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Pettit, P. 2013. The Rise of Modern Humans. En The Human Past. World Prehistory & the
Development of Human Societies. Ed. Thames & Hudson, pp. 125-140, 2da parte. Londres
Tabla 2. Fósiles africanos seleccionados, agrupados cronológicamente (datos de McBrearty y Brooks 2000)
Los Homo sapiens más tempranos
El primer grupo (1) está representado por material de sitios que incluyen Bodo en Etiopía,
Broken Hill (Kabwe) en Zambia, Eldansfontein (Saldanha) en Sudáfrica, y Ndutu en Tanzania.
Estos fósiles han sido clasificados variadamente como Homo heidelbergensis, H. leakey, H.
rhodesiensis, y H. sapiens arcaico. El cráneo de Bodo fue recuperado en 1976, en depósitos que
contenían instrumentos achelenses datados por el método de argón-argón entre hace 670.000 y
600.000 años atrás. Posee un número de rasgos característicos de H. ergaster, tales como una caja
craneana baja, esqueleto facial ancho y robusto, huesos relativamente gruesos, una frente “en
quilla” (i.e., con una protuberancia central) y un arco superciliar masivamente construido. El cráneo
de Bodo, sin embargo, presenta más similitud general con cráneos datados con posterioridad a
300.000 años atrás, particularmente en términos de capacidad endocraneana, que ha sido estimada
como cercana a 1300 cm3. Ésta es considerablemente mayor que la de H. ergaster, y muchos
estudiosos lo incluyen hoy en el mismo taxón (unidad de clasificación zoológica) como ejemplos
africanos y europeos de H. heidelbergensis o temprano H. sapiens (Rightmire 1998, 2001; Conroy
et al. 2000).
El cráneo de Bodo sugiere que el incremento gradual del cerebro (encefalización) estaba
ocurriendo en las poblaciones africanas tan tempranamente como hace 600.000 años atrás.
Desafortunadamente, no hay material fósil conocido que se date inequívocamente entre la edad de
Bodo y alrededor de 250.000 años atrás, y es solamente a partir de ese momento que la evidencia
fósil se hace algo más clara, con características anatómicas demostrablemente modernas,
particularmente en el cráneo, y clara asociación con conjuntos de la Middle Stone Age.
El cráneo notablemente completo de Broken Hill (Kabwe) (4.6) ha sido datado
bioestratigráficametne (i.e. basado en la presencia de fósiles de edad conocida en los niveles
estratigráficos; ver Recuadro Dataciones de homininos tempranos y su arqueología) entre ca.
700.000 y 400.000 años atrás, y fue originalmente clasificado como Homo rhodesiensis (“Hombre
de Rodhesia”). Históricamente, fue visto por algunos como un Neanderthal africano, aunque esto
puede ser descartado hoy. Posee, sin embargo, ciertos rasgos de H. ergaster, en combinación con un
número de características avanzadas que lo ligan a especímenes más tardíos, tales como la
morfología de su apertura nasal, paladar y región de la mandíbula, y las proporciones de la parte de
atrás del cráneo. Dada su edad y su aparente asociación con restos postcraneales (el esqueleto
debajo del cráneo), muchos de cuyos atributos se encuentran dentro del rango de los humanos
modernos, pude ser visto mejor como otro ejemplo del variado surgimiento de las características
humanas modernas en África.
En la granja de Elandsfontein cerca de la bahía de Saldanha en Sudáfrica, una calota craneana
(calvarium) de hominino (4.7) fue descubierta en 1953, asociada con instrumentos líticos
achelenses. Comparte algunas características primitivas con Homo ergaster, y se compara
cercanamente con el cráneo de Broken Hill (Rightmire 2000). Como comparte algunos rasgos tanto
con los humanos modernos como con los Neanderthales, podría representar su último antepasado
común, aunque de acuerdo con Richard Klein, la evidencia de enfermedad en los huesos hace difícil
evaluar este espécimen con confianza.
Un cráneo similar hominino fue descubierto en 1973 en Lago Ndutu, en el extremo occidental
de la garganta principal de Olduvai, Tanzania, también asociado con la industria achelense. Philip
Rightmire (2001) sugiere que la edad del material de Ndutu puede ser cercana a los 400.000 años
atrás, sobre la base de una correlación tentativa con la formación geológica Masek Beds en la
Garganta de Olduvai. Aunque fragmentario, la capacidad endocraneana del cráneo de Ndutu fue
estimada alrededor de 1100 cm3, y sobrevive suficiente de los arcos superciliares como para revealr
que es bastante proyectado, aunque no particularmente grueso; morfológicamente, es similar a los
fósiles de Elandsfontein y Broken Hill.
Un cráneo recuperado en Salé, Marruecos, que ha sido datado sobre base geológica y
bioestratigráfica en ca. 220.000 años atrás (Hublin 2001), también posee un número de rasgos
derivados modernos, a pesar de tener varias característica de Homo ergaster, incluyendo una
capacidad craneal de ca. 930 cm3, y se ajusta mejor a este grupo de los más tempranos Homo
sapiens.
4.6., 4.7. Los cráneos de Broken Hill y Elandsfontein: el cráneo de Broken Hill (Kabwe) del “Hombre de
Rhodesia” (arriab) y el cráneo de Elandsfontein (Saldanha) (a la derecha) poseen una mezcla de rasgos
característicos tanto del tardío Homo ergaster como del temprano Homo sapiens.
4.10, 4.11. Omo I y II: el cráneo reconstruido de Omo I (a la izquierda y el centro) y la calota craneana de Omo
II (arriba), procedentes de la formación Kibish en la cuenca del Omo, Etiopía. Note las características modernas
de Omo I, tales como un mentón pronunciado, región occipital redondeada (parte posterior del cráneo) y arcos
superciliares reducidos.
Otros fósiles de edad similar tienen el mismo mosaico de rasgos arcaicos y modernos. Los
depósitos de Ngaloba superior en Laetoli, Tanzania, que se ha estimado datan en algún momento
entre 150.000 y 90.000 años atrás sobre la base de la correlación geológica de los contenidos
minerales de la toba, proporcionaron un cráneo -Homínido de Laetoli (LH) 18 (4.12)- con claras
afinidades con el H. sapiens, tales como una capacidad craneana de ca. 1350 cm3 y proporciones del
occipital de H. sapiens, aunque el cráneo retiene algunos rasgos característicos reminiscentes de H.
ergaster, tales como una caja craneana larga y baja, y una frente baja, angosta (Bräuer y Leakey
1986; Day 1986). A pesar de esto, Philip Righmire (1989) cree que este fósil presenta aún evidencia
más firme que los de Omo de una presencia humana moderna en el este de África hace ca. 120.000
años atrás. El cráneo de Eliye Springs, posiblemente tan antiguo como entre 300.000 y 200.000
años atrás, se asemeja a LH18 en la morfología del occipital.
En el norte de África, cinco especímenes diferentes con una mezcla de rasgos arcaicos y
modernos fueron recuperados en la cueva Jebel Irhoud (también escrita Djebel Ighoud) en
Marruecos. Edades de resonancia de electro spin obtenidas sobre restos faunísticos aparentemente
asociados sugieren una edad para ellos de entre ca. 190.000 y 90.000 años atrás, y datos
bioestratigráficos sustentan esto (Hublin 2001). El cráneo y calota de este sitio (Irhoud I y 2
respectivamente) muestran un conjnto notable de rasgos arcaicos y modernos, y fueron vistos por
algunos como evidencia de Neanderthales africanos, pero esta visión está hoy desacreditada (Hublin
1993; 2001). Irhoud I es un cráneo grande con una capacidad endocraneana en algún lugar entre
aproximadamente 1300 y 1480 cm3, y es moderna en forma. Posee una cara grande y plana similar a
los especímenes israelíes de Skhül y Qafzeh del grupo 3 (ver debajo), y en muchos aspectos cae
dentro del rango de variación de los humanos modernos tempranos. En varias maneras, Irhoud 2 es
aún más avanzado, y es probable que los dos vengan de la misma población. Una mandíbula juvenil
rota (Irhoud 3) y la diáfisis medial de un húmero (Irhoud 4) están también dentro del rango del
tamaño humano moderno. De manera importante, ninguno de los fósiles de Irhoud tiene ninguno de
los rasgos que son únicos de los Neanderthales. Dado este hecho y un número de las características
superpuestas con los humanos modernos tempranos, ellos pueden ser excluidos de una población
europea Neanderthal. Una caja craneana de las riberas del Nilo Azul en Sinaga en Sudán puede
también reflejar una situación similar a los restos de Jebel Irhoud, aunque una condición patológica
que afectó el crecimiento de los huesos y resultó en lados del cráneo relativamente gruesos y anchos
confunde. Ha sido datado por un número de series de uranio (ver recuadro de Datación por series de
uranio) y resonancia de elecro spin, lo que lo ubica en el rango entre 145.000 y 95.000 años atrás.
Combinando las series-U y las dataciones de RES, los excavadores prefieren una datación para el
cráneo de más de 130.000 años atrás.
4.12. Cráneo del homínido LH-18: este cráneo de los depósitos del Ngaloba superior en
Laetoli, Tanzania, data entre hace 150.000 y 90.000 años atrás. El individuo poseía una
morfología en gran parte moderna, mientras que retiene algunos rasgos arcaicos. Note
el gran volumen endocaneal y el occipital redondeado (atrás)
4.14. Entierros de Qafzeh: Qafzeh 9 (adulto, interpretado como mujer) y Qafzeh 10 (infante) fueron aparentemente
enterrados en la misma tumba, en la terraza de Jebel Qafzeh cerca de Nazareth, Israel. Con dataciones entre 110.000 y
90.000 años atrás, los numerosos entierros de Qafzeh son en muchos aspectos anatómicamente modernos.
Las claves genéticas de los orígenes de los humanos modernos