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© INAH / HÉCTOR MONTAÑO

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Teotihuacán
El túnel de aproximadamente 120 metros de longitud corre bajo el Templo
de la Serpiente Emplumada.

© INAH / HÉCTOR MONTAÑO


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Teotihuacán
Detalle del Templo de la Serpiente Emplumada.

© PROYECTO TLALOCAN / INAH

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Teotihuacán
Ofrenda hallada en el túnel del Templo de la Serpiente Emplumada, justo
bajo la cúspide de la estructura. 
© INAH / HÉCTOR MONTAÑO

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Teotihuacán
Escultura labrada en piedra depositada dentro del túnel a modo de ofrenda.
el túnel que corre bajo el Templo de la Serpiente Emplumada, que tiene una
longitud exacta de 102 metros y 42 centímetros, representaba para los
teotihuacanos un ingreso al inframundo o reino de los muertos. No tenemos
ninguna duda, confirmamos y estamos seguros de que el túnel es una
representación metafórica del inframundo. Además, a 65 metros desde la
entrada localizamos dos pequeñas cámaras, una al norte y otra al sur, que
seguramente servían como lugares de preparación espiritual, ha
afirmado Sergio Gómez Chávez, director del proyecto Tlalocan. Camino
bajo la tierra, durante un simposio reciente que ha dado a conocer los
resultados preliminares de este proyecto. El equipo de especialistas dirigido
por el arqueólogo mexicano está a punto de ingresar al verdadero
inframundo: las tres cámaras al final de este conducto, revela el Instituto
Nacional de Antropología e Historia en un comunicado. Estas tres
cámaras podrían contener los restos mortales de la élite teotihuacana. 
Estás a un clic de conocer la historia mejor que nadie.
SABER MÁS

Gómez Chávez ha explicado que el túnel fue clausurado definitivamente por


los propios teotihuacanos hace 1.800 años, pero antes experimentó un
cierre previo. Con este fin se levantaron 18 muros en diferentes tramos del
paso subterráneo. Las paredes, algunas de más de tres metros de ancho,
se erigieron desde dentro hacia fuera mediante bloques de tepetate unidos
con argamasa de barro y en algunas zonas aplanadas quedaron
impresas las manos de sus constructores. No se escatimaron esfuerzos ni
recursos humanos. Así se modeló uno de los lugares más sagrados de
Teotihuacán, un conducto alargado donde se aprecian las huellas del
proceso de trabajo ancestral, con herramientas posiblemente hechas de
madera endurecida al fuego, expresa Jorge Arturo Zavala, integrante del
proyecto. El túnel fue sellado mediante gruesos muros, pero otra generación
de teotihuacanos los rompió y accedió al interior, tal vez por motivos
relacionados con cambios políticos y religiosos acaecidos en la gran ciudad.
Puede incluso que irrumpieran en el túnel para depositar los restos de
personajes vinculados al gobierno, según sostiene Gómez Chávez.
El túnel fue construido en dos profundidades: los primeros 73 metros están
situados a 13 metros de profundidad y a partir de aquí desciende casi hasta
los 16 metros. Este desnivel, que se halla en el manto freático, pudo ser
concebido para contener el agua como parte del paisaje ritual del
inframundo, es decir, como una verdadera cueva donde ocurre la gran
inundación primigenia que narra el mito mesoamericano de origen, en
palabras de Arturo Zavala.

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