Está en la página 1de 5

7.

El socialismo corporativo (del inglés Guild socialism), conocido también


como socialismo gremial o guildismo, fue un movimiento político que abogaba por
el control obrero de la industria a través de "gremios", estos gremios no serían como
el gremio medieval sino más bien una corporación sindical relacionada por ramo
de empresa. Su funcionamiento sería una forma de socialismo fusionado
con corporativismo sindicalista, de mando descentralizado; considerado en ocasiones la
contraparte de origen anglosajón del sindicalismo revolucionario y
el anarcosindicalismo latino que abogan por un tipo de corporación sindical
denominada autogestión obrera, aunque no se conoce de una intercambio directo de
ideas.[1] Se originó en el Reino Unido y su tiempo más influyente fue el primer cuarto
del siglo XX.

Los "gremios" del socialismo corporativo, a diferencia de los sindicatos existentes, no


confinarían sus demandas a las materias de salarios y de condiciones sino que intentarían
obtener el control de la industria para los trabajadores a los que representan. En última
instancia, los gremios industriales servirían como los órganos a través de los cuales la
industria sería organizada en una sociedad socialista futura. No llegó a tener un corpus
político completamente terminado. Fue asociado fuertemente a G.D.H. Cole y su círculo.
Entre sus simpatizantes más conocidos se encontraron en algún momento Bertrand
Russell y Ramiro de Maeztu.

El socialismo de guildas (guild socialism) o socialismo gremial floreció brevemente en Gran

Bretaña durante las dos primeras décadas del siglo XX. La doctrina tenía sus raíces en The
Restoration of the Guild System (1906), del arquitecto A. J. Penty (1875–1937).

Basándose en una combinación de marxismo, sindicalismo, cooperativismo y estética de las artes y


oficios, el socialismo de guildas tiene cierta semejanza con el sindicalismo, pero sin anarquismo.
Parte de la premisa de que el hombre es un trabajador durante la mayor parte de su vida y, por lo
tanto, la sociedad debe estar diseñada de forma que el hombre no esté alienado de su trabajo.

Penty propuso el retorno a un sistema económico más sencillo que recuperara el espíritu y la
estructura de los gremios o guildas medievales, que controlaban el precio y la calidad de los bienes
que producían, formaban a los aprendices en la práctica de una profesión y regulaban las
condiciones de los talleres. Puesto que el tipo de organización más cercano al sistema de guildas
era el sindicato, la organización y el control de la industria debían ser puestos en sus manos. El
socialismo de guildas, tal como se expuso en The Restoration of the Guild System, fue
exactamente lo que Orage, fundador de The New Age, estaba buscando. La revista se convirtió en
el órgano teórico del movimiento socialista gremialista.

Cole convirtió el socialismo gremial de Penty en un acta de acusación de la socialdemocracia de


estilo fabiano. Al igual que los sindicalistas, Cole instó a los socialistas británicos que abandonaran
toda esperanza de cambio a través de la política parlamentaria y adoptaran la acción directa a
través de los sindicatos. Todavía bajo la inf luencia de la Sociedad Fabiana, Cole proponía un
cambio gradual, no una revolución; los sindicatos debían utilizar las huelgas para conseguir un
mayor control de la industria. El resultado final debía ser una sociedad basada en una federación
de sindicatos, organizada de acuerdo con los principios democráticos de las guildas medievales. El
estado no sería más que otra asociación más, encargado de proteger los intereses de los
consumidores, de la misma forma que las guildas protegerían los intereses de sus miembros.

Tras un fallido intento de apoderarse de la Sociedad Fabiana en 1914, Cole fundó una organización
política alternativa, la Liga Nacional de Guildas, que publicó una serie de revistas dedicadas al
socialismo gremial. Siempre atractivo para los intelectuales socialistas, el socialismo de guildas
disfrutó de un breve periodo de influencia entre los trabajadores durante la Primera Guerra
Mundial. La doctrina fue abrazada por el movimiento de los comités de empresa, que propusieron
el control obrero de las industrias de guerra. Después de la guerra, un grupo de trabajadores de la
construcción creó guildas con apoyo del gobierno. El movimiento de los comités de empresa
desapareció tras el final de la guerra. Las guildas de la construcción no sobrevivieron a la crisis
económica de 1921. La Liga Nacional de Guildas se disolvió en 1925, pero dejó como herencia las
ideas sobre el control obrero de la industria, que fueron adoptadas por el sindicalismo
hegemónico, los socialistas y el Partido Laborista en Gran Bretaña.

8. Plusvalía según Marx

Es lo producido en equivalente monetario por el obrero para beneficio del Patrón durante el
trabajo excedente de su jornada laboral, es decir, 3l valor adicional a su fuerza de trabajo.

En términos más simples,  la plusvalía es la porción de producción que no le es remunerada a los


trabajadores, sino que forma parte de la ganancia del Patrón.

Plusvalía Absoluta

Es aquella que se obtiene cuando se incrementa la tasa de explotación de los trabajadores,


normalmente al alargar la jornada laboral. Se obtiene así más plusvalía sin aumentar el valor de la
fuerza de trabajo.

Plusvalía Relativa

Es aquella que se obtiene cuando se aumenta la plusvalía obtenida mediante el incremento en


la producción, para que el ritmo de explotación aumente sin alterar las horas de trabajo.

9.

El método Leplaysiano en el socialismo cristiano fue examinar las formas de trabajo y

modos de vida de la familia obrera de manera inductiva qué permitió generar una monografía
familiar con toda la acumulación de datos que permitió convencer a sus lectores de la
conveniencia y los efectos sociales positivos del cumplimiento de las leyes morales básicas.
10.

La Ley de Walras es, en la teoría del equilibrio general, un principio que establece que la
suma de la demanda (o demanda agregada) (D) debe igualar, tomando en consideración
los precios (p), a la suma de la oferta (S). Es decir, Σ pD - Σ pS = 0.

El principio es llamado así en honor de Léon Walras, quien lo divulgo en sus


cátedras en la Universidad de Lausana, formalizando una propuesta anterior (A su
vez derivada de la Ley de Say) de John Stuart Mill en sus Essays on Some Unsettled
Questions of Political Economy (1844).[2]
Walras generaliza a partir del proceso de tâtonnement walrasiano o subasta por
tanteo en economías en las cuales existen muchos productores y ninguno puede
controlar directamente el precio. Es decir, asume competencia perfecta. Walras
postula que todos los bienes presentes en ese mercado pertenecen a la categoría
de bien deseable y cualquier bien con exceso de oferta es siempre un bien gratuito.
Adicionalmente, Walras asume explícitamente que todos los ingresos de los
participantes en los mercados solo se originan de la venta de bienes que ellos
poseen (lo que implica que el trabajo es considerado una mercancía) y que la
totalidad de esos ingresos serán utilizados directa e inmediatamente en el mercado
(es decir, no hay ahorros).
Desde ese punto de vista, Walras considera que todos los participantes en el
mercado son productores (incluyendo los individuos u hogares, quienes “producen
trabajo”) y, consecuentemente, todos son “aceptadores de precio” (“preneurs de
prix” en francés; “price takers” en inglés.) en la medida que todos están sujetos a
los efectos de la demanda.

En términos formales la ley de Walras se expresa generalmente de la siguiente


manera: para cualquier sistema económico, esté o no en equilibrio, hay un
conjunto de precios reales ( vector en el lenguaje formal) tal que la suma de los
precios totales de todo lo ofrecido equivale a la suma de la demanda medida en
dinero, consecuentemente, la sustracción de ambas cantidades es cero y todo lo
puesto en el mercado se vende, lo que lleva al vaciamiento del mercado[3].
En la cual d es la demanda. s es la oferta (del inglés supply) y  es el vector de
precios.

11.

List teorizó que las naciones de zona templada (que están equipadas con todas las
condiciones necesarias) naturalmente pasan por etapas de desarrollo económico
en el avance de su normal estado económico:

 vida pastoral
 agricultura
 unión de agricultura y manufactura
 la agricultura, las manufacturas y el comercio se combinan

El progreso de la nación a través de estas etapas es la tarea del estado, que debe
crear las condiciones necesarias para el progreso mediante el uso de la legislación
y la acción administrativa. Este punto de vista conduce a la clasificación de List de
la política industrial. Toda nación debe comenzar con el libre comercio, estimular y
mejorar su agricultura por el comercio con las naciones más ricas y cultivadas,
importando manufacturas extranjeras y exportando materias primas. Cuando es tan
avanzada económicamente que puede fabricar por sí misma debe utilizarse la
protección para permitir que las industrias nativas se desarrollen, y salvarlas de ser
dominadas por la competencia más fuerte de las industrias extranjeras en el
mercado interno. Cuando las industrias nacionales han crecido lo suficientemente
en fuerza para que esta competencia no sea una amenaza, entonces la etapa más
alta de progreso se ha alcanzado, el libre comercio de nuevo debería ser la regla, y
la nación podría perfectamente ser incorporada a la unión industrial universal. Lo
que una nación pierde en el intercambio durante el período de protección, lo
supera en el largo plazo en fuerza productiva. El gasto temporal es análogo a la del
costo de la educación industrial del individuo.
«En un millar de casos, el poder del Estado se ve obligado a imponer restricciones a
la industria privada. Evita que el propietario de un buque embarque esclavos en la
costa occidental de África y los lleve a América. Impone normas en cuanto a la
construcción de barcos de vapor y las reglas de navegación en el mar, con el fin de
que los pasajeros y marineros no puedan ser sacrificados por la avaricia y capricho
de los capitanes. ... En todas partes considera el Estado su deber proteger al
público contra el peligro y la pérdidas, como en la venta de lo necesario para la
vida, así como también en la venta de medicamentos, etc» [

También podría gustarte