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EL HOMBRE PROGRAMATICO

Su preocupación por la política le llevó a fundar la Liga de Educación Política Española, de


tendencia liberal y socializante. Sus convicciones le empujaban a creer que solamente la
república podría solventarlos problemas de España. Funda en 1923 la revista de occidente
y, en 1929, dimite como profesor de la universidad de Madrid para protestar por la
Dictadura de Primo de Rivera. Participa con Unamuno, Ayala, Marañon y otros en la
Agrupación al Servicio de la República, pero, instaurada ésta, no deja de decepcionarle,
llegando a decir “no es esto; no es esto”. Después de la Guerra Civil se refugió en
Argentina y, a partir de 1946, fijo su residencia en Lisboa. Vuelto a Madrid fundó con Julián
Marías el Instituto de Humanidades, muriendo unos años más tarde.
Creó una escuela filosófica llamada la “escuela de Madrid”, de donde salen escritores tan
prestigiosos como Javier Zubiri, José Luis Aranguren, Ferrater Mora y Julián Marías.
Ortega y Gasset es una de las figuras cumbres de la intelectualidad española del presente
siglo. Con su labor divulgadora de las principales culturales del momento y con su propio
pensamiento personal, definido, si no por la objetividad, si por el rigor y elegancia de su
exposición y por su sugestiva originalidad, Ortega se presenta como uno de los hombres
que más han contribuido a la renovación del panorama español. También ha contribuido
en la formación del lenguaje castellano con la aportación de más de tres mil términos,
muchos de ellos recuperados del Quijote, términos que estaban en desuso.
Dentro de un estilo caracterizado por la claridad y la belleza formal, así como por el
empleo constante y siempre adecuado de la metáfora, que lo presenta no solo como un
feliz recurso literario sino también como un eficaz recurso para facilitar la comprensión de
las ideas expuestas. La amplia producción ensayista de Ortega incluye una amplia
multiplicidad de tema, de las que constituyen un ejemplo representativo de ocho
volúmenes de artículos que sobre un sinfín de materias aparecen reunidos en su libro “El
Espectador”. Sus obras tratan sobre todo de tres temas principales: la historia, la estética
literaria y artística y la filosofía.
Al primer campo pertenecen dos ensayos relativos a España y a Europa: España
invertebrada (1921) y La rebelión de las masas (1930) en las que se ponen de relieve el
espíritu elitista de Ortega y su desconfianza frente a la gran masa del pueblo, al señalar
que la razón de la crisis española y europea se halla en “la carencia de minorías
egregias” y en “el imperio imperturbado de las masas”.
En el terreno de la estética se incluye “La Deshumanización del Arte” (1925), en la que
Ortega analiza el arte nacido a raíz del primer conflicto mundial y elogia sus notas
definitorias (deshumanización; tendencia a la estilización deformadora y fuga de la
realidad; carácter lúdico; y configuración como arte de minorías)
En el campo de la filosofía, “El tema de nuestro tiempo” (1925), representa una aportación
trascendental al pensamiento occidental del siglo XX. En esta obra, además de exponer la
teoría del perspectivismo según la cual todas las concepciones del mundo son igualmente
validas pues la verdad es subjetiva y depende del enfoque desde el que se examinen las
cosas, se rompe con él “yo” y la “razón vital” y la relación del “yo” con su circunstancia
como realidad radical del hombre.
La idea del principio en Leibniz, es la más extensa y densa de cuantas escribió Ortega, y
ocupa un puesto central de su producción filosófica. El tema de esta obra es el examen de
los modos de pensar que en la tradición filosófica y científica se vienen practicando.
Su fama internacional se ha debido sobre todo a su libro: La rebelión de las masas, tal
rebelión estriba en el rechazo de toda norma superior, en especial el respeto por las elites
y el desprecio por la inteligencia. Se rechaza así la guía ejemplar de los mejores y se
pierde en las masas toda noción del deber y de servicio. Además no se ofrece nada
alternativo porque es una “mera negación, que oculta un efectivo parasitismo. El hombre-
masa está aún viviendo precisamente de lo que niega y otros construyeron o acumularon.”
Importancia de nuestra vida individual. ¿Por qué Ortega dice que yo soy “yo y mi
circunstancia”?
S
egún Ortega, el hombre es el único responsable de sí mismo. Nadie puede elegir ni
escoger por él. Él debe empeñarse personalmente en la construcción de sí mismo,
este empeño convierte a cada vida en un proyecto personal e intransferible.
La verdad fundamental, según Ortega, está en “yo” con las cosas, somos el mundo
y yo. Pero es un “yo” que coexistiendo con el mundo, conserva su identidad, su
intimidad, su autenticidad. Atendiendo a esta idea, Ortega nos propone superar dos
posturas, Realismo e Idealismo, con los siguientes argumentos:
 Contra el Idealismo: el sujeto no es el eje entorno al cual gira la realidad.
 Contra el Realismo: el sujeto no es un simple trozo de realidad ni un ser abstracto, es una
realidad concreta que vive aquí y ahora, es una vida.
La vida es la realidad radical y dentro se encuentran las demás realidades. La vida
de cada cual es la existencia particular y concreta.
El mundo es lo que nos afecta. Y vivir es hallarse cada cual a sí mismo en un ámbito de
temas, de asuntos que le afectan.
Así, la vida se encuentra a sí misma a la vez que descubre el mundo. No hay vivir si no es
en un orbe lleno de otras cosas, sean objetos o criaturas; es ver cosas y escenas, amarlas
u odiarlas, desearlas o temerlas. Todo vivir es ocuparse con lo otro que no es uno
mismo, “todo vivir es convivir con una circunstancia”.
Todo ser humano nace y vive en un mundo concreto que limita y condiciona sus
posibilidades intelectuales, morales, educativas etc. Todos conocemos las cosas
desde nuestra personal situación y a través de un punto de vista, el nuestro, no-
coincidente con el de los demás En efecto «La realidad no puede ser contemplada
sino desde el punto de vista que cada uno ocupa, fatalmente, en el universo».
En resumen, cuando Ortega utiliza el término “vida”, lo hace primero en el sentido de vida
humana o biográfica, pero además, le da otro sentido: lo que está entorno al hombre, lo
que lo rodea, no sólo lo inmediato, sino también lo remoto, no sólo lo físico, sino también lo
espiritual. La vida es algo concreto, incomparable, único.
La vida es individual, es como un escenario, tragedia o drama, es algo que el hombre hace
y le pasa con las cosas, << yo soy yo y mi circunstancia >>, la realidad circunstante forma
la otra unidad de mi persona.
Así diríamos que la circunstancia es todo lo que no soy yo: los demás, las creencias, mi
alrededor.
¿Qué es lo social? ¿Cuáles son los hechos sociales propiamente? ¿Qué es un uso?
L
a vida social es connatural con el hombre y sólo por la sociedad él puede realizarse
como proyecto personal y libre. Ella exige que muchos compartan los mismos usos
y costumbres, lo que hará posible la aceptación sin violencia de las leyes y de la
autoridad. Ortega, confía en la posibilidad de las sociedades para progresar
evolutivamente.
Los hechos sociales o colectivos son fenómenos de vida humana y no hechos de la
naturaleza física o simplemente biológica. Lo social es todo aquello que surge por la
interacción entre semejantes a uno mismo.
Ortega llama “uso” a lo que pensamos, decimos o hacemos por lo que se piensa, se dice o
se hace. Los hechos sociales son primariamente usos (costumbres, hechos, normas...).
Estos usos no surgen originariamente del individuo sino que son impuestos por la sociedad
o por la gente. Si no los seguimos, la sociedad ejerce represalias contra nosotros. Los
usos son irracionales e impersonales; nos permiten prever la conducta de los individuos
que no conocemos, permiten la casi convivencia con un extraño. Además, los usos nos
dan la herencia del pasado y no ponen a la altura de los tiempos y por eso puede haber
progreso e Historia, porque hay sociedad.
¿Cómo ve a la juventud europea?
¿Qué opinas tu?
O
rtega, en el momento que escribió el libro describía una juventud frívola y estúpida,
cuyo máximo objetivo era divertirse. Pero conforme vamos leyendo el capítulo
observamos que Ortega, en ese momento, consideraba que la juventud estaba
cambiando. Este cambio se refiere a que la juventud (personas entorno a los 20
años) ya se dejaba influenciar más por la madurez de generaciones mayores que la
suya.
Según este filósofo, a lo largo del tiempo la sociedad, o se orienta a la juventud, o se
orienta a la madurez. Por ello, nos dice que, en los años que escribió el libro, la
sociedad estaba orientándose a la madurez tras esa etapa joven que según él estaba
empezándose a ser superada.
Yo, personalmente, creo que lo que dice Ortega pude ser cierto, pero, enmarcado en
el momento en el que escribió el libro, ya que en la actualidad los jóvenes son
entorno a los que gira el mundo. ¿Qué mujer no desea un cuerpo joven?, ¿Qué
agencia publicitaria no desea que se incorpore a ella un joven creativo rebosante de
imaginación e ideas?... pero también he de decir que coincido con el autor en que la
juventud es más madura a la hora de construirse un futuro, es decir, la juventud
actual no es tan despreocupada como la que nos describe Ortega; La juventud de
nuestros días busca diversión, pero también busca un futuro optimo y acorde a sus
intereses.
¿Qué dice Ortega sobre la mujer y la relación hombres y mujeres? ¿Estas de
acuerdo?
A
ntes de empezar hay que decir que Ortega destaca la idea de que no se pueden
comparar sexos, ya que, no por ser ambos seres humanos, hombres y mujeres son
iguales. Para que entendamos que hombres y mujeres no son iguales Ortega
describe las cualidades de cada sexo que impiden esa igualdad que actualmente es
muy demandada.
Según el autor no es que la diferencia entre hombres y mujeres sea únicamente
corporal, sino que hay diferencias de todo tipo y por ello enumera las tres
características diferenciadoras propias de la mujer:
 La humanidad intima de la mujer se caracteriza por ser esencialmente confusa: Ortega, antes
de empezar, aclara que esto no es un defecto, sino una cualidad que contribuye a que el varón se
sienta atraído por ella. A diferencia de la mujer que es un ser de naturaleza confusa, el hombre
esta hecho de claridades, es decir, por muy estúpido que sea lo que piense el se ve claro.
 La mujer se nos presenta como una forma de humanidad inferior a la varonil: según Ortega, la
mujer es débil, y siendo débil nos hace felices a los hombres y ella es feliz sintiéndose débil.
 La mujer tiene una relación entre ego y cuerpo muy intima: a diferencia de la mujer, el hombre
da mucha menos importancia al cuerpo que la mujer, es decir, entre el alma del hombre y el
mundo exterior no se interpone nada; sin embargo, entre el alma de la mujer y el exterior se
interpone su cuerpo, ya que la mujer se preocupa más por él. Como consecuencia de esto, al
preocuparse más por su cuerpo, este, se convierte en un reflejo de su alma, lo cual nos provoca
una gran atracción a los hombres, “El cuerpo de ella es un alma”.
En cierto modo estoy de acuerdo con Ortega, ya que por mucho que se tienda en la
actualidad a olvidarlo, hombres y mujeres somos muy diferentes porque tenemos
unas condiciones físicas y psíquicas que nos impiden ser iguales.
Personalmente estoy de acuerdo en que las mujeres puedan trabajar como los
hombres, también estoy de acuerdo en que tengan las mismas oportunidades..., es
decir, no soy nada machista, pero creo que, por mucho que se quiera, hombres y
mujeres nunca serán iguales porque somos seres diferentes, que piensan diferente,
que físicamente son diferentes, y cuya única cualidad en común es la de pertenecer
a la raza humana, con los rasgos característicos que ésta conlleva.
Importancia del tacto para descubrir lo que no es nosotros mismos. ¿qué son los
campos pragmáticos?
S
egún Ortega el tacto es el sentido mas importante que poseemos, ya que se
distingue de los demás sentidos en que en el tacto van dos cosa unidas, el cuerpo
que tocamos y nuestro cuerpo, así se puede decir que es la relación entre el cuerpo
del otro y el nuestro lo que nos lleva a descubrir lo que no es nosotros mismos.
El tacto es el sentido que nos lleva a afirmar que estamos rodeados de cuerpos, y
sin el tacto no estaríamos seguros de que lo que nos rodea fuera real o una simple
visión. Es el contacto entre cuerpos lo que nos hace estar seguros de que alguien o
algo esta delante nuestro.
El cuerpo es el que nos ayuda a percibir nuestro alrededor, así Ortega llega a decir
que “el hombre es ante todo alguien que esta en un cuerpo y que en este sentido
sólo es un cuerpo”.
El cuerpo hace que seamos seres espaciales, es decir, que ocupamos un espacio
concreto en un momento concreto, lo cual nos impide estar en otro lugar al mismo
tiempo. De este idea surgen tres nuevos conceptos:
 El “aquí”: el lugar que ocupa mi cuerpo es el aquí.
 El “allí”: todo lugar que se encuentra alejado de mi “aquí”.
 El “ahí”: indica lo próximo a mi “aquí”.
Según Ortega nuestro mundo esta organizado en campos pragmáticos. Los campos
pragmáticos son, por ejemplo, el mundo de la caza, el mundo del deporte, el mundo
del trabajo, el mundo del estudio... así cada cosa pertenece a un campo pragmático.
Cada uno vive en su mundo que a la vez esta dividido en varios campos
pragmáticos, así cada cosa que nos aparece, nos aparece perteneciendo a uno de
esos campos. Se podría decir que tenemos nuestra vida estructurada en un
esquema y cada cosa que nos aparece la encuadramos en una parte u otra del
esquema.

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