Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Todos podemos elaborar narraciones, de hecho, en lo cotidiano, cuando nos comunicamos con otras
personas, solemos valernos de la narración para compartir pensamientos u opiniones, informar sobre algo,
contar anécdotas, chistes, adivinanzas, y ¡hasta decir mentiras!… entre otras cosas que expresamos a través
del discurso oral.
Igualmente, podemos presentar estas mismas u otras ideas de forma escrita, lo cual supone no sólo contar
con las palabras, sino saber utilizarlas adecuadamente, así como conocer las reglas gramaticales propias de
nuestro idioma, a través de las cuales podemos representar el mundo, es decir, transmitir los significados
que hemos construido a partir de nuestra experiencia.
Si te has propuesto ir en busca de insumos para tu texto creativo, trata de apuntar todo cuanto asalte a tus
sentidos: imágenes, sonidos, colores, sabores, texturas, no desestimes ningún elemento, luego podrás
escoger y prescindir de aquello que no te sea útil para este relato. Quizás puedes reservarlo para otro.
Debes definir una escena en concreto que sea el punto de arranque o foco de tu cuento. Recuerda que los
relatos son de corta extensión, es decir, cuenta una historia, de principio a fin en poco tiempo.
Es necesario que definas un tipo de narrador para contar tu historia. Pregúntate ¿Quién narrará el relato?
Sea un narrador omnipresente o en tercera persona (él o ella), lo importante es que lo mantengas en todo
tu relato. No quiere decir que es obligatorio, pero es lo más recomendable para comenzar.
También puede ser que desees escribir en primera persona (yo), siendo un personaje el que narra o
segunda persona (tú), donde el lector es parte de la historia, es un personaje más. En tercera persona, el
narrador está fuera del relato
Los cambios e indicios son elementales. Algo en el relato debe mostrar un cambio, es decir, debe pasar algo
que sorprenda al lector y que te permita cumplir tu cometido con la historia narrada.
Asimismo, debe haber indicios que vayan perfilando o anunciando eso que va a suceder. Estos son
pequeños guiños, sutiles, que no dejen ver de entrada el desenlace, sino que mantengan al lector a la
expectativa, con ganas de seguir leyendo.