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ROMPIENDO NUESTRAS LIMITACIONES

LUCAS 5: 17-24

EL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL.

Lucas 5:17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y
doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y
Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.

El discernimiento es una habilidad valiosa en la vida, ya que nos permite tomar


decisiones importantes con serenidad y confianza, sin caer en la indecisión o el miedo.
Además, nos permite vivir en armonía con nuestros valores y principios, y nos ayuda a
alcanzar una vida plena y satisfactoria.

¿No le parece extraño que a veces tengamos dificultad en determinar la diferencia entre
el bien y el mal? Y a veces nos dejamos engañar por lo que oímos y vemos.
Creemos que las cosas son lo que parecen ser, pero en la época en que vivimos no
podemos permitirnos eso.
Lo que somos padres, ni nuestros hijos, ni nuestros nietos. De hecho, todo el
país, nosotros como nación, no podemos permitirnos tomar decisiones sin
discernimiento. Surgen problemas muy graves al no basar nuestras decisiones en el
discernimiento sabio, sino en las apariencias, cosas que son pasajeras, sin pensar en las
consecuencias futuras.
¿Es eso cierto en su vida? ¿Que ha tomado muchas decisiones sin pensar en las
consecuencias? Pues, David elevó una oración al Padre que todos deberíamos hacer.
Salmos 119:65-66 Nueva Traducción Viviente
65
SEÑOR, has hecho muchas cosas buenas a mi favor tal como lo prometiste.
66
Creo en tus mandatos; ahora enséñame el buen juicio y dame conocimiento.

Qué hay bajo la superficie, tiene que ver con poder escuchar lo que dice alguien y
también lo que no dice, es investigar bien algo y no darlo por sentado, es
evaluar, distinguir, es ver muy a fondo para descubrir la verdad, y Dios desea que cada
uno de sus hijos tenga discernimiento espiritual.
Lo que me gustaría hacer es que lo examinamos a la luz de esto, y es en primer lugar,
¿por qué hay que discernir? ¿Hay exceso de información? Veámoslo desde esta
perspectiva.

Para vivir en la voluntad de Dios,


El discernimiento dice, en verdad, puedo entender lo que Dios está diciéndome, Dios
tiene una voluntad, un propósito y un plan para cada uno de nosotros sin excepción.
La pregunta es, ¿conocemos su plan? ¿Entendemos su propósito para nuestra
vida? Alguien dirá, ¿cómo saberlo? Dios está dispuesto a decirlo, está dispuesto a
mostrarnos, está dispuesto a hacerlo, más claro que el agua, por la sencilla razón de
que fue Dios quien diseñó el plan. Dios sabe qué es lo mejor, pero sin discernir, cuando
nos habla Dios y cuando somos nosotros mismos, ¿cómo sabremos si andamos en la
voluntad de Dios o si hacemos su voluntad? Es muy importante que tengamos buen
juicio.
Es esencial para distinguir la verdad del error.
Si no podemos distinguir la verdad del error, tomaremos decisiones que nos saldrán
caras. Pueden ser decisiones de índole económica o interpersonal, en el caso que sea.
Eso significa que debemos aprender a escuchar lo que nos dice Dios ya discernir que es
verdad y que es error.
Ahora, hay mucha gente que mezcla verdad con error. Hay sectas, grupos y otros que
hacen eso.
Mezclan suficiente verdad con error que si uno solo escucha lo que suena bien, que
quizás ya le han enseñado, pero no capta esta otra parte y luego tendrá confusión. Por
eso es tan importante tener discernimiento para poder juzgar bien, para conocer la
verdad.
El discernimiento es esencial para evitar que el pecado nos engañe.
El pecado es algo muy persuasivo y convincente. En la vida también hay muchas cosas
que parecen ser placenteras, pero la satisfacción es solo momentánea.
Y el discernimiento espiritual nos ayuda a preguntarnos, ¿cuáles son las consecuencias
de esta acción?
Cuando el mundo habla de placer, solo habla del placer que es temporal, o hace
promesas que en verdad no puede cumplir en el futuro.
Así que alguien que discierne se pregunta, ¿cuáles son las consecuencias que acarreará
esta acción? ¿Cuáles son las consecuencias de esta compra? Es decir, ¿qué viene a raíz
de eso? El espíritu que discierne no se detiene solo en lo que ve y lo que escucha o
siente en ese momento.
Hoy por hoy es peligroso vivir sin discernimiento espiritual, y eso es lo que Dios les
ofrece a sus hijos.
Es esencial para distinguir entre lo bueno y lo mejor. Y mucha gente dice,
bueno, con que me vaya bien es suficiente.
La palabra de Dios no dice eso, porque somos seguidores de Cristo y porque Él vive
dentro de nosotros y porque el Espíritu Santo mora en nosotros. Dios espera lo mejor de
nosotros y que demos lo mejor en todo lo que hagamos. No significa que sea mejor que
alguien más, sino lo mejor de nosotros.
Y pasa lo siguiente. Si nos conformamos con lo bueno, nunca nos esforzaremos por lo
mejor. Debemos preguntar, Señor, ¿quieres que llegue hasta aquí o tienes algo más de
lo que ni siquiera estoy al tanto? Si alguien tiene discernimiento espiritual, no emite
juicios rápidos y superfluos.
A veces sí hay que juzgar a prisa. Tener discernimiento espiritual es estar protegidos,
pero la verdad es que si no lo tenemos, es como ir a la batalla sin escudo y sin arma.
Entonces, menciono una decisión de la que quiero excluir por completo a Dios. Quizás
alguien diga, bueno, seguro hay decisiones por las que no hay que preguntarle a
Dios. En algunas decisiones, la razón por la que no le preguntamos a Dios es porque ya
lo hemos hecho y ya sabemos su respuesta.
Hay cosas más claras que el agua, buenas, malas, pero hay muchas cosas que en
nuestra mente pueden ser ambiguas, pero no en la mente de Dios. Alguien dirá, ¿acaso
todo es blanco y negro? No siempre. Por eso es necesario el discernimiento espiritual.
Señor, ¿cuál es tu voluntad? ¿Qué quieres que haga en esta situación en
particular? Asimismo, es esencial para distinguir entre legalismo y libertad. Mucha
atención.
Es esencial para distinguir entre legalismo y libertad, Legalismo es esto. Es la
presión de preferencias personales que imponemos sobre otras personas como
mandatos morales de Dios.
A veces eso es lo que sucede en realidad.
Pero tener discernimiento espiritual no es ser legalista. Es querer hacer lo correcto para
agradar y honrar a Dios, no importa lo que requiera de nosotros. Así, por lo
general, cuando alguien insiste en que se interprete la Biblia de cierta manera, debemos
preguntar, Señor, ¿cuál es la voluntad del Padre? ¿Qué me estás diciendo? Creo que la
gente no se da cuenta de que tener la Biblia es tener la base del discernimiento
verdaderamente sabio.

De la misma manera, es esencial para reconocer cuando Dios nos habla. Si yo le


preguntase, ¿sabe usted cómo escuchar a Dios? ¿Qué respondería? ¿Sabes cómo
escuchar la voz de Dios? Quizás diga, no sé si Dios me está hablando. Claro que sí.
Mire, Dios le creó con un plan propósito y voluntad para su vida. No sería propio del
carácter de Dios no estar dispuesto a hablarle para darle dirección y guías claras en
cada aspecto de su vida. Dios sí nos habla.
La pregunta es, ¿sabemos cómo escucharlo? Porque al aprender a escuchar a Dios,
tenemos discernimiento espiritual y Dios nos ayuda a distinguir entre lo que deseo y
siento de su voluntad, propósito y plan en cada situación.

Es nuestra mayor protección, no sólo para nuestros hijos, sino para nuestro diario
vivir. Entonces, al considerar nuestra vida personal cuando Dios nos habla.
Dios sí habla, sí da discernimiento, pues su voluntad es que tomemos decisiones
sabias. Así que hay que observar más allá de lo que vemos, sentimos y oímos para
poder verlo de la manera como lo ve Dios. Ahora,

¿CUÁL ES LA FUENTE DEL VERDADERO DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL?


Bueno, en primer lugar, el verdadero discernimiento es un don de Dios. Cristo le
dijo a sus discípulos en el aposento alto la noche antes de ascender, les dijo, les
enviaré al Consolador, es el Espíritu Santo, estará en, con y sobre ustedes. Él los
facultará, Él les dará dirección y Él les hará recordar cosas, les ayudará a entender la
verdad. Esa es la promesa que tenemos todos los creyentes sin excepción.
Tenemos al Espíritu Santo que mora en nosotros para facultarnos y dirigirnos para que
tengamos discernimiento espiritual. Tenemos un ayudador. Y al pensar en nuestra vida
cuando se trata de alguna decisión como creyentes, nunca tenemos que tomar
decisiones solos.
Tenemos al Espíritu de Dios en nosotros, o sea, Dios en su Espíritu mora en nosotros y
dice, yo le enviaré como el Consolador. Tenemos a alguien que nos ayuda. Alguien dirá,
¿y cómo? En cada aspecto de la vida lo tenemos.
Al aceptar a Cristo como Salvador, Él viene a morar en nuestra vida, dirección, guía,
nuestro ayudador personal. Es de esperar que nos ayuden a tomar decisiones sabias. Al
pensar en esto, tenemos el recurso principal del Espíritu para ayudarnos a
juzgar sabiamente.
Lo segundo que tenemos es la palabra de Dios. La exposición de la palabra
alumbra. Entonces, en lo que respeta a tomar decisiones sabias y tener discernimiento
espiritual, ¿cuál es nuestra base? La base de todo discernimiento es la palabra de Dios.
Porque para cada situación sin excepción, cada circunstancia que confrontamos, hay una
respuesta en la palabra de Dios. Alguien dirá, tengo algo que no, no es así. No hay
asunto moral ni espiritual en la vida para el cual no haya respuesta en la palabra de
Dios.
Así que cuando alguien pregunta, ¿cómo adquiero discernimiento espiritual? Escuche
bien, veamos a la luz de esto. Si viene a la iglesia semana a semana o escucha un
mensaje, escucha un principio tras otro.

Las enseñanzas de maestros consagrados.

Hechos 9 Conversión de Saulo


(Hch. 22.6-16; 26.12-18

9 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo
sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres
o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 3 Mas yendo por el camino, aconteció que al
llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 4 y cayendo en
tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y
le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

6
Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra
en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. 7 Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos,
oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. 8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los
ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, 9 donde estuvo tres
días sin ver, y no comió ni bebió.

10
Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías.
Y él respondió: Heme aquí, Señor. (sabe escuchar a Dios y le esta dispuesto a obedecer )
11
Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno
llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, 12
y ha visto en visión a un varón llamado Ananías,
que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.

13
Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha
hecho a tus santos en Jerusalén; 14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para
prender a todos los que invocan tu nombre. ( conoce a el pasado de Saulo )

15
El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en
presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; 16
porque yo le mostraré cuánto le es
necesario padecer por mi nombre. (le muestra los propósitos, dones y talentos )

17
Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el
Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la
vista y seas lleno del Espíritu Santo. 18
Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al
instante la vista; y levantándose, fue bautizado. 19
Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y
estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.

• Las experiencias.

Advertencia contra el rechazo a la sabiduría


Proverbios 1:32-33 Nueva Versión Internacional
32
su desobediencia e inexperiencia los destruirán, su complacencia y necedad los
aniquilarán.
33
Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal».

Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo.


Thomas Alva Edison

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