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Universidad de Guanajuato

División de Ciencias Sociales y Humanidades


Ciencia Política y Administración pública
Materia: Teoría Política
El Estado neoliberal y sus aparatos ideológicos en Latinoamérica

Docente:
Ramsés Torres
Alumno:
Jorge Carlos Mendoza Martínez
Al hablar de neoliberalismo suele confundirse la connotación que se le da o se
tiene con el liberalismo, en sí, esto es más una especie de problema teórico pues
no es fácil definir la prominencia o como este se forma, en si hablamos de una
doctrina que se ha abierto a una racionalidad más económica y amplia en este
sentido, que en contexto ha sido criticada y cuestionada por una gran comunidad
académica y defendida por otra con una ferviente pasión hacia esta ideología.

Pensadores como Sartre, Foucault, Girard, Bourdieu, Sousa, Harvey y un


entramado de autores basan su crítica en la conformación de este y como se ha
inmiscuido en los distintos aspectos de las sociedades, haciéndola algo necesario
en la vida diaria de quienes la conforman. El mito de la meritocracia, el Estado
mínimo, las “bondades” del mercado dentro de las economías, el ciudadano más
un usuario que un sujeto de derechos, la desigualdad y un conjunto de
abstracciones se ven permeadas dentro de los contextos culturales que hoy en día
se adhieren al estatus ideológico que permea al Estado y se configura dentro de la
sociedad, pues esto se ha incrustado en la la vida de los Latinoamericanos y los
han involucrado en el lecho neoliberal, basta salir a la calle para ver las grandes
dicotomías que se involucran con el acervo cultural, económico y político de
nuestra región.

Cabe destacar que en las últimas décadas dentro de los discursos políticos, sobre
todo, de la izquierda latinoamericana ha destacado la palabra neoliberalismo en
foco de percepciones pues bajo este argumento o critica ha replanteado un foco
de atención muy llamativo, de alguna manera ellos lo hacen como un recurso
demagógico en el foco de atención de sus electores, lo que da carencia a su
proximidad del fenómeno pues está en boca de todos pero realmente no se
cuestionan ¿Qué es realmente?, Marcelo Colussi (2018) en su artículo El
Neoliberalismo en las Nuevas Generaciones, abarca que es una forma de trabajo
del asalariado a partir de la propiedad privada de los medios de producción, esto
en teoría habla sobre la acumulación de un capital privado para desarrollo y
multiplicación de esto con base en la producción y generación de bienes, lo que es
expansivo y detonante teniendo como virtud el orden y el progreso del propio
neoliberalismo, lo que determina una vertiente hacia esa doctrina, como ya se
había planteado, pero destaca o cabe la soltura que este se desplaza bajo una
corriente de individualismo y un legítimo acervo cultural.

Cabe dar una mirada a como este se configura a partir de terminada de la


segunda guerra mundial el cual toca las puertas de América Latina con respectivo
nombre y modelo económico, esto sustituye al modelo de sustitución de
importaciones, y se efectúa el plazo en el cual se abren los primeros pasos a la
globalización que destaca en la manufactura, maquila de productos extranjeros y
la inversión extranjera, pero con base en la explotación de los obreros, lo que
trastoca y es principal índice de desigualdad y acumulación de riquezas, un
paraíso de bienes los cuales se deslumbraban utópicos para aquellos que
buscaban el suvenir de la movilidad social.

En América Latina, desde la aplicación de las políticas neoliberales, si bien la


pobreza a nivel general muestra en la actualidad una clara disminución que paso
de un 40.5% en 1980 a un 32.1% en 2010, el ingreso captado por los cuatro
deciles más pobres es en promedio menos del 15% del ingreso total, mientras que
el decil más rico capta alrededor de un tercio de este (CEPAL, 2011).

Esto bajo un análisis es más evidente contrastar la situación que se vive en los
países de Latinoamérica, actualmente pocos son los países que han generado
una movilidad social suficiente que abarque un gran sector de la población y se
vea reflejada en las distintas áreas sociales donde se interactúa día con día, si
bien se ha configurado el modo de vida de algunas clases volátiles, también se ve
como mantienen las mismas clases sociales que caen a unas precarizadas
condiciones de desarrollo humano, pues detona la permanencia vitalicia de esta
condición a más de la mitad de Latinoamérica.

Esto en palabras de Harvey (2007): La mejor manera de promover el bienestar del


ser humano consiste en no restringir el libre desarrollo de las capacidades y de las
libertades empresariales, culturales, sociales y políticas del individuo. Para esto
surge la idea de Gramsci al dominio la cual consiste en que la clase domínate
logra hacer aceptar voluntariamente por otros grupos todo un sistema de valores,
actitudes y creencias que apoyan un orden establecido (Larraín, 2008). Esto
aparece bajo 4 niveles que el mismo Gramsci acumula bajo el concepto de
ideología, estos son, filosofía, religión, sentido común y folklore.

Esto dentro de la masa poblacional de América latina evoca a una dominación


cultural simbólica bajo la estructura de un neoliberalismo más agresivo que
determina y segmenta las clases bajo un hito de segregación social, lo que
genera que se apropien o denominen determinadas acciones a distintos rubros de
la sociedad que permean y dejan una difusión en los distintos parámetros y
diferentes aspectos de la vida de los latinoamericanos, desasociándose de su
verdadero contexto involucre a todo y contrayendo distintas visiones, pues en una
ciudad Latinoamericana se puede encontrar distintos puntos y estilos que
demarcan como se vive en la sociedad, tanto al modo que es concebible y visible
la distribución de la riqueza en diversos puntos de estas ciudades, categorizando
incluso los sectores urbanos pues cada uno se define por el estatus económico y
cultural que tiene e incluso determina donde se encuentra la masa publica e
intelectual.

De esta manera funciona el neoliberalismo y es precisamente el síntoma que


confirma su constitución ideológica, una especie de separación de las relaciones
sociales imponiendo el estatus privado y las acumulaciones del mercado como
medio principal en la construcción del desarrollo poblacional, lo que perpetua
desde cómo se configuran las relaciones interpersonales y la búsqueda de un
relativo éxito económico que tiende a señalarse desde la teoría neoliberal donde
se menciona que las relaciones son entre hombres libres y que cada individuo
persigue su propio interés. No existirá, según esta visión, ni servidumbre ni amos,
por lo que el éxito económico individual, o el fracaso, devienen de decisiones
libres de cada sujeto. En el neoliberalismo, por lo tanto, la verdad es la libertad
(Ludwig, 2005).

En cambio esta perspectiva queda corta tan solo por el hecho de que en América
Latina más allá de una visión autentica del trabajo realmente se ve como una
actividad compensatoria y un derecho fundamental que este funge bajo un tipo de
esclavismo moderno que muchas veces se desregula y no se legitima, es
suficiente decir que en la mayoría de los casos de América Latina el trabajo se
carga hacia un comercio o trabajo informal lo que en cuestion habla de la gran
precarizacion de este rubro y como la búsqueda personal que se plantea desde el
neoliberalismo es más un síntoma de cómo se ejerce presión desde arriba para
mantener el determinado status quo al ser el Estado un agente represor, que tiene
en su poder el monopolio legítimo de la fuerza y que a su vez lo hace legítimo, se
describe a sí mismo como eterno y lo reproduce en la infraestructura que a su vez
le dará el poder legítimo que tiene. Sin embargo, esta reproducción no la puede
hacer una sola persona, ya que se acude a varios instrumentos (Althusser, 1970),
esto cumple lo que plantean y cercioran los intelectuales del neoliberalismo para
mantener el status quo del mercado y como se inmiscuyen en las instituciones y
relaciones interpersonales de los sujetos pues eso recae, al menos, dentro de este
modelo en el vínculo que forme dentro de alguno de los distintos campos de la
sociedad pues es tan amplia que generaliza y determina la cuestión de cómo se
debe configurar lo sociedad y una determinada población.

Es simbólico que afirmar hacia una paz perpetua entre las decisiones de los
individuos no siempre caen en ellos pues eso es objeto de crítica e incluso un
poco burda la afirmación, se vive en sociedad y todos aquellos actos que
desplazan a un individuo son parte de la sociedad, pues configura su
permanencia, como se va a definir y como se va accionar dentro de ella, parte de
la crítica a esa verdad neoliberal esa esa, no se es parte de una segregación
dicotómica, somos seres de actos y conciencia pero que todo aquello que
hagamos resalta en la vida o en el desarrollo del otro.

A pesar del desarrollo asíncrono del neoliberalismo en América Latina, a lo largo y


ancho de la región, existe un elemento común que justifica la creación misma de la
doctrina: la creciente acumulación de la riqueza en pocos sectores y sitios de la
población, la constante internacionalización del capital, la creciente dependencia
respecto a las empresas transnacionales, y el progresivo empobrecimiento de
diversos sectores, incluso de la clase media (Vergara, 2003).
Esto es lo que realmente sostiene al neoliberalismo y da marcha con ello pues
sostiene una serie de sectores que dependen de él y un factor circular dice que un
individuo es difícil que deja a un lado sus privilegios una vez obtenidos, esto en
sincronía con lo que se abarco antes determina mucho como ciertas clases de la
sociedad a pesar de que a la visibilidad de la pobreza y desigualdad que existe
estos mismo ignoren y se vuelvan pragmáticos de ella, pues a partir de estos
fenómenos se amparan mucho de sus privilegios, pues prácticamente mantienen
el estatus quo en pro sus beneficios y simplemente ejercen la jerarquía piramidal
de las clases sociales.

Es posible comprender que el neoliberalismo, en resumen, se encargó de crear


ilusiones que aseguraran mayor intercambio económico o flujo de capitales, lo cual
favoreció, a final de cuentas, al restablecimiento del poder de determinados
grupos económicos en países como Estados Unidos o Inglaterra, o al interior de
cada país (Chile, México, Colombia y Brasil, por ejemplo). Todo ello devino en la
hegemonía de un pensamiento que tiene en su haber la autoridad simbólica, la
libertad individual y la propiedad privada; y el éxito económico individual como
prueba empírica de la ilusión creada (Ludwig, 2005).

En resumen, el neoliberalismo necesita de la participación de los sujetos tanto en


el plano objetivo como en el subjetivo, esto es, que persigan la ilusión que este
proyecto ha prometido, que le crean e intenten por todos los medios acceder a
este falso reconocimiento a través de sus acciones. En este sentido, el carácter
sublime del neoliberalismo funciona llenando de vacío el lugar que promete. La
ideología logra posarse en la acción misma, en la experiencia cotidiana de los
sujetos, que al subjetivarse como espacio no ideológico constituye la continuidad
de las relaciones de dominación (Millones, 2013)

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