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PSICODRAMA

Teoría y Método

ORIGEN Y CONCEPTOS CENTRALES

El Psicodrama es un paradigma de intervención psicoterapéutico que surge con Jacob


Levy Moreno (1889-1974), actor y posteriormente médico psiquiatra. El Psicodrama
histórica y conceptualmente se nutre de la Sociología, el Teatro y el Psicoanálisis.
Moreno, desde el Teatro de la Improvisación y su Teatro Espontáneo, se inspira para
concebir su modelo Psicodramático como "una nueva forma de psicoterapia que puede
ser ampliamente aplicada" (Moreno, 1959).

La intervención psicodramática utiliza la interacción espontánea y creativa, incluyendo


y trascendiendo las palabras, incorporando lo vincular, corporal, afectivo, metafórico y
estético. Se utiliza principalmente en grupos, considerando también a las familias como
grupos significativos y a la pareja como un grupo primordial o espacio de salida del yo
individual. En psicoterapia individual se le denomina psicodrama bipersonal, poniendo
el acento en lo vincular y relacional.

Históricamente el Psicodrama representa un punto decisivo de evolución en la


psicoterapia de la persona aislada, hacia la psicoterapia de la persona en grupos; y de la
psicoterapia con métodos verbales, hacia la psicoterapia con métodos de acción
(Moreno, 1946).

El Psicodrama pone a la persona sobre un escenario, donde puede resolver sus


problemas con la ayuda de unos pocos actores terapéuticos. Es tanto un método de
psicodiagnóstico como de psicoterapia (Moreno, 1946).

Moreno concibe al ser humano como un agente activo participante, desde su primera
entrada en la vida social, desde el momento del parto. Considera que poseemos a dios
dentro de nosotr@s, así como su potencia creativa. De esta manera los recursos de las
personas son innatos, son factores que actúan favorablemente en su desarrollo.

Para Moreno, las principales potencialidades humanas son la espontaneidad y la


creatividad; ambas son indisociables. La espontaneidad es lo que ‘surge desde
adentro’, en esta emergencia está la capacidad de “actuar” de manera adecuada frente
a situaciones nuevas, generando una respuesta inédita, renovadora y transformadora
de situaciones pre-establecidas. La espontaneidad es un factor que permite al potencial
creativo actualizarse y manifestarse (Salles, Wolff y Castello, 1998).
Un aspecto relevante de la espontaneidad y creatividad es la adecuación (Bustos,
2000), lo que la diferencia de la impulsividad, ya que la espontaneidad surge en
armonía con otros y otras y no genera sometimiento ni anulación en el vínculo. Todos
los seres humanos estarían equipados biológicamente, no sólo para adaptarse a una
situación sino que también para hacerlo como si esta fuera una situación primera y
única en la vida. (Reyes, 2009).

Salles, Wolff y Castello (1998) afirman que si la persona “se detuviese por excesivo
respeto a aquello que su creatividad ya produjo, solamente conservando y cultivando lo
que ya está realizado, perdería su espontaneidad” (p.21). Moreno considera la
creatividad como algo vivo y a los productos de la creatividad les llama ‘conservas
culturales’. Las conservas culturales pueden ser repeticiones de la creatividad, pero
carecen de la espontaneidad, de lo que surge o emerge desde adentro.

Otro factor innato que Moreno otorga a su concepción de persona es el que denomina
factor tele, definiéndolo como “la capacidad de percibir, de manera objetiva, lo que
ocurre en las situaciones y lo que sucede entre las personas” (Salles, Wolff, Castello,
1980). Este factor innato comienza a estar presente desde la niñez, momento en el cual
se es capaz de percibir a otros seres y/u objetos como separados de sí mismo/a. Esta
percepción así concebida se puede observar que trasciende más allá de lo meramente
percibido por los sentidos.

En Psicodrama, el vínculo que surge entre terapeutas y personas atendidas está


dinámicamente estructurado por el factor tele, el que va a permitir que ocurran todas
las transacciones en una persona. Por un lado está el tele que asegura el encuentro e
implica una correcta percepción recíproca, y por otro, encontramos la transferencia (o
ausencia de tele) que es la distorsión de la percepción (Bustos, 1980).

Muy relacionado con el concepto de tele, Moreno plantea “el encuentro”, el que
define como una especie de convocación que apela a la sensibilidad del prójimo
permitiendo vivir una relación simultánea y bi-empática, o sea télica. Encuentro, no sólo
quiere decir que dos personas se hallan juntas, sino que se experimentan una a la otra,
se captan con la totalidad de su ser. Es allí donde experimentan el amor y el
enfrentamiento, el placer y el dolor; y es en esta articulación donde surge la adecuación
y los conflictos (Bello, 1999).
Moreno escribe:

Un encuentro de dos: ojo a ojo, cara a cara.


Y cuando estés cerca arrancaré tus ojos
y los colocaré en el lugar de los míos,

y tú arrancarás mis ojos


y los colocarás en el lugar de los tuyos,

entonces te miraré con tus ojos


y tú me mirarás con los míos.

La propuesta metodológica de Moreno para el abordaje de la relación grupal, es la


exploración de las propiedades de la interrelación entre los individuos implicados en la
situación, tal cual está ocurriendo en determinado momento. Se trata de indagar la
relación presente, las corrientes afectivas captadas “aquí y ahora”, mientras están
sucediendo.

Es necesario describir los siguientes conceptos psicodramáticos, referidos a lo


profundo de la vivencia de lo humano:

- Locus se refiere a un “lugar”, es el espacio-tiempo en donde ocurre una situación, o


cadena de situaciones, que genera un sentimiento y una modalidad de relación
particular en la historia y/o fantasía de una persona. Se reconstituye a partir del tiempo,
el espacio, objetos, personajes y el conjunto de sensaciones que permiten revivir la
experiencia de la persona (Reyes, 2005).

El Locus subraya la dimensión espacial en donde ocurre dicha situación o cadena de


situaciones. Es importante entender que el Locus no es lo que ocurrió en su vida, no es
el hecho objetivo, sino lo que se significa, es decir que está en el ámbito de la
subjetividad de quien lo protagoniza, es lo que la persona nos “trae” para representar.
(Reyes, 2009).

- Status Nascendi se describe como un proceso dinámico y evolutivo en el cual se


inserta el locus. Se establece el énfasis del movimiento de los acontecimientos
temporales. Este movimiento contiene los contextos familiares, sociales e históricos en
los cuales están insertos los locus y van desenvolviéndose las situaciones.
- Matriz (o matriz rólica) es un sistema de respuestas defensivas de la persona, que
surge frente a un locus, a una situación traumática o a una cadena de eventos y
situaciones traumáticas. En su origen la matriz es adaptativa, es lo mejor que la persona
pudo realizar para abordar esa situación en ese momento. Luego se desarrolla y queda
anquilosada como una manera de relacionarse con el mundo; carece de creatividad y
adaptación, por tanto se torna des-adaptativa con el tiempo.
La matriz conlleva respuestas afectivas, formas de relacionarse con la realidad interna y
externa, aspectos cognitivos o esquemas mentales; sin embargo, estas formas son
rígidas frente a realidades diferentes. La matriz es un concepto opuesto a la
espontaneidad. La persona queda fijada y pegada, la persona se repite en formas de
reacción, de comportamiento, emoción y pensamientos, perdiendo la posibilidad de
lograr lo creativo, lo original, en el momento único y fresco donde se da el Encuentro.

El Encuentro se produce entonces en ‘el momento’ (aquí y ahora’), es decir, este


proceso vivo donde se expresan los potenciales de la creatividad y la espontaneidad,
que es siempre vincular, en donde se logra el tele o la percepción correcta y profunda
bi-empática, sin interferencias de transferencias -proyecciones de vínculos pasados-.

Es necesario distinguirla del concepto de matriz de identidad. La matriz de identidad o


placenta social corresponde al conjunto de vivencias básicas perinatales y postnatales
que están relacionadas con el entorno de la madre, del padre o personas que
otorgaron los cuidados primarios (Reyes, 2006). Corresponde a lo originario, lo que se
constituye en el momento de la gestación, nacimiento y en los primeros meses de vida.
Moreno se refiere a esta como placenta social, con características como la co-
existencia, la co-acción y la co-experiencia.

Triada Psicodramática: Un concepto básico de la teoría psicodramática, y que es


fundamental para el entendimiento de su método, es la tríada psicodramática. Este
concepto se relaciona con la integración mente, cuerpo y afecto; y se refiere a la
concepción holística del ser humano y a la escucha psicodramática de todos los
aspectos constitutivos del ser. Las personas no pueden existir separadas de su cuerpo,
a través del cual se relacionan con el mundo que les rodea. Es en este sentido, y en
contraste a muchas terapias tradicionales (en donde el lenguaje se emplea como la
principal técnica de intervención), que la técnica psicodramática está centrada no sólo
en la cognición, sino que también en aspectos corporales y afectivos, siendo parte del
objetivo terapéutico la integración de estos elementos por medio de elementos
verbales, pero principalmente por medio del cuerpo en acción.
Cualquier rol representado en una escena posee a lo menos este triángulo articulado
(corporalidad, afectos y cogniciones), bien o mal integrados. Se busca que los
comportamientos, las cenestesias y sensaciones permitan el acceso a afectos, los
cuales puedan ser expresados y simbolizados, desde la fantasía hasta llegar a la
palabra; así como también que ideas o fantasías tengan su ‘bajada’ y articulación con el
cuerpo en acción y los afectos (Buchbinder y Matoso, 1990).

El sentido de la acción junto a la palabra, es desbloquear la cadena de significados que


están reprimidos y que se inscriben en la “memoria corporal”, representada en
patrones musculares e incluso neurofisiológicos que se asocian a ideas, emociones y
fantasías escondidas de la codificación más elaborada del lenguaje verbal,
permaneciendo como huellas inconscientes (Moreno, Zerka. 1987).

En psicoterapia psicodramática se busca equilibrar, tanto la expresión corporal como la


afectiva y cognitiva, con el propósito de que se manifiesten ambas ampliamente, sin
detrimento una de las otras, ya que el bloqueo o imposibilidad de la expresión de
alguna de ellas implicaría a su vez el bloqueo de la espontaneidad y la creatividad,
estereotipando su expresión.

Esto se traduciría en una expresión sintomática de un conflicto, a veces por


somatización, cuando está referido al cuerpo; otras por expresión inadecuada de las
emociones, cuando está referida a los afectos; y otras con conflictos de juicio lógico de
la realidad, cuando está referida a la cognición (Moreno, Zerka. 1987).

EL MÉTODO PSICODRAMÁTICO

Jacov Levy Moreno nos invita a pensar el Psicodrama como un método y no como una
técnica. (Método quiere decir: camino para llegar a un fin). Drama significa acción, es
decir, se trata de explorar el alma humana –psique- a través de un método de acción.

El núcleo central de este método de acción es la escena o dramatización, mal conocida


como rol play. En donde las personas participantes de una sesión grupal actúan sus
problemáticas, en vez de limitarse sólo al discurso verbal o narrativo. La acción se
realiza a través de la representación o dramatización, con la utilización de la
corporalidad, los afectos y las palabras (cogniciones). El cuerpo está totalmente
presente en la acción dramática de la escena, siendo el cuerpo la vía de acceso regia a
las emociones y sentimientos.

Para Jacob Levy Moreno, la acción resulta del predominio de los aspectos emocionales.
Moreno entregaba la siguiente clave a los estudiantes de Psicodrama: “follow the
emocional clues” –sigan las claves emocionales-; aspectos que están siempre insertos
en la corporalidad de la escena, aspectos afectivos, gestuales, señales mínimas
emocionales, que están en las percepciones internas del propio cuerpo.
INSTRUMENTOS EN UNA SESIÓN DE PSICODRAMA

Protagonista, es la persona alrededor de la cual se centra la dramatización. En un


grupo, la persona protagonista es quien representa un entrecruce entre la temática
grupal y la propia historia. Es capaz por eso de representar, a través de las escenas de
su vida, algo que involucra a todo el grupo, sobre todo si ha sido elegido por el grupo (y
no impuesto por quien dirige) a través de una votación llamada método de elección
sociométrica.

Director o Directora, es quien dirige la secuencia dramática, implementa las técnicas y


recursos del psicodrama, haciendo de nexo entre el grupo y protagonista y
coordinando el espacio del compartir o el sharing.

Yo-auxiliar, es una o más personas del grupo de Psicodrama, que ayuda a quien
protagoniza en su dramatización, representando algún personaje significativo de su
vida, o incluso, representando al/la protagonista, o una parte de él/ella.

Público, es la parte del grupo que no está siendo parte de la dramatización. Al mirar la
escena está trabajando internamente de manera receptiva pero no menos intensa,
donde cada una de las personas del público vivencia sus propias resonancias, escenas
internas y participa a través de la catarsis por identificación.

Escenario o espacio dramático, por una parte es el lugar físico donde se realiza la
dramatización. Por otra, es el lugar del “como sí”, de lo dramático, que se co-construye
en el momento.

Moreno concibió este método para un ser social, en relación e interacción con otr@s.
Por lo tanto, su planteamiento fue originalmente de un proceso terapéutico grupal en
donde quien protagoniza una escena -que ha sido elegida sociométricamente por el
grupo- es vocero de los contenidos con que el resto del grupo de alguna manera
resuena. Es así como la escena del Protagonista responde al emergente grupal, que
aporta un material concreto y compartido por tod@s. Al psicodramatizar la escena
todo el grupo tiene acceso a algún grado de resignificación de los contenidos
develados en la situación que trae el o la protagonista.
FASES DE UNA SESIÓN PSICODRAMÁTICA

1.- Caldeamiento: Es el conjunto de procedimientos que intervienen en la preparación


de la escena psicodramática. La sesión comienza con el Caldeamiento Inespecífico,
orientado a disminuir los estados de tensión y las defensas, así como facilitar la
interacción entre los miembros del grupo; para continuar con el Caldeamiento
Específico, cuyo objetivo es preparar al Protagonista para que se encuentre en las
mejores condiciones para dramatizar.

Caldeamiento Inespecífico:
Una regla de oro en Psicodrama es ir de lo superficial a lo profundo, de la periferia al
centro –gradualidad, progresividad-. Esto tiene que ver con la creciente importancia del
caldeamiento (atemperar o precalentar el cuerpo, la emoción y la mente previamente a
la acción de la escena), tanto del coordinador(a), de quien protagoniza y del grupo
entero.

En el deporte, si los músculos no se preparan adecuadamente para el entrenamiento


específico, se pueden sufrir lesiones o provocar calambres que no son más que señales
de alerta de resistencia o defensa del organismo frente al sobreesfuerzo. De la misma
manera en psicoterapia, entrar de cuajo en el tema puede generar resistencias o
diversos tipos de defensas en pos del no cambio. De allí la importancia del trabajo
introductorio, como forma de atenuar el impacto que implica la consulta sobre el
padecimiento o enfrentar lo que más duele, más aún, en los casos donde por primera
vez se asiste.

En el caldeamiento inespecífico se busca que cada participante se relaje, entre en


contacto consigo mismo, con su propia corporalidad, con su mundo emocional, mundo
interno, fantasías. Primero ponerse en movimiento, conectar con sus sensaciones,
respiración, cenestesias, donde luego se comienza a inducir el soltar, buscando avanzar
hacia un estado de flexibilidad, expresión, espontaneidad y creatividad.
También se busca la conexión grupal, vincular, la interacción, el encuentro, cohesión e
integración grupal, ir entretejiendo una matriz grupal, siempre siguiendo el principio de
la progresividad, con cuidado, sin invasión ni imposición, desde menos a más. La
conexión consigo mism@ y los demás, con la música, el encuentro, el promover la
integración de lo cognitivo, afectivo y corporal, el inducir la creatividad y
espontaneidad se realiza hasta este momento sin contenidos o temáticas particulares,
es decir, se trata de un caldeamiento inespecífico.
Caldeamiento Específico:
Es un conjunto de procedimientos destinados inducir las escenas, así como a elegir la
escena a dramatizar y a preparar a la persona que será protagonista, para que se
encuentre en las mejores condiciones para dramatizar y, así desbloqueada, pueda
llegar a la máxima expresión de su acción y comunicación. En este caldeamiento
inespecífico se pueden realizar distintas dinámicas para que emergan escenas desde la
interioridad de l@s participantes. En este sentido pueden servir como disparadores o
inductores: viñetas, videos, extractos de películas, historias, narrativas, testimonios,
dinámicas corporales, imaginerías guiadas, de regresión, imaginerías espontáneas, o
incluso simplemente conversar hasta llegar a un punto de caldeamiento, sobre las
propias experiencias y vivencias vividas en la semana o remotamente en la propia
biografía. Se pueden inducir temáticas específicas de un curriculum temático que se
decida abordar, como también se podría inducir escenas inespecíficas de la vida
personal, sin una dirección o temática específica.

Se estila en Psicodrama, siguiendo el principio del cuidado de las personas y de la


progresividad, realizar primero escenas de recursos de las personas, donde primen
vivencias de vínculos de buen trato y cuidado, de registros positivos de bienestar, para
posteriormente acceder a las escenas de aspectos conflictivos, donde generalmente
están presentes los descuidos y malos tratos -escenas traumáticas-, a fin de realizar
resignificaciones y poder desmatrizar los roles rígidos.

Una vez que se ha inducido la emergencia de escenas a nivel personal, se procede a la


elección y votación sociométrica de la escena y la persona protagonista que
representará esta escena. Por ejemplo, en la introspección o imaginería, cada persona
pone un nombre a su escena (avanza en su simbolización); luego al abrir los ojos, se les
pregunta el nombre y si desean compartirla. Posterior a esto se realiza un proceso de
votación eligiendo la escena que más le resuena a cada un@.

Cuando ya se ha logrado la elección de escena y protagonista, comienza un nuevo


momento de caldeamiento: el vincular. Esto significa que quien dirige necesita
prepararse para ese íntimo contacto que significa dirigir a una persona con la que
muchas veces ha tenido contactos previos, pero otras tantas no. Disponerse para
poner sus conocimientos y sensibilidad al servicio del trabajo propuesto. Prepararse
significa esperarse y esperar. Aprender que ir directo al supuesto tema de conflicto
significa exponerse a no comprenderlo profundamente. Al prepararse va
comprendiendo el tono afectivo de ese vínculo: ¿Debe acercarse, alejarse, ser firme, ser
receptivo o el protagonista necesita a alguien más lejano y operativo? La primera
pregunta es quién es, lo más profundamente posible, esa persona con la que voy a
trabajar, para solo después focalizar el posible conflicto. Todo esto no tiene fórmulas
aplicables con generalizaciones (Bustos, 2007).
Si un/a terapeuta no reconoce lo esencial de este momento, se lanza
contrafóbicamente en busca del “conflicto”. Esto significa trabajar disociado y toda
disociación genera otra igual y contraria. Este momento apunta a facilitar el
surgimiento de la espontaneidad, de terapeuta y protagonista. Nadie se pone a trabajar
sin un grado de angustia, por mucha experiencia que se tenga, no se deja de sentir
ansiedad, que nos está avisando ese salto al vacío que significa dramatizar.

“Sabemos dónde comenzamos pero nadie puede prever dónde se terminará, ya que
son infinitos los posibles desdoblamientos de una dramatización”. Si el caldeamiento es
respetado, esa ansiedad inicial, irá dando paso a la espontaneidad, donde se
amalgaman conocimientos y vivencias (Bustos, 2007).

Cuando un grupo humano tiene más historia o trayectoria, el caldeamiento inespecífico


debiera apuntar a la localización de temas y dinámicas de grupo. Siempre se debe dar
espacio claro para que se manifiesten los sentimientos, conflictivos o no, que surgen
entre los miembros del grupo incluidos los de quienes coordinan. La tensión intragrupal
debe ser el tema hasta que se resuelva el conflicto. Sin esta base cualquier trabajo
psicodramático se convertirá en un ocultamiento del verdadero foco de ansiedad. No
hacer la investigación en las relaciones del grupo, sino que evadirlas generará
situaciones de chivo expiatorio, o bien escoger una dramatización que será este chivo
emisario, pero sin saberlo conscientemente (Bustos, 2007).

Quien coordina debe tener el cuidado de que sea el propio grupo quien se comprometa
en esta elección de la escena a dramatizar. Que el protagonista emerja del grupo, lo
represente y sea su portavoz. Al hacerlo así, el grupo se responsabiliza de contener los
aspectos dramatizados. No hay boicot, ni actuación agresiva si la responsabilidad es
compartida.

2.- Dramatización:

Es el medio terapéutico por excelencia en Psicodrama, de tal manera que todas las
técnicas y recursos terapéuticos que se emplean, han de ser instrumentados
mayormente en esta fase donde se construye la escena y se le explora en múltiples
niveles.

Lo primero a encarar es el montaje, es decir, poner en el espacio dramático los


elementos que constituyen la base de la escena. La escena se desarrolla frente al grupo
o audiencia, y debe existir una clara división entre escena y público. Una escena
necesita luego una clara y determinada espacialización. Se necesita describir e ir
ubicando en el mayor detalle posible el tiempo y espacio. Imaginar a través de la ilusión
(sin ocupar objetos concretos, o lo menos posible). Esta ubicación del espacio y los
objetos, de los colores, de temperaturas, de si es de día o de noche, etc., es un
caldeamiento tanto para el o la protagonista, para el público como para quien dirige.

A veces usamos cojines, telas, máscaras para marcar lugares o personas o


sentimientos. A veces usamos sillas o banquetas para marcar las diferencias de altura,
cuando se enfatiza la autoridad de un personaje, su control o dominio, o cuando se
desea que una protagonista asuma su propia capacidad de decidir sobre su vida,
pedimos que se suban a una silla, que respiren hondo y sientan el propio poder o el del
otro para trabajar temas de sometimiento y libertad. Pocos objetos permiten que la
ilusión dramática no se interferida por obstáculos.

Luego se construye el tiempo, edad, época, país, ropa. Para luego construir los
personajes. Será quien protagoniza quien construirá a los personajes de la escena,
escogiendo en el público los yo auxiliares, para luego quien protagoniza representar a
los personajes e indicar de esta manera cómo los yo auxiliares deben actuar.

Luego se debe dar la consiga de iniciar la acción dramática o preguntar ¿Quién inicia la
acción? Se debe pedir que actúe la escena y no que sea narrada. Y de ahí viene la
exploración a través de distintas técnicas, a través de las cuales se buscarán los
objetivos psicodramáticos de desbloquear la expresión, explorar, para lograr una
catarsis de integración y rematrización de roles rígidos o conserva.

3.- Compartir o Sharing:

Es el momento de poner en palabras los sentimientos y recuerdos que ha evocado la


escena en cada uno y cada una. La atención vuelve a todo el grupo, que comparte sus
resonancias y consonancias referentes al caldeamiento, a la dramatización y a si
mism@s. El material aportado por quien protagoniza debe ser visto como un
emergente grupal. No es un espacio para hablar del otr@, sino que de mi mism@, de
las propias escenas de vida que evocó la representación o el caldeamiento. Es el
espacio para transversalizar los contenidos, donde se puede producir el espejamiento
de emociones, solidaridad, contención; se frenan los consejos, juicios y opiniones.
PRINCIPALES TÉCNICAS Y RECURSOS PSICODRAMÁTICOS

En su búsqueda de la espontaneidad y de los recursos para su despliegue, con sus


conocimientos de teatro, Moreno desarrolló un conjunto de técnicas y recursos para
explorar lo que la persona experimenta en relación con el tema para el cual se ha
realizado el caldeamiento. Unas de ellas son de uso general para cualquier momento y
otras son más específicas.

El director o la directora de Psicodrama utilizan estas técnicas y recursos en las


dramatizaciones como caja de herramientas que le permiten dar lenguaje dramático o
representar en acción lo que sucede en un momento dado en el grupo, para analizarlo,
expresarlo o buscarle alternativas de solución. Las combinaciones de estas técnicas y
recursos son infinitas y su amplitud se potencia en la combinación con la
espontaneidad y creatividad del grupo.

TÉCNICAS

Soliloquio
Como ocurre en el teatro, el soliloquio consiste en imprimirle volumen a los
sentimientos y pensamientos. Es como un recurso de la voz en off empleado en el cine.
Esta técnica sirve para expresar en una dramatización lo que no se ha podido decir en el
momento de vida o también se utiliza para dar color a las dramatizaciones, imágenes,
esculturas o fotos.

En algún momento de la acción psicodramática, el o la directora observa y focaliza su


atención, pidiendo que la escena y los actores congelen (se detengan y hagan un stop
ahí donde quedaron). Pidiéndole al protagonista y yo auxiliares que cierren los ojos, se
focalicen en lo que sienten y piensan, y lo digan en voz alta. Consiste en verbalizar las
emociones y pensamientos, que forman parte del subtexto, de lo que no se está
diciendo en la escena y en la interacción entre los personajes. Es ponerle palabras a
esta experiencia interna, priorizando las emociones. Aquello no implica que se dejen de
lado los comentarios u opiniones -pensamientos-, pero recalca la importancia del relato
inmediato, a efecto de evitar que dichas opiniones o comentarios se transformen en
racionalizaciones u otras maneras de evitar conectarse y nombrar las emociones.

En la película ‘Nos habíamos amado tanto’ del director Ettore Scola, aparecen diversos
soliloquios, recursos teatrales llevados al cine, donde se detiene la acción dramática
externa, se apagan las luces, quedando en foco y luz sólo un personaje que habla
consigo mismo, piensa, reflexiona y siente. Se le ha llamado también al soliloquio: la
voz de la propia consciencia.
Ejemplo de consigna: “¡Congelen! …, cierren los ojos, -director/a se acerca a la
protagonista- no se mueva, no cambie la postura, respire, sienta el cuerpo,…, diga en
voz alta lo que estaba sintiendo y pensando pero no ha dicho en esta escena”.

Doble
Cuando una persona está desempeñando un papel difícil en una dramatización, o
donde hay varias alternativas de dramatización o de solución a un problema, l@s
compañer@s del grupo pueden funcionar como sus “dobles”, ayudando a expresarse
más libremente.

Esta técnica consiste en ayudar a una persona a verbalizar sus emociones; en concreto,
implica hablar por esta persona, hacer de “intérprete” de lo reprimido, ayudar a sacar
afuera lo que esta persona no logra decir. Como se puede apreciar, supone interpretar
al otro en la dimensión de lo que no dice y, por tal razón, requiere un grado de
conexión o empatía (tele) adecuado para evitar estar hablando más de sí mismo que
del sujeto doblado.

Quien vaya a doblar a otra persona debe sentirse primero identificado con la situación
del sujeto a doblar, debe sentir un fuerte grado de empatía con él de manera que su
comprensión tenga que ver con las emociones de esta persona y no con quien realiza el
doblaje. Así, y con la cautela que corresponde, podrá intentar expresar lo que el otro
siente, lo que vive internamente pero no logra decir; en este sentido, podrá realizar el
soliloquio que el sujeto doblado no logra hacer. Para esto, quien dobla debe acercarse
al espacio del otro, ponerse atrás de él o ella, tocarlo; o bien ponerse al lado de esa
persona y adoptar su misma postura física. Luego de sentir, debe ofrecer lo que va a
decir (interpretar) como una hipótesis y no como un decreto, es decir, sin imposición.

Ejemplo de consigna: Luego de pedir que se detenga y se congele la escena: “¿Puedo


hablar por ti? ¿Me permites intentarlo? Si te hace sentido lo tomas, si no, lo dejas
pasar”.

Al finalizar el doblaje es importante preguntar al sujeto doblado si lo dicho le ha hecho


sentido, es decir, si las verbalizaciones se han vivido como algo personal y propio. En
ambos casos es importante remarcar la respuesta. Esto es, que la persona doblada
verbalice concretamente si el doblaje lo representa o no, a efecto de poder integrar
estos contenidos a la vivencia o diferenciarlos con claridad de la misma.
Espejo
El Psicodrama consiste, en gran parte, en recrear situaciones vividas en el espacio
dramático, para analizarlas y buscar diferentes alternativas de conducta. En esta
recreación, el o la protagonista, o sea quien presenta la escena, está viviéndola
nuevamente desde adentro. La técnica del espejo, sin embargo, permite ver también
las situaciones o escenas desde afuera y verse a uno mismo en un espejo,
interactuando en ellas.

Espejar al protagonista requiere una fuerte empatía con esta persona. Puede espejarse
con la mayor precisión posible una conducta y gestos, aunque también por solicitud del
Director/a, se puede pedir una maximización de ciertos aspectos, a fin que pueda tomar
consciencia de determinada actitud. Para no ridiculizar a quien protagoniza, se le dice
que se exageraran ciertos aspectos para que los pueda integrar en su experiencia.

Cambio o inversión de roles


Esta es la técnica más representativa del Psicodrama. Permite vivir una situación desde
el lugar de la otra persona, “ponerse en sus zapatos” experimentando sus sentimientos
y circunstancias. Al mismo tiempo da la posibilidad de verse a sí mism@ desde los ojos
del otr@.

El cambio o inversión de roles consiste en ponerse en el lugar del otr@, es decir,


experimentar la realidad desde la perspectiva del otro u otra, y asimilar con ello el
trasfondo de sus emociones más allá de las propias. Es la técnica básica para empatizar.

Esta técnica es muy importante dado que permite cumplir un conjunto de objetivos
dentro de los cuales destacaremos los siguientes:

- Clarificar la comunicación
- Despejar la realidad de los hechos, de las fantasías o temores que provocan
- Ponerse en el lugar del otr@ (empatía)
- Comprender y respetar al otr@

Ejemplo de consigna: (En el contexto de un diálogo entre dos personas:) “Les voy a
pedir ahora que detengan esta conversación sin olvidar lo que han conversado y que
intercambien sus lugares. Ahora traten de ponerse en el lugar de su interlocutor.
Cierren los ojos y concéntrense en él. Imaginen su rostro, recuerden sus palabras, su
postura y traten de asimilar su actitud corporal, intenten encarnar su historia biográfica
(es decir, se debe caldear e inducir entrar en ese personaje, no sólo ubicarse
físicamente en su lugar). Ahora, desde estas nuevas coordenadas, desde el lugar del
otr@, jueguen un poco a ser ese otr@, a ocupar su cuerpo por un momento y dirigirse
a quien tiene usted adelante y que es… usted mism@.”
Al finalizar esta técnica es importante que cada persona retome su espacio original de
manera que recupere su rol y su propio espacio físico.

Entrevista o interview
Consiste en una serie de preguntas que el director/a le plantea al protagonista,
mientras este desempeña su propio rol u otro. Este recurso permite obtener
información sobre los personajes y sus puntos de vista en el momento mismo de la
acción, sin recurrir al relato.

Maximización
Quien dirige elige magnificar un gesto, una frase o un momento de la acción, cuando
alguno de éstos le parece especialmente elocuente y relevante para la comprensión, o
bien, para darle un giro a la dramatización. La dramatización maximizada puede tener
el efecto zoom de la filmadora.

Cámara lenta
Permite fijar la atención en un momento importante de la escena. Cuando repetimos
ese momento cuidadosamente, como si ocurriera en cámara lenta, nos permite
recuperar los detalles que no tuvimos tiempo de percibir en la escena vivida.

Concretización de imágenes
Consiste en representar mediante una imagen con el propio cuerpo, un sentimiento o
una situación expresados por el protagonista. Esta técnica fue dada a conocer
posteriormente como la escultura por los terapeutas familiares sistémicos.
Por ejemplo, la persona que protagoniza siente una asfixia, sus barreras en una
situación, su sensación de estar en un pozo, sobre un pedestal, sentirse jalonado por
fuerzas contrarias, un dolor, etc. En general, está técnica permite dar forma y visibilidad
a una sensación o imagen interna para poder explorarla y transformarla. Esta técnica
trae a escena el mundo interno de la persona, y poniendo el foco en lo interno ayuda a
la persona del protagonista a hacerse cargo de sí misma. En general esta técnica se
utiliza en momentos cruciales o resolutivos de la dramatización para definir luego lo
que el o la protagonista quiere hacer en ese momento o circunstancias.
RECURSOS TÉCNICOS
Llamamos recursos a los procedimientos técnicos más complejos, en los cuales puede
utilizarse varias de las técnicas ya descritas.

Dramatización de escenas. Es el recurso más importante y propio del Psicodrama, la


recreación de escenas, es decir, la recreación en el espacio dramático de situaciones
vividas, experimentadas, sueños y/o situaciones deseadas. La escena es la unidad
dramática del Psicodrama. En la escena hay un lugar, un tiempo y una acción. Esta
acción puede consistir en algo tan simple como una mirada que se cruza, o un
momento de reflexión a solas.

Dramatización de imágenes. A diferencia de la escena, la imagen no tiene un tiempo,


un lugar o una acción determinada: la imagen es simbólica. En ella, el acento no se pone
en la acción, sino en la configuración, en la estructura. La dramatización de imágenes
puede tomar forma de escultura o ser la representación de una foto, de un objeto o de
un símbolo.

Psicodrama interno. Está constituido por fantasías dirigidas. En este caso, la


imaginación es el espacio dramático. Este recurso puede utilizarse como
calentamiento, como trabajo en sí para grupos numerosos, o como sustitución del
Psicodrama en acción, cuando l@s protagonistas no pueden moverse.

Juegos dramáticos. Lo lúdico es propio del Psicodrama, en un sentido amplio es su


característica esencial. Como recurso técnico, el juego se centra en el grupo. La mayoría
de las dinámicas de grupo son juegos dramáticos estructurados. Los juegos dramáticos
son especialmente útiles en la etapa de caldeamiento o para desarrollar algún tema
grupal.

Rol playing o desempeño de roles. Es un recurso técnico que consiste en


dramatizaciones grupales centradas en un rol (rol de cliente, del vendedor, del
enfermero, etc.), más que en una persona. Muchos especialistas utilizan el desempeño
de roles en el Psicodrama pedagógico, en la capacitación y el entrenamiento
profesional.

Trabajo de encuentro. Es un puente que se establece entre dos o más personas en un


grupo. Puede usarse en encuentros simples entre integrantes del grupo para conocerse
en la etapa de integración grupal, pero también puede plantearse un encuentro entre
un personaje de una película, historia o escena y un participante del grupo.
Átomo Social. Se trata de una técnica utilizada tanto en la evaluación como en la
intervención. El átomo social consiste en reflejar la percepción mental de los vínculos
de una persona en un momento específico de su vida (presente, pasado, deseado o
proyectado a futuro, lo cual se va a señalar en la consigna del ejercicio). Para sacar
buen provecho de la técnica del átomo social; es decir, para comprender, analizar,
explorar dramáticamente y profundizar en un átomo social, es importante estudiar y
conocer sobre la teoría de los roles y vínculos del Psicodrama.

Primero se recomienda realizar un caldeamiento inespecífico que pueda hacer


referencia indirecta a los roles y a los vínculos y, luego, realizar un caldeamiento
específico relacionado más directamente con que la persona pueda visualizar y/o
recordar y explorar su contexto vincular de redes primarias, en los distintos tiempos en
que se quiera trabajar (pasado, presente, futuro o átomo deseado).

Generalmente se le solicita a las personas que luego dibujen en papel su átomo social,
con distintos colores y formas a mujeres y hombres, ubicándolos en distintas distancias
y estableciendo distintos colores y formas para los distintos lazos o vínculos (positivos,
negativos, indiferentes, etc.), así como anotar datos, nombres, edades, palabras o lo
que quieran, además de finalmente poner un título o nombre al átomo social en su
conjunto. Con estos nombres de los distintos átomos se puede realizar una votación
(llamada elección sociométrica en Psicodrama) para elegir el átomo social que será
representado o puesto en escena (dramatizado) para ser trabajado y explorado.

Otra alternativa es que cada persona o un número de personas pongan en escena su


propio átomo con cojines; y estos sean explorados de manera más personal por cada
persona, haciendo inversión de roles con todas las personas representadas en el
átomo.

En el caso de representar un solo átomo en escena, se solicita a la persona que


circunscriba primero un espacio dentro de la sala que represente el espacio vital de
dicho contexto. Luego de ello se le pide que ubique en ese espacio (usando cojines u
objetos que para ella represente a esas personas) a cada persona que forma parte de
esa red ubicando más cerca aquellas personas que siente más cerca y más lejos
aquellos con quienes siente mayor distancia. Luego se puede trabajar esta red con
soliloquios, cambios de rol, etc. para analizar el átomo y los vínculos expresados,
buscando la expresión de lo latente, el insight dramático y la catarsis de integración.

Documento elaborado por Atilio Macchiavello R.


Referencias Bibliográficas

- “El Psicodrama. Terapia de acción y principios de su práctica”. Jacobo Levy Moreno


en colaboración con Zerka T. Moreno. Editado por Beacon House de New York; versión
castellana de María Elena Zuretti. Ediciones HORMÉ S.A.E., Buenos Aires, Argentina,
1995.
- “Las bases de la Psicoterapia”. Jacobo Levy Moreno. Editado por Beacon House de
New York; versión castellana de Mario Carlisky. Ediciones HORMÉ S.A.E., Buenos Aires,
Argentina, 1995.
- “Manual de Psicodrama en la Psicoterapia y en la Educación”. Dr. Dalmiro Bustos y
Prof. Elena Noseda. Ediciones Ricardo Vergara, Buenos Aires, Argentina, 2007.
- “Psicodrama”. Jacob Levy Moreno. Editado por Beacon House, New York; versión
castellana de Daniel R. Wagner. Ediciones HORMÉ S.A.E., Buenos Aires, Argentina,
1993.
-“Psicodrama: Paradigama, Teoría y Método”. Ps. Gloria Reyes. Editorial Cuatro
Vientos, Santiago de Chile, 2008.

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