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AMISTADES ETERNAS

Había una vez una familia de esposos que vivían en el bosque, tenían un hijo llamado
Paco, Paco era un niño solitario que no tenía amigos. Cierto día Paco fue al bosque a
recoger leña para su casa, en ese proceso Paco se encontró con un árbol inmenso, el
Roble, y el árbol le dijo: - ¿Qué hace usted aquí soñoliento niño tan solitario?
-Vine a recoger leña para mi familia, respondió el niño Paco sorprendidamente. Y en
aquel lugar estos nuevos amigos se dedicaron a conversar sobre muchas cosas.
Y así sucedieron los días, semanas y meses, Paco con su mejor amigo el Roble, llevaban a
cabo el proceso de hermosas aventuras, de juegos y dichas, de vivencias inolvidables de
dos amigos que se entregan del todo, y cual amistad ciertamente se eternizaba tras el
tiempo.
Cierto día un grupo de extranjeros llegaron al caserío donde empezaron a extraer mineral
de forma ilegal. Pasaron semanas, los árboles aledaños a la casa de Paco empezaron a
morirse poco a poco por la gran contaminación que producía estas extracciones.
La presión de las irregulares conductas se demostraba en sombras de salvajismo, ya que la
vida misma se hallaba peligrando en toda la tierra, y la concepción de reflexión se hallaba
paupérrima en la mayoría de los seres humanos, y de ello se daba a entender en el furor
del viento en las regiones, las reacciones de anomalías del movimiento del mar y de
los ríos, francamente la enfermedad en el medio ambiente era una realidad que no se
podía tapar con un solo dedo.
Paco y sus padres al visualizar tan trágica destrucción de parte de los extranjeros fueron
a reclamar.
Paco les dijo: – ¿Porque destruyen nuestro hogar?
Y ellos en son de burla le respondieron: –Que te importa niño, dedícate a tus cosas de
niño travieso, anda a jugar con tus juguetes.
Los padres enfadados les dijeron: - les vamos a denunciar con las autoridades, y así éstos
impertinentes se fueron burlándose de esta humilde familia.
Al visualizar tan trágica escena Paco se fue corriendo en donde su amigo el Roble, le contó
lo sucedido.
El Roble entristecido le dice: –Tranquilo niño mío yo te voy a proteger contra
esas personas malas. Paco le responde: –Si te pasa algo, no sé qué haría sin tu compañía,
sin tus consuelos.
El árbol le responde: - Será lo que Dios diga. Y Paco sin decir nada regresó a su casa.
En ese momento el Roble empieza a sentirse mal cuando siente a sus hojas marchitarse y
su raíz secarse, luego le empieza a reclamar a Dios diciendo lo siguiente: - Dios porque
dejaste que este niño me conociera y me llegara a querer tanto, si sabes que ahora me
estoy muriendo ¡Oh Dios mío dame fuerzas para seguir soportando con todo esto!, la vida
se me va muy rápido.
El niño abraza al Roble y se pone a llorar al ver que le quitan la vida a su único mejor
amigo, y recuerda que talvez él lo pueda ayudar, y se fue corriendo a su casa en busca de
una cubeta con agua y un poco de abono, enseguida vuelve donde su amigo y empieza
alimentarle, ya que este amigo llego a constituir para el niño Paco alguien de su propia
vida, de su propio cuerpo, alguien que alimentaba su desolada existencia, su vacío
interior que anhelaba tanto las riquezas de la vida, y sin pensarlo tanto se determinó a
dar su propia vida por la sanidad misma de su gran amigo el Roble.
Al enterarse las autoridades de la contaminación de parte de los extranjeros los
apresaron.
Y siendo muy cierto la contaminación de los lagos, las lagunas, los ríos y los mares, y de
toda la fauna y la flora, aunque también era muy cierto que todas esas contaminaciones
se daban en base a la gran contaminación moral de algunos seres humanos que
creyéndose superpoderosos que tenían la potestad de adueñarse de todas las cosas para
sus grandes negros intereses amargos.
Al día siguiente Paco va a visitar a su amigo, se acerca, lo ve y se asombra, y le hace una
pregunta: - ¿Qué te pasa amigo, no te veo bien, que ya ni me puedes hablar?
El roble con la voz muy, pero muy baja le dice: - que ya no quiero notar más en tus ojos
desolaciones amargas, que llegan a producir heridas y a complementar dolores en mi
tronco y en mis ramas y secar más rápidamente mis enjutas hojas e inclinarme más
rápido a un pronto morir.
Paco empezó a desesperarse y llorar mucho al ver que su amigo se estaba muriendo y el
Roble mirando al niño le dijo: -Niño mío ya no puedo más, te agradezco mucho por darme
tu amor y cariño, nunca te olvidare, pero recuerda que voy a tener descendencia. Y el
árbol dio su último suspiro de vida y se murió, Paco al ver esa horrible escena lloró, lloró y
lloró, y seguido a ello llegó a escuchar una voz que le dijo: - Hijo mío, Dios nos trajo aquí,
pues somos mucho, ya que somos la descendencia de tu mejor amigo, al visualizar esto
Paco se asombró, se puso muy feliz y empezó a juguetear con sus nuevos amigos, luego,
mirando al cielo, le agradeció a Dios por toda la dicha y bonaza que le concedieron “Sus
nuevos amigos”.
Y así pasaron semanas de tal tragedia, cuando Paco decide ir a la tumba de su mejor
Amigo, y notando algo en aquel lugar, alrededor notaba vocecitas que le estimulaba
totalmente a toda su existencia y le hacía sonreír, era la fuerza del amor, la energía
avasalladora del Roble, y todo se volvía una atmósfera de profunda amistad que deleitaba
tanto a todos los rincones de la tierra, y cuál historia de buenos amigos que se guardan
fidelidad se demostraba tan dinámica y desenvuelta que a muchos hacía dejarse llevar
hasta agudizarse en sus corazones el gran amor de las aves y de los árboles, de los ríos y
de los mares, y se hacía tan presente la sensibilidad amorosa del Roble que despertaba
revelaciones totales en los corazones de los que nunca dejaban de amar de verdad.

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