
interpretación. El proceso que ha traspuesto estos últimos en aquel, vale decir en el
«sueño» puede llamarse trabajo del sueño. Por obra del trabajo del sueño, al que
sería por completo erróneo atribuir carácter «creador», son condensados de manera
extraordinaria, desfigurados por el desplazamiento de las intensidades psíquicas,
arreglados con miras a la figuración en imágenes visuales, y además, antes de pasar
a conformar el sueño manifiesto, sometidos a una elaboración secundaria que
querría dar al nuevo producto algún sentido y alguna coherencia, Todo sueño es por
una parte un cumplimiento de deseo del inconciente; y por la otra, en la medida en
que logre mantener libre de perturbación el estado del dormir, es un cumplimiento
del deseo normal de dormir, que da comienzo al dormir. Es natural suponer que la
«censura del sueño», a la que hacemos responsable en primera línea por la
desfiguración de los pensamientos oníricos en el sueño manifiesto, es una
exteriorización de las mismas fuerzas anímicas que a lo largo del día mantuvieron a
raya, reprimida, la moción inconciente de deseo”.

 El simbolismo:
Ciertos objetos, ciertas acciones y relaciones están figurados en el sueño de
una manera indirecta mediante «símbolos» que el soñante emplea sin
conocer su significado, y respecto de los cuales por lo común su asociación
nada produce. Es el analista el que tiene que traducirlos, y ello sólo puede
lograrse por vía empírica, mediante su introducción tentativa dentro de la
trama (del contenido del sueño).
 La sexualidad infantil:
El psicoanálisis reveló una multitud de fenómenos tan singulares cuanto
regulares, que hicieron preciso hacer coincidir el comienzo de la función
sexual en el niño casi con el comienzo de la vida extrauterina. Lo cual
permitió desarrollar una teoría sobre el desarrollo sexual. Fue preciso
ampliar el concepto de lo sexual para que abarcase algo más que la
aspiración a la unión de los dos sexos en el acto sexual o a la producción de
determinadas sensaciones placenteras en los genitales. La investigación
analítica del autor cayó primero en el error de sobrestimar en mucho la
seducción como fuente de las manifestaciones sexuales infantiles y gérmen
de la formación de síntomas neuróticos… Este espejismo pudo superarse
cuando se llegó a conocer la extraordinaria importancia que la actividad
fantaseadora tiene en la vida anímica de los neuróticos; para la neurosis,
resultó evidente, era más decisiva que la realidad exterior (mio: es decir que
la teoría de la seducción que es tipo externa).
 “El desarrollo de la libido”:
La pulsión sexual, cuya exteriorización dinámica en la vida del alma ha de
llamarse «libido», está compuesta por pulsiones que sólo poco a poco
seunifican en organizaciones definidas. Fuentes de estas pulsiones parciales
son los órganos del cuerpo, en particular ciertas destacadas zonas
erógenas. Las pulsiones parciales singulares aspiran al comienzo a
satisfacerse independientemente unas de otras ... Como primer estadio de
organización (pregenital) puede discernirse al estadio oral, en el cual,
de acuerdo con el principal interés del lactante, la zona de la boca
desempeña el papel cardinal. Le sigue la organización sádico-anal, en la cual
la pulsión parcial del sadismo y la zonadel ano se destacan particularmente;
la diferencia entre los sexos es subrogada aquí por la oposición entre activo
y pasivo. El tercer estadio de organización, y el definitivo, es la
conjugación de la mayoría de las pulsiones parciales bajo el primado de
las zonas genitales. Este desarrollo trascurre por lo general de manera
rápida e inadvertida; no obstante, partes singulares de las pulsiones se
quedan detenidas en los estadios previos al resultado final y, así,
proporcionan las fijaciones de la libido; estas, en calidad de
disposiciones, revisten importancia para ulteriores estallidos de
aspiraciones reprimidas y mantienen una determinada relación con el
desarrollo de ulteriores neurosis y perversiones“.
 El hallazgo de objeto y el complejo de Edipo.
La pulsión parcial oral halla primero su satisfacción sobre la necesidad de
nutrición, y su objeto, en el pecho materno. Después se desprende, se
vuelve autónoma y al mismo tiempo autoerótica, es decir, halla su
objeto en el cuerpo propio. Ya en los primeros años de la infancia (de
los dos a los cinco, más o menos) se establece una conjugación de las
aspiraciones sexuales cuyo objeto es, en el varón, la madre. ¡Esta
elección de objeto, junto a la correspondiente actitud de rivalidad y
hostilidad hacia el padre, es el contenido del llamado complejo de Edipo,
que en todos los hombres posee el máximo valor para la conformación final
de su vida amorosa. Se ha establecido como característico de las personas
normales el hecho de que aprenden a dominar el complejo de Edipo,
mientras que los neuróticos permanecen adheridos a él.
 La acometida en dos tiempos del desarrollo sexual.
Este período temprano de la vida sexual, hacia el quinto año de vida existe
una época de latencia durante la cual se edifican las restricciones éticas
como formaciones protectoras contra las mociones de deseo del
complejo de Edipo. En el período que sigue, el de la pubertad, el complejo
de Edipo experimenta una reanimación en el inconciente y arrastra sus
ulteriores remodelamientos. Sólo el período de la pubertad desarrolla
las pulsiones sexuales hasta su intensidad plena.
 LA REPRESIÓN.
El yo REPRIME aspiraciones no acordes con el yo, es decir, les ha sustraído
su interés y les ha bloqueado el acceso a la conciencia y la descarga motriz.
Las fuerzas represoras son sentidas como resistencia (en el análisis del
paciente). Pero la operación de la represión fracasa con particular facilidad
en el caso de las pulsiones sexuales. Con la represión nace el síntoma
...el síntoma no puede sustraerse del todo a la influencia de las
fuerzas represoras del yo; tiene que admitir entonces modificaciones y
desplazamientos —tal como sucede en el sueño—, en virtud de los cuales
se vuelve irreconocible su carácter de satisfacción sexual. El síntoma cobra
así la índole de una formación de compromiso entre las pulsiones
sexuales reprimidas y las pulsiones yoicas represoras, de un
cumplimiento de deseo simultáneo para los dos participantes en el
conflicto, aunque incompleto para ambos. Esto es rigurosamente válido
para los síntomas de la histeria.
 La transferencia.
En el curso del tratamiento se establece un particular vínculo del paciente
con el médico; va desde la entrega hasta la más terca hostilidad, que toma
prestadas todas sus propiedades de actitudes eróticas anteriores del
paciente devenidas inconcientes. Esta trasferencia, que tanto en su forma
positiva cuanto en la negativa entra al servicio de la resistencia es un
medio auxiliar del tratamiento y desempeña en la dinámica de la cura un
papel que sería difícil exagerar.
 Los pilares básicos de la teoría psicoanalttica.
El supuesto de que existen procesos anímicos inconcientes; la admisión
de la doctrina de la resistencia y de la represión; la apreciación de la
sexualidad y del complejo de Edipo: he ahí los principales contenidos del
psicoanálisis y las bases de su teoría, y quien no pueda admitirlos todos no
debería contarse entre los psicoanalistas.

Descartes parte de la duda como método para evitar caer en el error y para


aumentar el conocimiento. Solo de esta forma será posible olvidarse de los viejos
prejuicios sobre los que se fundamentan todas las demás ciencias.
La duda es universal, metódica, teorética, hiperbólica y exagerada. Empieza
dudando del mundo exterior, después de los sentidos e incluso duda de
las matemáticas

Y así, duda de todo lo que hay, de la existencia de un mundo exterior, de los


sentidos y de las matemáticas, pero de lo que no se puede dudar, es el acto mismo
de dudar. Hay algo que resiste a toda duda, y es que “estoy dudando”, por lo
tanto, hay un “sujeto pensante”, una mente que piensa. El Cogito, ergo
sum (pienso, luego existo) está exento de toda duda posible.

Para Descartes, solo puede tomarse por verdadero, lo que se muestre a la mente


tan claro y distinto, que resulte imposible negar su evidencia. El yo pienso, resiste a
toda duda y abre al sujeto al mundo exterior. El cogito, asegura la existencia del
mundo exterior, ya que el sujeto pensante tiene una idea de la realidad, y no solo
una idea de sí mismo, esto es, conciencia.

Pero de entre todas las ideas que tiene el ser humano, destacan la idea de
perfección y la idea de infinito, algo desconocido para el sujeto, pero no para Dios.

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