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Nombre: Azami (ya no usa su

apellido desde que dejo su hogar)

Categoría: Tao

Raza: humana (Nephilim D'Anjayni)

Edad: 17

Lugar de nacimiento: Lannet

Concepto: La hija de la serpiente

Historia:

“Si toda tu vida le dices a alguien que


es un monstruo no te sorprendas si
empieza a actuar como uno”

Nacida en el seno de una familia


noble menor de Lannet como la
vergüenza y secreto de su clan, con
ojos rojos inyectados en sangre,
pupilas como de una serpiente y el
cuerpo cubierto de escamas blancas.

Encarcelada en una mansión en las


montañas, nunca vio a sus padres en
su juventud, ya fuera decisión de
ellos o del clan, con solo un par de
sirvientas para cuidar a la niña los
años pasaron implacables.

- Nada es eterno, los tiempos cambian, imperios caen e incluso los dioses mueren -

Es sorprendente la capacidad humana para adaptarse, eventualmente sus criadas que maldijeron su
destino de ser arrojadas a esta casa a cuidarla se acostumbraron a su apariencia y si algo tenia ese lugar
eran muchos libros, debió haber sido un almacén de manuales de artes marciales o algo que su cantidad
no era normal.

Una de sus sirvientas, la única que sabia leer se encargo de su educación, no fue la educación de una
señorita noble adecuada pero fue suficiente, aprendió mitos antiguos, a leer y a comportarse, si en algo
siempre fue buena era en comportarse como si no existiera, cuando llegaba alguien nueva era común
que olvidara donde estaba la pequeña aun si acabara de hablar con ella.

Y no era raro que llegara gente nueva, fue mucho tiempo el que le tomo entender a Azami que era ella
quien enfermaba a las personas, solo después de que empezó a prender artes marciales y los efectos se
volvieron mayores de un simple mareo, pero en ese tiempo cuando nadie sabia lo peligrosa que era
muchas enfermaron.
La primera vez que se supo su problema fue
cuando tenia mas de 12 años, habiendo crecido
con un cabello negro bien cuidado, si se ignoraba
sus escamas su piel era blanca como la porcelana
y a pesar de practicar artes marciales, o mejor
dicho gracias a eso su cuerpo era esbelto, y fue
justo en uno de esos entrenamientos que por
accidente se corto con una roca filosa, la sangre
goteo en el suelo marchitando el césped de
inmediato, nunca volvería a crecer nada hay.

La noticia no se extendió pero por cuidado


Azami se alejo de todos en la mansión, pidió que
le dejan la comida fuera de su habitación y ya
nadie le ayudara a bañarse o vestirse, las pocas
personas que mantenía cerca tenían prohibido
estar a menos de dos metros, y las medidas
funcionaron pues nadie volvió a enfermar en la
casa.

Sabiendo leer Azami también encontró nuevas


maneras de tratar su aburrimiento, como meta se
dio leer todo en el almacén, sin maestro logro
dominar lo básico de varias artes marciales, pero
la vida no es solo leer y practicar en una vieja
mansión.

- La vida es cambio y quien no lo busca le llega igualmente -

En una montaña cualquiera un grupo de soldados desertores con nada mas que una armas simples
esperaban ganaren la vida como bandidos de montaña, hay sin guardias se encontraba la vieja mansión,
con solo unas mujeres en su interior fue un objetivo fácil.

Rompieron la puerta y entraron al patio, con en caos todas lloraban mientras Azami estaba pálida
viendo lo que estaba pasando de la nada, los horrores que podían hacer los hombres pasaron por la
mente de todos hay, pero solo se necesito un golpe mal dado, un bandido que agitaba su espada como
un palo contara un poco el brazo de la persona que cuido a Azami toda su vida para que el infierno se
desatara, mientras la sangre empezaba a manchar la tierra y las mujeres gritaban, se hizo el silencio.

En en siguiente momento desde dentro de la mansión, en la oscuridad de una puerta entre abierta se vio
un ojo de reptil brillar en un rojo carmesí, Azami salto atravesando la puerta de papel hacia esa
persona, la ira llenaba su mente mientras los enfrento, los cortes de los hombres no eran capases de
atravesar su piel, agarraba sus armas con las manos desnudas y les rompió los huesos con sus golpes,
todos trataron de escapar, sirvientas y bandidos por igual pero estos últimos no tuvieron tanta suerte.

Como un akuma se deleito rompiéndoles cada extremidad, con la mirada que una dama noble nunca
debería hacer poso sus ojos en la persona que había saltado a proteger y apenas fue capas de desviar su
propia mano unos centímetros para no hacerle daño, golpeando la pared al lado de su cabeza.
La vida es cambio y algunos son mas
violentos que otros, después de ese día
decidió dejar el lugar donde creció, en
contra los deseos de su familia
simplemente empaco lo que pudo y se
fue, ya fuera tomando un barco a otro
país o solo a otra región de Lannet
comenzó un viaje sin rumbo.

Notas:

De personalidad calmada prefiere no


llamar la atención si es posible, suele
mantener una cara de poker todo el
tiempo.

Su comida favorita son las bolas de


arroz, su color favorito es el verde
aunque prefiere usar negro ya que el
verde no combina con sus ojos.

El lazo en su cabello es en realidad un


cinturón de artes marciales que
encontró en la bodega, aunque no fue entregado por ningún dojo mas o menos piensa que esta en ese
nivel (lo cual al menos en cierto como practicante de Taichi).

Mas que nada el concepto me vino leyendo mucho de los libros de Gaia 1-2 buscando ideas, recordaba
sobre el Aeon oscuro y me molo el concepto de su legado de sangre así que trabajando desde hay use
los otros para potenciar el concepto de “sangre de orochi” se puede pensar que todos vienen de ser
desentiende del Aeon oscuro.

También perdón por el lore extenso, se que decía que algo simple porque acaban de salir de casa y en
retrospectiva podría haber resumido todo en 3-5 párrafos pero estaba inspirado y me extendí, en mi
defensa de normal me gasto 5-6 paginas así que esto es corto.

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