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FRANCISCA Y LA MUERTE

De Onelio Jorge Cardoso


Adaptación| Luis R. Arjona H.
Personajes:
Muerte
Francisca
El señor 1 / Campesino
El señor 2/ Campesino
Narrador/ Perro Xolo
Campesina / La nieta
Caminante/ Ajolote
Señor Noriega/ Cura
Señora Noriega
Viejo en Caballo/ Cuervo
Escena uno
(El caminante, el señor 1, el viejo y el narrador cargan un ataúd sobre los hombros,
detrás un cura, francisca, la viuda, toma del guante del lado derecho a la muerte, del
lado izquierdo Señora Noriega, la campesina y el señor 2, detrás el ballet de danza, el
conjunto “Fúnebre” recorre el lugar, en algarabía y fiesta al ritmo de “serenata
huasteca” la única que permanece absorta es francisca y la muerte)

Salida de actores … Derecha actor.

Cuadro 1 de danza
Escena dos

Dos casas con colores alegres un campo arado y maizales, Entra a muerte con su
trenza retorcida bajo el sombrero y su mano amarilla en el bolsillo, se le ve un poco
cansada de tanto caminar, se sienta en el piso, se quita las botas, huele su pie, se
hace aire, pausa....

Caminante: Habían pasado ya 10 años desde la partida del buen Melitón, compañero
de andanzas y aventuras de la partera francisca, ella subía y seguía los senderos a su
paso, con sus ojos nublados y espalda ahora encorvada.

El señor 1
Caminando por las calles de mi pueblo
Contando unos cuantos versos,
Vi a la catrina de vestido nuevo
Muy alegre saludando y dando besos.

Dicen que la muerte es amiga,


Y a México llego este 2022,
Con su forma de virus o amiba,
Que ya quiero que termine por dios,

Muchos no hicieron caso,


De usar cubre bocas,
En el día o en el ocaso
Pá terminar la pandemia y echarse unas cocas.

Narrador
Viejos, grandes y medianos,
Se vinieron a infectar,
Las escuelas con candados
Evitaban a los chicos enfermar
Viejo a caballo
Mi pueblo Franco y sincero,
Sabe que aún podemos empeorar,
Pero con su sana distancia,
El COVID va a terminar.

Caminante
Usen cubre bocas,
Con Susana, pá el covid acabar.
Ustedes los vivos la tienen que aplicar
O a la tumba van a ir a dar

Muerte: ¡Santos y buenos días!

Señor 1: Y ninguno de los presentes la pudo reconocer.

Muerte: Si no molesto quisiera saber dónde vive la señora Francisca.

Señor: (señala con su dedo hacia los campos) Pues mire copetona catrina, allá por los
matorrales que bate el viento ¿ve? Hay un camino que sube la colina. Arriba hallará la
casa.

Muerte: ¡Cumplida está! Ay ¡Gracias a Dios!

Señor 2: La muerte se echó a andar por el camino aquella mañana que, precisamente,
había pocas nubes en el cielo y todo el azul resplandecía de luz. Un ambiente muy
desagradable para ella, pues es la apestosa muerte. Andando, miró la hora y vio que
eran las siete de la mañana. Por lo tanto, para la 1 y cuarto, pasado meridiano, se habría
llevado ya a la señora Francisca.

Muerte: (Alegre y suspirando) ¡Menos mal!, poco trabajo; un solo caso.

Caminante: Mientras la muerte va caminando despacio por muchas flores tratando de


no chocar con ninguna de ellas. Y haciendo caras de asco. Cuando pasa por el árbol se
lo queda viendo, lo huele y se tapa la nariz; lo mismo con las flores. Se escucha fondo
musical de agua cayendo y de pájaros trinando

Señor 2: Se dijo satisfecha de no fatigarse y siguió su paso, metiéndose ahora por el


camino apretado del romerillo y rocío.

(Cuadro 2 de danza)
Escena tres
Caminante
La parca anda en busca de la Francisca,
Anda de sombrero y vestido largo,
Ha venido por panchita
Pá llevársela pál otro lado.

Fue a dar hasta su casa,


Por ahí de los tiempos de mayo
Preguntando a todos por francisca en la plaza,
Provocando, no solo un desmayo.

Caminante: Efectivamente, era el mes de mayo y con los aguaceros caídos, no hubo
semilla silvestre, ni brote que se quedara bajo la tierra sin salir el sol. Los retoños de las
ceibas eran pura caoba transparente.

Narrador: El tronco del guayabo soltaba a espacios la corteza, dejando ver la carne
limpia de la madera. Verde era todo, desde el suelo al aire y un olor a vida subiendo de
las flores, que se tapaba sus fosas nasales.

Señor 1: Lógico también que ni siquiera mirara tanta rama llena de nidos ni tanta abeja
con su flor. Pero, ¿qué hacerse? Estaba la muerte de paso por aquí sin ser su reino. Por
fin llegó a la casa de Francisca.

Muerte: (Con tono confianzudo) Con Panchita, por favor.

Campesina: ¿Qué?

Muerte: Haga favor de llamar a ¡PANCHA!

Campesina: Y ¿Quén la busca?

Muerte: Una vieja amiga…

Campesina: ¿Queeé?

Muerte: Nada… Que vengo, pá llevármela a un viaje.

campesina: Ujuleee, doña Panchita salió montada en burro desde temprano, bien
temprano que se fue pa recoger maíz…

Campesina: Y ¿Quién la busca pues?


Muerte: Una vieja amiga, que anda detrás de sus huesos, que se la quiere llevarsela
pá el otro lado…

Campesina: ¿Quéee?

Muerte: Nada…. ¿A qué hora regresa?

Campesina: ¿Qué?

Muerte: Nada… ¡¡Vieja Sorda!! ¿Qué si sabe a qué hora regresará?

Campesina: ¡ah! Eso si que no, podre ser vieja, pero no sorda… Vieja trompuda… y
Pos la mera verdad…

Muerte: ¡Disculpe… Buena mujer! Le suplico que si sabes de su paradero me diga


ahora mismo.

Campesina: ¡Pos la mera verdad… ¡Quién sabe! Depende de sus quehaceres. Por el
campo anda trabajando. Si regresa yo le digo, que anda detrás de sus pesos y que
quiere llevársela pál norte.

Muerte: ¡El sordo no oye, pero bien que le compone!

¡Oiga!

Campesina: ¡Diga aste!

Muerte: ¡Hace mucho sol!


¿Puedo esperarla aquí?

Campesina: ¿Dónde la va a esperar?

Muerte: ¡Aquí! vieja sorda!

Campesina: (Cómica) Trompuda Grosera, pues ella regresa hasta el anochecer.

(Se acerca más a la muerte)

Muerte: (Piensa mirando para arriba, con el labio mordido y con la mano en la
barbilla)

¡Chin! Se me irá el tren de las cinco.


¡No!¡ Mejor voy a buscarla!

¿Dónde pudiera encontrarla ahora?

Campesina: Ora que lo recuerdo, pues de madrugada salió a ordeñar. Seguramente


estará en el maíz, sembrando.

Muerte: ¿Y dónde está el maizal?

Campesina: Siga la cerca y luego verá el campo arado detrás.

Muerte: (Secamente) Gracias.

Señor 2: Y andando y andando, siguió la muerte. Sin embargo, miró todo el campo
arado y no había un alma en él. Sólo garzas. Soltase la trenza la muerte y rabió.

Muerte: (Enojada) ¡Vieja andariega! ¡Dónde te habrás metido! (Escupe y continúa


caminando)

(Cuadro 3 de danza)
Escena cuatro

Narrador: Una hora después de tener la trenza ardida bajo el sombrero y la nariz
repugnada de tanto olor a hierba nueva, la muerte se topó con un caminante.

Muerte: ¡Disculpe buen Señor! ¿Pudiera usted decirme donde está Francisca por
estos caminos?

Caminante: (Alegremente) si mis ojos ven lo que ven, y yo sigo siendo católico, ante
mis ojos veo a la misma huesuda, que busca a la misma andariega de francisca, esa
que anda siempre de arriba abajo hasta el anochecer.

Muerte: Soy la misma que dices, la que con su huesuda trompa viene por francisca y
hoy se la carga pal otro lado.

Caminante: Pues fíjese catrina que ya se le hizo bien tarde, mi amiga panchita salió
hace como dos horas y se fue sin rumbo pá la ciudad.

Muerte: Francisca, Francisca ¡Vieja andariega! ¡Dónde te habrás metido!

Camínate: ¡Mi estimada trompuda maicera, que tenga mucha suerte en su búsqueda!
Les contare a todos mis amigos, que me he encontrado con la misma tiznada, y que he
salido ileso... ¡Hasta pronto que tengo mucho que trabajar!
Muerte: ¡DETENTEEEEEE! ¡Tú has dicho que eres su amigo!

Así que eres el único que sabe dónde está….

¿No es así?

(Pausa)

¡Si no me dices donde está, Te cargo pál otro lado, junto con toda tu familia…

¡Así que escoge!

¿Francisca o tu familia?

Camínate: No te me sulfures patas de catre… ¡Tiene suerte! Dos horas lleva en casa
de los Noriega. Está el niño enfermo y ella fue a sobarle el vientre.

Muerte: ¡Gracias! (Se dispara rápido, tomando el cabello del caminante para llegar)

Narrador: Duro y fatigoso era el camino. Además, ahora tenía que hacerlo sobre un
nuevo terreno montada en caballo, con las enaguas empolvadas, y la pelona llena de sol
de mayo, sin silla para montar, ya sabe cómo es de incómodo andar en el sol todo el día
y más si eres de puro hueso, tiliqueando, además, sentar el pie sobre el suelo irregular
y tan esponjoso de frescura, que se pierde la mitad del esfuerzo.

(Cuadro 4 de danza)
Escena cinco
Francisca
Quien anda que me busca y no me encuentra,
Si yo aún tengo mucho que hacer,
Que hasta mi casa fue, y no me encuentra
Lo que no fue de su parecer.

Yo soy Francisca viuda de Melitón,


Trabajo también como partera cambiado pañales
Mi viejo era el más guapetón,
Pero la huesuda se lo llevo hace añales.

Ni mi nieta Sordencia dió señas de mí,


Y retorciendo sus cuencas la muerte marchó,
Anda con su vestido y sombrero fifí
Buscándome, haciendo un zafarrancho
(Sale Francisca)

Narrador: Llegó la muerte hecha una lástima a casa de los Noriega.

Muerte: (con tono cansado y soplándose con el sombrero) ¡Con Francisca! A ver
si me hace el favor.

Señor Noriega: (Con desilusión) ¡Ya se fue!

Muerte: (Sorprendida) ¡Pero, ¡cómo! ¿Así de pronto?

Señora Noriega: (Frunciendo las cejas) ¿Cómo de pronto? Sólo vino a ayudarnos
con el niño y ya lo hizo, y se fue.

Muerte: (Apenada) Soy una vieja amiga que anda en su búsqueda… desde hace mucho
tiempo que no la veo… ahora sé que solo tiene arrugas, el paso cansado, y los ojitos
caídos, que alimenta a las vacas al amanecer, que da maíz a las gallinas, y que, a su
edad, es una maquina feroz…

Señor Noriega: (Indagando y con los ojos bien abiertos) ¿Entonces usted no conoce
a Francisca?

Muerte: Hace tiempo que no la veo… es lo que digo. Pero tengo sus señas.

Señora Noriega: (Retándola) A ver, dígalas.

Muerte: (Señalando las partes del cuerpo que va diciendo) Pues… con arrugas, desde
luego, ya son 90 años…

Señor Noriega: ¿Y qué más?

Muerte: Verá… el pelo blanco…. Casi ningún diente propio…. La


nariz, digamos… (con duda)

Señora Noriega: ¿Digamos qué?

Muerte: Filosa

Señora Noriega: ¿Eso es todo?

Muerte: (Tratando de convencer) Bueno… además de nombre y dos apellidos.


Señor Noriega: Que más me puede decir usted de sus ojos.

Muerte: Bien nublados… sí, nublados han de ser… ahumados por los años.
Señora Noriega: Nooo, no la conoce. Todo lo dicho está bien, pero no los ojos. Tiene
menos tiempo en la mirada. Esa, a quien usted busca, no es Francisca.

(Cierra la puerta)

Narrador: Y salió la muerte otra vez por el camino. Iba ahora indignada sin
preocuparse mucho por la mano y la trenza, que medio se le asomaba por debajo del ala
del sombrero. Anduvo y anduvo a paso tan lento como el mismo tiempo, hasta que un
viejo paso en su caballo

Muerte: (pregunta) Buen hombre… ¿Ha visto usted a la señora Francisca?

Viejo a caballo: Recién la vi, Francisca está a un tiro de ojo de aquí, cortando pastura
para la vaca de sus nietos.

Muerte: ¿Se encontrará muy lejos de aquí?

Narrador: Pero la pobre muerte, andaba con la dentadura de fuera, y nada de francisca,
ni siquiera la huella menuda de su paso.

Viejo a caballo: Entonces la muerte, que ya tenía los pies hinchados dentro de los
botines enlodados y las enaguas ennegrecidas, sacó su reloj y consultó la hora.

Muerte: (Espantada) ¡Pos Mis huesos! ¡Las cuatro y media! ¡Imposible! Tengo que
encontrarla, ¡Se me va el tren! (va directo al maizal)

¡Francisca, Francisca ¡Vieja andariega! ¡Dónde te habrás metido!

(Cuadro 5 de danza)
Escena seis

Narrador: Entonces echó la muerte de regreso al maizal, maldiciendo por su mala


suerte. mientras tanto a unos cuantos pasos de ahí, caminaba francisca a paso lento…
venía desde las mismas hierbas del campo de flores.

(Entra Francisca)

Francisca: ¡Quien me busca con tanta prisa! (Ríe)

Viejo a caballo: (Gritándole) Francisca, ¿cuándo te vas a morir?

Francisca: ¡Nunca! Siempre hay algo que hacer.


Viejo a caballo: (Gritándole) Francisca, una vieja amiga, anda que te busca y nomás
no te encuentra… Ya corrió a tu casa, pál maizal, hasta fue a dar a casa de los
Noriega…

Francisca: ¿Y cómo era?

Viejo a caballo: Alta, con las enaguas largas, esbelta como una vela, y con los ojos
hundidos como una zanja de muerto… Pelona, con los dientes de mazorca, y las
manos huesudas…

Francisca: (Pensativa) ¡Ya sé quién es… le debo algunos favores y viene a cobrarlos!
¡Buen hombre pierde cuidado, y regresa con tu familia… yo estaré bien!

Aquí voy aguardar, hasta que la ingrata venga… acá nos vamos a ver las trompas y
platicaremos duro y tendido…

Viejo a caballo: ¡Cuídate mucho panchita! Ai luego te diviso.

(El viejo abraza a francisca, se marcha, francisca se queda sola, viendo al abismo,
con una gran sonrisa en su rostro)

(Pausa)

Entra la muerte del maizal, viene cansada, se sorprende al ver a francisca.

Francisca: ¿¡Dónde andabas!?

Muerte: ¡¡A ti te ando buscando!! Eres bien Andariega mujer… nunca alguien me
había costado tanto encontrar

Francisca: ¡Pos aquí ando, ¿Pá que soy buena?

Muerte: Eres buena pá todo… eres noble Panchita, pero tenemos que irnos en el tren
de las cinco, he venido por ti... ya tus amigos, las campesinas y hasta el mismo cura
del pueblo lo saben…

Francisca: ¿Cómo me encontraste?

Muerte: Melitón me dijo donde hallarte

Francisca: ¡Condenado Melitón! ¿Quién le dijo que ya me quiero ir?


Muerte: Nadie Panchita… Es decisión mía que me acompañes, ando solita en el viaje
y ocupo acompañante.

Francisca: ¿Cómo está Mi Melitón...?

Muerte: ¡¡Feliz!! Descansa y anda por los aires, toca tu ventana en el sol, nace con la
primavera en las flores de tu jardín, viene de visita con la lluvia, y hasta te hace
cosquillas en el lomo, cuando andas en el maizal.

Francisca: Nunca me dejo solita, vedá…

Muerte: ¡¡Nunca Francisca!!

(Francisca, toma de la mano a la muerte, ambas se sonríen)

Muerte: ¿Estas Lista?

(Francisca, asiente con la cabeza, toma un suspiro, y camina de la mano con la


muerte, suena Toda una vida de chávela Vargas)

Escena final
(El caminante, el señor 1, el viejo a caballo y el narrador cargan un ataúd sobre los
hombros, detrás un cura, Señora Noriega toma del guante a la muerte, detrás la
campesina, el señor 2, y el ballet de danza, recorren el lugar, en algarabía y fiesta)

(Cuadro 6 de danza)

Caminante
Y ya pá terminar, Usen cubre bocas,
Con Susana, pá el covid acabar.
Ustedes los vivos la tienen que aplicar
O a la tumba van a ir a dar…

Obscuro

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