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Análisis de La Apelación Diferida Regulada en El Código Procesal Civil de La República de Nicaragua"
Análisis de La Apelación Diferida Regulada en El Código Procesal Civil de La República de Nicaragua"
Autora:
Alioska Saudara Alvares Soza
Tutor:
MSc. Flavio José Chiong Aráuz
Managua, Nicaragua
Diciembre 2018
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DEDICATORIA
Mi mamá Lidia, mis hermanas Kenya, Raissa, Yaren, mis sobrinas Camila, Amalia, mi
sobrino Alessandro y mi esposo Jasser, quienes siempre estuvieron presente,
apoyándome, dándome la fuerza necesaria cuando creí que era imposible lograrlo y
sobre todo por su amor.
Mis dos ángeles que están en el cielo, a quienes no tuve la oportunidad de conocer
pero sí la alegría de sentirlos dentro de mí. A mi hija Zoe Jazmín por ser una guerrera
de la vida.
Al doctor Flavio José Chiong Aráuz, mi mentor desde pregrado, por su apoyo
incondicional, su paciencia y por creer siempre en mí.
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AGRADECIMIENTO
Mi mamá, mis hermanas, sobrinas, sobrino, mi esposo y sobre todo a mi hija, por
darme la fortaleza para luchar con las adversidades de la vida y por su amor.
Al doctor Flavio José Chiong Aráuz y al máster Reynaldo Murillo Valverde por su
siempre disposición y esmero.
A mi amiga Arelli Méndez Varela por su constante apoyo y empujarme a vencer mis
miedos.
A cada uno de las y los docentes que facilitaron los módulos de la maestría, fuentes de
inspiración, a quienes agradezco inmensamente sus enseñanzas, aclaraciones,
debates y sobre todo por su interés en formarnos con calidad y calidez.
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TEMA:
6
INDICE GENERAL
DEDICATORIA ..................................................................................................................................... 3
AGRADECIMIENTO ............................................................................................................................. 4
TEMA: .................................................................................................................................................... 6
RESUMEN .......................................................................................................................................... 10
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................ 14
JUSTIFICACIÓN ................................................................................................................................. 17
OBJETIVOS ........................................................................................................................................ 20
General: ........................................................................................................................................... 20
Específicos: ..................................................................................................................................... 20
CAPÍTULO I ........................................................................................................................................ 21
2. Concepto ..................................................................................................................................... 22
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2. Tratamiento procesal de la apelación en la Ley 902 “Código Procesal Civil de la República
de Nicaragua”.................................................................................................................................. 38
CAPÍTULO IV ...................................................................................................................................... 76
1- Generalidades ......................................................................................................................... 83
8
2- La apelación diferida ............................................................................................................... 84
ANEXOS............................................................................................................................................ 107
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RESUMEN
Para su abordaje, se establecieron como objetivos: distinguir los casos en que procede
la apelación diferida y su tratamiento procesal, determinar si contra una misma
resolución judicial cabe ésta y recurso de reposición, especificar diferencias y
similitudes con la figura jurídica de la protesta, y finalmente se analizó de forma
comparativa el tratamiento procesal de la apelación diferida con lo regulada en el
Código Procesal Civil de la República de Honduras, tomando como referencia los más
de ocho años de vigencia de este cuerpo normativo.
Para lograr estos objetivos, esta investigación tuvo un enfoque cualitativo y descriptivo,
se analizaron fuentes documentales contenidas en referencias bibliográficas. Así
también, en la búsqueda de información, se utilizaron métodos empíricos como la
entrevista a profundidad, a los siguientes juristas seleccionados por su calificación
profesional y experiencia nacional e internacional en el tema objeto de estudio:
- Máster Perla Margarita Arróliga Buitrago. Magistrada de la Sala Civil Dos del
Tribunal de Apelaciones de Circunscripción Managua. Miembro de la Comisión
Técnica Redactora del Código Procesal Civil de la República de Nicaragua.
Docente de postgrado en Derecho Procesal Civil.
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- Máster Luis Enrique Maljik Flores. Máster en Derecho Procesal Civil,
catedrático universitario y Juez de Letras de lo Civil de San Pedro Sula,
Honduras.
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IV- La apelación diferida y la figura jurídica de la protesta: donde se realiza
un análisis de la figura de protesta, a partir de la cual se especifican
similitudes y diferencias con la apelación diferida.
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ambas, dentro del cual resalta que la apelación diferida es un recurso condicionado,
mientras que la protesta no es un medio de impugnación, sino un mecanismo de aviso
a efectos de poder reproducir en segunda instancia una queja procesal por una
decisión acaecida en primera instancia.
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INTRODUCCIÓN
Los ya veinte meses de entrada en vigencia de la Ley 902, Código Procesal Civil de la
República de Nicaragua (que en adelante se abreviará como CPCN) publicada en La
Gaceta, Diario Oficial número 191 del 09 de octubre de 2015, supuso un importante
cambio del sistema procesal civil, caracterizado anteriormente por ser escrito y rogado,
a un modelo mixto por audiencia. Esto con el fin principal de garantizar una ágil y
efectiva administración de justicia.
La novedad de este nuevo modelo que persigue el CPCN, va más allá de la inclusión
de audiencias orales en los procesos, además se realizaron cambios esenciales en
cada una de las instituciones que contiene, lo que trae consigo la necesidad de realizar
investigaciones que permitan profundizar su alcance jurídico.
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ANTECEDENTES DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN
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Balladares Arancibia, se recomienda que al momento de interponer la apelación
diferida, el secretario judicial deje constancia de su interposición.
Ahora bien, es preciso mencionar que en lo referente a los Códigos Procesales Civiles
de Latinoamérica, dentro de los que se incluyó la figura de la apelación diferida se
encuentran:
- Perú, Resolución Ministerial 10-93 JUS del ocho de enero de 1993 “Código
Procesal Civil”.
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JUSTIFICACIÓN
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La línea general de los recursos establecidos en el CPCN, consiste en que sean útiles
para atacar las resoluciones judiciales que causen perjuicio o gravamen, y no como
medios para entorpecer el proceso, como muchas veces suele suceder en la práctica
forense. Esto en aplicación del principio de buena fe procesal y lealtad procesal, que
rigen el actual sistema.
Si bien, uno de los artículos en el que se hace referencia a la apelación diferida, indica
que procede contra los autos que “expresamente” señala el Código, surge la necesidad
de identificar el tipo de autos y cuáles son esos casos. A su vez, se debe analizar el
propio tratamiento procesal de esta figura jurídica, es decir sus elementos básicos:
temporalidad, formalidad y admisibilidad, funciones de la autoridad judicial inferior y
superior, y los posibles efectos que producirá en el proceso.
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Realizado lo anterior, cabe determinar si por la naturaleza de las resoluciones
judiciales, objeto de apelación diferida, pueden también ser impugnadas mediante
recurso de reposición. Por otra parte, es meritorio especificar diferencias y similitudes
con la figura de la protesta, también novedosa en el sistema.
GENERAL:
ESPECÍFICOS:
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OBJETIVOS
General:
Específicos:
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MARCO DE REFERENCIA
CAPÍTULO I
1. Antecedente histórico
Uno de los elementos relevantes que constituye las generalidades de los recursos, es
su antecedente histórico. Para su identificación, hay que retrotraerse a uno de los
orígenes del actual derecho, es decir, el Derecho Romano, entendido éste para Petit
(2001) como “el conjunto de principios de derecho que han regido la sociedad romana
en las diversas épocas de su existencia, desde su origen hasta la muerte del
emperador Justiniano” (p. 2). Sobre el antecedente de la institución procesal de los
recursos, el mismo autor expresa en su obra:
De lo anterior, se deduce que los recursos no han existido siempre, por cuanto hubo
una etapa en que las resoluciones judiciales eran inatacables. Así, éstos tienen su
antecedente histórico en el derecho romano, pero no desde su inicio sino que
específicamente en la etapa del imperio (año 235 después de Cristo), en la que nació el
recurso de apelación.
No obstante, es preciso aclarar que la apelación de la etapa del imperio romano no fue
la primera manifestación de los recursos, sino que existían con anterioridad a esta
otras manifestaciones, así se encuentra la revocatio in duplum como forma para
solicitar la anulación de una resolución, utilizada únicamente en proceso de ejecución
de sentencia; y la in integrum restitutio o restitución por completo, que procedía
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solamente en casos excepcionales, a los cuales no se entrará en mayor explicación,
por no ser el tema objeto de la presente investigación.
2. Concepto
Frente a las resoluciones judiciales que se van dictando a lo largo del proceso
las partes pueden mantener dos posturas distintas: aquietarse, lo que se
traduce en la aceptación del resultado o solución que contiene la resolución
dictada; o bien combatirlas, intentando conseguir un resultado distinto, mejor o
más favorables que el ya obtenido y más acorde con sus pretensiones. (p.61)
Es decir, los recursos son los medios que el legislador ha establecido para atacar las
resoluciones judiciales, en la búsqueda de la obtención de resultados favorables
apegados a derecho. En este sentido, Fairen (1992), considera que:
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De las diversas definiciones citadas, se deriva que los recursos como figura jurídica
que el legislador ha establecido dentro de la norma son:
- Interpuestos por las partes o los terceros, es decir son de naturaleza dispositiva,
ya que no son actos cuya interposición dependa de la voluntad de la autoridad
judicial.
Al ser entonces los recursos un derecho que le corresponde a las partes, incluidos los
terceros, cabe preguntarse si en el proceso civil ¿encuentra su justificación expresa en
la Carta Magna? o ¿es un derecho derivado?
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Con lo anterior, se ha dado respuesta a la primera interrogante, sin embargo, queda
pendiente una, para lo cual se debe recurrir a la doctrina. Al respecto, hay dos
vertientes, la primera que señala que: “En el proceso civil el derecho al recurso no
forma parte del derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24.1 CE, de modo que
esta no impone al legislador ordinario una regulación de ese proceso estableciendo
recurso” (Montero et al; 2015, p. 436). La segunda, conforme a la que “el derecho de
acceso a los recursos, como vertiente o faceta del derecho a la tutela judicial, es un
derecho prestacional o, si se prefiere, un derecho de configuración legal” (Diego, 2012,
p. 46).
En este último orden de ideas que pareciera ser la más acertada, manifiestan
Escribano-Barona, et.al (2001) en su obra “El Proceso Civil, Doctrina, Jurisprudencia y
Formularios, Volumen V”:
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3. Principios que rigen los recursos
Este principio, está contenido en el artículo 536 del Código Procesal Civil de la
República de Nicaragua, en el que se estipula que son las partes las que tienen la
legitimación para impugnar las resoluciones judiciales, siendo irrelevante la posición
que tengan en el proceso. Extendiendo la misma norma “la posibilidad de recurrir a los
terceros intervinientes en el proceso y demás sujetos alcanzados por la resolución, a
quienes les cause un perjuicio aunque sea parcial”. (Ley 902, 2015, art. 536).
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b)- Principio del interés jurídico para recurrir
Conforme este principio, no basta con que se dicte la resolución judicial, para que la
misma pueda recurrirse, sino que se requiere además que ésta sea gravosa, es decir
cause perjuicio, el que puede ser del todo o parte de la resolución, así lo consagra la
parte infine del artículo 536 CPCN. Al respecto, el Ortiz (2004) señala “la lesión es la
medida del interés”. (p. 9)
Sobre este mismo tema, Matamoros (2016) expresa que “para que exista un agravio
no es suficiente que la ley o los principios generales del Derecho, hayan sido violados
por la resolución; es preciso además, que la violación importe un daño a los intereses o
derechos del recurrente”. (p. 426). Es decir, que en la medida que existe perjuicio se
recurre, si no hay lesión en los derechos no hay interés, no habría por tanto razón para
impugnar, por la falta del elemento condicionante de los recursos, como lo es la
lesividad.
Sin gravamen no hay recurso, y por ello según Escribano-Barona, et al; 2001 “suele
entenderse cualquier diferencia en menos de lo pretendido, o reconocido por la parte, y
lo concedido en la resolución, aunque afecte a cuestiones accesorias como las costas”.
(p. 3425)
Bajo este principio, se estipula “la prohibición del tribunal ad quem de no dictar sin
iniciativa ni excitación de parte interesada, ex oficio, una sentencia que grave al
recurrente aún más que la recurrida” (Fairen, 1992, p. 513). Es decir, la resolución que
resuelve un recurso, no puede ser más perjudicial que la recurrida.
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de igual clase contra la misma resolución por la parte contraria, la resolución que lo
resuelve puede ser más gravosa.
d)- No es lícito a través de los recursos obtener el ius novum o derecho nuevo
No se puede alegar por la vía de los recursos hechos nuevos, pues se debe recordar
que:
Con lo cual, queda sentado que lo no alegado en primera instancia, no puede ser
reproducido por la vía de los recursos, pues el medio para plantear las pretensiones
principales de las partes se contiene en demanda y su respectiva contestación. Ahora
bien, debe decirse, que con el ius novum opera también el principio de convalidación
procesal según el cual, si ocurren nulidades en el proceso y éstas no se reclaman
inmediatamente se convalidan. Por tanto, son los hechos debatidos en primera
instancia los que servirán de base para reproducir los recursos en segunda instancia, si
se tratase de recursos devolutivos como la apelación y la casación.
En este orden de ideas, cabe recordar que lo dispuesto en (Ley 902, 2015, art. 20),
que dispone “Las nulidades procesales relativas, no protestadas oportunamente por las
partes, se convalidan por las actuaciones posteriores”. Cosa que no ocurre con las
nulidades absolutas, puesto que aun no siendo protestadas, no producen convalidación
y podrán ser declaradas por la autoridad judicial de oficio en cualquier momento.
Conforme a este principio las partes, tienen la posibilidad de que el proceso de primera
instancia en el cual el juez a quo dictó una resolución gravosa, pueda ser revisada en
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segunda instancia por el juez ad quem a través de la vía de los recursos, existiendo de
esa manera control y seguridad de las actuaciones jurisdiccionales.
En este sentido, los presupuestos procesales a los que el procesalista civil español
Juan Montero Aroca, se refiere son:
a)- Competencia
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La atribución de jurisdicción a un órgano no es por si sola bastante para que
este órgano conozca de una pretensión determinada y respecto de ello actúe el
derecho objetivo. Es preciso, además, que una norma le atribuya el
conocimiento de esa pretensión en concreto…Surge así el concepto de
competencia. Ésta no es la parte de la jurisdicción que se confiere a un órgano,
ni la medida de la jurisdicción…. La competencia es el ámbito sobre el que un
órgano ejerce su potestad jurisdiccional, y se refiere a las materias sobre las que
un órgano jurisdiccional actúa el derecho objetivo en el caso concreto, esto es,
ejerce la función jurisdiccional. (párr. 3)
En igual orden de ideas, la (Ley 902, 2015, art. 33.2) dispone que: “No serán admitidos
a trámite los recursos dirigidos a un tribunal que carezca de competencia funcional para
conocer de los mismos”. Esta misma norma señala, que este tipo de competencia es
controlable de oficio, es decir, aunque la parte no la alegue su inexistencia, puede ser
declarada por la autoridad jurisdiccional.
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comparecer válidamente en un proceso, que en el CPCN están señaladas en los
artículos del 64 al 69. Por legitimación, se debe entender “la cuestión de quién puede
y/o debe ser parte en un proceso concreto” (Montero,s.f, p. 15).
En este orden de ideas, Escribano-Barona et al. (2001) afirma que “en principio, todas
las resoluciones judiciales son recurribles, a no ser que la Ley disponga expresamente
lo contrario”. (p. 3435). Estableciendo de esa manera, que el derecho a impugnar las
decisiones de las autoridades judiciales manifiestas en las resoluciones es la regla
general, y consecuentemente la excepción a esta, es que la norma expresamente
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señale que contra esa resolución no cabe recurso alguno, es decir su irrecurribilidad.
Así, para de Diego (2012):
Como regla, son recurribles todas las resoluciones judiciales cualesquiera que
sea su importancia; aunque, según el tipo de resolución corresponderá un
concreto tipo de recurso. Esa regla quiebra si un precepto declara expresamente
irrecurrible una determinada resolución. A veces, la exclusión no viene dada por
el tipo de resolución sino por el sentido positivo o negativo de la misma. (p. 82)
d)- Gravamen
Al respecto, Montero et al. (2015) dispone “no hay gravamen, ni recurso posible, si la
resolución es del todo favorable”. (p. 41). Es decir, si la resolución carece de perjuicio
priva de sentido el recurso, y ese perjuicio debe ser generado por la parte dispositiva,
no por su fundamentación, en resumen debe ser con lo resuelto, y no con lo utilizado
como fundamento. Haciendo referencia a la jurisprudencia española, Escribano, et al.
(2001) expresa:
El CPCN, estipula que el perjuicio o gravamen que cause la resolución recurrida puede
ser incluso parcial (ver parte infine del artículo 536).
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5. Requisitos de los recursos
a)- Plazo
Para Montero et al. (2015) “Los recursos deben interponerse necesariamente dentro
del plazo establecido por la ley” (p. 405). Es decir, para cada recurso establecido en la
ley, existe un plazo de interposición una vez que se dicta o se notifica la resolución
respectiva, pasado el mismo la resolución se convierte en firme. Aplicándose en este
sentido el principio de preclusión regulado en (Ley 902, 2015, art. 135), conforme al
cual “Transcurrido el plazo o pasado el término señalado para la realización de un acto
procesal de parte, se entenderá irrevocablemente precluido por el solo ministerio de
ley”.
Cabe preguntarse, sin embargo, qué debe entenderse por plazo. Al respecto la (Ley
902, 2015, art. 131), señala que “es el período de tiempo entre dos fechas que se
puede realizar válidamente una actuación procesal”. En lo que refiere a recursos, el
plazo debe contarse desde el día siguiente que la resolución judicial recurrida ha sido
notificada, o en su caso de la notificación de la aclaración, rectificación o de la
denegatoria de éstas”. (Ley 902, 2015, art. 540),
b)- Fundamentación
Sobre este requisito de admisibilidad, algunos autores expresan, “Cuando las leyes
procesales imponen al recurrente la carga de motivar su escrito de interposición, la
inobservancia de este requisito esencial resulta insubsanable y permite la inadmisión a
limine del recurso” (de Diego, 2012, p. 108).
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Por su parte, el doctor Tórrez (2015) alude que “la fundamentación de los diferentes
medios de impugnación varía en función de si los mismos poseen un carácter ordinario
o extraordinario; por cuanto cada uno responde a diferentes causas que pueden llevar
a su interposición” (p. 410). Con ello, debe decirse que no basta con que se interponga
un recurso, sino que el mismo debe estar debidamente fundamentado, sea por
elementos procesales que permitieron su interposición, y por elementos que depararon
la existencia del perjuicio.
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b)- Extraordinarios: a diferencia de los anteriores, son los que deben ser
fundados en las causales establecidas en la ley y el tribunal tiene límites
en el conocimiento de ellos, pertenecen a estos: la casación, el recurso de
hecho, el de amparo. (p. 311)
El doctor Ortiz Urbina en su texto “Derecho Procesal Civil Tomo II” (2004), establece la
clasificación en atención al órgano que conoce la impugnación, siendo estas:
Ahora bien, el CPCN, no señala de forma expresa que los recursos que contiene
corresponden a la clasificación realizada por los doctrinarios. Sin embargo, de su
tratamiento procesal se puede deducir y ubicar en cualquiera de estas clasificaciones.
En este orden de ideas, el cuerpo normativo en referencia, en su Libro V,
específicamente en su artículo 538 estipula cuatro tipos de recursos a saber:
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a)- Reposición
Es decir, la competencia funcional tanto para admitir este recurso como para tramitarlo
corresponde a una misma autoridad judicial, que es la que dictó la resolución, por lo
que se le ubica dentro de los recursos considerados horizontales y no devolutivos. En
razón de lo anterior, expresa Escribano-Barona et al. (2001):
b)- Apelación
Un recurso ordinario y devolutivo, cuyo objeto puede ser material o procesal, por
virtud del cual se solicita del órgano jurisdiccional de orden jerárquico superior al
que dictó la resolución recurrida que examine su corrección y regularidad con
relación a lo que constituye la materia que haya sido objeto de la decisión en
ella, y dicte otra favorable o más favorable, para el recurrente. (Escribano et al;
2001, p. 3551).
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A su vez, este recurso es considerado devolutivo en tanto que, a diferencia de la
reposición, la competencia funcional para su conocimiento corresponde al superior
jerárquico del que dictó la resolución judicial.
c)- Casación
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CAPÍTULO II
LA APELACIÓN DIFERIDA
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En igual orden, este recurso, es una clara manifestación del principio de doble
instancia, ya que quien lo resuelve es el órgano judicial superior del que dictó la
resolución impugnada (ad quem). Así, si la resolución es dictada por un Juzgado Local
Civil, la apelación será resuelta por un Juzgado de Distrito Civil, y si es dictada por este
último, el recurso será resuelto por el Tribunal de Apelaciones de la Circunscripción que
corresponda.
La afectación sufrida por la resolución objeto del recurso, se expresa por medio de los
agravios, y éstos pueden ser por violación a normas tanto de índole procesal como
material, debiéndose siempre cumplir con la formalidad propia del recurso conforme se
abordará en el siguiente acápite.
Además de los agravios que es el fundamento para recurrir, otro de los elementos
indispensables para poder interponer un recurso, por regla general es la existencia de
una resolución judicial. Así, cada recurso regulado en el CPCN, señala el tipo de
resolución contra la que cabe. De esta manera, en el caso específico de la apelación el
artículo 546 del mencionado cuerpo normativo, estipula que son susceptibles de
apelación las siguientes resoluciones:
Entendida esta para Rifá Soler; Richar González y Riaño Brun, citados por Tórrez,
(2015, p. 361), como “el modo normal y ordinario de finalización del proceso. Esta se
constituye en la resolución judicial que resuelve de forma definitiva estimando o
desestimando, ya sea total o en parte, la pretensión ejercita por el demandante y
resolviendo todos los puntos litigiosos que hubieren sido objeto de debate”. En la
misma línea conceptual Montero et al. (2015) refieren:
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Es el acto procesal del juez (unipersonal) o del tribunal (colegiado) en el que se
decide sobre la estimación o desestimación (total o parcial) de la pretensión
ejercida por el actor, con base a su conformidad o disconformidad con el
ordenamiento jurídico. (p. 378)
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procesal), como que den por terminado el proceso y solucionado el conflicto
extinguida la controversia entre las partes, aunque se deba a una causa ajena al
juzgador (autos de contenido sustantivo). (p.145)
Es decir, son las resoluciones judiciales que sin llegar a la categoría de sentencia,
terminan con el proceso de forma anticipada. Por mencionar algunos de estos autos, se
encuentran: auto que tiene por desistido el proceso (artículo 99 CPCN), auto que
inadmite a trámite la demanda (artículo 424 CPCN), auto que declara con lugar la
excepción material de cosa juzgada (artículo 449 CPCN), auto que declara la falta de
competencia por existir acuerdo arbitral (artículo 451 CPCN), auto que deniegue la
ejecución forzosa de títulos judiciales (artículo 633.3 CPCN).
Conforme el sistema de recursos que persigue el CPCN, la regla general es que los
autos de tipo no definitivo, es decir aquellos que no dan por finalizado el proceso, son
recurribles únicamente de reposición. De igual forma, resuelto este recurso, la
resolución se convierte en irrecurrible, y el único mecanismo disponible es la protesta,
que permitirá preparar el recurso de apelación o casación en su caso de la resolución
definitiva.
La excepción a esta regla, son los autos de tipo no definitivos a los que la ley, de forma
expresa otorga la facultad de ser apelados de forma directa. Por citar ejemplos de este
supuesto, se encuentran: el auto que acuerde la suspensión por razones de
prejudicialidad penal (artículo 62.1 CPCN), auto de admisión de medidas cautelares
(artículo 379 CPCN), auto que desestima la oposición en ejecución de títulos judiciales
(artículo 622.1 CPCN), auto que desestime la oposición en ejecución de títulos no
judiciales (artículo 658.1 CPCN), entre otros.
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la resolución, conforme la regulación establecida en el CPCN (artículos 546 al 561)
ante quien se interpone por escrito en el plazo de diez días desde el día siguiente de la
notificación (por regla general), es ante la autoridad judicial que dictó la resolución
recurrida. Sin embargo, no basta con que se haga de forma “pura y simple” a como lo
establecía el derogado Código de Procedimiento Civil, sino que se exige que en el
mismo se expresen los agravios que causa la resolución, una clara manifestación del
principio de celeridad establecido en el artículo 19 CPCN.
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interposición del recurso, pudiendo a su vez exponer causales de inadmisibilidad si las
hubiere.
Culminada las anteriores fases, la o el juez a quo deberá emplazar a las partes para
que se personen ante el superior jerárquico en el plazo de cinco días, en este momento
procesal la parte apelada puede también alegar causales de inadmisión del recurso si
existieren.
Una vez recibido el expediente y personadas las partes, la autoridad judicial, debe
realizar un segundo examen de admisibilidad del recurso, de ser admitido en el mismo
auto y de manera potestativa, podrá convocar a audiencia conforme las reglas del
proceso sumario. Transcurrido lo anterior, la o el juez ad quem deberá dictar sentencia
en el plazo de veinte días, pudiendo emitir de previo en audiencia su fallo.
3. La apelación diferida
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Perú en 1993 y el hermano país de Honduras con su Código Procesal Civil publicado
en el 2007 y vigente desde el año 2010.
Por otra parte, es importante mencionar que si bien esta institución jurídica es
novedosa en Nicaragua, se puede considerar su génesis en el Decreto número 17 del
15 de marzo de 1923, ya que éste (actualmente derogada), disponía en su artículo 2
que “No hay recurso de apelación contra las resoluciones de los jueces de Distrito en lo
Civil cuando se desestimen nulidades de forma, promovidas incidentalmente, en los
casos en que sea posible reproducir la articulación al llegar el asunto al conocimiento
del Tribunal ad quem (Art. 495 y 2067 Pr)”. Es decir, impedía una apelación directa de
este tipo de resoluciones, no obstante existía la posibilidad de reproducir el agravio en
segunda instancia, en ancas de otra apelación.
Dentro de las escasas definiciones que se pueden encontrar del tema objeto de
estudio, se tiene la expuesta en el Código Procesal Civil de Honduras Comentado por
Carreras- Ynestroza et al. (2008), para quienes “Diferir es dejar las actuaciones o
ejecución de las mismas a cierto lapso de tiempo, suspendiéndola, aplazándola o
dilatándola”. (p. 931). Diferir es entonces el equivalente a aplazar las cosas a un
momento posterior. Al respecto, el doctor Santiago Pereira Campos explica:
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momento de la apelación de la sentencia definitiva. (S.Pereira, comunicación
personal, 19 de febrero de 2018).
Del análisis anterior y de las definiciones expuestas, se puede decir que la apelación
diferida es un recurso derivado o modalidad de apelación que procede contra
determinadas resoluciones judiciales, cuya vida una vez interpuesta, se encuentra
condicionada a la existencia de una apelación ordinaria de la sentencia o auto que
ponga fin al proceso. Momento hasta el cual, se aplaza la expresión de agravios y
consecuentemente su tramitación, siendo por ende hasta ese momento procesal que
debe fundamentarse.
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a la existencia de un recurso de apelación ordinaria de la sentencia o auto que ponga
fin al proceso.
Con la apelación diferida, se trata pues de evitar que cuestiones que no son
principales afecten el curso del proceso y afecten la celeridad del mismo. Y así
mismo, tratar de evitar que algunos instrumentos procesales sean utilizados
maliciosamente o de mala fe, con la única finalidad de entorpecer el proceso.
Se pretende entonces con la apelación diferida, que sea utilizada como un medio para
impugnar una resolución judicial, y no para retrasar o entorpecer el proceso, siendo
esta su verdadera razón de ser. Esto, en correspondencia con el principio de buena fe
y lealtad procesal que rige el actual sistema procesal civil nicaragüense (artículo 14
CPCN), que busca que las conductas realizadas en el proceso no sean (entre otras)
dilatorias, es decir que no se basen en mala fe.
Por otra parte, de no regularse la apelación diferida, implicaría que la apelación de las
resoluciones contra las que cabe y que no resuelven el verdadero fondo del asunto,
tendría que ser directa u ordinaria. Situación que conllevaría a la suspensión del
proceso principal, su dispersión y la no materialización de la economía procesal.
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En este sentido, la figura de la apelación diferida tiene su fundamento también en el
principio de celeridad regulado en el artículo 19 CPCN, ya que sin dejar a un lado el
derecho a recurrir o impugnar, se tramitan dos impugnaciones a razón de la apelación
(una diferida y otra ordinario) en un solo momento, evitando con ello la interrupción
continúa del proceso principal.
- El artículo 551.3 CPCN, dispone que las sentencias estimatorias pueden ser
ejecutadas de forma provisional, aunque penda sobre ellas un recurso de
apelación. Claro está, siempre que se cumplan con los supuestos del artículo
630, en los cuales no se ahondará porque no es el tema del presente estudio.
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- Concatenado a la norma en mención, el artículo 559 CPCN, establece que el
conocimiento de esa ejecución provisional, es la única facultad que posee la
autoridad a quo que dictó la resolución recurrida.
- Por otra parte, el mismo CPCN, si bien no estipula el efecto suspensivo de forma
expresa como carácter general de la apelación diferida. Si dispone, una de las
excepciones a esta regla, conforme a la cual reza “la apelación de contra
sentencias desestimatorias de demandas y autos definitivos, en ningún caso
tendrá efecto suspensivo, conservando la autoridad judicial su competencia...”.
(Ley 902, 2015, art. 551.4)
El efecto diferido corresponde así, sólo cuando la ley así lo dispone, e implica la
postergación de la etapa de fundamentación y resolución del recurso a un
momento ulterior desvinculado de la interposición, ya que precisamente tal
47
efecto está dirigido a evitar la interrupción de los procedimientos de primera
instancia y su elevación a la alzada, consecuencia normal del Recurso de
Apelación. (p. 436)
En este sentido, lo primero que debe deducirse, es que la apelación diferida cabe
solamente contra autos, excluyendo la posibilidad de utilizarse para los otros dos tipos
de resoluciones judiciales, es decir providencias y sentencias. No obstante, es
importante resaltar que la norma en mención, no estipula de forma expresa si los autos
48
que son susceptibles de apelación diferida, son los definitivos o los de tipo no definitivo.
Es decir, si se trata de autos por los que se da terminada la instancia o recurso de
forma no ordinaria; o si se refiere a autos que estando debidamente motivados y
fundados de hecho y de derecho, resuelven un asunto dentro del proceso, sin dar por
terminada la instancia.
En este orden de ideas, debe entenderse, que el artículo en referencia, alude a que los
autos apelables de forma diferida, son los de tipo no definitivo. Pues de ser lo contrario,
serían apelables de forma directa conforme lo indica el artículo 546 CPCN. Al respecto,
el Juez de Letras de lo Civil de San Pedro Sula Honduras Luis Maljik, refiere:
Se trata entonces de autos de tipo no definitivos, ya que sea, con o sin lugar no
le ponen fin al proceso, pero puede tener alguna incidencia en el fondo del
asunto, y por lo tanto se difiere hasta el momento que se ataque la sentencia
definitiva. (L. Maljik, comunicación personal, 07 de febrero de 2018).
Por otra parte, es de importancia exponer, que no todos los autos de tipo no definitivos
que se dictan en el proceso, son apelables de forma diferida. Puesto que, al tenor del
mismo artículo 548 CPCN, lo son solamente aquellos que la ley expresamente señala.
Operando de esta forma, el principio de legalidad, ya por la naturaleza que tiene esta
modalidad de apelación, de algún modo se difiere también la garantía a la defensa por
medio de la impugnación para una etapa posterior. Requiriéndose así, que sea el
mismo legislador quien de forma específica establezca los supuestos en que procede.
En este orden de ideas, y partiendo de que son apelables de forma diferida los autos
de tipo no definitivos que la ley expresamente señala, corresponde ahora verificarlos en
el Código Procesal Civil de la República de Nicaragua. Al explorar los ochocientos
ochenta y siete artículos que contiene este cuerpo normativo, se logra identificar un
único caso que de forma expresa se menciona procede la apelación diferida, siendo
este:
49
- El auto que deniega el recurso de reposición interpuesto contra el auto que
resuelva el incidente de ilicitud de la prueba. (artículo 239.5 CPCN).
Cabe aclarar que como prueba ilícita, debe entenderse conforme el CPCN, aquella que
se obtiene y origina vulnerando “derechos fundamentales y garantías procesales
establecidos en la Constitución Política, en los instrumentos internacionales relativos a
derechos humanos aprobados y ratificados por el Estado de Nicaragua y en este
Código” (Ley 902, 2015, art. 236.1). Este incidente especial de prueba ilícita, se
resuelve mediante auto en la audiencia inicial o en la probatoria, si se está en un
proceso ordinario o en la audiencia única en el supuesto del proceso sumario.
50
apelación diferida? Así también si, ¿Esta modalidad de apelación fue incluida en el
nuevo sistema procesal civil, para resolver ese único supuesto? Para dar respuesta a
ambas interrogantes, es preciso realizar un análisis desde el derecho comparado.
51
establece que las resoluciones dictadas sobre reproducción, denegación y
diligenciamiento de prueba, se apelan con efecto diferido. Este es el artículo
más nombrado y luego de la reforma de dos mil trece, la norma sobre la
audiencia preliminar que es el artículo 342.2 establece ahí que salvo disposición
expresa en contrario, todo lo que se resuelva en la audiencia admite apelación
con efecto diferido. Esa ampliación se debió a que no estaba claro en el texto
anterior si las resoluciones sobre excepciones previas, cuando denegaba una
excepción previa, básicamente en cuatro casos específicos que eran:
incompetencia, cosa juzgada, litispendencia y caducidad.
52
Otros supuesto, que también debe excluirse es el referido al de las sentencias
interlocutorias dictadas en audiencia en el sistema uruguayo (artículo 195), o autos
definitivos o no definitivos en el sistema nicaragüense. Pues la regla general es que los
primeros son recurribles de apelación directa conforme el artículo 546 CPCN.
Por su parte, los autos de tipo no definitivos son recurribles de reposición conforme a
los artículos 542 y 544 CPCN. Siendo, la excepción a esta regla los autos que la ley
expresamente ordena cabe apelación directa u ordinaria, o el supuesto de apelación
diferida que se ha mencionado regulado en el artículo 239.5 CPCN.
53
expone que en estas circunstancias “sólo podrá recurrirse mediante la apelación de la
sentencia definitiva”.
Ante ello, la interrogante que surge es ¿Cómo hacer valer un agravio de este tipo de
autos al momento de la apelación de la sentencia definitiva? Nótese que la norma en
mención, hace referencia a autos de tipo no definitivo, en tanto no ponen fin al proceso
o desestiman la tramitación de un incidente suspensivo, cumpliéndose en ese punto
una de las condicionante de la apelación diferida.
Por otra parte, a pesar de que son autos de tipo no definitivo, no podría considerarse
que contra éstos, procede recurso de reposición, puesto que la misma norma en
referencia, dispone que “sólo podrá recurrirse mediante la apelación de la sentencia
definitiva”. Razón por la que se excluye la posibilidad de usar la reposición en este
supuesto.
Tampoco este supuesto daría lugar a la protesta, ya que por una parte no le precede
ningún recurso de reposición, a como generalmente lo estipula la norma. Además que
del análisis del artículo en referencia, se deduce que alude a un auto de tipo no
definitivo, que es totalmente distinto a la sentencia definitiva. Puesto que el primero
resuelve un incidente suspensivo sin ponerle fin al proceso o desestimándolo. Mientras
que la sentencia definitiva resuelve el fondo del asunto. Con lo cual los agravios a los
que daría lugar en el supuesto que existieren serían totalmente diferentes.
Partiendo del anterior análisis y ante la falta de mención expresa en el supuesto del
artículo 419.2 CPCN, cabe también hacer una interpretación analógica del Código
54
Procesal Civil de Honduras, que como se ha expresado permite la apelación diferida en
este supuesto. Analogía que es posible en el sistema procesal civil nicaragüense,
conforme lo estipulado en el artículo 25.4 CPCN. Al respecto, cabe mencionar lo
referido por el máster Ulises Tapia Pallais:
Dicho esto, sin embargo, no debe bajo ningún supuesto, realizarse confusión entre lo
considerado como incidente, con la prejudicialidad civil y las cuestiones previas al
proceso. Por lo anterior, se hace necesario analizar la naturaleza jurídica de estas tres
figuras, determinando a su vez las razones del por qué sólo en una de ellas cabe la
apelación diferida.
55
Para Tórrez (2015) se entiende por incidentes, aquellos que “por naturaleza son
diferentes a las cuestiones que constituyen el objeto principal del proceso, esto es,
distintas a los hechos jurídicamente relevantes que fundamenten la pretensión de la
tutela judicial declarativa o de ejecución de la partes”. (p. 461)
Incidentes es entonces lo que sin ser el objeto principal del proceso, tienen conexión
con éste (materiales) o con el proceso mismo (procesales), y que el CPCN les otorga
un trámite y resolución específica. Siendo la misma autoridad judicial del proceso
principal la que lo conocerá y resolverá, justificado esto por razón de la competencia
funcional.
Ahora bien, para Montero et al. (2015) quien hace referencia a una sentencia del
Tribunal Supremo Español del 5 de diciembre de 1986, cuestiones previas son
“aquellas que exigen un particular pronunciamiento que, por afectar la litis debe ser
emitida antes de entrar en materia, de las que dichas cuestiones resultan valladar”. (p.
208)
Son pues, cuestiones previas las referidas a las excepciones procesales que se
oponen al momento de contestar la demanda, por lo que al estimar su existencia se
haría mediante auto de tipo definitivo, terminando de esta manera con el proceso
principal, sin tocar el fondo del asunto, pudiendo ser objeto de apelación directa u
ordinaria. Ahora bien, de ser desestimadas y no acabar consecuentemente con el
proceso, el recurso que procede sería el de reposición, a razón del tipo de resolución,
pues se trata de autos de tipos no definitivos.
56
Por su parte, cuestiones prejudiciales,
Con el anterior análisis, se reafirma que la apelación diferida cabe únicamente en los
casos señalados, dentro de los cuales como se ha expresado en aplicación analógica
del Código Procesal Civil de Honduras, se encuentra el supuesto de los incidentes
suspensivos regulado en el artículo 419.2 CPCN. Sin embargo, esta modalidad de
apelación, no procede por tanto en las cuestiones previas, ni prejudiciales. Primero
porque éstas últimas tienen tramitación especial, segundo porque a pesar de que se
resuelven mediante auto de tipo no definitivos, estos son apelables de forma directa,
así lo estipulan los artículos 62, 63 y 546 CPCN.
Es pues la apelación diferida, una modalidad especial de apelación, que cabe contra
los autos de tipo no definitivo que expresamente el Código Procesal Civil de la
República de Nicaragua señala. Siendo éstos, el auto que deniega el recurso de
57
reposición interpuesto contra el auto que resuelva la ilicitud de la prueba (artículo 239.5
CPCN) y por aplicación analógica, el que desestima el incidente suspensivo o no le
ponga fin al proceso (artículo 419.2 CPCN).
Por lo anterior, para determinar algunos elementos básicos del tratamiento procesal de
esta figura, tales como legitimación, plazo, forma de interposición, admisibilidad,
funciones del a quo, entre otros, se debe recurrir por razones de naturaleza jurídica y
analogía a la apelación general u ordinaria, de donde deviene su matriz.
Por ello, y a las voces del artículo 536 CPCN, estarían legitimados para apelar de
forma diferida, las partes, es decir, actor y demandado, incluidos también los terceros
intervinientes y demás sujetos alcanzados por la resolución. En este orden de ideas,
recuérdese que terceros son aquellos que no son parte en el proceso. Al respecto, (L.
Maljik, comunicación personal, 07 de febrero de 2018), considera:
58
Pueden entonces apelar de forma diferida la parte demandante y demandada,
siempre que hayan cumplido con las exigencias del Código. Anunciado la
interposición de la apelación y evidentemente que le haya causado un agravio.
Los terceros también pueden apelar de forma diferida, pues son considerados
partes en el proceso para todos los efectos, y por lo tanto pueden ejercer los
mismos derechos y utilizar los recursos cuando procedan. A las partes y a los
terceros, le caben los mismos derechos.
En igual sentido, haciendo referencia a las personas legitimadas para apelar de forma
diferida (S. Pereira, comunicación telefónica, 19 de febrero de 2018), expresa “todos
los sujetos que intervienen en el proceso, como actores, demandados o terceros”.
59
Al respecto, la master (P. Arróliga, comunicación personal, 20 de febrero
de 2018), advierte “El supuesto del artículo 239 CPCN, hace referencia
únicamente a un auto dictado en audiencia, en este sentido el mismo
artículo hace referencia que se debe realizar en el acto”.
60
3.4.3. Forma de interposición de la apelación diferida
61
en el proceso, sin entrar si quiera a determinar requisitos de admisilidad o
inadmisibilidad.
El Código Procesal Civil de Honduras, sigue la misma línea del sistema procesal
civil nicaragüense. Así, Carreras-Ynestroza et al. (2008) en la versión
comentada de este cuerpo normativo, exponen “Consecuentemente este recurso
tiene efecto únicamente si el actor también recurre la sentencia pues de lo
contrario, las apelaciones diferidas interpuestas en el momento procesal anterior
a la sentencia, serán ineficaces”. (p. 931)
62
No obstante, en este punto es oportuno considerar, ¿qué sucede en el supuesto
del agravio eventual? Esto es que, a pesar de que la sentencia de primera
instancia le fue favorable al apelante diferido, existe la posibilidad de que la
misma se invierta en segunda instancia. Frente a este supuesto, el Código
Procesal Civil de la República de Nicaragua hace caso omiso, por cuando
condiciona la tramitación de la apelación diferida, a la apelación ordinaria de la
sentencia o auto, teniendo que ser el mismo recurrente en ambos casos , tal y
como se ha explicado.
63
facultad de expresar sus agravios aunque no apele de la sentencia principal,
justificado esto en el principio del derecho a la defensa, contradicción y el mismo
derecho a los recursos.
64
la apelación de la sentencia definitiva de primera instancia” (Ley 902, 2015, art 548.1).
Esto significa que al momento de apelar de forma ordinaria o general, deberán
expresarse además de los agravios de la resolución que dio lugar a este recurso, los
agravios del auto de tipo no definitivo que originó la apelación diferida en su momento.
En este sentido, cabe preguntarse ¿Cómo y en qué orden deben expresarse esos
agravios?
Siguiendo esta línea, debe ser en el mismo escrito de la apelación ordinaria o general,
que de forma separada y en primer orden, deben expresarse los agravios de la
resolución por la cual se apeló de manera diferida. Con ello, la autoridad judicial
verificaría la condición de vida de esta figura jurídica.
Ahora bien, en cuanto al orden de los mismos, siendo que la apelación diferida dentro
del proceso se interpuso primero, y que la ordinaria fue posterior, será entonces en ese
orden que los agravios deben expresarse. Previo a ello, el recurrente está obligado
reiterar la apelación diferida y a su vez a fundamentar la relevancia de la resolución en
la sentencia o auto definitivo.
65
- Fundamentación de la trascendencia de lo resuelto en la resolución que puso fin
al proceso.
Sobre este aspecto, el Juez de Letras de lo Civil de San Pedro Sula Honduras, refiere:
66
3.4.6. Tramitación de la apelación diferida ante la autoridad judicial a quo y ante
el ad quem
Como se ha expuesto, las funciones del juez a quo una vez interpuesta la apelación
diferida, son limitadas. En el entendido, que la tramitación de esta modalidad de
recurso, se aplaza hasta un momento posterior, que es el de la apelación ordinaria de
la sentencia o auto que le pone fin al proceso. Sin embargo, llegado ese momento sus
funciones se amplían.
Y esta tramitación se realizará por las reglas de la apelación ordinaria que fueron
explicadas en su momento. De tal suerte que la autoridad judicial a quo, debe proceder
a verificar elementos de admisibilidad tanto de la apelación diferida como de la
ordinaria. Posteriormente realizar el emplazamiento para contestar agravios de ambos
recursos por el recurrido, y finalmente remitir el expediente al ad quem, todo esto
conforme los artículos 551, 552 y 553 CPCN.
Remitido el expediente por el a quo al ad quem, corresponderá a este último una vez
personados recurrente y recurrido, resolver elementos de admisibilidad de los recursos
si es que fueron alegadas por recurrido. Posterior a ello, existe la posibilidad de
convocar a audiencia. Y finalmente, deberá estudiar y consecuentemente resolver tanto
la apelación diferida, como la apelación ordinaria, de forma conjunta, en ese orden y en
la misma sentencia conforme lo dispone el artículo 548.4 CPCN.
Es decir que el superior jerárquico que conoció de ambos recursos, tendrá que resolver
en la misma resolución tanto los agravios del auto no definitivo que dio lugar a la
apelación diferida, como los agravios de la sentencia o auto definitivo, por los cuales se
67
apeló de forma ordinaria. En este mismo orden de ideas, y sobre el tratamiento
procesal de la apelación diferida en segunda instancia (L. Maljik, comunicación
personal, 07 de febrero de 2018), refiere:
Luego que las partes, están personadas en segunda instancia y si no hay que
escrito de pruebas, pues automáticamente al momento de dictar la sentencia,
debe el tribunal de alzada resolver sobre los agravios que consten de la
apelación diferida y de la apelación directa, que es digamos de la sentencia. En
ese orden, primero apelación diferida, luego apelación directa porque así lo
establece el 708 numeral 4, que establece que el tribunal superior verá las
apelaciones diferidas en la propia sentencia que concluye el recurso.
Entendemos con ello, que resolverá primero los agravios previos y
posteriormente los de la sentencia.
Ahora bien, los posibles efectos de la apelación diferida declarada con lugar en
segunda instancia, dependerán en realidad de la casuística. No obstante, es preciso
mencionar que cuando se trate de medios probatorios. Esto es, en el supuesto que no
se haya admitido, practicado o excluido la valoración una prueba a razón de la
estimación mediante auto de un incidente de prueba ilícita, contra el cual se apeló de
forma diferida conforme el 239.4 CPCN, recurso que el ad quem estimó.
Frente a esto, si se tratase de los primeras dos circunstancias, es decir que el Tribunal
consideró que la apelación diferida debe ser estimada y como consecuencia debe
admitirse o practicarse un medio probatorio. Aunque el CPCN, no dispone una solución
expresa a ello, lo lógico es que el mismo ad quem, sin necesidad de devolución al a
quo, por analogía de los artículos 550 y 557 CPCN, pueda convocar a las partes a
audiencia, la que tendría como propósito la admisión o práctica de prueba en los
medios que proceda. De tal suerte, que sea hasta después de realizado esto se
resolvería el fondo del asunto mediante la correspondiente sentencia definitiva. Sobre
este supuesto el doctor Santiago Pereira Campos expone:
68
declaró. Y Tribunal va dictar la sentencia definitiva de segunda instancia que
corresponda, considerando la declaración de ese testigo (comunicación
personal, 19 de febrero de 2018).
Por otra parte, si se tratase del supuesto de exclusión de valoración. Siendo que la
prueba en esta circunstancia, o ya fue practicada, o admitida y discutida, si se tratase
de prueba documental. En este supuesto, no habría necesidad de convocar a audiencia
alguna. Bastaría con que la autoridad judicial superior jerárquica, la valore al momento
de dictar la sentencia de fondo, como consecuencia de la estimación de la apelación
diferida, siempre tomando en cuenta el sistema de valoración de prueba regulado en el
artículo 251 CPCN. Todo lo anterior, sustentado en los principios de inmediación,
celeridad y la misma tutela judicial efectiva.
69
CAPÍTULO III
Esta figura jurídica, como se ha analizado en el capítulo que precede, no cabe contra
todo tipo de resoluciones judiciales, sino que solamente contra los autos, y dentro de
éstos los considerados de tipo no definitivo, esto es lo que no terminan con el proceso
o instancia.
70
la cual se realizará un análisis con mayor detenimiento. Siguiendo este orden de ideas,
el recurso de reposición para Montero et al. (2015):
Como se ha expresado, el CPCN, en los artículos del 542 al 545, regula la tramitación
del recurso de reposición. De importancia para esta investigación y consecuentemente
71
para la interrogante planteada en la parte introductoria de este capítulo, es lo referente
a las resoluciones que son recurribles de reposición. En este sentido, el CPCN
consagra expresamente que “la reposición procede contra las providencias y los autos
de tipo no definitivos” (Ley 902, 2015, art. 542)
…se trata siempre de resoluciones procesales, por medio de las cuales: 1)- Se
decidieron únicamente cuestiones procesales, en las que se aplica sólo normas
de derecho procesal, no de derecho material. … Por medio del recurso la parte
pretende que el tribunal advierta que se ha aplicado incorrectamente una norma
procesal, es decir, que se ha realizado un acto procesal de modo contrario a la
providencia legal...2) No se ha puesto fin al proceso (no pueden ser autos
definitivos), lo que supone que el proceso continúa su trámite después de la
resolución, y por eso es por lo, con el recurso, se pretende por la parte
recurrente que se anule la resolución y los actos realizados después que tenga
ella su causa, reponiendo las actuaciones. (p. 447)
Sin embargo, debe aclararse que lo establecido en el artículo 542 CPCN es la regla
general de las resoluciones recurribles de reposición, pero toda regla tiene sus
excepciones. En el caso objeto de análisis, una de las excepciones consiste en
aquellos supuestos de providencias o autos de tipo no definitivos, que no son sujeto de
reposición, sea porque el referido cuerpo normativo lo prohíbe o porque expresamente
estipula que contra esta resolución cabe otro recurso. Por mencionar algunas
providencias y autos de tipo no definitivos irrecurribles se encuentran:
72
- El auto mediante el cual se admite una prueba (artículo 241 CPCN).
Siguiendo siempre esta línea de excepciones, debe decirse también que los supuestos
de resoluciones recurribles de apelación diferida, deben apartarse de la regla general
de la reposición. Siendo estos supuestos:
73
para cada resolución judicial (si es que la misma no es irrecurrible) exista únicamente
un solo recurso o medio de impugnación que puede utilizarse, justificado esto en los
principios de concentración, celeridad y la misma economía procesal.
Así también, y desde la óptica de la apelación diferida, ésta a las voces del artículo 548
CPCN, no cabe contra todos los autos de tipo no definitivo que pueden dictarse durante
el proceso, sino que sólo contra los expresamente señalados, supuestos estos que ya
fueron extendidamente analizados. En resumen, lo que es objeto de apelación diferida,
no puede ser objeto de reposición o viceversa.
74
apelación, quien lo resuelve es la autoridad jerárquicamente superior (juez ad
quem).
- El recurso de reposición, además del tipo de resolución y que esta sea gravosa,
no tiene otra condicionante para su tramitación. Mientras que, la apelación
diferida como se ha explicado queda condicionada a dos factores que son,
agravio con trascendencia en el fondo y que se recurra contra la sentencia o
auto definitivo.
- En cuanto al plazo, la reposición a las voces del artículo 544 CPCN se debe
interponer en tres días si la resolución es dictada por escrito, o en el acto si la
misma es dictada de forma oral conforme el artículo 544 CPCN. Mientras que,
como se ha expuesto el plazo de la apelación diferida es de diez días si es por
escrito, o en el acto si es audiencia.
No obstante, las diferencias manifiestas, debe decirse que en el sistema procesal civil
nicaragüense, subsiste una vinculación entre ambos recursos. En tanto que, a pesar de
que el artículo 545 CPCN, consagra la irrecurribilidad de la resolución judicial que
resuelve la reposición, existe una excepción a este límite, contenida en el artículo 239.5
CPCN, donde consta uno de los supuestos de la apelación diferida, que procede contra
la resolución que resuelve la reposición, interpuesta contra el auto del incidente de
ilicitud de prueba y previa protesta. Circunstancia que se considera contrario al sentido
lógico del régimen de recursos, que no consiste en necesariamente establecer una
cadena de recursos, tal y como se ha expresado.
75
CAPÍTULO IV
Con el Código Procesal Civil de la República Nicaragua, vigente desde el mes de abril
del año dos mil diecisiete, se incorporaron al sistema jurídico varias instituciones
jurídicas que son novedosas. Así, se ha expresado que una de ellas es la apelación
diferida, cuyos aspectos de trascendencia fueron expuestos en el capítulo dos de esta
investigación. Otra figura también con carácter innovador, es la protesta.
Ahora bien, es preciso mencionar que ambas figuras, tienen aspectos similares en su
tratamiento procesal, que podrían en la práctica forense generar confusión. Por lo
anterior, en el presente capítulo se realiza un análisis tanto de la apelación diferida,
como de la protesta, con el propósito de especificar sus elementos diferenciadores y
similitudes.
El mismo actor, da una definición propia de protesta “No constituye un recurso, sino
simplemente el anuncio de la disconformidad frente a una resolución oral y de la
voluntad de recurrir” (Tapia, 2017, p. 13). Sobre esta figura, el Juez de Letras de lo Civil
de San Pedro Sula Honduras Luis Maljik (Comunicación personal, 07 de febrero de
76
2018) sostiene, “Desde el plano doctrinal es cuando el Código lo señale, la protesta es
cuando en audiencia le deniegan la reposición y usted le interesa hacer valer ese
agravio, cuando apele de la sentencia definitiva el fondo”. En igual sentido, el doctor
Santiago Pereira Campos (Comunicación personal, 19 de febrero de 2018) considera,
“El anuncio equivale a decir me reservo a fundamentar esto después”.
La protesta, es entonces la figura procesal mediante la cual las partes, pueden dejar
anunciado en el proceso tanto a la autoridad jurisdiccional, como a las demás partes o
terceros si hubiese, su voluntad de recurrir de forma posterior. Debiendo limitarse
simplemente a su anuncio dentro del proceso. Ahora bien, se puede decir que la
funcionalidad propia de esta figura jurídica, se deduce del principio de convalidación
procesal, que ya fue expuesto.
- Las decisiones judiciales sobre el tiempo de los alegatos de las partes (artículo
172 CPCN).
77
- La protesta por infracciones realizadas en la audiencia de las medidas
cautelares (artículo 378.5 CPCN).
De lo anterior, se desprende que la protesta tiene utilidad en tanto sirve para preparar
un recurso posterior. Y la misma, cabe en ocasiones contra actuaciones propias de las
partes, como de la autoridad jurisdiccional, generalmente en estas últimas precedidas
por un recurso de reposición, cerrando con ello la posibilidad de una cadena de
recursos que dificulten que el proceso sea célere.
- De igual forma, ambas se presentan ante la misma autoridad judicial que está
conociendo del proceso, sin necesidad de fundamentación alguna.
78
- Basta con el simple anuncio de ambas, para considerar su uso en el proceso.
79
- En cuanto al plazo, la apelación diferida, se interpone en el acto si la resolución
es dictada en audiencia o en diez días después de notificada si se dicta por
escrito. Por su parte, la protesta no se interpone, simplemente se anuncia en el
acto si se está en audiencia, o en el plazo de veinticuatro horas si se tratase de
actos fuera de audiencia, en este último supuesto por aplicación del artículo
131.3 del Código Procesal Civil de la República de Nicaragua (2015), que
dispone “Cuando en este Código se indique que una actuación debe hacerse
“inmediatamente” o “tan pronto” o no exista plazo o término fijado para su
realización, se entenderá que debe realizarse dentro de las siguientes
veinticuatro horas”.
80
Con lo anterior, se aclara cualquier confusión que pudiese existir entre ambas figuras,
confusión que incluso el mismo Código Procesal Civil de la República de Nicaragua,
genera en el artículo 239.5, donde de forma equivocada establece que de previo a la
apelación diferida, debe haberse protesta en el acto. Creando así, una duplicidad de
procedimiento, contrario a los principios rectores.
81
d) Considera que la apelación diferida cabe contra autos de forma genérica, sin
aclarar que son sólo los de tipo no definitivos y los que la ley expresamente
señala (ver artículos 239.5 y 419.2 CPCN).
Por lo que es preciso aclarar estos aspectos del Acuerdo de Corte Plena en referencia,
para evitar confusiones entre la figura de la apelación diferida y la protesta.
82
CAPÍTULO V
1- Generalidades
Con este cuerpo normativo, se derogó el Código de Procedimiento Civil, que estuvo
vigente durante más de un siglo al igual que en Nicaragua. De esta forma, se cambió
de un sistema procesal civil caracterizado por una prolongación y formalismos
excesivos a uno más ágil, incluyéndose a su vez las audiencias orales. Este Código,
que en adelante para una mayor facilidad de lectura, se le denominará por sus siglas
CPCH, se encuentra estructurado en seis libros a saber:
I- Disposiciones Generales.
II- La Prueba.
83
De relevancia es destacar, los principios que rigen el CPCH que son: derecho de
acceso a los juzgados y tribunales, clases de pretensiones, debido proceso,
contradicción, igualdad, buena fe, conducta y ejercicio de la vía procesal adecuada,
legalidad procesal y formas, economía procesal, oportunidad, principio dispositivo,
aportación de parte, facultades procesales, valoración de la prueba, oralidad,
inmediación, concentración, publicidad, elasticidad y preclusión, publicidad,
subsanación, aplicación de la norma procesal, carácter supletorio del Código Procesal
Civil.
2- La apelación diferida
Como se ha expresado, uno de los recursos que regula el sistema procesal civil
hondureño es el de la apelación. De esta forma, en el capítulo dos del libro quinto, del
artículo 702 al 715, se puede encontrar su regulación. Ahora bien, dentro de este medio
de impugnación, se incorpora al igual que en el CPCN la figura de la apelación diferida,
así, el artículo 708 del Código Procesal Civil de Honduras (2006) reza:
84
4. El tribunal superior resolverá las apelaciones diferidas en la propia sentencia que
concluya el recurso.
En este sentido, al hacer una comparación entre la norma en mención y el artículo 548
del CPCN, donde se regula en parte esta figura jurídica, en el sistema procesal civil
nicaragüense, se puede observar que no existe diferencia alguna entre ambas normas.
Por el contrario, son tantas las similitudes en su redacción, que genera las mismas
interrogantes en cuanto a la tramitación de la apelación diferida.
Ahora bien, debe decirse que la naturaleza propia de la apelación diferida en ambos
cuerpos normativos es la misma, en el sentido que es una apelación con trámite
especial, cuyo propósito es diferir la tramitación desde la expresión de agravios. Lo
anterior, en la búsqueda de evitar suspensiones innecesarias y consecuentemente
continúas del proceso, todo en correspondencia con el principio de celeridad regulado
tanto en el CPCH como en el CPCN.
85
autos a los que se refiere, al igual que el CPCN, son los de tipos no definitivos,
elemento que se deduce de la misma norma de la apelación ordinaria (artículo 707
CPCH), donde se estipula que dentro de las resoluciones contra las que cabe de forma
directa, se encuentran los autos de tipo definitivo.
En este sentido, es válido mencionar que no son susceptibles de apelación diferida las
demás resoluciones judiciales, es decir, las sentencias definitivas, los autos definitivos
y las providencias. En este orden de ideas, de Diego (2012) en su texto “La Apelación
en el Código Procesal Civil Hondureño”, quien hace alusión a la apelación diferida,
considera:
Las resoluciones a que se refiere este precepto son autos interlocutorios, contra
los que el Código expresamente hay dispuesto que sean susceptibles de
apelación (423.2 y 3 del CPC). Por su escasa trascendencia sobre el proceso
principal, aun siendo posible su apelación no procede concederles el efecto
suspensivo. De ahí que su tramitación y conocimiento se demoren hasta que se
apele, en su caso, la resolución definitiva del pleito, logrando de este modo una
mayor agilidad procesal. (p. 138)
Por otra parte, es preciso expresar, que no todos los autos de tipo no definitivo, son
susceptibles de apelación diferida, en tanto a las voces del mismo artículo 708.1
CPCH, se desprenda que lo son, sólo los que la norma autoriza su procedencia. Al
respecto, de esta modalidad de recurso en el sistema hondureño, Carreras (2008:71)
considera:
…sólo podrán tener tal carácter aquellas resoluciones a las que expresamente el
texto legal autorice a ser apeladas de manera diferida. Y dicha autorización se
concede exclusivamente en los siguientes casos:
1. Auto resolviendo incidente que ha suspendido el curso de los autos
principales y que no ponga fin al proceso: artículo 423.2.
2. Auto resolviendo incidente que no suspende el curso del proceso: artículo
423.3.
86
terminan con el proceso. Excepción que se deduce por lógica, en tanto se refiere a un
auto definitivo, contra el cual no procede apelación diferida, sino directa.
Del análisis expuesto, se puede decir que el fin de la apelación diferida regulada en el
CPCH, es el mismo que el establecido en el CPCN. A su vez, que en ambos sistemas
procesales se estipula esta modalidad de apelación, procedente para autos de tipo no
definitivo, siempre que la ley expresamente lo señale. No obstante, al revisar ambos
cuerpo normativos, y en cuanto al punto específico de resoluciones susceptibles de
apelación diferida, se encuentran las siguientes diferencias:
- Por otra parte, el CPCH, consignó la apelación diferida para el supuesto de los
incidentes no suspensivos. Ya que éstos, a diferencia de lo dispuesto en el artículo
419.3 CPCN, se resuelven de previo mediante auto.
- En igual sentido, si bien de la simple lectura del 423.2 CPCH, se deduce que de
forma expresa no consta la procedencia de la apelación diferida. En la práctica
forense se ha entendido de tal manera, puesto que Carreras-Ynestroza et al.
(2008), afirman:
87
Como ya se comentó en el artículo 418, existen los incidentes que
suspenden el curso del proceso principal, caso en el cual, una vez finalizada
la audiencia donde se tramitó el incidente, se contarán 5 días y se dictará
una resolución.
88
forma de interposición, al igual que en el CPCN, no necesita fundamentación jurídica
alguna, bastará con su anuncio.
Si la resolución es dictada por escrito, dentro del mismo plazo que se apela de la
sentencia definitiva, que es de diez días contados a partir de la notificación,
según el artículo 711… si es oral, debe constar en acto de manera pura y simple
y lo dejas contado en acta. Fuera de esos plazos es extemporánea por
aplicación de principio de preclusión.
Y finalmente, según se desprende del mismo artículo 708 CPCH, se consideran como
en el CPCN, elementos de elementos de admisibilidad y de tratamiento procesal los
siguientes:
89
TIPO Y DISEÑO DE INVESTIGACIÓN
1- Enfoque de la investigación
Para Murillo (s.f: 15) el enfoque cualitativo “permite derivar algunas hipótesis basados
en la experiencia y en la teorías existente sobre este problema; dichas hipótesis las
sometemos a prueba para confirmarlas o rechazarlas con base en las evidencias que
resulten de los datos obtenidos”.
De igual forma, y tomando como referencia la reciente aprobación del Código Procesal
Civil de la República de Nicaragua, y por ende la poca práctica existente a la fecha de
elaboración de esta tesis. Se realizaron entrevistas estructuradas a profundidad, a
expertos internacionales que manejan el tema, de esta forma se entrevistó al Juez de
90
Letras de lo Civil de San Pedro Sula Honduras y Máster en Derecho Procesal Civil Luis
Enrique Maljik Flores.
91
POBLACIÓN Y MUESTRA
Población Muestra
92
Para constituir la muestra, de cada una de las unidades de análisis se procedió de la
siguiente manera:
93
Este muestreo fue de tipo no probabilístico, seleccionado en base a criterios
previamente establecidos. Así para los expertos nacionales, debían ser uno
miembro de la Comisión Técnica Redactora del CPCN, así como autoridad
jurisdiccional de segunda instancia, además de docente universitaria. Para la
segunda muestra, se seleccionó a un abogado litigante, con formación de
postgrado en España e igual con experiencia en la academia.
94
MÉTODOS Y TÉCNICAS PARA LA RECOLECCIÓN DE LA
INFORMACIÓN
Debido a la poca práctica que a la fecha ha existido a nivel de los procesos civiles, a
pesar de los ya casi doces meses de vigencia del CPCN, no se realizaron estudios de
casos, pues a la fecha no se ha tramitado ninguna apelación diferida. Tampoco se
estudiaron casos de otros países como Honduras, ya que una de las fuentes
consultadas, expresó que la asistencia a audiencias no determinaba necesariamente el
uso de la apelación diferida, pues esta dependía de la casuística. Razones por la que
esta investigación quedó a nivel documental.
La entrevista:
95
escaso estudio nacional y extranjero que a nivel documental se tiene sobre la figura de
la apelación diferida.
Análisis documental:
96
MATRIZ DE DESCRIPTORES
97
4. ¿Cuál es la forma de Maljik Flores.
interposición de la apelación - Dr. Santiago Pereira
diferida si la resolución es Campos.
dictada por escrito o en
audiencia?
5. ¿Cuál es el tratamiento
procesal de la apelación
diferida en segunda
instancia?
6. ¿Por qué la apelación
diferida, queda
condicionada a que la
sentencia de primera
instancia sea desfavorable
al apelante que interpuso la
apelación diferida?
7. ¿Cuáles son los efectos
procesales, si la apelación
es declarada con lugar?
Determinar si 1. ¿Contra una misma - Ley 902 “Código -Revisión
contra una resolución judicial, cabe Procesal Civil de la técnica
misma apelación diferida y República de documental.
resolución recurso de reposición? Nicaragua”.
judicial cabe ¿Por qué? - Textos como fuentes
apelación 2. ¿Cuáles son las secundarias.
diferida y diferencias entre ambos - MSc. Perla Margarita
recurso de recursos? Arróliga Buitrago. - Entrevista a
reposición. - MSc. Ulises Tapia profundidad
Pallais.
- MSc. Luis Enrique
Maljik Flores.
98
- Dr. Santiago Pereira
Campos.
Identificar las 1. ¿Cuál es la naturaleza - Ley 902 “Código - Revisión
diferencias jurídica de la figura Procesal Civil de la técnica
existentes entre procesal de protesta? República de documental.
apelación 2. ¿Cuáles son las Nicaragua”.
diferida y la diferencias existentes - Textos como fuentes
figura procesal entre la apelación secundarias.
de protesta. diferida y la figura - MSc. Perla Margarita - Entrevista a
procesal de protesta? Arróliga Buitrago. profundidad.
- MSc. Ulises Tapia
Pallais.
- MSc. Luis Enrique
Maljik Flores.
- Dr. Santiago Pereira
Campos.
Comparar el 1. ¿Cuáles son las - Código Procesal Civil Revisión
tratamiento similitudes y diferencias de Honduras. técnica
procesal del existentes entre la - Ley 902 “Código documental.
recurso de regulación de la Procesal Civil de la
apelación apelación diferida República de
diferida contenida en el Código Nicaragua”.
establecido en Procesal Civil de - MSc. Perla Margarita
el Código Honduras y lo estipulado Arróliga Buitrago.
Procesal Civil en el Código Procesal - MSc. Ulises Tapia
de la República Civil de la República de Pallais. - Entrevista a
de Nicaragua Nicaragua? - MSc. Luis Enrique profundidad.
con lo regulado 2. ¿Por qué la diferencia Maljik Flores.
en el Código entre ambas - Dr. Santiago Pereira
Procesal Civil regulaciones? Campos.
de Honduras.
99
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Se debe resaltar, que una de los principales fuentes de información, que contribuyeron
al logro de este objetivos fueron la entrevistas realizadas, en especial al Juez de Letras
de lo Civil de San Pedro Sula-Honduras, el máster Luis Enrique Maljik Flores, así como
al jurista uruguayo Doctor Santiago Pereira Campos, quienes ya cuentan con
experiencia en el tema por los años de aplicación de los Códigos Procesales Civiles de
sus respectivos países. Las guías de entrevista a profundidad utilizadas, se
encuentran en los anexos.
100
Objetivo específico número tres:
101
CONCLUSIONES
- Esta modalidad de apelación, cabe únicamente contra los siguientes autos de tipo no
definitivo: 1)- Auto que deniega el recurso de reposición interpuesto contra el auto que
resuelva la ilicitud de la prueba (artículo 239.5 CPCN). 2)- Auto que desestima el
incidente suspensivo o no le ponga fin al proceso (artículo 419.2 CPCN).
- Son elementos admisibilidad y tramitación de la apelación diferida: 1)- Que exista una
apelación ordinaria o general posterior, en contra de la sentencia o auto que le ponga
fin al proceso. 2)- Que el punto tenga trascendencia en la resolución final. 3)- Que la
parte reitere la apelación diferida.
102
- La apelación diferida se interpone ante la misma autoridad jurisdiccional que dictó la
resolución. Sin embargo, de cumplirse con las condiciones de admisibilidad y
tramitación mencionadas, quien la resuelve es el superior jerárquico, en la misma
sentencia de la apelación ordinaria o general, y de forma separada.
103
susceptibles de esta modalidad de apelación. Puesto que, en el CPCH no se dispone a
diferencia del CPCN, que se pueda utilizar la apelación en el incidente de ilicitud de
prueba ilícita. Así también, contrario sensu al CPCN, el CPCH si estipula que procede
apelación diferida en los incidentes no suspensivos, en tanto estos se resuelven de
forma previa. Finalmente, en cuanto a la resolución de los incidentes suspensivos que
no terminan con el proceso, de forma clara el comentario al CPCH lo ha estipulado, y
así se ha entendido en la práctica forense, distinto al CPCN que se debe deducir.
104
RECOMENDACIONES
- Para el supuesto propio de los incidentes suspensivos que sean desestimados o que
no terminan con el proceso, regulados en el artículo 419.2 CPCN, agregar de forma
expresa que cabe apelación diferida, con lo cual se garantizaría la mayor utilidad a esta
figura jurídica.
- En lo que respecta al artículo 239.5 CPCN, si bien se reitera que el mismo contradice
la propia irrecurribilidad de la resolución que resuelve el recurso de reposición,
dispuesta en el artículo 545 CPCN. Se recomienda que de mantenerse vigente, se
elimine la frase “previa protesta”, para evitar confusiones entre ambas figuras jurídica.
105
- Finalmente, se recomienda aclarar el numeral 73 del Acuerdo número 39 de Corte
Plena de la Corte Suprema de Justicia, del veintitrés de marzo de dos mil dieciocho,
referido a la apelación diferida en los puntos que ya fueron expuestos en el capítulo IV
de la presente investigación.
106
ANEXOS
107
GUIA DE ENTREVISTA A PROFUNDIDAD REALIZADA AL JUEZ DE LETRAS DE
LO CIVIL DE SAN PEDRO SULA-HONDURAS Y MÁSTER EN DERECHO
PROCESAL CIVIL
Preguntas:
108
3. ¿En qué plazo debe presentarse la apelación diferida si la resolución es dictada
por escrito o en audiencia?¿Por qué?
4. ¿Cuál es la forma de interposición de la apelación diferida si la resolución es
dictada por escrito o en audiencia?
5. ¿Cuál es el tratamiento procesal de la apelación diferida en segunda instancia?
6. ¿Por qué se condicionó el tratamiento procesal de la apelación diferida, al de la
apelación de la sentencia?
1. ¿En el sistema procesal civil hondureño, contra una misma resolución judicial,
cabe recurso de apelación diferida y recurso de reposición? ¿Por qué?
2. ¿Cuáles son las diferencias entre ambos recursos?
109
GUIA DE ENTREVISTA A PROFUNDIDAD REALIZADA AL EXPERTO EN
DERECHO PROCESAL DE URUGUAY, DOCENTE TITULAR DE LA UNIVERSIDAD
DE MONTEVIDEO Y VICEPRESIDENTE DEL INSTITUTO IBEROAMERICANO DE
DERECHO PROCESAL
Preguntas:
110
Objetivo 2 de la técnica: Determinar el tratamiento procesal de la apelación
diferida
111
GUIA DE ENTREVISTA A MAGISTRADA DEL TRIBUNAL DE APELACIONES DE
MANAGUA, SALA CIVIL DOS, MIEMBRO DE LA COMISIÓN TÉCNICA
REDACTORA DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL DE LA REPÚBLICA DE NICARGUA
Preguntas:
112
3. ¿En qué plazo debe presentarse la apelación diferida si la resolución es dictada
por escrito o en audiencia? ¿Por qué?
4. ¿Cuál es la forma de interposición de la apelación diferida si la resolución es
dictada por escrito o en audiencia?
5. ¿Cuál es el tratamiento procesal de la apelación diferida en segunda instancia?
6. ¿Por qué la apelación diferida queda condicionada a la que la sentencia de
primera instancia sea desfavorable al apelante que interpuso la apelación
diferida?
113
GUIA DE ENTREVISTA A MÁSTER EN DERECHO PROCESAL CIVIL Y
MERCANTIL, POR EL INSTITUTO SUPERIOR DE DERECHO Y ECONOMÍA-
ESPAÑA. DOCENTE DE PRE Y POSTGRADO EN DERECHO PROCESAL CIVIL Y
ABOGADO LITIGANTE
Preguntas:
114
Objetivo 2 de la técnica: Determinar el tratamiento procesal de la apelación
diferida
115
Objetivo 5 de la técnica: Comparar el tratamiento procesal del recurso de
apelación diferida establecido en el Código Procesal Civil de la República de
Nicaragua con lo regulado en el Código Procesal Civil de Honduras.
116
LISTA DE REFERENCIAS
Carrera, M (2008) Módulo instruccional: Los recursos en el nuevo código procesal civil.
Escuela Judicial de Honduras.
Fairen, G (1992) Teoría general del derecho procesal. México: Universidad Nacional
Autónoma de México, edición 1992.
Ortiz, U (2004) Derecho procesal civil tomo II. Nicaragua: Impresiones La Universal.
117
Petit, E (2001) Derecho romano, condensado de la obra de Eugene Petit. Nicaragua:
Hispamer.
Rifá Soler, J.M; Richard González, M y Riaño Brun, I (2006) Derecho procesal civil,
volumen I. Pamplona: Instituto Navarro de Administración Pública.
Tórrez, W (2015) Derecho procesal civil (conforme al nuevo código procesal civil).
Nicaragua: Impresiones Gutenberg.
118
Exposición de motivos y fundamentación del anteproyecto de Código Procesal Civil de
Nicaragua, Corte Suprema de Justicia, año 2012.
Ley número 17, 754 Código Procesal Civil y Comercial de la Nación Argentina”, Boletín
Oficial del 27 de agosto de 1981.
Ley número 15,982 del 18 de octubre de 1988 “Código General del Proceso de
Uruguay”. Recuperado de https://www.impo.com.uy/bases/codigo-general-
proceso/15982-1988.
Ley número 19,090, del 14 de junio de 2013 “Modificación al Código General del
Proceso de Uruguay”. Recuperado de
https://www.impo.com.uy/bases/leyes/19090-2013.
Ley número 260 “Ley Orgánica del Poder Judicial de la República de Nicaragua”,
aprobada el 7 julio 1998, publicada en La Gaceta Diario Oficial número 137 del
23 julio de 1998.
Resolución ministerial 10-93 JUS del ocho de enero de 1993 “Código Procesal Civil
Perú”.
119