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El hombre que inventó el marketing

No, no fue Ron Popeil, padre del Ronco Veg-o-Matic. Fue Josiah Wedgwood (a
propósito, abuelo de Charles Darwin).

Josiah Wedgwood vivió, como nosotros, en una época de grandes cambios. Para
nosotros, sin embargo, es mucho más fácil. En 1730, año en que nació
Wedgwood, no era raro que un inglés nunca saliera de viaje. No era raro ganar
solo lo necesario para subsistir, ya fuera obteniendo el alimento mediante el cultivo
de la tierra o trabajando (desde la infancia) en una mina o en un pequeño taller. La
esperanza de vida promedio en aquel entonces era de treinta y tres años. Las
ideas que hoy damos por sentadas -no solo la calefacción central o el mercado de
alimentos, sino también los médicos, la ropa limpia y la movilidad eran entonces
completamente desconocidas.

Wedgwood, como muchos en su familia y en su pueblo, aprendió el oficio de la


alfarería. Varias decisiones, sin embargo, lo llevaron a convertirse en el alfarero
más exitoso de todos los tiempos.

Primero, vio que podía agrandar su negocio. Ese fue un componente crítico de la
primera revolución industrial: la idea de que un negocio podía ser más que un
artesano y unos pocos asistentes o aprendices.

Es fácil subestimar lo difícil que esto era entonces, pero incluso hoy muchos
negocios se autoimponen (sin expresarlo) límites para su crecimiento.

Segundo, decidió crecer viendo su producto como algo más que el simple mínimo
para determinar el trabajo se hizo famoso porque destruía sus piezas imperfectas
con su bastón, mientras proclamaba: “! Esto no le viene bien a Josiah
Wedgwood!”. Vio que su producto era más que un simple objeto útil que era parte
de una línea de producción, algo que podía llevar su nombre a un gran número de
nuevos clientes potenciales.

recordemos que en el 1730 era común que la gente tomara su alimento en una
escudilla de pan duro. Un plato de cerámica, o cualquier tipo de plato, era un lujo.
La idea de aplastar un plato solo porque era un poco regular era una locura.

Weedgood tuvo quizá la primera marca importante en la historia del comercio. A


diferencia de otros alfareros (o cervecero o carpinteros o herreros), él ponía su
nombre en cada pieza que fabricaba. Al organizar su compañía en torno a una
marca cambió la dinámica del crecimiento organizacional.
Y Weedgoog llevó el marketing aún más allá. concibió la idea de atraer a las
nuevas masas adineradas vendiendo sus productos primeros directamente a las
clases altas. Weedgoog Puso en riesgo toda su compañía en 1771 al invertir más
de 2.7 millones de dólares en muestras de sus cerámicas que envió a 1000
alemanes ricos sin haber preguntado antes.

Créanlo o no: de la mitad de ellos respondieron e hicieron pedidos. varios años


antes de esto Weedgoog le había enviado a la reina carlota (la esposa de Jorge
tercero) un juego de desayuno. Unos años más tarde, la reina ordenó un servicio
completo de té que, naturalmente, Weedgoog convirtió en queensware y vendió a
las masas.

También diseñó piezas por encargo para catalina la grande de Rusia. Aunque este
encargo le significó una pequeña utilidad, su verdadero beneficio fue el exhibir las
piezas terminadas durante meses en Londres antes de despachar las a Rusia.
Esta muestra fue muy sonada y atrajo a hordas de personas a sus salas de
exposición (otra innovación) en Londres. Y muchos de esos visitantes se
convirtieron en clientes. (¿mencioneque su equipo de venta trabajaba por
comisión? ¡otro avance!).
aunque muchas de estas innovaciones parecen atractivas tácticas de marketing,
ninguno de ellas hubiera sido posible sin las modificaciones en la manera de
fabricar sus cerámicas para la venta al por mayor. Fue necesario diseñar y
construir la fábrica de modo que pudiera atender la demanda y, no menos
importante instalar también la tecnología para fabricar como nadie pipiezae
cerámica.

para entender la creciente demanda, Weedgoog implantó una de las primeras


cadenas de montaje. Cada trabajo duro dominaba una etapa determinada del
proceso, y Weedgoog y sus gerentes reorganizaban con frecuencia los procesos
para aumentar la productividad. En esta evaluación constante del proceso de
producción, desarrolló uno de los primeros sistemas de reloj para el control de la
asistencia a los empleados.

El extraordinario de Weedgoog fue que redefinió desde la base misma lo que


significaba hacer negocios. Prácticamente inventó las ideas de control de calidad
estandarizado, diseño innovador para productos utilitarios (su tetera en forma de
coliflor fue una sensación), e incluso una especie de seguro de salud para sus
empleados. Weedgoog Entendió mucho antes que sus colegas en otras industrias,
que una nueva clase de cliente y un nuevo tipo de distribución hacían posible el
desarrollo prospero de un nuevo tipo de organización.
Weedgoog No contrataba alfareros ni personas que hubieran sido aprendices de
alfareros, sino personas no entrenadas, y él mismo las entrenaba. Era consciente
de que hacía las cosas de un modo nuevo y era más fácil enseñarles que empezar
por hacerlos desaprender. la cerámica de Weedgoog se vendía cuatro veces más
que las piezas fabricadas por alfareros más pequeños en la misma región de
Inglaterra, porque él hacía de un modo diferente y la comercializaba de un modo
diferente.

Vale la pena anotar que la fábrica de Weedgoog estaba construida directamente


en el Canal Trent y Merey, una vía navegable de 124 km de largo, cuya
construcción había sido ordenada por el parlamento gracias a las gestiones de
Weedgoog. ¿ por qué? Sin una via para llevar sus productos al mercado, no había
producto. Teniendo bajo control cada elemento de su producto - desde la manera
de fabricarlo hasta la manera de llevarlo a las tiendas que lo exhibían-, Weedgoog
creó el entorno que necesitaba para prosperar.

¿ era Weedgoog un mercado técnico? sólo si entendemos que el marketing


requiere una organización que esté a tono con él. Aprovechando los cambios en el
entorno, Weedgoog pudo cambiar su organización para ajustarse a dichos
cambios. Y, para completar el ciclo, el entorno cambio en respuesta a su nueva
organización. El el ciclo virtuoso le permitió morir con un patrimonio de 44 millones
de dólares.

Siguiendo sus pasos fueron surgiendo todas las industrias que conocemos hoy
día. las organizaciones se fueron transformando para convertirse en la compañía
para la cual usted trabaja hoy. Ahora estamos entrando en una nueva era y
necesitamos nuevos Josia Weedgoog que reinventen aquellas compañías (su
compañía) y las ajusten a la nueva era.

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