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La medicalización tiene como primordiales secuelas la trasformación

de individuos sanas en enfermos, el incremento de males


iatrogénicos, el consumo de recursos sanitarios y la pérdida de
efectividad y eficiencia de los mismos. - Medicalización de la vida. La
primera efecto de la medicalización es el crecimiento progresivo de
esa medicalización. La sociedad está en la paradoja de que en el
instante que más grande es el grado de salud objetivo que existe y
una vez que más grande es el número de servicios sanitarios
prestados, peor es la sensación de salud subjetiva y más grande es la
demanda de servicios sanitarios. Ello es debido básicamente a que
no se ven cumplidas las expectativas existentes, creadas de manera
artificiosa, al no existir resoluciones para toda clase de
inconvenientes y/o situaciones. La sociedad se hace cada vez más
dependiente del sistema sanitario y es preciso la colaboración de
sus expertos en todos los puntos de la vida (enfermeras en los
colegios, certificados doctores para visitar un balneario, etcétera.).
La utilización irreflexivo de los recursos sanitarios accesibles causa
efectos nocivos graves. - Crecimiento del consumo de fármacos. En
estrecha interacción con el punto anterior, la medicalización hace un
crecimiento del consumo de medicamentos, en muchas situaciones
innecesario y/o ineficaz, que se incrementa el peligro de actitudes
adversas, relaciones etcétera. Una vez que se conducen a cabo
actuaciones no eficaces, estas no obtienen los resultados esperados
por la población y este incumplimiento de expectativas puede
terminar generando frustración, desconfianza o ansiedad, que
paralelamente ocasionan la averiguación de novedosas
resoluciones en la zona sanitario fomentando novedosas
medicalizaciones. La averiguación de resoluciones externas
(generalmente el área sanitario) a toda clase de situaciones conlleva
una pérdida progresiva de las maneras no médicas de encarar los
esfuerzos y de la función de autocuidados. - Disminución de los
recursos informales. Aunque la medicalización de la vida no es el
elemento primordial de el decrecimiento de los diversos recursos
informales en la sociedad, sí que es un elemento influyente en esa
situación, al ofrecer prioridad a la atención prestada por los expertos
sobre los prestados por estos recursos. - Sistema sanitario
desbordado. está generando un sistema cada vez más masificado y
con listas de espera desorbitadas o con una disminución de la calidad
de la atención. En Atención Hospitalaria produce la realidad de listas
de espera crecientes, lo cual conlleva situaciones desafortunadas que
llegan a la crítica pública, generando más grande insatisfacción y
descrédito del sistema. - Crecimiento del gasto sanitario. La
adhesión a la cartera de servicios de situaciones que responden a
necesidades demandadas empero no reales y la integración al
entorno sanitario de situaciones antes atendidas por otros sectores
producen incremento del gasto sanitario. Además contribuyen a
incrementar dicho gasto situaciones más cercanas a los clínicos
como el aumento incongruente del trabajo de novedosas
tecnologías o la prescripción de tratamientos ineficaces. Este
crecimiento del gasto sanitario actúa en detrimento de otros sectores
que tienen la posibilidad de contribuir de forma positiva al estado
de confort. - Pérdida de efectividad y igualdad del sistema. El
incremento del gasto sanitario hablado en el apartado anterior,
además de ir en detrimento de los recursos con el propósito de otros
sectores, además hace que actuaciones de probada efectividad se
vean marginadas o retrasadas en la época. Varios de los
componentes involucrados con la medicalización de la vida, como la
parcelación de la atención, la superespecialización de los expertos, la
tecnificación del sistema, etcétera., son componentes que
permanecen contribuyendo a que la atención sanitaria vaya
perdiendo una faceta importante de la misma como es el elemento
humano. acaban convirtiendo a personas sanas en enfermos
dependientes del sistema. Una forma de ver este aspecto es por
medio del incremento de las reclamaciones existentes hacia la zona
sanitario tanto de manera formal (judiciales) como informal
(reclamaciones, denuncias en medios de comunicación, etcétera.). El
síndrome de desgaste profesional o Burnout, que tal vez represente
otra forma de medicalización, es una expresión de esta insatisfacción.
En forma de conclusión, cada una de estas secuelas comentadas de
la medicalización de la vida tienen la posibilidad de ser resumidas en
la siguiente sentencia de Moynihan: "la medicalización de la vida es
un proceso que convierte a personas sanas en enfermas, que crea
mal iatrogénico y que desperdicia recursos importantes".
La medicalización tiene como principales consecuencias la
trasformación de personas sanas en enfermas, el crecimiento de
padecimientos iatrogénicos, el consumo de recursos sanitarios y la
pérdida de efectividad. La sociedad se hace cada vez más
dependiente del sistema sanitario y se requiere la participación de
sus profesionales en todos los aspectos de la vida (enfermeras en
los colegios, certificados médicos para ir a un balneario, etc.). la
medicalización hace un incremento del consumo de medicamentos,
en muchas situaciones innecesario y/o ineficaz, que aumenta el
riesgo de reacciones adversas, interrelaciones etc. Cuando se
conducen a cabo actuaciones no eficaces, estas no obtienen los
resultados esperados por la población y este incumplimiento de
expectativas puede concluir generando frustración, desconfianza o
ansiedad, que simultáneamente provocan la búsqueda de nuevas
soluciones en el área sanitario fomentando nuevas
medicalizaciones. La búsqueda de soluciones externas
(generalmente la zona sanitario) a todo tipo de situaciones conlleva
una pérdida progresiva de las posibilidades no médicas de afrontar
los esfuerzos y de la capacidad de autocuidados. Aunque la
medicalización de la vida no es el componente fundamental de la
disminución de los múltiples recursos informales en la sociedad, sí
que es un componente influyente en dicha situación, al dar prioridad
a la atención prestada por los profesionales sobre los prestados por
dichos recursos. - Sistema sanitario desbordado. - Incremento del
gasto sanitario. La integración a la cartera de servicios de situaciones
que responden a necesidades demandadas pero no reales y la unión
al ámbito sanitario de situaciones anteriormente atendidas por otros
sectores generan aumento del gasto sanitario. Este aumento del
gasto sanitario actúa en detrimento de otros sectores que pueden
contribuir de manera positiva al estado de bienestar. El aumento del
gasto sanitario comentado en el apartado anterior, además de ir en
detrimento de los recursos destinados a otros sectores, además
provoca que actuaciones de probada efectividad se vean marginadas
o retrasadas en la era. Diversos de los elementos relacionados con
la medicalización de la vida, como la parcelación de la atención, la
superespecialización de los profesionales, la tecnificación del
sistema, etc., son elementos que están contribuyendo a que la
atención sanitaria vaya perdiendo una faceta fundamental de la
misma como es el componente humano. Una forma de ver este
aspecto es por medio del aumento de las reclamaciones existentes
hacia el área sanitario tanto de forma formal (judiciales) como
informal (reclamaciones, denuncias en medios de comunicación, etc.).
A modo de conclusión, todas estas consecuencias comentadas de
la medicalización de la vida pueden ser resumidas en la siguiente
sentencia de Moynihan: "la medicalización de la vida es un proceso
que convierte a personas sanas en enfermas, que crea mal
iatrogénico y que desperdicia recursos relevantes".

Las principales consecuencias de la medicalización de la vida es la


transformación de personas sanas a enfermas, el crecimiento de
padecimientos iatrogénicos, el consumo de recursos sanitarios y la
pérdida de efectividad. La sociedad cada vez se hace más
dependiente del sistema sanitario, requiriendo la participación de los
profesionales de la salud en todos los aspectos de la vida, la
medicalización hace un incremento del consumo de medicamentos en
muchas situaciones innecesarios, que conllevan a riesgos de
reacciones adversas, cuando las actuaciones no son eficaces,
generan una sensación de frustración, desconfianza o ansiedad, que
provocan una búsqueda alternativa en el área sanitaria. En resumen,
la medicalización de la vida es un proceso que convierte a las
personas sanas en enfermas, crea mal iatrogénico y desperdicia los
recursos relevantes.

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