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LOS DERECHOS HUMANOS, FUNDAMENTALES O CONSTITUCIONALES

Conforme lo expresa Domingo García Belaunde en su artículo “Los derechos


humanos como ideología”, No. 36, diciembre de 1982, Revista Derecho de la
PUCP.
“La historia política y la historia del pensamiento filosófico, demuestran que las
preferencias, los alcances y el sentido de estos derechos es cambiante, tienen
una inevitable vertiente histórica, supeditada en última instancia a los valores
que priman en determinadas sociedades... Todo intento de crear un
fundamento a los derechos humanos, por más refinados que sean los
instrumentos que usemos, nos lleva en última instancia a un valor, sujeto a
contingencias sociales e históricas. Debemos precisar que esto no implica
recaer en el subjetivismo, pero ser objetivista no significa aceptar que sea
posible conocer un sentido único y universal en los valores... Así, la versión
occidental ha hecho hincapié sobre todo en que el más importante de los
derechos y bases de todos los demás es la libertad; mientras que en la órbita
de los países conocidos como democracias populares, se insiste que la
verdadera libertad no puede existir sin un previo desarrollo económico y social,
que libera al hombre del estado de alienación en que actualmente se
encuentra. Es decir, que no obstante el acuerdo teórico sobre tales derechos,
al momento de interpretarlos aflora la dificultad cognoscitiva y los valores que
dichas opciones encierran, lo que demuestra que no existe una base única e
inconmovible de tales derechos... Se aprecia claramente, que no obstante en
todos los casos mencionados se encuentran determinadas violaciones de los
derechos humanos, sólo se censuran unos y otros no; lo cual comprueba que
aún en la ponderación de los derechos humanos, existen intereses
previamente comprometidos. Los derechos humanos al ser defendidos sin
tener una sólida base cognoscitiva, son ideologías en sentido amplio, porque
reflejan intereses-coyunturales o permanentes-de naciones, países o grupos de
personas. En un segundo sentido y dentro de una praxis política, no solamente
constituyen una ideología, sino que ellos mismos son ideologizados, es decir,
instrumentalizados tanto en el orden interno como en el internacional.”
En el ordenamiento constitucional peruano se emplean las expresiones
derechos humanos, derechos fundamentales, y derechos constitucionales
indistintamente por cuanto se hace referencia a una misma realidad por lo que
perfectamente se puede utilizar de modo indistinto uno u otro término.
El ser humano se manifiesta en cuatro dimensiones: una dimensión material y
otra espiritual; una dimensión individual y otra social. El ser humano tiende a la
perfección y por lo tanto cada una de esas cuatro dimensiones presenta una
serie de exigencias y necesidades que reclaman ser atendidas y satisfechas
convenientemente de modo que pueda desarrollar una serie de
potencialidades. En la medida que más y mejor satisfaga sus necesidades
propiamente humanas, la persona humana podrá alcanzar más y mejores
niveles de perfeccionamiento humano. En el ámbito material o dimensión
material la materia que conforma la naturaleza humana es lo que se denomina

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cuerpo. El cuerpo tiene una serie de exigencias y necesidades. La primera y
fundamental es la de mantenerse con vida para lo cual debe satisfacer
necesidades de alimentación. Por ello se habla en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional del mínimo vital es decir un mínimo que le permita a la persona
humana operar sus distintas facultades propiamente humanas. En la dimensión
espiritual se reconoce a la persona humana la necesidad de adquisición de
conocimientos y también ir más allá de lo que sus sentidos pueden constatar
empíricamente. En la dimensión individual una persona humana se consigue y
se sabe distinta a las demás personas humanas. Puede individualizarse y
diferenciarse de las demás; cada persona es una realidad irrepetible material y
espiritualmente que conforma una única unidad. Por ello el derecho debe
reconocerle un espacio en el cual la persona pueda desplegar esa
individualidad. Pero la persona humana existe con otros y tiene una vocación
vital relacional o de convivencia y esta es la dimensión social del ser humano.
Para ello los seres humanos necesitan aquellos bienes que satisfacen sus
exigencias y necesidades. Bien es todo aquello que perfecciona al ser.
Mientras más bienes humanos (no se refiere solamente a cosas materiales)
consiga la persona humana, más necesidades y exigencias humanas se
habrán satisfecho, y en esa medida habrá alcanzado mayor grado de
perfeccionamiento y de consecuente felicidad.
El Derecho es una creación del hombre. En este sentido el Derecho es una
herramienta, un artefacto, una construcción del ser humano. Debido a que toda
creación humana se define en función de su finalidad, es necesario
preguntarnos por la finalidad del Derecho. El Derecho tiene por fin último a la
persona humana, su fin es favorecer la convivencia humana a través de la
regulación de las relaciones humanas. El Derecho existe por y para el hombre
del mismo modo que la moral, la finalidad última de ambos órdenes normativos
no es otra que hacer feliz al individuo. Esto significa reconocer en el Derecho al
menos las dos siguientes finalidades. La primera es que el Derecho debe
favorecer la existencia de una convivencia humana; y la segunda es que el
Derecho debe favorecer que en esa convivencia humana las personas
alcancen el desarrollo pleno de cada una de ellas. Desde el momento en que
se decide reconocer y dar protección jurídica a una serie de atributos de la
persona por tener la condición de humanas, se está produciendo una respuesta
desde el Derecho a la consideración de la persona como una realidad compleja
que tiende a la perfección. Los derechos humanos pueden ser definidos como
el conjunto de bienes humanos que han de ser reconocidos y garantizados por
el Derecho a fin de permitir a la persona alcanzar cuotas de perfección humana
en la medida que logra satisfacer necesidades o exigencias propias y
efectivamente humanas.
Concepto: Los derechos humanos son aquellos derechos fundamentales de la
ética y del derecho que tienen validez universal. Son derechos de los
individuos, naturales e innatos, que deben ser reconocidos y protegidos por el
Estado. Derechos fundamentales que el hombre posee por el hecho de ser
hombre, por su naturaleza y dignidad: derechos que le son inherentes y que no

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constituyen una concesión de la sociedad política, sino que deben ser
consagrados y garantizados por el Estado. Son los derechos naturales
constitucionalizados democráticamente. Son, por tanto, al mismo tiempo
expresión de la naturaleza humana y de la técnica del hombre, esto es,
naturales y artificiales.
En el ámbito material el ser humano tiene el derecho a la vida y por lo tanto es
un bien humano la realización de todos aquellos actos que permitan la
existencia de su cuerpo vivo. También tenemos en la dimensión o ámbito
material el derecho humano a la salud, lo que le permite a la persona estar en
condiciones de operar sus distintas facultades. La salud posibilita a la persona
estar en las condiciones más óptimas a fin de que pueda poner en acto todas
sus potencialidades humanas. El derecho a la salud consiste en alcanzar y
preservar un estado de plenitud física y psíquica y por ello tiene derecho a que
se le asignen medidas sanitarias y sociales relativas a la alimentación, vestido,
vivienda y asistencia médica de acuerdo a las posibilidades de los recursos
públicos y de la solidaridad de la comunidad.
En el ámbito o dimensión espiritual el ser humano tiene derecho a la
educación. El saber y el conocimiento son un bien humano. En esta dimensión
espiritual también tenemos el derecho humano a la libertad religiosa. Es el
reconocimiento de la libertad de la persona humana de procesar una o ninguna
religión y por lo tanto el derecho de libertad religiosa y de culto es un derecho
humano.
En el ámbito o dimensión individual tenemos el derecho humano a la intimidad.
Es decir un espacio en el cual pueda volcar y manifestar su singularidad como
persona humana. Este espacio es decidido y gobernado por la propia persona
y por lo tanto podrá decidir compartirlo o no y en el caso de decidir compartirlo
establecer con quien hacerlo.
En el ámbito o dimensión social tenemos el derecho humano a participar en la
vida social y política del Estado. Los derechos humanos han evolucionado
hasta configurarse ya no sólo en límites al poder, sino como participación de
los ciudadanos en el poder.
Características de los Derechos Humanos o Fundamentales
a- Imprescriptibles. No se adquieren o pierden por el transcurso del tiempo.
b- Inalienables. No se pueden enajenar, pasar o transmitir.
c- Irrenunciables. Forman parte de la dignidad del ser humano por lo que
nunca pueden dejar de ejercerlos.
d- Inviolables. Ninguna autoridad o persona puede transgredir los derechos
fundamentales.
e- Universales. Por cuanto comprenden a todos los seres humanos.
f- Efectivos. No son solo principios ideales y abstractos.
g- Interdependiente y complementarios. Por cuanto se relacionan y apoyan
unos a otros.

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h- Progresivos. Están en permanente evolución y crecimiento, por lo que se
vienen reconociendo nuevos derechos.

Las fuentes formales de los Derechos Humanos o Fundamentales


Fuentes formales o directas: La Constitución y las convenciones y tratados
internacionales.
Fuentes reales o indirectas: La dignidad humana que constituye el valor
supremo en nuestra estructura socio-política. Por ello la relación de derechos
en la Constitución, Declaraciones Universales, etc. No son cerradas tal como lo
señala expresamente el Art. 3 de nuestra Constitución.
La obligatoriedad de los derechos humanos
Puede argumentarse que los derechos humanos son obligatorios en cuanto se
encuentran en la ley en la medida que emanan de los parlamentos nacionales
o de los organismos internacionales. Por lo tanto la ley será la que decida
cuáles son los derechos humanos y será ella misma la que justifique su
cumplimiento. Hay que respetar los derechos humanos porque la ley así lo ha
dispuesto. Si esto afirmación fuera cierta sería como admitir que el legislador
es quien crea los derechos humanos y por lo tanto quedarán sujetos a la
arbitrariedad del legislador. Los derechos humanos no pueden estar
fundamentados solamente en la ley. Ejemplo de esto es el régimen nazi en
Alemania en la que los militares actuaron en cumplimiento de las leyes nazis
cuando desarrollaron sus políticas internas y externas de exterminio del pueblo
judío entre otros. Por lo tanto el derecho no se reduce a la ley y por eso existen
leyes justas e injustas y hasta en circunstancias excepcionales se justifica la
desobediencia civil. El derecho necesita de una referencia anterior y superior al
poder público del que emana la ley, o mejor dicho, anterior y superior a la
ideología de quienes circunstancialmente tiene atribuido el ejercicio del poder.
El derecho no puede reducirse a la arbitrariedad de aquel (mayoría
parlamentaria) que en un momento determinado tiene la capacidad para emitir
mandatos con carácter imperativo porque tiene la fuerza (de las armas) para
hacerlos cumplir. Si se toma en cuenta que el derecho y, por tanto, también la
ley, es una creación del hombre que se define y legitima según su finalidad; y
además se considera que la finalidad del derecho es regular las relaciones
humanas a fin de favorecer la convivencia humana y el pleno desarrollo de la
personas, entonces, no es difícil concluir que el derecho debe formularse
siempre en atención y referencia a la persona humana y su dignidad. Algo
digno es algo con valor. La dignidad es el derecho a ser considerado como ser
humano, como persona, es decir, como ser de eminente dignidad, titular de
derechos y obligaciones. No debe perderse de vista que dignidad humana,
igualdad y libertad se co-implican recíprocamente. La dignidad humana en
cuanto se concreta en el libre desarrollo de la personalidad, no puede ser ajena
a la libertad y a la igualdad.

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La persona humana no es un medio, no es un objeto, es un fin en sí misma.
Por estas razones la dignidad humana es el fundamento de la obligatoriedad de
los derechos humanos. Por ejemplo cuando se publica la vida íntima de una
persona con la finalidad de conseguir un aumento de ventas de un diario o
revista se la está utilizando como un medio. También cuando se impone la
obligatoriedad de un determinado culto religioso prohibiéndose cualquier otro,
la persona humana deja de ser el fin y su lugar lo ocupa un objetivo político o
incluso un objetivo religioso. La Constitución peruana de 1993 dice
expresamente en su primer artículo: “La defensa de la persona humana y el
respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.” Esta
disposición establece por lo tanto los límites de los poderes políticos, agentes
económicos y sociales. En la concepción liberal clásica de los derechos del
hombre, el Estado y los agentes sociales deben abstenerse de intervenir en el
libre desarrollo de la persona humana. Esta posición es propia de la primera
generación en la que se establece la defensa de los derechos personales
frente al Estado y se consagra el principio de la autonomía de la voluntad de
las personas “nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni está
impedido de hacer lo que ella no prohíbe” Art. 2 Inciso 24-A de la Constitución.
Hoy esta concepción debe entenderse integrada a la dignidad del ser humano y
por lo tanto todas las personas tienen las mismas capacidades y posibilidades
sociales al realizarse humanamente y para ello deben contar con la promoción
y auxilio de los poderes públicos y privados. No se busca solamente limitar y
controlar al Estado y a la sociedad; sino, por el contrario, que promuevan o
creen las condiciones jurídicas, políticas, sociales, económicas y culturales,
que permitan el desarrollo de la persona humana. Después de la Segunda
Guerra Mundial la dignidad de la persona y sus derechos humanos se
convirtieron en el pilar vertebral de la nueva forma de organización democrática
del Estado y de la comunidad internacional; es lo expresado en la Carta de
Naciones Unidas de 1945, que consagró en su preámbulo la voluntad de las
naciones de reafirmar "la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la
dignidad y el valor de la persona humana…" Y, sobre todo, en la Declaración
Universal de Derechos Humanos de 1948, que dispuso en su artículo primero,
que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente
los unos con los otros". Surge así en Alemania de la postguerra una reacción al
positivismo y por eso Radbruch afirma "el positivismo en los hechos, con su
convicción de que la ley es la ley, hizo que los juristas alemanes perdiesen
valor contra las leyes arbitrarias y violadoras. Por eso, el positivismo no cuenta
en absoluto con una posición apropiada, para fundar la fuerza de su autoridad
en la ley. El positivismo afirma que la validez de las leyes se tiene resuelta con
la obsesión de la imposición del poder”. Por esto en la postguerra se le otorga a
la persona humana y a su dignidad una posición central en la Constitución. Por
esto se llegó a afirmar que hasta entonces los derechos fundamentales eran
válidos sólo en el marco de la ley, mientras que en adelante la ley sólo era
válida en el marco de los derechos fundamentales. La dignidad es un concepto
jurídico abierto, es decir, no tiene un contenido absoluto. Por esto la
Constitución reconoce que la dignidad humana abarca bienes jurídicos más allá
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de los que positivamente se hayan consagrado en el texto político
constitucional (artículos 55 y cuarta disposición final y transitoria).
Generaciones de derechos humanos
Primera generación: Los derechos individuales. Derechos civiles y políticos.
Segunda generación: Derechos económicos, sociales y culturales
Tercera generación: Derechos de solidaridad. (Derecho a la paz, derecho al
medio ambiente, derecho a la cooperación internacional, derecho a la
autodeterminación, derecho al patrimonio común de la humanidad, etc.)

La igualdad. El concepto de igualdad es diferente para los ciudadanos y los


extranjeros. La igualdad constitucional no es, por tanto, un concepto universal,
aunque se base en una concepción de la igualdad humana que si tiene
carácter universal. La igualdad que se predica de la población del Estado es
una igualdad política, territorialmente limitada. No es una igualdad humana. En
consecuencia, todos los hombres son iguales por naturaleza, pero
políticamente sólo lo son los ciudadanos del Estado. Por esto los extranjeros y
los nacionales no son titulares de derechos en las mismas condiciones. La
igualdad constitucional no afirma que los individuos son iguales y no pretende
conseguir que lo sean de manera real y efectiva. Al contrario. Lo que la
igualdad constitucional afirma es que los individuos son diferentes y lo que
persigue es posibilitar primero que las diferencias personales se expresen
como diferencias jurídicas y garantizar después el ejercicio del derecho a tales
diferencias. La razón de ser de la igualdad constitucional es el derecho a la
diferencia. No que todos los individuos sean iguales, sino que cada uno tenga
derecho a ser diferente. El derecho a la igualdad sería contradictorio con la
condición individual del ser humano y, en consecuencia no existe ni puede
existir.
La igualdad es un concepto creado por el ser humano, quiénes son
simplemente diferentes. La desigualdad y la igualdad no existen en la
naturaleza son exclusivamente políticas o creaciones humanas. Se puede decir
que la desigualdad es más natural o, en todo caso, menos artificial, menos
ficticia, que la igualdad. El esfuerzo intelectual para pasar de las diferencias
personales a la igualdad es enorme. Y además está aparentemente en
contradicción con la realidad tal como es percibida inmediatamente por los
individuos. La igualdad constitucional es la resultante de la confluencia de un
principio antropológico universal pero particular y de un principio político
territorialmente limitado pero general. El primero es de carácter sustantivo. El
segundo es de carácter procesal. El principio antropológico universal de
carácter sustantivo es la dignidad del ser humano. Los seres humanos somos
iguales en la medida en que todos somos portadores de una dignidad común.
Por encima de todas las diferencias que nos individualizan y nos distinguen a
unos de otros, hay algo que nos equipara y que nos distingue a todos los seres

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humanos sin excepción de los demás individuos del reino animal. Ese algo es
la dignidad humana.
La desigualdad humana había sido utilizada para justificar la esclavitud o las
diversas formas de servidumbre mientras que la dignidad humana en cuanto
elemento constitutivo de la igualdad va a servir para todo lo contrario. La
igualdad está basada en la dignidad y voluntad propia. En la medida en que
todos los seres humanos tenemos dignidad y voluntad propia somos iguales.
Lo determinante para definir una relación humana como relación jurídica es la
voluntad de los sujetos de dicha relación. Entre el amo y el esclavo hay una
relación humana pero no una relación jurídica. Sin voluntad, pues, no hay
derecho, si no dominio personal.
La Constitución es una, las leyes son muchas. La igualdad es la Constitución.
La diversidad son las leyes. La razón de ser de la ley es la diferencia. La ley
contempla siempre a individuos que no sólo son diferentes sino que se
encuentran en posiciones diferentes. La Constitución únicamente puede
contemplar a los individuos en lo que tienen de iguales. Las leyes únicamente
en lo que tienen de diferentes. Los seres humanos, en una sociedad
democrática son simultáneamente ciudadanos, es decir, iguales ante la
constitución e individuos, es decir, diferentes ante la ley. En esta combinación
entre igualdad y diferencia, entre Constitución y ley consiste el ordenamiento
jurídico. La igualdad constitucional no exige la igualdad legislativa, sino que
exige la neutralidad legislativa, que es algo muy distinto. La ley no puede ser
igual, pero sí debe ser neutral, es decir, debe regular el ejercicio del derecho a
la diferencia sin tomar partido por nadie. La igualdad constitucional no prohíbe
que el legislador diferencie. Lo que prohíbe es que diferencie de una manera
no objetiva, no razonable y no proporcionada. De ahí que el contenido de la
igualdad no sea otro que la prohibición de la discriminación.
Las garantías constitucionales
La Constitución peruana de 1993 reconoce dos grupos de garantías
constitucionales. Las que protegen derechos y las que garantizan la jerarquía
del ordenamiento jurídico. Las que protegen derechos son: el Hábeas Corpus,
el Amparo, el Hábeas Data y la Acción de Cumplimento. Las acciones que
garantizan la jerarquía del orden jurídico son: la Acción de
Inconstitucionalidad de las normas con rango de ley y la Acción Popular
contra normas generales.
En los instrumentos internacionales existe el derecho de recurrir ante los
tribunales para la defensa de los derechos humanos.
Declaración Universal de Derecho Humanos (1948)
Artículo 8. “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los
tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o por la ley”.
Declaración americana de los derechos y deberes del Hombre

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Artículo XVII. “Toda persona puede concurrir a los tribunales para hacer valer
sus derechos. Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve
por el cual la justicia lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en
perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales consagrados
constitucionalmente.”
La Convención Americana sobre Derechos Humanos
Artículo 25. “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que lo
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por
la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal decisión sea
cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.”

Las acciones reconocidas por el Artículo 200 de nuestra Constitución son:


1. La Acción de Hábeas Corpus
2. La Acción de Amparo
3. La Acción de Hábeas Data
4. La Acción de Cumplimiento
5. La Acción de Inconstitucionalidad
6. La Acción Popular

“La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u omisión, por
parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnere o amenaza la
libertad individual o los derechos constitucionales conexos.” Art. 200 de la
Constit.
Ejemplo de “ante el hecho” secuestrar a alguien, huelguistas que toman
rehenes, personas que no dejan salir de su casa a ciertos familiares.
Ejemplo de “omisión” el responsable de una cárcel no autoriza la salida de un
preso que ha concluido su condena o ha sido indultado.
Autoridad son todas aquellas personas que pueden tomar decisiones respecto
a los derechos de las personas y de la sociedad en su conjunto. Funcionarios
son los empleados públicos que no toman decisiones pero que las aplican.
De acuerdo a nuestra Constitución serán detenciones arbitrarias:
a. Las realizadas por las autoridades policiales por causas distintas al
cumplimiento de una orden judicial o a la captura efectuada en flagrante delito.
b. Las efectuadas por la policía que, pese a motivarse en órdenes judiciales o
situaciones de flagrante delito, se extiendan por un plazo mayor de 24 horas,
sin que el detenido se ha puesto a disposición del Juzgado correspondiente.
Salvo para los casos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas en los
que por mandato expreso de la Constitución puede durar 15 días.

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c. Los ordenados por autoridades o funcionarios distintos a los jueces y las
practicadas por personas particulares o por autoridades o funcionarios públicos
distintos a la policía.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en su artículo
7, inciso 6 “Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un
juez o tribunal competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la
legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la
detención fueran ilegales. En los Estados partes cuyas leyes prevén que toda
persona que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a
recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la
legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido.
Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona…”
Por ejemplo, se vulnera o amenaza a la libertad individual en consecuencia
procede la acción de Hábeas Corpus en los casos siguientes:
1. Se atenta contra el derecho a guardar reserva sobre las convicciones
políticas, religiosas y filosóficas.
2. La persona es violentada para obtener declaraciones.
3. La persona es exiliada o desterrada.
4. La persona es secuestrada.
5. Impedir a los nacionales o extranjeros residentes, ingresar, transitar o salir
del territorio nacional, salvo mandato judicial o aplicación de la ley de
extranjería o de sanidad.
6. Ser detenido sin mandato escrito y motivado del juez o por las autoridades
policiales en caso de flagrante delito.
7. Ser detenido por deudas, salvo los casos de obligaciones alimentarias.
8. Ser privado del pasaporte, dentro o fuera de la República.etc.
“La Acción de Amparo, que procede ante el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás
derechos reconocidos por la Constitución, con excepción de los señalados en
el inciso siguiente. No procede contra normas legales ni contra Resoluciones
Judiciales emanadas de procedimiento regular.” Art. 200 de la Constit.
“La Acción de Hábeas Data, que procede contra el hecho u omisión, por parte
de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los
derechos a que se refiere el Artículo 2, inciso 5) y 6) de la Constitución.” Art.
200 de la Constit.
Artículo 2, inciso 5. “A solicitar sin expresión de causa la información que
requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el
costo que suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afectan la
intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones
de seguridad nacional.
El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del juez,
del Fiscal de la Nación, o de una comisión investigadora del Congreso con
arreglo a ley y siempre que se refiera al caso investigado.”

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Inciso 6. “A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o
privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad personal y
familiar.”
“La Acción de Cumplimiento, que procede contra cualquier autoridad o
funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto administrativo, sin
perjuicio de las responsabilidades de ley.”
“La Acción de Inconstitucionalidad, que procede contra las normas que
tienen rango de ley: leyes, decretos legislativos, decretos de urgencia, tratados,
reglamentos del Congreso, normas regionales de carácter general y
ordenanzas municipales que contravengan la Constitución en la forma o en el
fondo.”

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