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ESTILOS DE COMUNICACIÓN

Los estilos de comunicación son la manera


global en que nos comunicamos, a todos los
niveles de nuestra expresividad en relación con
nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Comunicación Asertiva
La comunicación asertiva es un estilo de comunicación en el
que expresas tus ideas, sentimientos y necesidades de forma
directa, segura, tranquila y honesta, al mismo tiempo que eres
empático y respetuoso con las otras personas.
Es una forma de comunicarte diplomática y equilibrada en la
que compartes tu punto de vista y defiendes tus derechos, al
mismo tiempo que tienes en cuenta los sentimientos de los
demás y respetas sus creencias y derechos.
Ejemplo:
Tu hijo adolescente se enfada cada vez que tratas de decirle
que limpie su cuarto o que ayude en la casa. Contestación
asertiva: "Me siento sobrecargada cuando no colaboras y
ayudas a mantener la casa limpia y ordenada. Entiendo que no
te gusta que te recuerde que limpies tu cuarto, pero es una
tarea que hay que hacer, y cada uno tiene que hacer su parte".

Comunicación Pasiva
Los comunicadores pasivos generalmente no expresan sus
sentimientos o necesidades, permitiendo que otros se
expresen por ellos. A menudo actúan indiferentemente,
cediendo ante los demás. Muestran una falta de contacto
visual, una mala postura corporal y una incapacidad para decir
"no". Con frecuencia, evitan una confrontación directa, por lo
que su falta de comunicación puede conducir a malentendidos,
enojos o resentimientos.
Ejemplo:
En el instituto, los compañeros de clase piden los deberes a la
misma chica todos los días para copiarlos. En lugar de negarse
a dejarlos, ya que ella hace todos los días el esfuerzo para
completarlos, permite que sus compañeros los copien.

Comunicación Agresiva
Estas personas interrumpen o expresan su opinión por encima
de los demás, invadiendo el espacio personal de sus
colaboradores. Hablan en voz alta y exigente, manteniendo un
contacto visual intenso y dominando o controlando a los
demás al intimidarlos, criticarlos o atacarlos.
Ejemplo:
Vas a donde tu hijo y le recriminas que sea un desordenado,
que no tenga consideración, que estas hasta de decirle que
recoja sus cosas cuando se baña, que no sabe convivir con los
demás.

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