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TRABAJO 4 INVESTIGACION DESARROLLO E INNOVACIÓN – ZARA

Explorando la Innovación en Acción: Competencia en la Costura - Innovación en la


Industria Textil y de la Confección.

La industria textil y de prendas de vestir no es más antigua que los procesos


industriales conocidos convencionalmente, desde los primeros días, cuando los
seres humanos vivían en cuevas, ya había una demanda constante de algo para
envolver alrededor de nosotros, para mantener el calor y proteger las partes más
sensibles de nuestra anatomía. Lo que comenzó con pieles de animales,
gradualmente se ha convertido en una actividad más sofisticada, con telas tejidas
de lino o de lana, lo que ha llevado a que las personas han ido incrementando y
especializándose mucho más en este negocio.
En sus inicios se constituyó como una industria artesanal - literalmente la
gente hilaba lana obtenida de las ovejas y tejían telas simples, en telares caseros.
Pero, la base de los conocimientos y de la tecnología comenzaron a desarrollarse
y muchos de los “nombres” de las familias que hoy en día tenemos evolucionaron
empresarialmente, por ejemplo: Weaver, Dyer, Taylor. Ellos, nos recuerdan la
importancia de este sector.
Además, se podía observar grandes concentraciones de fabricación textil,
donde existían suficientes artesanos y grupos de personas con tal habilidad, por
ejemplo, los tejedores Flemish o los fabricantes de cordones en las English
Midlands. Estos lograron que su reputación, y la calidad de sus productos,
crecieran hacia la base del comercio internacional y que el sector textil y de la
confección se estableciera globalmente.
El estilo artesanal de la industria cambió radicalmente durante la Revolución
Industrial. El crecimiento masivo de la población conllevó a que los mercados sean
cada vez mucho más grandes, y al mismo tiempo permitió avances significativos
en la tecnología (la ciencia que apoya la tecnología) la fabricación de textiles y
prendas de vestir, se convirtió en un proceso cada vez más industrializado. Una
gran parte de la Revolución Industrial se enfocó en las industrias del algodón y la
lana (en Inglaterra) y muchas de las grandes innovaciones y maquinaria fueron
desarrolladas en Inglaterra; como: The Spinning Jenny (la primera hiladora) -
fueron esencialmente innovaciones para apoyar a una industria en crecimiento
internacional. El crecimiento de la industria junto con la investigación científica
conllevo a una serie de avances, como la invención de colorantes sintéticos (que
permitió una gama mucho más amplia de colores en los textiles) y el desarrollo de
agentes blanqueadores.
Hay un patrón en esto; en el que ciertas trayectorias de fabricación e
innovación tienen una parte clave. Por ejemplo, la creciente mecanización de
operaciones, su vinculación junto a los sistemas de producción y los crecientes
intentos para llevar a cabo la intervención humana a través de la automatización.
Por supuesto, esto era más fácil de hacer en algunos casos que otros, por
ejemplo: una de las primeras formas de control programable, mucho antes de la
invención de la computadora, fue el Jacquard sistema de tarjetas perforadas, que
podía controlar el tejido de diferentes hilos a través de un telar. Pero realmente el
convertir este material en varios artículos de ropa era muy difícil; simplemente
porque el material no tiene una forma fija ni controlable, por tanto, se quedó como
un proceso de trabajo intensivo.
En el siglo XX, la industria textil llego a convertirse en una de la más grande y
bien establecida del planeta esto gracias al crecimiento del comercio internacional,
de materias primas como el algodón y de productos acabados. La función del
diseño, llego a ser cada vez más importante para la demanda básica, que exigía
sentirse satisfecha como también para algunas regiones que imponían una moda o
estilo de vestir, por ejemplo, Francia e Italia, empezaron a adquirir una sólida
reputación para el diseño. El “Branding” se hizo cada vez más importante, en un
mundo donde las comunicaciones en masas empezaron a hacer la narración de
historias y la vinculación de las imágenes y otros elementos en la publicidad, lo
cual permitió que la demanda en ropa sea mucho más que una compra de
necesidad básica.
Los métodos de producción masiva y gestión científica (enfoques difundidos
rápidamente) hicieron su contribución, tal es el caso del ensamblaje de ropa, que
mantuvo un proceso de trabajo intensivo, dirigido a la búsqueda de localizaciones
de menor coste salarial. Así, comenzó la migración de confección de ropa en todo
el mundo, visitando y estableciéndose en lugares cada vez más baratos de todo el
Lejano Oriente europeo, gran parte de África, América Latina y ahora su actual
hogar en China.
Hoy, esta es una industria global que abarca las actividades de diseño, corte y
operaciones de procesamiento, ensamblaje, distribución y ventas - todo impulsado
por una enorme demanda de diferenciación y personalización. Este, es un sector
en el que el precio es sólo uno de los elementos – factores distintos al precio, tales
como variedad, velocidad, marca y calidad. También, es una industria dominada
por la necesidad en innovación de productos de alta frecuencia - las colecciones
de moda, ya no siguen la rutina antigua estacional con colecciones de invierno y
verano. En algunos casos, las colecciones cambian cada mes, junto con la
innovación en tecnología de la información y comunicación; significa que el ciclo es
cada vez más corto.
Todo ello, ha dado forma a una industria que se conecta altamente entre redes
a través de “cadenas de valor globales” que están coordinadas por los jugadores
más grandes dentro de este negocio. Una gran parte del “frente” de la industria
está bajo las grandes marcas y cadenas de distribución, mientras que las
operaciones de la ‘trastienda’ son a menudo realizadas por los pequeños
subcontratistas, con frecuencia en países de bajos costos salariales.
Al igual que muchas industrias, se ha convertido en algo sin trabas y sin
desvíos de sus orígenes - dejando sólo, un pequeño recordatorio de su dominio
original. En comparación con países como India y China, la industria actual de la
ropa europea es un jugador pequeño en el escenario global. Hay algunas
excepciones a esto – y lo demuestran con el poder de la innovación y el espíritu
empresarial.
El hecho de que, las tendencias dominantes se dirijan en una sola dirección,
no significa que no hay posibilidad de que alguien pueda detectar e implementar
formas de cambiar esta tendencia. Uno de esos jugadores era un joven empleado
que trabajaba en un pequeño negocio de ropa en el norte de España. Frustrado
con sus oportunidades de carrera el señor Amancio Ortega Gaona decidió actuar
por sí mismo y en 1963 invirtió sus ahorros - la principesca suma US $ 25 - en una
pequeña operación de fabricación, donde se confeccionaba pijamas y ropa interior.
Con el clásico estilo que vendía sus productos en toda la región; construyó su
empresa durante los próximos 10 años y luego decidió incursionar en la venta al
por menor; de esta forma logró abrir su primera tienda en la noroeste ciudad de La
Coruña en 1975.
Las cosas han cambiado un poco desde esa época. La industria de Diseño
Textil - Inditex - compañía que él estableció – en la actualidad pose un valor
estimado entre los $ 8 mil millones y acaba de abrir su tienda número dos mil en
Hong Kong. Este negocio textil se encuentra activo en casi 70 países y la
confección de ropa cuenta con 8 grupos de marcas claves, cada uno dirigido a
segmentos particulares o tipos de producto - por ejemplo: ‘Pull and Bear’ para los
niños,
‘Massimo Dutti’ para hombres y mujeres mayores - ‘Oysho’ en ropa interior. El más
conocido de ellos es ‘Zara’ - una marca global con un diseño fuerte y la identidad
de la moda que atraviesa tanto la ropa y las tiendas en las que se venden. Su ropa
combina diseños elegantes con un fuerte vínculo con las últimas tendencias de la
moda y sobre todo con precios moderados. Lotte Freddie, editora de moda del
diario danés periódico Berlingske Tidende, comentó: “Si quieres un look clásico,
estilo italiano a tono con los estilos actuales y a un precio razonable tienes que ir a
Zara.” El crecimiento exitoso de Zara no es simplemente una cuestión de bajo
costo o de estandarización, sino más bien de mucha innovación.
La compañía de Amancio Ortega se ha convertido en líder bajo la premisa en
tendencia de precios y la constante evolución en la industria - la innovación y
variedad de productos son la base. Por ejemplo, más de 10.000 modelos
diferentes de ropa se crean y se venden cada año – esto, sin duda no es un caso
de “una talla para todos” o de tipos de “productos de larga duración”. Ortega, tomó
todo el sistema para la creación de ropa y construyó un negocio - y originalmente
lo hizo en una zona que antes no tenía ninguna tradición textil.
En una primera etapa, el desarrollo del negocio de fabricación se trasladó de
nuevo a las operaciones de acabado textil, para asegurarse de que los colores y la
calidad del material que utiliza para hacer la ropa estaba a la altura. Esto, no sólo
dio un mejor control de calidad, sino que también abrió el camino para ofrecer
diseños de emocionantes y de diferentes texturas.
Una parte importante del éxito de la compañía proviene de un fuerte compromiso
con el diseño - ellos emplean más de 200 diseñadores. Es un tema que no se
detiene solo con la presentación de la ropa; también se extiende a la presentación
de las tiendas, sus escaparates, sus catálogos, publicidad en Internet, etc. Parte
del edificio de la sede en Arteixo en Coruña – España, contiene 25 escaparates de
tamaño completo con las plataformas de visualización e iluminación que permiten
al equipo de Zara visualizar como se verían las ventanas de tiendas reales - no
sólo en condiciones normales, sino también en días de lluvia, por la noche y así
sucesivamente. Otro aspecto clave del éxito de Zara es la flexibilidad que proviene
de tener un modelo diferente para la fabricación. Alrededor de 2.500 empleados
trabajan directamente en las operaciones de fabricación - pero detrás de ellos,
existe una mano de obra mucho más grande en el canal de distribución y logística,
como los repartidores que van a pueblos y pequeñas comunidades de España y
norte de Portugal.
Cuando el nuevo diseño ha estado aprobado, la tela se corta y luego se distribuye
a esta red de pequeños talleres - y estos representan una capacidad de
externalizar la entrega de un alto grado de flexibilidad. El pre-corte de piezas e
instrucciones fáciles de seguir se dan a los trabajadores, en lo que es todavía en
gran medida una economía informal - y su salida luego fluye hacia el centro de
distribución masiva de Zara, como afluentes de un río de corriente rápida. Esto no
es una operación pequeña - el centro cuenta con unos 200 kilómetros de carriles
de movimiento, en el que fluyen los productos, altamente automatizado y con
control extenso de calidad, el proceso traslada las piezas recibidas en lotes de
producción que se asignan a una flota de camiones para el traslado rápido, más
que nada por avión desde el aeropuerto cercano a Santiago de Compostela.
Ni que decir, tienen ellos que imponer grandes exigencias a un sistema de
coordinación altamente flexible e innovador que Zara ha desarrollado de forma
interna. De esta manera, hacen uso de un modelo que data de hace cientos de
años (la idea de los distritos industriales y los “clústeres”), sin embargo, utilizan
tecnología del siglo XXI para dar flexibilidad tanto en el volumen y la variedad de
las cosas que hacen. Mientras los competidores como H & M y Gap, tienen que
comenzar a planificar y producir sus nuevas líneas de tres a cinco meses antes de
que el producto finalmente llegar a las tiendas, Zara gestiona todo el proceso en
menos de tres semanas.
Su flexibilidad también se basa en una respuesta rápida y un amplio uso de las
tecnologías de la información y la comunicación. Al final del día, cuando los
clientes dejan sus 950 tiendas en todo el mundo, el personal de ventas utiliza
teléfonos móviles para comunicar los niveles de inventario a la gerente de la
tienda, que después transmite esta información de vuelta a España. Esto, da una
idea al minuto de lo que se está vendiendo y lo que no se vende. Así que, las
tiendas pueden ser muy sensibles a las preferencias del cliente – cual colores
‘funcionan’, qué temas son populares, los diseños que no son tan populares. Pero,
no es apenas solo seguir el mercado - Zara también empuja el juego,
asegurándose de que ningún modelo se mantiene a la venta por más de cuatro
semanas - no importa lo bien que se está vendiendo. Esto tiene un fuerte impacto
en su marca - son vistos como muy original y de diseño dirigido - pero le pone aún
más presión sobre su capacidad de ser ágil en el diseño y fabricación.

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