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1. Ser original
El diseñador visual ignora las modas. La originalidad es un elemento fundamental que
ayudará a compensar los convencionalismos ofreciendo una mayor importancia a la
expresividad en el diseño de imagen corporativa y al mensaje del proyecto. La creatividad
y la convencionalidad dependerán del estilo, experiencia y el método que emplees en cada
trabajo que realices.
3. Ser autónomo
EL DISEÑDOR VISUAL debería ser totalmente autónomo, libre de referencias en su
proceso productivo o su autor. En este sentido, todo proyecto gráfico eficiente deberá
reflejar al público objetivo al cual se dirige y su producción deberá volverse invisible. Por
tanto, te recomendamos que siempre tengas en cuenta las demandas y necesidades de tus
clientes, así como, las de tu audiencia.
6. Ser simple
El minimalismo es una tendencia actual dentro del diseño gráfico y se estima que continúe
en el tiempo. A la hora de comunicar un mensaje, el despilfarro suele ser un aspecto
negativo, por lo que te recomendamos que evites los excesos gráficos, las redundancias
superfluas que lo único que harán es llenar el diseño de elementos innecesarios. En este
sentido, es importante que también tengas en cuenta las zonas vacías ya que por lo general
ofrecen un mayor sentido a todo el trabajo global.
8. Ser jerárquico
Es primordial que jerarquices los elementos del diseño teniendo en cuenta los objetivos que
quieres lograr con el mismo. En principio, deberás captar la atención de las personas que
lo contemplan con un título e imagen atractivos. El segundo nivel de la jerarquía está
relacionado con el mensaje el cual, deberá ser sencillo y conciso. En este caso, podrás
jugar con los textos, imágenes, colores, etc. Una vez captada la atención y el interés de los
lectores se llega a un tercer nivel que consiste en la lectura del contenido publicado,
considerando las normas y reglas formales.