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RESUMEN
La ética y la investigación han abordado durante los dos últimos siglos aspectos
morales, sobre lo que es aceptado socialmente como responsable y los principios
y valores que deben regir en la investigación experimental y de frontera en temas
de la salud humana, la alimentación, el armamentismo y el cuido del medio
ambiente. No obstante, la ciencia y la tecnología han sido consideradas como
factores de desarrollo y progreso para las naciones, de tal manera que han
marcado un papel fundamental en las políticas educativas y económicas en los
planes de desarrollo propuestos para aquellos que se postulan como gobernantes
de un estado.
Existe una difusa frontera que cuestiona el avance de la ciencia y sus aplicaciones
desde la perspectiva ética y moral. Para ello es fundamental partir de la siguiente
afirmación
Sabemos que uno de los puntales que han desarrollado la ciencia y la tecnología
son los conflictos bélicos entre las naciones y que todo lo desarrollado en esa
materia, en principio tiene aplicación bélica. Por ejemplo, la penicilina fue un
descubrimiento para que las heridas de los soldados en los campos de guerra no
se gangrenaran, ello tiene un fin ético y moral, salvar vidas. La energía atómica
tuvo como premisa fundamental poder dar energía a poblaciones enteras, no
obstante, también fue usada para doblegar a Japón en la segunda guerra mundial,
haciendo caer estas en Nagasaki e Hiroshima.
Poder
Este concepto tiene su origen en los años noventa, junto con el auge de la
sociedad de la información, en donde las organizaciones deberán crear la cultura
en cada trabajador genere, comparta y use el conocimiento para que se capitalice
sinérgicamente, ya que este es trabajo de todos y debe repercutir en la manera de
hacer las cosas como factor diferenciador y generador de valor agregado.
2
JEREX, J.C. y MANCERO, Estudios estadísticos. El método de las necesidades básicas insatisfechas (NBI) y
sus aplicaciones en América Latina. Santiago de Chile: CEPAL, 2001. p.10.
3
FIGARRELA, D. y ZAMORA, A. (2011). El poder del conocimiento. p. 24. Recuperado de
http://publicaciones.caf.com/media/1356/176.pdf
Sociedad de la información
Una condición primaria para el desarrollo de los países son sus altos niveles de
capital social, expresado en relaciones de confianza entre personas, las
instituciones, las redes de colaboración y las dinámicas de reciprocidad, ya sea
entre personas, grupos o regiones. Lo anterior es una condición que permite que
un país tenga altos niveles de desarrollo económico y mejor calidad de vida para
sus habitantes en consonancia con el avance de la ciencia y la tecnología y los
valores éticos y su coherencia con las políticas de desarrollo y altos niveles de
capital social histórico de relaciones sociales, basados en los principios éticos. Por
lo tanto, la Ciencia, la tecnología y la innovación no puede estar divorciada del
poder, la economía, la política. El capital social se adiciona a otras clases de
capital, como lo son el capital cultural, capital financiero, capital físico y por
supuesto el capital humano; que comprende conocimiento, habilidades, destrezas.
En este sentido, el capital humano es quien dinamiza las relaciones sociales entre
personas y cuyo medio es la confianza y reciprocidad en términos cooperación
para abordar retos y lograr objetivos compartidos a través del tejido social tejiendo
redes en lo que Gutiérrez, en su disertación enfatiza en el concepto del capital
social como:
“El conjunto de relaciones sociales que un agente puede movili-
zar en un momento determinado, que le pueden proporcionar un mayor
rendimiento del resto de su patrimonio (los demás capitales, económico y
cultural especialmente). Además, son también una fuente de poder, y por
ello constituyen ‛algo que está en juego’, que se intenta acumular y por lo
cual se está dispuesto a luchar [...] El capital social es, por otra parte, como
todo capital, un poder que exige inversiones permanentes, en tiempo, en
esfuerzo, en otros capitales, y que puede aumentar o disminuir, mejorando
o empeorando las chances de quien lo posea. Se fundamenta pues, en
lazos permanentes y útiles, que se sostienen en intercambios, a la vez,
materiales y simbólicos”. (Gutiérrez, 2005:13)
Bibliografía