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VIOLACIÓN SEXUAL – El déficit de


motivación determina la nulidad de
la sentencia
Publicado por  Administrador En  22 junio, 2022
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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA
SALA PENAL TRANSITORIA
RECURSO DE NULIDAD N.° 775-2021
LIMA ESTE
NULIDAD DE SENTENCIA
La Sala Superior ha incurrido en un déficit de motivación, habiéndose incurrido en la causal de
nulidad prescrita en el numeral 1, del artículo 298, del Código de Procedimientos Penales, por
lo que no es posible que este Supremo Tribunal revise el fondo del asunto. Por tales
consideraciones, corresponde estimar los citados agravios del Ministerio Público y declarar nula
la sentencia en todos sus extremos, a fin de que se realice un nuevo juzgamiento y se emita
nueva sentencia por un nuevo Colegiado Superior, que deberá calificar los hechos en el delito
que corresponda, habida cuenta de los fundamentos descritos en la presente ejecutoria
suprema, y determinará su vinculación o no con el procesado Ramírez Tarazona.

Lima, dieciséis de junio de dos mil veintidós

VISTOS: los recursos de nulidad interpuestos, por el procesado JORGE LEONARDO RAMÍREZ


TARAZONA y el representante del MINISTERIO PÚBLICO, contra la sentencia del 18 de
diciembre de 2019 emitida por la Sala Penal Liquidadora Permanente de San Juan de
Lurigancho de la Corte Superior de Justicia de Lima Este, que resolvió:
i. Desvincularse de la acusación fiscal contra Jorge Leonardo Ramírez Tarazona, por la
presunta comisión del delito de violación sexual de menor de edad en grado de tentativa, en
perjuicio de la menor con las iniciales A. M. R. V.; y,
ii. Reconduciendo el comportamiento atribuido al citado procesado, al tipo penal previsto en el
inciso 1, primer párrafo, del artículo 176-A en concordancia con el último párrafo del mismo
artículo contenido en el Código Penal (actos contra el pudor en menores).
iii. Condenar a Jorge Leonardo Ramírez Tarazona, como autor del delito de actos contra el
pudor en menores, en agravio de la menor identificada con las iniciales A. M. R. V.; y como tal,
se le impone siete años de pena privativa de libertad efectiva, la misma que una vez cumplida
la sentencia del Juzgado Penal de El Agustino, se hará efectiva, esto es, desde 14 de enero de
2023 hasta el 13 de enero de 2030, fecha en la que el sentenciado obtendrá su libertad.
iv. Dispusieron su ingreso al establecimiento penitenciario por cuenta de la presente condena y
su anotación en la ficha penológica.
v. Fijaron en dos mil soles (S/ 2000,00) el monto de la reparación civil que deberá de abonar el
sentenciado a favor de la parte agraviada.
vi. Dispusieron que el sentenciado sea sometido a tratamiento terapéutico, conforme al artículo
178-A del Código Penal.
Intervino como ponente la jueza suprema PACHECO HUANCAS.

CONSIDERANDO
I. IMPUTACIÓN FISCAL
1. Según la acusación fiscal1, se le imputa a José Leonardo Ramírez Tarazona, haber
intentado abusar sexualmente de la menor con las iniciales A. M. R. V. (su prima hermana). El
hecho sucedió el 27 de abril de 2014, a las 13:00 horas aproximadamente, cuando la referida
menor se encontraba en el interior de su domicilio, ubicado en prolongación José Manuel
Ubalde 754, El Agustino, cuando sorpresivamente fue conducida por el precitado inculpado
hasta el interior del baño, donde luego de bajarle el pantalón y la prenda íntima, intentó
introducirle su miembro viril por la cavidad vaginal.
Se indica que previo a la fecha antes señalada, la menor damnificada refirió en su relato
incriminatorio en Cámara Gesell, que en el mes de diciembre de 2013, el imputado habría
desplegado una conducta similar a la antes reseñada, fecha en que su edad era exactamente
nueve años.

II. FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA


IMPUGNADA
2. El Tribunal Superior en la sentencia recurrida, se desvinculó del delito de violación sexual de
menor de edad en grado de tentativa y recondujo los hechos como delito de actos contra el
pudor en menores para concluir en la condena de Ramírez Tarazona. Sostuvo los argumentos
siguientes:
2.1. La declaración de la víctima ha cumplido con los presupuestos del Acuerdo Plenario N.° 2-
2005. Primero, no se advierte de los instrumentales probatorios recaudados en etapa policial,
judicial ni en juicio oral, que el testimonio de la menor o de su progenitora, se encuentre
contaminado de incredibilidad subjetiva.
Segundo, el correlato fáctico de la agraviada, se encuentra corroborado con datos periféricos
objetivos (denuncia, declaraciones, pericias psicológicas y ratificaciones) que, resultan ser lo
suficientemente contundentes como para hacer más visible los hechos materia de imputación y
dotar de verosimilitud probatoria a la sindicación directa que realiza contra el acusado Jorge
Leonardo Ramírez Tarazona.
Tercero, obra el acta de la entrevista en Cámara Gesell de la niña, en la cual describe con
detalles el modo y circunstancias en que el acusado perpetró el hecho en su agravio,
describiendo elementos de espacio, tiempo y la secuencia de incidencias, los cuales permiten
estimar que este resulta ser un testimonio espontáneo y coherente. Asimismo, posterior a ello,
la niña fue sometida a una evaluación psicológica, en el cual ella esboza su testimonio,
manteniendo uniformidad con su relato en Cámara Gesell.
2.2. De las interrogantes planteadas (como, ¿si ha quedado acreditado que el procesado tuvo
sometida a la menor en un ambiente cerrado; por qué no cumplió su objetivo? o ¿por qué no la
penetró si las condiciones eran adecuadas para hacerlo?, entre otras) y de los medios
probatorios contenidos en el expediente, no se advierte que alguno de ellos demuestre que el
acusado efectuó alguna acción dirigida a penetrar a la menor por alguna de sus vías genitales
ni que tuvo la intención de consumarlo.
2.3. En conclusión, los elementos de prueba contenidos en el expediente, llevan a determinar
que el acusado tuvo como única intención efectuar tocamientos en la zona íntima de la menor a
fin de satisfacer sus bajos instintos. Al amparo del principio de legalidad previsto, debe
reconducirse el tipo penal incoado al procesado por el de actos contra el pudor.

III. EXPRESIÓN DE AGRAVIOS


3. El representante del Ministerio Público, en su recurso de nulidad fundamentado2, formuló
como pretensión la nulidad de la sentencia. Reclamó lo siguiente:
3.1. La agraviada al brindar su declaración en la Cámara Gesell indicó la forma y circunstancias
en las cuales se produjeron los hechos que son materia de procesamiento, proporcionando
datos que evidencian que el procesado quiso introducirle el pene a su vagina. Esta declaración
se corrobora con el resultado de la pericia psicológica, que concluye que presenta indicadores
de afectación emocional por experiencia traumática de tipo sexual.
3.2. La declaración de la niña también es corroborada por la declaración de su madre, quien
tomó conocimiento a través de “Joel”, quien es cuñado del acusado.
3.3. El acusado registra antecedentes penales por delito de hurto agravado, hecho que pone en
evidencia que se trata de una persona que infringe la ley penal y no tiene el menor reparo en
volver a infringirla si con ello obtiene un goce o satisfacción de tipo personal.
3.4. Al ser examinada la víctima por el psicólogo, se estableció indicadores de afectación
emocional, esto acreditó de manera objetiva que los hechos si acontecieron en la realidad.
3.5. La desvinculación se ha realizado infringiendo la disposición contenida en el artículo 285-A
del Código de Procedimientos Penales, en tanto el Colegiado no indicó previamente esta
posibilidad al procesado y Ministerio Público y se acabó condenando por un hecho menos
grave.
3.6. Se ha incurrido en causal de nulidad de la sentencia pues la Corte Suprema no estaría en
condiciones de variar la calificación y poder variar la pena impuesta a acusado.
4. El sentenciado Ramírez Tarazona, en su recurso de nulidad fundamentado3, instó como
pretensión se le absuelva de los cargos imputados. Reclamó lo siguiente:
4.1. La declaración de la madre de la agraviada en etapa judicial, respecto a cómo tomó
conocimiento del hecho, no es la misma que en su denuncia y manifestación.
4.2. El testigo Joel Yacilo Aguayo nunca ha declarado durante todo el proceso, a pesar que está
plenamente identificado.
4.3. El acta de entrevista única realizada a la niña agraviada, no es clara ni tiene coherencia, ya
que primero señala que él le mete su pene en su vagina, luego le baja el pantalón, la besa en la
boca, después dice que le agarra la vagina, señala que le sucedió en un cuarto, no se acuerda
la fecha y después dice que sucedió en el 2013.
4.4. En el protocolo de pericia psicológica (que señala que se realiza la pericia a una niña de 5
años, cuando la menor tiene 9), la agraviada señala que el acusado le agarraba su vagina un
montón de veces y después dice que esa fue la única vez.
4.5. No es proclive a cometer este hecho ilícito, no registra antecedente por hecho similar y
nunca ha sido denunciado por este tipo de delito.
4.6. Durante todo el proceso ha señalado que es inocente del hecho imputado, nunca ha tocado
a la niña agraviada.

IV. CALIFICACIÓN JURÍDICA DEL


DELITO
5. Los hechos atribuidos fueron calificados por el Ministerio Público –en el dictamen
acusatorio– como delito de violación sexual de menor de edad en grado de tentativa, previsto
en el numeral 1, del primer párrafo, del artículo 173, del Código Penal (modificado por la Ley
N.° 30076, publicada el 19 de agosto de 2013), concordado con el artículo 16 del Código Penal,
que prescribe:
Artículo 173. Violación sexual de menor de edad
El que tiene acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos introduciendo
objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías, con un menor de edad, será reprimido
con las siguientes penas privativas de libertad:
1. Si la víctima tiene menos de diez años de edad, la pena será de cadena perpetua.
Artículo 16. Tentativa
En la tentativa el agente comienza la ejecución de un delito, que decidió cometer, sin consumarlo. El juez
reprimirá la tentativa disminuyendo prudencialmente la pena.
6. La Sala Superior, mediante la sentencia impugnada, se desvinculó de tal delito y calificó los
hechos como delito de actos contra el pudor en menores. Y, en el considerando 7.5 encuadra
los hechos en el numeral 2, del primer párrafo, del artículo 176-A, del Código Penal, mientras
que en el resto de su análisis y parte resolutiva indica que se encuentra tipificado en el numeral
1, del primer párrafo, del artículo 176-A, concordado con el último párrafo, del mismo artículo,
del citado código. Dicho dispositivo prescribe:
Artículo 176-A. Actos contra el pudor en menores
El que sin propósito de tener acceso carnal regulado en el artículo 170, realiza sobre un menor de
catorce años u obliga a este a efectuar sobre sí mismo o tercero, tocamientos indebidos en sus partes
íntimas o actos libidinosos contrarios al pudor, será reprimido con las siguientes penas privativas de la
libertad:
1. Si la víctima tiene menos de siete años, con pena no menor de siete ni mayor de diez años.
2. Si la víctima tiene de siete a menos de diez años, con pena no menor de seis ni mayor de nueve años.
[…]
Si la víctima se encuentra en alguna de las condiciones previstas en el último párrafo del artículo 173 o
el acto tiene un carácter degradante o produce grave daño en la salud física o mental de la víctima que
el agente pudo prever, la pena será no menor de diez ni mayor de doce años de pena privativa de
libertad.

V. FUNDAMENTOS DEL SUPREMO


TRIBUNAL
7. El punto de partida para analizar la sentencia de mérito es el
principio de impugnación limitada, a partir del cual el
pronunciamiento de este Supremo Tribunal se reduce
únicamente a las cuestiones promovidas en el recurso, salvo las
nulidades manifiestas que menoscaban garantías
constitucionales y legales que habilitan a rescindir la sentencia.
8. Al analizar en conjunto los reclamos propuestos por el
representante del Ministerio Público, se cuestiona que la
desvinculación se realizó con infracción al artículo 285-A del
Código de Procedimientos Penales y que no se adecúa a los
hechos. Por su lado, el acusado Ramírez Tarazona centra sus
reclamos en alegar su inocencia del delito de actos contra el
pudor. Este Tribunal analizará cuales son los hechos probados,
por la Sala de mérito y su vinculación con el acusado, resolverá
los agravios planteados por los recurrentes y definirá si fue
correcta o no la desvinculación efectuada por la Sala Superior.
9. El reclamo del Ministerio Público, en lo nuclear, tiene
directa relación con la figura de la desvinculación que realizó
la Sala, que bajo los supuestos del artículo 285-A del citado
código y el Acuerdo Plenario N.° 4-2007/CJ-116, admite la falta
de su planteamiento cuando el acusado, lo incorporase dentro
de su estrategia defensiva. Sin embargo, en este caso,
advertimos que se trató de una calificación jurídica sorpresiva,
pues en primer lugar, esta figura no fue planteada por la Sala
Superior durante el juzgamiento y, en segundo lugar, si bien la
defensa dentro de sus argumentos pudo defenderse de la tesis de
un delito de actos contra el pudor –pues el acusado ha negado
totalmente los hechos, esto es, afirma que nunca siquiera tocó a
la niña–; sin embargo, el Ministerio Público no tuvo la
oportunidad de expresar oposición alguna a tal planteamiento,
en la que ciertamente pudo haber brindado argumentos
orientados a demostrar en el caso concreto por qué se da el
delito de tentativa de violación sexual y no el de actos contra el
pudor, dada la dificultad de la probanza del ánimus.
10. La Sala de Instancia ha fundado su desvinculación del
delito de violación sexual de menor de edad en grado de
tentativa al de actos contra el pudor en menores, sobre la base
de los siguientes postulados:
10.1. El certificado médico legal ilustra que la niña no presentó
signos de desfloración ni signos de coito. Dicha menor, debido a
su edad de 9 años y la confusión en que se encontraba, además
de sus limitaciones en comparación con la de un adulto para
expresar con precisión su percepción sobre los hechos, permite
concluir que lo que el procesado habría hecho es tocar con su
miembro viril la vagina de la niña.
10.2. Se afirma que no se demuestra que el procesado efectuó
alguna acción dirigida a penetrar a la menor, sobre la base de
las interrogantes siguientes:
i. ¿Si ha quedado acreditado que el procesado tuvo sometida a la menor en un ambiente cerrado; por
qué no cumplió su objetivo?
ii. ¿Por qué no la penetró si las condiciones eran adecuadas para hacerlo?
iii. ¿Si es como dice la menor, que el procesado habría efectuado la acción en más de una oportunidad;
por qué este último no siguió en la consecución de sus fines?
iv. ¿Si la menor no efectuó actos destinados a contrarrestar la fuerza del procesado (limitándose solo a
gritar Nicole) y señaló además que el procesado la supera en fuerza; por qué este último no siguió en la
consecución de sus fines?
v. ¿Existieron razones ajenas a la voluntad del procesado que impidieron que no consiga penetrar a la
menor, considerando que aunque la menor grite, se encontraban en un ambiente cerrado?
vi. ¿El procesado tenía la voluntad de solo penetrarla o solo ejercer actos lúbricos para saciar su
libido?
11. Ahora bien, procedamos a analizar si corresponde o no la
desvinculación procesal del delito de violación sexual en grado
de tentativa al delito de actos contra el pudor, sobre la base de
la fuente de incriminación contra el acusado Ramírez
Tarazona, que en este caso es el testimonio de la niña agraviada
de iniciales A. M. R. V., cuya fiabilidad debe cumplir con los
estándares de valoración exigidos por el Acuerdo Plenario N.°
2-2005/CJ-116.
12. Cabe resaltar que los hechos salen a la luz a consecuencia
de que la niña agraviada le contó primero a su primo “Joel”,
quien el 27 de abril de 2014 acordó una pequeña reunión donde
le pidió a la víctima que le cuente a la testigo Silvia Vásquez
Alarcón (madre de la víctima) lo sucedido y así fue. Es así que,
el 27 de abril de 2014, la citada testigo presentó una denuncia
verbal4.
13. Pues bien, el 10 de junio de 2014, la niña agraviada rindió
su Entrevista Única en Cámara Gesell5, que contó con las
garantías de ley. Aquí relató que ella se encontraba jugando
con su amiga y luego llegó su primo Jorge, quien la agarró y la
metió al baño, ya que tenía fuerza, después le dijo “cállate la
boca”, y luego “despacito si te duele lo saco”, él se bajó el
pantalón y se lo bajó también a ella. La tiró en el suelo y la
echó, él también se encontraba en el suelo, a lo que ella le dijo
que no quería nada y tocaron la puerta sin saber quién era y
luego la besó en la boca y finalmente se fue corriendo. Cuando
le tocaba la vagina lo hizo muchas veces, aunque ella no se
dejaba.
Además de esto, señala que también ocurrió un evento en su
cama. Ella se encontraba durmiendo, él tocó y pidió ají, ella se
lo dio y de ahí él se va, pero luego le bajó su pantalón con su
pene y luego se lo pone en su vagina y le mete su pene en su
vagina, por lo que ella le dijo que se vaya. Solo recuerda que
este hecho ocurrió en diciembre de 2013. De estos hechos le
contó a su primo Joel quien luego le contó a su madre.
Esta declaración es la misma que aparece en el apartado
“Relato” del Protocolo de Pericia Psicológica N.° 001641-2014-
PSC de la misma fecha.
14. Ante ello, el recurrente Ramírez Tarazona en sus motivos
4.3 y 4.4 denuncia que el relato de la niña agraviada no es claro
ni coherente. Veamos lo expresado por la víctima. De su relato
se extrae claramente que habrían ocurrido dos hechos, el más
reciente y que dio mérito a la denuncia, ocurrió en el baño de
su domicilio, donde el procesado le bajó su pantalón, la besó en
la boca, le agarró su vagina, y donde este le dijo “despacito, si te
duele lo saco”. Si bien primero refiere que el acusado le
agarraba su vagina un montón de veces y después dice que esa
fue la única vez, no puede descontextualizarse su relato, pues al
brindar su primera respuesta estaría referida a que en
el momento de la agresión sexual, fueron varias veces las que el
acusado le tocó la vagina, aunque ella señala que no se dejaba,
mientras que cuando dijo que “fue la única vez”, se refería a
otras veces en que ocurrió lo mismo.
15. El otro hecho, según su relato, habría sucedido en un
cuarto, en diciembre de 2013 sin recordar la fecha exacta,
donde la víctima, desde su perspectiva, pensó que él le metió su
pene en su vagina. Advirtiéndose que no existe oscuridad o
incoherencia como afirma el impugnante, siendo pertinente
agregar que de existir alguna leve imprecisión o demora en
recordar los hechos, sería entendible, dada la negativa
experiencia que debe significar recordar los hechos que refiere
haber sufrido.
16. De una exhaustiva revisión de la declaración de la niña
agraviada en Cámara Gesell –que justamente en esta clase de
delitos constituye la fuente de incriminación–, todo daría a
entender que el sentenciado trató de violentarla sexualmente.
Veamos, el lugar donde ocurrió el primer hecho –
cronológicamente hablando– fue por la noche en una
habitación en la casa donde no solo vive la víctima, sino
también sus tíos y primos y el segundo hecho ocurrió en la
misma casa pero ahora en el baño. De manera que el contexto
en que habrían ocurrido los hechos no es en la absoluta
clandestinidad o en un lugar desolado, sino que ocurrieron en
un lugar habitado por otros familiares. Este aspecto no fue
considerado por la Sala Superior, al concluir que todas las
condiciones eran adecuadas para que el acusado acceda
carnalmente a la menor.
17. Luego, respecto al hecho ocurrido en el baño, se tiene que
la víctima informó que el acusado le dijo “despacito, si te duele
lo saco”. Tal lenguaje no puede ser pasado por alto, pues en el
contexto del abuso sexual que refiere haber sufrido la víctima,
en el cual se habría encontrado con sus partes íntimas
descubiertas al igual que el procesado, es necesario que sea
analizado en correspondencia con la plataforma probatoria y el
correlato de los hechos para determinar si hubo la intención del
acusado por penetrar a la niña agraviada, siendo que según el
relato de la víctima, el acusado le habría prometido incluso que
si le llegara a doler, él “lo sacaría”. Es decir, el mensaje
enunciado por el acusado hacia la menor, reflejaría su ánimo
por mantener acceso carnal con ella y no solamente ejercer
tocamientos, como concluye la Sala.
18. Es cierto que en el caso no hubo penetración, pues
conforme al Certificado Médico Legal N.° 028006-E-IS, se
concluyó que la víctima no presentó signos de desfloración, ni
de coito contra natura. Sin embargo, tal resultado es
insuficiente para determinar la naturaleza del delito cometido.
La Sala omitió valorar, desde la perspectiva del relato
incriminatorio de la víctima, que el motivo para que no haya
habido penetración, no se debería a que el acusado carecía de
tal intención, sino que habrían existido otros factores o
circunstancias que se lo impidieron, como:
18.1. La interrupción de una tercera persona. Como ya lo
señalamos, se trataba de una casa habitada por otras personas y
una de ellas era el mencionado primo “Joel”, quien según el
relato de la víctima, quiso entrar al baño a bañarse justo en el
momento en que víctima y acusado se encontraban dentro y
tocó la puerta.
18.2. La resistencia física que opuso la agraviada. Según su
relato, a pesar de que el acusado la tocaba constantemente, ella
“no se dejaba” y si bien el acusado la superaba en fuerza física,
la oposición que sostiene la víctima habría generado que el
acusado demore en ejecutar su cometido y así le dé el tiempo
suficiente, como para que concurra alguien para auxiliarla.
18.3. La propia agraviada relata que gritó “Nicole”. Este
hecho, que es minimizado por la Sala de Mérito y desde luego,
dada la edad de la víctima no requiere que esta oponga
resistencia; sin embargo, conforme a la víctima, si constituiría
un acto de resistencia, pues era una de las pocas formas que
ella tuvo para defenderse. Si bien el baño estaba cerrado y por
ello no iba a oírse mucho lo que ocurría ahí dentro; pero el
acusado sabía que de algún modo, dicho grito podía alertar a
alguien.
19. De otro lado, con respecto al hecho ocurrido en diciembre
de 2013, es cierto que la niña declaró que “el me mete su pene
en mi vagina” y ello no se condice con las conclusiones del
certificado médico legal. Sin embargo, no es admisible valorar
tan rígidamente las pruebas, en este tipo de casos, se deben
atender además a otras circunstancias como la edad de la niña
y que ella nunca antes ha tenido experiencias de tipo sexual,
por lo que no se le podía exigir que sepa cómo se siente un acto
de penetración. Ella narró lo que –para ella era una
penetración– y llegó a tal conclusión al haber presenciado que
el miembro viril del acusado estaba sobre su vagina, intentando
ingresar.
20. Bajo tal análisis, se advierte que existirían suficientes
razones ajenas a la voluntad del acusado que le impidieron
materializar su dolo de penetrar a la víctima. Desde el relato
incriminatorio de la víctima, se habría abalanzado contra ella,
besándola, manoseándole la vagina, e intentando penetrarla,
por lo cual habría realizado acciones como bajarle el pantalón y
echarla en el suelo, pero que finalmente, habría quedado en
tentativa por la interrupción de una tercera persona que tocó la
puerta del baño y requería entrar, así como por la resistencia
que opuso la agraviada de forma física y con el grito que emitió.
21. En ese orden de ideas tiene amparo el reclamo del
Ministerio Público que tal desvinculación fue sorpresiva, sin
tener la oportunidad de fundamentar que los hechos se
encuadran en el tipo penal de violación sexual de menor de
edad en grado de tentativa y no actos contra el pudor en
menores. Por otro lado, la decisión de la Sala Superior de
desvincular el delito de violación sexual de menor de edad en
grado de tentativa, al de actos contra el pudor en menores, no
cumple con la estructura de la justificación interna y externa de
las premisas afirmadas. Hay una motivación insuficiente pues
se basó únicamente en las conclusiones del certificado médico
legal y respaldó su argumentación en el enunciado de
preguntas, omitiendo valorar en forma íntegra la declaración de
la niña agraviada, de cara al contexto de los hechos,
advirtiéndose un sesgo en el razonamiento de la Sala.
22. La Sala Superior ha incurrido en un déficit de motivación,
habiéndose incurrido en la causal de nulidad prescrita en el
numeral 1, del artículo 298, del Código de Procedimientos
Penales, por lo que no es posible que este Supremo Tribunal
revise el fondo del asunto. Por tales consideraciones,
corresponde estimar los citados agravios del Ministerio Público
y declarar nula la sentencia en todos sus extremos, a fin de que
se realice un nuevo juzgamiento y se emita nueva sentencia por
un nuevo Colegiado Superior, que deberá calificar los hechos
en el delito que corresponda, habida cuenta de los fundamentos
descritos en la presente ejecutoria suprema, y determinará su
vinculación o no con el procesado Ramírez Tarazona.
23. En atención a que el procesado Ramírez Tarazona se
encontraba con mandato de comparecencia restringida y en la
sentencia rescindida se aplicó pena efectiva, debe ordenarse su
inmediata libertad respecto a este proceso, siempre y cuando no
subsista en su contra orden o mandato de prisión dispuesto por
autoridad competente. Sin embargo, en salvaguarda de que el
proceso no sufra dilaciones indebidas a causa de una posible
inconcurrencia a las citaciones que haga la Sala Penal
correspondiente, deben dictarse las medidas de aseguramiento
personal previstas en el artículo 288 del Código Procesal Penal,
bajo apercibimiento, en caso de incumplimiento, de aplicarse lo
prescrito en el artículo 276 del mencionado cuerpo legal.
DECISIÓN
Por estos fundamentos, los integrantes de la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia de la República, acordaron:

I. Declarar NULA la sentencia del 18 de diciembre de 2019 emitida por la Sala Penal
Liquidadora Permanente de San Juan de Lurigancho de la Corte Superior de Justicia de Lima
Este, que resolvió: i) Desvincularse de la acusación fiscal contra Jorge Leonardo Ramírez
Tarazona, por la presunta comisión del delito de violación sexual de menor de edad en grado
de tentativa, en perjuicio de la menor con las iniciales A. M. R. V.; y, ii) Reconduciendo el
comportamiento atribuido al citado procesado, al tipo penal previsto en el inciso 1, primer
párrafo, del artículo 176-A en concordancia con el último párrafo del mismo artículo contenido
en el Código Penal (actos contra el pudor en menores). iii) Condenar a Jorge Leonardo
Ramírez Tarazona, como autor del delito de actos contra el pudor en menores, en agravio de la
menor identificada con las iniciales A. M. R. V.; y como tal, se le impone siete años de pena
privativa de libertad efectiva, la misma que una vez cumplida la sentencia del Juzgado Penal de
El Agustino, se hará efectiva, esto es, desde el 14 de enero de 2023 hasta el 13 de enero de
2030, fecha en la que el sentenciado obtendrá su libertad. iv) Dispusieron su ingreso al
establecimiento penitenciario por cuenta de la presente condena y su anotación en la ficha
penológica. v) Fijaron en dos mil soles (S/ 2000,00) el monto de la reparación civil que deberá
de abonar el sentenciado a favor de la parte agraviada. vi) Dispusieron que el sentenciado sea
sometido a tratamiento terapéutico, conforme al artículo 178-A del Código Penal.
II. DISPONER la inmediata libertad del procesado Jorge Leonardo Ramírez Tarazona, siempre
y cuando no subsista en su contra, orden o mandato de prisión dispuesto por autoridad
competente; y conforme con el artículo 288 del Código Procesal Penal ESTABLECER, como
reglas de conducta, que el recurrente: i) no se comunique con el agraviado y su familia; ii) no
se ausente del lugar de su residencia ni varíe su domicilio sin previa comunicación y
autorización de la Sala Penal Superior; y, iii) se presente al local de la Sala Penal Superior el
último día hábil de cada mes, personal y obligatoriamente, para informar y justificar sus
actividades y las veces que se le requiera; bajo apercibimiento, en caso de incumplimiento, de
aplicarse lo prescrito en el artículo 276 del mencionado cuerpo legal.
III. ORDENAR que se realice un nuevo juicio oral por otro Colegiado, que deberá tener en
cuenta los considerandos de la presente ejecutoria suprema.
IV. DISPONER que se devuelvan los autos al Tribunal Superior para los fines de ley y se haga
saber.
Intervino el juez supremo Núñez Julca, por licencia de la jueza suprema Castañeda Otsu.

1 Cfr. páginas 298 al 303-vta.


2 Cfr. páginas 514 a 515
3 Cfr. páginas 517 a 520
4 Cfr. página 2
5 Cfr. páginas 12 a 13.

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