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La Escasez
La escasez es la falta de recursos necesarios para satisfacer una o más necesidades, las
cuales pueden o no ser clave para la supervivencia.
La Necesidad
Desde el punto de vista económico, existe una necesidad cuando se experimenta un
deseo y se conoce un medio existente capaz de satisfacerlo. Se entiende así por necesidad la
conciencia de la carencia de un bien, material o inmaterial, para la vida o para los fines que el
individuo desea satisfacer.
Los Bienes
Son los elementos materiales e inmateriales que brindan valor o utilidad a quien los
posee. Por lo general, tienen un valor económico en el mercado que depende de la demanda,
y satisfacen directa o indirectamente determinada necesidad de los individuos que los
adquieren.
Agentes Económicos
Es toda persona natural o jurídica que participa en la economía desempeñando
cualquier clase de actividad económica.
Unidad Económica Familiar
Es un conjunto de personas unidas por relaciones de parentesco, es la principal unidad
consumidora ya que demanda bienes y servicios para satisfacer sus necesidades, y por otro
lado ofrecen sus recursos fundamentales, capital humano a las empresas.
El Liberalismo
El postulado francés “laisser faire, laisser passer” que traducido al español significa
“dejar hacer, dejar pasar” se constituye como un principio básico del liberalismo
económico, impulsado por la escuela liberal o clásica. Esta corriente económica surge en
pleno apogeo del capitalismo industrial con la obra “La Riqueza de las Naciones” del
economista y filósofo francés Adam Smith, publicada en el año 1776.
La obra de Smith sentó las bases del estudio de los fenómenos económicos y fundó la
escuela liberal, que más tarde sería desarrollada por otros notables doctrinarios como David
Ricardo con su obra “Principios de Economía Política e Impositiva” publicada en el año
1818; Juan Bautista Say, John Stuart Mill autor de la obra “Principios de Política
Económica” publicada en 1848 y la cual es considerada como la más amplia exposición de
las teorías de la escuela clásica, y Thomas Robert Malthus quien sostuvo que la miseria de las
grandes masas se debía al rápido crecimiento de la población en progresión geométrica en
contraposición del crecimiento en progresión aritmética de la producción, por lo cual llegó a
afirmar que las guerras eran una solución viable para alentar el progreso económico al
disminuir el tamaño de la población.
Para el liberalismo económico, la libertad individual en los procesos de producción y
comercio son esenciales para el crecimiento económico de las naciones. Este carácter flexible
de la economía exige una descentralización en las fuerzas de producción por parte del estado,
que entonces debe limitarse a crear leyes que faciliten este proceso, sin obstaculización de las
leyes naturales (concepto propio de esta doctrina) que dirigen las relaciones económicas entre
los particulares. Esta teoría apoyaba el creciente sistema capitalista de la época, ya que para
su fundador Adam Smith la división del trabajo era un factor necesario para impulsar la
producción. Además, fue el primero en señalar la estructura clasista del sistema capitalista,
distinguiendo a los trabajadores, los capitalistas y propietarios de las tierras como los 3
componentes que participaban en el desarrollo de esta economía. La competencia, los
intereses individuales, el salario y la propiedad privada son otros de los elementos que juegan
un papel fundamental en la economía según el liberalismo.
Aunque existieron diferencias entre los diversos autores que participaron dentro de
esta corriente económica, mayormente en lo relativo a la teoría del valor de la producción,
todos compartían el mismo enfoque general.
El Capitalismo Industrial y Financiero
Se considera al capitalismo industrial como el primer modelo de producción y control
de capital generado en reemplazo del modelo rural y artesanal. Este modelo surgió en algunas
ciudades para luego masificarse en economías naciones. Los primeros países impulsores de
esta economía fueron Gran Bretaña, Francia y Alemania en el XVIII. Gracias al desarrollo
tecnológico y científico de la revolución industrial, se crearon industrias capaces de controlar
gran parte de la producción de bienes, destacándose la industria textil, metalúrgica y la
química. Los países basaron su crecimiento en el nuevo modelo industrial, más allá de otros
ámbitos como el agroalimentario y artesanal, el cual pasó a un segundo lugar.
El capitalismo financiero es una corriente económica caracterizada por la
predominancia de las entidades financieras y bancarias en el mapa económico mundial. Su
actividad es centro y nexo de unión de la política socioeconómica a nivel global. Su origen se
sitúa en la segunda mitad del siglo XX como una nueva forma de hacer negocios. Desde un
punto de vista socioeconómico el capitalismo financiero se evidencia en la influencia
económica que ejercen algunos países sobre sus antiguas colonias, como es el caso de Reino
Unido y su presencia en India y Oceanía. Otro ejemplo sería el control económico que
instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Reserva Federal
de Los Estados Unidos poseen sobre las economías y control monetario de varias naciones.
Estas instituciones juegan un importante papel en las relaciones y actividades
macroeconómicas que se realizan en el mundo.
El capitalismo financiero trajo consigo otras vías de negocio, tales como el préstamo y
el crédito bancario. Surgieron agentes transnacionales como las empresas y organizaciones
multinacionales. Al tiempo nacen los primeros holdings corporativos y las bolsas de valores
se establecen alrededor del mundo. Se emplean tipos de interés y de cambio a la hora de
realizar transacciones comerciales. Cabe destacar que este tipo de economía conlleva a la
expansión de monopolios debido a la adquisición de varias industrias y propiedades por parte
de estas instituciones.
El Neoliberalismo
El neoliberalismo es una teoría económica que defiende el libre mercado y limitar el
papel del Estado como la clave para el avance tecnológico y la prosperidad económica. Esta
doctrina, heredera del liberalismo clásico, ha sido dominante desde finales del siglo XX hasta
principios del XXI en Occidente y América Latina, y ha impulsado la globalización
económica.
Esta doctrina se caracteriza por confiar en el buen funcionamiento del mercado y
desconfiar de la intervención del Estado en la economía o en la esfera privada de los
ciudadanos. Los neoliberales abogan por privatizar servicios públicos como la sanidad o la
educación, y minimizar los impuestos, ya que entienden que al Estado no le corresponde
prestar servicios públicos. El resultado es un Estado del bienestar reducido donde se prima al
individuo sobre la comunidad.
El neoliberalismo defiende que debe haber igualdad de oportunidades entre los
ciudadanos, pero no lo hace en el sentido socialdemócrata de que todos partan con los
mismos medios, sino de que puedan competir en la sociedad y en el mercado con las mismas
reglas y leyes. Por tanto, esta doctrina da mucha importancia al Estado de derecho, que es
posible gracias a mecanismos judiciales independientes del Ejecutivo que le obligan a
cumplir con unas normas fijas y le impiden cambiarlas a su antojo.
La diferencia principal con el liberalismo clásico es que para los neoliberales las
libertades civiles, como la libertad de expresión, de información o de reunión, se deben
combinar con las económicas. Por tanto, la sociedad que tiene una economía de libre mercado
produciría las condiciones necesarias para que todos los ciudadanos vivan con dignidad,
libres e iguales ante la ley. Argumentan que si existe una brecha de ingresos entre individuos
es la recompensa a quienes con su libertad han logrado mejores resultados.
El término “neoliberalismo” fue acuñado en los años cuarenta por los economistas
Ludwing Von Misles y Friedrich Hayek, de la escuela austríaca, como reacción al
keynesianismo, que defiende la intervención del Estado en la economía y se popularizó
después de la Segunda Guerra Mundial. El neoliberalismo cobró fuerza cuando la teoría
keynesiana falló en solucionar la crisis del petróleo de 1973. Como alternativa, el
estadounidense Milton Friedman presentó la no intervención estatal como única vía para la
recuperación económica.
La teoría se expandió en los años ochenta y noventa, cuando el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial empezaron a recomendar las medidas neoliberales para
salir de la crisis económica. Estas medidas se recogieron en el llamado Consenso de
Washington e incluyen bajadas de impuestos, desregularización del mercado y privatización
de servicios públicos. Los Gobiernos del británico Jim Callaghan y el estadounidense Jimmy
Carter introdujeron algunos de estos puntos, y sus respectivos sucesores, Margaret Thatcher y
Ronald Reagan, lideraron el cambio de paradigma al implementar el paquete completo de
medidas. Sin embargo, el modelo empezó a cuestionarse décadas después, con la crisis del
2008.
La Economía Socialista
La economía socialista, es a groso modo, un sistema económico, el cual consiste en
que la mayoría de las empresas y compañías son del estado, sin exceptuar empresas
compañías de comunicaciones, y estas empresas compiten entre sí.
Este, es un sistema económico el cual consiste en que el estado es dueño de casi todas
las compañías de una sociedad (llámese país, pueblo, isla, etc.), con el fin de buscar que haya
igualdad económica en dicha sociedad, lo cual elimina las clases sociales. Este sistema
económico se caracteriza por:
• Repartición equitativa de riquezas
• Repartición equitativa de bienes
• Inexistencia de clases sociales
• Los bienes y servicios son provistos según la necesidad y no para la venta
• Sistema sin mercados
• No hay propiedad privada, todo es de todos
Países con economía socialista o en vía de ello:
• República Popular de Corea
• República Popular de China
• Republica Socialista de Vietnam
• República Federal Democrática de Nepal
• República Árabe de Siria
• República Democrática Popular de Lao
• República de Cuba
• República Bolivariana de Venezuela
• Estado Plurinacional de Bolivia
Este sistema rige en los países donde toda la actividad económica la lleva a cabo el
estado. Los partidarios de la economía planificada dicen que esta tiene por objeto proteger y
beneficiar al pueblo. También se controla en este sistema el trabajo y el salario, sin que le
quede al trabajador ningún recurso de negociación o de protesta, pues no puede haber
huelgas, paros, abandono de un trabajo en busca de otro.
El Tercer Mundo
“Tercer mundo” es un término poco preciso, empleado para referirse a los países
periféricos, “subdesarrollados” o “en vías de desarrollo”, es decir, a aquellos países cuya
situación económica, social y política los sitúa en un peldaño de desventaja respecto a los
países “desarrollados” o industrializados del “primer mundo”. A los asuntos pertenecientes o
propios del tercer mundo se les conoce a menudo como tercermundistas.
Los países del llamado “tercer mundo” son aquellos que brindan las peores
condiciones de vida a sus ciudadanos y que tienen dificultades para dar el paso hacia una
economía industrializada. Se trata, sin embargo, de un conjunto muy heterogéneo de
naciones, entre las cuales figuran numerosas antiguas colonias europeas en África, América y
Asia, y que presentan entre sí diferencias sustanciales respecto al grado de desarrollo. Aun
así, en general son naciones con notorias dificultades políticas, sociales y económicas.
Por este motivo, los países del tercer mundo juegan un papel secundario o subalterno
en la toma de decisiones de la política internacional, respecto a las grandes potencias
mundiales económicas y militares. Esto no quiere decir que los países del tercer mundo sean
del todo irrelevantes, ya que muchos de ellos constituyen potencias económicas, culturales o
militares locales, pero su desempeño en otros asuntos tiende a ser regular e incluso pobre.
De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, alrededor de 152 países forman parte
del “tercer mundo”, lo cual equivale al 85,33 % de la población mundial. Existen quienes
proponen la necesidad de diferenciar al tercer mundo de un supuesto “cuarto mundo”, en el
que figurarían los países más pobres y menos desarrollados del planeta, dependientes de la
ayuda internacional, pero este término no goza de popularidad todavía.
Por el contrario, la tendencia en los ámbitos académicos y especializados es a superar
la idea del “tercer mundo” y proponer categorías más objetivas para una clasificación
socioeconómica de las naciones.
El término “tercer mundo” fue propuesto en 1952 por el economista francés Alfred
Sauvy (1898-1990), en una publicación titulada “Tres mundos, un planeta” en el diario
L’observateur.
En dicho artículo diferenciaba entre los dos bloques políticos e ideológicos
enfrentados en una tensión permanente desde el final de la Segunda Guerra Mundial: el
bloque capitalista liderado por Estados Unidos (el “primer mundo”) y el bloque comunista
liderado por la Unión Soviética (el “segundo mundo”). A aquellas naciones que procuraban
mantenerse al margen del conflicto capitalismo–comunismo las llamó el “tercer mundo”.
Estas últimas eran en su mayoría antiguas colonias europeas que veían en la
coyuntura de la llamada Guerra Fría la oportunidad para afianzar su independencia, o que
simplemente estaban demasiado explotadas y olvidadas por las potencias mundiales para
resultar relevantes en el conflicto.
Estos rasgos de pobreza, inestabilidad y subdesarrollo fueron los que, a la larga,
permanecieron asociados al término, ya que el fin de la Guerra Fría a finales del siglo XX
eliminó del mapa la idea de un “segundo mundo” comunista. De hecho, lo que inicialmente
era una manera de clasificar a las naciones (“tercer mundo” quería decir que era el tercero
ítem de un conjunto, no que fuera necesariamente el peor), acabó adquiriendo tintes de
competitividad en lo económico y político.