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1. Gane su confianza
La gente automáticamente desconfía de alguien que está tratando de cambiar
sus mentes. Por ello es imprescindible ganar su confianza convenciéndolos de
que usted es sincero y abierto.
Muéstreles por qué deben escucharlo. Usted debe saber de qué está hablando
y probar que hay una buena razón para que usted piense como lo hace.
Al listar las razones de por qué alguien debe escucharlo, reserve sus puntos
más poderosos para lo último, para que atrapen las mentes de su público
cautivo.
El truco aquí es poner énfasis en los pro y desestimar los contra. Explique por
qué los contra no son tan malos o cómo los beneficios pesan más que los
inconvenientes.
Nunca mienta sobre los contra porque, si lo hace, cuando las personas lo
descubran, se resentirán con usted. Y nunca volverán a confiar en usted.
Capte su atención diciéndoles que usted sabe lo que ellos quieren, entonces
dígales cómo su idea los satisfará.
6. Alimente su ego
Los vendedores lo llaman "bombardeo de amor"; otros lo llaman la lisonja
estratégica. Sin tener en cuenta el nombre, felicite el trabajo de la persona -
cuando está bien hecho-.
Encuentre las cosas por las que su público siente orgullo, como su inteligencia
o sus aficiones. Cuando usted felicita a alguien, muestra que reconoce sus
cualidades. Ellos se sentirán apreciados y más abiertos a sus palabras.
7. Apele a la autoridad
Todos aman a los expertos. Todos escuchan a los expertos. Si un experto dice
algo, debe ser verdad. Entonces, utilice esto en su charla.
8. Cree consenso
Muchas personas se ven influenciadas por lo que otras están haciendo. Usted
necesita mostrar que lo que usted quiere es aprobado por un gran número de
personas.
Utilice ejemplos de cómo sus ideas son exitosas en otros lugares, o de cómo
otras personas las han disfrutado.
Apele a las sensaciones de las personas lo máximo que pueda. Si usted está
realizando una presentación, utilice muchos complementos visuales y
auditivos. Un espectáculo que impresione puede ser más efectivo que
elocuentes sentencias.
Usted quiere razonar con la gente, no defenderse de ellos. Aún si usted gana
con su argumento, ellos se sentirán interiormente resentidos. Ganará su
respeto si es respetuoso.
Tampoco debe asumir que los convencerá. Sea realista y acepte que puede
ser rechazado.