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Para no perdernos, repasaremos las principales doctrinas económicas que han existido a

lo largo de la historia: la escuela clásica, el marxismo, la escuela neoclásica y la escuela


keyneasiana.

LA ESCUELA CLÁSICA

Esta corriente de pensamiento económico comenzó en el año 1776 con la publicación de


la obra “La riqueza de las naciones” de Adam Smith y aún a día de hoy es defendida a
capa y espada por un importante número de economistas. Además de Adam Smith, otros
grandes autores de esta escuela fueron David Ricardo, Thomas Malthus, Jean-Baptiste
Say y Johm Stuart Mill

La idea principal de esta doctrina es que la economía tiende al equilibrio por sí sola y sin
necesidad de regulación por parte del Estado. Es decir, la libre competencia establece la
producción, la satisfacción de las necesidades y la distribución de la renta. Entre los
economistas clásicos es popular la expresión “laissez faire, laissez passer” (dejar hacer,
dejar pasar), convencidos de que el mejor gobierno es el que menos interviene en la
economía. Estos economistas son los precursores del liberalismo económico y del
capitalismo.

Los economistas clásicos defienden que son los agentes económicos privados los que
buscando satisfacer sus propios intereses consiguen incrementar el bien común sin
pretenderlo. Esto lo consiguen guiados por la “mano invisible” del mercado, famoso
término acuñado por el padre del liberalismo, Adam Smith.

La escuela clásica respeta la idea de que la principal fuente de riqueza proviene del
comercio. Además, aportaron importantes métodos de análisis para estudiar la economía
en su conjunto. Adam Smith, por ejemplo, aportó a la ciencia económica el principio
según el cual la división del trabajo y la especialización son factores fundamentales para
lograr el crecimiento económico.

EL MARXISMO

Con el paso de los años, en el seno de la escuela clásica surgió una corriente crítica con
los paradigmas del liberalismo económico: el marxismo. Esta teoría se centra en la figura
de Karl Marx (1818-1883) y en su obra más conocida: "El Capital". Para Marx, todas las
épocas históricas son consecuencia de la estructura productiva de la sociedad y defiende
que la historia no es más que un continuo escenario de lucha de clases entre explotadores
y explotados.

Una de las aportaciones más importantes de Marx en su obra fue la teoría del valor-
trabajo. Según esta, el valor de los productos está fijado por la cantidad de trabajo que se
incorpora a la producción, de forma que tan solo una parte de dicho valor llega a los
trabajadores en forma de salario, mientras que la mayor parte se destina a retribuir a los
propietarios de las fábricas y el capital.

Para Marx, la competencia feroz entre los capitalistas da lugar a que se empleen formas
de producir bienes y servicios cada vez más intensivas en capital con la finalidad de
ampliar la producción a costa de los competidores, dando lugar a una progresiva
concentración del capital en unas pocas manos. A su vez, se produce una disminución del
salario de los empleados y el empeoramiento de las condiciones de vida de la población.

Como consecuencia de estos factores, se agotan los recursos de los mercados, incapaces
de absorber la oferta de los productores, y se producen grandes crisis cíclicas que obligan
a la intervención del Estado para regular la actividad económica. Esta dinámica
provocaría una revolución social que acabaría con el sistema capitalista y daría lugar a la
implantación de un sistema comunista.

LA ESCUELA NEOCLÁSICA

Surgió a mediados del siglo XIX a partir del desarrollo de la teoría marginal del valor,
por lo que su aportación fundamental y revolucionaria respecto al pensamiento
económico clásico es el denominado marginalismo, que introduce dentro de la ciencia
económica nuevos métodos y enfoques, en concreto el microeconómico.

El pensamiento neoclásico se centra en cuatro puntos básicos:

 Los fenómenos económicos se explican por la medición del momento último


o “margen”, ya que la valoración del mismo es la base de la toma de decisiones.

 Su campo de acción son las unidades económicas individuales, es decir,


la microeconomía.

 Su método de análisis es muy similar al utilizado por los economistas


clásicos: abstracto y deductivo. Se parte de lo que se considera una situación ideal de
la economía, la libre competencia, y a partir de ahí se estudian las demás como
variantes.

 Se tienen en cuenta los aspectos subjetivos a la hora de tomar decisiones económicas.

La difusión, la extensión y el auge del pensamiento neoclásico se deben, además de a la


firmeza de sus ideas y demostraciones, a que sus aportaciones provenían de autores que
llevaron a cabo sus estudios de manera independiente y en varios países al mismo tiempo.
Los más relevantes fueron Willian Stanley Jevons, Carl Menger, Leon Walras y Alfred
Marshall.

LA ESCUELA KEYNESIANA

Los principales ideólogos de la escuela keynesiana se basan en la obra de John Maynard


Keynes titulada “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, que fue publicada
en 1936. Keynes se aleja en dicha obra de los tópicos del pensamiento económico vigentes
hasta ese momento, influyendo de forma decisiva en las políticas económicas de los
países industriales tras la Segunda Guerra Mundial.
La escuela keynesiana reconoce que el mercado no es perfecto y que este tiene fallos en
su funcionamiento, por lo que es necesaria e imprescindible la intervención del Estado en
la actividad económica para subsanarlos. Keynes es el principal precursor del sistema de
economía mixta y del Estado del Bienestar tal y como lo conocemos hoy en día.

Las aportaciones de Keynes dieron lugar a un nuevo liberalismo que, aun manteniendo el
sistema de libre empresa, daba al Estado un protagonismo que le había sido negado por
los economistas clásicos y neoclásicos. El problema es que con el paso del tiempo el gasto
público de los distintos gobiernos que optaron por esta fórmula se ha disparado y los
diferentes Estados del Bienestar se están volviendo inviables económicamente.

LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

La ley de la oferta y la demanda es el principio básico sobre el que se basa una economía
de mercado. Este principio refleja la relación que existe entre la demanda de un producto
y la cantidad ofrecida de ese producto teniendo en cuenta el precio al que se vende el
producto.

Así, según el precio que haya en el mercado de un bien, los oferentes están dispuestos a
fabricar un número determinado de ese bien. Al igual que los demandantes están
dispuestos a comprar un número determinado de ese bien, dependiendo del precio. El
punto donde existe un equilibrio porque los demandantes están dispuestos a comprar las
mismas unidades que los oferentes quieren fabricar, por el mismo precio, se
llama equilibrio de mercado o punto de equilibrio. (Sevilla, 2016)

Según esta teoría, la ley de la demanda establece que, manteniéndose todo lo demás
constante (ceteris paribus), la cantidad demandada de un bien disminuye cuando el precio
de ese bien aumenta. Por el otro lado, la ley de la oferta indica que, manteniéndose todo
lo demás constante (ceteris paribus), la cantidad ofrecida de un bien aumenta cuando lo
hace su precio.

Así, la curva de la oferta y la curva de la demanda muestran como varía la cantidad


ofrecida o demandada, respectivamente, según varía el precio de ese bien.

¿Cómo se alcanza el punto de equilibrio?

Para entender cómo se puede llegar al punto de equilibrio hay que hablar de dos
situaciones de exceso:

1. Exceso de oferta: Cuando existe exceso de oferta, el precio al que se están ofreciendo los
productos es mayor que el precio de equilibrio. Por tanto, la cantidad ofrecida es mayor
que la cantidad demandada. Con lo consiguiente, los oferentes bajarán los precios para
aumentar las ventas.
2. Exceso de demanda: Por el lado contrario, cuando existe escasez de productos, significa
que el precio del bien ofrecido es menor que el precio de equilibrio. La cantidad
demandada es mayor que la cantidad ofrecida. De modo que los oferentes aumentarán el
precio, dado que hay muchos compradores para pocas unidades del bien para que el
número de demandantes disminuya, y se establezca el punto de equilibrio.
Representación gráfica de la ley de oferta y demanda

Trasladando a un gráfico los comportamientos de la oferta y demanda que acabamos de


explicar, se comprende que la curva de oferta (O, línea azul) sea creciente y la curva de
demanda (D, línea roja) sea decreciente. El punto donde se cruzan se conoce
como equilibrio de mercado.

Si partimos del punto inicial en el que se demanda la cantidad Q1 de un bien al precio P1,
y debido a alguna causa externa se produce un aumento en la demanda hasta la cantidad
Q2, el precio del bien aumentará hasta situarse en P2.

1. La producción precede al consumo

Aunque es evidente que para consumir algo debe existir primero, nos rodea la idea de
estimular el consumo para expandir la producción. Sin embargo, los bienes de consumo
no caen del cielo. Están al final de una larga cadena de procesos entremezclados de
producción llamada la “estructura de producción”. Incluso la fabricación de un producto
aparentemente sencillo como un lápiz, por ejemplo, requiere una red intrincada de
procesos de producción que se extiende muy atrás en el tiempo y abarca países y
continentes.

2. El consumo es el objetivo final de la producción

El consumo es el objetivo de la actividad económica y la producción es su medio. Los


defensores del pleno empleo violan esta idea evidente. Los programas de empleo
transforman la propia producción en el objetivo. La valoración de los bienes de consumo
por los consumidores determina el valor de los bienes de producción. El consumo actual
deriva del proceso de producción que se extiende hacia el pasado, pero el valor de esta
estructura de producción depende del estado actual de la valoración por los consumidores
y del estado futuro esperado. Por tanto, los consumidores son los poseedores finales de
hecho del aparato de producción en una economía capitalista.
3. La producción tiene costes

No existen los almuerzos gratis. Conseguir algo aparentemente gratis solo significa que
alguna otra persona lo paga. Detrás de todos los cheques de ayuda social y de cada beca
de investigación está el dinero de impuestos de gente real. Aunque los contribuyentes
creen que el gobierno confisca en parte de su renta personal, no saben a quién va este
dinero en; y aunque los receptores de los pastos públicos de que el gobierno un mes
entregar el dinero, no sabe a quién le ha quitado el gobierno dicho dinero.

4. El valor es subjetivo

La valoración es subjetiva y varía la situación de una persona. El mismo bien físico tiene
diferentes valores para diferentes personas. La utilidad es subjetiva, individual,
situacional y marginal. No existe el consumo colectivo. Incluso la temperatura en la
misma habitación es sentida de manera diferente por personas diferentes. El mismo
partido de fútbol tiene un valor subjetivo diferente para cada espectador, como puede
verse fácilmente en el momento en que un equipo mete un gol.

5. La productividad determina el salario

La producción por hora determina el salario del trabajador por hora. En un mercado
laboral libre, las empresas contratarían trabajadores adicionales mientras su productividad
marginal fuera mayor que el nivel salarial. La competencia entre empresas aumentaría el
nivel salarial hasta el punto en que igualara a la productividad. El poder de los sindicatos
puede cambiar la distribución de los salarios entre diferentes grupos laborales, pero los
sindicatos no pueden cambiar el nivel salarial general, que depende de la productividad
laboral.

6. El gasto es renta y costes

El gasto no es solo renta, sino que también representa costes. El gasto cuenta como un
coste para el comprador y una renta para el vendedor. La renta equivale a los costes. El
mecanismo del multiplicador fiscal implica que los costes aumentan con la renta. En la
medida en que se multiplica la renta, también se multiplican los costes. El modelo
multiplicador fiscal keynesiano ignora el efecto del coste. Graves errores políticos son el
resultado cuando las políticas públicas cuentan con el efecto renta de los gastos públicos
pero ignoran el efecto coste.

7. El dinero no es riqueza

El valor del dinero consiste en su poder adquisitivo. El dinero sirve como un instrumento
de intercambio. La riqueza de una persona existe en su acceso a los bienes y servicios que
desea. La nación en su conjunto no puede aumentar su riqueza aumentando sus
existencias de dinero. El principio de que solo el poder adquisitivo significa riqueza indica
que Robinson Crusoe no sería un penique más rico si encontrara una mina de oro en su
isla o un maletín lleno de billetes.
8. El trabajo no crea valor

El trabajo, en combinación con los demás factores de producción, crea productos, pero el
valor del producto depende de su utilidad. La utilidad depende de la valoración individual
subjetiva. El empleo por el empleo no tiene sentido económico. Lo que importa es la
creación de valor. Para que sea útil, un producto debe crear beneficios para el consumidor.
El valor de un bien existe independientemente del esfuerzo por producirlo. Los corredores
profesionales de maratones no ganan más premios en dinero que los velocistas porque
correr la maratón lleve más tiempo y esfuerzo en que un sprint.

9. El beneficio es el bonus del empresario.

En el capitalismo competitivo, el beneficio económico es el bonus extraordinario que


ganan aquellas empresas que resuelven errores de asignación. En una economía de
rotación constante sin cambios, no habría ni beneficios ni pérdidas y todas las empresas
ganarían la misma tasa de interés. Sin embargo, en una economía creciente, tienen lugar
cambios y la previsión de los cambios es la fuente de beneficios económicos. Las
empresas que tienen éxito en prever la demanda futura consiguen altas tasas de beneficio
de y crecen, mientras que aquellos empresarios que no anticipan los deseos de los
consumidores disminuyen y finalmente deben cerrar.

10. Todas las leyes verdaderas de la economía son leyes lógicas

Las leyes económicas son racionamiento sintético a priori. No se puede falsar esas leyes
empíricamente porque son verdad por sí mismas. Como tales, las leyes económicas
fundamentales no requieren verificación empírica. La referencia a hechos empíricos sirve
únicamente como ejemplo ilustrativo, no son declaraciones de principios. Se pueden
ignorar y violar las leyes fundamentales de la economía, pero no se pueden cambiar. Les
va mejor a aquellas sociedades en las que gente y gobierno reconocen y respetan las leyes
económicas fundamentales y las usan en su beneficio. (Mueller, 2016)

Bibliografía
Mueller, A. P. (20 de Diciembre de 2016). Obtenido de https://mises.org/es/wire/diez-leyes-
fundamentales-de-la-econom%C3%ADa
Sevilla, A. (2016 de Noviembre de 2016). Obtenido de
https://economipedia.com/definiciones/ley-de-oferta-y-demanda.html

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