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Capítulo 5: LA SEGUNDA OPERACIÓN DEL ENTENDIMIENTO.

§17. PROPOSICIÓN, JUICIO y ORACIÓN.

Juzgar es la segunda operación del entendimiento. Por ella un concepto llamado


predicado, es atribuido –afirmado o negado– a un sujeto. Si yo digo "Dios es sabio", atribuyo la
sabiduría a Dios. Esta operación intelectual supone otra previa, la captación o aprehensión de
los conceptos de Dios y de la sabiduría que son el resultado, como hemos visto, de la
abstracción. Por eso ésta recibe el nombre de primera operación del entendimiento, mientras que
el juicio es la segunda. El resultado del acto de juzgar es el juicio o proposición mental cuya
expresión lingüística es la proposición oral o escrita, también llamada oración.
El elemento nuevo que el juicio añade a los conceptos que lo integran es la atribución
de una cosa a otra, por la cual se asevera que la realidad significada por los conceptos es de una
determinada manera. La afirmación asevera que las cosas representadas por esos conceptos
están unidas o compuestas en la realidad. La negación, en cambio, asevera que están separados
o no unidos. De ahí que el juicio tenga la propiedad de ser verdadero o falso. Porque cabe
afirmar la unión de lo que está en la realidad unido (y entonces el juicio es verdadero) o afirmar
la unión de lo que está separado (y entonces el juicio es falso). Y lo mismo ocurre con la
negación. En el concepto, mera aprehensión intelectual, no hay verdad ni falsedad. Los puros
conceptos hombre o perro, no son verdaderos ni falsos, sino que se limitan a significar cosas.
Pero, si digo ‒ por ejemplo – “el hombre es racional” o “el perro no es animal” tendré una
verdad en el primer caso y una falsedad en el segundo, dependiendo de la manera en que están
unidas las cosas reales.

Aristóteles decía: “Falso es decir que lo que es, no es y que lo que no es, es; verdadero que lo que
es, es y que lo que no es, no es” (Met. IV, 7, 1011b2). Para expresar eso mismo de manera más
clara Santo Tomás tomó del filósofo judío Isaac Israeli (s. X) la famosa definición de verdad como
“adecuación de la cosa y el entendimiento” (adaequatio rei et intellectus) (De Verit. 1, 1c).

§18. MATERIA Y FORMA DE LA PROPOSICIÓN

En el juicio o proposición mental cabe distinguir la materia, el contenido o asunto de


que trata, y la forma que ordena esa materia y le confiere su especial estructura. Así, el juicio
"todo leopardo es felino" es de materia zoológica, pero su forma es la afirmación universal. De
igual manera, en la oración, cabe distinguir entre su materia y su forma.
La materia está principalmente dada por los términos que hacen de sujeto y de
predicado, y la forma aparece en las diversas maneras en que se enlazan los términos. Los
elementos mínimos que forman parte de una proposición como "el hombre es mortal", son los
términos que ofician de sujeto y de predicado (en nuestro ejemplo, hombre y mortal
respectivamente), y la cópula "es". Estos tres elementos son necesarios a todo juicio; sin
embargo, hay proposiciones que aparentemente omiten uno o más de estos elementos. Así, si yo
digo: "Dios existe", parece faltar el término predicado; sin embargo, la expresión de esta
proposición sería: "Dios es existente", en la que aparecen claramente los tres términos.

Más difícil es encontrar estos tres elementos en proposiciones como "llueve", "nieva", etc., que
en una sola palabra expresan todo un juicio. Se trata en estos casos de juicios de existencia en los
que se afirma la realidad o existencia actual del fenómeno llover o nevar.

La proposición puede constar, además de éstos elementos, de otros como los


sincategoremas "todo" o "algún", "no", "necesariamente", por cuya virtud se establecen las
diversas clases de proposiciones, como seguidamente veremos,

§19. DIVISIÓN DE LAS PROPOSICIONES


La división más general de las oraciones y de los juicios por ellas expresados, atiende a
las partes de que principalmente constan, que pueden ser términos o proposiciones. Se llaman
proposiciones categóricas las que tienen como partes principales el sujeto, el predicado y la
cópula o verbo ser. Por el contrario, son hipotéticas aquéllas cuyas partes principales son
proposiciones, unidas entre sí en última instancia por medio de conjunciones como "o", "y" o
"si... entonces", que son, como sabemos términos sincategoremáticos. Por ejemplo, "el cuervo
es un ave" es categórica, porque tiene como partes dos términos unidos por el verbo ser. En
cambio "si el león ruge, entonces las gacelas se asustan" se divide inmediatamente en dos
proposiciones "el león ruge" y " las gacelas se asustan" unidas por "si ... entonces".
Las oraciones categóricas se subdividen, a su vez, atendiendo a diferentes puntos de
vista, de los que resultan clasificaciones distintas. Estos puntos de vista son la cantidad, la
cualidad y la modalidad.
Se entiende por cantidad la amplitud de la extensión con que se toma el sujeto de la
proposición y, por consecuencia, la amplitud de la afirmación. En razón de la cantidad se
dividen las proposiciones en universales, particulares, indefinidas y singulares. Las primeras
tienen un sujeto universal que se toma en toda su extensión; en las segundas solamente se toma
en parte; las terceras son proposiciones con un sujeto universal, pero sin que se precise la
extensión en que se toma; las proposiciones singulares son las que tienen un término que
significa un individuo como sujeto. Todo hombre es mortal y ningún perro es ovíparo son
proposiciones universales. Algún perro es blanco es proposición particular. El castaño es
caducifolio es una proposición indefinida y, en fin, Juan es sabio, esta madera arde son
proposiciones singulares.
Se entiende por cualidad la relación de conveniencia o no conveniencia que media entre
predicado y sujeto. Atendiendo a la cualidad, las proposiciones se dividen en afirmativas, si el
vínculo que establece es positivo o expresa la composición del sujeto con el predicado y éste, en
su extensión, al sujeto, y negativas, si ese vínculo es de exclusión o significa una separación. El
hombre es corpóreo es una proposición afirmativa: el hombre no es espíritu puro es una
negativa.
Combinando las clases de proposiciones que resultan de estas dos clasificaciones,
tenemos una división cuádruple, que será de mucha utilidad en nuestro futuro estudio del
razonamiento y el silogismo. Los lógicos, por la misma necesidad y frecuencia de este empleo,
han simbolizado por medio de letras , como método de simplificación, cada una de las cuatro
clases de proposiciones resultantes. Son éstas:

Proposiciones universales afirmativas (todo hombre es mortal) = A


Proposiciones universales negativas (ningún hombre es mortal) = E
Proposiciones particulares afirmativas (algún hombre es mortal) = I
Proposiciones particulares negativas (algún hombre no es mortal) = O

Se han escogido estas letras como símbolo de cada una porque son respectivamente las dos primeras
vocales de las palabras latinas affirmo y nego (A e I simbolizan a las afirmativas; E y O, a las negativas).

Las proposiciones categóricas se dividen por la modalidad según el vínculo entre sujeto
y predicado esté o no modificado por las llamadas modalidades, que se expresan por medio de
los sincategoremas "necesariamente", "posiblemente", "contingentemente" y "imposiblemente".
Las que sin modificación afirman un predicado de un sujeto se llaman de inherencia, por
ejemplo, Juan es hombre. Las que establecen la modalidad o modo en que se unen predicado y
sujeto se unen se llaman modales. Por ejemplo, Dios es necesariamente uno, es imposible que
un círculo sea cuadrado, posiblemente yo terminaré la carrera, y es contingente que yo exista.

Las proposiciones hipotéticas se subdividen principalmente en condicionales y disyuntivas,


según la partícula que une las proposiciones de que constan sea respectivamente "si...entonces"
u "o", u otras partículas de igual significado. Por ejemplo, son hipotéticas “si no llueve,
entonces los alumnos” (que también puede expresarse diciendo, por ejemplo, “en el caso de
que no llueva, los alumnos saldrán de paseo”). En cambio, “los alumnos saldrán de paseo o se
quedarán en la biblioteca” es disyuntiva.

El siguiente cuadro recoge las divisiones mencionadas:

universales
Por la particulares
cantidad indefinidas
singulares

Proposiciones
Categóricas Por la afirmativas
Proposiciones cualidad negativas

Según haya, de inherencia


o no, modalidad modales

condicionales
Proposiciones hipotéticas
disyuntivas

§20. LOS CONCEPTOS DENTRO DEL JUICIO: LOS PREDICABLES

Hemos considerado arriba el concepto y el término en sí mismo, en sus divisiones y


relaciones. Conviene ahora considerar dos teorías que se ocupan de los términos y conceptos en
función de su papel dentro de la proposición. La primera de ellas atiende a la comprensión o
intensión de los conceptos. Se trata de la teoría de los predicables de Aristóteles que fue
popularizada en la Isagogé de Porfirio. La segunda, que atiende más bien a la extensión es la
teoría de la suposición de los términos, elaborada por los escolásticos del siglo XIII.
La teoría de los predicables establece una clasificación de los conceptos relativa al
sujeto del que se dicen con verdad en una proposición afirmativa. Los conceptos tienen una
compresión o conjunto de notas involucrados en él, que pueden ser notas esenciales
(constitutivas de su esencia), notas consecutivas (implicadas por su esencia) o, finalmente notas
adventicias o contingentes que no están conectadas con la esencia. Pues bien, los conceptos que
son verdaderos de un sujeto expresan siempre alguna de estas notas, de modo que podemos
distinguir esos predicados según lo que del sujeto manifiesten. Estas maneras diversas que el
concepto tiene de ejercer de predicado, según lo que exprese de la comprensión del sujeto, son
lo que llamamos los predicables.

Un término o concepto universal puede atribuirse a un sujeto de manera que exprese …

total, y ello constituye el predicable: especie

su esencia en lo que tiene de común con otras especies coordinadas:


género
parcial
en lo que tiene de especial o constitutivo de esa especie:
diferencia

pero que brota de ella y la acompaña siempre: propio


algo no esencial
que es contingente: accidente
Especie, género, diferencia, propio y accidente son, pues, los predicables o modos de
predicación. Pueden definirse de este modo:

Especie: es el concepto universal que manifiesta la esencia, o naturaleza común, completa


de un sujeto. Así, por ejemplo, si digo Juan es hombre, predico hombre como especie de
Juan.

Género: es el concepto universal que expresa de un sujeto la parte de su esencia común a


su especie y a otras especies coordinadas. Así, si digo el hombre es animal (ser animado),
expreso su género, es decir, el universal más general, anterior y común a su especie y a las
otras especies coordinadas (gatos, ardillas, etc.).

Diferencia: es el concepto universal que expresa de un sujeto la parte de su esencia propia


y característica de su especie. Así, si afirmo el hombre es racional, predico racional como
lo que posee de típico y diferencial la especie hombre. Obsérvese que el género próximo
unida a la diferencia da como resultado lo que se llama la definición y que es idéntico a la
especie: animal racional = hombre.

Propio: es el concepto universal que manifiesta del sujeto de que se predica algo que, sin
pertenecer a su esencia, se deriva de ella y la acompaña siempre. Si digo que el hombre es
un ser que ríe, o que habla, indico unas cualidades que resultan de la racionalidad, aunque
no son ella misma.

Accidente, en fin, es el concepto universal que al decirse de un sujeto expresa algo que se
da contingentemente en él y que es, por tanto, ajeno a su esencia. Así, si digo que Juan es
rubio, expreso algo que es de hecho, pero ninguna relación guarda con la esencia de Juan.

Los predicables esenciales permiten ordenar los conceptos, formando lo que se llama un
árbol de Porfirio (filósofo neoplatónico del s. III). El esquema adjunto representa el árbol de la
substancia, que enlaza este género supremo, o categoría, con los individuos substanciales como
Juan y Pedro, pasando por el ser corpóreo, viviente, animal y racional u hombre.

individuos Juan Pedro Marta

especie hombre

diferencias racional irracional

género (1º) animal

diferencias sensitivo no sensitivo

género (2º) viviente

diferencias animado inanimado

género (3º) cuerpo

diferencias material inmaterial

género supremo o categoría substancia


§21. LA SUPOSICIÓN DE LOS TÉRMINOS

Un término unívoco, es decir, con un solo significado, puede estar puesto en lugar de
cosas diversas cuando se emplea en el contexto de proposiciones diferentes. Así tigre tiene
cinco letras y el tigre es carnívoro son dos proposiciones que contienen el mismo término
"tigre" con el mismo significado, pero que está puesto, en un caso, por la palabra misma (no es
el animal el que tiene cinco letras, sino la palabra que lo designa) y, en otro, por la cosa
significada. Esta observación es la que dio lugar a la teoría de la suposición, que adquirió una
gran importancia entre los lógicos escolásticos.
Se entiende por suposición la acepción del término por relación al contexto o a la
proposición en que se encuentra. Según sea una u otra la suposición los términos estarán puestos
en representación de unas cosas u otras. De la gran cantidad de suposiciones que un término
puede tener según los lógicos medievales, sólo veremos algunas que nos convienen para el
estudio del razonamiento.
La suposición puede ser material o personal. Material es la suposición de los términos
que se toman en lugar de sí mismos, esto es en lugar de la palabra misma. Por ejemplo, cuando
decimos matemática es esdrújula, el término "matemática" tiene suposición material. Personal
en cambio es la suposición de los términos que están puestos por las cosas significadas. Por
ejemplo, "hombre" en los hombres son mortales.
La suposición personal tiene muchas subdivisiones. Sólo nos quedaremos con la
distinción entre suposición determinada, que también llamaremos particular y la suposición
distributiva o universal. La primera es la suposición de los términos que están puestos por
algunos de los individuos que caen bajo la extensión del término en cuestión. Tienen esta
suposición los sujetos de las proposiciones particulares y los predicados de las proposiciones
afirmativas. Por ejemplo, en la proposición algún gato es blanco, tanto gato como blanco
suponen particularmente, puesto que en dicha proposición sólo se trata de algunos de los
individuos que pertenecen a la extensión de gato y de blanco.
Tienen suposición distributiva o universal los términos que en una proposición están
usados en lugar de todos y cada uno de los individuos de su extensión. Tal suposición es la de
los sujetos de las proposiciones universales y de los predicados de las negativas. Por ellos
decimos que en la proposición ningún gato es reptil tanto el sujeto como el predicado suponen
universalmente, dado que en dicha proposición se dice que cada uno de los gatos no se
identifica con ninguna de las cosas que están bajo reptil.

§22. CONVERSIÓN DE PROPOSICIONES

Toda vez que la lógica, en el aspecto que tiene práctico como arte, se pone al servicio de
la dialéctica, o arte de la discusión y del razonamiento, existen ciertas operaciones lógicas que
sirven –o pueden servir en casos– para aclarar las proposiciones y las argumentaciones (véase
§28). Una de estas operaciones es la que en lógica se conoce con el nombre de conversión de las
proposiciones.
Convertir una proposición categórica consiste en permutar el sujeto y el predicado de
forma tal que se mantenga su verdad y la cualidad que tenga (que sea afirmativa o negativa); es
decir, que si se había partido de una proposición verdadera y negativa, lo sea también la
resultante. Así, ningún perro es racional se convierte en ningún racional es perro y la nueva
proposición mantiene la verdad y la cualidad de negativa de la primera.
Pero no en todas las proposiciones se puede trocar sujeto y predicado conservando estos
caracteres; si, por ejemplo, tengo la proposición todo hombre es mortal, que es verdadera, la
resultante de permutar sujeto y predicado todo mortal es hombre, no es ya verdadera puesto que,
como es obvio, hay muchos mortales que no son hombres. Para poder realizar la conversión en
todas las proposiciones existen tres métodos diferentes, de los cuales unos convienen a una clase
de proposiciones, y otros a otras. El primero de estos métodos es el que llamamos conversión
simple, consistente en permutar, sin más, sujeto y predicado. El primer ejemplo que pusimos lo
era de conversión simple.
El segundo es el que llamaremos conversión accidental, y consiste en cambiar el
predicado y el sujeto, pero haciendo además que varíe la cantidad de la nueva proposición
resultante, es decir, que de universal se haga particular. Así, por ejemplo, de todo hombre es
bípedo se forma por este método la proposición convertida algún bípedo es hombre, que se
mantiene en la verdad o legalidad que determina la anterior.

El tercer método, en fin, estriba en permutar sujeto y predicado haciéndolos “infinitos”


(es decir precedidos cada uno de ellos por una negación). Este método, que no es
propiamente una conversión puesto que no se conservan los mismos términos, se arbitró
para convertir las proposiciones en O (particulares negativas), que no se pueden convertir
por los métodos anteriores. Sea la proposición algún europeo no es francés. De ella
resultará algún no francés no es no europeo.

Como hemos dicho, no sirve cualquiera de estos sistemas para cualquier clase de
proposiciones. Los lógicos medievales dejaron unos versículos latinos para recordar fácilmente
el método que conviene a cada clase de proposición. Son así:

simpliciter FECI convertitur.


EVA per accidens.
ASTO per contra:
Sic fit conversio tota.

Las palabras FECI, EVA y ASTO son puramente mnemotécnicas: no significan nada,
sino que sirven sólo para hacernos recordar las vocales de cada una. Ello quiere decir que las
proposiciones en E y en I (universales negativas y particulares afirmativas) se pueden convertir
simplemente, que las en E y en A (universales negativas y universales afirmativas) lo hacen por
conversión limitada, y que las en A y en O (universales afirmativas y particulares negativas) les
conviene la conversión por contraposición.

§23. FORMAS DE OPOSICIÓN DE LAS PROPOSICIONES

Cuando dos proposiciones tienen distintos predicado y sujeto son dispares entre sí, sin
posible comparación. Cuando su sujeto y su predicado coinciden, pero una es afirmativa y la
otra negativa, dícense opuestas entre sí.
Entre las proposiciones categóricas de inherencia (las que hemos representado por las
letras AEI y O en l apartado 20) caben tres tipos de oposición, dependiendo de la cantidad de
esas proposiciones
Cuando las opuestas son ambas universales, se llaman contrarias entre sí. Así se oponen
las proposiciones en A y en E (todo hombre es mortal y todo hombre no es mortal, o, lo que es
lo mismo, ningún hombre es mortal). Cuando ambas son particulares, se denominan
subcontrarias. Tal es el caso de las en I y en O (algún hombre es mortal y algún hombre no es
mortal). Las que, en fin, se oponen teniendo cantidad diferente se llaman contradictorias. Así,
las en A y en O, y las en E y en I (todo hombre es mortal y algún hombre no es mortal, o bien,
ningún hombre es mortal y algún hombre es mortal). Cuando las proposiciones difieren sólo en
cantidad, no son propiamente opuestas pues su cualidad es la misma. Conviene, sin embargo
señalar que las particulares se llaman subalternas respecto de la universal de igual cualidad.
Ésta es la oposición que media entre las en A y en I y entre las en E y en O (todo hombre es
mortal y algún hombre es mortal, o bien, ningún hombre es mortal y algún hombre no es
mortal). El adjunto esquema aclara gráficamente la oposición:
A E
Todo hombre es blanco contrariedad Ningún hombre es blanco

subalternancia contradictoriedad subalternancia

I O
Algún hombre es blanco subcontrariedad Algún hombre no es blanco

§24. LEYES DE LA VERDAD EN LA OPOSICIÓN.

Las distintas formas de oposición de las proposiciones categóricas de inherencia


originan un mutuo condicionamiento de su verdad, lo que ha llevado a la enunciación de unas
leyes de oposición que expresan ese condicionamiento. Estas leyes son:

A) Leyes relativas a las proposiciones contradictorias:


1ª Dos proposiciones contradictorias no pueden ser ambas verdaderas.
2ª Dos proposiciones contradictorias no pueden ser ambas falsas.

Regla: Si una proposición es verdadera, su contradictoria será siempre falsa; si es falsa, su


contradictoria será verdadera.

B) Leyes de las contrarias:

1ª Dos proposiciones contrarias no pueden ser ambas verdaderas.


2ª Dos proposiciones contrarias pueden ser ambas falsas.

Regla: Si una proposición universal es verdadera, su contraria será falsa; pero si es falsa, su
contraria puede serlo también.

C) Leyes de las subcontrarias:

1ª Dos proposiciones subcontrarias no pueden ser ambas falsas.


2ª Dos proposiciones subcontrarias pueden ser ambas verdaderas

Regla: Si una proposición particular es falsa, su subcontraria ha de ser verdadera; si es


verdadera, su subcontraria puede o no serlo.

D) Leyes de las subalternas:

1ª Si una proposición universal es verdadera, su subalterna particular también lo es, pero no a la


inversa.
2ª Si una proposición particular es falsa, su subalternante universal es falsa, pero no a la inversa.

§25. EQUIVALENCIA DE LAS PROPOSICIONES

Son equivalentes dos proposiciones que, con distintas palabras, significan sin embargo,
lo mismo, es decir, representan un mismo juicio.
Se conoce por equivalencia o equipolencia, una operación lógica consistente en hacer
que signifiquen lo mismo (que equivalgan) proposiciones opuestas entre sí. Esto se logra
mediante la introducción de una o dos negaciones en una de ellas, en la forma que establecen las
llamadas reglas de equivalencia, propias para cada una de las clases de oposición que ya
conocemos.
Las proposiciones contradictorias se hacen equivalentes anteponiendo una negación a
una de ellas. Así, la proposición todo hombre es mortal es equipolente a no algún hombre no es
mortal, que se obtiene añadiendo, de la forma indicada, un no a algún hombre no es mortal, que
es la contradictoria de la original.
Las proposiciones contrarias se hacen equivalentes posponiendo una negación al sujeto
de una de ellas. Así, de la proposición todo hombre es mortal resulta, por ese medio, todo
hombre no es mortal, que significa lo mismo que su contraria ningún hombre es mortal.
Las subalternas, en fin, se hacen equivalentes anteponiendo y posponiendo una
negación al sujeto de una de ellas, aunque resulta una expresión retorcida y poco clara. Así,
transformando la proposición algún hombre es mortal en no algún hombre no es mortal se
obtiene la equivalencia con su subalterna todo hombre es mortal. No existe medio para hacer
equivalentes a las subcontrarias.

La siguiente fórmula mnemotécnica ayuda a recordar las reglas de la equivalencia:

Prae contradic (negación antes del sujeto en las contradictorias)


Post contra (negación después, en las contrarias).
Prae-postque subalter (negación antes y después, en las subalternas)
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Ejercicios cap.5

1) La contraria de todo hombre es animal es: a) Ningún animal es hombre, b) Ningún hombre es
animal, c) Algún hombre no es animal.

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2) ¿Pueden dos proposiciones contrarias ser verdaderas a la vez?

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3) ¿Cuál es la conversa de todo hombre es mortal? Señale la clase de conversión que se emplea.

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4) Hallar las opuestas, las conversas y las equivalentes de la proposición siguiente: Todo reptil
es ovíparo.

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5) Indicar qué clases de oraciones son las siguientes:

a.- Como mucho o adelgazo


b.- Ningún animal teme la muerte.
c.- Que existan marcianos es imposible.
d.- El hombre es un ser extraño

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6) Señale en las proposiciones que siguen cuál es la suposición de los términos subrayados

a.- Todo perro es animal


b.- Animal es trisílaba
c.- Algún español no es profesor
Respuesta a los ejercicios
Tema 2, capítulo 1

1) Boecio trata de la conexión que existe entre la lógica y la filosofía. Su postura es un tanto
ecléctica (cf. §6): de una parte, mantiene lo que decía Aristóteles, para quien la lógica es un
instrumento o herramienta de la filosofía, sin formar parte de ella (cf. § 4 y 10), y la postura que
ha prevalecido en la organización académica de los saberes desde sus inicios, que coloca a la
lógica entre las partes de la filosofía (cf. §4: división según Wolff).

2)Universal o común, simple y concreto

3)Abstracto

4) Equívoco

5) Análogo con analogía de atribución, cuyo primer analogado es "sano" entendido como el
animal que tiene salud.

6) "Zapato": término unívoco, categoremático, nombre


"Porque": término sincategoremático
"Traslada": término unívoco, categoremático, verbo
"y": término sincategoremático

7) grande/pequeño: diversos, conexos, opuestos relativos (una cosa es grande sólo por relación
a otra que es más pequeña)
hombre/animal: diversos, conexos, que se implican
perro/sentado: diversos inconexos
abrigo/gabán: idénticos
Cuadros esquemáticos cap. 3 y 4 (suplementos)

DIVISIÓN DE LA LÓGICA:

de la primera operación (concepto)


Lógica formal de la segunda operación (juicio)
(razonamiento válido) de la tercera operación (raciocinio)
Lógica
Lógica material (razonamiento demostrativo)

Dialéctica (disputa)

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DIVISIÓN DE LOS CONCEPTOS

universales
desde el punto de vista de la extensión
singulares
Conceptos abstractos
simples
desde el punto de vista de la comprensión concretos
complejos

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RELACIONES ENTRE CONCEPTOS

son idénticos
se implican
Relaciones son conexos oposic. contradictoria
entre son diversos se oponen oposición contraria
conceptos por oposición correlativa
oposición privativa
son inconexos

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DIVISIÓN DE LOS TÉRMINOS

unívocos
Por el modo en que significan equívocos
Términos análogos

sincategoremáticos
En cuanto partes de la enunciación nombres
categoremáticos
verbos

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