Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ADRIANA HILDENBRAND
ANA MARÍA YOUNG
LIMA, 2021
Resumen
Tabla De Contenidos
Introducción………………………………………………………………...……………………...ii
Capítulo 1: Las relaciones sociales de los adolescentes …………………………………....1
Capítulo 2: Las afectaciones de las restricciones de la pademia en las relaciones sociales
de los jóvenes universitarios ……………………………………….……………………………8
Conclusiones…………………….…………………………………………….……………........15
Referencias ……………….…………….……………………………………..……….…..........17
ii
Introducción
Todos los individuos han recibido el múltiple impacto de la pandemia del COVID-19
en sus rutinas diarias, especialmente, los jóvenes universitarios quienes se estaban
adentrando a una vida con mayor autonomía. Es así, como el ámbito socioafectivo tuvo un
fuerte impacto en las relaciones sociales porque las restricciones de la pandemia, tales
como el cierre de instituciones públicas y privadas, el aislamiento y confinamiento social han
afectado la forma en la que los jóvenes solían mantener y crear sus relaciones, a partir de
ello, las personas utilizan los medios tecnológicos para el mantenimiento y el cuidado de sus
relaciones (Simonetti, 2021; Cívico et al., 2021; Asún et al., 2021). Si bien antes de la
pandemia la tecnología ya formaba parte de la vida de muchas personas, ahora, se ha
producido un incremento para realizar todas las actividades que antes requerían de lo
presencial; como comunicarse, pasar tiempo de ocio con amigos, visitar familiares, hacer las
compras, trabajar, etc.
Por otro lado, es importante recalcar que las personas son seres sociales, es decir,
que se vuelve parte de ellos la necesidad de estar en contacto con los demás mostrando
afecto y cariño (Vergara et al., 2021; Unicef, 2020; Ramírez, 2020). Además, las relaciones
sociales son las que ayudan a los jóvenes a consolidar sus identidades individuales y
sociales, por lo que, es crucial conocer los impactos de la pandemia en el mundo social
(Marler et al., 2021; Botero et al., 2009). Justamente, es relevante dar conocimiento de estas
afectaciones para poder sobrellevar la coyuntura actual priorizando el bienestar y desarrollo
personal de los jóvenes universitarios, quienes sienten que han perdido experiencias o
vivencias propias de su edad, lo cual genera impactos negativos en su salud mental (Unicef,
2020).
Asún et al. (2021) señala que en su investigación que las principales relaciones
sociales de los jóvenes universitarios que sufrieron mayor impacto por la pandemia fueron
las familiares, amicales, amorosas y laborales. Cabe señalar que las relaciones familiares si
bien no sufrieron la distancia, tuvieron problemas al compartir un mismo espacio para
realizar todas sus actividades diarias como trabajar, estudiar, pasar tiempo de ocio, etc. A su
vez, las investigaciones de Toprakkiran y Gordils (2021) y Chaves (2021) señalan que
principalmente el impacto se ha dado porque lo social implica lo presencial como elemento
clave y esto se ha visto rechazado por el miedo al contagio y la incertidumbre que la
coyuntura conlleva; es así como la tecnología aparece como un nuevo espacio para poder
desarrollar, mantener y crear las relaciones sociales. En la realización de este trabajo se
pretende identificar las modificaciones en las relaciones sociales de los jóvenes
universitarios. Para ello, la hipótesis que se plantea es que las restricciones de la pandemia
iii
han modificado las formas base que solían tener las relaciones sociales de los jóvenes
universitarios, ya que, gracias a las restricciones de la pandemia se consigno los medios
tecnológicos como un nuevo espacio para el mantenimiento de las relaciones sociales de
una forma segura, evitando el contacto físico. El incremento de la tecnología puso a prueba
los vínculos de los jóvenes, debido a que, requiere un compromiso y atención mayor para
poder captar el mensaje de la otra persona; muchas veces se rompió el vínculo (Unicef,
2020).
Por ello, el objetivo general del presente trabajo es identificar las afectaciones de las
restricciones de la pandemia en las relaciones sociales de los jóvenes universitarios. Para
lograrlo se dividirá en dos capítulos, en el primero, se definirán conceptos base, tales como,
adolescencia tardía y adultez emergente (población a investigar), relaciones sociales y los
tipos de relaciones sociales más significativas para los jóvenes. En el segundo capítulo, se
narra el contexto de la pandemia y se identificaran las modificaciones en las relaciones
sociales de los jóvenes universitarios, por lo que, primero se expondrá el cambio hacia el
espacio virtual y luego las afectaciones concretas en las relaciones significativas de los
jóvenes.
El presente trabajo expone información sobre los impactos que tienen los jóvenes al
verse alteradas sus relaciones, además, da conocimiento de la importancia de las relaciones
sociales para el desarrollo de los jóvenes. No obstante, debido a la que el tema escogido es
actual las fuentes consultadas no contenían información que hubiera ayudado a abarcar la
problemática con mayor profundidad, por ejemplo, en el ámbito familiar hay una diversidad
en los tipos de familias que existen, tales como, monoparentales, biparentales,
homoparentales, entre otras más; describir el impacto de las restricciones en cada tipo de
familia hubiera sido útil para hacer más objetivo el trabajo. De igual manera, se ha logrado
cumplir con los aspectos requeridos para comprender la problemática.
1
Capítulo 1
Las relaciones sociales de los jóvenes universitarios
a partir de ello, tomará decisiones importantes para su vida personal, pues, se encuentra en
la transición hacia la adultez emergente (Meinardi et al., 2009).
El público de investigación del trabajo son los jóvenes universitarios; si bien, la
juventud como tal no tiene una definición común en cuanto al rango de edad. Pero, se
podría definir a los jóvenes entre un rango de edad de 15 a 24 años. Al mismo tiempo se le
suele dar a la definición de “joven” un valor en relación al tiempo que el individuo es
considerado como “mayor de edad” ante la ley, por ejemplo, en Perú, Argentina, Panamá.
Cabe recalcar que la concepción de “juventud” es diferente para cada país, porque
intervienen diferentes factores del propio contexto y cultura (Naciones Unidas, s/f). Por otro
lado, la universidad es un espacio donde el joven se forma de manera profesional y se
desarrolla como persona. Es un espacio compartido donde se viven diferentes experiencias
que incluyen confrontaciones, debates a compartir con compañeros/amigos (Murcia, 2008).
Asimismo, la vida universitaria permite a los jóvenes tomar distancia de aquellas personas
“adultas” que ven como autoridad y que muchas veces significan para los jóvenes más un
impedimento que una ayuda. Los adultos suelen poner límites que los jóvenes perciben
como obstáculos para cumplir sus deseos (Posada-Bernal et al., 2021)
Entonces, se ha podido identificar dos etapas dentro el grupo de jóvenes
universitarios; los adolescentes tardíos y adultos emergentes, ambos están establecidos por
un rango de edad entre 19 a 25 años aproximadamente (Ives, 2014; Klein, 2020). Los
jóvenes están en la transición hacía la edad adulta, etapa que está relacionada con los
procesos de interacción social, la consolidación de la identidad y la responsabilidad y toma
de decisiones; por lo que habrá variaciones basadas en contexto del grupo social (Aliño y
Pérez, 1999). La consolidación de la identidad se da en el mundo social, por lo que, esta
requiere la interacción con los demás para hacer posible el compartir de experiencias y la
reafirmación ante el reconocimiento del “otro”; esto contribuye a la autoimagen del joven.
Todo eso en relación al constante discernimiento que el joven hace entre identificaciones
cuando era niño o experiencias dentro dentro de un grupo; esa actividad, por ejemplo, es un
momento de toma de decisiones porque tendrá qué escoger que procedimientos usar para
expresarse y autoafirmarse, como si acoplar o no la experiencia compartida como, un gusto,
un interés político, una opinión, etc. No obstante, este proceso en el mundo social va
acompañado de uno individual donde es necesario una reflexión privada para
autoconocerse (Ramírez, 2018; Izco, 2007).
Retos y objetivos personales de los adolescentes
De hecho, es en esta etapa donde el individuo busca sus propios objetivos, a su vez,
está en constante búsqueda de relaciones externas las cuales se irán tornando como el
apoyo más crucial para cada uno. Por ejemplo, para el adolescente las amistades se
vuelven un apoyo y acompañamiento cercano porque están pasando los cambios de la
3
propia etapa juntos (Frison y Meglio, 2021; Posada-Bernal et al., 2021). Conjuntamente, en
esta etapa se vuelve hasta una preocupación pertenecer a un grupo, es más, es una meta
para el joven explorar el mundo social; y así, cumplir con las “tareas psicológicas” como
lograr la formación y consolidación de sus identidades individuales y sociales (Ives, 2014;
Frison y Meglio, 2021). Si el adolescente se encuentra con obstáculos que dificultan cumplir
con dichas tareas o no llega a progresar es muy probable que se desenvuelven dificultades
en sus relaciones sociales (familiares, amicales, amorosas) como falta de responsabilidad
afectiva, egoísmo, etc. (López y Rodríguez, 1999). De este modo, los individuos van
tomando distancia del entorno familiar, es así como la mayoría de los jóvenes pueden y
quieren asumir sus responsabilidades en medio del proceso de sobrellevar el periodo lleno
de experiencias y confusiones por el cual están atravesando ya que están a “puertas de la
edad adulta”; es importante el aprendizaje por la experiencia y más en el ámbito social que
permite al individuo ser consciente no sólo de la existencia de uno, sino que como él o ella
existen muchas otras personas y cada una pasa su propio proceso (Linders, 2016).
En definitiva, los jóvenes universitarios atraviesan una etapa con múltiples cambios y
retos por cumplir para lograr formarse como adulto, los cuales son la afirmación de su
identidad individual y social, empezar a desarrollar una vida independiente, afrontar riesgos
y frustraciones, aprender a manejar conflictos o discrepancias con padres o pares, entre
otras cosas. Lo cual vuelve importante el apoyo de las relaciones sociales más significativas
de esta etapa las relaciones familiares, amicales, amorosas, e incluso, laborales (Izco,
2007).
etc. Es decir, las relaciones sociales con un impacto positivo en el joven contribuyen al
desarrollo personal con el apoyo y colaboran con la “competencia social” (Martínez, 2013;
Lacunza y Contini, 2016). En suma, las relaciones sociales tienen un rol muy importante
para la formación de cada joven porque permite a cada uno un espacio donde aprender a
desarrollar valores, como la empatía, la solidaridad, la compasión, etc. Y es ahí donde se
aprende a desenvolver sus capacidades sociales tomando en cuenta las experiencias
previas para formar relaciones más maduras a puertas de la edad adulta (Coleman y
Hendry, 1999).
Por último, la comunicación y el contacto son los elementos bases para la interacción
de las relaciones sociales. En primer lugar, es importante entender la comunicación como el
compartir, el cual se puede dar por medio del lenguaje; y el contacto como la conexión o
toque entre cuerpos. En segundo lugar, cabe recalcar que ambos están netamente
relacionados porque lo social implica dedicar tiempo e involucrarse en el vínculo; a su vez, la
comunicación es una buena forma de estar o entrar en contacto con los demás (Cháves,
2021).
las familias muestran que han podido superar estos momentos, por lo que, es muy
importante cómo se desenvuelven las relaciones, los estilos que emplean, la comunicación,
confianza, afecto, etc. A consecuencia de eso, se basará el desarrollo personal del
adolescente y el equilibrio o tranquilidad de los padres (Alfredo, 2006).
Relaciones amicales
Respecto a las relaciones amicales, son, primeramente, cambiantes ya que en esta
etapa el joven busca su autonomía mediante la toma de distancia del ámbito familiar y
depende mucho en el contexto en el que se encuentre cada uno. Lo que da como resultado
que el campo de interés se mantenga en constante ampliación o modificación porque se van
estableciendo nuevas relaciones, e incluso, se pierden o se toma distancia de ciertos lazos
afectivos (Delpino et al., 2013). Tener grupos de amigos ayuda para que el joven logre
desarrollar un control de sus propios impulsos y le permite construir su identidad para
adentrarse a la adultez. Adicionalmente, las amistades significan un apoyo y compañía para
cada persona, a su vez, la mayoría de jóvenes están dispuestos a formar parte de
actividades en conjunto y compartir ideas, opiniones, sueños, esperanza, dudas, etc. A partir
de ello, pueden razonar en conjunto para proyectar sus próximas experiencias y construirse
cada uno como personas individuales y dentro del ambiente social; al mismo tiempo, son las
relaciones más equitativas en el sentido que son relaciones entre jóvenes dentro de un
rango de edad cercano, que, en comparación de las relaciones de familia, donde se puede
ver un grado de “autoridad” en cuanto a los padres frente a los hijos (Coleman y Hendry,
1999; Posada-Bernal et al., 2021). Entonces, como anteriormente ya se ha mencionado, en
esta etapa de la vida el joven busca autonomía respecto al ámbito familiar, por lo que, los
amigos pasan a ser la influencia más importante y el apoyo más crucial, es así como cada
vez se busca compartir más tiempo juntos. Justamente, la sensación de pertenencia a un
grupo del joven y ver que ha sido capaz de entablar relaciones amicales genera satisfacción
y seguridad a la hora de afrontar posibles conflictos, lo que muestra que el joven puede
desenvolverse en el mundo social, debido a que, en base a esas experiencias se logra un
mejor manejo de emociones como la ira o la agresión. Cabe recalcar que los amigos
transmiten diversas emociones tanto positivas como negativas desde alegría, confianza
hasta enojo o ansiedad (Martínez, 2013; Fuentes et al., 2001).
Por otro lado, hay un desafío importante al momento de establecer este tipo de
relaciones el cual es tener la capacidad de confiar en los demás; esto es importante en las
relaciones porque a los amigos el joven se da a conocer como es y se confía aspectos como
preocupaciones, planes, deseos más íntimos. Ante esto, en su mayoría el “otro” (amigo o
amigos) da una respuesta conveniente a esas “revelaciones”, mostrando su comprensión y
poniéndose en el lugar del que habla (Martínez, 2013; Arinzechukwu et al., 2021).
Relaciones amorosas
6
del joven al mundo laboral le concede tener contactos o relaciones, lo cual significa que
podrá involucrarse en acciones colectivas. Además, es el inicio de su autonomía, dado que
le permite la posibilidad de tener una base económica para, posteriormente, lograr la
relación económica con los padres. En suma, es en este ambiente donde se fomenta la
participación ciudadana y es importante mencionar las afectaciones de estas relaciones ya
que los efectos positivos y negativos dependen del contexto del mercado laboral en general
(Organización Internacional del Trabajo, 2010). Vincularse con este tipo de relaciones ayuda
a que el joven pueda hacer parte de su vida el rol laboral, el cual está basado en valores,
responsabilidades reglas, normas, entre otros. De hecho, el tipo de rol que el o la joven
interiorice a su vida depende del trabajo y las vivencias personales respecto del mismo. Por
lo que, es común que los jóvenes experimentan distintas emociones como la frustración, de
igual manera, entrar en el mundo laboral significa un cambio en la rutina del joven o la joven
y existe una inestabilidad laboral por la poca preocupación por los planes políticos de
empleo juvenil; a su vez, es necesario hacer énfasis en el hecho de que el trabajo de los
jóvenes debería ser un interés necesario por toda la sociedad. Por último, es aquí donde se
reflejan las formas en la que se relaciona cada persona, las cuales fueron aprendidas en las
relaciones previas (Weller, 2003).
Por consiguiente, cada relación aporta al desarrollo del joven o de la joven,
visto que, cada tipo de relación apoya y acompaña al adolescente a su manera en esta
etapa de cambios y crisis propios de la etapa. A consecuencia de eso se produce una
inestabilidad en la vida del joven, la cual se ve reflejada en sus comportamientos (por
ejemplo, ira, agresividad, miedo, etc.), que en su mayoría, se dan durante las interacciones
con los demás (Izco, 2007).
8
Capítulo 2
Las afectaciones de las restricciones de la pandemia en las relaciones sociales de los
jóvenes universitarios
Contexto de la pandemia
Toda la sociedad ha recibido el impacto de la enfermedad hasta el día de hoy el
COVID-19 sigue presente en la vida de muchos individuos. De hecho, el primer caso de
COVID-19 se registró en China en diciembre del 2019, posteriormente, en los primeros
meses del 2020 se expandió por la mayoría de países del mundo, lo cual significó que para
mediados de marzo del 2020 la enfermedad fuera conocida como pandemia por la
Organización Mundial de la Salud (Naciones Unidas, 2020; Brycon, 2021; OMS, 2020). La
pandemia enseño la vulnerabilidad física de sociedades enteras, en razón de que se han
dado aproximadamente 250 millones de casos de contagio. A su vez, expuso no solo lo
inestable que son los sistemas de salud, como también, mostró lo inestable que son los
sistemas sociales, económicos y políticos, en medida que, las sociedades vivieron las
“peores crisis” que han afectado a la mayoría de personas e instituciones (Ramírez, 2020;
9
BBC, 2020). Por otro lado, el virus se propaga mediante el contacto físico, al darse las
manos, al tocarse los ojos, nariz y boca, etc., es así como, para estar seguro es necesario
evitar el contacto físico (Posada-Bernal et al., 2021). Por ello, las principales restricciones
que las sociedades implementaron para evitar la propagación del virus fueron el aislamiento
o confinamiento social, el cierre de instituciones o limitaciones para transcurrir por espacios
públicos o privados. Cabe señalar la diferencia entre aislamiento social y confinamiento. El
primero es la medida que adoptan las personas contagiadas por el virus para no exponerse
a los demás. El segundo es la medida que adoptan las personas que no tienen el virus para
no contagiarse, es decir, se quedan en sus hogares (Vergara et al., 2021). Todo lo que la
pandemia ha conllevado ha cambiado las rutinas y estilos de vidas de todas las personas de
acuerdo a las regulaciones implementadas por cada país, ya que, cada individuo por un
tiempo determinado ha tenido que realizar sus actividades diarias dentro de casa,
actividades como trabajar, estudiar, hacer cuentas, comprar, hacer deporte, el tiempo de
ocio, etc.
Para finalizar, las restricciones o medidas que se implantaron no fueron los únicos
factores que impactaron en la vida de las personas, pues, en el mejor de los casos las
personas tenían que quedarse en casa, pero, por otros casos las personas atravesaron
situaciones complejas en los que por mucho tiempo una familiar querido estuvo luchando
por su vida o la pérdida de un familiar querido. Efectivamente, la pandemia ha tenido un
impacto negativo en el bienestar físico y psicológico de las personas, especialmente, en los
jóvenes universitarios, los cuales han tenido una afectación en sus desarrollos personales y
en la salud mental (Almazova et al., 2021; Livia et al., 2021; Marler et al., 2021; Naciones
Unidas, 2020; Rodríguez et al., 2021; Vergara et al., 2021).
interactúan con sus amigos, con sus pares, sus familiares, e incluso, cómo se desenvuelven
en el trabajo. Por naturaleza el ser humano es social, es decir, que a lo largo de su vida se
ha acostumbrado y siente como necesidad estar en contacto con los demás, ya sea, por
medio de un apretón de manos, mediante una conversación, un abrazo, un beso, etc.
(Vergara et al., 2021; Unicef, 2020; Ramírez, 2020).
La tecnología como medio para relacionarse
Sin embargo, en vista a la coyuntura actual de la pandemia del COVID-19 el
desarrollo, mantenimiento y la creación de las relaciones sociales de los jóvenes
universitarios se ha visto dada por experiencias virtuales. Es importante señalar que incluso
antes de la pandemia la tecnología ya ocupaba un espacio de la vida diaria de muchos
jóvenes, no obstante, la pandemia se dio de manera espontánea, sin lugar a elección,
poniendo a prueba las capacidades adaptativas de los jóvenes (Lovón y Cisneros, 2020;
Unicef, 2020; Fontana, 2020; Cornejo y Tapia, 2011; Dong et al., 2020). Entonces, el
contacto que se solía dar en las relaciones sociales (expresión de gestos, besos, abrazos,
apretón de manos, diálogos, reuniones, etc.) se ha visto limitado por las pantallas de las
computadoras, celulares o cualquier aparato electrónico que ayude a la comunicación a
distancia. A su vez, también, ha habido un cierto grado de rechazo, puesto al miedo e
incertidumbre que se ha generado en la sociedad. Es decir, esto ha significado un gran
cambio en el mundo social, debido a que, lo social implica lo presencial como elemento
clave, como ya se ha mencionado previamente, para la persona el contacto se vuelve una
necesidad, por lo cual, el cambio a la virtualidad ha significado o sigue significando un
desafío en la vida diaria (Toprakkiran y Gordils, 2021; Chaves, 2021).
Del mismo modo, es necesario reconocer el aporte de la tecnología porque ha
otorgado a los jóvenes la posibilidad de seguir en comunicación con otros y mantener ciertas
actividades (educativas, recreacionales, etc.). Pero, definitivamente, que las relaciones se
den por este medio requiere un mayor compromiso y atención, dado que, es más difícil
captar el mensaje del otro de manera efectiva, en vista que lo virtual abre a las personas a
un sinfín de posibilidades e interpretaciones (Unicef, 2020). Por ejemplo, hay casos donde
una persona le cuenta a un amigo su problema por mensaje, ya sea, una discusión con su
mamá o cómo se está sintiendo. El amigo puede interpretarlo en un primer momento como
broma y hacer un comentario que afecte aún más a la persona. En cambio, si la persona le
cuenta es una conversación cara a cara es más fácil comprender el mensaje por las
expresiones, por el tono de voz, etc. No obstante, cabe señalar que este es un caso
específico porque existen audios, emojis, stickers, etc., que pueden ayudar a una mejor
compresión.
En síntesis, al verse estresados por la situación veían como necesidad las
interacciones sociales para poder despejarse y afrontar lo que se vivía. Dando como
11
resultado, un mayor uso de la tecnología para seguir conectados, es así como lo virtual se
volvió un espacio para la socialización (Unicef, 2020; Gioia et al., 2021). Justamente, para
los jóvenes la pandemia tiene un impacto particular en su bienestar al separarse de sus
relaciones porque están en una etapa sensible, la cual se basa en la transición a la edad
adulta. Además, los jóvenes sienten que tienen la tarea de ampliar sus relaciones básicas
(relaciones familiares) a relaciones de amigos o pares, lo cual se ha dificultado por la falta
de lo presencial (Abaoud et al., 2021; Almazova et al., 2021; Posada-Bernal, 2021).
A su vez, la etapa que los jóvenes universitarios están pasando está llena de retos,
metas, frustraciones y experiencias que les permitirán desarrollarse como personas y formar
sus propias identidades individuales y sociales. Todo lo mencionado ha significado un reto
para los jóvenes durante la pandemia, considerando que se ha dado un aumento en el
consumo de la tecnología para las interacciones con sus relaciones significativas, lo cual ha
tenido un impacto negativo en la salud mental como el incremento de estrés, sentimientos
de soledad, problemas de sueño, ansiedad, depresión, entre otros (Zinchenko et al., 2021;
Rodríguez, 2021; Cívico et al., 2021). En otras palabras, ha resultado agotador realizar la
mayoría de las actividades diarias (clases virtuales, trabajos virtuales, compras virtuales,
etc.) mediante pantallas, lo que ha tenido un impacto psicológico en los adolescentes.
Por último, se debe señalar que hay un gran número de jóvenes que por la falta de
recursos y la crisis de la pandemia no han podido adquirir algún tipo de dispositivo para
construir ese espacio de socialización. A ello se le suma la “crisis mundial del aprendizaje”
porque varios jóvenes no han podido seguir con sus clases, como lo señala Unicef (2020) en
su investigación en alrededor de 71 países donde más de la mitad de la población no cuenta
con internet.
Modificaciones de las principales relaciones sociales de los jóvenes
universitarios
Las relaciones amicales, familiares, amorosas y laborales son las que principalmente
han sufrido las modificaciones a consecuencia de la pandemia. Posada-Bernal et al. (2021)
menciona que, si bien todas las relaciones sociales son distintas, comparten estándares
parecidos y que las relaciones más afectadas son las amicales. A continuación, se
mencionan los cambios en estos cuatro tipos de relaciones sociales de los jóvenes
universitarios.
En primer lugar, si bien, en el caso de las relaciones familiares no hubo un paro del
contacto presencial (en casos donde los jóvenes vivían con la familia) tuvieron que
sobrellevar el reto de compartir el mismo espacio para todas sus actividades (trabajo,
estudio y descanso) y cumplir con el objetivo de mantener un buen ambiente de convivencia
familiar (Posada-Bernal et al., 2021). En suma, como se ha mencionado anteriormente, la
tecnología genera un agotamiento en la persona lo que puede generar ansiedad, estrés,
12
depresión, etc. Y esto trae como consecuencia la aparición de tensiones en las relaciones
dentro de la familia, ya sea con padres, hermanos, hermana, abuelos, o cualquier familiar
con el que uno comparte la vivienda. De este modo, muchas de esas tensiones han
terminado en violencia doméstica por no tener una manera asertiva de canalizar las
emociones a la hora del manejo de conflictos (Ramírez, 2020). Antes de la pandemia, los
miembros de la familia la mayoría de su tiempo en la semana lo pasaban estudiando en la
universidad/ colegio o trabajando, incluso, pasaban su tiempo libre con amigos fuera de sus
hogares. Durante la pandemia, el tiempo en casa con la familia ocupó todo su tiempo en la
semana, lo cual significó activar la capacidad adaptativa de cada miembro para poder
mantener una buena convivencia y apoyo familiar para sobrellevar la situación de crisis
(sanitaria, económica, social, política) (Macías y Aveiga, 2021; Lepin, 2020).
Por otra parte, hay otros casos de familias que pasar todo su tiempo en casa ha
ayudado a mejorar la comunicación y los aspectos afectivos dentro de los miembros
Pudieron adaptarse de tal manera que lograron crear normas y roles de convivencia que
ayuden a la relación familiar, puesto que, significó un espacio para poder fortalecer o
mejorar dichos vínculos (Ramírez, 2020).
En síntesis, los cambios que trajo la pandemia en las relaciones familiares han sido
negativos y positivos, en algunos casos. Cabe recalcar la existencia de varios tipos de
familias (monoparental, biparental, familias reconstruidas, familias adoptivas,
homparentales, entre otras) y la diversidad de costumbres que cada una inserta a sus vidas,
por lo que, el presente trabajo expone lo encontrado en las investigaciones por el momento.
En segundo lugar, las relaciones de amistad, las cuales han sido las más afectadas
por el hecho de que el contacto comunicacional que antes se daba en una salida, por
ejemplo, a comer con amigos o con la posibilidad de interactuar presencialmente en las
instituciones educativas, ahora se hayan limitado por los medios virtuales (redes sociales,
plataformas para realizar videoconferencias, mensajes o llamadas) (Posada-Bernal et al.,
2021). Para los jóvenes en esta etapa es importante el compartir con sus pares, es aquí
donde la mayoría de personas le otorga al mundo social un valor significativo en su vida,
porque comparten experiencias similares entre sí. De esta manera es como los amigos les
abren las puertas a espacios para que se diviertan, pero, a su vez, para que se puedan
sentir escuchados y acompañados. La pandemia ha golpeado fuertemente ese espacio de
escucha, apoyo y diversión que los jóvenes tenían diariamente. No obstante, no quiere
decir que no se haya seguido dando, es más, aunque se ha venido dando por el ámbito
virtual ha sido de gran soporte para sobrellevar los sentimientos de angustia, miedo,
ansiedad, etc., o pérdidas de seres queridos durante esta crisis, pues la tecnología a
permitido la comunicación con los amigos y la facilidad de informarse respecto a la
coyuntura. Entonces, sí ha significado un reto adaptarse a nuevas formas de comunicación,
13
en vista que, todas las interacciones implican lo presencial para un mayor soporte y
construcción de la relación. Existen casos donde la pandemia ha significado el deterioro de
muchas relaciones de amistad por no lograr sobrepasar el reto sobre la falta del contacto
físico y el nuevo espacio de socialización (Unicef, 2020; Vergara et al., 2021).
En conclusión, las relaciones de amistad se han puesto a “prueba” por todo lo que ha
conllevado la pandemia, porque se señala que hubo amistades que se mantuvieron, que se
pudieron ayudar mutuamente ante las situaciones durante la pandemia, que pudieron pasar
tiempo de ocio por medios virtuales, etc. Por otro lado, hubo amistades, de las cuales, se
tomó distancia y se dejó la constancia de interacción que antes de la pandemia se daba.
En tercer lugar, las relaciones amorosas de los jóvenes universitarios tuvieron un
impacto fuerte en la intimidad, muchas relaciones no compartían la vivienda y la pandemia
constató en que cada uno se cuide en su propia casa evitando cualquier tipo de contacto
físico. Justamente, lo presencial o físico fortalecen las relaciones de pareja de los jóvenes,
puesto a que así podían consolidar ese vínculo que se crea entre dos personas (Posada-
Bernal, 2021). Asimismo, según Gulzar et al. (2016), eso les permitía ser felices respecto a
su relación, en razón de que, la satisfacción con lo presencial aumentaba. El gran impacto
de la pandemia fue que esas interacciones no eran iguales mediante las pantallas de los
dispositivos electrónicos. Cabe señalar que, así como las amistades, las relaciones
amorosas de los jóvenes o se mantenían o llegaban a su fin. Al no saber cómo sobrellevar la
distancia más las crisis que la pandemia trajo, los jóvenes tomaban la decisión de no
continuar con la relación. Es ahí donde para cada joven se le sumaba sentimientos de
soledad, ansiedad, angustia, etc., debido a que , la mayoría consideraba que era grande el
afecto y cariño que la pareja aportaba.
Por último, el espacio fuera del ambiente familiar significaba para ellos un comienzo
de su independencia; debido a que, su soporte crucial deja de ser la familia, dado que, la
pareja ocupa ese valor. Ahora, ese ambiente donde el joven o la joven podía sentir su
intimidad se afectó por la pandemia porque durante ella los adolescentes pasaban todo su
tiempo al lado de sus familias, lo cual significó para ellos un exceso, debido a que, en esta
etapa la persona busca tomar distancia del mundo familiar (Unicef, 2020). si para muchos
antes de la pandemia resultaba difícil poder entablar una relación de carácter amoroso,
durante la pandemia y por el medio virtual resulta aún más complejo. Por otro lado, los
adolescentes deberían hacer parte de sus relaciones una comunicación efectiva, en la que
establezcan límites y que puedan llegar a consensos donde encontrarse presencialmente se
realice de una forma segura para ellos mismos y para las personas con las que viven
(Ehmke, s/f).
En cuarto lugar, en el mundo laboral, los jóvenes se vieron afectados principalmente
por el teletrabajo (trabajo de forma virtual), la cual se presentó durante la pandemia como la
14
nueva vía para poder seguir cumpliendo con las labores. Ante esto, el cumplimiento de los
derechos de los empleados, los cuales vendrían a ser los jóvenes, se ha visto interrumpido
por el medio virtual. Ya que, en muchos casos no se respetaba las horas establecidas de
trabajo durante el día; en suma, hubo varios casos en que los jóvenes por la crisis
económica que la pandemia generó se quedaron sin empleo. Todo ello genera en el joven
frustraciones, ansiedad, angustia, etc., en sí, estas situaciones relacionadas al ámbito
laboral tendrían un impacto negativo en su salud mental (Posada-Bernal, 2021).
Sintetizando, si antes de la pandemia el trabajo juvenil no ha tenido proyectos por
parte del Estado para contrarrestar los largos tiempos que pasaban sin empleo. Ahora, con
la pandemia al Estado se le suman otras crisis principalmente la sanitaria, la económica y la
social, lo cual complica aún más la posibilidad de abordar proyectos del trabajo juvenil
(Weller, 2003). Finalmente, la pandemia si ha afectado las relaciones sociales de los
adolescentes, pero, se hace evidente que los niveles de impacto varían de acuerdo al tipo
de relación y como se ha sobrellevado la coyuntura. Además, este impacto ha sido negativo
y positivo, en algunos casos.
15
Conclusiones
Referencias
Sociedad, 21(1).
https://revistas.unlp.edu.ar/OrientacionYSociedad/article/view/12310
Fuentes, A., Martinez, J., Hernandez, A. (2001). Relaciones de amistad y competencia en
las Relaciones con los iguales en la adolescencia. Revista de Psicología Gral y Aplic.,
54(3), 531-546. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2364897.pdf
Gioia, Fioravanti, G, Casale, S & Boursier, V. (2021). The Effects of the Fear of Missing Out
on People’s Social Networking Sites Use During the COVID-19 Pandemic: The
Mediating Role of Online Relational Closeness and Individuals’ Online Communication
Attitude. Frontiers in Psychiatry.
https://doi.org/10.3389/fpsyt.2021.620442
Gómez, M., Ortega, R., y Viejo, C. (2019). Psychological Well-being during adolescence:
stability and Association with romantic relationships. Frontiers in Psychology.
https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.01772
Gulzar, S. & Mahmood, Z. (2016). Intimate relationships in university students: a
psychometrical approach. ResearchGate.
https://www.researchgate.net/publication/321193586_INTIMATE_RELATIONSHIPS_I
N_UNIVERSITY_STUDENTS_A_PSYCHOMETRIC_APPROACH
Ives, E. (2014). La identidad del adolescente. Como se construye. Revista de formación
continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia. 14-18.
https://www.adolescenciasema.org/usuario/documentos/02-01%20Mesa%20debate
%20-%20Eddy.pdf
Izco, M. (2007). Los adolescentes en la planificación de medios, segmentación y
conocimiento del Target. [Tesis para obtener grado de doctorado, Universidad de
Navarra]. http://www.injuve.es/sites/default/files/2%20-%20los%20adolescentes
%20como%20personas.pdf
James, M. (1980). Identity in Adolescence. Handbook of adolescence Psychology, 109-137.
https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/36763432/identity-with-cover-page-v2.pdf?
Expires=1636089427&Signature=XRWqieOFMzicOiYjv6BTZlK9Eg-
rGfPBECOuMPEm1PlMQrUIoiAcjoGOErYG~PJaZeKykMNxQvdZKz8A2E2X2Bnd~e
E~brs~zw2svH31uMp6NTmsguKNkBL8~BciKVt4p9S8OAm3LtozD4SqgHhgfzBOpZE
MNytkTitIF5SRvyOKJFYoU7Y7uWgpSyFfb0c7NDXT3wL586P9TpD~C5d~pAdnRF5s
U7xrdWmxbMXa7NfJ0ynmAcQVmBYB~wK~IeVZeNIIveR8DKVez0ywHttpNOLGtCG
vbMy7f4dbLd5KVA1gYdUtN5grfRlZENQ~wS~OimEefBiSHiatgzkof0F-
sA__&Key-Pair-Id=APKAJLOHF5GGSLRBV4ZA
Klein, A. (2020). Concepción de la adolescencia en Peter Blos: la ardua tarea de ser
adolescente. Revista de Psicología, 19(2), 53-64.
https://doi.org/10.24215/2422572Xe076
20