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PRACTICANDO LA VERDAD

Propósito: Que las hnas puedan ser confrontadas y se evalúen si son creyentes apáticas o están obedeciendo la
Palabra.

Texto: Santiago 1:19-27

Introducción: ¿De qué sirve estudiar repostería sino lo pongo en práctica? ¿Me servirá de algo tanto tiempo que he
dedicado y todo lo que he invertido?

Transición: Así como no sirve de nada llevar un curso sino lo voy a poner en práctica, hoy veremos si nos estamos
convirtiendo en oyentes apáticas, pues no solo se trata de oír, sino de aplicar lo que Dios nos va enseñando; un oyente
apático es alguien que puede escuchar una predica sin proponerse hacer nada, un creyente apático puede cometer el
error de pensar que oír y aprender es lo mismo que obedecer a Dios; este pasaje nos advierte que no debemos ser
oyentes indiferentes, aquí veremos si somos estudiantes solamente, o si nos hemos convertido en practicantes, Dios no
quiere que simplemente asistamos a una charla cristiana, quiere que absorbamos su mensaje y que cambiemos nuestras
vidas como resultado. Oyentes apáticas e indiferentes que no produce ningún cambio es una desgracia en la vida de
una cristiana.

Enseñanza:

En este pasaje Santiago nos dice que el nuevo nacimiento se debe revelar asimismo en la forma como actuamos, la
Palabra de Dios no solo nos da vida al nacer de nuevo, sino que también nos guía a vivir la vida de forma práctica
como hijas de Dios.

1. Escucha a Otros (Santiago 1:19-21): La expresión “deben estar listos para escuchar” es una bella forma de
captar la idea de que debemos escuchar activamente, debemos estar listas y dispuestas a escuchar, obviamente
el escuchar se debe hacer con discernimiento, debemos de asegurarnos que lo que escuchamos está de
acuerdo con la Palabra de Dios, sino escuchamos de forma activa y cuidadosa nos expondremos a ser guiadas
a toda clase de errores, toda clase de enseñanzas falsas.

Lentas para hablar significa hablar con humildad con paciencia, no con palabras alocadas. Cuando hablamos
mucho y escuchamos poco les comunicamos a otros que pensamos que nuestras ideas son mucho más importante
que las de ellos, Santiago nos dice sabiamente que cambiemos completamente esta manera de actuar.

Hay momentos que mentalmente están en la luna, y las palabras que las personas nos dicen nos entran por un oído
y nos salen por el otro, no nos ha pasado que hemos dicho un “aja” a una historia que realmente no habíamos
estado escuchando, o durante la comida decimos un superficial “qué bueno mi amor” en contestación a una de las
historias de nuestros esposos acerca del trabajo.

Con respecto a escuchar a Dios ¿cuantas veces nosotras también hemos sido espiritualmente duras de oído?,
frecuentemente estamos ocupadas pensando en lo que queremos decirle a Dios, que no prestamos atención a lo
que Él nos está diciendo.

San Francisco de Sales dijo: Media hora al día escuchando a Dios es esencial, excepto cuando estamos muy
ocupadas, entonces una hora completa es necesaria.

La palabra despojarse indica hacer algo de una vez por todas, porque no puede haber progreso en nuestra vida
espiritual sino vemos al pecado por lo que es, debemos dejar de justificar al pecado y rechazarlo de una vez por
todas. Una vez que nos deshacemos de nuestros malos hábitos, entonces necesitamos aceptar el mensaje de Dios
con humildad, buscando vivir de acuerdo a su Palabra, porque ésta ha sido sembrada en nuestros corazones.

2. Aplica la Palabra (22-25): El hecho de estar sentadas en una iglesia no nos convierte en Cristianas, del
mismo modo escuchar buenos sermones bíblicos no nos hacen seguidoras de Jesús; n tampoco el hecho de leer
la Palabra de Dios religiosamente. Santiago nos dice que el conocimiento sin acción es inútil; saber quién es
Dios y cuanto nos ama, pero sin amarlo y sin obedecerlo a cambio no sirve para nada; el saber requiere tomar
una decisión práctica, no es suficiente escuchar la Palabra, debemos practicarla.
Hay muchas personas que tienen el concepto equivocado de que escuchar un gran sermón o un estudio bíblico
las hará crecer y obtener las bendiciones de Dios. Noooooo, no es el escuchar sino el hacer lo que trae
bendición. Hay muchas hermanas que marcan sus biblias, pero sus biblias no las marcan a ellas; si pensamos
que somos muy espirituales solo porque escuchamos la Palabra, nos estamos engañando a nosotras mismas.

Mateo 7:24 Jesús dice aquí del hombre que oyó y puso en práctica; la vida cristiana es trabajo arduo, el
cristianismo implica esforzarse; la profundidad y madurez espiritual no viene sin esfuerzo continuo. Si
construimos nuestras vidas en la roca hacemos la casa segura. ¿Cómo evaluarías tú la clase de cimientos con
la que estas construyendo tu propia vida? Simplemente mira lo que sucede cuando viene alguna tormenta a tu
vida, una vida edificada en la Palabra de Dios aguantará la misma tormenta que barrera la vida del que no
obedece la palabra de Dios. No hay atajos ni métodos rápidos para obtener la madurez espiritual, la madurez
solo viene a través del trabajo duro, y de obediencia a lo que Dios dice.

Juan 3:21 ¿Soy fiel con mis palabras y acciones? ¿Escucho yo la Palabra de Dios? ¿Estoy haciendo lo que
Dios me dice? Al mirarnos al espejo de la Palabra de Dios nos vemos tal y como somos, Santiago nos habla de
los errores que la gente comete, ya que solo echamos un vistazo y no nos examinamos cuidadosamente al
mirar la Palabra Dios.

Muchas creyentes sinceras leen un capítulo de la biblia diariamente pero es solo un rito religioso que no les
hace ningún bien, es más muchas veces la conciencia las acusa si no hacen su lectura diaria, cuando en
realidad nos debería de acusar por haber leído la Palabra de Dios tan a la ligera, una lectura superficial de la
biblia no nos puede revelar nuestras necesidades.

Un simple vistazo no es suficiente, debemos examinar nuestro corazón y nuestra vida a la luz de la Palabra,
este acto requiere tiempo, entrega; así que 5 minutos no son suficientes para un examen espiritual completo.
Después de examinarnos debemos recordar lo que somos, y lo que Dios dice, y luego ponerlo a la práctica. La
bendición no solo viene con leer la Palabra sino con hacerla.

Después que Dios nos restaura espera que cambiemos, para que crezcamos en gracias, para no volver a
cometer el mismo pecado, mucha confesamos nuestros pecados y pedimos perdón, pero no crecemos
espiritualmente para poder vencer a la carne y al pecado. No debemos escoger solo los versículos que
queremos leer y estudiar, e ignorar aquellos que nos confrontan; si queremos ser discípulas maduras de Cristo
debemos permitir que cada versículo nos hable y nos enseñe lo que Dios quiere que aprendamos, conforme
llenemos nuestra mente y corazones con la Palabra Él nos guiará a los caminos de justicia, la Palabra nos
preparará para toda buena obra a la que Dios nos llame. Si te sientes inadecuada para la tarea que Dios te ha
dado escudriña las escrituras porque dentro de ella encontraremos la sabiduría que necesitamos para llevar a
cabo su misión.

PRACTICANDO LA VERDAD
En este pasaje Santiago nos dice que el nuevo nacimiento se debe revelar asimismo en la forma como actuamos, la
Palabra de Dios no solo nos da vida al nacer de nuevo, sino que también nos guía a vivir la vida de forma práctica
como hijas de Dios.

Escucha a Otros (Santiago 1:19-21): La expresión “deben estar listos para escuchar” es una bella forma de captar la
idea de que debemos escuchar activamente, debemos estar listas y dispuestas a escuchar, obviamente el escuchar se
debe hacer con discernimiento, debemos de asegurarnos que lo que escuchamos está de acuerdo con la Palabra de
Dios, sino escuchamos de forma activa y cuidadosa nos expondremos a ser guiadas a toda clase de errores, toda clase
de enseñanzas falsas.

Lentas para hablar significa hablar con humildad con paciencia, no con palabras alocadas. Cuando hablamos mucho y
escuchamos poco les comunicamos a otros que pensamos que nuestras ideas son mucho más importante que las de
ellos, Santiago nos dice sabiamente que cambiemos completamente esta manera de actuar.
Hay momentos que mentalmente están en la luna, y las palabras que las personas nos dicen nos entran por un oído y
nos salen por el otro, no nos ha pasado que hemos dicho un “aja” a una historia que realmente no habíamos estado
escuchando, o durante la comida decimos un superficial “qué bueno mi amor” en contestación a una de las historias de
nuestros esposos acerca del trabajo.

Con respecto a escuchar a Dios ¿cuantas veces nosotras también hemos sido espiritualmente duras de oído?,
frecuentemente estamos ocupadas pensando en lo que queremos decirle a Dios, que no prestamos atención a lo que Él
nos está diciendo.

San Francisco de Sales dijo: Media hora al día escuchando a Dios es esencial, excepto cuando estamos muy ocupadas,
entonces una hora completa es necesaria.

La palabra despojarse indica hacer algo de una vez por todas, porque no puede haber progreso en nuestra vida
espiritual sino vemos al pecado por lo que es, debemos dejar de justificar al pecado y rechazarlo de una vez por todas.
Una vez que nos deshacemos de nuestros malos hábitos, entonces necesitamos aceptar el mensaje de Dios con
humildad, buscando vivir de acuerdo a su Palabra, porque ésta ha sido sembrada en nuestros corazones.

Aplica la Palabra (22-25): El hecho de estar sentadas en una iglesia no nos convierte en Cristianas, del mismo modo
escuchar buenos sermones bíblicos no nos hacen seguidoras de Jesús; n tampoco el hecho de leer la Palabra de Dios
religiosamente. Santiago nos dice que el conocimiento sin acción es inútil; saber quién es Dios y cuanto nos ama, pero
sin amarlo y sin obedecerlo a cambio no sirve para nada; el saber requiere tomar una decisión práctica, no es suficiente
escuchar la Palabra, debemos practicarla.

Hay muchas personas que tienen el concepto equivocado de que escuchar un gran sermón o un estudio bíblico las hará
crecer y obtener las bendiciones de Dios. Noooooo, no es el escuchar sino el hacer lo que trae bendición. Hay muchas
hermanas que marcan sus biblias, pero sus biblias no las marcan a ellas; si pensamos que somos muy espirituales solo
porque escuchamos la Palabra, nos estamos engañando a nosotras mismas.

Mateo 7:24 Jesús dice aquí del hombre que oyó y puso en práctica; la vida cristiana es trabajo arduo, el cristianismo
implica esforzarse; la profundidad y madurez espiritual no viene sin esfuerzo continuo. Si construimos nuestras vidas
en la roca hacemos la casa segura. ¿Cómo evaluarías tú la clase de cimientos con la que estas construyendo tu propia
vida? Simplemente mira lo que sucede cuando viene alguna tormenta a tu vida, una vida edificada en la Palabra de
Dios aguantará la misma tormenta que barrera la vida del que no obedece la palabra de Dios. No hay atajos ni métodos
rápidos para obtener la madurez espiritual, la madurez solo viene a través del trabajo duro, y de obediencia a lo que
Dios dice.

Juan 3:21 ¿Soy fiel con mis palabras y acciones? ¿Escucho yo la Palabra de Dios? ¿Estoy haciendo lo que Dios me
dice? Al mirarnos al espejo de la Palabra de Dios nos vemos tal y como somos, Santiago nos habla de los errores que
la gente comete, ya que solo echamos un vistazo y no nos examinamos cuidadosamente al mirar la Palabra Dios.

Muchas creyentes sinceras leen un capítulo de la biblia diariamente pero es solo un rito religioso que no les hace
ningún bien, es más muchas veces la conciencia las acusa si no hacen su lectura diaria, cuando en realidad nos debería
de acusar por haber leído la Palabra de Dios tan a la ligera, una lectura superficial de la biblia no nos puede revelar
nuestras necesidades.

Un simple vistazo no es suficiente, debemos examinar nuestro corazón y nuestra vida a la luz de la Palabra, este acto
requiere tiempo, entrega; así que 5 minutos no son suficientes para un examen espiritual completo. Después de
examinarnos debemos recordar lo que somos, y lo que Dios dice, y luego ponerlo a la práctica. La bendición no solo
viene con leer la Palabra sino con hacerla.

Después que Dios nos restaura espera que cambiemos, para que crezcamos en gracias, para no volver a cometer el
mismo pecado, mucha confesamos nuestros pecados y pedimos perdón, pero no crecemos espiritualmente para poder
vencer a la carne y al pecado. No debemos escoger solo los versículos que queremos leer y estudiar, e ignorar aquellos
que nos confrontan; si queremos ser discípulas maduras de Cristo debemos permitir que cada versículo nos hable y nos
enseñe lo que Dios quiere que aprendamos, conforme llenemos nuestra mente y corazones con la Palabra Él nos guiará
a los caminos de justicia, la Palabra nos preparará para toda buena obra a la que Dios nos llame. Si te sientes
inadecuada para la tarea que Dios te ha dado escudriña las escrituras porque dentro de ella encontraremos la sabiduría
que necesitamos para llevar a cabo su misión.

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